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ANÁLISIS SOBRE LA EFECTIVIDAD DE LAS GARANTÍAS

CONSTITUCIONALES Y LEGALES QUE BRINDA EL ESTADO A LOS


MENORES EN BARRANQUILLA, PARA ERRADICAR EL TRABAJO INFANTIL.

POR:

PAULA LOZANO LARA

MARÍA LUISA TANUS CAMARGO

MAIRA ALEJANDRA GUERRERO DAZA

A:

JORGE MEJÍA TURIZO

UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS

PROGRAMA DERECHO

OCTAVO SEMESTRE

2019
ANÁLISIS SOBRE LA EFECTIVIDAD DE LAS GARANTÍAS
CONSTITUCIONALES Y LEGALES QUE BRINDA EL ESTADO A LOS
MENORES EN BARRANQUILLA, PARA ERRADICAR EL TRABAJO INFANTIL.
TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCION…………………………………………………………………………….4

MARCO TEORICO……………………………………………………………………………8
METODOLOGIA………………...……………………………………………………………12
CAPITULOS………………………………………………………………………………….15
CAPITULO 1: Una mirada al trabajo infantil: sus causas y efectos………………………….16
1.1 FACTOR ECONOMICO…………………………………………………………….16
1.1.1 POBREZA………………………………………………………………….16
1.1.2 DESEMPLEO………………...…………………………………………….16
1.2 FACTOR SOCIAL Y CULTURAL………………………………………………….17
1.3 FACTOR EDUCACIONAL………………………………………………………….17
2.CONSECUENCIAS……………………………………………………………………19
2.1BIOLOGICAS………………………………….…………..…………………………19
2.2EDUCACIONALES………………………………………...…………………..…….20
2.3SOCIALES……………………..….………………………………….……………….21
2.4 PSICOLOGICAS……………………………….…………………………………….22
CAPITULO 2: Normatividad Constitucional y legal del Trabajo infantil……....…………….23
3.1 NORMAS CONVENCIONALES Y CONSTITUCIONALES………...…………….23
3.2 POLITICAS PUBLICAS DEL TRABAJO ACERCA DEL TRABAJO INFANTIL EN EL
DISTRITO DE BRRANQUILLA ……………..………………………………………………25
3.3 NORMATIVIDA LEGAL ……………………………………………………….…..27
3.3.1 LEY 1098 de 2006…………………………………………………..………….27

4. REFERENCIAS .……………………………………………………………..………...29
INTRODUCCIÓN

El trabajo a que toma lugar esta investigación se refiere (OIT, 2002) a cualquier trabajo

desarrollado por personas de menos de 18 años, que es física, mental, social o moralmente

perjudicial o dañino para él, e interfiere en su escolarización: privándole de la oportunidad

de ir a la escuela; obligándole a abandonar prematuramente las aulas, o exigiendo que

intente combinar la asistencia a la escuela con largas jornadas de trabajo pesado.

El trabajo infantil se ha convertido en una problemática que aqueja al mundo entero y que

concentra esfuerzos de diferente índole para enfrentarlo. Este fenómeno ha sido objeto de

análisis por muchos años, dada la preocupación existente en torno a las implicaciones que

tiene no solo para el desarrollo individual de la población, sino también para el desarrollo

social y económico de cualquier país.

Cuando un niño, niña o adolescente incursiona a temprana edad al mercado laboral,

sustituye el tiempo que debería dedicar a su propio desarrollo físico e intelectual, para

someterse a relaciones de sumisión; de esta manera, el trabajo infantil se convierte en una

forma de exclusión social, en donde se exponen a las niñas, niños y adolescentes

trabajadores a riesgos físicos y psicológicos, que le imponen desventajas, falta de

oportunidades y limita sus capacidades al impedir su pleno desarrollo (ICBF, 2013). El

trabajo en menores se asocia a una disfuncionalidad en la que los niños asumen roles que

no les corresponden y que afectan su adecuado desarrollo, inmiscuyéndolos en condiciones

impropias para su edad y alejándolos del entorno escolar, familiar y social propios para su

evolución física y sicológica. Este fenómeno amenaza el bienestar generacional de la

sociedad, ya que reproduce la pobreza y es un detonante de la exclusión social.


Según un estudio realizado por la Personería Distrital de Barraquilla (2019), se evidenció

que, dentro de diferentes sectores de la ciudad, al menos 117 menores se encuentran

trabajando en distintos campos: un 52% se dedica a la venta de dulces en las calles, el 28%

a limpiar vidrios de carros, el 3% a cuidar vehículos y el 17% pide dinero; de las

“ganancias” que logran reunir los menores el 82% es destinado a arriendo y alimento, y el

15% los usan para ropa; lo más alarmante en estas estadísticas, es como el 68% de los

menores tiene una edad de 0 a 12 años y un 32% entre 12 y 16 años; otro de los aspectos

que se identificó fue la falta de acceso a la salud, donde el 89% de los menores no están

afiliados a un régimen de salud y en cuanto a la escolaridad, el 83% dijo no asistir a un

centro educativo, por último, sintetizó la personería que todo esto se propicia por la

situación económica de las familias, obligando al menor integrante de esta a salir a las

calles en “busca de su propio sustento”.

Al respecto, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (2019) expone, que, si los niños

y niñas realizan tareas o actividades a cambio de dinero, de alimentos básicos, o para

provecho de un adulto que les obliga a trabajar, lo que afecta su salud, su desarrollo físico y

psicológico y les impide ir a clases, estas actividades se consideran trabajo infantil. Es claro

que el trabajo infantil condena a los niños perder su libertad, a no tener infancia, a dejar de

lado sus estudios y esto resulta contraproducente, ya que genera un desarrollo y a la vez un

desgaste físico y mental. En tales condiciones, los niños tienen una alta propensión a

contraer enfermedades, dolencias y por su corta edad estos no son conscientes de los riegos

que atraviesan.

