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Lanove Presenta:

Autor: Hajime Kanzaka Ilustrador: Rui Araizumi


Traducción al español: Lanove
(http://lanove.blogspot.com/ - http://aisakataiga.blogspot.com)
¡Slayers! Vol: 2

Traducción: Shilon
Adaptación: Shilon
Corrección: Shilon
Diseño y Maquetación: Marck

Esto es una traducción hecha por y para aficionados, sin ánimo de lucro.
No distribuyas esta edición sin nombrar a sus creadores ni hagas venta de
ella.

Se ha traducido partiendo de la versión oficial inglesa realizada por


TOKYOPOP, la de Inverse.org y la original en japonés, intentando lograr
un resultado lo más fiel posible a la versión original. Cualquier posible
duda entre las versiones se aclara con notas de traductor a pie de página.

Esta novela está plagada de momentos en los que el personaje principal,


que relata la historia, desvela sus pensamientos interiores. En esos casos
se verá representado entre comillas y en cursiva.

Nada más, espero que disfrutéis leyendo esta historia tanto como yo
disfrute traduciéndola. ¡Un saludo y hasta el próximo número!

Shilon
Índice
Capítulo 1
Un trabajo que puede acabar mal...........................................................8
Capítulo 2
Grotescos guerreros se arrastran en las noches de Atlas.........................40
Capítulo 3
Aquel que duerme en el fondo del mar...................................................66
Capítulo 4
¿Quién esta detrás de todo este asunto?................................................84
Capítulo 5
La batalla final que determina el destino ................................................104
Epílogo ................................................................................................143
Anexo....................................................................................................145
Autor: Hajime Kanzaka
Ilustrador: Rui Araizumi
Capitulo 1:
Un trabajo que puede acabar mal.

A
lguna vez habéis levantado la vista de vuestro plato y
descubierto que el perfectamente civilizado restaurante
donde comíais tranquilamente momentos antes, de
¿ pronto parece haber sido asaltado por una manada de
elefantes sensibles al ruido, con petardos atados en el
trasero?

¿No os ha pasado? ¿En serio? ¡Uau! A mí me pasa continuamente.


Oh, dejad de mirarme así. Sé lo que estáis pensando pero esta vez no
era por mi culpa. ¡No lo era!

Dejad que me explique: allí estaba yo en una agradable y


pequeña taberna en la Ciudad de Atlas. La comida no estaba mal pero
la clientela era de lo peor. O al menos la mayoría. Era esa clase de
lugar que albergaba un grupo constante de mercenarios y fanfarrones,
con el rufián de turno como condimento. En retrospectiva, no debería
haberme sorprendido que una gran reyerta estallase, pero lo había
hecho. Quiero decir, no es un secreto que haya trabajado como
mercenaria de vez en cuando, pero aquel lugar tenía una gran
reputación por sus buenos platos y yo había ido buscando un menú, no
una melé. Y todo el que me conoce podría deciros que no me divierten
las reyertas. ¡Soy una pacifista!

No, no estoy bromeando. Dejad las risitas o, qué alguien me


ayude, borraré esa... esto... mejor seguimos donde lo dejamos.

Bien, volviendo a la pelea: una vez la batalla alcanzó su pleno


apogeo, encontré un lugar bajo la mesa en una esquina y me escurrí
hacia allí. Tenía una buena vista de la acción y podía seguir
mordisqueando el muslo que había alcanzado de mi plato, antes de que
éste saliera volando. ¡Cena y espectáculo! Ahora que lo pienso, quizá no
estaba tan mal.

¿Que qué causó el alboroto, preguntáis? Oh, Bueno, parecía una


cosa tan pequeña en un principio…

Acababa de lanzarme sobre mi cuarto servicio de un delicioooso


plato de pollo con fideos cuando un tío al fondo de la barra decidió que
quería entablar conversación con mi humilde persona. Era pelirrojo, y
aunque no era precisamente guapo, tampoco feo exactamente. Vestía
una armadura de cuero rayada sobre un conjunto de túnica y pantalón,
y cargaba una espada bastarda envainada a su espalda. Me llevó dos
segundos clasificarlo como un mercenario del montón.
-¿Está sola, señorita?– Preguntó.
Hajime Kanzaka Slayers

Alcé la mirada hacia él, decidí que no estaba interesada y regresé


a mi comida.

-Estoy con alguien…- murmuré, antes de cambiar mi atención


hacia al camarero y pedir mi próximo plato: suflé de pollo.

El mercenario silbó y meneó su dedo ante mí. Probablemente


creía que eso le haría parecer atractivo.

Sólo por si importa en el futuro: ¿Sabéis lo que opino de un tipo


que menea el dedo y silba ante mí? Pienso que está suplicando perder
un dedo. Especialmente si lo hace mientras estoy comiendo.

-Vaya, ¿no es vergonzoso? Ese tipo no es muy listo si deja a una


monada como tú completamente sola en un lugar como éste.- Luego
puso su mano en mi hombro de un modo demasiado familiar.

No me importó lo de “una monada”, pero no me gustó nada lo de


tocar, y el sentimiento era bastante insultante. Odio verdaderamente la
implicación de que sólo porque soy pequeña y mujer, no puedo cuidar
de mí misma.

“Cuidado, amigo”

-¿Cómo te llamas, monada?

El suflé estaba bastante bueno.

-Yo me llamo Lantz…– dijo.

Comer con la mano de un tipo en tu hombro puede resultar algo


molesto.

-¿Te ha mordido la lengua el gato, monada?

“¡Oye!” Sentí una extraña sensación en mi trasero. Así es: mi


trasero. ¡Ahora Lantz estaba intentando tocarme el culo! ¡¿Me estás
tomando el pelo?!

Ya sabéis, hay algo de verdad en ese viejo cliché sobre ser


sorprendida por tu propia fuerza. Tenía intención de lanzarlo por los
aires y que aterrizara en la barra con un satisfactorio “¡catapum!” pero
debía de haberle pegado un poco demasiado fuerte, porque...

-¡¡¡AAAAGH!!!– De algún modo Lantz fue a chocar contra la


esquina y se golpeó en el suelo con la ingle por delante. Ni siquiera
sabía que eso era posible.

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Capitulo 1 Un trabajo que puede acabar mal

“Eso debe de doler”

¡Eh! ¡Ha sido en defensa propia y justificada completamente!

El gran canalla de Lantz dejó escapar un gran y terrible sollozo,


intentó levantarse, y mientras lo estaba haciendo, se tambaleó y se
desplomó sobre una mesa cercana. Desafortunadamente, estaba
ocupada.

-¡Eh tú! ¡¿Qué crees que estás haciendo?!- Gritó el cliente


disgustado, quien lanzó a Lantz sobre otra mesa... y así una y otra vez.

Aunque bueno, técnicamente hablando, supongo que fui yo la


primera en dar un... emm... puñetazo, ¡él lo estaba pidiendo a gritos!
No puedes ir por ahí tocando el trasero de alguien sin invitación y
esperar poder irte sin que el dueño de ese trasero use tu cara para
romper unas cuantas mesas, ¿verdad?

-Eh, Lina. ¿Cuándo vas a empezar a solucionar tus propios


problemas?- Inquirió un hombre joven, rubio y atlético desde su
posición, agachado bajo la mesa que estaba a mi lado. Vestía una
coraza negra y llevaba una espada larga.

“¡Gourry! ¡Estás ahí!” Lo conocía bien. Habíamos estado viajando


juntos desde que nos conocimos, lo cual, tengo que decir, no había sido
hace tanto, pero aprendes mucho sobre una persona en el camino.

-¿Mis problemas? ¿Quién lo empezó?– Pregunté con indignación


mientras saboreaba cada bocado de pollo. Gourry robó un poco de
carne del muslo antes de que pudiera detenerlo. ¡Sapo!

-Tú lo hiciste. Fuiste la primera en golpear...o bueno... lanzar.

-¡¿Lo has visto?!- Dije parpadeando.

-Justo cuando salía del baño.

¡Gourry! ¡Estaba intentando TOCARME EL CULO! Teniéndolo en


cuenta, tiene suerte de que sólo lo arrojara contra la pared.

-Puede que quisiera hacerse amigo de tu trasero. O puede que


confundiera tu culo con alguna criatura mágica misteriosamente
huesuda, y estaba intentando...

Lo golpeé en la frente.

-¡Por dios, Lina! ¡Estaba bromeando!- Dijo frotándose la cabeza-.


Sabes que si hubieras aguantado un poco más, habría ido y lo habría
machacado por ti.

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Hajime Kanzaka Slayers

Le miré enfurecida.

-¡En este mundo hay cosas que puedes aguantar un poco más y
cosas que no! ¡Extraños que intentan tocarte el culo caen de lleno en el
segundo campo!

-Vale. ¿Pero no es posible que hayas exagerado un poco?- Dijo


indicando el caos que nos rodeaba.

Bueno, vale. Puede que tuviera razón.

-¿Crees que debería acabar con esto?- Pregunté. Después de todo


podía conjurar una simple Bola de Fuego (Fireball) y las cosas se
volverían realmente tranquilas, muy rápido. Desafortunadamente,
conjurar una Bola de Fuego en un establecimiento público no suele
hacerte ganar la simpatía de las fuerzas de la ley locales.

-Ná…– suspiró Gourry-. Eso tan sólo empeoraría las cosas.

-Entonces, quedémonos aquí y esperemos que se resuelva, pues.

-Pero...- Gourry se había quedado sin palabras para terminar la


frase. Estaba en lo cierto. Había cumplido mi parte empezando lo
ocurrido y debería cumplir mi parte para terminarlo. ¿Pero cómo?

-Ah, ¡lo tengo!- Dije, tan contenta como si hubiera encontrado


una bolsa con dinero.- Qué tal esto: cuando cuente tres gritaré muy
fuerte y me desplomaré. Tú desenvainarás tu espada y la empuñarás
mientras te levantas (parecerá como si acabaras de golpearme). Luego
dirás algo como: “Hmm, ¡con eso aprenderá!” ¡Todos dejarán por
completo lo que estaban haciendo y pensarán que acabas de matarme!

A Gourry no le gustó mi idea en absoluto.

-¿Y exactamente qué es lo que crees que pasará después?

-Emm... No he llegado tan lejos.

-¡Pensarán que soy un asesino!

-Sabes, Gourry, no deberías preocuparte tanto por lo que los


demás piensen...

-¡Olvídalo, Lina!

-Bueno, si no estás dispuesto a ayudarme en esto...

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Capitulo 1 Un trabajo que puede acabar mal

Estaba a punto de proponer mi próxima idea cuando la puerta


principal se abrió bruscamente con una ráfaga de viento y la sala cayó
extrañamente en un profundo silencio.

“Mmmm.”

Gourry y yo nos pusimos de pie y, como todos los demás,


centramos nuestra atención en el umbral.

Lo primero que vi fue su sombra. Lentamente, una figura


apareció. Estaba envuelta en negro de la cabeza a los pies: largo
cabello negro, túnica y pantalones negros, incluso su nariz y su boca se
ocultaban tras una bufanda negra atada como una máscara. Llevaba
una larga espada a su espalda, y supe tan sólo con mirarlo que sabía
cómo manejarla. Era un maestro espadachín, por lo menos.

Gourry también lo supo, y dejó escapar un espontáneo sonido de


admiración.

Tenían más o menos la misma edad (poco más de veinte) y


ambos eran espadachines. Pero ahí era donde terminaban las
similitudes. El hombre sombra era frío, pálido... fantasmal. Incluso el
aire a su alrededor era diferente. Fue su aura formidable la que apagó
la desenfrenada sed de sangre y silenció a la ruidosa clientela del
restaurante.

Era guapo, pero evidentemente, problemático.

“Mmmm... ¿No es siempre de ese modo?”

-Estoy buscando un guardaespaldas…- dijo sin más. Su voz era


justo lo que habéis imaginado: fría, clara y penetrante... como una
espada.

-Si confiáis en vuestras habilidades y ansiáis riquezas, ¡entonces


hablad! El patrocinador es Lord Tarim. Es una excelente oferta, os lo
aseguro.- Había ido directo al grano. Su actitud no tenía matices, pero
estoy segura de que no fue contratado por sus habilidades para hablar
en público.

Desde luego, no hubo exactamente una estampida de voluntarios.

La ciudad de Atlas había acogido más negocios sucios de los que


le correspondían, en el pasado reciente. Podría saberse la causa de todo
esto remontándonos al día en que el presidente del Gremio de
Hechiceros de la ciudad, Halcyform el Blanco, había desaparecido (unos
seis meses antes). El conflicto por el puesto vacante había estallado
inmediatamente entre los dos vicepresidentes, Tarim el Violeta y
Daymia el Azul.

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Hajime Kanzaka Slayers

El hombre sombra trabajaba como reclutador para Tarim.

Por supuesto, yo no tenía intención de involucrarme en algo tan


sucio pero… ¿qué puedo decir? La curiosidad saca lo mejor de mí.

-Escucharé tu oferta…– me ofrecí.

-Eeeh, tú eres...- interrumpió Lantz el Atroz (el estúpido que


había demostrado tanta afición por mi culo). Estaba magullado y
sangrando. Supuse que el baile de mesa no fue un buen ejercicio para
él. Qué lástima. (Je je).

El hombre sombra volvió su atención hacia Lantz.- ¿Qué estás


haciendo aquí? – Preguntó.

“Hmmm. Así que conoce a Lantz...” Parecía que se conocían, pero,


debo añadir, no amistosamente.

-Ro... Rod, señor…- tartamudeó Lantz.- Bueno, eh... El maestro


Tarim me pidió que le hiciera un recado y luego...

-Ya has terminado aquí. Vete a casa.- Aparentemente, el hombre


sombra no era conocido por su locuacidad. Me miró directamente a los
ojos, y un escalofrío descendió por mi columna.- Una hechicera.

“Si, supongo que eso lo resume bastante bien.”

Había alterado un poco mis ropas desde que llegué a la ciudad,


cambiándolas por mi vestimenta blanca, túnica azul oscuro y
pantalones. Pero seguía llevando mi bandana negra, hombreras del
estilo de escamas de un dragón, una espada a la cadera, mi capa
negra, y aún más importante, mi amuleto enjoyado (habría sido difícil
confundirme con algo diferente de una hechicera).

“Aunque recuerdo que cierto idiota una vez dijo que pensó que
parecía una pescadera o una camarera. Grrr... ¡Gourry!”

-Muy bien. ¿Tú nombre?

-Te lo daré cuando me digas el tuyo.- No iba a decir mi nombre


primero, de ninguna manera. Es cuestión de prestigio. Por supuesto, en
el fondo, estaba aterrorizada (¡pero él no necesitaba saber eso!)
Intentaba abrirme paso a través de la nube de penumbra y fatalidad
que había introducido con él en la sala. Sin embargo, no tenía ilusiones
de hacerle perder la calma.

-Rod.- Respondió el hombre sombra tan francamente como


esperaba. Espiré silenciosamente.

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Capitulo 1 Un trabajo que puede acabar mal

“Esto empieza a molestarme.” –Lina…- dije.

-Ya veo...- respondió con un tono de admiración en su voz-. Así


que tú eres Lina Inverse. He oído hablar de ti.

“Genial. Probablemente ha oído las cosas malas: Lina Inverse,


¡Asesina de Bandidos! ¡Reina de la Destrucción!”

-Muy bien. Ven conmigo…- dijo volviendo la espalda mientras


hablaba.

“Eh, espera un momento...”

-Vale, Gourry. ¡Vamos!

-Oh... ¿también voy yo?- Preguntó mientras se ponía en pie.

“Bueno, esto...”

¡Rod entró en acción! A mitad de una zancada, su mano fue a la


empuñadura de su espada larga y la extrajo. Todo el mundo en la sala
esperó ver sangre en el suelo en cualquier segundo... todos, eso es,
excepto...

-¡Gourry!

Ya fuera instinto o estúpida suerte (sospecho que la última),


Gourry se había agachado para robar otro trozo de comida de mi plato
en el momento justo en que Rod sacaba su arma. La crisis pasó tan
repentinamente como había venido. Rod fue capaz de evaluar
rápidamente la situación y determinar que Gourry no tenía la más
mínima intención de lanzar un desafío.

-Buen contraataque. Eres bueno…- dijo Rod, inclinando la cabeza


con aprobación.

-Nah, tan sólo mejor que la media, supongo…– replicó Gourry con
su banalidad usual. Gourry quizás no parecía gran cosa pero, a pesar de
su completa falta de sentido común o conciencia de las circunstancias,
sus habilidades con la espada eran absolutamente de primera clase. Yo
soy mejor que la media, y no soy rival para él. Realmente, como
espadachín, no hubiera tenido ninguna posibilidad contra ninguno de
ellos.

Rod pudo valorar con precisión las habilidades de Gourry con tan
solo echarle un vistazo.

-Estaría encantado de batirme en duelo contigo algún día…– dijo.

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Hajime Kanzaka Slayers

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Capitulo 1 Un trabajo que puede acabar mal

-El trabajo es lo primero, ¿no?– Gourry esquivó con agilidad.

-Chicos, podéis jugar una vez que la jornada termine…– añadí


bromeando.

-Deberéis de sobrevivir…– dijo Rod.

“Por lo visto, alguien no se siente muy juguetón.”

Mientras caminábamos, sus palabras resonaron horriblemente en


mi cabeza.

***

Ubicación: Ciudad de Atlas.

El Castillo Vail del Duque Rithahn ocupaba una alta posición de


mando en aquel próspero municipio y en el centro de transporte. Por el
día, mucha gente abarrotaba las calles estrechas, llenas de tiendas y
repletas de carros donde las peleas y el carterísmo eran frecuentes.
Pero mientras pudieras evitar involucrarte en unas u otras, no era un
mal lugar en el que encontrarte. (Aunque al anochecer, los mercaderes
se apresuraban a recoger sus carros y cerrar sus tiendas, y las
jovencitas de bonitos vestidos corrían para llegar a casa ya que, por la
noche, la ciudad de Atlas era una historia completamente diferente.)

Desde la colina, el palacio señorial, enmarcado por una serie de


edificios desconocidos, parecía como si fuese una imagen pictórica.
Como en la mayoría de ciudades de este tipo, cuanto más cerca estaba
uno del castillo, más ricos eran los residentes, más refinado el estilo de
vida y más impresionantes las obras públicas.

Normalmente, en una ciudad tan grande, las oficinas


administrativas para la Iglesia, el Gremio de Hechiceros y la Sociedad
de Guerreros tendrían aproximadamente la misma influencia. Sin
embargo, en la Ciudad de Atlas, el edificio del Gremio de Hechiceros se
encontraba justo al lado de la muralla del castillo, dándole un gran
poder. Últimamente, sin embargo, la influencia del Gremio de
Hechiceros se veía ensombrecida por la de la Comunidad Clerical de
Saillune. La Comunidad tenía, podría decirse, más influencia política que
el propio Duque Rithahn.

Tal pérdida de rango, aunque lamentable, no era sorprendente


considerando la vacancia en el puesto de presidente y la lucha interna
sobre quién debería ocuparlo. El espíritu de disensión incluso, había

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Hajime Kanzaka Slayers

echado raíces rápidamente en el gremio, cuando un grupo de


hechiceros que se llamaron a sí mismos los Buscadores de la Verdad
culpó a los otros de conspirar para mantenerlos fuera de las posiciones
de poder.

Personalmente, no tengo una opinión sobre los Buscadores de la Verdad


de una forma u otra.

Aunque había entrado al restaurante alrededor del mediodía, la


comida y la pelea habían conspirado para robarme la última mitad del
día, interceptando el resto de mis planes.

El crepúsculo había comenzado. Los hechiceros al cargo del Duque


Rithahn estaban conjurando hechizos de iluminación (lightning) para
que sirvieran como faroles.

“Qué desperdicio de día.”

-Lina...- murmuró Gourry en una voz lo suficientemente alta para


que yo la escuchara, pero no tanto como para ganar la atención de Rod
mientras caminaba delante de nosotros-. ¿Qué estamos haciendo?
Dijiste que no íbamos a coger ningún trabajo aquí.

Tenía razón; había dicho eso. Tenía la intención de que la Ciudad


de Atlas sirviera para unos realmente necesitados relax y recreación.
Ambos estábamos muy agotados por los escandalosos incidentes de los
que a duras penas habíamos escapado en las últimas semanas, y
necesitábamos descansar para dejar escapar algo de estrés. En nuestro
primer día en la ciudad, le había dicho en términos sin lugar a dudas
que no aceptaríamos ningún trabajo en la Ciudad de Atlas: de ninguna
manera.

Pero... es una prerrogativa de las chicas el cambiar de opinión.


Además, en realidad no pensaba aceptar el trabajo. Tenía curiosidad y,
francamente, ¡veía a Rod el Hombre Sombra como nuestro billete de
salida de aquel mesón!

-Teniendo en cuenta la situación, Gourry– dije entre dientes;-


imagino que obtener toda la información sobre este trabajo era un
modo de escapar más fácil que fingir mi muerte.

-Además– añadí -. Dije que escucharía. Nunca dije que aceptaría


el trabajo.

-Pero... – Gourry se rascó la cabeza e hizo ese extraño sonido


parecido a un maullido que siempre hace cuando está confuso-. Por lo
que he oído de ese tal Tarim, no creo que simplemente diga: “Oh, es un
lástima, cuídense.”

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Capitulo 1 Un trabajo que puede acabar mal

-Si llega a eso, nos abriremos paso para huir de allí. Puedo contar
contigo, ¿o no, Gourry?

Hizo una mueca. -¿Sabes? Empiezo a pensar que viajar contigo no


es exactamente el camino hacia una vida larga y saludable.

-Probablemente tengas razón – dije, y sonreí.

Entonces, de pronto, me paré en seco y miré a mi alrededor


asustada. Pude sentir el parpadeo de los ojos puestos sobre nosotros.

-¿Qué te ocurre, Lina? – preguntó Gourry.

-Creo que estamos siendo observados...

-Eh, ¿Tú también? – dijo encogiendose de hombros, tan


despreocupadamente como si estuviera pidiendo un sorbo de agua.

“Ahora sólo un...”

-Cojamos el camino de atrás –, susurró Rod. ¿A lo mejor fui yo la


última en percatarme de nuestros espías?

Mientras cambiábamos nuestro rumbo, mis sentidos estaban en


máxima alerta. Un olor rancio invadió mi olfato. Escuché a un perro
ladrar en algún lugar a distancia. La tensión en el ambiente me había
puesto los pelos de punta en la nuca.

Al doblar la siguiente esquina, una fila de mugrientas casas de


ladrillo rojo bloqueaba la luz de los faroles. Toda ciudad tiene un “lugar
donde no deberías estar” y, para la ciudad de Atlas, era éste. Seguimos
adelante a través de la desolación en fila india. No me preocupaba
mucho el lugar, pero estaba claro el por qué Rod había elegido aquella
ruta. Habiendo notado también que éramos observados, nos condujo
hacia el camino más desierto disponible.

El mejor para encontrarnos con los espías.

“Como carnada para tiburones...”

Rod paró en seco. -Basta ya.

“Difícil confundirse con una invitación como esa”

-¡Salid, salid, dondequiera que estéis! – grité.

En el momento justo: movimiento. Varias siluetas se abrieron


paso desde las sombras. ¿Estos eran los hombres que habían estado

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Hajime Kanzaka Slayers

siguiéndonos? Todos venían vestidos con lo mejor de la moda en


conjuntos elegantes de bandido. Estúpidos.

“Muy bien, entonces...”

Había captado múltiples pares de ojos antes, pero había una


mirada en particular que me puso la piel de gallina. Quienquiera que
fuese, no estaba entre aquellos presumidos payasos.

“¿Qué demon...? No había podido ser mi imaginación.”

Fuera lo que fuese, claramente era hora de redirigir mi atención a


la situación entre manos.

-¿Guardaespaldas de Tarim, eh? - preguntó uno de los hombres.

“Bueno, aún no. Pero no creo que merezca la pena andarse con
sutilezas.”

-Pues, esto, no creo que ese sea necesariamente el caso...-


Gourry interrumpió, siempre dispuesto a darle a los detalles más
triviales una oportunidad.

-De todas formas intentarán mataros – ofreció Rod -. Veamos de


qué estáis hechos – nos dijo, o para ser más precisos, dijo a Gourry.

“Ah no, no vas a hacerlo. ¿Es esto un montaje? ¿Una especie de


prueba?”

-Olvídalo– ladré.- Si nos encargamos de estos payasos, estaremos


haciendo un trabajo que no hemos decidido aceptar. Lo siento, lamento
decepcionarte ahora que somos tan buenos amigos.

-¿Decepcionarme?- la mirada fría de Rod se arrastró hacia mí. -Al


contrario, prefiero que no aceptéis este trabajo.

“Eeeh... ¿ahora qué quieres?”

-No puedo luchar contra un aliado - explicó, clavando su mirada


en Gourry, que estaba detrás de mí -. Acepto vuestros argumentos –
siguió -. Me encargaré de esto.

Los payasos, (ejem, quiero decir, asesinos) estaban indignados.


¿Un solo hombre accediendo a encargarse de diez de ellos? Bueno, era
tan arrogante como para resultar insultante.

Y aún así, apostaba por Rod. Tenía todas conmigo. Había estado
haciendo buen uso de mí tiempo y, mientras regateábamos, también
estuve observando el comportamiento del grupo y evaluando el alcance

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Capitulo 1 Un trabajo que puede acabar mal

de sus habilidades aproximadamente. En mi humilde opinión, eran una


broma.

También tenía pocas dudas de que habían sido enviados por el


rival de Tarim, Daymia. Pero, en cualquier caso, eran lo peor de lo peor.
Nuevos reclutas con poca o ninguna experiencia, como poco.

“Mmm...”

Sabiendo perfectamente que él podría ocuparse de ellos, señalé a


Rod y declaré:

-¡Ya lo habéis oído! ¡Si queréis llegar hasta nosotros, tendréis que
pasar primero por encima de él!

-Oh vamos, eso no está bien - Gourry hizo una mueca de dolor.
Por supuesto él sabía que estos hombres no eran rivales para Rod y le
estaba costando no reírse.

-¡¿Cómo os atrevéis a mofaros de nosotros?!- alguien con un don


para la poca originalidad gritó. “Error número uno”. Luego despegó y se
dirigió hacia Rod. “Error número dos”. Los otros hombres desenvainaron
sus espadas.

“Y error número tres. ¡Vaya, buen trabajo, amigos!”

Rod los observó fríamente y pacientemente desenvainó su


espada. En el momento justo, dio un paso hacia delante.

En un instante, el primer aspirante a asesino se encontró con un


torbellino de metal y malicia.

Los hombres restantes se dieron cuenta de a que se estaban


enfrentando y probablemente mojaron sus pantalones.

“Ya era hora.”

El epitafio del hombre del “cómo os atrevéis” estaba escrito en el


momento en que se lanzó en dirección a Rod. Los otros, perdieron
sabiamente sus ganas de combatir.

-¡Retirada! ¡Retirada!- gritó uno de ellos, ya dándonos la espalda.


No la más valerosa de las ordenes, quizá, pero estaba tan claro como el
agua, que era la más prudente.

Desafortunadamente para ellos, mientras intentaban escapar en


la otra dirección, se toparon precipitadamente con un tipo enorme con
una espada bastarda sujeta firmemente en ambas manos. Su cara

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Hajime Kanzaka Slayers

estaba inflamada y sus ánimos encendidos. Era Lantz, mi compinche de


antes.

Los hombres se detuvieron. Lantz cargó hacia delante, rebanando


a sus desafortunados oponentes en, bueno, rebanadas.

“Puag. Es mejor de lo que creía.”

Rod se giró hacia los pocos que quedaron. El “combate” se acabó


en un abrir y cerrar de ojos y ni Gourry ni yo pudimos encontrar un
motivo para criticar.

Rod usó su bufanda para secar la sangre de su espada mientras


Lantz sopló y resopló en nuestra dirección.

-Vi a ese grupo siguiéndoos cuando salí de la taberna– farfulló


Lantz –, así que, por supuesto, los seguí. Quizá no era necesario,
pero...

-No lo era – replicó Rod.

Lantz dejó el tema inmediatamente. Nos miró a Gourry y a mí con


evidente hostilidad unas cuantas veces.

-Pe... pero Rod, ¿crees realmente que esa niña y su


guardaespaldas son adecuados para este empleo?

“¡¿Niña?!”

- Lantz... – gruñó Rod, antes incluso de que pudiera abrir la boca


para replicar.

Lantz se estremeció.

-Yo los invité – continuó Rod. Eso era como decir que si Lantz
dudaba de nuestra habilidad, entonces dudaba también de la valoración
de Rod de nuestra habilidad.

Lantz palideció a medida que captaba el sentido que había detrás


de sus palabras. -Lo... lo siento, Rod señor, no quise insinuar que...

-Muy bien – Rod asintió de forma cortante y siguió andando.


Volvió a su yo lóbrego y sombrío.

“Estupendo.”

Le seguimos, Lantz cubría la retaguardia. Hizo una pequeña


pedorreta con la lengua que no estoy segura si pretendía que
oyésemos.

-21-
Capitulo 1 Un trabajo que puede acabar mal

Me giré hacia él con la mano en la cadera (si tenía un problema


conmigo, ¡debería decírmelo a la cara!) pero un instante antes de que
mis labios pudieran formar las palabras...

¡BLUP! La tierra bajo nuestros pies se volvió líquida. La superficie


del callejón se había convertido en un mar de lodo.

-¡Eh! ¿Qué diab...? – chilló Lantz. Era un tipo grande y se había


hundido en el suelo hasta las rodillas.

-Lina, creo que esta es tu especialidad - sugirió Gourry


calmadamente, sus pies también estaban enterrados en el fango, y
hundiéndose.

-Sí, lo sé – repliqué.

Rod me miró con cautela. Por fin mi impulso de decirle “eres tan
valioso como un palo en el barro” no fue demasiado alejado de la
realidad.

Centré mi atención en encontrar la fuente. Tan pronto como lo


hice, vi a un hombre flotando en el aire contra el oscuro cielo sobre
nosotros. “Un mago, hmmm...”

Llevaba una capa negra con capucha, y un amuleto enjoyado


colgado en su cuello. Tenía un par de hombreras muy bien hechas
esculpidas para parecer las cabezas de unos demonios blow (blow
demons) (uno a cada lado).

Los demonios blow en caso que te lo estés preguntando, no son


precisamente pequeños y encantadores demonios.

“Bueno, la verdad es que aparenta lo que pretende.”

-Supongo que sacrificaste a ese grupo de antes sólo para


comprobar nuestra fuerza - dije, imaginando que omitiríamos las
formalidades.

-Lo hice. Y llevaron a cabo su tarea admirablemente – dijo el


hechicero, sonriendo abiertamente y riéndose de la pérdida de sus
subordinados.

-Usar a Bephimos el espíritu de la tierra para convertir el suelo en


lodo, luego atacarnos desde arriba mientras no pudiéramos movernos...
no está mal. Si no hubiese estado aquí, eso podría haber resuelto el
problema – dije, admirando la estrategia sinceramente.

Por supuesto, permanecía en lo alto del mar de lodo como si


estuviera andando sobre el agua, gracias a un pequeño encantamiento

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Hajime Kanzaka Slayers

al que me gusta llamar levitación (levitation). Tan pronto como había


sentido las suelas de mis zapatos empezar a hundirse, lo conjuré
manteniéndome en lo alto y seca.

-No seréis perdonados. ¡Yo, Karuas, prometo la muerte a todos


aquellos que desafíen al gran Daymia!

-La gente no debería hacer promesas que no puedan mantener,


Karuas. Es de mala educación. ¿No te enseñó nada tu mamá? - Con
esto, cambié a un nuevo hechizo en mitad de la conjuración. ¡Alas de
Rayo! (Ray Wing)

Karuas fue impulsado al instante a un lado

-¡Eh! – gritó sorprendido.

Normalmente, este hechizo envuelve con una barrera de viento el


cuerpo del individuo, permitiéndole un vuelo rápido. Es más difícil de
controlar que un hechizo de levitación pero, ya que no tenía intención
de usarlo sobre mí, su naturaleza tempestuosa era justo el tipo de cosa
que buscaba.

Según mis cálculos, Karuas ejecutaba dos hechizos a la vez: lo


que fuera que había usado para convertir el callejón en lodo y su
hechizo de levitación. Ningún hechicero, no importa cuán diestro sea,
podría manejar más de dos hechizos a la vez. Y por supuesto, si los
hechizos eran complejos, incluso dos serían demasiado. Mientras
controlaba el Alas de Rayo (Ray Wing), podría ser capaz de manejar un
hechizo de iluminación (lightning), por ejemplo, pero desde luego, no
podría conjurar otro ofensivo.

Las buenas noticias eran que estaba segura de que él tampoco


podría conjurar más hechizos.

...o eso pensé.

Karuas se giró hacia mí y con un innecesario y vulgar “¡Toma


esto, zorra!”; ¡varias flechas de fuego (flare arrows) aparecieron de la
nada!

“¡¿Qué demon...?!”

-¡Jaaa! – las flechas se arrojaron sobre mí y las esquivé a duras


penas. Normalmente podría haberlas eludido con facilidad, pero me
había tomado por sorpresa.

-¿Qué pasa? ¿Fuera de juego? – Karuas rió entre dientes mientras


hablaba. Sus hombreras lo acompañaron riendo alegremente.

-23-
Capitulo 1 Un trabajo que puede acabar mal

“¿Acaban de reírse sus hombreras?”

Mmm, a menos que haya perdido algún apunte, normalmente los


accesorios no demuestran desdén antropomórfico. Tan sólo podía ser...

-Exxxacto – Karuas alargó la palabra como un caramelo en su


boca.- Están vivas.

