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Escuela Nº 4 “Roberto beracochea”

Palabras que definen la patria


Actividad para trabajar algunas ideas respecto a la patria y la nación durante la Revolución
de Mayo a partir de la bandera.
Las banderas tienen como función representar valores o ideales que en una determinada
época se consideran importantes. La bandera argentina hoy, simboliza la nación argentina
y representa valores patrióticos, pero esto no fue necesariamente así en el pasado.

Para trabajar algunas ideas respecto a la patria y la nación te proponemos una actividad
que a partir de este símbolo permita indagar acerca de algunas de estas cuestiones.

Banderas históricas de la Argentina


Antes de la oficialización de la bandera nacional, y durante la independencia y las
guerras civiles del siglo XIX, se usaron muchas banderas en las Provincias Unidas
del Río de la Plata, Provincias Unidas en Sudamérica, Confederación Argentina, y
demás territorios de la que la actual República Argentina es heredera.

Banderas de uso popular


Escarapelas rioplatenses usadas entre 1807 y 1812.

La tradición considera que la escarapela argentina surge, por lo menos, entre los
días 22 y 25 de mayo de 1810. En esas fechas de la Revolución de Mayo, patriotas,
cuyos jefes más notorios eran Domingo French y Antonio Luis Beruti, repartían
cintas entre los adherentes a la liberación. No se sabe exactamente qué colores
tenían tales cintas, algunos dicen que eran rojo, blanco y azul claro, al parecer
porque se inspiraban en los colores de la Revolución francesa. Otras versiones
apuntan al blanco con la figura del rey Fernando VII, el Deseado. Anteriormente,
en 1807, durante las Invasiones inglesas, se supone que regimientos constituidos
por criollos (por ejemplo, los Húsares de Pueyrredón) utilizaron escarapelas con los
colores azul-celeste y blanco, pero no existen constancias documentales al
respecto. Más adelante se utiliza también el rojo, hablándose de antecedentes que
se remontan a las invasiones inglesas. El rojo punzó se utilizaba como color de
rebeldía en muchas banderas históricas, además de ser el color de los federales.
Después de que se estableció el uso de escarapelas con el azul celeste y el blanco,
con diverso orden, se emplearon en todo el país banderas con los colores de esa
escarapela, influidos por los comentarios sobre las banderas izadas por Manuel
Belgrano en sus campañas.

Banderas de Belgrano
Historia de la bandera de la Argentina
El 27 de febrero de 1812 Belgrano establece la batería de artillería
llamada Independencia en una isla del río Paraná próxima a la entonces pequeña
población conocida como Villa de El Rosario (la actual ciudad de Rosario). En esa
misma fecha, hacia las 18:30, y en solemne ceremonia Belgrano dispone que sea
por vez primera enarbolada la bandera de su creación.
El 20 de febrero de 1813 se produce la batalla de Salta, en la cual Belgrano logró
un triunfo completo. Esta es la primera batalla que es presidida por la bandera
argentina. Un ejemplo del posible diseño original de la bandera de Belgrano son las
dos encontradas en la iglesia parroquial de la localidad actual boliviana de Macha.
Tales banderas datan de fines del año 1812 y eran las usadas por las tropas
patriotas directamente comandadas por Belgrano. Una de ellas (que ha quedado en
poder de Bolivia y devuelta en 2009, al museo de historia Argentina) tiene la franja
central de color azul-celeste y las otras dos blancas, es decir, con colores invertidos
al actual, conservado actualmente en Bolivia. La otra es ya prácticamente el mismo
diseño que se oficializó como bandera menor en 1816. Los colores de las banderas
de Macha son en efecto blanco y azul-celeste, aunque desteñidos por la acción del
tiempo y el clima.
En 1813 Manuel Belgrano donó al pueblo de Jujuy una Bandera con el escudo de
la Asamblea del Año XIII. Esto ha provocado un equívoco, ya que se supuso que se
trataba de la primera bandera nacional argentina. En la actualidad el diseño de dicha
bandera llamada "Bandera Nacional de Nuestra Libertad Civil" es el de la bandera
provincial de Jujuy. La bandera bicolor de franjas verticales, que se dice usada por
Belgrano, no fue una bandera, sino un gallardete utilizado por el Ejército del Norte.
Por su parte en 1817 José de San Martín, inspirado por Belgrano, hizo confeccionar
para el ejército de su campaña emancipadora la llamada Bandera de Los Andes,
gallardete cuyo diseño es el que adoptó la provincia de Mendoza para su bandera.

Bandera usada por Belgrano en 1812.

Bandera usada por Belgrano en 1813, utilizada popularmente entre 1813 y 1816.

Bandera donada por Belgrano al cabildo de Jujuy.

Banderas oficiales
La bandera es adoptada oficialmente como símbolo de la República Argentina el 20
de julio de 1816. Hasta hacía poco más de un año, el gobierno de las Provincias
Unidas había seguido usando como propia la bandera española, manteniéndola
izada en el Fuerte de Buenos Aires hasta el 16 de abril de 1815. En el Congreso de
la independencia argentina de San Miguel de Tucumán, proclamado el 9 de
julio de 1816 (que integraron representantes de Tarija y otras zonas al norte de
Argentina, actual Bolivia, y que no integraron las provincias de la Liga de los Pueblos
Libres, Entre Ríos, Corrientes, Oriental, Misiones, Córdoba) se confirmó el uso de
la bandera creada por Manuel Belgrano como la única bandera de las Provincias
Unidas del Río de la Plata. Esta bandera es la que la República Argentina recibió
en herencia.
Elevadas las Provincias Unidas en Sud América al rango de una Nación después de la declaratoria
solemne de su independencia, será su peculiar distintivo la bandera celeste y blanca que se ha usado
hasta el presente y se usará en lo sucesivo exclusivamente en los Ejércitos, buques y fortalezas, en clase
de Bandera menor, ínterin, decretada al término de las presentes discusiones la forma de gobierno más
conveniente al territorio, se fijen conforme a ella los jeroglíficos de la Bandera nacional mayor.
Comuníquese a quienes corresponda para su publicación.
Francisco Narciso de Laprida, Presidente. Juan José Paso, Diputado Secretario, Decreto del Congreso
de Tucumán, 20 de Julio de 1816

La bandera menor citada está dividida en tres fajas horizontales de igual tamaño,
de color celeste la superior e inferior y color blanco la central.
Posteriormente el 25 de enero de 1818 se define a la bandera mayor durante el
gobierno de Juan Martín de Pueyrredón, incluyéndole el sol incaico y cambiando los
colores a azul de tipo heráldico, "azur", como los de la actual Bandera de Uruguay.
Este cambio de colores se repetirá en leyes posteriores de fines del siglo XIX, hasta
estabilizarse en azul celeste en el comienzo del siglo XX. En la sesión se dice:
"Serán privativos de ella los colores blanco y azul, y en ella se pondrá un sol bordado
de oro" y " Las banderas de los buques de guerra del estado se pusieran en la forma
siguiente: dos franjas atravesadas azules y una blanca en medio, llevando en esta
por divisa un sol dorado, orlado de estrellas de oro y las fajas azules iguales estrellas
de oro." En el centro de la bandera se halla un sol figurado con rostro humano, de
color oro amarillo con treinta y dos rayos: 16 flamígeros apuntando o "girando" en
sentido horario, y 16 rectos colocados alternativamente, según diseño de la
primera moneda argentina. Este diseño del sol se debe al orfebre Rivera (apodado
"El Inca" ya que era descendiente de una ñusta), quien adoptó el símbolo del Inti o
Sol inca como emblemático de la nación argentina. Manuel Belgrano aceptó este
añadido, llamado también Sol de Mayo, ya que en la nubosa y lluviosa jornada (en
la ciudad de Buenos Aires) del 25 de mayo de 1810, asomó el sol en el cenit.

Bandera usada por el gobierno de las Provincias Unidas como parte de la «Máscara de Fernando
VII» entre 1810 y 1815.

Bandera menor usada popularmente entre 1813 y 1816 y oficializada por el Congreso de
Tucumán, agregándosele luego el Sol de Mayo.

Bandera argentina de 1818 a 1820.1

Bandera conocida como la "propuesta de Pueyrredón", decretada el 25 de febrero de 1818 para


la marina de guerra, nunca fabricada, derogada 7 días después.

Bandera de la marina de Argentina, oficializada el 14 de marzo de 1818. La de los buques


mercantes era la misma, pero sin el Sol. En 1819 tuvo durante unos meses un tono azul en lugar
del celeste, que luego fue restablecido. Se dejó de usar hacia 1820.1

Banderas de la Unión de los Pueblos Libres


José Gervasio Artigas, el primer adalid del federalismo rioplatense adoptó la
bandera de Belgrano, de modo que en el protocongreso de la independencia
argentina realizado en 1815 en Arroyo de La China (actualmente un barrio de la
ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay), la Liga Federal (o Unión de Los
Pueblos Libres) declaró como bandera argentina la creada por Belgrano, con el
añadido de un festón rojo punzó en diagonal (color emblemático del federalismo
argentino). Esa bandera es uno de los símbolos nacionales de Uruguay, la bandera
de Artigas. Debido a diversos cambios en las banderas de cada provincia y a la
comunicación por medio de cartas del diseño de esta bandera, hay varias versiones
de ella, que terminaron siendo banderas provinciales. La primera versión, anterior a
la bandera de Artigas, es la bandera de Corrientes, luego modificada. Andresito
Artigas usó para Misiones un color que sería celeste, pero que ya desteñido se lo
confundía con verde claro.

