PEDALEA vol.

2 abril 2020

que viene empujando de vuelta

hay algo
mejor pag. 3

AUTONOMÍA
 de
miTIga-
caminarCIoN
Ypara
pedalearcomBAtir
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navirus

vol. 2 abril 2020 02

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- Por PABLITO
PEDALEANTE
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- HAY “...porque no importa lo duro que el mundo empuje en

- ALGO
mi contra, dentro de mí, hay algo más fuerte, algo me-
jor, empujando de vuelta” Albert Camus / El verano

El coronavirus anda suelto y el encierro total es

un privilegio al que solo pueden acceder los gru-

- que viene
pos más acomodados. Con la amenaza de contagio en

MeJOR
todas partes, resurge el paco interno en la pobla-
ción, haciendo gárgaras con el ciudadanismo que
protege y resguarda a las instituciones que son
capaces de quitarnos los ojos, liberar agentes de la
dina, tratarnos como recursos y dudar al momento de

- de vuelta
decretar cuarentenas con tal de salvar la economía.

empujando La situación es casi esquizofrénica: “De la escala

del uno al cinco ¿cuánto ha respetado usted la cua-
rentena?”, decía una publicación. Mientras me apa-

-
recía la foto de Piñera posando en plaza dignidad,
pensaba en la respuesta y tiendo a responder con
una contra pregunta: ¿Quiénes realmente la pueden
respetar? Cuando el capitalismo, la gran solución
que nos vendieron, queda corto y corre a las faldas

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del estado para su salvataje, nos deja ver
que “los que corren la liebre, los jodi-
dos, los re jodidos”, los rotos, indiecitos
y patipelaos son los que cruzan la ciu-
dad para parar la olla, satanizados por no
quedarse en casa, amenazados con perder la
pega y poner en riesgo la estabilidad país.
La clase trabajadora, tratada con la punta
del pie, los que no viajan en helicóptero
para salvarse de la pandemia, sino que opta
por los coletos, el Uber, por la micro con
su serpenteo de oriente a poniente, o el muy
solo EL
limitado uso de las bi-
cicletas, se mueve como
puede y si ese trayec-
to le afecta con un alza
puEBLO
como lo ocurrido un dos
de abril del 57´en “La
batalla de Santiago” o
CUIda al
la “revuelta anti capi-
talista” del dieciocho
de octubre del 2019, su
revisionismo nos mues-
PUebLO
tra que si bien el alza
no es el eje central de
la crisis, si es reso-
nancia de la violencia
con que el estado capi-
tal ha actuado para re-
solver históricamente la cuestión social.
Podríamos obnubilarnos con el primer mundo
y soñar en transformarnos en Copenhague o
Ámsterdam, ciudades que dieron vuelta (gra-
cias a los movimientos activistas como los
Provos por allá en los años 60) la pirámide
de movilidad y forjaron la urbe para las
personas. Pero no, Abya Yala tiene sus di-
námicas que la hacen propia, y en los tiem-
pos de pandemia y revueltas, las ciudades
se colapsan, los sistemas de transporte pú-
blico se suspenden y la congestión vehicu-
lar aumenta. Ante este escenario surgen de
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manera resiliente los medios más fieles y
ninguneados por la sociedad de consumo: la
caminata y el pedaleo. Opciones más que vá-
lidas para sortear los trayectos y habitar
la ciudad convenciéndonos que “El derecho
a la ciudad es mucho más que la libertad
individual de acceder a los recursos ur-
banos: se trata del derecho a cambiarnos a
nosotros mismos, cambiando la ciudad.” Da-
vid Harvey / Ciudades rebeldes: Del de-
recho de la ciudad a la revolución urbana.
Caminar y pedalear están dentro de las es-
trategias de mitiga-
ción de la pandemia. Se
han levantado accio-
nes como la de nuestros
hermanos colombianos
que implementaron 35 km
de ciclovías transito-
rias para evitar con-
gestión en el transpor-
te público. En Holanda
las empresas de bici
cargo reparten medici-
nas y mercadería gra-
tuitamente. En Londres
liberaron las bicicle-
tas públicas las 24 ho-
ras del día para los
trabajadores de la salud. Aquí en Chile los
colectivos ciclistas están sanitizando pa-
raderos públicos, repartiendo mercadería y
otras acciones que se suman a diferentes
formas de atender esta crisis. Estos ac-
tos nos dejan la tarea de reflexionar so-
bre la resiliencia urbana y ¿qué tan pre-
parados estamos para afrontar una crisis?
Pareciera que la organización popular y
la impronta “solo el pueblo cuida al pue-
blo” es una fuerza que llevamos de for-
ma inherente dentro y que empuja devuelta.
04
f
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Por AMIN
abrir zURcos
y HACER
poSIBle la
VIDA
Con la seña del lucero y antes que des-
punte el alba se les ve avanzar, pe-
daleando abrigando el cuerpo, algunos
plegados en hileras como hormigas o lu-
ciérnagas alumbrando el camino, buscan cla-
rear con esperanzas el sustento del hogar.
Son los trabajadores agrícolas de tempo-
rada, o sencillamente temporeros o tem-
poreras. Personas que se movilizan la
mayoría en bicicleta si el lugar de la-
buro les queda relativamente cerca o
sencillamente pedalean para que el con-
tratista no le descuente movilización.
Lo hacen siempre sea para la cosecha o la
poda, sea para desmalezar o preparar terre-
nos, para la siembra o plantaciones. Ellos
son la base económica históricamente más
precarizada, por trabajos al día o a tra-
to (salario sujeto a cantidad o tarifario
unitario por tarea) y sobre todo por la ex-
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clusión al desarrollo, por las asimetrías
en los flujos de capital y la desigualdad
territorial en sus lugares de residencia.
Antes que se asentara la sequía, (o el sa-
queo) era posible encontrar adolescentes
hombres y mujeres que con permiso nota-
rial de su adulto responsable, concurrían
a faena en los grandes packing, la mayoría
para comprar sus uniformes de colegio y
útiles escolares, pero también, estudian-
tes universitarios, que ahorraban para ma-
tricula o pensión; como igualmente mate-
riales o fotocopias, todas y todos con la
impronta de apoyar la
economía familiar con
la aspiración a mejorar
la calidad de vida, bus-
cando asegurar de este
modo, la permanencia en
falta
el sistema educativo.
el título farolas pedalean-
Estas
tes han llevado una tra-
yectoria de permanen-
te precarización y ante
la situación de emer-
gencia sanitaria por el
COVID 19 no ha sido la
excepción. Sumándose a
ello, la dinámica migra-
cional reciente en el
caso de haitianos des-
de la tercera región al
sur y la movilidad his-
tórica en el altipla-
no en el norte grande, donde el desamparo
en las fronteras para los hermanos boli-
vianos fue impresentable hace unos días.
Las frutas y verduras subieron de precio con-
siderablemente y en las ciudades la carestía
es total, pero los pueblos, van recuperando
la memoria y la solidaridad, ante la ausen-
cia de una protección de precios por parte
del Estado, regresa a la práctica el coope-
rativismo, en ello una gran oportunidad de
alimentarse saludablemente, engrandecien-
do los lazos sociales y el colectivismo.
Por esto, no nos olvidemos de los traba-
jadores del campo, que abren los surcos
y hacen posible la vida. Por la sobera-
nía alimentaria, sin transgénicos con una
agricultura familiar campesina sustenta-
ble y consciente por una tierra para to-
dos para pedalear y sonreír sobre ella.
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 abre
abre tu
tu
MENTE,
MENTE,
vibra
vibra alto,
alto,
PEDALEA
PEDALEA
Soy del grupo que la historia de la vida.
de lxs pri-
vilegiadxs Vuelvo sobre la esperanza. Esta-
que se pue- mos innegablemente ante una rea-
den quedar lidad ineludible que nos obliga a
en casa con quedarnos quietos, el mundo está
alimentos sa- en vilo, el sistema economico y
ludables para de producción globalizada está
Por RamAdi la semana, con evidenciando una grieta que no
espacio físi- hay cómo detener. Atendemos a un
co disponible gran cambio de paradigma en el
para telet rabaj ar y no tengo hi- sistema global y la duda está en
jes pequeñxs que cuida r o ayudar qué parte del proceso seremos
a estudiar. Me imagino que tomé capaces de alcanzar a ver como
algún número premiado de entre civilización y eso, me parece es-
todxs los que nos identificamos peranzador.
con una vida que sirva para vi-
vir en colectivo y es desde este Estamos encerradxs valorando
lugar que me permito observar con la vida allá afuera, pero además
asombro todo lo que vemos por aprendiendo a vivirla desde den-
estos días tan extraños como a mi tro; se generan acciones desde las
parecer, esperanzadores. Se que ventanas y los balcones, se arman
es raro decir que son esperanza- grupos de whatsapp para vender
dores cuando hay gente muriendo, productos caseros y llevar ali-
literal, pero me acomoda pensar mento y medicamentos a adultxs
que la muerte es parte de la vida mayores, comunidades se organi-
y que la forma de la muerte, debe zan para limpiar espacios comu-
ser siempre menos trascendente nes y vamos ensayando una forma