Ahora bien una de las razones más comunes para que los niños y niñas cambien la escuela

por el trabajo, es el alto índice de pobreza y exclusión que afecta a miles de familias, y
Colombia no es la excepción, es un país que reporta altos índices de la primera y, por lo

tanto, de menores trabajadores, vemos así como se infantiliza la pobreza, debido a que le es

preferente a las personas comprar los productos que consumen a un niño antes que a un

adulto, creando una percepción en el menor, de manera equivocada, que el mundo laboral

trae más ventajas que el escolar. El ritmo de la erradicación del trabajo infantil se acelera

cuando las estrategias abren oportunidades para la gente pobre (Wood,2003), es decir, a

medida que el Gobierno empieza a generar políticas públicas en relación a disminución de

la pobreza, el trabajo infantil se ve disminuido también, se habla entonces de una relación

directamente proporcional. Asimismo, el trabajo infantil, es un fenómeno inmerso en la

población barranquillera, lo que conlleva a situarlo como un tema de gran sensibilidad,

puesto que su campo de acción recae en detrimento de uno de los grupos más vulnerables:

los niños, las niñas y adolescentes; siendo esto una problemática muy trascendental.

Existen profundas causas que impulsan al trabajo infantil, todas como síntomas de la

pobreza; se debe aclarar en la distinción entre ayudar en la casa a los padres como una

colaboración familiar válida y el trabajo infantil, donde los niños pueden ser objeto de

extrema explotación en términos de largas horas de trabajo a cambio de salarios

extremadamente bajos, incluso donde las condiciones en las cuales trabajan pueden ser

particularmente severas convirtiéndose en un ambiente que no estimula el desarrollo físico

y mental el menor.

Al figurar, un menor, como pieza fundamental de sustento dentro de un hogar debido a las

condiciones económicas deplorables, el trabajo infantil se configura como uno de los

principales obstáculos en la educación de los niños, puesto que priva la capacidad de los

niños de asistir a las escuelas, resultando generalmente el abandono del establecimiento


educativo o si por el contrario permanecen en él, su rendimiento no es el mejor; ya que

acompañan a sus padres en sus trabajos y terminan adquiriendo competencias que los van a

condenar a ellos y a nuestro país a un círculo de trabajos improductivos, de baja

remuneración, donde el sueño de una educación para el desarrollo se deshace.

En la sociedad se ha instalado el imaginario que establece que la realización de actividades

laborales desde temprana edad, le posibilita al ser humano mejorar, o refinar, el sentido de

la responsabilidad y desarrollar habilidades y competencias que le servirán para

desenvolverse mejor en la vida. De ahí la tendencia a ver el trabajo infantil como algo

natural, y en ese escenario los adultos se aprovechan de esa aceptación y emplean a niños y

niñas porque saben que son más rentables y despiertan mayor sensibilidad en las personas

(Toro, 2013)

Se trata de un asunto que le compete a toda la sociedad y solo puede encontrar una salida

asertiva en la medida en que se interiorice la premisa de que adquirir los productos y

servicios que ofrecen los menores solo ayuda a mantener la problemática, pues al fin de

cuentas si el trabajo infantil no tiene rentabilidad, éste está destinado a desaparecer. En este

punto podemos observar la grave dimensión de este problema, el cual a lo largo de la

historia, el papel del legislador en la creación e implementación de políticas para

erradicarlo ha sido ardua, para efectos metodológicos analizaremos qué tan efectivas han

sido dichas normas al enfrentarlas con la realidad social; siendo importante tener en cuenta

que de un conjunto de normas, por sí sola no se puede reducir el trabajo infantil, ya que

predomina otros factores, sin embargo, también es imposible eliminarlo sin contar con una

legislación adecuada y eficaz. En últimas, un marco jurídico sólido puede contribuir en

gran medida a los esfuerzos por combatir el trabajo infantil en nuestra población. Al hablar
de combatir no se refiere a una mejor legislación o mejores condiciones laborales o

salariales, sino a la abolición del trabajo infantil, dado a que el único propósito de los niños

debe ser estudiar.

 La intención de esta propuesta es estudiar el fenómeno del trabajo infantil, para, con ello,

determinar si hay o no ineficacia de las garantías legales y constitucionales que les brindan

a los menores, y además resaltar aquellos factores que inciden a entorpecer aquel ambiente

propicio y sano que deben gozar para el desarrollo y consolidación de su futuro. A lo largo

de este trabajo, el lector podrá encontrar un análisis con respecto a la protección

constitucional y legal de los menores implicados en el trabajo infantil.

  Todo el panorama mencionado hasta el momento permite formular el siguiente

interrogante problemático, que será objeto de desarrollo a lo largo de esta investigación:

¿Qué tan efectiva ha sido la aplicación de las garantías legales y constitucionales que brinda

el estado a los menores, en Barranquilla, para erradicar el trabajo infantil?; dicha pregunta

problema será abordada desde el objetivo general de: analizar la efectividad de las

garantías legales y constitucionales que brinda el estado a los menores, en Barranquilla,

para erradicar el trabajo infantil; guiado bajo la directriz de unos objetivos específicos los

cuales serán: el indicar las causas del trabajo infantil, identificar las consecuencias del

trabajo en menores, determinar las garantías jurídicas de los niños trabajadores, tanto

legales como constitucionales y por ultimo demostrar la eficacia o ineficacia de estas

garantías jurídicas.
MARCO TEÓRICO

El trabajo infantil siendo una de las formas de maltrato más comunes dentro de las muchas

que atentan contra los derechos de los menores, constituye un tema de extrema sensibilidad

y alto impacto social, por tanto, para el cabal entendimiento de su composición se mostrará

los diferentes factores que integran dicho término, consecuente a esto se hará mención al

término ‘’infante’’ que designa a aquel niño que se encuentra dentro de la etapa de infancia,

comprendida entre los 0 a 12 años.

En primer lugar (Moncada, 2006) se considera como trabajo infantil toda actividad

económica realizada por los niños y niñas que los priva de su infancia, su potencial y su

dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico, mental, social, moral e interfiere en

su escolaridad. Luego entonces, no toda actividad realizada por niños debe considerarse

como trabajo infantil que se ha de eliminar. La participación de los niños y adolescentes en

tareas que no atentan contra su salud y su desarrollo personal, ni interfieren con su

escolarización se considera positiva.