Versión primera de la bandera de la Liga Federal, Bandera de Corrientes en 1815.


Bandera de la Unión de los Pueblos Libres.

Bandera de Otorgués, izada en Montevideo en 1823.

Bandera cordobesa de 1815.

Bandera de Misiones de 1815 hasta 1827.

Bandera cordobesa de 1814.


Bandera de Santa Fe de 1815 a 1821.

Bandera de Corrientes en 1815.

Bandera de Corrientes de 1820.

Bandera de Corrientes de 1814.

Banderas federales
La primera etapa de la Liga Federal concluye en 1819 al ser derrotado Artigas por
los luso-brasileños en la Batalla de Tacuarembó y tras esta catástrofe y el vacío de
poder entran rápidamente en conflicto las provincias integrantes de dicha Liga.
Después del exilio de José Gervasio Artigas en Paraguay, Francisco Ramírez, el
gobernador de Entre Ríos, creó la República de Entre Ríos e invadió la provincia de
Corrientes. Tras ser ocupada la Provincia Oriental por los luso-brasileños y luego
por los brasileños, dando origen a la Guerra del Brasil, el sistema de equilibrios
cambia. Fuerzas de resistencia orientales en 1823 comienzan la reconquista de la
Provincia Oriental, y en 1825 se declaran independientes del Brasil, y unidas a la
República Argentina, adoptando la bandera de los 33 orientales como bandera de
la provincia. Luego de la guerra se secesiona la provincia Oriental en 1828, adopta
una bandera basada en la bandera de Estados Unidos y la bandera que venía
utilizándose como bandera de las Provincias Unidas. Finalmente se declara Estado
Oriental en 1830, adoptando una versión del Sol de Mayo con la mitad de sus rayos.

Bandera de la Provincia de Entre Ríos adoptada por Pascual Echagüe el 28 de diciembre de


1833.

Bandera de Corrientes 1822.

Bandera de Corrientes después de 1823.

Bandera de las fuerzas de resistencia orientales 1825.

Banderas de Federales y Unitarios


La Provincia de Buenos Aires adopta un singular federalismo y hegemoniza a la
Liga Federal, entre 1829-1852 en contraposición a la denominada Liga Unitaria. En
esta segunda etapa estaba formada por las provincias de Argentina que formaban
parte del Pacto Federal. Bajo el control político del gobernador porteño, Juan
Manuel de Rosas, la Liga Federal terminó prevaleciendo por sobre su homóloga
unitaria formando de hecho la Confederación Argentina. Durante esta época se usó
la bandera nacional con un azul muy oscuro, para diferenciarse del color celeste
usado por los Unitarios. De hecho, el partido unitario se exilió principalmente en
Montevideo, utilizando allí la bandera marina mercante y de guerra con un color más
celeste.

Bandera usada por la Confederación Argentina en la Campaña de Rosas al Desierto (1833 -


1834).

Última versión de la bandera de Buenos Aires hacia 1850.

Otra bandera de la Confederación Argentina.

Bandera argentina de los exiliados Unitarios de Montevideo, usada como bandera mercante en
buques, hasta 1852.

Bandera argentina de los exiliados Unitarios de Montevideo, usada como bandera de guerra en
buques, hasta 1852.

Banderas federales
Durante este mismo período se siguieron usando en algunas provincias de la
Confederación argentina banderas provinciales.

Bandera de Santa Fe (1823)

Segunda bandera de Santa Fe (1825).

Bandera de Artigas
La Bandera de Artigas es uno de los símbolos nacionales de Uruguay. Fue declarada como tal por
decreto del 18 de febrero de 1952. Por disposición legal, debe tener las mismas proporciones que el
Pabellón Nacional Uruguayo, es también la primera bandera del Partido Federal de Argentina.

La bandera de Artigas identifica y hace honor a la figura del Prócer de la Patria, José Gervasio
Artigas. Consta de tres franjas horizontales del mismo ancho, siendo de color azul la superior e
inferior y blanca la del centro. Las franjas expresadas estarán atravesadas diagonalmente por una
de color rojo de igual ancho que las anteriores, que se extiende de la parte superior, junto al asta, al
ángulo inferior opuesto.

Origen
La bandera fue diseñada por él, basándose en la bandera creada en 1812 por Manuel Belgrano, a
la cual le añadió el color rojo punzó como de la sangre derramada por la independencia respecto a
España y el imperio luso brasileño y por el federalismo y con el objetivo de ser el emblema de la Liga
Federal de las Provincias Unidas del Río de la Plata, por lo que ha resultado ser la primera bandera
del Partido Federal. En un principio constaba de tres bandas azul-blanco-azul, donde cada una de
las bandas azules tenía dentro una banda roja horizontal, cada banda punzó (roja) representaba las
bandas oriental y occidental del Río de la Plata en la misma bandera. Más tarde es el mismo Artigas
que cambia los dos listones horizontales por dos en diagonal y luego por uno solo en diagonal,
argumentando que "a la distancia era difícil distinguirlos", en este caso las dos bandas del Río de la
Plata son las franjas azul celestes, el Río de la Plata es representado con la franja horizontal central
blanca (en heráldica = color plata) y la franja punzó o gules roja que al cruzarlas une a todas las
bandas señala la unión libre de los pueblos (Unión de los Pueblos Libres).

Contexto
Surge como una reacción en contra del gobierno unitario y centralista de Buenos Aires, renuente a
aceptar el federalismo y temerosa de la situación internacional imperante. Según palabras del propio
Artigas Fuente:

1º Marzo 1815 – la provincia de Entre Ríos enarbola la Bandera de Artigas, que se había izado por
primera vez en el Ctel. Gral. de Arerunguá el 13/I/1815; este en oficio de 4/II/1815 al gobernador de
la provincia de Corrientes, Teniente Coronel José de Silva, había dispuesto los colores a utilizarse
en la bandera de los “Pueblos Libres”, “...la bandera que se ha mandado levantar en los pueblos
libres debe ser uniforme a la nuestra, si es que somos unos en los sentimientos. Buenos Aires hasta
aquí ha engañado al mundo entero con sus falsas políticas y dobladas intenciones. Estas han
formado siempre la mayor parte de nuestras diferencias internas, y no ha dejado de excitar nuestros
temores la publicidad con que mantiene enarbolado el pabellón español si para simular este defecto
ha hallado el medio de levantar en secreto la bandera azul y blanca; yo he ordenado en todos los
pueblos libres de aquella opresión, que se levante una igual a la de mi Ctel. Gral., blanca en medio,
azul en los dos extremos, y en medio de estos unos listones colorados signo de la distinción de
nuestra grandeza, de nuestra decisión por la República, y de la sangre derramada para sostener
nuestra libertad e independencia...”. (Archivo Artigas Tomo Vigésimo)
En 1812 el régimen unitario establecido en la ciudad de Buenos Aires amonestó e incluso amenazó
a Manuel Belgrano por haber creado la bandera azul y blanca que hoy es la de Argentina y a la cual
circunstancialmente el patriota Antonio Beruti había logrado hacer flamear en el fuerte de Buenos
Aires el 17 de abril de 1815. Recién hasta fines de julio de 1816 no se declaró oficial el uso de la
bandera azul celeste y blanca en la ciudad de Buenos Aires manteniéndose hasta ese entonces
como oficial la bandera española rojigualda.
La bandera de Artigas (es decir la azul y blanca con el festón rojo) fue izada por primera vez en el
cuartel de Arerunguá el 13 de enero de 1815, en la Provincia Oriental (actual Uruguay y
aproximadamente la mitad occidental y el tercio meridional de Río Grande del Sur) el 26 de febrero
de 1815 y en Entre Ríos el 13 de marzo. En Montevideo fue enarbolada por primera vez el 26 de
marzo por orden del gobernador militar de Montevideo, el coronel Fernando Otorgués.
Liga Federal
Bandera de Entre Ríos, conocida como la bandera de Ramírez
De la Liga Federal formaban parte la Provincia Oriental, Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Córdoba
y Misiones. Es por ello que el diseño coincide con la actual bandera de la provincia argentina de
Entre Ríos, si bien varía el tono de azul por épocas, actualmente se utiliza un azul muy oscuro en
Uruguay, y un celeste muy claro en Entre Ríos.

La Bandera Nacional argentina


Un 27 de febrero, la bandera Argentina se elevaba por primera vez. Manuel Belgrano, quien
tomó los colores de la escarapela que ya se encontraba en uso en ese entonces, la izaba
a orillas del Río Paraná, en Rosario. Era el 27 de febrero de 1812.

Se cree que el General consideró necesaria la creación de una insignia que diera cuenta
de nuestra identidad nacional y que para lograrlo, Belgrano, se inspiró en el cielo o en el
manto de la Virgen, pero en realidad fueron los colores celeste y blanco de la escarapela
los que finalmente se plasmaron en la bandera nacional. No se sabe con certeza quién la
confeccionó pero el nombre de la rosarina María Catalina Echeverría de Vidal está
presente.

