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DON DE PROFECIA

PorDr.José Félix Coronel


1A EDICIÓN
Junio 2012. 2A EDICIÓN Diciembre 2015.
D
Job González
iseño De portaDa
Pilar PalaciosDiseño eDitorial
Margarita Chinchillas
C
orreCCión y eDiCión

DERECHOS RESERVADOS A NOMBRE DEL AUTOR Prohibida su reproducción total o parcial


por cualquier medio, ya sea electrónico, escrito o hablado, sin el permiso por escrito del autor. Salvo
en el uso de citas con reconocimiento al pie de grabado.

© José Félix Coronel 792 Avelar St.


94303 East Palo Alto Ca Estados Unidos de América

ISBN 978-0-9854752-1-5
AgRADECimiENtOs

A mi Amado Espíritu Santo por su impartición de revelación para


desarrollar el material para UPRE (Universidad Profética Redime).

A mi amada esposa por su apoyo incondicional y ánimo para avanzar en el


proceso de cumplir nuestro propósito divino en esta tierra. A mis hijos:
César, Iris, Lisbeth y Vania; Nancy, Sony, Joás y Magda Victoria; José,
Gladys y Gadiel; Jonás, por la linda familia que mi Padre me ha dado, son
mi gran motivación.

A nuestro obispo y apóstol Dr. Bill Hamon por su enseñanza apostólica y


profética, su impartición y genética sobre nuestras vidas. Al profeta Cliff
Bell por su tutoría profética y acertada colaboración cada vez que lo
necesitamos.
A los Drs. Gilberto y Zulma Vélez por su acertado pastoreo, consejo, ánimo
y amistad.

A nuestro equipo de trabajo de UPRE por su excelente colaboración en el


desarrollo, revisión y enriquecimiento de este material de trabajo. En
especial a la profeta Irma Blancas, por su fidelidad y constancia en el
trabajo.

A nuestro Consejo Apostólico Redime (CAR) por su respaldo y constante


cobertura. A mis hijos espirituales alrededor del mundo, por su amor, su
apoyo y constante ánimo para seguir extendiendo el reino de mi Padre.

A la familia profética en todo el mundo, por una generación que hace


retroceder el infierno y opera en el poder del reino de Dios.

DEDiCAtORiA

Al Padre de las luces, al dador de toda dádiva y don perfecto; a Jesús, mi


Salvador y mi Rey; a mi amado Espíritu Santo, mi maestro y compañero
hasta la eternidad.
iNDiCE

Introduccion 9
Una vision global de la 1 profecia 11
El Ministro Profetico C 2 y su mensaje 39
La responsabilidad del ministro A 3 profetico 63
P El espiritu del ministro Í profetico 79
4
5 Todos pueden profetizar 93T
U
6
Interpretando correctamente la profecia 113
L 7 Falsas enseñanzas y engaños 141 O 8 Niveles del don de profecia 171
9 Cuidados al profetizar 203 Bibliografia 243
iNtRODuCCiON

¿Qué es el don de profecía? ¿Debemos ponerlo en práctica en nuestras


congregaciones? ¿Quién puede profetizar? ¿Cómo activamos el don de
profecía? ¿Por qué hay temor de que las personas profeticen? Estas
preguntas son sencillas de contestar, pero para muchos son controversiales,
inclusive, piensan que el don de profecía no es necesario hoy en día.

Desde la perspectiva humana sería difícil llegar a un punto de acuerdo con


las diferentes corrientes doctrinales, sin embargo, bajo el enfoque bíblico
tendríamos que someternos a la veracidad e instrucción de la Palabra de
Dios.

Es necesario ser instruidos en el conocimiento de la Palabra acerca del


campo profético y en particular del don de profecía. El apóstol Pablo
instruyó a sus discípulos para que operaran en el don sin temor, a fin de
exhortar, consolar y edificar a los santos.

Es muy importante ser parte del mover profético, algunas veces seremos las
vasijas de bendición y en ocasiones seremos edificados cuando recibamos
la palabra por medio de otros hijos de Dios.

Es interesante la ilustración del apóstol Pedro. Si alguno habla, hable


conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al
poder que Dios da, para que 9

en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el


imperio por los siglos de los siglos. Amén (1Pedro 4.11). Notemos en este
pasaje que estamos hablando de dos tipos de equipamientos:

1. Escuchar la palabra que sale del corazón de Dios; 2. Ministrar conforme


al poder que Dios otorga.

El equipamiento está basado en conocimiento y unción, a fin de que los


santos sean productivos en la operación de los dones y del ministerio al que
han sido llamados.
En Hechos 13.1-3 vemos la ministración de la Palabra por medio de
profecía para dar indicaciones precisas del ministerio de Bernabé y Saulo
(Pablo), además de recibir la impartición del poder por la imposición de
manos. Ellos fueron equipados en conocimiento, es decir, conocieron los
deseos de Dios, la comisión a la que fueron llamados, y recibieron la unción
o el poder de Dios por medio de la imposición de manos.

De aquí que la profecía se torna sumamente importante en el avance del


reino de Dios en la tierra. En la Biblia encontramos muchos pasajes donde
Dios establece estrategias, entrega comisiones, anima, direcciona, exhorta y
capacita por medio de una palabra profética.

Los santos son bendecidos cuando permitimos que la voz de Dios sea
escuchada, así que no debemos de detener el fluir profético, sino ser
formados, capacitados y activados en el don para dar buenos resultados en
nuestro llamamiento.

De acuerdo a la enseñanza paulina, todos podemos profetizar, es un honor y


una responsabilidad poder ser tomados en cuenta para ser la boca de Dios
en la tierra.
10
UNA
VISION
GLOBAL
DE LA PROFECIA
C
A
P
Í
T
U1
L
O
Pero si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, por todos es
convencido, por todos es juzgado; lo oculto de su corazón se hace
manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando
que verdaderamente Dios está entre vosotros. 1�orintios 14.24-25

DE LA PROFECIA
Una vision global

Hoy en día, algunas personas creen que el don de profecía no es necesario,


otras inclusive tienen dudas al respecto, pues desconocen en qué consiste el
don, se cuestionan, ¿Qué es el don de profecía? ¿Si es correcto profetizar en
las congregaciones? ¿Quién puede o quien no puede profetizar? ¿Cómo
activar el don? ¿Por qué hay temor de que las personas profeticen? En fin,
veremos los diferentes pensamientos con respecto al don.

Podemos analizar los diversos puntos de vista acerca de la profecía desde la


óptica de las diferentes corrientes evangélicas, desde el panorama humano
sería difícil llegar a un punto de acuerdo, sin embargo, bajo la perspectiva
bíblica tendríamos que someternos a la veracidad e instrucción de la palabra
de Dios.

En este sentido, es necesario conocer profunda y detalladamente la


instrucción de la Biblia y desarrollar el don sin temor, operarlo con libertad
a favor del mismo pueblo de Dios.

En una visión global en el cuerpo de Cristo acerca de la profecía


encontramos tres tipos de creyentes:
1. Los que niegan la vigencia del don;
2. Los que no tienen interés alguno en su operación; 3. Los que ven la
profecía como algo vital en el crecimiento

del cristiano.

Para algunas personas que no creen en la restauración de los dones


espirituales, seguramente la profecía es una seria amenaza a la absoluta
autoridad de la Biblia como la Palabra que sale del corazón de Dios para el
ser humano. Para estas personas, la profecía ceso con el resto de los dones
espirituales cuando se terminó de escribir el NT.

Para los cristianos que han sido reformados y su mente es renovada cada
día, la profecía es vital en el crecimiento de la persona y de la Iglesia de
Cristo. Escuchar la voz de Dios direcciona, enriquece, madura la vida
cristiana para ser de bendición a los que nos rodean. Estos cristianos buscan
el don y lo practican, disfrutan de la presencia de Dios y anhelan caminar en
las pisadas del Maestro.

Hay otros que se quedan en medio, no piensan en que el don está


inhabilitado, pero tampoco tienen un interés en su operación. Estas personas
no critican, pero tampoco ayudan al desarrollo del don. Al final, se pierden
de la gran oportunidad de escuchar los latidos del corazón de Dios.

En el AT, vemos a los profetas como mensajeros de Dios. La principal


función era ser representantes de parte de Dios, enviados a hablar a
hombres y mujeres en palabras provenientes de su corazón con propósitos
específicos. Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de
Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová (Hageo
1.13). De modo similar, el Señor envió un mensaje por medio de Natán al
rey David (2SamueI 12.25), de igual modo, lo hizo con Isaías, le dio un
mensaje para entregar al rey Ezequías (2Reyes 20.4-6). El verdadero
profeta es aquel
DE LA PROFECIA

que Dios envía con un mensaje propicio y en un tiempo determinado por Él


para producir cambios en el corazón del ser humano.

De la misma manera vemos a los falsos profetas, que profetizan mentiras,


de quienes el Señor dice: No los envié (Jeremías 29.9; Ezequiel 13.6).
Podemos ver con claridad que Dios está pesando la verdad con la mentira,
está mostrándole al hombre que se mueve en sus propias emociones.

El profeta es un mensajero enviado a recordar a Israel los términos del


pacto con el Señor, llamando a los desobedientes al arrepentimiento y
advirtiéndoles que las sanciones por la rebelión serán aplicadas (Jeremías
7.25; 2Crónicas 24.19; Nehemías 9.26-30; Malaquías 4.4-6). Así como
anuncia los juicios a causa de la desobediencia, también anuncia las buenas
nuevas de prosperidad por la obediencia a las leyes eternas.

En los tiempos antiguos, los reyes tenían mensajeros oficiales que llevaban
las “noticias reales” tanto en tiempo de guerra como en asuntos de estado.
Estos eran mensajeros con la autoridad del rey, la palabra que llevaban
representaban exactamente su consejo, voluntad o dirección. El mensajero
jamás considera que el mensaje es suyo, ni lo entrega en su autoridad
personal. El mensaje que él entrega viene con la autoridad del dirigente que
lo envió. Así era con los profetas del AT. Sabían que no hablaban por su
propia cuenta, sino de parte de Dios, y con la autoridad de Él.

¡Simplemente eran personas que transmitían un mensaje del cielo!


La autoridad de los mensajeros de Dios, los profetas, no se limitaba al
contenido general de sus mensajes, ni a las ideas principales. Por el
contrario, aseguraban reiteradamente que sus mismas palabras eran las
palabras que Dios les había encomendado entregar.

Tenemos varios ejemplos claros:

Yo estaré en tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar (Éxodo 4.12).

Pondré mis palabras en su boca (Deuteronomio 18.18). He puesto mis


palabras en tu boca (Jeremías 1.9).

La palabra que Dios pusiere en mi boca, esa hablaré (Números 22.38).


Les hablarás, pues, mis palabras (Ezequiel 2.7).

Los mensajeros frecuentemente hablaron de parte de Dios en la primera


persona gramatical: "Haré esto" o "He hecho aquello" al hablar de parte del
Señor, y muy evidentemente no por sí mismos (2SamueI 7.4-16; 1Reyes
20.13, 42; 2Reyes 17.13; 2Crónicas 12.5 y cientos de veces más).

La completa identificación de las palabras de los profetas con las palabras


del Señor, se ve cuando un profeta dice cosas como "para que conozcas que
yo soy Jehová" (1Reyes 20.13) o "yo soy Jehová, y ninguno más hay; no
hay Dios fuera de mí" (Isaías 45.5). Evidentemente ningún israelita hubiera
pensado que el profeta se atribuía las palabras como propias en casos como
éstos; simplemente se consideraba que repetía las palabras de Dios, quien lo
había enviado.

Finalmente, una indicación de la creencia en el origen divino de las palabras


proféticas se evidencia en la frecuencia con que se menciona a Dios como
el autor de las palabras dichas por un profeta. En 1Reyes 13.26 dice que, "la
palabra de Jehová que él le dijo" fue la palabra que el profeta había hablado
en el versículo 21. En modo semejante, las palabras
DE LA PROFECIA

de Elías en 1Reyes 21.19 se citan en 2Reyes 9.25 como una sentencia que
el Señor decretó sobre Acab, sin mencionar siquiera a Elías. Con frecuencia
se lee, “la palabra de Jehová, la cual él había hablado por su siervo el
profeta" (1Reyes 14.18; 2Reyes 9.36; 2Crónicas 29.25; Esdras 9.10-11;
Nehemías 9.30; Jeremías 37.2; Zacarías 7.7, 12).

Cuando el profeta soltaba una palabra de parte de Dios traía un fuerte temor
en el pueblo porque eran palabras veraces que se cumplían invariablemente.
Incluso cuando la gente escuchaba a un profeta estaba convencida de que
las palabras de ese profeta tenían absoluta autoridad divina, no se
arriesgaría a ignorar el mensaje por temor a recibir el castigo a la
desobediencia y la incredulidad.

Por lo tanto, no encontramos en el AT ningún caso en que la profecía de un


verdadero profeta sea "evaluada" o "valorada", para separar lo bueno de lo
malo, lo verdadero de lo falso. Por el contrario, cuando Samuel fue
instaurado como profeta, Jehová estaba con él, y no dejó caer en tierra
ninguna de sus palabras (1Samuel 3.19). Por ser Samuel un profeta de Dios
el criado de Saúl pudo decir: Todo lo que él dice acontece sin falta
(1Samuel 9.6).

Cuando un profeta hablaba en nombre del Señor, si tan sólo una profecía no
se cumplía, sin duda era un falso profeta (Deuteronomio 18.22). Tan grande
era la autoridad que acompañaba al oficio de profeta, como desastroso el
actuar de un profeta falso, tanto, que el castigo que recaía sobre éste era la
pena de muerte (Deuteronomio 18.20; 13.5).
De hecho, el pueblo de Dios no juzgaba la profecía para separar lo correcto
de lo incorrecto, lo bueno de lo malo, lo verdadero de lo falso, simplemente,
una pequeña porción que fuera falsa, no se juzgaba el engaño de la profecía
sino la falsedad del profeta.

Un verdadero profeta que asegurara la autoridad divina de sus palabras


exactas no podría incluir en su profecía algunas palabras propias y algunas
de Dios; debían ser de Dios todas las palabras, o si no él era un falso
profeta.

Todo Israel conoció que Samuel era fiel profeta de Jehová (1Samuel 3.20).
De modo que entendieron que desobedecer a Samuel o interpretar por
cuenta propia aun las órdenes aparentemente arbitrarias, sería mal y
conduciría al castigo de Dios.

Aunque en el NT no tenemos las marcas de los profetas del AT si tenemos a


personas declarando palabras con autoridad divina. Estos mensajeros son
llamados “apóstoles y profetas” quienes revelaron la palabra de autoridad
que venía del cielo directamente a su boca, para proclamarla con poder.

Estos mensajeros tienen la misma autoridad que los mensajeros del AT, de
hecho, las palabras que declaran tienen la misma validez. Mas os hago
saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre;
pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de
Jesucristo (Gálatas 1.11-12).

Al igual que en el AT, mentir o no creer a las palabras de los mensajeros


(apóstoles, profetas) significa acceder al juicio divino. Esto es lo que le
pasó a una pareja en el libro de Los Hechos que trataron de engañar al
Espíritu Santo. La palabra de juicio que declaró el apóstol Pedro, se
cumplió fielmente de una manera inmediata (Hechos 5). De esta manera
vemos que los mensajeros del nuevo pacto tienen la misma autoridad que
los del antiguo pacto.

Esta afirmación de estar capacitados para hablar las palabras de Dios


mismo, es particularmente frecuente en los escritos del apóstol Pablo. El
declara no solamente que
DE LA PROFECIA

el Espíritu Santo le ha revelado cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han
subido en corazón de hombre (1Corintios 2.9), sino también cuando él da a
conocer esta revelación, él habla no con palabras enseñadas por sabiduría
humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo
espiritual" (1Corintios 2.13). Más adelante, al defender su oficio apostólico,
Pablo dice que dará a los corintios prueba de que habla Cristo en mí
(2Corintios 13.3).

El apóstol alaba a los tesalonicenses: Por lo cual también nosotros sin cesar
damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que
oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según
es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes
(1Tesalonicenses 2.13). Para que no haya malentendido, les advierte con
respecto a sus instrucciones para la conducta moral: Así que el que desecha
esto, no desecha a hombre, sino a Dios (1Tesalonicenses 4.8). Así que los
compromete a que su carta sea leída a todos los santos (1Tesalonicenses
5.27). Como podemos ver, los mensajeros del NT tienen la misma autoridad
celestial para hablar las mismas palabras de Dios.

Evidencia profetica en el nuevo testamento

E vidEncia dEl libro dE los HEcHos (Hechos 11.28). Esta escena se desarrolla en
Antioquía, en la Iglesia que desarrolla un centro apostólico para extender el
reino en las naciones. Desde este lugar apostólico, Pablo y Bernabé son
enviados a su primer viaje misionero. En aquellos días unos profetas
descendieron de Jerusalén a Antioquía. Y levantándose uno de ellos,
llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran
hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio.
Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron
enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; lo cual en efecto
hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo
(Hechos 11.27-30).

Observamos que el Dr. Lucas describe esta escena del profeta Agabo como
una palabra elocuente y genuina, la cual se cumplió fielmente en tiempos de
Claudio. El profeta hizo una declaración que parece un poco endeble: daba
a entender por el Espíritu. “Daba entender”, quiere decir que lo decía de
diferentes formas en las cuales estaba involucrado totalmente el Espíritu
Santo. Decir que daba entender, es mostrar la misma palabra de diferentes
maneras, seguramente el Espíritu Santo participó de tal forma que no podía
dejar ningún “cabo suelto” que abriera la posibilidad a la duda.

El trabajo del Espíritu Santo a través de la vida del profeta Agabo, fue tan
elocuente que los hermanos se prepararon para hacer frente a esta situación
con diligencia. Esta evidencia nos testifica que la profecía en el NT fue tan
necesaria como en el AT y la autoridad para declararla ha sido otorgada
totalmente a la Iglesia.

E vidEncia En antioquía (Hechos 13). Esta escena es particularmente ilustrativa


de la soberanía del Espíritu Santo como guía de la Iglesia, tomando la
dirección total como Comandante en Jefe para extender el reino de Dios en
la tierra. Había entonces en la Iglesia que estaba en Antioquía, profetas y
maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene,
Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo.
Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a
Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo
ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron (Hechos 13.1-
3).
DE LA PROFECIA

Notemos que el escritor captó la escena de esta manera: ¡Dijo el Espíritu


Santo! Aunque no nos explica quien fue la vasija, si podemos ver que la
fuente fue el mismo Espíritu. ¿Fue esta una profecía? ¡Desde luego! La voz
de Dios se dejó escuchar dando dirección de sus sueños, planes y las
acciones que dos guerreros deberían realizar en la extensión del reino.

Observamos que en este pasaje el interlocutor es el mismo Espíritu Santo


dando instrucciones. Aunque no escuchamos físicamente la voz de una
persona, hablando la palabra que el Espíritu le esta inspirando, vemos con
claridad que el corazón de Dios es expresado para un propósito específico.

Veremos pasajes como este, donde el Espíritu se expresa directamente para


dar instrucciones o marcar una dirección. Por ejemplo en Hechos 8.29 dice
que el Espíritu dijo a Felipe: acércate a ese carro. ¿Por qué consideramos
esta frase como una profecía? Porque profetizar es escuchar la voz de Dios
y transmitirla. De esta forma podemos ver a Dios hablando a Felipe para
que realice una acción. Entonces la frase es la voz misma de Dios
transmitiendo una instrucción.

¿Podríamos considerar estas frases del Espíritu como profecías? En el


sentido correcto de la palabra profecía, si podemos considerarlas, porque
estamos escuchando a Dios hablar. Por otro lado, podríamos decir que esta
frase no se le está comunicando a nadie sino solo a la persona que la
escucha. En Hechos 10.19-20 leemos: Y mientras Pedro pensaba en la
visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues,
y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado. Como ésta
vemos otras imparticiones del Espíritu hablando directamente a una persona
dando un mensaje del corazón de Dios.

E vidEncia En ÉfEso (Hechos 19.6). En esta escena vemos al apóstol Pablo


llegando a la ciudad de Éfeso con la comisión divina de establecer el reino
de Dios. Como podemos notar en la historia, el apóstol se encuentra con
algunos discípulos de Juan el Bautista que después de imponerles las manos
son llenos del Espíritu Santo y profetizan. Y habiéndoles impuesto Pablo
las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y
profetizaban.

Aunque en este pasaje no vemos con claridad la expresión de Dios dando


instrucciones o trayendo un mensaje divino, ciertamente se usa la palabra
profetizar aludiendo que estos discípulos hablaron palabras que venían del
corazón de Dios. Seguramente estos discípulos continuaron ejercitando el
don en la comunidad cristiana de Éfeso.

E vidEncia En tiro (Hechos 21.4). En el pasaje en cuestión, Pablo se encuentra


cerca del fin de su tercer viaje misionero, y se va acercando a Jerusalén. Su
barco atraca en la ciudad portuaria de Tiro (en Siria sobre la costa
ligeramente al noroeste de Galilea). Pablo y sus compañeros tenían que
esperar allí varios días hasta que el barco descargara su mercadería, así que
buscaron a los cristianos del lugar. Y hallados los discípulos, nos quedamos
allí siete días; y ellos decían a Pablo por el Espíritu, que no subiese a
Jerusalén.

La expresión del Espíritu Santo fue evidente y el mensaje fue dado. Aunque
no entendemos porque el apóstol desobedeció la orden del Espíritu,
evidentemente la profecía era genuina y fue recibida adecuadamente.

E vidEncia En cEsarEa (Hechos 21.8-9). Continuando su viaje hacia Jerusalén,


Pablo llega a otra ciudad portuaria, Cesarea, en donde tenemos la evidencia
clara por las cuatro hijas de Felipe el evangelista. Al otro día, saliendo
Pablo y los que con él estábamos, fuimos a Cesarea; y entrando en casa de
Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él. Este tenía
cuatro hijas doncellas que profetizaban. Aunque no
DE LA PROFECIA

tenemos evidencia de las profecías de estas cuatro doncellas, si entendemos


que la Escritura declara que hablaban palabras del corazón de Dios que
fueron juzgadas como genuinas.

En esta misma escena vemos a un profeta Agabo declarando una palabra. Y


permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta
llamado Agabo, quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose
los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos
en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los
gentiles (Hechos 21.10-11). Notemos que en este pasaje que ahora el
profeta dice: “Esto dice el Espíritu Santo”, la palabra no dice: “El Espíritu
dijo”, lo que pone en duda que la profecía fue el 100% certera.

De hecho por la historia podemos ver dos pequeños errores en esta


declaración profética. En Hechos 21.27-35 vemos que la profecía de Agabo
no fue del todo certera. Primeramente, Agabo predijo que "los judíos en
Jerusalén" atarían a Pablo (Hechos 21.11).

Sin embargo, cuando Pablo es efectivamente tomado preso en Jerusalén


más adelante en el mismo capítulo, Lucas nos dice dos veces que no fueron
los judíos, sino los romanos los que ataron a Pablo: Entonces llegando el
tribuno le prendió y le mandó atar con dos cadenas (Hechos 21.33).
Igualmente, al reflexionar sobre este hecho: El tribuno, al saber que era
ciudadano romano, también tuvo temor por haberle atado (Hechos 22:29).

El otro error en la profecía de Agabo tiene que ver con el segundo detalle
que predijo: el hecho de que los judíos "entregarían" a Pablo a los gentiles.
Aquí la palabra griega es paradidomi, entregar, poner en manos de otro.
Paradidomi se usa por ejemplo, al "entregar" Judas a Jesús en manos de los
principales judíos (Mateo 10.4).

En el relato de Lucas que sigue a la profecía de Agabo, él muestra que los


judíos no entregan a Pablo en manos de los gentiles.

En lugar de entregar a Pablo intencionalmente en manos de los gentiles


(como lo habían hecho con Jesús por ejemplo), los Judíos trataron de
matarlo ellos mismos (Hechos 21.31). Debió ser rescatado de los judíos, por
la fuerza del tribuno y sus soldados (Hechos 21.32-33) y aun así era llevado
en peso por los soldados a causa de la violencia de la multitud (Hechos
21.35).

Aunque el Dr. Lucas no tiene la intención de demostrar una profecía que no


se cumple al 100%, sino el darnos cuenta que es necesario juzgarla y estar
seguros que es el mismo Dios hablando.

Es interesante analizar que Agabo en realidad no era un falso profeta


porque en Hechos 11.28 predice que vendría un período de hambre sobre
toda la tierra, lo cual se cumplió en los días del emperador Claudio.

Evidencias varias donde se recomienda practicar la profecía. En distintas


Escrituras encontramos la recomendación apostólica de no dejar a un lado
el don. No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías
(1Tesalonisenses 5.19-20). En 1Corintios 14.29 el apóstol Pablo anima a
que los profetas no detengan la profecía. El apóstol Pedro anima a sus
discípulos a que hablen las palabras que vienen del corazón de Dios
(1Pedro 4.11).

Una posicion sabia ante la profecia

¿Qué hacemos con este tipo de situaciones donde la profecía no es 100%


exacta? En el AT vemos que el castigo para los falsos profetas era la
muerte. Esto quiere decir que
DE LA PROFECIA

Agabo debería haber muerto por no cumplir la palabra declarada, sin


embargo vemos que Agabo continuó con su ministerio profético.

La mejor solución es aparentemente considerar que Agabo tuvo una


revelación del Espíritu Santo acerca de lo que le sucedería a Pablo en
Jerusalén, y comunicó una profecía que incluía su propia interpretación (y
algunos errores, como consecuencia, en la precisión de los detalles). Luego,
Lucas registró la profecía de Agabo exactamente y aún los sucesos
posteriores, incluyendo aquellos aspectos de los acontecimientos que
evidenciaban que él estaba ligeramente equivocado en algunos puntos.

El asunto se torna delicado cuando Agabo declara: Esto dice el Espíritu


Santo. ¿Qué debemos hacer en este tipo de situaciones? Para ello podríamos
proponer tres soluciones:

1. Agabo consideraba que su profecía contaba con la divina autoridad en la


palabra declarada y esas pequeñas imprecisiones no son suficientes para
anular esa suposición, puesto que estaba en lo correcto en su mayor parte.
Siendo así, tomaríamos a Agabo como ejemplo de los profetas o ministros
proféticos de este tiempo. En este sentido debemos evitar decir “Esto dice el
Espíritu Santo” cuando está involucrada una interpretación de la palabra
recibida. En estos casos es mejor dejar claro que estamos recibiendo
información del cielo y declarar que la interpretación viene de nuestro
corazón.

2. En segundo lugar, nos damos cuenta que Agabo a pesar de la


imperfección de la declaración continuó ejerciendo su llamado. En este
sentido si cometemos un error debemos corregirlo con formación y
activación de dones, pero no abandonar el llamado.

3. En tercer lugar, la preparación es fundamental para continuar creciendo


en el don, solo es necesario disponer el corazón para que el don no se
apague y podamos ser útiles en la extensión del reino.

Desde una óptica global acerca de la profecía, debemos de hablar la palabra


que Dios nos entrega, no debemos callarla, sino dejar que fluya y produzca
el fruto para lo cual fue enviada. Sin embargo para asegurar que el trabajo
de la labor profética sea correcto, es bueno tomar en cuenta los siguientes
consejos:

la profEcía dEbE ExprEsar la rEvElación dE dios (1Corin

tios 14.29-33). La profecía nos trae la revelación de Dios de una manera


precisa según su propósito para un asunto, situación o la comisión a la que
nos llama. Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen. Y
si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero.
Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y
todos sean exhortados. Y los espíritus de los profetas están sujetos a los
profetas; pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz.

El trabajo en el campo profético es muy delicado, declarar las palabras


exactas de Dios es toda una responsabilidad. Nuestro compromiso es
expresar la revelación de Dios tal como lo está entregando sin agregar ni
quitar nada.

Esta revelación viene de Dios, la entrega a una vasija profética, quien la da


con precisión. En esta revelación hay información privilegiada que viene
del cielo. No es la idea inventar nada, todo Dios lo entrega con exactitud,
así que debemos entregar lo que estamos recibiendo.

la profEcía rEquiErE ordEn (1Corintios 14.29). La idea de hablar por Dios a todos
nos agrada, escuchar la voz del
DE LA PROFECIA

Espíritu Santo se torna emocionante, sin embargo debemos tener orden en


transmitir la revelación a fin de evitar el sensacionalismo y extremismos
dañinos. Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen.
¡Dios ama el orden y aborrece el desorden! Encontrar el punto de equilibrio
es muy importante. El extremismo como profetizar en un éxtasis,
temblando, o hablando lenguas sin control alguno, no es nada bueno para
transmitir la revelación de Dios.

Dentro de este pasaje solo encontramos varias consideraciones que


evidencian que Pablo no consideraba el desorden o desequilibrio que puede
existir en la expresión del don profético. Anotemos algunas ideas:

En primer lugar el profeta no es impedido a hablar contra su voluntad, lo


demuestra el hecho de que él podía suspender su profecía para permitir que
hablara otro (1Corintios 14.30b), el hecho de que parece que el segundo
profeta no rompía a hablar súbitamente sino que indicaba que estaba por
profetizar y luego esperaba que se detuviera el primer profeta (v. 31), y el
hecho de que el Espíritu Santo se sujetaba al profeta de tal manera que éste
pudiera actuar decorosa y ordenadamente (v. 32).

En segundo lugar , el profeta no pierde el dominio de sí mismo ni comienza


violentamente a desvariar, queda claro por el argumento de Pablo en
1Corintios 14.33 cuando dice que el efecto de la operación del Espíritu
Santo en un profeta no es "confusión" (disturbio frenético, del griego
akatastasia), sino paz (v. 33). Además, en el versículo 32 explica en forma
explícita que el profeta conserva en sí mismo el dominio de la situación,
porque el Espíritu Santo se sujeta a él.
En tercer lugar , queda claro que a los oyentes les corresponde evaluar lo
dicho (1Corintios 14.29), de modo que todos aprenderán y serán alentados
por las profecías (v. 31). De esta manera las cosas ordenadas dejarán un
mejor fruto en la expresión de la revelación de Dios.

En cuarto lugar entendemos que el apóstol está recomendando un pleno


control de las emociones y dejar a un lado los extremismos o éxtasis al
expresar las palabras que recibe. Si partimos de que el primer profeta podía
percatarse con alguna señal de que otra persona había recibido una
revelación y esta lista para profetizar (1Corintios 14.30), entonces queda
claro que Pablo da por sentado la plena conciencia del profeta en cuanto a
su entorno, y no lo considera en absoluto como despegado de la realidad.
Esto es así no sólo mientras profetiza, sino también mientras recibe una
revelación, pues el segundo profeta tiene la prudencia de esperar su turno
mientras hablaba otra persona, de manera que puede profetizar "uno por
uno" (1Corintios 14.30-31).

En quinto lugar , la profecía debe ser totalmente entendible y en un


lenguaje que todos comprendan. En 1Corintios 14.3-4 encontramos pruebas
de que las palabras del profeta deben ser totalmente inteligibles, pues habla
a los hombres para edificar, exhortar y consolar (v. 3). El contraste que se
destaca aquí es el hablar en lenguas que nadie entiende (v. 2) por un lado, y
por otro la profecía que los oyentes entienden.

¿Qué se debe producir en una profecía? ¿Qué factores diferencian aquello


que es profecía de lo que no lo es? El NT parece destacar dos factores
esenciales en la profecía:

Primero, una revelación del Espíritu Santo (es decir, el origen mismo de la
profecía). Segundo, la expresión o la comunicación de esa revelación.
Tratamos con un asunto sencillo, Dios habla, nosotros escuchamos y
transmitimos lo que Dios desea que hablemos. El apóstol Pablo declara que
el misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a
DE LA PROFECIA
los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y
profetas por el Espíritu (Efesios 3.5).

Esta revelación del Espíritu es entregado a los hijos de Dios para que sean
comunicado. No estamos diciendo que todo lo que recibimos lo debemos
expresar o comunicar, en algunas ocasiones recibimos información que “no
es comunicable” o en cierto sentido secreta que nos sirve para otros asuntos
del reino de Dios, sin embargo aquí tratamos con la profecía que se
comunica.

Además debemos entender que la profecía difiere de la enseñanza aunque


están fuertemente ligadas. La profecía es la voz misma de Dios para sus
hijos, la enseñanza tiene que ver con la impartición del conocimiento. Están
ligadas en el sentido que la revelación que viene por profecía puede ser
impartida en algún momento por medio de la enseñanza. Para esto son
necesarios los instructores proféticos o los maestros proféticos que enseñan
la palabra bajo una unción profética.

En Hechos 15.32 vemos a Judas y Silas ejerciendo el ministerio profético.


Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y
confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras. El término
“también eran profetas” nos invita a pensar en dos opciones:

1. Además de otros dones, ejercían el don de profecía; 2. Había otros que


operaban en el ministerio profético.

De cualquier forma, Judas y Silas consolaron y confirmaron a los hermanos


con abundancia de palabras. ¿Era todo profecía o también enseñaron
proféticamente? Seguramente Judas y Silas no estaban diciendo a cada
momento, así dice el Señor, sino que se dedicaron hablar conforme a las
palabras que salían del corazón de Dios (1Pedro 4.11).

El equilibrio es necesario

Debido a los malos testimonios muchas personas tiene miedo o aversión al


don profético. Desde que el don de profecía se restauró muchas personas
han ejercido su llamado sin una formación sistemática y la capacitación
adecuada para operar en el don. Algunas personas han sido lastimadas por
profecías que no se han cumplido o que han sido dadas de una forma
incorrecta. Dios nos ha permitido desarrollar UPRE a fin de poner un
adecuado equilibrio en la operación del don.

Para tener un buen equilibrio debemos tomar en cuenta algunos aspectos


importantes. Establezco una lista de preguntas que nos abren puertas a un
buen balance:

¿puEdEn profEtizar todos los crEyEntEs? No solo deben de

profetizar sino deben de operar en el don. Así que, quisiera que todos
vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque mayor es
el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para
que la iglesia reciba edificación (1Corintios 14.5). Profetizar es un
privilegio que todos los santos tenemos. ¡No solo podemos sino debemos
hacerlo!

¿todos tiEnEn pErmiso dE profEtizas? ¡Desde luego! Todos

los hijos de Dios tienen permiso de profetizar siempre y cuando se haga en


orden. En líneas anteriores vimos el orden necesario para profetizar.
Algunas congregaciones tienen un código de ética o un reglamento para
mantener el orden al momento de profetizar. También se usa el término
“presbiterio profético” a las reuniones que se realizan para escuchar la voz
de Dios por medio de un grupo de personas que ejercen el don.

¿podEmos profEtizar En cualquiEr lugar y En cualquiEr


DE LA PROFECIA

momEnto? ¡Somos vasijas de Dios y él nos usará en el momento que


considere necesario! Aunque lo podemos hacer en cualquier momento y en
cualquier lugar, consideramos nuevamente el asunto del orden. Si una
persona esta profetizando y otra tiene una palabra, uno se detiene para que
el otro hable. Regularmente veremos personas profetizando en lugares
públicos, casas, oficinas, donde Dios desee hablar habrá una vasija lista
para ser usada.

¿sE puEdE profEtizar a los nuEvos crEyEntEs y a los

¡El apóstol Pablo establece que sí! Pero si todos profetizan, y


inconvErsos?
entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por todos es
juzgado; lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose
sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está
entre vosotros (1Corintios 14.24-25). La profecía descubre el corazón de los
indoctos o inconversos, de tal manera que la revelación les convence de la
existencia de Dios.

¿la profEcía Es un don tEmporal o pErmanEntE? Como


veremos en lecciones futuras, podemos profetizar bajo tres niveles:

1. Don de profecía.
2. El espíritu de la profecía.
3. Oficio del profeta.

Cualquier persona puede profetizar, pero eso no quiere decir que el don de
profecía esta activo. Cuando la presencia de Dios desciende cualquier
persona puede operar en el don, pero es posible que nunca vuelva hacerlo, o
pasará algún tiempo para que lo vuela a hacer. Sin embargo el que tiene el
don de profecía lo hará con regularidad.

¿puEdE variar El potEncial dEl don dE profEcía? La profecía

de una persona madura en el don es mucho más sólida, profunda,


enriquecedora y exacta. Podríamos hablar de niveles de profecía o el
potencial que trae una palabra profética. Todo depende de la vasija que Dios
use. Usamos en esta lección la profecía de Agabo donde encontramos dos
errores. Aunque puede haber alguna excepción, el peso de importancia, de
información y abundancia varía de la madurez de la persona.

¿dEbEmos procurar, pEdir a dios El don dE profEcía?

¡Podemos pedir la activación de todos los dones espirituales! En especial


debemos procurar profetizar, no es pecado que anhelemos el don y
operemos en él. Al contrario, Dios desea ser escuchado y siempre busca una
vasija para usar. Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que
os escribo son mandamientos del Señor. Mas el que ignora, ignore. Así que,
hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas; pero hágase
todo decentemente y con orden (1Corintios 14.37-40). En este pasaje vemos
como la operación del don está asociado directamente con la madurez de las
personas.

¿cualquiEr pErsona puEdE profEtizar? Todo hijo de Dios sin

importar el sexo, niveles sociales o económico, crecimiento espiritual o


cargos especiales, puede profetizar. La Biblia nos habla de las hija de Felipe
el evangelista como jóvenes mujeres que profetizaban. Incluso la Biblia
habla de que Dios uso un asna para hablar al profeta Balaam. Así que Dios
no tiene preferencias para usar en el don. Lo que sí es importante reconocer
es que entre más formación, conocimiento y activación, tendremos más
posibilidades de ser usados.

¿todas las profEcías son “palabra dE dios”? El apóstol nos


sugiere que las profecías deben ser juzgadas, así como el espíritu de las
vasijas usadas por Dios deben ser probado. Asimismo, los profetas hablen
dos o tres, y los demás juzguen

DE LA PROFECIA

(1Corintios 14.29). Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los


espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el
mundo (1Juan 4.1). ¡No todo lo que escuchamos proviene de Dios! Así que
debemos prepararnos para saber discernir lo correcto y lo que no es de
Dios.

¿quÉ HacEmos con las profEcías? Debemos dar la libertad

total al Espíritu de Dios para hablar, no debemos detener el fluir profético,


más bien debemos analizar la palabra recibida sin menospreciar la profecía
reteniendo lo bueno y desechando lo malo. No apaguéis al Espíritu. No
menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno
(1Tesalonicenses 5.19–21).

¿quÉ HacEmos con las pErsonas quE no profEtizan En ordEn,

En el A.T los falsos profetas eran apedreados y


corrEcta y acErtadamEntE?
muertos. Ahora a las personas se les instruye y capacita. Es correcto tener
una buena organización en las cuestiones proféticas para que las personas
tengan libertad en profetizar y tengamos cuidado de los buenos resultados
de operar en el don. No debemos desechar a las personas que cometen
errores al profetizar, sino debemos entrenarles, capacitarles y activarles para
que hagan un buen trabajo.
¿quÉ cuidados dEbEmos tEnEr con las profEcías prEdictivas y quE Hablan dE accionEs
dEtErminadas? ¡Este es un asunto muy

delicado! Las profecías directivas como cambiar de trabajo o de ciudad,


casamientos, anuncios de embarazos, declaración de nacimientos
anunciando el sexo, deben ser muy bien analizadas por profetas maduros o
por el cuerpo pastoral.

Este tipo de profecías deben ser grabadas o escritas para esperar su


cumplimiento, sin embargo es sano analizarlas muy bien antes de dar por
sentado que son correctas.

¿cómo puEdo sabEr quE la profEcía Es corrEcta? En primer

lugar la profecía predictiva debe cumplirse. Otro tipo de profecías


comúnmente traen información que revelan la legitimidad de la misma,
como es aspectos “secretos” que solo Dios y la personas conocen.