Por lo general, (Fedelman,1997) el trabajo infantil constituye una amenaza a la salud de los

niños y las niñas, que se ve agravada cuando el tipo de inserción laboral acontece en

situaciones peligrosas, tales como el trabajo en minas, el manejo de pesticidas o en

regímenes de trabajo casi esclavo. Más concretamente, esta forma de trabajo infantil se
realiza en un entorno laboral peligroso o insalubre cuyas deficiencias de seguridad y salud

podrían causar la muerte, lesiones o enfermedades al niño. Cabe señalar que algunas de

estas lesiones pueden ocasionar una discapacidad permanente, mala salud o daño

psicológico y que los problemas de salud ocasionados por el trabajo en la infancia no

suelen desencadenarse o manifestarse hasta la edad adulta del niño.

Por otra parte, es importante señalar que, en la legislación colombiana, más

específicamente en el Código de Infancia y Adolescencia, solo es trabajo infantil aquellas

actividades realizadas por infantes menores de 15 años destinados a la producción de algo,

sean remunerados o no. Excepcionalmente los niños y niñas que tengan menos de esta edad

podrán ser autorizados para desempeñar actividades remuneradas en el ámbito cultural,

recreativo, artístico y deportivo. Por ejemplo, niños que practican disciplinas deportivas.

Ahora bien, el fenómeno del trabajo infantil es el resultado de la conjugación de diversos

factores propios de las condiciones de vida de las personas directamente involucradas, pero

también de factores contextuales, estos son de orden cultural, económico y social. El factor

cultural se refiere tanto a las costumbres y tradiciones locales, como a la función formativa

del trabajo. Un estudio realizado por CEPAL, UNICEF y SECIB (2001), señala que en

ciertos sectores de la población latinoamericana existe una percepción positiva del trabajo

infantil como mecanismo de preparación de los menores para la vida adulta. Estas creencias

justifican la incorporación de las niñas y los niños al trabajo a edades tempranas, donde se

recalca, la importancia del “aprendiz” en el conocimiento del trabajo y la importancia de las

hijas y los hijos como mano de obra de la familia, es así como los niños son considerados

parte activa de la sociedad y de la economía familiar y desde pequeños cumplen un rol en la

comunidad.
Paralelamente a esto, tenemos el factor económico, donde se encuentra la distribución tan

inequitativa y desigual de la riqueza y del ingreso. Es así como la pobreza del hogar,

especialmente en los hogares más numerosos contribuyen al aumento del trabajo infantil,

diversos autores como Flórez y Méndez (1995), expresan que el trabajo de los niños y

jóvenes de estratos socioeconómicos bajos se ha caracterizado por ser mano de obra barata

y está relacionado con las familias que ven en el niño, un recurso adicional para la

obtención de ingresos. Esto no quiere decir que en donde hay altos ingresos no hay niños

trabajadores, sino que se reduce notablemente la probabilidad de que ellos tengan que salir

a buscar faltantes de ingresos. Dicho lo anterior, es allí donde la legislación nacional juega

su papel de garante, ya que es necesaria su intervención a través de planes, estrategias,

políticas, entre otras; que sirvan efectivamente para acercar a los menores a las escuelas. De

lo contrario, las necesidades socioeconómicas conllevan que los padres deban tener

trabajando a sus hijos para poder incrementar sus ingresos, la ley será incapaz de hacerse

respetar, es decir, lo ideal sería que estas políticas desarrollaran de manera integral el nivel

y la calidad de vida de estas familias, consecuente a esto, los niños no tendrían que salir a

trabajar.

Asimismo, en la declaración de Cartagena de Indias sobre la erradicación del trabajo

infantil (1997) se expresa que la poca concordancia entre las políticas sociales y

económicas, la desigualdad para el acceso a los servicios sociales básicos, la baja calidad y

los costos de la educación básica, la conformación numerosa de familias pobres, la

concepción del trabajo infantil como medio de producción económica y el supuesto de que

los niños, niñas y jóvenes son irreemplazables en algunas actividades por su supuesta

destreza, constituyen también las causas del trabajo infantil.


Pero además de las causas, se tiene que mencionar cuáles son sus consecuencias y cómo las

han definido algunas autoridades en el tema. La actividad laboral a temprana edad incide

negativamente en el desarrollo físico, mental, educativo y social de los niños y las niñas, así

como en el desarrollo de la comunidad en su conjunto. En algunos casos, estas

consecuencias negativas pueden verse rápidamente, pero en otros, estas actúan lenta y

silenciosamente. Algunas de ellas son: las secuelas físicas, porque los empleadores pocas

veces les brindan un trato digno, debido a largas y extenuantes jornadas, posiciones del

cuerpo rígidas y monótonas, y mala alimentación, muchos niños y niñas sufren deterioro en

su salud. Su vulnerabilidad física es más alta porque todavía están en etapa de crecimiento,

su cuerpo no está completamente desarrollado.

Otra de las cuestiones que más ha llamado la atención de los investigadores del trabajo

infantil es el impacto que el trabajo tiene sobre la salud de los menores. La literatura en este

sentido plantea que los niños son mucho más vulnerables que los adultos a los factores de

riesgo debido a que se encuentran en etapa de desarrollo físico y psicológico, además de

que son más propensos a ser explotados en largas jornadas laborales con salarios bajos. En

esta dirección, Satyanararayanan, Krishna & Rao (1986) encuentran que los niños que

trabajan presentan déficit en el crecimiento en relación con los que asisten a la escuela para

el área rural de India; French (2010) empleando un estudio de caso en Brasil sugiere que el

trabajo en la fábrica de zapatos afecta la salud de los niños.