“¿Vivas?” No tenía ningún sentido. Para empezar, los demonios


blow son incapaces de usar hechizos ofensivos de alto nivel. Y segundo,
cada una de las hombreras de Karuas era aproximadamente del tamaño
de la cabeza de un demonio blow. Asumiendo que fueran una variedad
especial capaz de realizar prácticas mágicas avanzadas, ¿¡dónde
estaban sus cuerpos?! Por supuesto, tienden a ser algo más pequeños
que los humanos, pero eso no explicaba que uno de ellos pudiera caber
bajo la capa de un hechicero. ¡Y menos aun dos!

-No son demonios blow corrientes, niña estúpida. Son especiales.


Me fueron otorgados cuando Lord Daymia me convirtió en una quimera.
Son mis hermosas mascotas y, con su ayuda, ¡puedo lanzar tres
hechizos a la vez! –explicó Karuas generosamente.

“Oh, bien. Es bonito que la gente esté orgullosa de sus mascotas.”

Así que él y los dos demonios blow tenían una relación simbiótica.
Juntos podían levitar, controlar el hechizo del fango y dirigir un ataque.
Con todo eso funcionando, tenía una clara ventaja. Sin embargo...

-¡Luz! – alcancé a Karuas con mi hechizo iluminación (lightning).


Ya que la levitación es un conjuro que permite poca agilidad, Karuas no
pudo esquivarlo. “Qué lástima.”

-¡Aaah! – exclamó. La gran bola de luz resplandeció a pocos


centimetros de sus ojos.

-¿¡Don... dónde estás!? – rugió Karuas, tambaleándose. Lo cegué


con mi luz.

-¡Allí arriba! – gritó el demonio blow de su hombrera derecha,


delatándome.

Afortunadamente, aún no había recuperado del todo la vista


cuando alzó la barbilla para mirar hacia arriba.

Y tan pronto lo hizo, aceleré mi siguiente ataque... ¡PUM! Aterricé


en su cara con ambos pies. Luego me coloqué directamente sobre su
cabezón...

-24-
Hajime Kanzaka Slayers

¡CATAPUM! Se llevó un rotundo cabezazo contra el mar de lodo.


Apenas lo había golpeado cuando ya estaba enterrado hasta la cintura.

Aterricé encima de su protuberante trasero-montículo y con calma


recité mi siguiente hechizo.

-Flecha de Hielo (Freeze Arrow) -, clamé, y mis gélidas flechas


perforaron el suelo y congelaron el cieno en un instante.

El cuerpo del hechicero tembló, después dejó de moverse por


completo. Al momento, el suelo volvió a su forma original. Los
demonios blow debían de haber muerto también, liberando el hechizo.

“Entró con un bang, salió con un triste y fangoso ruido sordo.”

Como origen de la derrota de Karuas estaba su creencia de que su


fuerza se podía medir por el número de conjuros que podía usar
simultáneamente.

“No es la magnitud de vuestros hechizos, chicos. Es cómo los


usáis.”

Me volví hacia los otros. -Sea lo que sea lo que vas a hacer ahora,
hazlo rápido, ¿de acuerdo? – suplicó Lantz. Él y los otros dos todavía
estaban enterrados hasta la cintura.

“Es cierto lo que dicen, ya sabes: el trabajo de una mujer nunca


se acaba.”

***

¡El cordero al vapor de Roania estaba DELICIOSO! Espolvoreado


con especias y salteado con verduritas troceadas, su sabor y su delicada
fragancia perduraban como los de un vino bueno. ¡Los mejillones y las
gambas fritas tampoco estaban mal!

De hecho, me arriesgaré y diré que fue uno de los festines más


lujosos que he visto nunca, y mucho menos comido. Si no hubiera sido
parte de una entrevista de trabajo, y si Rod y Tarim no hubiesen estado
allí, habría sido una noche perfecta. Pero lo era. Y ellos estaban allí. Así
que no lo fue. Por desgracia.

Nuestro anfitrión, Tarim el Violeta, se unió a nosotros a la mesa.


Era bastante rellenito (bien conocido por sus cenas exageradas) y de
mediana edad.

-25-
Capitulo 1 Un trabajo que puede acabar mal

¿Estáis familiarizados con los sufijos de color? Frases como “el


Violeta” o “el Azul” se agregan al nombre de aquellos hechiceros que se
encuentran en una asociación, que ostentan cargos significativos o que
llevan a cabo hazañas importantes. Llevan túnicas y capas del mismo
color, y aunque los colores no corresponden a ningún rango o jerarquía,
están hechos para el fácil reconocimiento. Estoy divagando, pero
podríais estar interesados en saber que en efecto, recibí un título de
color de la Asociación de Hechiceros de mi tierra, como título honorífico
especial. Tenían una túnica y una capa hechas a medida para mí, y me
iban a ser entregadas durante una ceremonia oficial de la asociación,
pero no pude asistir a ella. ¡No podía vestir de... rosa!

¡Cuando la noticia se difundió, los otros hechiceros se rieron de


mí! “¡Lina la Rosa!” dijeron, “¡Te convertirás en una gran bailarina de
cabaret!”

“¡Ni hablar!” Chillé con todas mis fuerzas, pero todo lo que
conseguí con eso, fueron más carcajadas aun.

“Oh, que os den, a todos.”

¡Por supuesto, fue un hombre el que eligió el color! “El rosa es


perfecto para una chica tan preciosa”, dijo.

“¿Qué?” ¿¡En qué universo una Hechicera Negra va por ahí vestida
toda de rosa!?

En cualquier caso, tan inapropiado como mi rosa era, el violeta de


Tarim lo era doblemente. Mientras que por sí solo es un color
perfectamente adecuado, el violeta no favorece a nadie.

Quiero decir, a un hombre delgado, guapo le sentaría bien. Podría


añadir un aura misteriosa.

Sin embargo... ver a un hombre de mediana edad introducir dos


mesas de bufé repletas de buena comida en su garganta, su cuerpo
rechoncho envuelto como una salchicha en sedas de púrpura brillante,
no le estaba haciendo exactamente bien a mi apetito.

Estaba completamente calvo, que no es un mal aspecto en sí


mismo, pero queda raro con una constitución regordeta (como la guinda
del pastel). ¡Y parpadeaba tan a menudo y tan fuerte que empezaba a
preguntarme si tenía algo metido en ambos ojos! Lo peor, sin embargo,
era que en vez de tomar vino con la comida, estaba a punto de
encender un puro.

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Hajime Kanzaka Slayers

-27-
Capitulo 1 Un trabajo que puede acabar mal

“Es la gota que colma el vaso.”

-¡EH! ¡Estamos comiendo! – grité, consiguiendo apenas


contenerme para no atizarle en el sitio.

¿Qué? Oh, como que vosotros querríais respirar un apestoso y


hediondo puro mientras estáis comiendo ¿no? Bueno, nos hizo un favor
y apagó el apestoso “palito” antes de que estuviera encendido
adecuadamente.

Su historia sobre el antagonismo entre él y Daymia encajaba con


lo que había oído en la calle. Lo que era diferente era como Tarim
calificaba el “conflicto por la sucesión” como una serie de ataques
unilaterales contra él realizados por Daymia, que lo forzaron a contratar
mercenarios como guardaespaldas. Aún así, se acercaba bastante a la
historia que me esperaba.

-Me encantaría que ambos de vosotros os convirtierais en mis


gu... g... guardaespaldas – dijo débilmente, su voz era mucho más
digna que su apariencia. Por alguna razón, tenía dificultades para decir
la palabra guardaespaldas -. Aunque continúa enviando asesinos detrás
de mí, como os he dicho, no tengo intención de dedicarme a la misma
conducta perversa.

“Claaaro.”

-Cuando me convierta en presidente, veré la forma más adecuada


de encargarme de él. Ahora, no me malinterpretéis. Me refiero a sacarlo
de su actual puesto, nada más.

-¿Qué harás si Daymia se convierte en presidente? – pregunté.

Se burló de mi pregunta con un gesto de la mano como si hubiera


contado un chiste. –Eso no va a pasar, te lo aseguro, yo seré el próximo
presidente. Sí, ciertamente, quizá su magia es más poderosa que la
mía. Quizá incluso dos veces más fuerte. Es el segundo nacido de una
familia noble, así que tiene mucho a su favor.

-Sin embargo... – hizo una pausa, inclinándose hacia delante y


bajando la voz -. Es un poco... raro.

-¿Que es qué? – le dije, preguntándome porqué estaba siendo tan


impreciso.

Gourry no parecía estar interesado en escuchar. Estaba


completamente absorto en quitar los pimientos verdes de entre sus
verduras.

-28-
Hajime Kanzaka Slayers

“No dejes que nuestra conversación interrumpa tu anormal


conducta, genio.”

Mientras mantenía mi atención en Gourry, Rod ocupó su puesto al


lado de Tarim. Las ansias de matar que sentí en él desde el principio no
se habían disipado ni una pizca.

“Me estaba cansando de todo esto, francamente.”

-¡He llegado a pensar que Daymia está siguiendo una vía de


investigación que está prohibida actualmente entre los hechiceros! –
comunicó con fuerza Tarim.

-Sabes, podemos oírte. No tienes por qué gritar – respondió


Gourry.

“¡Gourry! ¡Eso ha sido una grosería!” Le di una patada rápida por


debajo de la mesa. Enarcó una ceja y siguió escogiendo sus pimientos.

Tarim continuó sin inmutarse. Fuera lo que fuese que Daymia


tramaba, Tarim parecía profundamente preocupado.

-Sé desde hace tiempo que mi colega tiene debilidad por la


antigua investigación de la inmortalidad, homúnculos, quimeras y cosas
por el estilo. Jugar con la vida de ese modo es... en contra del código
ético al que se adhieren los de nuestra clase... – dijo. Su evidente
resentimiento estaba debilitando su voz.

“Ahora estamos llegando a algo.”

Nunca ha habido escasez de gente que se esclavizara a sí misma


por la búsqueda de la vida eterna. Unos quinientos años atrás, el
presente rey del Principado de Letidius, por aquel entonces en la cima
de su gloria, ofreció una enorme recompensa a cualquiera que pudiese
otorgarle la inmortalidad. Una ola masiva de violencia sacudió el país de
un extremo a otro, dentro y fuera del reino, ya que los hechiceros
competían por la recompensa. Apenas dos años tras su petición, la
guerra civil y una invasión extranjera reclamaron tanto al rey como a su
reino. Demasiado para la inmortalidad. Los hechiceros aún se refieren a
ese periodo como la Era de las Tinieblas.

Incluso hoy, la primera lección inculcada a todo estudiante de


hechicería es que los experimentos de aquella era no deben volver a
repetirse nunca. Y así debe ser, si lo piensas bien. Quiero decir,
digamos que tú creas tu propia Poción de Inmortalidad, ¿cómo vas a
probarla? Exacto. Estos experimentos siempre acaban en tragedia.

Ahora bien, hay hechiceros que han vivido doscientos años o más,
normalmente haciendo pactos con Mazoku a cambio de longevidad. Sin

-29-
Capitulo 1 Un trabajo que puede acabar mal

embargo, una cosa está clara: todo lo que vive debe perecer. Es un
código que ni un hechicero fuera de la ley puede romper.

En cualquier caso, todo lo que la conversación estableció hasta


ese punto fue que el Vicepresidente Daymia no era la clase de individuo
con el que quería ser asociada.

-Los electores son bien conscientes de esto - Tarim concluyó -.


Nunca le harán presidente, no importa cuántas veces se presente al
puesto.

-Eh... – murmuré poco elegante. No se me ocurrió nada más que


decir.

-Ahora, por otro lado, mi área de estudio es la lingüística de la


investigación mágica-, dijo el Vicepresidente Tarim, cambiando de tema
repentinamente.

“¿En serio está... jactándose de eso?”

¡Lo estaba! “¡Qué prepotente pelmazo!” Preferiría arrugarme y


morir que escucharle hablar sin parar de los entresijos de la jerga
mágica.

-Por supuesto, los laboratorios y los ritos son necesarios para la


práctica de la hechicería, pero el factor más importante es la palabra
hablada - dijo en voz monótona-, porque sin palabras, no puede haber
hechizos. ¿Pero por qué las palabras tienen dicho efecto? ¿Cómo hacen
uso de poderes que no se manifiestan de buen grado en la naturaleza?
Volvamos a mi investigación.

“Oh, dios, no.”

Realmente no iba a acabar nunca. Consideré suicidarme


tragándome la lengua, pero en su lugar opté por cambiar de tema.

-Así que, ¿qué estaba investigando el Presidente Halcyform


cuando desapareció?

Por lo visto mi pregunta sobresaltó a Tarim. Su cuerpo tembló.

“¿Eh? ¿A qué ha venido eso?”

No era solo que le hubiese interrumpido. Algo acerca del asunto


que había elegido le estaba inquietando seriamente.

-El presidente estaba... – le faltaba el aliento, buscando


desesperadamente una respuesta adecuada-. Vida... sí ¡sí! Estaba

-30-
Hajime Kanzaka Slayers

investigando algo relacionado con la vida -. Lo había expresado de un


modo tan extraño que era evidente que estaba ocultando algo.

-Entonces... ¿algo fue mal? – Pregunté mirándolo directamente a


los ojos-. Aún no hemos dicho que aceptemos el trabajo.... – le recordé.

-Bien - las manos del vicepresidente temblaron un poco-. Eso, me


temo, no puedo contároslo, incluso al precio de vuestro rechazo.

-¿En serio? – aquello me pilló por sorpresa.

-Sí. Si sentís que no podéis trabajar eficientemente sin saberlo,


entonces tal vez éste no sea un trabajo apropiado para vosotros.

“Hmmm.”

En retrospectiva, supongo que las cosas podrían haber ido mucho


peor. De todas formas, había acudido seriamente preparada para luchar
por salir de allí. No obstante, sentí que Tarim estaba convencido de su
poder de persuasión y no estaba siendo totalmente sincero.

-En cualquier caso, soy demasiado joven para morir. Busco


guardaespaldas con agallas y aguardo con impaciencia vuestra
respuesta -. Dicho esto volvió a la comida de su plato con un tosco
guiño.

Casi me atraganto con mi estofado de cerdo.

***

La ciudad estaba envuelta en tinieblas.

Gourry y yo bajamos por la calle principal en silencio. Tan sólo un


poco más y estaríamos en el centro de la ciudad, la zona repleta de
posadas y tabernas, locales de alterne, y cosas por el estilo. Los faroles
daban lo mejor de sí para desterrar la oscuridad e iluminar nuestro
camino. La mayoría de la gente de las filas de casas que pasamos ya
estaba profundamente dormida, así que pocas lámparas de aceite
ofrecieron ayuda a través de las cortinas cerradas.

Entonces, la calle se volvió más oscura aun. La luz más brillante


de la zona era ahora el reflejo de la luna llena en varias ventanas.

A pesar de que había dado un vago y poco elegante “me lo


pensaré”, como respuesta cuando dejamos la casa de Tarim, el trabajo

-31-
Capitulo 1 Un trabajo que puede acabar mal

no me entusiasmaba demasiado. Lo cual no quería decir que no fuese a


aceptarlo. Por supuesto, Tarim no estaba satisfecho con mi respuesta,
pero obtuve un “Ah, ya veo” como reacción tan pronto le di mi nombre.

No es por presumir, pero soy bastante popular.

...o más bien impopular, se podría decir.

“¡Lanza Mata Dragones (Drag Slaves) a ciegas!” dicen. “¡Es como


una destructiva fuerza de la naturaleza!” “¡Dirige extraños
experimentos mágicos, creando lagos de sangre con cadáveres
cubriendo sus orillas!” y la lista sigue…

¡Este tipo de acusaciones totalmente infundadas realmente me


ponen enferma!

Ciertamente, un vicepresidente de una Asociación de Hechiceros


en una ciudad de este tamaño habrá oído esos rumores. Aún así, no se
perturbó ante la mención de mi nombre. ¿Puede que no estuviera
tomándose en serio mis palabras?

Después de todo, cualquiera puede afirmar ser una persona


famosa e intentar usar esto para su propio beneficio. Tal vez pensó que
estábamos haciendo algo así. ¿O tal vez después de que preguntara
acerca del Presidente Halcyform, decidió que no iba a aceptar el trabajo
de todos modos así que era mejor si iba sobre seguro?

Estaba absorta en esas reflexiones, cuando, de pronto, ¡alguien


me agarró del cuello de la túnica y tiró de mí hacia atrás!

Era Gourry. -Por aquí – dijo en tono aleccionador-. Incluso si


estaba aguado, señorita “el vino es vino” te emborrachas si bebes
demasiado.

“¿De qué está hablando?” Ninguno de nosotros estaba borracho


que yo supiese.

-¿Guién essshtá borrasho? – pregunté.

“Oh.”

Vale, sí, arrastraba las palabras un poco... ¿y qué? ¡Estaba


completamente sobria! Me equivoqué al girar porque estaba inmersa en
mis pensamientos, eso es todo. Quiero decir, Gourry bebió más que yo,
¡y estaba andando y hablando perfectamente!

-Por aquí – dijo, de alguna forma hizo girar el suelo en la dirección


contraria.

-32-
Hajime Kanzaka Slayers

-Mmmm... - Decidí que era mejor fijar la vista en la espalda de


Gourry, y seguirlo de cerca sólo hasta que los edificios dejaran de
cambiar de sitio.

Unos pocos pasos más allá me estampé contra su espalda.

-¡Gourrhy! No te parhes ashí de golpe...

En el momento que abrí la boca, supe que algo iba mal. La


familiar oscuridad de la noche se espesaba. La luna estaba ahora oculta,
y no por las nubes. Dos sombras oscuras se encontraban en los tejados,
tapando la su luz.

Un viento frío sopló sobre mí, sacándome inmediatamente de mi


estupor.

Murmuré: -Esho...

Vale, es posible que hubiese estado arrastrando las palabras un


poco. Eso no significa que estuviese borracha. No estaba borracha.

E incluso aunque lo estuviera un poco, aquellas figuras no eran ni


un sueño ni una alucinación inspirada por el alcohol, ¿y cómo os
explicáis esa sensación espeluznante?

Aquellos de vosotros que os hayáis encontrado con apariciones


antes, sabréis exactamente a lo que me refiero. Si nunca te has topado
con una, es bastante difícil explicar lo que se siente. Es una sensación
extraña, gélida.

-Mazoku...- murmuró Gourry.

Las dos figuras permanecieron allí, inmóviles como muertos; sus


capas ondeaban en el viento. El de la derecha llevaba una máscara
blanca, como la que llevarías a un baile de máscaras, aunque parecía
estar hecha de piedra. Pero el resto de él estaba envuelto en negro.
Debido a que estaba a contraluz, parecía no tener rostro, salvo por la
máscara blanca, claro.

El otro estaba agachado, de forma más o menos humanoide, pero


era difícil distinguir más que una masa negra. El lado izquierdo de su
cara también estaba cubierto por una máscara blanca, ésta última
formada por pequeños azulejos.

Por fin lo entendí. Ellos eran los que habían estado


observándonos. Los que enviaron a los asesinos por nosotros.

-33-
Capitulo 1 Un trabajo que puede acabar mal

Se movieron. El pelo del que estaba agazapado con la máscara


partida se agitó en el viento. Nos señaló con un dedo anormalmente
alargado.

-Los invitados de Tarim – dijo en una voz grave, antigua. Una


esmeralda incrustada en el lado blanco de su máscara destelló por un
instante. Al parecer, funcionaba como un ojo-. Sin duda no habéis
aceptado su oferta – continuó-. Sería de sabios reconsiderarlo, si es que
esperáis vivir más.

-Fuera lo que fuese lo que os contó Tarim, lo contrario es lo


cierto. Sólo hay una opción si deseáis seguir con vida - añadió el de la
máscara blanca completa. Su actitud era tranquila, casi majestuosa. El
tono de su voz se asemejaba al de un sacerdote dando la Misa de
Domingo. Paternal, casi.

Me reí a carcajadas. -¿Gué leshes eshtás dishiendo? ¡No dengo


rashones para greer a dos desgonocidoss como voshotrosh!

Los Mazoku se quedaron comprensiblemente desconcertados por


la fuerza de mis palabras.

Callaos vosotros.

-Ha dicho: “¿Qué estáis diciendo? ¡No tengo razones para creer a
dos desconocidos como vosotros!” – Gourry tradujo por mí. Qué
encantador.

El de la máscara partida chasqueó la lengua. -¿Qué hacemos


Maestro Seigram? Yo creo que está demasiado borracha para tomarnos
en serio.

-No me importa, Gio. Nuestra misión era darles una advertencia.


Que ésta haya sido tomada en consideración o no, no es de nuestra
incumbencia – el de la máscara blanca completa, el llamado Seigram,
era evidentemente el demonio de más nivel.

El de la máscara partida, Gio, dejó escapar un pequeño suspiro,


luego se volvió hacia mí. -Manteneos al margen de este asunto si sois
prudentes, ¿entendido?

-Mandeneosh al marghen de eshte ashunto si soish pruhentesh


¿enguendido? – Gourry me tradujo.

“Listillo.”

-El mensaje ha sido transmitido-. Y con esto, los dos


desaparecieron en las tinieblas, llevándose aquella escalofriante y fría
sensación con ellos. Todo lo que quedó fue la suave luz de la luna llena.

-34-
Hajime Kanzaka Slayers

-¡Jojo, os grheeis mu valientes para povocarh a Lina la Gande!

-Jo, jo. ¡Os creéis muy valientes para provocar a Lina la Grande! –
ahora Gourry estaba traduciéndome mis propias palabras.

¿Tenía que estar borracho, verdad? ¡Ese hombre estaba


definitivamente borracho!

***

La mañana siguiente fue sorprendentemente agradable, teniendo


todo lo acontecido en cuenta.

Desperté a Gourry, que estaba durmiendo en la habitación de al


lado. Compartimos un desayuno ligero en la primera planta de nuestra
posada y hablamos sobre lo ocurrido la noche anterior.

-¿Entonces qué sacaste en claro de aquellos tipos? ¿Esbirros


demoníacos de Daymia u otro tal vez?

-¿Aquellos tipos? – Gourry detuvo el tenedor camino de su boca y


me miró fijamente.

“¡Ja, ja! ¡Mi oportunidad!” Mi mano derecha atacó. En un único e


impresionante movimiento, me las apañé para cortar un poco de pollo
frito del hueso y alzarlo alto en el aire. Lo cogí con la boca cuando
empezaba su regreso hacia el suelo, y antes de que Gourry supiera lo
que había sucedido, lo engullí. “¡Ja, ja! ¡Perdedor!”

-¡Eh! – ladró Gourry.

-¿Qué? ¡Vi mi oportunidad y la aproveché!

-Oh, ya veo, así que ese es tu juego...- dijo echando chispas-.


¡Toma eso! – dijo, y arremetió contra mi desayuno.

¡Aaaaah! ¡Mi precioso huevo frito!

“¡No tendré piedad alguna, pequeño demonio!”

-¡Cómo te atreves! Aun siendo mi compañero de viaje, ¡no hay


nadie en este mundo al que yo, la gran guerrera y hechicera Lina
Inverse, perdone por poner su mano sobre mis huevos… fritos!

-Suenas como el típico bicho raro, lo sabes ¿verdad?

-35-
Capitulo 1 Un trabajo que puede acabar mal

-¡¡Silencio!! O si no haré... ¡esto! ¡Ja, JA! – y me lancé otra vez


sobre sus víveres.

-¿Ah, sí? ¿¡Bueno, qué pasa si yo hago... ESTO!?

-Disculpen, señor, señora...

-¡Bruto, cómo te atreves! ¡Entonces haré esto!

-¡Ahh! ¡Atacas como un ogro! ¡Toma ESTO! ¡Mi milagroso ataque


de dos fases! ¡Finta y estocada!

-¿Eeeh? ¿Ogro? ¡Tú eres un demonio! ¡Vale, tú lo has querido!

-Disculpen... ¿¡señor, señora!?

-¡Sufre mi terrible técnica destroza-desayunos, perdedor!

-Oh, ¿te crees lo más, no? ¿Ves esto? ¡Mío! ¡Y esto es mío! ¡Y
esto!

-¡SEÑOR, SEÑORITA!

“¿Eh...?”

Comenzamos un duelo con vigor sobre la mesa con nuestros


cuchillos y tenedores. ¡Pinchar! ¡Golpear! ¡Zampar! ¡Morder! ¡Y pinchar
de nuevo!

El posadero nos miró con reproche mientras suplicó: -Por favor,


coman con tranquilidad.

El último trozo de pollo cayó trágicamente desde nuestros


tenedores en combate y aterrizó en el suelo. Y tan pronto como nuestra
batalla había comenzado, terminó. Con el... ejem, ruego del posadero,
nos trasladamos a la habitación de Gourry para continuar nuestra
conversación.

-Entonces, ¿qué opinas de esos tipos? – repetí.

-¿Qué tipos? – Gourry parecía no comprender aún la pregunta.

Eh… Los dos Mazoku con los que nos encontramos antes. ¿Qué
piensas de ellos?

-¿Qué dos Mazoku?

“Eh... ¿hola?”

-36-
Hajime Kanzaka Slayers

-Ya sabes, los dos que nos encontramos volviendo de casa de


Tarim. ¡Esos!

-¡Oh! – dijo golpeándose la palma con el puño -. Creo que no los


recuerdo.

“¡Yaaarg!”

Me puse delante de sus narices. -¿¡Que quieres decir con que no


los recuerdas!?

-Bueno, a veces, cuando bebo un poco de más, yo... esto... olvido


cosas. – Se sonrojó y continuó -. Recuerdo haber estado ayer en casa
de Tarim. Pero después, nada.

-¿¡Lo dices en serio!?

“Así que estaba borracho. ¡Lo sabía!”

-Cero. Lo siento. Estoy totalmente en blanco.

“Ains.”

Como no tenía otra opción, le puse al tanto de nuestras aventuras


de la noche anterior.

-¿Eh? ¿Bromeas?

-No bromeo.

-Vaya. No recuerdo nada de eso. Traduje tu galimatías. Es


impresionante.

-Pfff… No fue tan impresionante. Además, esa no es la cuestión.

-Sí, vale...- Gourry se frotó la barbilla, pensativo. – Bueno, tiene


sentido que los Mazoku y los asesinos de Daymia estén en el mismo
bando.

-Sí. Algo apesta en todo este asunto.

-Sí. Espera. ¿Quieres decir...?- Gourry me miró con escepticismo.

-Si - Me recosté de lado y empecé a trazar un plan-. No tenía


ninguna intención de aceptar este trabajo, pero no voy a huir de la
amenaza de un demonio como una pequeña cría asustada. Lo
aceptamos... ¡está decidido!

-37-
Capitulo 1 Un trabajo que puede acabar mal

***

La ciudad bullía con energía. La plaza del mercado rebosaba de


carros y gente.

“¡Aaaaaah! ¿¡De dónde ha salido toda esta gente!? ¡Está tan lleno
que apenas puedo andar!”

Nos rendimos y nos trasladamos a una calle lateral menos


transitada donde finalmente pude exhalar un suspiro de alivio.

Por supuesto por “menos tránsito” quiero decir que no estuviera


llena de un extremo a otro de gente o fuese muy pública. Aún había
mucha gente alrededor; si alguien nos estaba buscando, lo iban a tener
difícil para encontrarnos entre la multitud.

-¿Qué narices crees que haría a alguien querer vivir en un lugar


como éste? ¡Demasiados turistas! – gruñí, sin esperar una respuesta
realmente.

-Bueno, ya sabes... – aventuró Gourry-. Técnicamente hablando,


nosotros también somos turistas.

-Ya lo sé. Sólo me estaba desahogando – seguí gruñendo y


farfullando mientras caminaba junto a Gourry.

De pronto... sentí una presencia a mi derecha. No era hostil o


sedienta de sangre, sino, más bien, algo brillante viniendo hacia
nosotros.

-Por favor... – era la voz de una mujer.

Me volví para ver a quien me hablaba... Llevaba ropas blancas y


tenía el pelo tan rojo como una puesta de sol. Mientras hablaba, miraba
hacia delante -. No os involucréis en este asunto.

-¿Qué? – me detuve.

-¿Qué ocurre? – preguntó Gourry.

Cuando me volví para señalarla, se había ido. Rebusque entre la


multitud, poniéndome de puntillas para encontrarla.

“¡Allí!”

-38-
Hajime Kanzaka Slayers

La muchedumbre se separó por un segundo y la vi otra vez. Me


miró e inclinó la cabeza hacia abajo ligeramente. No pude distinguir el
color de sus ojos. No sé ni por qué lo intenté siquiera.

-¡Señorita! – pero era demasiado tarde, se había ido. Me quedé


allí, mirando al vacío, hasta que...

¡POM! Algún imbécil chocó conmigo.

-¡Idiota! ¡No puedes pararte en mitad de la calle, mocosa


estúpida!

“¿¡Estúpida!?

Me tomé un momento para perseguir al imbécil y atizarle con


fuerza, justo entre las piernas. Si alguna vez te dicen que la violencia
no te hará sentir mejor, mienten.

¿Qué? ¡Bah, lo estaba pidiendo a gritos!

-39-
Capitulo 2:
Grotescos guerreros se arrastran en
las noches de Atlas.

¡J
o, jo! ¡Así que habéis decidido aceptar! Me siento
agradecido ¡verdaderamente agradecido! – balbuceando
- y deleitándose, el señor Tarim siguió pasando su carne
asada por la parrilla (pasó a ser señor Tarim una vez
aceptamos el trabajo. No puedes llamar a tu patrocinador
por su nombre de pila. Cualquiera sabe eso). De vez en cuando se
llevaba el puro a la boca, dando un par de caladas para puntuar.

“¿Cómo puede siquiera saborear su comida después de que esa


cosa haya estado en su boca?”

Estábamos sentados alrededor de una mesa en el patio trasero de


la mansión, hablando sobre el trabajo.

-Debo decir que esto es verdaderamente tranquilizador. Ahora


puedo dormir por las noches sin preocuparme de Daymia y sus ridículos
intentos de asesinato – dijo sonriendo. De hecho, si esa sonrisa hubiese
sido más amplia le habría ocupado completamente la cara.

-No me importa que te sientas más seguro, pero no lo uses como


excusa para tomas riesgos innecesarios, ¿de acuerdo? – le advertí.-
¿Por cuánto tiempo esperas contratar nuestros servicios?

-Ah sí. ¡Detalles! El nuevo presidente será elegido dentro de dos


semanas. Tras lo cual, las cosas se calmarán. Hasta ese momento, se
os pagará diariamente, más gastos.

La cantidad que el señor Tarim ofrecía era incluso mayor de lo que


había esperado, y esperaba bastante. Después de todo, si no hubiera
soltado una buena cantidad, hubiera sido como si nos dijera que no
merecíamos un pago de primera. Y no quieres que tus guardaespaldas
piensen que no tienes ninguna confianza en ellos.

Por supuesto, cuando te das cuenta que encargarse de Mazokus


era parte del cometido en el puesto, bien, entonces la suma parecía un
poco baja. Pero no iba a quejarme.

Terminamos con las negociaciones y decidimos echar un mejor


vistazo a los alrededores. Conocer tu entorno es una parte importante
de cualquier trabajo de seguridad. Puede que queráis anotar eso.
Hajime Kanzaka Slayers

-¿De turismo? – una voz burlona nos llamó desde el primer piso
de la casa mientras íbamos camino del segundo.

Con los brazos cruzados y mirándonos fijamente con desprecio,


no estaba otro que Lantz.

-Oh, vaya. Eres tú – repliqué expresando mi disgusto-, estamos


inspeccionando, no de turismo. Si hay un ataque lo tendremos más fácil
si sabemos dónde luchar y dónde retirarnos. Pero no debería esperar
que alguien incapaz de mantener sus manos alejadas del trasero de una
chica, estuviese lo suficientemente desarrollado para comprender de
estrategia - dije, mirándolo fijamente. Me imaginé que la nariz de Lantz
sangraría tras un corte así, pero ni se inmutó.

“Maldito.”

-Lo siento, no esperaba encontrarme con una niña y su estúpida


mascota deambulando sin niñera en un lugar como este.

“¡¿Niña?! ¡Grrrr!”

Vale, sí, soy algo más bajita que la mayoría. Es cierto, ¡pero no
puedo soportar que me lo restrieguen por la cara!

-Oh, entiendo, eres aficionado a los culos de las niñas ¿no? Lo


siento, pero no creo que podamos ser amigos.

-¡Mierda!... - Lantz se quedó sin habla momentáneamente.

“Toma esa.”

-¿Qué pasa? ¿He tocado una fibra sensible Lantz? ¿No tienes
amigos, verdad, amante de los traseros?

-¡Ca… Cállate!- me estaba tomando en serio. Le ofrecí un par de


exagerados asentimientos con la cabeza.

-Bueno, imagínate, con esa personalidad…

-Sí, deberías arreglar esa personalidad y rápido – añadió Gourry.

“¡Bien, Gourry! Esa sí que es una réplica brillante, genio.”

-Si no lo haces acabarás con alguien como Lina.

¡PUM! Presenté su cabeza a la esquina de la barandilla.

“Espero que eso duela.”

-41-
Capitulo 2 Grotescos guerreros que arrastran en las noches de Atlas

-¿A qué demonios ha venido eso? - exigí-. ¡¿De qué lado estás?!

Gourry me miró con una expresión de dolor, rascándose la


cabeza.

-Bueno, en realidad no estaba pensando...

-¡Claramente!- dije y me volví hacia el otro bufón–. Bien, Lantz


¿verdad? Para empezar, el señor Tarim se imagina que damos la talla, y
Rod también. ¿Crees que contratarían a un par de extraños, si no
estuviesen seguros de que podemos hacer el trabajo? ¿Lo crees?

-No sé. Quizás - contestó Lantz como un niño arisco.

-Mira, estabas allí cuando derroté al hechicero de Daymia,


¿verdad?

-¿Qué? Lo único que hiciste fue estrellarlo contra el lodo. Eso no


prueba nada excepto que tu adversario era un idiota.