La Asamblea de 1813 promovió en secreto su uso, pero no produjo normas escritas al


respecto. En aquel momento, el Gobierno no deseaba insistir con símbolos
independentistas por la reciente Revolución de Mayo. Tras la declaración de Independencia
el 9 de julio de 1816 en Tucumán, la bandera azul celeste y blanca fue adoptada como
símbolo por el Congreso el 20 de julio de 1816. El sol fue agregado por el Congreso del 25
de febrero de 1818 en homenaje al Dios Inca Inti (Dios del Sol) estampado en la franja
blanca central, reproducción del que aparecía en la primera moneda nacional.

Posibles actividades
En primer lugar, la propuesta es que los alumnos a partir de una pequeña investigación o
de sus lecturas, imaginen qué banderas fueron izadas en estos territorios en las primeras
décadas del siglo XIX. Hay varias respuestas posibles: la bandera española, la bandera
inglesa, la bandera de Belgrano, la bandera artiguista, son algunas de ellas. Sería
interesante que pudieran responder:
 ¿En qué momentos y lugares fueron izadas cada una?
 ¿Qué simbolizaban?
 ¿Estas banderas eran el símbolo de la patria?

Sus respuestas pueden dejar al descubierto las cuestiones referidas a la definición del
concepto de patria. Para llegar a ciertos acuerdos respecto de este tema, se puede
comenzar aclarando que el significado más frecuente de patria, en la época, era el lugar de
origen o de nacimiento y sus límites espaciales eran muy difusos. La lectura y análisis de
algunos textos de diferentes momentos permitirá esclarecer ciertas controversias respecto
al concepto.

Primer texto

“Por patricios entendemos a todos cuantos han tenido la gloria de nacer en los dominios
españoles, sean de Europa o sean de América; pues que formamos todos una misma
nación y una misma monarquía, sin distinción alguna en nuestros derechos y obligaciones.”

Manuel Belgrano en el Correo de Comercio, reproducción facsimilar, Buenos Aires,


Academia Nacional de la Historia, 1970, T. I, Nros. 17 y 18, 23 y 30 de junio de 1810.

Segundo texto

[…]“Cambia de aspecto la fortuna, y repentinamente se ve la patria rodeada de grandes y


urgentes peligros. Por el Occidente derrotado, o disperso nuestro ejército del Desaguadero:
expuestas a la ocupación del enemigo las provincias del alto Perú: interceptadas nuestras
relaciones mercantiles; y casi aniquilados los recursos para mantener el sistema. Por el
Oriente un ejército extranjero a pretexto de socorrer a los gobernadores españoles que
invocaron su auxilio, avanzando sus conquistas sobre una parte, la más preciosa de nuestro
territorio: el bloque del río, paralizando nuestro comercio exterior; relajada la disciplina
militar: el gobierno débil: desmayado el entusiasmo: el patriotismo perseguido: envueltos
los ciudadanos en todos los horrores de una guerra cruel, / y exterminadora; y obligado el
Gobierno a sacrificar al imperio de las circunstancias el fruto de las victorias, con que los
hijos de la patria en la Banda Oriental han enriquecido la historia de nuestros días.”

Fragmento del “Estatuto Provisional del Gobierno Superior de las Provincias Unidas del Río
de la Plata a nombre del Sr. D. Fernando VII”, 22 de noviembre de 1811, en E. Ravignani
[comp.], Asambleas Constituyentes Argentinas, T. VI, 2a. parte, Buenos Aires, Instituto de
Investigaciones Históricas, Facultad de Filosofía y Letras, 1939.

Tercer texto

“Todos los argentinos son unos en nuestro corazón, sean cuales fueren su nacimiento, su
color, su condición, su escarapela, su edad, su profesión, su clase. Nosotros no conocemos
más que una sola facción, la patria, más que un solo color, el de Mayo, más que una sola
época, los treinta años de revolución republicana. Desde la altura de estos supremos datos,
nosotros no sabemos qué son unitarios y federales, colorados y celestes, plebeyos y
decentes, viejos y jóvenes, porteños y provincianos, año 10 y año 20, año 24 y año 30;
divisiones mezquinas que vemos desaparecer como el humo delante de las tres grandes
unidades del pueblo, de la bandera y de la historia de los argentinos.
No tenemos más regla para liquidar el valor de los tiempos, de los hombres y de los hechos,
que la magnitud de los monumentos que nos han dejado. Es nuestra regla en esto como
en todo; a cada época, a cada hombre, a cada suceso, según su capacidad; a cada
capacidad, según sus obras.”

Juan Bautista Alberdi. “§ xiii. 15. Abnegación de las simpatías que puedan ligarnos a las
dos grandes facciones que se han disputado el poderío durante la revolución.” En Esteban
Echeverría, Dogma socialista y otras páginas políticas, Buenos Aires, Estrada, 1948, págs.
177 y sigs.

Estas tres fuentes propuestas corresponden a momentos históricos diferentes. En cada una
se utiliza el vocablo patria, pero a lo largo del tiempo se va precisando un sentido que lo
acerca al uso que le damos en la actualidad. Te proponemos que:
 Los alumnos investiguen acerca del momento histórico en que se escribió cada una
de estas fuentes, precisando quienes intervinieron y con qué objetivo se redactó cada
una de ellas.
 En segundo lugar, que definan, a qué marco espacial se refiere cada una de las
fuentes y cuál es el sujeto político que es el referente de cada una de ella.
 También que determinen quiénes son los enemigos de la patria, si los hubiera, en cada
uno de los escritos.
 En el caso del tercer documento, escrito por la generación del ‘37, que investiguen qué
valor asignan a la revolución de Mayo, en relación a la patria.

Observación: se debe incluir bibliografía necesaria para trabajar el momento


histórico a que hacen referencia las tres fuentes anteriores.

Puede cerrarse esta actividad con dos consignas más:

 La primera, de indagación acerca de los procesos históricos que llevaron a la


redefinición del término en las diversas etapas.
 La segunda, de reflexión acerca del significado actual y cotidiano de este término en
relación al uso que se le da habitualmente para recordar los acontecimientos de mayo
de 1810. Esto implica, pensar qué definición de patria se esconde detrás de los actos
escolares o de las efemérides y por qué motivos en la actualidad suelen estar
encubiertas las indefiniciones de este término.
La Semana de Mayo de 1810

Autor: Felipe Pigna.