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 era la
xs qué en el bicimapa dónde
de relación con lxs vecin ca me había
por dirección que la chi
que habían sido olvidadas ca y
y la des con fia nza del dicho que era bastante cer
la pri sa ía
lxs me sorprendí con una ciclov
otrx. Se que también están anc has , va-
ro de paseo por calles
otrxs, lxs que llenan el car es y con árb o-
pap el hig ién ico en el super- cias de automóvil
de alear
de la les, fue una maravilla ped
mercado, que se van fuera
que con tal libertad.
ciudad en helicóptero y lxs los
and o est rat egi as para Supongo que somos varixs
est án ide s-
aig an sus acc ion es, que podemos identificar nue
que no dec como
nza tros grandes privilegios
pero me quedo con la espera el deb er
dar regalos que tenemos
de que el tiempo nos va a
?- un de valorar, no con el miedo
la razón - ¿cuánto tiempo la
de perderlos, si no que con
día a la vez. met ern os
obligación de compro
e que ir a bus car unas con una vida más conscien-
Ay er tuv italismo
uien te de que que el cap
cuerdas de guitarra que alg afu era, si no
ba- no está solo allá
me regaló vía whatsapp del de
con ozc o par a nad a, que vive también a través
rri o, no lo pro-
vin cia na cua l Man uel nuestras acciones; compra
llegué pro lo
un ducción local, paga y cobra
García a la capital justo vib ra alt o,
pan- justo, abre tu mente,
mes antes que empezara la
Bus- pedalea.
demia y el confinamiento.

o carolangas
c

si quieres colaborar con nuestro fanzine con

algun texto, diseno, arte, fotografia, etc.,
escribenos a
colectivo.pedalea.autonomia@gmail.com

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