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La argumentación

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LECCIÓN 1 de 3

La argumentación

¿Por qué argumentar?

Antes de comenzar a tratar el tema especifico de la argumentación, será necesario hacer un breve repaso sobre otras
cuestiones relativas a la importancia del lenguaje, sus usos e influencia.

Este sistema simbólico llamado lenguaje tiene una relevancia fundamental en nuestra vida, nos proporciona las
objetivaciones indispensables, configura el orden donde adquiere sentido nuestra existencia y la de toda la red de
relaciones humanas que llevamos adelante, es un depósito objetivo de acumulación de significados y experiencias,
que perduran en el tiempo y se transmiten a través de las generaciones.

Debemos tener en cuenta que el lenguaje, como facticidad externa, ejerce un efecto coercitivo, ya que genera que nos
adaptemos a él, a sus pautas.

Vale resaltar que es imposible existir sin poder comunicarnos ni interactuar; es la nota distintiva del hombre, único
con capacidad del habla. La relación con nosotros mismos y el mundo que nos rodea debe pasar ineludiblemente por
la pantalla de las palabras.

Figura 1. La comunicación
Fuente: www.benitojuarez.buap.mx.lenguaje.jpg (30/07/2008)

Siguiendo a Copy (pág. 47) podemos expresar que el lenguaje puede llegar a conformar un instrumento sutil, la
mayoría de las veces perdemos de vista la multiplicidad de usos y propósitos a veces no muy claros o encubiertos,
dada la tendencia a simplificar la mirada o no ver más allá de lo que las palabras dicen. Por ejemplo, cuando luego de
hablar un largo rato con alguien pensamos: “¡tanta charla para decir tan poco!” o “me preguntó ¿cómo estaba?,
¿cómo si eso le preocupara?”. Se ve claramente que hay una incomprensión de propósitos, tal vez la pregunta: ¿cómo
está?, es más un saludo amistoso que un pedido de informe médico.

Debemos resaltar que la comunicación de ideas no tiene un único fin, sino varios, entre los que podemos mencionar:

Despertar un sentimiento, pasión, sensación.

Propiciar o impedir alguna acción.

Colocar una determinada disposición.


Entre otros.

En cuanto a los usos, por fines didácticos, podemos clasificarlos de la siguiente manera:

INFORMATIVO: pretende la formulación, afirmación o negación de proposiciones.

EXPRESIVO: el ejemplo típico es la poesía, en donde se expresan sentimientos del autor que
pretende despertar en el lector similares experiencias.

DIRECTIVO: se utiliza para originar o impedir una acción manifiesta. Suelen ser órdenes y pedidos,
ante los cuales podemos estar o no de acuerdo, situación por la cual nunca afirmamos que son
verdaderos o falsos.

Esta división nunca es mecánica sino que en toda comunicación utilizamos los tres juntos, por ello, decimos que son
funciones más bien de tipo mixto.

Figura 2. Funciones del lenguaje


Fuente: http://centros5.pntic.mec.es/cpr.de.ciudad.real/lengua/Funcleje.gif

El cuadro anterior refleja las distintas funciones del lenguaje entre ellas tenemos la referencial: que tiene por objeto
informar, la emotiva que busca expresar sentimientos, sensaciones, etc. La conativa llamada también apelativa que
intenta lograr que el otro sujeto actúe, la fática o de contacto que esta orientada al canal de comunicación entre el
emisor y el receptor, la función poética o estética que no le interesa tanto lo que se dice sino como se dice para
llevarle al receptor sensaciones de belleza, creatividad, etc., Por último se encuentra la metalingüística: se centra en
el propio código de la lengua la cual y se utiliza para hablar del propio lenguaje, aclara el mensaje.
La argumentación

Figura 3. Aristóteles

Fuente: http://www.biografiasy vidas.com/biografia/fotos/aristoteles.jpg (28/03/2010)

Aristóteles

(Estagira, Macedonia, 384 a. C. – Calcis Eubea, Grecia, 322 a. C.)

Es posible remontar el origen de la argumentación a los griegos, por el desarrollo que ellos hicieron de los conceptos

de Retórica y Oratoria. La primera, para Aristotéles1, es el arte de la persuasión, del buen decir, poder comunicar con
eficacia y moralidad. Implicaba la relación con el “método dialéctico” (diálogo) que sirve para razonar sobre asuntos
opinables en donde no hay una sola verdad sino que debemos buscar la mejor de ellas, con motivos a favor y en
contra, comparando los argumentos que la sustentan. El poder de la retórica entra en juego cuando quienes intentan
convencer sobre sus tesis, deben construir sus argumentos para fortalecer sus posiciones y debilitar al contrario.

[1] Hoy significa la elaboración de discursos gramaticalmente correctos y persuasivos.


