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El Virus Chino

El Virus Chino

Autores: Escohotado Antonio, Tucker Jeffrey,


Carvalho Olavo, Laje Agustín, Vargas Llosa Mario,
Bagus Philipp, Shapiro Ben, Percival Puggina, Milei
Javier, Rallo Juan Ramón, Agamben Giorgio, Pondé
Luiz Felipe, Palmer Tom, Lee Simon.

Editorial: Centro de Pensamiento Libertad y


Prosperidad (CPLP)

117 páginas. | 14 x19 cm


1.ª Edición: Abril

Diseño: IMAGES Diseño Publicitario


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Dirección y edición: Alejandro Bermeo

alejoryand@gmail.com
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--. libercast
ÍNDICE

Coronavirus: ¿Regreso al medioevo?


Mario Vargas Llosa (14 de marzo) 11

El coronavirus es el “virus chino”


Ben Shapiro (18 de marzo) 17

El misterio chino
Percival Puggina (28 de marzo) 22

El coronavirus como ideología


Jeffrey Tucker (29 de marzo) 26

Coronavirus: ¿fin del capitalismo?


Agustín Laje (30 de marzo) 34

Las sandalias del pescador, estúpido


Olavo de Carvalho (30 de marzo) 42

Basta de pretender que las políticas


Pandémicas son “la nueva norma”
Ben Shapiro (1 de abril) 47

Análisis y política económica en


tiempos de coronavirus
Javier Milei (2 de abril) 51

El nuevo genocidio chino


Percival Puggina (2 de abril) 61
Distanciamiento social
Giorgio Agamben (6 de abril) 65

Por qué resulta primordial leer a Hayek


Juan Ramón Rallo (8 de abril) 70

Cómo una pandemia nos lleva a otra


Tom Palmer & Simon Lee (8 de abril) 76

Entrevista: "Sin libertades somos un


rebaño pastoreado por hienas".
Antonio Escohotado (12 de abril) 82

Una pregunta
Giorgio Agamben (13 de abril) 88

¿Cómo se ve la reapertura?
Ben Shapiro (17 de abril) 93

¿Qué diría Rothbard sobre el pánico del COVID-19?


Philipp Bagus (20 de abril) 98

La afirmación de que las vidas hacen la economía


y no al contrario, es conversación para Disneyland
Luiz Felipe Pondé (20 de abril) 110

Fase dos
Giorgio Agamben (20 de abril) 115
INTRODUCCIÓN

¿Desde cuándo los virus son racistas?, así se titula un


artículo de la revista American Thinker. Al momento de
escribir estas palabras, la portada de este libro ya fue
censurada de Instagram por “lenguaje o símbolos que
incitan al odio”. ¿Cómo es esto posible?, después de todo,
el virus viene de Wuhan, China, ¿no?
Desde siempre, todo tipo de enfermedades han recibido
su nombre en razón del lugar de donde provienen o del
lugar en donde se descubrieron. Solo en estos tiempos de
dominio de la corrección política, el victimismo y el
pensamiento único progresista, puede considerarse la
descripción científicamente válida de un virus como racista
o xenófoba, después de todo, al respecto de esto último,
se viene instaurando una patologización de la disidencia
política para tachar de enfermo psiquiátrico a todo aquel
que no se ajuste a la nueva religión progresista. La
homofobia, la xenofobia, la eurofobia, la transfobia, la
aporofobia, la islamofobia y un sinfín más de pseudofobias
sin sustento en ningún manual de psiquiatría, se usan como
arma retórica para silenciar y expulsar a cualquiera que
piense distinto. Esto no es nuevo, es una técnica de antaño.
En la Unión Soviética, luego de la desaparición del
“triturador de carne” o “Gulag” con la muerte del genocida
comunista, Iosef Stalin, se instauró otro sistema aterrador,
las psikhushkas o psicoprisiones, en estas encarcelaban y
torturaban a la disidencia, dicho de otro modo, el que no
pensara ajustado al régimen comunista, era un enfermo
mental. Para ello, de la mano de psiquiatras inescrupulosos
se inventaron toda suerte de patologías mentales, entre
ellas, algunos diagnósticos absurdos incluían: “delirios de
reformismo” e “intoxicación filosófica”. Esto tiene una
lógica macabra, si estoy enfermo y, además, «enfermo
mental», quiere decir que mi opinión no tiene validez, por lo
cual, naturalmente, quedo a merced de los “expertos”
políticos que me van a hospitalizar, medicalizar y «curar».
La chifladura llegó a tal punto, que esquizofrénico
(esquizofrenia lenta) era aquel que tenía opiniones
políticas inaceptables. No vivimos tiempos de libertad, las
psicoprisiones siguen existiendo. La patologización del
distinto y el inevitable tratamiento médico de su otredad,
queda patente cuando observamos cómo cada vez más el
Estado no permite que los padres eduquen a sus hijos, de
hecho, ordenando la reeducación de los padres en la
personalidad democrática.
Permítaseme retomar el tema del coronavirus chino. En
estos tiempos de tolerancia represiva, incluso decir
“agujero negro” puede ser considerado racista. ¿Son los
virus racistas?, tomemos algunos ejemplos, el virus del zika
fue descubierto en el bosque de Zika en Uganda., el ébola
se descubrió cerca al río Ébola en el Congo., la gripe
española se reportó por primera vez en España., el famoso
MERS (Síndrome Respiratorio del Medio Oriente) fue
reportado en Arabia Saudita., la peste bubónica, si bien,
no es un virus, se le llamó peste negra o muerte negra
porque producía unos puntos negros en toda la piel. En
todos estos casos nadie habló de racismo, xenofobia o
islamofobia, a todas estas enfermedades y más, se les dio
el nombre adecuado conforme al lugar del que provienen
o fueron descubiertas.
Se nos dice repetidamente que no hay nada —
aparentemente— más demócrata que un virus, y, sin
embargo, se le acusa de racista. Llamar al virus chino, virus
chino, no es racista, se originó en china y no en otro lugar.
De cualquier manera, no nos disipemos aquí, la
expresión “virus chino” además de lo anterior tiene otro
significado más importante, el de señalar y de recordarle
a las personas la incompetencia del régimen comunista de
Xi, y su responsabilidad en la propagación de la pandemia
que en un sistema libre —y ya lo sabemos por la
organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) y la
Universidad de Southampton— no hubiese terminado en un
segundo chernóbil.
Con todo, siendo ya claro que no tenemos nada en
contra del honorable pueblo chino, pero sí todo contra el
gobierno criminal del Partido Comunista Chino (PCCh) que
es el Gran responsable. Permítaseme dar unas palabras
finales.
Esta primera edición de El Virus Chino busca exponer una
perspectiva alternativa, y dejar un registro cuidadoso
sobre lo que se estaba pensando frente a la pandemia.
Espero que estos escritos de variados autores —que
contribuyen desde el campo de la economía, la política, el
periodismo, el derecho y la filosofía— consigan brindar un
panorama más amplio sobre los acontecimientos que
estamos viviendo.
Mi gratitud a todos aquellos que han hecho este
proyecto posible, los lectores de hoy y del futuro lo
reconocerán.

Alejandro Bermeo

30 de abril de 2020
Ibagué-Colombia
CORONAVIRUS: ¿REGRESO AL MEDIOEVO?

Por: POR: MARIO VARGAS LLOSA* 1

Publicado en elpais.com
14 de marzo, 2020

E
l coronavirus comienza a hacer estragos en
España. O, mejor dicho, el espanto que causa ese
virus proveniente de China ocupa todos los
noticiarios y radios y periódicos, se cierran colegios y
universidades, bibliotecas y teatros, se paralizan las Fallas
de Valencia, se cancelan los plenos de las Cortes, los
eventos deportivos se celebrarán sin público, pese a que
los distribuidores dicen que habrá provisiones se ven
semivacías las estanterías de los supermercados, lo que
indica que la gente se carga de productos de primera
necesidad para lo que entiende será un largo encierro, y,
por supuesto, en las conversaciones privadas no se habla
de otra cosa.
Todo esto, en términos prácticos, es muy exagerado,
pero no hay nada que hacer: España tiene miedo y los

[*] Mario Vargas Llosa (Perú, 1936), es un escritor y político peruano,


ganador del premio nobel de literatura en el año 2010, entre otros
numerosos reconocimientos. Estudió derecho y literatura. Como
muchos jóvenes, perteneció al partido comunista de su país y se
consideraba de izquierdas, pero más tarde se desilusionaría de estas
ideas tanto en la teoría como en la práctica, abrazando así el
liberalismo clásico. Entre sus obras se encuentran: La civilización del
espectáculo (2012)., La llamada de la tribu (2018) y Medio siglo con
Borges (2020).

CORONAVIRUS: ¿REGRESO AL MEDIOEVO? | 11


Gobiernos, el nacional y los de las autonomías, salen al
frente de la pavorosa enfermedad con medidas cada vez
más estrictas que, de una manera general, los españoles
aprueban e, incluso, exigen que sean más extensas e
intensas. Es por gusto que las estadísticas oficiales digan
que, hasta el 11 de marzo, hay apenas 47 muertes por culpa
de la pandemia y que, por ejemplo, la simple gripe es más
asesina que ella, pues causa por lo menos seiscientas
muertes anuales, y que son muchos más los que se
recuperan del coronavirus que los que perecen por culpa
de él, que España tiene uno de los sistemas de salud
mejores en el mundo —por encima de la media europea—
y que el trabajo que vienen realizando los médicos y
sanitarios en todo el país es eficiente y está a la altura del
desafío, etcétera.
Jamás las estadísticas han sido capaces de tranquilizar
a una sociedad roída por el pánico y ésta es una buena
ocasión de comprobarlo. En medio de la civilización ha
reaparecido la Edad Media, lo que significa que muchas
cosas han cambiado desde entonces, pero muchas otras
no. Por ejemplo: el miedo a la peste. Y, a propósito, la
literatura tiene un renacer inevitable en esos períodos de
miedo colectivo: cuando no entiende lo que pasa, una
sociedad va a los libros a ver si ellos se lo explican. La peor
novela de Albert Camus, La peste, tiene un súbito
renacimiento y tanto en Francia como en España se hacen
reediciones y ese libro mediocre se ha convertido en un
best seller.
Nadie parece advertir que nada de esto podría estar
ocurriendo en el mundo si China Popular fuera un país libre

12 | MARIO VARGAS LLOSA


y democrático y no la dictadura que es. Por lo menos un
médico prestigioso, y acaso fueran varios, detectó este
virus con mucha anticipación y, en vez de tomar las
medidas correspondientes, el Gobierno intentó ocultar la
noticia, y silenció esa voz o esas voces sensatas y trató de
impedir que la noticia se difundiera, como hacen todas las
dictaduras. Así, como en Chernóbil, se perdió mucho
tiempo en encontrar una vacuna. Sólo se reconoció la
aparición de la plaga cuando ésta ya se expandía. Es
bueno que ocurra esto ahora y el mundo se entere de que
el verdadero progreso está lisiado siempre que no vaya
acompañado de la libertad. ¿Lo entenderán de una vez
esos insensatos que creen que el ejemplo de China, es
decir, el mercado libre con una dictadura política, es un
buen modelo para el tercer mundo? No hay tal cosa: lo
ocurrido con el coronavirus debería abrir los ojos de los
ciegos.
La peste ha sido a lo largo de la historia una de las
peores pesadillas de la humanidad. Sobre todo en la Edad
Media. Era lo que desesperaba y enloquecía a nuestros
viejos ancestros. Encerrados detrás de las recias murallas
que habían erigido para sus ciudades, defendidos por
fosos llenos de aguas envenenadas y puentes levadizos, no
temían tanto a esos enemigos tangibles contra los que
podían defenderse de igual a igual, enfrentarlos con
espadas, cuchillos y lanzas. Pero la peste no era humana,
era obra de los demonios, un castigo de Dios que caía
sobre la masa ciudadana y golpeaba por igual a
pecadores e inocentes, contra la que no había nada que
hacer, salvo rezar y arrepentirse de los pecados

CORONAVIRUS: ¿REGRESO AL MEDIOEVO? | 13


cometidos. La muerte estaba allí, todopoderosa, y
después de ella las llamas eternas del infierno. La
irracionalidad estallaba por doquier y había ciudades que
trataban de aplacar a la plaga infernal ofreciéndole
sacrificios humanos, de brujas, brujos, incrédulos,
pecadores sin arrepentir, insumisos y rebeldes. Cuando
Flaubert viajó a Egipto, todavía vio leprosos que recorrían
las calles tocando campanas para advertir a la gente que
se apartara si no quería ver (y contagiarse) de sus llagas
purulentas.
Por eso casi no aparece la peste en las novelas de
caballerías que son otro aspecto, más positivo, del
Medioevo: en ellas hay proezas físicas extraordinarias, el
Tirant lo Blanc derrota él solo a gigantescos ejércitos. Pero
los adversarios de los caballeros andantes son seres
humanos, no diablos, y lo que el hombre medieval teme son
los diablos, esos demonios que escondidos en el corazón
de las epidemias golpean y matan sin discriminar a
culpables e inocentes.
Ese viejo terror no ha desaparecido del todo, pese a los
extraordinarios progresos de la civilización. Todo el mundo
sabe que, como ocurrió con el SIDA o con el Ébola, el
coronavirus será una pandemia pasajera, que los
científicos de los países más avanzados encontrarán
pronto una vacuna para defendernos contra ella y que
todo esto terminará y será, dentro de algún tiempo, una
noticia mustia que apenas recordarán las gentes.
Lo que no pasará es el miedo a la muerte, al más allá,
que es lo que anida en el corazón de estos terrores
colectivos que son el temor a las pestes. La religión aplaca

14 | MARIO VARGAS LLOSA


ese miedo, pero nunca lo extingue, siempre queda, en el
fondo de los creyentes, ese malestar que se agiganta a
veces y se convierte en miedo pánico, de qué habrá una
vez que se cruce aquel umbral que separa la vida de lo que
hay más allá de ella: ¿la extinción total y para siempre?,
¿esa fabulosa división entre el cielo para los buenos y el
infierno para los malvados de un dios juguetón que
pronostican las religiones?, ¿alguna otra forma de
supervivencia que no han sido capaces de advertir los
sabios, los filósofos, los teólogos, los científicos? La peste
saca de pronto a estas preguntas, que en la vida cotidiana
normal están confinadas en las profundidades de la
personalidad humana, al momento presente, y hombres y
mujeres deben responder a ellas, asumiendo su condición
de seres pasajeros. Para todos nosotros es difícil aceptar
que todo lo hermoso que tiene la vida, la aventura
permanente que ella es o podría ser, es obra exclusiva de
la muerte, de saber que en algún momento esta vida
tendrá punto final. Que si la muerte no existiera la vida sería
infinitamente aburrida, sin aventura ni misterio, una
repetición cacofónica de experiencias hasta la saciedad
más truculenta y estúpida. Que es gracias a la muerte que
existen el amor, el deseo, la fantasía, las artes, la ciencia,
los libros, la cultura, es decir, todas aquellas cosas que
hacen la vida llevadera, impredecible y excitante. La razón
nos lo explica, pero la sinrazón que también nos habita nos
impide aceptarlo. El terror a la peste es, simplemente, el
miedo a la muerte que nos acompañará siempre como una
sombra.

CORONAVIRUS: ¿REGRESO AL MEDIOEVO? | 15


EL CORONAVIRUS ES EL “VIRUS CHINO”

Por: BEN SHAPIRO* 1

Publicado en dailywire.com
18 de marzo, 2020
Traducido por Carlos Ayala

E
sta semana, el presidente Donald Trump fue
criticado por el uso de la frase "virus chino" para
describir el Coronavirus, la fuente de la nueva
pandemia que ha provocado un cierre económico a nivel
global, así como el confinamiento de ciudadanos en los
principales países de occidente. Los medios, siempre
encuentran el tiempo para enfocarse en el tema que
menos importa —el etiquetado de “virus chino” como tal—
en medio de una parálisis sin precedentes en todo el
planeta, y demuestra la absoluta seriedad de quienes se
oponen. Que el término sea controvertido es casi increíble.
El virus sí se originó en China. Pero, sobre todo, el gobierno
chino se protege de cualquier manera de los resultados de
su patológico mal gobierno que es tiránico y perverso, sin
medida.