Viernes 18
El 14 de mayo de 1810 había llegado a Buenos Aires la fragata inglesa Mistletoe trayendo
periódicos que confirmaban los rumores que circulaban intensamente por Buenos Aires:
cayó en manos de los franceses de Napoleón, la Junta Central de Sevilla, último bastión
del poder español.
El viernes 18 el virrey Cisneros hizo leer por los pregoneros (porque la mayoría de la
población no sabía leer ni escribir) una proclama que comenzaba diciendo: «A los leales y
generosos pueblos del virreinato de Buenos Aires.» El virrey advertía que «en el
desgraciado caso de una total pérdida de la península, y falta del Supremo Gobierno» él
asumiría el poder acompañado por otras autoridades de la Capital y todo el virreinato y se
pondría de acuerdo con los otros virreyes de América para crear una Regencia Americana
en representación de Fernando. Cisneros aclaraba que no quería el mando sino la gloria
de luchar en defensa del monarca contra toda dominación extraña y, finalmente prevenía
al pueblo sobre «los genios inquietantes y malignos que procuran crear divisiones». A
medida que los porteños se fueron enterando de la gravedad de la situación, fueron
subiendo de tono las charlas políticas en los cafés y en los cuarteles. Todo el mundo
hablaba de política y hacía conjeturas sobre el futuro del virreinato.
La situación de Cisneros era muy complicada. La Junta que lo había nombrado virrey había
desaparecido y la legitimidad de su mandato quedaba claramente cuestionada. Esto
aceleró las condiciones favorables para la acción de los patriotas que se venían reuniendo
desde hacía tiempo en forma secreta en la jabonería de Vieytes. La misma noche del 18,
los jóvenes revolucionarios se reunieron en la casa de Rodríguez Peña y decidieron exigirle
al virrey la convocatoria a un Cabildo Abierto para tratar la situación en que quedaba el
virreinato después de los hechos de España. El grupo encarga a Juan José Castelli y a
Martín Rodríguez que se entrevisten con Cisneros.
Sábado 19
Las reuniones continuaron hasta la madrugada del sábado 19 y sin dormir, por la mañana,
Cornelio Saavedra y Manuel Belgrano le pidieron al Alcalde Lezica la convocatoria a un
Cabildo Abierto. Por su parte, Juan José Castelli hizo lo propio ante el síndico Leiva.
Domingo 20
El domingo 20 el virrey Cisneros reunió a los jefes militares y les pidió su apoyo ante una
posible rebelión, pero todos se rehusaron a brindárselo. Por la noche, Castelli y Martín
Rodríguez insistieron ante el virrey con el pedido de cabildo abierto. El virrey dijo que era
una insolencia y un atrevimiento y quiso improvisar un discurso pero Rodríguez le advirtió
que tenía cinco minutos para decidir. Cisneros le contestó «Ya que el pueblo no me quiere
y el ejército me abandona, hagan ustedes lo que quieran» y convocó al Cabildo para el día
22 de Mayo. En el «Café de los Catalanes y en «La Fonda de las Naciones», los criollos
discutían sobre las mejores estrategias para pasar a la acción
Lunes 21
A las nueve de la mañana se reunió el Cabildo como todos los días para tratar los temas
de la ciudad. Pero a los pocos minutos los cabildantes tuvieron que interrumpir sus labores.
La Plaza de la Victoria estaba ocupada por unos 600 hombres armados de pistolas y
puñales que llevaban en sus sombreros el retrato de Fernando VII y en sus solapas una
cinta blanca, símbolo de la unidad criollo-española desde la defensa de Buenos Aires. Este
grupo de revolucionarios, encabezados por Domingo French y Antonio Luis Beruti, se
agrupaban bajo el nombre de la «Legión Infernal» y pedía a los gritos que se concrete la
convocatoria al Cabildo Abierto. Los cabildantes acceden al pedido de la multitud. El síndico
Leiva sale al balcón y anuncia formalmente el ansiado Cabildo Abierto para el día siguiente.
Pero los «infernales» no se calman, piden a gritos que el virrey sea suspendido. Debe
intervenir el Jefe del regimiento de Patricios, Cornelio Saavedra quien logra calmarlos
garantizándoles el apoyo militar a sus reclamos.
Martes 22
Ya desde temprano fueron llegando los «cabildantes». De los 450 invitados sólo
concurrieron 251. También estaba presente una «barra» entusiasta. En la plaza, French,
Beruti y los infernales esperan las novedades. La cosa se fue calentando hasta que
empezaron los discursos, que durarán unas cuatro horas, sobre si el virrey debía seguir en
su cargo o no. Comenzó hablando el Obispo Lué diciendo que mientras hubiera un español
en América, los americanos le deberían obediencia. Le salió al cruce Juan José Castelli
contestándole que habiendo caducado el poder Real, la soberanía debía volver al pueblo
que podía formar juntas de gobierno tanto en España como en América. El Fiscal de la
Audiencia, Manuel Villota señaló que para poder tomar cualquier determinación había que
consultar al resto del virreinato. Villota trataba de ganar tiempo, confiando en que el interior
sería favorable a la permanencia del virrey. Juan José Paso le dijo que no había tiempo que
perder y que había que formar inmediatamente una junta de gobierno.
Casi todos aprobaban la destitución del virrey pero no se ponían de acuerdo en quien debía
asumir el poder y por qué medios. Castelli propuso que fuera el pueblo a través del voto
quien eligiese una junta de gobierno; mientras que el jefe de los Patricios, Cornelio
Saavedra, era partidario de que el nuevo gobierno fuera organizado directamente por el
Cabildo. El problema radicaba en que los miembros del Cabildo, muchos de ellos
españoles, seguían apoyando al virrey.
«Modales»
El debate del 22 fue muy acalorado y despertó las pasiones de ambos bandos. El coronel
Francisco Orduña, partidario del virrey, contará horrorizado que mientras hablaba fue
tratado de loco por no participar de las ideas revolucionarias «… mientras que a los que no
votaban contra el jefe (Cisneros), se les escupía, se les mofaba, se les insultaba y se les
chiflaba.»
Miércoles 23
Por la mañana se reunió el Cabildo para contar los votos emitidos el día anterior y elaboró
un documento: «hecha la regulación con el más prolijo examen resulta de ella que el Excmo.
Señor Virrey debe cesar en el mando y recae éste provisoriamente en el Excmo. Cabildo
(…) hasta la erección de una Junta que ha de formar el mismo Excmo. Cabildo, en la
manera que estime conveniente”.
Jueves 24
Se confirmaron las versiones: el Cabildo designó efectivamente una junta de gobierno
presidida por el virrey e integrada por cuatro vocales: los españoles Juan Nepomuceno Solá
y José de los Santos Inchaurregui y los criollos Juan José Castelli y Cornelio Saavedra,
burlando absolutamente la voluntad popular. Esto provocó la reacción de las milicias y el
pueblo. Castelli y Saavedra renunciaron a integrar esta junta Muchos como el coronel
Manuel Belgrano fueron perdiendo la paciencia. Cuenta Tomás Guido en sus memorias «En
estas circunstancias el señor Don Manuel Belgrano, mayor del regimiento de Patricios, que
vestido de uniforme escuchaba la discusión en la sala contigua, reclinado en un sofá, casi
postrado por largas vigilias observando la indecisión de sus amigos, púsose de pie
súbitamente y a paso acelerado y con el rostro encendido por el fuego de sangre generosa
entró al comedor de la casa del señor Rodríguez Peña y lanzando una mirada en derredor
de sí, y poniendo la mano derecha sobre la cruz de su espada dijo: «Juro a la patria y a mis
compañeros, que si a las tres de la tarde del día inmediato el virrey no hubiese renunciado,
a fe de caballero, yo le derribaré con mis armas.»
Por la noche una delegación encabezada por Castelli y Saavedra se presentó en la casa
de Cisneros con cara de pocos amigos y logró su renuncia. La Junta quedó disuelta y se
convocó nuevamente al Cabildo para la mañana siguiente.
Así recuerda Cisneros sus últimas horas en el poder:
«En aquella misma noche, al celebrarse la primera sesión o acta del Gobierno, se me
informó por alguno de los vocales que alguna parte del pueblo no estaba satisfecho con
que yo obtuviese el mando de las armas, que pedía mi absoluta separación y que todavía
permanecía en el peligro de conmoción, como que en el cuartel de Patricios gritaban
descaradamente algunos oficiales y paisanos, y esto era lo que llamaban pueblo, (..). Yo
no consentí que el gobierno de las armas se entregase como se solicitaba al teniente
coronel de Milicias Urbanas Don Cornelio de Saavedra, arrebatándose de las manos de un
general que en todo tiempo las habría conservado y defendido con honor y quien V.M las
había confiado como a su virrey y capitán general de estas provincias, y antes de
condescender con semejante pretensión, convine con todos los vocales en renunciar los
empleos y que el cabildo proveyese de gobierno.»
El 25 de mayo de 1810
Todo parece indicar que el 25 de mayo de 1810 amaneció lluvioso y frío. Pero la «sensación
térmica» de la gente era otra. Grupos de vecinos y milicianos encabezados por Domingo
French y Antonio Beruti se fueron juntando frente al cabildo a la espera de definiciones.
Algunos llevaban en sus pechos cintitas azules y blancas, que eran los colores que los
patricios habían usado durante las invasiones inglesas.
Pasaban las horas, hacía frío, llovía y continuaban las discusiones. El cabildo había
convocado a los jefes militares y estos le hicieron saber al cuerpo a través de Saavedra que
no podían mantener en el poder a la Junta del 24 porque corrían riesgos personales porque
sus tropas no les responderían. La mayoría de la gente se fue yendo a sus casas y el síndico
del Cabildo salió al balcón y preguntó « ¿Dónde está el pueblo?». En esos momentos
Antonio Luis Beruti irrumpió en la sala capitular seguido de algunos infernales y dijo
«Señores del Cabildo: esto ya pasa de juguete; no estamos en circunstancias de que
ustedes se burlen de nosotros con sandeces, Si hasta ahora hemos procedido con
prudencia, ha sido para evitar desastres y efusión de sangre. El pueblo, en cuyo nombre
hablamos, está armado en los cuarteles y una gran parte del vecindario espera en otras
partes la voz para venir aquí. ¿Quieren ustedes verlo? Toque la campana y si es que no
tiene badajo nosotros tocaremos generala y verán ustedes la cara de ese pueblo, cuya
presencia echan de menos. ¡Sí o no! Pronto, señores decirlo ahora mismo, porque no
estamos dispuestos a sufrir demoras y engaños; pero, si volvemos con las armas en la
mano, no responderemos de nada.» Poco después se anunció finalmente que se había
formado una nueva junta de gobierno .El presidente era Cornelio Saavedra; los doctores
Mariano Moreno y Juan José Paso, eran sus secretarios; fueron designados seis vocales:
Manuel Belgrano, Juan José Castelli, el militar Miguel de Azcuénaga, el sacerdote Manuel
Alberti y los comerciantes Juan Larrea y Domingo Matheu. Comenzaba una nueva etapa
de nuestra historia.
La Junta declaró que gobernaba en nombre de Fernando VII. Así lo recuerda Saavedra en
sus memorias «Con las más repetidas instancias, solicité al tiempo del recibimiento se me
excuse de aquel nuevo empleo, no sólo por falta de experiencia y de luces para
desempeñarlo, sino también porque habiendo dado tan públicamente la cara en la
revolución de aquellos días no quería se creyese había tenido particular interés en adquirir
empleos y honores por aquel medio. Por política fue preciso cubrir a la junta con el manto
del señor Fernando VII a cuyo nombre se estableció y bajo de él expedía sus providencias
y mandatos.»
Para algunos era sólo una estrategia a la que llamaron la «máscara de Fernando», es decir,
decían que gobernaban en nombre de Fernando pero en realidad querían declarar la
independencia. Pensaban que todavía no había llegado el momento y no se sentían con la
fuerza suficiente para dar ese paso tan importante. La máscara de Fernando se mantendrá
hasta el 9 de julio de 1816.
Pero los españoles no se creyeron lo de la máscara o el manto de Fernando y se resistieron
a aceptar la nueva situación.
En Buenos Aires, el ex virrey Cisneros y los miembros de la Audiencia trataron de huir a
Montevideo y unirse a Elío (que no acataba la autoridad de Buenos Aires y logrará ser
nombrado virrey), pero fueron arrestados y enviados a España en un buque inglés.
¿Qué ocurrió el 25 de mayo de 1810?
Promediando la semana de Mayo, repasamos los hechos que se sucedieron ese día tan
importante para la gestación de país. La revolución de Mayo surgió por diversos factores,
llegó a su punto máximo el día 25 de mayo de 1810 con la creación del primer gobierno
patrio o sea la creación de la Primera Junta de Gobierno.

