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MARTINEZ BARCEINAS EDUARDO

VCR-602

INTRODUCCION.

Las garantías individuales son aquellas incluidas en la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos. Consideradas esenciales en el sistema político mexicano, están
especialmente vinculadas a la dignidad humana. Tienen como alcance asegurar la convivencia
pacífica entre los hombres y mujeres que comparten, viven y se desarrollan en el mismo
territorio, logrando así obtener justicia, bienestar social y como fin ulterior, el bien común.

Todos los individuos sin distinción de su origen étnico o nacional, el género, la edad, las
discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las
preferencias sexuales o su estado civil1 gozan de estas garantías desde el momento que nacen y
no son susceptibles de violación o supresión, razón por la cual el Estado es el responsable de
salvaguardarlas.
MARTINEZ BARCEINAS EDUARDO
VCR-602

El artículo 29 de la Constitución Federal establece la suspensión o restricción del ejercicio de


derechos y garantías. Este artículo previene que la restricción o suspensión sólo procederá en los
casos de invasión, perturbación grave de la paz pública u otro que ponga a la sociedad en grave
peligro o conflicto. Tal medida, tendrá como único fin restablecer la normalidad y garantizar el
goce de los derechos humanos. Sin embargo, las causales para decretar un Estado de excepción
se han mantenido desde la Constitución de 1856-1857. Es decir, La actual redacción del artículo
29 Constitucional refleja la realidad del siglo XIX y no la del constitucionalismo moderno del
siglo XXI. Su problema no es sólo temporal, el texto tiene un problema estructural innegable, ya
que la formulación sobre “cualquier otro [caso] que ponga a la sociedad en grave peligro o
conflicto” o bien de “perturbación” representa una disposición ambigua que permite un margen
de interpretación profundamente discrecional. Cabe señalar que, la propia Corte Interamericana
de los Derechos Humanos ha señalado que los Estados no pueden argüir razones de “orden
público” o “o bien común” para establecer el Estado de excepción. Por estas razones, la presente
Iniciativa se propone: primero, armonizar entre la Constitución Federal con la Convención
Americana de los Derechos Humanos las causas que originen el Estado de excepción, y segundo,
establecer la votación por de mayoría calificada para la aprobación del Congreso para evitar la
gobernabilidad unilateral y propiciar una gobernabilidad multilateral consensada.

La Constitución de 1917 ya contaba con 28 artículos de garantías individuales, las cuales se


dividieron en cuatro grandes grupos: las garantías de igualdad, las garantías de libertad, las
garantías de propiedad y las garantías de seguridad jurídica, conformando la parte dogmática de
la Constitución.

Ahora bien, la suspensión de los derechos humanos que como ya vimos, se nos otorgan desde el
momento en que nacemos, y son reconocidos en nuestros ordenamientos legales es un fenómeno
jurídico Constitucional, antecedente necesario para que los órganos de gobierno puedan actuar
válidamente para prevenir o remediar males públicos ocasionados por situaciones de emergencia
Puede entonces, la suspensión de derechos humanos, justificarse por la necesidad de que los
órganos gubernamentales tengan la libertad para actuar eficazmente, con el fin de suprimir y
combatir situaciones que lesionen los intereses sociales. En el citado artículo, se queda
establecido que los derechos humanos sirven para establecer límites a los poderes del Estado y
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garantizar la existencia del estado de derecho, incluso pese a que quitan al gobernado
temporalmente lo que los anteriores artículos Constitucionales le otorgan.

CONCLUION

los derechos humanos son aquellas garantías que tienen como alcance asegurar la convivencia
pacífica entre los hombres y mujeres que comparten, viven y se desarrollan en el mismo
territorio, logrando así obtener justicia, bienestar social y bien común. Son, además, derechos
naturales, imprescriptibles e irrevocables, otorgados a los seres humanos desde su nacimiento y
aplicables en cualquier lugar y época.

La suspensión de los derechos humanos está normada en el artículo 29 de la Constitución


Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual ha tenido pocas pero importantes
modificaciones a través de los años. Hoy en día se establece que es el presidente con la
aprobación del Congreso de la Unión quien puede decretar la suspensión de derechos, en los
casos de pongan a la sociedad en grave peligro. Se establece también que pueden suspenderse
los derechos que fuesen obstáculo para hacer frente rápida y fácilmente a la situación, por un
tiempo limitado; y no pueden suspenderse los derechos fundamentales de la calidad humana, es
decir el derecho a la no discriminación, al reconocimiento a la personalidad jurídica, el derecho a
la vida, el derecho a la integridad personal, el derecho a la protección de la familia, el derecho al
nombre, a la nacionalidad, a los derechos de la niñez, los derechos políticos, las libertades de
pensamiento, conciencia y de profesar creencia religiosa alguna. Tampoco puede suspenderse la
prohibición de la pena de muerte, la prohibición de la esclavitud y la servidumbre ni la
prohibición de la desaparición forzada y la tortura. Por último, se establece la irretroactividad de
las medidas tomadas durante el estado de emergencia y que el decreto que suspenda los derechos
debe ser revisado de oficio por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

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