“¡Aaagh!”

Vale, claramente mi enemigo había sido un idiota, no podía


discutirlo. Pero evidentemente, Lantz aún me guardaba rencor por
aquel desafortunado incidente en el restaurante con su ingle y la
esquina. ¿Todavía estaba ofendido por eso? ¡Vaya nenaza!

-Muy bien, ¿y qué tal esto? Te mostraré lo que podemos hacer –


dijo Gourry, desenvainando su espada con indiferencia.

“¡Gourry! ¡¿En qué estás pensando?!”

-¡Perfecto! – respondió Lantz.

-Chicos, chicos, tranquilizaos...- “Demasiado tarde.”

Lantz desenvainó su espada y sacó una moneda de oro del


bolsillo, sus manos temblaban. La sostuvo en su mano derecha,
apuntando hacia el cielo. Con su mano izquierda colocó la moneda de
oro en el extremo de la hoja, y entonces... la mantuvo allí en equilibrio.

“No está mal.”

Era la clase de truco que un talentoso principiante podría


representar pero, aún así, me había impresionado.

-¡Ja! – Gourry blandió su espada directamente al frente mientras


gritaba. Después vinieron dos ligeros repicares metálicos y... Lantz y yo
nos quedamos perplejos.

-42-
Hajime Kanzaka Slayers

La pieza de oro había caído en la alfombra partida en dos a la


perfección, ¡justo por la mitad! En un único movimiento Gourry había
diseccionado la moneda mientras estaba en equilibrio sobre la punta de
la espada de Lantz. ¡La habilidad, velocidad y fuerza necesarias para
aquel pequeño truco eran inimaginables!

-Yo... yo no... ¡Es increíble! – la voz de Lantz reflejaba auténtica


admiración.

Subí varios peldaños de la escalera.

Habiendo satisfecho su orgullo, Gourry envainó la espada y se


giró para seguirme.

“¡Hora de romperle la cabeza, me parece!”

Mi golpe volador de rodilla hizo caer a Gourry rodando. Su frente


hizo un ruido sordo y blando contra el suelo.

-¿¡Por qué le has hecho eso al jefe1!? – me gritó Lantz a la vez


que ayudaba a Gourry a incorporarse, sus ojos estaban rebosantes de
preocupación.

“¿¡Jefe!? ¿Desde cuándo se ha convertido Gourry en un jefe para


este tío?”

-¡Eh, eso duele! ¿¡A qué ha venido eso!? – inquirió Gourry


mientras venía, frotándose la frente.

-Eso... ¡POM!... fue por... ¡POM! malgastar ¡POM!... ¡dinero! -


¡POM! ¡POM! ¡POM!

Puede que sea una hechicera, pero provengo de una familia de


mercaderes, y ningún mercader que merezca tal nombre pasaría por
alto jamás tal maltrato a una moneda.

¿Qué puedo decir? Mis padres tenían un gran sentido de la


responsabilidad económica. Ni mi hermana ni yo seguimos el negocio
familiar, ella es camarera, pero eh, lo llevamos en la sangre. La
disección de una pieza de oro provocó mi indignación desde lo más
profundo de mí ser.

-¡Espera! – protestó Gourry -. ¡Deja de golpearme! Si la moneda


que corté siguiera siendo útil, ¿lo olvidarías?

-Por supuesto. ¿Pero cómo…?

(1) En la versión de Tokyopop, Lantz se refiere a Gourry como “Big Brother” que he sustituido en esta
traducción por la palabra “jefe” para demostrar ese tono de admiración y respeto.

-43-
Capitulo 2 Grotescos guerreros que arrastran en las noches de Atlas

Gourry se sentó en el suelo y recogió ambos trozos mientras Lantz y


yo le observábamos.

-Se me ha ocurrido algo – prometió-. No es porque haya sido yo,


pero la he partido bastante bien.

-Sí, todos estamos impresionados. Ahora...

-¿Sabes? No suelo alardear así delante de la gente – interrumpió-,


pero Lantz ¿te gustaría tener esto como amuleto de la suerte?
Digamos… cincuenta leebs.

Un leeb es la décima parte de una moneda de oro.

Parece que, en alguna parte, Gourry también tiene algo de sangre


de comerciante.

-Vendido – Lantz me miró con enemistad mientras depositaba la


pieza de oro partida en su bolsillo con sumo cuidado.

-¿Qué puedes hacer tú? Supongo que tienes algunas habilidades


que apoyen el modo en el que tratas al jefe. ¿O quizá eres sólo un
juguetito, que lleva para dar espectáculo?

“¡¿Un juguete?!”

-¡¡Oh, te enseñaré lo que puedo hacer, muuuuy bien!! – y


comencé a recitar un hechizo.

-¡Aaaaah! ¡Detente! ¡Lina! Te lo ruego, ¿podrías parar por favor?


¡Para! – en un acto de misericordia suprema, dejé de invocar mi Mata
Dragones (Drag Slave). Pero sólo después de escuchar las patéticas y
sinceras súplicas de Gourry.

”Te ha faltado poco, amigo.”

-Si hubiera sabido que esto iba a estar tan lleno de gente –
murmuré mientras avanzaba, decidida a continuar nuestra inspección.

Lantz me dirigió una mirada que decía “Ya, claro”.

“Grrr.”

***

-44-
Hajime Kanzaka Slayers

Terminamos de inspeccionar la mansión de Tarim y nos fuimos a


explorar la ciudad. Lantz, que había cogido bastante aprecio a Gourry,
hacía de guía turístico.

Aparentemente, cualquier cosa más allá de la plaza del mercado


era considerada “el centro”. Y de vuelta a donde estábamos, cerca del
castillo, las cosas parecían bastante tranquilas durante el día.

-Ya estamos aquí, jefe – dijo Lantz, y se detuvo.

Grandiosas mansiones nos rodeaban. La que Lantz estaba


señalando era muy similar a la residencia de Tarim, pero mayor aun.
Sólo tenía tres pisos de alto, pero su enorme anchura hacía parecer a la
de Tarim insignificante en comparación.

-Así que ésta es... – Gourry suspiró.

-La residencia de Daymia – susurró Lantz de forma escalofriante.

-¿Por qué es tan grande? – me pregunté en voz alta.

-¿Te parezco un mostrador de información? – me espetó Lantz.

“¡¿A qué viene esa actitud?!”

¡Me guardaba rencor! ¡Lo sabía!

-Emm, Lina – Gourry balbuceó, intentando distraerme antes de


que comenzara con una pelea.

-¿Queréis ir a echar un vistazo? – pregunté.

Ambos hombres enarcaron simultáneamente una ceja.

-Echar un vistazo a qué.

-A la casa de Daymia-. Claro.

-¡No! – Lantz chilló como una niña-. ¿¡Hablas en serio?! ¡No


podemos allanar una casa a plena luz del día!

-Vaya, ¿quién dijo nada de allanar? – repliqué-. Entraremos por la


puerta principal como gente civilizada y tendremos una charla. Si somos
educados tendrán que comportarse de forma razonable o los vecinos se
enterarán. Todo saldrá bien.

-Hmm, esto no me convence – dijo Gourry cruzándose de brazos-,


De acuerdo con el Señor Tarim, Daymia no es un tipo de buena ley. Y si

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Capitulo 2 Grotescos guerreros que arrastran en las noches de Atlas

pasa algo la gente aceptará antes la palabra de un ciudadano


respetable que la nuestra, y quedaremos como los tipos malos.

-Mmmm... – emití con los labios cerrados. Estaba un poco


sorprendida de escuchar a Gourry explicándose tan exhaustivamente.
Casi había olvidado que podía colaborar con ideas apropiadas de vez en
cuando.

-Cierto - reconocí a regañadientes-, vamos a tener que elaborar


otro plan-. De acuerdo, sigamos. Vayamos hacia la siguiente: la casa
del Presidente Halcyform...

Toc, toc. Utilicé dos veces la aldaba con forma de cabeza de


dragón. Era genial.

El señor Tarim dijo que una ayudante llamada Rubia seguía


viviendo en la desierta mansión del presidente, en el remoto caso de
que él regresara.

“Seguro que sabe algo, ¿verdad?”

No hubo respuesta.

¿Quizá no está en casa? – Miré hacia arriba, admirando


tranquilamente la arquitectura.

-¿Sí? – Al fin, una voz se escuchó desde el interior de la casa.

“¡Espera un momento! Esa voz...”

Desatrancó la puerta, y cuando la abrió, no pude evitar mirarla


fijamente.

“Pelo del color del sol poniente, ojos llenos de tristeza...”

Era ella, la chica que conocí en la calle. Aquella que me dijo que
no me involucrara y se desvaneció. Sí, sin duda alguna era ella.

Abrió la puerta y nos miró con desconfianza nada disimulada.

-¿Qué puedo hacer por ustedes? – preguntó, como si no nos


hubiésemos visto nunca antes.

“Oh, así que esas tenemos, ¿eh? Bueno, dos pueden jugar al
mismo juego.”

-La señorita Rubia, ¿no?

Asintió.

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Hajime Kanzaka Slayers

-Es un placer conocerte. Estamos investigando la desaparición del


presidente... – le mentí a la cara.

Su expresión cambió muy ligeramente.

-Conté al Consejo de la Asociación todo lo que sé. No tengo nada


más que decir. Por favor, déjenme en paz – dijo, y comenzó a cerrar la
puerta.

-¡Sólo una pregunta! – alcé la voz introduciendo la bota en el


umbral. Quería una verdadera respuesta a la pregunta que dejó mudo
al señor Tarim y no iba a marcharme sin una sola pista-. ¿Qué estaba
investigando el presidente?

Se estremeció. Era exactamente la misma reacción que tuvo


Tarim.

Tan sólo por un instante me miró a los ojos.

-Vida… investigaba sobre la vida. No puedo decir nada más-.


Expulsó mi pie y cerró con un portazo.

-¡¿Qué le pasa a esa mujer?! – dijo Lantz haciendo pucheros.

“En paz, ¿eh?”

-¿Por qué sonríes? – preguntó Gourry.

-Oh, por nada... – Mi capa revoloteó-. Es sólo que... esto se está


poniendo interesante.

***

Di vueltas en la cama insufriblemente.

Estaba instalada en una de las habitaciones de invitados del señor


Tarim. Se suponía que Gourry y yo cambiaríamos turnos para descansar
mientras nuestras cosas eran guardadas bajo llave en la posada, pero
me estaba costando pegar ojo.

Los asesinos prefieren actuar durante la noche, por razones


evidentes. Así que los guardaespaldas no pueden precisamente tomarse
la noche libre y dar el trabajo por hecho. ¿Que por qué dejamos
nuestras cosas en la posada? Bien, mientras estuviésemos bajo el
contrato, proteger a Tarim debía ser nuestra prioridad principal. Si, por

-47-
Capitulo 2 Grotescos guerreros que arrastran en las noches de Atlas

ejemplo, su mansión se incendiara, nunca seríamos capaces de


escoltarlo hasta la salida y mantener nuestras posesiones a sanas y
salvas.

Puede parecer una precaución exagerada, pero entre mis


pertenencias hay varios objetos mágicos irreemplazables, objetos de
valor incalculable para cualquier aventurero viajero. Una cosa era
prestar mis servicios, y otra completamente diferente arriesgar todo mi
sustento. ¡La hechicería es un negocio caro!

Por supuesto, la taberna en la que dejé mis pertenencias podría


arder, pero te volverías loca intentando prevenir hasta la posibilidad
más remota.

De todas formas, no era la preocupación por mis cosas lo que


perturbó mi sueño. Fue... una premonición, por llamarlo de alguna
manera. Las tengo a veces. Simplemente ocurre, sin más.

Estaba cansada, pero no pude seguir dormida por más tiempo.


Sentí que ciertos asesinos iban a atacar esa noche, ¡y estaba en lo
cierto!

Desperté encima de las mantas en un dormitorio bastante lujoso.


Era un poco demasiado extravagante para un guardaespaldas, quizás,
pero el señor Tarim bromeó sobre ello llamándose a sí mismo un
“hedonista”. Gourry dormía con los otros hombres cuando no estaba de
guardia.

Me levanté de la cama y encontré mis zapatillas. Mi vestimenta


era más o menos la misma que durante el día, salvo por haber dejado
mi capa junto a la cabecera, puesto que podía interferir con mi ya
esquivo sueño.

Estaba completamente preparada para lidiar con los intrusos en


cualquier momento.

Solo por si acaso, saqué mi espada de su cinto y dejé la


habitación.

No era que hubiese notado nada sospechoso; sólo tenía que ir al


baño.

Varios hombres dormían en el corredor. Ya fuera de pie o echados


sobre su costado y cubiertos por mantas o de servicio, sus espadas
nunca los abandonaban.

Me abrí paso por el vestíbulo, con cuidado de no tropezar con


nadie.

-48-
Hajime Kanzaka Slayers

Aunque durante el día fuera agradablemente cálida, las noches de


la ciudad de Atlas eran lo suficientemente frías como para necesitar una
manta. No había necesidad de usarla para un paseo tan corto, sin
embargo.

-Brrr... qué frío... – murmuré y me detuve. Noté una silueta


sospechosa apoyada en una puerta cercana. En algún lugar de fuera, en
la parte de atrás, una bisagra rechinó. Había una presencia extraña
acercándose.

Borrad eso. No era una presencia exactamente. Era más bien algo
en el ambiente.

Unos diez hombres estaban fuera de guardia, pero por supuesto,


no notaron nada extraño. Algo más aparte del frió me dio escalofríos.
Sentí una especie de aura extraña al otro lado de la puerta.

Un instante después, una sensación de frío subió por mi columna,


instándome a correr.

“¡Allí!”

Escuché un sonido. Algo similar al rayar de un metal... Eso fue


suficiente.

-¡En pie y alerta! ¡Todo el mundo arriba! ¡Nos atacan! ¡Esto no es


un simulacro, chicos!

Tras levantar a los hombres, salí a toda velocidad por la puerta


más cercana. Podía oler la sangre en el aire. Las bajas no se hicieron
esperar. Espadas desnudas danzaban en la oscuridad, iluminadas tan
sólo por el brillo de las chispas y la luz de la luna.

Cuando luchas en la oscuridad, la amenaza más temible son los


propios aliados. No habría un “Ups, lo siento” de quienquiera que
atacara a Gourry o a Rod por error. Invoqué varios hechizos de
iluminación en el área.

Y entonces pude verlos: aquella grotesca banda de asesinos al


frente del ataque.

Había diez gigantes en total. Y no me refiero a gigantes en


estatura, no; el problema era su corpulencia. Sus brazos eran cada uno
tan anchos como mi cintura. Con ese tipo de fuerza muscular, podían
blandir mazas tan pesadas como un carromato en una mano y empuñar
espadas de verdugo en la otra. Imaginad cuan efectiva es esa clase de
fuerza en combate. No pensé que pudiéramos derrotar físicamente a
estos tipos.

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Capitulo 2 Grotescos guerreros que arrastran en las noches de Atlas

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Hajime Kanzaka Slayers

Lo más extraño era que cada uno de ellos tenía exactamente el


mismo rostro. Todos rondaban los veintidós años y ninguno tenía un
solo pelo sobre su cabeza. Sus caras eran totalmente inexpresivas. No
había gozo, no había furor, nada.

Si tenía que adivinar, eran homúnculos de combate creados por


Daymia.

Tal y como Tarim había insinuado, si alguien con experiencia


creando marionetas como estas, se convertía en presidente, la ciudad
de Atlas vería caer su reputación en cada rincón del mundo, ¡desde
Zefiria en el norte hasta la Federación de Keln al sur! Pero no tenía
tiempo para ponderar las consecuencias entonces.

Aquellos gigantes no eran los únicos en la sala empeñados en


comenzar una carnicería. Los puntos rojos que había visto brillar en la
oscuridad se revelaron bajo el hechizo iluminación (lightning) como los
crueles ojos de lobos enormes cubiertos por escamas aterciopeladas e
incontables y gruesas espinas. Entre los lobos y las marionetas,
nuestros enemigos hacían catorce.

En cuanto a número, nuestro lado tenía ventaja, sin embargo, nos


encontrábamos en una desventaja horrible en cuanto a fuerza bruta. El
poderío y el espíritu de unos mercenarios trabajando por un poco de
dinero extra no eran rivales para los de un enemigo que vivía
exclusivamente para la guerra.

No importaba cuantos refuerzos llegasen del interior de la


mansión, las monstruosidades de Daymia no se acobardarían, ni se
retirarían.

Por supuesto, teníamos a unos cuantos guerreros de valía en


nuestro bando. Rod surgió de la oscuridad a toda carrera. Con una
mano desenvainando la espada en su espalda, embistió al coloso en
cabeza. Mientras el grandullón reaccionaba, llevando su gran espada al
frente, Rod cambió repentinamente su trayectoria, atacando el flanco
derecho del gigante.

La espada de verdugo se deslizó en el aire inútilmente, mientras


la hoja desnuda de Rod arremetía desde su espalda; el brillo de los
hechizos de luz reflejándose en ella como polvo del reino de las hadas.
Los dos hombres se cruzaron; la maza del gigante hizo un fuerte sonido
mientras rodaba por el suelo, y sangre fresca brotó por su costado. En
un solo movimiento, Rod había seccionado el brazo del titán que
portaba la maza y abierto una profunda fisura en su flanco. Sin
embargo...

El gigante aulló y alzó su espada una vez más. Aunque su herida


era profunda, no se estremeció ni parpadeó, sino que ejecutó su

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Capitulo 2 Grotescos guerreros que arrastran en las noches de Atlas

contraataque. “¿Es posible que no sienta dolor? ¿No puede ni tan


siquiera lamentar la pérdida de un miembro?”

Mientras el gigante lanzaba un único ataque a la altura de la


cabeza, Rod lo eludía lanzándose sobre sus rodillas para, a
continuación, ponerse en pie de un salto con un elegante movimiento.
Su espada brillaba con la sangre. El cuerpo del gigante yacía partido en
dos por un único corte vertical.

Gourry entró en combate, desenvainando su espada larga con


tranquilidad y eligiendo a su primer oponente aparentemente al azar. El
desgraciado pelele elevó su espada. Dos destellos gemelos se
confundieron en un coro de clics y clacs. A la primera oportunidad,
Gourry cortó con su espada desde la frente del gigante hasta enterrarla
profundamente en su pecho.

El ahora-cadáver tembló, luego se desplomó.

-¡Alto ahí! – Gourry retrocedió su posición, sorprendido. Algo salió


disparado por el aire, en dirección a su cara. La espada de Gourry
centelleó otra vez, haciéndolo caer al suelo. Era una pequeña púa.

Un lobo cubierto por suaves escamas había lanzado una de sus


espinas como una flecha. El lobo (¿era un lobo?) respiraba
profundamente, recuperando fuerzas para otra descarga de ataques.

Un momento después, una tormenta de espinas arremetió contra


Gourry. El avanzado soldado se habría convertido en un alfiletero.
Afortunadamente, Gourry estaba por encima de la media.

-¡Uff, ahh! – gritó mientras se tiraba al suelo y rodaba para evitar


el ataque. Una vez terminado el ataque, se puso en pie de un salto y
corrió a toda velocidad hacia el lobo.

Aquello jadeaba una vez más.

Gourry, decidido a no darle una segunda oportunidad, lo miró


fijamente a los ojos, casi como si le estuviese diciendo adiós, y luego se
sumergió entre sus rodillas para destrozar la carne con la espada,
diseccionando su cuerpo de un tirón largo y lento.

El lobo explotó como un globo, estallando en todas direcciones.

Lantz era un soldado más competente de lo que esperaba. Cargó


directamente contra la garganta de uno de los gigantes, blandiendo su
espada bastarda en ambas manos. Su arma se encontró con la del
enemigo con un estridente rechinar. Apartándose de las espadas
entrecruzadas, Lantz se encaró al gigante. Su mano derecha soltó la
espada, y con la izquierda, la estampó en la mandíbula de su oponente.

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Hajime Kanzaka Slayers

La cabeza del titán se dobló hacia atrás sin hacer ruido. Lantz dio un
paso al frente

Antes de que el gigante pudiera recuperar la compostura. Lantz lo


cortó desde el lateral. El golpe dio en el clavo. La marioneta se torció en
su sitio, cayendo de rodillas. Lantz lo remató con una simple estocada a
través del cerebro y, sólo para asegurarse, se colocó detrás él y utilizó
la empuñadura de su espada para machacar sus sesos hasta
convertirlos en sopa.

El estilo de Lantz mezclaba la lucha de esgrima clásica con la


pelea de taberna a manos desnudas.

-¡Vamos, bastardos! – gritó Lantz-. Me concederéis este baile


¡¿verdad?! – Mientras Lantz lanzaba su extraño grito de guerra, un lobo
salió a bloquearle el paso.

-Yo... eh... en realidad hablaba con los otros compadres. Los


gigantes... – murmuró Lantz en voz baja.

Evidentemente, yo no estaba sólo por ahí observando mientras


todo esto ocurría. Podría haberlo hecho, pero los asesinos no me
habrían dejado. Uno de los lobos que estaba cerca de mí tomó una
honda bocanada.

“¡Nada bueno!”

Busqué frenéticamente el conjuro adecuado, ¡a la vez que el lobo


disparaba cada espina de su cuerpo en una única ráfaga!

-¡Golpe de Viento! (Diem Wind) – grité, y el aire se condensó a mí


alrededor, enviando una onda de choque hacia el lobo. Sólo era un débil
hechizo de viento, ni siquiera lo suficientemente fuerte para
desequilibrar a un adversario, pero lo suficientemente poderoso para
rechazar las púas de donde venían. Quedándole sólo las marcas de sus
espinas, todo lo que el lobo podía hacer era aullar y quedarse
embobado.

-¡Vamos!

-¡Aquí!

-¡Toma esto! ¡Y esto! ¡Y esto!

Un pelotón de mercenarios aliados volcó su miedo y su ira sobre


el impotente lobo con una oleada de cortes y patadas.

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Capitulo 2 Grotescos guerreros que arrastran en las noches de Atlas

Mientras observaba el encantador espectáculo, avisté una sombra


errante... ¡un gigante detrás de mí! Volteé hacia un lado, escapando a
la caída de la espada de verdugo por un pelo. Eso me cabreó.

“¡Toma esto, maldito tramposo!”

Empecé a conjurar un contraataque. Agachada y presionando las


palmas contra el suelo, conjuré:

-¡Ruptura! (Bephis bring)

Era un hechizo que, en principio, se usaba para invocar a un


espíritu de la tierra y cavar un túnel. Lo conjuré directamente bajo los
pies del gigante.

Al instante, su figura fue engullida por un profundo agujero, sus


manos arañaron hacia arriba. El agujero no era lo suficientemente
profundo como para que lo matase la caída. No obstante, tampoco era
tan poco profundo como para que pudiera salir trepando.

-¡Chicos, encargaos de este de aquí! – voceé a unos mercenarios


cercanos.

-¡Entendido! – respondieron.

No sé si lo lapidaron hasta la muerte o si lo bañaron en aceite y le


prendieron fuego, pero si hubiera tenido tiempo, estoy segura de que
habría sentido lástima por el estúpido y enorme pelele.

Nada más pasar ese pensamiento por mi cabeza, sentí que


alguien me estaba observando... me volví.

Sólo podía distinguir la silueta de una figura apoyada contra una


pared blanca cerca de la puerta principal. Llevaba una máscara blanca.

“¡Seigram!”

Salí a toda velocidad hacia el mazoku de la máscara blanca.

-Así que, ¿habéis decidido ignorar nuestro mensaje? De todas


formas... – murmuró Seigram con tranquilidad.

Me detuve directamente enfrente del de él y me percaté de algo


que había pasado por alto anteriormente. Al notarlo, pude sentir un
vacío en mis entrañas.

Quizá fue porque había estado ligerísimamente borracha la otra


noche, pero de algún modo no me di cuenta durante nuestro primer

-54-
Hajime Kanzaka Slayers

encuentro que el adversario demoníaco ante mí era de un rango


bastante alto.

Había pensado que podría derrotar a Seigram fácilmente, en


virtud de un poder superior. ¿Pero ahora? Por una montaña de razones,
imaginé que sería bastante afortunada de conseguir una victoria por los
pelos.

Por supuesto, estaba segura de que podía aniquilar a Seigram con


mi hechizo secreto. Pero era demasiado peligroso... y un poco excesivo.

Si lo usaba, había una alta posibilidad de convertir la ciudad de


Atlas en un cráter. Hubiese estado bien si pudiera usar el hechizo
ofensivo anti-persona, Ra Tilt, el cuál destruye al enemigo desde el
plano astral, pero no podía usar ese conjuro. Es decir, ¡no lo había
estudiado!

Veréis, nunca me vi en la situación de usarlo antes y... bueno...


¡no era muy llamativo! El Mata Dragones (Drag Slave) es mucho más
ostentoso, aprendí ese en su lugar.

“¡No es hora de lamentarse! ¡Tengo que hacer esto de un modo u


otro!”

-Así que, ¿media-máscara se ha tomado el día libre? – pregunté.


Estaba bastante segura de que el tal Gio estaba allí, en alguna parte,
pero no podía verlo.

-Su nombre es Gio Gaia. No soy quién para participar en esto. Se


me ha ordenado simplemente observar los resultados de esta batalla.

-Por Daymia el Azul, ¿no?

Seigram respondió con silencio a mis palabras.

Aunque invocar a Gio no requería mucho talento, invocar a un


demonio como Seigram, eso requería un hechicero que fuera más que
aceptablemente competente.

Nos miramos en silencio.

“¿Quién empieza primero?”

Un sudor frío resbaló por mi espalda. Y entonces...

-¿Te echo una mano? – exclamó una voz totalmente indiferente


detrás de mí. Supe quién era, incluso sin volverme.

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Capitulo 2 Grotescos guerreros que arrastran en las noches de Atlas

-¿Cómo va por ahí, Gourry? – pregunté, mientras seguía


observando a Seigram.

-Oh, Rod está por allí, así que se las apañarán sin mí. Además, tú
tienes aquí a una persona demonio.

“¿Una persona demonio? Bonito lenguaje.”

Retrocedí un poco de modo que estaba en su misma posición.

-¿Y viniste para ayudar a mi humilde persona? Vaya, Gourry, eres


demasiado amable.

Incluso si no podía usar la artillería pesada, el arma de Gourry era


un buen refuerzo. Pero antes de que pudiera ultimar un plan
mentalmente...

-Lamento no poder combatir con vosotros en este momento –


Seigram ronroneó con calma.

-¿Qué...? – Respondimos Gourry y yo simultáneamente.

-Se me ha encargado observar el devenir de este combate. Ya


que no se me ha ordenado batirme con vosotros, no tengo intención ni
razón para hacerlo.

-¿Qué demonios estás diciendo? – grité con rabia-. ¡¿Vienes aquí,


lanzas un ataque sorpresa con homúnculos guerreros y lobos quimera,
y tienes las pelotas de decir que no quieres luchar?! ¡Pues bien, puede
que tú no, pero puedo asegurarte que nosotros sí!

-Ya veo. Entonces no tengo opción – dijo Seigram, mientras daba


un paso hacia delante. Instintivamente Gourry y yo dimos un paso
atrás. Entonces...

El Mazoku de la máscara blanca pegó un salto y se elevó hacia el


cielo. Al instante, su forma se desvaneció completamente.

¡Nos había engañado con una finta consiguiendo escapar con


facilidad!

-¡Oh, ni hablar! – me lancé hacia la entrada, siguiendo la capa


negra.

-¡Eh! ¡Lina, espera! – Gourry me llamó y luego se unió a la


persecución.

Nos habíamos lanzado a la cacería a altas horas de la madrugada.


El silencio reinaba en la ciudad. Con las nubes cubriendo la luna, la

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Hajime Kanzaka Slayers

única luz existente provenía de faroles encantados y hechizos de


iluminación ambientales.

Seigram nadó con rapidez a través del frío aire nocturno. De


algún modo su capa no hacía ruido alguno mientras ondeaba.

Todo lo que Gourry y yo podíamos oír eran nuestras pisadas y el


ritmo regular de nuestra propia respiración. Un pensamiento me asaltó
inesperadamente mientras estaba absorta en la persecución: era como
intentar atrapar un sueño.

El Mazoku no se fundió en la oscuridad como había hecho la noche


anterior. Quizá se había imaginado que mientras nuestras habilidades
podían ser un desafío para Gio, para él no representábamos ni de lejos
una amenaza. O tal vez...

Nos estaba atrayendo hacia algún lugar. “¿Una trampa?”

Puede que Gourry estuviese pensando lo mismo... o puede que


nada en absoluto. No podía saberlo por su expresión, en cualquier caso.

El camino que Seigram escogió era extraño. Mas que intentar


perdernos en los callejones, voló siguiendo una calle principal.

Entonces me di cuenta.

“¡Nos estaba dirigiendo hacia Daymia el Azul!”

La figura de Seigram se desvaneció cuando la silueta de una


mansión colosal se alzó ante nuestros ojos.

“Justo lo que pensaba... ¡la propiedad de Daymia el Azul!”

Aunque no había guardias de servicio en el pequeño patio (en


comparación), se filtraba bastante luz a través de las ventanas de la
mansión.

No me gustaba. Era demasiado predecible. Cualquiera lo vería


como una clara y obvia trampa.

-Creo que aquí terminamos – dije a Gourry.

-¿Conoces este sitio?

“¡Aaaaay!”

Caí de rodillas ante la réplica de Gourry.

-57-
Capitulo 2 Grotescos guerreros que arrastran en las noches de Atlas

-¡Hoy durante el día estuviste aquí, majadero! ¿Recuerdas? ¿Lantz


nos estaba enseñando el lugar?

-¿En serio? – se cruzó de brazos, pensativo-. Eh. Las cosas


parecen totalmente diferentes por la noche, ¿verdad? – preguntó con
seriedad–. Entonces... ¿qué es este sitio?

-L-a c-a-s-a d-e D-a-y-m-i-a – dije despacio, con la mandíbula


cerrada con fuerza.

-¡Ajá! – Gourry palmeó sonoramente su puño - ¡Justo lo que


pensaba!

-¿Crees que esto es divertido? ¿Es eso? ¿Estás intentando


gastarme algún tipo de broma extraña? Porque, en serio Gourry, no
estoy de humor... ahora, ¡vamos!

-¿Ir a dónde?

“¡Que alguien me sustituya como su compañera! ¡¿Por favor?!”

-A l-a c-a-s-a d-e D-a-y-m-i-a – repliqué, a punto de explotar.

-Eh, pero... – comenzó Gourry con una seria expresión en su


rostro-. Creo que es una trampa.

-¡Ya lo sé! – grité-. ¡Naturalmente que es una trampa! Pero


trampa o no, atraídos aquí o no, no sabemos cuáles son sus intenciones
¡¿no?! ¡Y sólo hay una manera de averiguarlo! ¡A ti puede sonarte
estúpido pero dejar que el miedo y la precaución dicten cada uno de
nuestros pasos me parece mucho más estúpido! – Me puse en pie
indignada y despotriqué por encima del hombro al ponerme en marcha.

Gourry posó delicadamente una mano en ese mismo hombro.

“¿Eh...?”

-Lina... – penetró con su mirada profundamente en mis ojos y


comenzó a hablar con una voz suave.

“E... espera un momento. Él debería estar perdiendo la calma, no


poniéndose serio conmigo de este modo.”

-Ahora, Lina. Quiero que me escuches bien...

-¿Qu... qué? ¿Qué haces poniéndote tan... serio? – incluso yo


podía escuchar el nerviosismo de mi voz.

-58-
Hajime Kanzaka Slayers

-Lina, escúchame: armar mucho jaleo por la noche nos va a


meter en problemas con los vecinos.

Mi silencioso puñetazo impactó con su mandíbula.

“Listillo.”

***

-Entonces, ¿ciertamente es una trampa?

-Si... Es una trampa.

Intercambiamos chistes ingeniosos mientras caminábamos por un


corredor desierto, manteniendo en susurros nuestras voces. Entramos
en el edificio de Daymia, pero basándonos en las luces que habíamos
visto antes, estábamos bastante seguros de que habían retirado a los
guardias para una emboscada. Aunque...

No habíamos visto un alma.

Una fila de puertas flanqueaba el pasillo. Probablemente llevaban


a las literas de los guardias. Abrimos algunas de las puertas pero sólo
encontramos cajas de almacenaje.

Si Daymia era capaz de enviar asesinos como esos tras nosotros,


¿sería tan estúpido como para dejar su casa desprotegida?

Por supuesto que no.

Eso sólo dejaba una posibilidad: nos estaban dirigiendo hacia...


algún sitio.

Deambulamos por allí tanto tiempo que sucedió algo extraño:


empecé a aburrirme. Pensaréis que habríamos llegado a algún lugar
para algo llegados a ese punto, pero la mansión era como un enorme
laberinto.

Ya parecía bastante grande desde fuera, pero ahora que


estábamos infiltrándonos realmente en ella, era aun más demencial de
lo que pensé.

La primera cosa extraña que noté fue que las escaleras de la


entrada conducían al ático del tercer piso. La gente no construye así las
casas. La gente cuerda, en todo caso.

-59-
Capitulo 2 Grotescos guerreros que arrastran en las noches de Atlas

Por supuesto, los cuerdos no crean ejércitos de homúnculos


tampoco.

En fin, tras vagar por un increíblemente molesto periodo de


tiempo, llegamos por fin a la gran puerta blindada de una sala con un
pentagrama grabado en ella. Evidentemente era una habitación usada
para canalizar magia.

Sentí una presencia humana al otro lado.

-¿Es... aquí? – inquirió Gourry en voz baja.

-Aquí es – respondí-. Sé que es una trampa, así que vamos a


entrar. ¿Estás preparado?

-No, no me parece bien...

Lo miré fijamente. -¡No te me eches atrás ahora!

-¿Por qué debería seguir bajando a los infiernos cada vez que se
te antoja?