[*] Ben Shapiro (Estados Unidos, 1984), se graduó de la UCLA y la


Facultad de Derecho de Harvard, presentador de "The Ben Shapiro
Show" y editor en jefe de DailyWire.com. A los 17 años, se convirtió en el
columnista más joven sindicado a nivel nacional en los Estados Unidos.
Es autor del éxito de ventas número 1 del New York Times "The right side
of history" (2019). Vive con su esposa y sus dos hijos en Los Ángeles.

EL CORONAVIRUS ES EL “VIRUS CHINO” | 17


No se equivoquen: el gobierno chino es el principal
responsable del estallido de esta pandemia. Los llamados
mercados húmedos (wet markets) de China —mercados de
carne que a menudo incluyen animales salvajes que van
desde serpientes hasta pangolines— existen por una
variedad de razones, que van desde el precio hasta la
creencia supersticiosa en las propiedades medicinales de
los animales exóticos. Según Zhenzhong Si, investigador
asociado de la Universidad de Waterloo: “comer animales
salvajes se considera un símbolo de riqueza porque son
más raros y caros”. Cualquiera sea la razón, el gobierno
comunista chino ha sido extremadamente tolerante con
dichos mercados, a pesar de que han sido responsables
de la propagación del coronavirus, el SARS, la gripe aviar,
la gripe asiática y la peste porcina. El gobierno chino ha
sido igualmente tolerante con el tratamiento a través de la
medicina tradicional china en lugar de la medicina basada
en la evidencia, lo que ha aumentado el riesgo de tales
enfermedades.
El mismo gobierno chino, ahora elogiado por su
extraordinaria represión contra sus propios ciudadanos —
el mismo gobierno que se dice está encarcelando hasta 1
millón de uigures por delitos específicos— no ha estado
dispuesto durante décadas a detener la venta de
animales exóticos. El autoritarismo obviamente no se
aplica a la solución más obvia a un grupo de posibles
epidemias.
Mientras tanto, el gobierno chino actuó muy rápido para
cortar la difusión de información sobre el Coronavirus, que

18 | BEN SHAPIRO
allanó el camino para la libertad de viaje de los portadores
de la enfermedad.
Cuando el oftalmólogo Li Wenliang les contó a sus
colegas médicos sobre el Coronavirus en una sala de chat
en diciembre, el gobierno chino lo obligó a jurar que había
estado haciendo "declaraciones falsas". Wenliang terminó
muriendo de la enfermedad. Cuando comenzó a surgir más
información sobre el Coronavirus, el gobierno comunista
simplemente mintió al respecto, sugiriendo que el número
de casos no aumentaba, una mentira comprada por la
Organización Mundial de la Salud (OMS).
Incluso ahora, el gobierno chino continúa difundiendo
propaganda sugiriendo que el coronavirus se originó en los
Estados Unidos. Lijian Zhao, subdirector general del
Departamento de Información del Ministerio de Relaciones
Exteriores de China, tuiteó un enlace a un artículo que
afirmó que tenía "evidencia de que el virus se originó en los
Estados Unidos". ¿Y es realmente creíble que China tuvo
solo 127 casos diagnosticados de coronavirus entre el 9 y el
16 de marzo, incluso cuando el gobierno chino expulsó a los
periodistas estadounidenses de forma masiva de China y
Hong Kong?
Una vez que todo esto termine, es hora de que los
estadounidenses tengan una discusión seria sobre las
medidas con las que se deben frenar la apertura a China.
La administración Trump debería considerar la prohibición
de viajar a China hasta que este país haya cerrado sus
mercados de animales exóticos, como mínimo. La crisis
actual costará millones de empleos estadounidenses,
millones más de los ahorros de los estadounidenses y miles

EL CORONAVIRUS ES EL “VIRUS CHINO” | 19


de vidas estadounidenses. Confiar en el gobierno chino
después de una traición global de esta magnitud no solo
sería una tontería, sería inmoral.

20 | BEN SHAPIRO
EL MISTERIO CHINO

Por: PERCIVAL PUGGINA* 1

Publicado en puggina.org
Traducido por Ezequiel Cabral
28 de marzo, 2020

D
urante muchos siglos, embarcarse en dirección
a Oriente fue, para los europeos, una aventura
rodeada de tantos temores como ser lanzado
al Océano Atlántico en el preludio de las Grandes
Navegaciones. Fantasías, leyendas, supersticiones. Le
correspondía a Marco Polo, en el último cuarto del siglo XIII,
promover, en contra de la voluntad de las autoridades
venecianas, un acercamiento con el gigantesco país
asiático.
La gran mayoría de los lectores de estas líneas aún no
habían nacido cuando China, en 1949, después de una
larga guerra civil, se sumió en la oscuridad, tomada por las
manos tiránicas de Mao Tsé-Tung (o Zedong) y del Partido
Comunista Chino. A partir de 1976, con la muerte de Mao, el
régimen giró hacia una economía capitalista, sin que el
partido renunciara al liderazgo totalitario del país. Esto
permite, a cualquier juicio prudente, identificar a China

[*] Percival Puggina (Brasil, 1944), miembro de la Academia Rio-Grandense


de Letras, es arquitecto, emprendedor, escritor y propietario del sitio web
www.puggina.org, columnista en docenas de periódicos y sitios web en el
país. Autor de Crónicas contra el totalitarismo (2001)., Cuba, la tragedia
de la utopía (2004).

22 | EL MISTERIO CHINO
como un estado nacional peligroso. De él no se esperan
virtudes, ni valores de nuestro aprecio. Es bueno venderles,
es bueno comprarles, pero evítense las malas
compañías. El comunismo chino, aunque "podrido en ricos",
no es menos apasionado por el poder, ni menos genocida
que los demás experimentos análogos. Es más inteligente
y cometió menos errores, dentro del gran error que es el
comunismo. Hoy transmite su experiencia hacia Vietnam y
Cuba: El Partido Comunista como partido único,
capitalismo y dictadura.
Por eso, no es demasiado recordar los siglos durante los
cuales Oriente, envuelto en el misterio, suscitaba
temores. Nada que ver con los muchos pueblos que
conforman la población china, pero todo que ver con el
poder político local y el poder financiero
internacionalmente ejercido por el régimen que controla el
país.
Si el capitalismo ha hecho bien a la economía y ha
sacado a cientos de millones de chinos de la pobreza, la
dictadura del PCCh aún no ha oído hablar de la libertad
de opinión y de la transparencia de las instituciones. Al
contrario, divulgar el surgimiento del coronavirus
transformó en un infierno la vida del Dr. Li Wenliang.
No tienen la menor credibilidad las cifras publicadas por
el gobierno chino sobre los efectos del nuevo virus en su
población. Lo que hace algunas semanas era identificado
como teoría de la conspiración ahora casi puede ser
autenticado por un notario. Mientras que los disparates
estadísticos chinos gritan en nuestros oídos, debajo de
nuestros ojos la prensa brasileña no les dedica una nota

PERCIVAL PUGGINA | 23
de tres líneas y solo habla del "gran socio comercial de
Brasil". O sea, ¿es todo negocios? Pero cuando Bolsonaro
expresa su angustia por la parálisis de las actividades, es
acusado de estar preocupado por la economía y no por la
vida humana. ¿Y yo debo dormir con un ruido así?
Ayer (27/03), aquí en Porto Alegre, en una enorme
caravana con más de cinco kilómetros, empresarios,
autónomos, comerciantes y proveedores de servicios
clamaban por la reapertura de sus negocios. Eran
personas responsables, jefes de familia, con personas
mayores de su afecto, unidas en defensa del derecho a
proveerse el sustento. También ayer, João Dória, "el
rebelde" tierno, la antítesis más eminente de Bolsonaro, un
nuevo favorito de los medios nacionales, después de armar
un circo contra el Presidente de la República, pidió a la
poderosa industria de São Paulo mantenerse
activa. ¡Negocios!
La gran prensa brasileña asumió el papel como un
partido político de oposición. Se dedica exclusivamente a
criticar al gobierno, exigiendo que haga todo por todos. Y
que lo haga ya. Es la cosa más parecida al PT que se haya
creado en Brasil.

24 | EL MISTERIO CHINO
EL CORONAVIRUS COMO IDEOLOGÍA

Por: JEFFREY TUCKER* 1

Publicado en aier.org
29 de marzo, 2020
Traducción por Nicolás Díaz Carrillo

C
omo tú, intento despejar mi mente al menos una
vez en el día, ya sea salir a caminar o algo que
es aún mejor; el experimentar algo de la vida
comercial diaria, aun si pareciera algo asfixiante. Personas
haciendo negocios, riqueza siendo creada a pesar de
todas las barreras, esto no es nada más que inspirador.
Nuestras ciudades actualmente parecen desérticas,
nuestros soberanos han considerado a algunos negocios o
establecimientos de comercio como esenciales, así que al
menos queda eso. Este fin de semana, los clientes de la
destilería estaban felices, pero más aún lo estaban los
trabajadores por tener un trabajo y un cheque en esta
época de crisis.
Pero incluso con esta luz de esperanza, nunca sabemos
en qué momento nos toparemos con alguien que considera

[*] Jeffrey A. Tucker (Estados Unidos, 1963), es Director Editorial del


Instituto Americano de Investigación Económica (AIER por sus siglas en
inglés). Es autor de miles de artículos en la prensa académica y popular
y tiene ocho libros en 5 idiomas, más recientemente The market loves
you (2019). También es el editor de The best of Mises (2019). Habla
ampliamente sobre temas de economía, tecnología, filosofía social y
cultura. En español pueden encontrarse: Una bella anarquía (2014).,
Milagros en el sector privado, crímenes en el sector público (2014) y
Colectivismo de derechas: La otra amenaza a la libertad (2018).

26 | EL CORONAVIRUS COMO IDEOLOGÍA


el virus no como una enfermedad que debemos superar,
sino como una nueva filosofía de vida.
Normalmente en esta destilería hay una joven enérgica
que fomentaba las degustaciones de los whiskeys locales,
pero ahora en medio de la pandemia trabajaba como
guarda de seguridad para evitar el robo, lo cual me
parecía bastante absurdo. En este momento me surgió la
sensación de que era igualmente absurdo que esta
destilería hubiese sido considerada “esencial” solamente
por producir desinfectante de manos…
(Permítanme hacer una pausa y decir que de repente
siento que no estoy escribiendo un artículo sino la trama de
una novela distópica. Aun no puedo creer que esto en
realidad nos esté pasando).
Esta joven mujer haciendo guarda —la reconozco desde
antes, ya que, veces pasadas he invitado a personas a
este establecimiento—normalmente estaba vestida con un
traje hípster, una perforación en alguna parte del rostro y
animando a las personas a degustar su whiskey local.
Esta vez por el contrario estaba vestida de pie a cabeza
como una esposa talibán, con un traje holgado de
algodón, guantes, una careta y con un delantal antifluido,
como si fuera un médico que realizará una operación.
Cuando se percató que no era un paciente suyo buscando
el apreciado desinfectante de manos, se abalanzó sobre
mí como un perro guardián.
“Es supremamente irresponsable de tu parte estar
haciendo paseos alegres y socializando de forma casual
en medio de una epidemia”, ella ladraba. “Estas ocupando
espacio. Podrías estar infectando a otras personas”.

JEFFREY TUCKER | 27
Pareciere que por “infectar” no hacía referencia al
coronavirus como tal, sino por mi comportamiento de
normalidad en medio de la epidemia. Pareciere que podía
contagiar a otras personas de mi “normalidad”.
Yo lo tomé en forma de broma, y dije “¿Espera, lo estás
diciendo en serio?” y ella respondió “No lo podría estar
diciendo en forma más seria”.
Allí es cuando por fin me percaté. Esto no solamente se
trata de un virus, sino más bien de un lienzo en blanco. En
donde las personas pintan sus propias suposiciones
filosóficas, sus visiones, sus percepciones profundas sobre
el futuro, todos sus odios contra el mundo y sus esperanzas
de cómo el mundo debe ser gobernado. Para ellos, esto no
es una enfermedad; es una oportunidad para confirmar su
perspectiva sobre el mundo e imponerlo sobre otras
personas.
Es solo una suposición mía, ya que, no conozco la historia
personal de ella. Pero probablemente fue a una
universidad del noroeste, donde vio un gran número de
cursos libres en el que alardean sobre los temas vulgares
de la élite académica, en donde el mundo está
fundamentalmente estropeado por la apropiación
cultural, microagresiones, negación identitaria, y racismo /
sexismo / imperialismo estructural. Para ellos, el mundo
está destruido y es culpa de alguien, por ello debemos
estar enfurecido con los responsables.
Este es el mundo para ella, pero normalmente se olvida
de este discurso estúpido y trabaja de forma alegre. Hay
algo diferente: ahora no. La crisis le ha otorgado la
oportunidad de sacar utilidad a la educación vulgar que le

28 | EL CORONAVIRUS COMO IDEOLOGÍA


habían impartido, y empujarlo por la garganta a las
personas, quizá no tanto en las especificidades de su
pensamiento, pero sí en un sentido general de que el
mundo solamente se arreglará siendo una activista por la
justicia. Lo que sea que signifique ser “un activista por la
justicia”. Una Coronajusticia.
La inclinación de explicar la pandemia de acuerdo con
la ideología personal fue bastante evidente desde el
comienzo de la epidemia.
Desde febrero, se evidenciaba como las personas
conformaban distintos tipos de grupos dependiendo de su
ideología. Estaban los de todo es una mentira vs todos nos
vamos a morir. El grupo de todo es una mentira estaba
conformado por los que nunca creen en nada, y el grupo
de todos nos vamos a morir estaba conformado por las
personas que solamente profesaban su visión apocalíptica
del mundo. Ha habido algunas sorpresas en este sentido,
surgieron expertos con ningún conocimiento previo de
medicina o mucho menos epidemiológico, los cuales
estaban seguros que el virus era la nueva peste negra. Al
mismo tiempo la prensa religiosa confirmaba que esto era
el comienzo del apocalipsis, el castigo de Dios a los
pecadores del mundo y el cumplimiento de la profecía.
Por otro lado, estaban los que moldean todas sus
creencias en oposición a Trump quien es el gran satanás
del mundo. Para ellos, estos han sido tiempos difíciles, ya
que, Trump ha cambiado frecuentemente de pensar, de un
extremo a otro. En un principio Trump hacia caso omiso
sobre las noticias del coronavirus y no se molestaba en

JEFFREY TUCKER | 29
ponerle cuidado a los programas de testeo del virus que
estaban fracasando.
Luego cuando vio la oportunidad de ejercer sus poderes
de emperador cambió de opinión sobre el virus. Ahora él,
para la opinión pública es una combinación extraña de
opiniones, pero la más prevalente es que: es un héroe.
Su cambio de parecer, ha generado problemas a los
medios de comunicación anti-Trump. Ya que en un principio
estaban concentrados en reprender su falta de acción
frente a la pandemia, y lo presionaban a utilizar su poder
como presidente de forma despótica. Lo irónico es que las
personas que expresaban este tipo de opiniones eran los
mismos que antes de la pandemia lo criticaban por ser un
presidente autoritario. Al tiempo que escribo esto, Trump
nuevamente está indeciso entre “el cierre” o “la apertura”.
Mientras Andrew Cuomo, un nuevo héroe entre los
activistas del partido demócrata, está gritando su deseo
de implantar la cuarentena para todo Nueva York.
Independientemente de los cambios de parecer de
Trump, hay una idea de él que sí es consistente, y es su
nacionalismo. Él ha utilizado el virus de acuerdo con sus
ideas nacionalistas, en repetidas veces ha culpado a china
por la situación actual del mundo, y así en cada uno de sus
discursos china es la palabra más predominante, el virus
vino de China, llámalo el virus chino. Y de esta manera ha
bloqueado cualquier tipo de vuelo entre Estados Unidos y
Europa generando una catástrofe para las aerolíneas en
todo el país, junto a ello miles de personas están
atrapadas en Estados Unidos sin poder volver a sus países

30 | EL CORONAVIRUS COMO IDEOLOGÍA


de origen, lo mismo sucede con los estadounidenses en
países extranjeros.
Para Trump y sus seguidores, esto no es solamente un
virus, sino evidencia fehaciente de que el globalismo está
errado y una confirmación para Estados Unidos de que
tiene que cerrar sus fronteras para todas las personas y
bienes.
Otro tema relevante, es cómo hemos evidenciado unas
ideologías crecer de manera exponencial y otras
desaparecer casi por completo dentro de esta pandemia.
Una de estas ideologías es la del ambientalismo, que
profesaba la reutilización de todo, la utilización de
inodoros / lavamanos deteriorados, y la queja constante
de la cultura del consumismo. Pero ahora en medio de la
pandemia, las bolsas plásticas están de vuelta, el papel
higiénico todos lo compran sin medida, y los productos
veganos están sin comprar.
El consumo de carne está de vuelta, y a su vez la
limpieza. Resulta que las ideologías proambientalistas son
un bien de lujo solo consumible en épocas de prosperidad.
En este tiempo ha sido extremadamente difícil pensar de
forma racional como un profesional del área de la salud lo
haría. Para el personal médico, esto solamente es un virus
y las personas que lo contraen deben ser identificadas,
aisladas y tratadas. Quizá esto no suene complicado, pero
a veces lo más difícil es pensar de forma simple. Es casi
imposible pensar de forma simple cuando se combina la
desinformación de los medios de comunicación, la
ambición de los políticos de aprovechar la circunstancia
actual y la ignorancia pública. Estas cosas combinadas

JEFFREY TUCKER | 31
abren un barril tóxico de ideología que envenena cualquier
esfuerzo de las personas de pensar de forma racional.
Incluso ahora las personas no están leyendo las noticias
o viendo las estadísticas de forma imparcial, solo están
confirmando lo que siempre han creído. Nuestra cultura
política se está desangrando, lo cual genera un tsunami de
sangre que ahoga nuestra racionalidad, ciencia y
profesionalismo médico lo cual impide uno de nuestros
papeles fundamentales como civilización: el de cuidar y
curar a nuestros enfermos.
Esta es la consecuencia de una cultura obsesionada
ideológicamente, en vez de preocuparse en cómo se
combate el virus, utilizamos el virus para combatir entre
nosotros mismos.