Frecuentemente la profecía trae algunos rasgos especiales como elementos


de la historia pasada, asuntos geográficos, familiares, que certifican que la
palabra viene del corazón de Dios.

El carácter del que profetiza

La profeta Cindy Jacobs hace una lista de lo básico del carácter de una
persona que profetiza. ¿Cuáles son algunas áreas específicas que Dios trata
en la preparación de los que profetizarán? Una de las áreas más importantes
es la integridad. Cindy dice que si el Señor va a confiar sus mensajes a
determinadas personas para darlos a conocer, ellas deben primero ser fieles
en entregarlos en sus palabras.

Por ejemplo, de acuerdo a mi experiencia existen unas pocas áreas en las


que Dios trabaja (y en las cuales trabaja en mí):

n o ExagErar. El profeta debe aprender a hablar sólo lo que Dios le dice y no


más. Una de las tentaciones al profetizar es hacer el mensaje profético más
emocionante, fructífero o dramático de lo que en realidad es. Entiendo que
diferentes personalidades perciben los hechos de maneras diferentes. Por
eso es que Dios me dio a mi esposo Mike; tengo la tendencia de ampliar y
él la de disminuir. Tenemos un buen equilibrio entre los dos.

p untualidad En El compromiso. Tengo que trabajar en esta área debido a que


parezco estar atrasada. He aprendido a no programar más cosas en un
espacio de tiempo de las

DE LA PROFECIA
que puedo cumplir, o no prometer en un día más de lo que físicamente
puedo hacer.

De otra manera, es una falta de integridad que lleva a la frustración en todo.


Si vamos a entender el tiempo de Dios al hablar de lo que hemos oído de Él,
debemos primero aprender a organizar nuestra vida personal. No pretendo
haberlo logrado; sin embargo, trabajo en ello porque la integridad es de
suma importancia.

m antEnEr su palabra. Si la gente no puede confiarle que mantenga una


promesa, ¿cómo pueden confiar en que usted tiene un mensaje de Dios?
Algunas veces durante la noche le pido al Señor que me recuerde si he
olvidado algún compromiso o una promesa hecha a alguien. ¡Acostumbro
colocar en mi mesa de noche notitas dirigidas a mí para que no se me
olviden!

u sar El dinEro apropiadamEntE. Los profetas líderes deberían pagar sus cuentas y
no vivir fuera de sus recursos. Deben tener control del uso del crédito. No
deben solicitar fondos como prerrequisito para entregar un mensaje
profético de Dios. El don de profecía no se puede comprar ni vender, y los
que se dedican a estas actividades caen dentro del camino de Balaam el
vidente (véase Números 22, 24; compárese con Hechos 8.18-23 también
vea Judas 1.11).

d Ecir la palabra pura dE dios. Es posible que el mensaje profético esté


"corrompido", y por ello solo parte de lo que el profeta dice viene de Dios.
Discutiremos la corrupción a través de la actividad generacional
pecaminosa y oculta tanto en este capítulo como en el siguiente.

Existe hoy una buena cantidad de predicadores sensacionalistas que usan la


profecía para dar brillo a su ministerio. Después de retorcerse por unos
momentos, luego de dar unos cuantos brincos y hablar en lenguas alzando
fuertemente la voz, desatan una palabra que suele ser exagerada y sin gran
información que exhorte, consuele o edifique. Esta clase de profecías suelen
no ser grabadas para no dejar evidencia de ellas, de hecho, no es necesario
grabarlas porque no tienen una riqueza digna de ser guardada.

Dios necesita verdaderas vasijas que permitan ser usadas en el campo


profético y que edifiquen a los hijos de Dios de una manera sólida. En
futuras lecciones hablaremos de los elementos del carácter del ministro
profético.

Cindy Jacobs escribe en su libro La Voz de Dios: De acuerdo a Gary Greig,


profesor asociado tanto de hebreo como del AT en la Universidad Regent en
Virginia Beach, Virginia, la palabra presunción en el hebreo de
Deuteronomio 18.20 tiene la connotación de ser orgulloso e insolente en
actitud.

Gary da también los siguientes puntos como diferencia entre los verdaderos
y los falsos profetas en el AT: La diferencia entre ellos no es que los
profetas verdaderos fueran cien por ciento exactos mientras que los falsos
cometieron errores. Los falsos profetas portaban malos frutos y parecían
estar constantemente equivocados.

Los falsos profetas pueden haber sido reconocidos en el pasado como


profetas verdaderos del Señor, pueden haber tenido la reputación de
escuchar al Señor y profetizar adecuadamente en el pasado (1Reyes 13.11-
20).
› Los falsos profetas eran impertinentes, orgullosos e insolentes en su
actitud (Deuteronomio 18.20; 1Reyes 13.22; Jeremías 23; Ezequiel 13).

› Los falsos profetas portaban malos frutos, ya que sus motivos y acciones
eran malignos y animaban al mal y a la desobediencia al Señor (Jeremías
23.10, 11);

DE LA PROFECIA
› Las enseñanzas y vaticinios de los falsos profetas alejaban al pueblo del
Señor (Deuteronomio 13.2; 18.20);

› Los falsos profetas parecían ser constantemente inexactos Los falsos


profetas parecían ser constantemente inexactos 19. Cuando los falsos
profetas eran exactos, sus vaticinios y enseñanzas llevaban al pueblo lejos
de la adoración y obediencia al Dios único (Deuteronomio 13.2; 18.20).

Según Gary, los verdaderos profetas, a diferencia de los falsos, portaban


buen fruto, eran piadosos, humildes, sumisos al Señor y animaban a la
devoción. Sus enseñanzas y vaticinios llevaban al pueblo hacia el Señor y
eran exactos (lo que es el punto de la historia de Micaías en 1Reyes 22.25-
28; Deuteronomio 18.18-22; 1Samuel 3.19).

Esta es una visión global del don de profecía, las siguientes lecciones
abrirán el panorama mucho más y nos prepararán para ser buenos
portadores del don profético y seguramente muchos será bendecidos por ser
vasijas de honra en manos de nuestro Dios.

Dios desea comunicarse con sus hijos, desea expresar su corazón y dar
dirección a nuestra vida para que nos vaya bien y seamos exitosos en lo que
hacemos. Para esto, el Espíritu Santo ha entregado el don de profecía al
cuerpo de Cristo. Todos los hijos de Dios tenemos acceso a este don y es
sumamente necesario en el desarrollo de nuestra vida cristiana.

El apóstol Pablo anima a su hijo Timoteo a mantener el fuego de su llamado


y dejar a un lado el temor. Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del
don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos
ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio (1Timoteo 1.6-7). Este consejo está vigente para
DON DE PROFECIA

muchos que hoy tienen temor de profetizar. Si el Espíritu ha impartido este


precioso y útil don en el cuerpo de Cristo es para que cada uno de los hijos
de Dios seamos beneficiados al operarlo.

Profetizar es hablar las palabras de Dios en el momento que nos es


indicado. Esto no quiere decir que es necesario estar diciendo “así dice el
Señor” escogiendo tiempo y lugar a nuestro antojo. Debemos ser formados
y activados en el don y ser humildes para ser usados por Dios y dar frutos al
operar adecuadamente el don de profecía.

Al recordar la parábola de los talentos nos damos cuenta que Dios nos
entrega la responsabilidad de operar en los dones como entregar uno, dos o
más talentos que debemos usar para engrandecer el reino de mi Padre. Al
hacerlo correctamente, ganaremos la confianza de Dios para acceder a sus
planes y sueños para este tiempo.
38
EL
MINISTRO
PROFÉTICO
Y SU MENSAJE
C
A
P
Í
T
U2
L
O
Entonces respondió Amós y dijo a Amasías: No soy profeta, ni soy hijo de
profeta, sino que soy boyero y recojo higos silvestres. Y Jehová me tomo de
detrás del ganado y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel.
�mos 7.14-15
EL MINISTRO PROFÉTICO Y SU MENSAJE
Escuchando hablar a Dios

Dios ha levantado durante todas las edades personas que oigan su voz y
transmitan sus palabras a otros. Durante años el pueblo del Señor ha
escuchado sus instrucciones y apercibimientos. Su voluntad perfecta ha sido
revelada a través de los siglos y nadie puede negar que desde el cielo ha
descendido a la tierra la voz del Altísimo, el don de profecía y la voz de sus
ministros proféticos han sido los medios.

El Espíritu Santo que ahora habita en el creyente, y la Biblia que nos ha


sido dada para leer cada día, no eliminó la necesidad de escuchar y discernir
la voz profética, ya que trae iluminación a lo que ya ha sido escrito y
clarifica con detalles revelados por Dios sus deseos para la humanidad.

La palabra profética más segura es la Palabra de Dios y a ella debemos


recurrir siempre, conocer esta preciosa palabra, amarla y obedecerla, nos
dará esa vida abundante que nuestro Señor Jesucristo prometió a todos los
que creemos en Él.

Escuchar la voz de Dios a través de un vaso profético implica recibir una


ampliación de su voluntad perfecta con todos los detalles que quiera
entregar de acuerdo a su plan para nuestra vida, familia, ministerio,
congregación, ciudad o nación.

Es una gran responsabilidad transmitir las palabras que vienen del corazón
de Dios, la operación del don de profecía implica madurez, siempre existirá
la oposición de la naturaleza humana para desarrollar un ministerio
profético puro y eficaz. Por experiencia hemos visto que muchas veces, el
Ismael precede al Isaac, la carne trata de producir lo que sólo el espíritu
puede hacer.
Dios trata con sus vasos y permite que pasen su propio proceso de tiempo y
experiencias a fin de desarrollar el llamado y sus dones de una manera
efectiva y poderosa. La preparación es requisito indispensable para servir en
el campo profético.

En ocasiones el Señor permitirá al ministro profético aprender de una


manera dolorosa a fin de llevarle hasta la madurez, de hecho, no tengo
conocimiento de alguien que no haya tenido que quitar sus piedras de
tropiezo del camino antes de comenzar a ser reconocido en el ministerio
profético.

Muchos han intentado en sus fuerzas operar en lo profético, sin embargo la


falta de formación y la poca preparación en conocimiento no permiten un
avance sustentable que deje buenos resultados. Más bien ha sido al
contrario, lamentablemente han dejado una mala huella que provoca
aversión a todo lo que suene como “profético”.

¿A quien se le da el titulo de Profeta?

El término hebreo nabi, traducido “profeta”, derivado de la raíz naba que


significa: anunciar, dar voces o proclamar, figura 309 veces en el AT,
aplicada en diversos pasajes para expresar que alguien recibía el título de
profeta. Por consiguiente, un nabi era reconocido como un portavoz que
pronunciaba palabras bajo el poder inspirador del Espíritu de Dios.
EL MINISTRO PROFÉTICO Y SU MENSAJE
Ahora pues devuelve su mujer a su marido; porque es profeta (Génesis
20.7).
Jehová dijo a Moisés: Mira yo te he constituido dios para Faraón y tu
hermano Aarón será tu profeta (Éxodo 7.1).

Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomo un pandero en su mano y


todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas (Éxodo
15.20).

Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis
palabras en su boca y él les hablará todo lo que yo le mandare
(Deuteronomio 18.18).
Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de
Lapidot (Jueces 4.4).

También se reconocía al profeta con el nombre de vidente. Antiguamente en


Israel cualquiera que iba a consultar a Dios, decía así: Venid y vamos al
VIDENTE; porque al que hoy se llama PROFETA entonces se le llamaba
vidente (1Samuel 9.9).

Vidente se entiende como el “hombre que ve”, bajo el argumento de las


visiones o lo natural que significa para él ver el mundo espiritual; el profeta
recibe, sueños, visiones y revelaciones que lo capacitan para transmitir las
realidades espirituales al pueblo de Dios. Algunos estudiosos de la Biblia
piensan que el vidente tenía un nivel profético mayor al de otros profetas.

El término hebreo Ro’eh indica una habilidad especial para ver el reino
espiritual y prever los acontecimientos futuros. El profeta vidente no era
engañado por la apariencia de las cosas, sino que las podía ver desde la
perspectiva de Dios mismo.

Cuando hablamos de un profeta vidente no tratamos con una persona que


tiene visiones o sueños solamente, sino de una persona que tiene una
profundidad y anchura en el conocimiento del campo espiritual. De hecho
muchos hijos de Dios pueden tener sueños y visiones operando el don de
ciencia, pero esto no dice que son profetas videntes.

También se llegó a conocer e identificar a los profetas como “varón de


Dios”, término que reconocía que el Señor les había levantado y había
evidencia en sus vidas que Él estaba con ellos de una manera especial y
poderosa, sin importar su estatus social, eran reconocidos como sus siervos.
Cuando Eliseo, el “varón de Dios”, oyó que el rey había rasgado sus
vestidos, envió a decir al rey: ¿Por qué has rasgado tus vestidos? Venga
ahora a mí y “sabrá que hay profeta” en Israel (2Reyes 5.8).

Por supuesto que el oficio del profeta del AT es muy similar al del NT
revelando el corazón de Dios al mundo. Una diferencia sustancial son los
frutos y el reconocimiento del pueblo de Dios al llamado. En el AT los
profetas eran llamados directamente por Dios y eran reconocidos por el
cumplimiento de la profecía y el testimonio de su llamado. El falso profeta
debería ser muerto a causa de usurpar un lugar y un cargo al que no había
sido llamado.

Hoy en día, algunas personas se auto-titulan como profetas y su nivel dista


mucho de la jerarquía de un profeta del AT porque la palabra que declaran
no lleva regularmente el mismo peso.

El profeta de hoy debe estar sujeto a declarar la palabra revelada de acuerdo


a la palabra escrita, la Biblia, de tal manera que no puede aumentar o quitar
a lo que está escrito. Aunque esto no es una limitante, si es correcto que el
profeta de hoy debe de pesar su palabra con las Sagradas Escrituras.
EL MINISTRO PROFÉTICO Y SU MENSAJE
El mensaje del profeta

Su mensaje se relaciona constantemente con sucesos y circunstancias


presentes, de orden político, social o religioso. Todo suceso es visto como
parte de la acción de Dios en la historia y es el motivo que el profeta no
puede dejar de referirse al futuro para anunciar lo que Dios hará, inducir a
la acción y certificar su mensaje.

El mensaje del verdadero profeta proclama la justicia y condena la


injusticia, apercibe de los juicios de Dios por la desobediencia e idolatría y
llama al pueblo a arrepentirse y convertirse al Señor de todo corazón, les
suplica volverse y reconciliarse con Él. Habló Samuel a toda la Casa de
Israel diciendo: Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad los
dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros y preparad vuestro corazón a
Jehová y sólo a él servid y os librará de la mano de los filisteos (1Samuel
7.3).

El mensaje del profeta confronta la manera ligera de vivir del pueblo del
pacto y lo incita a mejorar sus caminos y sus obras, le apercibe cuando ve
venir la espada a fin de que nadie sea cortado y perezca para siempre. Vino
a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, habla a los hijos de tu
pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la
tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por atalaya, y él viere
venir la espada sobre la tierra, y tocare trompeta y avisare al pueblo
(Ezequiel 33.1-3). Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la
trompeta y el pueblo no se apercibiere y viniendo la espada hiriere de él a
alguno, éste fue tomado a causa de su pecado, pero demandaré su sangre de
mano del atalaya (Ezequiel 33.6).

Dios ha elegido la voz profética para ser ese atalaya en medio de su pueblo.
No podemos callar cuando tenemos que apercibir y librar al que está bajo el
juicio de Dios a causa de sus pecados.

Muchos profetas hoy en día no comprenden el alcance tan profundo y


terrible de no obedecer la voz de Dios y hablar a tiempo al que está en esta
condición, puede ser un individuo, Iglesia, ciudad o nación completa.
¡Tenemos que hablar o un día daremos cuentas de nuestra negligencia y lo
lamentaremos en gran manera!

La voluntad del Señor, no es la muerte del impío, sino que se vuelva de su


mal camino y que viva. Dios es misericordioso y siempre dará una
oportunidad al que está en pecado, de arrepentirse, pero el atalaya (el
profeta) es el instrumento, su voz para llamar a su pueblo a volverse a él.
Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío,
sino que se vuelva el impío de su camino y que viva. Volveos, volveos de
vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel? (Ezequiel
33.11).

Cuando comprendemos la responsabilidad tan grande que el profeta-atalaya


tiene de parte de Dios en la comisión de exhortar para que ninguno se
pierda o sea cortado por la espada de juicio del Señor antes de su tiempo,
nos sentiremos con un peso enorme sobre nuestros hombros, temblaremos
de pensar que alguien vaya al infierno porque no cumplimos con este
apercibimiento.

El mensaje del primer gran profeta del NT no fue nada sencillo, su mensaje
era un llamado urgente a arrepentirse y dejar sus malos caminos, líderes
religiosos fueron confrontados en grande manera y eso le costó a Juan el
Bautista que le cortaran la cabeza. Desde entonces comenzó Jesús a
predicar y a decir: Arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado
(Mateo 4.17).
EL MINISTRO PROFÉTICO Y SU MENSAJE
Entonces estamos hablando de ministros de Dios que no solamente están
tratando de dar una palabra de predicción, sino su mensaje es dar a conocer
el corazón de Dios para sus hijos a fin de edificarlos y llevarlos a un
crecimiento continuo.

El mensaje del profeta y el trato de Dios con el antes de entregarlo

En ocasiones entregar un mensaje profético no es tan sencillo como se


pudiera suponer, analicemos algunos ejemplos, para una mejor comprensión
de las situaciones personales que acontecen al vaso profético antes de
entregar esa palabra.

› balaam. Dios se le opuso en el camino y un ángel estuvo a punto de matarlo


antes que se le permitiera entregar la palabra de bendición al pueblo de Dios
a causa de su ambición egoísta, queriendo sacar provecho de su oficio
profético (Números 22.31-35).

› zacarías. Tiene una gran visión y encuentro con un ángel con el cual
conversa y le confirma el nacimiento de un hijo en su vejez y la de su
esposa. Quedo mudo a causa de su incredulidad y recupero su voz solo al
cumplimiento de lo anunciado por el ángel. Entonces pudo profetizar con
fluidez lo que Dios le entregó para compartir acerca del niño con su pueblo
(Lucas 1.8-13,18-20, 57-80).

› osEas. Dios le pide casarse con una prostituta y traerla de regreso a casa
cuando se iba con sus amantes, de esta manera su mensaje fue entregado al
pueblo de Dios habiendo experimentado en él mismo el menosprecio de su
amor por esa mujer ramera, dando a entender con esto al pueblo del Señor
que aunque ellos eran infieles, él los buscaría siempre porque su amor y
fidelidad son eternos (Oseas 1.1-3; 3.1-5).
› EzEquiEl. Dios permite que muera su mujer repentinamente y le indica que
no debe llorarla ni pasar por los ritos funerarios acostumbrados, sino que
debía soportar ese dolor y transmitir a los futuros cautivos lo que a ellos
también les sucedería cuando fueran transportados a Babilonia, no habría
manera, ni tiempo tampoco de llorar a sus muertos (Ezequiel 24.15-24).

› Jonás. Al entregar el Señor a este profeta su mensaje para la ciudad de


Nínive, él decide huir, pues no quería llevar ese aviso de apercibimiento y
ultimátum de parte del Señor a ellos, ya que eran un pueblo muy cruel y a
los suyos habían maltratado. Dios tuvo que permitir que pasara tres días con
sus noches dentro de la panza de un gran pez, para tratar con su corazón y
entonces estuvo dispuesto a ir a Nínive y dar a esa gran ciudad con su
mensaje profético una oportunidad de arrepentimiento (Jonás 1.1-3, 17;
2.1,10; 3.1-5).

› JErEmías. Ya no quería hablar las palabras del Señor ni entregar su mensaje


profético al rey y al pueblo a causa que le eran afrenta y le causaban
grandes problemas, Dios tuvo que permitir pruebas muy duras a su vida, le
manifestó su fidelidad y le mantuvo activo.

Dios trata con el vaso profético de una manera íntima para asegurar que lo
que está recibiendo será entregado de la manera adecuada. Dios crea una
convicción a través del trato íntimo, se asegura que hemos entendido
adecuadamente su propósito y que entregaremos el mensaje como lo
recibimos.

Por otro lado, Dios desea que seamos impactados y que conozcamos su
corazón de una manera íntima. Antes de entregar el mensaje recibido
debemos de sentir lo que Dios siente y entender sus planes y sueños, para
esto usa momento especiales que nos muestra lo que Él es.
EL MINISTRO PROFÉTICO Y SU MENSAJE

Dios transfiere su corazon a su pueblo a traves de la relacion con el


profeta

Si alguien debe conocer el corazón de Dios es el ministro profético. Esa


íntima relación con el Espíritu Santo le permite conocer los secretos,
anhelos, sueños de Dios, de tal manera que puede expresar lo que sucede en
lo profundo de su corazón. Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que
revele su secreto a sus siervos los profetas (Amos 3.7).

› El profeta es una persona que tiene una estrecha relación con Dios, ya que
se convierte en su confidente. Al estar tan cerca de Dios, en esta comunión
tan intensa, el profeta simpatiza con Él en todos sentidos.
› Como el profeta entiende mejor que nadie, los propósitos, voluntad y
deseos de Dios para con su pueblo, experimenta las mismas reacciones
emocionales que Él siente. En otras palabras, no sólo escucha la voz de
Dios, sino que siente lo que siente su corazón.

› Al igual que Dios, el profeta ama profundamente a su pueblo y se lamenta


por él cuando sufre. El profeta quiere lo mejor para ellos, por eso sus
mensajes no solo incluyen exhortaciones y advertencias, sino palabras de
amor, consuelo, esperanza y restauración.

› Procura el supremo bien del pueblo, por lo tanto advierte contra el confiar
en otras cosas tales como la sabiduría humana, las riquezas, el poder u otros
dioses.

› Exhorta constantemente al pueblo a vivir conforme a la palabra del Señor


y sus pactos a fin de recibir todas las promesas que la contienen.

› Tiene una profunda sensibilidad hacia el pecado y la maldad, aborrece la


crueldad, el delito, la inmoralidad, la injusticia y considera un verdadero
desastre la ligereza del pueblo en su manera liviana de vivir.

› Anima al pueblo a vivir en santidad y apartados del mundo y sus


tentaciones, se esfuerza por estimularle a guardar sus corazones de toda
contaminación y obedecer sinceramente la palabra de Dios.

› Tiene una visión clara del futuro y todo lo por venir, de manera que trata
de proteger al pueblo de Dios que no caiga en los engaños del enemigo ni
escuche a los falsos maestros y profetas, ni mucho menos se desvíe a esos
caminos llenos de falsedad.

› Llama continuamente al pueblo al arrepentimiento intentando librarlo de


una muerte espiritual segura, comparte el mensaje de ánimo y restauración,
invitando a su pueblo a buscarle en todo tiempo a fin de ver cumplida cada
promesa de la palabra de Dios en ellos.

¡Dios tratará con la vasija profética para que sea formada a su imagen!
El que vea al ministro profético deberá estar viendo a Dios mismo. Cuando
alguien no permite ser formado por Dios en la intimidad, no podrá entender
asuntos íntimos de Dios.

El propósito de la profecía es enseñarnos el testimonio de Jesús


(Apocalipsis 19.10), es decir, por medio de la palabra profética
conoceremos el corazón de Jesús, sus sueños, planes y propósitos para
nuestra vida.
EL MINISTRO PROFÉTICO Y SU MENSAJE

El Profeta recibe en ocasiones el mensaje acompañado de experiencias


sobrenaturales

En muchas ocasiones veremos a Dios hablando acompañado de


experiencias que viene a través de un éxtasis o manifestación espiritual a fin
de confirmar la veracidad de la palabra que recibe. Yo estaba en el Espíritu
en el día del Señor y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que
decía: Yo soy el Alfa y Omega, el primero y el último. Escribe en un libro
lo que ves y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna,
Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea (Apocalipsis 1.10-11).

El apóstol Juan, se encontraba en destierro por causa de la Palabra del


Señor en la Isla de Patmos cuando recibió la revelación que deja plasmada
en el último libro de la Biblia (Apocalipsis 1.10-17). Este es un resumen de
toda la revelación recibida al momento que está escuchando la voz de Dios.

1. Escuchó una gran voz como de trompeta.


2. Debía escribir en un libro todo lo que vería.
3. Vio una gran visión del Señor y su gloria.
4. Cuando le vio cayó como muerto a sus pies.
5. Recibió el mensaje para las siete Iglesias de Asia.
6. Debía escribir las cosas que había visto, las que eran y serían después
7. Primero tendría que escribirlo antes de transmitirlo al pueblo de Dios.

Esta experiencia de Juan deja claro que Dios certifica la palabra que está
desatando con una experiencia única que asegura que no el apóstol no tenga
duda alguna de la veracidad de la información recibida, además de que el
mensaje es completo y ampliado por medio la experiencia sobrenatural. De
la misma manera, Daniel el profeta recibe información privilegiada por
medio de la palabra y de la experiencia sobrenatural recibida. En el año
tercero de Ciro rey de Persia fue revelada palabra a Daniel llamado
Beltsasar; y la palabra era verdadera y el conflicto grande; pero él
comprendió la palabra y tuvo inteligencia en la visión (Daniel 10.1).

Daniel se encuentra a la orilla del gran río Hidekel donde tiene una
experiencia extraordinaria (Daniel 10.1-21). La resumimos de esta manera.

1. Tuvo una gran visión del Señor y su gloria.


2. No le quedaron fuerzas, ni vigor alguno, desfallecía.
3. Oyó el sonido de sus palabras.
4. Cayó en profundo sueño, con su rostro a tierra.
5. Una mano le toco, logro ponerse en pie temblando.
6. Le dijo que estuviera atento a las palabras que le hablaría.
7. Le entregó el mensaje para los días por venir.

¡Estas experiencias no han terminado! Dios es el mismo de ayer, de hoy y


de siempre. Si entregó estas revelaciones acompañadas de manifestaciones
de este tipo, hoy nosotros como sus hijos también las podemos recibir.

El profeta Isaías recibe una experiencia similar. Visión de Isaías hijo de


Amós, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén en días de Usías, Jotam, Acaz
y Ezequías, reyes de Judá (Isaías 1.1).

Al profeta Isaías se le mostraron varias visiones en diferentes tiempos de


los reinados de los reyes mencionados, acompañadas de los mensajes
proféticos que debía compartir al pueblo (Isaías 6.1-13).

› Vio al Señor sentado sobre un trono alto y sublime y sus faldas llenaban el
templo.
EL MINISTRO PROFÉTICO Y SU MENSAJE
› Vio serafines, daban voces diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los
ejércitos, toda la tierra está llena de su gloria.
› Voló hacia él uno de los serafines teniendo en su mano un carbón
encendido y toco sus labios y limpio su pecado y quito su culpa.

› Escuchó la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré y quién irá por
nosotros?

› Respondió, heme aquí, envíame a mí.


› Recibió el mensaje profético para el pueblo.

› Hubo un tiempo para proclamar su mensaje y hacer conforme a él.

Ezequiel fue transportado en el espíritu y se le mostró las abominaciones


que se hacían dentro del templo en Jerusalén. También le mostró su juicio y
experimentó la llegada de los verdugos, así como el momento en que la
gloria de Dios abandonó el templo. Y miré y he aquí una figura que parecía
de hombre; desde sus lomos para abajo, fuego; y desde sus lomos para
arriba parecía resplandor, el aspecto de bronce refulgente (Ezequiel 8.3).

1. La figura extendió su mano y lo tomó de las guedejas de su cabeza.


2. Le alzó entre el cielo y la tierra y lo llevó en visiones a Jerusalén.
3. Ahí estaba la gloria de Dios en su santo templo. 4. Le mostró las grandes
abominaciones que la casa de Israel hacía ahí.
5. Vio llegar a los verdugos de la ciudad para destruir a los culpables.

6. Escuchaba y veía el accionar de querubines y seres angelicales muy


especiales, obedeciendo instrucciones de Dios.

7. Se le entregó el mensaje que debía ser profetizado a los príncipes.

Debemos aceptar y declarar que como hijos del Dios inmutable tenemos
toda la posibilidad de tener estas experiencias espirituales a fin de confirmar
la palabra enviada por Dios a nuestros corazones.

El profeta entrega en ocasiones su mensaje confirmado con señales

Entonces Jehová dijo a Moisés: El corazón de Faraón está endurecido y no


quiere dejar ir al pueblo. Ve por la mañana a Faraón, he aquí que él sale al
río; y tú ponte a la ribera delante de él y toma en tu mano la vara que se
volvió culebra, Y dile; Jehová el Dios de los hebreos, me ha enviado a ti,
diciendo: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto; y he aquí
que hasta ahora no has querido oír. Así ha dicho Jehová: En esto conocerás
que yo soy Jehová: he aquí yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el
agua que está en el río y se convertirá en sangre (Éxodo 7.14-17).

Con esta y otras señales, Moisés estuvo entregando su mensaje a Faraón, de


parte del Señor. ¡¡Deja ir a mi pueblo!! Vez tras vez llegaron diversas plagas
sobre Egipto a fin de confirmar la voluntad de Dios y rendir el corazón
obstinado a la obediencia a su mandato.

Y Josué dijo a los hijos de Israel: Acercaos y escuchad las palabras de


Jehová vuestro Dios. Y añadió Josué: En esto conoceréis que el Dios
viviente está en medio de vosotros, y que él echará de delante de vosotros al
cananeo, al heteo, al
EL MINISTRO PROFÉTICO Y SU MENSAJE

heveo, al ferezeo, al gergeseo, al amorreo y al jebuseo. He aquí, el arca del


pacto del Señor de toda la tierra pasará delante de vosotros en medio del
Jordán. Tomad, pues, ahora doce hombres de las tribus de Israel, uno de
cada tribu. Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el
arca de Jehová, Señor de toda la tierra, se asienten en las aguas del Jordán,
las aguas del Jordán se dividirán; porque las aguas que vienen de arriba se
detendrán en un montón (Josué 3.9-13).

El Señor comenzó a engrandecer a Josué delante del pueblo de Israel, para


que conocieran que Dios estaba con él, les dio señal y detuvo las aguas del
caudaloso río Jordán, a fin de que cruzaran sin mayor peligro para ellos,
confirmando así su mensaje. ¡Dios estaría con ellos en la conquista de
Canaán y les haría poseer esa tierra echando fuera de ella a todos sus
enemigos!

Sin este tipo de señales de parte del Señor al pueblo de Israel, se le


dificultaba creer que podían conquistar esa tierra, Dios les proveyó de
mucha palabra profética y muchas “señales” a fin de hacerlos crecer en su
fe.
Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su
cabeza y lo besó y le dijo; ¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su
pueblo Israel? Hoy después que te hayas apartado de mí, hallarás dos
hombres junto al sepulcro de Raquel, en el territorio de Benjamin, en Selsa,
los cuales te dirán: Las asnas que habías ido a buscar se han hallado; tu
padre ha dejado ya de inquietarse por las asnas y esta afligido por vosotros,
diciendo: ¿Qué haré acerca de mi hijo? Y luego que de allí sigas más
adelante, y llegues a la encina de Tabor, te saldrán al encuentro tres
hombres que suben a Dios en Bet-el, llevando uno tres cabritos, otro tres
tortas de pan y el tercero una vasija de vino; Los cuales, luego que te hayan
saludado, te darán dos panes, los que tomarás de mano de ellos. Después de
esto, llegarás al collado de Dios donde está la guarnición de los filisteos; y
cuando entres allá en la ciudad encontrarás una compañía de profetas que
descienden del lugar alto, y delante de ellos salterío, pandero, flauta y arpa
y ellos profetizando. Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con
poder y profetizarás con ellos y serás mudado en otro hombre. Y cuando te
hayan sucedido estas “señales”, haz lo que te viniere a la mano, porque
Dios está contigo (1Samuel 10.1-7).

Dios confirmó el mensaje y ungimiento de Saúl como futuro rey de Israel,


con señales, las que se fueron cumpliendo una a una a la vez que Saúl
obedeció las instrucciones recibidas.

Esta palabra y las acciones que debía realizar el profeta Samuel, no eran
nada sencillas, pues antes de recibirlas no había sido ungido rey alguno para
gobernar al pueblo de Israel, para Saúl el cumplimiento de cada una de las
“señales” que vivió, avivo fuertemente su fe y preparo su corazón para el
momento de ser levantado delante del pueblo como su rey.

He aquí que un varón de Dios por palabra de Jehová vino de Judá a Bet-el;
y estando Jeroboam junto al altar para quemar incienso, Aquél clamó contra
el altar por palabra de Jehová y dijo: Altar, altar, así ha dicho Jehová: He
aquí que a la casa de David nacerá un hijo llamado Josías, el cual sacrificará
sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman sobre ti incienso y
sobre ti quemarán huesos de hombres. Y aquél mismo día dio una señal,
diciendo: Esta es la “señal” de que Jehová ha hablado; he aquí que el altar
se quebrará y la ceniza que sobre el está se derramará. Y el altar se rompió
y se derramó la ceniza del altar, conforme a la “señal” que el varón de Dios
había dado por palabra de Jehová (1Reyes 13.1-3, 5).
EL MINISTRO PROFÉTICO Y SU MENSAJE
El mensaje del profeta cumple un proposito especifico
1. EntrEga la promEsa dE la provisión dEdios(consolación)

Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no


escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová
haga llover sobre la faz de la tierra. Entonces ella fue e hizo como le dijo
Elías; y comió él y ella, y su casa, muchos días. Y la harina de la tinaja no
escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová
había dicho por Elías (1Reyes 17.14-16).

2. EntrEga la promEsa dE salvación dE los EnEmigos (consolación)

Por tanto así dice Jehová acerca del rey de Asiria: No entrará en esta
ciudad, ni echará saeta en ella; ni vendrá delante de ella con escudo, ni
levantará contra ella baluarte. Por el mismo camino que vino volverá y no
entrará en esta ciudad, dice Jehová. Porque yo ampararé esta ciudad para
salvarla, por amor a mí mismo y por amor a David mi siervo (2Reyes
19.32-34).

3. confirma la voluntad dE dios al prEsEntE (dirEcción)

Pero vino palabra de Jehová a Semaías varón de Dios, diciendo: Habla a


Roboam hijo de Salomón, rey de Judá y a toda la casa de Judá y de
Benjamín y a los demás del pueblo, diciendo: Así ha dicho Jehová: No
vayáis, ni peleéis contra vuestros hermanos los hijos de Israel; volveos cada
uno a su casa, porque esto lo he hecho yo. Y ellos oyeron la palabra de Dios
y volvieron y se fueron, conforme a la palabra de Jehová (1Reyes 12.22-
24).

4. confirma la voluntad dE dios a futuro (dirEcción)

Aconteció que morando David en su casa, dijo David al profeta Natán: He


aquí yo habito en casa de cedro y el arca del pacto de Jehová debajo de
cortinas. Y Natán dijo a David: Haz todo lo que está en tu corazón porque
Dios está contigo. En aquella misma noche vino palabra de Dios a Natán
diciendo: Ve y di a David mi siervo: Así ha dicho Jehová: Tú no me
edificarás casa en que habite.

Y cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré
descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos y afirmaré su reino. Él
me edificará casa y yo confirmaré su trono eternamente (1Crónicas 17.1-
4,11-12).

5. confirma Juicio dEdios(rEvEla su voluntad al prEsEntE y al futuro)

En aquel tiempo Abías hijo de Jeroboam cayó enfermo. Y dijo Jeroboam a


su mujer: Levántate ahora y disfrázate, para que no te conozcan que eres la
mujer de Jeroboam y ve a Silo; porque allá está el profeta Ahías, el que me
dijo que yo había de ser rey sobre este pueblo. Y toma en tu mano diez
panes y tortas y una vasija de miel, y ve a él, para que te declare lo que ha
de ser de este niño. Y la mujer de Jeroboam lo hizo así; y se levantó y fue a
Silo, y vino a casa de Ahías. Y ya no podía ver Ahías, porque sus ojos se
habían oscurecido a causa de su vejez.

Cuando Ahías oyó el sonido de sus pies, al entrar ella por la puerta, dijo:
Entra, mujer de Jeroboam ¿Por qué te finges otra? He aquí yo soy enviado a
ti con revelación dura.

Y tú levántate y vete a tu casa; y al poner tu pie en la ciudad, morirá el niño.

Y Jehová levantará para si un rey sobre Israel, el cual destruirá la casa de


Jeroboam en este día; y lo hará ahora mismo (1Reyes 14.1-4, 6, 12,14, 16-
17).
EL MINISTRO PROFÉTICO Y SU MENSAJE

Y él entregará a Israel por los pecados de Jeroboam, el cual pecó y ha hecho


pecar a Israel. Entonces la mujer de Jeroboam se levantó y se marchó y vino
a Tirsa; y entrando ella por el umbral de la casa, el niño murió (1Reyes
14.16-17).

6. rEvEla conocimiEnto acErca dE sucEsos futuros (dirEcción)


En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía. Y
levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu,
que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en
tiempo de Claudio. Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que
tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea;
o cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y
de Saulo (Hechos 11.27-30).

7. rEvEla llamados y ministErios (dirEcción)

Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros:


Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se
había criado junto con Herodes el tetrarca y Saulo. Ministrando éstos al
Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo
para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les
impusieron las manos y los despidieron (Hechos 13.1-3).

El mensaje del profeta pasa por la certificacion del pueblo de Dios

› El mensaje es escuchado con atención, a fin de pesar, valorar y juzgar la


voz de Dios y su toque a los oyentes. El apóstol Pablo nos anima a juzgar la
palabra: Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen
(1Corintios 14.29).

› Es grabado a fin de no olvidar ninguna palabra contenida en el mensaje y


evitar confusión al futuro de lo expresado por el profeta. El ministro
profético puede entregar mensajes con diferentes características, algunos de
ellos pueden llevar mucha información valiosa que normalmente no se
almacena tan rápidamente en nuestra mente y corazón, lo mejor es
escribirlo para analizarlo detenidamente. Es escrito, pasado al papel, a fin
de tenerlo a la mano para leerlo cuantas veces sea necesario para su
escudriñamiento.

› Es juzgado por otros profetas que escuchen o lean el mensaje del Señor
expresado por el ministro profético. Si el mensaje no es de fácil
entendimiento o interpretación, debe ser juzgado por otros ministros
proféticos maduros o con mayor experiencia.
› Es pasado por el cedazo de la Biblia a fin de confirmar que la Palabra
concuerda y no la contradice. Sabemos que nadie debe añadir o quitar nada
de la palabra de Dios. Toda palabra que sale del corazón de Dios debe ser
analizada y juzgada con la palabra profética más segura, la Biblia (2Pedro
1.19).

› El mensaje es confirmado por otros ministros proféticos o líderes de la


Iglesia, tiene que estar de acuerdo a lo que Dios ya les ha hablado o
expresado a ellos también. Cuando es un mensaje fresco o nuevo
seguramente traerá ingredientes que aseguran que viene de parte de Dios.

› Es analizado, escudriñado, amplia y cuidadosamente a fin de extraer su


contenido, organizarlo, ordenarlo y transmitirlo para obedecer sus
demandas o dar continuidad a lo expresado por Dios.

El liderazgo debe estar comprometido para impulsar lo profético de la


manera correcta. De ninguna manera
EL MINISTRO PROFÉTICO Y SU MENSAJE

debemos parar el mover profético por temor a recibir una palabra incorrecta
o falsa. Debemos equipar al pueblo de Dios en conocimiento y unción para
asegurar que el río profético fluya correctamente.

Es muy delicado entregar un mensaje profético y no podemos usar el


término “así dice el Señor”, sin asegurarnos que Él está hablando a través
nuestro. Dios juzga severamente al falso profeta por hacer confiar en
mentira al oyente que recibe la profecía expresada como proveniente de su
corazón, las consecuencias de expresar algo falso pueden ser a futuro un
verdadero problema, muchas veces difícil de resolver.

