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Ángel Capa
El cambio de los números en las camisetas de los jugadores no es una casualidad ni un hecho aislado, sino un síntoma
más de una transformación importante que está experimentando el fútbol en todo el mundo. Por ahora, esa modificación
no ha pasado de alterar ciertas costumbres, pero se intuyen otras, quizá más profundas que pueden alterar al juego
mismo.
La decidida presencia de la televisión en el negocio está presionando para que el reglamento permita algunas
alteraciones sustanciales. Quieren convertirlo en algo más atlético, de mayor ritmo, menos pensado, más televisivo para
decirlo en términos de espectáculo.
La FIFA sugiere permanentemente los cambios que la televisión está deseando: las faltas sin barreras, el fuera de juego,
los saques de banda con el pie, agrandar las porterías y. sobre todo, los tiempos muertos para incluir publicidad.
Igualmente se ha propuesto dividir el partido en cuatro etapas y autorizar a los entrenadores a disponer de minutos para
dar instrucciones.
Ahora mismo, un partido por televisión se va pareciendo cada vez menos al partido real, el que se ve en el campo. El
exceso de repetición de jugadas, inclusive las intrascendentes, los primeros planos de gestos de jugadores y
entrenadores, y hasta presidentes en los palcos en pleno partido, incide en cierto modo en la realidad del partido
dirigiendo la mirada del espectador.
En el sillón de casa nos enteramos más de los detalles que del desarrollo del juego. Sabemos exactamente si fue o no fue
penalti, si fue o no fue falta, con qué parte del pie hizo el gol tal jugador, pero no tenemos una noción global tan precisa
por falta de panorama, de continuidad. La televisión nos cuenta una realidad que elabora en base a la realidad, aunque
parezca un juego de palabras, y nos cambia las costumbres, dejamos de participar como lo hacíamos en el campo,
previendo las jugadas, juzgando por nuestra cuenta, para asumir un rol completamente pasivo, más fácil y en primera
fila.
En el sillón de casa, mientras tomamos unas cervezas, la televisión se encarga de pensar por nosotros, nos repite lo que
creen importante desde el punto de vista del entretenimiento y nos oculta lo que entiende intrascendente.
Muchos de nosotros cuando estamos en el campo mirando un partido en directo, echamos de menos la repetición del gol,
o de la jugada del fuera de juego, y nos quedamos como si nos faltara algo. Con el tiempo el fútbol, que era de los
jugadores, pasó a manos de los entrenadores, y es posible que en el futuro un realizador de televisión sea aun más
importante que los dos.
4. Se puede inferir que el interés del emisor de esta noticia está centrado en:
A) presentar un tema que luego desarrolla: la precariedad de los ancianos abandonados.
B) realizar un análisis profundo de un tema de importancia social, ancianos abandonados.
C) contar la historia personal de Héctor Marro, que ilustra el tema del abandono de los ancianos.
D) denunciar, a través de un hecho de actualidad, un fenómeno social: los ancianos abandona dos.