32 | EL CORONAVIRUS COMO IDEOLOGÍA


CORONAVIRUS: ¿FIN DEL CAPITALISMO?

Por: AGUSTÍN LAJE* 1

Publicado en es.panampost.com
30 de marzo, 2020

A
mplios sectores de la izquierda se regocijan
actualmente profetizando el inminente fin del
capitalismo. La causa, desde luego, no es
ninguna clase social revolucionaria: las clases sociales ya
no pueblan el enmarañado discurso para iniciados a los
que están hoy acostumbrados los intelectuales
izquierdistas. Hace rato que la fábrica fue sustituida por los
despachos universitarios. La causa tampoco habría que
buscarla, siquiera, en los efectos de la lucha feminista o en
el accionar de este o aquel colectivo LGBT: seamos
sinceros, la teoría de género no puede revolucionar más
que hormonas e histeriqueos circunstanciales. ¿Dónde
encontrar, entonces, la causa del vaticinado “fin del
capitalismo”? En el coronavirus, entronizado como una
suerte de nuevo agente de la revolución anticapitalista.

[*] Agustín Laje (Argentina, 1989), es un influyente politólogo, periodista


y escritor. Fundador y director de la Fundación Centro de Estudios
LIBRE, una organización no gubernamental de ideología liberal-
conservadora "que busca promover el respeto por la libertad
individual, la propiedad privada y el republicanismo". Entre muchos
libros, ha recibido reconocimiento mundial por su best seller: “El libro
negro de la nueva izquierda: ideología de género o subversión cultural”
(2016).

34 | CORONAVIRUS: ¿FIN DEL CAPITALISMO?


No se trata de ninguna broma, sino más bien de una
izquierda que toca fondo, que encontrándose a sí misma
totalmente incapacitada para delimitar o construir un
sujeto revolucionario, deposita todas sus expectativas
revolucionarias en el accionar de un virus. No hago con esto
un juicio moral, sino político. La voz cantante de esta
expectativa probablemente está representada por el
filósofo Slavoj Žižek, quien publicó hace algunos días una
columna en Rusia Today en la que redefinió al capitalismo
como virus, para luego profetizar el fin del sistema
capitalista como resultado de la actual pandemia. Su
llamado es a “imaginar” un nuevo sistema, “and so on, and
so on”, como acostumbra decir el filósofo “rockstar”
cuando en verdad no hay mucho más para agregar, ni
nada realmente concreto que valga la pena enunciar.
En fin, nada realmente nuevo bajo el sol y, a fuerza de
sinceridad, un recurso ya muy trillado para una izquierda
que desde los ’60 viene “imaginando” sin que nadie sepa
muy bien qué se ha imaginado en las últimas seis décadas,
más allá de presuntas “revoluciones sexuales” a las que las
multinacionales capitalistas aportaron su marketing con
total entusiasmo. Daniel Cohn-Bendit, líder del Mayo del
‘68, ya se escudaba en el famoso “hay que imaginar otra
cosa” cuando le preguntaban desde la prensa cuál era el
sistema que la estudiantina francesa proponía. “La
imaginación al poder”, era ya por entonces la consigna
célebre. E incluso más de diez años antes, en 1955, la
mentada “imaginación” impregnaba Eros y civilización de
Herbert Marcuse, el filósofo “rockstar” del
sesentayochismo. En fin, como verán, nada nuevo bajo el

AGUSTÍN LAJE | 35
sol. El llamado a “imaginar alternativas” se ha convertido
en el síntoma de una izquierda sin alternativas que no ha
podido imaginar nada más que el imperativo de la
imaginación: imaginación que llama a imaginar; imaginar,
a su vez, que no puede más que imaginar que hay que
convocar a la imaginación. Y cuando el imaginar concreto
no ha sido capaz a lo largo de seis décadas de imaginar
algo distinto que su propia necesidad, la cosa cansa.
Pero la columna de Žižek causó sensación. La izquierda
se entusiasma con facilidad. En Argentina por ejemplo, el
hashtag #ElCapitalismoEsElVirus rápidamente se convirtió
en tendencia. Diversos intelectuales continuaron la
discusión: ¿es el coronavirus el proletariado del siglo XXI?
En estos mismos días también, Žižek aprovechó para lanzar
su nuevo libro de 120 páginas, escrito a toda velocidad,
titulado Pandemia! Covid-19 sacude el mundo, para cuya
distribución masiva no llamó a “imaginar” alguna
alternativa, sino que se entregó a los brazos
del mercado capitalista. En efecto, el libro puede
comprarse por internet a la editorial OR Books en versión
papel a 13 euros, y en versión digital, si estás entre los
primeros 10.000 clientes, te lo dan gratis; caso contrario,
toca pagar 10 euros. Los mercaderes de la revolución son
todo, menos estúpidos: ¿quién dijo que ser revolucionario
no podía ser un buen negocio?
En fin, vamos a lo importante: el capitalismo.
Definitivamente, no estamos atravesando una situación
revolucionaria en sentido estricto. Las revoluciones se
despliegan sobre circunstancias históricas bien específicas
(eso que el marxismo-leninismo llamaba “condiciones

36 | CORONAVIRUS: ¿FIN DEL CAPITALISMO?


objetivas”), pero también sobre la acción colectiva de
agentes históricos (lo que se denominaba “condiciones
subjetivas”). Esto significa: la revolución no es simplemente
un contexto, sino un alguien que en un cierto contexto
deviene revolucionario. No hay revolución sin agencia; y la
agencia es una facultad humana. Dicho de otra manera:
no hay revolución al margen de la acción humana.
“Un fantasma recorre Europa: el fantasma del
comunismo”. Marx y Engels empezaban así el Manifiesto
comunista. Marx tenía estas genialidades; su astucia para
metáforas cargadas de fuerza política probablemente
resulte insuperable. Pero el fantasma, en realidad, no era
simplemente el comunismo, sino principalmente el agente
histórico, determinado por leyes históricas, a hacer del
comunismo el punto de llegada de la evolución de nuestros
sistemas económicos. Como se sabe, ese agente histórico
no era otro que el proletariado: era su acción colectiva
revolucionaria la que, en un contexto histórico bien
específico de contradicciones sistémicas, acabaría con el
capitalismo.
El fantasma que hoy recorre el mundo, en cambio, no es
ni una ideología ni un agente revolucionario: es
sencillamente un virus. En tal sentido, las expectativas de
los que prenden velas al “virus anticapitalista” no son
revolucionarias, sino meramente catastróficas. Esto es:
avizoran una catástrofe y se entusiasman, pero carecen de
un sujeto revolucionario para conducir políticamente
cambio histórico alguno. Y lo que es peor: ni siquiera les
importa. Todas sus esperanzas recaen en condiciones
objetivas catastróficas, y estas son reductibles ni siquiera

AGUSTÍN LAJE | 37
a contradicciones netas de un sistema económico, sino al
accionar de un virus. En este sentido, Byung-Chul Han, si
bien también se ha subido al trillado tren de la
“imaginación”, es mucho más sensato que Žižek al señalar
que el encierro no genera un “nosotros” y, por tanto, no
configura una situación revolucionaria en absoluto.
El virus, no obstante, estaría poniendo al descubierto las
impotencias y deficiencias del sistema de mercado, se
alega rápidamente, lo que ha de entregarnos a los brazos
bien del poder nacional de los Estados, bien del poder
global de las Organizaciones Internacionales, como si
estas instancias de coordinación social no hubieran
mostrado también sus impotencias y deficiencias para
gestionar una pandemia como la actual. E incluso más: sus
responsabilidades en la tragedia. Piénsese en la
responsabilidad internacional del Estado chino al ocultar
durante semanas el virus al mundo: si no hubieran reprimido
a la prensa y a los médicos que querían advertir lo
sucedido, se calcula en un estudio de la Universidad de
Southampton que el virus hubiera sido reducido en un 86%.
O si se desea un ejemplo occidental, piénsese en el Estado
español, convocando a multitudes a participar de las
manifestaciones feministas del 8 de marzo, cuando ya se
sabía que España tenía varios infectados, que a partir de
ese mismo día se multiplicaron exponencialmente.
Ahora bien, lo más importante que el Estado por sí mismo
puede hacer, como organización que monopoliza el uso de
la fuerza, es precisamente utilizar la fuerza para garantizar
aislamientos masivos. Lo más importante que las
Organizaciones Internacionales pueden hacer es

38 | CORONAVIRUS: ¿FIN DEL CAPITALISMO?


coordinar, globalmente, el uso de la fuerza de esos Estados
sobre sus ciudadanos. Pero tanto el Estado-nación como
las Organizaciones Internacionales dependen
estructuralmente del capitalismo: el financiamiento que
pone en marcha sus engranajes de poder está basado,
con mayor o con menor intervención estatal, en el poder
del capital.
En este sentido, la fulminante crisis económica que
necesariamente llegará y que tendrá escala planetaria, no
será una crisis producida por el sistema capitalista, sino
precisamente por su momentánea ausencia. Lo que el virus
ha detenido abruptamente es, en efecto, la inversión, la
producción y el intercambio capitalistas. Y, quiérase o no,
el Estado está atado a esta suerte también. Sin capitalismo
no hay “Estado de bienestar”. Los estados europeos lo
saben muy bien. ¿Y qué queda para el Tercer Mundo?
Estados fallidos que, sin poder evitar la “guerra de todos
contra todos” a la que tanto temía Hobbes, operarán con
todo el autoritarismo del que un Leviatán en apuros es
capaz. Y este escenario, dependiendo de la gravedad y la
extensión de la crisis económica y humanitaria, también es
plausible en los que, por lo menos hasta ahora,
llamábamos “países avanzados”.
Si bien estamos probablemente frente a la primera crisis
realmente planetaria de la historia, las especificidades
nacionales, que todavía existen y que son política y
económicamente relevantes, producirán efectos
heterogéneos. Creer en un “fin del capitalismo” a escala
global, como cree cierta izquierda con Žižek a la cabeza,
es un total absurdo. Dependiendo de los daños sanitarios

AGUSTÍN LAJE | 39
y económicos que el virus genere, lo que habrá será,
fundamentalmente, Estados fallidos por un lado, y Estados
fortalecidos burocrática y tecnológicamente en su
capacidad de intervención y vigilancia sobre sus
ciudadanos, al buen estilo asiático, por otro lado. No hay
“fin del capitalismo” a la vista, más que en los sueños
húmedos de algunos trasnochados. Cuando mucho, todo
lo que podría haber, es extensión del capitalismo bajo la
forma del Estado autoritario y mayores efectos de poder
de estructuras políticas globales.

40 | CORONAVIRUS: ¿FIN DEL CAPITALISMO?


LAS SANDALIAS DEL PESCADOR, ESTÚPIDO

Por: OLAVO DE CARVALHO* 1

Publicado en brasilsemmedo.com
Traducido por Ezequiel Cabral
30 de marzo, 2020

El capitalismo occidental transformó a china en lo que es hoy: una potencia


económica y militar dispuesta a dominar el planeta.

U
stedes se acuerdan del best-seller mundial de
Morris West, "The Shoes of the Fisherman" (Las
¿ sandalias del pescador), de 1963, después
filmado en 1968 con Anthony Quinn en el papel principal?
Probablemente ni siquiera hayan oído hablar de eso. El
pasado desaparece de la memoria pública con más
velocidad que nunca, haciendo que cada uno de nosotros,
a lo largo de su existencia terrenal, pase por varias vidas
discontinuas e inconexas, para que incluso en tiempo de
paz, todos vivan la experiencia descrita así por el exiliado
Stefan Zweig en la Segunda Guerra Mundial: "Entre nuestro
hoy, nuestro ayer y nuestro antes de ayer no hay más
puentes". Así, las líneas de fuerza que moldean el curso de

[*] Olavo de Carvalho (Brasil, 1947), ha sido aclamado por los críticos
como uno de los pensadores brasileños más originales y audaces de
todos los tiempos. La nota clave de su trabajo es la defensa de la
interioridad humana contra la tiranía de la autoridad colectiva,
especialmente cuando está respaldada por una ideología "científica".
Vive desde 2005 en Richmond, Virginia. Es redactor y presidente del
consejo editorial de Brasil sin Miedo y se le ha llamado el filósofo de
Bolsonaro.

42 | LAS SANDALIAS DEL PESCADOR, ESTÚPIDO


la historia se tornan invisibles, causando incluso las
consecuencias más predecibles de las causas más obvias
para colapsar en sorpresas demoníacas sobre la
humanidad estupefacta.
La historia de la novela de Morris West es la siguiente: un
obispo ucraniano recientemente liberado de un Gulag
huye a Roma y se vuelve un cardenal sagrado. Poco
después es electo Papa. En el trono de San Pedro, es
naturalmente acosado por todo tipo de problemas
mundiales que requieren que él tome una posición. Lo más
grave es la miseria que está matando de hambre a
millones de chinos e inspirando al gobierno de Pekín a los
planes belicosos más locos para la destrucción de
Occidente. Después de mucho meditar, el Papa decide
vender los bienes de la Iglesia para salvar a la población
china y garantizar la paz en el mundo. La decisión es
anunciada en un discurso triunfante desde lo alto de las
ventanas de San Pedro.
No interesa ahora discutir la suposición pueril de que los
bienes de la Iglesia eran suficientes para salvar a la
población más amplia de la Tierra de la miseria, o que los
generales chinos abandonarían sus planes de guerra justo
cuando llegaran a un costo cero, recursos más que
suficientes para realizarlos. La primera de estas
suposiciones se basa en la ignorancia total de que, en el
sistema bancario universal, el Banco del Vaticano es un
campesino fácilmente manipulable por las grandes
fortunas internacionales. La segunda, en la estúpida idea
de que para los generales chinos, la guerra contra el resto
del mundo fue solo la reacción natural y justa a una

OLAVO DE CARVALHO | 43
tragedia económica producida, suponía Morris West, por
los malvados occidentales y no por los revolucionarios
chinos que acababan de asesinar a setenta millones de
sus compatriotas.
Delante de esto, digo que tampoco interesa discutir si
West era simplemente un auténtico y sincero imbécil o un
inteligente agente de influencia plantado en el medio
literario occidental, como miles de otros, por los servicios
de inteligencia de la URSS y China.
Lo que interesa es lo siguiente: es casi imposible no
pensar que el éxito del libro y la película no haya
despertado un poquito la imaginación del Secretario de
Estado estadounidense, Henry Kissinger, quien entonces
metió en la cabeza de su jefe, el presidente Richard Nixon
la idea de visitar China en 1972 y restablecer relaciones
diplomáticas y comerciales con la dictadura comunista de
Pekín.
Después del viaje de Nixon, la ayuda financiera del
gobierno americano y las majestuosas inversiones de
innumerables capitalistas occidentales sacaron a China
del agujero y acabaron transformándola en la potencia
económica y militar que ahora anuncia y va realizando,
como si fuera lo más modesto del mundo, su mimosa
intención de dominar el planeta.
Esta historia muestra, de la manera más clara posible, el
vínculo entre la cultura dominante, el lenguaje de los
medios, las decisiones de los gobernadores y las
elecciones de los inversores, con toda la procesión de
consecuencias que, en esa época, algunos analistas más

44 | LAS SANDALIAS DEL PESCADOR, ESTÚPIDO


expertos, tachados por los demás como "teóricos de la
conspiración", no dejaron de anunciar.
Durante el gobierno de Bill Clinton, cuando las
inversiones americanas en China alcanzaron sus niveles
más altos, no faltó quien se preguntase si inyectar tanto
dinero en la más asesina de las dictaduras no sería un
crimen contra la especie humana y un riesgo que
amenazaba con destruir a Occidente.
La respuesta liberal, tímida como siempre, fue que la
liberalización de la economía terminaría por transformar a
China en una democracia capitalista como los Estados
Unidos. Esa ilusión liberal jamás habría parecido verosímil
si el supuesto deber de ayudar al gobierno chino no se
hubiera impuesto ya a la masa de cretinos occidentales
como una obligación moral cristiana tan vital e inapelable
que, para cumplirla, estaba justificada incluso la
autodestrucción financiera de la Iglesia Católica.
Hoy, vemos perplejos la velocidad y desenvoltura con la
que China, difundiendo el alarmismo contra un virus que
ella misma creó y diseminó en el mundo, se convierte, de la
noche a la mañana, en la potencia que decide a su
voluntad y placer el destino de decenas de naciones y
pueblos.