La profecía es importante porque sin ella el pueblo se desenfrena, pero


como ministros proféticos debemos ser aprobados y mantenernos en una
excelente comunión con el Espíritu Santo a fin de escucharle lo mejor
posible cuando quiera usarnos para ser de bendición a su pueblo.

El profeta está vinculado al corazón de Dios de una manera tan íntima que
podrá “escuchar” sus pensamientos más íntimos y “sentir” lo que él siente,
de tal manera que su vida misma es la expresión de Dios para su pueblo.
Vivir para Dios y para su pueblo, debe ser la meta de cada ministro
profético, ser a la imagen de Cristo y ser la imagen visible del Dios
invisible debería ser el sueño de cada ministro profético.

Si deseamos verdaderamente ser vasijas proféticas usadas adecuadamente


para extender el reino de Dios en la tierra, nos preocuparemos de conocer
íntimamente su corazón. Para pensar como Dios, debemos de estar en su
presencia y conocerle por medio de la oración y la lectura de su Palabra.
Esto requiere una fuerte inversión de tiempo, esfuerzo y finanzas. Debemos
ser buenos administradores para dedicar todo lo necesario en conocer el
corazón de nuestro Dios y ser buenos transmisores de sus sueños.
LA
RESPONSABILIDAD
DEL MINISTRO
PROFÉTICO
C
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Y he hablado a los profetas y aumenté la profecía y por medio de los
profetas usé parábolas.
�seas 12.10

DEL MINISTRO PROFÉTICO


La diferencia entre lo verdadero y lo falso

El mensaje profético puede poner al descubierto el estado del corazón de


una persona, ofrecer fortaleza, consuelo, aliento, o advertencias y juicio. El
mensaje de un ministro profético no es infalible y la profecía que declara
debe ser confirmada, valorada y recibir el sello de autenticidad de parte de
los que juzgan al ministro y su profecía (la Biblia, la Iglesia, su liderazgo,
otros profetas).

Toda profecía verdadera que ha venido de Dios, expresa su corazón y


afirma su voluntad en la vida de sus hijos. Nadie puede decir "así dice el
Señor" hablando de su propio corazón, sin ser juzgado como un falso
profeta. El mismo Señor Jesucristo, profeta de profetas, cuando estuvo en la
tierra apercibió de muchas maneras a la Iglesia naciente, que una señal de
los últimos tiempos, sería la manifestación de los falsos maestros que
vendrían a declarar enseñanzas de su corazón.

Hoy en día muchos falsos profetas han salido por el mundo, con el espíritu
del anticristo, con el único afán de perturbar, distraer, confundir y llevar por
caminos ajenos a la verdad, a la Iglesia del Señor. Doctrinas falsas han
surgido por doquier, la Iglesia está siendo gravemente afectada por ellas,
reina la confusión y la verdad pareciera que se empaña a causa del avance
del enemigo con sus palabras engañosas y sutiles.
Estos falsos profetas trabajan intensamente atrayendo a muchos creyentes a
sus trampas teológicas. Están operando dentro de la misma Iglesia y
algunos tienen reconocimiento de ser ministros proféticos genuinos.
Debemos ser astutos y verificar que lo genuino funcione y evitar los abusos
que dejan una huella de dolor en los hijos de Dios.

Una piedra preciosa a simple vista puede parecer auténtica, pero al


analizarla resulta falsa, así debemos analizar la palabra del que enseña y
profetiza en el nombre del Señor, para asegurar que es auténtico lo que
transmite de parte de Dios. Los verdaderos ministros proféticos deben
levantar su voz como nunca y apercibir al pueblo en contra de todo lo falso
que el enemigo quiera introducir.

El Señor Jesucristo nos instruyó para reconocer a los verdaderos profetas y


distinguirlos de los falsos. El escritor de la carta a los Hebreos declara: Pero
el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por
el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal
(Hebreos 5.14). Debemos estar ejercitados en los dones para poder discernir
el bien del mal, de la profecía correcta y de la incorrecta.

No es la idea crear una casería de brujas y ser extremistas al evaluar el


mensaje y la vasija profética, sin embargo, debemos establecer mecanismos
que nos permitan tener cuidado de lo que se está entregando al pueblo de
Dios. La Universidad Profética Redime está diseñada para darnos las
herramientas necesarias para llevar lo profético en la dimensión correcta y
fluir adecuadamente en los dones espirituales.

DEL MINISTRO PROFÉTICO


El espiritu del profeta se prueba para conocer si es Dios hablando
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios;
porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el
Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en
carne, es de Dios; Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido
en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros
habéis oído que viene y que ahora ya está en el mundo (1Juan 4.1-3).

Estos falsos ministros proféticos proclamarán mensajes aparentemente


conforme a la Palabra de Dios y de elevadas normas de justicia,
aparentando una preocupación verdadera y sincera por la obra y el reino de
Dios, por fuera tendrán una apariencia de piedad, pero por dentro serán
lobos rapaces esperando la oportunidad para dar el zarpazo y destruir la
Iglesia del Señor y apartar a los hijos de Dios de la verdad. Porque se
levantarán falsos Cristos y falsos profetas y harán señales y prodigios, para
engañar, si fuese posible, aun a los escogidos (Marcos 13.22).

Este tipo de falsos profetas, estarán operando en medio de los hijos de Dios,
su mensaje tendrá mucho éxito y las señales que harán atraerá a muchos
prosélitos, pero en lo espiritual ellos son vasijas de deshora en manos del
enemigo para traer destrucción.

La Iglesia del Señor debe estar alerta y reconocer las señales de los tiempos,
identificar probando el espíritu del profeta a los que son de Dios y no darles
entrada a la Iglesia. Muchos se preguntan ¿cómo identifico al verdadero
profeta y su mensaje, cómo se que viene de parte de Dios? Esta es la
manera en que debemos hacerlo: Amados, no creáis a todo espíritu, sino
probad los espíritus si son de Dios (1Juan 4.1).

No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino
el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán
en aquél día: Señor, ¿no profetizamos en tu nombre y en tu nombre
echamos fuera demonios y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de
maldad (Mateo 7.21-23).

Es terrible que muchos ministros proféticos son vasijas del diablo para
perturbar al cuerpo de Cristo. ¡Como hijos de Dios debemos tener cuidado a
quien escuchamos! Recordamos un proverbio popular: “No todo lo que
brilla es oro”. Así es el mensaje profético, algunas veces el mensaje sonará
como verdadero, pero los ingredientes del mensaje nos deben descubrir que
es falso. El asunto es saber cómo evaluar la palabra para discernirlo
correctamente y ayudar a la vasija profética a alinearse al corazón de Dios.

Aunque todos los hijos de Dios somos responsables del fluir profético
correcto, el liderazgo tiene un mayor peso de responsabilidad al respecto. El
antídoto es el equipamiento en conocimiento y unción. Conoceréis la
verdad, y la verdad os hará libres (Juan 8.32), el equipamiento en
conocimiento nos permite conocer la verdad y el fluir correcto. La unción
es el poder mismo de Dios en nosotros que nos permite tener los dones
espirituales activados para discernir lo verdadero de lo falso.

Dios respalda la palabra que sale de la boca de los profetas


Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como

DEL MINISTRO PROFÉTICO

tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le


mandaré. Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi
nombre, yo le pediré cuenta. El profeta que tuviere la presunción de hablar
palabra en mi nombre, a quién yo no le haya mandado hablar, o que hablare
en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá. Y si dijeres en tu corazón:
¿Cómo reconoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?; Si el profeta
hablare en nombre de Jehová y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere,
es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta;
no tengas temor de él (Deuteronomio 18.18-22).

La palabra o mensaje del profeta que ha venido del corazón de Dios,


edifica, exhorta, consuela, guía al creyente a hacer la voluntad del Señor y
coloca un fuerte fundamento espiritual en su vida, de manera que su espíritu
se inclina cada día más a la obediencia a Dios.

Pero si el profeta aconseja rebelión o distrae al pueblo, perturbándole y


alejándole de la verdadera adoración al Señor, se le debe reconocer como un
falso profeta y no recibir sus palabras como de parte de Dios.

Tomó pues, el capitán de la guardia a Jeremías y le dijo: Jehová tu Dios


habló este mal contra este lugar; y lo ha traído y hecho Jehová según lo
había dicho; porque pecasteis contra Jehová y no oísteis su voz, por eso os
ha venido esto. Y ahora yo te he soltado hoy de las cadenas que tenías en
tus manos. Si te parece bien venir conmigo a Babilonia, ven y yo velaré por
ti; pero si no te parece bien venir conmigo a Babilonia, déjalo. Mira, toda la
tierra está delante de ti; ve a donde mejor y más cómodo te parezca ir
(Jeremías 40.2-4).

Toda palabra que el Señor habló por medio del profeta Jeremías, se cumplió
fielmente, los juicios anunciados previamente tuvieron lugar sobre las
personas y las ciudades.

El rey Nabucodonosor le da la libertad al profeta Jeremías cuando ya estaba


siendo transportado juntamente con el resto del pueblo de Jerusalén a
Babilonia, reconociendo su manto profético y entendiendo que por consejo
de Dios instruyó al pueblo a someterse a su señorío para que les fuera bien.

¡Dios permite testigos que den testimonio que su palabra se cumple!

He visto personas decepcionadas del campo profético porque un profeta


habló palabras que nunca se cumplieron. Esto daña la imagen de los
verdaderos profetas. En UPRE estamos preocupados y ocupados para
cambiar la mala imagen y retomar el camino correcto de los verdaderos
ministros proféticos.

Es necesario establecer un código de ética entre los profetas de este tiempo


donde aseguremos que al abrir la boca será para bendecir al cuerpo de
Cristo de una manera sólida, que la huella que dejemos sea de bendición y
no de maldición.
El profeta que no habla por Dios, sus palabras producen confusion

Y vino palabra de Jehová a Jeremías diciendo: Envía a decir a todos los


cautivos: Así ha dicho Jehová de Semaías de Nehelam: Porque os profetizó
Semaías y yo no lo envié y os hizo confiar en mentira; por tanto, así ha
dicho Jehová: He aquí que yo castigaré a Semaías de Nehelam y a su
descendencia; no tendrá varón que more entre este pueblo, ni verá el bien
que haré yo a mi pueblo, dice Jehová; porque contra Jehová ha hablado
rebelión (Jeremías 29.30-32).

El pueblo del Señor había sido llevado cautivo a Babilonia a causa de su


persistente infidelidad a Dios, por más de

DEL MINISTRO PROFÉTICO

doscientos años habían sido apercibidos por los profetas de esas épocas, del
juicio inminente que vendría si no se apartaban de toda idolatría y volvían
su corazón a Dios.

El juicio llegó porque el arrepentimiento no tuvo lugar en sus corazones,


pero muchos pensaban que el Señor los sacaría de esa condición en poco
tiempo. Dios envía su palabra profética a Jeremías para su pueblo y le
entrega instrucciones, confirmando el tiempo de su cautiverio en la tierra
adonde habían sido transportados.

Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, a todos los de la


cautividad que hice transportar de Jerusalén a Babilonia: Edificad casas y
habitadlas; y plantad huertos y comed del fruto de ellos. Casaos y
engendrad hijos e hijas; dad mujeres a vuestros hijos y dad maridos a
vuestras hijas; para que tengan hijos e hijas; y multiplicaos ahí y no os
disminuyáis. Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar y
rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz. Porque así
ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No os engañen vuestros
profetas que están entre vosotros, ni vuestros adivinos; ni atendáis a los
sueños que soñáis. Porque falsamente os profetizan ellos en mi nombre; no
los envié, ha dicho Jehová. Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se
cumplan los setenta años, yo os visitaré y despertaré sobre vosotros mi
buena palabra, para haceros volver a este lugar (Jeremías 29.4-10).

Los profetas como Semaías estaban profetizando lo contrario que Jeremías


al pueblo en el exilio, haciendo así confiar su corazón en sus mentiras y
causándoles grande confusión.

Cuando se cumplieron los setenta años, Dios visitó a su pueblo y les hizo
transportar de regreso a su tierra, despertando el espíritu de Ciro, rey de
Babilonia, y de Darío y Artajerjes, sus sucesores.

Conforme a la palabra hablada por el profeta Jeremías (Esdras 6.14).

Más después que nuestros padres provocaron a ira al Dios de los cielos, él
los entregó en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, caldeo, el cual
destruyó esta casa y llevó cautivo al pueblo a Babilonia. Pero en el año
primero de Ciro, rey de Babilonia, el mismo rey Ciro dio orden para que
esta casa de Dios fuese reedificada (Esdras 5.12-13).

Estando el pueblo ocupado en esta reedificación varios años después bajo el


gobierno de Nehemías, enviado por el rey Artajerjes a Jerusalén, la
oposición del enemigo intentó hacer cesar la obra a través de una palabra
profética falsa, pero Nehemías discernió el espíritu engañoso y perverso de
su mensajero.

Vine luego a casa de Semaías hijo de Delaía, hijo de Mehetabel, porque él


estaba encerrado; el cual me dijo: Reunámonos en la casa de Dios, dentro
del templo, porque vienen para matarte; si, esta noche vendrán a matarte.
Entonces dije: ¿Un hombre como yo ha de huir? ¿Y quién, que fuera como
yo, entraría al templo para salvarse la vida? No entraré. Y entendí que Dios
no lo había enviado, sino que hablaba aquella profecía contra mí porque
Tobías y Sanbalat lo habían sobornado. Porque fue sobornado para hacerme
temer así y que pecase y les sirviera de mal nombre con que fuera yo
infamado. Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de Sanbalat, conforme a estas
cosas que hicieron; también acuérdate de Noadías profetisa y de los otros
profetas que procuraban infundirme miedo (Nehemías 6.10-14).

Los falsos profetas, usados por satanás, intentarán infundir miedo a través
de sus profecías engañosas y perversas o sus palabras distorsionadas. No
solo crea temor sino confusión para ir por una dirección contraria a la
prosperidad que Dios envía.

DEL MINISTRO PROFÉTICO

No guardemos silencio cuando él Rey de reyes quiere comunicarse. Es un


gran privilegio ser sus voceros. Hablemos sus palabras y edifiquemos a su
pueblo. Más tengamos mucho cuidado y pongamos guarda a nuestra boca,
cuando el Señor calla y no está hablando.

Responsabilidades del ministro profetico al declarar el mensaje

El ministro profético tiene grandes responsabilidades al proclamar la


palabra profética que Dios le da para ser ministrada. Jesús nos enseñó esta
parte diciendo: Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que
me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de
hablar (Juan 12.49).

¡Dios nos entrega la palabra que hemos de hablar!

Este sometimiento a Dios es el que va a bendecir al cuerpo de Cristo, hablar


lo que Dios desea que hablemos es lo que traerá verdadero fruto.
¿Cuáles son nuestras responsabilidades?
Oír a diOs y transmitir sOlO lO que él quiere decir

Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los


profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan
visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová (Jeremías 23.16).

Esta debe ser nuestra pasión como ministros proféticos, solo trasmitir lo que
él quiere decir. No podemos añadir ni quitar nada a lo que él desea entregar
a sus hijos.

He visto personas que ponen de “su cosecha” a las palabras que Dios está
entregando. Al final la palabra que viene del corazón de Dios es
contaminada por “palabras humanas” y el impacto que Dios desea hacer es
minimizado por la intervención equivocada de la persona.

Permitir al señOr exPresar su cOrazón a través de nOsOtrOs

Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis
palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. Mas a
cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le
pediré cuenta. El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi
nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de
dioses ajenos, el tal profeta morirá. Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo
conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?; si el profeta hablare en
nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra
que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas
temor de él (Deuteronomio 18.18-22).

Dios desea expresar sus deseos, sueños, anhelos, y para esto usa los
ministros proféticos.

Somos sus sentidos en la tierra, él expresa su mirada a través de nosotros,


su voz a través de nuestra boca, el toque de su poder a través de nuestras
manos.

¡Somos la imagen visible del Dios invisible!


escuchar cOn atención y hablar cOn Precisión
Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio y oyó su palabra?
¿Quién estuvo atento a su palabra y la oyó? (Jeremías 23.18).

Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a
mi pueblo, y lo habrían hecho volver de

DEL MINISTRO PROFÉTICO


su mal camino y de la maldad de sus obras (Jeremías 23.22). Dice Jehová:
He aquí yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen: Él
ha dicho (Jeremías 23.31).

Hay tres cosas que debemos entender sobre las cuales debemos poner
atención. Sintonizarnos con Dios, escuchar con atención y hablar lo que
escuchamos.

Escuchar la voz de Dios no es nada sencillo, necesitamos tiempo para


sintonizarnos y saber discernir su voz para hablar lo que Él desea que
hablemos.

Es muy fácil añadir o quitar a la información que Él desea que


transmitamos.
Necesitamos hablar con precisión, es decir, hablar exactamente lo que Dios
desea que hablemos.
hablar sOlO cuandO debemOs de hablar y callar cuandO debemOs callar

No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos
profetizaban (Jeremías 23.21).
¡No solo es hablar, sino hacerlo en el momento indicado!
Frecuentemente Dios nos entrega información para entregarla no en el
momento que la recibimos, sino en tiempos posteriores.

Por esto, es conveniente encontrar la sintonía con Dios para discernir el


momento adecuado para entregar el mensaje en el tiempo y lugar
adecuados.

entregar la PrOfecía sin agregar “ así dice JehOvá”

Mas si dijereis: Profecía de Jehová; por eso Jehová dice así: Porque dijisteis
esta palabra, Profecía de Jehová, habiendo yo enviado a deciros: No digáis:
Profecía de Jehová (Jeremías 23.38).

Frecuentemente Dios nos entrega un mensaje al cual le queremos agregar el


“así dice el Señor”, pretendiendo con esto darle consistencia la mensaje, sin
embargo esto no es necesario.

Cuando entregamos el mensaje con fidelidad, quedará entendido que es la


voz de Dios y no será necesario agregar la frase “así dice el Señor” para
dejar claro que la información viene del corazón de Dios.

Hablar por Dios y ser su vocero(a) en la tierra es una enorme


responsabilidad. Somos vistos como embajadores del cielo en la tierra.
Tanto el Padre desea mostrar el corazón a sus hijos, como ellos desean
escucharle hablar.

Podemos ser mucho más productivos en el campo profético cuando nos


preocupamos por una formación completa. Podemos ver en la historia como
muchas personas llamadas “falsos profetas” fueron reprendidos a causa de
sus errores al expresar la voz de Dios.

Durante siglos Dios ha usado a sus profetas para comunicarse con la


humanidad, la palabra profética ha sido enviada para edificar a los hombres,
consolarles, exhortarles, manifestar la voluntad plena del Padre sobre vidas,
familias, naciones. Esto no ha cambiado, Dios sigue usando vasijas
proféticas en este tiempo, si deseamos ser parte de este ejército debemos ser
formados, equipados, activados y enviados a fluir en el río profético.
Aunque es una gran responsabilidad hablar por Dios, de ninguna manera
debemos tener temor de hacerlo. Tanto la revelación como el crecimiento es
progresivo, las habilidades y herramientas vienen en la medida que somos
capacitados.

DEL MINISTRO PROFÉTICO

“Saber más, para ser más”, en la medida que somos capacitados tendremos
mayores herramientas para ser usados por Dios de una manera efectiva a
favor del reino de Dios.
EL
ESPIRITU
DEL MINISTRO
PROFÉTICO
C
A
P
Í
T
U4
L
O
Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina.
�ito 2.1

Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los
santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
2�edro 1.21

Cada uno, según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos
administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable
conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al
poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a
quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
1�edro 4.10-11

EL ESPIRITU
Comunicando el mensaje de Dios

Hablar por Dios y expresar sus palabras, deseos, pensamientos y voluntad


nunca ha sido una tarea sencilla para los ministros proféticos. El vaso
profético que el Señor usa para comunicarse requiere ser preparado para
escuchar su voz con claridad y transmitir exactamente lo que él quiere decir.
Cualquiera que tenga la presunción de querer hablar por Dios sin realmente
haberle escuchado, sufrirá un severo castigo y juicio divino a causa de su
impulsividad.

¿Cómo entonces podemos comunicar a otros su mensaje? ¿De qué manera


podemos estar seguros que es Dios a quién estamos escuchando? ¿Estamos
seguros que estamos expresando sus palabras? Hay varias maneras seguras
de oír a Dios y transmitir su mensaje con veracidad, lo más importante es
mantener en nuestro corazón su temor, reverencia a su santidad y honrarle
con nuestra obediencia.

Hoy día por doquier se levantan “profetas” diciendo “así dice el Señor”. Y
pareciera que quieren arrebatarse la palabra unos a otros para llenar su
corazón de orgullo y vanidad. ¡Nada más lejos de la verdad! Dios está
levantando una generación de ministros proféticos de acuerdo a su corazón
que no solo que puedan comunicar correctamente la palabra sino que son la
imagen misma de Jesús. ¡Como es él somos nosotros en este mundo! (1Juan
4.17).

Dios se ha comunicado y se comunicará a través de aquellos vasos


proféticos que de corazón desean reverenciar su nombre y ser un
instrumento de su amor, entregando a otros sus palabras para confirmar su
voluntad, con sencillez y sin tanto alarde de ser reconocidos como profetas.

El ministerio profético no es para competir, es una oportunidad de servir a


Cristo y una responsabilidad de expresar las palabras de Dios
correctamente.

El que escucha tiene el privilegio de entregar un mensaje de parte de Dios,


el que recibe la palabra, tiene el compromiso de discernir su voluntad y con
fe disponer el corazón para accionar de acuerdo a lo expresado por el Señor
a su propia vida. En el transcurso de los siglos podemos verificar que Dios
habló y su palabra se cumplió en el tiempo que debía cumplirse, así
hubieran pasado años, ¡se cumple su palabra!

Hoy Dios se sigue comunicando y expresando a los hombres sus palabras,


él dice y él hará, su palabra no regresa vacía, hace para lo cual ha sido
enviada. Lo más importante es obedecer sus demandas y no ignorar su
voluntad. Dentro de todo el paquete profético, uno de los principios básicos
es el espíritu del profeta. Nos estamos refiriendo a la actitud,
comportamiento, forma de vida, compromiso, la forma en que el ministro
profético vive y se desarrolla en este mundo.

Jesús vino a mostrar al Padre, nosotros estamos aquí para mostrar la misma
imagen de Dios. Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre
conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Felipe le dijo:
Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo

EL ESPIRITU

hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha


visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
(Juan 14.6-9).

Este pasaje muestra el desafío de este ejército profético. El que veía a Jesús
podía ver al Padre, el conocía a Jesús podía conocer al Padre. El que ve a un
ministro profético debe estar viendo la misma imagen de Dios. El que
conoce a un profeta está conociendo el corazón de Dios.

El espiritu del profeta comunica e imparte la vida de Dios

Sin profecía el pueblo se desenfrena; más el que guarda la ley es


bienaventurado (Proverbios 29.18). Aquí la palabra “profecía” (hebreo
jazon) significa “revelación”. Cuando no hay revelación clara ni
declaración vigorosa de la voluntad y las normas de Dios, el pueblo pierde
sus convicciones, desecha sus restricciones morales y posteriormente
perece.

La voluntad revelada de Dios y sus justas exigencias como se expresan en


las Escrituras se deben mantener reiteradamente delante de la congregación
o muchos comenzarán a conformarse al mundo y a quebrantar su ley
(Tomado de la Biblia de Estudio Vida Plena, comentario Página 875).
La voluntad manifestada de Dios en su palabra es que no cese de ser
entregada a su pueblo la palabra profética, ya que la falta de revelación
traerá graves resultados en la consagración y tarde que temprano el espíritu
dejara de recibir esa vida que él sopla a través de la voz profética.

Pablo compara el apagar el Espíritu, con el desprecio y rechazo de las


manifestaciones sobrenaturales tales como la profecía. No apaguéis al
Espíritu. No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo
bueno (1Tesalonicenses 5.19-21). Reprimir y rechazar el uso correcto y
ordenado de la profecía u otros dones espirituales dará como resultado la
pérdida de toda manifestación del Espíritu entre los creyentes.

Cuando la profecía proviene del cielo la voz de Dios se hace presente para
expresarse a sí mismo. Claro que el mensaje de Dios debe ser analizado y
pasado por el cedazo de la palabra de Dios para saber que proviene del
cielo.

La responsabilidad del profeta es servir de instrumento y vaso profético, el


compromiso del que escucha y recibe la profecía es de juzgarla, examinarla
a la luz de la palabra, confirmarla, creer en ella y avanzar en fe. Dios dice:
Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y
seréis prosperados (2Crónicas 20.20).

En este pasaje hay dos palabras que debemos entender: Seguros y


prosperados. Estas dos palabras declaran el fruto que produce una palabra
que proviene del cielo. Seguro es estar firme, tener las garantías de que todo
funcionará bien. Prospero quiere decir que Dios nos da la habilidad creativa
de producir.

El espíritu del profeta debe de producir vida en las personas, la vida de


Cristo es manifestada por medio de la activación del poder creativo que
echa fuera la pobreza y miseria de las personas para traer el bien de Dios.

El poder de la palabra profética es el mismo poder expresado por Dios en el


Génesis cuando seis declaraciones hicieron este mundo que conocemos.
Este poder creativo esta en el mismo corazón de Dios y es expresado por
medio de la voz profética.
Dios usará la boca de una vasija para hablar de nuevo esas palabras que
generan vida.
Porque como desciende de

EL ESPIRITU

los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la
hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,
así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que
hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié (Isaías
55.10-11). ¡La palabra hará todo para lo que fue enviada!

El espiritu del profeta está ligado al Espiritu de Dios

Todo lo que está por suceder, Dios lo sacará a luz a través de su pueblo
profético, nada queda en oculto, él quiere que su pueblo esté preparado para
todo tipo de acontecimientos que en el cielo ya se preparan para descender
y manifestarse en la tierra. Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que
revele su secreto a sus siervos los profetas. Si el león ruge, ¿quién no
temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará? (Amós 3.7-8).

El ministro profético es el instrumento que Dios usa para transmitir sus


secretos y revelarlos a su pueblo.

El ministro profético no puede ni debe hablar de su propio corazón, sino


está ligado totalmente al Espíritu de Dios, todo lo que recibe proviene del
Padre.

El Espíritu es la fuente divina que entrega el mensaje al espíritu del profeta,


desde ahí el mensaje sale como un sueño, visión, revelación, palabra
profética, para ser entregada a quien debe recibirla.

Ya que en ocasiones lo que Dios habla se cumple de inmediato, y en otras


veces se cumple con el tiempo dependiendo del tipo de mensaje profético,
puede surgir la duda o la incredulidad de que cuando el mensaje es
predictivo se cumplirá. Es aquí donde entra el espíritu del profeta, ya que su
integridad dará veracidad a la palabra declarada.

Desde el año trece de Josías hijo de Amón, rey de Judá, hasta este día, que
son veintitrés años, ha venido a mi palabra de Jehová y he hablado desde
temprano y sin cesar; pero no oísteis. Y envió Jehová a vosotros todos sus
siervos los profetas, enviándoles desde temprano y sin cesar; pero no
oísteis, ni inclinasteis vuestro oído para escuchar (Jeremías 25.3-4).

Y vino a mi palabra de Jehová diciendo: Hijo de hombre, he aquí que los de


la casa de Israel dicen: La visión que éste ve es para de aquí a muchos días,
para lejanos tiempos profetiza éste. Diles por tanto: Así ha dicho Jehová el
Señor: No se tardará más ninguna de mis palabras, sino que la palabra que
yo hable se cumplirá, dice Jehová el Señor (Ezequiel 12.26-28).

El Señor por veintitrés años había estado enviando una palabra profética de
exhortación a su pueblo a convertirse de todo corazón y dejar la idolatría
para evitar el juicio que vendría a través de Nabucodonosor, pero el pueblo
no quiso escuchar ni arrepentirse.

Dios envía un ultimátum, ya no se tardaría el cumplimiento de toda


profecía, sino que el juicio y su ruina ya eran inminentes. Serían entregados
en manos de los caldeos y llevados cautivos por 70 años. Y cuando sean
cumplidos los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a aquella nación
por su maldad, ha dicho Jehová y a la tierra de los caldeos y la convertiré en
desiertos para siempre (Jeremías 25.12).

Dios revela a sus profetas lo que hará y en ocasiones, da a conocer el


tiempo de cumplimiento. Es importante interpretar correctamente la
profecía en todo lo expresado,
EL ESPIRITU
de manera que cuidemos el tiempo que nos refleja y como Daniel, preparar
el camino para su cumplimiento.

En el año primero de Darío, hijo de Asuero, de la nación de los medos, que


vino a ser rey sobre el reino de los caldeos, en el año primero de su reinado,
yo Daniel mire atentamente en los libros el número de los años de que
habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse las desolaciones
de Jerusalén en setenta años. Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole
en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza (Daniel 9.1-3).

Los setenta años de cautiverio en Babilonia, que Dios había decretado como
juicio a la nación de Israel por su infidelidad, estaban a punto de concluir y
el profeta Daniel no espero pasivamente que la libertad y el retorno de los
exiliados vinieran.

Daniel manifiesta su anhelo por el regreso a Jerusalén e inicia un clamor y


oración intercesora poderosa, reconoce su grandeza, y grande misericordia
y le recuerda la promesa hecha 70 años atrás a través de la profecía
entregada al profeta Jeremías que les permitiría regresar.

Para recibir respuesta a una promesa hecha por Dios a nuestras vidas se
requiere creer lo que el Señor ha expresado y en el tiempo manifestado
hacer lo que el Espíritu Santo nos dirija en esa estrategia que activará el
brazo poderoso del Señor a nuestro favor.

No es la voluntad del Señor que su pueblo sea tomado desprevenido en un


momento donde él va a manifestar un “grande milagro” o “grande
bendición” o “juicio”, su deseo es preparar a sus hijos para lo que él hará.
En el AT los reyes y el pueblo en general tenían una confianza plena en la
palabra que salía de la boca de los profetas verdaderos porque sabían que
hablaban por el Espíritu. Isaías dijo: El Espíritu de Jehová el Señor está
sobre mí (Isaías 61.1); Ezequiel declaró: entró el Espíritu en mí (Ezequiel
2.2). Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté (Jueces 11.29); Y el Espíritu
de Jehová vino sobre Sansón (Jueces 14.6). Esta lista puede ser muy larga
demostrando como el espíritu del profeta está ligado al Espíritu de Dios
para injertar el mensaje de Dios.

Al nacer Juan el Bautista, Dios toma a su padre Zacarías para profetizar y


expresar a su pueblo la gran bendición que ya estaba por manifestarse.

El advenimiento del tan anhelado Mesías profetizado por años y varios


profetas, ya había llegado el tiempo de traer gran salvación y Juan su hijo
prepararía su camino. Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado;
Porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos;
Para dar conocimiento de salvación a su pueblo, para perdón de sus pecados
(Lucas 1.76-77). El acontecimiento más importante de la historia de la
humanidad hasta nuestros días fue anunciado por muchos profetas aún 600
años antes de su manifestación. Dios levantaría a Jesús como el profeta de
profetas, como nuestro ejemplo a seguir como ministros proféticos: ¡Para
dar conocimiento! Este es nuestro desafío, dar a conocer el conocimiento de
Dios a sus hijos.

La palabra expresada por Dios, anuncia lo que está por venir, prepara el
corazón, genera fe y confianza para su cumplimiento. Simeón y Ana
esperaron por muchos años el cumplimiento de estas palabras proféticas
que anunciaron varios profetas con relación al nacimiento del Salvador, su
paciencia y fe fue recompensada y sus ojos no se cerraron hasta que vieron
a Jesús para bendecirle.

Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón y este hombre,


justo y piadoso, esperaba la consolación de
EL ESPIRITU

Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el
Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor.
Y movido por el espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño
Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, él le
tomó en sus brazos y bendijo a Dios, diciendo; Ahora, Señor, despides a tu
siervo en paz, conforme a tu palabra; Porque han visto mis ojos tu
salvación, La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; Luz
para revelación a los gentiles, y gloria de tu pueblo Israel (Lucas 2.25-32).

Las profecías anunciadas por los profetas de Dios, se han cumplido


fielmente una a una, ninguna palabra del Señor ha caído a tierra. Los
profetas han anunciado, proclamado, declarado y manifestado a la
humanidad lo que Dios hará.

Las profecías que anuncian el retorno del Señor Jesucristo a la tierra para
levantar a su novia y las señales declaradas ya están en proceso de
cumplimiento, Dios está apercibiendo a su pueblo para que se prepare.
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán
primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado,
seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor
en el aire, y así estaremos siempre con el Señor (1Tesalonicenses 4.16-17).

Su voz se está dejando escuchar a través del ejército de profetas que se está
levantando y aún se levantará, él no quiere que nadie deje de proceder al
genuino arrepentimiento, hay un pueblo que está preparando su venida y el
arrebatamiento de su iglesia. ¡Somos sus instrumentos, estamos viviendo
los últimos tiempos, cumplamos la comisión encomendada!

¿Podemos adelantar el cumplimiento de las profecías?

Cuando las promesas de Dios están condicionadas al cumplimiento de


algunos hechos, la profecía anuncia lo que se tiene que cumplir para que lo
que Dios desea entregar llegue a nuestras manos.

Nosotros podemos adelantar el cumplimiento de la promesa cuando a través


de la voz profética entendemos las condiciones para el cumplimiento y
hacemos lo que Dios nos exige.

El profeta no manipula el mensaje de Dios.

La conducta del profeta debe ser intachable, irreprensible, es la misma


imagen de Jesús, como si el mismo Dios estuviera hablando, manifiesta la
naturaleza de Dios en todos sentidos. El ministro profético no necesita
manipular el mensaje que debe transmitir, su responsabilidad es hablar solo
que está recibiendo.

Un creyente quedó muy confundido cuando un ministro profético estaba


hablando de finanzas. En uno de los puntos del mensaje, el ministro
profético dijo que había que sembrar en buena tierra y que si Dios tocaba a
alguien para sembrar en ese momento, él era buena tierra.

El ministro profético estaba manipulando el mensaje de prosperidad


conduciendo a las personas a sembrar en él.

Las emociones de la congregación fueron tocadas para desprenderse de sus


bienes y engrosar los bolsillos del predicador. Algunos creyentes fueron
lastimados y se sintieron ofendidos por la manipulación del mensaje.

Cuando escuché este testimonio me pregunté: ¿Realmente Dios estaba en


medio del asunto o era la avaricia del predicador? El Espíritu me guió a
recordar decenas de pasajes de
EL ESPIRITU

Jesús, y no encontré nada similar en las Escrituras. Hice lo mismo con los
apóstoles y me di cuenta que ellos tampoco hicieron algo así.

El mensaje de Dios no es para manipular al pueblo de Dios. El espíritu del


ministro profético debe manifestar la misma conducta de Jesús, la
naturaleza de Dios es vista en cada una de sus acciones.

Dios le dio indicaciones a un profeta joven para realizar una tarea profética.
Un profeta viejo se llenó de celos cuando vio como el profeta joven había
sido enviado a aquella comisión especial y con malicia manipuló la palabra
profética para seducir al profeta joven. Al final la desobediencia e
inexperiencia le costó la vida (1Reyes 13). Es un peligro latente para los
ministros proféticos la manipulación del mensaje recibido.

Un pastor muy molesto me comentó que invitó a un ministro profético a dar


una conferencia. Durante la ministración encontró un miembro inconforme
con algunas cosas de la congregación.

La “palabra de sabiduría” del predicador motivó al creyente a cambiar de


congregación en lugar de sanar su corazón y ejecutar el perdón. Por
supuesto que el creyente terminó en la congregación donde el preciador
pastoreaba.

Dios prometió que en los postreros tiempos sus hijos e hijas profetizarían,
Él está levantando un pueblo profético en todas las naciones, somos
llamados a profetizar en estos últimos tiempos de la humanidad y debemos
tomar conciencia que nuestras palabras tienen que ser las palabras de Dios,
la carne tiene que morir para que el espíritu sea vivificado.

La palabra profética trae vida a su pueblo y a todo aquél que la escucha,


trae dirección, revelación, consolación y en
DON DE PROFECIA
ocasiones apercibimiento de parte del Señor para guardarnos de pecar y
caer bajo la influencia del enemigo.

Es imprescindible que el profeta tenga la conducta y el carácter de Dios en


todos sentidos. Si tengo todos los dones proféticos pero no manifiesto el
amor de Dios nada soy (1Corintios 13.1). La manifestación de Dios en la
vida del creyente es expresado en sus acciones en el púlpito y en todo lo
que realiza.

¡Somos embajadores del cielo en la tierra!


92
TODOS

PUEDEN
PROFETIZAR
C
A
P
Í
T
U5
L
O
Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y
todos sean exhortados.
1�orintios 14.31
PROFETIZAR
¡Asi dice el Señor!

En tiempo atrás había mucha ignorancia en el cuerpo de Cristo con respecto


a la profecía y a las vasijas proféticas. Hoy día el liderazgo se ha abierto a la
necesidad de escuchar a Dios. No es raro escuchar que en diferentes
congregaciones se deja oír “así dice el Señor”.

En realidad todos podemos profetizar según 1Corintios 14.31. Así que


vemos que la habilidad de profetizar no es algo exclusivo. Es una función
normal de cualquier creyente que utilice su fe. Tampoco la profecía está
limitada a espacios o reuniones especiales, sino que todos podemos hacerlo
en el momento que el Espíritu Santo desee usarnos como vasijas proféticas.

Aunque no todos somos profetas, si podemos escuchar la voz de Dios y


transmitirla. No es necesario tener el don de profecía para ser usados por
Dios para traer una palabra en un momento dado. Entendemos por las
escrituras que existen tres formas por las cuales Dios puede hablar a sus
hijos.

1. A través del oficio del profeta.


2. Por medio del don de profecía.
3. En momentos donde se manifiesta el espíritu de la profecía o una unción
profética generalizada. Estas tres formas están a disposición del cuerpo de
Cristo, somos llamados a tener estas experiencias en algún momento de
nuestra vida y debemos prepararnos para ser usados por Dios en el
momento que él lo decida. Cuando profetizamos estamos revelando el
corazón de Dios para sus hijos, sus anhelos, sueños, voluntad, a través de la
voz profética tenemos consolación, exhortación y edificación (1Corintios
14.3).

El profetizar revela la presencia y la gloria de Dios con palabras que


iluminan y abren nuestro entendimiento. Estas comunicaciones de Dios
vienen a través del Espíritu de Dios que mora en nosotros.
¿Por qué el apóstol Pablo nos pide que anhelemos profetizar? Seguid el
amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis
(1Corintios 14.1). Creo que esta orden proviene del Padre porque hay
propósitos grandes: Pero el que profetiza habla a los hombres para
edificación, exhortación y consolación (1Corintios 14.3).

El fin es que debemos ser edificados, exhortados y consolados. Dios desea


que escuchemos su voz, la manifestación profética de los profetas antiguos
y de la Iglesia primitiva es también para este tiempo.

El siguiente pasaje nos dará mucha luz al respecto.

Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las


naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y
estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. Y
estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos
estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en
nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos, elamitas, y los que
habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia,
PROFETIZAR

en el Ponto y en Asia, en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de


Africa más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como
prosélitos, cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las
maravillas de Dios. Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a
otros: ¿Qué quiere decir esto? Mas otros, burlándose, decían: Están llenos
de mosto.

En primer lugar vemos a Dios irrumpiendo en medio de las personas


reunidas en el aposento alto. El poder de Dios desató la unción profética.
Las personas escuchaban a los discípulos hablar en “otras lenguas” que
ellos entendían a la perfección porque era el idioma que hablaban.

¡Dios decidió que la gente escuchara su voz!

