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TANABATA, la fiesta de estrellas

Jorge Arturo Colorado


Asociación Salvadoreña de Astronomía
cartas@elfaro.net
Publicada el 09 de julio de 2007 - El Faro

Simulación de Vega y Altair la noche de julio, visto desde en los cielos de San Salvador. Ambas
estrellas pueden verse momentos después del atardecer.

Orihime era una princesa que se dedicaba a la confección de preciosos vestidos, ella
vivía a la orilla de un río junto a su padre Tenkou, también conocido como el rey del
cielo.

Un día Orihime conoció a un pastor de vacas al otro lado de la ribera, se llamaba


Hikoboshi, fue amor a primera vista que resultó en un rápido matrimonio.

Lamentablemente la unión trajo problemas, el amor hizo que la pareja olvidara sus
responsabilidades. Orihime dejó de confeccionar los preciosos ropajes por la cual era
conocida y Hikoboshi perdió todo su ganado.

Cuando el rey Tenkou se dio cuenta del problema de los muchachos, los separó,
enviando a Hikoboshi al otro lado del río, sin posibilidades de regresar. El dolor de la
separación hizo que Orihime llorara por largo tiempo, finalmente los ruegos de la
muchacha terminaron ablandando el corazón del su padre, quien accedió a que los
esposos se encontraran una noche, pero sólo una vez al año.

Al tratar de reunirse se dieron cuenta que no había forma de pasar de una orilla a la otra,
ante el dolor de los esposos, un grupo de urracas se entristecieron y trataron de
ayudarles, colocaron ala contra ala haciendo un puente de pájaros. Cuando ambos
jóvenes pasaron el puente y se encontraron, las urracas les aseguraron que el otro año
vendrían para auxiliarles nuevamente. Solo había una condición, si llovía no vendrían y
Orihime y Hikoboshi tendrían que esperar hasta el próximo año para verse.

El cuento anterior es un mito japonés, conocido bajo el nombre de Tanabata, que


significa las siete tardes y es representado por dos personajes fantásticos que simbolizan
a dos estrellas de la bóveda celeste. Una de ellas es Vega, la estrella más brillante de la
constelación de Lira, a la cual encarna la figura de Orihime, la princesa que
confecciona ropaje, y Altair, la estrella principal de la constelación de Aquila, que
corresponde el personaje de Hikoboshi, el
pastor de vacas.

Desde la perspectiva terrestre ambas


estrellas parecen estar separadas por una
enorme banda de luz poco brillante, que
corresponden a millones de estrellas de
nuestra galaxia, la vía láctea; es decir,
representa el río que separa a los
muchachos estrellas.

Este mito, el cual es prácticamente


desconocido en El Salvador, es todo un
festival celebrado en algunas regiones de Fotografía japonesa de la festividad de Tanabata.
Japón y en ciertas regiones de China, en donde es conocido como Qi Xi, la noche de las
siete hermanas, o el cumpleaños de las siete hermanas, de forma interesante en estas
fechas las pléyades, conocidas en diversas culturas como las siete que brillan o siete
hermanas, aparecen en el horizonte oriental a la medianoche.

Se ha supuesto que la fiesta sea celebrada el séptimo día del séptimo mes lunar, pero
con la llegada de occidente al continente asiático, los calendarios lunares, solares y
culturales sufrieron una terrible reestructuración; por ello, en algunas regiones de Japón
se observa el Tanabata el séptimo mes del año; es decir, el 7 de Julio y en otras regiones
el 7 de agosto.

En Tanabata los japoneses colocan una gran cantidad de adornos de papel multicolores,
también instalan en lugares públicos pequeños arboles de bambú en donde cuelgan
pequeñas tarjetas en donde se escriben deseos personales, mínimamente parecido a lo
que en occidente hacemos con los árboles navideños en donde colgamos las tarjetas de
felicitación y buenos deseos de fin de año.

La narrativa de Tanabata tiene un eje que condiciona la unión de los muchachos


estrellas, este eje es la lluvia, el cuento indica que de llover, las urracas no vendrán y no
se concretará la unión, del mismo modo en la vida real, si la lluvia llega, las estrellas no
se observarán y la cantidad de papel utilizado en los ornamentos se dañará, los
observadores de la fiesta estarán muy pendientes del arribo de la lluvia. Un buen
ejemplo de cómo el mito y el rito se engranan y condicionan junto al medio ambiente.
Evidentemente también Tanabata tiene una enseñanza implícita, que indica que a pesar
de los contratos matrimoniales y las uniones de pareja, es necesario seguir manteniendo
las responsabilidades sociales que hemos contraído con la comunidad.
Sin embargo, en el mundo natural los esposos-estrella nunca se podrán reunir, las
estrellas Vega y Altair se encuentran alejadas una de otra por 14.8 Años luz, es
imposible que año con año estas estrellas se junten en un punto del espacio. La cita de
Orihime-Vega y Hikoboshi-Altair pertenece únicamente al maravilloso mundo cultural,
en la fría y desolada realidad física ambos soles seguirán brillando independientes uno
del otro.

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