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Cuentos para la equidad de género (modificados).

Katty Assia Pedrozo

Sandra de Hoyos Atencio

Daniela Ripoll Fortich.

Docente.

Eidy Contreras.

Corporación universitaria del Caribe CECAR


Humanidades y Educación
Trabajo Social
2020
Link de video equidad de género

https://www.youtube.com/watch?v=GmTuEEIHJ_U&feature=youtu.be
LA REINA RANA hasta la corona de oro que llevo
puesta"-
Hace muchos años, cuando el desear
aún le ayudaba a uno, vivía un rey La rana respondió: -"No me
cuyos hijos eran todos buenos interesan tus trajes, tus perlas o
guerreros, pero el más joven era tan joyas, ni la corona de oro, pero
bondadoso, que el mismo sol, que ha si me amaras y me dejaras ser tu
visto tanto, se detenía cada vez que compañera y socia de juegos, y
iluminaba su camino. Cerca del castillo sentarme contigo en tu mesa, y
del rey, había una inmensa y oscura comer de tu plato de oro, y
selva, y bajo un viejo árbol de lima beber de tu vaso, y dormir en tu
había un pozo, y cuando el día esta muy cama junto a ti. Si tú me prometes
caliente, el hijo menor del rey iba a la cumplir todo eso, yo bajaré y traeré acá
selva a sentarse junto a la fresca fuente, de regreso tu bola de oro."-  
y cuando se aburría, tomaba una bola de
oro y la tiraba alto para capturarla. Y -"Oh, claro" - dijo ella, -"yo te prometo
esta bola era su juguete favorito.   cumplir tus deseos, si me regresas la
bola"-
Pero sucedió que en una ocasión la bola
no llegó a las manos que la esperaban, Ella sin embargo pensaba: -"¡Cómo
sino que cayó al suelo y rodó hasta caer habla esa tonta rana! ¡Ella vive en el
en el pozo. El hijo del rey la siguió con agua junto a las otras ranas y sapos y no
sus ojos, hasta que desapareció. Y el podría ser compañera de ningún ser
pozo era profundo, tan profundo que no humano!"-
se alcanzaba a ver el fondo. El empezó a
llorar y a desesperarse. Y mientras se Pero la rana, una vez recibida la
lamentaba oyó que alguien le decía:     promesa, metió su cabeza en el agua y
se sumergió profundamente, y
-"¿Que te sucede, hijo del rey?, te momentos después subía nadando
lamentas tanto que hasta las piedras te trayendo en su boca la bola, y la tiró en
mostrarían piedad"- el zacate. El hijo del rey quedó
encantada de ver una vez más de nuevo
El miró alrededor buscando hacia donde a su juguete, y recogiéndola corrió con
venía la voz, y vio a una rana sacando ella. 
del agua su gran cabeza.
-"¡Espera, espera!"- gritaba la rana.    
-"¡Ah!, vieja corredora de aguas, ¿eres -"¡Llévame contigo, que no puedo
tú?"- preguntó.- "Estoy llorando por mi correr como lo haces tú!-
bola de oro, que cayó dentro del pozo"-
concluyó diciendo. Pero ¿de qué le serviría gritar, aún con
su croak, croak, tan fuerte como podía?
-"Quédate tranquilo y no llores más"- Él no la escuchaba, y corrió a su
contestó la rana. "Yo te puedo ayudar, aposento y pronto olvidó a la pobre
pero ¿que me darás a cambio si te rana, que se vio obligada a regresar al
regreso ese juguete de nuevo?"- pozo de nuevo.