¿Qué paso entre el 22 y el 25 de mayo de 1810?


Los criollos se movilizaron y le exigieron al por entonces virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros
que convocara a una reunión extraordinaria de vecinos. El 22 de mayo de 1810, más de
250 personas se congregaron en Cabildo abierto y decidieron dejar sin efecto la autoridad
competente de Cisneros como virrey.

¿Quién gobernaba antes del 25 de mayo de 1810?


Gobernaba Baltasar Hidalgo de Cisneros aquí ne España en esa época, a la
vez gobernaba también en Argentina. Quien gobernada nuestro territorio antes del 25
de mayo de 1810 era Baltasar Hidalgo de Cisneros.

¿Qué pasó en cada día de la semana de mayo?


Que pasó, día por día, durante la Semana de Mayo de 1810. ... Se trató de un impulso de
largo aliento que se concentró en una serie de acontecimientos que tuvieron lugar en lo que
dura una semana, en la ciudad de Buenos Aires , capital del Virreinato del Río de la Plata,
dependiente del rey de España .
¿Cuáles fueron las causas de la Revolución de Mayo de 1810?
Revolución de Mayo, causas externas
 Inglaterra necesitaba mercados consumidores de sus productos. ...
 España tenía su rey prisionero de Francia. ...
 Francia emprendió las Guerras Napoleónicas. ...
 Portugal trasladó sus reyes a Brasil. ...
 Las invasiones inglesas. ...
 La asonada de Álzaga. ...
 Revoluciones de La Paz y Chuquisaca

Primera Junta

Obra de la Junta
El 25 de Mayo de
1810 se instaló la
Primera Junta
compuesta por
Cornelio Saavedra
como presidente,
Mariano Moreno y
Juan José Paso
como secretarios y
Manuel Alberti,
Miguel de
Azcuénaga, Manuel
Belgrano, Juan
José Castelli, Juan
Larrea y Domingo
Matéu, como
vocales.

La Junta se encargó
de presentarse
como heredera de
las autoridades
metropolitanas que
estaban en manos
de Napoleón
Bonaparte. Por eso, sus miembros juraron fidelidad al monarca Fernando VII.

Las primeras tareas de la Junta fueron difundir sus ideas, lograr el reconocimiento de su
autoridad ante los pueblos, sofocar los epicentros contrarrevolucionarios y reunir un
Congreso en que hubiera representación de los distintos territorios del virreinato.

Además, se fue desplegando una intensa labor que se concretó en múltiples reformas:
Vieytes, en Salta; Castelli, en el Alto Perú, Pueyrredón, en Córdoba; Belgrano, en Paraguay;
y Moreno, en Buenos Aires propiciaron cambios poniendo en acto las ideas que sostenían.

La Junta declaró la libertad de comercio y disminuyó los derechos de exportación de frutos


del país en un cincuenta por ciento. También decidieron abrir al comercio exterior los
puertos de Maldonado en la Banda Oriental y Río Negro –donde se halla Carmen de
Patagones- y el de Ensenada. Se buscó agilizar la exportación de productos autóctonos y
promover el poblamiento de estas zonas. Para ello, Moreno redactó instrucciones respecto
de cómo debía llevarse a cabo la venta de los terrenos y el asentamiento de los habitantes.
Se establecía que no se podía vender más de una cuadra y que todo propietario de mayor
extensión podía ser obligado a vender a cualquiera que lo solicitara, como modo de evitar
la formación de grandes propiedades.

Estas medidas se basaban en las sugerencias de Pedro Andrés García, que había sido
designado para realizar una expedición a la “frontera” con el objeto de realizar estudios
agrarios de la campaña bonaerense, para luego repartir sus tierras y colonizarlas. Estas
ideas formaban parte del Plan Revolucionario de Moreno.
Allí, también planteaba que invirtiendo "[...] una cantidad de
doscientos o trescientos millones de pesos puestos en el
centro del Estado para la fomentación de las artes,
agricultura, navegación, producirá en pocos años un
continente laborioso, instruido y virtuoso, sin necesitad de
buscar exteriormente nada de lo que necesita para la
conservación de sus habitantes, no hablando de aquellas
manufacturas que, siendo como un vicio corrompido, son de
un lujo excesivo e inútil, que deben evitarse principalmente
porque son extranjeras y se venden a más oro de lo que
pesan". Proponía invertir dinero para lograr una producción
diversificada, que permitiera un desarrollo autónomo del Río
de la Plata sin desviar la riqueza del país hacia la compra de
productos importados. Fijando límites de extensión se
mantenían los aranceles a la importación, no obstante la
presión de los comerciantes ingleses, su rebaja se hizo
efectiva bajo el primer Triunvirato de 1811.

Para la época, las explotaciones mineras eran uno de los


pilares más sólidos del privilegio español. Moreno propuso
que las minas de oro y plata fueran manejadas por el nuevo
gobierno y se prohibió la salida del país de metales preciosos.
Se creó un fondo para impulso a la industria minera. Los
morenistas sabían que no podría sostenerse el proceso
revolucionario sin la base económica, la concentración social
y el manejo de llave estratégica del Alto Perú (actual Bolivia), cuya población pasaba del
millón de indígenas explotados por una oligarquía minera capaz de utilizar esas riquezas
para financiar la contrarrevolución desde el Perú. Castelli durante su campaña al norte y
desde Potosí, declaró la liberación de los esclavos, el fin del trabajo servil de los indios, la
reforma agraria y expropiación de las tierras, ganados y cultivos a los que habían huido
hacia Lima.

En la proclama dirigida al pueblo el 26 de mayo, la Junta establecía que trataría de lograr


por todos los medios posibles "[...] la observancia de las leyes que nos rigen y el sostén de
estas posesiones en la más constante fidelidad y adhesión a nuestro muy amado Rey y
Señor D. Fernando VII y sus legítimos sucesores en la Corona de España". Siguiendo estos
lineamientos, los integrantes de la Junta trataron de conseguir la legitimación del ex-virrey,
el Cabildo y la Audiencia y los invitaron a prestarle juramento.

Disgustados por esa exigencia, se pusieron inmediatamente a trabajar en la organización


de la contrarrevolución. Se propusieron levantar al resto de los territorios del Virreinato
contra la Junta, para eso despacharon emisarios de la contrarrevolución —especialmente
hacia Córdoba, que sería el principal centro de actividades—.
En respuesta a esta situación, el sector morenista
adoptó severas medidas: el 22 de junio desterró a
España al virrey y a los oidores; se prohibió al obispo
Lue y Riega concurrir a la Iglesia para que no utilizara
el púlpito como tribuna de la contrarrevolución y se
enviaron destacamentos militares hacia el resto de los
territorios. "[...] cualquiera que hable o vierta especies
contra el Nuevo Gobierno, será remitido preso a la
capital", esa era la orden.

En Córdoba, Santiago de Liniers, el gobernador


Gutiérrez de la Concha y el obispo Orellana
capitaneaban la contrarrevolución. A ellos se sumó el
virrey del Perú, José de Abascal que había desconocido
a la Junta de Buenos Aires y había incorporado
preventivamente las intendencias del virreinato a su
jurisdicción, las cuales debían depender de la Audiencia
de Charcas. El Cabildo de Córdoba reconoció a Abascal
y a la Audiencia.

A instancias de Mariano Moreno, la Junta decidió una


enérgica acción: envió una expedición de 1.500 hombres comandadas por Francisco
Antonio Ortiz de Ocampo. Ocupó Córdoba sin hallar resistencia y envió destacamentos para
capturar a los rebeldes. El Cabildo cordobés había rectificado su posición, dejando sin
efecto el reconocimiento de Abascal. Liniers y los otros cabecillas fueron capturados y
Ocampo recibió la orden de fusilarlos, pero con la anuencia de Hipólito Vieytes -
representante de la Junta en la expedición- decidió no hacerlo y enviar a los prisioneros a
Buenos Aires. Ante la vacilación de Ocampo, fue despachado para reemplazarlo Juan José
Castelli. Este cumplió la orden emanada de la Junta y fusiló de inmediato en la posta de
Cabeza de Tigre a los contrarrevolucionarios, sólo se salvó el obispo Orellana por respeto
a su investidura. Córdoba reconoció a la Junta y se nombró a Juan Martín de Pueyrredón
como gobernador-intendente.

