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EL VIRUS CHINO 1ra Edición Alejandro Bermeo CPLP11 1 PDF
EL VIRUS CHINO 1ra Edición Alejandro Bermeo CPLP11 1 PDF
El Virus Chino
alejoryand@gmail.com
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--. libercast
ÍNDICE
El misterio chino
Percival Puggina (28 de marzo) 22
Una pregunta
Giorgio Agamben (13 de abril) 88
¿Cómo se ve la reapertura?
Ben Shapiro (17 de abril) 93
Fase dos
Giorgio Agamben (20 de abril) 115
INTRODUCCIÓN
Alejandro Bermeo
30 de abril de 2020
Ibagué-Colombia
CORONAVIRUS: ¿REGRESO AL MEDIOEVO?
Publicado en elpais.com
14 de marzo, 2020
E
l coronavirus comienza a hacer estragos en
España. O, mejor dicho, el espanto que causa ese
virus proveniente de China ocupa todos los
noticiarios y radios y periódicos, se cierran colegios y
universidades, bibliotecas y teatros, se paralizan las Fallas
de Valencia, se cancelan los plenos de las Cortes, los
eventos deportivos se celebrarán sin público, pese a que
los distribuidores dicen que habrá provisiones se ven
semivacías las estanterías de los supermercados, lo que
indica que la gente se carga de productos de primera
necesidad para lo que entiende será un largo encierro, y,
por supuesto, en las conversaciones privadas no se habla
de otra cosa.
Todo esto, en términos prácticos, es muy exagerado,
pero no hay nada que hacer: España tiene miedo y los
Publicado en dailywire.com
18 de marzo, 2020
Traducido por Carlos Ayala
E
sta semana, el presidente Donald Trump fue
criticado por el uso de la frase "virus chino" para
describir el Coronavirus, la fuente de la nueva
pandemia que ha provocado un cierre económico a nivel
global, así como el confinamiento de ciudadanos en los
principales países de occidente. Los medios, siempre
encuentran el tiempo para enfocarse en el tema que
menos importa —el etiquetado de “virus chino” como tal—
en medio de una parálisis sin precedentes en todo el
planeta, y demuestra la absoluta seriedad de quienes se
oponen. Que el término sea controvertido es casi increíble.
El virus sí se originó en China. Pero, sobre todo, el gobierno
chino se protege de cualquier manera de los resultados de
su patológico mal gobierno que es tiránico y perverso, sin
medida.
18 | BEN SHAPIRO
allanó el camino para la libertad de viaje de los portadores
de la enfermedad.
Cuando el oftalmólogo Li Wenliang les contó a sus
colegas médicos sobre el Coronavirus en una sala de chat
en diciembre, el gobierno chino lo obligó a jurar que había
estado haciendo "declaraciones falsas". Wenliang terminó
muriendo de la enfermedad. Cuando comenzó a surgir más
información sobre el Coronavirus, el gobierno comunista
simplemente mintió al respecto, sugiriendo que el número
de casos no aumentaba, una mentira comprada por la
Organización Mundial de la Salud (OMS).
Incluso ahora, el gobierno chino continúa difundiendo
propaganda sugiriendo que el coronavirus se originó en los
Estados Unidos. Lijian Zhao, subdirector general del
Departamento de Información del Ministerio de Relaciones
Exteriores de China, tuiteó un enlace a un artículo que
afirmó que tenía "evidencia de que el virus se originó en los
Estados Unidos". ¿Y es realmente creíble que China tuvo
solo 127 casos diagnosticados de coronavirus entre el 9 y el
16 de marzo, incluso cuando el gobierno chino expulsó a los
periodistas estadounidenses de forma masiva de China y
Hong Kong?
Una vez que todo esto termine, es hora de que los
estadounidenses tengan una discusión seria sobre las
medidas con las que se deben frenar la apertura a China.
La administración Trump debería considerar la prohibición
de viajar a China hasta que este país haya cerrado sus
mercados de animales exóticos, como mínimo. La crisis
actual costará millones de empleos estadounidenses,
millones más de los ahorros de los estadounidenses y miles
20 | BEN SHAPIRO
EL MISTERIO CHINO
Publicado en puggina.org
Traducido por Ezequiel Cabral
28 de marzo, 2020
D
urante muchos siglos, embarcarse en dirección
a Oriente fue, para los europeos, una aventura
rodeada de tantos temores como ser lanzado
al Océano Atlántico en el preludio de las Grandes
Navegaciones. Fantasías, leyendas, supersticiones. Le
correspondía a Marco Polo, en el último cuarto del siglo XIII,
promover, en contra de la voluntad de las autoridades
venecianas, un acercamiento con el gigantesco país
asiático.
La gran mayoría de los lectores de estas líneas aún no
habían nacido cuando China, en 1949, después de una
larga guerra civil, se sumió en la oscuridad, tomada por las
manos tiránicas de Mao Tsé-Tung (o Zedong) y del Partido
Comunista Chino. A partir de 1976, con la muerte de Mao, el
régimen giró hacia una economía capitalista, sin que el
partido renunciara al liderazgo totalitario del país. Esto
permite, a cualquier juicio prudente, identificar a China
22 | EL MISTERIO CHINO
como un estado nacional peligroso. De él no se esperan
virtudes, ni valores de nuestro aprecio. Es bueno venderles,
es bueno comprarles, pero evítense las malas
compañías. El comunismo chino, aunque "podrido en ricos",
no es menos apasionado por el poder, ni menos genocida
que los demás experimentos análogos. Es más inteligente
y cometió menos errores, dentro del gran error que es el
comunismo. Hoy transmite su experiencia hacia Vietnam y
Cuba: El Partido Comunista como partido único,
capitalismo y dictadura.
Por eso, no es demasiado recordar los siglos durante los
cuales Oriente, envuelto en el misterio, suscitaba
temores. Nada que ver con los muchos pueblos que
conforman la población china, pero todo que ver con el
poder político local y el poder financiero
internacionalmente ejercido por el régimen que controla el
país.
