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Environmental threats in Hidalgo State. The relation with Mexico City View project
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ScAsEd
Gabriel Chavira
Salvador W. Nava
Gerardo Quiroga (Eds.)
La propiedad intelectual de los artículos permanece en los autores de los mismos, así como la
responsabilidad de sus opiniones.
ISBN-10: 1-944162-01-1
ISBN-13: 978-1-944162-01-6
Diciembre - 2015
Presentación
Le Ecología y el Medio Ambiente son el reto del presente que nos proporcionará un
mejor futuro. Nunca haremos lo suficiente para asegurarnos el mejor nivel que nos
rodeará a todos nosotros.
Este libro de distribución libre es un esfuerzo de todos los autores por poner al
alcance de cualquier interesado un resultado de la labor investigadora que realizamos
con el fin de compartir e incentivar este trabajo que resulta sorprendentemente
gratificante.
Gabriel Chavira
Salvador W. Nava
Gerardo Quiroga
Editores
Índice de capítulos
1. Introducción
California donde se localiza el delta del Río Colorado entre los 31° 37’ y 31° 45’ de
latitud norte y los 114° 10’ y 114° 52’ de longitud oeste (Fig. 1). Su cuenca de drenaje
comprende un área aproximada de 644,000 km2 (Bustillos-Duran, 2004). Hasta antes
de la construcción de presas, en su desembocadura las aguas se enriquecían con el
abundante material en suspensión rico en nutrientes, dando lugar a una alta
productividad bentónica, como lo evidencian los millones de conchas que conforman
las cordilleras o cheniers localizados a lo largo de la costa de Baja California
(Thompson, 1968; Kowalewsky et al., 2000). Con la construcción de la presa Hoover
en 1935, y Glenn Canyon en 1963, se logró el control definitivo de las aguas del río, y
con ello, la obstrucción del aporte de sedimentos al delta, ocasionando así que
actualmente se encuentre en proceso de erosión (Van Andel, 1964; Baba et al., 1991;
Carriquiry y Sánchez, 1999). Paralelamente, durante y después de la construcción de
las presas a lo largo del cauce del Río Colorado, la disminución de las descargas de
agua dulce al Golfo de California ocasionó un drástico cambio ambiental agudizado a
partir de 1970, tras el corte casi total de sus descargas al golfo (Álvarez–Borrego, 1983).
Posteriormente, el río ha fluido hacia México solo durante temporadas de lluvias
extraordinarias, cuando se rebasan los límites de almacenaje de las presas (Lavín y
Sánchez, 1999).
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Santa Rosa-Del Río et al.
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Santa Rosa-Del Río et al.
antes de las modificaciones al cauce del Río Colorado, es importante generar nueva
información que sirva como un marco de referencia comparativo para la utilización de
estos datos con fines de entender lo que sucede actualmente en el área deltaica. Dicho
lo anterior, este trabajo se enfoca a ello, analizando la variación espacial y temporal de
la composición isotópica de oxígeno (δ18O) en las testas de las biocenosis y
tanatocenosis bajo las condiciones antiestuarinas actuales, con el propósito de
relacionarlo con los cambios ambientales derivados de la alteración del ecosistema y
establecer un marco de referencia para estudios futuros de la ecología del Delta del Río
Colorado.
2. Material y Métodos
Este estudio se realizó dentro del área natural protegida y Reserva de la Biosfera del
Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado en la zona submareal adyacente a la
costa de Baja California, (Fig. 1, se usó el programa Arc Map 9.3 que ayuda a realizar
mapas georeferenciados), por ser la que históricamente muestra las condiciones
estuarinas más pronunciadas (Lavín y Sánchez, 1999).
Se realizaron cuatro campañas de muestreo en el transcurso de un año (Agosto-
Noviembre, 2009 y Marzo-Junio, 2010), a lo largo de cuatro transectos perpendiculares
a la línea de costa en las que se ubicaron en total 16 estaciones que cubren
aproximadamente hasta el límite sur del área deltaica (Fig. 1). Cada estación fue
georeferenciada mediante un sistema de posicionamiento global (GPS por sus siglas en
inglés) marca Garmin e-Trex, para posteriormente poder realizar mapas de distribución
de los foraminíferos en la zona de estudio. Por otro lado, en cada punto de muestreo se
midió la salinidad con un refractómetro Vee-Gee STX-3 y la temperatura con un
termómetro manual. Las muestras de sedimento se obtuvieron con una draga tipo
“Petite Ponar” con capacidad de 2.4 dm3, desde una embarcación (lancha de pesca de
6.7 m de eslora). Con la draga se obtuvo submuestras de la parte superficial donde se
tomaron únicamente los primeros cinco centímetros de profundidad, considerando que
el área donde se muestreó se localiza en una zona donde los sedimentos constantemente
se encuentran en continua mezcla, dichas submuestras se vaciaron en bolsas de plástico
y fijaron con alcohol etílico al 60% para su posterior análisis.
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Santa Rosa-Del Río et al.
∑ (1)
(2)
( )
∑ (3)
( )
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Santa Rosa-Del Río et al.
Para el análisis isotópico se utilizaron las testas de Ammonia sp., por ya existir datos
de la composición isotópica de sus conchas en el área (Téllez-Duarte et al, 2006;
Huerta-Tamayo, 2007). Para ello se separaron 10 foraminíferos de cada estación tanto
de la biocenosis como de la tanatocenosis cuya composición isotópica fue analizada en
el Laboratorio de Isótopos Estables de la Universidad de Arizona, Tucson, E.U. Las
muestras se sometieron a una reacción al vacío con 100% de ácido fosfórico
deshidratado, a 70°C durante dos horas. Se analizó en un espectrómetro de masas
Finnigan MAT 252 equipado con un dispositivo automático de muestreo de carbonatos
Kiel-III. Los valores de δ18O se reportan con referencia al estándar V-PDB.
Para determinar si existen diferencias significativas espaciales (transectos) y
temporales (a lo largo del ciclo anual), tanto para la biocenosis como para la
tanatocenosis, a los datos de la concentración de δ18O se le aplicó un análisis de
varianza (ANOVA), con el programa estadístico “R” versión 2.12.2; que actualmente
es uno de los programas más utilizados en análisis estadísticos, ya que los datos
presentan gran confiabilidad por ser un análisis robusto. Para ello, primeramente se
probó la normalidad y homogeneidad de varianzas de los datos utilizando la prueba
estadística de Shapiro-Wilks, que básicamente analiza que todos los datos presenten
una distribución normal, puesto que nuestros datos no cumplen con este requisito, se
optó por la prueba ANOVA tipo II, la cual nos ayuda a determinar cuáles son las
diferencias que se encuentran entre los grupos analizados. Posteriormente y para tener
mayor precisión en la interpretación de los datos, se realizó un análisis a posteriori
utilizando la prueba de Tukey que confirma y determina cuáles fueron las temporadas
más diferentes o cuándo mostraron similitud.
Resultados y discusión
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Tabla 1. Abundancias total y relativa de foraminíferos bentónicos (Santa Rosa et al, 2011).
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Santa Rosa-Del Río et al.
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Con base a las especies más abundantes se realizó un mapa donde se representa la
abundancia relativa de cada especie en la zona deltaica (Fig. 4). De acuerdo al número
de individuos presentes en cada estación, se observa la asociación que hay entre las tres
especies dominantes, donde Ammonia está presente en todas las estaciones de muestreo
con el mayor número de individuos, tanto en cada una de las estaciones muestreadas,
como en cada temporada. Como ya se mencionó, es una especie euritópica por lo tanto
es normal encontrarla en estas latitudes; nerítica que ciertamente corresponde a las
profundidades en las que fueron colectadas las muestras de sedimento y por último
indica condiciones hipersalinas, que debido al nulo aporte de agua dulce por parte del
Río Colorado y al alto grado de evaporación que se registra en el Alto Golfo de
California, concuerda claramente con la abundancia de este género. Usera y Blázquez
(1998) reportan que las condiciones óptimas para el crecimiento de Ammonia se
encuentran en un rango de temperatura de entre 24 y 30°C y salinidad de 20‰ a 40‰
con picos máximos de 50‰, estos datos se correlacionan con los observados en el área
deltaica durante los muestreos, ya que se obtuvieron valores promedio de temperatura
de 26°C y salinidades de hasta 38‰. Cabe aclarar que cuando la temperatura y
salinidad queda por encima de lo reportado por estos autores, al menos en lo que se
refiere a este género, el crecimiento se detiene pudiendo llegar a la muerte del
organismo.
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Santa Rosa-Del Río et al.
Índice
Índice de
Número total Equitatividad diversidad
Riqueza dominancia
Periodo de individuos de Pielou Shannon-
(S) de Simpson
(N) (J‘) Wiener
(1-λ’)
H'(Log2)
Primavera 37 5089 0.6 3.4 0.9
Verano 34 2530 0.7 3.4 0.9
Otoño 35 6393 0.7 3.3 0.8
Invierno 35 4991 0.6 3.2 0.8
Ciclo 2009-2010 40 19003 0.6 3.4 0.9
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Santa Rosa-Del Río et al.
Rodríguez et al, (2001), reportan valores de 0.79‰ hasta -2.48‰ para el molusco
bivalvo Chione fluctifraga, en el Delta del Río Colorado para condiciones de ausencia
de flujo de agua dulce; y valores de -1‰ hasta -6‰ en conchas fósiles del molusco
bivalvo Mulinia coloradoensis que vivió en condiciones estuarinas, cuando las aguas
diluidas del río se extendían hasta los 65 km de la boca del río. Fuera de este rango
geográfico, Téllez-Duarte et al, (2008b), reportan un valor mínimo de -2.37‰ en
conchas del molusco bivalvo Protothaca grata en un conchero arqueológico en Campo
Cristina, aproximadamente 60 km al sur del límite del delta. Lo anterior sugiere que los
rangos de variación isotópica relacionados por cambios en la temperatura son muy
semejantes entre miembros de un mismo grupo taxonómico. Nuestros datos sobre
foraminíferos bentónicos presentan un rango de variación más amplio que los
reportados para bivalvos viviendo bajo las mismas condiciones ambientales. Estas
diferencias pueden atribuirse al efecto vital que se presenta en organismos de diferentes
taxa, los cuales responden ligeramente de forma distinta a una misma condición
ambiental, ya que a pesar de que ambos organismos al momento de formar sus testas o
conchas, fijan el oxígeno que se encuentra en el agua circundante. Así que el proceso
de fijación puede diferir en organismos de diferentes taxa.
Por otro lado, Huerta-Tamayo (2007) reporta valores de -4.1‰ en biocenosis de
foraminíferos bentónicos intermareales para la temporada de invierno en la Isla
Zacatosa, en la desembocadura del Río Colorado. Ella relaciona este valor a posibles
descargas de agua dulce del drenaje agrícola del Valle de Mexicali, lo cual es por su
cercanía a la desembocadura del río. Mientras que Staines-Urías y Douglas (2009),
estudiaron el dimorfismo en foraminíferos bentónicos de aguas profundas en la Cuenca
Pescadero, donde reportan una variación isotópica entre 1.586‰ hasta 2.450‰ en un
rango de seis a nueve grados centígrados, es decir, 0.864‰ en tres grados centígrados,
lo que implica 0.288‰ por cada grado centígrado. Por lo que respecta a este trabajo, en
los foraminíferos bentónicos submareales deltaicos la variación isotópica fue de 8.09‰
en un rango de 11°C lo que corresponde a 0.735‰ por cada grado centígrado. La
anterior diferencia se puede deber, como ya se comentó, al efecto vital, que a pesar de
ser organismos pertenecientes a un mismo grupo taxonómico, responden de forma
distinta ya que las condiciones ambientales a las que están expuestos son
completamente diferentes, pues los individuos estudiados por Staines-Urias y Douglas
(2009) son de aguas profundas, a una temperatura mucho menor que la que se presenta
en nuestro caso para la zona submareal, donde la máxima temperatura registrada fue de
31°C.
Al aplicar un ANOVA tipo II a los datos isotópicos se encontró que las temporadas
eran estadísticamente diferentes entre sí (Tabla V). Sin embargo, mediante la Prueba de
Tukey se pudo identificar que las temporadas de Primavera – Invierno y Verano -
Otoño son estadísticamente iguales (Tabla VI), y que otra posible combinación de las
temporadas serian estadísticamente diferentes, como lo sería el caso de Otoño-Invierno,
Verano–Invierno, Primavera–Otoño o Verano–Primavera.
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Santa Rosa-Del Río et al.
2.7. Tanatocenosis
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Santa Rosa-Del Río et al.
tanatocenosis los rangos de variación isotópica van desde -0.74 hasta -3.04 ‰, como ya
lo hemos comentado. Considerando que en la biocenosis el valor más negativo fue de -
2.15‰, siendo este valor en nuestro caso de estudio el límite de cambios
exclusivamente influenciado por variación en la temperatura y la salinidad. Por lo
tanto, los valores reportados en este trabajo para la tanatocenosis son un indicador de
las condiciones que dominaban en el área de estudio antes del represo del río. Además,
tomando como base los trabajos de Téllez-Duarte et al (2008b) y Huerta-Tamayo
(2007), con valores de -3.44 a -3.99‰ y de -3.55 a 5.5‰, respectivamente, podemos
afirmar que los valores reportados en este trabajo para la tanatocenosis, representan al
igual que en los trabajos anteriormente mencionados, un ambiente dominado por aguas
isotópicamente más ligeras a las actuales, y dado que se tiene el registro bibliográfico
de cuando se comenzó a bloquear el flujo de agua dulce al delta, podemos decir que las
concentraciones isotópicas encontradas en la tanatocenosis indican condiciones
estuarinas o de flujo de agua isotópicamente más ligera.
Las variaciones isotópicas en biocenosis y tanatocenosis para el área muestreada
en cada estación y temporada (Figs. 7a, 7b; las estaciones corresponden a las mostradas
en la Figura 1, sin embargo no se presenta la totalidad de las estaciones de muestreo,
debido a que presentaron valores bajos de voltaje, lo que no hace confiables los datos
para una buena interpretación), muestran la relación entre la temperatura y la
concentración isotópica de oxígeno. En la biocenosis (Fig. 7a), se espera que a mayor
temperatura mayor será la concentración del δ18O, debido a la relación entre la
temperatura y la evaporación, que para el Alto Golfo de California se han reportado
valores de hasta 0.9 m/año en el extremo norte (Lavín y Organista, 1988).
a)
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b)
a)
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b)
Por otro lado, se observó que la concentración isotópica varía muy ampliamente
para una misma temperatura (Fig. 9), lo que podría explicarse debido a que el
crecimiento óptimo de la especie analizada (Ammonia sp.), se encuentra en un rango de
temperatura entre los 24° a 30°C (Usera y Blázquez, 1988). Por lo anterior y dado que
en el área de muestreo se registraron temperaturas entre 20° a 31°C, es de esperar que
dicha especie crezca prácticamente a lo largo de todo el año. Por lo que, en las
biocenosis lo que se está registrando es un promedio de las temperaturas y salinidades a
lo largo del ciclo de muestreo.
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Santa Rosa-Del Río et al.
isotópicas es posible que los organismos juveniles pudieran ser un mejor indicador
puesto que sus testas, a diferencia de los adultos, tendrán menos tiempo de exposición
a los cambios que ocurren en el agua circundante, siendo de esta forma útiles para
obtener datos más puntuales. Por otro lado y estadísticamente hablando, la salinidad
presentó una mayor correlación con el isótopo de oxígeno con un valor de r=0.62 (Fig.
10). Esta prueba estadística se aplicó en ambas variables (salinidad y temperatura)
como una herramienta más para poder visualizar la relación que presentan los
foraminíferos bentónicos del Delta del Río Colorado con las condiciones ambientales
en las cuales habitan, y de igual forma comprueban que el efecto vital en los
organismos es diferente dependiendo del taxa al que pertenecen, puesto que individuos
sometidos a un mismo rigor ambiental pero de diferentes taxa, responden de forma
distinta a las condiciones ambientales que se presentan en el agua circundante. Lo
anterior se puede comprobar con los análisis realizados por Téllez-Duarte et al (2008b),
que proponen la relación que existe entre la variación isotópica y la temperatura para
moluscos bivalvos; así como Staines-Urias y Douglas (2009), que estudiaron
foraminíferos bentónicos de aguas profundas, y también encuentran una relación entre
la temperatura y la concentración de isótopos de oxígeno sin tomar en cuenta la
salinidad. Mientras que en nuestro caso dicha relación no es tan fuerte o estrecha como
en los anteriores, sin embargo, encontramos que esta relación está presente entre las
variables de salinidad y [δ18O], más que con la temperatura, aunque se debe tener claro
que la salinidad está de cierta forma ligada a los cambios en la temperatura, tomando
como base el principio de a mayor temperatura mayor la evaporación, y mayor la
salinidad presente.
Figura 10. Modelo de predicción entre la Salinidad y la [δ18O] (Santa Rosa et al 2014).
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Santa Rosa-Del Río et al.
Tabla 6. Análisis de varianza para tanatocenosis. (Tomado de Santa Rosa et al, 2014).
3. Conclusiones
21
Santa Rosa-Del Río et al.
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24
Capítulo 2
Dimensionamiento y estudio paramétrico de un
digestor anaeróbico de flujo ascendente para el
tratamiento residuos sólidos orgánicos residenciales
Mydory Nakasima, Nicolás Velázquez, Sara Ojeda, Samantha Cruz,
Luis González y Néstor Santillán
Pá
gi
na
en
bl
an
co
Dimensionamiento y Estudio Paramétrico
de un Digestor Anaeróbico de Flujo
Ascendente para el Tratamiento Residuos
Sólidos Orgánicos Residenciales
Mydory Nakasimaa,b,1, Nicolás Velázquezb, Sara Ojedab, Samantha Cruza, Luis
Gonzáleza,b y Néstor Santillánb
a
Facultad de Ingeniería, bInstituto de Ingeniería
Universidad Autónoma de Baja California
1. Introducción
1
Mydory Nakasima, mydory.nakasima@uabc.edu.mx
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Nakasima et al.
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Nakasima et al.
30
Nakasima et al.
Para poder dimensionar una planta de procesamiento de residuos sólidos orgánicos para
la producción de biogás, se deben considerar principalmente los siguientes parámetros
operacionales, que corresponden a las variables de entrada del digestor anaeróbico
UASB:
CRO: Cantidad de Residuo Orgánico a ser procesado en kg/día.
31
Nakasima et al.
DH2O: Densidad del Agua en kg/m3. El valor que se da es 1000 kg/m3. Y este
valor servirá para calcular la cantidad de agua necesaria para la dilución del
residuo y a su vez calcular el flujo volumétrico.
DRO: Densidad del Residuo Orgánico en kg/m3. La densidad del residuo se
puede determinar experimentalmente o establecerse en base a datos reportados
por bibliografía, el cual, señala que para residuos de comida, la densidad se
encuentra alrededor de 780 kg/m3 [18]. Al igual que la densidad del agua, este
dato es muy importante para el cálculo del flujo volumétrico.
TRH: Tiempo de Retención Hidráulico, es el lapso durante el cual el sustrato
permanece en el digestor. Este parámetro se determina según criterios
económicos. El tiempo de retención hidráulico es mucho más corto que el
tiempo total necesario para la completa digestión del sustrato y viene dado por
la temperatura de trabajo del digestor. El TRH puede definirse en base a datos
reportados en bibliografía o bien, se pueden hacer corridas experimentales
para determinarlo.
VCO: Velocidad de Carga Orgánica. Indica la cantidad de materia orgánica
con la cual se alimentará el digestor diariamente. La carga del digestor se
calcula en kg de masa orgánica en base a la demanda química de oxígeno
(DQO) que contenga el sustrato, por metro cúbico del digestor por día (kg
DQO/ m3·día). Largos tiempos de retención producen una menor carga del
digestor. Si la carga del digestor es demasiado alta, baja el valor del pH, es
decir, la planta se queda estancada en la fase ácida porque hay más materia
orgánica que bacterias de metano. La carga orgánica al igual que el tiempo de
retención, se puede basar en datos reportados en bibliografía o determinarse
por medio de corridas experimentales midiendo la cantidad DQO remanente
en el sustrato en cuestión, hasta llegar al punto máximo de carga evitando que
se acidifique el sustrato dentro del reactor y logrando una alta tasa de
degradación de la materia orgánica.
32
Nakasima et al.
anaeróbico sin tener problemas de estabilización, lo cual suele llevarse a cabo en forma
experimental a nivel planta piloto o a mayores escalas. En los digestores UASB, la
velocidad de carga orgánica se basa en la carga diaria de DQO del sustrato por cada
metro cúbico del digestor. La VCO es un parámetro operacional muy importante en
tecnologías de tratamiento anaeróbico como los UASB, ya que sirve para definir el
volumen mínimo lo cual le da mayor rentabilidad económica al sistema. Por lo tanto, se
recomienda que la VCO se establezca en un rango de 3-24 kg DQO/m3·d [7], aunque
hay otros autores que manejan rangos mayores que van de 10-30 kg DQO/m3·d [19, 20].
Antes de calcular el volumen total (VT) del digestor se debe obtener el volumen
nominal de tratamiento efectivo (VN), es decir, donde se lleva a cabo la reacción y que
está en función de Q, DQOS y VCO. El volumen líquido (VL) que corresponde al 70%
del volumen total del tanque, tomando en cuenta que el resto es el espacio que se deja
para la acumulación de biogás. El VL se basa en el VN y un factor de efectividad (E),
que corresponde a una proporción del volumen efectivo de trabajo en la degradación de
la materia orgánica y se maneja un rango de 0.8-0.9 [7]. El VT del digestor, está dado
por el VL multiplicado por una fracción de 0.7. Por otro lado, el TRH corresponde al
tiempo total que tardará en salir el efluente tratado y el cálculo se basa en el volumen
líquido y el flujo de alimentación.
Para calcular la altura total (HT) del digestor, se debe calcular el área transversal
(A), el diámetro del digestor (DD) y se debe definir previamente la velocidad de flujo
ascensional (V). El rango de operación recomendado es de 0.5-1.25 m/h [7]. La altura
del gas (HG) se calcula multiplicando la altura del líquido (HL) por un factor de
recolección de gas (FG) de 0.3 [7], este factor toma en cuenta el volumen líquido
ocupado por el sustrato, recordando que el resto sirve como almacenamiento para el
biogás acumulado. Sumando HL y HG se obtiene la altura total (HT) del digestor.
El cálculo de las dimensiones del tanque para la preparación del sustrato, se basa
principalmente en el VT del digestor y depende de la frecuencia con la que se desee
preparar el sustrato, normalmente se recomienda calcular el volumen total del tanque
de mezclado (VTM) dividiendo el VT del digestor entre 5. Para evitar derrames del
sustrato, se recomienda incrementar en un 10% el VTM. La altura del tanque de
mezclado (HTM) se calcula utilizando una relación que puede ir de 1.25 a 3 veces el
diámetro del tanque de mezclado (DTM) para que ocupe menos espacio sin ser tan alto.
Para estimar la producción de biogás (PBIOGÁS), metano (PCH4) y energía (PENER),
previamente se debe calcular la demanda química de oxígeno degradada (DQODEG)
para lo cual se definen ciertos parámetros operacionales, que consisten en valores
experimentales para sistemas de tratamiento UASB y se considera lo siguiente: una
fracción de demanda química de oxígeno degradada (FDQODEG) en un rango de 0.7-
0.8; un factor de metano generado (FCH4 GEN) a 35°C de 0.40 m3/kg DQO; una FCCH4
de 0.6-0.7; una DCH4 a 35°C de 0.6346 g/L y un CECH4 igual a 50.1 kJ/g [7].
