EL NONO

DICE: ¡NO!

ARIEL BARCHILÓN
 El nono dice: ¡No!
Personajes Buenos Aires, Argentina, 25 de Mayo de 2010.
Baño de la casa chorizo de los García Scaramuzza en el bar-
Kuki rio de Flores. Es la única parte de la casa que la familia ha lo-
grado preservar de los okupas, que le han expropiado el resto
Carmencita de sus habitaciones. Por la fuerza, se han ido acomodando en
Madre ese espacio donde, además de los sanitarios, ahora se acumu-
Marta lan bienes diversos, rescatados del naufragio: enseres de co-
cina, una muñeca con cara de porcelana, ropa de hombre y
Pajarín
de mujer, dos banquitos, frazadas, un calentador primus, una
Nono cajita decorada con conchillas que dice “Recuerdo de Mar
del Plata”, un barquito adentro de una botella, paquetes, ca-
jas de cartón, latas de comida.
En algún lugar, que se irá haciendo cada vez más visible
según avance la acción, hay un antiguo retrato que muestra
al Nono como un joven partisano, que sostiene su fusil en
una actitud heroica.
Los García Scaramuzza ya no tienen luz eléctrica, pero sí lin-
ternas, velas y un sol de noche.

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La única puerta está trabada con una barra de hierro, pasa-
dores y varias cerraduras. La ventanita tiene los vidrios rotos
y ha sido reparada con una bolsita de nylon.
Está por amanecer, pero todavía hay oscuridad y silencio.
Suena la alarma de un reloj de pulsera. Un fósforo se enci-
ende e ilumina el rostro somnoliento de Kuki, que mira la
hora en el reloj y luego enciende una vela, lo que permite ver
que está sentado en un banquito que bloquea la puerta del
baño. En su mano sostiene un enorme cuchillo de carnicero.
Al encenderse la otra vela se hacen visibles -durmiendo en el
piso, sobre unas frazadas- la Madre y Carmencita.
Kuki apoya la oreja en la puerta y comprueba que no se es-
cucha nada. Luego saca un cono de papel que tapa un agu-
jerito hecho en la madera de la puerta y espía hacia fuera: no
ve a nadie. Vuelve a controlar la hora y luego contempla a su
madre. Por un instante parece vacilar, pero luego va –de-
cidido, muy silencioso- hacia una caja de cartón de la que
saca un frasco de plástico. De su bolsillo extrae un pañuelo
que desdobla y rocía con las escasas gotitas que salen del
frasco.
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Kuki- (Susurrando para sí mismo) ¡Carajo, no queda casi
nada!
En puntitas de pies, muy sigiloso, va hasta donde duerme su
madre y le acerca suavemente el pañuelo a la nariz, lo que
hace que ella haga un gesto inquieto, como quien espanta un
mosquito. Luego, poco a poco, va apretando con fuerza el
pañuelo contra su nariz y eso hace que su madre, por un in-
stante, ofrezca una pequeña resistencia, pero no llega a des-
pertarse y muy pronto se hunde en un sueño tan profundo
que la hace roncar. Kuki se guarda el pañuelo en el bolsillo y
para constatar que su método ha hecho efecto la zamarrea
un poco.
Kuki- ¡Mamá! ¡Mamá! ¿Me oís, mamá?
Satisfecho, se dirige hacia Carmencita.
Kuki- (Susurrando) ¡Carmencita! (La zamarrea) ¡Despertate,
mi amor!
Carmencita- (Sobresaltada) ¡Eh! ¿Qué pasa?
Kuki- (Gesto de que haga silencio) ¡Shhhh! Tenemos que ir-
nos. (Se pone una camisa encima de la que tiene puesta)
Carmencita- (Bosteza) ¿Qué estás haciendo?
Kuki- (Kuki se pone una tercer camisa encima de las otras
dos)¡Dale, vestite, que tenemos que irnos!
Carmencita- ¿A dónde?
Kuki- (Se acerca a ella, alcanzándole tres vestidos) ¿A dónde
va a ser, mi amor? (Intenta besarla)
Carmencita- (Lo empuja) ¡Soltá! Tu mamá se va a despertar.
Kuki- (Le muestra el pañuelo) Ni con un terremoto, Mu-
muchina. Le puse cloroformo en la naricita...
Carmencita- ¡Vos estás loco!
Kuki- De amor por vos, Mumuchela. ¡Besame!
Carmencita- ¡Salí!
Kuki- ¿Por qué me rechazás, amorcito?
Carmencita- No te rechazo, Bobuchini. Lo que pasa es que...
Estoy angustiada...
Kuki- (Mimoso, cargoso) ¡Dame un beso, sonsa!
Carmencita- (Lo rechaza, juguetona) ¡Salí!
Madre- (Dormida, como si tuviera una pesadilla) ¡No, no!
Kuki y Carmencita quedan paralizados y expectantes ante
los movimientos de la Madre, pero ésta se da vuelta y sigue
roncando.
Kuki- (Tratando de exprimir alguna gotita más sobre el pañu-
elo) ¡Se terminó, carajo! ¡El boludo de Pajarín se olvidó de
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conseguirme más cloroformo! (Le apoya el pañuelo en la
nariz otra vez a la madre, y le dice a Carmencita:) ¡Dale, que
tenemos que irnos antes de que se despierte mi vieja y llegue
Pajarín! (Carmencita no se mueve)
Carmencita- Yo no me puedo ir, Kuki.