OLAVO DE CARVALHO | 45
BASTA DE PRETENDER QUE LAS POLÍTICAS
PANDÉMICAS SON “LA NUEVA NORMA”

Por: BEN SHAPIRO

Publicado en dailywire.com
1 de abril, 2020
Traducido por: Carlos Ayala

N
o hay libertarios en una pandemia global”, dice la
presunción de los defensores de esos grandes
“ gobiernos que señalan la necesidad de una acción
colectiva frente a una crisis global sin precedentes. Sin gobierno,
dicen, todos estaríamos muertos.
Pocos libertarios estarían en desacuerdo. Los libertarios
incondicionales de la revista “Reason” no desgastan sus días
pensando en los males que causan las órdenes de restricción por
los gobiernos frente a una enfermedad mortal y que se propaga
rápidamente. Eso es porque ellos, como todos los demás seres
humanos, reconocen que la acción colectiva a veces es necesaria.
Pero aquí está ese sucio y pequeño secreto: los fracasos
institucionales durante esta pandemia son más notables de lo que
nuestra política debería ser en situaciones no pandémicas, no la
capacidad del gobierno de cerrar la economía global y obligarnos
a todos a quedarnos en casa. La pregunta no es si el gobierno
tiene poder. El gobierno es poder. La pregunta es cómo y cuándo
aplicar ese poder. Y lo que hemos visto es que el gobierno
contamina todo, incluso a las cosas más básicas que se supone
que debe hacer bien.
A los demócratas y a los medios les gusta fingir que los fracasos
del gobierno en este proceso no son endémicos para el control de

BASTA DE PRETENDER QUE LAS POLÍTICAS


PANDÉMICAS SON “LA NUEVA NORMA” | 47
sí mismo. Les gusta culpar de tales fallas a los republicanos, y
específicamente al presidente Donald Trump. Pero este no es el
caso. Los seres humanos somos falibles, estúpidos, crédulos y
egoístas. Los seres humanos que tienen el poder del gobierno para
respaldarlos no son menos humanos por tener ese poder. Su
humanidad solo tiene consecuencias más graves, por lo que en
circunstancias que no son de emergencia, los controles y equilibrios
son absolutamente necesarios.
Tomemos, por ejemplo, los primeros días de la pandemia: Los
demócratas dicen que Trump tardó en responder a la incipiente
amenaza. Pero también lo fueron los demócratas. La presidenta de
la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, declaró
recientemente: “Mientras Trump toca el violín, la gente muere”, pero
a finales de febrero, estaba caminando por las calles del Barrio
Chino, alentando a los ciudadanos a unirse a ella. El alcalde de
Nueva York, Bill De Blasio, ha desgarrado a Trump por su supuesta
minimización del virus, pero De Blasio pasó un mes haciendo popó
con su amenaza. Cuando fue enfrentado a ese simple hecho por
Jake Tapper de CNN, De Blasio sugirió convenientemente que
dejaran de mirar hacia atrás.

¿Por qué deberíamos confiar en estas personas


exactamente?

Tome la raíz del problema: la incapacidad de Estados Unidos


para proporcionar los recursos de atención médica necesarios
para los hospitales de todo el país. Mientras que los gobiernos
estatales y locales estaban desperdiciando miles de millones de
dólares en gastos gubernamentales inútiles, no hicieron nada para
prepararse exactamente para el tipo de eventos “cisne negro” y
para los que presumiblemente se inventaron los gobiernos. Los
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades pasaron

48 | BEN SHAPIRO
un mes sin producir pruebas útiles y evitaron que los médicos en
Seattle realizaran las pruebas adecuadas, incluso después de que
el presidente Trump emitió una prohibición de viajar a China.
Durante años de anticipación, los miembros del gobierno
federal de ambos partidos habían sido advertidos sobre la
necesidad de ventiladores y máscaras. Nadie los produjo ni los
almacenó. La burocracia de la Administración de Alimentos y
Medicamentos impidió el rápido desarrollo de nuevas medidas
para lidiar con el nuevo coronavirus.

¿Por qué estas personas deberían controlar nuestras vidas,


cuando la amenaza de la muerte roja no se cierne en nuestra
puerta?

El gobierno es un idiota gigante y pesado. A veces necesitamos


un idiota gigante y pesado. Casi siempre, no lo hacemos. Y
aquellos que han usado esta respuesta pandémica —una de las
raras veces que necesitamos ese idiota gigante y torpe para
intimidar a las personas para evitar la infección masiva de los
demás… y para pedir prestado el dinero necesario para reparar
las lesiones así incurridas— como una razón para “Las nuevas
políticas” dirigidas por el gobierno, deberían tener sus cabezas
bien examinadas.

BASTA DE PRETENDER QUE LAS POLÍTICAS


PANDÉMICAS SON “LA NUEVA NORMA” | 49
ANÁLISIS Y POLÍTICA ECONÓMICA EN
TIEMPOS DE CORONAVIRUS

Por: JAVIER MILEI* 1

Publicado en cronista.com
2 de abril, 2020

1. COVID-19, sistema de salud y Libertad

D
ice una maldición china: “Ojalá te toque vivir
tiempos interesantes”. Si bien parece que los
argentinos estamos acostumbrado a ello a la
luz de nuestra experiencia de vida del último siglo, hoy, el
mundo y Argentina también, están siendo azotados por el
Covid-19, un virus cuya principal característica parece ser
su velocidad de propagación con un efecto letal sobre el
segmento de adultos mayores y personas con ciertas
afecciones que impactan sobre el sistema respiratorio.
En este contexto, dada la fenomenal velocidad de
propagación del coronavirus y, por el momento, la falta de
una vacuna, el virus ha puesto en jaque a todos los

[*] Javier Milei (Argentina, 1970), es un economista, escritor, docente,


conductor de radio y conferencista argentino de filosofía política
libertaria, asociado a la escuela austriaca de pensamiento
económico. Se hizo principalmente famoso por sus argumentos
económicos en programas de televisión y sus fuertes críticas hacia los
mandatos de Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri y Alberto
Fernández. Algunas de sus obras de gran relevancia son:
Desenmascarando la mentira keynesiana: Keynes, Friedman y el triunfo
de la Escuela Austriaca (2018) y Libertad, libertad, libertad, junto con
Diego Giacomini (2019).

ANÁLISIS Y POLÍTICA ECONÓMICA EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS | 51


sistemas de salud del mundo, ya que los mismos están
diseñados para situaciones normales (en el estricto sentido
estadístico) cuya capacidad de respuesta resulta
insuficiente ante un caso de tan vertiginosa evolución. En
función de ello, la principal estrategia de combate consiste
en el aislamiento de las personas para minimizar la
propagación del virus y así restarle velocidad (donde los
medios de comunicación, en el encierro, juegan un rol
fundamental para fomentar conductas que bajen el nivel
de contagio), de modo tal que la cantidad de casos esté
en línea con la capacidad de respuesta del sistema de
salud. Así, cuanto peores sean las condiciones iníciales del
sistema de salud, mayor será la cantidad de personas que
deberán ser encerradas durante una mayor cantidad de
días.
Sin embargo, más allá de lo antipático de la medida en
términos de cercenamiento de las libertades individuales,
salvo en el caso de una sociedad absolutamente libre, la
propia existencia del Estado (aún bajo minarquismo)
habilita la instrumentación de la medida. A su vez, en una
sociedad libre, ante la externalidad negativa derivada del
contagio, sea intencionado o no, el sistema penal (“Justicia
sin Estado”; Benson) sería el encargado de alinear los
incentivos para que los individuos evalúen costos y
beneficios de transitar por las calles. Naturalmente,
siempre la solución bajo el caso de la sociedad libre sería
superior a la impuesta por la fuerza a manos del Estado, ya
que como cada individuo internaliza los costos de sus
propias decisiones, al elegir el nivel de aislamiento
maximiza tanto su bienestar como el de la sociedad. Esto

52 | JAVIER MILEI
es, al cuidarse él mismo estará cuidando a los demás. Así,
no sólo minimiza la cantidad de enfermos, sino que
también maximiza el nivel de producción frente a la
arbitraria, torpe e ineficiente tijera del Estado. ¡Muchas
gracias Adam Smith!

2. El impacto económico del COVID-19

Si bien el coronavirus tiene un claro impacto negativo


sobre la oferta agregada de bienes de la economía
(producción), la velocidad a la que se propaga y la
cantidad de casos letales que deja a su paso, incrementó
el nivel de aversión al riesgo de los individuos, sumándole
al problema de oferta, un problema de demanda
agregada. Además, el comportamiento de la economía no
es el mismo para una economía que es abierta que para
una que es cerrada.
Por el lado de la oferta agregada, la determinación del
nivel de aislamiento acorde a la capacidad de respuesta
del sistema de salud implica una caída transitoria de la
fuerza laboral que se traduce en una caída transitoria del
ingreso. A su vez, frente a un nivel de consumo guiado por
el ingreso permanente, el mismo permanecería casi
constante. Por ende, el ahorro de una economía cerrada
caería, por lo que para un nivel de inversión dado, la tasa
de interés subiría. Al mismo tiempo, una mayor tasa de
interés conduciría a una caída en la demanda de dinero,
por lo que frente a una oferta de dinero fija, el nivel de
precios subiría. Sin embargo, para el caso de la economía
abierta (más allá de las pérdidas por una menor división

ANÁLISIS Y POLÍTICA ECONÓMICA EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS | 53


del trabajo por el cierre comercial), las presiones al alza en
la tasa de interés doméstica son mitigadas por un mayor
ingreso de capitales, por lo que no cae la demanda de
dinero y el nivel de precios no sube, al tiempo que se
genera un mayor déficit de cuenta corriente. En otras
palabras, los efectos negativos sobre el consumo por la
caída del ingreso serían mitigados por un mayor
endeudamiento externo.
Por el lado de la demanda, el problema radica en los
efectos derivados del aumento en el nivel de aversión al
riesgo. Así, cuando los individuos se asustan se producen
dos efectos en simultáneo: (i) se produce un cambio de
portafolio a favor de activos que las personas consideran
más seguros (dinero y títulos públicos) en desmedro de los
activos más riesgosos (acciones, bonos corporativos, títulos
de países emergentes y bonos basura) y; (ii) una caída del
consumo presente en favor del consumo futuro, lo cual es
viabilizado en la coyuntura del momento mediante los
activos seguros. En este tipo de casos, luego de aprendida
la lección de la gran contracción de 1929-33 (Friedman y
Schwartz) y puesta en práctica con éxito por Ben Bernanke
durante la crisis sub-prime, los Bancos Centrales buscan
nivelar el PIB nominal mediante una mayor emisión
monetaria que compense la caída de la velocidad de
circulación del dinero asociada a la mayor demanda del
mismo.

54 | JAVIER MILEI
3. La política económica en Estados Unidos y en Francia

Si bien tanto Estados Unidos como Francia tienen acceso


al financiamiento mundial, lo cual les permitirá nivelar sus
niveles de consumo, las estrategias seguidas por estos
países difieren de modo sustancial, al margen de la
diferencia evidente respecto a lo que es la Reserva Federal
y el Banco Central Europeo.
En el caso de los Estados Unidos, frente al shock negativo
sobre la oferta agregada que implica la menor cantidad
de trabajadores fruto de la enfermedad, el presidente
Donald Trump impulsó una baja de impuestos sobre las
empresas, buscando mitigar, al menos parcialmente, los
efectos negativos del mercado laboral. Por otra parte, a
las personas que pierdan su trabajo les enviará un cheque
para que puedan sostener al menos parcialmente su
consumo. Lo interesante de dicha medida radica en un par
de aspectos: (i) la medida es absolutamente transitoria, ya
que terminada la crisis se termina el giro de dinero; y (ii) al
enviar el dinero de modo directo, es el individuo el que
decide en que gastarlo. Naturalmente, ese sostenimiento
del consumo en un caso de caída del ingreso deriva en un
déficit de cuenta corriente, el cual Estados Unidos no sólo
no tiene problema en financiar sin grandes presiones sobre
su moneda, sino que en el presente contexto el mundo está
deseoso de financiar el déficit americano. Esto es, usted
puede ir con dólares a cualquier parte del mundo y cuando
intenta ponerlos en funcionamiento nadie lo considerará un
estafador.

ANÁLISIS Y POLÍTICA ECONÓMICA EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS | 55


En cuanto al plano financiero, el aumento de la aversión
al riesgo implica una mayor demanda de dólares y de
títulos públicos, al punto tal que en estos últimos sus
precios subieron tanto que su retorno es nulo. Así, para que
la mayor demanda de los activos que emite el sector
público no se transforme en una caída del consumo, emite
dinero desde la Reserva Federal y se endeuda para
financiar la expansión fiscal. Al mismo tiempo, respecto a
la emisión de dinero, dada que la misma se hace contra
demanda de dinero (el cual se determina de modo
endógeno por manejarse la tasa de interés) ello no genera
aceleración en la tasa de inflación, al tiempo que el
deterioro del nivel de solvencia intertemporal por la toma
de deuda se ve parcialmente mitigado por la menor tasa
de interés (de hecho nula).
Respecto al caso de Francia, si bien es un país con
acceso al financiamiento externo, la mayor diferencia
respecto a Estados Unidos, no radica en que no tiene un
Banco Central propio que emita su propio dinero, sino más
bien por el lado de la política fiscal. Concretamente,
Christine Lagarde, la Presidente del Banco Central
Europeo, dejó bien en claro la analogía entre la presente
crisis y la de 2008 en lo monetario, lo cual implica seguir
una política similar a la de Estados Unidos buscando evitar
que se presente una dinámica deflacionaria que de corto
plazo haría subir el desempleo de modo abrupto. Sin
embargo, en cuanto al paquete fiscal de Francia, el mismo
está impulsado por programas ejecutados por el sector
público, lo cual tiene efectos muy negativos en dos
aspectos: (i) significa un mayor avance del sector público

56 | JAVIER MILEI
dentro de la economía, más allá de las preferencias de los
individuos, las que fueron dejadas de lado por el
omnisciente y fatalmente arrogante Estado francés; (ii)
como señalaba Milton Friedman “no hay nada más
permanente que un aumento transitorio del gasto público”,
donde cualquier intento posterior para bajarlo será
triturado por la tiranía del status quo y su triángulo de
hierro (políticos oportunistas, la burocracia asociada y los
beneficiarios), lo que a la postre terminará en mayor
presión fiscal y un nivel de salarios reales menores.