Finalmente, se calcula el volumen de almacenamiento de biogás (VAB) externo al
digestor, se recomienda un rango entre 1.2 a 2.8 veces el VT del digestor [21, 22].
33
Nakasima et al.
Inicio
Calcular volumen nominal de tratamiento efectivo del digestor (m³): Definir la fracción de demanda química de oxígeno destruída:
FDQODEG (0.75 – 0.8)
;
Calcular la producción de metano y biogás (m³/día):
;
Calcular el tiempo de retención hidráulico (horas):
;
Fin
Los criterios del análisis comparativo y selección de la tecnología más idónea para la
digestión anaeróbica de los residuos sólidos orgánicos, están basados en sus principales
características, ventajas y desventajas, considerando especialmente el tipo de residuo
que puede procesar, factores operativos como la carga orgánica, tiempo de retención
hidráulico, rendimiento de producción de biogás, entre otros. La Tabla 1, muestra una
variedad de diseños de digestores anaeróbicos que fueron clasificados de acuerdo a su
proceso evolutivo: primera, segunda y tercera generación.
Son los denominados reactores de baja tasa. Se caracterizan por tener la mayor parte de
la biomasa acumulada como sedimento y un adecuado contacto de la misma con el
34
Nakasima et al.
35
Nakasima et al.
36
Nakasima et al.
las dimensiones del mismo, buscando no violar ninguna de las restricciones que
demandan una correcta operación del sistema propuesto.
Es importante mencionar que para seguir con el concepto de flexibilidad de
operación en el procesamiento de los residuos sólidos orgánicos para el digestor UASB,
es necesario hacer un pre-tratamiento mecánico (trituración) y térmico (cocción) de los
residuos, obteniendo un adecuado tamaño de partícula que pueda ser procesado en este
modo de operación.
Los cálculos se realizaron bajo la plataforma Engineering Equation Solver (EES).
En la Figura 3 se observa que al incrementar la CRO aumentan las dimensiones del
digestor: DD, VT y A; de igual forma se demanda un mayor Q. La altura del tanque y
el TRH varían de manera despreciable, ya que estas dos variables dependen
directamente de la demanda química de oxígeno del sustrato (DQOs = 3.5 kg DQO/m 3),
la velocidad de carga orgánica (VCO = 13.7 kg DQO/m3) y la velocidad de flujo
ascensional (V = 0.3 m/h).
Como ya se mencionó anteriormente, dentro de las especificaciones del digestor
UASB, se considera el VN y el VL, ambos volúmenes aumentan a la misma razón que
se incrementa el VT del digestor, tal y como se observa en la Figura 4.
Una vez que se calcularon las dimensiones del tanque, en la Figura 3 se observa
que se puede procesar una CRO en una rango de 8.2 a 60 kg/día, permitiendo adaptarse
a una variación generada diariamente de residuos sólidos orgánicos.
En el caso de contar con una cantidad de residuos orgánicos menor a la del punto
de diseño (60 kg/día), se recomienda hacer uso de la recirculación del efluente para
mantener una velocidad de flujo ascensional (V) en el rango de 0.5 a 1.25 m/h [7], con
lo cual se logra mantener en suspensión los microorganismos anaeróbicos, haciendo
más efectivo el contacto con la materia orgánica presente en el sustrato .
Figura 3. Influencia de la CRO sobre el comportamiento de las principales variables del sistema.
37
Nakasima et al.
38
Nakasima et al.
una variación significativa del VT (ver Figura 8) provoca que la HT y el TRH del
digestor incrementen de manera considerable (ver Figura 7).
Para que se presente una variación significativa en el volumen del digestor, es
necesario, no solo que haya una variación en el flujo volumétrico (Q) y concentración
del sustrato (DQOS), sino también, debe existir una variación en la velocidad de carga
orgánica (VCO) a la cual se estará alimentando el digestor. La variación de la DQOS
puede deberse a la preparación del sustrato (el cual se ajusta a la cantidad y
concentración del residuo) o al hacer uso de la recirculación del efluente. Cuando la
operación del digestor trabaje a DQOS menores a la de diseño (3.5 kg DQO/m 3), se
tendría un mayor TRH del requerido y por ende un mayor agotamiento de la materia
orgánica. No se recomienda la operación a DQOS mayores a la del punto de diseño, ya
que no se tendría el nivel permitido de agotamiento de la materia orgánica.
Figura 5. Influencia de la DQOR sobre el comportamiento de las principales variables del sistema.
39
Nakasima et al.
Figura 7. Influencia de la DQOS sobre el comportamiento de las principales variables del sistema.
40
Nakasima et al.
41
Nakasima et al.
Figura 11. Influencia de la Q sobre la operación del sistema sin recirculación del efluente.
42
Nakasima et al.
43
Nakasima et al.
44
Nakasima et al.
En América Latina se han realizado diversos estudios acerca del tratamiento anaeróbico
de aguas residuales con alto contenido en materia orgánica utilizando este tipo de
digestores (UASB), mostrando los beneficios adquiridos con el uso de esta tecnología,
por ejemplo, en Colombia es altamente utilizado para tratar las aguas residuales de la
industria lechera [13], en Cuba y Chile se ha trabajado en el tratamiento anaerobio de
vinazas provenientes de las aguas residuales de melazas a escala piloto [14,15], por
otro lado, en México se ha estudiado el comportamiento de un sistema de digestión
anaerobia en dos fases; hidrólisis en un reactor mesofílico y metanogénesis en un
reactor termofílico, para una mezcla de dos clases de lodo: lodo del tratamiento
primario y lodo secundario como una opción para la estabilización de la materia
orgánica y reducción de microorganismos patógenos en reactores alimentados con flujo
ascendente [16].
El digestor propuesto en este trabajo tiene como ventaja principal subsanar la
variabilidad que presentan los residuos de comida específicamente en el sector
residencial, ya que varían constantemente de un día a otro tanto en cantidad como en
concentración.
El estudio paramétrico realizado con las dimensiones finales del tanque, fue de
gran utilidad ya que se plantearon diversos escenarios con sus respectivas
recomendaciones, por ejemplo, en caso de que la cantidad de residuos disminuya de un
día a otro al igual que su concentración respecto al rango requerido en la Tabla 2, se
recomienda hacer uso de la recirculación del efluente, primeramente para evitar paros
en el proceso de tratamiento, con ello se logra incrementar el TRH sin tener que
modificar las dimensiones del tanque ni el volumen nominal y líquido del sustrato
obteniendo un mayor agotamiento de la materia orgánica, incrementando la población
bacteriana y sobre todo manteniendo la velocidad de flujo ascensional requerida para
mantener el lecho fluidizado.
Además, a diferencia de otros digestores, el control de temperatura interno se
realiza mediante un sistema de calentamiento solar, lo que le da un mayor valor
agregado, porque lo que se busca es disminuir el uso de energías fósiles. Otro punto
muy importante es que con esta investigación, se suma conocimiento para el tipo de
residuo en cuestión, ya que como se mencionó anteriormente, los estudios acerca del
tratamiento anaeróbico de los residuos de alimentos no se han extendido en Mexicali,
B.C., México.
5. Conclusiones
45
Nakasima et al.
Referencias
[1] INEGI, Instituto Nacional de Estadística y Geografía. 284 Indicadores Principales del Banco de
Información INEGI, (2010). Disponible en:
http://www.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/default.aspx?ent=02.
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[9] Lim J., Wang J., Enhanced hydrolysis and methane yield by applying microaeration pretreatment to the
anaerobic co-digestion of brown water and food waste, Waste Management 33 (2013), 813-819.
[10] Ojeda S., Generación de residuos sólidos domésticos y su diferenciación por estrato socioeconómico en
la familia mexicalense, AIDIS / DIRSA Mérida, Yucatán (2005), 1-10.
[11] INE-SEMARNAP, Instituto Nacional de Ecología SEMARNAP. Estadísticas e indicadores de
inversión sobre residuos sólidos municipales en los principales centros urbanos de México, 1era edn.,
México, 1997.
[12] Lettinga G., Van Velsen A., Hobma S., Zeeuw W., Klapwijk A., Use of the upflow sludge blanket
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(1980), 699 – 734.
[13] Arroyave D., González M., Gallego D., Evaluación de un reactor UASB utilizado en una industria
lechera, Ingeniería Química 460 (2008), 140-147.
[14] Ramos J., Obaya M., Valdés E., Selección de una microflora acidogénica para un proceso difásico de
digestión anaerobia, Rev. ICIDCA XXVI (2) (1992).
[15] Chamy R., Pizarro C., Vivanco E., Schiappacasse M.C., Jeison D., Poirrier P., Ruiz-Filippi G., Selected
experiences in Chile for the application of UASB technology for vinasse treatment, Water Science &
Technology 56 (2) (2007), 39–48.
[16] Terreros J., Olmos A., Noyola A., Ramírez F., Monroy O., Digestión anaerobia de lodo primario y
secundario en dos reactores UASB en serie, Revista Mexicana de Ingeniería Química 8 (2) (2009), 153-
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[17] Ward A.J., Hobbs P.J., Holliman P.J., Jones D.L., Optimization of the anaerobic digestion of
agricultural resources, Bioresource Technology 99 (2008), 7928–7940.
[18] Nathan C., Pragasen P., Biogas prediction and design of a food waste to energy system for the urban,
Renewable Energy 41 (2011), 200-209.
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[20] Kaul S.N., Nandy T., Biogas recovery from industrial wastewaters, Journal of Indian Association for
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[21] NRCS, Standards Methane production and recovery - plug flow digester, Natural Resource
Conservation Service, Code 363-I, United States of America, 1999.
[22] EPA, Energy Protection Agency, Agstar Handbook, 2000.
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[25] Pontes R.F.F., Pinto J.M., Optimal synthesis of anaerobic digester networks, Chemical Engineering
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46
Capítulo 3
Estudio de los Efectos de Biocombustible
en Polímeros Utilizados en Automóviles
Mercedes Gómez Mares, Guillermo Arroyo Ortega, Juan F. Hernández
Paz y Clemente Márquez Márquez
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Estudio de los Efectos de Biocombustible
en Polímeros Utilizados en Automóviles
Mercedes Gómez-Mares1, Guillermo Arroyo Ortega, Juan F. Hernández Paz y
Clemente Márquez-Márquez
Departamento de Ingeniería de Materiales. Delphi Automotive Systems S.A. de C.V
1. Introducción
1
Mercedes Gómez Mares, mercedes.gomez.mares@delphi.com
1.1. Biocombustibles
De acuerdo con los autores Hassan y Kalam [1], en los últimos años los
biocombustibles se han convertido en una solución factible para la sustitución
paulatina de los combustibles derivados del petróleo por otros más limpios y de origen
renovable,
Ejemplos de biocombustibles son los biodiesel y las mezclas de gasolina con
alcohol, también conocidas como combustibles flexibles [1].
El tipo de biocombustible a utilizar generalmente depende de los recursos
disponibles en cada región [1, 3, 4, 5].
La Figura 1 muestra una representación geográfica del uso de los biocombustibles
en el mundo. En América del Norte, por ejemplo, es común la utilización de Biodiesel
de Metil Ester de Soya (Soy Methyl Ester o SME) o de gasolina mezclada con Etanol,
mientras que en Europa está más extendido el uso del biodiesel de Canola (Rapeseed
Methyl Ester RME) [5]. En México se está considerando la adición de Etanol a la
gasolina, mientras que en Brasil su empleo, incluso de forma pura, se realiza desde
hace varios años [1, 4].
En Asia, el uso del Metanol se ha extendido en China, mientras que en Malasia y
Tailandia se utiliza el Biodiesel de Palma [1,3].
50
Gómez-Mares et al.
SME RME
Etanol Metanol
Etanol
Biodiesel
de Palma
Etanol
1.1.2. Biodiesel
Con lo que respecta al biodiesel, éste es un combustible derivado de aceites vegetales o
grasas animales, que representa una opción alternativa al diesel obtenido a partir del
petróleo [1].
51
Gómez-Mares et al.
52
Gómez-Mares et al.
H S
O
O
C C
C O n R N
N H
b)
H H
n
a) c)
Figura 2. Estructuras básicas de los polímeros (a) POM, (b) PPS, (c) PPA.
Las Poliamidas (PA), son polímeros semicristalinos que contienen un grupo Amida
(- CONH-) en su estructura. En algunos casos, son consideradas como nylon. Los
Nylon provienen de diaminas, ácidos bibásicos, de amino ácidos, o de lactama, y
generalmente se identifican indicando el número de Carbonos en su monómero. Se
caracterizan por ser resistentes a grasa y aceites. Su estructura varía en función del tipo
de poliamida En la industria automotriz pueden encontrarse en los tanques de fluidos,
en los frenos, en las válvulas, etc. [13]. En la Figura 3 se muestra como ejemplo la
estructura de la Poliamida 6 (PA6).
H O
N (CH2)5 C
53
Gómez-Mares et al.
2. Experimentación
2.1. Materiales
En este trabajo se compilan una serie de estudios compatibilidad en los que diversos
polímeros POM, PPA, PPS y PA se exponen a biocombustibles y se evalúan sus
efectos de diversas formas.
Tanto los grados empleados con el combustible flexible, como los empleados con
el diesel y biodiesel, corresponden a algunos tipos de polímeros que pueden ser
utilizados en alguno de los componentes del sistema de combustible como la bomba,
54
Gómez-Mares et al.
las válvulas entre otros. Las muestras utilizadas están estandarizadas de acuerdo con la
norma ASTM D638 [17] o ISO 527-2 [19]. Esta forma es conocida como “probeta de
tensión”, “pesa” o “dumbbell” y se muestra en la Figura 4.
2.2. Combustibles
Con lo que respecta a los combustibles, se seleccionaron algunos los siguientes para el
desarrollo de las pruebas de compatibilidad:
Las muestras de cada uno de los grados elegidos para el estudio se colocaron en un
contenedor de acero inoxidable expresamente diseñado para el desarrollo de pruebas
de compatibilidad. En este recipiente se colocan las barras de tensión de forma
vertical, separadas unas de otras. A continuación los contenedores se llenan con el
combustible seleccionado hasta cubrir completamente las muestras, se cierran
herméticamente y se introducen en un horno.
Las pruebas para el combustible flexible se realizaron a 80°C y tuvieron una
duración de 1008 h. Se realizaron muestreos a 168, 360, 504 y 1008 horas. Con algunas
de las muestras obtenidas se realizaron pruebas mecánicas, análisis térmicos (TGA y
DSC), así como espectrometría infrarroja, cuyos procedimientos se describen a
continuación.
Las pruebas realizadas con diesel y biodiesel se realizaron de forma similar, sólo
que la temperatura a la que se expusieron las muestras fue de 120°C. A estas muestras
solamente se les realizaron pruebas mecánicas y espectrometría infrarroja (FTIR).
55
Gómez-Mares et al.
56
Gómez-Mares et al.
57
Gómez-Mares et al.
con una rampa más veloz fue utilizado por Baena, Jaramillo y Calderón [10] para el
estudio de los efectos de gasolina con etanol en materiales poliméricos utilizados en
automóviles.
58
Gómez-Mares et al.
59
Gómez-Mares et al.
2.5.2. Caso 2. Estudio de los efectos del combustible flexible CM30A en dos diferentes
Poliamidas: PA6 y PA46
Dos diferentes poliamidas, una Poliamida 6 (PA6) y una Poliamida 46 (PA46) fueron
expuestas a CM30A. Los efectos de este combustible en sus propiedades mecánicas y
dimensiones fueron analizados. Además se realizaron pruebas térmicas y de
espectrometría Infrarroja con Transformada de Fourier.
Las características de las Poliamidas utilizadas en el estudio se presentan en la
Tabla 2.
2.5.3. Caso 3. Efectos del diesel 2 y biodiesel BSME30A en las propiedades mecánicas
de polímeros POM, PPA y PPS.
En este caso se estudia si existe alguna diferencia en los efectos del Diesel 2 y el
biodiesel BSME30A. Se analizan las propiedades mecánicas y se utiliza la
espectrometría infrarroja con Transformada de Fourier.
En la Tabla 3 se muestran los materiales empleados en el estudio con diesel y
biodiesel.
Tabla 3. Materiales Estudiados para el caso de estudio 3 con diesel y biodiesel
Polímero
Código
Familia Carga Características
Poliacetal
Resistente al combustible, especialmente a
POM copolímero o 25% fibra de vidrio
combustible oxigenados.
Polioximetileno
Sulfuro de 40% fibra de vidrio Fuerte y duro. Excelente Resistencia química
PPS
Polifenileno y al calor. Retardante a la llama.
PPA Poliftalamida 35% fibra de vidrio Endurecido y estabilizado al calor
60
Gómez-Mares et al.
3. Resultados y Discusión
3.1. Caso 1. Efectos en las propiedades mecánicas y térmicas en polímeros PPA, PPS
y POM expuestos a CM30A
61
Gómez-Mares et al.
62
Gómez-Mares et al.
materiales POM la disminución fue de alrededor del 50%. Esto significa que los
materiales POM después de ser expuestos al combustible CM30A se vuelven más
susceptibles a la deformación, es decir, requieren un menor esfuerzo para ser
deformados. Esto puede deberse a que el metanol contenido en el combustible es
altamente polar, lo que facilita su interacción con la matriz polimérica. El grupo
hidroxilo posiblemente reacciona con los hidrógenos del polímero dando lugar al
cambio en las propiedades mecánicas del material.
63
Gómez-Mares et al.
64
Gómez-Mares et al.
65
Gómez-Mares et al.
66
Gómez-Mares et al.
pueden distinguir diversas bandas de absorción en 1091 y 1010 cm-1 que corresponden
a la naturaleza cristalina del PPS, de acuerdo con lo reportado por Rumale et al. [24].
No existen diferencias significativas entre la curva del PPS original y el expuesto a
combustible, lo que significa que los cambios que modificaron las propiedades
mecánicas no fueron muy grandes a nivel de la estructura del polímero, pues no
alcanzan a apreciarse mediante esta técnica.
3.2. Caso 2. Estudio de los efectos del combustible flexible CM30A en dos diferentes
Poliamidas: PA6 y PA46
67
Gómez-Mares et al.
68
Gómez-Mares et al.
69
Gómez-Mares et al.
Puede observarse que las muestras expuestas a combustible, presentan una pérdida
adicional de peso en el rango de temperaturas de 50°C a 450°C, posiblemente
relacionada con la absorción del combustible. Esto concuerda con lo observado en el
aumento de volumen mostrado en la figura 26.
La curva etiquetada como PA6 CM30A presenta una pérdida del 10% más en el
rango de 50°C a 450°C, cuando se compara con la curva de las muestras no expuestas
al combustible.
La curva PA6 CM30A con secado presenta pérdidas mayores que las presentadas
por las muestras no expuestas a combustible, pero menores que la curva de las muestras
que no fueron secadas después de su exposición al combustible. Lo cual indica que
parte del combustible absorbido por la muestra no fue eliminado por completo durante
el proceso de secado en el horno.
70
Gómez-Mares et al.
3.3. Caso 3. Efectos del diesel y biodiesel BSME30A en las propiedades mecánicas de
polímeros POM, PPA y PPS.
71
Gómez-Mares et al.
El módulo de Young (Figura 25) varió muy poco para el POM, que solamente
sufrió una ligera disminución, mientras que para el PPA hubo un ligero aumento en
72
Gómez-Mares et al.
esta propiedad. El material que experimentó los cambios mayores fue el PPS, para el
que también aumentó el módulo de Young, es decir, la fuerza requerida para que se
logre una deformación aumentó. Con respecto a las diferencias en el Módulo de Young
debidas a la utilización de Diesel 2 o Biodiesel BSME30A, la tendecia varió según el
material. En el caso del POM, la afectacion mayor fue ocasionada por el BSME30A.
Lo mismo sucede para el PPA, aunque la diferencia con el Diesel 2 es mínima. Para el
PPS los cambios mayores se presentaron con el BSME30A.
Si se observan las propiedades mecánicas grupalmente, se puede concluir que la
diferencia en la afectación del diesel y del biodiesel es muy pequeña, siendo sólo en
contadas ocasiones ligeramente mayor para el biodiesel, en este caso BSME30A.
Para el Material POM con y sin exponer a combustible, aparecen dos bandas de
absorción: una de 500 a 1500cm-1 y otra moderada de 2760 a3020 cm-1 debidas a los
enlaces –C – O- y a los hidrocarburos alifáticos CH2- y CH3- .
Para el PPA, también aparecen dos bandas de absorción: la primera de 500 a 1700
cm-1 y la segunda de 2780 a3560 cm-1. Estas bandas corresponden al movimiento de los
73
Gómez-Mares et al.
74
Gómez-Mares et al.
75
Gómez-Mares et al.
Como puede observarse, la variación en volumen en todos los casos fue menor al
5%. Este pequeño cambio en volumen debido a la exposición al combustible debe
considerarse en aplicaciones en las cuales una pequeña variación dimensional puede
ocasionar problemas.
76
Gómez-Mares et al.
4. Conclusiones
77
Gómez-Mares et al.
4.2. Caso 2. Estudio de los efectos del combustible flexible CM30A en dos diferentes
Poliamidas: PA6 y PA46
78
Gómez-Mares et al.
Para el caso del polímero PPA, los efectos de los diversos combustibles en sus
propiedades mecánicas fueron mínimos. No puede decirse, al menos para este caso, que
alguno de los combustibles probados tenga mayores efectos que otro.
Lo mismo sucede con la variación en las dimensiones de las muestras. Estas fueron
mínimas, aunque en función de la aplicación donde se utilizaría el material, esta
variación debe ser considerada para fines de diseño.
Las propiedades mecánicas de los polímeros con y sin carga de fibra de vidrio
cambian con la exposición a CM15A y CM30A.
No existe una diferencia significativa entre los efectos del CM15A y el CM30A en
las propiedades mecánicas de los materiales estudiados, a pesar de que el CM30A tiene
un mayor contenido de metanol (30%) que el CM15A (15%)
La resistencia a la cedencia y a la ruptura disminuyen con la exposición a CM15A
y CM30A, y los efectos del combustible aumentan con el aumento de la cantidad de
carga contenida en el polímero: a mayor carga, mayor cambio.
La elongación a la cedencia y a la ruptura aumentan con la exposición al
combustible. Los polímeros sin carga o con poca carga fueron los que presentaron los
cambios menores.
El Módulo de Young disminuyó con la exposición al CM15A y el CM30A.
79
Gómez-Mares et al.
Reconocimientos
Los autores agradecen al CONACyT que otorgó apoyo para la realización de este
proyecto mediante el convenio FORDECYT-Doctores no. 174509. También se
agradece la colaboración de José Arias, técnico del laboratorio de materiales.
Referencias
[1] M. Hj. Hassan, Md. A. Kalam, An overview of biofuel as a renewable energy source: development and
challenges. Procedia Eng. 56 (2013), 39-53.
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Abington, Cambridge, UK, 1994.
[3] C. J. Yang, R. B. Jackson. China’s growing methanol economy and its implications for energy and the
environment, Energy Policy 41 (2012), 878-884.
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Gasolines and Ethanol Fuel, Rubber Chemistry and Technology, 85 2 (2012), 195-206.
80
Gómez-Mares et al.