Si el capitalismo ha hecho bien a la economía y ha
sacado a cientos de millones de chinos de la pobreza, la
dictadura del PCCh aún no ha oído hablar de la libertad
de opinión y de la transparencia de las instituciones. Al
contrario, divulgar el surgimiento del coronavirus
transformó en un infierno la vida del Dr. Li Wenliang.
No tienen la menor credibilidad las cifras publicadas por
el gobierno chino sobre los efectos del nuevo virus en su
población. Lo que hace algunas semanas era identificado
como teoría de la conspiración ahora casi puede ser
autenticado por un notario. Mientras que los disparates
estadísticos chinos gritan en nuestros oídos, debajo de
nuestros ojos la prensa brasileña no les dedica una nota
PERCIVAL PUGGINA | 23
de tres líneas y solo habla del "gran socio comercial de
Brasil". O sea, ¿es todo negocios? Pero cuando Bolsonaro
expresa su angustia por la parálisis de las actividades, es
acusado de estar preocupado por la economía y no por la
vida humana. ¿Y yo debo dormir con un ruido así?
Ayer (27/03), aquí en Porto Alegre, en una enorme
caravana con más de cinco kilómetros, empresarios,
autónomos, comerciantes y proveedores de servicios
clamaban por la reapertura de sus negocios. Eran
personas responsables, jefes de familia, con personas
mayores de su afecto, unidas en defensa del derecho a
proveerse el sustento. También ayer, João Dória, "el
rebelde" tierno, la antítesis más eminente de Bolsonaro, un
nuevo favorito de los medios nacionales, después de armar
un circo contra el Presidente de la República, pidió a la
poderosa industria de São Paulo mantenerse
activa. ¡Negocios!
La gran prensa brasileña asumió el papel como un
partido político de oposición. Se dedica exclusivamente a
criticar al gobierno, exigiendo que haga todo por todos. Y
que lo haga ya. Es la cosa más parecida al PT que se haya
creado en Brasil.
24 | EL MISTERIO CHINO
EL CORONAVIRUS COMO IDEOLOGÍA
Publicado en aier.org
29 de marzo, 2020
Traducción por Nicolás Díaz Carrillo
C
omo tú, intento despejar mi mente al menos una
vez en el día, ya sea salir a caminar o algo que
es aún mejor; el experimentar algo de la vida
comercial diaria, aun si pareciera algo asfixiante. Personas
haciendo negocios, riqueza siendo creada a pesar de
todas las barreras, esto no es nada más que inspirador.
Nuestras ciudades actualmente parecen desérticas,
nuestros soberanos han considerado a algunos negocios o
establecimientos de comercio como esenciales, así que al
menos queda eso. Este fin de semana, los clientes de la
destilería estaban felices, pero más aún lo estaban los
trabajadores por tener un trabajo y un cheque en esta
época de crisis.
Pero incluso con esta luz de esperanza, nunca sabemos
en qué momento nos toparemos con alguien que considera
JEFFREY TUCKER | 27
Pareciere que por “infectar” no hacía referencia al
coronavirus como tal, sino por mi comportamiento de
normalidad en medio de la epidemia. Pareciere que podía
contagiar a otras personas de mi “normalidad”.
Yo lo tomé en forma de broma, y dije “¿Espera, lo estás
diciendo en serio?” y ella respondió “No lo podría estar
diciendo en forma más seria”.
Allí es cuando por fin me percaté. Esto no solamente se
trata de un virus, sino más bien de un lienzo en blanco. En
donde las personas pintan sus propias suposiciones
filosóficas, sus visiones, sus percepciones profundas sobre
el futuro, todos sus odios contra el mundo y sus esperanzas
de cómo el mundo debe ser gobernado. Para ellos, esto no
es una enfermedad; es una oportunidad para confirmar su
perspectiva sobre el mundo e imponerlo sobre otras
personas.
Es solo una suposición mía, ya que, no conozco la historia
personal de ella. Pero probablemente fue a una
universidad del noroeste, donde vio un gran número de
cursos libres en el que alardean sobre los temas vulgares
de la élite académica, en donde el mundo está
fundamentalmente estropeado por la apropiación
cultural, microagresiones, negación identitaria, y racismo /
sexismo / imperialismo estructural. Para ellos, el mundo
está destruido y es culpa de alguien, por ello debemos
estar enfurecido con los responsables.
Este es el mundo para ella, pero normalmente se olvida
de este discurso estúpido y trabaja de forma alegre. Hay
algo diferente: ahora no. La crisis le ha otorgado la
oportunidad de sacar utilidad a la educación vulgar que le
JEFFREY TUCKER | 29
ponerle cuidado a los programas de testeo del virus que
estaban fracasando.
Luego cuando vio la oportunidad de ejercer sus poderes
de emperador cambió de opinión sobre el virus. Ahora él,
para la opinión pública es una combinación extraña de
opiniones, pero la más prevalente es que: es un héroe.
Su cambio de parecer, ha generado problemas a los
medios de comunicación anti-Trump. Ya que en un principio
estaban concentrados en reprender su falta de acción
frente a la pandemia, y lo presionaban a utilizar su poder
como presidente de forma despótica. Lo irónico es que las
personas que expresaban este tipo de opiniones eran los
mismos que antes de la pandemia lo criticaban por ser un
presidente autoritario. Al tiempo que escribo esto, Trump
nuevamente está indeciso entre “el cierre” o “la apertura”.
Mientras Andrew Cuomo, un nuevo héroe entre los
activistas del partido demócrata, está gritando su deseo
de implantar la cuarentena para todo Nueva York.
Independientemente de los cambios de parecer de
Trump, hay una idea de él que sí es consistente, y es su
nacionalismo. Él ha utilizado el virus de acuerdo con sus
ideas nacionalistas, en repetidas veces ha culpado a china
por la situación actual del mundo, y así en cada uno de sus
discursos china es la palabra más predominante, el virus
vino de China, llámalo el virus chino. Y de esta manera ha
bloqueado cualquier tipo de vuelo entre Estados Unidos y
Europa generando una catástrofe para las aerolíneas en
todo el país, junto a ello miles de personas están
atrapadas en Estados Unidos sin poder volver a sus países
JEFFREY TUCKER | 31
abren un barril tóxico de ideología que envenena cualquier
esfuerzo de las personas de pensar de forma racional.