Kuki- ¿Qué pasa? ¡Seguís enganchada con Pajarín, ¿no?! ¿Se-
guís cojiendo con él?
Carmencita- ¡No, no!
Kuki-¡Vos seguís cojiendo con Pajarín!
Carmencita- Con el único que hago el amor es con vos,
Kuki.
Kuki- ¿Ah, sí? ¿Y por qué le besás cuando vuelve de traba-
jar?
Carmencita- ¡Pero no seas ridículo! ¿Cómo querés que no lo
bese? ¡Pajarín es mi marido!
Kuki- (Poniéndose un pulóver encima de todas las camisas)
¿Y porque sea tu marido, yo, que soy tu amante, tengo aguan-
tar que le des besos de lengua delante de mis narices?
Carmencita- (Firme) ¡Yo no me voy! La familia está en crisis,
Kuki...
Kuki- ¡Justamente! Porque la familia está en crisis es que nos
tenemos que ir ya mismo (Se pone una campera arriba del
pulóver) Dale, ponete toda la ropa que puedas, una encima
de otra.
Carmencita- No, no, Kuki. ¡Yo estoy muy angustiada por
don Ateo!
Kuki- (Caliente, otra vez) ¡Qué tiene que ver el Nono con
nuestro viaje!
Carmencita- ¡Hace tres días que no se comunica, Kuki!
¡Debe haberle pasado algo!
Kuki- ¡¿Y qué mierda te importa ese viejo sesos de caca?!
Carmencita- ¡Lavate la boca, antes de hablar así de don Ateo
Libertario Sacaramuzza, querés!
Kuki- ¡No grités! (Negociador) Escuchame, Mamuchina...
esta es nuestra gran oportunidad. Escuchá. ¡Imaginatelo es-
crito con lucecitas de colores! (Hace una pausa para crear ex-
pectativa y, luego, dice la palabra como una revelación)¡Mi-
ami! (Carmencita lo mira imperturbable)
Carmencita- (No le presta atención. Pone una pava con agua
en el calentador) ¿Tenés fósforos?
Kuki- (Grita, desesperado, porque ella no lo entiende) ¡Mi-
ami, Carmencita! ¡Miami! ¡La capital de América Latina!
Carmencita- ¡Shhh! La vas a despertar... (Encuentra la caja
de fósforos y enciende el calentador. Firme) ¡No, no! ¡Yo no
voy!
Kuki- Carmen, mi vieja se va a despertar en cualquier mo-
mento y Pajarín está por terminar su turno. Venís, ¿sí o no?
Carmencita- (Enciende el sol de noche) No es momento,
Kukito.
Kuki- (Conciliador) ¡Este es el momento justo, mi amor! ¡La
balsa está perfectamente acondicionada para el viaje!
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Carmencita- ¡Es una locura, Kuki! En una balsa no vamos a
llegar a ninguna parte...
Kuki- ¡Ah, qué positivo lo tuyo! Decime: ¿vos tenés algún me-
dio de locomoción mejor para escapar de este país de
mierda?
Carmencita- No, pero...
Kuki- ¿Viste? Todo lo que ponés vos son peros. Soluciones,
ninguna. Escuchame: los aeropuertos están bombardeados. A
las rutas las controlan los piquetes y los ejércitos
irregulares.¿Cómo mierda querés que lleguemos a Miami?
Carmencita- (Indiferente, mientras prepara el mate) Es muy
largo el viaje para ir en balsa...
Kuki-¡Es el medio ideal! ¿Tenés idea de la cantidad de Argen-
tinos que ya llegaron en balsa a Miami?
Carmencita- No, no... ¡Y además, a mí me dan miedo los ti-
burones!
Se escuchan sonidos en la puerta del baño, como si alguien
quisiera forzarla.
Carmencita- ¡Atención! ¡Los okupas!
Los dos se abalanzan contra la puerta y la refuerzan. Kuki
agarra el cuchillo de carnicero y Carmencita un enorme palo
de amasar.

Kuki- ¡Rajen de acá, okupas hijos de puta!
Carmencita- ¡Déjennos en paz!
Kuki- ¡Estoy armado! ¡Los voy a cortar en pedacitos, mier-
das!
Del otro lado, empujan, patean, gritan, presionan. El force-
jeo sigue, y en simultáneo, sin que ellos la vean, la Madre se
despierta gritando:
Madre- ¡No, no! ¡No, no! ¡No, no!
Kuki y Carmencita siguen resistiendo a los okupas. Kuki abre
la tapa de seguridad de un agujero que hay en la puerta y
conecta la boca de un matafuegos. Trata de accionarlo, pero
no funciona.
Kuki- ¡Está trabado, carajo!
La Madre se levanta, borracha por el cloroformo, camina
hasta el inodoro y mete la cabeza dentro de él gritando cada
vez más fuerte:
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Madre- ¡No, no! ¡No, no! ¡No, no! ¡Nono! ¡Nono! ¡Papá!
¡Papá! ¡Volvé por favor, papá!
Kuki y Carmencita siguen resistiendo el embate, cada vez
más fuerte de los okupas, pero ahora ven a la madre, que em-
pieza a sacar las tuercas que mantienen en su sitio el inodoro.
Kuki- ¡No, no! ¿¡Qué vas a hacer, mamá?
La madre saca el indoro de su lugar y mete la cabeza en un
pozo negro, enorme. De inmediato, Kuki y Carmencita se ta-
pan la nariz, por el olor a mierda que sale de ahí.