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Capítulo 4
Caracterización del Sedimento Marino del
Parque Nacional Sistema Arrecifal
Veracruzano
Rosa E Zamudio Alemán, María del Refugio Castañeda Chávez, Fabiola
Lango Reynoso, Itzel Galaviz Villa y I. Araceli Amaro Espejo
Pá
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Caracterización del Sedimento Marino del
Parque Nacional Sistema Arrecifal
Veracruzano
Rosa E Zamudio Alemán, María del Refugio Castañeda-Chávez1, Fabiola Lango-Reynoso,
Itzel Galaviz-Villa y I. Araceli Amaro-Espejo
Instituto Tecnológico de Boca del Río
1. Introducción.
Durante los últimos años, los arrecifes de coral se encuentran bajo amenaza de extinción en
el mundo, a consecuencia del cambio climático y de la contaminación antropogénica, lo
que genera una alta mortalidad y una regeneración difícil y a largo plazo [14, 19, 26]. El
crecimiento acelerado de la población sobre los márgenes de las zonas costeras, ha
provocado cambios físicos, químicos y biológicos en estos sistemas arrecifales [10]. Un
ejemplo de ello, es el Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano (PNSAV), que está
expuesto a efectos locales como las descargas del Río Jamapa, donde se estiman un flujo de
1670x106 m3 al año, también se tiene la influencia del Río Papaloapan que descarga
20000x106 m3 al año [20]. Aunque muchas de las descargas de los ríos son ricas en
1
María del Refugio Castañeda-Chávez, castanedaitboca@yahoo.com.mx
nutrientes, se reportan sedimentos que causan afectaciones adversas para los arrecifes
coralinos, ya que prefieren condiciones oligotróficas y de aguas claras [25].
El PNSAV ostenta la denominación de Parque Marino Nacional; es el sistema más
desarrollado en el Golfo de México ubicado frente a las costas y puerto de Veracruz [15],
con el tráfico portuario más grande del país, estimado anualmente entre 1809 y 1505
buques [1]. Se sigue utilizando como área de pesca y de extracción de corales y otras
especies sin control estricto de las autoridades, lo que ha provocado una merma
considerable de estos recursos.
El arrecife coralino, es un ecosistema formado por pólipos de coral que fijan carbonato
de calcio, viven en simbiosis con unas algas llamada zooxantelas que le provee alimento y
oxígeno al pólipo, en cambio el alga recibe refugio ante los depredadores, construyen
estructuras complejas de carbonato de calcio, y en conjunto albergan una alta diversidad
biológica [21]. El coral ramificado Acropora palmata, es una especie de zonas someras que
juega un papel importante dentro de las comunidades coralinas, ofreciendo estructura física
y biológica para diferentes organismos arrecifales [13].
Los arrecifes coralinos cubren el 1% de la superficie del planeta y aun así albergan a
los ecosistemas más diversos, complejos y productivos de la tierra. Se estima que producen
cerca del 25% de las capturas pesqueras de los países emergentes y son una importante
fuente de empleos y ambientes propicios para el esparcimiento y desarrollo del turismo.
Juegan un papel vital en la protección de la costa contra el impacto erosivo y destructivo de
las tormentas y ciclones [21].
El estado de los arrecifes a nivel mundial indica que “los arrecifes de coral son,
probablemente, el ecosistema marino en mayor peligro de extinción del planeta” De
acuerdo con la Red Global de Monitoreo de Arrecifes de Coral (GCRMN, por sus siglas en
ingles), donde se reporta que se ha perdido aproximadamente un 20% de la totalidad de los
arrecifes. Se presume que el 24% de los arrecifes a nivel mundial se encuentran bajo un
riesgo inminente de desaparecer debido a la presión humana y otros 26% se encuentra en
riesgo de colapsar a más largo plazo [21]. A nivel global, son mucho más abundantes e
incluyen un enorme biodiversidad en la región indo- Pacifica, que abarca del este de África
y Mar Rojo al Pacífico central. El segundo lugar por su distribución a nivel mundial y
biodiversidad coralina lo ocupa la Región Tropical de Atlántico Occidental, que incluye el
mar Caribe y el Golfo de México[21].
Los arrecifes de coral son sensibles a las descargas de sedimentos, cambios de
temperatura del agua de mar, la salinidad, y el efecto del calentamiento global [25]. La zona
costera de Veracruz donde se ubica el PNSAV, constantemente se encuentra sometido a un
impacto ambiental debido a las descargas fluviales naturales de sedimentos Terrígenos y
actividades industriales. Además, las aguas residuales no tratadas provenientes de fuentes
domésticas e industriales que llevan carbono orgánico, nutrientes y metales pesados afecta
la preservación y la vida de los arrecifes [21]. Uno de los principales agentes de
contaminación de la zona costera son los denominados metales pesados cuya movilización
por el hombre han superado los flujos naturales derivado de los procesos geológicos,
deducidos de las descargas fluviales. La estimación de las concentraciones naturales y de
los aportes antropogénicos de los metales pesados, permite evaluar en qué nivel se
encuentra afectada la zona [8].
86
Zamudio Alemán et al.
El término de metales pesados refiere a cualquier elemento químico metálico que tenga
una relativa alta densidad y sea tóxico o venenoso en concentraciones incluso muy bajas.
Los ejemplos de metales pesados o algunos metaloides, incluyen el mercurio (Hg), cadmio
(Cd), arsénico(As), cromo (Cr), talio (Tl), y plomo (Pb), entre otros [16]. Los sedimentos
marinos actúan como integradores y concentradores de metales pesados dependiendo de la
forma química y física de cada metal, estos pueden movilizarse y ser atrapados a través de
las membranas biológicas de las diferentes especies marinas. El objetivo del presente
estudio fue caracterizar el sedimento marino a través de la concentración de metales
pesados Cu, Cd y Zn, granulometría y materia orgánica presentes en el Parque Nacional
Sistema Arrecifal Veracruzano (PNSAV).
2. Materiales y Métodos
87
Zamudio Alemán et al.
88
Zamudio Alemán et al.
89
Zamudio Alemán et al.
Para el análisis de los datos obtenidos se aplicó una prueba de normalidad y homogeneidad
de varianzas. Además de un análisis de varianza de una vía (ANOVA) con un nivel de
confianza del 95%. Lo anterior con el programa STATISTICA versión 7.0.
3. Resultados y Discusiones.
90
Zamudio Alemán et al.
Figura 4. Concentración de Cobre en sedimentos marinos; “ab” indica diferencias (p> 0.05) entre sitios.
91
Zamudio Alemán et al.
Figura 6. Concentración de Cadmio; “ab” indica diferencias significativas (p> 0.05) entre sitios.
92
Zamudio Alemán et al.
Figura 7. Concentración de Zn en sedimento, sin diferencias significativas entre periodos (p> 0.05).
Figura 8. Concentración de Zinc en sedimentos; “ab” indica diferencias (p> 0.05) entre sitios.
93
Zamudio Alemán et al.
Las diferencias significativas marcadas fueron en los sitios 2 (Gallega) con el valor más
elevado del porcentaje de materia orgánica con respecto a los sitios 3, 8, 9 y 12)
(Blanquilla, Sargazo, La Palma y Santiaguillo) estos sitios 8, 9 y 12 están ubicados al sur,
el sitio 2 y 3 se encuentra al norte del PNSAV, entre los grupos del norte no tuvieron
diferencia significativa solo para el sitio 3 dentro de su mismo grupo del norte no se
observaron diferencias significativa, H= 14.2203 Chi2 = 15.5238 con una p= 0.2210,
tuvieron (Figura 10), pero si con respecto algunos sitios del ubicados al sur del PNSAV.
94
Zamudio Alemán et al.
Figura 10. Materia Orgánica en sedimentos, “ab” indica diferencias (p> 0.05) entre sitios.
Para relacionar los metales encontrados en los sitios de muestreo se realizó un recorrido de
prospección para identificar las fuentes puntuales de contaminación que se encuentran a lo
largo de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, Antón Lizardo y Alvarado, y se
identificaron las fuentes puntuales de contaminación que tienen influencia sobre el PNSAV,
se seleccionaron diez zonas de influencia en base a su actividad constante de descarga y se
describieron siguiendo los criterio de tipo vertimientos (fluvial o pluvial), si son
permanentes o temporales y observaciones de cada uno de ello. Entre los sitios
seleccionados como se muestran en la (figura 9) se encuentran: Río Papaloapan (1), Arroyo
Giote (2), Río Jamapa (3), Cárcamo Villa Rica (4), Calzada de las Américas (5), Colector
Simón Bolívar (6), Club de Yates (7), Zona Portuaria (8) Astilleros (9) y Canal a cielo
abierto El Cable (10).
95
Zamudio Alemán et al.
Figura 9. Ubicación de los 10 puntos de las fuentes puntuales de contaminación (INEGI, 2010)
Tabla 2. Posición geográfica de los 10 puntos de las fuentes puntuales de contaminación (García, 2013).
3.5 Discusiones
96
Zamudio Alemán et al.
La presencia de metales pesados en sedimentos con influencia del caudal del río
Jamapa, sugiere la fuerte influencia terrígena de su cuenca de drenaje, en la cual afloran
terrenos volcánicos [24]. Muchas de las investigaciones sobre la evaluación de metales
pesados en organismos de las zonas costeras veracruzanas han sido centradas en bivalvos;
como mejillones y ostiones. Estos han recibido considerablemente vigilancia para el
monitoreo de metales traza, debido a su capacidad para reflejar los niveles ambientales de
contaminantes en los ecosistemas estuarinos y marinos [27]. Los metales trazas en los
ecosistemas naturales oceánicos, marinos y lacustres, constituyen uno de los aspectos más
importantes de la polución. Son la presentación de la materia inorgánica, la cual es
considerada como esencial y tóxica dependiendo tanto de la especiación química del
elemento, como de su contenido [2,7].
Los metales que entran al mar como producto de las emisiones terrestre pueden
disolverse en el agua o ser transportados y depositados directamente a los sedimentos
marinos. La biota marina bioacumula metales presentes en el agua de mar durante la
degradación del material biogénico detrital, y pueden absorberlos o liberarlos directamente
a los sedimentos. La actividad humana se considera como la principal fuente
antropogénicas que introduce metales al ecosistema marino, como son los desechos
municipales e industriales que llegan al mar por escorrentía limnicas, pluviométricas o vía
atmosféricas. La contaminación por metales pesados, como el cobre, puede afectar la
fotosíntesis y desarrollo de las algas, así como las primeras etapas de desarrollo de los
animales marinos y ser causa de la muerte de los mismos [9].
Las concentraciones de metales en sedimento marino obtenidas en la presente
investigación difieren de las reportadas en estudios previos de esta zona, o para lo obtenido
en otras zonas profundas con alto potencial de explotación de crudo, como el Golfo de
Arabia, Golfo de México y costas de Kuwait; destacándose el impacto de las actividades de
explotación de petróleo sobre la concentración de metales en sedimentos [4].
El tipo de sedimento presente en cerca de los arrecifes es arenas finas, las áreas más
profundas particularmente hacia el mar se caracterizan por lodos, las playas no arrecifales
contienen un grano más fino. Los sedimentos que rodean los arrecifes son de color negro lo
que sugiere que son ricos en materia orgánica. Las posiciones y formas de los arrecifes
parecen estar fuertemente influenciada por la dirección del oleaje; ya que las corrientes
juegan un papel determinante en la alineación, por lo que en la dirección NW-SE. Los tipos
de mareas que se presentan en el puerto de Veracruz son diurnas según [24], la elevación es
mayor a 60 cm lejos de la costa y no presentan gran disminución por debajo del nivel del
mar.
Los arrecifes de coral son sensibles a las descargas de sedimentos, cambios de temperatura
y salinidad y a los efectos del calentamiento global. El área costera de Veracruz está
97
Zamudio Alemán et al.
caracterizada por la presencia del PNSAV que aparentemente ha sido objeto de un impacto
ambiental que llega de los ríos naturales que descargan sedimentos terrígenos y actividades
industriales [21]. En la zona de estudio, han sido realizados pocos trabajos sobre esta área
de investigación, entre los que destacan [24] Composición geoquímica de sedimentos
superficiales alrededor del ecosistema arrecifal de isla de Sacrificio, Veracruz, México.
Donde reportaron la mayor concentración de arenas en febrero, lo cual fueron
posiblemente asociados con régimen de oleaje y distribución homogénea de arenas a lo
largo de la orilla. La presencia se le asocia la descarga del rio Jamapa.
Por otro lado, se ha reportado que el sedimento arenoso forma depósitos en
condiciones de alta energía mareal, lo cual demuestra que el patrón de sedimentación es
causado por los mecanismos asociados con la gradiente de energía hidrodinámica local [5].
Es por ello la importancia de realizar la evaluación del contenido de materia orgánica
es debida a la una fuerte afinidad que posee por los metales, estableciéndose una relación
entre un alto contenido de materia orgánica en sedimentos puede originar un incremento en
el contenido de metal. También [12] obtuvieron una correlación positiva significativa entre
el porcentaje de materia orgánica y Cu, Ni y para Zn, mientras esta fue negativa para Cd y
Pb. Esta correlación entre varios metales indicó una fuente común de enriquecimiento de
los sedimentos con estos metales. Asimismo [18] señaló que los metales son secuestrados
por partículas de óxidos de hierro, manganeso y por las arcillas.
5. Conclusiones
98
Zamudio Alemán et al.
Reconocimientos
Este proyecto fue realizado con el apoyo Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(CONACYT), del Instituto Tecnológico de Boca del Rio, y de la Comisión Natural de
Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
Referencias
[1] APIVER, 2005. Resumen de movimientos de buques y carga. Administración Portuaria Integral de Veracruz.
http://148.223.221.118/apiwww/op-movimiento2.htm
[2] Aranda, S. 1999. Condiciones geoquímicas de los sedimentos superficiales de la Ensenada Grande del
Obispo. Traba. Gran. Lic. Química, Universidad de Oriente, Cumaná, Venezuela. 93pp.
[3] Arocena. R y Conde. D.1999. Sedimentos: materia orgánica. In: Métodos en ecología de aguas continentales:
con ejemplos de limnología en Uruguay. Instituto de Biología: Sección Limnología. Montevideo, Uruguay.
[4] Ávila. H., Gutiérrez. E., Ledo. H., Araujo. M., Sánquiz. M. 2010. Heavy metals distribution in superficial
sediments of Maracaibo Lake, Venezuela. Rev. Téc. 33(2):122-129.
[5] Calva, B. L. G., Torres, A. R. 2011. Organic and textural characteristics of sediments in areas with
turtlegrass Thalassia tesstudiun in coastal ecosystems of the southeastern gulf of Mexico. Hidrologia 27(2):
133-144.
[6] Carver, E. 1971. Procedures in sedimentary petrology. Univ. Of Georgia. Athens, Willay Interscience.
Georgia. 655 p.
[7] Bonilla 1997. Condiciones Hidroquímicas del Agua y Características Fisicoquímica de los Sedimentos del
Golfo de Paria, Durante la Expedición LS-7302. Bilo. Inst. Oceanogr. Venezuela. Univ. Oriente, 16(1 & 2):
99-114.
[8] Botello, A, V., J, Redón von Osten., G, Gold-Boucht y C Agraz-Hernández. 2005. Golfo de México
Contaminacion e impacto ambiental: Diagnóstico y Tendencias. 2da edición. 76 p.
[9] Bonilla, S, J., Ramírez. C., Moya. J., y Márquez. A. 2003. Calidad de los sedimentos superficiales de la
Ensenada Grande del Obispo. Estado Sucre - Venezuela. Bol. Inst. Oceanog. de Venezuela Univ. de Oriente.
42 (1 y 2): 3 – 27.
[10] Dikou, A., 2010. Ecological Processes and Contem-porary Coral Reef Management. Diversity. 2: 717-737.
[En línea] URL:http://www.mdpi.com/1424-2818/2/5/717
[11] DOF. 2012. Diario Oficial de la Federación. DECRETO que modifica al diverso por el que se declara Area
Natural Protegida, con el carácter de Parque Marino Nacional, la zona conocida como Sistema Arrecifal
Veracruzano, ubicada frente a las costas de los municipios de Veracruz, Boca del Río y Alvarado del Estado
99
Zamudio Alemán et al.
100
Capítulo 5
Puesta en Marcha de una Tecnología
Anaerobia Utilizando Aguas Residuales de
Destilería de Alcohol de Caña
Cinthya Sosa Villalobos
Pá
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Puesta en Marcha de una Tecnología
Anaerobia Utilizando Aguas Residuales de
Destilería de Alcohol de Caña
Cinthya Sosa-Villalobos1
División de Estudios de Posgrado e Investigación. Instituto Tecnológico de Boca del
Río
1. Introducción
1
Cinthya Alejandra Sosa Villalobos, ca.sosavi@gmail.com
104
2. Material y Métodos
2.1. Equipamiento
105
Sosa Villalobos
Los análisis efectuados a la vinaza, fueron; pH, conductividad, DQO total y soluble, ST,
STV, SST, SSV, nitrógeno orgánico, nitrógeno total Kjeldahl, nitrógeno amoniacal,
fósforo y sulfatos.
Para el reactor UASB, se siguió como parámetros principales y de operación, la
DQO soluble, pH, temperatura y medición de biogás. El muestreo se realizó en el
influente y efluente del reactor. Para la determinación analítica de los compuestos
solubles las muestras fueron previamente centrifugadas (6000 rpm durante 30 min.).
Los procedimientos seguidos corresponden a los Métodos normalizados para el análisis
de Aguas potables y Residuales (APHA)[12]
106
3. Resultados y discusión
107
Sosa Villalobos
4. Conclusiones
De acuerdo a las aptitudes específicas del lodo empleado como inóculo para el reactor
UASB, el uso de una solución de nutrientes y amortiguadora de pH, fue necesaria para
un buen arranque. Al aplicar una operación en modo batch, con recirculación del
líquido para mantener un flujo ascendente constante, se observó la formación rápida de
gránulos tras 6 ciclos de operación a una Cva de 0.5 gDQO/L·d. El arranque del reactor
UASB fue satisfactorio, al obtener eficiencias de remoción del orden del 79 al 91% de
DQO.
Las condiciones hidrodinámicas del reactor UASB son decisivas para la formación
de los gránulos, condición previa para iniciar una operación en flujo continuo.
108
Figura 1. Reactor UASB
109
Sosa Villalobos
110
Tabla 1. Medio inorgánico de Kawahara
Kawahara modificado Volumen solución madre/100 ml de reactor
KH2PO4 4.05 g/l 15 ml Solución madre de KH2PO4
K2HPO4 8.385 g/l 4 ml Solución madre de K2HPO4
NH4Cl 7.95 g/l 4 ml Solución madre de NH4Cl
CaCl2 1.125 g/l 4 ml Solución madre de CaCl2
MgCl2.6H2O 1.0 g/l 4 ml Solución madre de MgCl2.6H2O
FeSO4.7H2O 5.6 g/l 4 ml Solución madre de FeSO4.7H2O
Referencias
[1] Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera (CNIAA). Manual azucarero mexicano. 53 Ed.
México, D. F., 2010
[2] Patel N. M., Paul P. J., Mukunda H. S. and Dasappa S. Combustion studies on concentrated distillery
effluents. Twenty-Sixth Symposium (International) on Combustion/The Combustion Institute. Naples,
Italy. July 28-August 2, 1996. 2479–2485
[3] Navarro A.R., Sepúlveda M. del C. and Rubio M.C. Bio-concentration of vinasse from the alcoholic
fermentation of sugar cane molasses. Waste Management. 20 (2000), 581-585.
[4] Pant D. y Adholeya A. Biological approaches for treatment of distillery wastewater: A review,
Bioresource Technology. 98 (2007), 2321–2334.
[5] Mohana S., Acharya B. K. and Madamwar D. Review Distillery spent wash: Treatment technologies and
potential applications. Journal of Hazardous Materials 163 (2009), 12–25.
[6] Kleerebezem R. y Macarie, H. Treating industrial wastewater: Anaerobic digestion. Comes of age.
Chemical Engineering. 110 (2003), 56-64.
[7] Noyola, A. Desarrollo de tecnologías mexicanas en tratamiento de aguas residuales: Una experiencia.
Interciencia 24 (1999),169-172.
[8] Lettinga G., de Man A., van der Last A.R.M., Wiegant W., van Knippenberg K., Frijns J. and van Buuren
J.C.L. Anaerobic treatment of domestic sewage and wastewater. Water Science Technology. 27
(1993),67–73.
[9] Donoso-Bravo A., Mailier J., Martin C., Rodríguez J., Aceves-Lara C. A. and Vande Wouwer A. Model
selection, identification and validation in anaerobic digestion: A review. Water Resource. 45 (2011),
5347-5364
[10] Kawahara, K., Yakabe, Y., Ohide, T. and Kida, K. (1999) Evaluation of laboratory-made sludge for an
anaerobic biodegradability test and its use for assessment of 13 chemicals, Chemosphere 39 (1999),
2007-2018
[11] Tauseef S.M., Abbasi T. and Abassi S.A. (2013) Energy recovery from wastewaters with high-rate
anaerobic digesters. Renewable & Sustanaible Energy Reviews 19 (2013), 704-741
[12] Standard Methods for the examination of water and wastewater, in American Public Health Association,
American Water Works Association, Water Environment Federation (Ed.), 19th edition. USA, 1995
111
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Capítulo 6
Estructura, Composición y Diversidad del
Arbolado Urbano de la Facultad de
Ciencias Forestales, UANL
Eduardo Alanís Rodríguez, Javier Jiménez Pérez, Luis Daniel Ruiz
Carranza, Arturo Mora Olivo, José Guadalupe Martínez Ávalos y
Benjamín Villa Castillo
Pá
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Estructura, Composición y Diversidad del
Arbolado Urbano de la Facultad de
Ciencias Forestales, UANL
Eduardo Alanís Rodrígueza1, Javier Jiménez Péreza, Luis Daniel Ruiz Carranzaa, Arturo
Mora Olivob, José Guadalupe Martínez Ávalosb y Benjamín Villa Castilloc
a
Facultad de Ciencias Forestales, Universidad Autónoma de Nuevo León
b
Instituto de Ecología Aplicada, Universidad Autónoma de Tamaulipas
c
Centro de Investigación Pacífico Centro, Instituto Nacional de Investigaciones
Forestales
1. Introducción
Actualmente los habitantes de las ciudades son cada vez más sensibles y receptivos de
la importancia de los bosques urbanos como componente esencial del paisaje, la
infraestructura y la calidad de vida en la ciudad [1,2]. Al igual que en las zonas de
vegetación natural, los árboles de los parques y bosques urbanos son una parte
importante del sistema de vida de la naturaleza y desempeñan un papel fundamental en
la sostenibilidad de los núcleos urbanos [3].
Para una buena comprensión de este tema es necesario conocer la diferencia entre
un bosque urbano y un parque urbano, esta diferencia es que el bosque urbano está
1
Eduardo Alanís Rodríguez, eduardo.alanisrd@uanl.edu.mx
caracterizado por una mayor riqueza de especies y una menor perturbación por parte
del hombre [4], sin embargo aun y cuando un parque urbano no puede considerarse
como un bosque, estas áreas provén de una gran cantidad de servicios ambientales.
Los bosques urbanos proporcionan múltiples servicios ambientales en las ciudades
[1, 2,3]. Entre los cuales se encuentran la filtración del aire, regulación del micro-clima,
regulación de la temperatura ambiental, mejora de la calidad del aire, formación de
barreras contra la acción del viento, reducción del dióxido de carbono, reducción del
ruido, captación de agua, manejo de aguas pluviales, biodiversidad, producción de
alimento y control de la erosión de los suelos, proveen abrigo y alimentación a la fauna
silvestre. Así como beneficios sociales en salud, recreación, cultura, educación,
económicos y empleo [3, 5, 6, 7, 8, 9, 10].
