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ADAPTACIÓN DE SUCURSAL A LA NUEVA LEY GENERAL DE SOCIEDADES - Oswaldo Hundskopf Exebio
ADAPTACIÓN DE SUCURSAL A LA NUEVA LEY GENERAL DE SOCIEDADES - Oswaldo Hundskopf Exebio
En línea con el fallo transcrito, el autor señala que en cumplimiento de la Primera Disposición
Transitoria de la Ley 26887, la sociedad con sede en el extranjero, debe tomar todos los
acuerdos necesarios para adaptar sus sucursales u otras dependencias a las disposiciones de
la nueva ley, lo cual significa que el órgano social competente en este caso específico, la junta
directiva de la principal, debió dar cumplimiento a todos los requisitos que exige el art.403 de la
ley y por tanto debió presentar la documentación necesaria sin que ello signifique tomar
acuerdos ya adoptados, o presentar documentos que ya consten en el archivo principal del
Registro.
RESOLUCIÓN N° 319-99-ORLC/TR
CONSIDERANDO:
Que mediante el título venido en grado, constituido por el parte notarial de la escritura
pública otorgada el 5 de julio de 1999 por el notario público Óscar Leyton Zárate, se solicita la
inscripción de adecuación de la Compañía Panameña de Aviación Sociedad Anónima, Sucursal
Perú a la Ley General de Sociedades;
Que mediante escritura pública del 27 de setiembre de 1994 otorgada por el notario público
Carlos Enrique Becerra Palomino (título archivado N° 126198 del 4 de octubre de 1994) se
establece en el Perú, la sucursal de la Compañía Panameña de Aviación Sociedad Anónima
(COPA), la misma que corre inscrita en la ficha N° 110096 y continúa en la partida electrónica
N° 00076082 del Registro de Personas Jurídicas de Lima;
Que, las sucursales se encuentran reguladas en los artículos 396 y siguientes de la Ley
General de Sociedades, definidas como todo establecimiento secundario a través del cual una
sociedad desarrolla, en lugar distinto a su domicilio, determinadas actividades comprendidas
dentro de su objeto social, estableciéndose en el artículo 403 un régimen especial para la
sucursal en el Perú de las sociedades constituidas y con domicilio en el extranjero;
Que, la indicada norma señala que la sucursal de una sociedad constituida y con domicilio
en el extranjero se establece en el Perú por escritura pública que contenga cuando menos: 1)
el certificado de vigencia de la sociedad principal en su país de origen con la constancia de que
su pacto social ni su estatuto le impiden establecer sucursales en el extranjero, 2) copia del
pacto social y estatuto o equivalentes en el país de origen y 3) el acuerdo de establecer la
sucursal en el Perú, adoptado por el órgano competente, que indique el capital que se le asigna
para el giro de sus actividades; la declaración de que tales actividades están comprendidas
dentro de su objeto social; el lugar del domicilio de la sucursal, la designación de por lo menos
un representante legal permanente en el país, los poderes que le confiere; y su sometimiento a
las leyes del Perú parar responder por las obligaciones que contraiga la sucursal en el país;
Que, la derogada Ley General de Sociedades, cuyo texto único concordado fue aprobado
por D.S. N° 003-85-JUS, establecía en el artículo 345 que la inscripción de la sucursal en el
Perú de la sociedad con sede en el extranjero debía contener el domicilio señalado en el país,
el nombramiento y facultades de su representante legal en el país, el objeto de la sucursal y el
contrato o equivalente que regía a la sociedad en su sede; señalaba también que el Registro
debía exigir que se acreditara, mediante certificación de autoridad para ello con la legalización
del representante consular peruano, la existencia y vigencia de la sociedad y que podía
establecer sucursales en el Perú;
Que, al respecto, debe tenerse en cuenta que la adaptación de la sucursal de una sociedad
constituida y con domicilio en el extranjero a la nueva Ley General de Sociedades es obligatoria
en la medida en que alguna estipulación del acuerdo de creación vulnere las normas de la
citada ley, así como para incorporar aquellas normas imperativas previstas en la nueva ley;
para tal efecto, la Primera Disposición Transitoria de la Ley N° 26887 –Ley General de
Sociedades– señala que, las sociedades constituidas en el país o en el extranjero tomarán los
acuerdos necesarios para adaptar sus sucursales u otras dependencias a las disposiciones de
la citada ley; lo cual significa que el órgano social competente adoptará aquellos acuerdos que
el artículo 403 de la acotada ley societaria exige y presentará al Registro la documentación que
ésta precisa; concluyéndose que no será necesario adoptar nuevamente aquellos acuerdos
