Está en la página 1de 4

MIGRACIÓN VENEZOLANA: EL PERÚ COMO PAÍS DE ACOGIDA

La migración es un tema importante en el análisis global: supone hablar de un cuatro por ciento de
la población mundial. Los motivos por los que las personas deciden emigrar son diversos, los
contextos sociales, económicos y/o políticos de los países están cargados de fuerzas explícitas,
semi ocultas y ocultas que determinan los movimientos migratorios en ambas direcciones: como
emisores/expulsores y/o como países receptores/destino.

A la inquietud ciudadana por nuestro inestable panorama político, económico y social, se suman
las preocupaciones laborales asociadas a los procesos migratorios. La llegada de migrantes
laborales venezolanos ha activado en la ciudadanía peruana formas de pensar, sentir y actuar
respecto a esta nueva presencia. Los discursos que se instalan en los peruanos se engloban en
palabras como "intolerancia", "prejuicios", "discriminación", dando lugar al desarrollo de nuevas
relaciones entre estos diferentes grupos sociales.

Reconocer los componentes de este proceso es clave para entender el modo en que los peruanos
empiezan a convivir e interactuar con esta nueva realidad. Así, la aparición de estos conflictos
debe entenderse no como conflictos entre individuos (interindividuales) sino como conflictos
intergrupales7 que se manifiestan y evolucionan en formas peculiares y potencialmente
virulentas. De acuerdo a De la Corte y Blanco, son dos las principales características de las
relaciones intergrupales que pueden y resultan socialmente problemáticas: la primera, a nivel
interpersonal, se expresa por medio de formas de interacción que pueden ser deseables o
indeseables. Esto nos ubica en dos situaciones: por un lado, pueden ser respetuosas y
cooperativas, amistosas y de bienvenida; pero, por otro lado, pueden implicar discriminación,
dominación o explotación del grupo inmigrante o la confrontación y el conflicto entre ambos
grupos. La segunda es la que nos interesa destacar.

La disposición humana a desconfiar de nuestros semejantes, que nos lleva a discriminarlos y a


competir con ellos o a iniciar conflictos, se manifiesta con mayor intensidad y frecuencia cuando
las personas pensamos, sentimos y actuamos como miembros de grupos sociales diferenciados
que están en contacto cotidiano y coexisten en un entorno físico que no está exento de tensiones,
recelos y rivalidades. Los conflictos intergrupales en el Perú

Actualmente, vemos en los medios de comunicación peruanos ambas formas de interacción. En


Lima, una ciudad de marcado clima racista y clasista, los discursos discriminatorios están
adquiriendo un carácter cotidiano. Explicar las causas de ello no es fácil. Como punto de partida
usaremos los conceptos de prejuicio, discriminación, vulnerabilidad y desconfianza. El concepto de
prejuicio refiere a las categorizaciones sociales por medio de las cuales se diferencia, clasifica,
pone orden y simplifica los objetos y personas, marcando una dicotomía entre lo propio y lo ajeno,
que se afianza por medio de estereotipos. Un grupo considerable de personas autóctonas tiende a
representar a este otro grupo -ante la amenaza que le supone- como holgazanes, facilistas, sucios,
agresivos, con propensión al delito o ignorantes. En el Perú, a diferencia de otros países receptores
de inmigración, estos estereotipos no suelen relacionarse con características fenotípicas pero sí
abundan el de ‘arepero ambulante’9, 'maleducados’, ‘perezosos’ y/o 'vanidosos’, etc. Cuando
estas etiquetas se instalan en el campo de las emociones, se asocian a sentimientos de aversión y
desprecio respecto al otro grupo y se traducen en acciones abiertamente discriminatorias en los
diferentes espacios de convivencia, especialmente el laboral, donde se acusa que estos grupos de
fuera “roban trabajo” a los nacionales. Los prejuicios contra los inmigrantes venezolanos que se
encuentran en nuestro país, se expresan por medio de estereotipos, sentimientos o reacciones
afectivas negativas y comportamientos discriminatorios, dando lugar a conflictos cotidianos. Así,
se critica las medidas migratorias, se exige el cierre de la frontera, mayor rigidez en los requisitos
de admisión (como antecedentes policiales internacionales), etc. Estudios realizados por entidades
peruanas, como la Cámara de Comercio10establecen que la mayoría de migrantes venezolanos
son jóvenes cualificados, con un alto nivel de capacitación y formación, que en suelo peruano no
se dedican a las actividades para las que estaban formados en su país de origen.