4. Argentina: la peor de todas

Sin lugar a dudas, el caso de Argentina es


sustancialmente más complicado que los casos de Estados
Unidos y Francia. En primer lugar, el país no es digno de
crédito. La situación ya se había hecho evidente a
mediados de 2018 cuando el gobierno de Mauricio Macri
debió pedir asistencia al FMI. Luego se confirmó durante
2019 bajo el eufemismo del reperfilamiento. Por otra parte,
esto se ratificó palmariamente con la llegada de Martín
Guzmán que no sólo llevaba la negociación de modo
precario, sino que sus declaraciones sobre el abandono de
las metas fiscales y la negación del uso de reservas para
el pago dispararon el riesgo país a niveles de 4000 puntos
básicos, al tiempo que en la punta corta (Bonar 2020) el
riesgo llega a 60.000. De este modo, debería quedar claro
que Argentina no puede usar el endeudamiento para
mitigar la caída del consumo. En cuanto al plano
monetario, la situación dista de ser sencilla. Por un lado,

ANÁLISIS Y POLÍTICA ECONÓMICA EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS | 57


desde el mes de diciembre de 2017, la demanda de dinero
viene en picada, lo cual hace que el nivel de precios suba
aún sin emisión monetaria. De hecho, la mejor
manifestación del desprecio por el peso es el control del
mercado de capitales, cuya contracara más horrenda es
la existencia de casi 20 precios distintos para el dólar. Por
otra parte, frente a la caída en la demanda de dinero,
desde el mes de noviembre de 2019, el BCRA ha iniciado un
proceso de emisión monetaria salvaje, donde la expansión
de dinero desde dicho momento hasta hoy asciende a
60%. Por ende, no parece factible hacer uso y abuso de la
emisión de dinero sin consecuencias nefastas sobre la tasa
de inflación, y eso sin contar el riesgo enorme que implica
la cantidad de pasivos del BCRA (Leliq y Pases) que
podrían llevar a la duplicación de la cantidad de dinero en
un lapso muy corto de tiempo (salvo que haya un Plan
Bonex).
Por lo tanto, en la presente coyuntura en materia de
deuda y de desequilibrio en el mercado monetario,
responderá la contracción de oferta agregada (donde
frente a los desafíos que ofrece el COVID-19 se cae en
falsos dilemas entre priorizar la vida o la economía) con
mayor estímulo de la demanda agregada financiada con
emisión del dinero que todos repudian, lo único que puede
generar es una mayor presión en el nivel de precios hasta
logrando llegar a desatar una hiperinflación.
Sin embargo, las aberraciones en materia económica no
terminan ahí. Para tirar aún más nafta al fuego, distintos
funcionarios de economía han impulsado el control de
precios (medida con casi 5000 años de fracasos en todo

58 | JAVIER MILEI
el mundo) junto a la amenaza explícita de aplicar la Ley de
Abastecimiento. De este modo, no sólo habrá más presión
sobre el nivel de precios, sino que además se repotenciará
la caída del PIB, lo cual no sólo traerá caída del empleo y
de los salarios reales, sino que derivará en niveles
crecientes de desabastecimiento (escasez). Si a ello le
sumamos que aún no hemos visto lo peor que puede dar el
COVID-19, debería estar claro que el segundo semestre del
año del país distará muchísimo de ser el Paraíso.

ANÁLISIS Y POLÍTICA ECONÓMICA EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS | 59


EL NUEVO GENOCIDIO CHINO

Por: PERCIVAL PUGGINA

Publicado en puggina.org
Traducido por Alejandro Bermeo
4 de abril, 2020

E
l régimen chino es el más genocida de la historia.
En el período anterior al Gran Salto hacia
Adelante, se estima que hay 20 millones de
víctimas por la ejecución sumaria de opositores,
contrarrevolucionarios, burgueses, propietarios rurales,
intelectuales "occidentalizados", religiosos, etc. Entre 1959
y 1961, después de lo que debería haber sido el "gran salto",
otros 20 millones perecieron de hambre. En los años
siguientes, quizás un número mucho mayor. Son sucesivos
crímenes de lesa humanidad dirigidos hacia la propia
población. Crímenes atroces, perpetuados, cubiertos bajo
el polvo de los tiempos por un régimen que, en todas sus
experiencias, prima por la capacidad de actuar en la
oscuridad y de esconder todo lo que no le conviene.
Después de la muerte de Mao Tse-Tung, hubo una lucha
para sustituirlo, al cabo de la cual, en 1979, el poder fue
entregado a Deng Xiaoping, quien promovió una serie de
reformas económicas cuyos efectos llevarían a China a
sentarse entre las grandes economías del planeta.
Ahora, un nuevo genocidio, a escala planetaria. Cientos
de miles de personas deberán morir en razón del vicio

EL NUEVO GENOCIDIO CHINO | 61


institucional de los gobiernos comunistas de ocultar sus
desaciertos y llevarse bien con este procedimiento.
Cuando, en Wuhan, el doctor Li Wenliang advirtió a sus
colegas sobre los primeros brotes del dicho virus,
inmediatamente se convirtió en el objetivo de la policía y
fue obligado a retractarse ... La dictadura mostró su poder
y carácter. Y así se perdieron semanas preciosas,
expandiéndose el número de víctimas de la pandemia.
Eduardo Bolsonaro, semanas después, informó sobre el
hecho ya conocido, es decir, que el virus había surgido en
China y estableció un paralelismo entre la nueva epidemia
y el desastre de Chernóbil. Así como el Covid-19 fue
silenciado inicialmente en el comunismo chino, el desastre
nuclear de Chernóbil fue, al principio, silenciado en el
comunismo soviético. Y afirmó además que "la libertad
sería la solución". Entonces, la crítica de la prensa nacional
se derrumbó sobre él, ocupadísima en buscar cómo
desgastar al Presidente de la República. Fueron días
consecutivos con los noticiarios y "Noticias" tocando el
mismo tema, hasta que surgió una agenda más interesante
para exprimir. Para la mayor parte del actual periodismo
brasileño, el diputado había irrespetado al "socio
comercial más grande de Brasil". Ahora díganme si esa no
es una frase que se pueda esperar de oficiales de policía
política. Cientos de miles, quizás millones de vidas, pierden
significado cuando se trata de negocios...
En esos mismos días, con la puesta en escena en curso,
Rodrigo Maia se subió a la carroza de publicidad y se
desplomó a los pies del embajador chino, implorando

62 | PERCIVAL PUGGINA
perdón en nombre de la Cámara de Diputados. ¡Qué cosa
tan ridícula!
Sin embargo, todo es aún mucho más grave e
infinitamente más peligroso, ya se verá. El PCCh, el partido
político más grande de la historia, rico como nunca antes
se había visto, viene extendiendo su poder e influencia
sobre el mundo. La gran prensa brasileña, ante nuestros
ojos, sin ninguna restricción, se pone de rodillas ante la
dictadura china, acepta sus métodos y entra en el teatro
del silencio sobre temas incómodos para el régimen chino.
Con el yugo ya sujeto al pescuezo, ella agota, en
Bolsonaro, su tenacidad y uso de la libertad de
información.

EL NUEVO GENOCIDIO CHINO | 63


DISTANCIAMIENTO SOCIAL

Por: GIORGIO AGAMBEN* 1

Publicado en quodlibet.it
6 de abril, 2020
Traducción: lavoragine.net

«No sabemos dónde nos espera la muerte, esperémosla en todas partes.


La meditación de la muerte es la meditación de la libertad.
Los que han aprendido a morir, han desaprendido a servir.
Saber morir nos libera de cualquier sometimiento y de cualquier compulsión».
Michel de Montaigne

D
ado que la historia nos enseña que cada
fenómeno social tiene o puede tener
implicaciones políticas, es apropiado registrar
cuidadosamente el nuevo concepto que ha hecho su
entrada en el léxico político de Occidente:
«distanciamiento social». Aunque el término
probablemente se produjo como un eufemismo con
respecto a la crudeza del término «confinamiento»
utilizado hasta ahora, uno debe preguntarse sobre un

[*] Giorgio Agamben (Italia, 1944), es un filósofo italiano de renombre


internacional. En sus trabajos confluyen estudios literarios, lingüísticos,
estéticos y políticos, bajo la determinación filosófica de investigar la
presente situación metafísica en Occidente y su posible salida, en las
circunstancias actuales de la historia y la cultura mundiales. Ha hecho
aportes importantes a la biopolítica, la Nuda Vida y al Estado de
excepción. Algunas de sus obras más importantes son: Homo sacer. El
poder soberano y la nuda vida (1998)., Lo que queda de Auschwitz. El
archivo y el testigo. Homo Sacer III (2000) y Estado de excepción. Homo
sacer II, 1 (2003).

DISTANCIAMIENTO SOCIAL | 65
orden político basado en él. Esto es aún más urgente en
cuanto no se trata de una hipótesis puramente teórica, y
más si es cierto, como la se está comenzando a decir, que
la emergencia de salud actual puede considerarse como
el laboratorio en el que se están preparando las nuevas
estructuras políticas y sociales que esperan a la
humanidad.
Aunque hay, como sucede siempre, tontos que sugieren
que esta situación, ciertamente, puede considerarse
positiva y que las nuevas tecnologías digitales han
permitido a las personas comunicarse felizmente desde la
distancia, no creo que una comunidad fundada en el
«distanciamiento social» sea tanto humana como
políticamente viable. En cualquier caso, sea cual sea la
perspectiva, me parece que debemos reflexionar sobre
este tema.
Una primera consideración se refiere a la naturaleza
verdaderamente singular del fenómeno que han
producido las medidas de «distanciamiento social». [Elias]
Canetti, en esa obra maestra que es Masa y poder (1960),
define la masa en la que se basa el poder mediante a
través de la inversión del miedo a ser tocado. Mientras que
los hombres generalmente temen a los seres tocados por
el extraño y todas las distancias que los hombres
establecen a su alrededor surgen de este miedo, la masa
es la única situación en la que este miedo se invierte en su
contrario. «Solo en la masa el hombre puede ser redimido
por el miedo a ser tocado… Desde el momento en que nos
abandonamos a la masa, no tenemos miedo de ser
tocados por él… Quien nos venga es igual a nosotros, lo

66 | GIORGIO AGAMBEM
sentimos como nos sentimos a nosotros mismos. De
repente, es como si todo sucediera dentro de un solo
cuerpo… Esta inversión del miedo a ser tocado es peculiar
de la masa. El alivio que se extiende a través de él alcanza
una medida notable cuanto más densa es la masa».
No sé qué habría pensado Canetti sobre la nueva
fenomenología de la masa a la que nos enfrentamos: lo
que las medidas de distanciamiento social y pánico
ciertamente han creado es una masa, pero una masa
invertida, por así decirlo, compuesta por individuos que se
aferran a toda costa a una distancia el uno del otro. Una
masa no densa, por lo tanto, pero enrarecida y que, sin
embargo, sigue siendo una masa, si esto, como señala
Canetti poco después, se define por su compacidad y su
pasividad, en el sentido de que: «Un movimiento
verdaderamente libre no sería posible de ninguna
manera… espera, espera a un líder, a quien se le debe
mostrar».
Unas páginas más tarde, Canetti describe la masa que
se forma a través de una prohibición, «en la que muchas
personas reunidas quieren dejar de hacer lo que habían
hecho como individuos hasta entonces. La prohibición es
repentina: la imponen por su cuenta … en cualquier caso,
afecta con la mayor fuerza. Es categórico como una orden;
sin embargo, la naturaleza negativa es decisiva para ello».
Es importante no perderse que una comunidad fundada
en el distanciamiento social no tendría que ver, como se
podría creer ingenuamente, con un individualismo llevado
al exceso: sería, por el contrario, como la que vemos hoy a
nuestro alrededor: una masa enrarecida y basada en una

DISTANCIAMIENTO SOCIAL | 67
prohibición, pero, precisamente por esta razón,
particularmente compacta y pasiva.

68 | GIORGIO AGAMBEM
POR QUÉ RESULTA PRIMORDIAL LEER A
HAYEK

Por: JUAN RAMÓN RALLO* 1

Publicado en blogs.elconfidencial.com
8 de abril, 2020

E
n su reciente entrevista para 'eEldiario.es', Pablo
Iglesias afirmó que “en estas horas se está
leyendo mucho a Piketty y nada a Hayek”. Y
aunque probablemente el vicepresidente segundo solo
usara los apellidos de ambos autores a modo de
sinécdoque (Piketty: intervencionismo redistribuidor; Hayek:
'laissez faire'), en las actuales circunstancias de un estado
de alarma omnipotente que desea consolidarse
permanentemente como tal, a quien todos deberíamos
estar leyendo para proteger nuestro futuro es a Hayek.
Al cabo, una de las principales lecciones que el líder de
Podemos dice haber extraído de la presente crisis sanitaria
es que el Estado ha de dirigir soberanamente la economía
para garantizar que esta produzca aquellos materiales

[*] Juan Ramón Rallo, (España, 1984), es doctor en Economía y


licenciado en Derecho. Actualmente es profesor de Economía en la
Universidad Francisco Marroquín, en el centro de estudios OMMA, en la
IE University y en la IE Business School. Ha escrito los siguientes libros:
Una crisis y cinco errores y El liberalismo no es pecado (junto a Carlos
Rodríguez Braun), Los errores de la vieja Economía, Una alternativa
liberal para salir de la crisis, Una revolución liberal para España, Contra
la renta básica, La pizarra de Juan Ramón Rallo y Contra la Teoría
Monetaria Moderna.

70 | POR QUÉ RESULTA PRIMORDIAL LEER A HAYEK


sanitarios que se han demostrado imprescindibles durante
la actual pandemia: “España tiene que poder fabricar sus
propios equipos de protección individual cuando llegue
una crisis como esta [para que] que no tenga la necesidad
de entrar en un mercado que se ha convertido en
absolutamente especulativo”.
Es decir, Iglesias aboga por una planificación (parcial)
de la economía para así garantizar que estamos
preparados frente a la próxima crisis sanitaria, natural,
social o económica. ¿Pero acaso este mensaje —que el
Gobierno necesita planificar la economía para
prepararnos frente al próximo desastre— no es del todo
incompatible con la principal excusa autoexculpatoria que
ha formulado este Ejecutivo, a saber, que nadie lo podía
haber previsto? Cito textualmente otras palabras de
Iglesias en esa misma entrevista: “Nos hemos enfrentado a
un enemigo desconocido y a una realidad desconocida, en
la que no había manuales previos sobre cómo actuar (…)
Insisto en que tenemos que ser humildes y que ningún
Gobierno sabía a ciencia cierta a lo que se enfrentaba”.
Si el Gobierno no fue capaz de prever, con dos semanas
de antelación, el desastre al que nos estábamos viendo
abocados, ¿cómo pretender que pueda prever, con años
de antelación, qué medios materiales específicos vamos a
necesitar para hacer frente a una catástrofe que, como
decimos, no ha conseguido comprender ni cuando estaba
estallando delante de sus narices? ¿Cómo podemos estar
seguros de que para la próxima crisis —epidemiológica o
no— necesitaremos guantes, mascarillas, test 'contra el
Covid-19' o respiradores y no otro tipo de material sanitario

JUAN RAMÓN RALLO | 71


(o no sanitario) muy distinto? Obviamente, no podemos
saberlo, de manera que, salvo que nos creamos que el
Estado posee la capacidad de multiplicar los panes y los
peces (esto es, la de producir más de absolutamente todo,
obviando la inherente escasez de los recursos), la decisión
política de producir más de un bien supone la paralela
decisión política de producir menos de otros bienes. ¿Cómo
afirmar, entonces, que dotar al Ejecutivo de mayores
potestades intervencionistas para que pueda planificar la
estructura económica de España no va a desprotegernos
frente a futuras crisis? ¿Cómo estar seguros de que aquello
que dejaremos de producir no será algo fundamental para
nuestra buena vida, para nuestra capacidad de volvernos
más productivos o para contrarrestar ignotas crisis futuras?
Cuando Iglesias se postula como capacitado para
planificar el futuro a largo plazo de nuestra sociedad
(obviando su dramática incapacidad para anticipar el
futuro a semanas vista), lo que está exhibiendo no es
humildad, tal como él se vanagloria, sino, por emplear la
expresión con la que tituló Hayek su último libro, una 'fatal
arrogancia'. La fatal arrogancia de quien se cree capaz de
diseñar desde arriba la sociedad sin ser consciente de sus
enormes limitaciones cognitivas. Tal como ya nos advirtió
Hayek en esa obra: “El cometido particular de la Economía
es demostrarles a las personas lo poco que realmente
sabemos sobre aquello que se creen capacitados para
diseñar”. La auténtica humildad en política pasa por la
prudencia y por el escepticismo: por no creerse un
superhombre omnisciente capaz de ordenar sin
quebrantos ni desastres un orden tan sumamente

72 | POR QUÉ RESULTA PRIMORDIAL LEER A HAYEK


complejo como el de una sociedad de 47 millones de
individuos.

