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La producción de bioenergía o biocombustibles es una industria creciente en el mundo

moderno ya que el potencial que tiene para superar al petróleo y la gasolina como
combustibles y además ser de las principales alternativas verdes de producción y de
fuente de energía. En el caso de la mayoría de ingenios azucareros han implementado
este desarrollo al producir etanol [ CITATION Cor20 \l 4106 ].

En Guatemala, la industria azucarera ha implementado en sus plantas cogeneradores


que transforman el bagazo de caña en energía eléctrica. En 2001 la producción fue de
5,772.3 GWh, de los cuales el 35% está destinado para el consumo público y el resto se
vende a empresas privadas. En el área de exportación, actualmente se estiman que cada
día se comercian 120,000 L de etanol carburante a la costa Oeste de Estados Unidos
[ CITATION Ins07 \l 4106 ].

El proceso fundamental para obtener etanol es por la fermentación. Pero, para preparar la
materia prima y obtener un producto puro, se deben seguir ciertos pasos: Cardona, C.,
Montoya, M.I. & Quintero, J.(2004). Selección de tecnologías apropiadas para la
producción de etanol carburante. Ingeniería de Recursos Naturales y del Ambiente,
1(2),48-55. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=2311/231117829008
El primero es el pretratamiento, que consiste en preparar la materia prima para sustancias
listas para fermentar. Es el acondicionamiento que se da luego de su hidrólisis. En el caso
de productos altos en azúcares, este proceso consiste en la extracción y clarificación del
jugo sin necesariamente pasar por la hidrólisis. En el caso del maíz, se requiere de una
molienda en seco y de una hidrolización posterior. Si se está trabajando con biomasa, el
pretratamiento se da mediante un fraccionamiento y ya sea un tratamiento ácido o
explosión a vapor para obtener la celulosa (Cardona, Montoya & Quintero, 2004)
El segundo paso es la fermentación, la cual consiste en una serie de reacciones
exotérmicas que dan como productos al etanol y dióxido de carbono. Generalmente se
necesita de un biocatalizador como bacterias o levadura para iniciar la reacción, el cual es
elegido dependiendo del tipo de azúcar disponible para fermentación, ya sea sacarosa,
glucosa, fructosa, maltosa, xilosa, galactosa o una mezcla de varios. Actualmente el 95%
del alcohol producido mundialmente utilizan la bacteria Saccharomyces Cerevisiae, sin
embargo, siempre se están investigando nuevas formas de fermentar la materia prima. La
forma más común de fermentación es la de reactores por lote o lotes alimentados, ya que
presentan un incremento gradual de la levadura para mantener siempre la fermentación
en condiciones adecuadas. Una variante de este sistema es la cofermentación en el caso
de biomasa ya que optimiza el proceso y se usan menos reactores.
El siguiente paso en el proceso es la separación y deshidratación. En esta etapa se
procesa el producto de la fermentación para obtener etanol carburante y otros
subproductos. Para ello se realiza una destilación en dos fases para obtener la
concentración más cercana posible a la azeotrópica (89.4% de etanol). Para
deshidratarse, esta solución o caldo debe someterse a una destilación al vacío,
destilación azeotrópica, destilación extractiva, tamizado molecular, extracción con fluidos
supercríticos y otros procesos híbridos. Sin embargo, la destilación al vacío, la destilación
azeotrópica y otras extracciones han perdido popularidad ya que son muy costosas
respecto al capital de inversión como a la energía que consume el proceso. Por ello
técnicas como el tamizado y la extracción con fluidos supercríticos son las más utilizadas,
ya que representan un bajo consumo de energía y a una menor inversión de capital.

La última etapa de la producción de etanol es el tratamiento de residuos o de efluentes.


Entre estas sustancias se deben diferenciar los restos de agua del proceso de los solventes
orgánicos ya que es más económico tratar ambos residuos por separado que separar la parte
orgánica de una mezcla final. El tratamiento de las aguas de proceso se puden usar lagunas de
tratamiento, filtros de goteo o lodos activados. En el caso de los residuos orgánicos, la EIDENAR
(Escuela de Ingeniería de Recursos Naturales y del Ambiente) de la Universidad del Valle en Chile
recomiendan la recirculación y reutilización de estos productos como fertilizantes en cultivos o en
tratamientos

Referencias
Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). (2007). Atlas de la agroenergía
y los biocombustibles en las Américas (Vol. I: Etanol). San José, Costa Rica: IICA.

Corporación CLAYUCA. (2020). Producción de etanol. Obtenido de Manejo Poscosecha:


https://www.clayuca.org/sitio/index.php/procesamiento/produccion-de-etanol

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