La metalografía es la ciencia que estudia las características micro
estructurales o constitutivas de un metal o aleación relacionándolas con las propiedades físicas, químicas y mecánicas, pueden verificarse distintos tipos de solidos tales como, cristalinos y sólidos amorfos. Mucha es la información que puede suministrar un examen metalográfico, para ello es necesario obtener muestras que sean representativas y que no presenten alteraciones debidas a la extracción y/o preparación metalográfica. Sin embargo, puede decirse que, con dicha ciencia, pueden determinarse y resolver distintos tipos de compuesto o fases al nivel microscópico. En esta ciencia, el principal instrumento o herramienta que nos permitirá realizar todas las operaciones basadas en la observación de las estructuras, es el microscopio. No cabe la menor duda, de que este es el instrumento más relevante, puesto que nos otorgara la capacidad de observar todo desde otro punto de vista. El procedimiento que se debe ejecutar para poder obtener una visión eficaz no equivoca de las estructuras de dichos materiales, es un poco complejo e importante. Es decir, Para lograr el objetivo de visualizar la microestructura de un material es necesaria una cuidadosa preparación de la superficie. Ésta debe desbastarse y pulirse hasta que quede como un espejo. Como ya antes se mencionó, cabe destacar que el pulimiento es lo más importante, puesto no solo se deberá pulir las superficies donde se colocará el material a observar mediante un microscopio, sino que también se deberá realizar el pulido en las probetas, instrumento volumétrico que consiste en un cilindro graduado de vidrio común que permite contener líquidos y sirve para medir volúmenes de forma exacta. El pulimento de las probetas es tal vez la más importante de las etapas para obtener la micrografía de buena calidad. Este proceso de pulimiento es más complicado o profundo de lo que se cree, se desarrolla mediante varias fases para poder obtener lo que se quiere. Una de las fases principales es el Esmerilado, sirve para eliminar y limitar, mediante la elección y el orden de uso correcto de los abrasivos, la zona de deformación de la Extracción y el Desbaste. En otras palabras, El esmerilado es el primer paso en la eliminación mecánica de material. Un esmerilado adecuado elimina el material de la superficie dañada o deformada, a la vez que limita la cantidad de deformación adicional en la superficie. El objetivo es lograr una superficie plana con un daño mínimo que se pueda eliminar fácilmente durante el pulido, empleando el mínimo tiempo posible. Posteriormente está el pulimiento grueso y el pulimiento final, unos de las fases más importante, dado que la etapa de pulimento grueso debe durar el tiempo suficiente para extraer toda la deformación abrasiva. Los paños son un factor importante para pulir exitosamente, especialmente si se quiere evitar el pulimento en relieve. Sin embargo, Para Pulimento Final se usan generalmente paños (fieltros). A diferencia del pulimiento grueso, los tiempos de pulimento deben ser lo mínimo absoluto. Al concluir el Pulimento Final, la probeta no debe presentar rayas cuando se le observa con aumento de 100 diámetro. El ataque químico, es un proceso químico o electrolítico que se emplea tras los procedimientos de esmerilado y pulido metalográficos, pero los químicos que se utilizaran serán distintos dependiendo del material que se observara. El ataque mejora el contraste en las superficies a fin de visualizar la micro o macroestructura. La extracción de la probeta desde la pieza, o producto a ensayar, se realiza mediante corte, manual o con equipo especializado, tronzadora. En cualquier caso, debe evitarse cualquier posible calentamiento, pues podría modificar el estado del material a ensayar.