Madre- ¡Papá, por favor, termínela con las chiquilinadas,
quiere!
Kuki- (Sigue tratando de activar el matafuegos) ¡Mamá, tapá
el pozo ciego! ¡Por favor!
Carmencita deja de resistir a los okupas y se acerca al pozo y
grita:
Carmencita- ¡Don Ateo! ¡Responda, por favor!
Madre- ¿Y a vos quién te dio vela en este entierro?
Carmencita- ¡Don Ateo! ¡Vuelva, por favor!
Kuki logra activar el matafuegos del que sale un chorro de
humo blanco hacia fuera del baño. Se escuchan los gritos de
los okupas, que huyen. Los golpes en la puerta desaparecen.
Kuki se abalanza con la nariz tapada y aparta violentamente
a la Madre y Carmencita. De inmediato vuelve a poner el
inodoro en su lugar.
Kuki- ¡Ustedes están locas! ¡Salgan de acá!
Madre- ¡Dejame! ¡Tuve una pesadilla horrible con el Nono!
Kuki- ¡Estás loca! ¿Querés que nos muramos todos asfixia-
dos? (A Carmencita) ¡Y vos prendé un sahumerio, che! (Car-
mencita se pone a buscar entre las cajas)
Carmencita- No quedan más sahumerios...
Kuki- (A Carmencita) ¡Prendé fósforos, entonces...! ¡No sé,
hacé algo para sacar esta baranda insoportable!
Madre- (Se abalanza de nuevo sobre el inodoro) ¡Dejame que
tengo que hablar con el Nono!
Kuki- (La empuja suavemente y la madre se cae sentada de
culo) ¡No, no! Vos sabés muy bien que con el Nono sólo nos
vamos a comunicar a través del celular...
Carmencita Prende un fósforo y se lo da a Kuki. Luego,
prende otro y lo pasea por el ambiente, quemando los malos
olores.
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Madre- Pero, nene, hace trés días que Pajarín no consigue tar-
jeta para el celular...
Kuki- ¡A mí no me importa! ¡El inodoro no se abre hasta que
el Nono salga a la superficie!
Madre- (Llora) ¡Estoy tan preocupada, nene!
Kuki- Tranquilizate, mamá.¡El Nono es un profesional!
!Conoce las cloacas como las palmas de sus manos.
Carmencita ceba un mate, se sienta en un banquito y em-
pieza a tirar las cartas de tarot.
Madre- ¡No, no! Esta vez es distinto. Desde que en el último
ajuste le quitaron el 90 % de la jubilación, el Nono se puso
raro... Yo lo vi que bajaba con otra actitud a las cloacas... No
era lo mismo que en el Megavencimiento del 2009, ni en el
Default del 2005, ni en el Superajuste del 2001...
Kuki- (Terminante) Mamá, el Nono fue a buscar tesoros a la
cloaca. Como siempre.
Madre- ¡Ya sé! ¡Sólo te digo que me dio la impresión de que
bajaba con otras intenciones!
Kuki- ¡Por favor! El Nono se mueve por la red cloacal con los
ojos cerrados.
Madre- Sí, pero ya tiene 97 años; es muy viejito...
Carmencita- Don Ateo es un toro, eh...
Madre- (La clava puñales con la mirada y luego decide igno-
rarla olímpicamente) ...y además ahí abajo hay muchas bacte-
rias... Hay mucha humedad; puede hacerle mal al reuma...
Carmencita- ¡Don Ateo es un roble, señora!
Madre- (Agria) ¿Y vos qué sabés?
Carmencita- (Ruborizándose) No, no. Yo... digo, nomás..
Kuki- Terminala, mamá... El Nono se fue a buscar tesoros en
las cloacas... Sí él siempre lo dice: (Remedando al Nono) “Il
mio uffichio e’ propiamente scarbare en la merda, e questo
uffichio e’ un arte maraviglioso” (Pausa, evocador) ¿Te
acordás la vez que encontró la pulsera de oro?
Madre- Cómo no me voy a acordar, nene. ¡Fue para mi cum-
pleaños de cuarenta!
Carmencita- (A Kuki, con cara de asco) ¿Encontró una
pulsera de oro, ahí...? ¿En las cloacas?
Kuki- (Entusiasmado) ¡Y no sólo eso!
Madre- Una vez encontró una libra esterlina de oro... y tam-
bién, un pisapapeles de alpaca con incrustaciones de rubíes...
y no sé cuántas cosas más, pobre viejito... ¡Ah, pero lo mejor
fue la pulsera de oro labrado...! (Evocativa) ¡Qué generoso,
mi papá! (Repentinamente amable con Carmencita) ¿Sabés
lo que hizo con la pulsera?
Carmencita- ¿Qué?
Madre- La vendió para comprarme un jumper de jersey mo-
rado, con una capelina al tono...
Carmencita- (Con cara de asco) ¿Morado?
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Marta- (Sin ver su burla) ¡Sí, sí! Era un conjuntito divino... y
además les regaló un monopatín a los chicos... Y con el vu-
elto compró los siete enanitos de yeso que teníamos en el
jardín... ¿Te acordás, Kukito?
Kuki- (Evocativo) ¡Qué bárbaro era ese monopatín!
Madre- ¡Ay, qué buenos tiempos aquellos...!
Kuki- Y sí.... la casa era nuestra... Cada uno tenía su
cuarto... El Nono cobraba el ciento por ciento de la jubila-
ción...