Entre otras medidas, se ordenó la realización de un censo a los habitantes de Buenos Aires;
para conocer los recursos naturales y bienes disponibles. Los criollos fueron incorporados
para desempeñarse en cargos administrativos; los indígenas que conformaban los
batallones de Pardos y Morenos fueron equiparados e incorporados a los batallones de
criollos. El Estado se dedicaría a la fabricación de fusiles en Buenos Aires y Tucumán y
ordenó la creación de una fábrica de pólvora en Córdoba. Además, la Junta retuvo la
dirección de la Iglesia y logró incorporar en cargos superiores a los curas criollos que
adscribían a las ideas revolucionarias. Se encargó a los curas de las diócesis la lectura
de La Gazeta desde el púlpito “para instruir al pueblo de los principios del nuevo gobierno
al que se debía obediencia".

¿Por qué se produjo la Revolución de Mayo?


Los historiadores se preguntan constantemente acerca de cuáles son las causas de los
hechos.
En la historia que estudiaban nuestros padres o abuelos, las causas de los hechos, muchas
veces, se reducían a los pensamientos, ocurrencias, aciertos, erro res o arrebatos de un
hombre o de un pequeño grupo de ellos. Eran los hombres importantes, los próceres, los
únicos protagonistas de la historia. Esta mirada de la historia cambió. También cambiaron
las preguntas que hacen los historiadores respecto de las causas de los hechos históricos.
Preguntan sobre las distintas dimensiones de la realidad: la económica, la política, la social
y la de las mentalidades, es decir, las creencias, saberes, actitudes o valores de hombres
y mujeres. Cuando se toman en cuenta estas diferentes dimensiones, las explicaciones
históricas resultan m u l t i c a u s a l e s.
Los historiadores discuten acerca de la importancia y el origen de las distintas causas; se
preguntan: ¿serán más importantes las causas de tipo económico o las políticas?, ¿acaso
serán más importantes las sociales?
La Revolución de Mayo tiene una multiplicidad de causas. Algunas están relacionadas con
sucesos americanos, otras con hechos ocurridos en España; algunas son de tipo
económico, otras de origen social. A continuación, les proponemos identificar las múltiples
causas de la Revolución de Mayo.
• Lean con atención el siguiente texto y luego resuelvan las actividades.
La crisis de la monarquía hispánica
España emprendió grandes reformas en la segunda mitad del siglo XVIII. Varios eran sus
objetivos. En primer lugar, poder aumentar los recursos para afrontar los problemas
financieros que tenía la Corona española. Para eso, decidió fomentar las economías
coloniales y aumentar la presión fiscal. En segundo lugar, como las colonias americanas se
hallaban amenazadas por Inglaterra y, por otro lado, España y Portugal peleaban por el
territorio que se extiende al norte y al oriente del Río de la Plata, la Corona española debía
reforzar la defensa militar de sus colonias. En tercer lugar, las reformas impulsaron la
creación del Virreinato del Río de la Plata en
1776 y su división en intendencias con el fin de mejorar la administración.
Estas reformas provocaron una gran disconformidad en casi todas las capas sociales
americanas, en especial entre los criollos. Con la nueva división administrativa, los criollos
fueron desplazados de los cargos de responsabilidad del gobierno colonial mientras los
españoles seguían ocupando los más altos cargos de gobierno y se beneficiaban del
comercio de monopolio. Todos estos hechos hicieron que a principios del siglo XVIII, los
sectores más calificados por su educación, posición económica o política comenzaran a
tomar conciencia de la debilidad del imperio colonial español en América. Además, muchos
de ellos, nacidos en América, como Belgrano,
Castelli y Moreno, habían estudiado en Europa en la época de la Revolución Francesa.
Convencidos de las ideas de libertad e igualdad que proclamaba esta revolución, creían
que sólo con la independencia de España lograrían imponer estos principios en el Río de
la Plata.
En mayo de 1808, Napoleón invadió España y encarceló al rey Fernando VII con el fin de
coronar a su hermano José Bonaparte. En respuesta a esto, el pueblo español se levantó
en armas contra el ejército invasor francés y formó Juntas de gobierno autónomas en las
ciudades no ocupadas. El 25 de septiembre de 1808, las Juntas enviaron diputados a
Sevilla y allí se constituyó la Suprema Junta Central Gubernativa del Reino, que gobernó a
partir de entonces en lugar y nombre de Fernando VII.
Estas noticias llegaron al Río de la Plata con dos o tres meses de atraso y contribuyeron a
crear un clima de gran intranquilidad. Muchos se preguntaban: “Si el rey está preso, ¿quién
gobierna en América?”.
Colección Para seguir aprendiendo. Material para alumnos
Área: Ciencias Sociales
Contenido: Historia
¿Por qué se produjo la Revolución de Mayo?
Las invasiones inglesas: el comienzo del derrumbe del poder español
En 1806 y en 1807, los ingleses invadieron Buenos Aires. Para hacer frente a la ocupación
inglesa, se organizaron por primera vez cuerpos de milicias voluntarios integrados por los
habitantes de Buenos Aires y de otras regiones del territorio. La organización de la defensa
de Buenos Aires por parte de los criollos les demostró, al mismo tiempo, la capacidad que
tenían para dirigir su propio destino.
La crisis de la monarquía española también generó tensiones en el ámbito económico. La
administración colonial se encontraba debilitada por la falta de comunicación con España y
por la bancarrota financiera. Las autoridades se vieron obligadas a tolerar el comercio con
navíos neutrales y aliados, especialmente ingleses. En
1809, se legalizó este comercio de contrabando a través del Reglamento de Comercio
Libre. Estas medidas enfrentaron a comerciantes monopolistas peninsulares con
hacendados criollos. Estos últimos defendían el libre comercio y tuvieron en Mariano
Moreno un defensor de sus intereses.
En enero de 1810, la ofensiva militar lanzada por Napoleón hizo que cayera Cádiz, último
bastión de la resistencia española. La crisis imperial española parecía definitiva. Las
novedades llegaron al Río de la Plata en mayo. Al principio, y para no alarmar a la población,
el virrey Cisneros intentó interceptar y ocultar la noticia. Pero como los rumores ya habían
corrido, se vio obligado a comunicar la novedad el día 18 de mayo. Cuando lo hizo, el virrey
pidió al pueblo de Buenos Aires que se mantuviera fiel a la madre patria España.
Sin embargo, los criollos estaban seguros de que había llegado el momento de tomar
decisiones y apresuraron, en Buenos Aires, la convocatoria de un Cabildo Abierto. Éste se
reunió el 22 de mayo. Debía decidir –nada menos– sobre quién recaería la soberanía, es
decir, el poder de gobernar estas tierras. Ese día la mayoría de los vecinos votó la posición
de Saavedra: el Cabildo debía reemplazar el poder del virrey. El día 24 se formó una
Junta de Gobierno dirigida por Cisneros, acompañado por dos españoles y dos criollos.
Pero los criollos no estaban conformes con la designación de Cisneros. Por eso, con el
apoyo de las milicias, el nuevo poder militar que había surgido de la resistencia a las
invasiones inglesas, presionó para que renunciara. El día 25 los criollos formaron una nueva
Junta, la Primera Junta de Gobierno de las Provincias del Río de la Plata.
Texto elaborado a partir de: Noemí Goldman, “Crisis imperial, revolución y guerra
(1806-1820)”, en Revolución, República, Confederación (1806-1852), Buenos Aires,
Sudamericana, 1999 y Susana Simian de Molinas, “La Revolución de Mayo”, en Historia
Testimonial Argentina, Buenos Aires, CEAL, 1984.
Actividad
1. Identifiquen los distintos hechos y procesos que pueden ser considerados causas de la
Revolución de Mayo. Luego, clasifiquen las causas de acuerdo con:
a. el lugar de origen:
• Causas vinculadas con hechos y procesos producidos en América;
• Causas vinculadas con hechos y procesos producidos en Europa.
b. las distintas dimensiones de la realidad social:
• Causas políticas;
• Causas económicas;
• Causas sociales;
• Causas ideológicas.
c. su duración en el tiempo:
• Causas estructurales o de larga duración;
• Causas coyunturales o de duración media;
• causas del momento o de corta duración (los acontecimientos).
Tengan en cuenta que estas causas no son excluyentes. Por ejemplo, una causa puede ser
estructural y económica al mismo tiempo.
2. Como conclusión, escriban un texto breve, de diez renglones aproximadamente, que
sintetice por qué se produjo la Revolución de Mayo. Para hacerlo, deberán relacionar las
múltiples causas identificadas anteriormente.

FORMACION ETICA Y CIUDADANA


El concepto de nación

El concepto de nación
Fuentes documentales para trabajar ideas, conceptos y palabras de 1810. El concepto de
nación y el subconcepto de soberanía.
Concepto: nación. Subconceptos: soberanía.

- Definición de Nación: “nombre colectivo que significa algún pueblo grande, Reino, o
Estado. Sujeto a un mismo Príncipe, o Gobierno”. En el Diccionario Castellano con las
voces de Ciencias y Artes (1786-1788), en ALVAREZ DE MIRANDA (comp.):
Lexicografía española peninsular. Diccionarios Clásicos (II), Serie VIII: Lingüística y
antecedentes literarios de la Península Ibérica, vol. 8, Colección Clásicos Tavera.

- Fragmento de la “Representación de los hacendados” (1809), de Mariano Moreno.