La oratoria es definida como el arte de hablar con elocuencia, la misma se aplica en todos los procesos
comunicativos hablados.

Para algunas personas, argumentar es sólo exponer sus prejuicios bajo una nueva forma, por eso es muy corriente la
idea de que los argumentos son inútiles, desagradables o conflictivos, lo asimilamos a una discusión verbal, como
sinónimo de disputa. Pero en realidad esta visión no es representativa de lo que significa en verdad su concepto.

En “Las claves de la argumentación” Anthony Weston2 dice que “dar un argumento significa ofrecer un conjunto de
razones o pruebas que apoyan a una conclusión”, a partir de esto vemos que un argumento no es simplemente la
afirmación de ciertas opiniones, o una disputa, sino más bien los enfocamos como intentos de apoyar ciertas
opiniones con razones. Destacamos así el carácter esencial que poseen los mismos, en contraposición de la visión que
los considera como inútiles.

[2] Weston, Anthony. Las claves de la argumentación. Ariel, Barcelona 2001. (Introducción y Cap. 1)

Esa importancia que puntualizamos radica en que es una manera de tratar de informarse acerca de qué opiniones son
mejores que otras, dado que no encontraremos puntos de vista idénticos, veremos que algunas conclusiones pueden
apoyarse en buenas razones y otras tendrán un sustento de carácter mucho más débil. Cotidianamente, desconocemos
cuál es cuál, por lo tanto, tenemos que brindar argumentos a favor de las diferentes conclusiones y luego valorarlos
para considerar cuán fuertes son realmente. Desde este punto de vista un argumento viene a ser un medio para
indagar.

Otro motivo que evidencia su relevancia es que, al momento de arribar a una conclusión sustentada en razones, la
explicamos y defendemos mediante argumentos. Un buen argumento nunca es una reiteración de conclusiones, sino
más bien una posibilidad óptima de encontrar pruebas y razones, para que otras personas puedan formarse sus
propias opiniones por sí mismas. Por ejemplo, si tengo una convicción clara acerca del impacto perjudicial que
ejercen las papeleras en el medio ambiente, debo usar argumentos para explicar cómo llegué a esa conclusión para
poder convencer a otros, ofreciendo las pruebas y razones que a mí me convencieron. Podemos decir de este modo,
que no es un error en absoluto tener opiniones, el error es no tener nada más.

El debate es un medio para solucionar problemas en el campo político, jurídico, científico, etc., tiene un efecto
enriquecedor por la confrontación de distintos puntos de vista. Sin duda tienen mayor necesidad de argumentar
quienes ejercen el poder, porque deben justificar los actos que realizan, de esta manera quien condena, libera o gasta
fondos públicos debe explicar sus actos, lo que conforma a la vez una posibilidad de controlar la administración de la
cosa pública. Tendremos distintos procedimientos de argumentación que conllevan a distintas clases de resolución, a
saber:

NEGOCIACIONES ENTRE
FORO JUDICIAL C A M P O A RT Í S T I C O
S I N D I C AT O . . .

Es de base adversativa, una acción es presentada ante la corte, hay dos partes opuestas, y el procedimiento será
concluido cuando se emita un veredicto a favor de una u otra.

NEGOCIACIONES ENTRE
FORO JUDICIAL C A M P O A RT Í S T I C O
S I N D I C AT O . . .

Su meta es opuesta al anterior ya que pretende lograr un compromiso consensuado aceptado por ambas, una posición
intermedia que sea satisfactoria para las partes.

NEGOCIACIONES ENTRE
FORO JUDICIAL C A M P O A RT Í S T I C O
S I N D I C AT O . . .

La función principal de la argumentación será la clarificación. Por ej.: nos preguntan sobre una película que vimos
explicaremos la significación de nuestra afirmación más que probar que la misma es correcta, podrán discutir otros
la validez de nuestras interpretaciones. No se pretende establecer lo correcto o incorrecto del tema debatido.
Argumentar desde la lógica es encadenar proposiciones de tal manera que algunas de ellas (premisas) le sirven de
fundamento a otras (conclusión), por ejemplo:

Todos los hombres son mortales

Sócrates es hombre

Por lo tanto, Sócrates es mortal

Si aceptamos la verdad de las dos primeras proposiciones aceptaremos la verdad de la tercera. Lo que justifica la
conclusión son las premisas, ellas son razones que sirven de validación a la conclusión

Figura 4. Esquema de representación de los elementos de una argumentación


Fuente: www.liccon.edu.uy/bedelia/cursos/metodos/argumentacion

Comprender los ensayos basados en argumentos

Al momento de argumentar muchas veces transcribimos opiniones elaboradas que son afirmaciones de nuestras
opiniones, pero no llegamos a ofrecer ninguna auténtica razón para pensar que las mismas son correctas; al escribir
un ensayo no lo hacemos basándolo en argumentos, esto configura un error típico y natural, como expone Weston.