Según el sociólogo venezolano Tomás Páez, el 20% de emigrantes venezolanos son


emprendedores, 65% son empleados en empresas de todo tipo como de programación, medicina,
odontología, contaduría, entre otras, mientras 14% son estudiantes ya sea de idiomas, pregrado o
postgrado.11Esta información contrasta con los atributos del estereotipo con el que se intenta
justificar la defensa de los escasos recursos y del territorio que se considera 'propio’. La
“avalancha” venezolana

La aparición de estos prejuicios y estereotipos han hecho que la “amenaza venezolana” se haya
vuelto parte importante del cotidiano peruano: sentimientos de desagrado, animadversión,
desprecio, envidia, miedo, ira u odio. Esto se ve en muchas frases como: "nos roban trabajo",
"invaden la calle", "no tienen medidas salubres", "como cobran menos, nos pagan menos". A
pesar de esto, consideramos que estos prejuicios y estereotipos no nos sitúan frente a actitudes
xenófobas, pues para los peruanos no existe un sentimiento de amenaza cultural, de imposición
religiosa o apropiación cultural. Nuestro país tiene una fuerte identidad nacional (culinaria e
histórica) y la identidad sociocultural venezolana tiene mucho parecido con la peruana, es
territorialmente cercana y compartimos rasgos como comunidad latinoamericana. En el caso
peruano, el grupo autóctono tiene más prejuicios frente a “lo extraño” y, por ende, le representa
una amenaza. La particularidad del caso peruano radica en que esto solo se da contra algunos
grupos extranjeros en situación considerada vulnerable, como la venezolana, y cualquier grupo
considerado parte de una minoría étnica que por su pasado migratorio engloba un conjunto de
prejuicios raciales. Nuestra sociedad nos muestra que no superamos las falsas amenazas de caos y
desorden que representaron las oleadas migratorias del campo a la ciudad y que éstas aún
generan rechazo. La excusa perfecta

La presencia venezolana representa la excusa perfecta para los problemas endémicos del mercado
laboral peruano atribuyéndole un carácter amenazador, de competencia desleal y, que pone bajo
un halo de vulnerabilidad a los autóctonos. Esta vulnerabilidad latente es una de las causas más
comunes de conflicto entre ambos grupos y de la espiral de violencia a la que suele dar origen.
Esta amenaza surge del miedo, y del miedo surgen el rechazo y la agresión a través de campañas
virales acerca del desagrado de los venezolanos hacia la comida peruana, sus opiniones respecto
de la belleza (o la falta de ella) de los peruanos, su sentimiento de injusticia respecto del trato que
reciben en nuestro país, videos de peleas en los espacios y servicios públicos, etc. Mitos
Las ideas generales sobre las que recae esta preocupación por el empleo de los peruanos respecto
de los extranjeros son las siguientes: "Hay demasiados inmigrantes". La sensación de que se está
desarrollando un incremento masivo de inmigrantes venezolanos adopta la metáfora de
"avalancha". Hay una retórica de la “invasión” o el "están por todos lados".

"La inmigración perjudica el trabajo". Al hablar de la “avalancha” de venezolanos que nos “invade”
se asocia la intensificación de los problemas laborales a la inmigración. Así, "los inmigrantes nos
‘quitan’ los puestos de trabajo", "mandan los salarios a la baja", "aceptan cualquier cosa". Esto
sirve como una excusa para explicar problemas en el mercado de trabajo que venían ya de
antiguo. "La inmigración promueve la delincuencia". No sólo ‘nos están robando el trabajo’ sino
que utilizan ‘nuestro’ espacio para trabajar igual que nosotros. Era de esperarse que en el espacio
de trabajo informal de venta ambulatoria se perciba una sobrepoblación y con ello una
apropiación del espacio público por "estos otros". Esta apropiación se presume masiva ante la
supuesta libertad para entrar sin filtros al país, bajo pretexto de pertenecer a la Comunidad
Andina. La creencia es que si no se exigen antecedentes policiales internacionales, hay una
amenaza de inseguridad y un potencial aumento de la delincuencia. Estas ideas dan lugar a un
listado de problemas sociales en los que se atribuye responsabilidad principalmente a los
inmigrantes: sobrepoblación, desempleo, descenso de salarios, delincuencia, conflictividad social,
problemas de adaptación social, etc.

El origen de estos argumentos en el Perú tiene causas muy diversas, entre las que sobresalen las
tres siguientes: a) la velocidad con la que Perú ha pasado de ser una sociedad de emigración a una
de inmigración, en el contexto de un panorama económico de desaceleración desde el 2013-2015;
b) la lógica sensacionalista con la que los medios de comunicación y redes sociales presentan la
información referente a la presencia venezolana, que no hacen más que poner barreras a la
convivencia pacífica instalando estos discursos negativos o lastimeros en el imaginario social; y,
por último, c) la subsistencia de los prejuicios y estereotipos que estigmatizan al grupo de
inmigrantes venezolanos, marcado por un fuerte racismo y clasismo que, por el contrario, no se
tuvo (ni se tiene) con la inmigración europea (especialmente española) entre los años 2010-2012,
que contó con el apoyo y bienvenida de los peruanos, especialmente los limeños. Suavizar el
conflicto, motivar la convivencia

El riesgo de un conflicto intergrupal es inevitable en especial en un frágil mercado laboral como el


peruano, marcado por la informalidad laboral. Este riesgo viene tomando fuerza, con
consecuencias cognitivas, afectivas y conductuales que vemos en el día a día y que buscan
legitimarse en el apoyo y adopción de la presunción de vulnerabilidad, injusticia y desconfianza.

