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CRONOLOGÍA
La artroplastia de cadera ha sido una de las cirugía que más ha evolucionado a lo
largo de la historia, tanto desde el punto de vista de la técnica quirúrgica como en
el diseño del implante.
Los implantes de cadera comenzaron en el siglo XX con prótesis que tenían como
objetivo cubrir la cabeza femoral colocando una cúpula sobre ella, pues es la zona
de la articulación más evidentemente dañada.
En 1923, Smith-Petersen comenzó a realizar estos implantes. El primer material
utilizado fue el cristal, pero resultó demasiado frágil, la cúpula se rompía en pocos
meses.
Posteriormente, se intentó con otros materiales como la celulosa, que tuvo que ser
abandonada por no ser biocompatible, el pirex o la baquelita, que tampoco dieron
buenos resultado por no ser lo suficientemente resistentes.
Además, el apoyo directo de la copa sobre la cabeza femoral causó en algunos
casos irrigación sanguínea, degenerando en una necrosis vascular (interrupción del
flujo de sangre al hueso que resulta en una muerte celular). También se dieron
diversos fallos mecánicos y fracturas localizadas.
En los 40, McKee también llevó a cabo varios implantes con este modelo de
componente acetabular y femoral hechos de metal. Se obtuvieron resultados
especialmente favorables en la prótesis con los componentes fijados con tornillos
de Vitalium.
Unos años más tarde, a finales de los 40, los hermanos Judet diseñaron un nuevo
modelo de implante de cabeza femoral con un vástago corto que se introducía en el
cuello del fémur. Se utilizó un material acrílico que resultó ser inadecuado porque
se fragmentaba con el desgaste provocando diversas reacciones perjudiciales en
los tejidos. Por eso se pasó a utilizar otros materiales como nylon, Vitalium o acero
inoxidable.
Prótesis de material acrílico
Prótesis McKee-Farrar
Por otra parte, en 1964, Ring desarrolló una nueva prótesis con la componente
acetabular atornillada a la pelvis y la femoral basada en el modelo de Moore, con
agujeros en el vástago para permitir el crecimiento óseo. Este modelo dio buenos
resultados, con un índice de supervivencia de 80% en 17 años.
Todos los implantes se introducían en el fémur sin ningún tipo de elemento
adhesivo, lo que a la larga causaba problemas de fijación. En los años 60, el cirujano
inglés John Charnley introdujo la fijación de implantes mediante cementos acrílicos.
Para adherir tanto el componente femoral como el acetabular, utilizó el cemento
metil-metacrilato (PMMA), compuesto por un monómero líquido y un polímero en
polvo que al juntarse forman una masa que se endurece y ancla el implante al
hueso. Este método obtuvo buenos resultados y fue adoptado por la mayor parte de
cirujanos de la época para la fijación de componentes de prótesis.
Otra gran aportación de Charnley, fue la introducción de materiales plásticos para
el componente acetabular. La parte cotiloidea de su prótesis estaba formada por
polietileno de alto peso molecular y de gran resistencia a la fatiga. Se inició así la
era del par metal- polietileno, que se impuso al metal-metal por sus mejores
resultados.
Más adelante, Charnley pasó a utilizar el polímero de ultra alto peso molecular
(UHMWPE) por su mayor resistencia al desgaste y biocompatibilidad, además de
sus propiedades de autolubricación.
En este agujero dentro del centro del fémur se asegura un vástago de anclaje de
metal que tiene la parte esférica de la articulación en su otro extremo. Además, el
receptáculo de la copa de reemplazo debe estar conectado a la pelvis. Esto se logra
mediante la eliminación de la copa vieja y su tejido óseo circundante. El nuevo
zócalo está colocado en este hueco. En la figura 22.26a se presenta un diagrama
esquemático de la articulación artificial de la cadera; Figura22.26b muestra una
radiografía de un reemplazo total de cadera. En el resto de esta sección, analizamos
las restricciones de material y los materiales que se han utilizado con el mayor grado
de éxito para los diversos componentes artificiales de la cadera.
Requisitos de materiales
En esencia, hay cuatro componentes básicos para la cadera artificial: (1) el vástago
femoral, (2) la bola que se une a este vástago, (3) la copa acetabular que está fijada
a la pelvis y (4) una fijación agente que asegura el tallo al fémur y la copa a la pelvis.
