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82 CONSEJOS DE GURDJIEFF A SU HIJA: UNA

PODEROSA LISTA DE SOBRIA SABIDURÍA


EL MAESTRO G.I. GURDJIEFF LEGÓ ESTA LISTA DE 82 CONSEJOS PARA LLEVAR
UNA VIDA MENTAL Y FÍSICAMENTE SANA, LIBRE Y RESPONSABLE

G. I. Gurdjieff es, sin duda, uno de los místicos más influyentes del último
siglo. Su filosofía, que a grandes rasgos planteaba que el hombre en
términos prácticos es una máquina programada que vive en un estado de
perpetua somnolencia (sí, Gurdjieff es uno de los grandes precursores
del apocalipsis zombie, sólo que para él esto no era algo que iba pasar
en el futuro sino que ya era el estadio general de nuestra sociedad), ha
sido importante para personajes como Osho, Jodorowsky, Castaneda,
Leary, Crowley y por supuesto, su gran alumno Ouspenski. Aunque
Gurdjieff, en su plano más esotérico, sostenía una visión un tanto más
radical (como que el ser humano es alimento para la Luna), en este
caso tenemos un ejemplo de su dao, una enseñanza moral que casi
podríamos incrustar en la gran tradición del camino chino del justo
proceder junto a alguien como Confucio.

83 PRECEPTOS DE GURDJIEFF – FALACIA INTENCIONAL


Alfredo MARINELLI
https://eneagramacuartocamino.wordpress.com/2012/04/09/los-
mandamientos-de-gurdjieff/
Estos 83 mandamientos se encuentran en un libro escrito por Alejandro
Jodorowsky titulado “El Maestro y la magas” en el Capítulo 9 (El trabajo
sobre la esencia). Es una novela, en donde el autor supuestamente se
encuentra con una supuesta hija de Gurdjieff, producto de una supuesta
relación que tuvo éste cuando viajo a EE.UU. en 1924, con una supuesta
chica y le dejó estos supuestos mandamientos para su hija.

Son demasiados supuestos para dar veracidad al origen de estas frases,


que si bien tienen alguna connotación con las ideas de Gurdjieff, tienen
aun más connotación con la prodigiosa imaginación de Jodorowsky. El
hecho es que en Internet ya esto figura en muchas páginas como
palabras dichas por Gurdjieff, sin aclarar que son extraídas de la novela
“El Maestro y la magas” de Alejando Jodorowsky.

Jodorowsky es un hombre de gran versatilidad: mimo, actor, director


teatral, fabulador-dibujante, cineasta, historietista, narrador, ensayista,
filósofo, psicomago, etc. En todos sus trabajos es notoria la influencia de
Gurdjieff y Castaneda, pero también hay Gnosticismo, Nueva Era,
Budismo Zen, Reencarnación, Misticismo, Psicoterapia moderna, etc. En
síntesis una mezcla de conocimiento espiritual que tiñe todas sus
acciones.

En la contratapa del libro “El Maestro y la magas” podemos leer lo


siguiente: En este nuevo libro, Alejandro Jodorowski completa su
“autobiografía imaginaria”, nuevo género literario creado por él en La
danza de la realidad (Grijalbo, 2001)… Esto de “autobiografía imaginaria”
contradice su postura en donde afirma que todos los acontecimientos y
personajes del libro son reales.

Todo lo que trata sobre el sexo es de muy bajo nivel. Si el lector quiere
establecer claramente el significado del sexo en la vida del hombre
acorde con lo que enseño Gurdjieff, el libro más esclarecedor se titula:
“Sexo” de J. G. Bennett.

Para entender a este personaje, como a muchos “evangelistas del cuarto


camino”, remito al lector al libro: “El Poder curativo de la crisis” de
Stanislav Grof, capítulo “Autorrealización y Perturbaciones Psicológicas”
por Roberto Assagioli del cual extraigo una parte:

Las crisis causadas por el despertar espiritual


La apertura del canal entre los niveles consciente y supra consciente,
entre el “yo” y el Yo superior, y el torrente de luz, energía y gozo que le
acompaña, producen una maravillosa liberación 1.

En la Psicosíntesis, consideramos que dichas experiencias de valores


superiores proceden de niveles supraconscientes del ser humano. El
supra consciente puede conceptualizarse como la contrapartida superior
del inconsciente inferior, tan bien cartografiado por Freud y sus
sucesores. Sirviendo de centro superior unificador del supra consciente y
del individuo como un todo se encuentra el Yo transpersonal o Yo
Superior. Así pues, las experiencias espirituales pueden limitarse al
terreno del supra consciente o incluir la toma de consciencia de este Yo,
que gradualmente desemboca en la autorrealización: la identificación del
“yo” con el Yo transpersonal.