-¿Porque es bueno para tu salud hacer algo osado de vez en


cuando?

-¿¡Llamas a esto osado!?

-No está mal – repliqué con admiración-. No sabes lo que significa


osado, ¿verdad?

-¡No! ¡No lo sé! Pero pensé que podía disimular.

-Vale, sssh – dije bajito. No era buen momento ni lugar para


armar un escándalo.

-Mira, ¿estás conmigo en esto o no?

-¡No! No podemos hacerlo así, Lina.

-¿¡Me estás llamando imprudente!?

-¡Vale, sí! De acuerdo: ¿qué es lo primero que vas a hacer cuando


abras la puerta?

-No sé, ¿tal vez lanzar un par de Bolas de Fuego?

-¡De eso es precisamente de lo que hablo! Para empezar, puede


que estemos completamente equivocados...

-60-
Hajime Kanzaka Slayers

-¡¿Crees que no lo sé?! Mira, Tarim tuvo una reacción muy rara
cuando saqué lo del Presidente Halcyform, ¿no? Bien, ¡voy a hablar con
Daymia para averiguar qué esconde Tarim!

-¿En serio? – se me quedó mirando estupefacto-. De… desearía


que hubieses empezado por ahí antes.

“Dios, ¡no podíamos retroceder tras llegar tan lejos!”

-¡Sssh, Gourry!

-¿Qué?

Puse mi oreja en la puerta.

-¿Qué pasa? – No parecía haberse dado cuenta de lo que


tramaba.

-Nuestra única opción es entrar ahí dentro.

-¡¿Ahora?! – Miró alrededor con nerviosismo, pero no había nada


que ver. La única presencia era la que estaba detrás de la puerta.

Me miró con duda en sus ojos.

-Vale, si estás segura, de acuerdo. ¡Vamos! – dijo, y abrió la


puerta de una patada.

¿Veis? ¿Él y yo? Somos uno sólo.

Los ojos de Gourry se entrecerraron.

Los dos permanecimos en la puerta, lado a lado.

Era como asomarse a una enorme carpa de circo. La sala era de


proporciones titánicas y perfectamente redonda. ¡Probablemente
ocupaba la mitad de la mansión! Un pentagrama de protección gigante
estaba tallado en el suelo, la punta de su estrella señalaba el norte.

“Un Debilitador de Poder… (Rune Breaker)”

Los pentagramas son utilizados para crear un campo que


interfiere y debilita todo poder mágico en su interior. Una característica
peculiar de este hechizo es que el poder del campo aumenta, no sólo
proporcionalmente a la habilidad del hechicero, sino también al tamaño
del campo.

En otras palabras, si fuera lo suficientemente grande, la


protección podría sellar incluso mis poderes, sin importar lo novato que

-61-
Capitulo 2 Grotescos guerreros que arrastran en las noches de Atlas

fuese el hechicero que lo creó. Naturalmente, no es que esté


alardeando, pero... incluso con ese tamaño, no estaba exactamente
temblando de miedo.

Había una especie de altar en el lado opuesto de la habitación, y


un hombre estaba de pie ante él, una sonrisa delirante y espeluznante
cruzaba su cara. Tenía entradas, pelo oscuro, bigote y unos ojos
grandes y esquivos, que estaban constantemente en movimiento, y...
llevaba una capa azul.

-¿El señor Daymia, supongo? – dije llamándolo, el hombre reculó.

-¡Los asesinos de Tarim! – sus ya grandes ojos se abrieron por


completo y chilló en un tono ensordecedor. Ambos dimos un brinco.

-Bien, eh... Supongo que lo somos, por decirlo así – replicó


Gourry con franqueza (y estupidez).

-¡Lo sabía! ¡Ja! ¡Sabía que lo haría, ese sapo! ¡Desde el mismo
principio, supe que planeaba matarme tan pronto lo hubiera
conseguido! – continuó Daymia-. Lo sabía, ¡lo sabía! ¡Lo sabía desde el
primer momento! ¡¿De verdad pensó que no lo sabría?!

Gourry y yo intercambiamos miradas.

“Eeeh...”

-Este tío está chalado – susurré.

-¡Eh, tú eres la que nos ha metido en esto! ¡Tú eres la que cogió
el empleo! – Gourry respondió comprensivo.

En el otro lado de la sala, Daymia continuaba con sus maníacas


quejas, sus ojos sobresaliendo, sus dientes rechinando... todavía
sonriendo. En serio, daba miedo.

“Pero...”

Algo de lo que Daymia había dicho me preocupaba: “¡Sabía que


pensaba matarme tan pronto lo hubiera conseguido!”

“¿Después de que consiguiera qué?”

-¡Espera! ¡No tenemos intención de hacerte daño! – grité. Tan a la


desesperada como parece, necesitaba presionar para obtener más
detalles.

Daymia dejó de hablar y nos miró fijamente a ambos.

-62-
Hajime Kanzaka Slayers

-Espectáculo... de bichos raros– murmuró Gourry con un tonillo


cantarín. Luego empezó a hacer un silbido que sonaba como “cucú,
cucú”. Lo ignoré.

-¿No sois asesinos? – preguntó Daymia, girando sus ojos saltones


de rana hacia nosotros.

-Así es. No lo somos.

Tras una pausa, Daymia comenzó a reírse como un loco una vez
más.

-Ya veo. Ya veo, luego... ¡ya sé! ¡Lo comprendo totalmente! Si no


sois asesinos de Tarim, entonces... ¡estáis aquí para robar mis
preciadas quimeras!

“Eeh, me parece que no.”

-Bien, intentadlo si podéis, ¡no las conseguiréis! ¡Son mis


preciosas hijas! ¡No las tendréis! ¡¡No lo haréis!!

“Em... tierra llamando a chalado.”

-¡Señor! ¡Tampoco estamos aquí para robarle sus quimeras!

-¿No... no lo estáis? – Daymia nos miró dura y prolongadamente


otra vez. Y entonces, otra vez a reírse.

“Señor...”

-Ya veo... ¡ja, JA!... ¡Ya sé! Si no sois ladrones, entonces tenéis
que ser... ¡asesinos de Tarim!

“¡Aaaaaah!” Sujeté mi cabeza con ambas manos.

-Demasiado para ese plan tuyo de “hablar con él” – dijo Gourry
con severidad.

-Sí, eso me temo – respondí-. De acuerdo, vamos a tener que


secuestrarlo. Podemos preguntarle sobre esos asuntos más tarde. Sé
bueno con él, ¿vale?

-¿Yo? Siempre soy bueno. Sé tú buena con él.

-Sí, sí, vale – dije agitando una mano y dando un paso adelante.

Daymia retrocedió bruscamente.

-63-
Capitulo 2 Grotescos guerreros que arrastran en las noches de Atlas

-¡Re... retrocedez! ¡No os acerquéis más! ¡¿Pre... pretendéis


dañar el cu... cuerpo de Daymia el Azul?! ¡No lo hagáis! ¡No debéis
hacer tal cosa!

“¿Por qué las cosas nunca son fáciles? ¿Eh?”

Continuamos hacia el otro lado de la sala, ignorando sus súplicas


y amenazas y... sus balbuceos psicóticos.

-¡Retroceded! Si os acercáis más, sólo un paso más, yo...

-¿Y si lo hacemos? ¿Qué? ¿Qué vas a hacer, eh?

-¡E... es… esto! –Daymia agarró una cuerda y tiró.

¡FLOP! El colosal símbolo mágico a nuestros pies se convirtió


rápidamente en un colosal agujero con forma de símbolo mágico en el
suelo. Ups.

-Oh, ooh...

“¡Oh! ¡Ya lo tengo!”

-¡Lina! – gritó Gourry. Se aferró a mí mientras nos precipitábamos


al abismo-. ¡Usa tu magia! – clamó.

¡Como si no hubiera pensado en eso! Ya había empezado.

-¡Levitación! - exclamé.

Mi hechizo para levitar podía levantar normalmente un carromato


cargado hasta los topes con facilidad. Aunque la barrera de Daymia
había mermado algo de mi poder, el efecto no debería de haber sido
muy grave... Nuestra caída pasaría rápidamente a... eh... “¿Cómo es
que no nos paramos?”

No estábamos exactamente en una caída libre, pero


decididamente seguíamos cayendo, descendiendo a un foso tan
profundo que parecía no tener fondo.

-¡Hola, Lina! ¡Seguimos cayendo!

-¡Ya lo sé! ¡No te preocupes! - Ya me había imaginado la razón,


pero no era el momento de dar explicaciones-. ¡Es suficiente para el
peso de una persona! – dije.

El miedo se extendió por la cara de Gourry. Me abrazó fuerte,


oprimiéndome los pechos.

-64-
Hajime Kanzaka Slayers

-¡Eh! ¡No tengas cara!

-¡Lina! ¡¡Muramos juntos!!

-¿¡Qué?! Estaba bromeando, Gourry. ¡Dios! Tan sólo... ¡eh! ¡No


hagas es... aaaaaah!

Mi equilibrio en el aire se rompió, indudablemente nos dirigíamos


hacía la oscuridad más profunda a toda velocidad.

¡PLÁSSSH! Con un gran trompeteo de agua, una enorme ola se


elevó... supongo.

Estoy haciendo conjeturas porque, en ese momento, había


perdido la consciencia.

-65-
Capitulo 3:
Aquél que duerme en el fondo del mar.

-O h, ay... – gemí, mientras me abría camino hacia la


consciencia.

-Buenos días, encanto – oí decir a Gourry, pero apenas fui capaz


de distinguir su silueta en la oscuridad.

-Mmmm... espera un momento-. Aún atontada, coloqué mis


manos frente a mi pecho y grité-: ¡Luz!

Un orbe levemente brillante se formó entre mis palmas. Lo


precipité hacia las tinieblas. Por lo poco que pude distinguir de nuestros
alrededores, estábamos encima de uno de los cinco pilares que
emergían de una sala gigantesca, llena de agua. Era aproximadamente
de las mismas dimensiones que la sala desde la que habíamos caído y
los pilares estaban espaciados de tal modo que cada una correspondía
con un punto del pentagrama de la habitación de arriba. Estaba
demasiado oscuro como para saber cuál era la profundidad del estanque
que nos rodeaba.

-Debilitador del Poder (Rune breaker) – murmuré frunciendo el


ceño.

-¿Eh? ¿Qué es eso? – preguntó Gourry.

-En resumen, mi poder disminuye dentro de este campo. Es por


eso que el hechizo para levitar no funcionó cuando estábamos cayendo.

En un principio, los Debilitadores de Poder se diseñaron para


reducir el daño provocado por hechizos ofensivos, debilitar maldiciones,
ese tipo de cosas. No suelen afectar a las cosas de poca envergadura
como los hechizos para levitar. Mi mejor conjetura era que las dos
cámaras por encima y por debajo del suelo se habían combinado para
multiplicar sus efectos exponencialmente, hasta el punto de que
interferían y absorbían todos los tipos de magia. Incluso el resplandor
del hechizo de luz que acababa de conjurar era más débil de lo normal.

Supongo que Daymia no llegó a vicepresidente por nada.

-Eh. Parece que nos hemos metido en un callejón sin salida –


observó Gourry.

“Un callejón sin salida, desde luego.”


Hajime Kanzaka Slayers

-Así que, supongo que necesitamos destruir el campo, ¿no? – dijo


Gourry, como si fuera fácil.
Suspiré profundamente. Claro, estaría bien que pudiéramos
romper el pentagrama, destruyendo el Debilitador de Poder de ese
modo... también estaría bien que alguien nos pudiera tirar una cuerda,
pero no iba a aguantar la respiración esperando alguna de aquellas dos
remotas posibilidades.

-Bueno, sí. Pero para hacer eso necesitaríamos destruir esos cinco
pilares ¿entiendes?

-Puedes hacerlo con tu magia.

“Uno de estos días, Gourry...”

-¿No has estado escuchándome?

-¿Qué...?

-Te lo he dicho, ¡mi magia es débil aquí! No puedo hacer esa clase
de cosa ahora mismo. ¡He ahí la cuestión!

-Oh, me estaba preguntando si había una razón para todo esto.

¡Yaaaaarg! De verdad creí que se me iba a estallar un vaso


sanguíneo, exactamente en ese momento.

-¿Qué te ocurre? ¿Tienes jaqueca?

-No – suspiré mientras me ponía en pie, mi ropa goteaba un poco


de agua. Ambos estábamos bastante mojados, pero mis prendas no
estaban completamente empapadas, lo que significaba que no podía
haber estado bajo el agua mucho rato.

-Tenemos que hacer algo con esta ropa – dijo Gourry temblando.

-Estoy de acuerdo. Si permanecemos así mucho tiempo pillaremos


un resfriado.

-Sí. Entonces...- comenzó Gourry, sonriendo-. ¿Crees que


deberíamos desnudarnos y acurrucarnos buscando el calor corporal?

“Oh, ¡en tus sueños!”

Junté mis palmas y empecé a conjurar. El rostro de Gourry se


volvió de un curioso color, el color del miedo.

-E...eh. Lina, ¡espera! ¡Estaba bromeando! ¡Era una broma, lo


juro! Mira, lo retiro, va... vale–. Gourry se estremeció.

-67-
Capitulo 3 Aquél que duerme en el fondo del mar

-¡Bola de Fuego! (Fireball) – grité, arrojando un brillante orbe de


calor capaz de derretir el acero directamente contra el pecho de Gourry,
que dio de lleno y explotó. O eso es lo que él pensó, en cualquier caso.

-¡Aaaaaaah! – gritó a la vez que su cuerpo era envuelto en calor.


Luego, cuando se dio cuenta de que no estaba muerto, se detuvo y
echó una ojeada a su torso como si no estuviera seguro de que fuera a
estar allí.

Mi bola de fuego normalmente derrite el acero, por supuesto, pero


dentro del Debilitador de Poder hacía poco más que calentar el aire.

-Ahora tus ropas están secas ¿no? – reí.

“Chico, a veces me parto yo sola.”

-Vale, ahora que eso ya está solucionado… – dije, volviendo la


vista al cielo. Necesitábamos un plan.

-¿Alguna idea brillante? – preguntó Gourry con preocupación.

“Ideas brillantes. Ja, ja, ya lo cojo. No me tientes a repetirlo,


Gourry.”

-Mmmm, aún no. Este es un asunto complicado – dije, pensando


en voz alta. Parecía que el agujero a través del cual habíamos caído se
había cerrado. El hechizo de luz no era suficientemente radiante como
para discernir los detalles, pero estaba claro que todo por encima de
nosotros era completa oscuridad.

-Bien, así que no podemos destruir el campo – murmuró Gourry.


Su mirada se volvió hacia el estanque que nos rodeaba-. Me pregunto
cómo es esto de profundo. ¿Para qué está aquí, en todo caso?

-Probablemente Daymia es de los del agua – comenté, dándome


cuenta tan pronto lo dije de que Gourry no lo entendería.

-¿Eh?

Veis, sabía que no lo entendería.

Vale, cómo explicar esto... mmm...

-Bueno, ¿sabes que a algunas personas les gustan los gatos y


otras prefieren a los perros?

-Sí – Gourry asintió, siguiéndome hasta el momento.

-68-
Hajime Kanzaka Slayers

-Bien, algunos hechiceros tienen afinidad por el fuego, y otros


tienen afinidad por el agua, ¿ves? Es como lo de los perros y los gatos.

Sin embargo, restringí mi explicación de los cuatro elementos


(tierra, agua, fuego y aire) usados en Magia Shamanística, el mismo
principio puede aplicarse a la Magia Negra, las maldiciones, la Magia
Shamanística Astral, e incluso la Magia Blanca. Pero explicar todo eso
sólo lo habría confundido, así que lo simplifiqué.

-De modo que, cuando un hechicero con afinidad por el agua usa
hechizos relacionados con ella, sus efectos se ven incrementados, es
como si subieran de golpe a un nivel superior.

-Así que cuando se dice que, “Daymia es de los de agua”, te


refieres a que “tiene afinidad con el agua” – aclaró Gourry.

-Sí. Cuando una persona usa un hechizo u otro, si está


relacionado con su elemento personal, el poder del hechizo aumenta. O
pueden intentar incluir el elemento; como poner agua sobre una barrera
para amplificarla.

-Oh... – Gourry se cruzó de brazos-. Así que estás diciendo que


cuando Daymia hizo esta barrera para debilitar magia, ¿usó toda esta
agua para hacer aún más poderosos sus efectos?

Asentí enérgicamente. -Así es. Pero son sólo especulaciones. La


verdadera pregunta es qué hacer con lo de toda esta agua.

Conjuré otro hechizo de iluminación, arrojando el orbe de luz


contra la superficie del agua.

-¿Qué demon...? – Gourry soltó un grito ahogado mientras la


esfera rompía la superficie del agua. Mientras la luz parpadeaba y
brillaba bajo el agua Gourry me miró esperando una explicación.

-Te preguntas por qué el agua no la apaga, ¿verdad?

-Eh... sí, más o menos – asintió.

-Una lámpara lleva una llama candente en su interior, por lo que


produce luz y calor. Sin embargo, los hechizos de luz están hechos de
magia. No hay llamas de ningún tipo, así que el agua no puede
apagarlos.

-Uau, eso es alucinante – dijo, cruzándose de brazos y


escudriñando el interior de la piscina-. Oh, maldita sea.

“Justo lo que estaba pensando.”

-69-
Capitulo 3 Aquél que duerme en el fondo del mar

El estanque era profundo, quiero decir muy, muy profundo. No


estaba infestado de pirañas ni nada, pero no lo necesitaba.

En lo más profundo de la piscina, pudimos distinguir lo que


parecía ser el contorno del perfil de una barrera. Y en pleno centro...

-Eh, ¿qué es eso de allí? – Gourry preguntó, señalando algo que


parecía ser una especie de joya en el centro de la barrera. Era una
esmeralda y tenía algo en su interior, pero como el agua distorsionó la
imagen, no pudimos distinguir más que una sombra ondulante.

-No estoy segura – respondí, y los dos la observamos en silencio.

Finalmente, Gourry habló: -¿Estoy loco, o parece que hay una


persona ahí dentro?

-¿Quizá? – No la había visto hasta que él lo señaló, pero ahora


que Gourry lo decía, se parecía algo a una persona.

-Sí, definitivamente me parece una silueta – Gourry dijo, más


convencido a cada momento.

Tengo que concedérselo; tiene muy buena vista. Confío en mi


capacidad de observación, pero no pude sacar en claro más que una
sombra oscura hasta que él lo señaló con atención.

-Tenemos que asegurarnos. Si es una persona, tengo una idea de


por qué está en el centro de una barrera como esa – dije.

-¿Y cómo nos aseguramos? – preguntó Gourry.

-Pues así – contesté y lo pateé por detrás.

-¡Ua! ¡Aaah! – gritó mientras caía.

¡Plásssh! Provocó una salpicadura satisfactoria al golpear el agua.

-¡Eh! ¿Por qué has hecho eso? – gritó mientras volvía a la


superficie y se quitaba el agua de la nariz.

“Je je.”

Me acuclillé al borde de la columna riéndome tontamente mientras


lo observaba, y dije: -Esperaba que te zambulleras y fueras a
comprobarlo por mí, Gourry. ¡Gracias! Odio mojarme.

-¡Jo jo jo! – me reí a carcajadas, hasta que...- ¡Eh, aaaaah...!

Gourry se impulsó y me agarró del pie.

-70-
Hajime Kanzaka Slayers

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Capitulo 3 Aquél que duerme en el fondo del mar

¡Splásh!

Me sumergí profundamente en el agua, tragando el líquido por


reflejo, y luego... luces fuera.

***

-Uh... uh... ugh – convulsioné dos o tres veces hasta que volví en
mi.

-Buenas días, encanto – Gourry dijo por segunda vez.

-¡¿Por qué demonios has hecho eso?! – le exigí.

-Eh, no tienes ningún derecho a hablar, ¡empezaste tú! Pero… –


se volvió y apartó la vista de mí mientras continuaba-. Me asustaste.
Creí que ibas a ahogarte, así que tuve que hacerte ejercicios de
reanimación1 para que volvieras a respirar.

-¡¿Que me hiciste qu... qu... QUÉ?! - jadeé, atragantándome con


mis propias palabras. ¡¿Ejercicios de reanimación?! ¡¿Gourry me hizo el
boca a boca?! La sangre se me subió a la cabeza. Miré con la boca
abierta la cara de Gourry y me atreví a preguntar: -Eeh... ¿qué quiere
decir eso... exactamente?

-Te tumbé boca abajo y te pateé en la espalda.

¡Plonc! Le di un capón en la frente, como iba siendo de


costumbre.

“¡¿Qué hiciste qué?! ¡¿Es manera esa de tratar a una dama?!”

-¿Qué? No creerías en serio que por ejercicios de reanimación, me


refería al boca a boca, ¿verdad? – preguntó, bromeando.

-¡No! ¡Por supuesto que no! – repliqué.

-Sí, ¡lo has hecho! Te has puesto roja; ¡mírate!

-Oh, qué más da... es... es igual. ¡¿Podrías por favor centrarte en
lo de la barrera?!

(1) En la versión de Tokyopop habla de “CPR” o lo que es lo mismo RCP (Reanimación Cardiopulmonar).
Puesto que son términos médicos y el utilizarlos en este contexto sería un anacronismo me decanto por la
versión de inverse.org que habla de “resucitación”.

-72-
Hajime Kanzaka Slayers

-Oh, qué más da... es... es igual. ¡¿Podrías por favor centrarte en
lo de la barrera?!

Su mirada se dirigió al agua y canturreó por lo bajo: “Estás roja,


estás roja...”

“Imbécil.”

-Bueno, volviendo al tema – dijo Gourry, por suerte-. Nadie


podría llegar tan lejos sin respirar como para alcanzar el fondo.

-Cierto – dije. Aún mojada, me crucé de brazos y me sumergí en


mis pensamientos.

-¿No tienes un hechizo para poder respirar bajo el agua? –


preguntó Gourry.

-¿Un qué?

-Un hechizo para respirar agua, quiero decir.

-No uno del que pudiera depender en estas circunstancias – dije


rascándome la cabeza.

-¿En serio? – Gourry parecía a la vez sorprendido y desilusionado


sinceramente.

-No, pero ahora que lo pienso, puede que haya otra forma... – Lo
arrojé al agua otra vez, porque sí-. Veamos si esto funciona.

Nada más haberme secado, comencé a prepararme para una


aventura bajo el agua.

Vale, “comencé a prepararme” hace que suene un poco más


complicado que respirar hondo y recitar un conjuro sencillo. Y en
realidad, eso es todo lo que hacía falta.

Del modo en que me lo planteé, había dos maneras de afrontar


esto: la primera era conjurar un hechizo elemental de agua que
permitiría, asumiendo que funcionase correctamente a pesar de la
influencia de la barrera, respirar agua; o, la segunda opción era usar un
hechizo de viento. Deduje que podría crear un campo de aire a mi
alrededor que viajaría conmigo mientras caminaba bajo el agua, como
moverse estando dentro de una gran pompa de jabón. Escogí la
segunda, ya que la primera tenía una desventaja importante. A saber,
tenía que mojarme. Otra vez.

-¡Alas de Rayo! (Ray Wing) – conjuré, y el aire comenzó a


moverse a mi alrededor, abrazando mi cuerpo y levantándome con

-73-
Capitulo 3 Aquél que duerme en el fondo del mar

delicadeza del suelo. Un momento después, me zambullí en el agua a


una velocidad considerable.

El hechizo Alas de Rayo (Ray Wing) se desarrolló originariamente


para vuelos a alta velocidad, con el inconveniente de que es muy difícil
de controlar. Me di cuenta con bastante rapidez de que no se volvía más
sencillo bajo el nivel del mar ni mucho menos. Y, por supuesto,
tampoco se libraba de los efectos del Debilitador de Poder (Rune
Breaker). La barrera de viento era más débil de lo que esperaba, e
incluso teniendo en cuenta las diferentes viscosidades de aire y agua,
me movía más despacio de lo que imaginé. Aunque, estaba seca, por lo
que tenía algo por lo que alegrarme. Si me asfixiaba, al menos moriría
seca y sonriente. (No es que debiera tomarme a risa la posibilidad de
quedarme sin aire en mi barrera de viento antes de llegar al fondo pero,
eh, a veces hay que reír por no llorar.) Decidí que si notaba que el aire
se agotaba, me dirigiría inmediatamente a la superficie.

Por fortuna, no fue necesario seguir mi resolución. Instantes


después de que pensara aquello, llegué a mi destino, ¡la joya gigante!
Era difícil calcular su tamaño mirándola desde lo alto de la columna,
pero alcanzaba con facilidad el tamaño para albergar a una persona.

-Mmmm – deliberé. La luz del hechizo de iluminación que había


arrojado antes era demasiado débil para llegar allí. Conjuré otra y la tiré
cerca.

Se me escapó un grito ahogado ante lo que vi: había, sin duda


alguna, un hombre durmiendo en el interior de la joya gigante... o eso
parecía.

-Benditos hechiceros durmientes... – mascullé, quedándome a su


lado, protegida dentro de la barrera del Alas de Rayo. Sin embargo, no
podía permitirme relajarme demasiado, estábamos en el mismísimo
centro del Debilitador de Poder, el lugar donde su efectividad estaba en
pleno apogeo.

El hombre que yacía dentro de la gema con forma de esmeralda


tenía el cabello largo, y su cuerpo estaba envuelto en una túnica y una
capa que indicaban claramente que era un hechicero de alto rango. No
era alto ni bajo, tampoco viejo ni joven. Con los ojos cerrados, parecía
casi apuesto. No pude discernir el color de sus ropas a través del filtro
color esmeralda, pero me asaltó un pensamiento...

“No será...”

Intenté quitarme esa idea de mi mente.

“Pero, si por un casual, es él...”

-74-
Hajime Kanzaka Slayers

Me acerqué un poco, hasta que mi barrera rozó contra parte de la


esmeralda. En ese momento...

*¿Quién anda ahí?* Escuché una voz en mi cabeza que no era la


mía.

-¡Telepatía! – dije en voz alta.

*¿Una mujer? Tú... no me guardas rencor, lo percibo... lo que


significa que no eres una alidada de Tarim y Daymia.*

-¡Eh, eh, oye, espera un momento! – exclamé, intentando


analizar por partes quién me hablaba y qué narices quería decir.

*No hay necesidad de gritar. Puedo oír tus pensamientos.*

Me ruboricé ante la mera idea.

La telepatía es una técnica por la cual uno transmite


pensamientos a otra persona. El lenguaje oral no es necesario alrededor
de un hechicero telépata. Los telépatas con talento nacen, no se hacen,
y sobra decirlo, yo no era una de ellos. Así que el tipo de la joya estaba
usando la telepatía para mandarme sus pensamientos, y para escuchar
mi voz en respuesta. Naturalmente, era totalmente posible que su
habilidad no fuera de naturaleza mágica. Si lo hubiese sido, dudo que
hubiera podido usarla dadas las circunstancias; en pleno núcleo del
Debilitador de Poder.

-¿Entonces, qué pasa contigo y esos dos; Daymia y Tarim?

Por un momento, casi pareció que estaba sonriendo.

*Mis disculpas. Debería de haberme presentado inmediatamente.


Soy el presidente de la Asociación de Hechiceros de la Ciudad de Atlas,
Halcyform.*

-¡¿Ha… Halcyform?! – grité. Pensaba que no podía ser pero... Hice


un esfuerzo por calmar mis pensamientos y escuchar.

*Si no le importa, señorita, quisiera recordarle que no hay


necesidad de gritar.*

-Sí, vale, lo siento mucho. Pe... pero, bueno, me has dejado


perpleja. Quiero decir, ¡desapareciste hace medio año!

*No desaparecí, me hicieron desaparecer.*

-¿Y quién...?

-75-
Capitulo 3 Aquél que duerme en el fondo del mar

*Tarim y Daymia, por supuesto.*

“¡¿QUÉ?!” Me imaginaba que Tarim estaba ocultando algo sobre el


incidente, pero...

*Ambos tienen la vista echada al puesto de presidente. Aquel día,


Tarim...* Se detuvo.

-¿...Qué hizo Tarim?

*Lo siento, pero ni siquiera conozco vuestro nombre aun. Ni sé


cómo es que os encontráis aquí, conmigo, en este lugar.*

-Soy Lina. Lina Inverse.

*Ah, así que esa eres tú*; dijo, o pensó, como si de pronto todo
cobrara sentido.

Le expliqué el curso de los últimos acontecimientos tan


brevemente como pude, deteniéndome un par de veces para renovar mi
escudo de viento.- ...y así es como llegamos a nuestro encuentro aquí –
concluí.

*Ya veo, me has dado toda una descripción psicológica, pero has
explicado lo suficientemente los elementos clave. Parece que tú y yo
somos ambos, víctimas de los ardides de Tarim. También me atrajo
aquí, sellándome en este extraño lugar. Es un hombre mucho más
astuto de lo que había imaginado.*

“¿Astuto? Seguro. Algo debía tener a su favor. Desde luego no es


un hombre apuesto”; pensé para mí.

*¿...un hombre apuesto, dices?*

“Ah, ¡mierda!” Transmití mi pensamiento.

-Eh, no es nada, en serio. Bueno, ya que ahora estoy metida en


esto, te agradecería que me pusieras al día.

*Comenzó un día hace unos seis meses, cuando Tarim me hizo


llamar, diciendo que tenía algo muy importante de que hablar. Accedí a
verme con él, por supuesto. Precisó que fuera en la residencia de
Daymia, esto viene a decir, que pidió que nos encontrásemos en el
centro de esa habitación tan por encima de nosotros. Instantes después
de haber llegado, algo similar al lodo me derribó. No tuve oportunidad
de defenderme. Y cuando el lodo se solidificó, estaba encerrado... en
esto.*

-76-
Hajime Kanzaka Slayers

-¿Así que esta cosa color esmeralda es la forma endurecida de esa


especie de barro?

*Correcto. Parece que Tarim y Daymia conspiraron para


derrocarme, cada uno asumiendo que él mismo ocuparía mi lugar en el
puesto de presidente. Por supuesto, entre los dos estalló la discordia.
En realidad, tiene gracia.*

¡No tenía gracia! Hablando de mostrar indiferencia, cielos.

Lo que de verdad me estaba afectando, no obstante, era ese


bastardo, ¡Tarim! Sabía que ocultaba algo cuando le pregunté acerca de
Halcyform y su comportamiento cambió. ¡Sólo que no podía haberme
imaginado que sería por algo como esto!

“¡Imperdonable! Por lo que hizo a Halcyform, y por mentirme a


mí, Lina Inverse, ¡le daré muerte mil veces!”

*De nuevo, debo pedirte que por favor suavices algo tus
pensamientos. Es estresante.*

“Ups. He vuelto a hacerlo.” -Eh... je je, lo siento. Qué grosería por


mi parte… esto, ¡...de cualquier forma! No temas. ¡Juro vengarte!

*Bueno, aunque es muy amable por tu parte, ya que no he


fallecido, esperaba que en su lugar pudieras liberarme de esta prisión.
Estaría mucho más agradecido.*

-Oh. Ah, liberar, ¿eh? Mmmm, supongo que eso significaría


romper el armazón ¿verdad?

*Supongo...* replicó Halcyform algo escamado.

*Mis disculpas por haberle escamado.*

La telepatía puede ser un auténtico grano en el culo.

-¡Gourry! - grité tan pronto mi cabeza emergió del agua.- ¡Dame


tu espada! ¡Ahora!

-¿Qu...? ¿Quién, eh, qué? ¡Qué quieres decir, saliendo así de


pronto y dándome órdenes!

Mientras salía a la superficie y empezaba a gritar, despertó de su


siesta en lo alto de la columna, sobresaltado.

“Vaya, ese pequeño... Una anda haciendo cosas peligrosas bajo el


agua, y él se echa un... ¡sueñecito!”

-77-
Capitulo 3 Aquél que duerme en el fondo del mar

-¡De verdad hay alguien encerrado dentro de esa cosa! Necesito


sacarlo de ahí pero, para hacer eso, tengo que usar tu espada para
romper el caparazón que lo rodea.

-¡Ah, vale! Entendido-. Gourry agarró la espada a su cadera con la


mano izquierda y sacó una aguja de un bolsillo lateral con su derecha.
Pinchó una marca en la empuñadura de la espada con la aguja, y un
pequeño cierre de metal hizo un sonido metálico al golpear el suelo. El
cierre mantenía la hoja de la espada y la empuñadura unidas. Dejando
el filo en su vaina, me entregó la empuñadura.

No era ninguna broma ni nada parecido.

Tome la empuñadura, sosteniéndola ante mí con ambas manos.

-¡Adelante, luz! – clamé, y una hoja emergió de su interior; un


destellante y brillante filo de luz. Aquella era la legendaria Espada de
Luz que acabó con la Bestia Mágica de la Ciudad de Sairaag.

En realidad, la espada representaba más de la mitad de las


razones por las que viajaba con Gourry. La hoja era la manifestación
física del poder mental de una persona. Creía que algún día podría ser
un maravilloso objeto de estudio

En el interior del campo mágico del poderoso Debilitador de Poder


(Rune Breaker), esperaba que la magia que contenía la espada
estuviera debilitada, pero la longitud de la hoja y su brillo no habían
cambiado ni un ápice. Verdaderamente, pensaba que me las vería con
una espada a la mitad de su longitud normal.

“Mmmm, ¿quizá esta espada está compuesta de alguna clase de


magia diferente?”

Fuera el caso que fuese, no lo sabría con seguridad hasta que


pasara mucho tiempo estudiándola.

-Eh, Gourry, ¿te apetece ya darme la espada para que la guarde?


– pregunté. Respondió con un deje aburrido.

-No, no me apetece... y no me apetecerá. Ve yéndote.

-Tacaño – dije entre dientes mientras inspiraba hondo y lanzaba


el mismo hechizo que ya había conjurado más veces de las que me
preocupé por contar.