Incluso ahora las personas no están leyendo las noticias
o viendo las estadísticas de forma imparcial, solo están
confirmando lo que siempre han creído. Nuestra cultura
política se está desangrando, lo cual genera un tsunami de
sangre que ahoga nuestra racionalidad, ciencia y
profesionalismo médico lo cual impide uno de nuestros
papeles fundamentales como civilización: el de cuidar y
curar a nuestros enfermos.
Esta es la consecuencia de una cultura obsesionada
ideológicamente, en vez de preocuparse en cómo se
combate el virus, utilizamos el virus para combatir entre
nosotros mismos.
Publicado en es.panampost.com
30 de marzo, 2020
A
mplios sectores de la izquierda se regocijan
actualmente profetizando el inminente fin del
capitalismo. La causa, desde luego, no es
ninguna clase social revolucionaria: las clases sociales ya
no pueblan el enmarañado discurso para iniciados a los
que están hoy acostumbrados los intelectuales
izquierdistas. Hace rato que la fábrica fue sustituida por los
despachos universitarios. La causa tampoco habría que
buscarla, siquiera, en los efectos de la lucha feminista o en
el accionar de este o aquel colectivo LGBT: seamos
sinceros, la teoría de género no puede revolucionar más
que hormonas e histeriqueos circunstanciales. ¿Dónde
encontrar, entonces, la causa del vaticinado “fin del
capitalismo”? En el coronavirus, entronizado como una
suerte de nuevo agente de la revolución anticapitalista.
AGUSTÍN LAJE | 35
sol. El llamado a “imaginar alternativas” se ha convertido
en el síntoma de una izquierda sin alternativas que no ha
podido imaginar nada más que el imperativo de la
imaginación: imaginación que llama a imaginar; imaginar,
a su vez, que no puede más que imaginar que hay que
convocar a la imaginación. Y cuando el imaginar concreto
no ha sido capaz a lo largo de seis décadas de imaginar
algo distinto que su propia necesidad, la cosa cansa.
Pero la columna de Žižek causó sensación. La izquierda
se entusiasma con facilidad. En Argentina por ejemplo, el
hashtag #ElCapitalismoEsElVirus rápidamente se convirtió
en tendencia. Diversos intelectuales continuaron la
discusión: ¿es el coronavirus el proletariado del siglo XXI?
En estos mismos días también, Žižek aprovechó para lanzar
su nuevo libro de 120 páginas, escrito a toda velocidad,
titulado Pandemia! Covid-19 sacude el mundo, para cuya
distribución masiva no llamó a “imaginar” alguna
alternativa, sino que se entregó a los brazos
del mercado capitalista. En efecto, el libro puede
comprarse por internet a la editorial OR Books en versión
papel a 13 euros, y en versión digital, si estás entre los
primeros 10.000 clientes, te lo dan gratis; caso contrario,
toca pagar 10 euros. Los mercaderes de la revolución son
todo, menos estúpidos: ¿quién dijo que ser revolucionario
no podía ser un buen negocio?
En fin, vamos a lo importante: el capitalismo.
Definitivamente, no estamos atravesando una situación
revolucionaria en sentido estricto. Las revoluciones se
despliegan sobre circunstancias históricas bien específicas
(eso que el marxismo-leninismo llamaba “condiciones
AGUSTÍN LAJE | 37
a contradicciones netas de un sistema económico, sino al
accionar de un virus. En este sentido, Byung-Chul Han, si
bien también se ha subido al trillado tren de la
“imaginación”, es mucho más sensato que Žižek al señalar
que el encierro no genera un “nosotros” y, por tanto, no
configura una situación revolucionaria en absoluto.
El virus, no obstante, estaría poniendo al descubierto las
impotencias y deficiencias del sistema de mercado, se
alega rápidamente, lo que ha de entregarnos a los brazos
bien del poder nacional de los Estados, bien del poder
global de las Organizaciones Internacionales, como si
estas instancias de coordinación social no hubieran
mostrado también sus impotencias y deficiencias para
gestionar una pandemia como la actual. E incluso más: sus
responsabilidades en la tragedia. Piénsese en la
responsabilidad internacional del Estado chino al ocultar
durante semanas el virus al mundo: si no hubieran reprimido
a la prensa y a los médicos que querían advertir lo
sucedido, se calcula en un estudio de la Universidad de
Southampton que el virus hubiera sido reducido en un 86%.
O si se desea un ejemplo occidental, piénsese en el Estado
español, convocando a multitudes a participar de las
manifestaciones feministas del 8 de marzo, cuando ya se
sabía que España tenía varios infectados, que a partir de
ese mismo día se multiplicaron exponencialmente.
Ahora bien, lo más importante que el Estado por sí mismo
puede hacer, como organización que monopoliza el uso de
la fuerza, es precisamente utilizar la fuerza para garantizar
aislamientos masivos. Lo más importante que las
Organizaciones Internacionales pueden hacer es
AGUSTÍN LAJE | 39
y económicos que el virus genere, lo que habrá será,
fundamentalmente, Estados fallidos por un lado, y Estados
fortalecidos burocrática y tecnológicamente en su
capacidad de intervención y vigilancia sobre sus
ciudadanos, al buen estilo asiático, por otro lado. No hay
“fin del capitalismo” a la vista, más que en los sueños
húmedos de algunos trasnochados. Cuando mucho, todo
lo que podría haber, es extensión del capitalismo bajo la
forma del Estado autoritario y mayores efectos de poder
de estructuras políticas globales.
Publicado en brasilsemmedo.com
Traducido por Ezequiel Cabral
30 de marzo, 2020
U
stedes se acuerdan del best-seller mundial de
Morris West, "The Shoes of the Fisherman" (Las
¿ sandalias del pescador), de 1963, después
filmado en 1968 con Anthony Quinn en el papel principal?