Por último, es válido mencionar que el ingresar al mundo laboral a temprana edad, hace que

el niño o la niña se relacionen con personas que no pertenecen a su grupo de pares, lo que

involucra un efecto en la socialización del menor y en su proceso de construcción de

identidad.
METODOLOGÍA

Este proyecto se cataloga como un tipo de investigación socio jurídica, a razón de que en

ella se decidió por una visión social y jurídica a la vez, en el que se evidencia un contraste

entre el derecho positivo, tal como existe en los códigos, convenios, entre otros, y el

derecho como opera en la práctica diaria, cómo afecta y conviene a las personas que son

sujetos de este mismo. Así entonces, dentro del marco de la investigación se exponen

aquellas garantías que les han sido brindadas a los menores sumergidos en el trabajo

infantil para demostrar qué tan eficaces han sido estas últimas. Cabe resaltar que no se

enfatizó en una norma, ley o código, sino que se trató de hacer una visión amplia, y no

limitada, tanto de las normas nacionales como de las internacionales, relacionadas con el

tema a tratar.

Todo lo anterior permite focalizar esta investigación como socio-jurídica debido a que

cumple con cuatro criterios: el primero es que existe una relación entre la norma jurídica y

un hecho social, el segundo criterio requiere que el hecho social produzca una consecuencia

jurídica relevante; el tercero, necesita que la norma jurídica en sus efectos produzca un

impacto en la sociedad o en un grupo determinado en términos de cambio positivo o

negativo; y el cuarto, estriba en que los tres criterios anteriores se puedan valorar en un

punto de quiebre, es decir que puede ser valorado según su eficacia, observar una

materialización entre los supuestos fácticos de las normas y la resonancia fáctica que devela

la sociedad, es decir, que el hecho social represente una afectación a la sociedad y que la

norma jurídica ayude a mitigar esta afectación.

Por otra parte, el enfoque que tendrá el proyecto será cualitativo partiendo del hecho de que

en el trabajo podemos observar cómo se analizan diversas teorías, se puede deducir el


enfoque de esta investigación, la cual se destaca por tener una visión cualitativa, es decir,

desarrollamos conceptos partiendo de teorías de otros autores que ya han investigado sobre

el tema. De igual manera, se considera cualitativo debido a que a lo largo de esta

investigación se trata de tomar tanto las garantías nacionales, todo de la Constitución

Política, Código de Infancia y Adolescencia, entre otros, como los garantes internacionales

que brindan los defensores de los derechos humanos, en este caso los del niño trabajador,

entre los cuales se pueden ver convenios, que están ratificados por Colombia y vigentes en

la actualidad.

A su vez la estructura y el contenido del proyecto de investigación se abordara a través de

dos métodos de investigación, el primero es la investigación teórica-analítica bajo el

fundamento teóricamente se estudiará la legislación, autores, jurisprudencia y doctrina en

torno al impacto del trabajo infantil en la sociedad, partiendo de temáticas generales, por

cuanto hasta el momento no se ha identificado ningún estudio teórico que aborde dichas

implicaciones, de forma sistemática y conjunta, pero si por separado. Y analítica porque se

analizará las consecuencias e incidencias de este fenómeno y de las garantías que brinda el

Estado a los menores trabajadores. Y el segundo corresponde a la investigación

explicativa, debido a que se tuvo como objetivo analizar, identificar e indicar, las distintas

causas y los efectos del trabajo infantil, por lo tanto, se pretende conducir al lector a un

sentido de comprensión y entendimiento del fenómeno a tratar, con esto, se puede deducir

que la investigación es explicativa, es decir, busca establecer conclusiones y explicaciones,

que vengan a enriquecer las distintas teorías, que poseen los diferentes fenómenos. Así

bien, si se busca una conclusión o una explicación de todo este fenómeno, se puede

observar el desarrollo legislativo que Colombia ha obtenido en materia de prevención y

erradicación de trabajo infantil, el cual destaca un decidido impulso desde la década de los
90, que contrasta con el tímido desarrollo obtenido con anterioridad. Sin lugar a dudas, la

vigorización del marco jurídico nacional fue posible, entre otras cosas, al trabajo articulado

entre los organismos internacionales y las organizaciones de gobierno, de empleadores y de

trabajadores.

Por último, la técnica de recolección será por medio de la recopilación documental,

comprendida por fichas bibliográficas, textuales, jurisprudenciales, entre otros medios.

Asimismo, se hace uso de entrevistas por escrito realizadas con anterioridad, tal y como la

desarrollada al personero distrital de Barranquilla, Jaime Sanjuán, de la cual se logrará

inferir lo que el trabajo infantil involucra.

CAPÍTULO PRIMERO

GENERALIDADES DEL TRABAJO INFANTIL

Una mirada al trabajo infantil: causas y consecuencias.

El trabajo infantil, expresado en cualquiera de sus formas y con sus distintas

implicaciones efectos en la sociedad, la economía, en la cultura, etc., implican una

limitación en el pleno desarrollo intelectual, afectivo y social del menor. Siendo así, en

una sociedad que se supone en desarrollo, humana, democrática y con leyes basadas en el

interés superior de niños, niñas y adolescentes, el trabajo infantil es una situación que

contraviene todo principio, toda vez que si se tiene en cuenta que sin su erradicación se

contribuye al detrimento de una generación que debe garantizar el futuro de una sociedad.

Algunos autores consideran que el trabajo infantil no es un síntoma con diferentes causas

sino, un problema sumamente profundo denominado desigualdad social, lo importante de

comprender, es que el trabajo infantil, es a su vez la causa de muchos otros problemas

sociales, económicos, políticos y culturales, que la sociedad tendrá que asumir y enfrentar

de alguna manera. Al igual que en el resto del mundo, en Colombia el trabajo infantil
tiene múltiples causas, entre las que destacan la pobreza, la violencia intrafamiliar, los

patrones culturales, la permisividad social, la falta de oportunidades y la falta de

cobertura, calidad y cumplimiento de la obligatoriedad de la educación por parte del

Estado.

