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Sin embargo, creo que observaciones que he hecho en otras iglesias y en las redes sociales
de cristianos, pueden servirme para formular una hipótesis que me ayude a explicar mi
pregunta ¿cómo se debe involucrarse la iglesia ante la realidad del fenómeno suicida en
Colombia?
proceso suicida. Primero, noto que existe un debate teológico que gira, principalmente, en
torno a la salvación de la persona que está experimentando algún momento del proceso.
Para una parte de la iglesia es imposible que una persona salva se suicide, por lo tanto, no
son salvas quiénes lo hacen; para otro sector evangélico, son personas que al cometer el
acto suicida pierden completamente su salvación; para otros creyentes, las personas que
están en las etapas previas al acto suicida (ideación, plan, intento), tienen una lucha
sector reconoce que si los potenciales suicidas o suicidas “aceptaron de verdad a Cristo”
son salvos e irán al cielo, pero perderán reconocimientos y serán severamente juzgados.
Pareciera que la actitud es de emitir juicio y condena para las personas que están en el
Cuando los casos son el seno de familias de la iglesia, se llevan casi de forma clandestina y
matizada con lástima y recelo. Los que ocurren en el ámbito social o comunal casi ni se
familiares y amigos de la persona que enfrenta alguna parte del proceso es prácticamente
psiquiatra). Para gran parte de la iglesia se hace más fácil ignorar que enfrentar y
acompañar.
Una tercera reacción es el silencio por parte de pastores y líderes en los ministerios
paraeclesiásticos que trabajan el tema y sirven a las personas afectadas, no es común que
los líderes sepan quiénes son o que hacen, y menos aprovechar los recursos que ofrecen.
Por mi observación, se podría pensar que es un tema que los líderes prefieren callar, porque
“no lo estudian bien” y “no quieren entrar en conflictos” (entrecomillo frases oídas de parte
Por lo tanto, mi hipótesis es que como la iglesia frente al tema del proceso suicida
pareciera tener prejuicios, ser indiferente y no se muestra como agente social activo,
también propongo que esto se pudiese lograr si la iglesia reconoce los errores que ha
cometido con respecto al tema, se atreve a conocerlo desde las diferentes perspectivas que
hay y asume una posición de misericordia, que sea empática y proactiva a la vez.