Pero es que, además, el único riesgo de la planificación


soberana de la economía no es que, como evidentemente
sucedería, el arrogante e incompetente soberano se
equivoque en sus caprichosas decisiones y nos
empobrezca a todos. No, como también supo ver
perfectamente Hayek, el riesgo económico es asimismo un
riesgo político: a la hora de la verdad, un Gobierno que
adquiere poderes extraordinarios sobre la economía es un
Gobierno que también adquiere poderes extraordinarios
sobre la sociedad. En palabras del Nobel en su libro
Camino de servidumbre: “La autoridad que dirigiera toda
la actividad económica controlaría no solo aquella parte
de nuestras vidas que consideramos banal: también
controlaría la distribución de todos los medios escasos
para satisfacer cualesquiera de nuestros fines. Aquel que
controle el conjunto de la actividad económica controla
cómo satisfacemos nuestros fines y, por tanto, es quien
decide cuáles de nuestros fines merecen ser satisfechos y
cuáles no”.
La deriva autoritaria de un Gobierno investido de los
poderes excepcionales del estado de alarma ya es visible
en numerosos frentes (en los últimos días, se ha llegado a
defender la censura de informaciones incómodas para los
gobernantes o el confinamiento obligatorio de pacientes
asintomáticos en instituciones públicas) pero, cuanto más
se prolongue el estado de alarma, más seguirá
degenerando. No solo porque los políticos se

JUAN RAMÓN RALLO | 73


acostumbrarán al poder omnímodo —y no querrán
desprenderse de él— sino también porque los ciudadanos
irán cultivando una mentalidad de siervos. Si unos se
acostumbran a pastorear y los otros a ser pastoreados, la
libertad individual va retrocediendo.
Hayek nos alertó hace tres cuartos de siglo sobre la
senda de servidumbre a la que podían conducirnos unos
políticos fatalmente arrogantes. En una coyuntura en la
que la libertad se halla excepcionalmente limitada por el
Estado, resulta más urgente que nunca leer al austriaco
para vacunarnos frente al virus del autoritarismo.

74 | POR QUÉ RESULTA PRIMORDIAL LEER A HAYEK


CÓMO UNA PANDEMIA NOS LLEVA A OTRA

Por: TOM PALMER* & SIMON LEE** 1

Publicado en capx.co
Traducido por elcato.org
8 de abril, 2020

N
os enfrentamos no solo a una, sino a dos
pandemias, y las dos han mostrado ser letales.
La primera es un virus, un paquete de material
genético que secuestra a sus anfitriones biológicos, los
debilita, y muchas veces los mata. El segundo es una
ideología —el autoritarismo— que secuestra las entidades
democráticas, las debilita, y muchas veces las mata.
Cuando nos sentimos amenazados, necesitamos ver
tanto un enemigo como un protector. A cambio de la
protección de nuestras vidas, estamos dispuestos a
renunciar a casi cualquier cosa, incluyendo los derechos y
libertades por las cuales lucharíamos en tiempos normales.
Esto podría ser un intercambio razonable durante tiempos
extraordinarios. El problema es que, una vez que hemos

[*] Tom Palmer (Alemania, 1956), doctor en ciencias políticas. Es un


teórico y autor libertario, Senior Fellow en el Instituto Cato, y el
vicepresidente de Programas Internacionales en la red Atlas. Ha
publicado artículos en periódicos y revistas como el New York Times, el
Washington Post, Los Angeles Times, el Spectator of London, National
Review, Slate, Ethics y Cato Journal.
[**] Simon Lee (Hong Kong) es licenciado en letras con máster ciencias
sociales y del derecho. Se desempeña como columnista en el diario
Apple Daily (Hong Kong) desde el año 2006 y es Consultor principal en
AdvB Public Affairs Consulting Limited.

76 | TOM PALMER & SIMON LEE


permitido que nos quiten nuestros derechos y libertades,
incluso si se justifica temporalmente en una situación
extraordinaria como una cuarentena, nos
acostumbraremos a eso. Lo hemos visto antes. Y ahora lo
estamos viendo.
Los mandatarios autoritarios están valiéndose de la
pandemia del Covid-19 como una excusa para instaurar y
extender poderes sin rendición de cuentas. En China,
donde el autoritarismo originalmente fomentó la epidemia
viral al silenciar y castigar a doctores que estaban
tratando de alertar a la gente, el Partido Comunista (PCCh)
está clamando que sus poderes libres de rendición de
cuentas e ilimitados de hecho han salvado a China.
Esos son los mismos poderes que fomentaron la
epidemia en primer lugar, pero eso no detuvo al
propagandista Dong Yuzhen de proclamar en el periódico
oficialista People’s Daily que “Las ventajas del sistema
chino una vez más han sido demostradas por la epidemia
del coronavirus”. De hecho, él dijo que “el PCCh, como el
partido gobernante en China, es de lejos el partido político
con la mayor capacidad de gobernabilidad en la historia
de la humanidad que realmente se preocupa acerca de
los intereses nacionales del país y del pueblo chino”.
La característica del autoritarismo no es el uso de la
fuerza, sino la dependencia patológica del engaño,
muchas veces hasta el punto de mentirse a sí mismos.
Desde que el Covid-19 empezó a causar estragos
alrededor del mundo, el PCCh y su maquinaria de
propaganda estatal ha lanzado una serie de campañas
de desinformación. No solo han tratado de desviar la

TOM PALMER & SIMON LEE | 77


atención de las teorías de conspiración, que nunca pueden
ser comprobadas o refutadas, sino que también buscan
desplazar la culpa hacia otros países. Si el PCCh le hubiese
permitido hablar a los trabajadores de salud en la línea
delantera y a los gobiernos locales tomar acción cuando
empezó la epidemia, el contagio hubiese estado bajo
control. Pero el primer impulso del autoritarismo es suprimir
la verdad y denunciar sus críticas como “noticias falsas”.
La propaganda totalitaria como la anteriormente
mencionada está siendo vigorosamente promocionada
por el régimen chino y por sus ampliamente dispersos
servidores. Además, está siendo reproducida por aquellos
nacientes autoritarios que añoran tener todavía más
poderes, como Viktor Orbán en Hungría, quien ahora
gobierna vía decreto y quien se ha valido del estado chino
para obtener ayuda y mostrar esta como evidencia del
valor de una dictadura. Cosas similares están pasando
alrededor del mundo, incluso en EE.UU., donde el fiscal
general ha propuesto suspender el hábeas corpus, entre
otras cosas, bajo el pretexto de que el Estado de Derecho
y los principios constitucionales honrados desde antaño
son impedimentos durante una crisis.
Las ideas autoritarias son como los virus. Una vez que
usted está “infectado” con ellas, estas se vuelven parte de
usted. O usted desarrolla resistencia e inmunidad, o se
vuelve un portador que las propaga todavía más, incluso
sin saberlo.
Habiendo deferido la autoridad durante una
emergencia, usted se vuelve acostumbrado a deferir al
poder. Llega a considerar las críticas de las autoridades

78 | TOM PALMER & SIMON LEE


como algo que inherentemente amenaza su supervivencia.
Las críticas al liderazgo llegan a ser vistas como un ataque
a la misma supervivencia del pueblo.
Ciertamente es presentado así por los gobernantes, y un
público deferente llega a aceptarlo como tal. No importa
la incompetencia demostrada por los líderes políticos o
que su negación inicial de la amenaza a la salud pública
empeoró las cosas. No, solo el poder nos puede salvar, y
las críticas a aquellos con poder llegan a ser vistas por
muchos como una amenaza a nuestra propia
supervivencia.
Una vez que nuevos poderes son establecidos,
deshacerlos es extremadamente difícil. A Ronald Reagan
le gustaba decir que “Una secretaría del gobierno es la
cosa más cercana a la vida eterna que veremos en esta
tierra”. El historiador económico Robert Higgs demostró en
su libro Crisis and Leviathan que hay un ajuste del poder,
que nuevos poderes adquiridos durante una crisis suelen
continuar mucho tiempo después de que pasara la crisis.
Como él señaló, “A lo largo de la historia estadounidense,
las emergencias nacionales han servido como momentos
sobresalientes en los cuales se ha dado una
(incrementada) pérdida de libertades”. Eso no solamente
es cierto acerca de EE.UU. Es cierto en todas partes.
Las medidas extraordinarias en una crisis, tales como la
cuarentena y las restricciones sobre las reuniones, no
deben ser aprovechadas para implementar una dictadura.
Los principios de la presunción de la libertad y de un
gobierno constitucionalmente limitado deben ser
defendidos. Una vez que estos son abandonados, estos

TOM PALMER & SIMON LEE | 79


son extremadamente difíciles de recuperar. De hecho, las
sociedades libres y con un imperio de la ley son más
resistentes, prósperas, y en cada aspecto más deseables
y atractivas que las dictaduras.
Mientras luchamos contra la pandemia viral, no
debemos perder contra la pandemia autoritaria. Ambas
son letales.

80 | TOM PALMER & SIMON LEE


ENTREVISTA: “SIN LIBERTADES SOMOS UN
REBAÑO PASTOREADO POR HIENAS”

Por: ANTONIO ESCOHOTADO* 1

Publicado en diariodesevilla.es
12 de abril, 2020

C
ómo se encuentra?

¿
–Muy bien para ser un anciano. Básicamente feliz.

¿Sale a aplaudir cada tarde?


–Nunca.

¿Se imaginaba una crisis de este calibre?


–Todos los pánicos son manipulables.

¿Estamos psicológicamente preparados para una


tragedia de esta magnitud?

Antonio Escohotado (España, 1941), es un filósofo, jurista, ensayista y


[*]

profesor universitario español cuyas obras, si bien centradas


principalmente en el derecho, la filosofía y la sociología, han abordado
una gran variedad de campos. La razón de su obra es una afirmación
de la libertad como antídoto frente al miedo y las coacciones que
empujan al ser humano hacia toda clase de servidumbres. Entre sus
obras más importantes se encuentran: Los tres volúmenes de la Historia
general de las drogas (1989) y sus tres volúmenes de Los enemigos del
comercio (2008, 2013, 2017).

82 | ENTREVISTA:
“SIN LIBERTADES SOMOS UN REBAÑO PASTOREADO POR HIENAS”
-Ninguna tragedia. Somos mortales todos, y cumplida
cierta edad quien no sustituya el instinto de supervivencia
por un ánimo de gentil despedida va listo.

¿Hay algo peor que morir en soledad?


–Hacerlo rodeado de sepultureros, aduladores y parientes
ansiosos de heredar. Deseo estar solo en el último trance.

¿El conocimiento es el refugio?


–El refugio, el camino y la vida.

¿Cómo nos puede ayudar la filosofía?


–Enseñando a buscar lo desconocido, y a desenmascarar
a quienes llaman búsqueda a alguna confirmación de lo
ya decidido.

¿Se recuperará alguna vez nuestra sociedad de esta


herida tan profunda?
-Por ahora es un rasguño. Tengamos respeto por la
inmensidad de personas puestas en tesituras realmente
atroces.

¿El coronavirus ha desnudado al liberalismo?


–Pura memez. ¿Llueven marrones sobre vals en autobús?

¿El liberal es solidario? No tiene fama.


–Ser liberal es ser generoso, inteligente y, sobre todo,
comprometido con que la libertad y propiedad de mi
vecino sea respetada siempre.

ANTONIO ESCOHOTADO | 83
¿Ha quedado demostrada la importancia de contar con un
potente sistema de salud público?
–Veremos.

Los gobiernos suelen salir reforzados de las tragedias, pero


¿cree que pasará en esta ocasión?
-Las últimas elecciones generales demostraron que la
competencia profesional cuenta menos para el elector
que ideologías anacrónicas.

¿Debería Pedro Sánchez romper su coalición de Gobierno?


¿Es necesario un Gobierno de concentración?
–No confío en incompetentes obsesionados por mandar a
cualquier precio.

Por cierto, ¿le decepcionó la marcha de Albert Rivera?


–Mucho, porque seguimos necesitando un centro civilizado,
que case compasión con realismo. Albert se volatilizó al
imaginarse presidente; pero buena parte de sus
colaboradores siguen siendo válidos, y el programa de
Ciudadanos también: fuera el caciquismo separatista,
fuera la ideologización de la enseñanza, fuera los vagos y
gorrones disfrazados de otra cosa.

¿La clase política está a la altura?


–Internet y la llamada inteligencia artificial parecen
nuestra única esperanza fundada de reforma.

¿Qué futuro tiene el Estado del bienestar?


–Todo.
84 | ENTREVISTA:
“SIN LIBERTADES SOMOS UN REBAÑO PASTOREADO POR HIENAS”
¿Y la Unión Europea? ¿Resistirá?
–El Estado del bienestar es ella, que nació de hecho con
puente aéreo de Berlín (1948-49), cuando los rencores
ancestrales cedieron.

¿Se ha roto la empatía norte-sur?


–Nunca la hubo. Los analfabetos germanos aprendieron a
ser los mejores ingenieros. ¿Qué aprendieron los latinos?

¿China se hará con el mundo?


–Ya se hizo con la producción y el consumo, nada más
permitirse el lucro privado. Pero les falta no desconfiar de
la libertad para asumir el trono del mundo, que hace
tiempo está en Tokio sin dejar de estarlo en Manhattan,
Amsterdam, Londres, Viena …

¿Contempla una sociedad sin libertades?


–Sin libertades somos un rebaño pastoreado por hienas.

¿Cómo influye que en EEUU esté como presidente Trump?


–Si el partido demócrata no se hubiese hecho
posmoderno, jamás habría ganado.

¿Cómo calificaría el papel de la Iglesia? Me refiero a las


altas instancias
-El papa Francisco pertenece a la llamada teología de la
liberación, fiel al primer cristianismo. El problema común de
ambas corrientes es una deidad inclinada hacia los

ANTONIO ESCOHOTADO | 85
infelices, un dios al que no dejan ser lo que sin duda es: o
bien un bulo o bien la totalidad de lo real.

¿Cómo saldremos de ésta?


–Si la recesión no viniera de largo, es una ocasión
pintiparada para remachar que todos los males terminan
en mejora.

Proliferan teorías conspiranoides acerca del virus. ¿Tiene


alguna?
–En vez de paranoia cultivo la pronoia o elucubración
positiva: el azar premia casi siempre a los preparados.

86 | ENTREVISTA:
“SIN LIBERTADES SOMOS UN REBAÑO PASTOREADO POR HIENAS”
UNA PREGUNTA

Por: GIORGIO AGAMBEN

Publicado en quodlibet.it
15 de abril, 2020
Traducción lobosuelto.com

«La plaga marcó para la ciudad el comienzo de la corrupción…


Nadie estaba dispuesto a perseverar en lo que antes consideraba
bueno, porque creía que tal vez podría morir antes de llegar a él».
Tucídides, La Guerra del Peloponeso, II, 53.