“[…] Debieran cubrirse de ignominia los que creen que abrir el comercio a los
ingleses en estas circunstancias es un mal para la Nación y para la Provincia: pero,
cuando concediéramos esta calidad al indicado arbitrio, debe reconocérsele como
un mal necesario, que siendo imposible evitar, se dirige por lo menos al bien
general, procurando sacar provecho de él, haciéndolo servir a la seguridad del
Estado.
[…]Desde que la pérfida ambición de la Francia causó en España violentas
convulsiones, terminadas a sacudir el yugo opresor que la degradaba, el noble
genio de nuestra nación empezó a desplegar planes benéficos, ideas generosas, que
hicieron presentir la prosperidad a que su situación la destina en medio de los
males que atacaban tan poderosamente su existencia. Uno de los rasgos más justos,
más magnánimos, más políticos, fue la declaración de que las Américas no eran una
colonia o factoría como las de otras naciones, que ellas formaban una parte
esencial e integrante de la monarquía española y en consecuencia de este nuevo ser,
como también en justa correspondencia de la heroica lealtad y patriotismo que
habían acreditado a la España en los críticos apuros que la rodeaban, se llamaron
estos dominios a tener parte en la representación nacional, dándoseles voz y voto en
el gobierno del reino.
Esta solemne proclamación, que formará la época más brillante para la América,
no ha sido una vana ceremonia que burle la esperanza de los pueblos,
reduciéndolos al estéril placer de dictados pomposos, pero compatibles con su
infelicidad. La nación española, que nunca se presenta más grande que en los
apurados males que ahora la han afligido, procedió con la honradez y veracidad
que la caracterizan, cuando declaró una perfecta igualdad entre las provincias
europeas y americanas; sostuvo los derechos más sagrados cuando destruyó los
principios que pudieran conservar reliquias de depresión en pueblos tan
recomendables; premio con la magnificencia de una nación grande la fidelidad y
estrecha unión, que tan brillantemente habían acreditado; y obró con la prudencia y
políticas propias de un reino ilustrado, que en el abatimiento y destrozo a que lo
habían reducido sus enemigos, no podía considerarse en orden a su fuerza real sino
como un accesorio de aquella gran parte que elevaba a la apetecida dignidad de
formar un solo cuerpo.[…]”

- Proclama de Cisneros, aparecida el 18 de mayo de 1810. En:


http://www.elhistoriador.com.ar/documentos/independencia/proclama_del_18_de_mayo.ph
p

- Manuel Belgrano: fragmento del Correo de Comercio, reproducción facsimilar, Buenos


Aires, Academia Nacional de la Historia, 1970, T. I, Nros. 17 y 18, 23 y 30 de junio de
1810.

“Por patricios entendemos a todos cuantos han tenido la gloria de nacer en los
dominios españoles, sean de Europa o sean de América; pues que formamos todos
una misma nación y una misma monarquía, sin distinción alguna en nuestros
derechos y obligaciones.”

Fragmento del reglamento de la división de poderes, 1811.

“[…] INTRODUCCIÓN
Después que por la ausencia y prisión de Fernando VII, quedó el estado en una
orfandad [sic: a] política, reasumieron los pueblos el poder soberano. Aunque es
cierto que la nación había transmitido en los reyes ese poder, pero siempre fue con
la calidad de reversible, no sólo en el caso de una deficiencia total, sino también en
el de una momentánea y parcial. (…)
Claro está por estos principios de eterna verdad, que para que una autoridad sea
legítima entre las ciudades de nuestra confederación política debe nacer del seno de
ellas mismas, y ser una obra de sus propias manos. Así lo comprendieron estas
propias ciudades, cuando revalidando por un acto de ratihabición tácita el
gobierno establecido en esta capital, mandaron sus diputados para que tomasen
aquella porción de autoridad que les correspondía como miembros de la
asociación.”

“Reglamento de la división de poderes sancionado por la Junta conservadora,


precedido de documentos oficiales que lo explican [30 de septiembre a 29 de
octubre de 1811]”, en Emilio Ravignani [comp.], Asambleas Constituyentes
Argentinas, T. VI, 2a. parte, Buenos Aires, Instituto de Investigaciones Históricas,
Facultad de Filosofía y Letras, 1939, págs. 599 y sigs. En Chiaramonte, José
Carlos: ob.cit.

- Fragmento de la Marcha Patriótica, de Vicente López y Planes, actual Himno Nacional


Argentino (1813).

Oíd, mortales, el grito sagrado:


"¡Libertad! ¡Libertad! Libertad!".
Oíd el ruido de rotas cadenas;
ved en trono a la noble Igualdad.
Se levanta a la faz de la tierra
una nueva y gloriosa nación,
coronada su sien de laureles
y, a sus plantas, rendido un León.

- Fragmento de El Derecho de Gentes en la Universidad de Buenos Aires: el curso de


Antonio Sáenz de 1822-1823. Libro Segundo. Del Derecho de Gentes. Tratado 1º. de las
Sociedades en General de sus Atribuciones y Diferencias. Capitulo 1º. de la Sociedad.

1ª Regla
“La Sociedad llamada así por antonomasia se suele también denominar Nación y
Estado. Ella es una reunión de hombres que se han sometido voluntariamente a la
dirección de alguna suprema autoridad, que se llama también soberana, para vivir
en paz, y procurarse su propio bien y seguridad.” No es propio de este lugar
detenerse a buscar el primer origen de las sociedades como lo hacen algunos
autores. Esto pertenece a la historia.

Antonio Sáenz, Instituciones elementales sobre el Derecho Natural y de Gentes


[curso dictado en la Universidad de Buenos Aires en los años de 1822-23], Buenos
Aires, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Instituto de Historia del Derecho
Argentino, 1939. Libro Segundo, Del Derecho de Gentes. Tratado 1º, de las
Sociedades en General, de sus Atribuciones y diferencias. Capítulo 1º, de la
Sociedad, Capítulo 2º, De las atribuciones de las Sociedades, págs. 68 y sigs.

- Fragmento del discurso de Juan Ignacio Gorriti

“[…] Asenté que no había nación, y que por consiguiente antes de darle el ejército,
era darle existencia. Para esclarecer esta cuestión es necesario que tomemos las
palabras, en el sentido en que deben versarse, para que tengan una significación
circunscripta al objeto que nos llama la atención. De dos modos puede considerarse
la nación, o como gentes que tienen un mismo idioma, aunque de ellas se formen
diferentes estados, o como una sociedad ya constituida bajo el régimen de un solo
gobierno. En el primer sentido fue una nación la Grecia, sin embargo de que estaba
dividida en una multitud de estados pequeños, que hacian otros tantos gobiernos
particulares con leyes propias del resto de la nación. Es también lo mismo la Italia:
toda ella se considera una nación, sin embrago que está subdividida en una
multitud de estados diferentes. Puede considerarse del mismo modo la América, al
menos toda la del Sud, como una sola nación, sin embargo de que tiene estados
diferentes, que aunque tengan un interés común tienen los suyos particulares, que
son bien diferentes; mas no bajo el sentido de una nación, que se rige por una
misma ley, que tiene un mismo gobierno. Yo pregunto, ¿qué cosa es una nación
libre? Es una sociedad en la cual los hombres ponen a provecho en común sus
personas, propiedades y todo lo que resulta de esto. En sus personas ponen su
industria, su fuerza física, su capacidad intelectual, sus virtudes, su sangre y su
misma vida. Más cuando pone esto a producto de la sociedad, lo hace bajo ciertas
condiciones, por las cuales ellos calculan lo que ceden y lo que reciben. Cuando
ceden, y ponen a beneficio de la sociedad esta porción de bienes, es porque las
consideraciones con que ellos las cede, y condiciones que exigen son más
ventajosas al individuo que la conservación de sus derechos plenos en el estado de
la naturaleza. Es pues en este sentido que yo he dicho, y repito, que no tenemos
nación; que no la hay: si señores no la hay. Para sacudir el yugo peninsular de
hecho nos unimos; mas esta unión no forma nación. Por muchos actos positivos
hemos manifestado el deseo que tenemos de organizarnos en una nación, ¿pero se
ha organizado una nación, señores?[…]”.

En “Discursos de Juan Ignacio Gorriti y Valentín Gómez en el debate relativo a la


creación y organización del Ejército Nacional, iniciado en la sesión del 3 de mayo
de 1825]”. E. Ravignani [comp.], Asambleas Constituyentes Argentinas, ob. cit., T.
I, págs. 1324 y sigs., y 1328 y sigs. En Chiaramonte, José Carlos: ob.cit.