Pero en otros casos, bastante frecuentes, la personalidad es incapaz de


asimilar correctamente el flujo de luz y de energía. Esto sucede, por
ejemplo, cuando el intelecto no está bien coordinado y desarrollado;
cuando las emociones y la imaginación están descontroladas; cuando el
sistema nervioso es demasiado sensible; o cuando la irrupción de
energía espiritual es abrumadora por su intensidad y su carácter
repentino.

Una incapacidad de la mente para soportar la iluminación o la tendencia


a centrarse excesivamente en sí mismo o al engreimiento pueden
producir que la experiencia sea interpretada de manera errónea o, por
así llamarlo, una “confusión de niveles”. En este caso, se desdibuja la
distinción entre verdades absolutas y verdades relativas, entre el “yo” y el
Yo superior; entonces, las energías espirituales que irrumpen pueden
producir el desafortunado efecto de alimentar e inflar el ego personal.

La experiencia interior del Yo espiritual, y su estrecho vínculo con el yo


personal, proporciona una sensación de expansión interna, de
universalidad, y de convicción de participar de alguna manera en la
naturaleza divina.

Cualquiera que sea la manera de concebir la relación entre el sí-mismo


individual, o “yo”, y el Yo universal, tanto si se considera que éstos son
parecidos o desiguales, diferenciados o unidos, es esencial reconocer
con claridad, y tener siempre presente en la teoría y en la práctica, la
diferencia que existe entre el Yo en su naturaleza esencial –que se ha
llamado la “Fuente”, el “Centro”, el “Ser profundo”- y el pequeño sí-mismo
o “yo”, habitualmente identificado con la personalidad ordinaria de la que
normalmente somos conscientes. El descuido de esta distinción esencial
conduce a consecuencias absurdas y peligrosas.

La distinción proporciona la clave de una comprensión del estado mental


del paciente en cuestión, y de otras formas extremas de auto-exaltación y
auto-glorificación. El error fatal de los que caen víctimas de estas
ilusiones es atribuir al yo personal las cualidades y los poderes del Yo
transpersonal o Yo superior. En términos filosóficos, existe un caso de
confusión entre la verdad absoluta y la verdad relativa, entre los niveles
empíricos y los niveles trascendentes de la realidad. No son raros los
casos de este tipo de confusión entre las personas que quedan
deslumbradas por el contacto con verdades demasiado amplias o
energías demasiado poderosas para que sus capacidades mentales
puedan captarlas y su personalidad sea capaz de asimilarlas. El lector
podrá sin duda recordar casos de autoengaños similares, que se dan en
bastantes seguidores fanáticos de diversos cultos.

También existen casos en los que la irrupción súbita de energías produce


un trastorno emocional que se expresa mediante un comportamiento
incontrolado, desequilibrado, y perturbado. Esta forma de respuesta se
caracteriza por gritos y llantos, el canto y otras explosiones de diversas
clases. Si la persona es activa e impulsiva, puede que sea impulsada
fácilmente por el estímulo del despertar espiritual a jugar el papel de
profeta o salvador; quizá descubra una nueva secta e inicie una campaña
espectacular de proselitismo.

En algunas personas sensibles se produce un despertar de percepciones


psicológicas. Tienen visiones, que ellas atribuyen a seres superiores; tal
vez oigan voces o empiecen con la escritura automática, aceptando sus
mensajes al pie de la letra y obedeciéndolos sin reservas. La cualidad de
tales mensajes es extremadamente variada. Algunos contienen
acertadas enseñanzas; otros son muy pobres o carecen de sentido.
Habría que examinarlos siempre con gran sentido de la discriminación y
un juicio prudente, y sin ser influenciados por su origen extraordinario o
por ninguna pretensión del supuesto transmisor…

Atribuir palabras a Gurdjieff, en este caso mandamientos que nunca dijo


ni escribió, no es menos terrible como el factor de credibilidad de las
personas. La creencia, la sugestionabilidad, la aceptación sin
discernimiento ni corroboración, son algunas de las características del
segundo estado de consciencia, el mal llamado estado de vigilia,
conocido en el lenguaje Gurdjieffiano como soñar despierto.

Desde hace unos años se ha viralizado en la red este texto publicado en


el libro El maestro y las magas, de la editorial Siruela. A continuación,
82 duras perlas que el maestro dedicó a su hija; bien leídas, constituyen
un manual para desprogramarse y vivir libremente, con una
responsabilidad que se debe sólo al propio espíritu. 

