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LA EXPEDICIÓN NORTEAMERICANA DE HERNANDO DE SOTO

Tal día como hoy, pero de 1539, parte de La Habana la expedición que al mando de Hernando
De Soto conquistará y explorará los actuales territorios Florida, Georgia, Carolina Del Sur,
Tennessee, Alabama, Mississippi, Arkansas Y Texas. La gesta de Hernando de Soto, aunque
conocida, nunca ha sido lo suficientemente valorada.
Hernando de Soto llegó a las Indias en 1514 junto con el gobernador de Panamá Pedrarias
Dávila – el que ordenó juzgar y decapitar a Vasco Núñez de Balboa -. Dos años después fue
nombrado capitán de caballería participando en diversas conquistas por Centroamérica. En
1523 estuvo en Nicaragua y Honduras con el capitán Francisco Fernández de Córdoba. Más
tarde, y ya por sí solo, exploró la península del Yucatán buscando un estrecho que permitiese el
paso del Atlántico al Pacífico y en 1534 se unió a Francisco Pizarro en la conquista del Perú,
por la que obtuvo un cuantioso botín, participando, además, junto con su paisano Diego García
de Paredes en la captura del inca Atahualpa. Pero este hecho no logró satisfacer a Hernando que
quería más y su gran objetivo era conquistar grandes imperios como ya lo habían hecho Cortés
y Pizarro. En 1538 fue nombrado Adelantado y capitán de todas las tierras que conquistase por
el emperador Carlos I. Su objetivo: conquistar Florida y las tierras al norte.
Once naves y 950 hombres partieron el 6 de abril de 1538 de Sanlúcar de Barrameda llegando a
Santiago de Cuba a finales del mes de mayo. Hernando envió una primera expedición
exploratoria a Florida comandada por el capitán Añasco para buscar un lugar de desembarco
adecuado. Los informes fueron positivos y Hernando de Soto partió de La Habana en dirección
a Florida el 28 de mayo de 1539 con 650 hombres y 223 caballos. No tardaron mucho en llegar,
apenas una semana, y desembarcaron en la bahía de Tampa o bahía del Espíritu Santo.
Tampoco tardaron en darse cuenta de que aquellas tierras eran malsanas, húmedas, con un calor
asfixiante y plagadas de serpientes y mosquitos, a lo que había que añadir la hostilidad de los
nativos. Pero esto no asustaba a los expedicionarios que asumían que cuanto más complicada y
difícil fuera la conquista mayor sería el premio.
Una vez establecida la base en Florida marcharon hacia el interior pasando el invierno de 1539
cerca de los Apalaches. En marzo continuaron camino hacia el noroeste pensando que
encontrarían minas de oro. Recorrieron Georgia y Carolina del Sur, a lo largo de los montes
Apalaches, hasta la actual Columbia en Carolina del Sur, pero no encontraron nada que tuviera
un valor importante para ellos, por lo que siguieron hacia el nordeste cruzando territorios de
numerosas tribus norteamericanas como los Altamaha, Ocute, Patofa, Toa, y Cherokees.
La india Cofitachequi
En el río Congaree, junto a la actual ciudad de Columbia (Carolina del Norte), se va a producir
uno de los hechos más extraordinarios de la expedición: el encuentro de Hernando de Soto con
la jefa india Cofitachequi, hecho insólito al ser la única mujer indígena jefa de un grupo de
nativos que los españoles encontraron en todo el continente americano.
Los cronistas de la expedición quizás se dejaron llevar por la emoción del momento y describen
el encuentro con ciertos tintes novelescos: "... algunos indios trajeron a la Dama de
Cofitachequi en una litera con mucho prestigio. Y ella nos envió un mensaje de que estaba
encantada de recibirlos y envió una cadena de perlas de cinco o seis hebras al Gobernador. La
Señora era joven y de apariencia elegante, y se quitó un collar de perlas que llevaba alrededor
del cuello y se lo puso en el cuello del Gobernador, para congraciarse y ganar su buena
voluntad ... Y los indios caminaron hasta ellos con pieles muy excelentes, muy bien
bronceadas, y mantas de marta y leones de montaña; y la gente es muy limpia, muy educada y
naturalmente bien desarrollada ".
Posteriormente, descendieron por el actual estado de Alabama hasta llegar en octubre de 1540
al poblado de Tascaluza en donde fueron recibidos por el cacique de mismo nombre, apodado
“Guerrero Negro”, el cual les invitó a visitar el poblado de Mauvila, situado a pocos
kilómetros, en donde un ejército de 10.000 guerreros indios les esperaban para terminar con
ellos. Hernando de Soto y sus hombres no cayeron en la trampa y se enfrentaron contra los
indios a los que tras 9 horas de batalla vencieron no sin producirse una gran carnicería. Los
españoles perdieron 82 hombres y 45 caballos, sufriendo asimismo un centenar de heridos
graves. También se produjeron enormes pérdidas en material y en provisiones.
Tras reponerse de la batalla durante un mes en el mismo lugar partieron en dirección norte. El
oro debía de estar por allí. Llegaron a un afluente del río Mississippi y se encontraron que en la