Probablemente ni siquiera hayan oído hablar de eso. El
pasado desaparece de la memoria pública con más
velocidad que nunca, haciendo que cada uno de nosotros,
a lo largo de su existencia terrenal, pase por varias vidas
discontinuas e inconexas, para que incluso en tiempo de
paz, todos vivan la experiencia descrita así por el exiliado
Stefan Zweig en la Segunda Guerra Mundial: "Entre nuestro
hoy, nuestro ayer y nuestro antes de ayer no hay más
puentes". Así, las líneas de fuerza que moldean el curso de
[*] Olavo de Carvalho (Brasil, 1947), ha sido aclamado por los críticos
como uno de los pensadores brasileños más originales y audaces de
todos los tiempos. La nota clave de su trabajo es la defensa de la
interioridad humana contra la tiranía de la autoridad colectiva,
especialmente cuando está respaldada por una ideología "científica".
Vive desde 2005 en Richmond, Virginia. Es redactor y presidente del
consejo editorial de Brasil sin Miedo y se le ha llamado el filósofo de
Bolsonaro.
OLAVO DE CARVALHO | 43
tragedia económica producida, suponía Morris West, por
los malvados occidentales y no por los revolucionarios
chinos que acababan de asesinar a setenta millones de
sus compatriotas.
Delante de esto, digo que tampoco interesa discutir si
West era simplemente un auténtico y sincero imbécil o un
inteligente agente de influencia plantado en el medio
literario occidental, como miles de otros, por los servicios
de inteligencia de la URSS y China.
Lo que interesa es lo siguiente: es casi imposible no
pensar que el éxito del libro y la película no haya
despertado un poquito la imaginación del Secretario de
Estado estadounidense, Henry Kissinger, quien entonces
metió en la cabeza de su jefe, el presidente Richard Nixon
la idea de visitar China en 1972 y restablecer relaciones
diplomáticas y comerciales con la dictadura comunista de
Pekín.
Después del viaje de Nixon, la ayuda financiera del
gobierno americano y las majestuosas inversiones de
innumerables capitalistas occidentales sacaron a China
del agujero y acabaron transformándola en la potencia
económica y militar que ahora anuncia y va realizando,
como si fuera lo más modesto del mundo, su mimosa
intención de dominar el planeta.
Esta historia muestra, de la manera más clara posible, el
vínculo entre la cultura dominante, el lenguaje de los
medios, las decisiones de los gobernadores y las
elecciones de los inversores, con toda la procesión de
consecuencias que, en esa época, algunos analistas más
OLAVO DE CARVALHO | 45
BASTA DE PRETENDER QUE LAS POLÍTICAS
PANDÉMICAS SON “LA NUEVA NORMA”
Publicado en dailywire.com
1 de abril, 2020
Traducido por: Carlos Ayala
N
o hay libertarios en una pandemia global”, dice la
presunción de los defensores de esos grandes
“ gobiernos que señalan la necesidad de una acción
colectiva frente a una crisis global sin precedentes. Sin gobierno,
dicen, todos estaríamos muertos.
Pocos libertarios estarían en desacuerdo. Los libertarios
incondicionales de la revista “Reason” no desgastan sus días
pensando en los males que causan las órdenes de restricción por
los gobiernos frente a una enfermedad mortal y que se propaga
rápidamente. Eso es porque ellos, como todos los demás seres
humanos, reconocen que la acción colectiva a veces es necesaria.
Pero aquí está ese sucio y pequeño secreto: los fracasos
institucionales durante esta pandemia son más notables de lo que
nuestra política debería ser en situaciones no pandémicas, no la
capacidad del gobierno de cerrar la economía global y obligarnos
a todos a quedarnos en casa. La pregunta no es si el gobierno
tiene poder. El gobierno es poder. La pregunta es cómo y cuándo
aplicar ese poder. Y lo que hemos visto es que el gobierno
contamina todo, incluso a las cosas más básicas que se supone
que debe hacer bien.
A los demócratas y a los medios les gusta fingir que los fracasos
del gobierno en este proceso no son endémicos para el control de
48 | BEN SHAPIRO
un mes sin producir pruebas útiles y evitaron que los médicos en
Seattle realizaran las pruebas adecuadas, incluso después de que
el presidente Trump emitió una prohibición de viajar a China.
Durante años de anticipación, los miembros del gobierno
federal de ambos partidos habían sido advertidos sobre la
necesidad de ventiladores y máscaras. Nadie los produjo ni los
almacenó. La burocracia de la Administración de Alimentos y
Medicamentos impidió el rápido desarrollo de nuevas medidas
para lidiar con el nuevo coronavirus.
Publicado en cronista.com
2 de abril, 2020
D
ice una maldición china: “Ojalá te toque vivir
tiempos interesantes”. Si bien parece que los
argentinos estamos acostumbrado a ello a la
luz de nuestra experiencia de vida del último siglo, hoy, el
mundo y Argentina también, están siendo azotados por el
Covid-19, un virus cuya principal característica parece ser
su velocidad de propagación con un efecto letal sobre el
segmento de adultos mayores y personas con ciertas
afecciones que impactan sobre el sistema respiratorio.
En este contexto, dada la fenomenal velocidad de
propagación del coronavirus y, por el momento, la falta de
una vacuna, el virus ha puesto en jaque a todos los
52 | JAVIER MILEI
es, al cuidarse él mismo estará cuidando a los demás. Así,
no sólo minimiza la cantidad de enfermos, sino que
también maximiza el nivel de producción frente a la
arbitraria, torpe e ineficiente tijera del Estado. ¡Muchas
gracias Adam Smith!
54 | JAVIER MILEI
3. La política económica en Estados Unidos y en Francia
56 | JAVIER MILEI
dentro de la economía, más allá de las preferencias de los
individuos, las que fueron dejadas de lado por el
omnisciente y fatalmente arrogante Estado francés; (ii)
como señalaba Milton Friedman “no hay nada más
permanente que un aumento transitorio del gasto público”,
donde cualquier intento posterior para bajarlo será
triturado por la tiranía del status quo y su triángulo de
hierro (políticos oportunistas, la burocracia asociada y los
beneficiarios), lo que a la postre terminará en mayor
presión fiscal y un nivel de salarios reales menores.
58 | JAVIER MILEI
el mundo) junto a la amenaza explícita de aplicar la Ley de
Abastecimiento. De este modo, no sólo habrá más presión
sobre el nivel de precios, sino que además se repotenciará
la caída del PIB, lo cual no sólo traerá caída del empleo y
de los salarios reales, sino que derivará en niveles
crecientes de desabastecimiento (escasez). Si a ello le
sumamos que aún no hemos visto lo peor que puede dar el
COVID-19, debería estar claro que el segundo semestre del
año del país distará muchísimo de ser el Paraíso.