-"Lo que tú quieras, querida rana"- dijo Al día siguiente, cuando se sentó a la
él. -"Mis trajes, mis perlas y joyas, y mesa con el rey y los cortesanos, y
había empezado a comer en su plato de
oro, algo llegó brincando y sonando -"Lo que tú has prometido, debes
splash, splash, a las gradas de mármol, y cumplirlo. Ve y déjala entrar"-
cuando llegó arriba, tocó a la puerta y
gritó: Él fue y abrió la puerta, y la rana saltó y
lo siguió a él, paso a paso, hasta su silla.
-"Príncipe, el más joven de los Entonces, cuando el príncipe se sentó, la
príncipes, ábreme la puerta a mí."- rana gritó:

El corrió a ver que había afuera, pero -"Levántame para estar a tu lado."-
cuando abrió la puerta, encontró a la
rana sentada al frente. Entonces el tiró Él no actuaba, hasta que el rey le ordenó
la puerta a toda prisa, y regresó a hacerlo. Cuando la rana ya estaba en la
sentarse a la mesa y quedó muy silla, le pidió estar en la mesa, y una vez
asustado. El rey vio que estaba en la mesa dijo:
sumamente alterado y que su corazón
latía fuertemente y le preguntó: -"Ahora, empuja tu plato de oro más
cerca de mí de modo que podamos
-"Mi muchachito, ¿qué es lo que te comer juntos."-
asustó tanto?, ¿está por casualidad un
gigante afuera que quiere raptarte y Él lo hizo, pero fue fácil ver que lo
llevarte lejos?"- hacía sin su voluntad. La rana disfrutó
de la comida, pero casi todos los
-"Oh, no"- replicó el. -"No es un bocados que el príncipe tomaba, la
gigante, sino una horrible rana"- estremecían. Al final dijo la rana:

--"¿Y qué hace una rana contigo?"-  -"Ya he comido y estoy satisfecha;
ahora estoy cansada, llévame a tu
-"Ah, mi querido padre, ayer yo estaba dormitorio, alista tu sedosa cama, y
en la foresta, sentado junto al pozo, ambos iremos a dormir."-   
jugando con mi bola de oro, cuándo ésta
cayó a lo profundo del pozo. Y como yo EL hijo del rey empezó a llorar,
lloraba mucho, la rana me la regresó, y porque tenía miedo de la fría rana
como ella insistía, yo le prometí que que él no quería tocar, y que iba
podía ser mi compañera, ¡pero nunca ahora a dormir en su preciosa y
pensé que sería capaz de alejarse de sus limpia cama. Pero el rey se molestó
aguas! Y ahora está ahí afuera, y dijo:
esperando que la ingrese conmigo."-
-"Aquella que te ayudó cuando estuviste
 Mientras tanto la rana tocó a la puerta en apuros, no debe ser decepcionada por
por segunda vez, y gritaba: tí."- Así que él tomó a la rana con sólo
dos dedos, la llevó arriba y la puso en
-¡Príncipe! ¡El más joven de los una esquina. Pero cuando él se metió a
príncipes! su cama, la rana sigilosamente se le
¡Ábreme a mí la puerta! acercó y le dijo:
¿Recuerdas lo que me dijiste
ayer en las frescas aguas de la fuente? -"Estoy cansada, quiero dormir tan bien
¡Príncipe, el más joven de los príncipes! como tú, levántame o se lo diré a tu
¡Ábreme a mí la puerta! padre."-

Entonces dijo el rey:


Entonces él se enojó terriblemente, la
tomó en sus manos y la lanzó con todas
sus fuerzas contra la pared.

-"Ahora te estarás quieta, odiosa rana."-


dijo él.

Pero cuando cayó al suelo ya no era una


rana, sino un encantadora princesa de
bellos modales.

Ahora, ella, por decisión de él y de su


padre, es su compañera y esposa.
Entonces ella le contó cómo había sido
hechizada por una malvada bruja, y
cómo nadie la había sacado nunca del
pozo, excepto él, y que mañana podrían
ir juntos a su reino. Ambos fueron a
dormir, y a la mañana siguiente, al
levantar el sol, llegó un carruaje con
ocho caballos blancos, con plumas
blancas de avestruz en sus cabezas, y
con arreos con cadenas de oro, y atrás
venía el fiel sirviente Henry. El fiel
sirviente Henry había quedado tan
infeliz cuando su patrona fue
convertida en rana, que se había atado
tres bandas de hierro alrededor de su
corazón para que no reventara de pena y
tristeza. El carruaje condujo a la
princesa a su reino. El fiel Henry les
ayudó a ambos, y se puso a sus órdenes
de nuevo, y estaba lleno de dicha por su
rescate. Y cuando iban de camino, el
hijo del rey escuchó que algo se
quebraba atrás de él. Se volvió y gritó:

-"Hey, Henry, el carruaje se está


quebrando."-

-"No, patrona, no es el carruaje. Es una


banda que está sobre mi corazón, que
me había puesto por mi gran dolor por
su encantamiento como rana dentro del
pozo. Otra y otra vez volvieron aquellos
sonidos, y el hijo del rey pensaba que el
carruaje se estaba quebrando, pero sólo
eran las bandas que se reventaban de
alrededor del corazón del fiel Henry  
porque su patrona era ahora libre y feliz.
tela con el que harás una escalera para
poder salir de aquí”.
-“la hechicera llego como todos los días
y le dijo al joven que escondes ahí
Carlos”.
- Carlos contestó; “nada no escondo
nada”.
-Hechicera; ¿y estas telas que son?
- Carlos; “son mías las voy a usar para
Rapunzel  
hacer unas camisas”.
Había una vez una pareja de reyes que
esperaba un hijo, desde la ventana del - La hechicera se fue pero no se le
cuarto de la reina se veía un hermoso quitaba de la mente lo que había visto y
cultivo de plantas de rapunzel, que tenía” ¿la duda de donde habrá sacado
pertenecía a una malvada hechicera. esas telas?”.
La reina con un gran antojo de comer de -Al día siguiente la hechicera decidió ir
esas plantas le pidió a su esposo que temprano a la torre y cuando iba
robara una de ellas para así saciar su llegando se escondió detrás de un árbol
antojo, este al ver a su esposa viendo como rapunzel subía a la torre
desesperada fue en busca de una de las por una escalera hecha de telas
plantas para que le hiciera una Rica
ensalada y así mejorar su salud. -Rapunzel: “entro a la torre y le dijo al
príncipe es hora de irnos ya está
Pero no pensó que la hechicera se resistente la escalera”.
molestaría por coger de sus preciadas
plantas, al momento de entrar al jardín -hechicera; “al verlos se llenó de rabia y
esta se lo encontró y no dudo en lanzar tomó a rapunzel por el pelo y la empujó
una maldición por robar de su cultivo. de la torre cayendo en una mata de
espinas, quedándose ciega, es ahí
Cuando nació el bebé, un hermoso cuando manda a Carlos a unas tierras
príncipe apareció la hechicera y como lejanas”.
castigo por lo de sus plantas se llevó al
príncipe Carlos y lo encerró en una Rapunzel; “anduvo errante y ciega por
torre muy alta. Pasaron varios años y al todo el bosque buscando a su amado
reino llegó una hija de unos campesinos hasta que un día escucho su voz y llego
muy hermosa por cierto, la cual un día donde él estaba”.
paseando por el bosque se encontró con
Carlos; “al verla corrió diciendo mi
la torre, la cual le generó una gran
amada me has encontrado, y con sus
curiosidad y buscó la manera de entrar
lágrimas le devolvió la vista a
en ella y ver si alguien habitaba allí.
rapunzel”.
-cuando subió se encontró con el
príncipe, “el de inmediato le dijo por Tuvieron 3 hijos y vivieron felices para
favor ayúdame a salir de aquí”. siempre.

-Rapunzel le contestó si claro, “todos FIN.


los días vendré y te traeré un pedazo de
Y ella quedaba satisfecha, porque sabía
que el espejo le decía siempre la verdad.