Algunos estudios han demostrado que los espacios verdes urbanos forman más
que un “infraestructura urbana complementaria", incluso puede ayudar a proporcionar
medios de subsistencia. Los bienes y servicios que proporcionan las áreas verdes
cercanas a los centros urbanos también se pueden agrupar en tres grandes categorías,
las cuales son la economía y sustento, valor ambiental y ecológico y valor social y
cultural [11]. Dentro del aspecto social un componente esencial de las áreas verdes
urbanas es que mejoran la calidad de vida de los residentes, esto se ve reflejado en su
comportamiento [12]. Un estudio realizado por Kuo y Sullivan [13] demostró que
poblaciones minoritarias responden favorablemente a los bosques urbanos, ya que las
personas en contacto con las áreas verdes fueron más sociables, se sintieron con mayor
seguridad y con menos estrés que las personas que no están en contacto con estas
áreas.
La necesidad de estudiar el arbolado urbano y otras comunidades bióticas
presentes en las ciudades se remonta a los años 70s, cuando surge la ecología urbana
como una parte de la ecología [14]. En los últimos años esta subdisciplina ha cobrado
una mayor relevancia [15], ya que la formación de áreas verdes urbanas se reconoce
por todos como un instrumento de desarrollo en las ciudades [3]. A pesar de la gran
importancia de las áreas verdes urbanas, éstas son poco investigadas en la mayor parte
del mundo [16,17] en contraste con la atención que se presta en las áreas boscosas [18],
ya que los investigadores trabajan con mayor énfasis las comunidades arbóreas
naturales.
A pesar de lo anterior, en algunas regiones del mundo se han iniciado
investigaciones para conocer la estructura, composición y diversidad de estas
comunidades naturales y artificiales que se encuentran en zonas urbanas. Algunos
estudios simplemente han hecho inventarios de los árboles cultivados de las ciudades y
otros se han enfocado en aspectos más ecológicos como diversidad y estructura de la
vegetación [19, 20,21]. A nivel mundial se han generado múltiples investigaciones que
describen la composición y estructura de la vegetación de las áreas verdes urbanas,
principalmente en Estados Unidos, Europa y Asia [22, 23,24]. Para el caso de México
existen escasas investigaciones, las cuales se han encaminado a estudiar los bosques
urbanos de ciudades como Xalapa [25], Cd. Victoria [26,27], el Área Metropolitana de
Monterrey [2, 5] y Distrito Federal [28, 29]. Particularmente las zonas arboladas de
centros universitarios han recibido también poca atención y en el mejor de los casos se
usan para visitas guiadas o cursos de dasonomía urbana y arboricultura [28, 29].
En la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Autónoma de Nuevo León
(UANL) en el noreste de México, se cuenta con áreas urbanas donde se han cultivado
especies de árboles tanto nativas como introducidas, esto con el fin de mejorar los
servicios ambientales que estas áreas brindan a la comunidad Universitaria. Todos los
116
Alanís Rodríguez et al.
2. Materiales y métodos
117
Alanís Rodríguez et al.
El arbolado que fue seleccionado para reforestar las áreas verdes urbanas de la
Facultad de Ciencias Forestales (UANL) se eligió por sus por sus características
fenotípicas (vigorosidad y su fuste recto) con la finalidad de mejorar el paisaje y por
cuestiones de acomodo y espacio de las áreas verdes urbanas disponibles. Estos
individuos fueron constantemente sometidos a podas formativas para conformar copas
altas y densas, con las podas también se redujo el riesgo de caída de ramas y se
controló el tamaño para favorecer su desarrollo en las áreas reducidas.
En otoño del año 2012 se realizó un censo de la comunidad vegetal arbórea y arbustiva
del área urbana de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Autónoma de
Nuevo León, con el propósito de evaluar los 8000 m2 de área verde que tiene esta
institución educativa, para esto se establecieron 5 sitios de muestreo de 1600 m2,
cubriendo el total de la superficie a evaluar. Dentro de cada uno de los cinco sitios de
muestreo se realizó un inventario forestal utilizando la siguiente metodología:
En el inventario fueron considerados todos los árboles y los arbustos y con un
diámetro mayor a 5 centímetros (d≥ 5cm) promediando el diámetro obtenido
de norte a sur y de este a oeste de cada individuo.
El diámetro basal se obtuvo con la ayuda de una forcípula y fue obtenido a 10
centímetros del suelo (d0.10 ≥ 5cm).
A todos los individuos se les efectuaron mediciones de diámetro de copa
(dcopa), promediando el diámetro obtenido de norte a sur y de este a oeste de
cada individuo.
Se realizaron colectas botánicas de todas las especies, que posteriormente
fueron identificadas por personal docente calificado de la Facultad de
Ciencias Forestales (UANL).
118
Alanís Rodríguez et al.
Con los datos capturados por sitio y por especie se determinó su abundancia, de
acuerdo al número de individuos totales dentro de la superficie de las áreas verdes
urbanas de la Facultad de Ciencias Forestales, también se determinó la dominancia por
especie en función a la cobertura de copa, esta fue obtenida en metros cuadrados y
porcentaje dentro la superficie de las áreas verdes urbanas, la frecuencia por especie se
estimó en base en su existencia dentro de cada uno de los cinco sitios de muestreo. Los
resultados de abundancia, dominancia y frecuencia fueron utilizados para obtener un
valor ponderado a nivel de taxón denominado Índice de Valor de Importancia (IVI),
este índice hace una mejor descripción de cada especie que usando cualquiera de sus
parámetros individualmente [32], adquiere valores porcentuales en una escala del 0 al
100 [33,34].
A
ARi i *100
Ai
(1)
i=1 n
D
DRi i *100
Di
(2)
i=1 n
Fi i *100
f
(3)
N
F
FRi i *100
Fi
i = 1….n
119
Alanís Rodríguez et al.
( s 1)
DMg (5)
ln( N )
S
H pi * ln( pi ) (6)
i 1
pi ni N
Para calcular el área basal total, el diámetro basal y el diámetro basal relativo se
utilizaron las siguientes ecuaciones (7), (8) y (9) [35]:
d2
DBi (8)
4
DB
DBRi i *100
DBi
(9)
i = 1….n
El área basal total (ABT) es la sumatoria de las áreas basales de todos los
individuos de todas las especies, para el diámetro basal (DB) la d es igual al diámetro
en metros a 10 centímetros del suelo (d0.10) y el diámetro basal relativo (DBR) es el
porcentaje de área basal total por especie dentro del área de estudio.
120
Alanís Rodríguez et al.
3. Resultados
121
Alanís Rodríguez et al.
Tabla 1. Nombre científico, nombre común, familia, forma de vida y distribución del arbolado urbano de la
Facultad de Ciencias Forestales, UANL, México.
Forma de
Nombre científico Nombre común Familia Distribución
vida
Acacia triacanthus Gron. Sin nombre Fabaceae Arbórea Introducida
Bauhinia divaricata L. Pata de vaca Fabaceae Arbórea Introducida
Bursera simaruba (L.) Sarg. Palo mulato Burseraceae Arbórea Introducida
Caesalpinia mexicana A. Gray Árbol del potro Fabaceae Arbórea Nativa
Carya illinoinensis (Wangenh.) K.
Nogal Juglandaceae Arbórea Introducida
Koch
Casimiroa greggii (S. Watson) F.
Chapote amarillo Rutaceae Arbustiva Nativa
Chiang
Celtis laevigata Willd. Palo blanco Ulmaceae Arbórea Nativa
Celtis pallida Torr. Granjeno Ulmaceae Arbustiva Nativa
Citrus sinensis (L.) Osbeck Naranjo dulce Rutaceae Arbustiva Introducida
Condalia hookeri M. C. Johnst. Brazil Rhamnaceae Arbórea Nativa
Cordia boissieri A. DC. Anacahuita Boraginaceae Arbórea Nativa
Cupressus arizonica Greene Cedro Cupressaceae Arbórea Nativa
Diospyros palmeri Eastw. Chapote manzano Ebenaceae Arbórea Nativa
Diospyros texana Scheele Chapote prieto Ebenaceae Arbórea Nativa
Ebenopsis ebano (Berland.) Barneby &
Ébano Fabaceae Arbórea Nativa
J.W. Grimes
Eysenhardtia polystachya (Ortega)
Vara dulce Fabaceae Arbustiva Nativa
Sarg.
Fraxinus americana L. Fresno Oleaceae Arbórea Introducida
Fraxinus uhdei (Wenz.) Lingelsh. Fresno Oleaceae Arbórea Introducida
Gochnatia hypoleuca (DC.) A. Gray Ocotillo Asteraceae Arbustiva Nativa
Havardia pallens (Benth.) Britton &
Tenaza Fabaceae Arbustiva Nativa
Rose
Helietta parvifolia (A. Gray) Benth. Barreta Rutaceae Arbustiva Nativa
Leucaena pulverulenta (Schltdl.)
Guaje Fabaceae Arbórea Nativa
Benth.
Ligustrum japonicum Thunb. Trueno Oleaceae Arbórea Introducida
Pinus halepensis Mill. Pino halepo Pinaceae Arbórea Introducida
Pinus pseudostrobus Lindl. Pino blanco Pinaceae Arbórea Nativa
Pistacia mexicana Kunth Pistacho Anacardiaceae Arbórea Introducida
Platanus rzedowskii Nixon & Poole Sicomoro Platanaceae Arbórea Nativa
Prosopis glandulosa Torr. Mezquite Fabaceae Arbórea Nativa
Prosopis laevigata (Humb. & Bonpl.
Mezquite Fabaceae Arbórea Nativa
ex Willd.) M.C. Johnst.
Quercus polymorpha Schltdl. & Cham. Encino roble Fagaceae Arbórea Nativa
Quercus pungens Liebm. Encino blanco Fagaceae Arbórea Nativa
Quercus sp. Encino Fagaceae Arbórea Introducida
Encino siempre
Quercus virginiana Mill. Fagaceae Arbórea Nativa
verde
Sapium sebiferum (L.) Roxb. Chaines Euphorbiaceae Arbórea Introducida
Senegalia wrightii (Benth.) Britton &
Uña de gato Fabaceae Arbórea Nativa
Rose
Sideroxylon celastrinum (Kunth) T.D.
Coma Sapotaceae Arbórea Nativa
Penn.
Taxodium mucronatumTen. Sabino Taxodiaceae Arbórea Nativa
Vachellia farnesiana (L.) Wight & Arn. Huizache Fabaceae Arbórea Nativa
Washingtonia filifera (Linden ex Washingtonia de
Arecaceae Arbórea Introducida
André) H. Wendl. ex de Bary California
Zanthoxylum fagara (L.) Sarg. Colima Rutaceae Arbustiva Nativa
122
Alanís Rodríguez et al.
Tabla 2. Abundancia, dominancia, frecuencia e índice de valor de importancia (IVI) del arbolado
urbano de la Facultad de Ciencias Forestales, UANL, México (ordenadas de acuerdo a su valor de IVI).
123
Alanís Rodríguez et al.
25
20
15
10
5
0
1-3 4-6 7-9 > 10
Abundancia relativa
60
50
40
30
20
10
0
< 20 20 - 30 30 - 40 40 - 50 50 - 60 > 60
Clases diamétricas (d0.10) en cm
124
Alanís Rodríguez et al.
4 Conclusión
5 Reconocimientos
A la Facultad de Ciencias Forestales por todas las facilidades otorgadas para realizar la
investigación. Se agradece la participación del Ing. Francisco Guadalupe Pérez Pérez y
el Sr. Guadalupe Pérez Malacara por su apoyo en las actividades de campo. La
investigación fue financiada parcialmente por el proyecto PROMEP/103.5/12/3585.
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127
Pá
gi
na
en
bl
an
co
Capítulo 7
Análisis Geoestadístico Estimando
Regiones de Riesgo por Contaminantes del
Aire en Guadalajara, México
Rubén Sánchez Gómez, Laura Esther Cortés Navarro, Silvia Sánchez
Díaz, Gilberto Rubén Aguirre Salas y Martha Leticia Rujano Silva
Pá
gi
na
en
bl
an
co
Análisis Geoestadístico Estimando
Regiones de Riesgo por Contaminantes del
Aire en Guadalajara, México
Rubén Sánchez Gómeza,1, Laura Esther Cortés Navarrob, Silvia Sánchez Díazc,
Gilberto Rubén Aguirre Salasd y Martha Leticia Rujano Silvae
a
Depto. de Física
b
Depto. de Matemáticas
c
Depto. de Cs. Naturales y Exactas
d
Instituto de Astronomía y Meteorología
e
Depto. de Cs. Exactas, Tecnologías y Metodologías
Universidad de Guadalajara
1. Introducción
1
Rubén Sánchez Gómez, rubensg@cencar.udg.mx
se somete una población expuesta a niveles altos de contaminantes del aire y han
dejado evidencia de que la contaminación atmosférica causa serios problemas de salud.
Se pueden enumerar algunos factores que contribuyen a niveles elevados de
contaminación atmosférica en una ciudad: los de tipo antropogénico que van desde el
crecimiento acelerado de zonas urbanas, reducción de áreas verdes, parque vehicular en
aumento constante y con automotores relativamente viejos, así como instalaciones de
parques industriales, en las proximidades de una ciudad, que sustituyen paulatinamente
suelo natural por elementos urbanos; y factores naturales que se caracterizan
principalmente por condiciones adversas a la dispersión de los contaminantes, que
pueden ser geográficos por cerros y montañas alrededor de la ciudad, constituyendo
una barrera horizontal o bien, aspectos meteorológicos adversos al flujo vertical de los
vientos que conforman una barrera vertical natural a la dispersión de contaminantes,
conocida como frontera superior de la capa de inversión atmosférica y fácil de apreciar
al observar la ciudad a distancia o desde un punto elevado (figura 1).
Ante estos escenarios adversos, se han tomado estrategias como el uso de normas
internacionales de calidad del aire, la admisión de planes de contingencia aplicables
ante distintos niveles de contaminación, el uso de índices e indicadores de
contaminación del aire, así como la instalación redes de monitoreo ambiental. Todo con
el fin de tener un escrutinio constante de las concentraciones de las especies más
dañinas y que afectan a la población, para mantenerla informada ante escenarios
adversos. No obstante, el monitoreo informa de concentración de contaminantes en un
número limitado de puntos distribuidos en la ciudad; de modo que, si se emite una
alarma por niveles altos de contaminación, la población no tiene la información
suficiente para tomar estrategias preventivas. Se puede saber que la norma de calidad
132
Sánchez Gómez, et al.
del aire fue excedida sobre uno o más puntos de monitoreo, pero no hay certeza si los
niveles de contaminación se exceden en otras zonas de la ciudad, distantes de los
puntos con excedencias.
Partiendo de esto, muchas de las variables ambientales pueden medirse en un
número infinito de puntos en una ciudad, desafortunadamente en la práctica esto no es
posible. Variables importantes como concentración de contaminantes en el aire, se
mide en unos pocos sitios de muestreo, principalmente por el costo que implica la
instalación y mantenimiento de equipo avanzado de monitoreo ambiental. De modo
que, si se requiere conocer el valor en sitios no muestreados, es necesario estimarlos a
partir de las lecturas existentes en los puntos de observación.
El propósito de este trabajo es presentar los resultados del uso del método kriging
ordinario para obtener una interpolación espacial de la concentración de contaminantes
del aire, incorporando una malla más fina distribuida en la ciudad y presentar mapas de
calidad del aire en la ciudad, con la posibilidad de identificar regiones de riesgo por
niveles altos de contaminación en el aire. Tomando como ejemplo el caso de la Zona
Metropolitana de Guadalajara (ZMG), que se caracteriza por presentar elementos
naturales adversos a la dispersión de contaminantes y por tener características
antropogénicas favorables a los niveles altos de contaminación atmosférica.
2. La zona de estudio
Concentra a más del 50% de la población estatal y esto genera agudas presiones
sociales, demográficas y económicas que demandan espacios, infraestructura y
servicios urbanos para atender las necesidades de una población que, al igual que otras
133
Sánchez Gómez, et al.
La ZMG se ubica en el centro del estado de Jalisco, a una latitud de 20º 39’ 54’’N,
longitud de 103º 18’ 42’’ W y una altitud promedio de 1,540 metros sobre el nivel
medio del mar, se sitúa en la cuenca del Valle del Río Grande de Santiago, en los
Valles de Atemajac y la Planicie de Tonalá, entre las zonas montañosas de la Sierra
Madre Occidental y el Cinturón Volcánico Transmexicano. Las montañas que
circundan la zona son: al noroeste la Sierra de San Esteban, al sureste la Serranía de san
Nicolás y los conjuntos montañosos de Cerro escondido-San Martín y El Tapatío - La
Reyna, al sur el Cerro del Cuatro-Gachupín-Santa María y al oeste la Sierra de la
Primavera (figura 3). Estas sierras constituyen parcialmente una barrera física natural
para la circulación del viento, impidiendo el desalojo del aire contaminado fuera de la
ZMG.
El terreno donde se ubica la ZMG tiene pendientes variables con un promedio de
3% (Programa para mejoramiento la calidad del aire en la ZMG, 1997-2001) y al
noreste de la ciudad se tienen alturas bajas (barrancas) de 100 a 200m sobre el nivel de
la metrópoli.
Comúnmente presenta las condiciones atmosféricas desfavorables a la dispersión
de contaminantes, tales como clima cálido, combinación de estratificación estable,
vientos débiles, provocando con ello mayores niveles en las concentraciones
registradas. Recibe una abundante radiación solar debido a su latitud, lo que hace que la
atmósfera sea altamente fotorreactiva y en presencia de luz solar los hidrocarburos y
los óxidos de nitrógeno reaccionan fácilmente para formar ozono y otros oxidantes.
(Programa para mejorar la calidad del aire de la ZMG 1997-2001).
134
Sánchez Gómez, et al.
Tabla 1. Valores normados de los contaminantes del aire que exceden con más frecuencia.
Exposición aguda Exposición
Contaminante Concentración Frecuencia crónica Norma
0.11 ppm (1 hr.) Una vez cada NOM-020-
Ozono (O3) tres años ---
216 g/m3 SSA1-1993
Partículas con diámetro 120 g/m3 Una vez 50 g/m3 (media NOM-025-
menor a 10 (PM10) (en 24 hrs.) al año aritmética anual) SSA1-1993*
* NOM-025-SSA1-1993, SSA, 2005 (www.salud.gob.mx/unidades/cdi/nom/025ssa193.html)
Más aún, estos dos contaminantes excedieron la norma de calidad del aire en 2009
(Cuarto almanaque de datos y tendencias de la calidad del aire en 20 ciudades
mexicanas, 2000–2009). De esta forma, la ZMG es un buen ejemplo para obtener
mapas de calidad del aire, objetivo de este trabajo, que pueden ser de utilidad para
quienes monitorean y administran la contaminación atmosférica.
135
Sánchez Gómez, et al.
desde enero de 2013, esta red está distribuida como se muestra en la figura 4 y su
georreferenciación se muestra en la tabla 2 (SEMADET, 2013).
En cada una de estas estación se registran y almacenan lecturas horarias de
concentración de contaminantes criterio como el ozono (O3 en ppm), óxidos de
nitrógeno (NOx, NO y NO2 en ppm), bióxido de azufre (SO2 en ppm), monóxido de
carbono (CO en ppm), partículas con diámetro menor a diez micrómetros (PM 10 en
μg/m3) y además cuenta con equipo meteorológico que reporta temperatura (ºC),
humedad relativa (%), precipitación (mm), velocidad (km/h) y dirección del viento
(grados). La SEMADET (2013) reporta lectura de radicación solar (w/m2) en las
estaciones Vallarta, Las Pintas y Santa Fe, e índice ultra violeta (UV) en la estación
Vallarta, pero estos registros no están disponibles (SIMAJ, 2014). mayor.
136
Sánchez Gómez, et al.
Z k* = cR (-1) Z t (2)
137
Sánchez Gómez, et al.
å {Z - Z j }2
1
2gˆ(h ) =
| n (h ) | (i , j )În ( h ) i
en donde representa la magnitud de estudio registrada en las localidades
disponibles y es en número de localidades cuya distancia es igual a .
Cressie y Hawkins (1980) dan una versión más robusta para estimar el variograma
de la forma
æ 1 ö
4
å
1
2gˆ(h ) = çç | Z - Z |1/2
÷÷ (2)
0.457 + 0.494/ | n (h ) | è n | h | (i , j )În ( h ) i j
ø
Para este estudio se tomó una malla de alta resolución sobre la ZMG, considerando
puntos igualmente espaciados en el cuadro delimitado por [–103.55, –103.15] grados
de longitud y [20.425, 20.825] grados de latitud, ambos con un tamaño de paso de
0.003 grados (equivalente a 335m aproximadamente), por lo que los resultados se
muestran en una retícula de 133 por 133 puntos en longitud y latitud.
De este modo, la interpolación kriging ordinario proporciona una estimación
horaria de la concentración de contaminantes en 17,689 sitios no muestreados. Estos
datos estimados dan la posibilidad de observar el comportamiento espacial del
contaminante en la malla de alta resolución y con las estimaciones horarias se localizan
regiones que sobrepasan la norma de calidad del aire. Identificando las condiciones
favorables a niveles elevados de concentración de contaminantes, siempre y cuando al
menos una de las estaciones de la zona de estudio presente excedencias sobre la norma
de calidad del aire en concentraciones de O3 o PM10, se calcula la probabilidad de
exceder la norma, número de casos entre número de exitos, dado que se sobrepasa la
norma en al menos en una de las estaciones de monitoreo ambiental. Así, al revisar por
separado los casos en que se localizan regiones de riesgo, se calcula la probabilidad
espacial conjunta de excedencias de calidad del aire o probabilidad regional de riesgo
ambiental, permitiendo identificar las zonas de riesgo a concentraciones altas de
contaminantes del aire en la ZMG, bajo condiciones que favorecen niveles altos de O3
138
Sánchez Gómez, et al.
4. Análisis de resultados
Una observación general del estudio es que tanto el O3 como las PM10 muestran zonas
de riesgo bien definidas al interior de la ciudad y con valores altos de probabilidad
regional de riesgo ambiental, en donde las zonas de riesgo varían en ubicación y
tamaño con base al periodo temporal que se analiza, encontrando diferencias inclusive
entre los contaminantes analizados.
Revisando de forma mensual, en la figura 5 se pueden observar las regiones de
riesgo detectadas en el periodo 1996 – 2011, destacando por ejemplo que en los meses
de enero, febrero, marzo, abril y junio, sobresale una región al sur de la estación
Atemajac con probabilidad superior a 0.75 o equivalentemente, el 75% de los registros
observados en condiciones que favorecen niveles altos de contaminantes, se excede la
norma de calidad del aire por concentración de O3 en la zona sur de la estación de
Atemajac.
Figura 5. Probabilidad regional de riesgo ambiental para O3, meses del periodo 01/01/1996 – 31/12/2011.
139
Sánchez Gómez, et al.
0.5 en toda la ZMG, no obstante hay regiones de riesgo que se observan en la zona que
comprende Atemajac, Vallarta, Las Águilas, Miravalle y zona Centro.