-¡Alas de Rayo! (Ray Wing) – Regresé al interior del agua, perdida


también la cuenta de cuán a menudo había hecho eso hoy. Quería que
esa inmersión fuera la última, si era posible.

-78-
Hajime Kanzaka Slayers

-¡Llama Val! (Val Flare) – grité -. ¡Explosión vibratoria! (Dam


Brass)
¡KABÚM! Destellos gemelos de luz salieron disparados desde el
Presidente Halcyform y yo, destrozando con fuerza el techo sobre
nuestras cabezas. La luz de la habitación superior brilló a través del
polvo e incontables fragmentos que salieron despedidos. Los tres
protegimos nuestros ojos y miramos hacia arriba a través de los dedos.

Tras bucear, me las arreglé para liberar al presidente de la


Asociación, luego me esforcé en destruir uno de los pilares. Dio la
casualidad de que rompí aquel sobre el que estaba Gourry, pero eso fue
un error bastante cándido, aunque absolutamente involuntario.2 No
habría hecho mucho por mi reputación si Gourry hubiera dado un tajo al
tipo por error, así que, tras tomarme unos instantes para explicarle la
situación, utilizamos el hechizo de levitación para volver al suelo de
arriba... quiero decir, para ir hacia el techo que acabábamos de
destrozar.

Una risa desequilibrada resonó sobre nosotros.

-Señor Halcyform, debo advertirte, Daymia tiene un par de


mazoku bastante poderosos trabajando para él, así que por favor tenga
cuidado.

-Gracias. Sí, por supuesto, lo tendré – respondió el señor


Halcyform alegremente. “¿Alegremente?” Me pregunté si de verdad
estaría bien.

Los tres atravesamos la demolición y descendimos, aterrizando en


una sección intacta del suelo.

-Siento haberte hecho esperar – dije a Daymia, haciendo un


esfuerzo por responder a sus carcajadas histéricas y maniacas con una
sonrisa y una réplica de mi propia cosecha. Gourry se puso en cuclillas,
no prestando mucha atención.

-¡¿Qu...qu?! – gritó Daymia, cayendo sobre su trasero.- Pre...


¡presidente Halcyform!

-Hola. Ha pasado medio año, ¿no es así, vicepresidente Daymia?


– Halcyform forzó una sonrisa, sonando casi... indiferente.

Estaba empezando a asustarme de verdad. La cara de Daymia


palideció por momentos.

-¡E... espera! N... no... no fui yo, no fui yo en absoluto –


tartamudeó.

(2) Párrafo eliminado de la versión de tokyopop que he añadido gracias a la traducción de inverse.org

-79-
Capitulo 3 Aquél que duerme en el fondo del mar

Eso ha tenido gracia; vamos, decir “no fui yo”, a un tipo que fue
encerrado en una barrera bajo tu propio suelo…

-Oh, lo siento. ¿Quién ha sido, entonces? – inquirió el sonriente


Halcyform.

Os lo dije, daba miedo.

-Ta... Tarim. ¡E... e... él me metió en esto! ¡Yo nunca quise


hacerte algo así! ¡Nunca te guardé ningún rencor! Por favor... por favor,
¡perdóname!

“Eso ha sido...”

-¿En serio? Ya veo. Siendo así lo dejaré hasta que hable con
Tarim – dijo Halcyform inesperadamente. Me pilló por sorpresa.

-Ah... – la cara de Daymia se iluminó con esperanza-. S... sí,


¡claro! Ah, sí... por supuesto, ¡por esto es por lo que eres el gran
presidente de la Ciudad de Atlas! ¡Sí, claro que sí!

-Señorita Lina, señor Gourry, salgamos de aquí-. Y con esto,


Halcyform dio media vuelta, sin hacer caso a Daymia, y partió,
caminando hacia lo que supuse, era la salida. Los dos lo seguimos con
un leve desconcierto.

-¿Y eso es todo? Quiero decir, ¿dejarlo así, de esa manera? –


pregunté mientras lo alcanzaba. Miré sin querer atrás, hacia la
habitación y cacé a Daymia metido en otro ataque de risa maníaca.

-¿Por qué no debería? – ronroneó el presidente tranquilo-. Aunque


no ha sido alguien capaz de tener una conversación razonable desde
hace un tiempo, está en lo cierto en cuanto a su afirmación de que
Tarim es más responsable de mi encierro acuático que él. Informaré al
duque Rithahn y resolveré esto con el Consejo en un día o dos.

-Oh – añadió-, si os encontrarais antes con él, por favor, no


informéis a Tarim de mi regreso.

-Por supuesto que no, pero he de decirte que no pensamos volver


a casa de Tarim. Ya que nos ha mentido, invalidamos el contrato
unilateralmente. No tenemos intención alguna de ayudar más a ese
hombre.

-Oh, creo que es algo inteligente – dijo, con una seriedad que
parecía pura actuación.

Por alguna razón, había algo que me resultaba extraño en todo


aquello.

-80-
Hajime Kanzaka Slayers

Los tres nos marchamos juntos. Con el sol ya en lo alto, podíamos


distinguir las formas de los transeúntes.

-Bien, entonces, primero debo regresar a mi propia residencia –


anunció Halcyform a modo de despedida.

-Estoy segura de que Rubia se alegrará de verte-. Al hablarle, se


estremeció, después dibujó una sonrisa en su rostro.

-¿Entonces conocéis a Rubia?

-¿Tu ayudante? No, oímos a Tarim hablar de ella, eso es todo-,


mentí. La verdad, no sé por qué lo hice. Gourry me respaldó con su
habitual cara de póker. Por supuesto, buenamente podría simplemente
haber olvidado que nos encontramos con la señorita Rubia, pero
démosle el beneficio de la duda, ¿vale?

-Ya veo. Tened cuidado vosotros también, por supuesto. Tarim


aún podría tener algún truco bajo la manga. Quizás puede que requiera
de vuestra ayuda una vez más. – sugirió en tono amistoso.

-Sí. Estaremos en la Taberna del Dragón Plateado en el centro.


Cuídate.

-Lo haré. Bueno, entonces... – Dijo adiós con la mano y se giró,


su capa blanca ondeando tras él. Por ninguna razón en particular, lo
observé hasta que se perdió de vista.

***

Habíamos vuelto a la posada donde dejamos nuestras pertenencias, y


me eché a dormir nada más desayunar, pero fue al anochecer cuando
desperté.

Cuando conseguí abrir los ojos, almuerzo y cena estaban


colocados cerca de mí. También lo estaba Gourry. No necesitó decir ni
una palabra.

-¿Supongo que esto es el agradecimiento por parte del Presidente


Halcyform? – aventuré.

-Sí – respondió.

Me metí algo de ensalada en la boca mientras Gourry hacía una


mueca y hacía un sonido de descontento.

-81-
Capitulo 3 Aquél que duerme en el fondo del mar

-¿Qué?

-Perdona, es sólo que... hay algo que todavía me preocupa. Si


Daymia mantiene a esos dos mazoku cerca, ¿por qué no los llamó
cuando irrumpimos en la casa?

Mordisqueé un poco de filete de cerdo.

-No me había parado a pensar en ello, pero la mejor teoría que


tengo es que ha sido por el Debilitador de Poder (Rune Breaker). La
barrera debilita todo poder mágico en su interior. Como los demonios
consiguen poder de la magia, seguramente no habrían sido capaces de
ayudar.

-Pero, ¿y qué pasa cuando destruimos la barrera y escapamos?


¿No pensó en invocarlos y convertirlo en un tres contra tres? ¿No crees
que es algo raro?

-¿Quién sabe? Quizá es lo que haría una persona en sus cabales,


pero este individuo no piensa como alguien normal.

-Por eso te estoy preguntando a ti.

-¡Eh! ¿Qué quieres decir con eso?

Gourry parecía sorprendido de que me hubiese ofendido.

-¿Qué? No es para tanto. Es sólo que, bueno, tú no piensas como


una persona normal, así que creí que...

“¡Sí que es para tanto, amigo!”

-Ni idea. No me parece lógico que nos dejara escapar tan rápido,
eso es todo. ¿Puede que tuviera algo más en mente? Ah, y bueno, ya
que hablamos sobre el tema, si Tarim y Daymia le tenían tanta aversión
a Halcyform, ¿por qué simplemente no lo mataron?

-Bueno... eh... seguramente tenían otros planes para él.


Probablemente.

-Ya veo... – asintió, pero me di cuenta por su cara que no se lo


tragaba. Hizo un sonido no demasiado elegante al beber algo de licor de
hierbas rebajado con agua.

Sorbí un poco de leche caliente.

-El verdadero problema es el siguiente movimiento de Daymia –


sugerí tras un bocado-. No podemos predecir lo que alguien así puede
hacer.

-82-
Hajime Kanzaka Slayers

-Estoy de acuerdo – Gourry asintió hoscamente.

Se me ocurrían una docena de situaciones diferentes, y no tenía


ni idea de cuál escogería. ¡Y bien podía ser algo en lo que no había
pensado! Era enteramente posible que intentara eliminar al Presidente
Halcyform y a nosotros. Aunque podía estar segura de que actuaría en
beneficio de su supervivencia, no sabía lo suficiente para calcular cuáles
eran sus otras prioridades. Era posible que atacara a Tarim para
intentar que Halcyform le perdonara la vida. Naturalmente, eso podría
ponerle en la cuerda floja al hacerle parecer culpable; ¿pero se daría
cuenta de ello? Otra posibilidad era que sencillamente permaneciera en
casa, temblando de miedo. O podría intentar volar toda la ciudad.
Halcyform se echó atrás cuando tuvo la oportunidad de quitarlo de en
medio. No estoy convencida de que eso fuera lo mejor.

-He estado pensando también acerca de Tarim – dije-. Podría


intentar algo cuando se dé cuenta de que no vamos a volver. Incluso
puede ponerse en contacto con Daymia.

-¿Crees que podrían unir sus fuerzas otra vez?

-Puede que lo hagan. Y si lo hacen, tendremos que...

-Mantener la calma y apoyar a Halcyform, supongo.

-Así es. Le ayudaremos un poco. En cualquier caso, mejor


démonos prisa y terminemos nuestra comida para que podamos
ponernos en marcha – dijé, dando el tema por zanjado-. Eh, buen
hombre, otro plato azul especial por aquí; ¡rápido!

-83-
Capitulo 4:
¿Quién está detrás de todo este asunto?

L
as calles estaban vacías y el cielo se había oscurecido. Los
únicos signos de vida eran los pequeños rayos de luz que de
vez en cuando se filtraban a través de las ventanas de las
casas que se alineaban a lo largo del camino. Gourry y yo
caminamos hombro con hombro en silencio.

Comenzaba a hacer frío. Había dejado mi capa en casa de Tarim y


la de repuesto que había logrado encontrar no lo mitigaba. Las
hombreras de cuero que compré en el camino de vuelta a la posada
aye... esto, esta mañana; ayudaban un poco, pero no mucho. Mis
escamas blindadas eran mucho mejores, y ya que me hacían parecer
algo más alta, tenía toda la intención de recuperarlas. Por la presente,
al menos tenía mi espada para mantenerme caliente. (Lógica de
guerrero. No la cuestionéis; tan sólo seguid leyendo.)

Seguimos el sendero colina arriba y nos cruzamos con un


hechicero solitario vestido con una capa negra, conjurando hechizos de
luz para los faroles de la calle.

-¿Dónde creéis que vais? – preguntó una voz familiar. Gourry y yo


dejamos de caminar.

“¿Nos estaba hablando ese tipo?”

Nos volvimos y miramos a nuestro “hechicero”. Sin la capucha, su


pelo plateado era sacudido por el viento, y su inquietante largo brazo se
extendía hacia la farola.

-¿Haciendo su servicio comunitario, señor Gio Gaia? – no pude


evitar reírme al considerar la posibilidad.

-Por así decirlo, supongo – dijo, sus ojos esmeraldas se


iluminaron-. Estoy limpiando las calles de basura.- Tranquila y
pausadamente, se colocó en el centro del camino. Su túnica hecha
jirones ondeando en el viento.

-No la uses hasta que te lo diga – susurré en voz baja. Gourry


asintió.

No tengo ni que explicar que lo que no quería que usara antes de


tiempo era la Espada de Luz. Los mazoku de sangre pura como Gio y
Seigram son inmunes a los ataques físicos. En su gran mayoría, los
hechizos tampoco son efectivos. La Espada de Luz, no obstante, posee
la capacidad de partir en dos el alma de un adversario. Es una espada
Hajime Kanzaka Slayers

capaz de destruir la existencia en sí misma. Por esa razón, es


condenadamente efectiva contra demonios. Tanto que sería
seguramente exagerado usarlo contra este majadero, pero qué más
da...

-No creo que puedas con este trabajo – le advertí-. Si tuvieras al


Señor Máscara Blanca contigo, tendrías una oportunidad, pero...

-¿El Señor Máscara Blanca? ¿Quieres decir Seigram el Amorfo? –


preguntó.

“¿Seigram el Amorfo? ¿Significa eso que en realidad no hay nada


bajo esa máscara?”

-Me temo que Seigram el Amorfo tiene otras ocupaciones. Yo


estaré, no obstante, agradecido por la oportunidad de poder demostrar
que te equivocas en tus estimaciones-. Gio se acercó, sus pisadas no
emitían sonido alguno.

-En serio, por tu propio bien; deberías detenerte ya – dije


mientras alzaba mi mano derecha, con la palma hacia fuera haciendo el
signo universal para “Eh oye, amigo, si te acercas un poco más, tendré
que atizarte”.

Gio se acercó aún más, y silenciosamente observó mientras


recitaba mi hechizo.

-¡Onda de Tierra! (Dug Wave) – grité, y hubo una gran explosión


a sus pies. Lógicamente, un truco como ese no causaría auténtico daño
a Gio. Sin embargo lo cegaría temporalmente.

Desenvainando la Espada de Luz, Gourry brincó hacia el centro de


la densa nube de humo justo mientras “media-máscara” saltaba. En la
confusión, Gio no se dio cuenta de que Gourry había hecho una
jugarreta.

-¡Lanza Elmekia! (Elmekia Lance) – lancé mi siguiente hechizo.


Anticipando que mi lanza mágica se dirigía a su punto débil astral e iba
disparada hacia su zona de aterrizaje, Gio se detuvo en el aire,
haciendo que la lanza fallara. Por poco.

-Patético – bufó de forma grosera, y balanceó su mano derecha


hacia abajo con fuerza. Sintiendo que algo terrible se avecinaba, salté a
un lado.

¡Bzzz! Un sonido grave, como un zumbido de alas de insectos,


llenó mis oídos. Arrancó de mi cabeza unos cuantos cabellos y desgarró
un extremo de mi capa. Lo peor del ataque había pasado, pero
perduraba un extraño sentimiento de incomodidad.

-85-
Capitulo 4 ¿Quién esta detrás de todo este asunto?

¡Una onda de choque de miasma! Tenía que haber sido eso.

Era un truco peligroso. Si una de sus manos o pies hubieran


conseguido tocarme, el miasma se habría extendido a través de mi
cuerpo y cortocircuitado mi sistema bioeléctrico, provocando la muerte.
Ni siquiera un gigante podría resistir un golpe como ese.

Vale, puede que no fuera un adversario de primera, pero estaba


demostrando ser uno con el que no podía relajarme. Tendríamos
auténticos problemas si dejaba el combate alargarse.

-¡Explosión Vibratoria! (Dam Brass) – lancé mi próximo hechizo.


Oleadas de pequeños orbes rojos de luz explotaron al chocar,
rompiendo el suelo donde golpearon. ¡Era una más que excelente
pantalla de humo!

Las malas noticias eran que no podía ver a Gio. Las buenas, que
él no podía verme a mí tampoco. Los mazoku pueden sentir las malas
intenciones y la aversión en los humanos, usando esos sentimientos
como brújula, por lo que Gourry y yo estábamos esforzándonos
duramente en reprimir nuestras emociones.

Nada más considerar la posibilidad de que podría empezar a


arrojarnos ondas de choque de miasma al azar...

-¡Ahí estás! – Gio me vio. A la vez que él gritaba, lancé un


hechizo a mis pies y me quité de en medio. Una onda de choque
desgarró la nube de humo. Si no me hubiera puesto en el aire, me
habría hecho pedazos.

-¡Aaah! – chillé, haciendo que pareciese que su ataque me había


dado justo en el medio. Sabía que tenía que aplicarme con esmero para
engañar a un mazoku. Fue una actuación admirable, si me permitís
decirlo.

A veces, tengo que pararme un momento para admirar mis


propios talentos...

...Vale, el momento ha terminado. Sigamos...

-¡Ja, ja! ¡Estúpida! – Totalmente engañado, Gio Gaia imaginó que


podría salir de la nube con impunidad, y lo hizo. Muy seguro de su
infalibilidad, continuó avanzando, haciendo omiso de Gourry.

Evidentemente, el demonio tampoco sabía nada acerca de la


Espada de Luz.

“Justo lo que estaba esperando.”

-86-
Hajime Kanzaka Slayers

El alarido de mi función en solitario no pretendía únicamente


despistar a Gio. Era además la señal para Gourry.

-Y bien ¿Dónde se ha metido? – Media-máscara inspeccionó la


zona; Gourry desenvainó su espada.

-¡Aaaagh! – rugió Gio. De un solo movimiento, Gourry había


cercenado el largo brazo derecho del demonio. Solo gracias a un
espasmo reflejo de su cuerpo, Gio salvó su vida-. ¡Maldito! – gritó, y
arremetió con la mano que le quedaba.

La onda de choque embistió directamente a Gourry. ¡Ni él podría


esquivarla en esa posición!

-¡Yiaah! – Gourry gruñó y contraatacó. La Espada de Luz absorbió


la onda de miasma, reduciéndola a una pequeña brisa inofensiva.
Ambos Gio y yo observamos atónitos.

-¡Imposible! ¿¡La Espada de Luz?! ¡Nadie me dijo que él tenía la


Espada de Luz! – rugió Gio.

Bueno, por supuesto que no. Las únicas personas en la Ciudad de


Atlas que lo sabían éramos Gourry, el presidente Halcyform y yo
misma. No íbamos a ir anunciándolo por ahí.

Había algo que más que Gio desconocía de nosotros. A saber, que
no tengo una naturaleza particularmente indulgente. No iba a dejarlo
ahí de pie, estupefacto, hasta que se recuperara de la impresión.

-¡Lanza Elmekia! (Elmekia Lance) - grité, y esta vez, no fallé.

-¡Aaaaaah! – rugió una vez más.

Cuando se usa contra humanos, lo máximo que este hechizo


puede hacer es provocar un colapso mental. Ya que los demonios son
seres puramente astrales, un golpe directo sería fatal.

Solo... que no lo fue.

-¡Gourry! – grité.

-¡Entendido! – respondió corriendo y brincando hacia el demonio


de la media máscara. La Espada de Luz resplandeció en la oscuridad,
errando su objetivo por los pelos.

-La próxima vez, ¡os mataré! – amenazó Gio mientras se elevaba,


desapareciendo en las oscuridad más rápido de lo que podíamos
esperar seguirle. Gourry envainó la Espada de Luz y volvió a mi lado.

-87-
Capitulo 4 ¿Quién esta detrás de todo este asunto?

-88-
Hajime Kanzaka Slayers

-Uaau. Incluso su tópica frase al huir fue patética...- me


maravillé.

Mientras el polvo del tumulto se asentaba, nos percatamos de que


aunque sin duda los residentes de las casas que delimitaban nuestro
campo de batalla habían observado todo lo acontecido, nadie había
optado por salir y arriesgarse a verse involucrado. Oh, bueno. No podría
culparlos, la verdad, yo habría hecho lo mismo.

Esto... borrad eso. Habíamos estado solos, pero tan pronto lo


pensé, noté a lo lejos una solitaria figura en pie en lo alto de la colina.
Gracias a la luz del farol pude distinguir su pelo rojo.

-¿Lantz? – llamó Gourry.

El rostro de Lantz estaba completamente pálido.

-¿Do... dónde habéis estado? – preguntó. Su voz temblaba.

-¿Qué ocurre? ¿Ha pasado algo? ¿Te encuentras bien? Tienes mal
aspecto-. No podía pasar por alto como la sangre había abandonado sus
mejillas. Al aproximarme, dio un paso atrás.

-¿Fuisteis... fuisteis donde Daymia? – preguntó.

-¿Que si hicimos qué? – no estaba segura de adónde quería


llegar. Gourry y yo intercambiamos miradas. Me vino a la memoria
como había sentido algo extraño acerca del presidente Halcyform
cuando estuve a su lado-. ¿Qué ha pasado?

-Estabais allí, ¡decidmelo vosotros! – me gritó Lantz. No estaba


elevando la voz encolerizado, más bien era un intento de enmascarar su
miedo.

-Sí, estuvimos allí. Pero...

-¡Entonces fuisteis vosotros! – gritó-. ¡Entonces habéis sido


vosotros quienes lo han hecho!

-¿Eh? – pensé que quería decir que habíamos sido los que
rescataron a Halcyform; y así fue. Pero no podía imaginarme porqué
aquello podría absorber toda la vida que había en su rostro.

-¿Qué quieres decir con “los que lo han hecho”? ¿¡Qué ha pasado
en casa de Daymia!? Estuvimos allí, sí, pero todo estaba bien cuando
nos fuimos-. Estaba omitiendo algunos detalles importantes, claro, pero
mi prioridad principal era hacer que se calmase. Sacar a la luz todos los
hechos a la vez sólo lo alteraría aun más.

-89-
Capitulo 4 ¿Quién esta detrás de todo este asunto?

-¿No habéis sido vosotros? – Parecía anonadado pero tranquilo.

-Así es. No hemos hecho nada, lo juro. Mírame a los ojos si no me


crees-. Lo miré directamente, clavando mi mirada en sus pupilas. Mi
impulso fue el de apartar la mirada sólo para vacilarle, pero no era en
absoluto el momento de tomárselo a broma. Me aguanté.

-Ahora por favor, dime. ¿Qué demonios ha pasado en casa de


Daymia? – pregunté, una vez estuvo seguro de que no le estaba
tomando el pelo.

-No sé cómo explicarlo - dijo Lantz suspirando-, ni siquiera lo


entiendo. Tal vez... tal vez deberíais venir conmigo.

Gourry y yo nos miramos el uno al otro y asentimos.

-De acuerdo. Vamos.

***

La residencia de Daymia permanecía silenciosa y siniestra,


obstruyendo el resplandor de la luna con su silueta. A primera vista,
nada había cambiado desde la noche anterior. Pero... había algo en el
aire, un a clase de inquietud que presagiaba un nuevo horror
aguardándonos. La tensión recorrió mi cuerpo como el filo de una
espada.

“¿Qué demonios ha pasado aquí?”

-Esto es espeluznante – murmuró Gourry para sí de forma


inusitada. Una pequeña gota de sudor se formó en su frente.

-Da escalofríos. Bien, entonces, ¿entramos? – sugerí. Oí a Lantz


gemir tras de mí.

Los tres avanzamos a través de la cacilla abierta. El aire, húmedo


y glacial, envolvía mi cuerpo como un sábana empapada. Dentro de la
verja sentí hostilidad, tristeza... desesperación. En otras palabras,
miasma. Me llevó un minuto reconocer aquel cóctel enfermizo de
emociones, pero eran sin duda los efectos residuales del miasma.

La puerta principal no estaba cerrada.

-Uff – gruñí mientras usaba la cadera para forzarla a abrirse.

-90-
Hajime Kanzaka Slayers

Tan pronto la puerta se abrió, el perfume de una matanza


reciente nos golpeó en la cara.

-¿Qué es este olor? Es como a sangre, lo sé, pero... – murmuró


Gourry para nadie en particular con una mueca en la cara.

-Por aquí – Lantz nos guió hacia el interior de la mansión. A


medida que avanzábamos, el hedor se hacía más fuerte.

-Vosotros desaparecisteis por completo la otra noche – reflexionó


en voz alta, sin venir a cuento. Debía de estar intentando distraerse del
miedo-. Después de que derrotáramos al resto de esas criaturas, miré
hacia arriba y ¡puf! Los dos os habíais ido. Pensé que quizás estabais
muertos, pero no pudimos encontrar vuestros cuerpos.

-No era buena idea merodear por ahí en la noche así que esperé
hasta el amanecer – explicó-, después Rod y yo nos separamos y
fuimos a buscaros. No tuve suerte, así que regresé a casa de Tarim
sobre el mediodía. Se suponía que nos encontraríamos allí, pero Rod
nunca apareció.

-¿No apareció? - Estaba realmente sorprendida. Claro que


nosotros teníamos nuestras razones para no volver, ¿pero Rod?

-No sé qué demonios está pasando. Esperé un rato, luego decidí ir


a buscaros a los tres. Supuse que tal vez... tal vez habríais venido aquí
por algún motivo y os habríais metido en algún problema, habríais sido
apresados o asesinados o algo así. Pensé que Rod, ¿quizá Rod intentó
ayudar y fue capturado también? No sé en qué estaba pensando
exactamente. Vine aquí y no vi a nadie, pero... Tengo esta extraña
sensación de náuseas. Como si algo estuviera de verdad, terriblemente
mal. Me sentía... enfermo. Y estaba asustado.- Su voz se fue apagando
y miró al suelo; algo avergonzado, supongo.

Nos dirigimos al mismo corredor que atravesamos la noche


anterior. Todas las puertas en el camino aún estaban abiertas. Eché un
vistazo a una de las habitaciones, sin esperar encontrarme demasiado.

-¡Aaaag! ¡¿Qué dem...?! - El suelo estaba cubierto de un líquido


viscoso y desagradable y de tropecientos viales de cristal rotos. En el
centro de la sala, se agrupaban como una docena de masas de carne
retorciéndose. Una era del tamaño de un gato, sin ojos ni pelo. Yacía
sobre su costado, gimiendo y arañando el aire con unos miembros
cortos y rechonchos, sin articulaciones. Podíamos ver sus órganos
internos a través de la piel, tan fina como un pañuelo, y los vasos
sanguíneos de sus alas transparentes (sí, tenía alas), latían de forma
audible. Una mascota con escamas de serpiente se movió cerca de ella,
y un pájaro con tentáculos salió de su estómago.

-91-
Capitulo 4 ¿Quién esta detrás de todo este asunto?

Cualquier niño que presenciara esto quedaría trastornado


psicológicamente de por vida.

-¡Oh dios! ¿Qué es eso? - Alguien rugió en mi oído, medio


gritando, medio entre arcadas. Mi cabeza se movió bruscamente para
encontrar la fuente. Era Gourry.

-Las quimeras de Daymia – respondí.

Aparté la vista y observé un puñado de herramientas de aspecto


extraño apiladas juntas sobre una mesa en una esquina de la sala.
Había visto instrumentos como aquellos hacía mucho tiempo, en un
cuarto trasero de la Asociación de Hechiceros de mi tierra. Allí se
empleaban para fabricar baratijas y talismanes, pero aquí... aquí se
usaban sobre seres vivos.

-Sigamos – nos instó Lantz-. Aquí no es a dónde nos dirigimos.

No pudimos oponernos, por supuesto. No queríamos mirar la


carnicería más de lo que ya lo habíamos hecho. Mis temores eran que
iba a recordarla en detalle la próxima vez que me sentara a comer.

Había escenas similares tras cada puerta abierta. No importaba


con cuanta atención mirase, no conseguía encontrarle sentido a lo que
estaba viendo. En una sala había montones de armas y armaduras
cubiertas de aquel asqueroso líquido. En otra, momias, cadáveres de
mercenarios, creo; convulsionando. Y luego...

-¿Eh? ¿Qué ha sido eso? - dejé de andar.

-¿Qué ha sido qué? - preguntó Gourry.

-Esa voz... - podía escucharla sólo vagamente.

-¿Es una risa? - inquirió Lantz. Sonaba agitado.

-¡Sí! ¿Tú también lo oyes? - escuché risas en algún lugar en la


distancia, pero no sabría decir de dónde procedían.

Sacudió la cabeza. -No. Cuando vi... cuando vi eso... - hizo una


pausa para dejar que un pequeño escalofrío recorriera su cuerpo-,
escuché una risa.

-¿Qué eso?

Lantz no respondió a mi pregunta.

Por fin, llegamos a la misma gran puerta de la noche anterior, la


puerta a la sala que había alojado el Debilitador de Poder (Rune

-92-
Hajime Kanzaka Slayers

Breaker). La misma sala en la que habíamos estado esa misma


mañana.

La risa se volvió más intensa. La fuente se encontraba detrás de


esta puerta. Era Daymia, desde luego, eso no era ningún misterio.
Tenía una risa extraña cuando lo conocimos, pero no como ésta.

-¿Aquí? - pregunté. Lantz asintió.

-Voy a entrar – anunció Gourry, sin esperar a que alguno de


nosotros contestara. Al abrir la puerta, la risa se hizo más escandalosa
y maníaca. Gourry dio un paso hacia el interior, giró e inspeccionó la
habitación, y luego se detuvo bruscamente. Desde donde yo estaba, no
podía ver lo que estaba mirando.

-¿Qué demonios es... eso? - Sus labios se torcieron en una mueca


horrible.

Eché una mirada a Lantz. Estaba temblando.

Yo ya lo he visto – dijo-, no quiero volver a ver algo como eso,


jamás...

Me abrí camino hacia Gourry, me puse a su lado y miré en la


misma dirección. Eso se estaba dando la vuelta lentamente.

Me quedé paralizada. No podía hablar.

Estaba observando una bola de carne enorme. En su superficie los


intestinos se contraían, retorcían y ondulaban de forma grotesca, los
órganos internos y el latir de las venas estaba completamente a la
vista.

-Adiós, ¡me PIRO de aquí!

Mientras observábamos, se formó un bulto en su superficie, dando


a luz a una pequeña serpiente carnosa. La especie de serpiente asomó
desde lo alto de la horrenda bola de carne, extendiéndose hacia el
exterior para formar un arco de más o menos la mitad del macizo.
Engulló una parte de la carne, consumiéndose en esencia a sí misma, y
luego desapareció de nuevo en el interior de aquella masa carnosa. La
misma escena se repetía alrededor de todo el trozo de carne.

La risa de Daymia se volvía especialmente desenfrenada cada vez


que una serpiente consumía la carne. Ésta provenía del centro de la
bola; donde se encontraba la cara de Daymia.1

(1) Párrafo construido mezclando partes de inverse.org que la versión de tokyopop había censurado.

-93-
Capitulo 4 ¿Quién esta detrás de todo este asunto?

-Raugnut Rushavna... – musité. Gotas de sudor resbalaron por mi


mejilla.

Una vez, en un alto durante mis viajes, escuché una historia


acerca de un rey. Unos veinte años antes, el célebre soberano del Reino
de Gairia, Dills el Segundo (Dills Luon Gairia, también conocido como
“el Rey Héroe Caído”), se había lanzado con cinco mil soldados a
exterminar al Rey Demonio del Norte, del que se decía era la causa de
todo el caos de este mundo. Ni él, ni uno solo de sus soldados
regresaron jamás. Cuenta la leyenda que el Rey Demonio los aniquiló.
En todo caso, eso era lo que creía la mayoría de la gente.2

Pero lo cierto es que, el Rey Dills había regresado. Solo. Cuando


la noche se tornaba en alba, los soldados de palacio reconocieron la
cosa que había aparecido entre ellos. Una masa pegajosa, viscosa, se
abrió paso hasta el trono real. Mientras una serpiente, nacida de su
carne, la consumía, habló con severidad a los soldados.

-Matadme – ordenó con la voz del Rey Dills. Un oscuro ritual, más
allá de la comprensión humana, había reducido a su soberano a esa
horrible forma.

Compasivamente, uno de sus soldados alzó su espada. Pero los


cortes y golpes sólo acarrearon más sufrimiento a su rey. Incapaces de
salvarlo, sus vasallos lo sellaron a él, o la cosa en la que se había
convertido, en alguna parte. Nunca contaron a nadie dónde. Se dice que
aún hoy en día, el viento nocturno lleva la voz del Rey Dills hasta el
interior del Castillo Gairia.

-Mátadme – ruega.

Aquéllos que caen víctimas de esta ceremonia mueren una y otra


vez hasta que el demonio responsable de su tortura es destruido.
Daymia estaba sufriendo el mismo destino del Rey Dills. Era un rito
demasiado poderoso para la carne humana, lo que significaba que el
que había maldecido la mente y el cuerpo de Daymia había tenido que
ser Seygram el Amorfo; el demonio de la máscara blanca.

***

(2) Este fragmento también ha sido una mezcla entre la versión de tokyopop, que parece haber omitido
información, y la traducción de inverse.org a su vez, he utilizado una romanización diferente para el nombre
de Dills Luon Gairia (Dirus Ron Gairia en la versión de Tokyopop)

-94-
Hajime Kanzaka Slayers

Nos abrimos paso para salir de lo que ahora era la tumba de


Daymia todo lo rápido que pudimos, respirando el aire nocturno a
bocanadas. Sentaba bien, purificante.

-Sabes lo que es esa cosa, ¿no? - preguntó Lantz tras una breve
pausa-. Lo reconociste, ¿verdad?

-Algo así... - asentí débilmente.

La tez de Gourry y de Lantz tenía un tono azulado, y la luz de la


luna no era la culpable.

-Esa cosa… es Daymia el Azul – expliqué-. Es un hechizo, uno que


sólo los Mazoku pueden usar.

-¿Eso es una persona? - Se podía palpar el miedo de Lantz-. ¿¡E...


estás intentando decirme que nuestros enemigos son Mazoku que
pueden transformar a un ser humano en... eso?! O… cielos, vale, es...
¡espera un maldito momento! ¡¿No... no me digas que piensas luchar
contra esa cosa?! - Su rostro perdió el poco color que le quedaba
mientras se esforzaba por entender la clase de enemigo al que nos
enfrentábamos.