Música

Diez versiones del himno nacional para disfrutar en YouTube


Para conmemorar el Día del Himno Nacional Argentino, seleccionamos diez versiones de
la canción patria que están disponibles en YouTube. Para emocionarse, para reflexionar,
para cantar a viva voz.
Se aprende de memoria en la escuela y se canta toda la vida, de pie, con el corazón. Suena
cuando asumen los presidentes y otros funcionarios públicos, antes de los eventos
deportivos de las delegaciones argentinas, en los actos escolares, en las fiestas de pueblo,
en las marchas ciudadanas. Con sus primeros acordes, nos conmovemos hasta las fibras
más íntimas. Nos pasa como alumnos, docentes, padres, pero también como vecinos,
manifestantes, trabajadores, exiliados, viajeros. Donde sea que escuchemos el himno,
sabemos que ahí invocamos a la Patria y que no estamos solos. Nos reúne y nos une.
Para celebrar el Día del Himno Nacional Argentino, compartimos algunos datos sobre su
historia y proponemos un recorrido por videos de YouTube que muestran diez versiones de
la canción patria que es grito sagrado.
Un poco de historia
 Vicente López y Planes escribió la letra del himno en 1812.
 Un año más, tarde, el español Blas Parera compuso la música.
 Fue aprobado por la Asamblea General Constituyente del Año XIII el 11 de mayo de
1813; el decreto original se encuentra en el Archivo General de la Nación.
 La versión original era mucho más larga que la que hoy conocemos: duraba 20
minutos.
 Su primer título fue «Marcha patriótica».
Versión filarmónica
Esta versión del canal de Divididos está dedicada especialmente a los docentes. Vestidos
con guardapolvos blancos y escarapelas en el pecho, los músicos de la Orquesta
Filarmónica de Mendoza, dirigida por Gustavo Fontana, y Ricardo Mollo, vocalista y
guitarrista de la banda de rock Divididos, interpretan el himno en el prestigioso Teatro
Independencia de Mendoza, inaugurado el 18 de noviembre del 1925.
La propuesta estética del video, en un sobrio blanco y negro con algunos detalles
destacados en celeste, suma valor a la interpretación musical.
Versión tanguera
Ariel Ardit, cantante de tango ganador del premio Konex de Platino 2015, y su Orquesta
Típica interpretan el himno con elegancia tanguera en una sala del Museo Histórico
Nacional. El inconfundible sonido del pianoforte, los violines y los bandoneones dan ganas
de escuchar y disfrutar la canción patria abrazados en una baldosa.
Con una sola guitarra
El himno interpretado con una sola guitarra y todo el talento. Julio Silpitucla, oriundo de
Merlo (provincia de Buenos Aires), toca su versión del himno rodeado de niños y docentes
que están de visita en el Museo de la Casa Rosada. ¿Qué cuerdas tocará este joven
guitarrista? Imposible no emocionarse.
Con aires marplatenses
Alumnos de quinto año del nivel secundario del Colegio IDRA de Mar del Plata (provincia
de Buenos Aires) realizaron este original videoclip del himno nacional argentino, bajo la
dirección del profesor Carlos González. Se destacan las dos vocalistas María Florencia
Rondinara y Lucina Bruno, acompañadas por Ariel Torres en el teclado, Diego
Antonio y Guillermo Cerrotta en guitarras, Iñaqui Jaureguy en el bajo y Franco Tántera
Fernández en batería. Ritmo de rock y bellísimas imágenes que muestran la ciudad de Mar
del Plata desde otro ángulo.
Versión de armónica
Esta versión de Ciro (ex vocalista de Los Piojos y actual líder de Ciro y Los Persas) fue
grabada en 2013 en el programa Encuentro en el estudio, de Canal Encuentro. El cantante
dice a modo de introducción: «Hay que ponerse de pie» y, con los ojos cerrados, le da vida
al himno en su armónica. Toca esta misma versión desde los 12 años, que en diciembre de
2016 le valió una ovación en la previa del partido de tenis entre Juan Martín Del
Potro y David Ferrer por la Copa Peugeot.
Versión clásica
En esta versión tradicional del canal del Ejército Argentino en YouTube, los músicos de
la Banda Militar «Tambor de Tacuarí», del Regimiento de Infantería 1 «Patricios» —el
regimiento más antiguo de la Argentina— interpretan la canción patria con su uniforme
histórico.
La banda suele participar en actos públicos: musicalizó la vigilia del Bicentenario de la
Revolución de Mayo y el desfile del Bicentenario de la Independencia en la ciudad de
Buenos Aires, participó en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y ha
representado a la Argentina en festivales internacionales, como el Musikschau Der
Nationen 2003, en Bremen, Alemania.
Con instrumentos autóctonos
Una cuidada versión del canal del Ministerio de Cultura de la Nación en la que brillan los
instrumentos autóctonos: da gusto escuchar los sikus, las quenas, el charango, los bombos
legüeros y el bandoneón. El arreglo y la dirección estuvo a cargo de Lito Vitale. Para mirar,
escuchar y dejarse llevar por todas las geografías del país.
Versión rockera
Esta versión del canal CharlyGarcíaVEVO fue registrada por Charly García en su
disco Filosofía barata y zapatos de goma, de 1990. Con una batería y un teclado electrónico,
se alejó de ritmos marciales y ceremoniosos. En su momento, generó tal polémica que fue
necesario que un fallo judicial autorizara a emitir por las radios la versión rockera como
opción a la versión tradicional. Aunque pasaron casi treinta años, todavía sigue provocando
reacciones a favor y en contra.
Versión saxofónica
Del canal de Jorge Palounier, uno de los integrantes del conjunto musical Cuatro Vientos.
En esta versión, los cuatro músicos recorren solo con sus saxos varios ritmos argentinos:
tango, milonga ciudadana y campera, chamamé, chacarera, baguala y carnavalito. El video
fue grabado en un concierto en la Casa Nacional del Bicentenario.
Al estilo TEDxRíodelaPlata
Con motivo del Bicentenario de la Independencia argentina, Sergio Feferovich, director de
orquestas y coros con vasta trayectoria, y Voxpop, una banda de rock sin instrumentos,
invitaron a cantar el himno en esta charla TEDxRíodelaPlata. «Es nuestra canción patria.
Para que en todo el mundo se escuche el himno nacional argentino, con introducción y todo,
sin instrumentos (...), nos ponemos de pie y cantamos todos juntos», arengó Feferovich y
agregó: «Mucho volumen, mucho patriotismo. Va a ser maravilloso esto. ¡Pensemos en las
palabras que decimos! ¡Pensemos en nuestra patria!».
Artes visuales
¿Qué diferencias encuentras entre las imágenes?

La especialista en historia del arte Lía Munilla visitó el Cabildo en busca de


los retratos que se pintaron en ese siglo y que forman parte de la colección
del Museo
Lía Munilla es especialista en historia del arte y visitó el Cabildo en busca de los
retratos que se pintaron en el siglo XIX y que forman parte de la colección del Museo.
Durante la visita enmarcada en la actividad “Cabildo en foco”, la especialista relató
cómo antes del periodo de independencia, lo que primó fue la producción de
pinturas de carácter religioso. Las figuras de sacerdotes, santos, obispos, monjas
ocupaban tanto los edificios públicos como los recibidores de las casas de familia.
Cuando estalló la Revolución de Mayo en 1810, este tipo de pintura comenzó a ser
desplazada. A la luz de los procesos revolucionarios en América Latina, se fue
modificando el gusto y surgió la necesidad de retratar aquellos personajes que se
posicionaron políticamente y en la guerra. “El gusto de las nuevas elites se fue
transformando de la mano de la importancia de ponerle rostro a los hombres
políticos del momento, que muchas veces no eran conocidos en la población y que
demandaban, al igual que los líderes europeos, tener su retrato”, señaló Munilla.

Mariano Moreno, Cornelio Saavedra, Juan José Castelli, los demás miembros de la
Primera Junta y los integrantes de los Triunviratos y asambleas tenían derecho a ser
retratados, no tanto por pertenecer (o no) a familias destacadas de la aristocracia,
sino gracias a su mérito por participar en las gestas patrióticas.
Esta retratística se enfocó no sólo en la figura de quién era el retratado, sino en la
función que cumplía ese retrato, que comenzó a ocupar nuevo lugar en lo social. Los
rostros de los personajes se volvieron de carácter público, se dieron a conocer,
empezaron a ser observados en las paredes de las instituciones políticas.
Pero esos retratos eran piezas únicas, entonces, ¿cómo podía conocer alguien que
vivía muy lejos de Buenos Aires la cara de Belgrano, de Saavedra, de los miembros
de la Primera Junta?
A partir de la década del ’20, se introdujo una técnica que fue fundamental: la
litografía, una forma de impresión, más sencilla que el grabado, donde el artista
diseñaba su cuadro sobre una piedra y permitía realizar múltiples copias. Con la
prensa litográfica se abarataron los costos, los retratos se comenzaron a vender a
bajo costo, y esa circulación se volvió masiva.
A su vez, en la segunda mitad del siglo XIX apareció el retrato fotográfico, el
daguerrotipo, que si bien nunca reemplazó al retrato pictórico le compitió y obligó
a los artistas plásticos a obtener las cámaras, ya que la población estaba fascinada
con las imágenes. En primer momento fue un elemento de elite ya que la técnica era
muy costosa, y se fue popularizando con el paso del tiempo.
Además del retrato de carácter público, existió también una retratística de carácter
privado. Las familias patricias hacían retratar a sus esposas y a sus hijos en grandes
y ornamentales cuadros y también en pequeños soportes de bronce, como
miniaturas, donde se retrataba el rostro de los familiares queridos. Éstos se
convirtieron en objetos de lujo que se legaban a las generaciones venideras, y que
solo se conocían al interior de las familias.
Para la especialista Lía Munilla, el siglo XIX es el siglo del retrato. El retrato en América
Latina se hizo popular, asumió distintas funciones, se distribuyó y empezó a circular
entre otros públicos. Cambiaron los soportes y el gusto por tener en las instituciones
y en los hogares los retratos de los grandes líderes de la patria.

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