Por otro lado, en la figura 6 se puede observar el comportamiento espacial de las
regiones de riesgo para concentraciones de PM10 en el mismo periodo (1996 – 2011),
destacando que en los meses de julio, agosto y septiembre, la zona de Loma Dorada
presenta los valores superiores a 0.6 en probabilidad regional de riesgo ambiental; en
octubre se observa una región de riesgo que se distribuye desde Miravalle, hasta Loma
Dorada; mientras que en los meses restantes (noviembre, diciembre y de enero a junio),
el área de riesgo se localiza entre Atemajac, Vallarta, Las Águilas, Miravalle y zona
Centro, alcanzando incluso la estación de Loma Dorada.
Figura 6. Probabilidad regional de riesgo ambiental para PM10, meses del periodo 01/01/1996 – 31/12/2011.
Incorporando ahora la estación LPIN, de los datos registrados en 2012 se obtienen las
gráficas de las figuras 7 y 8, en donde se pueden observar las regiones de riesgo para
O3 y PM10 respectivamente, destacando por ejemplo en la figura 7 que durante el mes
de junio una región de riesgo a concentraciones altas de O 3 con probabilidad mayor a
0.75 sobre la estación Vallarta y en la localidad ubicada al noreste de la estación
Centro; mientras que en el mes de septiembre se presentó una región de riesgo con
140
Sánchez Gómez, et al.
Figura 7. Probabilidad regional de riesgo ambiental para O3, meses del 2012.
141
Sánchez Gómez, et al.
Figura 8. Probabilidad regional de riesgo ambiental para PM10, meses del 2012.
142
Sánchez Gómez, et al.
Figura 9. Meses del 2013 en los que se presenta probabilidad regional de riesgo ambiental para O 3.
Figura 10. Meses del 2013 en los que se presenta probabilidad regional de riesgo ambiental para las PM10.
143
Sánchez Gómez, et al.
5. Discusión de resultados
Reconocimientos
144
Sánchez Gómez, et al.
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146
Capítulo 8
Participación de Consorcios Microbianos
en la Biodegradación de Hidrocarburos
Aromáticos Policíclicos
David Tirado Torres, Claudia Romo Gómez, Yolanda Marmolejo
Santillán, Abraham Palacios Romero, María de la Luz Hernández Flores
y Otilio Acevedo Sandoval
Pá
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en
bl
an
co
Participación de Consorcios Microbianos en
la Biodegradación de Hidrocarburos
Aromáticos Policíclicos
David Tirado-Torresa1, Claudia Romo-Gómeza, Yolanda Marmolejo-Santillána, Abraham
Palacios-Romeroa, María de la Luz Hernández-Floresa y Otilio Acevedo-Sandovalb
a
Instituto de Ciencias Básicas e Ingeniería, bInstituto de Ciencias Agropecuarias
Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo
1. Introducción
1
David Tirado Torres, david_tirado@uaeh.edu.mx
150
Tirado Torres et al.
151
Tirado Torres et al.
concentración del gen y evitar problemas de lectura por falta de muestra. Este proceso se
acopla con en el análisis de electroforesis en gel con gradiente de desnaturalización
(DGGE) [14]. De esta manera se han identificado consorcios tales como Alcaligenes sp.,
Pseudomonas sp., Pandoreae sp. y Paenibacillus sp., donde la amplificación genética por
PCR ha sido de suma importancia para la identificación taxonómica [15].
La PCR es muy importante para identificar especies bacterianas que componen un
consorcio [18]. Así, se han identificado especies que conforman consorcios con
características degradadoras de HAPs y determinar la especie bacteriana con capacidad
para eliminar el contaminante del ambiente [19]. El ADN se extrae con solventes
específicos para realizar la lisis celular aunque se debe tener cuidado de no dañar el
material genético de la célula. Una vez que el ADN es extraído, se realiza la amplificación
de la cadena de ADN con el fin de obtener suficiente material genético y así obtener una
mejor lectura por PCR. Géneros como Burkholderia spp., Cupriavidus spp.,
Achromobacter spp., Alcaligenes spp. y Rhodanobacter spp., se han identificado por esta
técnica [20,21,22]. Asimismo, Mesorhizobium sp., Alcaligenes sp. y Bacillus sp., se
identificaron por el gen 16S ARNr en PCR y por DGGE [23]. También las bacterias que
integran el consorcio M10, aislado de suelos de la Antártida fueron identificadas por PCR-
DGGE [24], así como, el consorcio de Acinetobacter baumannii, Klebsiella oxytoca y
Stenotrophomonas maltophilia, degrador de fenantreno [25].
Especies como Staphylococcus warneri y Bacillus pumilus son ejemplo de consorcios
bacterianos que se han identificado por secuenciación del gen 16S ARNr en DGGE, donde
las secuencias mostraron un 100% de homología con S. warneri y un 99% con B. pumilus
[26]. De igual manera, el consorcio bacteriano DV-AL se identificó por análisis molecular
basado en el gen 16S ARNr. El análisis reveló que el consorcio estaba compuesto por
cuatro cepas: Achrobacter sp. BAB239, Pseudomonas sp. DV-AL2, Enterobacter sp.
BAB240 y Pseudomonas sp. BAB241 [27]. Gracias a la extracción, amplificación e
identificación por secuenciación del gen 16S ARNr por PCR-DGGE, se identificaron
Pandoraea sp., Hyphomicrobium facile y Burkhoderia multivorans del consorcio N°22
utilizado para degradar compuestos aromáticos de un suelo experimental [28]. En la
actualidad existen mini kits para la extracción del ADN de las células bacterianas que
conforman un consorcio, ejemplo de este procedimiento se ha dado en la identificación de
Rhizobiales sp., Pseudomonas sp., Brucella sp., Bacillus sp., Rhodococcus sp.,
Microbacterium sp. y Roseomonas sp [29].
Aparte de la identificación mediante la secuenciación del gen 16S ARNr, la dinámica
bacteriana se ha complementado con otras técnicas como el del microscopio electrónico de
barrido y pruebas bioquímicas [30]. Tal es el caso de Pseudomonas aeruginosa (UKMP-
8T), Rhodococcus sp. M15-2 (UKMP-5T) y Rhodococcus sp. ZH8 (UKMP-/T) que además
fueron identificadas con pruebas bioquímicas, fisiológicas y morfológicas [31]. El
consorcio microbiano conformado por Sphingobacterium sp., Bacillus cereus y
Achromobacter insolitus, fue identificado mediante pruebas bioquímicas y secuenciación
del gen 16S ARNr por PCR-DGGE [32]. En particular, en la actualidad la identificación de
microorganismos degradadores de HAPs mediante el uso de la técnica PCR-DGGE es la
más requerida para identificar consorcios bacterianos por medio del gen 16S ARNr.
152
Tirado Torres et al.
3. Ensayos in vitro
Los ensayos in vitro se han utilizado para mantener un sistema controlado en los aspectos
ambientales que se pretenden manejar. Con este tipo de ensayos se pueden estudiar los
parámetros ambientales para lograr un metabolismo óptimo y generar una mayor tasa de
degradación del xenobiótico. Esto se hace en biorreactores a escala piloto, medios líquidos
enriquecidos y con suelos, en microcosmos para la remoción de HAPs. Una de las técnicas
in vitro más importantes para estudiar la cinética de degradación de contaminantes es la
bioaumentación [33], estudios en microcosmos se ha realizado para evaluar la degradación
de HAPs. La cinética de degradación en microcosmos consiste en agregar inóculo de un
consorcio conocido en un frasco que contenga suelo estéril con una concentración conocida
del contaminante a degradar; el periodo de incubación varía de acuerdo a las condiciones de
estudio y oscila de días a meses [23].
Incluso, los consorcios han sido estudiados en temperaturas extremas, esto para
después poder probarlos en campo. También se han estudiado a variaciones extremas de los
parámetros fisicoquímicos y con contaminantes inorgánicos, como metales pesados
obteniendo buenos resultados, el cual demuestra la capacidad de los microorganismos para
adaptarse a ambientes extremos [26]. Por otra parte el estudio in vitro ha servido para
evaluar HAPs de forma individual y así elucidar la ruta metabólica del xenobiótico. El
fenantreno es uno de HAPs del que se ha estudiado su ruta metabólica en microcosmos
mediante un consorcio bacteriano; debido a las actividades enzimáticas de las
deshidrogenasas producidas por el consorcio se logra la mineralización del tóxico [14].
También el pireno se ha estudiado en microcosmos, aquí el consorcio estuvo conformado
por tres basidiomicetos aislados de una composta [34].
En laboratorio, el estudio de bioaumentación es de gran ayuda para evaluar los factores
incontrolables, así como las interferencias que se generan al realizar una biorremediación a
gran escala [29]. Este tipo de pruebas permite contaminar de manera artificial el suelo a
estudiar y así determinar la dinámica tanto del contaminante como del consorcio, y tener un
mayor control de las concentraciones iniciales de HAPs [30]. También se ha estudiado la
capacidad de degradación de ciertos consorcios microbianos en suspensión [35].
Igualmente, bacterias de la clase Betaproteobacteria se han estudiado para degradar
fracciones del keroseno en medio mineral [20]. Otros estudios han estudiado solo la
fracción de HAPs para investigar su cinética de degradación [12]. Las cepas Acinetobacter
baumannii, Klebsiella oxytoca y Stenotrophomonas maltophilia en forma de consorcio, se
estudiaron para degradar fenantreno en un medio mineral enriquecido [25]. Otras pruebas
in vitro que se han aplicado para estudiar la degradación de HAPs mediante el uso de
consorcios microbianos, han sido la técnica de limpieza de zona de rociado en placa y
escala bioreactor [36]. Igualmente, Moraxella saccharolytica, Alteromonas putrefaciens, K.
pneumonie subsp. aerogenes y P. fragi en forma de consorcio se estudiaron para degradar
HAPs en un reactor a escala piloto [37].
153
Tirado Torres et al.
4. Consorcios nativos
Diversos estudios han demostrado que los microorganismos autóctonos tienden a degradar
con mayor facilidad las fuentes de contaminación locales, que a contaminantes
provenientes de otras regiones [38]. Cuando las poblaciones microbianas se encuentran en
bajas densidades, se puede retardar o no llevar a cabo la degradación del contaminante. Sin
embargo, la bioaumentación con la microflora nativa acelera la degradación en un suelo
contaminado [39]. Es por eso que el uso de consorcios nativos para remediar suelos
contaminados con HAPs, es una de las herramientas esenciales para descontaminar un
suelo [40]. El proceso de degradación de HAPs en suelos es lento por la flora nativa. Es por
ello que el aislamiento e identificación de los microorganismos con capacidad de degradar
HAPs, se vuelve una tecnología muy eficiente ya que al bioaumentar la flora microbiana de
un suelo se incrementa la velocidad de degradación del contaminante [23].Así, se ha
estudiado una gran gama de géneros microbianos para la degradación biótica de HAPs,
entre ellos Pseudomonas, Alcanivorax, Microbulbifer, Sphingomonas, Micrococcus,
Cellulomonas, Dietzia, Gordonia y Marinobacter, entre otras [15], donde las
concentraciones del contaminante han oscilado de 300 a 1000 ppm. En cuanto a especies
nativas estudiadas se tienen Bacillus sp. ASP1, Pseudomonas sp. ASP2, Stenotrophomonas
maltophilia ASP3, Staphylococcus sp. ASP4, Geobacillus sp. ASP5 y Alcaligenes sp.
ASP6, aisladas de sedimentos del astillero Alang-Sosiya, India [14].
La importancia del uso de consorcios estriba en que en ocasiones un solo
microorganismo no es capaz de realizar la degradación completa del contaminante,
generando así metabolitos secundarios, que otra especie podría ser capaz de transformar en
metabolitos más simples o incluso lograr la degradación completa [18]. El primer paso para
estudiar un microorganismo con capacidades degradadoras es aislarlo de suelos
contaminados por algun hidrocarburo, ya sea de campos petroleros [28,41], plantas
químicas de coque [42], refinerías antiguas [32] e incluso de suelos antárticos
contaminados con diesel [24]. Para degradar HAPs se han aislado cepas bacterianas en
forma de consorcios de sedimentos en manglares, y éstos han resultado tener un gran
potencial para su uso en los tratamientos de remediación de suelos salinos [43]. Tal es el
caso del consorcio formado por Achromobacter sp. BAB239, Pseudomonas sp. DV-AL2,
Enterobacter sp. BAB240 y Pseudomonas sp. BAB241, que fue aislado de sedimentos del
patio de un puerto en Gujarat, India. Este consorcio degradó de forma eficiente naftaleno en
presencia de otros hidrocarburos, y fue capaz de utilizar otros hidrocarburos como fuente de
carbono [27].
Diversos estudios se han enfocado a aislar consorcios de suelos contaminados con
HAPs y han probado su eficacia para degradación estos contaminantes de forma individual
[44,45]. como es el caso del fenantreno [46]. La investigación en la remediación de suelos
contaminados con HAPs no sólo ha llevado a aislar consorcios formados por bacterias, sino
que también en combinación con hongos con capacidad para degradar estos contaminantes,
un ejemplo claro son los hongos de la pudrición blanca [47]. Además se han aislado
consorcios nativos que estimularon la degradación de hidrocarburos mediante la
producción de biosurfactantes. Estos tensoactivos hacen que el contaminante esté más
disponible mediante la emulsificación de los hidrocarburos y así aumentar su
154
Tirado Torres et al.
biodisponibilidad para ser asimilados por los microorganismos [47]. Se han estudiado
consorcios nativos halófilos para implementarse en la descontaminación de suelos salinos
contaminados con HAPs [36,48,49].
5. Consorcios preparados
155
Tirado Torres et al.
Los consorcios han logrado degradar fracciones del petróleo con una tasa del 52% del
petróleo crudo con concentraciones iniciales de 10,000 mg/L en un medio líquido [29]. El
fenantreno es el HAP más estudiado en su forma individual, en concentraciones de 200
mg/L ha llegado a ser degradado hasta un 71.4% al aplicar una determinada técnica de
biorremediación [44]. Consorcios del filum Betaproteobacteria se han estudiado para
degradar en tres días las fracciones aromáticas del keroseno. La prueba experimental se
desarrolló en un medio líquido con tan solo un 1% de keroseno. En dicho estudio se pudo
observar la preferencia para degradar las fracciones aromáticas que son las más toxicas del
keroseno en vez de consumir las fracciones alifáticas [20,21].
Por otra parte, los consorcios aislados de composta degradan pireno en un suelo
contaminado, el consorcio pudo remover 56 de 100 mg/kg de pireno contenido en un suelo,
en tan solo 28 días de incubación [34]. Sin embargo, hay consorcios microbianos que
degradan hasta un 76% de los hidrocarburos totales aunque prefieren degradar las
fracciones alifáticas en vez de las fracciones aromáticas [55]. Mientras que, los consorcios
halófilos estudiados han logrado degradar fenantreno hasta un 90% en tan solo seis días con
condiciones de salinidad de 5% [49]. Otros ejemplos de consorcios halotolerantes han
logrado degradar hasta un 79% de HAPs en solo cuatro días, en medios líquidos con
concentraciones salinas de 60 g/L [36].
El consorcio del filum Proteobacteria se estudió para degradar HAPs, este consorcio
muestra cinéticas de degradación de 83% y 96% de pireno y fluoranteno en ocho días de
incubación a una temperatura de 30°C. Sin embargo para el benzo [a] pireno solo presenta
una tasa de degradación de 65% [42]. Además, el consorcio DV-AL degrada hasta 1000
ppm de fenantreno con una tasa de degradación de 80 mg/h [27]. Mycobacterium fortuitum,
Bacillus cereus, Microbacterium sp., Gordonia polyisoprenivorans y el hongo Fusarium
oxysporum en forma de consorcio pudieron degradar HAPs con una cinética de degradación
156
Tirado Torres et al.
de 99%, 99% y 96% a concentraciones de 250, 500 y 1000 mg/kg de suelo, en 70 días de
incubación [56].
Las poblaciones microbianas que predominan en los suelos contaminados son aquellas
capaces de sobrevivir y de reproducirse en un medio lleno de toxicidad, alimentándose de
los contaminantes si las condiciones externas se prestan para esto [27]. Los suelos
contaminados contienen una gran cantidad de microorganismos entre bacterias y hongos.
Las bacterias de la clase de las Pseudonomas son usualmente encontradas en los suelos
contaminados y en los suelos en procesos de remediación. Dentro de las especies de
Pseudomonas se tienen las aeruginosa, cepacia, putida y la stutzeri. Especies como
Pseudomonas putida son capaces de metabolizar el HAPs. Varias especies de hongos como
la Aspergillus fumigatus y la Absidia corymberifera entre otros han sido encontradas en
suelos contaminados con pesticidas y han sido excelentes remediadoras de suelos
contaminados con HAPs [55]. Las bacterias Pseudomonas y Methanobacterias se
desarrollan prósperamente en los suelos contaminados con hidrocarburos [63].
La degradación de HAPs puede ser fácil o puede ser resistente, llegando incluso a la
formación de productos intermediarios carcinogénicos. Es difícil determinar su grado de
degradación, ya que se encuentra influenciado por su estructura química, solubilidad y
toxicidad. Bajo condiciones óptimas metabólicas, la degradación de algunos HAPs depende
de la relación agua-suelo y el coeficiente de partición ya que los HAPs son altamente
hidrofóbicos [16]. Conforme aumenta el número de anillos fusionados, la acción de
degradación ocasionada por los microorganismos decrece, si existen grupos alquilo unidos
a los anillos, la situación se complica y se hace difícil de predecir una degradación
completa [21]. La oxidación de HAPs de dos o tres anillos como naftaleno, antraceno y
fenantreno involucra la formación de intermediarios como dihidrioles. Se ha confirmado la
degradación de fenantreno por consorcios conformados por Aeromonas, Flavobacterium,
Nocardia, Pseudomonas, Beijerinckia y la levadura Cunninghamella [35]. La vía
metabólica para la biodegradación del naftaleno se ha estudiado principalmente con las
bacterias del género Pseudomonas dividiéndose en dos etapas, la transformación de
naftaleno a salicilato y la degradación de salicilato a través de catecol hasta los productos
finales [44].
157
Tirado Torres et al.
logrado degradar HAPs al metabolizar los anillos aromáticos como fuentes de carbono [57].
Es por esto que se ha logrado evaluar la degradación de HAPs con distintos tratamientos de
biorremediación como por ejemplo landfarming, bioestimulación y bioestimulación con
bioaumentación (Cuadro II). Se han logrado resultados que van desde 87 a 89% de
degradación en tan solo 129 días, siendo la combinación de ambas tecnologías la más
eficaz [95].
En otras aplicaciones de la biorremediación en campo se han logrado obtener hasta el
99% de degradación de HAPs conformados por naftaleno, fenantreno, antraceno y fluoreno,
los microorganismos utilizados en dicha remediación fueron varias especies de
Pseudomona [96]. Gracias al uso de consorcios microbianos los periodos de
biorremediación se han logrado disminuir con éxito, con periodos de tiempo de 56 días se
han obtenido hasta 36% de biodegradación de HAPs esto se ha logrado al aumentar la
cantidad de inoculo inicial hasta un 20% con relación al volumen del suelo a tratar [23].
Asimismo se utilizan microorganismos para eliminar un solo HAP debido a la disminución
de toxicidad en el medio les es más fácil llevar a cabo su degradación como es el caso del
fenantreno que se logró degradar hasta un77% en tan solo 30 días de remediación [97]. Es
por esto que la biorremediación aplicada a un suelo contaminado con HAPs es una de las
mejores alternativas siempre y cuando se manejen los microorganismos adecuados para
realizar con eficacia un metabolismo completo y rápido.
Los procesos de biorremediación aplicados a la matriz del suelo, se han dividido en dos
estrategias, in situ y ex situ. La estrategia in situ hace referencia a todas aquellas en las que
para llevar a cabo la remediación no se requiere excavación del suelo contaminado,
mientras que en la ex situ hace referencia a todas aquellas metodologías en las que es
necesario excavar y remover el suelo a tratar para mantener un ambiente controlado [57] .
Las técnicas in situ presentan una mayor ventaja económica sobre las ex situ ya que son
menos costosas y generan una menor cantidad de residuos, aunque el tiempo de
remediación es mayor [58]. Otra característica de estas técnicas es que utiliza
microorganismos autóctonos y estos pueden degradar un gran número de constituyentes del
suelo. Sin embargo, su eficacia se ve afectada cuando algunos contaminantes tóxicos están
presentes en altas concentraciones. Es por eso, que se vuelve necesario aislar y reintroducir
microorganismos de los sitios contaminados, ya que se ha observado que de esta manera
pueden degradar los constituyentes y generan una gran tolerancia a los niveles de toxicidad,
que de otra manera los afectarían negativamente [59]. De entre los métodos más utilizados
para la biorremediación in situ y ex situ destacan los siguientes:
Primer párrafo.
a) Atenuación natural
158
Tirado Torres et al.
procesos biológicos, físicos y químicos propios del suelo, por lo que los resultados que se
generen, dependen en buen medida de la presencia o ausencia de los microorganismos
degradadores adecuados, así como del oxígeno disuelto, la disponibilidad de nutrientes y de
la biodisponibilidad de los contaminantes [60]. Mediante la atenuación natural, se ha
reportado la degradación de HAPs en más de 80%, con respecto a las concentraciones
iniciales del suelo [61] . Por otra parte, estudios han demostrado que después de las
primeras 24 horas del proceso de atenuación, comienza a disminuir la producción de CO2
este efecto se atribuye a la falta de aireación del suelo. Se ha encontrado que la atenuación
natural es una técnica que tiene una alta capacidad de degradación en agentes xenobióticos
orgánicos, pero sin embargo tiene menores porcentajes de remoción al compararla con otras
estrategias de biorremediación [62]. Al usar consorcios de Bacillus sp., se han reportado
porcentajes de reducción de hidrocarburos totales de petróleo (HTPs) del 52.79 % durante
los primeros tres meses del proceso de remediación, el 15 % se atribuye a procesos
abióticos, mientras que el 37.79 % al consorcio [63].
b) Bioaumentación
159
Tirado Torres et al.
c) Landfarming
160
Tirado Torres et al.
Se ha evaluado la degradación de
En estas estrategias los consorcios antraceno por P. aeruginosa y P.
preparados son capaces de degradar citronellolis en donde se concluye pueden
Landfarming +
hasta el 20% de los HAPs, comparado ser útiles para el estudio de la degradación
Bioaumentación
con las poblaciones de microorganismos de HAPs para fines de biorremediación,
autóctonos [56]. P. Citronellolis ha resultado más efectiva
[93].
Se han realizado estudios en los cuales especies por separado como Pseudomonas sp., o
Pseudomonas aeruginosa cada una por separado se comparan con un consorcio y la
Bioslurry aplicación del consorcio ha resultado hasta 7% más efectiva para degradar HAPs [94].
d) Bioventeo.
161
Tirado Torres et al.