Madre- Yo tenía el puestito en el mercado...
Carmencita- (Cortándoles el mambo, con simpatía) ¡Bueno,
bueno...! ¡Terminemos con la melancolía!
Madre- (Agria) ¿Qué le pasa a esta?
Carmencita- ¡Esta tiene nombre, señora! Se llama Carmen
Ravivaldi de García Scaramuzza, y lo que le pasa es que está
harta de escucharlos hablar cada dos minutos sobre el pasado
glorioso y los buenos tiempos.
Madre- Si a la Emperatriz del Ombligo no le gusta, ahí tiene
la puerta. ¡Podés irte de mi casa cuando quieras!
Carmencita- Le recuerdo, que esto es un baño no una casa,
señora...
Kuki- (Conciliador) Mamá... Carmencita.... ¡Por favor, paren
un poco!
Carmencita- (Enfocada en la carta que acaba de dar vuelta)
¡No, no! ¡No puede ser!
Madre- Nosotros, al menos tenemos un baño, no como a tus
padres que sólo les quedó un pasillito así de chiquito y ¡tienen
que hacer pis y caca en un frasquito!
Carmencita- (Sombría, sin registrar la ofensa, le muestra la
carta a Kuki) ¡Mirá lo que me salió!¡Esto significa pérdida,
saqueo, carencia, robo, privatización!
Kuki- Qué novedad. No se necesita tirar el tarot para saber
que en nuestro futuro hay pérdida, robo, saqueo y privatiza-
ción!
Golpean la puerta con urgencia.
Pajarín- (Voz en off) ¡Abran, soy yo!
Kuki- ¡Atención! ¡Los okupas!
Los tres se abalanza contra la puerta: Kuki, cuchillo en
mano, la Madre enarbolando una sartén y Carmencita con el
palo de amasar.
Kuki- ¡Fuera de acá, okupas de mierda!
Madre- ¡Los voy a aplanar de un sartenazo!
Carmencita- ¡No pasarán!
Pajarín- (Voz en off) ¡Soy yo: Pajarín!
Madre- Es Pajarín.
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Carmencita- ¡Abrile!
Kuki- ¡Un momento! Puede ser el narco que ocupa el dormi-
torio de mamá. El otro día imitó a la perfección la voz del
Nono y yo casi lo dejo entrar...
Pajarín- (Voz en off) ¡Abran, antes de que vengan los okupas!
Kuki- ¡Momentito! (Con voz grave) ¿Quién es?
Pajarín- (Voz en off) ¡Soy yo!¡No seás neneque, Kuki, y ab-
rime!
Kuki- Decime la contraseña. (Con otra voz) “¿Qué es el oro
de arriba?
Pajarín- (Voz en off, cambiada) “La caca de abajo”
Kuki- (Con otra voz) “¿Y qué es el oro de abajo?”
Pajarín- (Voz en off, cambiada) “La caca de arriba”.
Kuki- (Con otra voz) “¿Y qué quiere el pueblo?”
Pajarín- (Voz en off, cambiada) “Saber de qué se trata”.
Kuki- (Con otra voz) “¿Y qué dice el Nono?”
Pajarín- (Voz en off, cambiada) “El Nono dice: ¡No!” “El
Nono dice: ¡No!” “El Nono dice: ¡No!”
Kuki- Está bien, pasá. (Se retira de la puerta y deja que la
Madre y Carmencita le abran)
Como una tromba, entra Pajarín. Está en calzoncillos, con
un ojo en compota, el pelo revuelto y el cuerpo magullado.
Se lo ve agitado y nervioso. Viene envuelto en una manguera
de plástico larguísima, que le rodea el cuerpo desde las rodil-
las hasta el pecho.
Madre- (Traba la puerta con la barra) ¡Nene! ¡Dios mío!
Carmencita- ¡Mi amor, ¿qué te hicieron?! (Lo abraza y le da
un tremendo beso de lengua)
Kuki, indignado y muerto de celos, se aparta a un rincón y
empieza a meter sus pertenencias en un atadito.
Madre- ¿Qué te pasó, Pajarín?
Pajarín- (Agitado) ¡Los Implacables de la DGI me confisca-
ron el taxi!
Carmencita busca algodón y agua oxigenada para curarle las
heridas
Madre- ¡Pero cómo, nene, si vos tenías un acuerdo con Los
Implacables de la DGI!
Pajarín- Lo que pasa es que el Ejército Irregular de San
Telmo invadió Monserrat y el Microcentro...y controlan a los
Implacables de la DGI que traicionaron la alianza que tenían
con los Narcos de Balvanera.
Carmencita- ¿No me digas que te metiste en la zona de exclu-
sión?
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Pajarín- Sí... Tuve que llevar un pasajero al microcentro.
Madre- (Shockeada, con angustia) ¡El taxi! ¡El taxi de Ma-
nolo!
Carmencita- (Mientras le pasa algodón con agua oxigenada
por las heridas) ¡Estás loco! ¡Hay toque de queda en el Micro-
centro!
Pajarín- (Por las heridas) ¡Ay! Despacito... ¡Pará que duele!
Un pasajero me pidió que lo llevara hasta el Ministerio de
Economía.
Madre- (Shockeada)¡El taxi! ¡No puede ser! ¡Con todos los
sacrificios que hizo tu padre para comprarlo!
Pajarín- Calmate, mamá... ¡Ay!