 Blanco Nieves y Las Siete Enanitas. Unos años después el rey


falleció, pero Blanco-Nieves
Había una vez hace mucho tiempo, allá fue creciendo, y crecía más y
en el norte, a la mitad del invierno, más bondadoso, educado y
cuando los copos de nieve caen como preparado cada día, y cuando
plumas desde el cielo, una reina que ya estaba joven era tan bello
gustaba de coser sentada junto a una en su espíritu, como un día
ventana que tenía los marcos hechos de primaveral, y por todas sus
ébano negro. Y mientras cosía y miraba buenas cualidades superaba
hacia afuera el caer de la nieve, se en mucho a la belleza física de la misma
punzó uno de sus dedos, y tres gotas de reina.
sangre cayeron sobre algunos copos de
nieve que habían entrado por la ventana. Y llegó al fin un día en que la reina
Y vio aquella sangre preciosa sobre la preguntó de nuevo:
blanca nieve, y pensó:
-"Espejito, espejito, que estás en la
-"¡Oh!, ¡Si yo llegara a tener un niño pared ¿Quién en esta tierra es la más
que tuviera el blanco de la nieve, el rojo bella?"-
de la sangre, y el  negro del ébano del
marco de esta ventana!"- El espejo contestó:

Pronto tuvo la dicha de tener un lindo -"Tú eres físicamente la más bella de
niño, que era tan blanco como la nieve, todas las mujeres que hay por aquí,
sus mejillas rojas como la sangre, y su excepto por Blanco-Nieves, a quien su
cabello tan negro como el ébano. Por lo bondad lo hace ser aún más bello que
tanto lo llamó Blanco-Nieves. Pero tú. Así lo creo."-
poco después de nacer el niño, la reina
murió. Entonces la reina se enfureció, y su tez
se tornó amarilla y verde de la envidia.
Después de pasado un año, el rey tomó A partir de entonces, donde quiera que
otra esposa. Era bella, pero orgullosa y viera a Blanco-Nieves, su corazón se
engreída, y no soportaba que el rey estremecía en su pecho, y llegó a odiar
tuviera un hijo más hermoso que ella, la muchísimo a la muchacho.
reina poseía un espejo mágico, y
cuando se colocaba al frente y se miraba A medida que la envidia y el orgullo
en él, le decía: crecían más y más en su corazón como
una maleza, así también dejaba de tener
-"Espejito, espejito, que estás en la paz en el día y en la noche.
pared ¿Quién en esta tierra es la más
bella?"- En un momento dado, no soportando
más, llamó a un cazador y le dijo: 
Y el espejo contestaba:
-"Llévate al muchacho adentro del
-"Tú, gran reina, eres la más bella de bosque, no quiero tenerlo más a mi
todas."-  vista. Mátalo, y tráeme su corazón al
regreso como prueba."-
El cazador obedeció y lo llevó lejos, El joven Blanco-Nieves estaba tan
pero cuando él sacó su cuchillo, y hambriento y sediento que él tomó y
estaba a punto de herir a la inocente comió un poquito de  vegetales y pan de
Blanco-Nieves, el, llorando le dijo: cada platito y bebió una gota de vino de
cada jarrita, porque no deseaba coger
-"¡Ay, querido cazador, déjame vivir! todo de un mismo plato y jarra.
Yo me internaré lejos en la espesura y Entonces, al estar tan cansado, trató de
nunca más volveré a casa de nuevo."- acomodarse en alguna camita, pero a
como iba probando, ninguna le asentaba
Y como él era tan dulce y bueno, el bien, hasta que llegó a la última que sí
cazador tuvo piedad y dijo: le sirvió, y ahí se quedó. Dijo su
oración, y se acomodó a dormir.
-"Corre, vete lejos, pobre muchacho."- 
Cuando ya había oscurecido, regresaron
-"Las bestias salvajes pronto la las dueñas de la cabaña. Eran siete
devorarán."- se pensó él.  enanitas que cavaban y extraían oro y
piedras preciosas en las montañas.
Y sintió como si una enorme y pesada Encendieron sus siete candelas, y con su
piedra se hubiera escapado de su pecho, luz observaron que alguien había estado
ante el hecho de que ya no era necesario allí, pues las cosas no estaban
que tuviera que matarla. Y justo en ese exactamente en el orden en que las
momento un joven jabalí se acercó por acostumbraban tener.
donde él estaba, le sacó el corazón y se
lo llevó a la reina como prueba de que La primera dijo:
el joven había muerto. 
-"¿Quién se ha sentado en mi silla?"-
Ahora el pobre muchacho se hallaba
solo en el gran bosque, y tan La segunda:
aterrorizado que hasta las hojas de los
árboles la asustaban. Entonces empezó a -"¿Quien comió de mi plato?"-
correr, y saltaba sobre filosas piedras y
punzantes espinos, y las bestias salvajes La tercera:
corrían tras él, pero no le hacían daño.
-"¿Quién cogió parte de mi pan?"-
El corrió tan lejos como pudieron darle
sus piernas hasta la llegada del La cuarta:
anochecer. Entonces divisó una pequeña
cabaña y entró en el a dormir. Todo lo -"¿Quién tomó parte de mis vegetales?"-
que había en la cabaña era pequeño,
pero tan limpio y aseado como no La quinta:
podría describirse. Había una mesa con
un mantel blanco y siete platos -"¿Quien usó mi tenedor?"-
pequeños, y con cada plato una
cucharita. Es más, había siete pequeños La sexta:
cuchillos y tenedores, y siete jarritas. Y
contra la pared se hallaban siete -"¿Quién usó mi cuchillo?"-
pequeñas camas una junto a la otra y
cubiertas con colchas tan blanquitas La séptima:
como la nieve.
-"¿Quien bebió de mi jarra?"-
Entonces la primera observó alrededor y coser y tejer, y mantienes todo limpio y
vio que había un pequeño hundimiento nítido, puedes quedarte lo que quieras
en su cama y dijo: por nada."-