Publicado en puggina.org
Traducido por Alejandro Bermeo
4 de abril, 2020
E
l régimen chino es el más genocida de la historia.
En el período anterior al Gran Salto hacia
Adelante, se estima que hay 20 millones de
víctimas por la ejecución sumaria de opositores,
contrarrevolucionarios, burgueses, propietarios rurales,
intelectuales "occidentalizados", religiosos, etc. Entre 1959
y 1961, después de lo que debería haber sido el "gran salto",
otros 20 millones perecieron de hambre. En los años
siguientes, quizás un número mucho mayor. Son sucesivos
crímenes de lesa humanidad dirigidos hacia la propia
población. Crímenes atroces, perpetuados, cubiertos bajo
el polvo de los tiempos por un régimen que, en todas sus
experiencias, prima por la capacidad de actuar en la
oscuridad y de esconder todo lo que no le conviene.
Después de la muerte de Mao Tse-Tung, hubo una lucha
para sustituirlo, al cabo de la cual, en 1979, el poder fue
entregado a Deng Xiaoping, quien promovió una serie de
reformas económicas cuyos efectos llevarían a China a
sentarse entre las grandes economías del planeta.
Ahora, un nuevo genocidio, a escala planetaria. Cientos
de miles de personas deberán morir en razón del vicio
62 | PERCIVAL PUGGINA
perdón en nombre de la Cámara de Diputados. ¡Qué cosa
tan ridícula!
Sin embargo, todo es aún mucho más grave e
infinitamente más peligroso, ya se verá. El PCCh, el partido
político más grande de la historia, rico como nunca antes
se había visto, viene extendiendo su poder e influencia
sobre el mundo. La gran prensa brasileña, ante nuestros
ojos, sin ninguna restricción, se pone de rodillas ante la
dictadura china, acepta sus métodos y entra en el teatro
del silencio sobre temas incómodos para el régimen chino.
Con el yugo ya sujeto al pescuezo, ella agota, en
Bolsonaro, su tenacidad y uso de la libertad de
información.
Publicado en quodlibet.it
6 de abril, 2020
Traducción: lavoragine.net
D
ado que la historia nos enseña que cada
fenómeno social tiene o puede tener
implicaciones políticas, es apropiado registrar
cuidadosamente el nuevo concepto que ha hecho su
entrada en el léxico político de Occidente:
«distanciamiento social». Aunque el término
probablemente se produjo como un eufemismo con
respecto a la crudeza del término «confinamiento»
utilizado hasta ahora, uno debe preguntarse sobre un
DISTANCIAMIENTO SOCIAL | 65
orden político basado en él. Esto es aún más urgente en
cuanto no se trata de una hipótesis puramente teórica, y
más si es cierto, como la se está comenzando a decir, que
la emergencia de salud actual puede considerarse como
el laboratorio en el que se están preparando las nuevas
estructuras políticas y sociales que esperan a la
humanidad.
Aunque hay, como sucede siempre, tontos que sugieren
que esta situación, ciertamente, puede considerarse
positiva y que las nuevas tecnologías digitales han
permitido a las personas comunicarse felizmente desde la
distancia, no creo que una comunidad fundada en el
«distanciamiento social» sea tanto humana como
políticamente viable. En cualquier caso, sea cual sea la
perspectiva, me parece que debemos reflexionar sobre
este tema.
Una primera consideración se refiere a la naturaleza
verdaderamente singular del fenómeno que han
producido las medidas de «distanciamiento social». [Elias]
Canetti, en esa obra maestra que es Masa y poder (1960),
define la masa en la que se basa el poder mediante a
través de la inversión del miedo a ser tocado. Mientras que
los hombres generalmente temen a los seres tocados por
el extraño y todas las distancias que los hombres
establecen a su alrededor surgen de este miedo, la masa
es la única situación en la que este miedo se invierte en su
contrario. «Solo en la masa el hombre puede ser redimido
por el miedo a ser tocado… Desde el momento en que nos
abandonamos a la masa, no tenemos miedo de ser
tocados por él… Quien nos venga es igual a nosotros, lo
66 | GIORGIO AGAMBEM
sentimos como nos sentimos a nosotros mismos. De
repente, es como si todo sucediera dentro de un solo
cuerpo… Esta inversión del miedo a ser tocado es peculiar
de la masa. El alivio que se extiende a través de él alcanza
una medida notable cuanto más densa es la masa».
No sé qué habría pensado Canetti sobre la nueva
fenomenología de la masa a la que nos enfrentamos: lo
que las medidas de distanciamiento social y pánico
ciertamente han creado es una masa, pero una masa
invertida, por así decirlo, compuesta por individuos que se
aferran a toda costa a una distancia el uno del otro. Una
masa no densa, por lo tanto, pero enrarecida y que, sin
embargo, sigue siendo una masa, si esto, como señala
Canetti poco después, se define por su compacidad y su
pasividad, en el sentido de que: «Un movimiento
verdaderamente libre no sería posible de ninguna
manera… espera, espera a un líder, a quien se le debe
mostrar».
Unas páginas más tarde, Canetti describe la masa que
se forma a través de una prohibición, «en la que muchas
personas reunidas quieren dejar de hacer lo que habían
hecho como individuos hasta entonces. La prohibición es
repentina: la imponen por su cuenta … en cualquier caso,
afecta con la mayor fuerza. Es categórico como una orden;
sin embargo, la naturaleza negativa es decisiva para ello».
Es importante no perderse que una comunidad fundada
en el distanciamiento social no tendría que ver, como se
podría creer ingenuamente, con un individualismo llevado
al exceso: sería, por el contrario, como la que vemos hoy a
nuestro alrededor: una masa enrarecida y basada en una
DISTANCIAMIENTO SOCIAL | 67
prohibición, pero, precisamente por esta razón,
particularmente compacta y pasiva.