Carmencita- ¡Ir al ministerio de Economía y suicidarse es lo
mismo!
La madre va hacia una de las cajas donde hay una foto de
don Manolo García con su taxi y la contempla, llorosa.
Pajarín- No, no. El tipo me mostró un pase libre, firmado por
el gobierno de Ocupación... ¡Ay! (Ve a su madre llorando)
¿Qué pasa, mamita?
Madre- Miralo. (Le muestra la foto) ¡Qué contento estaba
con el taxi nuevo! ¡Qué hombre tan trabajador tu padre!
(Besa el retrato) ¡Ay, Manolo, Manolo! (De pronto, indignada
con sus hijos) ¡El les dejó una herencia para que se ganaran
honestamente el pan y no supieron cuidarla! (Llora)
Kuki- (A la madre) ¡A mí no me metás en la misma bolsa!
Pajarín- Calmate, mamita. ¡Ay! Todo tiene arrreglo...
Madre- ¿Arreglo? ¿De qué vamos a vivir ahora? ¡Eh, de-
cime... !
Pajarín- No sé...¡Ay! Ya nos vamos a arreglar...
Madre- ¡Ay, Manolo, Manolo...!
Pajarín- ¡Mamá, casi me matan! Eran ocho monos dela DGI
y me molieron a patadas... Lo único que pude rescatar del
auto fue el cloroformo. Tomá, Kuki.
Kuki- ¡Ya no lo necesito! Mamá, no te preocupés, yo voy a
conseguir otro taxi...
Pajarín- (A Carmencita) Ayudame a sacarme esto. Enrollá.
(Mientras habla con Kuki, Pajarín gira el cuerpo para liber-
arse de la manguera que Carmencita va enrollando) Estu-
vieron a punto de ejecutarme. Me salvó un piquete furtivo
del movimiento “Por Otro 25 de Mayo”...
Madre- ¡Ay, nene, qué peligro!
Pajarín- Sí, se armó una balacera tremenda entre los Narcos
y los Veinticinco... Por suerte pude escapar... ¡Ay, tengo lor ri-
ñones molidos...!
Madre- Te voy a preparar unas compresas de orégano y
malva, nene... (Enciende el calentador y pone a hervir agua
con yuyos)
Pajarín- (Conciliador) Kuki. (Afectuoso) Tomá el cloroformo,
Kuki.
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Kuki- ¡Usalo para adormecerte el culo!
Madre- ¡Qué boca es ésa, Kuki!
Carmencita- (Por las mangueras) ¿Para qué trajiste esto?
Pajarín- (Se le escapa sin querer) Son unos conectores que
me pidió el Nono. ¿Saben algo de él? ¿Se comunicó?
Carmencita- ¡El pobre don Ateo no dio señales de vida! ¡Es-
toy repreocupada!
Madre- ¿Y desde cuándo la Emperatriz del Ombligo está pre-
ocupada por (irónica) Don Ateo?
Carmencita- (Esquiva la pregunta. A Pajarín, que ya se ha lib-
erado de las mangueras y está en calzoncillos) Vestite, mi
amor, que podés resfriarte.
Pajarín- Sí. (Cuando va hacia la caja donde guarda su ropa le
dice a Kuki, en voz baja, para que no lo escuchen las mu-
jeres) ¿Hiciste contacto? (Kuki no le contesta)
Carmencita se pone un audifono para escuchar una radio y
se sienta en su rincón a tirar las cartas de Tarot. La madre
prepara las compresas.
Kuki- (Termina de armar su bulto de cosas. A la madre)
Bueno, me voy...
Pajarín- ¿Y mi ropa? ¿Dónde está mi ropa? (Busca)
Madre- ¿A dónde te vas, nene?
Kuki- Voy a ver si tranzo el alquiler de un taxi con los Hooli-
gans de Puerto Madero.
Madre- ¡Pero es peligroso, Nene!
Kuki- ¿Y de qué vamos a vivir, mamá? ¡Voy a hacer algo
para que no nos coman los piojos!
Carmencita- ¡Ay, qué trabajador que te despertaste hoy!
Kuki- ¡Vos, callate!
Pajarín- (Agarra del brazo a Kuki, muy caliente) ¿Me querés
decir por qué te pusiste toda mi ropa?
Kuki- ¿Y vos me querés decir por qué te dejaste sacar el taxi?
Pajarín- ¡No te hagás el boludo, Kuki! Los dos teníamos un
compromiso. Yo cumplí el mío: conseguí los conectores y el
cloroformo...
Kuki- ¡Claro, qué heroico! ¡Los cambiaste por el taxi!
Madre- ¿Qué pasa acá? ¿De qué están hablando?
Pajarín- (Lo zamarrea) Dame mi camisa. ¿Por qué no lo con-
tactaste al Nono?
Kuki- (Empieza a arrugar) Lo llamé pero me filtró con el con-
testador...
Pajarín- No puede ser. ¡Hoy es el día, Kuki! Decime la ver-
dad.
Madre- ¿Me pueden decir de qué están hablando?
Kuki- ¡Soltame!
Pajarín- ¡No te suelto! ¿Qué día es hoy, Kuki? ¿Qué día?
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Kuki- (A Carmencita, burlón) Tu maridito quiere saber qué
día es hoy.
Carmencita- (Sacándose el audífono, sonríe) Hoy es 25 de
Mayo de 2010
Pajarín- Exacto. Hoy se cumplen 200 años de la Revolución.