otra orilla les estaba esperando otro ejército indio dispuesto a vengar a sus amigos de Mauvila.
Se produjo otra nueva batalla con el resultado de 40 españoles muertos y más de 50 caballos
perdidos. La situación cada vez era más desastrosa, se estaban convirtiendo en un ejército
fantasma, harapiento y famélico. Pudieron descansar durante dos meses en la localidad de
Chicaza, lugar donde pasaron el invierno curándose las heridas y tratando de sobrevivir.
Cuando el clima se suavizó continuaron camino hacia el norte llegando el 8 de mayo de 1541 -
casi dos años después de haber partido de La Habana - al río Mississippi, al cual llamaron Río
Grande, y tardaron en cruzarlo 20 días al necesitar construir un barcas y piraguas y también
tener que enfrentarse a más de 6000 indios que intentaban evitar que lo cruzasen. Toda una
odisea.
Tras cruzar el Río Grande, atravesaron las lagunas de Arkansas y escalaron las colinas de
Ozark. El invierno se les volvió a echar encima y tuvieron que refugiarse en el poblado de
Utiangue, actual Camden o Calion, en Arkansas. Una vez pasado el frío volvieron sobre sus
pasos y ya bastante decepcionados por no haber logrado encontrar las riquezas que anhelaban
decidieron construir un par de canoas y descender por el río hasta el Golfo de México para
posteriormente continuar hasta Cuba. Pero la muerte sorprendió a Hernando de Soto al
enfermar de fiebres durante el mes de mayo o junio de 1542. Viéndose tan enfermo y con poca
esperanza de sobrevivir, de Soto nombró como sucesor a Luis de Moscoso Alvarado, sobrino
del conquistador Pedro de Alvarado. Los supervivientes emprendieron camino hacia el oeste
buscando el retorno a Nueva España pero viendo que aquello era interminable y no había
garantías de regresar volvieron al Misisipi y retomaron el plan de Soto de construir las
embarcaciones y descender por el río. Lograron su objetivo, salieron al Golfo de México y
llegaron a Pánuco, el primer asentamiento español en la costa mexicana, en septiembre de 1542
y desde allí fueron a Ciudad de México donde fueron recibidos por el virrey Mendoza.
Si bien esta expedición fue un fracaso por no haber encontrado grandes ciudades ni riquezas
supuso un magnífico conocimiento de la geografía sur de Norteamérica, su fauna y su flora, así
como su etnología dando a conocer a sus habitantes, sus formas de vida y cuáles eran las
principales tribus. Viendo lo que había, que no era muy interesante para los españoles, y que
aún no existía el peligro del asentamiento de otros países extranjeros esta zona de América fue
olvidada y los esfuerzos de la corona se basaron en la Florida para proteger el acceso al Golfo
de México y el Caribe y a explorar la costa pacífica de Norteamérica, aún inexplorada y que
abriría paso a la exploración del océano Pacífico y lograr encontrar la ruta hacia Asia.
EL LEGADO DE HERNANDO DE SOTO EN LOS ACTUALES ESTADOS UNIDOS
Si bien es cierto que en España apenas se le recuerda y ni siquiera es incluido en la nómina de
grandes descubridores y exploradores españoles en América, no lo es menos que los
estadounidenses han recordado y perpetuado la memoria de Hernando de Soto y su gesta de
muy diversas maneras. Existe una ciudad llamada De Soto, de unos 50000 habitantes en el
Condado de Dallas del Estado de Texas, una ruta por el Estado de Arkansas conocida como
DeSoto Trail, un parque al sur de St. Petersburg, Florida, llamado Fort DeSoto Park, un parque
nacional cerca de Bradenton, Florida, llamado De Soto National Memorial, una ciudad llamada
DeSoto en el Estado de Kansas, un bosque nacional en el Estado de Mississippi (DeSoto
National Forest), un enorme puente en la ciudad de Memphis (DeSoto Bridge) y hasta un
vehículo de la marca Chrysler llamado De Soto con una preciosa reproducción del busto del
conquistador en el frente del mismo

Descubrimiento del Mississippi por De Soto, pintado por William H. Powell en 1853, forma
parte de la exposición permanente de la Rotonda del Capitolio en Whasington
numento a Hernando de Soto en Savannah, Georgia

Encuentro de Hernando de Soto con la jefa india Cofitachequi,


Ciudad de Hernando en el estado de Mississippi
El 28 de mayo de 1906 es aprehendido Jesús Negrete, El tigre de Santa Julia, y conducido a la
cárcel de Belén.
Ingresó al ejército en el año de 1895, ahí logró obtener el grado de Sargento segundo. Formó
una banda con Tranquilino Peña, Fortino Mora, Gregorio Mariscal y Pedro Mora para asaltar la
hacienda de Aragón, sus pillajes fueron conocidas gracias a que se registraron en los diarios de
la época, principalmente en El Imparcial. El 28 de mayo de 1906, fue aprehendido cerca de su
casa en una nopalera cuando se encontraba defecando, fue trasladado a la cárcel de Belén.
Finalmente, fue fusilado el 22 de diciembre de 1910, cuando tenía treinta y siete años de edad. 
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