¿Por qué estaban atónitos y maravillados? ¡Porque estaban oyendo hablar a


Dios! Estas personas testificaban diciendo: les oímos hablar en nuestras
lenguas las maravillas de Dios. ¡No eran palabras de sabiduría humana! Era
Dios mismo testificando de sus maravillas!

Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere


decir esto? ¡No entendían lo que sucedía! Solo sabían que aquello era
extraordinario. Aquello fue un imán para atraerlos hacia la presencia de
Dios. ¿Cuál fue el siguiente paso? ¡Pedro aprovechó el hecho para
“introducirlos” al reino!

Mientras que a unos se les había abierto el entendimiento y estaban atónitos


oyendo las maravillas de Dios, otros seguían con su mente entenebrecida y
se burlaron de lo que humanamente estaban “viendo” y decían: Están llenos
de mosto, ¡están borrachos!

El evento fue provocado por Dios porque tenía un propósito, manifestar su


gloria y salvar aquella multitud. Esto es lo mismo que explica el apóstol
Pablo a los corintios.

Si, pues, toda la iglesia se reúne en un solo lugar, y todos hablan en lenguas,
y entran indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos? Pero si todos
profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por
todos es juzgado; lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así,
postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente
Dios está entre vosotros (1Corintios 14.23-25).

¡Observemos el consejo del apóstol Pablo!

Cuando estamos en la manifestación profética algunos dirán ¡están locos!,


es lo mismo que decían en el día de pentecostés ¡están borrachos!, sin
embargo Dios abrirá el entendimiento de aquellos para lo oculto de su
corazón se hace manifiesto, es decir, se descubrirá la necesidad de Dios en
sus espíritus y postrándose sobre su rostro, adorará a Dios, declarando que
verdaderamente Dios está entre nosotros. ¿Te das cuenta? Cuando la gente
experimenta la unción profética sabrá que Dios está presente.

¿Por qué Moisés deseaba que todo el pueblo profetizara? Ojalá todo el
pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos
(Números 11.29). ¡Porque Moisés deseaba que todo el pueblo escuchara de
la boca de Dios sus maravillas!

Esto no es diferente en este tiempo, el deseo de Dios es el mismo para hoy,


él desea hacer conocer su corazón a sus hijos, desea que escuchemos su voz
y enseñarnos sus maravillas.
PROFETIZAR
El proposito del mensaje de Dios

El apóstol Pablo declara que la profecía tiene tres objetivos. Pero el que
profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación
(1Corintios 14.3). ¡Edificación, exhortación y consolación!

E dificación. Fortalecimiento, edificación, desarrollo, edificio, construcción.


¿Quién más podrá levantar nuestra fe, sino Dios mismo? Cuando
escuchamos su voz nos fortalecemos, crecemos en el espíritu, nos
desarrollamos como seres espirituales, la construcción de nuestro edificio
espiritual es grande y fuerte. La palabra profética nos fortalece, edifica, nos
hace crecer hasta la estatura del varón perfecto.

E xHortación. Ayuda, estímulo, consuelo, súplica, ruego. Exhortación no tiene


que ver con llamar la atención, tampoco tiene el sentido de reprender o
presionar con dureza, sino, de estimular o provocar a que las cosas buenas
sucedan. La palabra profética nos estimula a ir en nuevas aventuras con
Dios.

c onsolación. Aliviar, consolar, alentar. Esta palabra tiene el sentido de dar


medicinas para aliviar un dolor. Dios usa la palabra profética para traer
alivio a nuestras heridas emocionales, nos alienta dando dirección para salir
de las situaciones difíciles.

Hace unos días pasé cerca de una mujer joven con poco tiempo de casada.
Sentí el poder de Dios sobre mí y le di la palabra que sentía en mi corazón.
En estos días verás a Dios obrar maravillosamente sobre tu vida, te
asombrarás de lo que hará sobre ti. Dios tiene grandes cosas preparadas y te
las entrega en tu mano hoy mismo. Me miró, bajó su rostro y lloró. La
palabra para ti y para mí no tendría sentido, pero para ella sí. Su matrimonio
estaba en el fracaso y ella supo que Dios estaba en control.

Esta era una palabra de consolación, estaba poniendo ungüento en el


corazón de Dios y dando ánimo para esperar el milagro del Padre.

¡De esto se trata! Dios desea hablarnos para llevarnos a nuevas y


maravillosas aventuras. La voz de Dios se deja oír para hablarle a personas,
iglesias, ciudades, naciones, sobre asuntos personales, de orden político,
social, religioso.

Entendemos que todo lo físico es reflejo de lo que sucede en lo espiritual.


Es la acción de Dios manifestándose sobre sus hijos. Por esto la voz
profética se deja escuchar a cada instante anunciando la agenda de Dios, sus
acciones, sus deseos para cada momento. Dios sigue manteniendo el control
de su reino en la tierra dando instrucciones a sus guerreros.

El mensaje del verdadero Dios proclama la justicia y condena la injusticia,


apercibe de sus juicios por la desobediencia e idolatría y llama al pueblo a
arrepentirse y convertirse al Señor de todo corazón.

Observa la experiencia de Jesús con la mujer samaritana y te darás cuenta


que la unción profética desató a esta mujer de una mala forma de vida. ¿Te
das cuenta que la voz profética no solo es para los hijos de Dios? ¡Dios
también habla a los que no son sus hijos! Esta mujer samaritana estaba lejos
de Dios pero el mensaje profético la acercó a él.

El mensaje que Dios desea entregarnos es especial para las circunstancias


que estamos viviendo en un momento específico. Es aquí donde sabemos
que Dios está con nosotros, esto nos dará confianza para afrontar todo tipo
de problema o circunstancia difícil.

Los que están a nuestro alrededor necesitan escuchar la voz de su creador,


nuestra familia, amigos, ellos experimentarán lo que el apóstol Pablo
declara: Lo oculto de su corazón se
PROFETIZAR
hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios,
declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros.

¡La gente necesita escuchar la voz de Dios! Cuando la voz profética se


desatada, el mundo escuchará la voz de Jesús y correrán a su presencia
como la mujer samaritana.

Procura profetizar

El apóstol Pablo nos anima que profeticemos y usa la palabra “procurad”.


Hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas (1Corintios
14.39).

Procurad. Un deseo fuerte, un anhelo ardiente que te provoca a la acción.


Ser celoso de algo, arder en deseos, proseguir ardientemente, desear
anhelosa o intensamente. Intentar, esforzarse por tener aquello que
anhelamos, luchar intensamente por lo que se desea.

¡Esto nos da un panorama más amplio! Debemos esforzarnos a profetizar,


luchar por sintonizarnos con Dios para escuchar lo que él desea hablar. No
podemos dar lo que no tenemos. Esforzarse es luchar, dedicarse con
disciplina para lograr lo que se desea.

¿Cómo puedo procurar profetizar? ¿Qué debo hacer?

› trabaJo arduo con disciplina. Esto no lo enseñan en una escuela, es la actitud del
corazón, es el deseo de triunfo, despojarse de la flojera y de toda actitud
mediocre. Disciplina es hacer las cosas en orden en el momento que
debemos hacerlo. Trabajo duro es no dejar las cosas para mañana, sabemos
que lo tenemos que hacer y lo hacemos con gozo y alegría. La disciplina
con trabajo duro trae carácter, nuestra personalidad es formada, el
temperamento es educado y los frutos son dignos de nuestro amado
Salvador.

› anHElar dE todo corazón Entrar En la unción profÉtica.

Esto activará los dones proféticos. Dios pone en nuestro corazón el querer
como el hacer. El anhelo del corazón es soñar con hablar por Dios a las
personas. Dios nos premia con resultados cuando deseamos bendecir a los
demás.

El anhelo de nuestro corazón de vivir en la unción profética nos motiva a


ganar la confianza de Dios en las tareas proféticas que pone en nuestras
manos. No es de la noche a la mañana, tampoco es cuestión de algunos días
leyendo un buen libro sobre profecía. Todo tiene que ver con anhelar y
trabajar para lograr nadar en el río de Dios.

› formación sistEmática. Samuel, Elías y Eliseo tenían una escuela de profetas


donde enseñaban sistemáticamente como hacer la labor profética. No
podemos dejar a un lado esta necesidad, la instrucción de Dios es necesaria
para dar los resultados que Él espera de nosotros.

¿En que nos debemos preparar? En conocer el corazón de Dios a través de


su palabra, la Santa Biblia, en conocer profundamente los estatutos de Dios
y por supuesto todo lo necesario sobre profecía. Esta capacitación
sistemática es el estudio diario, el estudio a largo plazo, una verdadera
escuela nos dará la capacidad de aprender paso a paso lo que Dios desea
enseñarnos.

› tEnEr un padrE apostólico y tutorEs profÉticos. Esto es muy

necesario, nos ayudará a tener un equilibrio en lo profético y podemos


madurar con mayor prontitud. Tener un padre apostólico y tutores
proféticos nos asegura el crecimiento en carácter y en el desarrollo de los
dones.

› pErdEr El miEdo dE profEtizar. Este es el mayor obstáculo


PROFETIZAR

para profetizar. La mayoría de las veces vemos a vasijas proféticas que no


abren su boca por temor a no hacer las cosas bien. El fracaso toca a su
puerta y lo dejan entrar hasta lo íntimo de su corazón.

Todos cometemos errores cuando iniciamos, pero es importante perder el


miedo y entrar al campo profético en el conocimiento de que Dios no nos
desechará al cometer algún error. ¡Dios nos ayuda a perfeccionarlo en el
camino! Debemos perder el temor a cometer un error. Debemos de vencer
el espíritu de inferioridad o de ser indignos o incapaces. Debemos perder el
temor de la opinión de los demás. Debemos vencer el temor a ser
rechazados.

Este fue el caso de Timoteo:

Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti
por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de
cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2Timoteo 1.6-7).

¡Procurad es atreverse! El espíritu de cobardía estaba deteniendo al joven


Timoteo de avanzar en la manifestación del reino de Dios operando en los
dones espirituales y su llamado. El antídoto era el poder, amor y dominio
propio. El apóstol no dice que estas tres virtudes van a venir algún día, sino
que ya están en nosotros. Solo necesitamos tener la actitud correcta para
que sean expuestas en el momento necesario.

A nuestro amado Salvador le agrada cuando somos atrevidos, lo demás él


nos ayuda a aprenderlo mientras que vamos caminando. Seguid el amor; y
procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis (1Corintios
14.1). Nuevamente la escritura nos dice que debemos procurar los dones
espirituales, pero sobre todo el que profeticemos.

Seguid el amor

Notemos que la escritura dice que sigamos el amor, además que debemos
procurar los dones. Pablo no nos da una opción entre el amor o los dones.

¡Tenemos que procurar tener ambos!

Cuando tratamos el asunto del amor, estamos tratando directamente con el


carácter de Dios. Sin el amor, el profetizar es nada. Para que podemos
reflejar enteramente a Jesús al mundo debemos tener ambas cosas en
nuestras vidas. Amor y dones.

¡Debemos tener amor para impartir una palabra profética! He visto personas
que profetizan con dureza como si la palabra fuera a destruir a los
receptores del mensaje. Podemos traer cualquier palabra tan dura como sea
necesario, pero cuando hay amor, la palabra es mejor recibida.

Conocí a una linda hija de Dios muy dañada a causa de las profecías que un
día recibió. Las palabras siempre fueron condenatorias por su forma de
vestir. En lugar de hacer cambios u obedecer se creó rebeldía en su corazón
y posteriormente se separó de la mano del Señor.

La escritura nos ayuda a entender como el amor está vinculado


estrechamente con la vasija profética.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino
para que el mundo sea salvo por él (Juan 3.16-17).

Note que Dios envió a su Hijo para salvar al mundo, no para condenarlo.
¿Recuerdas la experiencia de Jesús con la mujer descubierta en pleno acto
de adulterio? Jesús le dice a
PROFETIZAR
la mujer: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
(Juan 8.10).

Jesús podría haber aprovechado para hablar duramente a la mujer y dar una
lección a los oyentes, sin embargo sus palabras fueron de ternura como
curar cuidadosamente y con cuidado la llaga del enfermo. Ella dijo:
Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques
más (Versículo 11).

¿Si Jesús no condenó a la mujer pecadora, lo hará con nosotros a través de


palabras profética? ¡Desde luego que no! Cuando Dios desea exhortarnos
por algo siempre el amor estará presente.

Por otro lado, Dios no nos entregará información acerca de otra persona
para ser usada de una manera negligente. ¡Es aquí donde entra el amor!
Podemos estar frente al peor pecador del mundo, pero la unción profética
no nos da el derecho de actuar con dureza. A través del amor una persona
puede ser atraída a los brazos de nuestro amado Salvador.

¿Qué con las profecías condenatorias? Por lo general Dios no da una


palabra de juicio definitivo, la mayoría de las veces la palabra profética es
con el fin de que la persona vuelva su corazón a Dios.

Sé que hay personas donde han alcanzado un juicio de Dios definitivo y su


palabra es determinante. Aun así debemos de actuar revestidos de amor.

Observemos este ejemplo.

Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para
mostrarle los edificios del templo. Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo
esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea
derribada (Mateo 24.1-2).

¡Esta fue una profecía de juicio definitivo sobre la ciudad de Jerusalén!

Aunque Jesús estaba soltando una palabra de juicio sobre la ciudad, no lo


hizo ofuscado ni con dureza, simplemente dio la palabra que el Padre estaba
poniendo en su corazón.

He sido testigo de personas que entregan la palabra con un espíritu agresivo


y condenatorio como si fueran profetas del AT, se van a la mano en gritar
desaforadamente provocando un ambiente enrarecido que cierra el corazón
de los oyentes.

Desatando poder creativo

Cuando profetizamos estamos activando el poder creativo de Dios a través


de nuestras palabras. Hay poder cuando hablamos el mensaje que viene del
corazón de Dios. Recordemos que con el poder de su palabra el mundo fue
creado.

Cuando hablamos, aire sale de nuestra boca. La palabra “espíritu” en el


griego es “pneuma” que significa aire. Cuando hablamos, el mismo poder
que estaba en la boca de Dios al crear este mundo está en nuestra boca para
seguir creando. La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la
ama comerá de sus frutos (Proverbios 18.21).

¿Qué clase de palabras salen de nuestra boca? Cuando profetizamos,


estamos hablando palabras de poder que crean, cuando usamos la boca para
hablar cosas que no edifican, destruimos y maldecimos. Por esto Pablo dijo:

Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de


Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no
saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y
estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi
PROFETIZAR

palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana


sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra
fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios
(1Corintios 2.1-5).

Note que el apóstol hablaba no de sabiduría humana, sino por el poder del
Espíritu a través de las palabras que salían de su boca. La fe de las personas
crece cuando ven el poder creativo de Dios actuando.

El poder del reino de Dios es manifestado de una manera sobrenatural a fin


de que el corazón de las personas sean conectados al corazón de Dios. Así
será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo
que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié (Isaías 55.11).

La palabra que sale de nuestra boca es creativa de acuerdo a los propósitos


de Dios. Por esto es necesario que todo lo hagamos en amor. Necesitamos
amor para sacrificarnos en tiempo, esfuerzo, de tal manera que el precio que
tenemos que pagar por lo general es caro pero la huella que dejamos en los
que nos rodean glorifica a nuestro Dios.

Dios nos manda a creer en las profecías. Creed en Jehová vuestro Dios, y
estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados (2Crónicas
20.20). Las promesas se tienen que mezclar con la fe para que se cumplan.
Muchas profecías jamás se cumplirán porque no está mezclada con la fe. A
estos dos ingredientes es importante añadirle el amor.

Cada palabra que sale de nuestra boca lleva un propósito específico de parte
de Dios. Durante el día podemos estar profetizando a cada momento
desatando el poder creativo de Dios.

Creo que a esto se refería el apóstol Pablo cuando aconsejó: Mirad, pues,
con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis
insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os
embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del
Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos
espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando
siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo (Efesios 5.15-20).

Diligencia tiene que ver con el celo y eficacia con que hacemos nuestra
tarea. Una persona sabia es alguien que es entendido y actúa con prudencia
en lo que hace. El apóstol dice “hablando” con salmos, es decir, palabras
armadas que glorifican a Dios.

Entendemos que lo que hablamos deben ser frases de fe que impactan el


ambiente espiritual donde estemos. ¡Nuestro lenguaje debe ser profético,
hablando las palabras que salen el corazón de Dios!

Jesús dijo:
Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho (Juan
12.50).

¡Debemos abundar en los dones! Así también vosotros; pues que anheláis
dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia
(1Corintios 14.12). Debemos de abundar a los dones para edificar al cuerpo
de Cristo.

La mentira que muchos hijos de Dios se creen es que los dones están
limitados solo a unas personas. Debemos destruir esa mentira para poder
fluir y abundar en los dones, principalmente en profetizar.
PROFETIZAR
¿Por que podemos profetizar?

¡Porque el mismo Espíritu que estaba en Jesús está en nosotros! Si el


espíritu de la profecía es el testimonio de Jesús, ése mismo espíritu está en
nosotros, entonces nosotros podemos declarar las palabras de Jesús.
Recordemos que la profecía nos atraerá al corazón de Jesús.

El apóstol Pablo enseña a la iglesia de Roma que si el Espíritu de Cristo no


está en nosotros, no somos de él (Romanos 8.9-11). También revela que el
mismo Espíritu que levantó a Jesús de entre los muertos está en nosotros.

Todo lo que Cristo hizo en la tierra, sus milagros, la expresión de su amor,


no lo hizo como Dios, sino a través del Espíritu que estaba en él. El mismo
profetizo que ese mismo Espíritu moraría en nosotros y que haríamos cosas
mayores que las que él hizo.

Ahora nos toca a nosotros vivir bajo el poder del Espíritu Santo expresando
la gloria de Dios en todo lo que hacemos. Dios necesita que nosotros nos
activemos en los dones, principalmente en el donde profecía, ¿Por qué?,
simplemente porque la escritura dice:

Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos
los profetas. Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor,
¿quién no profetizará? (Amos 3.7-8).

¿Cómo puede Dios revelar sus secretos sino tiene a través de quien hacerlo?

¡Cuando Él habla, alguien tiene que abrir su boca para dar su mensaje! Si el
Espíritu Santo está en nosotros, Él actuará a través de nosotros para entregar
la palabra del corazón de Dios para sus hijos.

¿Puedo profetizar siempre? Recordemos que cuando el oficio de profeta o


el don de profecía son permanentes en la vida de la persona, entonces
podremos profetizar continuamente. Cuando estos dones no son
permanentes o no están bien definidos, está el recurso del espíritu de
profecía, aunque sabemos que no siempre se profetizará en medio de un
ambiente profético.
¿Cuándo puedo profetizar? Es normal que la voz de Dios se haga presente
en cada instante pues somos templo del Espíritu Santo. Si él está en
nosotros podrá dar a conocer el corazón de Dios en cualquier instante. Sin
embargo no se trata de estar parando a todas las personas a cada paso que
damos para declarar “así dice el Señor”. El Espíritu mismo nos dará la
información necesaria en el momento que la vamos a usar de acuerdo al
propósito de Dios.

Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres


hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos,
porque yo los he enviado (Hechos 10.19-20).

Mientras Pedro estaba orando tiene una visión. Al término de aquella


visión, el Espíritu imparte información a su corazón y le da instrucciones al
respecto. ¿Por qué Dios imparte esta información al apóstol? Para que
tomara las decisiones correctas de acuerdo a la comisión que le estaba
entregando.

La información que el Padre entregó a Jesús acerca de la mujer samaritana


fue con el fin de ganar el corazón de aquella mujer para Dios.

Como ministros proféticos entendemos que Dios entregará la información


que necesitamos en el momento adecuado, de acuerdo al trabajo profético al
que Dios nos está enviando.

¿Todos podemos profetizar? ¡Si, desde luego que si! El


PROFETIZAR

hacerlo implica entregarnos al estudio sistemático para asegurar que


daremos buenas cuentas a Dios. Profetizar implica estar conectado al
corazón de Dios, por lo que debemos anhelar transmitir su voz de acuerdo a
como nos es entregada. Esto nos lleva a otro paso importante, esforzarnos
en formar nuestro corazón y crecer en carácter para hacer las cosas de
acuerdo a la voluntad de Dios.

El apóstol Pablo nos anima a que profeticemos, sin embargo, es nuestra


responsabilidad que nos esforcemos en prepararnos y formarnos en el
campo profético. Dios desea hablarnos a nosotros mismos y a sus hijos por
medio de nosotros. Una y otra vez nos daremos cuenta que la voz de Dios
se dejará oír en la tierra a través de vasijas proféticas que están dispuestas a
ser usadas para bendecir a muchas personas.
INTERPRETANDO CORRECTAMENTE
LA PROFECIA
C
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Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en
estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el
día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;
entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de
interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad
humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados
por el Espíritu Santo.
2�edro 1.19-21

INTERPRETANDO LA PROFECIA
El mensaje debe ser
correctamente interpretado

Interpretar correctamente una palabra profética no es tan sencillo como


algunos pensarían, se deben considerar varios aspectos importantes para su
aplicación conforme a lo que Dios trata de decirnos. Cuando escuchamos
hablar a una persona que está profetizando de parte de Dios, el primer
impulso que viene es estar atentos a lo que se está expresando para entender
el mensaje y discernir qué quiere Dios transmitir en ese momento a nuestras
vidas.

El mensaje puede ser corto o largo, por lo cual se hace necesario grabarlo
para no olvidar ningún detalle, y determinar todo el contenido de la palabra
profética entregada.

Múltiples pensamientos vienen a nuestro corazón en la medida que


transcurre la entrega de la palabra profética que estamos escuchando, de
acuerdo a su contenido; podemos enfrentar diversas reacciones emocionales
al recibir en nuestro espíritu el toque de Dios.
El mensaje puede complementar otros mensajes entregados, ampliar o
clarificar su contenido o bien puede ser completamente nuevo y manifestar
a nuestro corazón un propósito determinado de parte del Señor. ¡Dios habla,
el hombre oye y viene una reacción a sus palabras, así funciona la profecía!

Él da a conocer a través de sus voceros sus pensamientos y deseos. El que


escucha, tiene el privilegio de oír lo que el Rey expresa a los seres humanos
y tiene la oportunidad de decidir qué hacer con ese conocimiento revelado.

A través de los tiempos, Dios ha manifestado sus palabras y cientos de


profecías quedaron escritas en la Biblia, de las cuales, la mayoría se
cumplieron fielmente, otras se están cumpliendo en la actualidad y otras se
van a cumplir en el tiempo determinado para ellas.

No hay palabra expresada por Dios a los hombres que no conlleve un


propósito determinado a cumplir en la vida de los creyentes o no creyentes.
No es en vano que Él exprese sus palabras, y lo importante, posterior a
escuchar lo que ha comunicado, es discernir el contenido de lo manifestado,
interpretarlo correctamente y caminar conforme a lo que el Señor quiere
que hagamos.

Hay muchos tipos de profecías, algunas son predictivas, otras directivas, de


consolación. Algunas tienen su cumplimiento inmediatamente después de
ser expresadas, otras se cumplen en un tiempo después. Independientemente
del tiempo que manifieste la palabra profética, tenemos la responsabilidad
de inquirir con diligencia lo que el Señor nos quiere comunicar y atender a
sus demandas.

El mensaje que Dios entrega

Un creyente soñó que una persona se moría en una accidente. Rápidamente


corrió a comunicar el mensaje: ¡Te vas a morir en un accidente! Ambos
estaban tan asustados que fueron con el pastor para ver que deberían de
hacer. Todos
INTERPRETANDO LA PROFECIA

oraron a Dios para discernir el mensaje de Dios y acordaron que deberían


cortar con algunas maldiciones de muerte. Se dieron cuenta que varios
familiares de esa persona habían muerto de muerte prematura y algunos de
una manera trágica. Era necesario que esa maldición fuese cortada sobre
todas sus generaciones.

Toda la escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir,
para corregir, para instruir en justicia a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2Timoteo 3.16-17).

Lo primero que debemos recordar al escudriñar y querer interpretar un


mensaje profético es que el mismo debe estar de acuerdo a lo que dicen
estos versículos bíblicos. Todo su mensaje tiene que estar en armonía con lo
escrito en las Escrituras a fin de verificar que es un mensaje genuino del
Espíritu Santo.

Dios honra su palabra, él no es Dios de confusión, todo lo expresado por su


corazón a sus vasos proféticos estará de acuerdo a lo que ya fue escrito por
todos aquellos que nos precedieron y le escucharon.

¿Cuál es el proposito del mensaje?

Dios se expresa a fin de que el hombre sea preparado, alcance la perfección,


la madurez, le conozca, obedezca a sus santos caminos y no se aparte de
ellos, que avance en la dirección correcta, que no se detenga, sino que
oyendo su voz, le siga en todos sus propósitos.
Dios envía su palabra a la tierra para continuar cumpliendo sus propósitos
en la humanidad y no regresa a él vacía. Esto quiere decir que Dios habla
siempre para cumplir un deseo, sueño o un plan específico. Es por esto que
la vasija profética es indispensable para escuchar el mensaje y transmitirlo
con precisión.

Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá,


sino que riega la tierra y la hace germinar y producir y da semilla al que
siembre y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no
volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en
aquello para que la envié (Isaías 55.10-11).

Toda palabra profética expresada por los hombres, que verdaderamente vino
del corazón de Dios, dará su fruto a su tiempo y cumplirá el propósito para
lo cual fue enviada a los oyentes. Es menester ser muy diligentes en su
interpretación a fin de no ser confundidos o desviados de su propósito
original para lo cual el Señor nos la dio a conocer.

El mensaje profético siempre tiene un propósito y traerá un resultado al ser


aplicado obedeciendo las instrucciones recibidas. Felipe oyó la voz de Dios
para dejar un gran avivamiento en Samaria y dirigirse a hablar a un hombre
de Etiopía. El etíope fue bautizado en agua y se fue feliz a su tierra con
Cristo en su corazón.

Cuando Dios habla es porque tiene un propósito claro en la información que


está entregando. Algunas veces serán instrucciones sobre algún proyecto
especial, en otras ocasiones simplemente será un enamoramiento para
acercar las personas a Jesús, o para reprender por alguna actitud incorrecta.

Dios revela su secreto a los profetas

La palabra profética no es un juguete espiritual, es el medio por el cual Dios


revela su corazón para propósitos específicos. Recordemos que nada hará
Jehová el Señor sin que revele
INTERPRETANDO LA PROFECIA

su secreto a sus siervos los profetas, la profecía enviada está revelando el


corazón de Dios, interpretar adecuadamente sus palabras es una necesidad
urgente, a fin de entender con claridad lo expresado en su mensaje y tomar
acciones en fe de acuerdo a lo manifestado.

Siempre que Dios habla es para cumplir un plan perfecto en su agenda.


Algunas ocasiones será para animar, otras, consolar, o traer dirección, pero
siempre su voz se dejará escuchar para lograr un plan específico.
Regularmente Dios revela su secreto, es decir, la palabra que entregada esta
oculta hasta el momento que es trazada.

Entendemos secreto por algo que está oculto, reservado, escondido o


clasificado. Dios tiene información reservada que entrega por medio de sus
profetas en medio del cual está el poder creativo para provocar que ocurra
algo planeado por Dios.

La falta de entrenamiento desvirtúa el valor de la palabra profética. Algunas


veces se toma como un show cristiano dando palabra sin ton ni son. El que
brilla es el supuesto ministro profético más que Dios. Frecuentemente se
toma el don de profecía como un medio para engrandecer al “siervo” de
Dios.

Me llamó un ministro profético a fin de pedir la oportunidad de compartir


en nuestra iglesia. Le pregunté si Dios le había hablado algo específico para
nosotros. La respuesta fue: Tengo palabra profética para dar a tu iglesia. El
mensaje que trajo a la congregación dejó una linda huella en muchas
personas. ¡Realmente era Dios hablando!
Se acercó mi hijo pequeño y me habló al oído: ¡Papá tengo un secreto que
contarte! Por supuesto que su gran secreto era un asunto que nadie conocía
y que él quería compartir conmigo. Mi corazón se alegró como mi hijo tenía
confianza en mí para compartir su secreto.

Dios desea compartir con sus hijos secretos, cosas escondidas, información
clasificada que no conocemos y que nos será de gran utilidad.

Los secretos deben ser


bien interpretados

Una persona soñó que llovía muy fuerte y en el templo se inundaba hasta
que los niños nadaban como en una alberca. Otra persona soñó en el mismo
tiempo que el río se desbordaba y los niños de su congregación flotaban en
el río. Otro más soñó que el Señor venía y levantaba a los niños en una
nube. Los tres compartieron los sueños e interpretaron que tenían que
bautizar a los niños porque el Señor venía pronto. Gracias a Dios que el
pastor pesó la palabra profética y entendió que la profecía no concordaba
con la verdad bíblica pues en ningún lugar da referencias del bautismo de
niños. Interpretó que Dios enviaría un avivamiento sobre los niños y así
sucedió en las siguientes semanas, los niños fueron bautizados por el
Espíritu Santo y fueron llenos de la presencia de Dios.

Los secretos que Dios entrega deben ser correctamente discernidos e


interpretados. En muchas ocasiones Dios habla a través de sueños, visiones,
frases, historias que no entendemos de una manera fácil.

Entonces Jehová descendió en la columna de la nube, y se puso a la puerta


del tabernáculo, y llamó a Aarón y a María; y salieron ambos. Y él les dijo:
Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le
apareceré en visión, en sueños hablaré con él. No así a mi siervo Moisés,
que es fiel en toda mi casa. Cara a cara hablaré con él, y claramente,
INTERPRETANDO LA PROFECIA

y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis


temor de hablar contra mi siervo Moisés? (Número 12.5-8).

A los profetas Dios les hablaría por sueños y visiones, pero a Moisés le
hablaría cara a cara. Este era un privilegio grande que Moisés tenía por ser
el siervo escogido. He escuchado muchos testimonios de personas que han
tenido el privilegio de hablar cara a cara con Jesús, el apóstol Pablo tuvo
esta experiencia en Hechos 9.17 y 18.9, donde Jesús le dio instrucciones
claras.

Tenemos muchos ejemplos en las escrituras bíblicas de la voz de Dios a


través de parábolas, sueños y visiones que no son tan fáciles interpretarlos,
por lo que debemos prepararnos en este campo y no cometer errores.

Un ejemplo lo tenemos cuando el Macedonio se le aparece a Pablo en


sueños: Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio
estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. Cuando
vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por
cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio
(Hechos 16.9-10). Pablo acertadamente interpretó que debería salir hacia
Macedonia a predicar el evangelio.

La palabra desata el poder creativo

El ángel Gabriel habló a María y le dio un mensaje de parte de Dios:


Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia
delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y
llamarás su nombre JESÚS (Lucas 1.30-31). Aunque maría no dudó en el
mensaje del ángel, si deseaba saber cómo y cuando se lograría el
cumplimiento de esta palabra.

El ángel le dio una señal: Y he aquí tu parienta Elizabeth, ella también ha


concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban
estéril; (Versículo 36). Y termina el ángel asegurando: porque nada hay
imposible para Dios (Versículo 37). Es muy importante entender que
cuando Dios nos da una palabra rhema (revelación personal) llevará el
poder creativo para que se cumpla totalmente.

Dios dice: Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus
profetas, y seréis prosperados (2Crónicas 20.20). La palabra prosperar
quiere decir “tener el poder para crear”. Cuando recibimos una palabra
estamos recibiendo el poder creativo de Dios para el cumplimiento de la
palabra.

Factores importantes en el mensaje de Dios

El mensaje profético puede ser interpretado adecuadamente cuando


conocemos los ingredientes o elementos del mensaje. Esto nos permite
participar y conocer cada elemento por separado para discernir
adecuadamente lo que Dios está hablando. Empecemos por los ingredientes
de la profecía. Entenderemos mucho mejor lo que Dios desea decirnos
cuando identificamos los actores de la palabra profética.

lOs actOres

Siempre habrá uno o varios actores en la palabra profética. Puede hablar a


un hombre, a una pareja o familia, a una iglesia, a su pueblo en general, una
ciudad o una nación. Un mensaje lleva impregnado hacia donde está
dirigida la palabra. Aunque algunas veces la palabra será corporativa o para
varias personas al mismo tiempo, es necesario ubicar el centro del sujeto a
quien el mensaje va dirigido.
INTERPRETANDO LA PROFECIA

Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el


Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual
sucedió en tiempo de Claudio. Entonces los discípulos, cada uno conforme
a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en
Judea; lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de
Bernabé y de Saulo (Hechos 11.28-30).

En este caso el mensaje era corporativo, la Iglesia en general estaba


involucrada en el mensaje. Aún cuando el mensaje es generalizado, siempre
Dios levantará responsables para tomar el mensaje y aplicarlo. Los
discípulos se pusieron de acuerdo, lo que probablemente fue necesario
nombrar responsables de dirigir el proyecto.

El profeta Agabo entrega la palabra:


Vendrá hambre en toda la tierra habitada.

¿A quién va dirigida? ¡Por supuesto que a todos los que estaban presentes y
a los que estaban distantes! ¡A todos! ¿Quién tomó la responsabilidad de
esta palabra? ¡Los discípulos! Los creyentes se prepararon para hacer frente
a esta necesidad.

Algunas veces la profecía es hablada en lo general, pero específicamente


para una persona en particular. En una reunión Dios me dijo: Diles que aquí
hay una persona que esta triste porque uno de sus hijos está perdido. Dile
que el asunto está en mis manos.
Al final una mujer vino conmigo y me dijo: Esa palabra es para mí, mi hijo
desapareció hace años, pero ahora descaso en el Señor, sé que él está en
control de esta situación.

Frecuentemente la profecía es directa a una persona. Ahí no hay mucho que


buscar, el destinatario está definido. Pero algunas veces la palabra es más
general y no es tan fácil de determinar el actor principal. Veamos este
ejemplo.

Y Jehová dijo a Josué: Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro?
Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y
también han tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido, y aun
lo han guardado entre sus enseres (Josué 7.10-1).

La palabra profética estaba dando dirección a Josué. Había perdido la


batalla a causa del pecado que había en el pueblo, pero no le dijo la persona
que había pecado. En este caso, Josué tuvo que seguir las instrucciones de
Dios para definir el protagonista de esta profecía.

mensaJe central

Cada mensaje profético tiene un fin central. Frecuentemente no es sencillo


definirlo y es necesario tener la habilidad de conocer la mente de Dios para
saber de qué se trata la palabra.

El mensaje de Dios es claro y preciso, sin embargo debemos estar atentos


para entenderlo correctamente.

La palabra lleva dos ingredientes, el mensaje central y su propósito.


Discernirlo es responsabilidad del ministro profético, del oyente o del líder
en cuestión.

Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta


llamado Agabo, quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose
los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos
en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los
gentiles (Hechos 21.10-11).
Tenemos este ejemplo claro. En este corto mensaje podemos aprender cómo
interpretar correctamente la palabra que sale del corazón de Dios.

INTERPRETANDO LA PROFECIA
Actores en la profecía: Pablo, los discípulos y los judíos de Jerusalén.
Mensaje central: Situación que Pablo viviría si determinaba ir a Jerusalén.

Propósito de la profecía: Esta es una incógnita porque la profecía no da luz


al respecto. Quiero pensar en dos posibilidades. Que Pablo se preparara
para el asunto. En segundo lugar, que los discípulos levantaran un cerco de
oración a favor del apóstol.

ingredientes

Por lo general la profecía tiene diferentes ingredientes. Si es directiva, lleva


instrucciones. Si la profecía es de exhortación, seguramente entrega
información valiosa para el receptor que le motiva a una alineación con
Dios. Si la palabra es de consolación seguramente el receptor recibirá
aliento, alivio o sanidad en su corazón. Si edifica, desde luego que habrá
referencias dignas de ser tomadas en cuenta.

Es necesario localizar estos ingredientes en el mensaje. Si son


instrucciones, información, versículos claves de la palabra, lugares,
nombres, fechas, todo es útil para la correcta interpretación de la profecía.

En ocasiones la palabra profética contiene una o varias instrucciones que


debemos obedecer fielmente. Se deben analizar una por una, sobre todo
escudriñando el tiempo en que se indica las llevemos a cabo. No debemos
perder de vista si la profecía menciona alguna señal específica o
circunstancias que nos indicará el momento de cumplir o llevar a cabo las
instrucciones recibidas.

Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis


de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso
hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo. Pero
cuando veáis la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel,
puesta donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en
Judea huyan a los montes. El que este en la azotea, no descienda a la casa,
ni entre para tomar algo de su casa. Y el que esté en el campo, no vuelva
atrás a tomar su capa (Marcos 13.11; 14-16).

Esta profecía apercibe que habrá grande persecución y tribulación en los


tiempos por venir, pero a la vez da a conocer las instrucciones que librarán
de un mayor sufrimiento físico, emocional y espiritual aquellos que la
obedezcan.

análisis

No debemos por ningún motivo dejar de considerar dentro de la


interpretación correcta de una palabra profética la información del
contenido central. En las profecías el ingrediente será exhortación,
consolación y edificación. Dios trata de acercarnos a su corazón, nos dice lo
que debemos corregir, nos anima y nos dice cómo hacerlo.

Es prudente escribir la información recibida, sea una promesa, un juicio,


una corrección a fin de pelear la buena batalla de fe para ver su
cumplimiento. Es una realidad que tenemos que luchar contra demonios que
tratan de impedir el cumplimiento de la palabra y es necesario entrar en una
actividad espiritual para asegurar que todo llegue en el tiempo de Dios.

Cuando hemos entendido la palabra, debemos clasificarla. Si es una


promesa, una advertencia de juicio, una instrucción o comisión a llevar a
cabo, el desarrollo de un proyecto o evento, o simplemente la consolación o
una palabra de revelación que edifica.
INTERPRETANDO LA PROFECIA

Es útil la clasificación porque de esta manera podemos ver lo que viene en


camino y la forma como peleamos la batalla para su cumplimiento.

tiemPOs y señales

Aquí es donde la interpretación debe ser la correcta, ya que por lo general al


escuchar una profecía que pareciera que encaja a nuestras actuales
circunstancias, y entrega una promesa, la queremos acomodar a nuestro
tiempo y queremos que se cumpla de inmediato.

De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama esta tierna, y brotan


las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando
veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De
cierto, os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca
(Marcos 13.28-30).

Nuestro Señor Jesucristo nos apercibe del fin de los tiempos, antes de su
retorno a la tierra para levantar su iglesia. Nos instruye a velar y orar porque
vendrá como ladrón en la noche. Enumera una serie de señales que serán
muy evidentes, antes de su regreso. Finalmente confirma los tiempos
aclarando que todas estas señales acontecerán en el transcurso de una sola
generación.

Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuando será el tiempo. Es como el


hombre que yéndose lejos, dejo su casa y dio autoridad a sus siervos y a
cada uno su obra, y al portero mandó que velase. Velad, pues, porque no
sabéis cuándo vendrá el Señor de la casa; si al anochecer o a la medianoche,
o al canto del gallo, o a la mañana (Marcos 13.33-35).

Cuando el Señor partió, sus discípulos no entendieron muchas de las


palabras proféticas que él les había hablado, algunas de ellas, expresadas
también en parábolas, o simbolismos como el de la higuera. Con el
cumplimiento profético de los tiempos, sus ojos comenzaron a ser abiertos
al recordar sus palabras, entonces decían: Como nos lo había dicho, así
sucedió.

Para nosotros, es de vital importancia interpretar correctamente estas


profecías y vigilar las señales que las acompañan, así como los tiempos que
marcan, Jesús dijo: los tiempos serán acortados, esta “señal” también se está
cumpliendo hoy en día.