(Pausa. Lo mira a Kuki con intensidad)
Kuki- ¿Y a mí qué?
Pajarín- ¡No seás neneque, Kuki! El Nono nos dijo que hoy
era el día D.
Madre- ¡Basta! ¡Me van a decir ya mismo qué es el Día D!
Pajarín- (Lo empuja a Kuki)¡Tenías que coordinar la opera-
ción con el Nono! ¿Por qué no lo llamaste?
Madre- (Lo encara a Pajarín) ¿Me querés decir cómo lo iba a
llamar al Nono si no tenemos tarjeta para el celular?
Pajarín- ¡Kuki tiene! Yo le di una.
Madre- ¡Qué! ¿Desde cuando?
Kuki- Desde que el Nono bajó.
Madre- ¿Mis hijos me mintieron? ¡He tenido el corazón en la
boca porque no sabía nada del Nono, y ustedes tenían tarjeta
para el celular!
Pajarín- No es lo que vos pensás, mamá. (A Kuki) ¡Dame el
teléfono!
Kuki se lo da. Pajarín se aparta a un rincón y marca el
número del Nono.

Madre- (A Kuki) ¡Desalmado! Vos me viste sufrir por el Nono
y no fuiste capaz de darme el teléfono...
Pajarín- (Habla por teléfono) ¡Carajo, el contestador...! Sí,
acá Mariano Moreno llamando al General San Martín... Si
escucha este mensaje, Nono... digo, General San Martín, le
confirmo: ¡Código Marrón en estado operativo! Repito:
¡Código Marrón en estado operativo!
Madre- (Le arrebata el teléfono a Pajarín) ¡Escuchame, papá!
¡No sé a qué estás jugando, pero te exijo que subas a las su-
perficie de inmediato! ¡Tenés 97 años! ¿Me oís?
Pajarín le arrebata el teléfono y corta.
Madre- ¡Dame ese teléfono! (Se le va encima)
Pajarín- (Retrocede) Calmate, mamá.
Madre- ¡Dame ese teléfono!
Pajarín- (Le tira el teléfono a Kuki, como si fuera una pelota)
¡Va!
Kuki- (Lo agarra) ¡Mío!
Madre- (Cambia de dirección y va como una tromba hacia
Kuki) ¡Dame ese teléfono!
Kuki- (La esquiva y se lo tira a Carmencita) ¡Va!
Carmencita- (Lo agarra) ¡Mío!
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Madre- (A Kuki) ¡Peste de Sodoma y Gomorra! ¡¿Preferís
darle el teléfono a esa chirusa y no a la madre que te parió?!
Pajarín y Kuki contienen a su madre que quiere ir a arran-
carle los pelos a Carmencita. Se da una batalla campal. Pa-
jarín le traba los brazos y le tapa la boca para impedir que
grite.
Pajarín- (A Kuki) ¡El cloroformo! ¡Rápido!
Kuki- ¿Dónde lo pusiste?
Pajarín- En el botiquín.
Madre- ¡Soltame!
Carmencita busca un sitio apartado y marca el número del
Nono. Kuki echa un chorro grande de cloroformo sobre su
pañuelo.
Pajarín-¡Calmate, mamá! (Le tapa la boca) ¡Es otro de tus
ataques! ¡Tranquila!
Kuki- Acá está el cloroformo, mamita... (Pajarín le saca la
mano de la boca y la Madre intenta morder a Kuki) ¡Ay! ¡Cal-
mate, mamá; es por tu bien!
La Madre lucha como una salvaje. La escena para clorofor-
marla será muda y cómicamente violenta; durará tanto como
la llamada de Carmencita al Nono.
Carmencita- Hola... (En tono seductor) Soy yo, don Ateo...
Sí, lo que pasa es que me cuesta tratarlo de vos... (Se rub-
oriza) Bueno, bueno... Claro, sonso... (Enamorada) Mucho...
Muchísimo... Estaba repreocupada por usted, digo, por
vos.... Sí, sí... ¡Me encantó! Sí, debajo de la almohada... (Ríe
y se ruboriza) ¡Guau, qué hombre!... (Ríe) Más que erótico,
me pareció... Bueno, digamos, un poquitito explícito... Casi
pornográfico... No, no, le digo que me encantó igual don
Ateo... Cada vez que leo su poema me parece tan... ¿Cómo le
diré? Descriptivo, cálido.. No, no, más que cálido: ¡Caliente!
(Pajarín se ha acercado y empieza a escuchar la conversación
desde acá:) ¿Cómo dice? ¡Me encantan las ostras!... ¿A solas?
¡Ay, sería divino...!
Pajarín- ¿Con quién estás hablando?
Carmencita- (Se sobresalta) Sí, entonces, ostras. Resérveme
un kilo de ostras. Mi marido va a ir a buscarlas. Gracias.
(Corta) Hablaba con Gómez, el traficante de pescado de Ber-
isso. Le encargué ostras para mañana. (Se ríe estúpidamente)
Pajarín- ¡No estamos para esos lujos, Carmencita! Además ya
no tenemos el taxi, pensá un poco, por favor...
Carmencita- Tenés razón, mi amor. ¿Querés que lo llame
para suspender el pedido?
13
Pajarín- Después. Ahora tengo que llamar al Nono. (Carmen-
cita Le da el teléfono)
Carmencita se sienta en su rincón y empieza a tirar el tarot.
Kuki dejó a su madre roncando sobre la frazada y se ha acer-
cado a mirar por el agujerito de la puerta.