M
e gustaría compartir con los que quieran una
pregunta en la que no he dejado de pensar
desde hace más de un mes. ¿Cómo puede
ser que un país entero se haya derrumbado ética y
políticamente ante una enfermedad sin darse cuenta? Las
palabras que utilicé para formular esta pregunta fueron
consideradas cuidadosamente una por una. La medida de
la abdicación a los propios principios éticos y políticos es,
de hecho, muy simple: se trata de cuál es el límite más allá
del cual uno no está dispuesto a renunciar a ellos. Creo que
el lector que se tome la molestia de considerar los
siguientes puntos tendrá que estar de acuerdo en que -sin
darse cuenta o pretender no darse cuenta- el umbral que
separa a la humanidad de la barbarie ha sido cruzado.
1) El primer punto, quizás el más serio, se refiere a los
cuerpos de las personas muertas. ¿Cómo podíamos
aceptar, sólo en nombre de un riesgo que no se podía

88 | UNA PREGUNTA
especificar, que nuestros seres queridos y los seres
humanos en general no sólo murieran solos, sino -algo que
nunca había sucedido antes en la historia, desde Antígona
hasta hoy- que sus cuerpos fueran quemados sin un
funeral?
2) Entonces aceptamos sin demasiados problemas, sólo
en nombre de un riesgo que no se podía especificar, limitar
nuestra libertad de movimiento a un grado que nunca
antes había ocurrido en la historia del país, ni siquiera
durante las dos guerras mundiales (el toque de queda
durante la guerra estaba limitado a ciertas horas). Por lo
tanto, aceptamos, sólo en nombre de un riesgo que no
podía ser especificado, suspender nuestra amistad y amor,
porque nuestro prójimo se había convertido en una posible
fuente de contagio.
3) Esto podría suceder -y aquí tocamos la raíz del
fenómeno- porque hemos dividido la unidad de nuestra
experiencia vital, que es siempre inseparablemente
corpórea y espiritual a la vez, en una entidad puramente
biológica por un lado y una vida afectiva y cultural por el
otro. Ivan Illich mostró, y David Cayley lo recordó
recientemente, las responsabilidades de la medicina
moderna en esta escisión, que se da por sentada y que es
en cambio la mayor de las abstracciones. Soy muy
consciente de que esta abstracción ha sido lograda por la
ciencia moderna a través de dispositivos de reanimación,
que pueden mantener un cuerpo en un estado de vida
vegetativa pura.
Pero si esta condición se extiende más allá de los límites
espaciales y temporales que le son propios, como se

GIORGIO AGAMBEN | 89
intenta hacer hoy, y se convierte en una especie de
principio de comportamiento social, caemos en
contradicciones de las que no hay salida.
Sé que alguien se apresurará a responder que se trata
de una condición limitada de tiempo, después de la cual
todo volverá como antes. Es verdaderamente singular que
esto sólo pueda repetirse de mala fe, ya que las mismas
autoridades que proclamaron la emergencia no dejan de
recordarnos que cuando la emergencia termine, las
mismas directivas deben seguir siendo observadas y que
el “distanciamiento social”, como se ha llamado con un
eufemismo significativo, será el nuevo principio de
organización de la sociedad. Y, en cualquier caso, lo que,
de buena o mala fe, uno ha aceptado sufrir no podrá ser
cancelado.
No puedo en este punto, ya que he acusado a las
responsabilidades de cada uno de nosotros, dejar de
mencionar las responsabilidades aún más graves de
aquellos que habrían tenido la tarea de velar por la
dignidad humana. En primer lugar, la Iglesia, que al
convertirse en la sierva de la ciencia, que se ha convertido
en la verdadera religión de nuestro tiempo, ha renunciado
radicalmente a sus principios más esenciales. La Iglesia,
bajo un Papa llamado Francisco, ha olvidado que
Francisco abrazó a los leprosos. Ha olvidado que una de
las obras de misericordia es visitar a los enfermos. Ha
olvidado que los mártires enseñan que uno debe estar
dispuesto a sacrificar su vida antes que la fe y que
renunciar al prójimo significa renunciar a la fe. Otra
categoría que ha fallado en sus deberes es la de los

90 | UNA PREGUNTA
juristas. Hace tiempo que estamos acostumbrados al uso
imprudente de los decretos de emergencia mediante los
cuales el poder ejecutivo sustituye al legislativo, aboliendo
ese principio de separación de poderes que define la
democracia. Pero en este caso se han superado todos los
límites y se tiene la impresión de que las palabras del
Primer Ministro y del Jefe de Protección Civil se han
convertido inmediatamente en ley, como se decía para las
del Führer. Y no vemos cómo, habiendo agotado el plazo
de validez de los decretos de emergencia, las limitaciones
de la libertad pueden ser, como se anuncia, mantenidas.
¿Por qué medios legales? ¿Con un estado de excepción
permanente? Es tarea de los juristas verificar que se
respeten las reglas de la constitución, pero los juristas
permanecen en silencio. Quare silete iuristae in munere
vestro?
Sé que invariablemente habrá alguien que responda
que el grave sacrificio se hizo en nombre de los principios
morales. Me gustaría recordarles que Eichmann,
aparentemente de buena fe, nunca se cansó de repetir
que había hecho lo que había hecho según su conciencia,
para obedecer lo que creía que eran los preceptos de la
moralidad kantiana. Una norma que establece que hay
que renunciar al bien para salvar el bien es tan falsa y
contradictoria como una que, para proteger la libertad,
requiere que se renuncie a ella.

GIORGIO AGAMBEN | 91
¿CÓMO SE VE LA REAPERTURA?

Por: BEN SHAPIRO

Publicado en dailywire.com
17 de abril, 2020
Traducido por: Nicolás Díaz Carrillo

M
ientras nuestro bloqueo nacional se
prolonga, los estadounidenses se muestran
cada vez menos inclinados a una ágil
reapertura social. Quizá la causa de esto es el constante
bombardeo que hacen los medios de comunicación sobre
los riesgos que puede acarrear. O quizá es producido por
el sentimiento de seguridad que genera el seguir el statu
quo: cuando nos han hecho sentir seguros en casa, es difícil
salir de ella. O acaso nosotros como sociedad hemos
cambiado drásticamente nuestra percepción de la
aversión sobre el riesgo, tanto así que nos rehusamos a salir
de nuestras casas hasta que el riesgo de hacerlo sea
inexistente.
Cualquiera que sea la razón de esto, es sencillamente
insostenible mantener a los estadounidenses encerrados
durante más meses. Los llamados que defienden la
prolongación del aislamiento preventivo ignoran no
solamente el sufrimiento catastrófico que le generaría a
millones de personas —empleados que ya no pueden
trabajar, niños que ya no tienen la posibilidad de atender
la escuela, negociantes que han visto sus sueños y ahorros

¿CÓMO SE VE LA REAPERTURA? | 93
destruidos por una decisión gubernamental— sino la
realidad de la economía, que es que un gobierno no puede
subsidiar a las personas de manera indefinida para que se
queden en casa.
Además, las medidas de bloqueo prolongadas no
impiden una segunda ola de infecciones causadas por el
virus; cuando eventualmente salgamos de nuestras casas,
nos empezaremos a contagiar nuevamente.
De allí surge la pregunta: ¿Cómo debemos analizar los
riesgos de la reapertura social?
La solución más adecuada a esta pregunta es analizar
estos riesgos de forma racional.
Esto significa que debemos dejar de enfocarnos en
estadísticas falsas sobre el nivel de mortalidad del virus. Ya
que, no sabemos a ciencia cierta cuantos ciudadanos en
realidad están infectados. Pero de lo que sí estamos
seguros es que, los casos confirmados oficialmente son
substancialmente inferiores en comparación a los casos no
confirmados en todo el país.
En la ciudad de Nueva York, la supuesta tasa de
mortalidad —porcentaje contrastado del número de casos
confirmados con el número de muertos— es del 5%, pero
este porcentaje se tendrá que revaluar tomando en cuenta
los datos suministrados por el New England Journal of
Medicine.
El New England Journal of Medicine hace referencia a los
hallazgos encontrados entre el 22 de marzo y el 4 de abril,
en donde a 215 mujeres embarazadas se les realizó la
prueba del Covid-19 en Nueva York. Señalan que 4 mujeres
habían desarrollado síntomas, pero 29 mujeres dieron

94 | BEN SHAPIRO
positivo para el virus sin presentar ningún síntoma. Esto
significa que el 13,7% de las mujeres dentro del estudio
realizado tenían Covid-19 sin saberlo: por cada mujer
sintomática había siete mujeres asintomáticas.
Si aplicamos este modelo sobre la población en general
y no solamente sobre los casos confirmados, revelaría que
la tasa de mortalidad no sería del 5% sino del 0.7%, algunos
criticarán que es un modelo muy simple, a lo cual le daría
la razón, pero con la aclaración de que es más preciso que
el modelo que solamente toma en cuenta los casos
confirmados. Vale decir, además, que tal estadística
aliviará cierta preocupación sobre la mortalidad,
particularmente entre las poblaciones menos vulnerables.
A su vez, debemos dejar de creer que todos los grupos
sociales de la población tienen la misma tasa de
vulnerabilidad frente al virus.
De acuerdo con dos estudios de la Universidad de Nueva
York, la razón más prevalente para una posible
hospitalización por el Covid-19 es la vejez. Casi la mitad de
todas las personas hospitalizadas a causa de Covid-19 en
Nueva York superaban los 65 años. La segunda razón que
generaba mayor riesgo para la hospitalización es la
obesidad. Y, por último, los pacientes que padecían una
condición crónica son más vulnerables al virus, ya que, por
encima del 70% de las personas hospitalizadas padecían
de una enfermedad crónica prexistente.
Esto no debería generar sorpresa, ya que, desde el 12 de
abril, el Departamento de Salud de Nueva York reportó 128
fatalidades entre las personas sin enfermedades previas,
y solamente 26 de esas personas eran menores de 45 años.

¿CÓMO SE VE LA REAPERTURA? | 95
Había un total de 42.524 casos confirmados de Covid-19
para personas menores de 45 años, esto significa que el
número de fatalidades por caso confirmado (teniendo en
cuenta que la estadística se eleva, debido a que no se
tiene en cuenta los casos aun no diagnosticados) para
quienes no tenían enfermedades previas y menores de 45
años es del 0.06%. En otras palabras, alrededor de 9.994
de cada 10.000 menores de 45 años y con buena salud no
se morirían si contrajeran el virus, y los números
posiblemente sean mejores que estos.
Esto significa que debemos fomentar que las personas
jóvenes y en buenas condiciones de salud vuelvan a su
trabajo. A su vez fomentar el aislamiento preventivo a las
personas mayores o con condiciones médicas prexistentes
que elevan el riesgo de mortalidad del virus.
No debemos impedir que las personas saludables y
jóvenes trabajen, por el contrario, debemos fomentar el
uso del tapabocas, rastreo de contactos, evitar las
agrupaciones grandes de personas, fomentar la vigilancia
activa en las zonas de alta densidad poblacional. El
localismo es nuestro amigo en esta situación. Pero no
debemos olvidar que hay un camino a la reapertura social,
ignorarlo no solamente es un error sino también es
contraproducente.

96 | BEN SHAPIRO
QUÉ DIRÍA ROTHBARD SOBRE EL PÁNICO
DEL COVID- 19

Por: PHILIPP BAGUS* 1

Publicado en mises.org
30 de abril, 2020
Traducción mises.org.es

M
urray Newton Rothbard murió el 7 de enero
de 1995. ¿Qué diría hoy el «Mr. Libertarian»
sobre las medidas del gobierno contra la
epidemia del coronavirus?
Como respuesta a la epidemia, los gobiernos
occidentales han infringido los derechos de propiedad
privada en un grado sin precedentes en tiempos de paz.
Han expropiado y confiscado equipo y material médico,
han tomado el control de empresas sanitarias y hospitales
privados, han decretado el cierre forzoso de empresas
privadas, como guarderías, escuelas, universidades o
tiendas minoristas privadas. Incluso han ordenado el cierre
de parques y jardines privados. Además, han restringido
severamente la libertad de movimiento.

[*] Philipp Bagus, (Alemania, 1981), es economista y doctor en economía


bajo la supervisión de Jesús Huerta de Soto. Profesor en la Universidad
Rey Juan Carlos. Es miembro del Instituto Mises, un erudito de la IREF y
autor de numerosos libros, incluidos: In Defense of Deflation, The
Tragedy of the Euro, este último traducido y publicado en griego,
alemán, francés, eslovaco, polaco, italiano, rumano, finlandés,
español, portugués, inglés británico, holandés, portugués brasileño,
búlgaro y chino.

98 | QUÉ DIRÍA ROTHBARD SOBRE EL PÁNICO DEL COVID- 19


¿Qué se puede decir de estas medidas desde un punto
de vista libertario? ¿Pueden ser justificadas?
En cuanto a la libertad de movimiento, podría
argumentarse que la mayoría de las calles son propiedad
del Estado y que el gobierno tiene el derecho de restringir
la libertad de movimiento en sus calles para proteger la
salud de sus ciudadanos. De hecho, la propiedad pública
de las calles es un problema desde una perspectiva
libertaria. Las calles deben ser privadas. Si las calles fueran
privadas, los propietarios decidirían quién puede usarlas y
en qué condiciones. Como dice Rothbard en La ética de la
libertad (1982, p. 119):
En la sociedad libertaria… las calles serían todas de
propiedad privada, todo el conflicto podría resolverse
sin violar los derechos de propiedad de nadie: porque
entonces los dueños de las calles tendrían derecho a
decidir quién tendrá acceso a ellas, y podrían entonces
mantener fuera a los «indeseables» [en nuestro caso
personas sospechosas de estar infectadas con virus] si
así lo desean.
En otras palabras, en un mundo libertario, los
propietarios privados de las calles decidirían qué calles
permanecerían abiertas, a quién y bajo qué condiciones.
Sin embargo, vivimos en un mundo donde la mayoría de
las calles son públicas. Sin embargo, incluso en las calles
públicas el veredicto de Rothbard es claro. Discutiendo el
caso de la apertura de un restaurante McDonald’s y los
residentes protestando por la reunión de sus clientes en las
calles, Rothbard escribe:

PHILIPP BAGUS | 99
como contribuyentes y ciudadanos, estos «indeseables»
[los clientes] seguramente tienen el «derecho» de
caminar por las calles, y por supuesto podrían
reunirse en el lugar, si así lo desean, sin la atracción de
McDonald’s.» (1982, p. 119)
En opinión de Rothbard, los ciudadanos y los
contribuyentes tienen derecho a usar las calles públicas.
No se justifica que los gobiernos restrinjan el movimiento en
sus calles, porque de hecho la calle no es ni siquiera la justa
propiedad del Estado:
como organización delictiva con todos sus ingresos y
activos derivados del delito fiscal, el Estado no puede
poseer ninguna propiedad justa. (1982, p. 183)
En resumen, el Estado no tiene derecho a determinar
quién puede usar las calles públicas y quién no. El toque de
queda es una flagrante violación de los derechos de
propiedad privada y no puede justificarse.
En un mundo libertario con calles y negocios privados, los
dueños imponen las reglas. En caso de epidemia, pueden
cerrar su propiedad completamente al público. O podrían
invitar a la gente condicionalmente a su propiedad. Por
ejemplo, podrían limitar el número de personas que
pueden acceder a ella. Podrían exigir pruebas antes de
entrar en la propiedad o declarar que la entrada es bajo
su propio riesgo. También podrían imponer ciertas
condiciones, como una restricción de edad o el uso
obligatorio de máscaras y guantes.
Discutamos las otras restricciones que se han
implementado a raíz de la epidemia del COVID-19, como el
cierre obligatorio de bares, hoteles y otras tiendas. El

100 | QUÉ DIRÍA ROTHBARD SOBRE EL PÁNICO DEL COVID- 19


argumento de los políticos a favor de los cierres es el
siguiente: por solidaridad con el resto de la población,
especialmente con los ancianos, la gente debería
contribuir a reducir la tasa de infección, porque de lo
contrario muchas personas morirán debido a las limitadas
capacidades de los sistemas de salud pública y a la falta
de previsiones para tal epidemia. El hecho de que la gente
se quede en casa, confinada a sus casas, salvaría vidas.
De ese modo, ayudarían a los demás. Y como no se puede
esperar que las personas ayuden a otros y se queden en
casa voluntariamente, el Estado tiene el derecho de
imponer un confinamiento que salve vidas.
Ahora bien, la cuestión ética esencial es la siguiente: ¿se
permite a alguien usar la violencia para asegurarse de que
la gente ayude a sus semejantes? ¿Puede justificarse el uso
de la coerción para hacer que las personas ayuden a
otros?
La respuesta de Rothbard a esta pregunta en La ética
de la libertad es inequívoca:
es inadmisible interpretar el término «derecho a la vida»
para dar a uno un derecho exigible a la acción de otra
persona para sostener esa vida. En nuestra terminología,
tal reclamo sería una violación inadmisible del derecho
de la otra persona a la propiedad propia. (1982, p. 99)
Obsérvese que para Rothbard y los libertarios en
general, el concepto de «derechos» es puramente
negativo. Los derechos protegen el radio de acción de una
persona que nadie más puede interferir con el uso de la
violencia agresiva. Los derechos de propiedad delimitan el
área en la que un individuo puede actuar libremente.