-"¿Quién se ha metido en mi cama?"- -"Sí, claro."- respondió el, -"Con todo


mi corazón."- y se quedó con ellas.
Y las demás fueron a revisar sus camas,
diciendo: Les mantuvo su casa en orden. Ellas
iban en las mañanas a las montañas a
-"Alguien ha estado en nuestras camas buscar oro y piedras preciosas, y al
también"- atardecer regresaban, encontrando ya
lista su cena al llegar.
Pero cuando la séptima miró en su
cama, vio a Blanco-Nieves, quien El joven tenía que quedarse solo todo el
dormía profundamente allí. día, por lo que las buenas enanitas
siempre le decían:
Y llamó a las demás, quienes llegaron
corriendo, y suspiraron con asombro, y -"Ten cuidado de la reina, pronto se
trajeron sus siete candelas para alumbrar enterará de que estás aquí, así que no
mejor al joven Blanco-Nieves. dejes entrar a nadie."-

-"¡Oh, cielos!, ¡Oh, cielos!"- susurraban Mientras tanto, la reina, creyendo que
-  "¡Que encantador muchacho!"-  ya Blanco-Nieves no estorbaba, no
hacía otra cosa más que pensar en que
Y les encantó tanto que no lo ella era de nuevo la más hermosa. Y fue
despertaron, y lo dejaron dormir en la donde el espejo y dijo:
cama. Y la séptima enanita se acomodó
entre sus compañeros, turnándose a -"Espejito, espejito, que estás en la
ratos de un lugar a otro por toda la pared ¿Quién en esta tierra es la más
noche. bella?"-

Cuando llegó el amanecer, Blanco- y el espejo contestó:


Nieves despertó, y se asustó cuando vio
a las siete enanitas. Pero ellas fueron -"Oh, reina, tú eres lo más bello que yo
amistosas y le preguntaron su nombre.  he podido ver,
   pero en las montañas, sobre las
-"Mi nombre es Blanco-Nieves."- colinas, donde viven las siete enanitas,
contestó.    Blanco-Nieves aún vive con muy
buena salud,
-"¿Y cómo fue que llegaste a nuestra    y no hay ninguna, que por su bondad,
cabaña?"- preguntaron las enanitas. sea más bello que ella."-