que –durante la vigencia de la anterior Ley General de Sociedades– ya hubieran sido
adoptados por la sociedad extranjera, tampoco será necesario presentar la documentación que
ya hubiera sido presentada con anterioridad, puesto que dichos acuerdos y documentación
obran en el archivo registral;
Que, no será necesario presentar certificado de vigencia de la sociedad principal, por cuanto
en el título que dio mérito a la inscripción de la sucursal, obra la certificación expedida por la
Dirección General del Registro Público de la ciudad de Panamá, República de Panamá,
señalando la vigencia de la sociedad principal acorde con lo previsto por la derogada Ley
General de Sociedades que exigía la presentación de la certificación de existencia y vigencia
de la sociedad;
Que, en cuanto al cumplimiento de los requisitos señalados en el numeral 3 del artículo 403
de la nueva Ley General de Sociedades, debe tenerse en cuenta que en el título archivado que
dio mérito a la inscripción de la sucursal, consta que el acuerdo de establecer la sucursal fue
adoptado por la junta directiva de la sociedad en su sesión del 23 de agosto de 1994, asimismo
se indicó que su capital es de cuatro mil dólares, señalándose su domicilio en la ciudad de Lima
y al representante legal permanente en el país;
Que conforme consta en el título venido en grado, con la finalidad de adaptar la sucursal a la
nueva Ley General de Sociedades, la junta directiva de la principal en su sesión del 7 de junio
de 1999 acordó solamente adaptar la sucursal de la empresa a la nueva Ley General de
Sociedades N° 26887; lo cual no resulta suficiente para cumplir con las exigencias del artículo
403 de la Ley General de Sociedades, detalladas en el párrafo que antecede;
De conformidad con lo dispuesto por el art. 2011 del Código Civil, concordado con el
numeral IV y el art. 151 del Reglamento General de los Registros Públicos; no procede admitir
la inscripción solicitada; y,
Estando a lo acordado;
SE RESUELVE:
I. INTRODUCCIÓN
La resolución materia del presente comentario fue expedida el 25 de noviembre de 1999 por
la Segunda Sala del Tribunal Registral de la Oficina Registral de Lima y Callao, resolviendo con
ella la apelación interpuesta, confirmando en segunda y última instancia la denegatoria de
inscripción formulada por la Registradora del Registro de Personas Jurídicas a la solicitud de
inscripción de la escritura pública de adaptación de la sucursal de la Compañía Panameña de
Aviación - Sucursal Perú, extendida el 5 de julio de 1999 ante Notario Público Óscar Leyton
Zárate, cuyo título fue presentado el 7 de julio de 1999 bajo el número 00109686.
La importancia de la citada resolución radica en el hecho de que nos permite comentar
cuáles fueron las razones por las cuales se denegó la inscripción de una escritura pública de
adaptación a la nueva Ley General de Sociedades N° 26887, vigente a partir del 1 de enero de
1998, relacionada con la sucursal de una sociedad mercantil extranjera, sucursal que a manera
de antecedente a tomar en cuenta, fue constituida e inscrita al amparo de la anterior y ya
derogada LGS, cuyo texto único ordenado fue aprobado por D.S. N° 003-85-JUS. En efecto,
dicha sucursal se inscribió el 4 de octubre de 1994 (título archivado N° 126198), en mérito a la
escritura pública de fecha 27 de setiembre de 1994 extendida ante notario público Carlos
Enrique Becerra Palomino.
Al entrar en vigencia la nueva ley, cuyas normas tienen carácter imperativo, en aplicación de
su Primera Disposición Transitoria, cuyo texto ha sido modificado sucesivamente por las Leyes
26977, 27218, 27388 y últimamente por la Ley 27673 que por su contenido entendemos que es
la última y definitiva modificación, también es obligatorio que las sociedades constituidas en el
extranjero tomen los acuerdos necesarios para adaptar sus sucursales a las disposiciones de la
nueva ley.
La resolución bajo comentario nos permite en primer lugar contrastar las diferencias en la
normatividad sobre las sucursales de sociedades constituidas en el extranjero, que existían en
la ley derogada y las que existen en la nueva ley, y sobre todo comprobar lo que ha sido una
constante en nuestro ordenamiento legal societario, en el sentido que ha existido y existe un
tratamiento diferenciado cuando se trata de la regulación de sucursales de sociedades
peruanas, cuyas normas son muy expeditivas y prácticas, tanto en lo que se refiere a su
constitución como a su funcionamiento y liquidación, a diferencia de las normas que existen
para las sucursales de sociedades constituidas en el extranjero, cuyas normas son más
severas.