Asentí. –Así es. Sólo accedimos a meternos en este lío porque


sabíamos que esos dos Mazoku andaban detrás de esto.

-¡¿DOS?! - Lantz estaba al borde de la apoplejía-. ¿¡Me estáis


tomando el pelo?! ¡Ni teniendo más de una vida podríamos derrotar a
uno sólo de esos tipos! ¡¿Mucho menos dos?! No podéis ir en serio.

-Podemos – dije.

-...Y lo haremos - Gourry completó mi frase con una voz apagada,


inclinando la cabeza mientras lo hacía.

Lantz nos miró incrédulo.

-Quién... ¿quién demonios sois? Ningún mercenario corriente se


apuntaría a algo así.

Bueno, al menos era perspicaz. Gourry y yo somos cualquier cosa


menos corrientes.

-No, ¡ni hablar! - Lantz explotó antes siquiera de que pudiese


abrir la boca-. ¡Olvidadlo! No me importa quienes seáis. ¡Hasta aquí he
llegado! – dijo dirigiéndose a la puerta-. Y si eso me convierte en un
cobarde, entonces lo soy. Si sois listos dejaréis esto pasar y saldréis a
toda velocidad de la ciudad mientras aún podáis. ¡Nadie debería morir
así! ¡Nadie!

-95-
Capitulo 4 ¿Quién esta detrás de todo este asunto?

Empezó a trotar, y luego echó a correr, deteniéndose una sola vez


para girarse y advertirnos a voz en grito: “¡Deteneos ahora! ¡Dejadlo
pasar!” Luego desapareció en la oscuridad. Gourry y yo observamos en
silencio. No lo culpábamos ni pensábamos que fuera un cobarde. Al
contrario, hizo justo lo que queríamos que hiciera. Si hubiera querido
quedarse y luchar con nosotros, probablemente tendríamos que haber
intentado convencerle de lo contrario. En una pelea sería más una carga
que otra cosa; no es que fuera débil, es sólo que Gourry y yo
estábamos acostumbrados a trabajar en equipo, y bueno, el enemigo
era un Mazoku.

Lantz no podía usar magia; y no tenía una Espada de Luz para


compensar. De modo que, no importa lo capaz que fuera, no podía
ayudar.

-Oye Lina – murmuró Gourry, mirando aun la oscuridad que


quedó tras Lantz -, ¿Qué crees que conecta a los Mazoku con todo este
asunto?

-¿Qué? - tuve que pensarlo por un instante-. ¡Aaah! - y entonces


lo entendí. ¡Había estado tan segura de que los demonios trabajaban
para Daymia que me había olvidado de Tarim el Violeta!

Miré atrás hacia donde Lantz había desaparecido, se dirigía a la


casa de Tarim.

-¡Tenemos que seguirle!

-¿Tenemos? - Gourry estaba sorprendido.

-¡Está en peligro! - dije y salí corriendo.

-¡Eh! ¿A qué te refieres? ¿Cómo que en peligro? – preguntó


Gourry, corriendo detrás de mí.

-¡Es probable que Tarim el Violeta esté detrás de todo!

-¡¿Quéee?! – Gourry se detuvo un momento, luego continuó la


persecución-. ¡¿Y qué sentido tiene eso?!

-Tarym usó a Daymia para sellar a Halcyform, creyendo que luego


podría ocuparse de Daymia. Pero Daymia era más listo de lo que había
pensado. Mientras el Debilitador de Poder estuviera en marcha, Tarim
no podía estar seguro de que enviar a los Mazoku detrás de Daymia
resolvería todo el trabajo. Así que, supuso que debería contratar a
mercenarios humanos para hacerlo – expliqué sobre la marcha. Exponer
toda aquella teoría era un proceso tedioso, pero era la única forma de
asegurarnos de que no cruzábamos nuestras espadas con el enemigo
teniendo a Gourry sin una idea exacta de lo que ocurría. Por así decirlo,

-96-
Hajime Kanzaka Slayers

trabajar a oscuras podría entorpecer su destreza. Me seguía a escasa


distancia, escuchando atentamente... esperaba.

-Entonces, Tarym usó a Rod para contratar a sus asesinos, y Rod


nos encontró a nosotros – expliqué-. Se dio cuenta de que no teníamos
ninguna intención de aceptar, por lo que envió a esos dos demonios
para retarnos. Naturalmente, todo el que se echará atrás por un par de
demonios no estaba hecho para el trabajo.

-Así que nos han engañado y nos lo tragamos – Gourry sabía la


manera de ir directamente al grano.

-¡Exacto! - apreté los dientes-. Seguramente nos envió a sus


monstruos para comprobar nuestro poder. Luego utilizó al demonio de
la máscara blanca, Seigram, al que Gio llamó el Amorfo; para atraernos
a la morada de Daymia. Su plan debía ser hacernos cree que Daymia
era el responsable de todo para que lo destruyéramos.

-Y entonces nos encontramos con el foso – añadió Gourry.

-Así es, no contaba con que encontráramos al presidente y lo


liberáramos. Pero de alguna forma, Tarim se ha enterado, por lo que
ahora tiene miedo de que se involucren las fuerzas del orden, y está
intentando eliminar a todos los testigos de un sólo golpe: Daymia
(indefenso sin el Debilitador de Poder) y nosotros.

-Halcyform también está en peligro, ¿no? – preguntó Gourry.

-No, tiene que haber una razón para que fuera encerrado y no
asesinado. Cualquiera que fuese esa razón, a menos que las
circunstancias hayan cambiado, dudo que su vida corra peligro. Lantz,
quizá... - mi voz fue disminuyendo. Aún no lo habíamos localizado.
Como él conocía el trazado de la ciudad mucho mejor que nosotros,
podía haber tomado un atajo.

-Lantz no tiene ni idea de que Tarim está detrás de todo esto. Si


vuelve y dice lo que no debe, Tarim podría decidir que ya no le es útil o
que sabe demasiado. Podrían ser ejecutado en el acto; ¡o algo peor
aun! - La verdad que no quería pensar en ello.

-Sabes... - comenzó Gourry-, cambias demasiadas veces de


teoría.

¡¡Aaah!! Me pilló tan desprevenida que perdí la concentración y


tropecé, por lo que salí despedida hacia delante. ¡Pum!

-¡Au, au, au!

-97-
Capitulo 4 ¿Quién esta detrás de todo este asunto?

“¡No pises a la gente cuando está en el suelo Gourry!” Levanté la


cabeza y él me miró al pasar.

-Lo siento, tal vez me haya pasado un poco – exclamó.- ¿¡Tal


vez!? - me incorporé y eché de nuevo a correr–. Cuando las
circunstancias cambian, ¡claramente las conclusiones que sacas deben
cambiar también! No es teorizar, ¡sino deducir!

-Vale, lo que sea. Tu idea es que todos los caminos llevan a Tarim
¿no? - preguntó Gourry, inclinándose hacia mí buscando algún tipo de
confirmación.

-¡Sí! ¡Y tenemos que darnos prisa! – Mientras bajábamos por


nuestro oscuro camino, tuve una sensación de mal presagio en el
pecho. Nuestra noche no hacía más que comenzar.

***

Me quedé clavada en el sitio. Y también Gourry.

La residencia de Tarim ya se había convertido en un matadero.


Nada más traspasar la puerta principal, nos ahogó el hedor de la
muerte. La sangre de los mercenarios caídos se había mezclado en lo
que podría llamarse con toda propiedad un mar que cubría por completo
el primer piso. Tuve ganas de vomitar. He estado en infinidad de
campos de batalla durante mi corta vida, pero nunca te acostumbras a
un olor como ese.

Si alguna vez os encontráis a alguien que diga que no le molesta,


tened muchísimo miedo.

Observar lo que quedaba de los mercenarios que Tarim había


contratado era suficiente para tornar un estómago de hierro en un pozo
de óxido. Parecía como si hubiesen salido perdiendo contra una legión
de autómatas de combate. No era una lucha que esperaba que los
mercenarios ganasen pero sé, pero no habría predicho tal... masacre

-¿Dónde está Lantz? - Las palabras de Gourry me devolvieron a la


realidad.

-¡Dentro! - exclamé mientras seguía avanzando. Mis botas hacían


un sonido de chapoteo en la sopa de entrañas, como cuando andas por
el barro.

-98-
Hajime Kanzaka Slayers

Torcimos por un pasillo que desembocaba en un recibidor. Me


detuve.

Lantz... bueno, estaba tendido en el suelo en un estofado de


miembros de cadáveres y muebles rotos. Aún estaba vivito y coleando,
lo que lo colocaba en una posición mucho más ventajosa que la del
resto de sus camaradas.

Y allí, en pie ante él, con la espada desenvainada y


ensangrentada: Rod.

Volvió sus ojos oscuros hacia nosotros.

-Esperaba que vinieras. Ahora sabremos quién es el mejor – dijo


a Gourry.

-No lo entiendo – murmuré.

-Tuve que abstenerme de desafiarte mientras éramos aliados –


explicó apuntando su mancillada espada en nuestra dirección, las gotas
de sangre caían al suelo como signos de exclamación. Bajo la débil luz,
la espada reflejaba un tono púrpura tenue.

-Así que era eso, ¿eh? - respondió Gourry. Estaba horrorizado


pero no sorprendido. Había una ira sosegada tras sus palabras. Yo aún
no entendía del todo qué estaba pasando.

-Sí. He cedido mi lealtad a Halcyform para hacer este encuentro


posible.

“¡¿Que hizo qué?!” Pensé que los ojos se me iban a salir de las
órbitas. “Entonces, ¿lo hizo por eso? Espera, eso significaría... Oh, ¡¡no-
NO!!”

-Siento tener que negarte eso que tanto significa para ti – Gourry
declaró, poniéndose delante de mí. Todavía no había desenvainado su
espada.

-¿Negarme? ¿Qué debo hacer para instarte a desafiarme? ¿Matar


a la chica? - preguntó Rod.

-Aunque eso fuera tan fácil como crees, no sería necesario. No


pretendo privarte de tu combate, sólo de tu victoria – respondió Gourry.

Di un paso atrás. La tensión en la habitación era casi insoportable.

-Lina, ve a ver qué puedes hacer por Lantz. Yo me encargo de


esto.

-99-
Capitulo 4 ¿Quién esta detrás de todo este asunto?

-Voy – dije asintiendo. Me estaba pidiendo que pasara lo que


pasara, no me inmiscuyera en la pelea, y lo aceptaba. No estaba del
todo segura de que pudiera vencer a Rod, y desde luego estaba
preocupada, pero la mirada de Gourry me decía que quería luchar con
él por sí sólo. Centré mis energías en Lantz.

El pobre hombre estaba herido, pero estaba bastante segura de


que podría sacarle de esta. Coloqué mi mano en la herida de su vientre
y comencé a recitar un hechizo de curación.

-¿Aquí mismo? - Gourry preguntó a Rod.

-En cualquier parte – replicó Rod cortante.

Gourry cogió su espada y en un instante, el hedor de la sangre, la


matanza; todo salvo el combate fue olvidado, echado a un lado por la
tensión de sus voluntades opuestas.

Gourry desenvainó y Rod se abalanzó sobre él. Los destellos


gemelos de luz se encontraron con estrépito. Gourry rechazó un golpe y
logró deslizar su espada hacia el flanco de su enemigo. Rod se movió
hacia un lado, invirtiendo su espada sin problemas. Tenía mayor
alcance. Echando su acero hacia atrás, paró en seco el ataque,
cambiando bruscamente la dirección. Gourry llevó hacia abajo su propia
espada para protegerse del inesperado ataque. Su espada se metió bajo
la de Rod, levantándola.

No fue lo suficientemente rápido. Rod se retiró con facilidad,


evitando el contraataque. Ambos se separaron.

Eran tan ligeros de pies que mis ojos apenas podían seguir sus
movimientos.

Los dos corrieron de nuevo el uno hacia el otro. Gourry detuvo un


golpe alto de Rod. Rod retrocedió y se lanzó hacia la apertura dejada
por la espada. El arma de Gourry giró, desviando la espada de Rod una
vez más. Una y otra vez, Rod atacaba y Gourry esquivaba. Rod estaba
perdiendo la paciencia.

Pese a que Gourry parecía estancado en una opción defensiva, él


sólo parecía volverse más fuerte, más decidido. Esperaba que tuviese
algún tipo de plan.

Demasiado astuto para subestimar a su contrincante, Rod no osó


detenerse ni por un momento.

Y entonces...

-100-
Hajime Kanzaka Slayers

-¡¡Haa!! - gritó Gourry, distrayéndose lo necesario para crear un


hueco para Rod demasiado bueno como para dejarlo pasar. Su espada
penetró por debajo de la de Gourry. Ninguno estaba en posición de
esquivar.

“¡Un ataque al unísono!”

¡CLANC! Un sonido metálico resonó en las paredes de la cámara.

Gourry había modificado el mandoble en mitad del arco,


haciéndolo descender hacia su izquierda y contra la hoja de Rod. El
impacto resultante cercenó el arma de Rod, lanzando contra el suelo
más de la mitad de ésta. De forma ingeniosa Gourry había dirigido el
ataque a la espada. Si lo hubiese dirigido hacia Rod, tendría que haber
renunciado al intercambio mutuo de golpes, como había previsto.

En el momento en que Rod se percató de que su espada estaba


rota, arremetió hacia delante, alterando su ataque. La punta de su
acero alcanzó a Gourry, y una mancha de sangre empezó a extenderse
por el puño del brazo con que blandía el arma.

-Parece que me he llevado la peor parte – dijo Gourry,


atreviéndose a reír.

-Desde luego eres un digno oponente... - Rod sonrió. Era la


primera vez que le había visto sonreír, y era inquietantemente cordial.

-Acabemos con esto – Gourry aferró su arma con ambas manos,


alzándola al nivel de los ojos.

Rod apoyó silenciosamente su espada en el hombro derecho.

Gourry arremetió. Rod estiró el cuerpo.

Los dos cruzaron espada contra espada, voluntad contra voluntad


y mantuvieron la posición, inquebrantables. Luego, sin flaquear en
absoluto, se separaron de un salto, formando un abismo entre ellos.

Gourry perdió el equilibrio. Tal vez la herida en su brazo


dominante lo había desestabilizado o quizá su pie había resbalado con
algo de sangre. Por la razón que fuere, por un segundo, se tambaleó.

Rod embistió. La postura de Gourry no le permitiría esquivar o


desviar el golpe. Se derrumbó hacia delante, cayendo al suelo sobre
una rodilla. Rod elevó la hoja, inclinándola para hundirla hacia abajo.
Pretendía clavarla en el hombro izquierdo de Gourry.

-101-
Capitulo 4 ¿Quién esta detrás de todo este asunto?

-102-
Hajime Kanzaka Slayers

Lo pretendía, y lo habría logrado si su espada hubiera tenido su


longitud original. Maniobrando como con el filo al que estaba
acostumbrado, no hizo más que una muesca en la hombrera de Gourry.

Como respuesta, Gourry hendió su hoja en el flanco de Lantz.

-Eres... muy bueno - Rod sonrió. Parecía sinceramente satisfecho


alabando al hombre que le había dado muerte. Una pizca de nostalgia
se reflejaba aun en sus ojos. La sangre salía a borbotones de su herida.
Su espada resbaló y luego se escapó de su agarre-. Me gustaría repetir
esto algún día - dijo, con un aire infantil en la cara, desprovista de
malicia.

-No creo que eso vaya a ocurrir - respondió con honestidad


Gourry. Su misma frente estaba empapada en sudor.

-Sí, ya lo veo. Es una verdadera lástima - Rod espiró, sus fuerzas


se apagaban. Cayó de rodillas, pero en una horrible muestra de ironía,
no se derrumbó.

El Espadachín Negro se había empalado a sí mismo con el mango


roto de su propia espada, como un títere de varillas.

-103-
Capitulo 5:
La Batalla final que determina el
Destino.

B
ueno, creo que ha sido una noche muy misteriosa.”
Normalmente, habría llegado a una conclusión más

“ ingeniosa que esa, pero voy a ser honesta con vosotros:


llegados a este punto, estaba completamente confusa.
Aun teniendo en cuenta todos los lugares en los que he estado en mi
vida, y todas las cosas que he visto, estaba teniendo verdaderos
problemas para averiguar qué había detrás de los acontecimientos de
aquella noche.

Sólo el duelo a muerte entre Gourry y Rod fue suficiente para


darle una pequeña pausa a una chica. A eso hay que añadir el hecho de
que de alguna manera me las había arreglado para llevar a Lantz a
tratamiento al curandero mágico más cercano, para regresar y
encontrar el brazo de Gourry con necesidad de atención. Cuando todo
estaba ya dicho y hecho, volvimos a la mansión de Tarim una vez más.

A medida que íbamos de una habitación a otra en búsqueda de


pistas, estaba más y más cerca de lo que sabíamos, o creíamos saber.
Mi teoría acerca de que Tarim había sido el cerebro detrás de todo esto
se estaba derrumbando. Las palabras de Rod resonaban en mi cabeza
una y otra vez: “He cedido mi lealtad a Halcyform para hacer este
encuentro posible.” No tenía ningún sentido.

Y ahora, la última pieza de aquel rompecabezas se alzaba ante


nosotros.

-Bueno Lina, ¿Qué crees que significa esto? - preguntó Gourry,


indicando con un gesto.

Parpadee asombrada. Estábamos viendo el cadáver de un hombre


regordete envuelto en una túnica púrpura, desplomado sobre muebles
rotos que cubrían la sala. Probablemente era Tarim el Violeta. Utilicé la
palabra "probablemente" ya que los cadáveres son difíciles de identificar
¡cuando no tienen cabezas!

-¿Que significa esto? ¿Qué narices está pasando? - repitió Gourry.

-No lo sé - podría repetir la pregunta tantas veces como quisiera,


mi respuesta no iba a cambiar. No tenía absolutamente ni idea de lo
que estaba sucediendo. Todo lo que podía hacer era especular.
Hajime Kanzaka Slayers

Y especular fue lo que hice. Al abandonar aquel lugar y dirigirnos


hacia la mansión de Halcyform, barajé todas las posibilidades.
Halcyform nos había dicho que actuaría civilizadamente, pero tal vez
perdió los estribos y envió asesinos detrás de Tarim. O tal vez el
cadáver sin cabeza era un doble, y el verdadero Tarim aún seguía con
vida. Rod podría haber mancillado el nombre de Halcyform como una
cortina de humo sólo para confundirnos una vez más. De todos modos,
no tenía pruebas para ninguna de estas hipótesis.

-¿Cual es el plan una vez lleguemos a la mansión de Halcyform? -


preguntó Gourry.

-No lo sé - dije encogiéndome de hombros.

-¿¡No lo sabes!? - Gourry no daba crédito.

-No lo sé ¿vale? No sé el por qué ni entiendo la mayoría que


concierne a este asunto. De hecho, tal vez no entiendo absolutamente
nada, pero la mansión de Halcyform es el único lugar a donde ir para
obtener respuestas - expliqué.

-Eso no es un gran plan - Gourry dijo suspirando.

-Quizá no, pero llegaremos al fondo de este asunto - declaré.


Después, tras una leve pausa, proseguí-, tal vez sería mejor si nos
colásemos de alguna manera. ¿Qué te parece ese plan?

-¿Desde cuándo somos personas que se andan colando por ahí? -


preguntó Gourry. Parecía sorprendido.

Me di un tortazo en la frente. Debería habérselo dado a él.

-Mira, si lo que Rod dijo fuera cierto y Halcyform hubiera enviado


aquellos asesinos, ¿tú crees que deberíamos entrar alegremente por la
puerta principal diciendo "Señor Halcyform, ¿es usted el que está detrás
de todas esas mutilaciones y asesinatos? Vamos, puede contárnoslo."
¿De verdad eso suena como una buena idea para ti?

-Probablemente no ¿eh?

"¡¿Probablemente?!" Di la conversación por terminada. En parte


porque hablar con Gourry es agotador y también por el hecho de que la
mansión de Halcyform ya estaba a la vista.

No había guardias en el patio, así que nos colamos rodeando la


casa en busca de un lugar fácil por donde entrar. El jardín estaba
escrupulosamente cuidado y el leve canto de las aves nocturnas se
hacía eco.

-105-
Capitulo 5 La batalla final que determina el destino

-¿Que tal por aquí? - pregunté, señalando una pequeña ventana


que conducía al sótano. No era muy grande, pero era lo suficiente como
para poder colarme a presión por ella. Gourry, quizás, no sería capaz.

-Voy a echar un vistazo - dije-, No quiero precipitarme, estaré de


vuelta en breve, así que sé un buen chico y espera aquí ¿vale? - le dije
alegremente y añadí uno de mis guiños.

-¡Es... espera un momento! - me detuvo Gourry nervioso-, ¿Vas a


entrar ahí sola?

-¿Cuál es el problema? ¿Tienes miedo de esperar cinco minutos tu


solito en un jardín?

-¡No es eso! Tan sólo creo que no deberías entrar ahí por tu
cuenta... - la voz de Gourry se apagó, como si estuviera avergonzado.

-Está bien. Te prometo que no iré por ahí conjurando Mata


Dragones ni nada parecido - dije juntando mis manos y frotándolas
mientras hacía lo posible para poner una mirada amenazante.

-No, no es eso a lo que me refiero. Yo sólo... - murmuró Gourry.

“Eh, esto no significará...”

-¿Estás preocupado por mi? - me reí.

Él apartó la mirada y se rascó la nariz -¿Acaso estar preocupado


es malo?

-Te has enamorado de mi ¿verdad? - le dije con una seria


expresión en mi rostro. Se puso nervioso. "Je, je"

-¿Enamorado de ti? Soy tu guardián, por supuesto que estoy


preocupado! - ¿Alguna vez habéis escuchado a alguien tratar de gritar y
susurrar al mismo tiempo? Él sonaba como algo así.

-Me da igual lo que digas, Gourry. El amor puede verse en tu


rostro, te has puesto rojo - le dije dándole un codazo.

-Eh, ¡ya vale! ¿No? - me cortó-. Simplemente no creo que sea


buena idea que vayas a entrar sola. ¿Por qué tienes que ir tu sola?

-Bueno, porque yo entro por esta ventana y tu no - respondí. Es


difícil discutir con lo obvio.

-No es cierto - me ladró desenvainando su espada. Un rayo de luz


plateado brilló en la oscuridad.

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Hajime Kanzaka Slayers

¡Clinc!

La espada fue devuelta a su vaina antes incluso de que yo pudiera


asimilar lo que había sucedido.

-¿Que has hecho? - pregunté. El me respondió con una sonrisa,


agarrando el marco de la ventana con ambas manos y tirando
ligeramente de él. Con un pequeño ruido, ambos, marco y ventana,
salieron de su sitio. ¡La había cortado perfectamente!

-Oh.

¿Qué puedo decir? No solo había cercenado el marco de la puerta


fuera de la pared, sino que lo había hecho sin romper el cristal y sin que
cayera en el interior del sótano haciendo un ruido estrepitoso. He oído
que cuando un habilidoso verdugo decapita a un criminal, deja una
pequeña capa de piel para prevenir que la cabeza salga volando.
Cuando Gourry lo hizo, probablemente fue algo similar a eso.

Ahora que lo pienso, tal vez no fue un buen ejemplo.

-¿Crees que si ahora me quito la armadura podría pasar? –


inquirió con una pequeña sonrisa en su rostro. Yo fingí no estar en
absoluto impresionada mientras nos arrastrábamos a través de la
ventana.

Estaba completamente oscuro allí dentro a excepción de los


pequeños haces de luz de la luna que se filtraban por la ventana. Nos
quedamos ahí hasta que nuestros ojos se acostumbraron a la oscuridad.
No podía usar un hechizo de iluminación, eso habría hecho demasiado
fácil descubrirnos. Aunque la mayoría de la gente estaría soñando ahora
mismo, Halcyform estaba demostrando que era cualquier cosa menos
como “la mayoría de la gente”. Y si él había enviado a Rod a la
residencia de Tarim, el hecho de que no hubiera regresado ya significa
que no estaría durmiendo plácidamente.

Continuamos caminando en silencio en la oscuridad ya que,


bueno, no hay mucho de qué hablar cuando no puedes ver. Una vez
que nuestros ojos comenzaron a adaptarse, empezamos con cosas
como “Eso de allí es una mesa ¿no?” y “creo que es un armario…”
simplemente especulando.

-Esto apesta – ofrecí-, no puedo ver una maldita cosa. Eh, Gourry,
tú tienes muy buena vista ¿Ves algo sospechoso?

-¿No ves nada? – preguntó con un tono de preocupación-. Hay


todo tipo de objetos mágicos por ahí, pero no sé lo que realmente
cuenta como sospechoso.

-107-
Capitulo 5 La batalla final que determina el destino

Hmmm. Entrecerré los ojos y miré a mí alrededor. Había


numerosos muebles y otros pequeños artículos amontonados que se
veían plasmados como oscuras sombras en la pared.

“¿Eh?”

Mis ojos toparon con un lugar donde incluso con aquellas


condiciones de mínima luz, las sombras parecían… extrañas, de alguna
forma. Teniendo cuidado de donde pisar, me aproximé hacia ellas. En
cualquier otro lugar, las cosas yacían apiladas por encima de otras y no
llamaban mi atención, pero aquí, merecía la pena investigar cualquier
detalle. A medida que me fui acercando, alcancé a ver un tapiz que
cubría la pared. Fue probablemente la suave ondulación de la tela lo
que provocó que las sombras se deformaran. Delante del tapiz, una
mesa. No había nada encima ni alrededor de ésta. De hecho, cuanto
más lo miraba, más me parecía un desorden organizado. Solo podían
haber dos opciones: o había sido ordenado recientemente, o era usado
con frecuencia. Alguien la había fastidiado si pretendía mantener la
atención lejos de aquella pared.

Tan en silencio como pude, moví la mesa hacia un lado y tiré del
tapiz hacia abajo. Recorrí cada piedra tanteando suavemente con mis
dedos. Encontré una hendidura, algo parecido a una puerta.

-¡Bingo! ¿Soy buena o qué?

(No respondáis a eso)

Vale, se lo que estáis pensando: por supuesto había una puerta


secreta. Si. Ésta es una casa de hechiceros después de todo, y las casas
de hechiceros suelen tener al menos una cámara secreta, y toda
cámara secreta tiene al menos una puerta secreta. Bien, ¿os habéis
preguntado el por qué, listillos? ¿Por qué tanto secreto, teniendo en
cuenta que la mayoría de los hechiceros son tradicionales y respetuosos
con la ley popular, eh?

Bueno, estoy encantada de que me hagáis esa pregunta. La


respuesta es simple: investigación. Los hechiceros están
constantemente involucrados en investigación. Tarim investigaba
lingüística (si me preguntáis el por qué, diría que le gustaba mucho
oírse así mismo), mientras que Halcyform estaba investigando… emm,
algo relacionado con la vida. De cualquier forma, no importa en qué tipo
de investigación esté involucrado un hechicero, siempre hay alguien con
malas intenciones dispuesto a robar los avances y quedarse con todo el
mérito. ¡Si lo sé! Es una revelación sorprendente, pero siempre hay
hechiceros que roban a otros hechiceros. (Por no hablar de los peores,
que roban los avances para vender a otros hechiceros incautos o utilizar
dicha información para sus viles intenciones propias).

-108-
Hajime Kanzaka Slayers

Por esto, los magos no escatiman esfuerzos en construir sus


habitaciones secretas, que no aparecen en ningún plano y pueden ser
usadas como laboratorios para proteger sus investigaciones de los
saqueadores. La sala tras la puerta que acababa de encontrar podría ser
uno de esos laboratorios. En cualquier caso, no había forma de saberlo
sin echar un vistazo al interior.

-¡Gourry! ¡Por aquí! – lo llamé en un enérgico susurro.

Se dirigió a mí caminando como si estuviera cruzando la calle


principal en plena luz del día. Podía ver así de bien, incluso en medio de
la noche.

-Parece que en esta pared hay una puerta oculta. Es probable que
haya un mecanismo para abrirla por aquí, en alguna parte. Pero yo no
soy capaz de encontrarlo con esta oscuridad. No quisiera causar más
destrozos, pero…

-¡Espera un maldito minuto! – me interrumpió Gourry.

-¡Sssh! ¡Baja el volumen! – le recordé.

-¡Lo siento! Pero, ¿no crees que sea ir un poco lejos Lina? Aun no
estamos seguros de que haya sido Halcyform quien envió a Rod para
acabar con Tarim.

-Quizá no, pero hemos venido hasta aquí para encontrar algo, y
esta sala es definitivamente sospechosa. Si nos equivocamos, le
pediremos disculpas más tarde. Estoy segura de que lo entenderá.

-Eso espero… - suspiró Gourry.

¡No importa! Hemos llegado hasta aquí. Tenemos que continuar,


si queremos llegar al fondo de este asunto.

-Vale, de acuerdo, supongo que tienes razón. Tan sólo es un


allanamiento de morada - dejó escapar un leve suspiro y desenvainó su
espada-. Bueno, echaré un vistazo.

-Eh, espera un segundo - lo detuve a tiempo para conjurar un


hechizo sobre él. Escogí una barrera de viento, algo similar al Alas de
Rayo (Ray Wing) pero un poco más fuerte. Ésta barrera prevé que el
sonido que se produzca dentro de ella escape al exterior. Podrías
incluso patear una mesa cargada con platos y cubiertos, y nadie que
estuviera fuera de la barrera oiría mucho más de un simple “clinc”.

-Vale, adelante - dije cuando estaba hecho.

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Capitulo 5 La batalla final que determina el destino

La Espada de Gourry destelló. En un instante, el bloque de la


pared que había cortado se cayó hacia dentro.

¡CATAPUM! El ruido fue tremendo, pero confiaba en mi barrera de


viento. Además, esto era el sótano. A menos que hubiera alguien al otro
lado, nadie podría haberse percatado.

-Uau… - expresamos Gourry y yo simultáneamente al abrirnos


paso por nuestro umbral improvisado.

Lo más extraño del corredor que se alzaba ante nosotros no era


su longitud (la cual era considerable) ni sus serpenteantes giros
(aunque había un numero impresionante de ellos también). No, lo más
extraño de aquel corredor era que la piedra parecía estar hecha de algo
brillante. Durante un segundo, consideré la idea de que tal vez
estuviera vivo, o al menos, cubierto con algún tipo de… emm, musgo
luminoso como el que a veces se encuentra en las cavernas. Pero al
mirar con más atención, y a excepción de la parte que brillaba, la
superficie más o menos parecía simplemente roca.

¿Quizá es algún tipo de roca que brilla naturalmente? ¿O tal vez el


túnel ha sido untado con un fluido especial extraído de musgos
luminosos? No importa, mientras avanzábamos por el corredor,
tratamos de silenciar en lo posible nuestros pasos. La posibilidad de
encontrarnos a Halcyform allí abajo era definitivamente alta.

Continuamos avanzando durante lo que pareció una hora.


Finalmente, después de dos curvas pronunciadas, el pasaje terminó. Y
allí, piadosamente, había una puerta. No estaba cerrada. Y sentí una
presencia dentro.

-Voy a abrirla - dijo Gourry dirigiendo su mano hacia el pomo y


girándolo para abrirla. Yo asentí en silencioso acuerdo.

-¡QU…! – ambos nos quedamos perplejos.

Había una gran… no, enorme sala. Sé que os había dicho que la
sala de Daymia era grande, pero ésta sala sobrepasaba con creces
aquella que contenía la barrera. Hacedme caso. Os digo que ésta era
giganti-enorme. Dentro, hilera tras hilera de tanques de cristal llenos de
líquido con toda clase de experimentos llegaban hasta el techo.

Nada de aquello nos sorprendió realmente, lo que realmente nos


impresionaba era lo que había dentro de los tanques.

En el interior de la fila inferior había lobos, cubiertos con escamas


violetas aterciopeladas, un innumerable numero de espinas creciendo
de sus cuerpos. Por encima de los lobos había montones de gigantes,
todos y cada uno de ellos calvos y con inquietantes rostros idénticos.

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Hajime Kanzaka Slayers

Dormían profundamente, acurrucados en un líquido llamado “Esencia de


la Vida”, una extraña sustancia viscosa que contenía los ingredientes
esenciales para la actividad de organismos biológicos. Allí se
encontraban todas aquellas criaturas y homúnculos que asaltaron la
mansión de Tarim bajo el comando de Seigram.

-¿Que… qué demonios están haciendo aquí? – se preguntó Gourry


en voz alta.

-No tengo ni la menor idea - dije, acostumbrándome al hecho de


que ya no tenía ninguna respuesta.

Miramos hacia el centro de la sala donde hileras de tanques se


agolpaban unos encima de otros. Aquello era como un mercado de
quimeras: serpientes venenosas con alas, peces carnívoros con patas
de insecto, un híbrido mitad dragón, mitad troll y casi todas las
combinaciones monstruosas que uno podría imaginar. Aquellos
monstruos de la columna central hacían parecer de buen gusto a los
lobos con espinas y los gemelos gigantes. A decir verdad, no tenían
nada en común, salvo el hecho de que habían sido concebidos para la
batalla.

Lo que planteaba la cuestión: ¿Quién los había creado?

Tenía que haber sido el mismo Halcyform. No podía imaginar


cómo alguien podría haber transportado todo aquello hasta aquí. Eso
significaba que Halcyform había sido quien envió a esos autómatas para
atacar la mansión de Tarim. ¿Pero cómo…? Esto se estaba poniendo
realmente difícil.

-Oh, es usted aquella jovencita ¿no? – exclamó de pronto una voz


detrás de nosotros.

“¿Qué demonios?”. Me di la vuelta rápidamente para encontrar la


fuente de aquella voz. No había nadie allí.

-¿Qué está haciendo en un lugar como este, señorita?

“¿De dónde procede esa voz? Suena como si… pero no puede
ser…”

Había oído aquella voz antes. La reconocía, pero no parecía


posible. Y entonces, lo encontré.