El les dijo que la reina lo mandó a La reina se quedó atónita, pues sabía
matar, pero que el cazador le salvó la que el espejo jamás mentía, y
vida, y que corrió durante todo el día, comprendió que el cazador la traicionó,
hasta que por fin encontró su vivienda. y que por eso Blanco-Nieves aún vivía.
Las enanitas dijeron:
Y pensó y pensó de nuevo cómo podría
-"Si puedes tomar cuidado de nuestra matarla, para que aquel no siguiera
casa, cocinar, arreglar las camas, lavar, siendo el más bello en el mundo. Y la
envidia no la dejaba descansar. Cuando yaciendo en el suelo, y que no se movía
ya hubo meditado sobre qué hacer, se ni respondía y parecía como si estuviera
pintó la cara, y se disfrazó como una muerto. Lo incorporaron y vieron que
vieja vendedora, de tal manera que tenía un lazo muy apretado. Lo cortaron
nadie la hubiera reconocido. Con ese y el comenzó a respirar lentamente, y al
disfraz se dirigió a la montaña a la casa cabo de un rato se recuperó totalmente.
de las siete enanitas, tocó la puerta y Cuando las enanitas escucharon lo que
gritó: había pasado dijeron:

-"¡Vendo bellas cosas, baratitas, -"La vieja vendedora no era otra


baratitas!"- persona más que la malvada reina. Ten
mucha precaución y no te acerques a
El joven Blanco-Nieves se asomó por nadie mientras no estemos contigo."-
la ventana y la llamó:
Pero la perversa mujer, al llegar a su
-"¡Buenos días, mi buena señora, qué es habitación, fue inmediatamente donde
lo que tiene para vender?"- el espejo y preguntó:

-"Buenas cosas y bellas cosas"- -"Espejito, espejito, que estás en la


contestó, -"lazos de muchos colores pared ¿Quién en esta tierra es la más
para lucir en la garganta"-, y ella jaló bella?"-
uno que estaba confeccionado con finas
y coloridas sedas.  Y el espejo contestó: 