Cuando se requiere realizar un trabajo escrito interesado en los fundamentos de nuestras creencias, las cuales puedan
ser sometidas a prueba para luego ser defendidas como puntos de vista, necesitamos aprender a pensar por nosotros
mismos, a formar nuestras propias opiniones de manera responsable.

Para poder escribir un buen ensayo basado en argumentos, debemos utilizar razones tanto como medio para indagar,
como para explicar y defender las propias conclusiones. Se debe pensar el trabajo examinando los argumentos
contrincantes y luego escribir el ensayo mismo con un argumento, defendiendo los puntos de vista propios como
argumentos y valorando críticamente los postulados por la parte contraria.

Los puntos principales de un ensayo

Supongamos que llegamos a una conclusión que pensamos que es posible defender adecuadamente, debemos:

Preparar un esquema.

Explicar el problema.

Preguntarnos ¿Por qué es importante? ¿Qué es lo que depende de la respuesta? ¿Por qué otros
deberían preocuparse por el tema o interesarse en un cambio? ¿Qué nos llevó a interesarnos por la
cuestión?

Debemos considerar a la audiencia, que tome conciencia de la gravedad del problema para justificar el interés propio
en la cuestión, apelar a valores o pautas compartidas.

Formular una propuesta o afirmación definitiva.

Ser específico y concreto .

Desarrollar argumentos de un modo completo.


Una vez aclarada la importancia de la cuestión y decidido que es lo que no proponemos, el trabajo
estamos en condiciones de desarrollar el argumento principal.

Planificar es importante. Un argumento bien desarrollado es mejor que tres argumentos tan sólo
esbozados. No debemos usar cualquier argumento que consideremos que favorece a nuestra tesis.
Concentrémonos en uno o dos de los mejores.

Argumentar acerca de causas y efectos, mediante ejemplos, etc .

Examinar las objeciones.

Examinar qué desventajas puede tener la propuesta. Sacar las desventajas y responderlas.

Anticiparse a las objeciones.

Seleccionar las críticas más fuertes y comunes y tratar de responderlas.

Examinar las alternativas.

Si defendemos una propuesta debemos mostrar que es mejor que las otras maneras.

Escribir el ensayo (el último paso).

Seguir un esquema.

Formular una introducción breve.

Exponer argumentos de uno en uno.

Regla general: argumento por párrafo.

Exponer intenciones con claridad.

Un buen ensayo primero explica la importancia de la cuestión, luego formula la conclusión y


finalmente dedica un párrafo (o varios) a defender cada una de las premisas.
Utilizar los términos de un modo consistente.

Claridad.

Explicar las conexiones entre sus ideas.

Explicar el uso de términos clave.

Apoyar las objeciones con argumentos.

No afirmar más de lo que ha probado.

Reglas generales

Distinguir entre premisas y conclusión3 :

[3] Copi, Irving. Introducción a la lógica. Eudeba. Buenos Aires, 1994. Pág 6 a 10

Primeramente especificaremos el carácter proposicional tanto de las premisas como de la conclusión. Éste hace
alusión a la posibilidad de ser verdadero o falso diferenciándolo de las preguntas, órdenes y exclamaciones. La
diferencia con las oraciones es que, por ejemplo, dos distintas pueden tener igual significado:

Juan ama a María

María es amada por Juan


Se ve claramente que ambas son distintas, pero tienen significado idéntico.

Las premisas son afirmaciones por medio de las cuales damos razones a favor de la conclusión; la misma no es más
que una afirmación que tiene su fundamento en las premisas. Debemos tener en cuenta que son términos relativos,
esto quiere decir que un enunciado puede ser premisa en un razonamiento y en otro ser conclusión. Por ejemplo:

Todos los seres vivos son mortales

Todos los hombres son seres vivos

Por lo tanto, todos los hombres son mortales

Luego veremos:

Todo ser vivo nace y muere

Todo el que nazca y muera es mortal

Por lo tanto, todos los seres vivos son mortales

Esto nos hace ver que tomadas aisladamente ninguna proposición es premisa o conclusión; puede suceder que nos
encontremos con la conclusión al principio del razonamiento y las premisas al final, como observamos en el ejemplo
de la Política de Aristóteles que aparece a continuación:
En una democracia
los pobres tienen Conclusión
más poder que los
ricos.

Porque son más Premisa

Y la voluntad de la mayoría es
Premisa
suprema
Puede ocurrir que la conclusión esté entre las premisas:

Todo héroe es valiente, aunque algunos soldados no son héroes porque


algunos no son valientes.