Ante ese panorama, los gobiernos de los países, con la colaboración de organismos

Internacionales, la cooperación bilateral y diferentes organizaciones de la sociedad civil,

han formulado planes/estrategias de reactivación económica y mejoramiento

social/reducción de la pobreza. Sin embargo, el tema del trabajo infantil es un gran

ausente en las mismas. Además, el énfasis se ha puesto en la formulación de esos

planes/estrategias y ha habido pocos avances en su implementación.

A continuación, se presentarán las principales causas, determinadas por distintos factores,

y a su vez, serán enunciados los efectos o consecuencias que surgen del impacto de las

primeras, es decir, de las causas y materializan la problemática en sí. Fruto de la

investigación realizada, fue pertinente clasificar las causas a través de factores, para

facilitar la comprensión y el desarrollo de la lectura.

1.1. FACTOR ECONÓMICO

La tasa de dependencia económica (número de personas a las que hay que sostener) puede

ejercer presión sobre los miembros económicamente activos de una familia; éstos deben

laborar más horas para lograr un ingreso mayor. Es en este caso cuando se produce la

vinculación de niños/as y jóvenes al trabajo, ya sea realizando actividades remuneradas o

gratuitas como en el sector doméstico que facilita el ingreso de otros adultos de la familia al

mercado de trabajo.

A partir de este factor se desprenden tres causas: pobreza, desempleo y la migración.

1.1.1. Pobreza
Esta causa debe entenderse como un fenómeno social, político y económico que nunca se

produce debido a la falta de un solo elemento, es consecuencia de múltiples factores, que,

relacionados entre sí, se definen como la falta de lo necesario para asegurar el bienestar

material, como alimentación, vivienda, educación, tierras, salud, vestido, para citar solo

algunos. Es válido resaltar que, por más que un hogar sea pobre, no necesariamente los

menores tienen que trabajar, esta causa hace referencia a aquellos hogares pobres y con un

número de hijos elevado.

De lo anterior la pobreza entraña una carencia de muchos recursos que da lugar al hambre y

a privaciones físicas, emocionales, culturales, psicológicas, afectivas; es decir, no es solo

cuestión de experimentar privaciones económicas, por lo general las familias que la sufren,

suelen tener más número de hijos e hijas, lo que también se ha logrado identificar como un

factor determinante para el ingreso de los mismos al campo laboral.

En ese sentido, el problema central de la pobreza como causa del trabajo infantil es que

forma un círculo vicioso difícil de romper, y se presenta cuando el Estado no asume la

responsabilidad de cuidar a sus niños, niñas y jóvenes, cuando no se destinan los recursos

suficientes para hacerlo, y las entidades encargadas de vigilancia y control son muy poco

eficaces y efectivas en relación al cumplimiento de sus funciones.

Lo anterior es una visión general a largo plazo que el Estado, la sociedad y por ende las

familias no logran visualizar, de tal manera que, tratan de asegurar los pocos ingresos que

cada miembro aporta para su sobrevivencia y dejan de considerar el daño que esto

representa, especialmente para sus hijos e hijas, quienes pierden la oportunidad de recibir

educación, socializar y fortalecer así su personalidad; cabe mencionar que el Estado ha sido

constituido para ser garante de estas condiciones para todas las personas.

1.1.2. Desempleo
La falta de oportunidades de formación superior y la escasez de ingresos para los padres o

adultos encargados de los menores han disparado el trabajo infantil. El trabajo infantil

predomina sobre todo en las familias más vulnerables, aquellas cuyos ingresos son tan

limitados que dejan un margen muy pequeño para las eventualidades como: lesiones o

enfermedades de un miembro, en muchos casos estas familias tienen pocos ingresos y están

endeudadas, lo que es una amenaza y causa fundamentalmente relacionada con el trabajo

infantil en condiciones peligrosas.

1.2. FACTOR SOCIAL Y CULTURAL

Este factor gira entorno a la reiteración de comportamientos de un grupo vicioso conformado

por padres, empleadores e incluso los consumidores, al socialmente ver a los niños como una

figura productiva y llamativa al realizar actividades laborales.

Es así, como Según (Ryder, 2013) manifiesta que las manos de los niños son muy valiosas

para determinados montajes de los productos que se ofrecen y que llevamos en los bolsillos

como consumidores por factores culturales como la compasión, lastima entre otros. Si

reincidimos en la costumbre de apoyar a los niños en su papel laboral, lo que se hace es

fortalecer con ello a que los menores sean vistos desde una noción de mano de obra barata,

como también una fuente de ingreso por sus padres.

Es indudable como constitucionalmente un niño es visto como un individuo con garantías,

sin embargo, la sociedad culturalmente realiza usos reiterativos que van en contra de la

erradicación de los menores en actividades laborales o comerciales, debido a los beneficios y

ganancias que se deprenden de dichas actividades con el protagónico de un menor.

Todo lo anterior es una causa que lastimosamente se evidencia en la comunidad y por ello si

se variaran dichas concepciones como el mejorar la perspectiva y mayor oferta de empleo

para los adultos, no incidir como consumidores en comportamientos que terminen por
retribuir una tarea laboral de un niño y en general, buscar que dejen de ser vistos como

desprotegidos, dóciles y fácil de usar por sus familias o baratos en el uso de ellos, al no poder

reclamar sus derecho; se lograra vincular a un menor como una figura llena de garantías y

con connotación especial al no existir tales comportamientos.

1.3. FACTOR EDUCACIONAL

La educación es el procedimiento ideal y óptimo para lograr el desarrollo personal, social y

romper el círculo de la pobreza entre otros (Pedraza, 2005), pero el precio de la inversión

educativa suele ser muy elevado, la educación básica no es gratuita y no siempre está al

alcance de todos los niños. Siendo así, en situaciones donde la educación no es asequible o

donde los padres no atribuyen valor alguno a la educación, las familias mandan a los niños

a trabajar, en lugar de mandarlos a la escuela. A raíz de ello, son víctimas de la explotación

del trabajo infantil.

Se habla de un círculo en relación a esa cadena existente en torno a la pobreza, pues a

menores oportunidades de formación escolar menores oportunidades de un trabajo

calificado que garantice un salario decente.