-"Voy a pagarle a esa viejita"- pensó -"Oh, reina, tú eres lo más bello que yo
Blanco-Nieves. he podido ver,
   pero en las montañas, sobre las
Quitó la cerradura a la puerta y compró colinas, donde viven las siete enanitas,
el lazo, y se lo colocó ella misma.    Blanco-Nieves aún vive con muy
buena salud,
-"Jovencita"- dijo la mujer, -"Qué mal    y no hay ninguna, que por su bondad,
te lo pusiste. Permíteme ponértelo sea más bello que él."-
adecuadamente de una vez."-
Cuando ella oyó aquello, toda su sangre
Blanca-Nieves no sospechó nada y se se le subió a la cabeza con furia, de
mantuvo junto a ella y dejó que le saber que Blanco-Nieves seguía aún con
montara el nuevo lazo. Pero la vieja vida.
mujer lo puso tan rápido y tan apretado
que Blanco-Nieves perdió el sentido y -"Pero ahora"- se dijo, "pensaré algo
la respiración, y cayó al suelo como que será tu final."
muerto.
Y con ayuda de algo de brujería, en lo
-"Ahora ya soy la más bella."- se decía a cual ella era experta, se fabricó un
sí misma la reina, y se alejó venenoso peine. Y tomó una nueva
rápidamente. apariencia, con la forma de otra vieja
mujer. Entonces volvió a ir a la casa de
No mucho rato después, al atardecer, las siete enanitas, tocó a la puerta y
regresaron las siete enanitas, pero se gritó con otra voz:
sintieron totalmente perturbados cuando
vieron a su amado Blanco-Nieves
-"¡Vendo cosas buenas y baratas, -"Oh, reina, tú eres lo más bello que yo
baratas!"- he podido ver,
   pero en las montañas, sobre las
Blanco-Nieves se asomó y le dijo: colinas, donde viven las siete enanitas,
   Blanco-Nieves aún vive con muy
-"¡Váyase! ¡No puedo dejar entrar a buena salud,
nadie!"-    y no hay ninguna, que por su bondad,
sea más bello que él."-
-"Supongo que al menos podrías
mirar."- dijo la vieja. Cuando ella oyó al espejo hablar así, se
estremeció y golpeteó con rabia.
Y sacó el venenoso peine y lo sostuvo
en alto. Y le gustó tanto al muchacho -"Blanco-Nieves deberá morir"- gritó
que lo sedujo y abrió la puerta. Una vez ella, -"aunque me cuesta la vida."-
hecha la compra, la vieja mujer dijo:
Inmediatamente bajó a un salón secreto,
-"Ahora te peinaré apropiadamente solitario, donde nadie más que ella
como debe ser de una vez."- podía llegar, y allí hizo una muy
venenosa manzana. Por fuera la
El pobre Blanco-Nieves de nuevo no manzana se vería preciosa, con unos
tuvo suspicacia, y dejó que la vieja pómulos rojizos muy atrayentes, que
hiciera como quiso. Pero no más había cualquiera que la viera desearía tomarla,
colocado el peine en su cabellera, pero quien mordiera aún una pequeña
cuando enseguida el veneno hizo efecto, porción, de seguro moriría. 
y el joven cayó al suelo sin sentido. 
Cuando estuvo terminada la manzana,
-"Tú, modelo de bondad"- dijo la se pintó la cara, y se vistió como una
malvada mujer, -"ya estás lista."- y se campesina, y así regresó a la casa de las
marchó. siete enanitas en la montaña. Tocó a la
puerta. Blanco-Nieves asomó su cabeza
Pero afortunadamente ya casi era el por la ventana y dijo:
atardecer, la hora de regreso de las siete
enanitas. Cuando llegaron y vieron a -"¡No puedo abrirle a nadie!, las
Blanco-Nieves en el suelo, como enanitas me lo han prohibido!
muerta, enseguida sospecharon de la
reina. La revisaron y encontraron el -"Me da lo mismo"- contestó la mujer,
peine envenenado en la cabellera. -"Pronto terminaré con mis manzanas.
Entonces de nuevo le recordaron a ella Pero te obsequiaré una para ti."- 
estar siempre en guardia y no abrir la
puerta a nadie. -"No"- dijo Blanco-Nieves, -"No debo
aceptar nada."- 
La reina, de nuevo en casa, corrió al
espejo y dijo: -"¿Temes que estén envenenadas?"- dijo
la vieja mujer. -"Mira, cortaré la
-"Espejito, espejito, que estás en la manzana en dos piezas. Tú te comes la
pared ¿Quién en esta tierra es la más orilla roja, y yo la parte blanca."-
bella?"-
La manzana estaba tan perfectamente
y el espejo contestó: confeccionada, que solamente la parte
roja contenía el veneno. Blanco-Nieves
deseaba la manzana, y cuando vio que -"No lo enterremos en la oscura tierra."-
la mujer comía tranquilamente su parte
blanca, no resistió más y tomó en sus Y construyeron un ataúd de cristal
manos la porción envenenada. Pero no transparente, de modo que pudiera ser