Las restricciones de propiedad sobre los materiales que se utilizarán para estos
elementos son muy estrictas debido a la complejidad química y mecánica de la
articulación de la cadera. Algunas de las características de material requeridas
serán discutidas ahora. Cada vez que se introduce un material extraño en el entorno
corporal, se producen reacciones de rechazo. La magnitud del rechazo puede variar
desde irritación leve o inflamación hasta la muerte. Cualquier material de implante
debe ser biocompatible, es decir, debe producir un grado mínimo de rechazo. Los
productos resultantes de las reacciones con los fluidos corporales deben ser
tolerados por los tejidos corporales circundantes, de modo que la función normal del
tejido no se vea afectada. La biocompatibilidad es una función de la ubicación del
implante, así como de su química y forma.
Los fluidos corporales consisten en una solución aireada y tibia que contiene
aproximadamente 1% en peso de NaCl además de otras sales y compuestos
orgánicos en concentraciones relativamente menores. Por lo tanto, los fluidos
corporales son muy corrosivos, lo que para las aleaciones metálicas puede conducir
no solo a la corrosión uniforme sino también al ataque de grietas y picaduras y,
cuando hay tensiones, al desgaste, al agrietamiento por corrosión por tensión y a la
fatiga por corrosión. Se ha estimado que la tasa de corrosión máxima tolerable para
las aleaciones metálicas de implantes es de aproximadamente 0.01 mil por año (mm
por año).
Otra consecuencia adversa de la corrosión es la generación de productos de
corrosión que son tóxicos o interfieren con las funciones normales del cuerpo. Estas
sustancias se transportan rápidamente por todo el cuerpo; algunos pueden
segregarse en órganos específicos.
Aunque otros pueden ser excretados del cuerpo, aún pueden persistir en
concentraciones relativamente altas debido al proceso de corrosión en curso.
Además, dado que las superficies de articulación de la bola y la copa se rozan entre
sí, el desgaste de estas superficies se minimiza mediante el uso de materiales muy
duros. El desgaste excesivo e irregular puede conducir a un cambio en la forma de
las superficies articuladas y provocar un mal funcionamiento de la prótesis. Además,
se generarán restos de partículas a medida que las superficies de articulación se
desgastan unas contra otras; La acumulación de estos desechos en los tejidos
circundantes también puede provocar inflamación.
Un requisito final para los materiales de implante es que no sean magnéticos [es
decir, no exhiban un comportamiento ferromagnético o ferrimagnético (Capítulo
20)]. Una herramienta de diagnóstico médico de uso frecuente es la espectroscopía
de resonancia magnética (IRM), un examen médico en el que el paciente está sujeto
a un campo magnético muy fuerte. La presencia de cualquier material
ferromagnético / ferrimagnético implantado en el paciente alterará el campo
magnético aplicado y hará que la espectroscopía de resonancia magnética sea
inutilizable. Además, las magnitudes de estos campos magnéticos son tales que se
pueden ejercer fuerzas significativas sobre cualquier material de implante
magnético, fuerzas que pueden aflojar el implante y / o dañar al paciente. Los
materiales ferromagnéticos que deben evitarse para las aplicaciones de implantes
incluyen algunas aleaciones ferrosas (es decir, aceros inoxidables ferríticos y
martensíticos) y aleaciones que tienen un alto contenido de níquel y / o cobalto.
Factores de riesgo
fermedad psiquiátrica.
Dentro de los elementos que reducen la vida útil de la prótesis están las proteínas.
Estos elementos en la superficie del material de revestimiento reducen la difusión
de oxígeno y causa corrosión. El hidrógeno es un inhibidor de la corrosión, sin
embargo, las bacterias absorben el hidrógeno en el implante, aumentando el nivel
del corrosión y deteriora material. Otro factor adicional es el pH, su valor en el cuerpo
humano está cercano de 7,0, pero este valor cambia por el desequilibrio en el
sistema biológico debido a enfermedades o infecciones, es un factor adicional que
contribuye a la corrosión.
· La corrosión uniforme.
· La corrosión intergranular.
· La corrosión galvánica.
Estos factores exigen implantes de mayor duración y una reducción en las tasas de
fracaso. La vida útil de los remplazos articulares está enfocado en hacer un gran
avance en el desarrollo de biomateriales para mejorar el desgaste y la corrosión
mediante el uso de nuevos materiales como la película propuesta de nitruro de
aluminio titanio (TiAlN). Este material ofrece la posibilidad de obtener una alta
resistencia al desgaste y poco porcentaje de partículas liberadas para reducir las
reacciones tisulares.