Existen reportes que indican que esta tecnología no es tan eficiente con ciertos
hidrocarburos como la gasolina, por otra parte se ha reportado que beneficia a la rápida
recuperación de la microbiota nativa [76]. Con esta estrategia es posible alcanzar
porcentajes de degradación de hasta 93% de los hidrocarburos aromáticos en un periodo
máximo de siete meses [77]. Se han creado modelos matemáticos a partir de esta
metodología, en los cuales se aprecia que un flujo bajo de oxigeno da mejores resultados en
el proceso de degradación. Sin embargo, al ser un modelo, es necesario llevar a cabo el
ensayo correspondiente para validar estos resultados [78].
e) Biosparging.
f) Biopilas
162
Tirado Torres et al.
g) Bioslurry
Es una técnica ex situ, que consiste en combinar suelo contaminado, agua, aditivos y
microfauna (previamente seleccionada) en un bioreactor en el cual, la parte solida se
encuentra en suspensión asegurando con ello que los microorganismos estén en contacto
con los hidrocarburos. Debido a los aditivos y a las condiciones del bioreactor, la
degradación suele ser muy veloz, el proceso de remediación se puede llevar a cabo desde
un mes a seis meses [87]. Es útil para degradar la mayoría de los hidrocarburos y otros
contaminantes halogenados, no halogenados y pesticidas. Sin embargo, para garantizar la
correcta degradación de estos contaminantes, puede ser necesario usar un consorcio
bacteriano especifico [88]. Debido al tiempo que tarda el proceso y su capacidad de
degradar gran variedad de contaminantes, es considerada como más efectiva que otros
métodos de biorremediación. Al ser un sistema cerrado, es posible establecer un mayor
control de las condiciones ambientales (pH, temperatura, oxigeno, nutrientes, etc.), lo cual
ayuda a alcanzar mayores tasas de degradación. Sin embargo, la efectividad de esta
metodología se ve afectada por el tipo de suelo, y aunado a que puede ser necesario un tipo
específico de bacteria o consorcio para asegurar la degradación, se vuelve necesario realizar
una correcta caracterización del suelo y el tipo de contaminante presente. Debido a esto,
suele ser más costosa que el resto [75]. Esta técnica se puede ver afectada por la tasa de
carga del sustrato introducida al bioreactor, en el que se ha reportado que de manera óptima
puede alcanzar hasta un 89.6% de degradación de antraceno [89]. También ha demostrado
ser efectiva al remover HTPs en condiciones de altas concentraciones (superiores al 10%),
que en otras metodologías inhiben la actividad biología, por lo que en casos extremos de
contaminación, podría ser la única con la que se podría realizar el proceso de
163
Tirado Torres et al.
10. Conclusiones
164
Tirado Torres et al.
para incrementar los porcentajes de remoción y mejorar los tiempos que tardan en llevar a
cabo este proceso. Es importante mencionar, que dependiendo el escenario, se pueden
presentar mejores resultados al usar una sola especie o un consorcio microbiano.
La aplicación de consorcios microbianos en las tecnologías de biorremediación han
logrado tener gran éxito ya que en su mayoría se han logrado obtener porcentajes de
degradación más altos que los obtenidos por una sola especie. Aunque, la obtención de una
tasa óptima de degradación depende mucho de las características fisicoquímicas del suelo,
así como de las condiciones medioambientales. Al realizar la biorremediación en campo
por cualquiera de las tecnologías estudiadas en este capítulo se debe tener en cuenta que se
tienen muchos factores no controlados. Estos pueden llevar a tener tanto el éxito o al
fracaso de la remediación, por lo que es recomendable tratar de controlar la mayor parte de
los factores que se pueda y así evitar tener una baja tasa de degradación del agente
xenobiótico.
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2005.
169
Tirado Torres et al.
170
Capítulo 9
Residuos agrícolas: Caracterización y
estrategias sustentables para su
aprovechamiento
Adriana Rojas León, Alma Delia Román Gutiérrez, Elena Otazo
Sánchez, Ana Bolarín Miró, Francisco Pieto García y Fabiola Guzmán
Ortíz
Pá
gi
na
en
bl
an
co
Residuos agrícolas: Caracterización y
estrategias sustentables para su
aprovechamiento
Adriana Rojas-Leóna,1, Alma Delia Román-Gutiérreza, Elena Otazo-Sáncheza, Ana
Bolarín-Mirób, Francisco Pieto-Garcíaa y Fabiola Guzmán-Ortíza
a
Área Académica de Química
b
Área Académica de Ciencias de la Tierra y Materiales
Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo
1. Introducción
1
Adriana Rojas León, adriana_electron@hotmail.com
la última década, como una alta renovabilidad y producción, amigable con el medio
ambiente, con efectos positivos en la agricultura y en la economía de las zonas
cebaderas; otorgando una fuente alterna a los materiales derivados del petróleo y así
aumentando la ayuda para satisfacer las demandas de energía y de materias primas de
la sociedad de una manera sustentable y sostenible.
En los últimos años, RGC se han incorporado a diversos procesos: producción de
bio-energía [2], descontaminación de agua [3], recuperación de metales preciosos [4],
películas biodegradables [5], producción de papel [6], obtención de aditivos para
alimentos [7], etc.
Otra opción viable de incorporación, se contempla en la industria de tableros
aglomerados de partículas (TP). Un TP se define como un panel manufacturado
elaborado por prácticamente cualquier material lignocelulósico en forma de piezas
discretas o partículas, combinadas con resinas sintéticas - u otros adhesivos - sometidos
a presión y calor en una prensa [8]. Cuando se planifica fabricar un TP con un nuevo
material como reforzante, es importante considerar sus propiedades fisicoquímicas,
debido a que influyen sobre el proceso y en la calidad final del tablero manufacturado
[9]. Entre las propiedades físicas que se deben considerar se encuentran: tamaño de
partícula, densidad y morfología superficial. En cuanto a las propiedades químicas son:
acidez, humedad y contenido de material lignocelulósico.
Por lo anterior, el objetivo principal de esta investigación es realizar la
caracterización física y química de los RGC, para evaluar la factibilidad de
incorporarlos como una nueva materia prima en la industria de construcción, en
específico como reforzante de un TP, brindando así alternativas de disposición final y
un valor agregado a estos contaminantes.
2. Materiales y métodos
Como materia prima se utilizaron tres RGC, cosecha 2010: cáscara, paja y RETRICE
provenientes del Valle de Apan, estado de Hidalgo; México. Las muestras fueron
otorgadas por la Financiera Cebaderos S.A de C.V. del mismo estado.
Se realizó la caracterización fisicoquímica de los materiales para poder establecer
la viabilidad de poder incorporarlos en la industria de TP, Las propiedades físicas
evaluadas fueron: tamaño de partícula, morfología superficial, densidad aparente. En
cuanto a las propiedades químicas se evaluaron: humedad, pH y contenido
lignocelulósico.
El procedimiento para cada una de ellas se describe a continuación.
174
Rojas León et al.
2.3.1 Humedad
Se procedió de acuerdo al método descrito por Roffael, Poblete y Torres [13]. Para este
análisis, se usó el potenciómetro marca Orion, marca 3 Star ®.
175
Rojas León et al.
3. Resultados y discusión
Siete mallas con diferentes tamaños de abertura se usaron en el Ro-Tap para analizar
los tamaños de partícula de los RGC. Los resultados de la distribución del tamaño de
partícula se presentan en la Figura 1. Se observó que en los tres casos la muestra no es
homogénea, en cuanto a su tamaño.
Siete mallas con diferentes tamaños de abertura se usaron en el Ro-Tap para analizar
los tamaños de partícula de los RGC. Los resultados de la distribución del tamaño de
partícula se presentan en la Figura 2. Se observó que en los tres casos la muestra no es
homogénea, en cuanto a su tamaño.
La cáscara presentó una clasificación que va desde los 3.35 mm hasta los 0.425
mm, el tamaño 2.36/1.40 mm fue la fracción predominante con un 40 %. Por otro lado,
el RETRICE presentó la fracción de tamaño más amplia, con partículas desde los 9.525
mm hasta los 0.425 mm. La paja, presentó un tamaño de partícula desde los 4.75 mm
hasta los 0.425 mm con un porcentaje mayor de participación en la fracción de
2.36/1.40 mm con un 32%.
En el proceso de fabricación de TP, el tamaño de partícula es un factor
determinante sobre las propiedades mecánicas finales del tablero y por lo tanto, el uso
final que se le va a designar. Además, dependiendo del tipo de tecnología para la
manufactura de los TP que se va a emplear, se prefiere un tamaño de partícula en
particular.
176
Rojas León et al.
Figura 2. Distribución de tamaño de partícula de los residuos generados por la cosecha de cebada.
177
Rojas León et al.
C
.
Figura 3. Microfotografías de RGC. (A) Cáscara, (B) Paja, (C) RETRICE, (D) Aroundo donax Mod. de [21].
178
Rojas León et al.
3.2.1 Humedad
Los valores de humedad se presentan en la Tabla 1. El valor más alto lo presentó la
cáscara con 7.59 % y el valor más bajo la paja con 4.47 %. Se recomienda una
humedad en la materia prima del 3-4% para la fabricación de un TP y al final del
proceso se debe llegar a un 10 %, considerando el agua contenida en las partículas y del
aglutinante a usar [29].
Por debajo de lo recomendado, el tablero puede tener malas propiedades
mecánicas y superficies de poca calidad, resultado de un fraguado prematuro de la
resina, lo que conduce a un pegado deficiente, afectando las propiedades mecánicas del
tablero, como son el MOR y la tracción perpendicular. Por el contrario, un exceso de
contenido de humedad en las partículas puede causar la formación de “ampollas” en el
tablero.
179
Rojas León et al.
3.2.2 pH
El pH del material a usar como refuerzo, es una de las características que se debe tomar
en cuenta para el diseño de un TP, si se quiere el uso de una resina como matriz. Los
valores obtenidos de pH de los RGC se muestran en la Tabla 1. Se puede observar que
en los tres casos, los valores promedio son ácidos, semejante a lo reportado para otras
materias primas que ya se han usado como reforzante en tableros, como el Eucalyptus
nitens con un pH de 4.78 [9].
De esta forma, se sugiere que la resina a utilizar debe curarse en medio ácido, por
ejemplo, urea-formaldehído, que es la resina más usada en la industria de los tableros
aglomerados [30], incrementando de esta forma la compatibilidad entre la matriz y el
refuerzo. Otra alternativa que se sugiere es el uso de otro tipo de material adhesivo que
no necesite fraguar, de esta forma se evita el uso de resinas que liberan al medio
ambiente emisiones toxicas de formaldehído.
Los valores promedio obtenidos del contenido de material lignocelulósico en los tres
RGC se exponen en la Tabla 2. La cáscara presentó el mayor contenido de holocelulosa
(mezcla de celulosa degradada, no degradada y hemicelulosas) con un 72.33 %; la paja
tuvo un 69.94 % y el RETRICE 52.23 %.
El contenido más alto de celulosa no degradada lo presentó la paja con 46.40 %,
valor que resulta similar con otros tipos de materias primas típicas usadas para la
elaboración de TP, como lo es el Pinus radiata y el Eucalyptus globulus [31]. Por otro
lado, la cáscara y el RETRICE presentan contenidos de celulosa por debajo de
cualquier tipo de madera. Sin embargo, se han reportado estudios satisfactorios para el
aprovechamiento de residuos de algunos cereales como materia prima en tableros. Por
ejemplo, la cáscara de arroz se ha utilizado anteriormente en composites obteniendo
buenas propiedades de calidad final [32]. Este residuo presenta un contenido del 27 %
de α-celulosa [33], lo que resulta muy semejante a lo obtenido en esta investigación con
un porcentaje del 28.33 % para la cáscara y un 22.56 % para el RETRICE.
Se ha reportado que la celulosa no degradada y las hemicelulosas influyen de
forma directa sobre las propiedades físicas del tablero, al ser los responsables de
absorber agua en los materiales lignocelulósicos. El fenómeno se produce debido a los
numerosos grupos hidroxilo que están accesibles en estos biopolímeros, los cuales
interactúan con las moléculas de agua mediante puentes de hidrógeno [34].
En esta investigación, el uso de la paja como reforzante en la manufactura de
tableros se ve limitada por el alto contenido que tiene tanto de celulosa no degradada
como de hemicelulosas. Sin embargo, se propone el uso de una matriz hidrófoba, por
ejemplo, algún tipo de plástico, para poder proponer a la paja de cebada como
180
Rojas León et al.
Tabla 2. Contenido del material lignocelulósico en los residuos analizados (en %).
Fracción
Cáscara Paja RETRICE
determinada
De la cual:
Celulosa no
28.33 ± 1.73 46.40 ± 1.99 21.80 ± 0.22
degradada
Celulosa
33.38 ± 1.89 18.16 ± 2.05 25.84 ± 0.29
degradada
4. Conclusiones
La cáscara presentó características físicoquímicas que indican que este material puede
ser usado en la fabricación de TP. Por el tamaño de partícula, se propone la elaboración
de un tablero de más de tres capas, usando las partículas de cáscara en las capas
internas. De igual manera, el tamaño fino de partículas que presentó, sugiere la
manufactura de un tablero sin usar otro material como matriz, consiguiendo la
formación del tablero por el método de auto-adhesión.
181
Rojas León et al.
Reconocimientos
Los autores agradecen al Gobierno del Estado de Hidalgo por el apoyo otorgado a
través del proyecto: FOMIX-HGO-2010-150905. Rojas-León agradece al Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) por la beca 59009, otorgada para
estudios de posgrado.
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184
Capítulo 10
Regeneración Natural de Abies religiosa
HBK Schl Et Cham Post-incendio
Rodrigo Rodríguez Laguna, Ramón Razo Zárate, Juana Fonseca
González, Juan Capulín Grande, Rodolfo Goche Telles y Abraham
Palacios Romero
Pá
gi
na
en
bl
an
co
Regeneración natural de Abies religiosa
HBK Schl Et Cham post-incendio
Rodrigo Rodríguez-Lagunaa,1, Ramón Razo-Záratea, Juana Fonseca-Gonzáleza, Juan
Capulín-Grandea, Rodolfo Goche-Tellesb y Abraham Palacios Romeroa
a
Instituto de Ciencias Agropecuarias, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo
b
Facultad de Ciencias Forestales, Universidad Juárez del Estado de Durango
1. Introducción
1
Rodrigo Rodríguez Laguna, rodris71@yahoo.com
En México, se ven afectadas por incendios 296138 hectáreas anuales. Sin embargo,
en los años de 1998 y 2011, debido a la sequía, se superó ampliamente la media
nacional. En 1998 se vieron afectadas 849633 ha, de las cuales, el 23.0% fueron zonas
arboladas, mientras que el resto correspondieron a pastizales y matorrales. Mientras
que en el año 2011, se vieron afectadas 956404, de los cuales el 7.5% fueron zonas
arboladas [3] (Figura 2).
188
Rodríguez Laguna et al.
189
Rodríguez Laguna et al.
especies tolerantes como es el caso del Abies religiosa. Sin embargo, se desconoce el
comportamiento de los factores ecológico-silvícolas en el establecimiento y
crecimiento de la regeneración natural de plántulas de dicha especie, en bosques que
fueron afectados por incendios.
Por lo anterior en este estudio se planteó como primer objetivo evaluar la densidad
de la regeneración natural de Abies religiosa en el paraje llamado “León Alado” dentro
del Parque Nacional El Chico después del incendio ocurrido en el año de 1998. Como
segundo fue identificar las estrategias de establecimiento de las plántulas de Abies
religiosa después del incendio forestal.
2. Materiales y métodos
Ésta Área Natural Protegida presenta una singular belleza escénica por su relieve
montañoso, surcado por activo drenaje fluvial y recubierto con exuberante bosque de
oyamel (Abies religiosa), en su conjunto conforma un mosaico natural que amalgama
sobresalientes y distintivos rasgos físicos y biológicos plasmados en geoformas de gran
belleza escénica como peñascos, valles y cañadas (Figura 4). Aunado a los atributos
escénicos, el parque realiza importantes funciones ecológicas, derivadas del ecosistema
forestal, valioso por su riqueza biológica. Es una zona de captación pluvial y recarga de
190
Rodríguez Laguna et al.
acuíferos, que mantiene el equilibrio hidrológico regional por el aporte de agua a las
cuencas del Valle de México y del Pánuco, y coadyuva a la regulación y estabilidad
climática [23].
Figura 4. Fotografía del relieve del Parque Nacional El Chico, Hidalgo, México.
El área de estudio fue el paraje conocido como León Alado y se ubica en la parte
Oeste del Parque Nacional El Chico en las coordenadas geográficas de 20° 10´ 22” de
Latitud Norte y 98° 45´ 00” de Longitud Oeste, a una altitud media de 2900 msnm
aproximadamente a 0.5 Km al noreste del poblado de La Estanzuela. En esta zona se
presentó un incendio superficial intenso en 1998 afectando en algunas partes la copa de
los árboles y consumiendo 16 de las 20 hectáreas que tiene el predio [24].
Las características fisiográficas que presenta el área de estudio son similares a las
del Parque Nacional El Chico. Se presenta una orografía que despliega grandes
elevaciones rocosas en altitudes que van desde 2500 a 3090 metros [25], destacando
por sus formas caprichosas y máxima elevación dentro del predio la peña del León
Alado.
La geología del lugar muestra una actividad volcánica durante el período terciario
edificó, el relieve tan abrupto que prevalece en el parque es debido a los afloramientos
de material rocoso de las formaciones y materiales ígneos, producto del intemperismo y
erosión de rocas que afloran en los puntos elevados. Estos materiales están
conformados principalmente por rocas andesitas.
La edafología del parque presenta suelos de Andosol húmico-Cambisol húmico.
Son suelos de color oscuro, estructura suelta y esponjosa, ricos en materia orgánica
aportada por la vegetación, presenta buena retención de humedad y baja saturación de
bases y por lo general tienen buen drenaje interno (24).
Con respecto a la hidrología, el parque es una pequeña fracción del parteaguas
entre la cuenca del río Pánuco y la cuenca de México. Localmente, el parteaguas del
parque genera dos vertientes, una orientada al norte y otra al sur [26]. En la vertiente
191
Rodríguez Laguna et al.
del sur, que su área de influencia son zonas menos escarpadas y condiciones
ambientales de menor humedad, da como consecuencia la existencia de una red fluvial
con un desarrollo apenas presente por algunos cauces intermitentes durante la época de
lluvias. Ya que la mayor actividad hídrica de esta vertiente es estacional, sus aportes
son a la presa “El Cedral”, ubicada dentro del parque [26].
2.2. Clima
2.3. Vegetación
En el área de estudio se aplicó el diseño de muestreo al azar, esta tiene una superficie
de diez hectáreas donde se evaluaron diez sitios circulares de 100 m2 cada uno, con un
radio de 5.64 m habiendo distancias aleatorias entre ellas con la intención de cubrir las
diferencias en regeneración de oyamel, cobertura arbustiva, exposición y distancia al
arbolado semillero. Después de fijar el punto el conteo y las mediciones
correspondientes se comenzaron de la orientación norte, siguiendo el sentido de las
manecillas del reloj.
192
Rodríguez Laguna et al.
193
Rodríguez Laguna et al.
3. Resultados y discusión
194
Rodríguez Laguna et al.
ns = No significativo P≤0.05
195
Rodríguez Laguna et al.
mayores en coberturas menores a 90%. Pero se debe considerar que el estrato arbustivo
está dominado por Baccharis conferta la cual deja pasar gran cantidad de energía solar
que favorece en gran medida la germinación y crecimiento del oyamel en sus primeros
años. La regeneración encontrada es suficiente para que se conserve y se mantenga el
bosque de oyamel en la región de acuerdo a las normas que establece la Comisión
Nacional Forestal [29].
196
Rodríguez Laguna et al.
Los resultados del análisis de varianza mostraron que existen diferencias significativas
(P≤0.01) en la altura de las plántulas de oyamel presentes en diferentes coberturas de
suelo por la vegetación arbustiva, distancia al arbolado semillero y en la exposición de
los sitios (Tabla 2). La cobertura de suelo del 91-100% presentó plantas de mayor
altura (182.6 cm), mientras que la cobertura de suelo ≤80% se encontraron plantas con
altura promedio de 89.4 cm habiendo una diferencia de 93.2 cm entre condiciones
extremas evaluadas (Figura 9). Es posible que los resultados se deban al
establecimiento primeramente de vegetación arbustiva después del ocurrido incendio
forestal y posteriormente en ese mismo sitio se establecieron las primeras plantas de
oyamel teniendo ahora plantas de mayor tamaño, además de la protección de factores
ambientales y la competencia por luz que se presentan en las plantas bajo coberturas de
vegetación, promoviendo el crecimiento en altura de las plantas. En sitios con poca
cobertura arbustiva las plantas presentaron menor altura tal vez por el efecto limitativo
de algunos factores ambientales, además de reconocer que el oyamel es una especie
tolerante a la sombra, por lo que no le favorece tener alta intensidad de luz para su buen
desarrollo y crecimiento en los primeros años de vida.
197
Rodríguez Laguna et al.
El color del follaje muestra el vigor y sanidad que tiene la planta en su estado de
desarrollo y crecimiento, del total de plantas obtenidas en los diez sitios evaluados se
obtuvo en promedio 4200 plántulas/hectárea en toda el área muestreada, de las cuales el
73.6% presentan una coloración verde consideradas como planta vigorosa por presentar
hojas turgentes y con el brote terminal en crecimiento, mientras que el 24% tiene una
coloración verde-amarillenta considerada como medianamente vigorosa al mostrar
hojas poco turgentes y con yema vegetativa en reposo, el resto de las plantas se
consideraron como poco vigorosas.
Así mismo, las plantas que se encuentran bajo la cobertura del estrato arbustivo
(192 plantas) el 88.9% son plantas vigorosas (verdes) y el 9.7% tienen una coloración
verde-amarilla. Las plantas sin cobertura arbustiva solo el 57.4% son plántulas
vigorosas y se obtuvo que el 39.2% son plántulas medianamente vigorosas. Las plantas
de A. religiosa presentaron mayor vigor bajo cobertura del estrato arbustivo (Tabla 3).
198
Rodríguez Laguna et al.
199
Rodríguez Laguna et al.
áreas perturbadas por el fuego, sin embargo, en este estudio Baccharis conferta fue la
especie más frecuente a pesar de que el área sufrió un incendio forestal en 1998.
4. Conclusiones
Después de ocurrido el incendio forestal en 1998 en el Parque Nacional “El Chico” que
afectó al paraje León Alado, la vegetación se encuentra en proceso de recuperación al
ser detectada una regeneración natural de Abies religiosa con densidad promedio de
4200 plantas por hectárea. Valor considerado superior a la densidad ideal para que se
establezca y regrese a su estado original el bosque de oyamel.
A los renuevos de oyamel les favorece el estar en cobertura arbustiva entre 80 y
91%. Siendo Baccharis conferta la especie que funge principalmente como nodriza en
esta área, ya que se encontró, un total de 119 plantas de oyamel bajo su cobertura,
superando hasta un 84 % al resto de las especies arbustivas presentes.
La exposición suroeste tuvo plántulas con promedio de altura de 204.3 cm.
Además, presentó una satisfactoria diseminación de la semilla por los árboles
semilleros ya que hasta distancias de 200 m se encontraron densidades mayores a 5350
renuevos por hectárea de diferentes alturas.
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201
Pá
gi
na
en
bl
an
co
Capítulo 11
Exposición a Plaguicidas Organofosforados
en Escolares Residentes de una Localidad
Agrícola en México
Rocío Ramírez Jiménez, Rebeca Mejía Saucedo, Jaqueline Calderón
Hernández, Regina Montero Montoya y Leticia Yáñez Estrada
Pá
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en
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an
co
Exposición a Plaguicidas Organofosforados
en Escolares Residentes de una Localidad
Agrícola en México
Rocío Ramírez-Jiméneza,1, Rebeca Mejía-Saucedob, Jaqueline Calderón-Hernándezc,
Regina Montero-Montoyad y Leticia Yáñez-Estradab
a
Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional Unidad
Michoacán, Instituto Politécnico Nacional
b
Laboratorio de Género, Salud y Ambiente, Facultad de Medicina, Universidad
Autónoma de San Luis Potosí
c
Centro de Investigación Aplicada en Ambiente y Salud, CIACYT-Medicina,
Universidad Autónoma de San Luis Potosí
d
Departamento de Medicina Genómica y Toxicología Ambiental, Instituto de
Investigaciones Biomédicas, Universidad Nacional Autónoma de México
1. Introducción
1
Rocío Ramírez-Jiménez, mdramirez@ipn.mx
Alrededor del 85% de los plaguicidas OF son degradados al menos uno de los
metabolitos DAP. En la Tabla 1 se presentan los principales OF y sus metabolitos DAP
[14, 16].
