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All content following this page was uploaded by Ana Maria Aguilera-Luque on 23 December 2016.
Investigadora independiente
Dra. en dirección de empresas - psicóloga organizacional
info@anamariaaguilera.com
La creatividad en la Antigüedad
En esta etapa, la concepción divina de la creatividad se va desdibujando para dar paso a la idea
del rasgo hereditario. Simultáneamente, emerge una concepción humanística, desde la que el
hombre ya no es un ser abandonado a su destino o a los designios divinos, sino coautor de su
propio devenir.
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Durante el Renacimiento se retoma el gusto por la estética y el arte, el autor recupera la
autoría de sus obras y algunos otros valores helenos, entendiéndose como un periodo en el
que renace lo clásico. La producción artística crece espectacularmente y, consecuentemente,
también crece el interés por estudiar la mente del individuo creativo.
El debate sobre la creatividad, en esta época, se centra en la dualidad “nature versus nurture”,
aunque sin mayor apoyo empírico. Uno de los primeros tratados sobre el ingenio humano
pertenece a Juan Huarte de San Juan, médico español que en 1575 publicó su obra “Examen
de ingenios para las ciencias”, precursora de la Psicología Diferencial y de la Orientación
Profesional. A principios del siglo XVIII, gracias a figuras como Coopernico, Galileo, Hobbes,
Locke y Newton, crece la confianza en la ciencia al tiempo que crece la fe en la capacidad
humana para resolver sus problemas mediante el esfuerzo mental. Se consolida el
Humanismo.
La creatividad en el postmodernismo
Los primeros acercamientos empíricos, no se producen hasta la segunda mitad del siglo XIX, al
rechazarse abiertamente la concepción divina de la creatividad. También, influyó el hecho de
que en ese momento la Psicología iniciaba su escisión de la Filosofía, para convertirse en una
ciencia experimental, por lo que se incrementó el esfuerzo positivista en el estudio del
comportamiento humano.
Durante el siglo XIX predominó la concepción de rasgo hereditario. La creatividad era un rasgo
característico de los varones y llevó bastante tiempo asumir que pudieran existir féminas
creativas. Esa idea se fue reforzando desde la Medicina, con diferentes hallazgos sobre la
heredabilidad de rasgos físicos. Un apasionante debate entre Lamarck y Darwin sobre herencia
genética acaparó la atención científica durante gran parte del siglo. El primero defendía que
los rasgos aprendidos podían traspasarse entre generaciones consecutivas, mientras que
Darwin (1859) demostró que los cambios genéticos no son tan inmediatos, ni resultado de la
práctica o del aprendizaje, sino que ocurren mediante mutaciones aleatorias durante la
filogenia de las especies, para lo que se requieren grandes periodos de tiempo.
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inconsciente, que posteriormente Freud desarrollará desde su óptica psicoanalítica, y (b) la
aplicación de técnicas estadísticas al estudio de las diferencias individuales, que lo convierten
en autor puente entre el estudio especulativo y el estudio empírico de la creatividad.
A pesar del interesante trabajo de Galton, la psicología del siglo XIX y principios del XX estaba
interesada por procesos psicológicos más simples, siguiendo la trayectoria marcada por el
Conductismo que rechazaba el mentalismo o estudio de procesos no observables. El dominio
conductista aplazó el estudio de la creatividad hasta la segunda mitad del siglo XX, con la
excepción de un par de líneas sobrevivientes al positivismo, el Psicoanálisis y la Gestalt.
Durante la segunda mitad del siglo XX, y siguiendo la tradición iniciada por Guilford en 1950, la
creatividad ha sido un importante objeto de estudio de la Psicología Diferencial y de la
Psicología Cognitiva, aunque no exclusivamente de ellas. Desde ambas tradiciones, el abordaje
ha sido fundamentalmente empírico, empleándose la historiometría, los estudios ideográficos,
la psicometría o los estudios meta-analíticos, entre otras herramientas metodológicas.
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Actualmente, el enfoque es multidimensional, se analizan aspectos tan diversos como la
personalidad, la cognición, las influencias psicosociales, la genética o la psicopatología, por
citar algunas líneas, al tiempo que multidisciplinar, pues son muchos los dominios que se
interesan en ella, más allá de la Psicología. Tal es el caso de los estudios de Empresa, donde la
creatividad suscita gran interés por su relación con la innovación y la competitividad. Así,
durante la última década, han proliferado las investigaciones sobre creatividad y la oferta de
programas de entrenamiento y capacitación han crecido significativamente. Tal es el interés
por comprenderla que la investigación se extiende más allá de la academia, y ocupa a todo
tipo de instituciones, incluidas las gubernamentales. Su estudio trasciende del análisis
individual, incluso del grupal u organizacional para abordar, por ejemplo, las sociedades
creativas o las clases creativas, con índices para medirlas, tales como: Euro-creativity index
(Florida y Tinagli, 2004); Creative City Index (Hartley et al., 2012); The Global Creativity Index
(The Martin Prosperity Institute, 2011) o el Índice de creatividad en Bilbao y Bizkaia (Landry,
2010).
Desde la Grecia Clásica hasta nuestros días, y a pesar de los grandes esfuerzos que seguimos
dedicando a analizarla, ni siquiera hemos conseguido alcanzar una definición universal de
creatividad, por lo que aún estamos lejos de comprender su esencia. Tal vez, con los nuevos
enfoques y tecnologías aplicadas al estudio psicológico, como es el caso de la prometedora
neurociencia cognitiva, podamos descubrir las claves de este complejo e intrigante fenómeno
mental y, finalmente, el siglo XXI llegue a convertirse en el testigo histórico de tal hito.
Bibliografía
Dacey, J. S., & Lennon, K. H. (1998). Understanding creativity. The interplay of biological,
psychological and social factors. (1st ed).. San Francisco: Jossey-Bass.
Darwin, C. (1859). On the origin of the species by natural selection. Londom: Murray.
De San Juan, J. H. (1575). Examen de ingenios para las ciencias (2003- Dig.). Madrid: Biblioteca
virtual universal.
Duff, W. (1767). Essay on Original Genius (Vol. 53). London, UK.
Florida, R., & Tinagli, I. (2004). Europe in the creative age. UK: Software Industry Centre &
Demos.
Freud, S. (1958). The relation of the poet to day-dreaming. In On creativity and the
unconscious. Harper & Row Publishers.
Galton, F. (1869). Hereditary genius: an inquiry into its laws and consequences (2000 ed)..
London, UK: MacMillan and Co.
Guilford, J. P. (1950). Creativity. The American Psychologist.
Hartley, J., Potts, J., MacDonald, T., Erkunt, C., & Kufleitner, C. (2012). CCI-CCI Creative City
Index 2012.
Landry, C. (2010). Creatividad En Bilbao & Bizkaia. Spain.