Hay un par de diferentes formas con las que podría explicar lo que
sucedió después. Lo que no sucedió en realidad fue que me…
desmayara. Tampoco me sentí aturdida o mareada. Simplemente decidí
que era un buen momento de sentarse. Inmediatamente. En el suelo.

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Capitulo 5 La batalla final que determina el destino

-¿Qué ocurre Lina? – Gourry miraba para averiguar lo que me


había hecho retirarme al suelo.

Era la cabeza de Tarim el Violeta, y seguía con vida.

-Supongo que su conmoción era inevitable - dijo la cabeza. Estaba


dentro de un tanque del tamaño de un acuario ligeramente grande,
lleno hasta el borde con Esencia de la Vida y conectada a varios tubos
que venían de alguna parte.

-¿Qu...? ¿Qué…? – Aun en el suelo, apenas conseguí dejar escapar


algunas sílabas temblorosas. Estaba sin palabras. Por alguna razón,
aquella cabeza tenía el mismo tic nervioso en el ojo que Tarim tenía
cuando su cabeza estaba unida a su cuerpo.

-No, no se ha vuelto loca. Aunque mi apariencia haya sido


alterada, sigo siendo Tarim el Violeta.

-Pe… pe… - Gourry tampoco podía articular palabra.

-Oh, ya veo, si. Se están preguntando “¿Qué le ha pasado?” – dijo


Tarim-. Quieren saber cuáles han sido las circunstancias que me han
llevado hasta este estado ¿no?

Gourry asintió. Tres veces.

En cuanto a mí, quería saber que había ocurrido, cierto, pero


también quería saber por qué demonios Tarim actuaba de una forma
tan casual ¿¡Qué hay de su cuerpo perdido y demás?!

-Hmmm. ¿Por dónde empiezo…? – La cabeza miró al horizonte,


pensativa. Y por fin, comenzó a hablar-. Al principio, no confiaba en
ninguno de ustedes lo suficiente como para concederles una completa
explicación de los hechos que se cernían sobre vuestro trabajo. En
retrospectiva, ese parece haber sido un grave error por mi parte. Ya ha
oído su versión cuando liberó a Halcyform de la barrera de Daymia ¿no
es así? De cómo Daymia y yo lo sellamos dentro de ella, es decir…

-Su versión - le interrumpí, finalmente capaz de hablar aunque


con una voz aún débil-, ¿Te refieres al Presidente Halcyform?

La cabeza asintió… tanto como una cabeza puede asentir cuando


no tiene nada de cuello.

Gourry seguía paralizado del shock.

-Si, en realidad esa parte de la historia de Halcyform es cierta.


¿No se ha preguntado el por qué no destruimos al presidente, si
creíamos que era el mismo demonio?

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Hajime Kanzaka Slayers

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Capitulo 5 La batalla final que determina el destino

-Me lo preguntaba, pero él no me habría respondido si le hubiera


preguntado - dije.

-Claro, claro. Ciertamente, eso no es algo que se pregunta en una


conversación delicada. La verdad, quizás, es que no le matamos,
porque no podíamos hacerlo - Tarim emitió las palabras “no podíamos”
sin demasiado énfasis.

“¿Qué quiere decir con eso?”

Una vez me preguntó usted, señorita, ¿que había estado


investigando Halcyform? Por aquel entonces, respondí vagamente
“sobre la vida” o algo parecido. Lo cierto es que, estaba investigando
sobre la inmortalidad.

-¡Ooh! – exclamé de forma involuntaria-. Yo pensé que era


Daymia el que estaba investigando acerca de la inmortalidad. Así que
¿era Halcyform?

-Bueno, sí y no. Daymia también buscaba la inmortalidad. De


hecho, siempre he sospechado que Halcyform hizo a Daymia
vicepresidente como parte de un acuerdo secreto para continuar con
sus investigaciones. Supongo que debió de ver algún potencial en la
capacidad creativa de Daymia. Quizás, al contrario de sus expectativas,
no importaba cuan retorcidas o dementes creara Daymia a sus
quimeras, no podían mejorar sus resultados más allá de cierto nivel. Yo
creo que ese freno en sus progresos es lo que gradualmente los llevó a
ambos a sentir apatía el uno al otro. Fue entonces cuando me di cuenta
de lo que Halcyform investigaba.

-¿Lo que investigaba? – Estaba demasiado asustada para


preguntar.

-Sí. Oficialmente, decía que investigaba sobre la preservación y la


prolongación de la vida, pero un día, un hechicero acudió a mí en
secreto. Confesó que se había infiltrado en la mansión de Halcyform con
la intención de robarle su investigación. Nuestro presidente no
investigaba acerca de una larga vida, sino de una vida eterna.
Halcyfrom había recopilado textos de cuando la investigación sobre la
vida eterna estuvo en su máximo esplendor, varios cientos de años
atrás, y había comenzado a trabajar basándose en aquellos
experimentos.

-¿Experimentos de qué tipo? – pregunté con los ojos


completamente abiertos.

-Bueno, hubo una serie de misteriosas desapariciones en la ciudad


durante ese tiempo - reveló Tarim tras un suspiro.

-114-
Hajime Kanzaka Slayers

“¡¿Qu…?!”

-Veo que ha llegado a la misma conclusión - continuó Tarim.

Asentí e inconscientemente tragué saliva.

-¿De qué demonios está hablando? – preguntó Gourry al borde de


perder los nervios.

-Eso significa… - aparté la vista de la cabeza y miré a Gourry a los


ojos-, significa que Halcyform secuestró a personas inocentes con el fin
de realizar sus investigaciones con ellos.

-¡¡¡¿QUEEE?!!! – gritó Gourry asustado.

-¡Sssh! ¡Baja la voz! ¡Éste es el hogar de Halcyform! – le recordé.

-Vale, vale - murmuró, tratando de recuperar la compostura.

-Obviamente tienes pruebas de esto ¿verdad? – le pregunté a la


cabeza, continuando con la conversación previa.

-Por supuesto - respondió Tarim-, no tengo ni idea del por qué


estaba usando humanos como sujetos experimentales. Después de
todo, ¿por qué usar civiles raptados cuando puedes crear perfectamente
criaturas para experimentar en su lugar? Para responder a esa
pregunta, me infiltré en su laboratorio.

Dejadme decir llegados a este punto que mientras es indiscutible


que el uso de ciudadanos como herramientas de experimentación es
inmoral e inhumano, no sé si el uso de criaturas de origen mágico en su
lugar es mucho más ético, es un tema de debate académico. Me
decanto más por pensar que no, pero me mantuve en silencio y seguí
escuchando.

-Fue justo lo que me temía - dijo mientras yo tragaba saliva-, no,


era incluso peor de lo que me temía. La falsa inmortalidad estaba ya en
sus manos.

-¿La falsa inmortalidad? - un sudor frío comenzó a bajar por mi


nuca.

“No se referirá a…”

No podía sacar de mi mente la máscara blanca de Seigram.

-Exacto. Un pacto con un Mazoku - continuó Tarim, confirmando


mis peores sospechas.

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Capitulo 5 La batalla final que determina el destino

A lo largo de la historia, muchos hechiceros han hecho pactos con


varios demonios a cambio de la inmortalidad. A pesar de que los
grabados que existen están incompletos, queda claro que no es una
inmortalidad absoluta, sino más bien una falsa inmortalidad. A cambio,
el sujeto debe vender su alma, quedando sellada en un objeto llamado
la Piedra del Pacto. La persona con la falsa inmortalidad era
eternamente joven y no podría morir durante el tiempo que durara el
acuerdo. Si la Piedra del Pacto fuera destruida, o si el demonio con el
que se hizo la promesa pereciera, la inmortalidad desaparecería.

Y por eso Seigram decidió no combatir con nosotros.

-Una vez lo había entendido, comencé a leer todo texto disponible


sobre la búsqueda de la vida eterna, intentando hallar un modo de
destruirle. Consideré presentar mis descubrimientos al Consejo del
Gremio y al Duque Rithahn. Sin embargo, sin un método para detenerlo
no habría servido de nada. Al final, llegue a la conclusión de que los
métodos para destruirlo eran pocos.

-Destruir al Mazoku, o destruir la Piedra del Pacto - concluí.

-Oh cielos - exclamó Tarim con sus ojos totalmente abiertos-, está
usted bien informada. Pero, existe aun otro método, desde luego.

“¿Otro método?”

-Sí. Un demonio de un rango superior a aquel que haya formado


el pacto puede ser llamado para interferir. Es decir, a través del hechizo
cuyo poder se basa en aquel que controla las tinieblas de este mundo,
el conocido como Ojo de Rubí… es decir, el Mata Dragones (Drag
Slave). Quizá éste sea capaz de destruir a Halcyform - sugirió Tarim.

¡¿El M… Mata Dragones?! Eso es fácil de decir - estaba a punto de


enloquecer. El Mata Dragones (Drag Slave) el hechizo ofensivo más
poderoso de la Magia Negra, se dice también que el más poderoso
sobre la tierra. Pero…

La cabeza me miraba fijamente. -Usted puede usarlo, ¿no es así?


Por supuesto que puede usar el Mata Dragones, Lina Inverse.

Puedo, pero si lo uso dentro de la ciudad… - no hacía falta que


terminara aquella frase.

-Lo sé - la cabeza dejó escapar un profundo suspiro. Emm, o algo


parecido-, llegaría mucho más allá que simplemente demoler esta
mansión. Si se usa sin control, podría destruir la mitad de la ciudad.
Pude ver sus efectos una vez. No obstante, señorita, sinceramente dudo
que la ambición de Halcyform termine con la adquisición de la vida
eterna. Lo único importante es que debe ser detenido, a toda costa.

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Hajime Kanzaka Slayers

Glup… tragué saliva antes de comenzar a hablar.

-Pe… pero, si hay otra forma menos peligrosa, como encontrar y


destruir la Piedra del Pacto ¿no deberíamos aprovecharla? – pregunté,
esperando que estuviera de acuerdo.

-Sí, desde luego. Pero el problema es hallar la piedra. Por un lado,


podría tener cualquier forma. Yo lo intenté, pero todo lo que pude hacer
fue usar la ambición de Daymia por la presidencia volviéndolo contra
Halcyform, para sellarle hasta que…

-¡Hasta que nos engañó para ponerlo en libertad! – Finalmente


pude entenderlo. Por algún tipo de medio (muy probablemente la
telepatía) Halcyform contactó con Seigram y le hizo buscar a alguien
con el poder suficiente como para liberarlo de la barrera.

Entonces… apareció.

Pero cuando parecía que no queríamos vernos involucrados, los


demonios aparecieron para darnos aquella advertencia, la cual, por
supuesto, llamó nuestra curiosidad y avivó nuestro orgullo. Después,
utilizó a Seigram para atraernos hacia la mansión de Daymia. Lo más
probable es que hubiera planeado que lo liberáramos contactando
telepáticamente con nosotros tras derrotar a Daymia. Bueno,
finalmente no sucedió así, pero el hecho es que lo liberamos, tal y como
había planeado.

-Puso a Rod de su parte, y envió a sus peleles asesinos para


atacar mi hogar. ¿Sabe que sonreía cuando me asesinó? Dijo: “como
muestra de gratitud por todo lo que has hecho por mí, he venido para
invitarte a participar en un pequeño experimento”. Y entonces, me
decapitó. Cuando recuperé la consciencia, ya estaba así, ni muerto ni
vivo. Probablemente Daymia ha tenido un destino similar.

La imagen de Daymia convertido en una masa carnosa irrumpió


en mi mente. Podría haber vivido sin aquello.

-No debería preocuparse por ello, señorita - dijo Tarim.

Podría repetirme unas cien veces más que no me preocupara,


pero seguiría preocupándome.

-Nos ha manipulado a todos - continuó-, ni Daymia ni yo


sospechamos alguna vez que Halcyform manejaba los hilos en todo este
asunto. Es más, incluso después de averiguar hasta dónde llegaban
vuestros poderes, no fui lo suficientemente franco con ustedes sobre los
hechos, temiendo que la reputación del Consejo del Gremio fuera
mancillada. Lo sé, fue un error, y asumo mi responsabilidad por ello.

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Capitulo 5 La batalla final que determina el destino

Sin embargo, creo que no es demasiado tarde para que ustedes lleven a
cabo lo que yo no pude. Confío en que podrán derrotarlo.

Asentí enérgicamente.

-Le derrotaremos - exclamé-, cuente con ello.

-Excelente. Entonces, lo único que puedo hacer por ustedes ahora


es advertirles de que tengan cuidado - continuó Tarim. Y entonces,
como una reflexión, añadió - Oh, si me lo permiten, hay algo que quiero
pedirles antes de que abandonen este lugar.

-Claro. Si está en nuestra mano, lo que sea - prometí.

-¿Os importaría… quitarme estos incómodos tubos? – preguntó


Tarim.

Una vez más, me quedé sin palabras.

Aquellos tubos era la única cosa que lo mantenía con vida, y aun
así, a duras penas. Tarim lo sabía, por supuesto.

Así que, lo que nos estaba pidiendo era… matarlo.

-Y… yo… yo… - tartamudeé-, no podría…

-Por favor, jovencita - rogó Tarim.

-¡Pe… pero…!

-Sí, se lo que está pensando. Soy capaz de hablar, de pensar. Sin


embargo, en lugar de aire, respiro este fluido y hablar en el agua es
más difícil de lo que parece. Y por si fuera poco, nunca podré comer, ni
fumar mis queridos puros, nunca más. Ya no soy… humano. No hay
motivo alguno para seguir viviendo así. Tarim el Violeta está
oficialmente muerto.

-Pero, aun así… - lo intenté de nuevo, pero me detuve.

Aun así, seguía estando vivo, yo no podía simplemente… Antes de


que pudiera terminar ese pensamiento, sentí una desbocada sed de
sangre a mis espaldas. Los ojos de Tarim se abrieron por completo.

-¡Señorita, APARTESE! – gorgoteó.

Gourry me agarró del brazo y tiró de mí hacia el otro lado. Un


torbellino de viento de un poder abrumador pasó rozándome el costado.
Había arrasado la posición donde me encontraba, rasgó mi capa tras de
mí y dejo el tanque del pobre Tarim hecho trizas.

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Hajime Kanzaka Slayers

Deje escapar un grito ahogado.

-Oh cielos, he fallado ¿no? ¡JA JA JA! Bueno, habría dado de lleno
si no hubiera sido por ese hombre.

Lentamente me di la vuelta para hacer frente a…

“¡…Halcyform el Blanco!”

El presidente estaba allí en pie, silencioso, su sonrisa no había


cambiado desde la última vez que lo vimos. En su mirada, quizás, había
una maldad monstruosa y pura locura.

-Oh vamos - se rió-, por favor no me miréis con esas expresiones


tan frías. Pensé que podía daros una muerte rápida y sencilla. Incluso
estaba dispuesto a sacrificar un sujeto experimental en perfecto estado.

-¿Su… sujeto has dicho? – casi había perdido la voz. Estaba


claramente nerviosa mientras di un paso adelante.

Gourry, a mi lado, también dio un paso al frente con la Espada de


Luz ya desenvainada.

-Venga, ¿acaso no aprobáis que me refiera a esa cabeza parlante


como sujeto experimental? – declaró Halcyform.

-No, no lo apruebo - dije, acompañando mi comentario con mi


mejor expresión de desprecio.

-Ya veo - Halcyform entrecerró sus ojos. Una sonrisa se formó en


sus labios-. ¿Y qué vais a hacer al respecto?

-¡Tú lo has querido! ¡Toma esto…! ¡Flecha de Fuego! (Flare Arrow)


- grité mientras enfatizaba mi posición.

Diez flechas de fuego salieron despedidas directamente hacia la


cabeza de Halcyform y…

¡Impacto directo!

Cada una de ellas dio en el blanco. Corrí hacía su posición


pasando por su flanco, mientras Gourry hacía lo mismo del otro lado. Al
pasar, la Espada de Luz se enterró en su pecho. Sin mirar atrás
seguimos corriendo hacia el túnel. Podíamos sentir la sed de sangre a
nuestras espaldas.

-¡Maldita sea! ¡Esa falsa inmortalidad es una mierda! – gritó


Gourry.

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Capitulo 5 La batalla final que determina el destino

Desde el principio supe que nuestro oponente sería inmortal hasta


que la piedra fuera destruida. Pero incluso sabiendo esto, ver lo que
podía llegar a soportar con mis propios ojos era sorprendente.

Tras nosotros, pude oírle recitar un hechizo. Por su ritmo, supuse


cual sería y rápidamente comencé a conjurar el contra-hechizo.

Miré hacia atrás. ¡Ahí vienen! ¡Flechas de Fuego! ¡Justo como


había pensado! Un ojo por ojo ¿no? Extendí mi mano izquierda hacia
atrás dibujando un amplio arco.

-¡Mos Varim! – grité, la esfera centelleante de luz blanca que


lancé voló erráticamente hacia las flechas de Halcyform, extinguiéndose
y anulando ambos hechizos.

-¡¿Qué?! – Halcyform se quedó sin palabras.

Hace años, cierta persona me enseñó ese hechizo, cuyo único


objetivo es extinguir el fuego. Poco después, me di cuenta de que era
también poderosamente eficaz contra los populares hechizos ofensivos
de fuego como la Bola de Fuego (Fireball) o la Flecha de Fuego (Flare
Arrow)

Aprovechando la oportunidad, Gourry y yo corrimos a toda


velocidad por el túnel. Cuando alcanzamos el sótano, lancé un par de
hechizos Explosión Vibratoria (Dam Brass), sellando la entrada del
túnel. Supuse que aquello nos daría algo de tiempo, más que suficiente
para escapar. Sin embargo, no creo que fuera el suficiente para
encontrar la piedra que necesitábamos. Para empezar, no teníamos ni
idea de cuál era la apariencia externa de aquella Piedra del Pacto. Fue
creada con magia, por lo que debería tener características mágicas de
algún tipo. Pero eso no era suficiente para empezar. No teníamos casi
ninguna posibilidad de encontrarla. Aun así, no era el momento de
pararse a pensar. Si le diéramos a Halcyform una sola oportunidad, se
aseguraría de que nosotros no tuviéramos otra.

-¡Salgamos de aquí! – grité.

-¡¿No vamos a echar un vistazo aquí?! – Gourry parecía escéptico.

-¡No está aquí! – corrí escaleras arriba para poner fin a cualquier
otro cuestionario. No me habría sorprendido si Halcyform hubiera
escondido algo medianamente valioso aquí, pero no había forma de que
hubiera ocultado una piedra a la que había cedido su propia vida en un
lugar cómo éste. Halcyform no dormiría tranquilo, podría romperse por
un descuido. Eso no quiere decir que piense que haya podido alquilar
una caja fuerte o algo parecido… “¿Entonces, dónde podrá estar?” Pensé
mientras corría.

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Hajime Kanzaka Slayers

Llegados a este punto, ser sigiloso ya no era una ventaja. Lancé


un hechizo de iluminación hacia el techo mientras corría escaleras
arriba. Gourry me seguía los pasos. La puerta de entrada al sótano
estaba abierta, y allí frente a nosotros se encontraba una mujer de
cabellos rojizos. Debía de haber escuchado nuestro paso por el sótano.

-¡Ya es suficiente! – grité, agarrando del cuello a Rubia antes de


que pudiera decir una sola palabra. No estaba de humor para debatir,
así que la empujé contra la pared -. ¡¿Dónde está?!

Rubia temblaba al escuchar mis palabras. Creo que la expresión


de mi rostro debió haberla asustado un poco.

-¿Dónde esconde el presidente la Piedra del Pacto? – le exigí.

-Cálmate Lina - Gourry parecía un poco asustado. Ignorando su


reproche, miré a la chica directamente a los ojos.

Había una profunda tristeza en ellos que me sorprendió. Así que,


aflojé mis manos.

-Si… - comenzó a hablar Rubia en un suave tono-, si encontráis la


piedra, ¿le detendréis? ¿Detendréis al Maestro Halcyform?

-¿Qué quieres decir con “detenerle”? – pregunté, apartando mis


manos de su cuello.

-Sé lo que ha hecho - respondió-, he tratado de convencerlo para


que abandone, lo he hecho muchas veces, pero él sigue… - se mordió el
labio y agachó la cabeza.

Incluso ella no podía detenerlo, por eso nos dijo que no nos
involucráramos, así Halcyform nunca habría sido liberado de la prisión
en la que había sido sellado por Tarim y Daymia.

-¿No consideraste la opción de acudir a alguien como el Duque


Rithahn? – preguntó Gourry.

-Eh - dije, suspirando mientras hablaba-, no hace falta decir que


pensó hacerlo. Claro, hubiera sido fácil para ella decírselo a alguien.
Pero entonces Halcyform podría matar a esa persona, y ella se habría
sentido culpable por ello ¿no es así? Lo cierto es que, no había nadie
aquí con posibilidades de detenerle.

Rubia tragó saliva y asintió. Puse una mano sobre su hombro y la


miré a los ojos.

-Entiendes… - le dije-, que detener a Halcyform significa


destruirle, ¿verdad?

-121-
Capitulo 5 La batalla final que determina el destino

Asintió una vez más. -Sí, lo entiendo.

“Oh, es tan melancólico… ¡No quiero ser arrastrada a la


depresión!”

-Bien, está decidido entonces - dije-. ¿Qué hay de la Piedra del


Pacto?

-Me temo que no se cual es la piedra - suspiró-, pero lleva


utilizando grandes bolas de cristal de adivinación desde hace años.

¡BOOM! Sus palabras fueron interrumpidas por un estruendoso


ruido proveniente del sótano. ¡¿Era posible que ya se las hubiera
arreglado para pasar por ahí?!

-¡Suficiente! ¡Muéstranos el camino! – grité. Rubia rompió a


correr.

Sentí una poderosa ira asesina detrás de nosotros mientras nos


abríamos paso por los corredores a toda velocidad. Había algo extraño
en ella, aunque… no estaba claro. Miré por encima del hombro.

¡Eeeeh!

Nuestros viejos amigos, los homúnculos gigantes de combate,


habían venido a hacernos una visita (y habían invitado a muchos de sus
amigos quimeras para unirse a la fiesta)

Probablemente, tan pronto como Halcyfom descubrió que la salida


estaba sellada, regresó a su laboratorio, liberó a las quimeras de sus
tanques y las usó para retirar los escombros que bloqueaban la salida.

No podíamos seguir dándoles la espalda mucho más. Era cuestión


de tiempo que nos alcanzaran. Por si fuera poco, el corredor era lo
suficientemente amplio como para que pudieran rodearnos. ¡Tenía que
hacer algo!

Me giré para encararles mientras ponía mi mano derecha sobre la


pared del pasillo. -¡Van Rail! – grité, y docenas de hilos helados
nacieron de la palma de mi mano, retorciéndose por las paredes, el
suelo, el techo y luego por el centro del corredor, hacia donde la
armada de quimeras se encontraba. Tan pronto como los hilos
congelados tocaron las piernas de las quimeras, se enredaron en ellas y
treparon por sus cuerpos. En un instante, se habían convertido en
estatuas de hielo. Eso las detendría un tiempo, o eso creo.

Me dirigí hacia Gourry y Rubia que me estaban esperando y


continuamos corriendo a toda velocidad.

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Hajime Kanzaka Slayers

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Capitulo 5 La batalla final que determina el destino

-Me pregunto… - dije, a nadie en particular-, ¿en qué demonios


estaba pensando cuando creó esa monstruosa armada de quimeras?

-Dijo que era parte de su investigación - respondió Rubia-, estaba


buscando formas de fortalecer su vitalidad.

-¡¿Y eso es todo?! ¿Estuvo experimentando al azar todo aquello


que pudiera crear una mejor quimera de combate? Inmediatamente me
arrepentía de haber preguntado.

-¡Por aquí! – Rubia señaló a un conjunto de escaleras que


conducían al segundo piso.

Mientras comenzaba a subir, escuché un fuerte zumbido y sentí


una inmediata fiebre asesina detrás de mí. Me di la vuelta e
instintivamente me agaché en un ligero movimiento. Un fuerte silbido
casi me deja sorda al pasar sobre mi cabeza.

“¡Lo esquivé!”

…O, al menos pensé que lo había hecho, hasta que algo muy
fuerte me golpeó en la espalda y me empujó hacia adelante aterrizando
con mi frente contra el borde de un escalón.

“¡E… eso duele…!”

Bueno, ¡no había tiempo para sentarme a llorar! Me levanté


rápidamente. Entonces, aquella cosa aterrizó en la cima de las
escaleras. Permitidme deciros, que era espantoso. Hacía que los
demonios lesser (lesser demons) parecieran mimosos conejitos en
comparación. Unas alas emergían de su espalda cubiertas de una
enferma piel blanquecina. Supuse que era un híbrido dragón-troll que
habíamos visto antes en el laboratorio. Probablemente había volado
sobre las cabezas de las quimeras que había atrapado con el conjuro
Van Rail.

“¿Qué he hecho yo para merecer esto?”

¡¿Estás bien Lina?! – preguntó Gourry.

Parece que fue la cola del híbrido lo que había golpeado mi


espalda, después de haber esquivado sus garras. El impacto había sido
tremendo, pero no causó verdadero daño.

-¡Estoy bien! En lugar de preocuparte por mí, encarguémonos de


este tipo - no teníamos mucho tiempo, Halcyform se acercaba.

-Estas cosas escupen fuego ¿no? – preguntó Gourry mientras


Rubia se escondía detrás de él.

-124-
Hajime Kanzaka Slayers

-No te preocupes - respondí-, Halcyform no dejaría algo por ahí


suelto lanzando fuego sin control y arrasando su casa con él.

¡El dragón-troll se elevó en el aire! Gourry desenvainó su espada


mientras yo recitaba un conjuro. Con una simple estocada, Gourry
enterró la espada profundamente en su pecho atravesando su gruesa
piel. La criatura ignoró su herida, y levantó una de sus garras y se
abalanzó hacia Gourry.

-¡Maldición! – gritó Gourry. No había tiempo para sacar la espada.


Dio un gran salto en las escaleras hacia atrás, dejando la espada
clavada dentro del pecho del monstruo. Rubia se echó a prisa a un lado,
esquivando a duras penas el golpe mortal de su cola.

-¡Látigo de Llamas! (Bam Rod) – dejé mi hechizo fluir tan pronto


como Gourry y Rubia se habían apartado. El látigo de fuego que se
extendía desde mi mano debía haber reducido la cabeza del monstruo a
cenizas, pero…

“¡Oh, mierda!” Demasiado para mis bromas ingeniosas: ¡Las


fauces del dragón-troll habían partido mi látigo en dos!

“¡¿Cómo diablos ha hecho eso?!”

Incluso impregnado de magia, el fuego es sólo fuego. La mayoría


de los dragones son particularmente resistentes al fuego, sabía que esto
podía ocurrir, pero era altamente improbable.

No había tiempo para reflexionar sobre el “cómo” ni el “por qué”,


aquella cosa me estaba mirando. Saqué la espada que colgaba de mi
cintura, sabiendo que de ninguna manera mi fuerza o habilidad como
espadachín podría ser suficiente para darle un golpe letal.

Tras un instante de seria vacilación, lancé mi espada hacia


Gourry. -¡Gourry, cógela!

-¡La tengo! – gritó, corriendo tras su enemigo volador tan pronto


la había atrapado al vuelo. Comencé a recitar un hechizo.

Gourry cercenó una de las alas de la criatura, consiguiendo que


perdiera el equilibrio y haciéndola caer en picado. Sin embargo, al igual
que antes, la espada había quedado atrapada en el hombro izquierdo de
la bestia. Aquella cosa gritó y alzó su cola para contraatacar.

¡Aagh! – gimió cuando la punta de la cola lo golpeó contra la


barandilla. La criatura se alzó…

-¡Explosión Vibratoria! (Dam Brass) – grité.

-125-
Capitulo 5 La batalla final que determina el destino

“¡Impacto directo!”

Ésta vez, mi hechizo fue certero, y la criatura… emm, “perdió la


cabeza”, por así decirlo. Aun así, incluso después de rodar escaleras
abajo, su cuerpo seguía retorciéndose.

-¡Por fin! Si que era dura esa cosa… - dijo Gourry.

-Me recuerda un poco a ti - dije guiñando un ojo-, Supongo que


estarías bien sin tu cabeza. Quiero decir, no es que la uses mucho ni
nada parecido. Apuesto a que freírte si acabaría contigo.

-¿¡Hola!? ¡Puedo oírte! Que soy, ¿una cucaracha? – me miró y


suspiró.

-¿Qué? – como si nunca me hubiera hecho pasar un mal rato sólo


por diversión.

-Creo que tu cabeza está abollada - respondió.

“¿Eso es todo lo que tienes, Gourry? Vamos…”

-¡Será por el golpe que me di antes en la escalera! – gruñí-,


bueno, olvídalo ¡vamos! – y ambos extrajimos nuestras espadas del
cuerpo sin vida del monstruo.

-¡La segunda planta! – nos indicó Rubia.

Al menos una docena de puertas se alineaban a la izquierda y


derecha del corredor. Al lado de cada puerta había dos Gárgolas, todas
y cada una de ellas con el mismo diseño y con un orbe de piedra en sus
fauces. El efecto era horripilante, y sospechoso.

Por si no lo sabéis, las Gárgolas son bestias místicas que se


asemejan exactamente a una estatua de piedra. Una persona incauta
podría verse fácilmente atacada por lo que habría erróneamente
asumido que era un simple objeto decorativo.

Bajo circunstancias normales, Gourry y yo podríamos encargarnos


de una pequeña armada de gárgolas sin muchos problemas pero,
francamente, no teníamos tiempo para jugar.

Miré a Rubia con impaciencia -¿Son simples estatuas, o son


gárgolas?

“O algo peor,” pensé. “¿Podría haber gárgolas entre las estatuas?”

-No pasa nada – respondió-, las he limpiado de polvo muchas


veces, son estatuas. Recuerdo que una vez el Maestro Halcyform

-126-
Hajime Kanzaka Slayers

sostenía una bola de cristal roja a la que llamaba “Mi preciosa piedra” y
la dejó en la boca de una de las estatuas, haciéndola parecer una piedra
normal y corriente como todas las demás.

-Suena prometedor, vamos por ella. ¿Cuál es la estatua donde la


dejó? – pregunté.

-No lo sé - suspiró Rubia-, todo lo que me dijo fue que tuviera


mucho cuidado cuando limpiara las estatuas de la segunda planta.

-Genial. Supongo que tendremos que registrarlas una por una


entonces…

-No creo que dispongas de ese tiempo - me interrumpió alguien.

“¡¿Quién demonios…?!”

La persona de la que provenía la voz lentamente emergió de las


sombras del corredor. Primero sus pies, luego su túnica, después… una
máscara blanca bajo una capucha.

-¡Seigram! – un escalofrío recorrió mi espalda.

“¿Le habrá enviado Halcyform telepáticamente?”

-Podríais haber empleado el tiempo que ganasteis en salvar


vuestras vidas, pero no ha sido así. Habéis preferido crear un caos a un
mayor. Vosotros, los humanos sois criaturas bastante estúpidas -
ronroneó Seigram.

-Esperábamos que aparecieras para colarte en nuestra fiesta -


bromeé. Si te destruimos, Halcyform perderá su inmortalidad ¿no es
así?

-Así es, si es que pueden destruirme, por supuesto.

“No hace falta fanfarronear ¿no crees?”

Me había devuelto la bola con sus palabras, y tenía razón. Por si


fuera poco, una vez que Halcyfom llegase con su falsa inmortalidad, el
combate habría terminado y no tendríamos ninguna opción.

A pesar de todo, aun teníamos una oportunidad. No detecté


ningún signo de la presencia de Gio Gaia. Por lo tanto, tendríamos la
oportunidad de arreglar las cosas a solas con Seigram, o si tan sólo
pudiéramos encontrar la Piedra del Pacto…

Esas eran las únicas opciones que contemplaba.

-127-
Capitulo 5 La batalla final que determina el destino

Bueno, claro, siempre está la opción del Mata Dragones (Drag


Slave) por supuesto, pero si utilizaba eso aquí, podría destruir la mitad
de la ciudad.

-Vamos a destruirte – amenacé-, y lo haremos antes de que tus


amigos lleguen aquí.

-Ups, demasiado tarde, me temo – canturreó una voz en alguna


parte.

“¡¿Eeh?!”

Me congelé por un instante, después, tímidamente miré a mi


espalda. Allí estaba, tranquilo y deslumbrante en su túnica blanca y su
capa ondulante.

-Ya estoy aquí.

“¡Halcyform el Blanco!”

Aun seguía teniendo la misma sonrisa espeluznante en su rostro.

Vamos Rubia. Ven hacia aquí – la llamó en un tono amable.

Rubia se negó. -Por favor, Maestro Halcyform. Se lo ruego, acabe


con esto.

-¿Qué estás diciendo Rubia? Todo lo que he hecho, lo he hecho


por ti, mi cielo. ¡Estoy haciendo esto porque no quiero perderte nunca
más!

-¡No! – gritó ella-. ¡Lo que estás buscando no es más que una
ilusión! ¡Yo… yo no soy la Rubia que amabas! ¡Ella está muerta! No
importa… no importa cuántas veces me llames por su nombre. Yo no…
¡no soy más que un monstruo! ¡Una marioneta viviente de Rubia que
has construido!

“¿Eh? ¿Qué? ¿Cómo?”

-Rubia, eso no es… - la cara de Halcyform reflejaba profunda


tristeza-. Tú y solo tú eres mi Rubia. Tú eres mi preciosa…

-Señor Halcyform – les interrumpió Seigram con una fuerte voz-,


dejemos a un lado estas tonterías antes de que sea tarde…

-¡¿Tonterías dices?! – Halcyform lo fulminó con la mirada. Durante


un instante, hubo silencio. Entonces, Halcyform estalló.