Siguiendo en este tema al Dr. Enrique Elías Laroza, en los comentarios que hace al art. 403
de la LGS (1), si bien hay un concepto unívoco de lo que es una sucursal, en el sentido de que
se trata de un establecimiento secundario de su principal, efectivamente hay normas aplicables
a todas las sucursales sin distinción, pero también hay normas específicas aplicables
únicamente a las sucursales que realizan actividades en el país pero que son establecimientos
secundarios de sociedades constituidas en el extranjero. Para el Dr. Elías Laroza las
diferencias surgen, en primer lugar, de la mayor o menor autonomía de gestión derivada de la
lejanía con la principal, y en segundo lugar, en el hecho de que la principal y la sucursal de una
sociedad constituida en el extranjero, se encuentren sujetas a ordenamientos legales
societarios generalmente distintos.
Los temas que trataremos a continuación y que consideramos guardan directa relación con
la resolución materia del presente análisis, y que a su vez nos servirán para la comprensión de
la importancia y claridad de la resolución N° 319-99 ORL/TR de fecha 25 de noviembre de
1999, son los siguientes:
Finalmente el mismo art. 345 precisaba que la sucursal debía tener representante legal
permanente en el Perú con poderes suficientes para resolver cualquier cuestión relacionada
con las actividades de la misma sucursal, para comprometer la responsabilidad de la sociedad
en las operaciones que realice, para comparecer en juicio y contestar demandas.
En el caso específico de autos, es claro que el título que dio lugar a la inscripción de la
sucursal cumplía a cabalidad con las exigencias de la ley societaria vigente en dicha
oportunidad.
En caso del título que fue materia de denegatoria, la fundamentación y argumentación de la
empresa apelante, equívocamente en nuestra opinión, recurre al análisis del art. 403 de la
nueva ley considerando que todos los requisitos establecidos en dicho artículo son aplicables
únicamente para el caso de nuevas sociedades con sede en el extranjero que deseen crear
nuevas sucursales en el Perú, y que no es aplicable en consecuencia a un caso como el suyo
de simple adecuación, desconociendo con ello el carácter imperativo de las normas contenidas
en la nueva ley, y la necesidad de que realmente se adecuen al nuevo ordenamiento legal.
El nuevo ordenamiento legal societario señala de manera concreta que la sucursal de una
sociedad constituida y con domicilio en el extranjero se establece en el Perú a través de una
escritura pública inscrita en el Registro, que debe contener cuando menos:
1. El certificado de vigencia de la sociedad inscrita en su país de origen, con la constancia
de que su pacto social ni su estatuto, le impiden establecer sucursales en el extranjero.
2. Copia del pacto social y del estatuto o de los instrumentos equivalentes en el país de
origen.
3. El acuerdo de establecer la sucursal en el Perú, adoptado por el órgano social
competente de la sociedad, que indique: el capital que se le asigna para el giro de sus
actividades en el país, la declaración de que tales actividades están comprendidas dentro de su
objeto social; el lugar del domicilio de la sucursal; la designación de por lo menos un
representante legal permanente en el país; los poderes que le confiere; y su sometimiento a las
leyes del Perú para responder por las obligaciones que contraiga la sucursal en el país.
3. CONCLUSIONES
Después de analizar los antecedentes del caso y los considerandos de la resolución de la
Segunda Sala del Tribunal Registral consideramos que el pronunciamiento de la Sala, al
confirmar la denegatoria de inscripción formulada por la Registradora del Registro de Personas
Jurídicas es correcto, ya que efectivamente el título que dio lugar a la observación adolece de
una seria omisión, en el sentido de que el acuerdo de la Junta Directiva de la principal, de fecha
7 de junio de 1999, acordó solamente adaptar la sucursal de la empresa a la nueva Ley
General de Sociedades, lo cual es insuficiente toda vez que no se cumple con las exigencias
del art. 403 anteriormente citado.
En ese orden de ideas, consta en autos que ya no era necesario presentar certificado de
vigencia de la sociedad principal, en razón a que en el título que dio mérito a la inscripción de la
sucursal obra la certificación expedida por la Dirección General de Registros Públicos, y que
asimismo ya se había dado cumplimiento a la fijación del capital asignado.
Por último, en razón a lo expuesto, es correcto señalar que el acuerdo de la Junta Directiva
de la principal no se ajusta a las exigencias del inciso 3 del art. 403, ya que en él no obra la
declaración en el sentido de que las actividades de la sucursal están comprendidas dentro del
objeto social de la sociedad principal, tampoco al sometimiento de las leyes del Perú para
responder por las obligaciones que contraiga la sucursal, ni tampoco la constancia de que ni su
pacto social ni su estatuto le impiden establecer sucursal en el extranjero, para lo cual debió
anexar la copia de su pacto social y de su estatuto o de algún instrumento exigido por la
legislación de Panamá, los que según fluye en el antepenúltimo considerando de la resolución,
no obran en el archivo registral.