había terminado de saborear el primer visto de todos lados, y la colocaron allí,
bocado, cuando cayó como muerto. y escribieron su nombre en letras
Entonces la reina la miró con una doradas, y que era hijo del rey.
mirada terrorífica, y se rió fuertísimo Entonces pusieron el ataúd en lo claro
diciendo: de la montaña, y uno de ellos siempre se
quedaba acompañándolo y vigilándolo.
-"¡Blanco como la nieve, roja como la Y llegaron también aves y lloraron por
sangre y negra como la madera de ella. Primero un búho, luego un cuervo,
ébano! Esta vez las enanitas no podrán y de último una paloma.   
reanimarte de nuevo"-
Y ahora Blanco-Nieves estuvo por largo
 Y ya en su habitación, cuando preguntó tiempo en el ataúd, y no cambiaba nada
al espejo: en absoluto, siempre aparentando que
estaba dormido, porque era blanco
-"Espejito, espejito, que estás en la como la nieve, roja como la sangre, y su
pared ¿Quién en esta tierra es la más cabello negro como el ébano.
bella?"-
Sucedió sin embargo, que la hija de otro
al fin le dijo: rey llegó al bosque, y fue a la casa de
las enanitas a pasar la noche. Y vio el
-"Oh, reina, en este mundo, tú eres la ataúd en la montaña con el bella
más bella de todas."- Blanco-Nieves dentro de él, y leyó las
letras doradas que las enanitas le habían
Entonces su envidioso corazón sintió escrito. Entonces dijo a las enanitas:
descanso, si es que un corazón
envidioso puede llegar a tener algún -"Permítanme llevármelo con el ataúd,
descanso. yo le daré a ustedes lo que pidan por
el."-
Cuando regresaron las enanitas al
atardecer, encontraron de nuevo a Pero las enanitas respondieron:
Blanco-Nieves yaciendo en el suelo. No
se le sentía respirar y parecía muerto. -"No lo dejaríamos ir por todo el oro del
Lo levantaron, lo revisaron a ver si mundo."-
encontraban algo venenoso, le soltaron
lazos, revisaron su cabellera, la lavaron Entonces les dijo:  
con agua y vino, pero todo fue en vano.
El pobre muchacho seguía como -"Permítanme tenerlo como un
muerto. Lo colocaron entonces en un obsequio, porque no podría vivir sin ver
ataúd, y las siete se sentaron alrededor y a Blanco-Nieves. Yo lo honraré y
lloraron por el, y lloraron durante tres valoraré como mi más amada posesión."
largos días.
Al hablar de ese modo, las enanitas se
Entonces ellos fueron a enterrarlo, pero compadecieron y le entregaron el ataúd.
lucía tan lindo como si estuviera vivo, y
aún conservaba sus rojas mejillas. Ellas Ahora la hija del rey la hizo cargar en
dijeron: los hombros de sus sirvientes. Pero
ocurrió que tropezaron con la raíz de un pimientos picantes, que fueron traídas
árbol, y con el golpe, el pedacito de por los sirvientes, y las pusieron al
manzana envenenada que Blanco- frente de el. Entonces fue forzada a
Nieves había mordido, salió disparado ponerse aquellas zapatillas, y bailó y
de su boca. Y al momento el abrió los bailó hasta que cayó exhausta de
ojos, levantó la tapa del ataúd, se sentó, agotamiento. Y desde entonces fue
y una vez más le volvió la conciencia.  llevada a una habitación aislada donde
pasó el resto de sus días.
-"¡Oh, cielos!, ¿dónde estoy?" -
preguntó sorprendido.

la hija del rey, llena de gozo, dijo:

-"Estás conmigo."-

Y le contó todo lo acontecido y agregó:

-"Te quiero más que nada en el mundo,


ven conmigo al palacio de mi padre, y
te haré mi esposo."-

Blanco-Nieves aceptó y fue con él, y su


boda fue celebrada con gran ceremonia
y esplendor. Pero la malvada reina
también fue invitada a la fiesta. Cuando
ella ya se había arreglado
glamorosamente en espléndidos
vestidos, fue al espejo y le dijo:

-"Espejito, espejito, que estás en la


pared ¿Quién en esta tierra es la más
bella?"-

y el espejo contestó:

-"Oh, reina, eres lo más bello que yo he


visto,
   pero el joven rey, por su bondad, es
aún más bello que tú. 

Entonces la perversa mujer maldijo


todo, y se sentía tan infeliz, pero tan
infeliz, que no sabía qué hacer. Al
principio no quería ir a la boda del todo,
pero no tenía paz, y decidió ir a conocer
a la joven princesa. Y cuando ingresó al
salón, reconoció a Blanco-Nieves, y
quedó paralizada de rabia y rencor, y no
se pudo mover. Pero ya se habían
preparado unas zapatillas con polvo de

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