68 | GIORGIO AGAMBEM
POR QUÉ RESULTA PRIMORDIAL LEER A
HAYEK
Publicado en blogs.elconfidencial.com
8 de abril, 2020
E
n su reciente entrevista para 'eEldiario.es', Pablo
Iglesias afirmó que “en estas horas se está
leyendo mucho a Piketty y nada a Hayek”. Y
aunque probablemente el vicepresidente segundo solo
usara los apellidos de ambos autores a modo de
sinécdoque (Piketty: intervencionismo redistribuidor; Hayek:
'laissez faire'), en las actuales circunstancias de un estado
de alarma omnipotente que desea consolidarse
permanentemente como tal, a quien todos deberíamos
estar leyendo para proteger nuestro futuro es a Hayek.
Al cabo, una de las principales lecciones que el líder de
Podemos dice haber extraído de la presente crisis sanitaria
es que el Estado ha de dirigir soberanamente la economía
para garantizar que esta produzca aquellos materiales
Publicado en capx.co
Traducido por elcato.org
8 de abril, 2020
N
os enfrentamos no solo a una, sino a dos
pandemias, y las dos han mostrado ser letales.
La primera es un virus, un paquete de material
genético que secuestra a sus anfitriones biológicos, los
debilita, y muchas veces los mata. El segundo es una
ideología —el autoritarismo— que secuestra las entidades
democráticas, las debilita, y muchas veces las mata.
Cuando nos sentimos amenazados, necesitamos ver
tanto un enemigo como un protector. A cambio de la
protección de nuestras vidas, estamos dispuestos a
renunciar a casi cualquier cosa, incluyendo los derechos y
libertades por las cuales lucharíamos en tiempos normales.
Esto podría ser un intercambio razonable durante tiempos
extraordinarios. El problema es que, una vez que hemos
Publicado en diariodesevilla.es
12 de abril, 2020
C
ómo se encuentra?
¿
–Muy bien para ser un anciano. Básicamente feliz.
82 | ENTREVISTA:
“SIN LIBERTADES SOMOS UN REBAÑO PASTOREADO POR HIENAS”
-Ninguna tragedia. Somos mortales todos, y cumplida
cierta edad quien no sustituya el instinto de supervivencia
por un ánimo de gentil despedida va listo.
ANTONIO ESCOHOTADO | 83
¿Ha quedado demostrada la importancia de contar con un
potente sistema de salud público?
–Veremos.
ANTONIO ESCOHOTADO | 85
infelices, un dios al que no dejan ser lo que sin duda es: o
bien un bulo o bien la totalidad de lo real.
86 | ENTREVISTA:
“SIN LIBERTADES SOMOS UN REBAÑO PASTOREADO POR HIENAS”
UNA PREGUNTA
Publicado en quodlibet.it
15 de abril, 2020
Traducción lobosuelto.com
M
e gustaría compartir con los que quieran una
pregunta en la que no he dejado de pensar
desde hace más de un mes. ¿Cómo puede
ser que un país entero se haya derrumbado ética y
políticamente ante una enfermedad sin darse cuenta? Las
palabras que utilicé para formular esta pregunta fueron
consideradas cuidadosamente una por una. La medida de
la abdicación a los propios principios éticos y políticos es,
de hecho, muy simple: se trata de cuál es el límite más allá
del cual uno no está dispuesto a renunciar a ellos. Creo que
el lector que se tome la molestia de considerar los
siguientes puntos tendrá que estar de acuerdo en que -sin
darse cuenta o pretender no darse cuenta- el umbral que
separa a la humanidad de la barbarie ha sido cruzado.
1) El primer punto, quizás el más serio, se refiere a los
cuerpos de las personas muertas. ¿Cómo podíamos
aceptar, sólo en nombre de un riesgo que no se podía
88 | UNA PREGUNTA
especificar, que nuestros seres queridos y los seres
humanos en general no sólo murieran solos, sino -algo que
nunca había sucedido antes en la historia, desde Antígona
hasta hoy- que sus cuerpos fueran quemados sin un
funeral?
2) Entonces aceptamos sin demasiados problemas, sólo
en nombre de un riesgo que no se podía especificar, limitar
nuestra libertad de movimiento a un grado que nunca
antes había ocurrido en la historia del país, ni siquiera
durante las dos guerras mundiales (el toque de queda
durante la guerra estaba limitado a ciertas horas). Por lo
tanto, aceptamos, sólo en nombre de un riesgo que no
podía ser especificado, suspender nuestra amistad y amor,
porque nuestro prójimo se había convertido en una posible
fuente de contagio.
3) Esto podría suceder -y aquí tocamos la raíz del
fenómeno- porque hemos dividido la unidad de nuestra
experiencia vital, que es siempre inseparablemente
corpórea y espiritual a la vez, en una entidad puramente
biológica por un lado y una vida afectiva y cultural por el
otro. Ivan Illich mostró, y David Cayley lo recordó
recientemente, las responsabilidades de la medicina
moderna en esta escisión, que se da por sentada y que es
en cambio la mayor de las abstracciones. Soy muy
consciente de que esta abstracción ha sido lograda por la
ciencia moderna a través de dispositivos de reanimación,
que pueden mantener un cuerpo en un estado de vida
vegetativa pura.
Pero si esta condición se extiende más allá de los límites
espaciales y temporales que le son propios, como se
GIORGIO AGAMBEN | 89
intenta hacer hoy, y se convierte en una especie de
principio de comportamiento social, caemos en
contradicciones de las que no hay salida.
Sé que alguien se apresurará a responder que se trata
de una condición limitada de tiempo, después de la cual
todo volverá como antes. Es verdaderamente singular que
esto sólo pueda repetirse de mala fe, ya que las mismas
autoridades que proclamaron la emergencia no dejan de
recordarnos que cuando la emergencia termine, las
mismas directivas deben seguir siendo observadas y que
el “distanciamiento social”, como se ha llamado con un
eufemismo significativo, será el nuevo principio de
organización de la sociedad. Y, en cualquier caso, lo que,
de buena o mala fe, uno ha aceptado sufrir no podrá ser
cancelado.