La opción más común para el reemplazo de rodilla por lo general, incluyen
aleaciones metálicas (acero inoxidable, de CoCr y TI), (Al2O3 cerámica, ZrO2),
polyetileno de peso molecular ultra-alto (UHMWPE), alúmina (Al2O3) o zirconia
(ZrO2).
FIJACIÓN DE LA PRÓTESIS
Las prótesis de cadera se unen a la parte superior del fémur mediante la inserción
del vástago en su interior y a la pelvis mediante la introducción del cotilo en ésta. La
implantación en el hueso de un elemento extraño que debe transmitir cargas hace
necesaria una fijación muy fuerte para evitar su movimiento y conseguir estabilidad
a largo plazo.
Se entiende que la prótesis está implantada de forma estable cuando se consiguen
las condiciones que hacen que la respuesta biológica del hueso permita la presencia
del vástago sin deteriorar de manera significativa sus propiedades biológicas y
mecánicas. Para que el implante tenga éxito se debe dar:
Estabilidad primaria: es la estabilidad inicial del implante, cuando el cirujano
lo introduce en el hueso. Cuando no la hay se producen micromovimientos
relativos en la interfase hueso vástago debido a la carga de unión fisiológica
que tiene lugar inmediatamente después de la intervención. Depende
fundamentalmente del diseño de la prótesis y de la técnica quirúrgica.
Estabilidad secundaria: se refiere a la estabilidad mecánica total que se
busca alcanzar en el largo plazo. Depende de los microdesplazamientos bajo
cargas fisiológicas, si están por encima de un cierto valor causan dolor
muscular y acaban provocando el aflojamiento. Es imposible que se obtenga
si no se mantienen al mínimo los micromovimientos tempranos en la
interfase, es decir, si no hay estabilidad primaria
Se puede lograr implantar la prótesis de forma estable mediante dos métodos de
fijación, que dividen a los implantes tratados en dos grandes grupos: prótesis
cementadas y prótesis no cementadas.
Vástago cementado
Se tiene vástago cementado cuando la unión del componente femoral al hueso se
consigue mediante la aplicación de cemento quirúrgico entre las superficies. Así, se
consigue una unión química. Para que esta unión sea más fuerte es importante un
buen acabado de la superficie del vástago.
Aunque en principio esta unión aporta un buen resultado, algunos estudios clínicos
muestran fallos en el largo plazo debido a microfisuras en la superficie de cemento,
originadas principalmente por defectos de éste o errores que han tenido lugar
durante la operación.
La zona más delicada en la fijación del vástago es la interfase y en esta forma de
unión se tienen dos: hueso-cemento y cemento-prótesis. Por tanto, hay más riesgo
de algún fallo en ellas. El mayor problema es que en los casos en los que se produce
aflojamiento, los esfuerzos en la interfase aumentan hasta casi 10 veces su valor
respecto al que se tiene cuando están pegadas totalmente las superficies.
A pesar de estos problemas se siguen utilizando este tipo de uniones gracias, entre
otras razones, a la mejora de los cementos quirúrgicos y a que la fabricación de las
prótesis en estos casos es más barata. Pero la principal razón de esto es la facilidad
de implantación: la técnica quirúrgica necesaria es más sencilla que para las
prótesis no cementadas.
Vástago cementado
Vástago no cementado
La fijación del implante a largo plazo sin la utilización de cemento se consigue
mediante mecanismos biológicos: el crecimiento del hueso fija el implante.
En el diseño de las prótesis no cementadas se trata de aumentar la superficie de
contacto entre el hueso y el recubrimiento. Cuanto mayor sea la irregularidad de la
superficie de la prótesis, mayor superficie de contacto existirá entre éste y el hueso
circundante, mejorando así su estabilidad secundaria. Por eso se fabrican vástagos
con superficies rugosas, la rugosidad es la irregularidad de la superficie a nivel
microscópico. Lo más común es el recubrimiento del vástago con superficies
porosas en ciertas zonas, para permitir el crecimiento óseo por invasión del hueso
a los poros, fijando así la prótesis.
En cuanto al diseño, hay diferentes variaciones dependiendo de la zona en la que
vaya a recaer el mayor peso del anclado. El anclado del vástago puede ser total o
estar limitado solo a una parte de éste y de esto depende la zona de extensión del
recubrimiento poroso.
Actualmente, lo más común es que las superficies irregulares estén extendidas solo
en la parte superior del vástago, la que está en contacto con la metáfisis del hueso.