Si lo reformulamos quedaría:

Todo héroe es valiente

Algunos soldados no son valientes

Por lo tanto, algunos soldados no son héroes

Es importante resaltar la presencia de indicadores de conclusión como: por lo tanto, por ende, por consiguiente,
luego, podemos inferir, etc. entre los indicadores de premisa tenemos: porque, pues, en tanto, por la razón de que,
etc. aunque no podemos asegurar que un razonamiento contenga necesariamente esas palabras o frases. En el caso
siguiente se evidencia tal situación:
No es necesario en modo alguno que el Poder Legislativo funcione de manera permanente; pero sí es absolutamente
necesario que el Poder Ejecutivo funcione permanentemente, porque no siempre hay necesidad de elaborar nuevas
leyes y siempre se necesita poner en práctica las leyes elaboradas.

Puede ocurrir que encontremos proposiciones afirmadas en forma de pregunta retórica como en la siguiente
situación:

Si el Código Penal prohíbe el suicidio; esto no es un argumento valido para la Iglesia ¿Qué pena de muerte puede
tener una persona que no le teme a la muerte misma?

Atender a la existencia de las premisas implícitas (entimemas)4

[4] Copi, Irving. Introducción a la lógica. Eudeba, Buenos Aires, 1994. Pág. 254

Esta situación es muy frecuente en particular en el razonamiento judicial, donde se suele dar por sobrentendida una
de las premisas llamada entimema (generalmente la normativa), expresando sólo una parte del contenido del
silogismo. Logra sintetizar la argumentación pero se debe actuar con prudencia ya que sino es conocida la premisa el
discurso se torna confuso. Dicho contexto resulta más peligroso para los jueces porque deben hacer explicitas todas
las razones que los llevaron a tomar el veredicto para que posteriormente puedan ser conocidas, controladas y
criticadas, generándose así un vínculo entre argumento y ética profesional.

La mayoría de las inferencias se expresan de esta forma, en el lenguaje cotidiano y aún en la ciencia, porque se
presume que estas proposiciones son de conocimiento común. Puede ser retóricamente poderoso y persuasivo, quizás
en mayor medida que cuando es expresado con todo detalle.

Observemos un ejemplo:

La conclusión “Juan es ciudadano” puede darse sólo con la premisa “Juan es argentino nativo”. Este razonamiento se
completaría de la siguiente forma:
Todos los argentinos nativos son ciudadanos

Juan es argentino nativo

----------------------------------------------------------

Juan es ciudadano

Presentar las ideas en orden natural

Lo anterior es una condición que refiere a la necesidad de entrelazar naturalmente las premisas y luego sea
fácilmente inteligible la conclusión, además para que sea posible discernir cuáles son las premisas que justifican una
afirmación.

Partir de premisas fiables

Significa que si partimos de premisas débiles la conclusión tendrá el mismo vicio. Notemos la diferencia en los
siguientes argumentos:

Todos los hombres son mortales


Sócrates es hombre

Por lo tanto, Sócrates es mortal

La mayoría de las mujeres de Italia le son fieles a sus esposos

Anabela es de Italia

Por lo tanto, Anabela le es fiel su esposo

Sin duda el primer argumento nos ofrece una mayor certeza que el segundo debido a que en este último las premisas
justificadoras no alcanzan a ser fiables.

Evitar usar un lenguaje emotivo5

[5] Copi, Irving. Introducción a la lógica. Eudeba, Buenos Aires, 1994. Pág. 47

Como expresamos en párrafos anteriores, el lenguaje puede tener diferentes usos, uno de ellos es el expresivo o
emotivo, el cual es recomendable desestimar su incorporación en la argumentación ya que las palabras generaran
sugestión o impacto emotivo. Dicho uso tiene por función influir en las emociones y sentimientos pero no conforma
una manera racional ni seria de dar razones.
Cabe recordar la independencia del significado literal y emotivo que ellas manifiestan, el siguiente ejemplo
clarificara esta idea:

A) Burócrata – B) Empleado del gobierno – C) Servidor


público

Las tres palabras poseen un significado literal igual pero el de carácter emotivo es diferente:

A) Expresa resentimiento y desaprobación

B) Expresa neutralidad

C) Expresa simpatía y aprobación

Queda claro cómo el mismo hecho u objeto puede describirse por palabras con impactos disimiles. El impacto
emotivo puede entrar en relación con las propiedades que posee a lo que hace alusión y también puede adquirir esta
significación por asociación, no es necesario que se produzca directamente con el objeto denotado por la palabra.
LECCIÓN 2 de 3

Referencias

Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.

Redondo, M. C. (1996). La noción de razón para la acción en el análisis jurídico. Madrid: Centro de Estudios
Constitucionales.
LECCIÓN 3 de 3

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