No puedo en este punto, ya que he acusado a las
responsabilidades de cada uno de nosotros, dejar de
mencionar las responsabilidades aún más graves de
aquellos que habrían tenido la tarea de velar por la
dignidad humana. En primer lugar, la Iglesia, que al
convertirse en la sierva de la ciencia, que se ha convertido
en la verdadera religión de nuestro tiempo, ha renunciado
radicalmente a sus principios más esenciales. La Iglesia,
bajo un Papa llamado Francisco, ha olvidado que
Francisco abrazó a los leprosos. Ha olvidado que una de
las obras de misericordia es visitar a los enfermos. Ha
olvidado que los mártires enseñan que uno debe estar
dispuesto a sacrificar su vida antes que la fe y que
renunciar al prójimo significa renunciar a la fe. Otra
categoría que ha fallado en sus deberes es la de los
90 | UNA PREGUNTA
juristas. Hace tiempo que estamos acostumbrados al uso
imprudente de los decretos de emergencia mediante los
cuales el poder ejecutivo sustituye al legislativo, aboliendo
ese principio de separación de poderes que define la
democracia. Pero en este caso se han superado todos los
límites y se tiene la impresión de que las palabras del
Primer Ministro y del Jefe de Protección Civil se han
convertido inmediatamente en ley, como se decía para las
del Führer. Y no vemos cómo, habiendo agotado el plazo
de validez de los decretos de emergencia, las limitaciones
de la libertad pueden ser, como se anuncia, mantenidas.
¿Por qué medios legales? ¿Con un estado de excepción
permanente? Es tarea de los juristas verificar que se
respeten las reglas de la constitución, pero los juristas
permanecen en silencio. Quare silete iuristae in munere
vestro?
Sé que invariablemente habrá alguien que responda
que el grave sacrificio se hizo en nombre de los principios
morales. Me gustaría recordarles que Eichmann,
aparentemente de buena fe, nunca se cansó de repetir
que había hecho lo que había hecho según su conciencia,
para obedecer lo que creía que eran los preceptos de la
moralidad kantiana. Una norma que establece que hay
que renunciar al bien para salvar el bien es tan falsa y
contradictoria como una que, para proteger la libertad,
requiere que se renuncie a ella.
GIORGIO AGAMBEN | 91
¿CÓMO SE VE LA REAPERTURA?
Publicado en dailywire.com
17 de abril, 2020
Traducido por: Nicolás Díaz Carrillo
M
ientras nuestro bloqueo nacional se
prolonga, los estadounidenses se muestran
cada vez menos inclinados a una ágil
reapertura social. Quizá la causa de esto es el constante
bombardeo que hacen los medios de comunicación sobre
los riesgos que puede acarrear. O quizá es producido por
el sentimiento de seguridad que genera el seguir el statu
quo: cuando nos han hecho sentir seguros en casa, es difícil
salir de ella. O acaso nosotros como sociedad hemos
cambiado drásticamente nuestra percepción de la
aversión sobre el riesgo, tanto así que nos rehusamos a salir
de nuestras casas hasta que el riesgo de hacerlo sea
inexistente.
Cualquiera que sea la razón de esto, es sencillamente
insostenible mantener a los estadounidenses encerrados
durante más meses. Los llamados que defienden la
prolongación del aislamiento preventivo ignoran no
solamente el sufrimiento catastrófico que le generaría a
millones de personas —empleados que ya no pueden
trabajar, niños que ya no tienen la posibilidad de atender
la escuela, negociantes que han visto sus sueños y ahorros
¿CÓMO SE VE LA REAPERTURA? | 93
destruidos por una decisión gubernamental— sino la
realidad de la economía, que es que un gobierno no puede
subsidiar a las personas de manera indefinida para que se
queden en casa.
Además, las medidas de bloqueo prolongadas no
impiden una segunda ola de infecciones causadas por el
virus; cuando eventualmente salgamos de nuestras casas,
nos empezaremos a contagiar nuevamente.
De allí surge la pregunta: ¿Cómo debemos analizar los
riesgos de la reapertura social?
La solución más adecuada a esta pregunta es analizar
estos riesgos de forma racional.
Esto significa que debemos dejar de enfocarnos en
estadísticas falsas sobre el nivel de mortalidad del virus. Ya
que, no sabemos a ciencia cierta cuantos ciudadanos en
realidad están infectados. Pero de lo que sí estamos
seguros es que, los casos confirmados oficialmente son
substancialmente inferiores en comparación a los casos no
confirmados en todo el país.
En la ciudad de Nueva York, la supuesta tasa de
mortalidad —porcentaje contrastado del número de casos
confirmados con el número de muertos— es del 5%, pero
este porcentaje se tendrá que revaluar tomando en cuenta
los datos suministrados por el New England Journal of
Medicine.
El New England Journal of Medicine hace referencia a los
hallazgos encontrados entre el 22 de marzo y el 4 de abril,
en donde a 215 mujeres embarazadas se les realizó la
prueba del Covid-19 en Nueva York. Señalan que 4 mujeres
habían desarrollado síntomas, pero 29 mujeres dieron
94 | BEN SHAPIRO
positivo para el virus sin presentar ningún síntoma. Esto
significa que el 13,7% de las mujeres dentro del estudio
realizado tenían Covid-19 sin saberlo: por cada mujer
sintomática había siete mujeres asintomáticas.
Si aplicamos este modelo sobre la población en general
y no solamente sobre los casos confirmados, revelaría que
la tasa de mortalidad no sería del 5% sino del 0.7%, algunos
criticarán que es un modelo muy simple, a lo cual le daría
la razón, pero con la aclaración de que es más preciso que
el modelo que solamente toma en cuenta los casos
confirmados. Vale decir, además, que tal estadística
aliviará cierta preocupación sobre la mortalidad,
particularmente entre las poblaciones menos vulnerables.
A su vez, debemos dejar de creer que todos los grupos
sociales de la población tienen la misma tasa de
vulnerabilidad frente al virus.
De acuerdo con dos estudios de la Universidad de Nueva
York, la razón más prevalente para una posible
hospitalización por el Covid-19 es la vejez. Casi la mitad de
todas las personas hospitalizadas a causa de Covid-19 en
Nueva York superaban los 65 años. La segunda razón que
generaba mayor riesgo para la hospitalización es la
obesidad. Y, por último, los pacientes que padecían una
condición crónica son más vulnerables al virus, ya que, por
encima del 70% de las personas hospitalizadas padecían
de una enfermedad crónica prexistente.