He escuchado gente decir: ¡Ya no rinde el tiempo!, sin entender que es una
señal profética. Las señales se están cumpliendo, se anuncia el pronto
retorno del Señor para levantar su novia de la tierra y su juicio será
eminente sobre todos aquellos que no creyeron ni se apercibieron a su
palabra.

¡En la profecía personal regularmente también se definen tiempos y


señales!

Le di una palabra de promesa a una persona y le predije que antes del


cumplimiento se darían ciertas señales en la familia. Pasó el tiempo y
parecía que la promesa no llegaría. Sin embargo antes del cumplimiento se
presentaron las señales que le había dicho. Esto aumento su fe para pelear la
batalla espiritual y asegurar que la promesa llegara.

cOndiciOnantes

Por lo general, las profecías tienen condicionantes para su cumplimiento.


Algunas veces serán simplemente instrucciones a seguir, en otras ocasiones
serán acciones a desarrollar. Estas condiciones para el cumplimiento de la
palabra incluyen a los actores del mensaje. Por tanto, así dijo Jehová: Si te
convirtieres, yo te restauraré, y delante de
INTERPRETANDO LA PROFECIA

mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca


(Jeremías 15.19). La promesa es de restauración y posicionamiento. La
condición es la alineación total a los propósitos de Dios.

Dios puede traer una gran bendición a la persona, pero la condición es un


tiempo de ayuno y oración. Otras veces veremos a Dios hablando de dejar
pecado. Dios es ordenado en la profecía, nunca dejará cabos sueltos,
siempre dará la información completa y es necesario hacer las anotaciones
pertinentes para ver la profecía cumplida.

el escenariO

¡Esto es de suma importancia! No solo importa “el cuándo” sino también


debemos de entender “el donde”. Cuál es el escenario de la palabra
profética. Que es lo que rodea, el ambiente, las circunstancias de la palabra.

Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el


Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual
sucedió en tiempo de Claudio. Entonces los discípulos, cada uno conforme
a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en
Judea; lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de
Bernabé y de Saulo (Hechos 11.28-30).

¿Cuál era el escenario de esta profecía? ¡Mundial! Los discípulos tendrían


que trabajar arduamente para estar apercibidos de esta gran hambre, de
hecho el mensaje era para que el pueblo de Dios no fuera sorprendido por
esta hambruna, sino que se preparan para el día que llegara.
La correcta interpretacion de la profecia nos dirige a la revelacion
exacta de Dios

Es como un grande rompecabezas que vamos armando paso a paso,


acomodando todas las piezas, por colores o por formas definidas, todo va
tomando su lugar en la medida que interpretamos y vamos obteniendo la
información, separándola, ordenándola, escudriñando palabra por palabra
de lo que el Señor nos entregó, nada quedará sin ser descubierto.

Aunque Dios siempre usará un lenguaje entendible para los oyentes,


algunas veces es necesario ir al diccionario y entender perfectamente cada
palabra que fue profetizada, su significado y aplicación correcta. No
podemos suponer un significado para palabras que desconocemos, pues eso
restará a la interpretación validez y autenticidad.

Los discípulos del Señor caminaron con Él por tres años aquí en la tierra, y
les habló muchas profecías y les señaló el tiempo de cumplimiento de otras
de acuerdo a lo que estaba escrito en la palabra. Ignoraban verdaderamente
quién era el que estaba con ellos y aunque le seguían, no entendían todo lo
que hablaba.

Así nos sucede hoy en día, estamos caminando con el Señor cada día y nos
habla sus palabras, pero muchas veces no entendemos que nos quiere decir
e ignoramos lo que nos expresa, de esa manera hacemos y nos perdemos de
recibir grandes revelaciones que Él nos quiere entregar para estos tiempos y
los tiempos por venir.

Al apóstol Pedro le fue “revelado” por el Espíritu Santo, quién era Jesús,
pero para el resto de los discípulos no estaba claro, quién era Él. Al
cumplimiento de muchas profecías
INTERPRETANDO LA PROFECIA

durante su arresto, muerte y resurrección, sus ojos fueron abiertos a la


revelación de la palabra, lo expresado años atrás por varios profetas delante
de sus ojos se cumplía. ¡Qué tremendo!

Si hubieran interpretado correctamente las profecías, visualizando en cada


una de ellas los tiempos y lo que señalaban, llegado ese momento hubieran
estado preparados para todo lo que se les vino encima, en vez de huir y
escapar de los sucesos que se desencadenaron.

Ellos esperaban un Rey, que los libertaría de la servidumbre de Roma, pero


su Rey nació en un pesebre y manifestó grande misericordia a los pobres
del reino y no peleó con espada jamás.

Cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos.


Entonces Jesús les dijo: Todos os escandalizaréis de mi esta noche; porque
escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas. Pero después
que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea. Entonces Pedro le
dijo. Aunque todos se escandalicen, yo no. Y le dijo Jesús: De cierto te digo
que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me
negarás tres veces. Mas él con mayor insistencia decía: Si me fuere
necesario morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo
(Marcos 14.26-30).

Las profecías se tenían que cumplir, era necesario que así fuese, ya estaba
escrito y determinado por el cielo el sufrimiento por el que pasaría nuestro
amado Señor Jesucristo. Pedro no tomó en cuenta la profecía que Jesús
acababa de declararle, sino en el momento en que se cumplió, vino a su
mente lo que se le había dicho que esa misma noche negaría conocer al
Señor.

En ocasiones la revelación de la palabra es muy clara, así como su


interpretación, pero el corazón se niega a creer que “algo así” puede pasar,
todavía la incredulidad, nos impide ver lo que está en camino de acontecer.
¡Pedro lloró con amargura después de ver la profecía cumplida habiendo
negado a su Señor!

Frecuentemente, cuando Dios está anunciando un acontecimiento triste o de


índole poco agradable, nuestros oídos se cierran a esas palabras, no
queremos pensar que se puedan cumplir, pero este tipo de profecías son
para apercibirnos de lo que viene en camino y preparar nuestro corazón
para el momento o circunstancias difíciles que enfrentaremos.

El buscar la interpretacion nos induce a una mayor búsqueda de Dios

¿Por qué Dios no habla con claridad y sencillez sus palabras? ¿Por qué en
ocasiones se dificulta tanto entender la revelación entregada a través de una
palabra profética?

Algunas de las profecías que Dios entrega a sus voceros son totalmente
literales y fáciles de comprender, pero otras requieren de ser escudriñadas e
interpretadas correctamente para extraer lo expresado por el Señor y
obtener un significado más comprensible de lo que se nos dijo.

Gloria de Dios es encubrir un asunto; pero honra del rey es escudriñarlo


(Proverbios 25.2).

Esta búsqueda de la interpretación de las profecías, nos lleva a conocerle


más profundamente, a conocer más de su palabra y hechos poderosos, su
actuar en los tiempos, su esencia Divina, sus propósitos eternos y a
depender más de la guía y sabiduría del Espíritu Santo, nuestro amado
Consolador.

Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece


INTERPRETANDO LA PROFECIA
que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí
(Juan 5.39).

Si Moisés no hubiera sido inquietado a ir a ver la zarza que ardía y no se


consumía, se habría perdido de esa tremenda experiencia en su vida, al
encontrarse cara a cara con Dios y ser levantando, como el gran libertador
de su pueblo. El Señor siempre va a llevarnos a una mayor búsqueda de él,
a que no nos conformemos, sino crezcamos y maduremos más cada día. Él
nos hablará, se comunicará con nosotros para revelarnos sus planes y
proyectos, a través de la búsqueda de lo que no entendemos, oiremos sus
palabras y recibiremos sus instrucciones.

Moisés cuidaba las ovejas de su suegro Jetro, que era sacerdote de Madián
y un día las llevó a través del desierto y llegó hasta el monte de Dios, que se
llama Horeb. Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en
medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego y la zarza
no se consumía. Entonces Moisés dijo: iré yo ahora y veré esta grande
visión, por qué causa la zarza no se quema. Viendo Jehová que él iba a ver,
lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él
respondió: Heme aquí (Éxodo 3.1-4).

Simbolismos profeticos

Aunque esto suele no agradarnos, Dios nos habla a través de símbolos


proféticos que debemos interpretar adecuadamente. He visto muchas
equivocaciones en verdaderos siervos de Dios al interpretar erróneamente
símbolos usados por Dios en una palabra profética. Los resultados no son
los que Dios espera.
Simbolos biblicos

Cuando el Señor nos entrega una revelación profética, utiliza símbolos que
tienen su origen en las Escrituras. Hay varios motivos para esto. Lo primero
es que Dios desea que mantengamos su Palabra en muy alta estima y que
nos familiaricemos con ella lo más posible. Lo segundo es que al dirigirnos
a los símbolos que encontramos en su Palabra, entramos en contacto con
ella, la cual tiene poder para hablar a nuestras vidas. En ella encontramos
ánimo o revelación adicional y confirmamos lo recibido a través de la
profecía. En tercer lugar, Dios entrega la palabra en símbolos para que la
revelación sea creíble, que sepamos que la voz viene de Él y no de sabiduría
humana.

Nos referimos a los símbolos bíblicos que encontramos en las Santas


Escrituras que son incluidos en las palabras que Dios entrega. Es importante
conocer la palabra de Dios para interpretar la Palabra correctamente.

Simbolos personales

Dios los usa y los reconocemos porque son parte de nuestra cultura, trabajo,
entorno familiar o social, son parte de nuestro diario vivir o tienen que ver
con experiencias que nos han acontecido.

Este tipo de simbolismos son fáciles de identificar y reconocer cuando el


Señor los menciona en el momento que estamos recibiendo la palabra
profética.

Dios usará todo aquello que nos es familiar, estimamos o apreciamos, para
hacernos comprender su mensaje, iluminará lo que él quiere transmitir.

Él buscará una reacción a la palabra profética, que nos


INTERPRETANDO LA PROFECIA
impacte, que no la olvidemos fácilmente y que su interpretación nos sea de
grande edificación.

Cuando Dios nos da una palabra personal frecuentemente incluye algunos


símbolos que conocemos. Pueden ser artículos, lugares, fechas, personas,
cuando la palabra revelada incluye estos símbolos solo confirma la
veracidad de lo que Dios nos está hablando.

Cuando las frases que escuchamos incluyen estos símbolos que nosotros
conocemos, Dios se está asegurando que estamos entendiendo lo correcto.

Simbolos culturales

Dios usa símbolos entendibles según la cultura donde nos encontramos, la


geografía, historia, de tal manera que ésos símbolos sean parte del cuerpo
de la palabra profética. Estos símbolos culturales son tan variados y
dependen del lugar donde nos encontramos o a lo que se refiere la palabra
profética.

Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la


ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. Y tuvo
gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino
un éxtasis; y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran
lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; en el cual había
de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una
voz: Levántate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque
ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió la voz a él la
segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. Esto se hizo tres
veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo (Hechos 10.9-16).

Vemos aquí simbolismos culturales que Dios le enseña al apóstol Pedro. A


través de ellos el apóstol entendió el mensaje doctrinal que Dios le estaba
dando. Usó animales que para los hebreos eran inmundos, para anunciarle
que era necesario ver a los seres humanos, tanto judíos como gentiles de la
misma manera delante de Dios.

Simbolos naturales

Dios también puede usar símbolos relacionados con el reino animal,


vegetal, mineral y todo lo que nos rodea materialmente hablando. Cada uno
de estos símbolos tiene su particular interpretación, considerando lo que
expresa la profecía en su totalidad.

Por ejemplo si el mensaje habla que Dios hará llover en lugares secos y ríos
van a correr en la sequedad, significa que su palabra será sembrada en
corazones áridos y el Espíritu traerá vida y del interior de esas personas va a
brotar una adoración verdadera.

En Ezequiel 4.1-3 el profeta usa un adobe y una plancha de hierro para dar
señal a la casa de Israel. Ellos entenderían el lenguaje profético cuando
vieran la señal y escucharan la voz del profeta como la voz de Dios.

En Miqueas 4.13, el profeta usa el cuerno de hierro y uñas de bronce para


simbolizar el poder en la guerra contra los enemigos. De esta manera Dios
estaría asegurando que el pueblo entendería la palabra que salía de la boca
de Dios. En Daniel 7.7, el profeta habla de unos dientes grandes de hierro
que devoraba y desmenuzaba simbolizando un ejército invencible.

El profeta Daniel simboliza cuatro reinos unos más fuertes que otros por
medio de materiales como el oro, plata, bronce
INTERPRETANDO LA PROFECIA
y hierro. El apóstol Pablo habla de la madera, heno y hojarasca
simbolizando la edificación espiritual de los hijos de Dios.
Simbolos especiales

Dios usa también algunos símbolos que son expresiones espirituales


difíciles de entender como los carros de fuego que vio Ezequiel. Dios ve a
sus ministros como llamas de fuego, simbolizando la llenura y el poder del
Espíritu sobre sus vidas. El día de pentecostés vieron lenguas de fuego,
sintieron que entraba un viento recio en un lugar cerrado, escucharon un
sonido fuerte, en la llegada del Espíritu Santo.

Estos símbolos, que algunos de ellos son raros o fuera de lo visto en la vida
diaria deben ser correctamente interpretados de acuerdo a las santas
escrituras. Dios nunca nos dará algo que no podamos entender o que nos
pueda confundir. Pues Dios no es Dios de confusión (1Corintios 14.33).

¿Como podemos comprender los simbolismos?

Aunque parece sumamente sencillo poder interpretar los símbolos


proféticos, no es así. Frecuentemente se cae en errores terribles al
interpretar los símbolos de una manera incorrecta y el propósito de Dios no
se cumple por errores humanos.

Aseguramos la correcta interpretación tomando en cuenta:


la sabiduría de diOs

Los dones espirituales se complementan el uno con el otro y se necesitan


mutuamente. Frecuentemente veremos el don de ciencia mostrando el
pasado, presente y futuro, mientras que el donde sabiduría da en el consejo
apropiado en el asunto descubierto. Este don es sustancial para asegurar la
correcta interpretación de los símbolos usados en las profecías.

Todo símbolo profético tiene una indicación específica y forma parte del
cuerpo del mensaje. Dios mismo da el entendimiento para traer la luz
correcta en cada declaración que sale del corazón de Dios.

lOs símbOlOs PrOféticOs usadOs en la biblia

El conocer los símbolos bíblicos nos da mucha luz acerca de la


interpretación correcta. Es por esto que debemos estudiar las escrituras
sistemáticamente y entender el uso que Dios le dio a cada símbolo en la
historia bíblica. Conocer la Biblia es una necesidad y nos asegura entender
la mente de Dios en todos sentidos.

Frecuentemente veremos que en el cuerpo del mensaje se encuentran


símbolos que fueron usados en alguna historia. Al conocerlos podemos
entender lo que Dios esta diciendo y damos la interpretación correcta al
mensaje que estamos recibiendo.

la exPeriencia de PrOfetas madurOs

La experiencia profética es muy valiosa. Cuando tenemos profecías difíciles


de entender podemos acudir a profetas maduros con experiencia para la
interpretación correcta.

Accedemos a esta experiencia en la tutoría profética y a los libros escritos


por personas de buen testimonio y de experiencia en el campo profético. La
riqueza de la experiencia de otros pueden ser de mucha utilidad para
nosotros cuando actuamos con humildad para aprender por medio de otras
persona.
INTERPRETANDO LA PROFECIA
el que trae la Palabra PrOfética tiene la
interPretación

Esto sucede con frecuencia. El vaso profético tiene la interpretación de lo


que está declarando. Junto con la palabra profética vine la interpretación del
cuerpo del mensaje. De hecho, podemos dar una palabra profética que
después recordamos e interpretamos, como que el Espíritu Santo recuerda
las palabras nuevamente y entendemos con precisión lo que le Padre está
entregando. En este sentido, la vasija profética debe tener una conexión
divina con Dios para entender su corazón en cada asunto.

Es recomendable grabar en audio o escribir la profecía para asegurar de que


el ministro profético no pierda la esencia de lo que Dios desea transmitir.
En ocasiones donde la palabra profética es abundante, es difícil recordar
todo lo que Dios entregó, pero al tener la palabra grabada o escrita,
podemos analizarla e interpretarla correctamente.

La interpretación correcta de la palabra profética es de vital importancia, si


queremos verdaderamente oír y entender lo que Dios nos quiere comunicar.
El propósito es poder ser obedientes al mensaje que Dios nos entrega, sea
de exhortación, consolación o edificación. En profecías predictivas,
podemos esperar su cumplimiento. En profecías donde Dios entrega una
comisión, podemos ser obedientes para cumplir fielmente lo que Dios nos
ordena.

Ninguna profecía es de interpretación privada, se requiere escudriñar lo que


el Señor dice a la luz de sus escritos sagrados, discernir completamente el
mensaje expresado y extraer su revelación a fin de recibir todo lo que él nos
quiere decir y entender el deseo de su corazón.

No es nada sencillo interpretar los mensajes proféticos, la


DON DE PROFECIA

falta de experiencia profética permite que se cometen errores que desvirtúan


lo que Dios desea transmitir. La falta de conocimiento bíblico y la pobre
experiencia profética puede causar deficiencias en la interpretación. El
conocer la Biblia y sus simbología profética, practicar el don
constantemente y las experiencias aprendidas, aseguran entender
correctamente el mensaje que Dios entrega.

Nuestro desafío es poder entender la Biblia, conocer los pasajes donde Dios
habla proféticamente y empaparnos del conocimiento de Dios para no
cometer errores. Dios nos entrega los dones para operar en ellos, nuestra
responsabilidad es lograr un equipamiento en conocimiento y unción a fin
de asegurar los buenos resultados y podamos ganarnos la confianza de Dios
para comisiones mayores cada día. Esto es demostración del justo juicio de
Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual
asimismo padecéis (2Tesalonisenses 1.5). Dios anhela que seamos tenidos
como dignos de manifestar el poder del reino y esto lo lograremos en el
momento que somos equipados y activados en los dones espirituales.

En esta semana, vas a orar a Dios para dar encontrar en la Biblia algunas
experiencias de profecías donde se usan símbolos proféticos. Después de
leerlas, pedirás a Dios la activación de los dones para tener estas
experiencias.

Durante la semana buscarás operar en los dones proféticos y tener


revelaciones o palabras proféticas específicas tanto para personas como
para algunos asuntos específicos.
140
FALSAS
ENSEÑANZAS
Y ENGAÑOS
C
A
P
Í
T
U7
L
O
Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo
viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean
con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor,
crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo de quien todo
el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se
ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su
crecimiento para ir edificándose en amor. �fesios 4.14-16

Y ENGAÑOS
Equipados en conocimiento y uncion

Durante la historia humana, siempre Dios nos ha apercibido de no caer en


las trampas y engaños que el enemigo prepara para atraparnos y desviarnos
de la verdad. En muchos pasajes bíblicos se nos instruye a permanecer en la
verdad y no fluctuar en todo viento de doctrina, ya que muchos falsos
maestros vendrían en el nombre del Señor ha enseñar doctrinas y
mandamientos de hombres y de demonios.

1. Hay diversos tipos de engaños en los que podemos caer. Las trampas que
otros tienden a nuestros pies con sus propias palabras erradas que vienen de
sus corazones y no de parte de Dios.

2. Podemos ser seriamente engañados por nuestros propios pensamientos,


influenciados por conjeturas personales de las experiencias vividas, pero
muy lejos de la verdad de Dios.

3. Las enseñanzas que el enemigo determina y pone en la mente de


personas que permiten la perversidad. 4. Ideas que pasan de generación en
generación sin la malicia de dañar pero son incorrectas.
Hay diversas ideas y enseñanzas acercas del campo profético y los dones
que impiden que muchos quieran acercarse o decidan caminar en este
llamado. El problema es generalmente la falta de conocimiento de las
mismas escrituras y la influencia de las enseñanzas de otros.

No se transmite la verdad tal como es, entonces la mentira y el engaño


toman lugar en el corazón y se malentiende lo que Dios quiere hacer y decir
a través de sus ministros proféticos. Muchos deciden no aventurarse a
permitir que los dones fluyan en sus vidas, el temor de lo que han
escuchado de las experiencias de otros los paralizan y prefieren no
intentarlo para no ser dañados.

El mismo hombre ha colaborado con el enemigo para sembrar temor e


impedir a los hijos de Dios fluir con libertad en sus dones y sobre todo los
proféticos. Sus propios tabúes se han transmitido al pueblo de Dios y han
causado graves estragos.

¿Cómo surgen estas falsas enseñanzas? La ignorancia de la Palabra de Dios,


y su mala interpretación bíblica ha impedido que la Iglesia opere en los
dones espirituales de una manera poderosa. La falta de equipamiento en
conocimiento y unción es una puerta abierta para la ignorancia. Un pueblo
ignorante es un pueblo pobre de mente y escaso de frutos.

La falta de operar en los dones espirituales ha provocado una pobre


producción de frutos en el reino de Dios. La falta de una enseñanza
sistemática en el cuerpo de Cristo ha dejado líderes recelosos de permitir
que los dones se desarrollen en las congregaciones.

Hoy esto ha cambiado, Dios mismo está despertando hambre en el


liderazgo de conocer la verdad presente y permitir que el poder de Dios sea
operado por sus hijos. He
Y ENGAÑOS

aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la
tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová
(Amos 8.11).

El establecimiento del reino de Dios consiste en la manifestación de su


poder y gloria en medio de su pueblo, al no creer y recibir los dones que el
Señor tiene para nosotros nos perdemos de grandes bendiciones
espirituales, e impedimos a otros recibirlos, siendo de tropiezo en su
crecimiento y fluir espiritual.Y estuve entre vosotros con debilidad, y
mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras
persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de
poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres,
sino en el poder de Dios (1Corintios 2.3-5).

El profeta Cliff Bell dice que en cada mover genuino de Dios, el diablo
siempre tratará de meter una “zancadilla” o tropiezo para estorbar,
distorsionar, distraer, engañar o desviarnos del propósito de Dios para
nuestras vidas1. En estos últimos tiempos se cumplirá plenamente la palabra
profética de Jesús: Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y
harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere
posible, aun a los escogidos (Mateo 24.24).

Cuando viene el mover genuino de Dios, también viene el mover del


enemigo trayendo el engaño. Tenemos que saber cómo identificar el engaño
y juzgar a los espíritus inmundos que traen una distorsión en el mover
profético. Jesús dijo a Pedro: ¡Quítate delante de mi Satanás! (Mateo 16.23)
porque este discípulo de Cristo no estaba escuchando la voz verdadera.
Jesús se dio cuenta que el apóstol Pedro tenía una visión incompleta y
expectativas equivocadas, su enfoque no
1 Todos pueden profetizar; Cliff Bell; Pag. 32
era el correcto, así que Pedro fue presa fácil de la trampa de Satanás para
imprimir una impresión profética equivocada.
Falsas enseñanzas
lOs dOnes nO sOn necesariOs

Este tipo de enseñanzas regularmente parten de denominaciones históricas


basadas en experiencias de teólogos que nunca han tenido una experiencia
con el Espíritu Santo. Debemos entender cinco asuntos importantes:

1. un don Espiritual no Es un lugar dE sErvicio. El don es

la habilidad, no donde se ejerce la misma. Se puede enseñar dentro o fuera


del ámbito de un aula formal, y en cualquier país del mundo. Es posible
ayudar en la iglesia o en el vecindario.

2. un don Espiritual no Es un oficio. El don es la habilidad

y se puede ejercer tenga uno o no un oficio en la iglesia local. El asunto es


entender que cualquier persona llena del Espíritu Santo puede operar en
cualquiera de los dones sin pensar que tiene que tener un cargo
determinado.

3. un don Espiritual no Es un ministErio a un grupo dE Edad

. No hay un don de ministrar a jóvenes, o a niños. Todas las edades


EspEcífica
necesitan el servicio de pastores, maestros, administradores, ayudantes, o
cualquier don del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo.

4. un don Espiritual no Es la tÉcnica dE una EspEcialidad.

No hay don espiritual de escribir o de educación cristiana o de música.


Estas son técnicas en las cuales se pueden usar los dones espirituales.
Y ENGAÑOS
5. un don Espiritual Es difErEntE dE un talEnto natural.

Un talento puede ser usado o no para servir al cuerpo de Cristo, mientras


que un don espiritual sirve positivamente.

Las personas que opinan que no es necesario operar en los dones


espirituales en este tiempo, que solo fueron para la Iglesia primitiva o que
ya pasaron de moda, lo más probable es que nunca han experimentado el
fluir del Espíritu en sus propias vidas o su teología no alcanza a comprender
que son las herramientas que Dios nos deja para manifestar el poder del
reino.

Según el teólogo Charles Caldwell2 existen tres categorías de dones en la


vida de todo cristiano.

1. HabilidadEs naturalEs. Dadas por Dios al uno nacer, incluyen cosas como el
cociente de inteligencia, una medida de salud y fuerza, talentos musicales,
habilidades lingüísticas, aptitudes para la mecánica.

2. HabilidadEs adquiridas. Entre éstas, cocinar, coser, manejar un automóvil,


aprender un idioma, tocar un instrumento, etcétera. Aunque quizás no
lleguemos a apreciar tales destrezas, recuerde que muchas personas en el
mundo tienen pocas oportunidades de adquirir habilidades en estas áreas.

3. donEs EspiritualEs. El creyente debe informarse de las distintas habilidades


que Dios ha puesto en su vida. En otras palabras, debe hacer un inventario
para saber qué mercancías tiene disponibles para el uso del Señor. Sólo a
través del proceso de hacer inventario periódicamente puede el creyente
discernir qué áreas de servicio debe explorar.
2  Teología básica; Charles Cadwell; Pag. 420

Necesitamos el poder de Dios para hacer su obra, ya que el evangelio debe


predicarse con portento de señales a los incrédulos. Se tiene que fluir en
toda revelación sobrenatural a fin de hacer con eficacia el trabajo
ministerial. Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros mi
Espíritu Santo y me seréis testigos en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo
último de la tierra (Hechos 1.8).

Los dones se descubren y se desarrollan por medio de la actividad en el


servicio a Dios. No podemos creer en los dones sino operamos en ellos. La
práctica trae percepción de todas las habilidades de uno, y son desarrolladas
como una práctica diaria.

Al intentar descubrir los dones espirituales, entonces no podemos rechazar


las oportunidades de servir, aunque piense que no caen dentro de la esfera
de sus habilidades. Es posible que Dios esté tratando de comunicarnos que
tenemos habilidades que aún no reconocemos.

Al estar activos en hacer lo que se pueda, entonces se presentarán otras


oportunidades que traerán a la luz dones espirituales adicionales. Por
ejemplo, hallamos a Felipe en el libro de los Hechos que ayuda a distribuir
dinero de socorro a las viudas necesitadas (y disgustadas) (Hechos 6.5).

Es de dudarse que antes de tomar este ministerio él se sentara para decidir


¡si tenía o no ese don espiritual! Aquí estaba una oportunidad para servir, y
él la aprovechó. Felipe demostró ser fiel al llevar a cabo esa humilde tarea.

El Señor entonces le confió otro ministerio de mayor peso, el de evangelizar


a los samaritanos (Hechos 8.5) y, después al eunuco de Etiopía. Por
continuar empleando ese don, llegó a ser conocido como Felipe el
evangelista (Hechos 21.8). Primero Felipe fue el ayudador de viudas para
luego convertirse en un gran evangelista.148
Y ENGAÑOS

El mismo principio obró en la vida de Esteban. Primeramente sirvió junto a


Felipe en ministrar a las viudas. Pero también estaba lleno de fe (Hechos
6.5), y era un gran testigo de Jesús (Hechos 7.1–53). La fidelidad es una
oportunidad que lleva a otras oportunidades.

Esta es una comparación interesante entre algunos de los dones espirituales


y algunos de los mandamientos que son dados a todos los creyentes. El
punto fundamental de esta comparación simplemente afirma que se nos
manda servir en muchas áreas, ya sea que pensemos o no que tenemos el
don espiritual correspondiente.

Recordemos que el Señor, si somos fieles en lo poco, en lo mucho nos


pondrá.
Dones espirituales » ManDaMientos

1. sErvir » Servirse uno al otro (Gálatas 5.13)


2. ExHortar » Exhortarse uno al otro (Hebreos 10.25)
3. dar » Todos debemos dar (2 Corintios 9.7)
4. EnsEñar » La Gran Comisión (Mateo 28.19)
5. HacEr misEricordia » Ser benignos (Efesios 4.23)
6. fE » Caminar por fe (2 Corintios 5.7)
7. EvangElizar » Todos debemos testificar (Hechos 1.8)

Así que, a todos se les manda desempeñar varios ministerios, ya sea que
posean el don espiritual correspondiente o no. Si obedecemos fielmente
estos mandamientos, seguramente descubriremos nuestros dones
espirituales particulares.
Los dones son habilidades y herramientas que Dios nos entrega nos ayudan
a cumplir los mandamientos de Dios. De acuerdo a las Escrituras, debemos
cumplir las ordenanzas o instrucciones que Dios nos da como sus hijos, los
dones son habilidades que nos ayudan a cumplirlos.

Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de


Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no
saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo y a éste crucificado. Y
estuve entre vosotros con debilidad y mucho temor y temblor y ni mi
palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana
sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra
fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios
(1Corintios 2.1-5).

Urge que la Iglesia del Señor fluya en ese “poder” del Espíritu, sobre todo
al profetizar para que la Iglesia crezca y madure. El mundo no tendrá que
acudir más a la psicología o psiquiatría para buscar una solución a sus
problemas, sino a la revelación de Dios.

En realidad necesitamos los dones y los frutos para desarrollar el trabajo al


que Dios nos ha enviado. No pueden estar separados, debemos anhelar los
dones y madurar en los frutos. No pueden estar separados o tener lo uno y
lo otro no.

Necesitamos los dones para que se manifieste el poder de Dios al mundo,


pero también requerimos los frutos porque a través de ellos seremos
conocidos como sus discípulos.

El apóstol Pedro fluía intensamente en los dones, pero en los frutos fallaba
penosamente.

Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de
condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con
los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque
tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación participaban
también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también
Y ENGAÑOS

arrastrado por la hipocresía de ellos. Pero cuando vi que no andaban


rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de
todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por
qué obligas a los gentiles a judaizar? (Gálatas 2.11-14).

Este Pedro que sanaba a los enfermos tan solo su sombra cayera sobre ellos,
le faltó carácter para actuar adecuadamente con gentiles y judíos. Aunque
era un hombre lleno del Espíritu Santo y muy usado por Dios, había esa
área de la conducta que tenía que mejorar. Esto nos anima a creer que
aunque estamos en un proceso de madurez y equipamiento, podemos operar
en los dones esperando seguir creciendo en el carácter de Cristo.

¡Cuando se trabaja solo en los frutos se producen personas legalistas!


la mentalidad que nO es del reinO

El mensaje que se escucha frecuentemente es: "Soy un cristiano común y


Dios no me ha otorgado ningún privilegio especial. Esta es una mentira que
muchos se creen sin luchar para cambiar esta mentalidad.

De hecho, algunas personas insisten en tener una mentalidad arraigada fuera


de la mente de reino.
La Biblia dice que tenemos la mente de Cristo (1Corintios 2.15-16).

Frecuentemente vemos a personas cargando con una falsa culpa que les
consume, más cuando ven otros ministerios que operan en dones que ellos
anhelan.
Así que, ¿a quién le echan la culpa?
› ¿Acaso no soy lo suficientemente consagrado? › ¿Acaso tengo algún
pecado sin confesar?
› ¿Acaso soy indigno de operar los dones espirituales? › ¿Acaso está Dios
enojado conmigo?
› ¿Acaso no estoy orando lo suficiente?
› ¡No me he ganado la confianza de Dios!

› ¡Si pudiera consagrarme tanto como este gigante espiritual a quien estoy
escuchando, sería capaz de igualarlo en su efectividad en el ministerio.

Los que han permitido dejarse engañar de esta manera tan

Los que han permitido dejarse engañar de esta manera tan 14. ¿Acaso
tienen todos el don de la sanidad? Obviamente no.

¿Acaso todos realizan milagros? Obviamente no. ¿Acaso tienen todos el


don de la administración? Obviamente no. ¿Acaso tienen todos el don de la
ayuda? Obviamente no. ¿Acaso tienen todos el don de la intercesión?
Obviamente no (1Corintios 12.17-30).

Si todos tuviéramos el mismo don, el cuerpo estaría totalmente deforme. El


apóstol Pablo dice: Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si
todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? Mas ahora Dios ha colocado los
miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como Él quiso (1Corintios 12.17-
18).

lOs frutOs nO sOn tan imPOrtantes, lO únicO que necesitO sOn lOs dOnes esPirituales

Los dones son necesarios e imprescindibles, sin embargo no podemos


caminar solo con ellos. Así como los frutos sin dones crea legalismo, los
dones sin carácter crean solo una fantasía cristiana.

Hay personas que centran su ministerios en un mover de


Y ENGAÑOS
los dones espirituales, pero que son malos ejemplos para el cuerpo de Cristo
porque no han crecido en carácter.

Por otro lado, la gente sigue más fácilmente a las personas que manifiestan
los dones y su crecimiento no tiene un equilibrio. Por esto el apóstol Pablo
le escribe a Timoteo.

Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad,


amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me
sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he
sufrido, y de todas me ha librado el Señor (2Timoteo 3.10-11).

¡Doctrina, conducta! ¿Qué quiere decir esto? Pablo enseñó los pasos a
seguir, ser edificados con palabra y doctrina, pero también el crecimiento en
la conducta (carácter, frutos).

¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta


sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención
en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta
sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.
Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra
perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después
pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin
incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para
aquellos que hacen la paz (Santiago 3.13-18).

¡Muestre por la buena conducta sus obras! El apóstol Santiago muestra los
dos extremos. Por un lado las personas que muestran sus obras a través de
la buena conducta.

El otro extremo es la falta de carácter traducido en celos, contención,


sabiduría terrenal, animal, diabólica. ¿En que terminan estos extremos?

El primero nos lleva a glorificar a Dios. El segundo produce perturbación y


toda obra perversa. Perdamos el miedo, el temor, avancemos hacia una
plena obediencia, crecimiento de carácter, accionando los dones para que el
nombre de Jesús sea glorificado.

hay que buscar al dadOr de lOs dOnes y nO lOs dOnes

Esta falsa enseñanza dice que no busquemos los dones espirituales, sino
solamente al dador de los mismos y eso es suficiente. Que lo prefiramos a
Él y no seamos interesados en buscarle para obtener sus dones.

Dios quiere que tengamos hambre de Él y anhelo por recibir sus regalos,
sus dones, sus manifestaciones y sobre todo, su poder para establecer su
reino de manera sobrenatural y él sea glorificado en todo lo que hagamos.

Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que
profeticéis (1Corintios 14.1).

Sus dones constituyen la capacidad divina para manifestar su poder al


mundo y convencer a los incrédulos que es un Dios vivo y poderoso. Si
rechazamos sus dones, le rechazamos a Él, e impedimos que se manifieste a
través de para que el mundo le escuche y haga su voluntad.

Dios quiere que manifestemos sus milagros, sanidades, profecías, palabras


de ciencia, palabras de sabiduría, discernamos los espíritus que tienen atada
a la gente y les liberemos de toda opresión.

Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os
fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en
él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de
Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en
Y ENGAÑOS
ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo
(1Corintios 1.4-7).

El rey Saúl gobernó a su pueblo sin tener el arca del pacto, símbolo de la
presencia de Dios, que se asemeja a una congregación sin la operación de
los dones espirituales.

Alguna vez vi el título de un libro que decía como ser lleno del Espíritu
Santo sin hablar en otras lenguas. Esto no puede suceder jamás, las lenguas
son la evidencia real de la llenura del Espíritu.

Es el momento de anhelar lo que es nuestro. Jesús dijo: Pues si vosotros,


siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más
vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? (Mateo
11.13).

El quiere que le busquemos intensamente, que día a día haya esa comunión
con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, pero no podemos hacer solo esta
parte y descuidar negligentemente el uso de los dones que él nos ha dado
para manifestar su poder y gloria en la tierra a todos los hombres.

No confundamos el deseo de tener sus dones para manifestar al mundo su


poder, con el deseo equivocado de tener sus dones para un reconocimiento
personal.

¡No podemos pedir solo dones o solo la presencia de Dios! Dios desea
darnos las dos cosas, el dador de los dones YA está en nosotros y desea
darnos los dones para que glorifiquemos a Dios al manifestarlos.
anhelar lOs dOnes nO es cOrrectO

Dios nos dio su Espíritu para que estuviera con nosotros como nuestro
consolador y sus dones para hacer su obra con eficacia y manifestar su
poder.

Es cierto que algunas personas que no han vivido una experiencia con los
dones piensan que no debemos anhelar los dones, sin embargo, el apóstol
Pablo nos sugiere que podemos hacerlo.

Él quiere que seamos bendición para muchos que no le conocen y a través


de la manifestación de sus dones vengan a él. Jesús nos da una parábola
alusiva a este asunto tan importante:

Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a


medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha
venido de viaje y no tengo qué ponerle delante; y aquél, respondiendo desde
adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños
están conmigo en cama; no puedo levantarme y dártelo os digo, que aunque
no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad
se levantará y le dará todo lo que necesite. Y yo os digo: Pedid y se os dará;
buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo aquel que pide recibe;
y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre de vosotros, si
su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si pescado, en lugar de pescado,
le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si
vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto
más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
(Lucas 11.5-13).

Jesús enseñó a través de esta parábola, el principio de pedir para recibir lo


que necesitamos, pero sobre todo aclaró que cuando le pedimos a él lo
espiritual no nos vendrá nada de parte del enemigo. Él nos anima a buscar
con insistencia ese alimento espiritual para otros, y no nos dará nada malo,
sino lo bueno, lo mejor porque somos sus hijos.

El apóstol Pablo nos dice que debemos procurar los dones


Y ENGAÑOS

espirituales, no solo anhelarnos, sino luchar por ellos. Pongo este ejemplo.
¿Por qué, tanto el Padre, como el Hijo y el Espíritu Santo nos dan dones?
¡Para operarlos y cumplir con la comisión que nos ha entregado!

Avancemos en esto, ¿puede traer algún problema físico, mental, emocional,


o incluso, el enemigo puede dañarnos al operar los dones espirituales? ¡De
ninguna manera! Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no
práctica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el
maligno no le toca (1Juan 5.18).

¡El maligno no me toca! Si estoy en plena obediencia a Dios, el enemigo no


puede tocarme. ¿Por qué? ¡Porque Cristo me guarda! Operemos en los
dones sin temor, Dios se glorificará a sí mismo a través de nosotros. He
escuchado personas que dicen que si nosotros operamos los dones el diablo
se enojará con nosotros. La realidad es que los dones son las herramientas y
habilidades para hacer retroceder el imperio del diablo, no usarlos es luchar
sin armas espirituales. El diablo genera este tipo de temores para que los
cristianos no se esfuercen en buscar los dones espirituales y no operen en
ellos, él sabe que es la forma de someterlo y tener victoria en Cristo.

lOs dOnes sOn sOlO Para lOs creyentes muy esPirituales

El apóstol Pablo enseñó claramente respecto a los dones espirituales a la


iglesia de Corintio y dejo instrucciones precisas cómo debía permitirse el
uso de este don de profecía en las reuniones. Porque podéis profetizar todos
uno por uno, para que todos aprendan y todos sean exhortados (1Corintios
14.31). El apóstol dice que todos pueden profetizar, no dice que solo los que
son muy espirituales.

Jesús dijo: mis ovejas oyen mi voz, si todos podemos oír su voz, entonces
todos podemos recibir sus mensajes y hacer su voluntad. En nuestro interior
está implícita la capacidad de escuchar a Dios y profetizar sus palabras a
otros, esto no está limitado a ninguna persona en particular.