Estas propiedades junto con la biocompatibilidad han hecho posible una gran
cantidad de aplicaciones médicas. Se utilizan en prótesis de cadera y rodilla,
tornillos para huesos, placas, implantes dentales, válvulas cardíacas, entre otros.
La aleación Ti-6Al-4V es la que más se utiliza en aplicaciones ortopédicas como
reemplazo de articulaciones completas. Está compuesta por 89-91% Ti, 5.5-6.5%
Al, 3.5-4.5% V y es una de las aleaciones de titanio de mejores propiedades
mecánicas.
Otras aleaciones como Ti-6Al-7Nb y Ti-5Al-2.5Fe también son comúnmente
utilizadas por su mayor templabilidad, que permite su implementación en piezas de
mayor tamaño. Con ellas se fabrican dispositivos como vástagos femorales de
cadera, placas, tornillos, varillas y clavos.
Por otra parte, la aleación Ni-Ti, que se conoce comercialmente como Nitinol, tiene
potencial para ser utilizada en aplicaciones biomédicas como implantes. Tiene un
44% Ti y 56% Ni y sus propiedades más destacables son su gran biocompatibilidad,
alta resistencia a la corrosión y propiedades de memoria de forma y superelasticidad
a temperatura ambiente.
Polímeros
Los polímeros son los biomateriales que brindan mayor versatilidad, resultan fáciles
de fabricar y se pueden presentar de formas muy distintas: fibras, tejidos, películas,
etc. Aunque poseen una resistencia considerablemente inferior a los metales y a las
cerámicas, su baja densidad, facilidad de moldeo y la posibilidad de modificarlos
para hacerlos más biocompatibles los hacen muy atractivos para aplicaciones
biomédicas.
La mayor ventaja de estos materiales es que es posible su absorción por parte del
sistema biológico. Esto significa que utilizándolos se puede evitar una segunda
intervención quirúrgica para retirarlos y que los productos resultantes de su
degradación en el cuerpo son eliminados con la actividad celular.
Su uso en prótesis que tengan que soportar una carga considerable está limitado
por su baja resistencia mecánica, pero su buena biocompatibilidad y moldeo les
hace una buena opción para las que no tengan estas exigencias.
Algunos ejemplos de polímeros sintéticos no degradables utilizados para
aplicaciones médicas se muestran en la siguiente tabla:
Propiedades de la alúmina
Zirconia
La zirconia es el nombre que recibe el dióxido de zirconio (ZrO2). La zirconia pura
no tiene prácticamente ninguna aplicación industrial. Esto se debe a su falta de
estabilidad, es un material polimorfo y experimenta una transformación desde una
estructura monoclínica a una tetragonal a 1170°C. Así, tiene un mal comportamiento
al choque térmico, ya que las transformaciones vienen acompañadas de una
expansión de volumen y, por tanto, a la generación de tensiones mecánicas que
llegan a producir rotura. Sin embargo, con la adición de óxidos como el CaO, MgO
e Y2O3, se estabiliza su estructura cúbica a temperatura ambiente.
En el caso de las prótesis de cadera, se utiliza zirconia para las cabezas cerámicas
de los implantes. Los tipos de zirconia utilizados son: parcialmente estabilizada
(PSZ) y tetragonal estabilizada en policristales (TZP).
Nitruro de silicio
El nitruro de silicio, de fórmula Si3N4, es un material cerámico con características
extraordinarias como material biológico por su buena combinación de propiedades.
Es el material dominante para los usos estructurales de la cerámica en ambientes
de alta tensión mecánica y térmica.
Además, posee una alta resistencia al desgaste. En comparación con otras
cerámicas, el nitruro de silicio tiene excelentes características como un material de
prótesis para la implantación. Sus propiedades son óptimas para su utilización en
implantes de columna vertebral y de base ortopédica.
23. SANTANA, D. C., PERAZA, D. B., NAVARRO, D. R., & CABALLERO, D. J. (2005).
Anatomía y biomecánica de rodilla y cadera. Las Palmas de Gran Canaria: Hospital
Universitario Insular de Gran Canaria.
24. Servicio de traumatología y cirugía ortopédica. (s.f.). Reemplazo total de cadera.
Obtenido de http://www.ripollydeprado.com/:
http://www.ripollydeprado.com/ver/reemplazo-total-de-cadera/
25. The Titanium Information Group (TIG). (s.f.). Titanium Alloys - Ti6Al7Nb Properties
26. and Applications. Obtenido de azom.com:
https://www.azom.com/properties.aspx?ArticleID=2064