-128-
Hajime Kanzaka Slayers

-Muy bien. Trataré el asunto en cuestión. Seigram, quédate dónde


estás y observa.

-Como deseéis – respondió Seigram en un tono lleno de


desprecio.

-¡Maestro Halcyform! – gritó Rubia.

-Será mejor que te apartes Rubia – la advertí agarrándola con


una mano cuando pretendía ir hacia Halcyform.

-¿Por qué? – preguntó mirándome estupefacta.

-De un modo u otro tenemos que solucionar esto – le dije.

-Estoy de acuerdo – añadió Halcyform. Gourry asintió en silencio.

-Tarim creía que tus objetivos iban mucho más allá de la mera
inmortalidad – dije, dando tiempo a Gourry para desenvainar su Espada
de Luz.

-¡No es cierto! La inmortalidad es todo lo que siempre he querido.


Mi único deseo es no volver a perder lo que más quiero, nunca más –
respondió sin rodeos.

De pronto, un pensamiento invadió mi mente.

No creo que pudiera derrotar a Halcyform en un cara a cara, pero


si Seigram fuera destruido, entonces Halcyform podría perder su
inmortalidad. Precisamente por esa razón, Seigram no entraría en la
reyerta. Además, huiría si no fuera destruido de un sólo golpe. Si
huyera, estaríamos perdidos. ¿Había alguna posibilidad de que
pudiéramos acabar con él de un sólo movimiento? Gio Gaia, su
subordinado, había sobrevivido a un impacto directo de una Lanza
Elmekia, pero…

…no teníamos otra opción. ¡Teníamos que intentarlo!

Halcyform levantó la mano derecha señalando el inicio de la


batalla. Un hechizo silencioso brotó a través de sus labios. Al mismo
tiempo, Gourry y yo echamos a correr por la segunda planta.
Desenvainé mi espada y comencé a recitar un hechizo. Halcyform
terminó con el suyo, y en ese mismo instante, Gourry saltó a la
izquierda mientras que yo lo hice a la derecha.

No había nada de especial en aquel movimiento, un simple truco


en el cual Gourry y yo cambiábamos de posición, pero era suficiente
para hacer que Halcyform dudara por un momento. Podía ser inmortal,
pero en la batalla aun era un principiante.

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Capitulo 5 La batalla final que determina el destino

Terminé de recitar mi hechizo.

-¡Ráfaga de fuego! (Flare Bit) – grité.

Y en ese instante, docenas de pequeños orbes ardientes


explotaron alrededor de Halcyform.

-¡Aaagh! – su forma se desvaneció momentáneamente entre el


humo y las llamas.

-¡La piedra! – grité.

-¡De acuerdo! – Gourry estaba en ello. Blandió la Espada de Luz


contra la gárgola más cercana, diseccionando el orbe de piedra
contenido en sus fauces. Docenas de flechas de fuego salieron
despedidas de la nube de polvo que rodeaba a Halcyform. Las había
lanzado al azar. Ambos las esquivamos sin esfuerzo y una de ellas salió
volando perdida tras nosotros, directa hacia la máscara de Seigram. Él
yacía allí atrás, observando.

“Me voy a reír como nunca si acierta”.

Justo en el momento en que ese pensamiento recorrió mi mente,


Seigram el de la Máscara Blanca se agachó.

“Aguafiestas”.

Ahora que lo pienso, no había ninguna razón por la que un


hechizo de propiedades físicas como el fuego pudiera herir a un
demonio como él, incluso siendo un impacto directo. Aun así, me
hubiera gustado verlo.

Comencé a conjurar mi siguiente hechizo antes de que las llamas


del primero se disipasen por completo.

-¡Látigo de Luz! (Balus Rod)

Halcyform no era mi objetivo ésta vez. Mi látigo golpeó las


cabezas de un par de gárgolas junto con las rocas que había en sus
bocas. Como no tenía ni idea de cuál de ellas era la Piedra del Pacto,
supuse que debía destruirlas todas. No suena como el mejor de los
planes, pero era todo lo que se me ocurría.

-¡Grrr! - La mirada y el color en la cara de Halcyfom cambió


cuando se dio cuenta de lo que estábamos intentando-. ¡Bola de Fuego!
– gritó, y una enorme bola de luz ardiente voló hacía mi.

¡Aah! – Gourry cogió parte de la estatua que se había caído y la


lanzó contra la bola de fuego.

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Hajime Kanzaka Slayers

“¡Diana!” La bola de fuego chocó contra la estatua estallando y


propagando llamas carmesí en todas direcciones. Usando una gárgola
como escudo, me las arreglé para evadir las flechas ardientes que
acababa de lanzar.

Una de ellas aterrizó en un pie de Gourry, (¡justo en el lugar


dónde acababa de saltar!) haciéndole perder el equilibrio. Con su mano
derecha se las arregló para agarrarse a una de las gárgolas para
recuperarse usándola como apoyo.

“Estoy segura de que lo había planeado. Fanfarrón”.

Se quedó inmóvil por un segundo, hasta que ¡Pum! La bola de


cristal que había agarrado se separó de la boca de la gárgola, haciendo
a Gourry caerse de culo con ella en la mano. Desearía haber tenido
tiempo para descojonarme de él.

-¡Gourry! – grité-, ¡Esa piedra!

-¡No! – la tez de Halcyform se oscureció. Gourry lo había


entendido.

-Esto… - comenzó Gourry mientras blandía la Espada de Luz-,


¡¡¡Se ha acabado!!!

El orbe quedó reducido a miles de pedazos… igual que los otros.

-¡NOOO! – gritó Halcyform con dolor.

-¡Explosión Vibratoria! (Dam Brass) – mi hechizo le dio de lleno


en el pecho.

-¡Lo hicimos! – celebró Gourry.

Y entonces…

Una lluvia de flechas de fuego se precipitó sobre nosotros una vez


más.

-¡Aagh! – gruñó Gourry con frustración. No, no era frustración,


era ¡dolor! Cojeaba un poco de su pie izquierdo y había sido alcanzado
por fragmentos de una explosión cercana.

“Esto no va nada bien. Pero, ¿cómo ha…?”

-Es imposible – murmuró Gourry. Tenía la frente perlada de


sudor.

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Capitulo 5 La batalla final que determina el destino

La figura de Halcyform emergió ante nosotros, más silenciosa que


nunca. Podía verse la ira ardiendo en sus ojos.

-¡¿No habíamos destruido la Piedra del Pacto?! – preguntó Gourry.

Halcyform dibujó una sonrisa en su rostro. -¿La piedra del Pacto?


¿Acaso creíais que eso era la Piedra del Pacto? – empezó a reírse, lo
cual no era una buena señal.

-¿Y bien? – Dije con mis ojos fijos en Rubia.

-Ya veo, Rubia te lo dijo ¿verdad? – Halcyform, también, dirigió su


mirada en su dirección-. Rubia, entiendo cómo te debes sentir, y
prometo que lo discutiremos mas tarde.

-Señor Gourry - Halcyform se volvió hacia nosotros-, lo que has


destruido era un simple orbe de memoria que contenía datos relevantes
sobre mi investigación. Fue bastante importante para mi durante un
tiempo, pero ya no. Parece que Rubia os ha llevado por el camino
incorrecto.

“¡No es justo!”

Oh bueno. No podría culparla, lo había intentado. Entonces,


¿Dónde estaba la Piedra del Pacto? Teníamos que encontrarla ésta vez.
¿Por dónde empezamos? ¡Maldición! No se me ocurría nada.

-Aun así, creo que me merezco al menos una disculpa por haber
destruido mi esfera de la memoria - Se burló mientras apuntaba a
Gourry como su objetivo. Corrí hacia mi amigo a toda velocidad
recitando un hechizo.

-¡Bola de Fuego! (Fireball) – gritó Halcyform lanzando su esfera


luminosa.

-¡Alas de Rayo! (Ray Wing) – respondí agarrando a Gourry.


Ambos nos elevamos en el aire, y la bola de fuego estalló detrás de
nosotros. La onda expansiva de la explosión nos impulsó aun más de lo
que había esperado. A esa velocidad nos estrellaríamos contra el fondo
del pasillo. De reojo, pude ver a Seigram, y tuve la sensación de que su
máscara parecía reírse.

“¡Espera un segundo!” En ese momento un pensamiento invadió


mi mente. Saqué mi espada de su vaina mientras recuperaba el control
de mi hechizo Alas de Rayo. Ajustando mi peso, cambié nuestra
trayectoria lejos de la pared (y directamente hacia Seigram).

-¡Aargh! – Gritó Seigram. Demasiado tarde para esquivarme.

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Capitulo 5 La batalla final que determina el destino

-¡Seigram, agáchate! – En el momento en que Halcifom gritaba, la


empuñadura de mi espada golpeaba duramente su máscara blanca.

“Seigram el Amorfo, el demonio que lleva una máscara de


piedra…”

-¡Aaaaaah! – El grito de desesperación de Halcyform se hizo eco.

¡POM! A pesar de que reduje la velocidad del Alas de Rayo tan


rápido como pude, no lo hice a tiempo y me estrellé contra la pared.
Atravesada entre Gourry y ésta, mis huesos hicieron un desagradable
“crack”.

-¿Lina, tú…? – Gourry tragó saliva mientras me ayudaba a


levantarme-, ¿…te pusiste a propósito entre la pared y yo?

-Oh, más quisieras – respondí con una sonrisa, aguantando el


1
dolor.

Saigran intentó desesperadamente recoger los fragmentos


dispersos de su máscara.

-Ooh… - gimió mientras observaba (tanto como alguien sin cara


podía “observar”) en sus manos los fragmentos rotos-. Mi… mi Piedra
del Pacto…

¡¿Su qué?! – Escupió Gourry.

“Su Piedra del Pacto… ¿has prestado atención en algún


momento?”

La Piedra del Pacto era la máscara de piedra blanca que había


estado cubriendo la “cara” de Seigram todo este tiempo. Por eso
Seigram no quería luchar con nosotros. ¿Por qué usar una máscara
cuando hasta los de su clase lo llamaban El Amorfo? ¡Esa era la
respuesta!

-Se… Seigram! – aulló Halcyform miserablemente, arrodillado en


el suelo mientras lloraba. Su cuerpo, habiendo perdido su inmortalidad,
sufría un ataque de dolor y agotamiento-. ¡Destruyelos! – ordenó.

-¡Cállate! – Dije apuntándolo con una flecha de fuego.

Rubia apartó la vista del Mago Blanco, el cual se estaba


reduciendo a pedazos.

(1) Este fragmento fue traducido erróneamente en la versión de Tokyopop y recuperado de la versión
original gracias a la traducción de inverse.org.

-134-
Hajime Kanzaka Slayers

-Bueno, ahora… - dirigí mi atención a Seigram-, esa es la voluntad


de tu señor, ¿Qué vas a hacer?

Seigram lentamente giró su… “rostro” hacia mí. -Cuando la piedra


que contenía la inscripción de nuestro pacto fue destruida, mi obligación
de obedecer sus órdenes quedó automáticamente anulada – respondió
Seigram con claridad. Eso había sido bastante honorable por su parte,
particularmente viniendo de un Mazoku.

Estaba exhausta, y si fuera posible, no quería combatir de nuevo.

-Sin embargo…

“Oh, sabía que era demasiado bueno para ser cierto”.

-No puedo dejar las cosas así – dijo-, por ninguna otra razón más
que por mi orgullo.

“Oh, cielos. Bueno, no quisiera hacer daño a su orgullo


demoniaco”.

Seigram, como si nada (y sin emitir sonido alguno) se alzó en el


aire, aterrizando al lado del caído Halcyform.

-¡Empecemos de una vez! – dijo, y una bola de llamas azules y


blancas se formo entre sus manos.

Yo salté. Gourry se giró, esquivando a duras penas el ataque. La


bola de energía chocó contra la pared que había a sus espaldas,
estallando en el impacto. Usando la fuerza de la onda expansiva, Gourry
saltó.

-¡Toma esto! – Respondió, y sacó la Espada de Luz delante de él.

El cuerpo de Seigram se vio de pronto rodeado de oscuridad. Para


todos los efectos, simplemente se desvaneció. Sin duda demostró su
habilidad como demonio de rango ¿no?

-¡¿Qué demonios?! – Gourry había fracasado con su ataque


sorpresa. Aterrizó en el suelo con dificultad, perdiendo el equilibrio. Su
herida en la pierna debía de ser peor de lo que pensaba.

-¡Gourry! ¡Corre! – grité. Echó rápidamente a correr pero, ¡una


bola de plasma lo golpeó en la espalda!

-¡Aaaah! - Gourry se golpeó contra una de las gárgolas. La Espada


de Luz cayó de su mano.

-¡Gourry! – grité. El no se movía.

-135-
Capitulo 5 La batalla final que determina el destino

-Y ahora… - Seigram se dio la vuelta despacio para encararme-,


parece que nos hemos quedado solos.

“Así que Seigram controlaba la oscuridad para viajar entre


dimensiones…”

-¡Lanza Elmekia! (Elmekia Lance) – grité.

Tal y como pensé que haría, Seigram desapareció en la oscuridad


de nuevo. Había evadido mi ataque con facilidad. Detrás de mí, sentí
como emergía una presencia e instintivamente miré hacia atrás para
encontrarme con una esfera de fuego precipitándose a toda velocidad
hacia mi cara.

-¡Uaah! – Me incliné hacia atrás de alguna manera,


arreglándomelas para esquivarla. Estuvo cerca, tanto, que juraría que
me ha quemado los pelos de la nariz.

¿Qué? ¡Como si no tuvierais pelos en la nariz!…

Tiré mi espada, empuñando un pequeño cuchillo con la misma


mano. Un fino destello plateado cruzó el aire. Clavé el cuchillo en la
sombra de Seigram, fijándola al suelo.

Fijación de Sombra (Shadow Snap) lo llaman. Es un hechizo


usado para sellar los movimientos de tu oponente desde el Plano Astral.
Ya que los demonios son básicamente formas de vida Astrales, es
especialmente efectivo contra ellos.

-¡Oh, has fijado mi sombra!… inteligente. Un truco impresionante


para un ser humano – dijo Seigram inmóvil. Quería lanzarle una
ingeniosa respuesta, pero éste no era un oponente con el que
divertirse. Comencé a recitar el hechizo de la Lanza de Elmekia.

-Lo confieso, me molesta ver esa arrogancia, sin embargo…

“Me pone los pelos de punta”.

Y entonces, me detuve al escuchar un ruido para ver de dónde


provenía. El cuchillo que había usado para atrapar a Seigram,
firmemente enterrado en el suelo, se aflojaba lentamente. El agujero
dónde estaba enterrado se cerraba, amenazando con liberar a mi presa.

¡Clin, clin! El suelo expulsó el cuchillo, y Seigram comenzó a


moverse de nuevo.

-Oh vamos, no pensarías que el truco de la sombra podría llegar


más allá de hacerme pasar un rato divertido ¿verdad?

-136-
Hajime Kanzaka Slayers

“Una chica puede soñar ¿no?”

Continué el hechizo que había interrumpido.

-¡Lanza Elmekia! (Elmekia Lance)

La silueta del demonio se desvaneció en la oscuridad. ¡Maldición!


Una flecha de fuego salió disparada detrás de mí arrasando a su paso
por mi flanco. Seigram emergió tras el cuerpo desmayado de Gourry.
Cerca de él, estaba la Espada de Luz.

Comencé a correr.

-¡Bola de Fuego! (Fireball) – Mi bola mágica salió volando por


encima de Gourry, estallando a los pies de Seigram. La onda expansiva
trajo escombros a su paso, y con ella… ¡la Espada de Luz!

Extendí mi mano derecha y la alcancé.

-¡Estúpida! – gritó Seigram. El Mazoku emergió de una grieta en


el humo. Ignorando la bola de fuego, comenzó a recitar el conjuro con
el que confiaba acabar conmigo de una vez.

-¡¿Estás tratando de asesinar a tu camarada?! – Preguntó


indignado-. ¡Los hechizos de fuego no funcionan contra mí!

Una luz ruja se concentró en la palma de su mano extendida en


mi dirección. Tenía la intención de dar un golpe directo, nada de juegos
ésta vez.

No tenía tiempo de conjurar un hechizo, sin embargo…

-¡Adelante, Luz! – Grité, y la hoja de luz se hundió en el oscuro


cuerpo de Seigram. Lo había empalado con la Espada de Luz.

-¡Nooooooo! – el rugido de Seigram retumbó kilómetros a la


redonda. La mitad superior de su cuerpo se estremeció y se tambaleó,
su mano derecha se extendía temblorosa en el aire.

-Cu… ¿Cuándo has…? – Preguntó Seigram incrédulo. Supongo que


no me vio coger la espada. El sentido de la Bola de Fuego no había sido
ofensivo. Mi intención había sido hacer que la Espada de Luz se
acercara. El impacto la arrastró y la alcancé.

Por supuesto, es fácil de decir. Y, debo confesarlo, no estaba muy


segura de que fuera a resultar. Sin embargo, lidiar con la habilidad de
Seigram para moverse por el espacio, hacia que no pudiera vencerle sin
un truco especial de mi propia cosecha. Así que, me arriesgué y gané.

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-¡Maldita… maldita seas! – Seigram comenzó a acumular energía


en su mano derecha para un último golpe.

“Si claro, como si fuera a concederle un golpe de despedida”.

-¡Desaparece! – con todas mis fuerzas, hundí la Espada de Luz en


su cuerpo. Éste se partió en dos.

Incapaz de alzar su voz lo suficiente como para decir unas últimas


palabras, dio varios pasos hacia atrás tambaleándose, para finalmente
caer sobre sus rodillas.

Se había acabado… por fin.

-No… aun no – murmuró el Mazoku.

“Como narices…”

-Aun… aun no he sido destruido – dijo sin aliento.

“Vale, ¿Por qué diablos no?”

La capacidad destructiva de la Espada de Luz es directamente


proporcional a la fuerza de voluntad de quien la empuña. Si aun
habiendo puesto toda ella en un sólo golpe no era suficiente para
destruirlo, entonces ¿Qué demonios tenía que hacer?

-¡Algún día… te aseguro que…! – El cuerpo de Seigram de


desvaneció en la oscuridad antes de que pudiera terminar su frase.
¡Nada bueno!

Si se escapaba ahora, sería un gran problema en el futuro. No


conseguiría dormir tranquila sabiendo que alguien como él acecha en la
oscuridad y podría aparecer en cualquier momento.

-¡Oh no, de eso nada! ¡No te escaparás! – maldije blandiendo la


Espada de la Luz contra él.

Tristemente, todo lo que conseguí fue un pequeño desgarro en la


oscuridad. Se había ido.

“Demasiado como para dormir tranquila…”

-Algún día, acabaremos con esto, Seigram – juré en voz alta-, de


una forma u otra.

Es curioso, incluso hasta este mismo momento esperaba que Gio


Gaia apareciera de la nada, pero no lo hizo. Y puesto que aun no había

-138-
Hajime Kanzaka Slayers

sentido su presencia, me di cuenta de que las posibilidades de vernos


envueltos en otra batalla eran pocas. Respiré aliviada.

Volví mi atención hacia Gourry, que seguía tendido en el suelo.


Torpemente, me dirigí hacia él y eché un vistazo a sus heridas. Gracias
a los dioses no había sufrido ningún daño grave o permanente.

Entonces, sentí un nudo en el estómago.

-¡Señorita Lina! – gritó Rubia. Una ira asesina surgió detrás de mí.

“¡¿Habré descartado a Gio Gaia demasiado pronto?!”

Algo ardiendo me golpeó en la espalda. Fui impulsada hacia


delante, golpeando mi pecho contra la roca. El golpe me dejó sin
respiración y por un instante perdí el conocimiento.

Recuperé la consciencia justo a tiempo para…

-¡Aaaah! – grité al sentir un dolor insoportable recorriendo mi


cuerpo. De alguna manera, fui capaz de girarme lo suficiente para ver.

La Espada de Luz salió despedida por la fuerza del impacto, y


había caído a los pies de…

…¡Halcyform el Blanco!

Me preguntaba si era mi imaginación, pero sus brazos parecían


anormalmente largos desde este ángulo. Su cabello blanco estaba todo
revuelto, posiblemente por la feroz batalla. Sin embargo…

“¿Por qué narices su ojo izquierdo está brillando?”

-No puede ser… - murmuré-, Gio… ¿Gio Gaia?

-Gio Gaia ya no existe – respondió Halcyform con una sonrisa


espeluznante en su rostro-, como castigo por no haberte matado, lo he
consumido.

“¡¿Qué has hecho qué?!”

Halcyform dirigió brevemente su atención hacia la Espada de Luz


y le dio una patada poniéndola lejos de mi alcance.

-Rubia, vamos cógela. Será un excelente objeto de estudio para


mis investigaciones más adelante -dDijo, mirándome fijamente.

-En mi búsqueda de la inmortalidad, me encontré con un ajado


pergamino antiguo – prosiguió Halcyform-, dicho pergamino era un

-139-
Capitulo 5 La batalla final que determina el destino

manual de instrucciones escrito para enseñar a su lector a consumir el


alma de otro, adquiriendo así su fuerza y su habilidad.

-Así que… tú… - odio que mi voz está temblorosa.

El Hechicero Blanco asintió silencioso y, como siempre, sonrió.

-Como me temía, consumirle ha alargado mi vida y ha


incrementado mis capacidades. Ciertamente elegí un excelente sujeto.

-Un Mazoku… - murmuré.

-En realidad, consumirle no ha sido sencillo, en absoluto. Por eso


ordené a Gio combatir con vosotros. Debilitado, sería mucho más apto
para mi experimento.

“Ahora lo entiendo todo”.

Por eso Gio no sabía nada sobre la Espada de Luz. Él no se lo dijo.

Y así, pudo ingerir la vitalidad del Mazoku, permitiéndole seguir


con vida, a pesar de haberse roto el pacto y de haber recibido un
impacto directo de una de mis flechas de fuego.

-Creo que ya he tenido suficiente con esta conversación – anunció


Halcyform dando un paso al frente. Bajo aquellas circunstancias, estaba
metida en un gran apuro.

Mi cuerpo no estaba en condiciones de una acción evasiva. Si no


conjuraba un hechizo antes que él y le daba de lleno, estaría perdida.
De hecho, incluso dándole de lleno con una Lanza de Elmekia, un único
impacto no sería suficiente para destruirle.

-No sufras, pequeña hechicera – expresó Halcyform de forma


espeluznante-, por supuesto que no tengo ninguna intención de
matarte. Tengo planes para ti, querida. Para empezar, usaré tu cuerpo
para crear homúnculos de combate con una mayor capacidad mágica, y
más tarde, empezaremos a pensar que experimentos podría realizar
sobre ti.

Un escalofrío bajó por mi espalda.

-¿No has considerado simplemente consumirme? – pregunté-,


quiero decir, estoy segura de que estoy buena, y mis habilidades
seguramente te permitan vivir indefinidamente.

Evidentemente, estaba ganando tiempo.

-¡Ya es suficiente! – chilló Rubia.

-140-
Hajime Kanzaka Slayers

Halcyform se dio la vuelta. Con triste decisión, Rubia empuñó la


Espada de Luz en sus manos temblorosas. Estaba decidida. Podría verse
en sus cristalinos ojos claros.

-¿Rubia? – murmuró el Hechicero Blanco, visiblemente afectado.

-¡Por favor, detén esto! Si no yo… yo… - ella no quería decirlo.

-¿Qué estás diciendo Rubia? Esto es ridículo. Vamos, suelta la


espada. Ve abajo y no te preocupes, terminaré con esto pronto.

Al borde de las lágrimas, negó con la cabeza.

-Vamos, haz lo que he te dicho, mi dulce Rubia – ordenó


Halcyform, sin hacerle caso.

-¡No! – gritó Rubia cargando a toda velocidad contra Halcyform.

-¡Rubia! – Halcyform extendió su mano derecha y una luz


comenzó a generarse en su palma.

“¡Rubia, detente!”

Las dos figuras se encontraron. Yo no sabía muy bien que decir.

Halcyform, que no podía luchar contra Rubia, había sido


atravesado por la Espada de Luz. Nunca tuvo la intención de completar
la Bola de Fuego que estaba creándose en sus manos.

-Por favor, Maestro Halcyform, acaba con esto – Rubia se las


arregló para poder articular las palabras entre sollozos, apoyando su
cara en su pecho.

-Si… está bien… - y con la misma mano con la que no fue capaz
de matarla, Halcyform acarició su cabello rojizo. Ella le miró a los ojos,
y él le devolvió la mirada, no con aquella sonrisa espeluznante de antes,
sino con una verdadera sonrisa, la tierna sonrisa de un hombre feliz.

-Yo creía que… no había rival… que pudiera vencerme, pero… tu,
Rubia… si eres tu quien acaba conmigo, entonces… no hay nada que
pueda hacer para resistirme.

Una expresión de tranquilidad invadió su rostro a medida que los


últimos signos de vida abandonaban su cuerpo.

Y así es como el hechicero que buscaba la inmortalidad, llegó a su


final.

-141-
Capitulo 5 La batalla final que determina el destino

-142-
Epílogo

Hay algo que debo decir sobre los días aburridos. Los días
aburridos son a menudo maltratados por la mayoría de gente. ¿Sabéis a
qué clase de día me refiero no? Esos días en los que el clima es
totalmente normal (ni muy cálido, ni muy frío, el cielo está claro, y los
desconocidos están a lo suyo, y nadie trata de matarte). “Días aburridos
como el de hoy se agradecen, de vez en cuando”.

-Es como si nada hubiera pasado – suspiré algo desconcertada.

-¿Por qué te has puesto tan sentimental? ¡Eso no es propio de ti!


– respondió Gourry dándome un coscorrón y erizando mi cabello.

-¡Eh! ¡No me despeines! ¡Perdóname la vida por no estar como


siempre! – dije golpeando su mano con fuerza lejos de mi cabeza.

-¡Deberías estarlo! Tú, melancólica, es como un signo de que el


fin del mundo está cerca.

-¡¿Pero que soy yo?! ¡¿Alguna clase de encarnación del diablo o


qué?! – Respondí muy alterada.1

Gourry y yo recorrimos la calle principal en dirección a la puerta


este de la ciudad. Habían pasado diez días desde aquel incidente,
habíamos estado recuperándonos y además tuvimos que enfrentar el
caos que ocasionó el incidente. En realidad, Rubia ya se había
encargado de la mayor parte de los detalles diplomáticos. Nosotros
estábamos bien, ojalá pudiera decir lo mismo del resto de nuestros
compatriotas caídos.

Por quien más lo sentía, era por Rubia.

Lantz salió de la ciudad tan pronto como sus heridas hubieron


cicatrizado. Dijo que quería ver los monumentos de Sairaag.

En cuanto a Daymia, no sé que le ocurrió exactamente. Si las


leyendas son ciertas, no moriría hasta que, aquel que conjuró la
maldición Raugnut Tushavna (Seigram) fuera destruido. No quería
pensar mucho sobre ese tema, francamente.

Tuvimos que responder ante un interrogatorio de los oficiales de


alto rango en el Consejo del Gremio de Hechiceros.

(1) En el original dice “¡¿Qué soy yo, algún tipo de encarnación de un pez gato?!”. En Japón, los peces gato
se dice que causan terremotos y desgracias, refiriéndose Gourry a ella como algún tipo de “generador de
caos con patas”. Al no existir una traducción literal comprensible en occidente, opté por “el diablo”.
Epilogo

Tratamos de no dar muchos detalles por el bien de Rubia. Ya


había sufrido bastante. Siempre y cuando guardara silencio acerca de lo
que Halcyform había hecho, podría seguir viviendo en la ciudad y tratar
de hacer algo por su vida.

Si hubiera hecho falta, la habría defendido en un juicio. Pero sentí


que mantener al Consejo en la ignorancia, era lo mejor que podía hacer
para darle algo de paz.

En cuanto a que haría ella sin Halcyform… Bueno, realmente no


tengo una respuesta para ésta pregunta. Podría haberle preguntado,
supongo, o haberla invitado para charlar sobre el tema, pero por alguna
razón, no me parecía lo más acertado. A veces es mejor meterte sólo
en tus asuntos.

¿Y respecto a nosotros dos?

-Bueno, y ahora ¿A dónde? – Preguntó Gourry. Ninguno de


nosotros tenía un lugar en particular dónde necesitáramos viajar, así
que, sin un destino claro en mente, consideramos nuestras opciones.

He oído rumores de que hay algunos sucesos interesantes


ocurriendo en Saillune. Podríamos ir a echar un vistazo. O, tal vez sería
divertido volver a Zefiria, hace mucho que no me paso por allí. Espera
un momento, ¿dónde demonios vive la familia de Gourry?

-No lo sé – dije guiñando un ojo-, decidámoslo por el camino.

Y así, la Ciudad de Atlas desapareció en el horizonte tras


nosotros.

-144-
Anexo

(Mira hacia los lados, nervioso)

Vale, no está aquí… ¡será mejor que nos demos prisa!

¡Encantado de conoceros! Soy el autor. Como no hay moros en la


costa, puedo presentarme ésta vez.

Quiero agradecerles el haber hecho mi último trabajo tan popular


como para escribir una secuela. Así que gracias por leer Slayers: El
Hechicero de Atlas, gracias por enviarme correos de felicitaciones, y
gracias, Fujida-san, por regalarme esa “tacita de té conmemorativa de
la Justicia” (Ah, el té sabe mucho mejor ahora)

En serio, no puedo agradecerles lo suficiente.

Ahora, hablemos de ésta novela…

(¡POM!)

¡Au!

(Suena un ruido de alguien arrastrando algo)

L: … ¡Te pille! ¡Eso ha sido por creer que puedes ignorarme y


hacer este comentario tu solito! Esbirro S, te lo has tomado con calma
al golpearle ¿no? ¡Mira! Ni si quiera está sangrando.

S: Ni si quiera me ha dejado aparecer ésta vez. ¡Diablos! No pido


demasiado, tan sólo que se mencione mi nombre hubiera estado bien.

L: Si, ¡estoy de acuerdo! Pégale de nuevo, como antes, y yo


terminaré el anexo ésta vez también.

Vale, esto, olvidad todo lo que habéis leído hasta ahora del anexo,
está fuera de lugar. Mmmm… aunque lo que dije la última vez también
lo estaba y apareció en la versión impresa ¿no? Bueno, ¡Eso no pasará
esta vez! ¡O tendré una charla con el editor!

Bueno, entonces… empecemos de nuevo ¿no?

(Un momento más tarde…)

Hola, ¡”L” La Portavoz Oficial del Autor al habla! El autor ha


intentado escribir el anexo ésta vez, pero parece que no se encuentra
físicamente capacitado. Me pregunto ¿Qué le ocurrió? Estoy un poco
preocupada por él. Debería empezar a cuidarse un poco.
Anexo

(¡Esbirro S! ¡Deja de reírte por ahí atrás!)

Esto… olvidad eso. ¿Por dónde íbamos…?

Gracias a nuestros lectores, el autor ha recibido miles y miles de


fan mails. Pero, como el autor se ha vuelto un vago de mierda, no ha
podido responder a todos. ¡Todo el mundo debería atizarle como a una
piñata!

Algunos de ustedes han escrito tratando de averiguar cuál es mi


verdadera identidad, pero sólo uno lo ha hecho. El autor dijo que le
respondería, pero…

Bueno, ¡ese es su problema!

Este volumen, Slayers: El hechicero de Atlas ha sido escrito


ocultando la fecha de cumpleaños del autor. Así que, ¿No mueren por
saber cuál es?

Las primeras diez personas que realmente descubran ésta fecha


recibirán una tarjeta de la Colección Fantasía, firmada personalmente
por Hajime Kanzaka. Así que esfuércense en averiguarlo.

De todos modos, ésta vez el autor ha escrito montones y


montones de basura inservible. La última vez fue ese embarazoso
episodio en que Lina no podía utilizar hechizos. Ésta vez sobre ese
Raugnut Rushavna y algún que otro Mazoku poderoso. (¡Diablos! ¡Es
una cosa detrás de otra!)

En cuanto al próximo volumen, el autor no está cien por cien


seguro, pero algo tendrá que ver con el legado del Monje Rojo.

Además, en algún momento Lina va a vivir aventuras en solitario.

(Este retorcido autor podría sacar cualquier cosa de la nada para


ella).

Sea lo que sea, en la siguiente novela, cuando el destino de Lina


se tope con momentos difíciles, ¿seguirá Gourry con ella, o se
separaran? ¿El Volumen 3 incluirá personajes de las series de Dragon
Magazine? ¿Volverá a aparecer el Rey Demonio de Ojos de Rubí? ¿Y
cuándo podré yo, “L”, hacer mi primera aparición? ¡Maldito seas
Kanzaka! ¡Déjame salir!

Ejem…

Bueno, en cualquier caso, sigan leyendo el Volumen 3 cuando


salga.

-146-
Hajime Kanzaka Slayers

Oh, al igual que la ultima vez, todos ustedes que leen la pésima
obra del autor, denle ánimos y sigan comprando sus libros.

De la Portavoz Oficial del Autor


Muchas, muchísimas gracias a todos.
“L” (Haciendo una gran reverencia)

-147-
El Presidente del Gremio de Hechiceros ha desaparecido, y Tarim
el Violeta y Daymia el Azul están ahora compitiendo para ocupar el tan
ansiado puesto. Con graves conflictos y corrupción ensuciando la
campaña, Lina y Gourry son reclutados para mantener la seguridad de
la ciudad. Durante el transcurso de los acontecimientos, nuestros
héroes hacen unos sorprendentes descubrimientos: Un misterioso
hombre en el fondo de un pozo, una masa carnosa de origen humano y,
por si fuera poco, un cuerpo sin cabeza. Afila tus espadas y recarga
todas tus joyas mágicas, ¡Atlas es una auténtica locura de ciudad!

-148-
Visítanos en:
http://lanove.blogspot.com/

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