De la misma manera hablamos de los otros dones. Jesús dijo que


impondremos las manos en los enfermos y sanarán, no dijo que solo los
muy espirituales lo pueden hacer. Es cierto que todos estamos en un proceso
de crecimiento y madurez, mientras que seguimos creciendo como hijos de
Dios, también estaremos creciendo como ministros que operamos
apropiadamente los dones espirituales.

Los Corintios fueron instruidos por el apóstol Pablo a procurar profetizar


más que el fluir en cualquier otro don ya que el hacerlo es de grande
bendición en medio de los creyentes e incrédulos. Así que, quisiera que
todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque
mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las
interprete para que la iglesia reciba edificación (1Corintios 14.5).

Si, pues, toda la iglesia se reúne en un solo lugar y todos hablan en lenguas
y entran indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos? Pero si todos
profetizan y entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por
todos es juzgado; Lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así,
postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente
Dios está entre vosotros (1Corintios 14.23-25).

Es una falsa enseñanza creer que solo algunos pueden alcanzar esa madurez
para ejercer los dones espirituales y se pone en ocasiones al que profetiza en
un lugar especial como el único que puede oír a Dios y operar en los dones
de una manera más especial que otros.

Dios entrega sus dones no por el esfuerzo humano o la


Y ENGAÑOS

consagración extrema de alguien, sino son regalos para todos sus hijos, solo
tenemos que anhelarlos y pedirlos y él los repartirá como quiera de acuerdo
a nuestro llamado. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu
para provecho (1Corintios 12.7).

lOs dOnes cambian a las PersOnas

He hablado con algunas personas que expresan el temor de operar en lo


dones espirituales porque piensan que el tener “mucho de Dios” puede
cambiar a las personas. Escuche decir a alguien que no quería operar mucho
en los dones porque podría venir orgullo y altivez. Esto está lejos de la
verdad.

En relación a este asunto, podemos analizar algunas cosas incorrectas:

a. Solamente aquellos que ya alcanzaron una gran madurez pueden ser


usados por Dios para demostración de su poder sin distorsionar la verdad y
sin convertirse en personas extremistas. Los creyentes pueden expresar el
fluir de los dones y todavía ser personas normales, tener en sus propias
vidas asuntos que resolver y Dios los usará en la medida que los lleva hacia
la madurez.

Este proceso de madurez es inevitable en todos nosotros. Al principio nos


vamos a equivocar y habrá muchas cosas estorbando en nuestros corazones,
pero el Espíritu Santo trata con su templo y las vasijas serán hechas nuevas,
transformadas por su poder caminando hacia la perfección y santificación.
Jesús caminó con sus discípulos durante tres años y medio, los formó,
equipó, los envió y los cuidó durante este tiempo. Mientras que estaban
siendo formados, Jesús permitió que operaran en los dones espirituales y los
envió de dos en dos a manifestar le poder del reino.
b. Esta es una declaración incompleta y fuera de lugar: Las

grandes manifestaciones del poder de Dios, vienen a través de ministros


muy consagrados, cuyo crecimiento espiritual ya es aprobado y su carácter
manifiesta todos los frutos del Espíritu. Dios usa al que él quiere y reparte
sus dones como él quiere, hay un momento para ser usados y grandes cosas
van a ocurrir. Los milagros no se manifiestan por la gran santidad del
ministro usado por el Señor, o los frutos desarrollados en su vida, sino por
Dios y su propósito.

Recordemos que son dones de gracia. Somos los recipientes y conductores


de la misericordia de Dios a favor de otros. Esto no quiere decir, que un
ministro puede ejercer sus dones sin preocuparse de crecer espiritualmente,
despojándose del viejo hombre y vistiéndose del nuevo, ya que es necesario
avanzar hacia la llenura de amor y frutos del Espíritu Santo, pues esto nos
dará el verdadero testimonio que es Dios quien no usa.

Dios puede usar a cualquier persona en el momento que él lo decida. No


importa en el nivel de madurez en que estamos, ni tampoco el conocimiento
que tenemos. Es una verdad que entre más crecemos y más conocimiento
tenemos, Dios nos dará el privilegio de participar en comisiones de mayor
responsabilidad.

c. Esta declaración también es incompleta y falsa: Dios usa a todos por


igual, no necesitas esforzarte, solo déjate usar y listo. Esto no es cierto, las
personas que Dios más usa son aquellas que se dedican a buscar la
presencia de Dios, crecen en carácter y en conocimiento.

Una y otra vez veremos que entre más formación y equipamiento tengamos,
las herramientas y habilidades serán mayores. Esto nos debe animar a
buscar con
Y ENGAÑOS

mayor intensidad ser equipados en conocimiento y unción, practicando los


dones que a Dios le ha placido otorgarnos.

e l ministrO que manifiesta grandes dOnes, seguramente nO se equivOca Jamás, tOdO lO


que dice y hace es cOrrectO.

Cualquier ministro, puede ser grandemente usado por Dios en la


manifestación de sus dones de gracia, sin que en su vida haya sido forjado
un fundamento correcto de la palabra y puede haber asuntos de los que
hablará o profetizará que deben ser corregidos, escudriñados y juzgados de
acuerdo a la instrucción bíblica, no importa los años que tenga operando en
los dones espirituales.

Grandes personajes de la historia se han equivocado más de una vez cuando


Dios les usa. Tanto en el campo profético como en la operación de otros
dones. Esto no ha cambiado, claro que es importante tener una adecuada
formación para asegurar los buenos resultados en el reino de Dios.

El apóstol Pedro era muy usado en señales y maravillas, tanto que con
cuando su sombra caía sobre los enfermos eran sanados, sin embargo el
apóstol Pablo le tuvo que llamar la atención debido a su falta de carácter.

Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del


evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los
gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?
(Gálatas 2.14). Como podemos observar, Pedro era un instrumento de Dios
y los dones de sanidades y milagros estaban muy activos en su ministerio,
pero por otro lado estaba en un proceso de madurez y crecimiento en
conducta.

Esto lo vemos en diferentes hombres y mujeres de Dios, pueden ser muy


usados por Dios, pero su conducta es pobre y su testimonio no es muy
completo. Es aquí donde los verdaderos padres son necesarios para formar
carácter en los hijos de Dios, principalmente a los que van al ministerio.

el balance adecuadO es necesariO

Una de las cosas más importantes que tenemos que hacer para crecer sanos
y ser fructíferos en la obra de Dios, es quitar todo misticismo de nuestra
actuación profética y tratar con aquellos deseos carnales que nos motiven a
querer parecer muy espirituales. La mente de reino nos permite ver lo que
Dios ve, como Él lo ve. La Biblia dice que tenemos la mente de Cristo.

Regularmente la gente pone sus ojos en el que profetiza y en lo que declara.


Esto no es incorrecto cuando el balance es adecuado. El problema es el
misticismo con que se profetiza o se opera cualquier don. He visto a
personas que gritan, levantan la voz, se transforman al momento de están
operando los dones.

Esto no lo vemos en Jesús, tampoco en algunos de los profetas del NT. Es


cierto que en el AT algunos profetas actuaron bajo la influencia del Espíritu
Santo para hacer algunas cosas raras, sin embargo la evidencia del NT es la
operación de los dones y del don de profecía de una manera equilibrada.

¿Es pecado poner los ojos en el que profetiza? Creo que todos tendemos
como seres humanos a poner los ojos en otras personas que podemos seguir
como modelos en el camino cristiano.

El problema es cuando polarizamos e idolatramos. Nuestro


Y ENGAÑOS

caminar debe ser balanceado y confiar en las personas. La conducta del que
profetiza debe ser intachable lo que dará seguridad al oyente que es Dios
hablando.

En ocasiones se fluye en cierta metodología o misticismo para poder recibir


o entregar un mensaje profético. La gente ya espera ansiosa que se den
estos pasos específicos para reconocer que el profeta ya está conectado con
Dios y viene la profecía en camino para ser entregada. Esto crea un
sensacionalismo o extremismo que no es adecuado.

La expectativas deben ser las correctas y bajo la dirección del Espíritu


Santo. Algunos piensan que usar una voz más grave y profunda, poderosa y
fuerte, acompañada de un poco de temblor y gritos desaforados la palabra
profética será más efectiva o creíble.

Carácter en el ministro profetico

El hecho que alguien profetice y dé a conocer secretos muy ocultos de parte


de Dios o entregue grandes revelaciones presentes o futuras, haga grandes
señales o milagros, no le hace exento de considerar falta de carácter y debe
ser corregido como cualquier otro hijo de Dios, se debe mantener bajo la
supervisión de una autoridad espiritual y estar dispuesto a enmendar toda
actitud o pecado que el Señor dé a conocer.

La humildad es un requisito indispensable en la vida de todo ministro y


debemos estar alertas para reconocer nuestras debilidades humanas y con
mansedumbre permitir al Señor nos forme a su imagen y semejanza.
Tengamos cuidado con el auto-engaño, no podemos pensar de esta manera:
Como Dios me usa con sus dones proféticos en grande manera, esto
equivale a que todo lo que hago o hablo está bien, Dios está de acuerdo y
me respalda.
Somos mayordomos de lo que nos entrega para desarrollar la comisión a la
que él nos ha llamado. Daremos cuentas de todo lo que recibimos, al que
mucho recibe, mucho se le demanda. Puedo ver muchos predicadores
sensacionalistas, ministros proféticos que pretenden brillar más que otros,
incluso más que Dios. El que Dios use a una persona y los dones operen en
su ministerio, no quiere decir que eso avala su conducta.

¡Alguien dijo que lo que se construye con la operación de los dones, se


destruye con el mal carácter o mala conducta!

Un engaño muy fuerte que tenemos que enfrentar es el pensar que operar en
los dones espirituales nos hace inmunes a un comportamiento incorrecto. El
apóstol Pablo animó a sus discípulos a imitarlo (1Corintios 4.16) en su
comportamiento o forma de conducirse. Es un engaño pensar que por ser
usados por Dios o tener una fuerte unción se puede hacer cualquier cosa con
la conducta. ¡Debemos ser personas irreprensibles!

la agenda de diOs en el camPO PrOféticO

Dios tiene una agenda que nosotros vamos a seguir en el campo profético
para este tiempo. He visto que Dios está pasando la estafeta de la
restauración de los cinco ministerios de Efesios 4, a la última reforma de la
Iglesia, La Manifestación de los Santos.

Durante esta etapa, Dios está formando un ejército de ministros proféticos


que seguramente estarán preparando la segunda venida de nuestro amado
Salvador.

¿Qué está haciendo Dios para activar los ministros proféticos?


Y ENGAÑOS
diOs está levantandO hérOes anónimOs

¿Quiénes son estos héroes anónimos? Personas que por lo general no


estaban funcionando en lo profético, pero Dios los está activando para
formar el ejército profético. En las congregaciones hay muchas personas
que están sentadas pero sienten inquietud por involucrarse en el campo
profético. Solo están esperando una oportunidad de ser involucrados, la
señal del cielo está apareciendo, se sienten inquietados por el Espíritu Santo
para buscar su llamado.

Nos serán grande personalidades, ni grande teólogos o poderosos


predicadores, sino cristianos comunes sentados en las sillas de las iglesias
que están impacientes por hacer brillar a Dios y no ellos mismos. Hay una
renovación extraordinaria en la mente de personas religiosas que están
despertando a buscar la manifestación de los dones espirituales. El brillo de
Dios aparece en las personas que no tiene una gran trayectoria, no buscan
fama, ni siquiera esperan ser premiados por su labor, sino anhelan
ardientemente ser usados por el Espíritu Santo.

¿Recuerdas las hijas de Felipe el evangelista? Pareciera ser que ellas


simbolizan estos héroes anónimos, ni siquiera menciona la Biblia sus
nombres, pero sabemos que eran ministros proféticos. Hay muchas personas
sentados en una silla de la iglesia que están anhelando ser formados,
capacitados y comisionados en el campo profético.

Dios usará ministros proféticos maduros y escuelas proféticas para formas,


capacitar y comisionar a estos héroes anónimos.
diOs está POniendO el fundamentO cOrrectO en el camPO PrOféticO

Esta es una tarea que Dios ha comisionado a profetas maduros como el


Obispo Bill Hamon y el profeta Cliff Bell, entre otros profetas muy usados
por Dios, quienes están siendo usados para poner los fundamentos correctos
en el campo profético. Como hemos visto, hay muchas falsas enseñanzas y
engaños en el campo profético. En el caminar como ministros proféticos
nos encontraremos con muchas situaciones de error que tenemos que
corregir. Recordemos que la profecía no es de índole privado. Tenemos que
cotejar la revelación que Dios le entrega a un profeta con lo que Dios le está
entregando a otros, de tal manera que no se caiga en engaños y falsas
revelaciones que afecta al cuerpo de Cristo.

La Escuela Profética Redime (UPRE) es una herramienta muy útil para


poner estos fundamentos, estamos haciendo el esfuerzo de llegar a todos los
hijos de Dios que están siendo inquietados por el Espíritu Santo para ser
parte del ejército profético de Dios.

diOs está PrOvOcandO un equilibriO en tOdOs sentidOs

¡Este equilibrio es sumamente necesario! Un equilibrio y estabilidad


doctrinal, desarrollo de carácter en los ministros proféticos, desarrollo de
paternidad y tutoría, son sumamente necesarios en la plataforma que Dios
está poniendo en este ejército de ministros proféticos.

El ministro profético más usado por Dios y que puede escalar a desarrollar
niveles fuertes y altos en lo profético, es el que ha alcanzado un equilibrio
en su vida natural y espiritual.

Este equilibrio viene por varias fuentes. Primeramente de


Y ENGAÑOS

un padre espiritual que pone el fundamento en conducta, la labor pastoral


quien forma el carácter en la vida de los ministros de Dios. Seminarios,
congresos, escuelas, todo el equipamiento que viene de ministros maduros y
con experiencia que ayuda en el establecimiento de los nuevos ministros
proféticos.

El apóstol Pablo le dice a Timoteo: Pero tú has seguido mi doctrina, me


conducta… (2Timoteo 3.10). El apóstol se pone como ejemplo para sus
hijos espirituales, tanto en la sana doctrina como en la conducta. Así, pues,
téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los
misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada
uno sea hallado fiel. Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o
por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo (1Corintios 4.1-3).

diOs esta equiPandO en cOnOcimientO y unción

Este equipamiento tiene que ver con la impartición de conocimiento y


unción. El conocimiento que viene por medio de la formación sistemática
debe ir acompañada de la activación de los dones espirituales.

La unción es la misma palabra de Dios engendrada en la vida del ministro


profético que provoca el fuego espiritual. La operación de los dones
espirituales viene en el conocimiento y activación de cada uno de ellos. Los
frutos son mayores cuando los dones son operados con regularidad.

Necesitamos ser humildes y diligentes en el estudio sistemático de la


palabra de Dios en todos sentidos. El equipamiento de conocimiento es en
todos sentidos, debemos ser capacitados teológicamente en todas las áreas,
debemos conocer la palabra de Dios en todos los sectores de la Biblia.

Este conocimiento viene por las escuelas de formación, de liderazgos,


seminarios y congresos. El ministro profético que se prepara
constantemente dará mejores y mayores frutos dejando una huella de
bendición por dónde camina.

frutOs en calidad y cantidad

¡Dios estará esperando los frutos del gran ejército profético! Este ejército
profético coadyuvará en levantar la gran cosecha. Los frutos serán grandes,
Dios los estará esperando de nuestro esfuerzo y dedicación a la comisión
que nos ha llamado.

Estamos viviendo lo más grande de la historia de la Iglesia, el infierno está


temblando y las almas esperando ser salvadas y llevadas a los pies de
nuestro Salvador.

Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de


los hijos de Dios (Romanos 8.19). En el AT vemos que cuando los reyes
necesitaban dirección corrían con los profetas para escuchar el consejo de
Dios. Esto está siendo activado hoy en día.

Los ministros proféticos están entrando en escena trayendo la voz de Dios


de una manera extraordinaria. No estoy diciendo que no podemos escuchar
la voz de Dios de una manera personal, sino que regularmente
necesitaremos ser confirmados, animados, exhortados, consolados,
edificados, direccionados, por medio de la voz profético. Esto nos dará
seguridad de que estamos dando los pasos correctos.

El pueblo profético estará actuando con prontitud, eficacia, diligencia, para


dar ayudar a levantar la gran cosecha de este tiempo. La actividad profética
irá desde dar consejo sabio hasta abrir los cielos en el momento de destruir
el poder del
Y ENGAÑOS
infierno, desatar la bendición del cielo y animar al pueblo de Dios a
mantener la pureza y santidad.

Nuestro Señor Jesucristo nos ha apercibido en su Palabra de mantenernos


velando y orando para que nadie nos engañe, porque muchos falsos profetas
y falsos maestros estarían surgiendo en estos tiempos, sería peligroso
escucharles, prestar nuestro oído a sus enseñanzas sin confirmar la verdad
de ellas a la luz de la Palabra.

Somos responsables de establecer los fundamentos correctos en lo


profético. Después de aprender estas lecciones debemos preocuparnos y
ocuparnos por enseñar y vigilar que la verdad se establezca sin enseñanzas
torcidas.

Apliquémonos en desarrollar carácter, equilibrio doctrinal, esforcemos en la


obediencia a las comisiones proféticas, esto agrada a Dios y seguramente en
el futuro nos entregará asuntos proféticos de mayor responsabilidad y
envergadura.
niveles
del don
de profecia
C
A
P
Í
T
U8
L
O
Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros:
Bernabé, Simón el que se llamaba Níger, Lucio de Cirene, Manaén el que se
había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando éstos al
Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo
para la obra a que los he llamado.
�echos 13.1-2
DE PROFECIA
La voz profetica es la voz de Dios

En un seminario profético me abordó una persona y me pidió que si podía


darle una palabra del corazón de Dios. Ya que contábamos con un grupo de
ministros proféticos que estaban dando palabra profética personal, le
pregunté si ya le habían dado una palabra. Su respuesta fue: ¡Desde luego
que si! Pero no estoy satisfecho, siento más confianza con usted.

¿Debemos de tener más confianza en la profecía que nos da cierto tipo de


personas? ¿Nos da más seguridad la palabra profética de un ministro
profético con experiencia? ¿La profecía de ministros proféticos maduros
puede ser más amplia y profunda? ¡Desde luego que sí! Con humildad
puedo escuchar la palabra profética de una persona que inicia a profetizar,
pero confiaré mucho más en la palabra que me pueda dar una persona con
experiencia profética. ¿Por qué? Simplemente porque su crecimiento y
madurez nos asegura una mejor sintonía con Dios y por supuesto una
palabra más segura y profunda.

Un ministro profético estaba dando una palabra, la profecía dio cierta


información al receptor, pero no era suficiente, me di cuenta que era todo lo
que había podido escuchar del corazón de Dios. Sentí que había más en el
corazón del Padre para este hijo de Dios y me permití continuar con la
profecía.

¿Qué sucedió? El transmisor de la profecía era un ministro profético


principiante y su profecía no era tan rica ni profunda. Así que tuve que
ayudarle para que la palabra estuviera completa.

¡Esto me dice que podemos tener niveles proféticos! El apóstol Pablo


recomienda a la iglesia de Tesalónica diciendo: No menospreciéis las
profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno (1Tesalonicenses 5.20-21).
¿Por qué el apóstol dice: Retened lo bueno? Seguramente el apóstol sabía
que en las profecías podría venir algo de información incorrecta o
distorcionada. Es aquí donde el ministro profético tiene que madurar en el
don.

El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias (Apocalipsis
2.7). Ciertamente el Espíritu Santo tiene mucho que decirle a la Iglesia; lo
hará en directo, pero también lo hará a través de Sus siervos los profetas.
Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos
los profetas (Amós 3.7). Cuando hablo de los profetas, no me refiero
solamente al vidente del Antiguo Pacto; tampoco hablo del creyente que
fluye en el don de profecía en medio de la congregación. Hoy día también
hay profetas; en cierne pues muchos todavía no han desarrollado
plenamente su ministerio. Confiamos que este escrito sea de ayuda para
ellos, de manera que a través de la unción profética sean despertados,
ubicados y establecidos en el propósito eterno de Dios13.

Estos ministros proféticos que se están desarrollando deben ser guiados a


una madurez y crecimiento, deben ser
3 Que todos profeticen: Dra. Emma de Sosa; Página 6
DE PROFECIA

perfeccionados en el don que el Espíritu Santo les ha entregado. La voz es


la expresión del espíritu del hombre. Por eso es necesario que hablemos lo
que Dios entrega en nuestros corazones.

Esta voz que viene del Padre tiene un poder creativo, seguramente va a
producir algo en la persona que la escucha. En la creación de todo lo que
vemos en este planeta tierra vemos a Dios hablando y en cada orden algo se
creó por el poder de su Palabra.

Esa palabra que salió en el principio, es la misma Palabra que habló a


Moisés desde la zarza ardiendo, esta voz ya no la escuchamos desde afuera,
está dentro de nosotros mismos.

El ministro profético debe entender esto: Si entresacares lo precioso de lo


vil, serás como mi boca (Jeremías 15.19). ¡Serás como mi boca! Este es el
principio básico de los niveles proféticos, la voz de Dios es manifestado por
las vasijas proféticas que después de ser formados y equipados pueden ser
la misma boca de Dios. Cuando sacamos lo precioso, somos la trompeta de
Dios.

Lo precioso es Él, lo vil es la naturaleza pecaminosa. Sólo debemos hablar


lo que Él dice a nuestro interior, al soltar su voz y el poder creativo saldrá
con esa palabra.

El ministro profético tiene la responsabilidad de impartir, activar, para que


surja desde dentro de nosotros lo profético. Dios quiere que se levante no
sólo un ministro profético, sino una generación profética para que la Iglesia
sea la voz de Dios en la tierra. Dios está llevando lo profético en la tierra a
su máxima expresión y debe ser equipado en conocimiento y unción a fin
de dar los frutos correctos en todo lo que sea asignado del cielo.

Cuando Jesús ascendió y envió al Espíritu Santo, la primera manifestación


de los que estaban en el aposento alto fue una expresión vocal, lenguas de
fuego se aparecieron y halaron en otras lenguas. Cuando Dios nos llena algo
surge de dentro de nosotros que se manifiesta como una expresión creativa
del poder de Dios en nosotros.

María la profetiza, Débora la jueza, manifestaron con cántico la libertad,


cada palabra que salía de sus bocas estaban provocando un ambiente
espiritual a favor del pueblo de Dios. Cuando el pueblo fue llevado cautivo,
ellos colgaron las arpas y no pudieron cantar, la voz profética expresada fue
callada y con ello el poder creativo de Dios.

Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos, y aun llorábamos,


acordándonos de Sion. Sobre los sauces en medio de ella colgamos nuestras
arpas. Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, y
los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos
algunos de los cánticos de Sion. ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová en
tierra de extraños? (Salmos 137.1-4).

El Salmo 137 expresa ese sentir de los hijos de Dios que estaban cautivos,
ellos se sentían tan oprimidos que no podían cantar ni expresar alabanzas a
Dios. Ellos colgaron sus instrumentos y la voz profética fue callada. La voz
creativa de Dios fue callada y con eso el poder de la liberación que se
desata a través de las declaraciones proféticas por medio de frases de fe,
cánticos y danzas, expresando lo que el Espíritu desata de nuestro interior.

En el libro de los Hechos vemos como estos hombres llenos del Espíritu
Santo, predicaban con poder, hablaban con autoridad. La voz de ellos, que
literalmente era la voz de Dios, hacía que miles se convirtieran.

El enemigo siempre ha intentado detener esa voz creativa


DE PROFECIA

de Dios. Persiguió a Juan pues él era la voz que clama en el desierto, mató a
los profetas, trato de detener a los discípulos del Señor y está tratando de
enmudecer al ejército profético de este tiempo, sin embargo puedo ver
como el Espíritu Santo continua equipando a los que serán la amenaza del
infierno para este tiempo.

De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió,


tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a
vida. De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los
muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. Porque
como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener
vida en sí mismo (Juan 5.24-26). Esta palabra tiene poder hoy mismo. El
que oye la palabra de Jesús pasa de muerte a vida. La voz profética trae
vida al que la escucha, es la misma vida de Cristo inyectada en las personas
que necesitan ser animadas y proyectadas a nuevas dimensiones.

Formas como Dios se expresa

¿Cómo podemos reconocer la voz de Dios? ¿Quién puede profetiza? ¿En


quién puedo confiar? Bueno para esto debemos saber cuáles son las formas
o las maneras en que opera la voz profética.

Dios susurra sus pensamientos al creyente por medio de la voz profética.


Cuando un recibe una palabra profética personal debe tener confirmación
en su interior, juzgar la palabra, sacar lo bueno y retenerlo.
Aunque la profecía persona no es para sustituir el orar, buscar a Dios y a su
Palabra nos ayuda a confirmar lo dicho por el Señor en la intimidad.

La profecía personal siempre ha sido un método de Dios para hablar al ser


humano. Cuando los reyes necesitaban escuchar a Dios iban al profeta.

Entendemos que hoy el Espíritu Santo esta en nosotros y de él podemos


recibir toda la información necesaria, sin embargo, el creyente, por más
maduro que sea puede equivocarse en escuchar esa voz, principalmente en
casos delicados, es ahí donde la profecía personal es de gran ayuda
confirmando lo que el Espíritu nos dice en la intimidad.

esPíritu de PrOfecía O ambiente PrOféticO

Es la manifestación a través de cualquier creyente que actuando en fe


profetiza en la congregación en momento de la adoración o en la oración o
estando en una atmósfera donde los profetas están fluyendo por la
inspiración divina, cualquier persona puede profetizar porque él espíritu de
la profecía le place usar en ese momento a esa persona sin que por ello
quiera decir que el interlocutor del Espíritu sea un profeta, es solamente el
espíritu profético actuando por que tuvo la medida de fe (Romanos 12.6).

El Espíritu mismo hace que esta persona profetice sin ser un profeta
(Efesios 4.11) ni siquiera tener el don de profecía (1Corintios 14.1-3).

Esta manifestación es el poder que ya actúa en nosotros (Efesios 3.20-21)


emergiendo en una manifestación profética. Esto no quiere decir que esta
persona que esta profetizando ya va a poder profetizar siempre.

De hecho algunas veces se presentan falsas profecías por que al hacerlo una
vez pensaron que lo podrían hacer de nuevo. Entones caí a sus pies para
adorarle. Y me dijo: No hagas eso; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos
DE PROFECIA

que poseen el testimonio de Jesús; adora a Dios. Pues el testimonio de Jesús


es el espíritu de la profecía (Apocalipsis 19.10).
Saúl es un buen prototipo de una persona que profetiza en medio de un
ambiente profético. En 1Samuel 10.10, 19.20-24 vemos al rey de Israel que
sin ser profeta estaba declarando palabras ungidas que salían de su boca.

el dOn de PrOfecía

Es una de las manifestaciones del Espíritu Santo mencionado en (1Corintios


12.10; Romanos 12.6; Hechos 2.18). Es una operación del Espíritu dada a la
Iglesia y debe ser ejercitado con reglas y medidas establecidas en las
Escrituras.

El don de profecía no debe confundirse con el ministerio del profeta, la


razón es que el don de profecía es para edificar la Iglesia, exhortarla y
consolarla, y este don que opera en los creyentes no trae revelación como la
trae un profeta de oficio. Los profetas son los que traen la revelación de la
palabra y en los mensajes, aunque en ocasiones el don de profecía bien
desarrollado puede ser mayormente certero como el del profeta de oficio.

La diferencia del espíritu de la profecía al don de profecía es que el primero


solo opera en ocasiones, pero el don de profecía está activo
permanentemente en la persona solo que depende de la fe del que lo posee.
Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y
consolación. Las cuatro hijas de Felipe el evangelista, profetizaban como
ejemplo de este don. Pero no hay prueba alguna que ellas hayan sido
profetas (Hechos 21.9).

el OficiO de PrOfeta

Es una de las manifestaciones de Jesucristo que depositó en los cinco


ministerios de ascensión como nos menciona Efesios 4.11. La función del
profeta es la de activar, impartición de dones y llamamiento a ministerios,
confirmar, traer revelación de la Palabra y los sucesos que competen a la
Iglesia. El profeta de oficio, predica y establece fundamentos con el fin de
preparar el camino del Señor, suplica al pueblo se vuelva a Dios, le exhorta
al arrepentimiento y le guía a hacer y renovar pactos, con el fin de madurar
y capacitar la Iglesia y perfeccionar a los santos para llevarlos a la medida
del varón perfecto juntamente con los apóstoles, evangelistas, pastores y
maestros.
Siendo que las Escrituras son inspiradas, la profecía escrita es la más alta
inspiración de la revelación inefable de la voluntad de Dios. Así que toda
revelación que viene por el profeta verdadero debe pasar por el cedazo de la
palabra a fin de confirmar la palabra que sale del corazón de Dios y
transmitida por el profeta. ¡Podríamos decir que este nivel profético es el
grado más alto!

Los tres niveles proféticos anteriores tienen un margen de error, pueden


fallar porque son hombres expresando lo que escuchan del corazón de Dios,
pero la profecía escrita por Dios es infalible. De hecho el apóstol Pablo
recomienda: No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo
bueno (1Tesalonisenses 5.20-21). ¡Retened lo bueno que sale de las
profecías!

La expresión palabra profética más segura en (2Pedro 1.19-20) es usada


para referirse a los libros proféticos del AT. Siendo que las escrituras son
inspiradas por Dios, las profecías en ellas son inspiradas y de infalible
revelación.
DE PROFECIA

Entonces debemos entender claramente que aunque no lo definimos como


un nivel profético, es la manifestación más completa de la expresión de
Dios al mundo y está dispuesto a todo aquel que lea la Biblia.

niveles PrOféticOs

Entendemos los niveles proféticos como la forma de calificar la expresión


de Dios, en profundidad, riqueza, cantidad de información, certeza y
claridad. ¿Qué profecía prefiere, la un ministro maduro o la de un ministro
profético que inicia? ¡Sé cuál es tu respuesta!

En la medida que crecemos en conocimiento, carácter, sintonía con Dios,


estaremos creciendo en los niveles proféticos. En el siguiente cuadro
podemos ver varios factores que determinan el nivel de profecía en el cual
podemos operar, al entenderlos podemos trabajar y asegurar nuestro
crecimiento en el campo profético.
ÍA
PROF
LA
DE
CONDUCTA / CARÁCTER

¿Cómo nos damos cuenta si estamos creciendo en los niveles proféticos?


Cuando evaluamos la profecía y le damos una calificación de acuerdo a los
siguientes factores. Nosotros podemos trabajar para que la calificación sea
cada día más alta. ¡El más bendecido será el cuerpo de Cristo!

claridad, calidad de entendimientO

Dios no es Dios de confusión, sino de paz (1Corintios 14.33). La palabra


profética no debe traer confusión, por lo que el nivel de profecía es valorada
en la claridad o en el porcentaje de entendimiento. Claridad se traduce
como la facilidad para percibir, expresar o comprender la palabra que el
transmisor entrega al receptor.

Este factor determina la calidad de la palabra profética y por supuesto que


una profecía clara siempre es mucho más valorada que cuando la palabra
viene con poco entendimiento. La claridad de la palabra nos dice mucho de
la estabilidad emocional del emisor y su sintonía con Dios, así como el
conocimiento del corazón de Dios para entender lo que está transmitiendo.

Cuando la profecía es predictiva y trae consigo información de fechas,


nombres y lugares, normalmente Dios usará a vasos preparados y maduros.
El ministro profético principiante normalmente es difícil que pueda percibir
este tipo de información del corazón de Dios. Aunque no dudo que haya
excepciones.

La claridad en el lenguaje es muy importante. En tiempos antiguos había un


radio que se sintonizaba por un perilla que encontraba la estación correcta.
Cuando se lograba tener la sintonía correcta, la claridad era buena y se
podía tener calidad en lo que se escuchaba. Sucede igual con la claridad de
la profecía. Las personas que están bien sin
DE PROFECIA
tonizados con la voz de Dios podrán traer calidad en el lenguaje profético.
PrOfundidad y riqueza
Entendemos profundidad como la intensidad y fuerza que lleva la palabra.
La información contenida en la profecía varía en riqueza de datos. La
profecía no solo lleva claridad, sino riqueza de información que le da un
peso específico a lo que se escucha del corazón de Dios. La profecía que
lleva profundidad y riqueza es mucho más valorable y deja una huella más
profunda en la vida de las personas.

Este factor nos habla que el emisor conoce el corazón de Dios, acostumbra
a estar en su presencia y puede transmitir exactamente lo que Dios dice con
la riqueza de información que trae el mensaje completo.

Los ministros proféticos principiantes normalmente dan información parcial


y a veces incompleta. Por supuesto que Dios sabe que vasija va a usar de
acuerdo a la importancia de la palabra que está soltando.

Por ejemplo. Si una persona está pasando por momentos de crisis


emocional, Dios le envía una palabra de ánimo sin mucha profundidad:
Hijita mía, te amo, en este momento te estoy cargando y tengo control de
todas las cosas.

Aunque el mensaje no tiene mucha profundidad, es exactamente lo que el


corazón de esta persona desanimada necesita escuchar. Para dar esta palabra
Dios puede usar un ministro profético principiante y seguramente lo hará
muy bien.

Si Dios desea dar una palabra de mayor peso específico donde incluya
información detallada, Dios usará un vaso mejor preparado y más maduro.
En cierta ocasión necesitaba dirección en relación a nuestro ministerio, a
decir verdad, no encontraba como lograr tener mayores y mejores
resultados en lo que estaba desarrollando.

En esos días tuvimos una actividad con la profeta Jane Hamon quien me
profetizó con lujo de detalles lo que necesitaba hacer. Aunque no me dio
una lista de todas las cosas como una receta de cocina, cada frase que soltó
sobre mí, fue tan certera que me dio luz hacia donde tenía que caminar. Los
cambios que realicé en el ministerio han traído grandes frutos.
Dios me permitió ministrar proféticamente a una persona estaba pasando
por situaciones difíciles en su negocio. Cuando estaba profetizando vi
algunas cosas que estaban deteniendo la prosperidad y la forma como haría
mejores negocios. La información recibida fue tan rica en información que
no quedó duda que era la voz de Dios.

La claridad de la palabra deja a un lado la basura que sea añadida por las
emociones de la vasija profética o los sentimientos que puedan quedar
impregnados en la declaración profética. Pablo dijo. Retened lo bueno,
como una forma de decir que la profecía podría estar en alguna forma
contaminada. La claridad de la palabra quita lo que estorba para entender el
mensaje del corazón de Dios de una manera más precisa.

cantidad de infOrmación, amPlitud

No solo hablamos de limpieza y la profundidad de la palabra, sino de la


cantidad de información que trae la profecía. Amplitud se refiere a la
anchura de la palabra. Normalmente un ministro profético que inicia dará
profecías cortas con poca información. Posiblemente sus profecías serán de
un minuto, tal vez dos. Pero un ministro maduro puede profetizar por
muchos minutos sin detenerse.
DE PROFECIA

La cantidad de información es importante en profecías que son de peso


específico en la sanidad interior, restauración del corazón y profecías
directivas. Esta información debe ser grabada o escrita a fin de ser analizada
y escudriñada. Este factor determina el nivel de sintonía con Dios, la
conexión con su mente y el entender su corazón de una manera precisa.

Dios desea hablar con certeza y con amplitud. Al revisar algunas profecías
bíblicas podemos ver estos ingredientes de acuerdo a la importancia de la
palabra que Dios desata.

En la gran mayoría de las palabras de consuelo o exhortación no se necesita


tanta información, pero en cuestiones predictivas o de dirección, si es
necesaria la cantidad de información que se recibe. ¡Recordemos que
estamos hablando de la profecía personal!
certeza, calidad de aciertO

¡Este es el conocimiento seguro! Que tan cierta es la palabra, hay basura en


ella o tenemos la seguridad que todo viene de Dios. ¡Reten lo bueno! Como
hemos dicho antes, esta declaración viene después de la recomendación del
apóstol: No menosprecies la profecía. Lo que quiere decir es que el apóstol
sabía que probablemente parte de la información contenida en el mensaje
vendría contaminado o estaría distorsionado.

Esta contaminación puede venir por la falta de limpieza del alma, por no
tener un corazón sano, emociones dañadas o simplemente por la
manipulación de la información. También porque no han abandonado
totalmente el mundo y se dejan influenciar por lo que escuchan fuera del
corazón de Dios.
También, cuando el ministro profético puede ser contaminado cuando
conoce los hechos de una persona o de situaciones que están alrededor de la
palabra profética.

Este factor determina si el ministro profético vive una vida apartada para
Dios, su sanidad interior y madurez emocional.
PesO, imPOrtancia

Cada profecía tiene un peso específico, importancia de la palabra según a


donde va dirigida. No es lo mismo entregar una palabra de amor y
esperanza que una palabra directiva hacia donde debe ir un negocio o
ministerio. Puede ser una palabra con mucha información pero con poca
importancia. Puede ser una palabra corta pero de mucho peso.

Dios me había dado instrucciones precisas sobre cómo debería llevar mi


ministerio. Algunas cosas habían desviado mi atención del propósito
central. En esos momentos una hermana profeta me llama y me da estas
palabras: ¡Quédate quieto! Por supuesto que ella no lo entendió.

De hecho me dijo que había luchado para darme esa palabra porque ella no
le encontraba sentido. Bueno, para ella no tenía sentido pero para mí tenía
mucho peso. Me quedé quieto para poder escuchar a Dios. Aunque era solo
una frase, tenía un peso muy fuerte que determinaría el futuro de mi
llamado.
Normalmente Dios dará las comisiones de mayor peso a personas maduras
en el área profética. Tiempo atrás nos visitó un predicador en nuestra
iglesia. Dios me inquietaba a ungirlo y activar su llamado apostólico.

No era algo sencillo para mí hacer aquello porque el predicador era una
persona muy conocida e importante en el medio cristiano del país. Dios me
daba una palabra muy
DE PROFECIA
fuerte para él, era un gran desafío que cambiaría el rumbo de su ministerio.

La palabra no contaba con mucha información, de hecho era muy corta, así
que pedí a mi Señor una señal de que lo que recibía era de Él. Estando en
mi oficina, unos minutos antes de iniciar a predicar, sonriente me dijo: José,
siento que tú tienes que activar mi ministerio apostólico.

¡Tremendo! Era la señal, así que lo hicimos y fue una tremenda bendición
para este gran varón de Dios.

Los ministros proféticos deben saber que la declaración que sale de su boca
puede determinar el éxito o fracaso de las personas. Esto puede ser tan
delicado que muchas personas puede caminar hacia la dirección que Dios
determina o ir al contrario de la dirección correcta.

alcance en el cuerPO de mensaJe, PersOnas, geOgrafía

¿Qué alcance tiene la profecía? ¿Cuál es la influencia de la palabra? ¿Qué y


quién está involucrado? ¿Hay fechas, lugares especificados? A esto se
refiere el alcance. He escuchado profecías que involucran fechas y lugares
que son incumplibles, parece una información tan exacta, pero el alcance es
incumplible.

Frecuentemente el ministro profético trata de acomodar la palabra para


cubrir el alcance que profetizo y la palabra es distorsionada. ¿Qué te parece
esto? El Señor te dice que tienes que ir en persona a pedir perdón a tu
hermano donde quiera que se encuentre, cuando lo hagas Dios te hará
prosperar en todos tus caminos. El asunto es que el receptor vive en
México, su hermano en USA, no tiene visa ni economía para ir a verlo. ¡La
bendición no llegará hasta que el perdón sea ejecutado! ¿Si no puede ir
hasta USA la bendición no llegará? ¡Posiblemente la profecía es correcta
pero no el alcance!

Observemos esta profecía:

Y le dijo Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y


llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria. A Jehú hijo de Nimsi ungirás
por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para
que sea profeta en tu lugar (1Reyes 19.15-16).