Por otro lado, la temprana vinculación de un niño al mercado laboral trae consigo

consecuencias que afectan su bienestar actual y futuro, toda vez que el menor no ha

alcanzado aún la madurez física y emocionalmente necesaria para enfrentarse a los riesgos

que realizar actividades laborales implica. Según la OIT (2003) en su manual para

Inspectores Combatiendo las peores formas del trabajo infantil, todo trabajo infantil

produce consecuencias mediatas o inmediatas, estas pueden ser biológicas, educacionales,

sociales y psicológicas.

2. CONSECUENCIAS DEL TRABAJO INFANTIL


Las consecuencias que el trabajo infantil despliega sobre el bienestar integral de los niños

se abordan como un fenómeno complejo, dado que sus implicaciones transcienden no solo

en el bienestar físico del menor sino además en la escolaridad, el desarrollo psico-social, y

su interacción con la realidad. A continuación, se explicará en detalle como la vinculación

temprana del niño o joven al mercado laboral podría tener estas implicaciones ya

mencionadas.

2.1 BIOLÓGICAS

El trabajo infantil incide negativamente en la salud de los niños tanto a corto como a largo

plazo, esto, debido a que el menor realiza esta actividad en la etapa de su desarrollo físico y

emocional, y acompañado del hecho de que, desenvolverse en ambientes laborales de alto

riesgo y el manejo de herramientas no aptas, suponen para el menor un esfuerzo excesivo

que se contrapone al progreso propio de su edad. Al respecto Roseti & Saturaba (2007)

argumentan que muchos de los riesgos del trabajo infantil son más propensos a

desencadenarse en la adultez sobre todo en aquellos que tienen como fuente la exposición a

pesticidas, químicos, polvos y agentes cancerígenos, desarrollando problemas bronquiales,

canceres, entre otras enfermedades.

En relación con esta misma área del desarrollo, la OIT apunta que: Los niños trabajadores

son mucho más vulnerables que los adultos porque sus cuerpos todavía están creciendo y

no están formados completamente. Tienen una salud física deficiente porque el trabajo que

ejercen los expone a los riesgos de las enfermedades y los accidentes. Los efectos pueden

ser inmediatos, como, por ejemplo, una quemadura o un corte, o pueden tener
consecuencias que duran toda la vida, como sufrir alguna enfermedad respiratoria o

contraer el SIDA.

Por último, en el Estado Mundial de la Infancia ( 1997), se hace referencia a que el daño

físico es el más fácil de percibir por cuanto el traslado de pesadas cargas o el tener que

adoptar posiciones incómodas por largos períodos de tiempo, podrían "originar

discapacidades permanentes en el organismo infantil en pleno desarrollo" (p.25). Se agrega

que si los niños, niñas y adolescentes desempeñan tareas que requieren de gran esfuerzo

físico por largo tiempo, se verá afectada la talla hasta en un 30% de su potencial biológico.

Esto por cuanto gastan la energía que debería "durarles hasta la edad adulta".

2.2 EDUCACIONALES

A menudo se considera en la comunidad académica, que la afectación al proceso

educacional es la consecuencia de mayor trascendencia en el trabajo infantil. En este

sentido la OIT apunta que: El trabajo infantil es un obstáculo tanto para el desarrollo

infantil como para oportunidades futuras. Todos los niños, sin excepción de raza o

condición social y económica, tienen derecho a gozar sus años de infancia y desarrollarse

plenamente y naturalmente. Todos tienen el derecho al amor, la educación y la protección.

Conocer y entender estos derechos es el primer paso para prevenir el trabajo infantil y

ofrecer a los niños una educación para que su futuro sea mejor. Entonces bien, la

simultaneidad en la que el menor realiza la actividad laboral y su desarrollo estudiantil,

impide que este último sea eficaz y eficiente. Asimismo, las condiciones económicas, que

se constituyen como una de las principales causas del desenvolvimiento temprano de los

niños en el mercado laboral, afirma Jacob (1994) hacen necesario que paulatinamente estos

dejen de asistir a la escuela.


Por otra parte, la deserción escolar a causa del trabajo significa también que el niño deje de

adquirir habilidades cognitivas, lo que acaba por perpetuar el círculo de la pobreza. No solo

afecta la posibilidad de ascenso social hacia puestos laborales de mayor remuneración sino

que los patrones de conducta social permanecen inalterables y se seguirá viendo el trabajo

infantil como normal e inevitable.

2.3 SOCIALES

El trabajo infantil incrementa las desigualdades sociales. Como ya se ha expresado en

reiteradas ocasiones, la actividad laboral en menores es vista como una necesidad en las

poblaciones de condiciones más deplorables. Un niño que trabaja adquiere menos

educación debido a su trabajo, lo que genera que crezca para ser pobre en la adultez, y

como adulto pobre enviara a sus niños al mercado laboral, perpetuando de esta manera el

ciclo de la pobreza, mientras que, en el caso de los empleadores que se benefician de la

mano de obra de un menor a lo sumo incrementan sus bienes económicos.

2.4 PSICOLÓGICAS

La infancia es considerada como la etapa de mayor importancia para el desarrollo del ser

humano. En este periodo de tiempo el niño realiza su interacción con el entorno, lo que le

permite crear representaciones mentales y significados necesarios para poder construir una

percepción propia de la realidad, es importante debido a que es precisamente esa

interacción lo que permite desarrollar su potencial humano, potencial que podría verse

afectado por la obligación temprana que adquiere un menor trabajador de desenvolverse en

el mercado laboral. Además de que la interacción en ambientes laborales inadecuados para


la edad de un niño, puede generar problemas con la autoestima, sentimientos de falta de

afecto y pertenencia.