Pajarín- (Llama al Nono por el celular) Hola... ¡Sí, por fín!
Acá Mariano Moreno, señor... Sí, señor... Sí... (Mira capcio-
samente a Kuki) Lo que pasa es que Bernardino Rivadavia
se puso a papar moscas, señor... Sí, como hace siempre...
Comprendido... Código Marrón en alerta roja. Repito:
Código Marrón en alerta roja... De inmediato... Cambio y
fuera. (Corta) Kuki.
Kuki no le contesta. Mira por el agujerito de la puerta.
Pajarín- Kuki: Buscá los trajes y las escafandras. ¡Código
Marrón en alerta roja, che! (Kuki no le presta atención. Pa-
jarín se acerca y lo zamarrea) Che, te estoy diciendo que el
Código Marrón ya está en alerta roja!
Kuki- (Se da vuelta y lo encara) Yo, Argentino.
Pajarín- ¿Qué decís?
Kuki- Me abro.
Pajarín- ¡Callate, querés! Preparate que bajamos.
Kuki- Ya te dije: Yo, Argentino. (Busca su atadito y empieza a
prepararse para irse)
Pajarín- ¡Código Marrón en alerta roja, Kuki!
Kuki- ¡Yo no voy! Si vos querés irte con el Nono, andá. Tenés
todo el derecho de meterte en la mierda hasta acá, pero yo
soy joven, ¿sabés? Yo quiero vivir mi vida.
Pajarín- ¿Vas a traicionar al Nono?
Kuki- Yo no traiciono a nadie. Soy fiel a mí mismo, nada
más.
Pajarín- ¿Vas a traicionar la causa, Kuki?
Kuki- ¡La causa es un bolazo para engrupir a los perejiles!
Pajarín- ¡El nono no es ningún perejil!
Kuki- ¡Tiene 97 años, Pajarín! ¡Está gagá!
Pajarín- (Le da un bofetón) ¡Callate, Judas! Miralo. (Le señala
el retrato del Nono) Acá tenía tu edad y ya había peleado en
las brigadas internacionales contra Franco. Decime: ¿es un
perejil alguien que defendió Madrid en el 36, que fue parti-
sano del 38 al 44 en Calabria, y que trabajó 40 años de cloa-
quista en Buenos Aires? ¡El nono sabe quién es y no entrega
el marrón como vos, neneque!
Kuki- ¡Ufa, terminala con el héroe anti-fascista, querés! Esa
historia ya fue! El nono y don Genaro y el Viejo Urtizberea y
don Jacobo Levenshon son una manga de viejos reblandeci-
dos que nos están hundiendo en la mierda. ¡Despertate, Pa-
jarín! ¿No te das cuenta que entre los cuatros suman 387
14
años? ¡Ellos no tienen nada que perder! Pero vos y yo somos
jóvenes; podemos irnos de este país de mierda....
Pajarín- (Le da un bofetón) ¡Este no es un país de mierda y
vos y yo no somos jóvenes! ¡Los jóvenes son ellos, neneque!
Madre- (Despertando, mareada por el cloroformo) ¡Me pue-
den explicar de qué están hablando!
Kuki- Hacé lo que te parezca. Yo, me voy a Miami. Enterate:
¡a Miami!
Carmencita- (Escucha la radio y hace callar a los demás)
¡Shhhh! Escuchen lo que dice la radio... (Aumenta el volu-
men)
Locutor - (Habla con el estilo artificial de Ariel Delgado) “...
una nueva modalidad de sabotaje. Según nuestros informan-
tes del área de Ocupación, el Ministerio de Economía ha
sido alcanzado por un nuevo tipo de arma letal. A causa de
la misma. los 13 pisos de la mencionada institución han sido
inundados hasta desbordar, con una sustancia marrón de no-
toria viscosidad y superlativo mal olor. Según conjeturas de
los expertos, se trataría de varios millones de litros de detritus
fecalis, más conocido popularmente como mierda. Hay más
informaciones para este boletín”.
Pajarín- ¡Lo hicieron! ¡Ese es el piquete del Nono! ¡Aguante
don Ateo Libertario Scaramuzza! (Abraza a Kuki) ¡Tenía
razón: se puede! ¡Vamos todavía!
Kuki- Soltá y no cantés victoria tan rápido....
Pajarín- ¡Sí, señor! ¡Victoria! Es el Piquete General San
Martín que ha alcanzado su primer objetivo.
Madre- ¿De qué hablás, nene?
Pajarín- ¡El Nono dice: ¡No!, mamá!
Madre- ¿El Nono dice, qué?
Pajarín- Muy pronto vamos a ser libres. Tené confianza. (Se
acerca a ella, la abraza, la besa y vuelve a ponerle el pañuelo
con cloroformo. La madre empieza a roncar. A Kuki) Y
ahora, basta de discusiones, (se dirige hacia una de las cajas
de cartón, la abre y saca un traje de “cloaconauta”, hecho
con bolsas de nylon de consorcio) pongámonos los trajes, que
el Nono me acaba de ordenar que ocupe el punto C. R. a las
once mil horas. Carmencita, por favor, preparanos una
sopita, que tenemos que ir al frente.
Mientras Pajarín se pone el traje, Kuki va hasta la puerta y se
pone a mirar por el agujerito. Le preocupa lo que ve y lo
hace exclamar en voz baja, para sí:
Kuki- ¡Carajo!