Vemos en esta palabra el alcance: El profeta Elías, el camino a seguir,


Hazael, Jehú y Eliseo. ¿Cumplió esta palabra totalmente?

¡Veamos su cumplimiento!
Elías ungió a Eliseo como su sucesor, 1Reyes 19.19.

Las otras dos comisiones Elías no las cumplió, ni siquiera Eliseo, sino otros
profetas. Veamos.

Entonces el profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas, y le dijo:
Ciñe tus lomos, y toma esta redoma de aceite en tu mano, y ve a Ramot de
Galaad. Cuando llegues allá, verás allí a Jehú hijo de Josafat hijo de Nimsi;
y entrando, haz que se levante de entre sus hermanos, y llévalo a la cámara.
Toma luego la redoma de aceite, y derrámala sobre su cabeza y di: Así dijo
Jehová: Yo te he ungido por rey sobre Israel. Y abriendo la puerta, echa a
huir, y no esperes (2Reyes 9.1-3).

¿Te das cuenta? Eliseo cumplió la comisión de Elías pero a través de un


profeta joven.
Y respondió Eliseo: Jehová me ha mostrado que tú serás rey de Siria
(2Reyes 8.13).
¡Esta parte de la comisión la realizó Eliseo! Seguramente
DE PROFECIA
Elías no pudo realizar la comisión profética que Dios le había indicado,
pero la concluyó Eliseo.
calidad y cantidad de revelación
Las personas que traen una palabra profética a través del espíritu de
profecía o por el don de profecía, regularmente no tienen acceso a este
factor. Son los que operan en el oficio de profeta pueden acceder a la
revelación de Dios.

Los profetas verdaderos tienen la virtud de verter nuevas revelaciones del


corazón de Dios. Es uno de sus trabajos en el oficio que Dios ha entregado
en sus manos.

Sin embargo, aún en este factor hay niveles. Profetas que inician no tienen
la misma profundidad que profetas maduros. La revelación se hará más
clara, profunda, rica, en la medida que el profeta ha crecido en la operación
de su oficio.

Sentidos profeticos vs
niveles profeticos

¿Qué son los sentidos proféticos? Son los órganos espirituales por medio de
los cuales la voz de Dios se deja escuchar. Estos sentidos espirituales tienen
una conexión directa con el nivel profético en el que nos desenvolvemos. Sé
que eso suena un poco revolucionario pero es importante tomarlo en cuenta
para nuestro propio crecimiento.

la mente de cristO

Este es uno de los sentidos proféticos más importantes Porque ¿quién


conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Más nosotros tenemos
lamente de Cristo (1Corintios 2.16).

La raíz griega de las palabras tenemos y mente nos dan un poco de luz en
este pasaje. La palabra tenemos se entiende cómo: Poseer, sostener,
mantener, guardar, obtener, recibir, pensar, reconocer, considerar, deber,
poder, tener que, llevar puesto. Entendemos como mente: Pensamiento,
actitud, intención, propósito, entendimiento, discernimiento.

Al apropiarnos de este pasaje, nos damos cuenta que, tenemos el privilegio


de poseer, apropiarnos, llevar puesta la mente de Cristo en nuestras vidas.
Esto quiere decir que pensamos, entendemos y discernimos como el mismo
Cristo lo haría.

En otras palabras estamos conectados con Dios como el mismo Jesús estaba
conectado con el Padre por el Espíritu Santo. Yo hablo lo que he visto cerca
del Padre (Juan 8.38). Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el
Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo
que he de hablar (Juan 12.49). ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre
en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta,
sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras (Juan 14.10).

Nadie puede comprender a Dios (Romanos 11.34), solo mediante la guía


del Espíritu Santo, nosotros los creyentes podemos vislumbrar algunos de
los planes, pensamientos y acciones de Dios.

Cuando desarrollamos la mente de Cristo en nosotros podemos acceder a


los pensamientos del Padre como el mismo Cristo lo hacía. Los ángeles
actúan según los pensamientos de Dios, podría decir que no necesitan
recibir órdenes, al momento que Dios piensa algo, ellos ya se están
moviendo de acuerdo a la mente de Dios.

Mediante su Espíritu Santo podemos empezar a conocer sus pensamientos,


hablar con Él, y esperar la respuesta a
DE PROFECIA

nuestras oraciones. La clave está en: ¿Está pasando el tiempo suficiente con
Cristo para tener su misma mente? Una relación íntima con Cristo viene
sólo como resultado de pasar un tiempo constante en su presencia y con su
Palabra.

la sensibilidad esPiritual

Entendemos sensibilidad espiritual como la capacidad de entender y sentir


ciertas cosas que solo son percibidas a través del Espíritu Santo. El
diccionario de la lengua española define sensibilidad como la capacidad de
responder a estímulos externos. Watchman Nee (1930-1972) fue un
conocido predicador cuyas ideas todavía son de fuerte influencia en el
cuerpo de Cristo. Su posición es un buen ejemplo para entender la
sensibilidad espiritual4.2

Nee escribe que el cuerpo es la cobertura externa del hombre es


indudablemente correcto, pero la Biblia nunca confunde el espíritu y el
alma como si fueran una misma cosa. No son solamente estos distintos
términos; si no que la misma naturaleza difiere entre uno y otro. ¿Y Cuáles
son estas distintas naturalezas? Nee enseña que el alma es la expresión de la
personalidad. La voluntad, intelecto y emociones del hombre están ahí.

Y continúa: Los elementos que nos hacen humanos están en el alma.


Intelecto, pensamiento, ideales, amor, emoción, discernimiento, decisión,
selección, etc. son experiencias del alma. En cuanto al espíritu, Nee escribe:
Toda comunicación de Dios con el hombre ocurre allí. Nee enseña que el
espíritu tiene tres funciones primarias: 'Conciencia', 'intuición' y 'comunión'.
Estas tres funciones están definidas como:

La conciencia es el órgano que discierne y distingue entre


4 El Hombre Espiritual; Watchman Nee

lo bueno y lo malo, pero no através de la influencia del conocimiento que


está en la mente, sino por un juicio directo y espontáneo. La Intuición es el
órgano de sensación del espíritu humano, ese conocimiento que viene a
nosotros sin ninguna ayuda de la mente, emoción o voluntad, viene
intuitivamente. La Comunión es adoración a Dios.

Los órganos del alma son incompetentes para adorar a Dios. No


encontraremos la obediencia cuando nuestros sentimientos están
involucrados o nuestras intenciones no están adecuadamente a sus
propósitos, porque Él puede solo ser conocido solo directamente por
nuestros espíritus.

La sensibilidad viene por la conexión entre nuestro espíritu y el Espíritu


Santo. Podemos escuchar su voz cuando Él nos habla cuando hemos sido
sensibles a Sus estímulos directamente a nuestro espíritu. Esta sensibilidad
espiritual esta directamente conectada con la operación de los dones
espirituales. Mientras más operamos en ellos, somos más sensibles al
mundo espiritual, eso nos ayuda a tener una conexión continua y
permanente con el Espíritu Santo.

la sintOnía cOn el esPíritu santO

Este sentido espiritual es similar al anterior, sin embargo hablamos de la


armonía, adaptación o entendimiento entre el Espíritu Santo y la vasija de
Dios. El diccionario de la lengua española define sintonía como: Hecho de
estar sintonizados dos sistemas de transmisión y recepción. Igualdad de
tono o frecuencia entre dos sistemas de vibraciones.

Tiempo atrás necesitaba escuchar la voz de Dios pero me era imposible, no


sabía en realidad lo que me sucedía. Me separé a orar un tiempo y le
pregunté a Dios porque me sucedía que con frecuencia no podía escuchar su
voz.
DE PROFECIA

Me dijo: ¿Recuerdas del radio que tenían en casa? Para buscar una estación
movías una perilla hasta que dejabas de escuchar el ruido y la frecuencia
que querías encontrar se oía perfectamente. Así debes de estar sintonizado
con el Espíritu Santo, busca su frecuencia, mantente en armonía con Él.

La sintonía con Dios se encuentra cuando estamos en armonía, en la misma


frecuencia espiritual. Amamos lo que Dios ama, aborrecemos lo que Dios
aborrece. La práctica continua de estar conectados con el Espíritu Santo,
caminamos tomados de su mano, sabemos escucharle, permanecemos en su
corazón, le agradamos y le damos su lugar, estamos asegurando que su
influencia en nosotros será para la eternidad. Diremos como dijo la
Sunamita cuando encontró a Salomón: Lo así, y no lo dejé (Cantares 3.4).

la Práctica cOntinúa del dOn

Cuando el don se practica continuamente tomamos una mayor experiencia


en su operación. Hay una habilidad espiritual para estar enlazados,
conectados de una manera más práctica a la presencia de Dios. La práctica
del don es un entrenamiento continuo, nos da el conocimiento para
perfeccionarlo.
¿Con quién puedo practicar los dones proféticos continuamente? ¡Con
nosotros mismos! Podemos estar escuchando la voz de Dios de una manera
constante, analizar pasajes bíblicos, hacer preguntas al Espíritu Santo y
esperar sus respuestas. ¿Por qué la práctica está como un sentido espiritual
profético? Porque Dios aprovecha cuando estamos conectados a su
presencia para darnos la información que necesitamos.

Practicar los dones es una responsabilidad nuestra, nos solo debemos


anhelar los dones (1Corintios 14.12), sino poner a practicar el don para
hacer obras con su poder (2Tesalonisenses 1.11).

Cuando tenemos los dones y no operamos en ellos, nuestras obras son


muertas (Santiago 2.26). Aunque los dones son irrevocables, es decir, Dios
no da marcha atrás cuando nos entrega un don (Romanos 11.29), no
debemos descuidarlos (1Timoteo 4.14), sino avivar el fuego (2Timoteo 1.6)
operando en ellos de una manera continua.

la cOnexión cOnstante cOn la mente de diOs

La práctica del don nos lleva a estar conectados continuamente con la


mente de Dios. Al evitar los distractores podemos estar más tiempo
conectados con la mente y el corazón de Dios. La sintonía permanente con
el Espíritu Santo es todo un reto para los ministros proféticos. Cuando
desechamos y desalojamos a los distractores, Dios fluirá en nuestras vidas
de una manera práctica y constante. El profeta Elías declaró: Vive Jehová
de los ejércitos, en cuya presencia estoy, dando a entender que estaba
conectado a la gloria de Dios. Esta conexión interrumpida con Dios nos da
la capacidad de escuchar su corazón, su voz de una manera continua.

Asegura tu nivel profetico

¿Podemos asegurar un buen nivel profético? Desde luego, si nuestro anhelo


es fluir de una manera poderosa en el medio profético y obedecer a Dios en
las comisiones que nos encomienda, debemos trabajar arduamente para
asegurar buenas calificaciones en la operación de los dones proféticos y el
oficio de profeta. ¿En qué debemos trabajar?
DE PROFECIA
salud emOciOnal

Las emociones son parte de la vida diaria, todos estamos propensos a sufrir
heridas emocionales todo los días. Sin embargo, estas heridas emocionales
suelen ser un obstáculo para fluir en el campo profético. Como vimos en
líneas anteriores, Nee enseña que el alma es la expresión de la personalidad.
La voluntad, intelecto y emociones del hombre están ahí. En el sentido
correcto, normalmente hablamos de lo que hay en el alma. Nos expresamos
porque deseamos hacerlo (voluntad), a través de nuestra inteligencia
(intelecto) hablamos en coordinación con nuestras emociones.

Si estoy enojado hablaré molesto, esto no lo puedo ocultar. Si estoy triste


hablaré con una expresión de tristeza. La expresión profética está asociada
directamente con nuestras emociones y nuestra salud emocional es
indispensable para no contaminar la palabra profética que sale de nuestra
boca.

Hace años sufrí una herida emocional muy fuerte. En esos días recibí
algunos sueños que consideré eran proféticos. En ellos veía como la
persona que me había herido era detenida y lo llevada presa. Yo lo defendía
con vehemencia. Creí que el sueño era de Dios y empecé a interceder por
él.

Aunque sentía que todo aquello era de Dios, me sentía incómodo, tenía un
sentir que algo no estaba bien, así que ore pidiendo revelación al respecto.
Al leer el libro La voz de Dios, de la profeta Cindy Jacobs53, entendí que
cuando hay heridas en el corazón la profecía puede venir distorsionada.

Le pedí a Dios me diera la revelación y la interpretación de mis sueños. Me


dijo: La herida de tu corazón está provocando resentimiento. Aunque un
espíritu de venganza está tocando a tu puerta, tu amor es real y lo
manifiestas en el momento que lo defiendes.
5 La voz de Dios; Cindy Jacobs

He visto personas profetizar con profunda amargura. La profecía sale


totalmente contaminada y solo trae confusión. ¡Nuestra salud emocional
asegura una buena calificación y nivel profético! Esta salud viene al guardar
buenas relaciones con otras personas, al dar y recibir perdón, sanar las
diferencias, respetar, dar honra, ser tolerantes y pacientes con los que nos
rodean.

Si deseamos ser buenos ministros proféticos debemos caminar en el consejo


del apóstol: Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con
todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino
dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo
pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer;
si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego
amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con
el bien el mal (Romanos 12.18-21).

El sabio Salomón entendió este asunto de las heridas emocionales cuando


dijo: Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la
vida (Proverbios 4.23). Nuestras decisiones y comportamientos dependen
en gran porcentaje de nuestras emociones. Nuestra responsabilidad es saber
mantener nuestro corazón en paz.

¿hemOs sidO liberadOs?

Aunque ya hemos hablado de este punto, es necesario entender que no


podemos, ni siquiera pensarlo, participar en el campo profético cuando el
enemigo tiene autoridad a través de ataduras espirituales, raíces, fortalezas
que no hemos destruido.
DE PROFECIA

¿Si ya fui liberado de toda atadura y desarraigué toda raíz, debo volver a ser
liberado? El asunto no es si necesitamos ser liberados de nuevo, sino, ¿le
hemos dado autoridad al enemigo? Hasta donde hemos vivido apartados
para Dios, ¿cuál es el nivel de santidad en que vivimos?

¡El vivir en santidad no es una opción, sino una obligación! Cualquier


atadura o raíz que le dé autoridad al enemigo será una intromisión que
seguramente contaminará la voz profética.

La profeta Cindy Jacobs relata esta historia:


"Empecé a leer el mensaje, el que al principio acertaba. Todo tenía «luz
verde», cuando de pronto leí una parte que hizo titilar la luz roja.

El mensaje dio un viraje, y apareció un elemento sucio. Relataba que el


hombre veía el cuerpo de Cristo como una mujer desnuda en un quirófano y
este amigo ministro iba a ponerle un ombligo. En ese momento pedí a Mike
que leyera el mensaje, y tuvo la misma reacción.

La parte acerca de la mujer estaba definitivamente fuera de base. Ambos


nos ofendemos con cualquier cosa que sugiera que Dios muestra una mujer
desnuda a un profeta.

Más tarde esa misma noche, llamé a mi amigo ministro y le dije: «Ese
hombre tiene un problema sexual».

Sabía que esto tenía una base débil porque el mensaje profético venía de un
reconocido profeta. No obstante, sostuve mi convicción.

Mi amigo ministro recibió mi discernimiento y mantuvo que esa parte de la


profecía era correcta. Pasaron los meses y el profeta que había visto a la
mujer desnuda se vio involucrado en un problema sexual.
En efecto, hacía desnudar a las mujeres y luego profetizaba sobre ellas,
exactamente como había mencionado en la parte de la profecía que era
errónea".

Una persona puede recibir un mensaje profético de Dios en diferentes


maneras. Pocas de las cuales incluyen la de persona a persona (Hechos
21.10, 11), directamente de Dios hacia un individuo (Hechos 10.19), a
través de un sueño o visión (Mateo 1.20; Hechos 9.10, 11), al leer la Palabra
(un canto profético espontáneo (1Samuel 10.5; 1Corintios 14.15; Efesios
5.19).

habitar en su Presencia

Habitar en la presencia de Dios de una manera continua deber ser una gran
prioridad para el ministro profético quien considera la presencia de Dios
como lo más importante en su vida y luchará por mantenerse conectado de
una manera continua.
Estaba caminando junto al Dr. Bill Hamon en el aeropuerto de mi ciudad.
Hablábamos de diferentes temas, cuando de repente me mira directo a mis
ojos y empieza a darme una palabra profética.

¡Fue sorprendente, ni estábamos en una congregación, ni en un seminario!

Cuando estamos en la presencia de Dios de una manera continua, la voz de


Dios se dejará escuchar claramente en cualquier instante, aún caminando en
el aeropuerto.

Si hacemos de la presencia de Dios nuestra prioridad, no tenemos que ir


corriendo al altar de Dios y orar para dar una palabra. La palabra vendrá en
cualquier instante. La revelación estará a nuestra disposición de una manera
práctica. ¿Cómo lo entendemos?
DE PROFECIA

Cuando Moisés entraba en el tabernáculo, la columna de nube descendía y


se ponía a la puerta del tabernáculo, y Jehová hablaba con Moisés. Y viendo
todo el pueblo la columna de nube que estaba a la puerta del tabernáculo, se
levantaba cada uno a la puerta de su tienda y adoraba. Y hablaba Jehová a
Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Y volvía al
campamento; pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se
apartaba de en medio del tabernáculo (Éxodo 33.9-11).

Dios hablaba con Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su


compañero. ¿Dónde sucedía esto? ¡En el tabernáculo! El tabernáculo fue el
lugar que Dios escogió para habitar en medio de su pueblo. La palabra
hebrea que describe tabernáculo es mishkan que quiere decir morada,
tabernáculo santuario.

Mishkan se encuentra principalmente en Éxodo y Números, y siempre se


refiere al santuario. Con este significado es sinónimo de la frase tienda de
reunión o tienda del encuentro. En total, 100 de los 139 casos de mishkan
en todo el AT significan morada.

Dios habitó en medio de su pueblo en el desierto y su presencia se


manifestó simbólicamente en el tabernáculo de reunión. El vocablo
mishkan realza en forma representativa la presencia de Dios. Y pondré mi
morada en medio de vosotros, y mi alma no os abominará; y andaré entre
vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo (Levítico
26.11-12).

La palabra griega hêkales la misma palabra mishkan (hebreo) y tienen el


mismo significado. ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de
Dios mora en vosotros? (1Corintios 3.16). En este pasaje el término templo
está asociado a la palabra tabernáculo, la tienda de Dios.

Somos templo de Dios, el Espíritu habita con nosotros y en nosotros, por lo


que podemos acceder a la presencia de Dios en cada minuto de nuestra
vida. ¿Podemos habitar como Josué en el tabernáculo continuamente?
¿Podemos hablar cara a cara con Dios? ¡Si, desde luego que sí! Y además
de todo, este debe ser el desafío de todo ministro profético que está activo
operando los dones espirituales.

cOnviértete en amigO de diOs

El tener una asociación con las cosas del mundo interrumpe la relación
constante con el Espíritu Santo. El mundo es un fuerte distractor para fluir
en el campo profético. ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del
mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo
del mundo, se constituye enemigo de Dios (Santiago 4.4).

¡La amistad con el mundo es enemistad con la presencia de Dios! El


involucrarse en las cosas del mundo perturba la conexión con Dios. La
sensibilidad disminuye y la palabra profética es contaminada.

¿Te imaginas que un ministro profético sale de una película obscena y


enseguida te profetice? ¡Del buen tesoro del corazón habla la boca! La
mente está llena de todas las barbaridades que tomó de la película no de la
mente de Cristo.

¿Deseas tener una calificación alta en el campo profético? ¡Deja la amistad


con el mundo y conviértete en amigo de Dios! ¿Por qué dice la Palabra que
Dios dijo que Moisés era su amigo? Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara,
como habla cualquiera a su compañero (Éxodo 33.11).
DE PROFECIA
asegura tener la mente de cristO

Debemos asegurarnos que tenemos la mente de Cristo. Pensamos como


Cristo, caminamos como Cristo, decidimos como Cristo, somos la imagen
de Cristo en la tierra. ¿Cómo podemos asegurar tener la mente de Cristo?
Esto está asociado a la intensidad de nuestra vida cristiana. Dios nos ha
dado esta vida, pero nosotros determinamos como vivirla. ¿Hay pasión?
¿Estamos dando todo por Cristo? ¿Estamos preocupados y ocupados en los
asuntos del reino?

La mente de Cristo vendrá cuando estamos apasionados de la presencia de


Dios. Tenemos hambre de la Palabra. Anhelamos ser parte del mover de
Dios en la tierra. Dedicamos tiempo a la oración. Estamos dispuestos a
escribir nuevas y poderosas historias.

El convertirnos en amigos del Espíritu Santo y anhelar agradar a Dios en


todos sentidos, la presencia de Dios será natural en nuestra vida. La
ociosidad no forma parte de nosotros. Nos ocupamos de ver la gloria
manifestada continuamente en el vivir de todos los días. Cuando Dios ve
esta determinación, estamos ganando su confianza para participar en las
comisiones proféticas que nos estará entregando.

Hemos visto que el campo profético es muy delicado, podemos bendecir o


maldecir. ¡Crecer espiritualmente no es una opción es una obligación!
Servir a los demás en el campo profético deja una gran satisfacción. Pero
debemos trabajar en subir nuestro nivel profético para ser más útiles en la
obra de Dios.

¿Qué necesitamos? ¡Disposición, dedicación, esfuerzo, disciplina! Uno de


los grande retos de la Universidad Profética Redime es equipar a los santos
para obra del ministerio.
DON DE PROFECIA

El conocimiento en sí mismo nos prepara para recibir la impartición de la


unción que nos dé el fuego para operar los dones espirituales correctamente.
El nivel del mover profético en nuestra vida depende total y absolutamente
de nuestra intensidad de vida cristiana.
202
cuidados
al profetizar
C
A
P
Í
T
U9
L
O
De manera que teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada,
si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe.
�omanos 12.6

Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas;


pero hágase todo decentemente y con orden.
1�orintios 14.39-40
CUIDADOS
Más cuidado que
generaciones pasadas

Si queremos tener un ministerio profético en acción con el menor margen


de error posible, requerimos crecer y madurar. Como todo proceso, es
importante dedicarle tiempo a la enseñanza y conocer lo que es conveniente
hacer en el desarrollo de sus diversas actividades. Implementar los mayores
cuidados se hace necesario sobre todo con relación a la entrega de la
palabra profética, ya que hablar por Dios conlleva una gran responsabilidad.

Cuando iniciamos a profetizar, por lo general son pocas nuestras palabras y


no llevan mucho peso o necesidad de gran discernimiento profético. El
apóstol Pablo vio la necesidad en la congregación de Corinto de enseñar
con relación al tema de los dones espirituales, pero sobre todo el don de
profecía a fin de establecer un orden divino y evitar errores que a la larga
habrían desatado graves problemas.

Sabemos que solo hay tres fuentes de donde podemos tomar información
para impartirla a otras personas.

1. El Espíritu de Dios o Espíritu de Verdad;


2. El espíritu de error o espíritus demoníacos;
3. La naturaleza carnal.
El mensaje profético de Dios nunca contradice en principio, carácter o
exactitud bíblica su palabra escrita. Todos los ministros proféticos corren un
terrible peligro de iniciar en el Espíritu y terminar en la carne. Un ministro
profético tiene que ir de menos a más, puede empezar a soltar pequeñas
frases proféticas y terminar dando mensajes de gran peso.
Creo que estamos viviendo los tiempo que anunció el apóstol Pablo a
Timoteo: Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos
algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a
doctrinas de demonios (1Timoteo 4.1).

Personalmente creo que estamos en los últimos tiempos, por tanto, debemos
ser más cuidadosos que ninguna otra generación anterior para que los
espíritus engañosos no nos seduzcan. Es posible que la gente sea oprimida
por los espíritus demoníacos de engaño que influyen en los creyentes a
través de sus profecías. Por eso los mensajes que dan son confusos, no
todos son del Espíritu de Dios.

El cuidado de un ministro profético tiene que estar sustentado en un


protocolo o reglas que minimicen la posibilidad de error al operar en la
profecía personal. El protocolo debe estar asociado con los cuidados
personales que cada ministro profético debe tener al desarrollar su llamado.
Somos responsables de lo que Dios pone en nuestras manos, aunque, por
supuesto, podemos acudir a tutores y padres espirituales, la responsabilidad
de los cuidados será siendo nuestra.

cuidadO cOn la Presunción

Uno de los mayores problemas que un ministro profético puede tener es la


actitud de presunción. El diccionario define esta palabra como: Vanidad que
muestra una persona que presume y alardea de sí misma y de sus propias
cualidades.
CUIDADOS

Un ministro profético debe ser templado para declarar la palabra que recibe.
Hemos sido testigos de una gran variedad de posiciones y actitudes que las
personas toman al profetizar.

Desde una actitud “demasiado humilde” al decir la palabra, hasta aquellos


que antes de soltar la palabra tienes que entrar en éxtasis para poder
profetizar.
La persona oye algo de Dios y enseguida se mueve. Un aspecto importante
es buscar el momento y lugar para declarar la palabra que viene a nuestro
espíritu6.1La presunción es una fortaleza que ciega a muchos líderes
vigilantes que oyen a Dios antes que otros.

Resulta de presumir que sabemos qué hacer sin consultar a otros líderes.
Aquí es donde es crítica una buena relación con su pastor, tutor o ministros
maduros.

El buen tutor trabajará como una voz emergente en cuanto al aspecto de los
pasos que debe dar el ministro profético. A los que no se les modela el
carácter en forma adecuada, tienen una sola velocidad: directa. Son, por lo
general, personalidades típicas clase especiales: difíciles de tratar y
orientados a la tarea.

Quieren que todo suceda en el ayer y no les gusta esperar por nada ni nadie.
Dios, en su misericordia, ha puesto algunos dones maravillosos en la
Iglesia, como el de pastor, para encarrilar a los hiperactivos y ansiosos. De
otra manera la mayoría de estos se quemarían, y con ellos, todos a su
alrededor.

El alarde es común en personas que piensan que pueden hacerlo todo, están
totalmente equipados y no les falta nada. Es típico ver a los que caen en este
lamentable estado caminando solos, sin un padre espiritual, sin tutores y
frecuentemente sin amigos. Su actitud prepotente y vanidosa a causa del
don les cerrará las puertas y pueden terminar frustrados.
6 La voz de Dios; Cindy Jacobs; Página 76

El antídoto de la presunción es la humildad, el sometimiento de su


naturaleza humana y la dependencia tanto de Dios como de un padre
espiritual que le guie y le vigile. Cuando la voz de Dios se deja escuchar,
antes de hablar preguntaremos a Dios si es el momento, no tenemos prisa,
lo hacemos con tranquilidad emocional y en una actitud no vanidosa ni
prepotente. ¡Asegurémonos de hacer brillar a Dios y no a nosotros mismos!

venciendO el temOr
Las inseguridades de una persona proveen otra área de oportunidad para
mejorar. La Biblia dice que: El temor del hombre pondrá lazo (Proverbios
29.25). En hebreo, la palabra lazo significa carnada o señuelo en la red de
un cazador. Los temores humanos van de la mano con los placeres.
Tenemos que caminar en una cuerda floja para mantener ese fino límite
entre anunciar el mensaje con el carácter de Dios o con las fortalezas de los
temores y placeres humanos.

No todos los mensajes proféticos son agradables, pero cuando están en el


tiempo apropiado y tenemos el corazón, la actitud y las palabras correctas,
la gracia es la seguridad para esperar los resultados de actuar
apropiadamente.

Preocuparse demasiado de lo que otros dicen es agobiante. Nunca será libre


para ser usted mismo tratando de darle gusto a las personas en la manera de
soltar una palabra de parte de Dios. El otro extremo del péndulo es no
preocuparse de lo que piensan los demás, y en consecuencia actuará con
falta de respeto o avergonzando a las personas. Algunos ministros
CUIDADOS

proféticos son demasiado severos y otros demasiado tímidos. No es nada


sencillo encontrar el equilibrio entre esos dos extremos.

Una de las cuevas de la inseguridad está fundada en saber que la palabra


que estoy entregando viene realmente de parte de Dios. Cuando no existe
esa seguridad que el Espíritu establece en el corazón, por supuesto que no
debemos abrir la boca hasta que ese sentimiento de certidumbre se ha
presente. Cuando tenemos la seguridad que hemos sido llamados hablar por
Dios, perderemos el temor de hablar aun cuando el peso del mensaje sea
grande.

En cierta ocasión me vi en la necesidad de darle una palabra a un pastor con


respecto a su matrimonio. Al principio fue muy difícil, sentía que le
lastimaría si le decía que el Espíritu me mostraba que había cosas que
arreglar entre ellos, de otra manera los frutos en su ministerio serían pobres
e inclusive su matrimonio podría destruirse.
Pregunté varias veces a Dios acerca del asunto y cada vez sentía una
convicción muy fuerte en el asunto. Al final me vencí la inseguridad y el
temor para hablar lo que sentía. El corazón del hombre de Dios se
quebrantó y me pidió que le ayudará con el asunto.

Al soltar la palabra que viene del corazón de Dios, ¿tengo el equilibrio para
soltarla como es debido? ¿Me siento seguro sabiendo que lo que recibo
viene del corazón de Dios? ¿Me siento intimidado para dar la palabra?

sOmetiendO la inferiOridad

La inferioridad es pariente cercano de la inseguridad. La gente con este


complejo casi siempre se esconde detrás de las cortinas. Frecuentemente
usan palabras rígidas o cortantes hablando lo que ellos mismos padecen.
Alguien dijo que la gente habla más de lo que más adolece. Escuché a una
persona criticar duramente aquellos que tenían títulos o logros profesionales
aludiendo que no eran necesarios en el reino de Dios. ¡Por supuesto que él
no tenía ningún estudio!

Este tipo de personas cortan a otros para edificarse a sí mismos. Esta es


también una señal de espíritu de crítica. Si la persona tiende a hacer
comentarios ásperos, de los que ríe después como si fueran bromas, tiene un
problema de personalidad. Algunos usan la palabra de Dios para llenar su
propio vacío de inconstancia. Pareciera ser que esta es su escritura
preferida: Lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios (1Corintios
1.28), atrayendo a sí mismos una carga de frustración por ser el menor de
los siervos de Dios.

Otro indicador de inferioridad es la jactancia. No pienso que esto sea hablar


de testimonios sobre los lugares donde hemos ministrado, o lo que Dios ha
hecho a través de nosotros.

Todos debemos ser capaces de hablar y escuchar lo que Dios ha hecho en, y
a través de, nosotros y de otros. Es un testimonio de la bondad de Dios.

Me gusta escuchar anécdotas y testimonios de otros ministros proféticos. La


Biblia dice: Gozaos con los que se gozan (Romanos 12.15). Sin embargo,
algunas personas siempre tienen a sobrepasar las anécdotas de los demás,
mostrando con esto el anhelo de imitar los logros potenciales de otros.

La realidad es que todos somos útiles y necesarios en el lugar donde Dios


nos ha puesto a servir. Siempre veremos a otros brillar más o tener más
éxito en alguna área del ministerio. He visto personas profetizar de una
manera
CUIDADOS
extraordinaria, con una profundidad y exactitud en sus declaraciones que
me gozo solo al oírlo.

Esto no debe moverme para dar entrada a la inferioridad y pensar que la


otra personas es mejor que yo, o tal vez anhelar tener los mismos frutos en
el ministerio. ¡Dios nos ha dado dones para operar en ellos de acuerdo a la
medida de fe que nos fue otorgada!

Cuando estoy ministrando proféticamente: ¿Tengo la actitud correcta, estoy


bendiciendo con mi conducta, estoy siendo humilde o jactancioso?
¿Exagero en mi postura, soy exagerado en las declaraciones?

cuidadO cOn la imitación

El apóstol Pablo animó a que le imitaran como el mismo imitaba a Cristo


(1Corintios 11.1), evocando su buena conducta y su caminar irreprensible
en los caminos de Dios. Sin embargo el extremo dañino es cuando el
ministro profético trata de imitar la identidad personal de otros ministros.
Puedo imitar su conducta, inclusive tener el aDn del padre espiritual, pero
cuando se trata de actuación, debemos ser nosotros mismos.

En una reunión escuchaba atentamente a un joven predicador. Suavemente


la voz del Espíritu Santo se dejó sentir en mi corazón: Esta tratando de
imitar a tal predicador, hasta las mismas pausas, exclamaciones, gestos, y su
forma de caminar.

En realidad no conocía al “tal” predicador, y no sabía qué hacer con esa


información. Al final del mensaje, el Espíritu me llevó a ministrar su
corazón, con ternura tome sus manos y le dije: Al Señor le gustaría que
fueras tu mismo, no trates de imitar a nadie, tú tienes tu porción y tal como
eres Dios usará tu vida poderosamente. Esta palabra de sabiduría abrió el
camino para ministrarle acerca de lo que el Espíritu me había hablado. Con
humildad admitió que la palabra provenía de Dios y agradeció al Espíritu
Santo que le tomara en cuenta de esa manera.

Al estar soltando una palabra de parte de Dios, es sano preguntarnos:


¿Estoy siendo yo mismo o estoy imitando a otra persona? Somos personas
únicas, diseñados con talentos especiales, y dones que Dios nos ha dado
para manifestar el poder del reino. No necesitamos ver a ningún lado,
simplemente seamos nosotros mismos.

victOria sObre el rechazO

He tratado con personas que tenían profundas heridas de rechazo y se


herían a la menor corrección que se les daba. Las heridas internas
frecuentemente hacen a las personas intocables, hipersensibles al trato que
se les da como personas. El rechazo es un auténtico mal cuando el ministro
entrega una profecía de su corazón herido.

Las heridas antiguas gotean y colorean lo que decimos. Muchos líderes


cargan marcas de batalla de tiempos pasados cuando anunciaron mensajes
proféticos que no fueron recibidos o que fueron malinterpretados. Como
dice Hebreos 12.15, esas raíces de amargura pueden contaminar a muchos.

Escuché a un ministro profético decir que no le importaba si alguien se


molestaba por la palabra que soltaba. Aseguró que estaba hablando lo que
escuchaba de parte de Dios. Me sorprendió la jactancia cuando dijo: ¡Sino
me vuelven a invitar a este lugar, no me importa, yo digo lo que tengo que
decir! ¡Nunca más lo invitaron como él mismo lo declaró!

El fondo del asunto es que este ministro profético se había


CUIDADOS

sentido rechazado y esas heridas no habían sido sanadas. Es verdad que no


siempre caeremos bien a todas las personas, pero vencemos el mal con el
bien, mi función es estar en paz con todos, ser afable y no rígido, sencillo y
no jactancioso, sabio y no necio.

Hemos hablado en capítulos anteriores de la necesidad de ser ministrados


en sanidad interior y liberación, sanando las heridas del pasado y
rompiendo con las ataduras que el enemigo ha tratado de imponernos. Al
estar ministrando proféticamente a otros debemos estar seguros que
nuestras heridas han sido sanadas y el hemos vencido el rechazo.

el antídOtO del OrgullO ministerial

Aunque ya hemos estado tratando con la limpieza del corazón, la jactancia,


la falta de humildad, es conveniente tratar con el orgullo que desata la
revelación que se recibe. ¡No hay derechos reservados en la revelación de
Dios! De hecho, la palabra dice que la revelación no es de índole privada
(1Pedro 1.20). El apóstol Pedro testifica que algunas revelaciones del
hermano Pablo eran difíciles de entender (2Pedro 3.16) dando entender la
envergadura y el peso de las revelaciones del apóstol. El mismo Pablo
declara dice: Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase
desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de
Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera
(1Corintios 12.7). ¡La grandeza de las revelaciones podía provocar orgullo
y exaltación!

Cuando recibo algún mensaje que Dios me ha revelado y lo considero con


un peso de grandeza, trato de predicarlo con humildad reconociendo que la
revelación es para el cuerpo de Cristo. Algunas veces he escuchado que
otros predican la misma revelación porque tomaron nota o la leyeron de
alguno de mis escritos. Para mi es una satisfacción más que orgullo, pienso
que estoy haciendo la obra que Dios me ha entregado y la disfruto al
máximo. Con frecuencia llevo algunos manuales o temas por escrito para
que otros se beneficien de lo que el Padre me ha dado.

En cierta ocasión escuché a un predicador enseñar sobre un tema que Dios


me había revelado en privado. Me di cuenta que esa revelación aún no la
había predicado, me goce al darme cuenta que la revelación no es de índole
privada, lo que Dios me entrega a mí, lo puede entregar a otras personas. El
antídoto del orgullo en la revelación no necesariamente es un aguijón como
el que Dios le envió a Pablo para que no se envaneciera, sino el saber que lo
que Dios nos entrega no nos hace mayores que otras personas.

Una hermana me estaba dando una palabra profética que contenía algunas
revelaciones acerca de mi llamado. Para ella era algo sumamente poderoso
(aunque Dios me lo había dicho en otras ocasiones), de tal manera que al
terminar se sentía orgullosa de decirme cosas tan fuertes como la incursión
en otros países y la cantidad de hijos espirituales que tendría en las
naciones.

Pude sentir que ella deseaba que yo la alagara y le dijera que había acertado
en todo lo que me había dicho. Para no causarle un problema en el orgullo
decidí agradecer la palabra y salir apresuradamente del lugar.

Cuando estamos ministrando proféticamente es sano escudriñar nuestro


corazón y saber que todo lo que Dios nos revele es por la gracia divina y
eso no nos hace ser más que otros ministros de Dios.
CUIDADOS
Protocolo profetico

El protocolo profético es código o reglas de comportamiento en el momento


de operar los dones proféticos en la profecía personal. Estamos hablando de
la forma correcta y ordenada para ministrar efectivamente la profecía
personal. Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar
lenguas; pero hágase todo decentemente y con orden (1Corintios 14.40).

Impartir profecía personal bajo un protocolo se asegura la posibilidad de


operar con las habilidades y herramientas necesarias para obtener el mejor
provecho de los dones proféticos para bendecir a las personas. Todos, tanto
los ministros proféticos, el liderazgo, como todos los cristianos deben
conocer el protocolo profético para entender mucho mejor su rol en cada
caso.

El protocolo profético no pretende limitar el fluir de los dones ni limitar o


apagar la presencia y mover del glorioso Espíritu Santo. Al desarrollar
reglas claras y códigos de conducta estamos asegurando un orden en todo lo
que se hace. Con eso evitamos los extremos dañinos, tanto del legalismo,
como del sensacionalismo.

Las reglas protegen tanto al ministros profético, como al liderazgo y la


congregación. Al establecer un código de conducta estamos previendo la
entrada de perversos que abusan del don profético para manipular a las
personas. Pero también cuida al ministro profético de los malos comentarios
y los ataques de gente sin escrúpulos que destruyen con sus actitudes y
palabras.

Hacer las cosas ordenadamente y bajo códigos de comportamiento


mantienen las prioridades correctas respetando a Dios, al liderazgo y a los
receptores de la palabra profética. Todo lo que se hace bajo reglas claras es
bendecido por Dios, además desata un ambiente de paz y no de confusión.

Hay credibilidad en el ministerio y en el ministro profético dando confianza


en todo lo que se hace, tanto en la vasija profética como en el receptor del
mensaje.

Como sabemos, estamos viviendo la tercer un última reforma de la Iglesia:


La manifestación de los Santos72 (Romanos 8.19), esto nos dice que todos
los hijos de Dios tiene la misma oportunidad de operar en los dones
espirituales y hablar por Dios para entregar el alimento sólido que viene de
parte del Padre. Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado
madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el
discernimiento del bien y del mal (Hebreos 5.14). Y aunque siempre
existirá la posibilidad de errores, abusos, manipulación, al momento de
desarrollar la profecía, las reglas del protocolo profético nos ayudará a tener
más beneficios que errores.