Para motivar la convivencia es necesario un debate abierto sobre política migratoria y la


implementación de políticas socio laborales, por un lado, porque es la principal preocupación
tanto de los autóctonos como de los inmigrantes venezolanos; y, por otro, porque el Perú como
destino migratorio debe garantizar el acceso a derechos sociales como salud, educación y empleo.
El perfil migratorio venezolano también nos brinda la oportunidad de aprovechar su cualificación y
con ello su capacidad productiva.

Podemos encontrar medidas positivas: el acceso al centro de empleo del Ministerio del Trabajo en
su calidad de residentes, en especial la creación de la Dirección de Migración Laboral; a nivel de
política migratoria el Permiso Temporal de Permanencia- PTP- ha permitido formalizar la condición
migratoria venezolana, y con ello se previene la explotación laboral, la permanencia en situaciones
fuera de la normativa; se asegura el pago de impuestos; y en materia de salud, se garantiza el
acceso al Sistema Integral de Salud.

Los peruanos estamos frente al desafío de devolver a Venezuela el apoyo que nos dio al acogernos
en nuestros momentos de crisis. La paradoja, y nuestro desafío interno, es que nuestro país no ha
logrado fortalecer su institucionalidad y aún lucha por cumplir con los derechos sociales de su
propia ciudadanía.

1. Global estimates migrant workers- ILO http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/—


dcomm/documents/publication/wcm s_436339.pdf 2. Ameigeiras y Jure, 2006; De la Torre Ávila, 2006; Ministerio de Desarrollo
Sostenible, 2004; Altamirano, 1996; Besserer, 2004; Brettell y Hollifield, 2000, Castles, 2000; CEPAL, 2007; Chambers, 1994 y Criales,
1994; Hämmig, 2000; Faist, 2000; Hinojosa, 2009; Grimson, 2011 en Mora (2012) Metodología para la investigación de las migraciones.
Integra Educativa Vol. VI / Nº 1, pp. 18. pp.:18.

3. Sayad (2010). El retorno, elemento constitutivo de la condición del inmigrante (Selección de textos de ABDELMALEK SAYAD).
EMPIRIA. Revista de Metodología de Ciencias Sociales. Núm. 19, enero-junio, 2010, pp. 263-273. 4. Representan en ambos casos,
respectivamente, un 30% de los migrantes en todo el mundo.http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—ed_protect/—protrav/—
migrant/documents/ meetingdocument/wcms_221810.pdf 5. Servicio de migraciones laborales- OIT (2013) Migración laboral y
desarrollo: La OIT sigue avanzando. http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—ed_protect/—protrav/—migrant/document
s/meetingdocument/wcms_221810.pdf 6. http://www.ilo.org/global/topics/labour-migration/lang–es/index.html 7. Desde la psicología
social se llama intergrupal a comportamientos que se dan siempre que las personas que pertenecen (o creen pertenecer) a un grupo e
interactúan colectiva o individualmente con otro grupo o con algunos de sus miembros, en función de dicha identidad grupal o como
representantes de cada uno de sus propios colectivos. De la Corte y Blanco (2005) ‘Conflictos intergrupales y prejuicios étnicos en las
sociedades receptoras de inmigrantes’ en Inmigración, un desafío para España

8. Tajfel, 1984; Deustch, 1973; Insko y Shopler, 1998 en De la Corte y Blanco (2005) ‘Conflictos intergrupales y prejuicios étnicos en las
sociedades receptoras de inmigrantes’ en Inmigración, un desafío para España. pp.:306 9. Venezolanos en el Perú: mucho más que
‘areperos ambulantes’ https://elcomercio.pe/somos/venezolanos-peru-areperos-ambulantes-noticia-492385 10. Una ola migratoria
venezolana en Perú ¿Qué implica esto? Informe Económico 789. Cámara de Comercio de Lima
https://www.camaralima.org.pe/repositorioaps/0/0/par/r789_2/informeeconomico%20789.p df 11. ¿Quiénes emigran y hacia dónde
van? Hinterlaces, agencia venezolana de inteligencia http://hinterlaces.com/radiografia-de-la-diaspora-venezolana-quienes-emigran-y-
adond e-van-parte-2/

También podría gustarte