Carmencita- ¿Cómo que vas a ir al frente? ¿Qué frente?
Pajarín- ¡A la lucha, mi amor!
Carmencita- ¿Qué lucha?
15
Pajarín- (A Kuki, mientras se pone su traje de cloaconauta)
¡Dale, Kuki, que vos tenés que unirte al Piquete de don Ja-
cobo, en la intersección de la cloaca transversal y el Cabildo,
y desde ahí, hacer de enlace con el piquete de don Genaro
que se va a apostar en la intersección de la cloaca angular, de-
bajo de la Catedral, como soporte del piquete del Viejo Ur-
tizberea, que va posicionarse en la cloaca que circunda el
Banco Nación. Vos sos el enlace. ¿Entendido?
Kuki- (Le contesta para ganar tiempo) Entendido, Pajarín.
Kuki coloca el matafuegos en el agujero de la puerta.
Carmencita- (A Pajarín) ¿Te vas con don Ateo?
Pajarín- Sí, mi amor. Kuki y yo llevamos refuerzos tecnológi-
cos.
Kuki carga todas sus pertenencias y empuña el cuchillo de
carnicero.
Carmencita- (A Pajarín) ¡Yo quiero ir con vos!
Pajarín- Esto no es para mujeres, mi vida.
Kuki activa el matafuegos y empieza a abrir la puerta del
baño.
Kuki- (A los okupas) ¡Tomen esto, okupas de mierda! ¡Allá
voy y estoy armado, hijos de puta!
Pajarín- (Se da vuelta y ve que Kuki se está yendo) ¡Pero qué
haces! ¡Cerrá esa puerta!
La madre se despierta
Kuki- ¡Ya la cierro, salame, pero del otro lado!
Pajarín- ¡No te vayas, Kuki!
Kuki- ¡Chau, perejil!
Madre- (Mareada) ¡Tené cuidado con los Hooligans, nene!
Pajarín- ¡No traiciones al Nono, hermanito!
Kuki- ¡Good by, baby! ¡Te mando una postal desde Miami!
Sale y cierra la puerta.
Pajarín- ¡No lo hagas, Kukito! ¡De los cobardes no hay histo-
ria! ¡No lo hagas, hermanito, no, no...! (Queda un instante
shockeado. Repite) ¡De los cobardes no hay historia! ¡No, no!
Carmencita- (Le trae la escafandra a Pajarín) ¡Tenés que ba-
jar, mi amor! (Le da una carta) Dale esto don Ateo, mi
amor...
16
La madre se sienta en un banquito y se aprieta la cabeza por
el dolor. Prepara un mate.
Pajarín- (Huele, con asco) ¡Pufff ! ¿Se te cayó el frasco de per-
fume? ¿Qué es? ¿Una carta de amor?
Carmencita- No, sonso, es para que mi perfume te acompañe
allá abajo...
Pajarín- (Cándido) Ah, gracias... (Suena el teléfono) Hola...
Sí, Nono, digo General... Ya estoy yendo al punto de encuen-
tro, señor... No, no, Bernardino Rivadavia se fue a Miami a
gestionar un préstamo, mi General... Sí, señor, era de espe-
rar, como usted dice.... Sí, entiendo... ¡¿Qué don Genaro ya
tomó el Cabildo, señor?!... ¿Cómo?... Hay interferencia...
¿Qué French y Beruti reparten escarapelas bajo la lluvia en
Plaza de Mayo?... No lo escucho bien, general... Ah, com-
prendido.... La proclama, sí, sí... (A Carmencita) ¡Poné Radio
Libertad! (Carmencita enciende la radio, se escuchan interfer-
encias) Ya está encendida, señor... ¡Sí, mi General! Sí, ya es-
toy bajando, señor. ¡La lucha continúa! Cambio y fuera.
Madre- ¿Qué te dijo el Nono?
Pajarín- Me dijo que va a leer la proclama por Radio Liber-
tad.
Carmencita- (Manipulando el dial) Hay interferencia.
Madre- ¿Qué proclama?
Pajarín- La del General San Martín...
Madre- ¿El general cuánto?
Pajarín- San Martín, mamá, nuestro libertador...
Carmencita- (Logró sintonizar la radio) ¡Shhh! Ahí está. Pajarín- El Nono nos llama a la lucha. (Se pone la escafandra
y se dirige al inodoro) Es la hora. Mamá, Carmencita....
¡Cuídense! Volveré pronto... ¡Atención, taparse la nariz!
La Voz del Nono- (Con marcado acento italiano) ¡Compatrio-
tas! ¡Fili de la patria nostra!
Madre- ¡Papá!
Pajarín y Carmencita- ¡Shhh! Carmencita y la madre se aprietan la nariz con los dedos. Pa-
jarín saca el inodoro y se dispone a bajar.
La Voz del Nono-
Su imagen heroica se congela mientras vuelve a oirse, en la
¡Compagni! radio, la proclama del Nono.
La guerra se la facheriammo de la modalitá que possiamo.
Si no habbiamo soldi, carne, o un pedazo di tabaco
non nos tiene que importare.
Cuando se finishen i vestuari andaremo en pelota
como i nostri paesanos lo indio.
Siammo libero y lo demás non importa niente. Apagón lento
¡Compagni!
Yuremo non abandonare las armas di la mano
hasta ver il nostro paese enteramente libero,
o morire con ellas, como huomos di coraggio” (*)

Sonido de interferencia en la radio. Pausa

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