206
Ramírez Jiménez et al.
207
Ramírez Jiménez et al.
2. Metodología
208
Ramírez Jiménez et al.
Figura 2. Ubicación del sitio de estudio: El Refugio, Cd. Fernández, San Luis Potosí, México.
209
Ramírez Jiménez et al.
colectaron muestras en el día uno y en el día cinco. Las muestras de orina fueron
tomadas en frascos de plástico, de boca ancha y estériles y fueron transportadas al
laboratorio a 4°C, donde fueron divididas en alícuotas y almacenadas a -20ºC hasta el
momento de su análisis.
En ambos períodos de muestreo, se registró la edad, el peso y la estura de los niños
y los adolescentes y se calcularon el Índice de Masa Corporal (IMC) (peso dividido por
la altura al cuadrado) en kg/m2, y el IMC-por-edad, usando el software AnthroPlus
v1.0.4; además, se determinó la prevalencia de sobrepeso y obesidad, empleando los
valores de corte del IMC-por-edad de la International Obesity TaskForce (IOTF) [50-
51]. Las madres de los participantes fueron entrevistadas para registrar información
relacionada con la historia clínica familiar, escuela a la que asiste el niño, la ocupación
de los padres, la proximidad de campos agrícolas al hogar, la exposición residencial a
plaguicidas, frecuencia de consumo de alimentos de origen vegetal y estilo de vida de
los niños.
Los niveles de lípidos y glucosa en suero fueron determinados usando kits comerciales
(Roche, Mannheim, Germany): el colesterol total (CT) y triglicéridos (TG) por
métodos enzimáticos, utilizando CHOD-PAP (colesterol oxidasa-p-aminofenazona)
and GPO-PAP (glicerol fosfato oxidasa-p-aminofenazona), respectivamente; mientras
que las lipoproteínas de alta densidad (HDL-C) fueron medidas empleando las enzimas
colesterol-esterasa y colesterol-oxidasa con polietilenglicol (PEG) (HDL-C plus 3a
generación), y las lipoproteínas de baja densidad (LDL-L) fueron calculadas
indirectamente; la glucosa fue determinada enzimáticamente usando GOD-PAP
(glucosa-oxidasa y peroxidasa). La albúmina y proteínas totales en suero fueron
determinadas colorimétricamente por los métodos de púrpura de bromocresol y Biuret,
respectivamente, usando kits comercial Randox (Randox, United, Kingtom).
210
Ramírez Jiménez et al.
Enfermedades de los Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés). El porcentaje de
variación de éste, siempre estuvo dentro de los límites establecidos (7.9%, n = 5).
211
Ramírez Jiménez et al.
212
Ramírez Jiménez et al.
3. Resultados
213
Ramírez Jiménez et al.
214
Ramírez Jiménez et al.
El IMC promedio (kg/m2) fue de 17.6 ± 3.7 y 17.9 ± 3.6, para los períodos de AE y
BE, respectivamente. La prevalencia de sobrepeso y obesidad fueron de 20.0 y 20.2 %,
y de 6.4 y 7.1%; para los períodos de alta (AE) y baja exposición (BE),
respectivamente. Los niños presentaron porcentajes más altos de sobrepeso y obesidad
(28.3%), en comparación con las niñas (23.5%).
Con la finalidad de evaluar el estado general de salud de los niños y adolescentes
participantes, durante el primer muestreo (AE: período de alta exposición o alta
aplicación de plaguicidas) se les realizaron pruebas clínicas (biometría hemática, perfil
lipídico, glucosa, albúmina y proteínas). Los niveles promedio de proteínas totales,
albúmina y glucosa fueron: 7.27 ± 0.70, 4.36 ± 0.41 y 83.5 ± 8.4 mg/dL,
respectivamente; mientras que los niveles de colesterol total (CT), triglicéridos (TG),
HDL-C y LDL-C fueron: 149.2 ± 21.7, 109.2 ± 49.9, 46.1 ± 11.1 y 81.0 ± 19.6 mg/dL,
respectivamente.
Considerando los niveles de lípidos en suero, el 17.9%, 25.5% y 6.6% de los
participantes tuvieron valores de CT, TG y LDL-C, arriba de los puntos de corte de la
NCEP (National Cholesterol Education Program): 170, 130 y 110 mg/dL,
respectivamente; mientras que el 11.3% presentaron niveles de HDL-C menores al
punto de corte (35 mg/dL). Como se esperaba, los participantes con sobrepeso y
obesidad tuvieron los niveles más altos de CT: 151.1 ± 25.6 y 170.1 ± 21.2 mg/dL,
respectivamente (ANOVA, p = 0.008), y TG: 158.0 y 128.5 mg/dL, respectivamente
(Kruskal-Wallis, p < 0.001), y menores niveles de HDL-C: 39.0 y 39.4 mg/dL,
respectivamente (Kruskal-Wallis, p < 0.001); que los niños con peso saludable (147.2 ±
19.5, 92.1 y 48.0 mg/dL para CT, TG y HDL-C, respectivamente).
No se encontraron diferencias significativas en los niveles de los parámetros
clínicos de acuerdo a la edad de los participantes. Con respecto al sexo de los
participantes, los niños presentaron una concentración promedio mayor de albúmina,
que las niñas (t-Student, p < 0.05). Por otro lado, los niños presentaron una
concentración promedio más alta de HDL-C, que las niñas (U-Mann Whitney, p <
0.05).
215
Ramírez Jiménez et al.
216
Ramírez Jiménez et al.
Figura 4. Cromatogramas de los derivados PFB-DAP en dos muestras de orina (blanco y problema).
Las curvas de calibración de los todos los metabolitos DAP fueron lineales, los
coeficientes de correlación (r) oscilaron de 0.993 a 0.997, en los intervalos de
concentración: 1 a 200 µg/L (DMP, DEP, DMTP y DETP); 0.5 a 100 µg/L (DEDTP); y
0.25 a 50 µg/L (DMDTP).
Figura 5. Curvas de calibración de los derivados pentafluorobencil (PFB) de cuatro metabolitos DAP.
217
Ramírez Jiménez et al.
Tabla 4. Linealidad, LDM, % recuperación, y % CV del método analítico empleado en el análisis de DAP.
Metabolitos DAP
OF
DMP DMTP DMDT DEP DETP DEDTP
Pendiente 0.132 0.206 0.436 0.289 0.205 0.247
Intercepto al origen 0.022 0.087 0.008 0.018 0.004 0.003
Coeficiente de correlación 0.995 0.993 0.997 0.997 0.997 0.997
LDM (µg/L) 1.36 1.49 0.27 1.07 0.98 0.52
% recuperación (2.5-10 µg/L) 77.9 80.2 94.4 81.6 82.8 92.1
% recuperación (8-32 µg/L) 93.3 93.2 90.3 95.9 91.8 87.6
% recuperación (20-80 µg/L) 96.9 92 92.9 88.8 93.5 97.3
% CV (2.5-10 µg/L) 8.2 17.8 16.4 9.9 8.4 10.0
% CV (8-32 µg/L) 15.4 9.4 5.8 5.3 10.6 11.8
% CV (20-80 µg/L) 9.7 5.7 12.4 5.8 5.4 8.1
218
Ramírez Jiménez et al.
DMTP, DMDTP, DEP, DETP y DEDTP), las concentraciones de DMPs (suma molar
de DMP, DMTP y DMDTP), las concentraciones de DEPs (suma molar de DEP, DETP,
y DEDTP) y las concentraciones de DAPs (suma de DMPs y DEPs); en dos periodos
de aplicación de plaguicidas (AE: Alta exposición; y BE: Baja exposición).
Tabla 5. Metabolitos urinarios DAP, DMPs, DEPs yDAPs en dos períodos de aplicación de plaguicidas.
Media Percentiles
Metabolito DAP Periodo Min Max
(DE) p5 p25 p50 p75 p95
AE 2.3 (5.1) <LD <LD <LD 0.91 2.4 9.4 40.2
DMP (µg/L)
BE 0.79 (1.8) <LD <LD <LD <LD <LD 4.5 9.5
AE 23 (14.0) <LD 8.4 16.1 20.1 24.9 42.8 121.4
DMTP (µg/L)
BE 15 (17.1) <LD <LD 10.2 12.5 16.9 33.8 166.4
AE 0.70 (1.6) <LD <LD <LD <LD 0.61 4.4 11
DMDTP (µg/L)
BE 0.38 (1.1) <LD <LD <LD <LD <LD 2.4 7.2
AE 7.6 (6.4) <LD <LD 4.7 6.9 9.9 18 51
DEP (µg/L)
BE 4.0 (3.9) <LD <LD <LD 3.2 6.1 11 23
AE 2.3 (2.9) <LD <LD <LD 1.3 2.9 10 14
DETP (µg/L)
BE 1.4 (2.2) <LD <LD <LD <LD 2.1 4.8 9.7
AE 0.40 (1.1) <LD <LD <LD <LD <LD 3.1 7.2
DEDTP (µg/L)
BE 0.37 (1.0) <LD <LD <LD <LD <LD 4.0 4
AE 183 (138) <LD 60 120 161 194 375 1222
DMPs (nmol/L)
BE 116 (129) <LD <LD 72 93 129 246 1219
AE 65 (54) <LD <LD 36 56 87 165 347
DEPs (nmol/L)
BE 37 (34) <LD <LD <LD 31 53 102 150
AE 248 (157) <LD 60 155 231 301 493 1292
DAPs (nmol/L)
BE 153 (142) <LD <LD 92 131 179 324 1275
219
Ramírez Jiménez et al.
220
Ramírez Jiménez et al.
excepto para el DETP y para el DEDTP (prueba de rango con signo de Wilcoxon, p >
0.05). <LD se refiere a las concentraciones obtenidas abajo del límite de detección del
método analítico empleado.
Tabla 6. Metabolitos urinarios DAP ajustados por creatinina en dos períodos de aplicación de plaguicidas.
Metabolito Percentiles
Periodo p Media (DE) Min Max
DAP p5 p25 p50 p75 p95
AE <0.0001 2.1 (4.2) <LD <LD <LD 0.70 2.4 7.3 32
DMP (µg/g creatinina)
BE 0.69 (1.6) <LD <LD <LD <LD <LD 3.9 9.8
AE <0.0001 20 (11) <LD 5.3 13 17 25 41 72
DMTP (µg/g creatinina)
BE 13.8 (12) <LD <LD 9.4 12 15 25 103
DMDTP (µg/g AE 0.042 0.53 (1.2) <LD <LD <LD <LD 0.56 3.5 6.7
creatinina) BE 0.32 (1.0) <LD <LD <LD <LD <LD 2.7 7.0
AE <0.0001 6.6 (5.3) <LD <LD 3.9 5.9 9.0 14 39
DEP (µg/g creatinina)
BE 3.7 (3.6) <LD <LD <LD 3.3 5.7 11 17
AE 0.123 2.0 (2.5) <LD <LD <LD 1.2 2.4 8.4 11
DETP (µg/g creatinina)
BE 1.2 (1.8) <LD <LD <LD <LD 2.2 5.0 9.9
AE 0.363 0.49 (1.8) <LD <LD <LD <LD <LD 3.3 16
DEDTP (µg/g creatinina)
BE 0.35 (1.0) <LD <LD <LD <LD <LD 3.1 5.1
DMPs (nmol/g AE <0.0001 158 (106) <LD 38 95 133 193 373 729
creatinina) BE 106 (94) <LD <LD 67 92 121 229 752
DAPs (nmol/g AE <0.0001 216 (130) <LD 38 132 198 255 472 770
creatinina) BE 139 (107) <LD <LD 81 123 170 313 786
221
Ramírez Jiménez et al.
Figura 10. Concentraciones de DAPs en el periodo de AE, de acuerdo a la ocupación del padre.
En el periodo de AE, los niños que viven cerca de los campos agrícolas (a una
distancia ≤15m) presentaron concentraciones mayores de DMPs comparados con los
que viven a una distancia superior a 15 m (Kruskal Wallis, p = 0.041). Las
concentraciones de DEPs y DAPs ajustadas por creatinina, fueron estadísticamente
mayores en los niños cuya vivienda se ubicaba a ≤ 15 m de los campos agrícolas. En la
Figura 11, se presentan las concentraciones de DAPs en el periodo de AE, de acuerdo a
la proximidad de campos agrícolas al hogar.
222
Ramírez Jiménez et al.
Figura 11. DAPs en el periodo de AE, de acuerdo a la proximidad de campos agrícolas al hogar.
4. Discusión
223
Ramírez Jiménez et al.
224
Ramírez Jiménez et al.
las actividades agrícolas y el tiempo y la frecuencia que el niño juega en las zonas
impactadas por los agroquímicos, entre otros [28,41].
El perfil de metabolitos di-metil fosfato obtenido en muestras de orina de niños y
adolescentes de diversos estudios se presenta en la Figura 12. El perfil encontrado en
el presente estudio, es similar al reportado por Quiros-Alcala et al. [70], en niños de 3 a
6 años de edad, residentes de las localidades de Salinas (zona agrícola) y Oakland
(zona urbana), en California, Estados Unidos de América.
Figura 12. Comparación del perfil de metabolitos DAP (di-meti) de varios estudios.
Por otro lado el perfil urinario de metabolitos di-etil fosfato, reportado por
diferentes investigadores en estudios realizados en niños y adolescentes se presenta en
la Figura 13. El perfil observado en el presente estudio, es similar al reportado por
Quiros-Alcala et al. [70], en niños de 3 a 6 años de edad, residentes de la localidad de
Oakland (zona urbana), en California, Estados Unidos de América; y al perfil
encontrado por Oulhote et al. [22] en niños de 6 a 11 años de edad, en la población
general de Canadá.
Figura 13. Comparación del perfil de metabolitos DAP (di-eti) de varios estudios.
225
Ramírez Jiménez et al.
Tabla 7. Concentraciones (mediana) de los metabolitos DMPs y DEPs urinarios de diferentes estudios.
226
Ramírez Jiménez et al.
227
Ramírez Jiménez et al.
Figura 14. Box plot de la actividad BChE de acuerdo al estatus del IMC-por edad.
228
Ramírez Jiménez et al.
Figura 15. Box plot de la actividad BChE de acuerdo al nivel de plomo en sangre.
Varios estudios han reportado que el plomo es neurotóxico, y está asociado con
efectos neuroconductuales adversos en niños, principalmente en concentraciones
mayores a 10 µg/dL; algunos de estos efectos incluyen alteraciones de la memoria,
problemas psicomotores y afectaciones en el rendimiento escolar [90-92]; sin embargo
otros investigadores también han encontrado que la exposición crónica a
concentraciones bajas de plomo (menores a 5 µg/dL) está asociada con disminución en
el CI [91].
En México, la gasolina libre de plomo ha contribuido en la reducción de la
exposición al plomo; sin embargo, otras fuentes de exposición continúan siendo un
riesgo para la salud de la población, tal es el caso del uso de loza vidriada y el consumo
de alimentos y dulces contaminados con este metal [93]. En el presente estudio no se
identificaron las fuentes potenciales, ni las rutas de exposición al plomo.
La principal limitante de este estudio se relaciona con el uso de los metabolitos
dialquilfosfato como biomarcadores de exposición a OF, ya que la medición de éstos, no
proporciona información sobre la identidad del compuesto padre al que se ha estado
expuesto, aunado a lo anterior, estos metabolitos pueden ser producto de la degradación
en el ambiente incorporándose a diferentes matrices (agua, suelo, alimentos) [94]; no
obstante lo anterior, las concentraciones urinarias de los metabolitos dialquilfosfato,
proporcionan una medida integrada de la exposición a estos insecticidas [14].
Por otro lado, la falta de las actividades basales de BChE (línea base), representó
una limitación para la interpretación de las mediciones de las actividades BChE,
obtenidas en el presente estudio, durante el período de mayor exposición a plaguicidas
en la comunidad.
En conclusión, este estudio proporciona información relevante sobre la exposición
temporal a plaguicidas OF en niños y adolescentes de una comunidad agrícola mexicana.
En nuestro conocimiento este es el primer estudio en México con este enfoque.
229
Ramírez Jiménez et al.
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234
Capítulo 12
Reservas de Carbono y Emisiones de Gases
de Efecto Invernadero Derivadas de
Actividades Agropecuarias, un Balance
Municipal en el Estado de México
María Eugenia Valdez Pérez, María Estela Orozco Hernández, Lorena
Romero Salazar y Carlos Aguilar Ortigoza
Pá
gi
na
en
bl
an
co
Reservas de Carbono y Emisiones de Gases
de Efecto Invernadero Derivadas de
Actividades Agropecuarias, un Balance
Municipal en el Estado de México
María Eugenia Valdez Péreza,1, María Estela Orozco Hernándezb, Lorena Romero
Salazarc y Carlos Aguilar Ortigozac
a
Centro Universitario Tenancingo, Universidad Autónoma del Estado de México
b
Facultad de Planeación Urbana y Regional, Universidad Autónoma del Estado de
México
c
Facultad de Ciencias, Universidad Autónoma del Estado de México
1. Introducción
El panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), menciona que uno de los
factores que más influencia tiene sobre la emisión de gases de efecto invernadero (GEI)
es el cambio de uso del suelo y silvicultura, así como las actividades del sector
agropecuario. En estas actividades agropecuarias se integran las emisiones de metano y
óxido nitroso derivadas de la fermentación entérica y el manejo del estiércol, así como
la quema de residuos agrícolas.
1
María Eugenia Valdez Pérez, mevaldezp@uaemex.mx
238
Valdez Pérez et al.
2. Metodología
239
Valdez Pérez et al.
240
Valdez Pérez et al.
Tabla 1. Contenido de carbono (Ton/ha) por especie forestal (Valdez et al., 2015).
Desarrollo de la vegetación
Vegetación Vegetación Vegetación
Especie forestal
Secundaria Secundaria primaria
arbustiva Arbóreo
Abies 90.36 286.19 504.28
Encino 51.49 163.77 294.99
Encino-Pino 72.33 178.55 318.10
Pino 94.11 297.61 543.82
Pino-Encino 34.27 125.92 270.39
Selva baja caducifolia 00.03 000.16 000.44
Sobre los datos del número de cabezas de ganado por municipio reportados en el VIII
Censo Agrícola, Ganadero y Forestal (INEGI, 2009), se aplicaron los factores de
emisión de metano por tipo de ganado propuestos por el IPCC (1996), de acuerdo a la
Tabla 2.
Para el caso del ganado vacuno, los factores de emisión de metano por manejo de
estiércol, que se aplicaron fueron los propuestos por González-Avalos y Ruiz-Suárez
(2001), considerando las formas del relieve que se encuentran en el Estado de México
que se corresponden con un tipo de clima, las cuales coinciden con la propuesta de
estos autores, tomando en cuenta la ubicación geográfica de cada municipio, por
ejemplo si se encuentra sobre zonas montañosas, resto del Estado, o dentro de la Sierra
Madre del Sur, ver Tabla 3. El valor marcado con (*) en la tabla, no se incluye en la
propuesta de estos autores, sin embargo se aplicó el factor para clima templado.
241
Valdez Pérez et al.
Tabla 3. Emisión de metano derivado de manejo del estiércol para ganado vacuno (kg/cabeza/año)
Forma de relieve Sistema de producción de ganado
Intensivo Semi intensivo Intensivo Extensivo doble
Ganado ganado lechero ganado de propósito
lechero carne
Zonas montañosas (Frío 1.78x10-2+- 3.01x10-2+- 8.96x10-4+- 1.53x10-4+-
12°C) 1.94% 5.69% 11.38% 0.61%
Resto del Estado 5.92x10-2+- 3.09x10-2+- 1.94x10-2+- 8.40x10-2+-
(Templado 22°C) 3.83% 8.97% 5.77% 4.29%
Sierra Madre del Sur 5.14x10-2+- 3.09x10-2+- 1.17x10-2+- 3.77x10-2+-
(Cálido 27°C) 4.03% 8.97% (*) 2.57% 1.48%
Los factores de emisión aplicados para otros tipos de ganado, considerando la zona
climática, se muestran en la Tabla 4, IPCC (1996).
Para obtener la fracción quemada por cultivo, se tomaron como base los datos
Sistema de Información Agroalimentaria de Consulta (SIACON) (SAGARPA 2012),
con valores de superficie sembrada y superficie siniestrada. La producción agrícola por
municipio se tomó del VIII Censo Agrícola, Ganadero y Forestal (INEGI, 2009). Este
censo proporciona datos de producción de avena, cebada, frijol, maíz y otros cultivos,
ver Tabla 6.
242
Valdez Pérez et al.
Una vez calculadas las emisiones de metano y óxido nitroso por cada municipio, se
determinaron los Gg de CO2 equivalente, multiplicando los valores de metano por 21 y
los óxido nitroso por 310, que son los potenciales de calentamiento de cada uno.
Para obtener el balance entre las reservas de carbono y las emisiones de GEI de
cada municipio, se restaron los valores transformados en CO2 equivalente.
3. Resultados
243
Valdez Pérez et al.
positivo en la Entidad, pero a nivel de grupo de municipios los resultados no son tan
optimistas.
Es importante resaltar que una de las medidas de mitigación de GEI, es contar con
superficie forestal. A este respecto, 34 municipios del Estado de México no cuentan
con bosques ni selvas, sin embargo estos municipios ocupan el 36% de la superficie
urbana de la entidad, el 6% de los pastizales y 10% de la superficie agrícola.
Un segundo grupo de municipios, integrado por 29, cuenta únicamente con el
6.38% de la superficie forestal del Estado lo que equivale al 2.6% de las reservas de
carbono, ocupan el 20.3% de la superficie agrícola, 17% de pastizal y 30.2% del área
cubierta por uso urbano.
El grupo tres, integrado por 42 municipios, contienen el 35.9% de las reservas de
carbono estatal, cuenta con 39.58% de la superficie forestal, 48% de la superficie
agrícola, 40.9% de la superficie de pastizales y 24.4% del uso urbano.
Otro grupo de municipios, 16 de ellos, ocupan una superficie forestal de 295,423.6
ha, las cuales almacenan el 38.7% de las reservas de carbono de la entidad mexiquense,
el uso de suelo agrícola ocupa el 17.2%, los pastizales ocupan el 32.3% y solo el 4.7%
está ocupado por asentamientos humanos.
Finalmente el último grupo integrado por cuatro municipios, almacenan el 22.9%
de las reservas de carbono de todo el Estado; la superficie ocupada por uso forestal
equivale al 13.87%, 4.5% de uso agrícola, 4.6% de uso urbano y 3.7% de pastizal.
La distribución espacial de estas reservas de carbono se muestra en la figura 3.
244
Valdez Pérez et al.
Los cuatro municipios que integran el quinto grupo son: Ixtapaluca, Ocuilan, Valle
de Bravo y Temascaltepec, los cuales son eminentemente forestales, ya que entre el
50% y 60% de la superficie municipal de cada uno de ellos está cubierta por bosques y
solo entre el 26% y 29% es zona agrícola.