Esto no debería generar sorpresa, ya que, desde el 12 de
abril, el Departamento de Salud de Nueva York reportó 128
fatalidades entre las personas sin enfermedades previas,
y solamente 26 de esas personas eran menores de 45 años.
¿CÓMO SE VE LA REAPERTURA? | 95
Había un total de 42.524 casos confirmados de Covid-19
para personas menores de 45 años, esto significa que el
número de fatalidades por caso confirmado (teniendo en
cuenta que la estadística se eleva, debido a que no se
tiene en cuenta los casos aun no diagnosticados) para
quienes no tenían enfermedades previas y menores de 45
años es del 0.06%. En otras palabras, alrededor de 9.994
de cada 10.000 menores de 45 años y con buena salud no
se morirían si contrajeran el virus, y los números
posiblemente sean mejores que estos.
Esto significa que debemos fomentar que las personas
jóvenes y en buenas condiciones de salud vuelvan a su
trabajo. A su vez fomentar el aislamiento preventivo a las
personas mayores o con condiciones médicas prexistentes
que elevan el riesgo de mortalidad del virus.
No debemos impedir que las personas saludables y
jóvenes trabajen, por el contrario, debemos fomentar el
uso del tapabocas, rastreo de contactos, evitar las
agrupaciones grandes de personas, fomentar la vigilancia
activa en las zonas de alta densidad poblacional. El
localismo es nuestro amigo en esta situación. Pero no
debemos olvidar que hay un camino a la reapertura social,
ignorarlo no solamente es un error sino también es
contraproducente.
96 | BEN SHAPIRO
QUÉ DIRÍA ROTHBARD SOBRE EL PÁNICO
DEL COVID- 19
Publicado en mises.org
30 de abril, 2020
Traducción mises.org.es
M
urray Newton Rothbard murió el 7 de enero
de 1995. ¿Qué diría hoy el «Mr. Libertarian»
sobre las medidas del gobierno contra la
epidemia del coronavirus?
Como respuesta a la epidemia, los gobiernos
occidentales han infringido los derechos de propiedad
privada en un grado sin precedentes en tiempos de paz.
Han expropiado y confiscado equipo y material médico,
han tomado el control de empresas sanitarias y hospitales
privados, han decretado el cierre forzoso de empresas
privadas, como guarderías, escuelas, universidades o
tiendas minoristas privadas. Incluso han ordenado el cierre
de parques y jardines privados. Además, han restringido
severamente la libertad de movimiento.
PHILIPP BAGUS | 99
como contribuyentes y ciudadanos, estos «indeseables»
[los clientes] seguramente tienen el «derecho» de
caminar por las calles, y por supuesto podrían
reunirse en el lugar, si así lo desean, sin la atracción de
McDonald’s.» (1982, p. 119)
En opinión de Rothbard, los ciudadanos y los
contribuyentes tienen derecho a usar las calles públicas.
No se justifica que los gobiernos restrinjan el movimiento en
sus calles, porque de hecho la calle no es ni siquiera la justa
propiedad del Estado:
como organización delictiva con todos sus ingresos y
activos derivados del delito fiscal, el Estado no puede
poseer ninguna propiedad justa. (1982, p. 183)
En resumen, el Estado no tiene derecho a determinar
quién puede usar las calles públicas y quién no. El toque de
queda es una flagrante violación de los derechos de
propiedad privada y no puede justificarse.
En un mundo libertario con calles y negocios privados, los
dueños imponen las reglas. En caso de epidemia, pueden
cerrar su propiedad completamente al público. O podrían
invitar a la gente condicionalmente a su propiedad. Por
ejemplo, podrían limitar el número de personas que
pueden acceder a ella. Podrían exigir pruebas antes de
entrar en la propiedad o declarar que la entrada es bajo
su propio riesgo. También podrían imponer ciertas
condiciones, como una restricción de edad o el uso
obligatorio de máscaras y guantes.
Discutamos las otras restricciones que se han
implementado a raíz de la epidemia del COVID-19, como el
cierre obligatorio de bares, hoteles y otras tiendas. El
Publicado en folha.uol.com.br
Traducción por Christian Peláez Huertas
20 de abril, 2020
L
a oposición humanismo versus utilitarismo es pura
retórica barata, pero es buena para la
polarización política. Humanista, en el sentido que
se usa en esta epidemia, es valorizar la vida por sobre
todo. Como cada muerte es un absoluto, la idea de valor
absoluto de la vida es incuestionable.
Pero cuando un oportunista dice esto, paraliza su
raciocinio. Utilitarista, también en el sentido común de la
epidemia, es el inhumano que piensa en la economía y no
reconoce el valor absoluto de la vida. Equivocado: el
utilitarismo no es inhumano.
La realidad no cabe en esta oposición. ¿Quiere un
ejemplo didáctico? El propio confinamiento (considerado
por el sentido común como humanista) apunta a disminuir
Publicado en quodlibet.it
20 de abril, 2020
Traducción: ficciondelarazon.org
C
omo era de esperar y como tratamos de
recordar a los que prefirieron cerrar los ojos y los
oídos, la llamada fase 2, es decir, la vuelta a la
normalidad, será aún peor de lo que hemos
experimentado hasta ahora. Dos puntos entre los que se
están preparando son particularmente odiosos y en
flagrante violación de los principios de la constitución: la
posibilidad de desplazarse limitada por grupos de edad,
es decir, con la obligación de que los mayores de setenta
años permanezcan encerrados en sus casas y la
cartografía serológica obligatoria para toda la
población. Como se señaló en un llamamiento que circula
actualmente en Italia, esta discriminación es
inconstitucional porque crea un grupo de ciudadanos de
clase B, mientras que todos los ciudadanos deben ser
iguales ante la ley, y de hecho los priva de su libertad con
una imposición completamente injustificada desde arriba,
que corre el riesgo de perjudicar la salud de las personas
en cuestión y no protegerla. La reciente noticia del suicidio
de dos personas mayores de 70 años, que ya no podían