1. Fija tu atención en ti mismo; sé consciente en cada instante de lo que


piensas, sientes, deseas y haces.
2. Termina siempre lo que comenzaste.
3. Haz lo que estás haciendo lo mejor posible.
4. No te encadenes a nada que a la larga te destruya.
5. Desarrolla tu generosidad sin testigos.
6. Trata a  cada persona como si fuera un pariente cercano.
7. Ordena lo que has desordenado.
8. Aprende a recibir; agradece cada don.
9. Cesa de autodefinirte.
10. No mientas ni robes; si lo haces, te mientes y robas a ti mismo.
11. Ayuda a tu prójimo sin hacerlo dependiente.
12. No desees ser imitado.
13. Haz planes de trabajo y cúmplelos.
14. No ocupes demasiado espacio.
15. No hagas ruidos ni gestos innecesarios.
16. Si no la tienes, imita la fe.
17. No te dejes impresionar por personalidades fuertes.
18. No te apropies de nada ni de nadie.
19. Reparte equitativamente.
20. No seduzcas.
21. Come y duerme lo estrictamente necesario.
22. No hables de tus problemas personales.
23. No emitas juicios ni críticas cuando desconozcas la mayor parte de
los hechos.
24. No establezcas amistades inútiles.
25. No sigas modas.
26. No te vendas.
27. Respeta los contratos que has firmado.
28. Sé puntual.
29. No envidies los bienes o los éxitos del prójimo.
30. Habla sólo lo necesario.
31. No pienses en los beneficios que te va a procurar tu obra.
32. Nunca amenaces.
33. Realiza tus promesas.
34. En una discusión, ponte en el lugar del otro.
35. Admite que alguien te supere.
36. No elimines, sino transforma.
37. Vence tus miedos; cada uno de ellos es un deseo que se camufla.
38. Ayuda al otro a ayudarse a sí mismo.
39. Vence tus antipatías y acércate a las personas que deseas rechazar.
40. No actúes por reacción a lo que digan, bueno o malo, de ti.
41.  Transforma tu orgullo en dignidad.
42.  Transforma tu cólera en creatividad.
43.  Transforma tu avaricia en respeto por la belleza.
44.  Transforma tu envidia en admiración por los valores del otro.
45.  Transforma tu odio en caridad.
46 No te alabes ni te insultes.
47 Trata lo que no te pertenece como si te perteneciera.
48 No te quejes.
49 Desarrolla tu imaginación.
50 No des órdenes sólo por el placer de ser obedecido.
51 Paga los servicios que te dan.
52 No hagas propaganda de tus obras o ideas.
53 No trates de despertar en los otros emociones hacia ti como
piedad, admiración, simpatía, complicidad.
54. No trates de distinguirte por tu apariencia.
55. Nunca contradigas, sólo calla.
56. No contraigas deudas; adquiere y paga en seguida.
57. Si ofendes a alguien, pídele perdón.
58. Si lo has ofendido públicamente, excúsate en público.
59. Si te das cuenta de que has dicho algo erróneo, no insistas por
orgullo en ese error y desiste de inmediato de tus propósitos.
60. No defiendas tus ideas antiguas sólo por el hecho de que fuiste tú
quien las enunció.
61. No conserves objetos inútiles.
62. No te adornes con ideas ajenas.
63. No te fotografíes junto a personajes famosos.
64. No rindas cuentas a nadie; sé tu propio juez.
65. Nunca te definas por lo que posees.
66. Nunca hables de ti sin concederte la posibilidad de cambiar.
67. Acepta que  nada es tuyo.
68. Cuando te pregunten tu opinión sobre algo o alguien, di sólo sus
cualidades.
69. Cuando te enfermes, en lugar de odiar ese mal, considéralo tu
maestro.
70. No mires con disimulo; mira fijamente.
71. No olvides a tus muertos, pero dales un sitio limitado que les impida
invadir toda tu vida.
72. En el lugar en el que habites, consagra  siempre un sitio a lo sagrado.
73. Cuando realices un servicio, no resaltes tus esfuerzos.
74. Si decides trabajar para los otros, hazlo con placer.
75. Si dudas entre hacer y no hacer, arriésgate y haz.
76. No trates de ser todo para tu pareja; admite que busque en otros lo
que tú no puedes darle.
77. Cuando alguien tenga su público, no acudas para contradecirlo y
robarle la audiencia.
78. Vive de un dinero ganado por ti mismo.
79. No te jactes de aventuras amorosas.
80. No te vanaglories de tus debilidades.
81. Nunca visites a alguien sólo por llenar tu tiempo.
82. Obtén para repartir.

 - 07/06/2014

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