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Cuando una persona natural debe declarar renta, uno de los conceptos más importantes a
considerar, son los ingresos que debe tener en cuenta.
El artículo 26 del estatuto tributario considera como ingreso todo concepto o pago que sea
susceptible de incrementar el patrimonio del contribuyente, y ese es el parámetro a tener
en cuenta, de manera que toda entrada de recursos ya sea en efectivo o en especie, que
tenga la capacidad de incrementar el patrimonio del contribuyente, se considera un
ingreso para efectos fiscales.
Por regla general todo ingreso fiscal está gravado con el impuesto a la renta, a no ser que
de forma expresa la ley diga que no lo es, de manera que si nada dice la ley, el ingreso es
gravado.
Dentro de los ingresos se deben considerar todos los pagos que recibe una persona
natural como pueden ser los siguientes:
1. Salarios y prestaciones
2. Honorarios
3. Arrendamientos
11. Etc.
Ingresos que no constituyen renta ni ganancia ocasional
ingresos no constituyen renta ni ganancia ocasional, de manera que no se tributa sobre ellos.
En consecuencia, si usted tiene ingresos que no constituyen renta ni ganancia ocasional, los resta
de sus ingresos totales par así determinar los ingresos netos gravados.
Esto significa que usted primero debe sumar absolutamente todos los ingresos obtenidos durante
el año, y seguidamente se restan los ingresos que no constituyen renta ni ganancia ocasional.
Ingresos
= Ingresos netos
(-) Costos
(-) Deducciones
= Renta líquida
La versión vigente del artículo 28 del ET establece que para la realización del ingreso de quienes
estén obligados a llevar contabilidad, solo lo devengado contablemente según las dinámicas de los
La renta líquida gravable se determina así: de la suma de todos los ingresos ordinarios y
extraordinarios realizados en el año o período gravable, que sean susceptibles de producir un
incremento neto del patrimonio en el momento de su percepción, y que no hayan sido
expresamente exceptuados, se restan las devoluciones, rebajas y descuentos, con lo cual se
obtienen los ingresos netos. De la renta bruta se restan las deducciones realizadas, con lo cual se
obtiene la renta líquida. Salvo las excepciones legales, la renta líquida es renta gravable y a ella se
aplican las tarifas señaladas en la ley.