En lo que respecta a las emisiones de metano y óxido nitroso derivados de la
fermentación entérica, manejo del estiércol y quema de residuos agrícolas, convertidos
a CO2 equivalente, se agruparon en cinco categorías: en el primer grupo, conformado
por trece municipios, que en conjunto emiten 222 Gg CO2e, es decir el 38.8% de las
emisiones del Estado. Los municipios que se encuentran en esta categoría son: Lerma,
Nopaltepec, San Simón de Guerrero, Atlacomulco, Cuautitlán, Chimalhuacán,
Coyotepec, Zumpahuacán, Aculco, Almoloya del Río, Nicolás Romero, Texcalyacac y
Ayapango, este último es que más cantidad emite (25.82 Gg).
Las emisiones del segundo grupo son 139.6 Gg de CO 2e, este grupo lo integran 16
municipios: Metepec, Villa Victoria, Tultepec, Ecatzingo, Ixtlahuaca, Tlatlaya,
Coacalco de Berriozábal, San Antonio la Isla, Teoloyucan, Texcoco, Jilotzingo,
Huixquilucan, Zacualpan, Tepetlixpa, Cocotitlán y Atizapán de Zaragoza, este último
emite 12.15 Gg de CO2e.
Es importante resaltar que estos dos primeros grupos emiten el 63% del total de
CO2e del Estado y producen el 32% del ganado bovino, el 26% del mular y el 39% del
porcino.
En la tabla 9, se desglosa la producción ganadera por grupo de emisión, la
superficie en hectáreas de pastizales y el total de CO2e derivado de la fermentación
entérica y el manejo del estiércol.
245
Valdez Pérez et al.
Del total de las emisiones en CO2e, producto de las actividades agropecuarias, casi
el 99% corresponden a las actividades ganaderas, es decir a la fermentación entérica y
manejo del estiércol y una mínima parte corresponde a las emisiones derivadas de la
quema de residuos agrícolas.
En la tabla 10, se muestra la producción agrícola por grupo de emisión, la
superficie agrícola en hectáreas y la emisión de CO2e derivada de la quema de restos
agrícolas.
Tabla 10. Producción agrícola (Ton) y emisiones de CO2e (Gg) (INEGI, 2009)
Parámetro Gpo 1 Gpo 2 Gpo 3 Gpo 4 Gpo 5
Mpios 13 16 20 30 46
Agrícola 98054.7 120487.0 185415.7 285263.4 340986.6
Avena 53663.6 59813.5 105628.0 170847.3 272219.7
Cebada 5428.1 1321.2 351.6 34733.5 20048.4
Frijol 458.0 823.3 355.3 2273.0 3509.3
Maíz 6597.8 9717.6 10599.4 15015.7 20390.0
Otro_cult 44281.3 67285.3 47888.8 116120.8 224040.0
CO2e 0.0126 0.0088 0.0071 0.0676 0.0522
Los dos primeros grupos, es decir 29 municipios, producen el 16% del maíz del
Estado y solo el 14% de las emisiones derivadas de las quemas de residuos agrícolas;
mientras que el grupo tres, integrado por 20 municipios, producen el 56% de la cebada
y el 45% de las emisiones derivadas de estas actividades. Los grupos cuatro y cinco (76
municipios), ocupan el 60% de la superficie agrícola de la entidad y son los
246
Valdez Pérez et al.
responsables del 67% de la producción de avena, 88% de la cebada, 78% del frijol,
56% del maíz y 68% de otros cultivos, así como del 81% de las emisiones de CO 2e por
estas actividades.
Finalmente el balance entre las emisiones de CO2e y las reservas de carbono, se
presentan en la figura 5. Para obtener esta distribución se sumaron las emisiones totales
de CH4 y N2O derivadas de la fermentación entérica, manejo del estiércol y la quema
de residuos agrícolas, transformadas a CO2e y se restaron de las reservas de carbono,
dando como resultado que los municipios que no cuentan con superficie forestal y con
mínima superficie cubierta por bosques, aunado a su producción agrícola y pecuaria
son los que están en las categorías de balance negativo, o tienen mínimas posibilidades
de mitigar estas emisiones, al menos por la vía de procesos de fotosíntesis que realizan
los bosques y las selvas.
También se han agrupado en cinco los municipios de acuerdo a su balance. El
primer grupo lo integran 34 municipios, los cuales no cuentan con superficie forestal,
ya sea de bosques o selvas, estos son: Almoloya del Río, Chimalhuacán, Cuautitlán,
Nopaltepec, Cocotitlán, Teoloyucan, San Antonio la Isla, Tultepec, Metepec, Rayón,
Jaltenco, Cuautitlán Izcalli, Chiautla, Chiconcuac, Acolman, Nezahualcóyotl,
Teotihuacán, San Mateo Atenco, Atenco, Mexicaltzingo, Atizapán, Zumpango,
Tonanitla, Nextlalpan, Chapultepec, Melchor Ocampo, Tenango del Aire, Tezoyuca,
Papalotla, Temamatla, Tlalnepantla de Baz, Tequixquiac, Valle de Chalco Solidaridad
y Tecámac. Estos municipios emiten el 26.7 % de metano y óxido nitroso en CO 2e, por
lo que su balance negativo es de -152.68 Gg de CO2e.
El segundo grupo lo integran 17 municipios, éstos cubren una superficie forestal de
5003.31 ha y emiten el 15.5 % de CO2e del Estado. Su balance es positivo con un valor
de 556.06 Gg de carbono, aunque solo contiene el 0.38% de las reservas de carbono de
la entidad.
44 municipios integran el tercer grupo, éste genera el 33.3% de las emisiones, pero
cuenta con 209,400.35 ha de uso forestal, lo que equivale al 23.9% de las reservas, por
lo que su balance es de +39,766.05 Gg de carbono.
El grupo cuatro, constituido por 16 municipios, cuenta con 419,003.76 ha de uso
de suelo forestal, las cuales contienen el 52.72% de las reservas de carbono, emiten
134.02 Gg de CO2e, lo que permite tener un balance positivo de 87,728.08 Gg de
carbono.
El último grupo lo integran cuatro municipios, éstos almacenan el 22.9% de las
reservas de carbono en 102,003.89 ha de uso forestal, emiten 6.22 Gg de CO2e y su
balance también es positivo con 87,728.08 Gg de carbono.
El balance municipal entre reservas de carbono en biomasa forestal y emisiones
derivadas de actividades agropecuarias en CO2e, se muestran en la figura 5.
247
Valdez Pérez et al.
4. Conclusiones
248
Valdez Pérez et al.
Referencias
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2015. E.U. Disponible en: www.reibci.org
249
Pá
gi
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an
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Capítulo 13
Evaluación Integral de la Contaminación
del Aire en la Zona Metropolitana de
Guadalajara, Jalisco, México
Mario García, Héctor Ulloa, Hermes Ramírez, Omar García,
Ángel Meulenert y Christian García
Pá
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Evaluación Integral de la Contaminación
del Aire en la Zona Metropolitana de
Guadalajara, Jalisco, México
Mario Garcíaa,1, Héctor Ulloaa, Hermes Ramíreza, Omar Garcíaa, Ángel Meulenerta
y Christian Garcíab
a
Departamento de Física
b
Departamento de Ingeniería Química
Universidad de Guadalajara
1. Introducción
1
Mario Enrique García Guadalupe, megarcia@astro.iam.udg.mx
crecimiento urbano afectan la calidad del aire de las grandes ciudades al prevalecer
concentraciones elevadas de contaminantes (PNUMA 2011, Barry & Chorley 1999).
Algunos estudios reportan que las fuentes móviles son el origen primario de la
contaminación de la atmósfera en las grandes ciudades y en la mitad de ellas constituye
la más importante (Molina & Molina 2005 y PNUMA 2011).
Céspedes (2005) reportó que los factores meteorológicos influyentes en la
concentración de contaminantes en el aire son el transporte y dispersión, la turbulencia
y limitaciones de difusión vertical por inversión térmica. Además, existe la influencia
de barreras al flujo de contaminantes y poca ventilación de algunas cuencas con capa
de mezcla reducida y vientos débiles. Las inversiones térmicas se producen y acentúan
por las características geográficas y topográficas de una zona (valles y laderas).
Asimismo, la presencia de núcleos urbanos influye en el movimiento de las masas
de aire al disminuir su velocidad y formar turbulencias (Molina & Molina 2005).
Los vientos se relacionan con la dinámica horizontal atmosférica y en función de
ella se puede conocer la dirección de desplazamiento del contaminante, la rapidez de
dispersión y la turbulencia. Los vientos locales desplazan el aire desde zonas de alta a
baja presión determinando los vientos dominantes de un área. Estos vientos
contribuyen en gran medida a la acumulación y/o dispersión de los contaminantes
(Barry & Chorley 1999).
En condiciones de viento calma se exhibe una tendencia a amortiguar toda
convección posible, lo que origina el fenómeno de inversión térmica que en el invierno
puede persistir durante gran parte del día; los contaminantes emitidos en la capa
invertida quedan atrapados, se acumulan y se dispersan lentamente. Adicionalmente,
los edificios atrapan el aire sobre el área interior y permanece en los cañones urbanos
(Molina et al. 2009). La topografía también tiene influencia notable en la propagación
de contaminantes (Turtós y Díaz 2005).
Precisamente, las inversiones térmicas sobre las grandes áreas urbanas representan
un grave problema, por la concentración de contaminantes que mantienen durante
largos períodos de tiempo. Durante el intervalo comprendido entre octubre y abril, la
ZMG es afectada de manera frecuente por este fenómeno meteorológico, disparándose
los índices de contaminación del aire hasta sobrepasar los 200 puntos IMECA (Índice
Metropolitano de Calidad del Aire). En este sentido, existen los denominados sondeos
meteorológicos capaces de proporcionar desde horas tempranas, el comportamiento de
variables esenciales sobre la presencia de inversiones térmicas. Estos sondeos aportan
información que permite calcular la duración de una inversión, su intensidad y su altura
(Meulenert et al. 2006).
En presencia de estos escenarios adversos de calidad del aire, el ser humano ve
afectado su bienestar y/o calidad de vida en un entorno determinado y particularmente,
en el espacio que ocupa. Justamente en cuanto a salud, tanto los niños como los adultos
mayores pueden verse afectados con infecciones respiratorias agudas al ser los
extremos de la vida más sensibles (Segala 1999, Romieu et al. 2002, Ramírez et al.
2006, Hernández et al. 2007, Franco 2012).
En este contexto, los estudios ecológicos de series temporales permiten comparar
las variaciones de los niveles de exposición a los contaminantes con los cambios en la
frecuencia de la mortalidad o morbilidad de la población de un área geográfica
determinada. En la mayoría de los estudios epidemiológicos que analizan los efectos a
corto plazo de las partículas sobre la salud, el porcentaje de cambio obtenido para la
mortalidad es mayor de cero y las asociaciones encontradas son estadísticamente
significativas. Se ha encontrado una asociación entre las concentraciones de partículas
254
García et al.
255
García et al.
Tabla 1. Número de días fuera de la norma Oficial Mexicana para contaminantes criterio en la ZMG.
CA 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 Media
O3 65 36 75 69 48 66 89 74 66 75 116 138 34 73
NO2 18 21 26 6 5 13 14 23 0 0 0 2 0 10
SO2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
CO 12 3 5 7 5 3 3 0 1 0 1 0 0 3
PM3 98 84 78 65 53 36 42 37 70 25 45 185 121 72
Suma 193 144 184 147 111 118 148 134 137 100 162 325 155 158
2. Materiales y métodos
256
García et al.
altamente fotoreactiva (SENER 2010, Ulloa et al. 2011). Lo antes mencionado permite
conocer el estado actual de la calidad del aire y de algunas magnitudes meteorológicas,
además del número de consultas por Enfermedades Respiratorias Agudas (ERA´s)
asociadas a índices nocivos de contaminación en la ZMG.
La Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Territorial del Gobierno del Estado
de Jalisco opera el SIMAJ con ocho estaciones distribuidas en la zona de estudio
(Figura 4a, Tabla 2), que miden los contaminantes atmosféricos criterio; estos son,
monóxido de carbono (CO en ppm), bióxido de nitrógeno (NO 2 en ppm), ozono (O3 en
ppm), bióxido de azufre (SO 2 en ppm) y partículas menores a 10 micras (PM 10 en
g/m3).
Sin embargo, la problemática ambiental hacia el sur de la metrópoli a propiciado la
instalación de dos estaciones de monitoreo atmosférico ubicadas en áreas de Santa Fe y
Las Pintas (Figura 4b). La misma red evalúa algunas variables meteorológicas, tales
como la temperatura (ºC), precipitación (mm), humedad (%), velocidad del viento
(magnitud en km h-1 y dirección en grados), entre otras (Tabla 3).
257
García et al.
258
García et al.
Para cubrir el objetivo del presente estudio, se obtuvieron del SIMAJ las bases de
datos de contaminantes atmosféricos y velocidad del viento, misma que fue depurada
(eliminando valores de cero y negativos), validada (en relación a la marcha diaria,
mensual y anual) y procesada con métodos estadísticos. Igualmente, se obtuvo
información de los sondeos atmosféricos definiendo el porcentaje anual de incidencia
de las inversiones térmicas. Además, mediante las instituciones de salud pública
(IMSS, ISSSTE, DIF, entre otras) se obtuvo la información sobre las ERA´s, logrando
identificar y cuantificar tales enfermedades por su mayor incidencia.
Se obtuvo un mapa georeferenciado de la zona de estudio y la ubicación de las
ocho casetas de monitoreo. Mediante la información del SIMAJ se procesaron los datos
de los vientos reportándose como “rosa de los vientos” dominantes. Se obtuvieron
promedios, máximos y mínimos diarios, mensuales y anuales. Asimismo, para el
análisis de dirección de vientos se utilizaron 16 categorías, y para su rapidez, se
clasificaron de acuerdo a la escala de Beaufort. Con la información de los cinco
contaminantes (concentraciones promedio horarios) de las estaciones del SIMAJ se
obtuvieron tendencias medias, máximas y mínimas diarias, mensuales y anuales para
todo el periodo y para cada contaminante. Similarmente, se obtuvieron el número de
consultas por ERA´s y por unidad de atención médica. El período de evaluación fue
2001-2010.
3. Resultados
Este estudio reporta que el viento dominante en el periodo 2001-2010 proviene del
oeste-noroeste, oeste y oeste-suroeste con 13.17, 12.72 y 9.43 % respectivamente; en
ese orden, le siguen los vientos del este-noreste, este y este-sureste con 5.62, 9.06 y
6.53 %. En ambos casos, sus velocidades son de 6 a 19 km h-1 y, en forma temporal de
20 a 38 km h-1. Asimismo, una influencia menor se identificó en dirección norte-
noroeste, norte y norte-noreste con 2.94, 2.66 y 2.97 % respectivamente. Las
direcciones sur-suroeste, sur y sur-sureste se comparten el 4.96, 4.39 y 3.43 % de la
frecuencia total. Las direcciones noreste con 4.76 %, sureste con 4.31 %, noroeste con
259
García et al.
260
García et al.
urbano vertical cercano a las estaciones de monitoreo tal y como lo mencionan Henry
& Heinke (1999) y Barry & Chorley (1999).
261
García et al.
262
García et al.
Figura 7. Series de rapidez del viento máximas, medias y mínimas mensuales (2001-2010).
La Figura 8 ratifica la gran presencia de calma durante la madrugada y la mañana,
intensificándose paulatinamente los vientos sostenidos a partir de las 09:00. Los
vientos significativos se observaron entre las 18:00 y 22:00, luego se inicia un
decremento de los mismos por enfriamiento de la superficie. Es necesario señalar que,
aunque la escala Beaufort se clasifica desde 0 o viento calma h (<1 km h-1) hasta 12 o
viento huracanado (188-133 km h-1), la zona de estudio es dominada por periodos de
vientos calma y difícilmente se llegan a presentar picos superiores al nivel 6 (39-49 km
h-1). Similarmente, mediante un Sistema de Información Geográfica (SIG) se realizaron
las distribuciones espaciales del viento por segmento horario durante las 24 horas. De
los mapas de la figura 9 sobresalen dos horarios característicos; por un lado, la hora en
263
García et al.
que dominan los vientos promedio más débiles (07:00 h) con 0.82 km h-1, y por el otro,
la influencia de los vientos promedio máximos a las 19:00 h con 3.92 km h-1.
264
García et al.
265
García et al.
266
García et al.
continúan fuera de norma. Las máximas medias oscilaron entre 46 y 115 µg/m3,
mientras que, las medias variaron de 20 a 45 µg/m3.
Ozono (O3)
El O3 reportó las concentraciones máximas en las estaciones CEN, OBL Y LDO entre
las 12:00 y 18:00 debido a la mayor presencia de radiación solar, que por la ubicación
de la ZMG (latitud 20° N), es un factor dominante en las reacciones fotoquímicas para
la generación de este contaminante secundario. Las mínimas ocurrieron en la
madrugada y la mañana; en su comportamiento promedio diario, el O 3 se localizó
dentro de las normas EPA (0.12 ppm) y NOM (0.11 ppm) durante los 10 años
analizados (Figura 13).
267
García et al.
268
García et al.
En las distribuciones espaciales del CO promedio horario (24 h) de la figura 17, los
datos interpolados registran los mapas con las concentraciones mínimas de 0.9029 ppm
en la estación OBL (16:00 h) y los valores máximos de 3.6022 ppm en el área de ATM
(09:00 y 22:00 h).
Por mes, las concentraciones máximas rebasaron la NOM en un 50 % y la OMS
EPA en un 75 %. Las concentraciones máximas oscilaron de 4.50 a 53.50 ppm. Estos
máximos equivalen a 4.8 veces la NOM y 6 veces la OMS y EPA (Tabla 4), por lo que
estos lapsos representan factores de riesgo para la población. Estos eventos se
registraron en los periodos más secos (marzo, abril, mayo y junio). Las máximas
promedio variaron de 2.1167 a 7.3849 ppm y las medias mensuales en rangos de
0.9031 a 2.9734 ppm (Figura 18).
Por año, las concentraciones máximas ocurrieron en el año 2001 (53.50 ppm –
estación OBL) y 2002 (47.20 ppm – estación VAL); 5.9 veces arriba de la OMS, y
EPA y 4.8 veces por arriba de la NOM. Aunque es posible observar una tendencia
negativa en sus máximos extremos, los promedios mostraron una estructura
homogénea. Las máximas promedio oscilaron de 3.0327 a 4.9303 ppm y los promedios
de 1.2839 a 2.3065 ppm. La diferencia marcada entre máximos extremos, máximos
promedio y promedio, manifiestan la presencia de picos durante intervalos de tiempo
cortos. Las ocho estaciones mostraron concentraciones fuera de norma, siendo la mayor
afectación al sur-sureste al este-noreste.
269
García et al.
270
García et al.
promedio dentro de la normatividad OMS (0.106 ppm), EPA (0.25 ppm) y NOM (0.21
ppm).
271
García et al.
272
García et al.
máximas extremas ocurrieron en las estaciones VAL (0.5230 ppm), OBL (0.5210
ppm), LDO (0.4960 ppm) y ATE (0.4800 ppm).
Bióxido de azufre (SO2)
Las concentraciones promedio diario mostraron picos máximos característicos entre las
08:00 y 12:00 en todas las estaciones, siendo su comportamiento en todo el periodo.
Los valores más elevados se observaron en las estaciones CEN, AGU y MIR de la
ZMG (Figura 22). Estos resultados se localizaron dentro de la NOM (0.13 ppm) y de la
EPA (0.14 ppm) pero fuera de la norma OMS (0.007 ppm).
273
García et al.
Tabla 4. Estándares de calidad del aire para indicadores de contaminación (valores promedio).
274
García et al.
Inversiones térmicas
Ante escenarios de inversiones térmicas moderadas a fuertes, el dominio de vientos
flojos o débiles, una escasa humedad y la exposición a contaminantes atmosféricos,
pueden alterar la calidad de vida de la población. En este sentido, por mencionar
algunos años, el 2002 evidenció un 83% de días con inversión térmica, el 2004 mostró
el 75.09%, el 2006 alcanzó el 68.02%, el 2008 expuso un 68.02% y el año 2010
exhibió el 55.1%. Es decir, gran porcentaje de días al año presenta inversiones térmicas
y escenarios propicios para el incremento de la contaminación del aire. En relación a la
correspondencia entre variables, Las inversiones térmicas muestran correlación
significativa con los CA, siendo más importante con las PM 10 seguido del NO2, SO2,
CO y O3. Asimismo, la rapidez (WS) y la dirección del viento (WD), se corresponde
con las inversiones térmicas destacando el año 2002 y 2005.
Enfermedades Respiratorias Agudas
La contaminación del aire es uno de los elementos prioritarios que inciden en la salud
de la población. Impacta en la mortalidad pero también se asocia con la aparición o
agravamiento de asma, reacciones alérgicas, bronquitis e infecciones. Tanto las PM 10
como el O3 se atañen con efectos graves en la salud. Se han obtenido asociaciones
estadísticamente significativas entre efectos en la salud y contaminantes en el aire. Al
obtener información de ERA´s se logró identificar y cuantificar las enfermedades de
mayor incidencia en la ZMG. Los resultados de algunos años sumaron 1’067,551
consultas por ERA en menores de cinco años en instituciones de salud pública (año
2003: 258,068; 2004: 242,225; 2005: 216,513; 2006: 198,446 y 2007: 152,299). La
media aritmética anual fue de 213,510 ± 41,209 consultas por año. Mediante SIG se
obtuvieron mapas con las distribuciones espaciales por unidad médica y número de
consultas por año (Figuras 25a y 25b).
Los padecimientos más comunes fueron infecciones respiratorias agudas:
rinofaringitis aguda, sinusitis aguda, faringitis aguda, laringitis y traquitis aguda,
infecciones agudas de las vías respiratorias superiores de sitios múltiples o no
especificados, bronquitis aguda y bronquiolitis aguda con 98.0% de las consultas,
seguida de las neumonías y bronconeumonías con 1.1%, el asma y estado asmático con
0.5% y faringitis estreptococias y amigdalitis estreptococias con 0.4%. Los meses con
más consultas por ERA fueron de octubre a marzo, respecto al total anual. La zona más
275
García et al.
Figura 25a. Distribuciones espaciales de las instituciones de salud y número de consultas por año.
Figura 25b. Distribuciones espaciales de las instituciones de salud y número de consultas por año.
276
García et al.
4. Discusión
277
García et al.
278
García et al.
infecciones respiratorias agudas con 98.0% de las consultas. Los meses que presentaron
la mayor cantidad de consultas por ERA´s fueron de octubre a marzo, destacándose
noviembre, diciembre, febrero y marzo. La distribución de enfermedades por unidad de
atención médica demuestra que las clínicas 48 (Circunvalación), 34 (18 de Marzo), 53
(Zapopan), 3 (Centro Médico), 92 (Miravalle) y 93 (Tonalá) presentaron el mayor
número de consultas, la mayoría se localizan en las zonas sureste, sur y centro de la
ciudad, dicha zonas coinciden con las de mayores índices de contaminantes
atmosféricos.
279
García et al.
280
García et al.
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Índice de autores
Este libro contiene una selección de artículos del área de la “Ecología y Medio Ambiente”
producto de la labor investigadora de diversos autores que en su gran mayoría están adscritos a
Instituciones Mexicanas, algunas de ellas Instituciones Educativas.
Representa un esfuerzo de todos los involucrados para difundir trabajos de investigación entre
todos los interesados de una forma gratuita, pudiendo reproducir el contenido con el compromiso
de hacer referencia a la fuente.
ISBN 194416201-1
1944162011 www.scased.com