Paralelamente a esto, como ha sido mencionado con anterioridad en el transcurso de este

trabajo de investigación, una de las principales causas del trabajo infantil, es que este se

instituye como una fuente de ingreso económico en los núcleos familiares más vulnerables,

por lo que los padres respondiendo a los patrones culturales, insertan a los menores desde

temprana edad en labores que podrían conllevar a la explotación y el abuso. Esta dinámica

podría incidir negativamente en el desarrollo de los vínculos afectivos entre los miembros

de la familia y por consiguiente en el deterioro del auto concepto, autoestima, autonomía,

independencia del menor y fortalecer además el pensamiento de no ser queridos, aceptados

y valorados, razón por la que no merecen ser protegidos.

Al respecto el Estado Mundial de la Infancia (1997), establece que cuando el menor

trabajador no tiene tiempo de calidad con sus familiares, conlleva a que no se desarrolle

como corresponde el sentido de pertenencia e identidad grupal, la actitud de cooperación y

colaboración para con los otros y la incorporación de límites y normas que les permitan

tener claridad acerca de qué puede realizar y que no dentro de la sociedad. Asimismo, las

actividades recreativas propias de la niñez son abandonadas por el trabajo, y

consecuentemente, los niños se ven presionados a llevar una vida adulta sin estar

preparados para ello.


CAPITULO SEGUNDO:

NORMATIVIDAD CONSTITUCIONAL Y LEGAL DEL TRABAJO

INFANTIL.

3.1. NORMAS CONVENCIONALES Y CONSTITUCIONALES

Para garantizar los derechos de las niñas, niños y adolescentes en Colombia se dispone de

un marco normativo que los ubica como sujetos titulares de derechos. Desde el punto de

vista legal cuentan con una protección integral y su estatus de protección los considera

como principal, prevalente y superior. Las normas que se estudiarán a continuación son

útiles para la intervención preventiva o reactiva del problema del trabajo infantil,

englobando este, en una visión tanto nacional como internacional.

En este sentido, este nivel de protección integral es un hecho relevante para Colombia al ser

un Estado social de derecho; en él, los derechos de los menores y adolescentes se

encuentran expresamente señalados en la Constitución Política. Es así como, en su artículo

44 se cataloga los derechos fundamentales, asimismo se evidencia su protección y garantía,

al establecer que serán protegidos contra toda forma de abandono, violencia física o moral,

secuestro, venta, violencia sexual, explotación laboral o económica y trabajos peligrosos.

En relación con este punto, la Corte Constitucional (Sentencia C 325/2000) ha señalado

que, a través del artículo constitucional en mención, se ve la clara intención del

constituyente de proveer las condiciones jurídicas que garanticen el mejor desarrollo físico,

moral e intelectual de los niños y los jóvenes colombianos, para lo cual la carta ha

determinado que dichas condiciones se revisten de la categoría de derechos fundamentales

de los menores. En este contexto, el trabajo infantil que se oponga al proceso de educación

del menor y a sus derechos de acceso a la cultura, a la recreación y a la práctica del deporte,

deben ser proscritos por la ley.


Por otra parte, el artículo 45 de la Constitución Política de Colombia, refiere que el

adolescente tiene derecho a la protección y a la formación integral, disposición

constitucional que se encuentra ratificada además, por lo dispuesto en el artículo 93 de la

constitución que hace alusión a los tratados y convenios internacionales, dicha ratificación

se debe a que esta población se considera de especial interés y atención e integrando está

protección en materia internacional, a través del llamado “bloque de constitucionalidad”, se

ratifica la Convención Internacional de los Derechos del Niño (1989), a través de la Ley 12

de 1991 en su Artículo 32, el cual hace alusión específica a la protección frente a la

explotación económica. En general, la ley permite percibir otra dimensión del concepto de

infancia, es decir, ya no son simples objetos de protección, sino que a través de la

legislación se llega a establecer que los niños y niñas son personas titulares de derechos, en

proceso de desarrollo de su personalidad y por eso deben recibir la protección apropiada.

3.2. POLITICAS PÚBLICAS DEL TRABAJO ACERCA DEL TRABAJO

INFANTIL EN EL DISTRITO DE BARRANQUILLA

Al ser la Política, un instrumento, esta busca aportarle al país, a las distintas entidades y

niveles de gobierno: elementos sobre los cuales puedan forjar las bases sociales,

económicas e institucionales que se requieren para construir un país como lo merecen todos

y cada una de nuestras niñas, niños y adolescentes. Es así como en el Distrito de

Barranquilla en el trascurso de distintos mandatos, ha implementado programas para con

ello logran el objetivo mencionado; es así como encontramos: en el plan de desarrollo

implementado por la alcaldesa Elsa Noguera, mandataria correspondiente a los años 2012 a

2015 en Barranquilla se implementaron las siguientes políticas públicas:


1. PROGRAMA TRABAJANDO POR LOS NIÑOS: programa establecido en

concordancia con los dispuesto por la ley 1098 del 2006, y cuyo objetivo principal

fue garantizar a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, el desarrollo integral

basado en la protección, defensa y restitución de los derechos fundamentales y la

erradicación del trabajo a temprana edad.

2. CONSEJO DE JUVENTUD: Este programa fue adoptado en cumplimiento de la

ley 375 de 1997, se implementaron mediante él las denominadas casas de juventud

que pretendían adelantar acciones para avanzar en el emprendimiento, el fomento a

la innovación y la generación de ingresos, para de esta manera disminuir el trabajo

infantil.

3. PROYECTO ERRADICACION Y PREVENCION DE LA EXPLOTACION

LABORAL Y SEXUAL DE LOS NIÑOS, NIÑAS, Y ADOLESCENTES EN

LA CIUDAD DE BARRANQUILLA: Este proyecto buscaba garantizar la

rehabilitación e integración de los niños, niñas y adolescentes explotados laboral y

sexualmente a través de un modelo de atención integral en el cual se fortalecerían

los vínculos familiares existentes, y la generación de nuevas condiciones que

posibiliten su reinserción a la sociedad.

Para llevar a cabo estos proyectos se designaron como organizamos responsables a la

secretaria de gestión social, secretaria de salud, secretaria de gobierno, ICBF, secretaria de

recreación y deportes, y la oficina de participación ciudadana y secretaria de cultura.

