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Teoría y didáctica de los géneros aventura y policiaco, Jaime Ricardo Reyes Calderón, editorial

magisterio, Colombia, 2003, p. 189 [total 241 pp.]

“El protagonista se nos presenta inicialmente dándonos cuenta de su cotidianidad, de cómo en


medio de una rutina ordinaria sucedió o conoció algo que despertaron en su alma, potencial y
deseos criminales. Algo especial ha hecho necesario el crimen. Por lo general, aceptar la invitación
al crimen supone una riqueza o un bien que repentinamente toma valor de absoluto, capaz de
relativizar el daño a causar a las víctimas.”

“Los momentos previos a la ejecución del crimen, la antesala de la acción, detallan los
procedimientos materiales, el contexto físico, la adquisición de los elementos indispensables para
llevar a cabo el plan criminal. En tal actividad se afirman los móviles que una vez más justifican el
inminente hecho. El criminal no pocas veces condiciona su pensamiento repitiéndose una y otra
vez el sentido de su proceder, la coartada, o minimizando los peligros que le pudieran sobrevenir.
Así se da valor, se justifica a sí mismo o amortigua las mordidas de la conciencia o los ataques de la
fatal casualidad.”

“Siempre existe un plan. Ése es el mapa y la defensa del criminal.”

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