PHILIPP BAGUS | 101


Rothbard continúa:
Por consiguiente, ningún hombre puede tener «derecho»
a obligar a alguien a realizar un acto positivo, ya que en
ese caso la compulsión viola el derecho de la persona o
la propiedad del individuo que está siendo
coaccionado… Como corolario, esto significa que, en la
sociedad libre, ningún hombre puede ser cargado con
la obligación legal de hacer algo por otro, ya que eso
invadiría los derechos del primero; la única obligación
legal que un hombre tiene con otro es respetar los
derechos del otro. (1982, p. 99)
Si eso no es suficiente evidencia, Rothbard da dos
ejemplos para argumentar que nadie puede usar la
violencia para hacer que alguien ayude a otra persona.
Primero, discute un ejemplo proporcionado por Friedrich A.
von Hayek. En este ejemplo existe un «monopolista»
propietario de agua en un oasis. Rothbard señala que el
propietario tiene el derecho de no vender el agua a los
clientes. El propietario tiene derecho a reservarse el agua
para sí mismo y no puede ser obligado a ayudar a la gente
sedienta vendiendo el agua:
La situación puede ser desafortunada para los clientes,
como lo son muchas situaciones en la vida, pero el
proveedor de un servicio particularmente escaso y vital
difícilmente está siendo «coercitivo» al negarse a vender
o al fijar un precio que los compradores están dispuestos
a pagar. Ambas acciones están dentro de sus derechos
como hombre libre y como propietario justo. El
propietario del oasis es responsable sólo de la
existencia de sus propias acciones y de su propia

102 | QUÉ DIRÍA ROTHBARD SOBRE EL PÁNICO DEL COVID- 19


propiedad; no es responsable de la existencia del
desierto o del hecho de que los otros manantiales se
hayan secado. (1982, p. 221)
Apliquemos este razonamiento a la situación actual: el
propietario de un negocio tiene el derecho de abrirlo. El
propietario de un jardín tiene derecho a usarlo y el peatón
tiene derecho a caminar por la calle. Sólo es responsable
de sus propios actos y de su propiedad y no de la
existencia del coronavirus o del hecho de que los
hospitales del gobierno estén mal administrados.
Por supuesto, es un caso diferente si alguien sabe que
está infectado y abre su negocio con la intención de
infectar y hacer daño a los clientes. Esto sería un
comportamiento criminal y la violencia defensiva, como el
cierre del negocio por la amenaza de la fuerza, estaría
justificada. ¿Pero cómo sabemos que la apertura del
negocio es realmente un acto de agresión por parte de un
propietario infectado?
Como señala Rothbard, la carga de la prueba recae en
la gente que usa la violencia:
la carga de la prueba de que la agresión ha comenzado
realmente debe recaer en la persona que emplea la
violencia defensiva. (1982, p. 78)
Sólo sabemos si alguien es un criminal cuando es
condenado. Hasta que las personas son condenadas
deben disfrutar de todos los derechos de los inocentes,
como el de poder salir de sus casas o abrir sus tiendas.
Como nos recuerda Rothbard (1982, p. 82), «son inocentes
hasta que se demuestre lo contrario».

PHILIPP BAGUS | 103


Rothbard proporciona un segundo ejemplo de su
afirmación de que nadie puede ser obligado a ayudar a
los demás. Este ejemplo es sobre una epidemia y, por lo
tanto, vale la pena citarlo en su totalidad:
Supongamos que hay un solo médico en una comunidad
y que estalla una epidemia; sólo él puede salvar la vida
de numerosos conciudadanos, una acción seguramente
crucial para su existencia. ¿Los está «coaccionando» si:
a) se niega a hacer algo, o a abandonar la ciudad; o b)
si cobra un precio muy alto por sus servicios curativos?
Ciertamente no. No hay nada malo en que un hombre
cobre el valor de sus servicios a sus clientes, es decir, lo
que están dispuestos a pagar. Además, tiene todo el
derecho de negarse a hacer algo. Aunque tal vez se le
critique moral o estéticamente, como dueño de su
propio cuerpo tiene todo el derecho a negarse a curar o
a hacerlo a un alto precio; decir que está siendo
«coactivo» es además implicar que es apropiado
y no coactivo que sus clientes o sus agentes obliguen al
médico a tratarlos: en resumen, justificar su esclavitud.
Pero seguramente la esclavitud, el trabajo obligatorio,
debe ser considerado «coactivo» en cualquier sentido
sensato del término.
Si no se puede obligar al médico a ayudar durante una
epidemia, a fortiori tampoco se puede obligar a un
ciudadano normal a ayudar. Es ciertamente posible que
uno pueda ayudar a otros en estos tiempos quedándose
en casa, cerrando negocios o donando equipo médico. Sin
embargo, obligar a la gente a quedarse en casa, cerrar
sus negocios y expropiar el equipo médico son violaciones

104 | QUÉ DIRÍA ROTHBARD SOBRE EL PÁNICO DEL COVID- 19


de los derechos de propiedad. Son crímenes, simple y
llanamente. Nadie tiene el derecho de confinar a otra
persona (inocente) en su casa o de obligarle a cerrar su
negocio.
El argumento de que la planificación central mediante el
confinamiento u otras formas de violencia salvaría vidas
también es muy problemático, porque ignora el problema
del cálculo económico. Estas infracciones de la propiedad
privada implican costos (subjetivos) que no pueden ser
calculados y comparados con los beneficios de manera no
arbitraria.
Por ejemplo, el hecho de estar confinado a sus propias
cuatro paredes, con la correspondiente falta de ejercicio
físico, conducirá a un aumento de las enfermedades
cardiovasculares, la hipertensión, los accidentes
cerebrovasculares y las trombosis, entre otras cosas.
Además, la carga psicológica de estar encerrado es
inmensa. La tensión psicológica puede causar divorcios y
la ruptura de familias; se crean traumas y depresión. Se
espera que la violencia doméstica y el abuso infantil
aumenten. En resumen, algunas personas pueden morir
debido a estas infracciones de la propiedad privada; otras
pueden salvarse.
Además, los estragos económicos creados por estas
medidas son potencialmente devastadores. Es cierto que
de todas formas habría habido una crisis económica
debido a las distorsiones creadas por la política
monetaria. La epidemia es sólo el detonante de la crisis.
Sin embargo, la crisis se agrava por las violaciones de los
derechos de propiedad privada por parte del gobierno. Si

PHILIPP BAGUS | 105


a la gente no se le permite producir, porque no pueden
dejar sus casas o abrir sus negocios, la producción cae.
Los empresarios que ven sus logros de toda una vida
destruidos por la reacción política al virus podrían sufrir
ataques cardíacos, caer en la depresión, suicidarse o
convertirse en alcohólicos.
Consecuencias similares pueden esperar a los
trabajadores que se queden sin empleo debido a las
medidas políticas.
Además, el nivel de vida caerá a medida que la
actividad económica se vea sofocada por el
confinamiento. Habrá menos bienes y servicios disponibles
para mantener, y mucho menos mejorar, la calidad de
vida, porque estos bienes simplemente no se producirán. Y
si la economía del mundo occidental se derrumba,
Occidente comprará menos bienes y servicios de los países
pobres. Por lo tanto, el nivel de vida también caerá en el
tercer mundo, donde puede significar la diferencia entre la
vida y la muerte para muchos. En general, la pobreza
significa una reducción de la longevidad. Los ricos tienden
a vivir más tiempo que los pobres.
Pero eso no es todo. Los gobiernos de todo el mundo
están avanzando en el camino hacia la servidumbre,
controlando sus poblaciones y aumentando su poder en
relación con el sector privado mediante el aumento del
gasto público y nuevas reglamentaciones. Según el
«efecto de trinquete», definido por Robert Higgs, el poder
del Estado suele aumentar en tiempos de crisis. Sin
embargo, cuando la crisis retrocede, el poder del

106 | QUÉ DIRÍA ROTHBARD SOBRE EL PÁNICO DEL COVID- 19


Estado no se reduce a su posición inicial. Por lo tanto, la
víctima a largo plazo de la intrusión del Estado puede ser
la libertad. Se pueden instituir regímenes más socialistas. Y
en estos regímenes la esperanza de vida es más corta.
Cuanto mayor sea el poder del gobierno, menor será la
cantidad y calidad de vida ceteris paribus. Por ejemplo, los
alemanes occidentales capitalistas tenían una esperanza
de vida de unos tres años más que sus homólogos de
Alemania Oriental.
Por supuesto, es cierto que la coacción del Estado puede
aumentar la esperanza de vida de algunas personas a
corto plazo. La aplicación del confinamiento en una
epidemia es sólo un ejemplo. Hay otras posibilidades. El
Estado puede prohibir fumar o subvencionar frutas,
verduras o clases de deporte. Puede utilizar los ingresos
fiscales para mejorar los tratamientos médicos de la
población, aumentando así la esperanza de vida.
Sin embargo, ¿cuánto aumento artificial de la salud
pública es suficiente? Por ejemplo, ¿cuánto del PIB debería
gastarse en atención sanitaria? ¿Cinco, diez, cincuenta o
noventa por ciento del PIB? Ciertamente, gastar más
podría aumentar la esperanza de vida. Pero, ¿cómo puede
saber el funcionario del gobierno el porcentaje correcto?
Del mismo modo, ¿cuánto del PIB se sacrificará en una
epidemia por medidas de confinamiento más o menos
drásticas? ¿Se detendrá el 5, 10, 50 o 90 por ciento de las
actividades productivas para frenar la propagación del
virus? No hay una manera no arbitraria de que un
planificador central decida estas cuestiones. Todas las

PHILIPP BAGUS | 107


medidas gubernamentales tienen costos que no pueden
ser cuantificados.
Sólo hay una alternativa a la planificación central
arbitraria del Estado, con su violación de los derechos de
propiedad privada. Esta alternativa es el liberalismo, la
alternativa que Murray Rothbard siempre defendió
incondicionalmente: las decisiones voluntarias de los
dueños de la propiedad privada.

108 | QUÉ DIRÍA ROTHBARD SOBRE EL PÁNICO DEL COVID- 19


LA AFIRMACIÓN DE QUE LAS VIDAS HACEN
LA ECONOMÍA Y NO AL CONTRARIO, ES
CONVERSACIÓN PARA DISNEYLANDIA

Por: LUIZ FELIPE PONDÉ* 1

Publicado en folha.uol.com.br
Traducción por Christian Peláez Huertas
20 de abril, 2020

L
a oposición humanismo versus utilitarismo es pura
retórica barata, pero es buena para la
polarización política. Humanista, en el sentido que
se usa en esta epidemia, es valorizar la vida por sobre
todo. Como cada muerte es un absoluto, la idea de valor
absoluto de la vida es incuestionable.
Pero cuando un oportunista dice esto, paraliza su
raciocinio. Utilitarista, también en el sentido común de la
epidemia, es el inhumano que piensa en la economía y no
reconoce el valor absoluto de la vida. Equivocado: el
utilitarismo no es inhumano.
La realidad no cabe en esta oposición. ¿Quiere un
ejemplo didáctico? El propio confinamiento (considerado
por el sentido común como humanista) apunta a disminuir

Luiz Felipe Pondé (Brasil, 1959), es un filósofo y escritor brasileño,


[*]

doctor en filosofía por la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias


Humanas de la Universidad de Sao Paulo (FFLCH-USP) y con
postdoctorado por la Universidad de Tel Aviv en Israel. Escribió, entre
otras obras, la Guía políticamente incorrecta de filosofía y marketing
existencial. Es columnista de Folha de S. Paulo, escribiendo
semanalmente en el periódico.

110 | LA AFIRMACIÓN DE QUE LAS VIDAS HACEN LA ECONOMÍA


Y NO AL CONTRARIO, ES CONVERSACIÓN PARA DISNEYLANDIA
el cuello de botella del sistema de salud y reducir la
contaminación del cuerpo médico, no solo porque el
cuerpo médico (todo el personal del hospital) está
compuesto por personas, sino porque la destrucción del
cuerpo médico implica mayor riesgo del sistema de salud,
que, a su vez, si fuera destruido, mataría más gente. Este
raciocinio, para cualquier persona leída en ética utilitaria,
es cristalino.
La afirmación “vidas hacen la economía y no al
contrario” es conversación para Disneylandia, retórica
barata de vendedor queriendo seguidores; los adultos
saben que vida y economía están intrínsecamente
relacionadas. La vida no es un concepto abstracto. Y
economía no es solo el mercado financiero. Estamos
llegando cerca de donde esa “curva” (curva esta de moda)
de la relación entre la vida y la economía se confundirán.
Aquí en Brasil eso tiene nombre: pobres van a morir y
riquillos van a salir del pánico y olvidar la epidemia.
Infelizmente, por culpa de nuestro presidente, caímos en
una trampa que armó el discurso humanista populachero
que separa la vida de sus condiciones concretas. Mucha
gente vive queriendo dar pruebas de pureza anti-
bolsonarista y hace parecer que solo existe la defensa
absoluta y eterna del confinamiento o la delincuencia
presidencial.
No. El gran debate utilitario (definición abajo) y
humanista en el mundo ahora es cuándo y cómo salir del
confinamiento. Quien niegue ese hecho, lo hace por mala
fe o por ignorancia.

LUIZ FELIPE PONDÉ | 111


No se trata, pura y simplemente, de suspender el
confinamiento y correr para el centro comercial, sino, de
cómo resolver el problema de la inmunidad de rebaño
(única forma a mano de combate contra la epidemia) y de
la economía, que sustenta todas las vidas. Si nos
quedamos encerrados en casa con miedo por meses,
crearemos una reserva de futuros no inmunizados.
Inmunidad de rebaño es cuando la mayoría ya se hizo
inmune al virus y eso solo sucede cuando entramos en
“relación” con él y la abrumadora mayoría sobrevive.
Si usted piensa que ser humanista es “defender la vida
por encima de todo” y duerme bien con esa definición
empobrecida, yo le pregunto: ¿vale la pena golpear a la
gente para enviarlos a casa? No necesito ser un discípulo
de Foucault o Agamben para ver ahí un acto de violencia
biopolítica, que reduce a la persona a la condición de vida
desnuda, que implica a su vez el verla apenas como una
transmisora del virus. Ella ya no es persona, es un
organismo científico que trae el virus para la sociedad. La
paradoja del humanismo barato aparece allí en su farsa.
Infelizmente, el marketing está jugando con el término
humanista como si él fuese un certificado de
responsabilidad pública. No lo es.
Contrariamente a lo que afirman los oportunistas, el
utilitarismo es humanista, en el sentido filosófico del
término: creer en la capacidad racional del hombre de
tomar decisiones que reduzcan el sufrimiento de las
personas. La frontera entre humanismo y utilitarismo es
menor de lo que parece.

112 | LA AFIRMACIÓN DE QUE LAS VIDAS HACEN LA ECONOMÍA


Y NO AL CONTRARIO, ES CONVERSACIÓN PARA DISNEYLANDIA
Y, por último, una pequeña nota de alerta. Hay otro
comportamiento esparciéndose que es indecente.
Supuestos “científicos” están afirmando que estaremos en
confinamiento por uno o dos años como conclusión
falsamente científica cometen una indecencia.
Proyecciones sin datos suficientes, que es el caso, no valen
nada en epidemiología, aún con el sello de marcas
académicas.
El “terrorismo seudocientífico” debe ser visto con
cuidado. Es puro marketing personal o institucional: el
pánico da dinero. Ese acto de terrorismo psicológico no
debe encontrar eco en la media profesional.

LUIZ FELIPE PONDÉ | 113


FASE DOS

Por: GIORGIO AGAMBEN

Publicado en quodlibet.it
20 de abril, 2020
Traducción: ficciondelarazon.org

C
omo era de esperar y como tratamos de
recordar a los que prefirieron cerrar los ojos y los
oídos, la llamada fase 2, es decir, la vuelta a la
normalidad, será aún peor de lo que hemos
experimentado hasta ahora. Dos puntos entre los que se
están preparando son particularmente odiosos y en
flagrante violación de los principios de la constitución: la
posibilidad de desplazarse limitada por grupos de edad,
es decir, con la obligación de que los mayores de setenta
años permanezcan encerrados en sus casas y la
cartografía serológica obligatoria para toda la
población. Como se señaló en un llamamiento que circula
actualmente en Italia, esta discriminación es
inconstitucional porque crea un grupo de ciudadanos de
clase B, mientras que todos los ciudadanos deben ser
iguales ante la ley, y de hecho los priva de su libertad con
una imposición completamente injustificada desde arriba,
que corre el riesgo de perjudicar la salud de las personas
en cuestión y no protegerla. La reciente noticia del suicidio
de dos personas mayores de 70 años, que ya no podían

FASE DOS | 115


vivir aisladas, lo atestigua. Igualmente ilegítima es la
obligación de realizar una cartografía serológica, ya que
el artículo 32 de la Constitución establece que nadie puede
ser sometido a un examen médico salvo por disposición
legal, mientras que una vez más, como ha sido el caso
hasta ahora, las medidas se establecerían por decreto
gubernamental.
Además, sigue habiendo restricciones en cuanto a las
distancias que deben mantenerse y prohibiciones de
reunión, lo que significa la exclusión de toda posibilidad de
actividad política real.
Es necesario expresar sin reservas nuestro desacuerdo
con el modelo de sociedad basado en el distanciamiento
social y el control ilimitado que se va a imponer.

116 | GIORGIO AGAMBEM

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