Siguiendo lo cimentado por la mandataria anterior, dentro del plan de desarrollo

“Barranquilla: Capital de Vida” implementado por el alcalde Alejandro Char Chaljub,


mandatario en los años 2026-2019, en aras de fomentar la protección de la niñez, se

implementaron las siguientes políticas públicas:

1. PROGRAMA PRIMERA INFANCIA: el cual se enfoca específicamente en

garantizar los derechos de los niños y niñas de 0 a 5 años, por medio de prácticas de

educación, articulación de la salud, nutrición, construcción de ciudadanía, desarrollo

social y promoción social de los niños y niñas como sujetos de derechos.

2. PROGRAMA ATENCION A LA INFANCIA, LA ADOLENCIA Y

JUVENTUD: que busca garantizar la no vulneración de los derechos en los niños,

niñas, adolescentes, jóvenes e incluso a su núcleo familiar, al promover

pedagógicamente el conocimiento de sus derechos.

Como también invita a todos los sectores tanto públicos como privados que

concurren en la prestación de bienes y servicios a la población infante, a asegurar el

acceso a la participación de espacios de formación y desarrollo de sus habilidades

para la vida, todo este programa tiene por finalidad logran la unificación de las

acciones de los actores defensores y garantes de los derechos los niños.

Por tanto, lo anterior deja ver que estas políticas, por principio, ubica a las niñas, los niños

y los adolescentes en el centro de la agenda, cuya garantía debe materializarse a nivel

colectivo e individual, con participación significativa acorde con sus capacidades y

momento del curso de vida, goce efectivo de los derechos y ejercicio de la ciudadanía como

agentes de cambio y transformación social. Donde además se debe resaltar que se requiere

que el Estado, la familia y la sociedad, como corresponsables en la garantía de derechos de

las niñas, los niños y los adolescentes, se relacionen con ellos reconociendo su capacidad de
incidir en el entorno y de ejercer sus derechos, más allá de catalogarlos como individuos de

poca edad.

3.3 NORMATIVIDA LEGAL

3.3.1 Ley 1098 de 2006: por medio de los convenios internacionales se apoyó y

fomento el desarrollo de normas internas en las que se resaltan el Código de la

Infancia y la Adolescencia, es decir la Ley 1098 de 2006, instrumento jurídico

que tiene como finalidad garantizar a los niños, a las niñas y a los adolescentes

su pleno y armonioso desarrollo para que crezcan en el seno de la familia y la

comunidad, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión. A través del

Código se logra recoger la terminología y todos los conceptos utilizados por los

convenios internacionales sobre la materia, ratificados por Colombia, es así

como este se cataloga como un instrumento pedagógico y pretende que la norma

contribuya como mecanismo de cambio social a largo plazo.

Surge la necesidad de poner a tono la obsoleta legislación del menor,

consagrada en el Decreto Ley 2737 de 1989 con las nuevas tendencias jurídico-

sociales de reconocimiento y protección integral de la infancia y la adolescencia

a la luz de las leyes que ratifican los derechos de la niñez consagrados en la Ley

12 de 1991 por la cual se ratifica la Convención Internacional sobre los

Derechos del Niño; la Ley 173 de 1994, que ratificó el Convenio Internacional

sobre aspectos civiles del secuestro de niños; la Ley 515 de 1999 que aprobó el

Convenio 138 de la OIT sobre la edad mínima para la admisión en el empleo;

Ley 704 de 2001, por la cual se ratifica el Convenio 182 de la Organización

Internacional del Trabajo; Ley 765 de 2002, por la cual se aprueba el Protocolo
Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la venta de

niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía, entre

otras, concordante con los artículos 93 y 94 de la Constitución Política de

Colombia, que más adelante serán expuestas. La orientación de la nueva Ley

1098 de 2006, gira alrededor de la protección integral: la prevalencia de los

derechos de los niños, niñas y adolescentes, la corresponsabilidad, la

exigibilidad de tales derechos, la perspectiva de género, la participación, las

normas de orden público, la responsabilidad estatal, social y familiar.

3.3.2 Asimismo, la Ley 515 de 1999 ratifica el Convenio 138 de la OIT, sobre la edad

mínima de admisión al empleo, como instrumento general para lograr la

abolición efectiva del trabajo infantil y elevar progresivamente la edad mínima

de admisión al empleo o al trabajo a un nivel que haga posible el más completo

desarrollo físico y mental de los menores de edad, que para el caso de Colombia

corresponde a los 15 años de edad. De igual manera, se refirió a aquellas

actividades que, por su naturaleza o por las condiciones en que se realizan,

pueden resultar peligrosas para la salud, la seguridad o la moralidad de los

menores de edad e indicó que por ello, en estos casos, dicha edad no deberá ser

inferior a 18 años.

3.3.3 Con una convicción de la existencia del trabajo infantil y, asimismo, de la

existencia de distintas formas de trabajo infantil, el Convenio 182 de la OIT,

ratificado a través de la Ley 704 del 2001, cataloga las peores formas en que se

puede presentar el trabajo en los menores y establece la prohibición a estas, así

como también promueve la acción inmediata en pro de su radicación. Situación

que permite concluir que el convenio en mención, al presentar una redacción


precisa y determinada, las normas que lo componen, alcanzan un rango muy

satisfactorio de acierto al definir qué ocupaciones se sitúan natural y/o

circunstancialmente por fuera de lo que es justo y lo conveniente para la vida del

ser humano en sus primeras etapas, es decir, para la niñez.

Todo lo anteriormente mencionado, deja en evidencia el arduo proceso a través del cual

Colombia ha ido manifestando su objetivo de garantizar el restablecimiento de los

derechos de los niños, niñas y adolescentes en situación de trabajo infantil, y con esto, se

tiene claro que la ciudad de Barranquilla, acogiendo las normas nacional y, por tanto, las

internacionales, y a través de sus planes de desarrollo y políticas públicas, pretende también

prevenir y erradicar este fenómeno que ha afectado a la comunidad.


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