La falta de un protocolo profético motiva a que los ministros proféticos se


desarrollen como mejor pueden hacerlo, lo que nunca asegura que deje
buenos resultados. Dios ama el orden y aborrece el desorden.

Un buen protocolo profético dejará más beneficios que problemas. Esto


abre una puerta grande para que el mover profético tenga el valor correcto
desde el liderazgo hasta los creyentes o personas que reciben un mensaje
divino. La vigilancia del orden por medio de las reglas ayudan a vencer el
temor y anima a los creyentes a manifestarse con los dones espirituales.

Algunas ocasiones hemos escuchado a personas que dicen: No puedo


detener lo que Dios me está diciendo; No puedo controlar esta palabra;
Tengo que hablar ahora mismo.
7 Charismata tomo 1, José Félix
CUIDADOS

El uso de estas palabras es una manera común de evitar el tomar la


responsabilidad para hacer un trabajo digno que nuestro Señor sea
glorificado. 32Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas;
33pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz (1Corintios 14.32-33).

Aquí damos algunas reglas que podemos usar en cualquier momento.


seamOs Parte del equiPO de diOs

Somos parte del equipo de Dios, cada participante tiene un rol y una
responsabilidad importante. Esta es una lista del equipo que participa en
una reunión profética:

1. administrador dE la rEunión profÉtica. Su rol es el de


aplicar el protocolo y dar seguimiento a las reglas ya establecidas.
2. los ministros profÉticos quE opEran El don E impartEn

la palabra divina.
Estas vasijas proféticas se someten al protocolo y honran su
ministerio en una aplicación correcta de los dones.

3. los rEcEptorEs dEl mEnsaJE. Estas son las personas que


rEcibEn El mEnsaJE profÉtico.
4. los quE EscucHan y Juzgan El mEnsaJE dE dios. Estas

personas son por lo general creyentes maduros o ministros proféticos de


experiencia que tienen la habilidad de juzgar el mensaje.

5. los ayudantEs o tÉcnicos. Estas personas están atentas en auxiliar en todo lo


necesario, graban los mensajes y los entregan a los receptores, auxilian en
la conducción de la reunión y mantienen el orden.
Cada uno de estos participantes deben de saber que su rol es tan importante
como los demás, somos parte de un equipo que presentan a Dios los
resultados de un equipo bien integrado.

Cuando estamos ministrando proféticamente, ya sea a una comunidad o a


una persona en particular, debemos entender que somos parte del equipo de
Dios y posiblemente el don esta activo en otras personas, así que
entendemos el rol y no somos egoístas para ver a otros operar en su don.

Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen. Y si algo le
fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero. Porque podéis
profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean
exhortados (1Corintios 14.29-31).

Revisemos el protocolo que aconseja Pablo a los discípulos de la ciudad de


Corinto.

H ablEn dos o trEs. Esto quiere decir que tomemos en cuenta que no estamos
solos en el equipo de Dios. Es muy posible que el don esta activado y otros
pueden enriquecer la palabra, poner un sello de veracidad en una
confirmación, ampliarla o dar más información.

l os dEmás JuzguEn. La palabra profética debe ser analizada y juzgada. Ninguna


palabra debe ser menospreciada, de lo que se diga, se debe retener lo bueno.
No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno
(1Tesalonisenses 5.20-21). Es correcto grabar el mensaje profético para
analizarlo cuidadosamente.

si algo lE fuErE rEvElado a otro. Dios tiene diversas vasijas

para usar, todos tenemos oportunidad de recibir algo de parte de Dios. En el


equipo profético debemos ser sabio para saber cuándo y en qué momento
damos la oportunidad de que todos suelten la palabra recibida.
CUIDADOS
podÉis profEtizar todos uno por uno. Todos deben tener la

misma oportunidad de declarar alguna palabra del corazón de Dios. Dios


puede usar a cualquier persona en un ambiente profético para enriquecer el
mensaje profético.

Sentirnos parte del equipo de Dios ayuda a no sentirnos más que otros y
someter el orgullo de la revelación. Dar oportunidad a otros de ser parte del
equipo profético nos ayuda a confirmar lo que Dios ha puesto en nuestro
corazón.

Frecuentemente cuando doy alguna profecía personal motivo a que mi


esposa u otro ministro profético este conmigo. En el proceso de la entrega
del mensaje, veo a los ojos de mi acompañante para ver si desean ampliar o
enriquecer el mensaje profético. Más de una vez ha sucedido que ambos
profetizamos complementando la información que viene del cielo.

Me encontraba con el profeta Cliff Bell en Nicaragua profetizando sobre la


familia pastoral. Ya que ellos hablaban inglés, Cliff comenzó a profetizarles
de esa manera. En algunos momento tuve la oportunidad de intervenir
enriqueciendo el mensaje.

Al final me preguntaron si yo hablaba inglés. Aunque hablo y entiendo un


poco, no lo suficiente para seguir las frases tan rápidas que declaraba Cliff.
Ellos se sonrieron y me decían como se habían complementado las
declaraciones proféticas de ambos.

tiemPO y esPaciO cOrrectO

En segundo lugar, debemos ser pacientes, considerar el momento más


oportuno para ser escuchados y entonces expresar la palabra profética que
el Señor nos ha entregado. Todo tiene su tiempo. Hablar por Dios, implica
guardar la ética y permitir también a otros expresar sus palabras.

Recordemos que toda palabra que proclamemos será juzgada por otros
ministros proféticos y debemos dar tiempo a que se juzguen todas las
profecías que se escuchan en una reunión. Se deben “pesar” todo su
contenido, evaluar y confirmar lo que vino del corazón de Dios.

El propósito de la profecía es que todos aprendan, edificar la iglesia es la


prioridad, para lo cual el Señor, nos da a conocer sus pensamientos y
deseos, tengamos en mente que lo importante no es hablar mucho, sino
expresarnos mejor. Y los espíritus de los profetas están sujetos a los
profetas; pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las
iglesias de los santos (1Corintios 14.32-33).

El Espíritu del profeta está sujeto al profeta, esto quiere decir que debemos
tener control de nuestras emociones y saber callar, hablar o detenernos en el
momento preciso.

En una reunión se me acercó una mujer que estaba desesperada por hablar
mientras que yo compartía el mensaje de Dios. Pedí que un servidor la
atendiera mientras que yo seguía predicando. Al ver que la hermana estaba
más desesperada y estaba distrayendo a los oyentes, me detuve para
preguntarle que estaba sucediendo.

Inmediatamente su voz cambió, subió el tono y dijo: ¡No puedo contener


esta palabra! A continuación empezó a exhortar con palabras fuertes acerca
del juicio de Dios sobre los pecadores. Con amor le pedí que se detuviera y
que después hablaríamos acerca de la “profecía”. Por la actitud me di
cuenta que ella no entendía absolutamente nada de un protocolo profético y
menos que el espíritu del profeta está sujeto al profeta.

Es correcto visualizar los tiempos y espacios de acuerdo al ambiente y


motivo de la palabra profética. Por ejemplo,
CUIDADOS

al estar en el púlpito declarando una palabra profética, podemos esperar que


haya otros ministros proféticos que pueden intervenir, pero probablemente
no se presten las condiciones para hacerlo. En este caso, es necesario grabar
el mensaje para después sea analizado por el liderazgo de la congregación.

Cuando nos encontramos en un presbiterio profético, debemos hacer equipo


con otros ministros. Confirmo de nuevo la necesidad de que los mensajes
tanto congregacionales o colectivos, como los personales o individuales
sean grabados dejando evidencia para una análisis posterior.

Muchos congregantes tienen sueños, visiones, revelaciones acerca de un


asunto tanto colectivo como individual pero no saben qué hacer con esa
información. Lo recomendable es escribir el mensaje y pedir ayuda al
liderazgo para saber si es el momento de entregarlo a quien corresponde y
encontrar el momento de hacerlo.

Una hermana soñaba constantemente que el pastor estaba cayendo en


adulterio. En ese momento era una advertencia, la cual, tanto los líderes
como el pastor hicieron caso omiso y reprendieron a la hermana porque no
tenía un liderazgo ni era profeta. Por la falta de conocimiento ella no
entregó el mensaje en tiempo y espacio, tampoco uso el lenguaje correcto,
la interpretación fue que ella estaba acusando al pastor, más que era un
mensaje de advertencia.

¡Un año después el pastor cayó en adulterio!


el cuidadO de lenguaJe

Es importante cuidar el lenguaje, lo que decimos debe ser claro y objetivo.


No debemos adornar la palabra que estamos recibiendo. La profecía no es
un impulso irresistible del Espíritu Santo, el espíritu está sujeto al profeta.
Debemos guardar silencio si no podemos expresar con sencillez y calma
una palabra profética. He escuchado personas que quieren profetizar en
medio de llanto, lo cual dificulta entender lo que se está expresando. Es
mejor tranquilizarse y entonces levantarse a comunicar lo que el Señor les
está entregando.

Es importante rendir las emociones al Señorío de Cristo. También se han


vivido experiencias tremendas y muy dolorosas a causa de la incorrecta
interpretación de una profecía, sobre todo porque desde el momento que se
expresó, el ministro profético no fue claro en lo que dijo de parte de Dios.

Las frases mal dichas o con un juego de emociones pueden causar


confusión del verdadero contenido del mensaje. Recordemos que cuando el
pueblo de Israel fue llevado cautivo a Babilonia a causa de sus idolatrías,
varios falsos profetas hablaban de un pronto retorno, inclusive marcaban
como tiempo de cumplimiento un periodo de dos años, en tanto que los
verdaderos profetas, sabían que el cautiverio sería de setenta años, como el
Señor ya lo había profetizado antes a través de ellos.
La profecía que expresó el profeta Joel tiene su cumplimiento en estos
tiempos. Él está derramando de su Espíritu sobre toda carne y muchos están
profetizando y diciendo: Así dice el Señor, no se trata de guardar silencio y
quedarnos paralizados por el temor a equivocarnos, se trata de hablar y
expresar lo que Él quiere entregar, con mayor responsabilidad cada día,
creciendo y madurando en el don.

Lo importante es prestar atención a los cuidados que debemos tener al


profetizar. No estamos diciendo que se use pocas o muchas palabras para
expresar el mensaje de Dios. El protocolo es hablar lo que escuchamos de
parte de Dios de
CUIDADOS

una manera entendible aún cuando digamos palabras que no están en


nuestro léxico. Estaba profetizando a una persona y venía a mi mente una
palabra que yo no conocía, aunque no estaba en mi vocabulario la expresé
con la confianza de que era parte del cuerpo de mensaje, además sentí que
era importante. Al final el receptor del mensaje declaró que cuando declaré
esa palabra le trajo confianza porque solo él sabía su significado.

Un área muy importante en el cuidado del lenguaje son los modismos o las
palabras no entendibles por cuestiones culturales. Algunas personas piensan
que los dichos proféticos adoptaban ciertas fórmulas o moldes lingüísticos
por ejemplo, frecuentemente comenzar o terminar con las mismas palabras,
o ser pronunciadas en un estilo poético, o contener advertencias del juicio
divino. Escuche a una persona que por cada tres palabras decía: “El Señor
dice”, eran más las veces que decía esta frase que el contenido de la misma
profecía.

Al estudiar las profecías bíblicas nos damos cuenta que siempre se daban en
un lenguaje entendible y con palabras típicas de acuerdo a la región
geográfica o cultural. En cierta ocasión estaba profetizando en una zona
indígena de México, repentinamente empiezo hablar algunas palabras que
yo no conocía, sabía que tendrían un significado para ellos pero no para mi,
así que hable con libertad, al finalizar la profecía, la gente está muy
entusiasmada, Dios les había hablado en su propio lenguaje cultural.
El idioma que empleamos al profetizar está bajo nuestro control. La
profecía viene a través de un ser humano en particular, y es en el lenguaje
de esa persona que será expresada. Nosotros somos los responsables del
lenguaje que usamos en profecía.

decencia y Orden

El apóstol Pablo insistió que no era la solución dejar de profetizar, sino


guardar el orden correcto. Así que, hermanos, procurad profetizar, y no
impidáis el hablar lenguas; pero procurad profetizar, y no impidáis el hablar
lenguas; pero 40). La palabra procurad tiene que ver con dejar correr el
mensaje que se está recibiendo, no debemos parar solo por parar, debemos
intentar conseguir escuchar el mensaje del corazón de Dios y expresarlo con
claridad.

El consejo es decencia y orden. Debemos ser buenos administradores del


don profético. Es como tratar de nadar en un río revuelto, por supuesto que
es más fácil nadar en un río de aguas pacíficas. Cuando las emociones
gobiernan, el río es turbulento y el resultado no será muy bueno.

Estábamos en un tiempo profético donde legislábamos espiritualmente


sobre asuntos del país, la gente estaba enardecida, las emociones se habían
extrapolado y era imposible, aun con el sonido demasiado alto que se
entendiera lo que se estaba declarando. Si estamos haciendo declaraciones
de fe, los oyentes están para seguir las instrucciones y las indicaciones.

No quiere decir que el orden limite el mover del Espíritu Santo, tampoco
quiere decir que haya limitaciones en desarrollar el trabajo profético.
Debemos ser buenos administradores de los misterios de Dios (1Corintios
4.1) haciendo todo con orden.

El compañero del orden es la decencia. Se entiende por decentemente la


honradez y honestidad en lo que administramos. Aquí entran los tiempos,
las formas, las cuestiones financieras, donde somos fieles y leales
servidores de Cristo y actuamos como él mismo actuaría. De gracia
recibisteis, dad de gracia (Mateo 10.8).
CUIDADOS
Los dones no se venden, no se negocia la gracia, no se hace mercadería de
la unción de Dios en nuestras vidas. Estamos para servir al pueblo de Dios,
la recompensa siempre será promovida del cielo cuando somos fieles en lo
que hacemos.

La iglesia de Corinto, era una iglesia con todos los dones operando en
medio de ellos y Dios se agradaba de eso, pero el apóstol Pablo tuvo que
tratar muchas áreas con ellos, porque había desorden en su operación, por lo
que se requería mayor crecimiento y madurez. Fue necesario enseñar acerca
de la manera correcta para ejercer los dones y de esta manera se evitarían
grandes problemas.

En 1Corintios 14.29-33 en encontramos al apóstol dando las


recomendaciones para tener un comportamiento ordenado y razonable.
Dentro de este pasaje encontramos varias consideraciones que evidencian
que Pablo no consideraba que era necesario entra en un éxtasis para traer el
mensaje divino.

Podemos señalar que el apóstol recomendaba:

1. Que el profeta no era impelido a hablar contra su voluntad. Lo demuestra


el hecho de que él podía suspender su profecía para permitir que hablara
otro (1Corintios 14.30b), el hecho de que parece que el segundo profeta no
rompía a hablar súbitamente sino que indicaba que estaba por profetizar y
luego esperaba que se detuviera el primer profeta (v. 31), y el hecho de que
el Espíritu Santo se sujetaba al profeta de tal manera que éste pudiera actuar
decorosa y ordenadamente (v. 32).

2. Que el profeta no perdía el dominio de sí mismo ni comenzaba


violentamente a desvariar. Queda claro por el argumento de Pablo en
1Corintios 14.33 cuando dice que el efecto de la operación del Espíritu
Santo en un profeta no es "confusión" (disturbio frenético", del griego
akatastasia), sino paz (v. 33). Además, en el versículo 32 explica en forma
explícita que el profeta conserva en sí mismo el dominio de la situación,
porque el Espíritu Santo se sujeta a él.

3. Si bien no se enuncia categóricamente el hecho de que el profeta


entendiera lo que decía, queda claro que los oyentes sí entendían, puesto
que les correspondía evaluar lo dicho por la vasija profética (1Corintios
14.29), de modo que todos aprenderían y serían alentados por las profecías
(v. 31). Si los oyentes entendían y aprendían de la profecía, luego el profeta
mismo sin duda entendía lo que decía.

4. Si partimos de que el primer profeta podía percatarse de alguna clara


señal de que otra persona había recibido una revelación y estaba lista para
profetizar (1Corintios 14.30), entonces queda claro que Pablo daba por
sentado la plena conciencia del profeta en cuanto a su entorno, y no lo
consideraba en absoluto como despegado de la realidad. Esto era así no sólo
mientras profetizaba, sino también mientras recibía una revelación, pues el
segundo profeta tenía la prudencia de esperar su turno mientras hablaba otra
persona, de manera que pudieran profetizar “uno por uno” (1Corintios
14.30-31).

equilibriO emOciOnal y dOminiO PrOPiO

Siendo Acán rey de Israel, invitó a Josafat rey de Judá a la guerra. Estando
juntos los dos reyes, se provoca un ambiente profético donde los profetas
hacían declaraciones con respecto a lo que ellos pensaban que Dios decía:
Y el rey de Israel
CUIDADOS

y Josafat rey de Judá estaban sentados cada uno en su trono, vestidos con
sus ropas reales, en la plaza junto a la entrada de la puerta de Samaria, y
todos los profetas profetizaban delante de ellos. Y Sedequías hijo de
Quenaana se había hecho cuernos de hierro, y decía: Así ha dicho Jehová:
Con estos acornearás a los sirios hasta destruirlos por completo. De esta
manera profetizaban también todos los profetas, diciendo: Sube contra
Ramot de Galaad, y serás prosperado; porque Jehová la entregará en mano
del rey (2Crónicas 18.9-11).

Hasta aquí parece que todo está bien, hay profecía, actos proféticos (se
habían hecho cuernos de hierro), todos concuerdan que Dios les daría una
gran victoria. Ante los ojos de todos, el ambiente era perfecto y correcto,
pero no para Josafat.
Para el rey de Judá algo no estaba bien, así que hace una petición a Acán:
Pero Josafat dijo: ¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, para que por
medio de él preguntemos? El rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay
aquí un hombre por el cual podemos preguntar a Jehová; mas yo le
aborrezco, porque nunca me profetiza cosa buena, sino siempre mal. Este es
Micaías hijo de Imla. Y respondió Josafat: No hable así el rey (2Crónicas
18.6-7). Aunque había algunos profetas operando en los dones, Josafat
quería uno más confiable, un “profeta de Jehová” que dijera lo que
escuchaba en el cielo.

Cuando el mensajero llega con el profeta Micaías, le dice: He aquí las


palabras de los profetas a una voz anuncian al rey cosas buenas; yo, pues, te
ruego que tu palabra sea como la de uno de ellos, que hables bien (Ver.12).
Es fácil encubrir la verdad de Dios cuando es dura, o cuando lo que se debe
decir involucra a personas especiales. Aquí entra el equilibrio emocional, la
determinación y el dominio propio.

La respuestas del profeta Micaías manifiesta la actitud correcta: Vive


Jehová, que lo que mi Dios me dijere, eso hablaré. Y vino al rey (Ver. 13).
¡Determinación, actitud, dominio propio, equilibrio emocional!

¿Lo digo o no lo digo? ¿Cómo lo digo? Me estoy refiriendo que una regla
del protocolo es entregar el mensaje tal como Dios desea que lo hagamos.
Estaba orando por una persona, mientras que entregaba el mensaje ella
lloraba y gemía dulcemente, repentinamente sentí el impulso de llorar con
ella.

Las lágrimas rodaron por mis mejillas, con sollozos y voz quebrada
entregue el mensaje de amor y consolación. Posteriormente le pregunté qué
había pasado. Me comentó que a través de mis emociones quebrantadas
había entendido el valor tan grande que tenía para Dios, ahora entendía que
ella era una hija y Dios su Padre.

Esta regla del protocolo indica que actuemos sin miedo, con dominio
propio, equilibrio emocional y determinación. Juan el Bautista dijo: Es
necesario que él crezca, pero que yo mengüe (Juan 3.30). Mientras que
nosotros menguamos, el Espíritu crece en nosotros para hacer todo con
equilibrio. Liberar el don profético es una responsabilidad, lo desatamos
como Dios nos lo entrega bajo la influencia total del Espíritu Santo sobre
nuestras vidas.

aPrObación del mensaJe

Aunque frecuentemente el mensaje profético no puede ser aprobado de


inmediato, al ser grabado, puede ser juzgado posteriormente por el equipo
profético designado para este asunto. En capítulos anteriores hablamos de
cómo podemos discernir el mensaje entregado, en este protocolo
establecemos como una regla que cada palabra debe ser revisada.
CUIDADOS

Los mensajes entregados tienen un nivel de importancia y de peso, esto


también lo enseñamos anteriormente. Debemos dar prioridad a los mensajes
de acuerdo a su peso e importancia, pero no debemos descuidar ninguna
palabra por insignificante que parezca. No menospreciéis las profecías. No
menospreciéis las profecías. 21). Todas las palabras tienen importancia
simplemente porque vienen del corazón de Dios.

El equipo profético deberá estar atento a las palabras proféticas que se


entregan a las personas de una manera personal o grupal. Cuando la vasija
es un profeta de oficio o un ministro profético maduro, regularmente no nos
preocupamos pensando que la palabra sea débil o este equivocada, pero
también debemos asegurarnos que la interpretación es la correcta.

Esto protege tanto al emisor como al receptor del mensaje. En una ocasión
una persona me abordó con una pregunta. El pensaba que yo le había dicho
algunas frases predictivas que no se habían cumplido. Trate de recordar lo
que le había profetizado pero nunca pude retomar el mensaje. Si hubiera
grabado el mensaje podríamos haberme protegido de una mala
interpretación. Ahora siempre tengo a la mano mi grabadora para cuidarme
de cualquier mala interpretación.

El mensaje debe ser aprobado en el momento que trae algo útil. Dios no nos
dará mensajes proféticos que queden en el aire o no nos sirvan para nada.
Pablo considera la profecía como un don esencialmente público. No hay
indicios de que un profeta profetizara en privado para su único beneficio
personal. Si fuese así su profecía quedaría al mismo nivel que las lenguas
en 1Corintios 14.4 (El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica),
pero no sería el tipo de profecía que los corintios deberían procurar en
forma especial. Así que, a menos que la profecía traiga un mensaje útil para
la audiencia o para una persona en particular pierde su preeminencia.

Si bien el contexto de 1Corintios 14.3 demuestra la necesidad de que la


profecía funcione en público, los tres términos específicos empleados por
Pablo en este versículo determinan con más precisión el amplio alcance que
le reconocía a la profecía. Pablo dice: Pero el que profetiza habla a los
hombres para edificación, exhortación y consolación (1Corintios 14.3),
aludiendo con esto que el mensaje tiene que ser aprobado porque se
considera útil en alguna área específica.

sObre el ambiente PrOféticO

Es muy importante tener un equilibrio en el ambiente profético, donde


evitemos por un lado la frialdad espiritual como el extremo del
sensacionalismo. ¿La profecía es "éxtasis"?83 Toda esta indagación en torno
a la revelación que le llega al ministro profético quedaría incompleta sin
una investigación en cuanto al grado de control de la vasija profética y de
su conciencia de su entorno en el momento de recibir la revelación.

¿Entraría la persona en algún tipo de trance? ¿Perdería en alguna medida el


dominio de sí mismo, o quedaría momentáneamente inconsciente en cuanto
a lo que le rodea? Todos estos asuntos se refieren a la cuestión del éxtasis
profético. La palabra "éxtasis" puede significar varias cosas diferentes. A
propósito de este estudio, conciernen cuatro aspectos específicos en el
campo profético:
8 El don de profecía; Wayne Grudem CUIDADOS
1. ¿El ministro profeta se ve forzado a hablar contra su voluntad?

2. ¿El que profetiza pierde todo dominio de sí mismo, y comienza a


desvariar violentamente, produciéndose desordenes o interrupciones?

3. ¿El profeta habla cosas en las cuales él mismo no encuentra sentido?


4. ¿El ministro profético pierde conciencia de lo que lo rodea por un
tiempo?

Siguiendo el objetivo de este estudio, consideremos que el profeta se


encuentra en estado extático si se cumplen en su caso cualquiera de las
cuatro condiciones mencionadas.

Todo lo contrario, el simple hecho de:


a. Profetizar en estado de excitación;
b. Hablar influenciado por una fuerte emoción;

c. Conservar un alto grado de concentración o conciencia del significado de


sus palabras;
d. Estar consciente en forma insólita de la presencia y operación de Dios.

Dentro de las reglas debemos verificar que el ambiente profético se esté


desarrollando en un equilibrio sano sin al frigidez o frialdad de solo estar
soltando frases o palabras proféticas pero tampoco caer en el éxtasis o
sensacionalismo.

En un tiempo de intercesión y lucha espiritual estábamos declarando frases


de fe y usando símbolos proféticos. La música era ungida, la gente estaba
comprometida en el propósito de la reunión. Repentinamente se desató un
ambiente profético y algunas personas estaban profetizando sobre el país, la
ciudad, las familias.

En la medida que la profecía aumentaba, la música y la alabanza se enlazo


en el ambiente de tal manera que no sabíamos si escuchar la música o
escuchar las declaraciones proféticas.

Sin darnos cuenta entramos en un “éxtasis profético” que “vició” la reunión


y muy pocas persona fueron bendecidas por la falta de control del ambiente
profético.

El líder de la reunión debe saber en qué momento pide que la música se


detenga o la gente ore en voz alta, o definitivamente todo se quede en
silencio para escuchar la voz de Dios: Calle toda carne delante de Jehová;
porque él se ha levantado de su santa morada (Zacarías 2.13).
Hay un momento de gritar, otro de cantar, otro de danzar, pero todo con el
orden y el equilibrio correcto para que todos sean bendecidos. ¿Qué hay,
pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene
doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo
para edificación (1Corintios 14.26).

En un ambiente profético algunos tendrán frases articuladas de adoración y


alabanza (salmos), otros harán declaraciones con la Palabra de Dios
(doctrina), otro hablaran en otras lenguas, otros más tendrán revelaciones
profundas, otros interpretarán las revelaciones y los géneros de lenguas,
todos pueden participar cuando se da el lugar adecuado para cada porción
de la bendición que desciende del cielo. Y los espíritus de los profetas están
sujetos a los profetas; pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz
(1Corintios 14.32-33).

el fluir PrOféticO debe bendecir


Dentro del protocolo profético debemos establecer que la
CUIDADOS

profecía tiene que bendecir a los oyentes. Definitivamente no toda la


palabra profética no tiene que caer bien a nuestro oídos, de hecho algunas
veces escucharemos palabras de fuerte exhortación, sin embargo aún esas
palabras serán de bendición puesto que el corazón será contristado para
enmendar el camino.

Analicemos detenidamente esta recomendación del apóstol: Pero si todos


profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por
todos es juzgado; lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así,
postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente
Dios está entre vosotros (1Corintios 14.24-25). Si varios son los que
profetizan, el visitante será "convencido" de pecado y "juzgado" por
diferentes personas (1Corintios 14.24), probablemente de diferentes
maneras o con respecto a diferentes asuntos. De este modo los pecados
ocultos de su corazón se hacen "manifiestos" (1Corintios 14.25).

Estamos hablando que los que profetizan van a revelar el pecado, lo malo
del corazón saldrá a luz por medio del don profético. La expresión traducida
"descubrir" o "hacer manifiesto", el término original es en griego phaneros.
Tanto esta palabra (usada dieciocho veces en el NT) como el verbo
relacionado phaneroo (usada cuarenta y nueve veces en el NT), se refieren
siempre a una manifestación pública, exteriorizada, y nunca se usan para la
comunicación u operación secretas de Dios en la mente o el corazón de una
persona.

Esto quiere decir que la palabra profética será de una gran bendición para la
persona a la cual le es revelado lo oculto de su corazón generando
esperanza de salvación. Respecto del contexto, la reacción del visitante:
"postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que
verdaderamente Dios está entre vosotros", no es la reacción normal a una
palabra común pero si al aceptar que es Dios el que está sacando lo oculto a
la luz.

Lo que el visitante pensaría sería que esos cristianos sabían cosas que
solamente Dios podía haberles revelado; ¡Conocían los secretos de su
corazón! Parecería que era el hecho de poseer un conocimiento adquirido
por medios "sobrenaturales" lo que persuadía eficazmente al extraño de la
presencia de Dios, no meramente la convicción de su pecado. Esto
motivaría a que tuviera un verdadero arrepentimiento.

El rasgo distintivo de la profecía es que debe basarse sobre una revelación,


y la revelación en su manera de funcionar en la profecía es precisamente
algo que, según la ve Pablo, siempre llega espontáneamente y llega sólo de
Dios. Por lo tanto, donde hay profecía, es la señal o indicio inconfundible
de la presencia de Dios y de su bendición sobre la congregación; es una
señal "a los creyentes", y hasta un extraño que está de visita podrá
reconocer este hecho.

Invitamos a la congregación a ser parte de un presbiterio profético.


Animada una linda hermana me preguntó si podría invitar a personas no
cristianas. Al conocer que la profecía siempre bendice, aun a los incrédulos,
rápidamente accedí a que los invitara.

La bendición de la palabra profética bendecirá tanto a los hijos de Dios


como a los que aun no conocen la gracia salvadora de nuestro Dios.

Los NO que debemos obedecer para madurar en el ejercicio del don


nO tema cOmeter errOres
Aprender a profetizar, se logra mediante la práctica del
CUIDADOS

don, nuestro continuo crecimiento espiritual y limpieza de nuestro corazón.


No podemos expresar una profecía mayor a nuestra “medida de fe”, pero a
través del tiempo, esa fe se acrecentará al ver cumplidas sus palabras que ha
puesto en nuestra boca, entonces nos atreveremos a expresar profecías cada
vez de mayor envergadura y peso espiritual.

Los grandes ministros de estas épocas, no nacieron profetizando sin margen


de error, por el contrario, sufrieron igualmente vergüenzas, fracasos, dudas,
inseguridades al profetizar a otros, pero decidieron avanzar y vencer todos
los obstáculos a fin de servir al Señor en el llamado que él les ha hecho.

Otros por el contrario, tomaron la decisión incorrecta de “enterrar el don” y


no volver a hablar por Dios más, para no sufrir rechazo, vituperio, ni
cometer errores que a la larga les ocasionaba vergüenza. Si no podían ser
infalibles al moverse en el don, decidieron mejor no fluir en él.

Dios nos dice que no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de amor,
poder y dominio propio. Profetizar exige de nosotros superar nuestros
temores e inseguridades. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía,
sino de poder, de amor y de dominio propio (1Timoteo 1.7). Muchas
personas esperan ser “infalibles” para tener la valentía de hablar por Dios.
Sin embargo entendemos que nadie ha empezado a caminar en lo profético
siendo un experto.

nO PrOfeticemOs del lOgOs hablemOs del rhema

No debemos jamás manejar una escritura extraída de la palabra de Dios,


como si fuese una profecía que ha venido de parte del Señor, y aplicarla
como si él hubiera hablado y confirmado que esa es su voluntad para la vida
de una persona, iglesia, pueblo o nación.

Conocemos la palabra y por nuestra emoción, en nuestro deseo de expresar


algo agradable al oído de los demás, o conforme al anhelo de su corazón,
tomamos una escritura, la ponemos en nuestra boca y decimos, “así dice el
Señor”, considerando que por cuanto es palabra de Dios, seguramente está
en su voluntad que así se haga o acontezca.

No nos dejemos presionar por las circunstancias y hablemos lo primero que


se viene a la mente de su palabra, porque esa dirección de Dios no está
avalada para manejarla como una profecía proveniente de su corazón.

Es posible que el pasaje bíblico expresado es el 'correcto de acuerdo a lo


que creemos que Dios quiere decir en ese momento, pero si lo manejamos
como una “palabra profética” se juzgará como tal y puede ocasionar
confusión. Si vino a mi mente esa escritura en un momento dado donde se
requiere urgentemente escuchar al Señor, solo debo citar lo que recibí
diciendo: Me viene a memoria este pasaje bíblico, aquí está para que lo
consideren si acaso el Señor confirma que esa es su voluntad para que la
hagan.

Recordemos que el apóstol Pablo declara que la profecía trae tres


ingredientes llenos del rhema de Dios: El que profetiza habla a los hombres
para edificación, exhortación y consolación (1Corintios 14.3). De esta
manera entendemos que el corazón de Dios será revelado mediante una
palabra profética.

nO PrOfeticemOs POr cOmPlacer al que nOs Pide una PrOfecía


Nunca cedamos ante la presión de alguien que se acerca y nos pide que
oremos para que el Señor les hable. Es mejor ser prudentes, sabios,
amables, amorosos, pero si
CUIDADOS

no tenemos palabra para expresar de parte de Dios como una profecía,


debemos ser sinceros y decir que en ese momento no tenemos esa palabra,
podemos decir lo que viene a nuestra mente para animar a esa persona,
confirmando que no es profecía sino un sentir o deseo de nuestro corazón
hacia él o ella.

En cierta ocasión me sentí impulsado a dar una palabra bajo presión, la


persona estaba expectante por la palabra que recibiría, sin embargo, lo
único que vino a mi mente fue orar y bendecirla.
Después de la oración le pregunté si todo estaba bien. Su respuesta fue de
agradecimiento por la oración confesando que había sido bendecida.
Aunque no fue una palabra profética predictiva o con una profundidad de
revelación la persona fue bendecida con una oración ungida.

nO PrOfeticemOs de lO que ya cOnOcemOs acerca de alguien

Escuche en estos días una palabra que exhortaba al perdón a una persona
durante la activación profética de un seminario, la voz de la hermana era
hermosa, dulce, sus emociones estaban siendo manifestadas y lágrimas
corrían por sus mejillas al hablar. La palabra era buena, pero el problema es
que la manejo como una profecía, como si fuera Dios hablando al corazón
de esa persona para que se volviera de su actitud de resentimiento hacia sus
propios pastores.

Ella ya tenía conocimiento de esta situación y en su deseo de reconciliar la


oveja con su líder, manipulo la palabra para presionar a pedir perdón. No
era Dios hablando, era ella. Los ministros proféticos maduros no tendrán
problema en profetizar a las personas aunque las conozcan porque han
logrado un equilibrio y madurez, pero los que inician, por lo general,
pueden ser seducidos por el conocimiento que ya tienen de la persona o de
la situación.

nO PrOfeticemOs algO delicadO O muy PersOnal, delante de OtrOs

Tengamos mucho cuidado con soltar una profecía delante de varias


personas, que contenga información delicada. Puede ser que si estamos
recibiendo esta información y se haga necesario hablar lo que Dios nos ha
entregado a solas o en presencia de su líder o pastor para que quede
evidencia de lo que el Señor está manifestando.

La profecía de exhortación no es para avergonzar públicamente y señalar a


alguna persona en específico, anunciando su pecado delante de todos. Dios
dará convicción de pecado al que compete de acuerdo a la situación
señalada en la profecía, esa persona vendrá por su voluntad a ponerse a
cuentas delante de Señor.

nO PrOfeticemOs de asuntOs de mayOr relevancia sin exPeriencia


Si no tenemos ya experiencia en el manejo del don de profecía y no hay en
nosotros ese crecimiento y madurez que exige este tipo de profecías, es
mejor no expresar lo que nos fue revelado como palabra de profecía.

No profeticemos de embarazos, ni mucho menos definamos sexo,


manejemos como un sentir lo que hayamos recibido, aclarando que nos
podemos equivocar, que no estamos seguros que Dios dice.

No profeticemos de bodas, ni mucho menos comuniquemos que tal persona


es la que Dios dice que va a ser tu esposo(a); Este tipo de profecías ha
generado mucha confu
CUIDADOS

sión en los corazones de aquellos a los que no les agrado ese tipo de
revelación y ha causado graves heridas. No profetices de cambios de
residencia, ni de cambios ministeriales.

No estoy diciendo que debemos cerrar la boca en estos casos aunque Dios
hable. Si después de recibir con certeza la confirmación de Dios, tenemos
paz en dar la palabra, debemos hacerlo con determinación.

Pero si no hay una plena confirmación al respecto, debemos callar y esperar


que Dios confirme lo que deseamos decir.
nO usemOs el lOgOs cOmO si fuese un Palabra PrOfética

En muchas ocasiones Dios me ha dado un versículo bíblico para dar a una


persona o en medio de una situación. Esto es correcto porque el logos se
vuelve rhema en el momento exacto. Sin embargo he visto que ministros
proféticos toman el logos y lo declaran como si estuviera siendo un rhema
cuando no lo es. De hecho, puede ser un buen deseo, pero Dios no ha dicho
que así será.

Cuando esto sucede, la personas que recibe la palabra queda “prendida” con
la palabra como si fuera un rhema, si esta no se cumple, puede causar un
serio problema y dejar una profunda herida. Ciertamente Dios usa el logos
para confirmar un rhema, pero no lo podemos usar como una plataforma
para pensar que al declarar un versículo estamos profetizando.
Caracteristicas de un falso ministro profetico
He aquí algunas características que Blomgren
94
da de los falsos ministros proféticos:
a. actitudEs impías (es decir, violencia, rebeldía y autoridad despreciable).
b. apEtitos impíos (es decir, profanidad, codicia, inmoralidad, lujuria).
c. accionEs impías (es decir, estafar a otros, conspirar para engañar, mentir)

Los falsos ministros proféticos frecuentemente sacarán del contexto a las


Escrituras para su propio beneficio. Muchos harán esto particularmente para
manipular mejor las ofrendas a fin de “vender sus dones”, para orar por
aquellos que les dan más. El profeta de Dios no debe comprarse ni venderse
por dinero o influencia, ni debe hacer distinción de personas.

De la misma manera que debemos ser cuidadosos en catalogar a alguien


como Jezabel o Saúl, debemos tener cuidado al llamar falso profeta a
alguien. A Natán no se le catalogó como falso profeta, aun cuando al
principio malinterpretó la profecía al decir a David que podía construir el
templo (2Samuel 7.3). A Jonás no se le apedreó debido a que no se cumplió
su profecía sobre Nínive (Juan 3.4, 10).

Debemos tener cuidado de aseverar juicios con respecto a poner a una


persona en la “silla de los acusados” llamándolos falsos profetas. Todos los
que inician un ministerio profético cometen errores que les llevan a
madurar. Nadie inicia en la madurez, todos comenzamos siendo inexpertos,
sin cono
9 David Blomgren; Prophetic Gatherings in the Church (Reuniones proféticas en la Iglesia)
CUIDADOS

cimiento y sin experiencia, así que debemos ayudar aquellos que inician
dando oportunidades y cuidando delicadamente su crecimiento.

Por favor, seamos extremadamente cuidadoso al proclamar a alguien como


falso profeta. Si nos equivocamos, el juicio es horrible y no se borra
fácilmente.

Todos tenemos la responsabilidad de declarar las palabras de Dios, la


oportunidad de operar en el don de profecía y bendecir a otros mediante la
expresión del corazón de Dios. Por supuesto que el conocimiento nos abre
la puerta a evitar errores que nos pueden costar muchas desilusiones y
estancamiento en el desarrollo de nuestro llamado.

En esta lección tenemos los ingredientes necesarios para protegernos y


hacer las cosas acertadamente, que honren a nuestro Señor Jesucristo
¡Sigamos las instrucciones que se nos dan y los consejos que se nos
entregan!

Servir a los demás en el campo profético es un gran privilegio, sobre todo


entregar una palabra que revela dirección, estrategias, sabiduría de lo alto,
ser de bendición al pueblo de Dios es maravilloso, corramos los riesgos,
pero seamos prudentes y sabios, cuidemos nuestra consagración.

BiBLiOgRAFiA

bill hamOn;

Los futuros movimientos de Dios.


Los profetas y el movimiento profético.
El día de los santos.
Los profetas, peligros y principios.
Profetas y profecía personal.

c liff bell;Tu puedes profetizar.


Wayne a. grudem; El Don de Profecía; Editorial Vida. cindy JacObs; La Voz de
Dios; Editorial Caribe.
charles cadWell; Teología Básica.
c. Peter Wagner; Escudo de Oración.

david blOmgren; Prophetic Gatherings in the Church (Reuniones proféticas


en la Iglesia).
emma sOsa; Que todos profeticen.

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