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Curso: Génesis Jeremías M.

Ureta Tolentino

UNIVERSIDAD SEMINARIO EVANGÉLICO DE LIMA


FACULTAD DE TEOLOGÍA

ESCUELA PROFESIONAL DE TEOLOGÍA

Posturas sobre los días de la creación


Por:
URETA TOLENTINO, Jeremías Macías

POSTURAS SOBRE LOS DÍAS DE LA CREACIÓN


Curso: Génesis Jeremías M. Ureta Tolentino

Introducción.

Nuestro planeta Tierra, se formó hace aproximadamente unos 4470 millones de


años para el concepto de datación de los años respecto a ciencia natural.

En este estudio quisiera determinar las algunas posiciones sobre la creación pero
para ello realizare una conjetura con las versiones que desplegaron la única
versión más antigua de la historia “La creacionista”.

Sin lugar a duda la creación era una versión única que se contenía en todo el
mundo antiguo, por lo cual no había otra forma de ver el mundo que conocían, sin
embargo podría afirmar que no fue por la época que se creía en esta versión, más
de lo contrario sería porque estaban más de cerca con la versión original de la
creación.

Para ello citaremos fracciones de las versiones más conocidas.

Contenido temático.

La versión babilónica de la Creación.

La versión babilónica de la creación echa sus raíces en versiones más


antiguas procedentes del mundo sumerio, las cuales empiezan proponiendo a
una Madre primordial como origen del cosmos y de los dioses. De ahí que la
versión de Babilonia sea tanto cosmogónica como teogónica. Las deidades
surgen de generaciones sucesivas, en representación de los estados
consecutivos de la generación del cosmos. Del cuerpo de la Madre primordial
emergen primero los padres originarios, el Cielo y la Tierra; después, las
principales fuerzas cósmicas, el agua, el aire y la vegetación, y finalmente los
dioses y diosas antropomórficos, que representan a las clases gobernantes de
las ciudades-Estado.

La versión babilónica también habla de una lucha intergeneracional entre las


deidades jóvenes y las viejas, una lucha que representa tanto las conquistas
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políticas sobre la tierra y el agua contra las caóticas fuerzas sociales y


naturales que atacaban periódicamente este orden.

La versión hebrea de la Creación.

La versión hebrea de la creación muestra tanto continuidad como importantes


diferencias respecto de la versión babilónica. En la versión hebrea, el Creador
coexiste con la materia primera del cosmos habiéndola originado de la nada y
lleva un sereno control sobre el proceso.

Al realizar su modelo hebreo de la creación en torno de la semana laboral, que


deseaban venerar en la ley sagrada, los autores hebreos describen la
generación del cosmos conforme avanzan majestuosamente en su relato de
los seis días de trabajo del Creador. Éste crea primero la luz, separándola de
la oscuridad. En el segundo día, al igual que la creencia babilonica sobre
Marduk, crea la bóveda celeste para separar las aguas superiores de las
inferiores. En el tercer día, la tierra seca emerge de las aguas inferiores y
surgen las plantas, portadoras de semillas. En el cuarto día, el Creador forma
las estrellas, el sol y la luna, para gobernar la noche y el día. En el quinto, crea
los peces y los pájaros. En el sexto, los animales terrestres, el ganado, los
reptiles y las bestias salvajes, seguidas por los seres humanos

La versión griega de la Creación.

La versión de Platón de la creación, el Timeo, es todavía más abstracta y


filosófica, y con menos personificación mítica que la versión sacerdotal hebrea.
Platón comienza definiendo el primer dualismo que sostiene la realidad, la
división de ésta en dos dominios: el dominio invisible, eterno, del pensamiento,
y el dominio visible de la corporeidad El dominio invisible del pensamiento es
primario y original. En el principio existía, junto a éste, la amorfa matriz de los
seres vivientes, que Platón llama el "espacio" o la "nodriza".
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Entre los dos estaba el creador o Demiurgo, el artesano cósmico. Al igual que
el babilonio Marduk y el Creador hebreo, el Demiurgo crea haciendo. El que el
cosmos se haya hecho en lugar de que se haya engendrado (la gestación no
vuelve a aparecer, ni siquiera como una opción), degrada al cosmos al rango
de un objeto poseído, y lo distingue de la vida autosuficiente de la divinidad.

El Demiurgo transforma inicialmente el espacio en los elementos primarios


fuego, aire, agua y tierra, y después los convierte en el cuerpo esférico del
cosmos. Se supone que este cosmos es geométrico y jerárquico. En el centro,
la Tierra queda circundada por las siete esferas planetarias y el dominio de las
estrellas en orden ascendente. El mundo supralunar de los planetas y las
estrellas se hace de fuego, un elemento más espiritual; el dominio sublunar, de
agua y de tierra, con aire en medio. Después, el creador forma el alma del
mundo y la infunde en el cuerpo cósmico como su principio de vida y
movimiento. En cada dominio se colocan los seres apropiados: los dioses en
los planetas y las estrellas; las aves, que se comunican con los dioses, en el
aire; los peces, en el dominio acuático, y los animales en la tierra .

La síntesis cosmológica cristiana.

La cristiandad occidental aceptó el relato del Génesis 1 como su versión


oficial revelada de la Creación, lo cual determinó su entendimiento de la
relación entre Dios y el cosmos. No obstante, interpretó este relato desde el
punto de vista de la ciencia griega, semejante al del Timeo de Platón, y
también hizo su propia síntesis de las ideas del Cercano Oriente, de los
hebreos, los griegos y los cristianos de la antigüedad. El resultado fue una
visión que contenía ideas no estrictamente presentes en el relato hebreo.

Esa visión era un modo de entender a Dios, quien no sólo existe eternamente
antes del cosmos visible, sino que además crea el cosmos de la nada. Ni el
Génesis ni las versiones de Platón contienen este dogma de la creado ex
nihilo, ya que ambos suponen cierta clase de cosa caótica que estaba ahí
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desde el principio. En ambas versiones, Dios formó el cosmos a partir de este


material caótico. Pero la teología filosófica cristiana objetó esta posibilidad de
la coexistencia eterna de la materia, ya que sugiere una fuente del ser paralela
a Dios. Esto ponía en tela de juicio la soberanía absoluta de Dios. Para evitar
esta conclusión, se consideró a Dios como el creador de la materia original, así
como el que la convirtió en el cosmos. Esta doctrina deja ambigüedad sin
resolver acerca del estado ontológico de la materia. Si ésta viene de Dios,
entonces se considera en algún sentido como una emanación del ser divino,
fundada en él. Sin embargo, su condición de creación la identifica como una
especie de ser aparte de Dios, no divino sino mortal por naturaleza, pues
carece de un principio propio de existencia autosuficiente.

La posición de la solo divinidad, un creador.

Para adentrarnos en la explicación de la materia como emergente y causativa de


lo creado ex nihilo, sería más apremiante contrarrestar esta paradojas con el
argumento cosmológico tradicionalmente es conocido como el argumento de la
primera causa y como el argumento causal que establece el origen de la materia y
existencia eterna de una deidad absoluta. Sin apartarnos más ala de esta
afirmación es claro precisar que se cuenta con el argumento cosmológico Kalām
es una formulación moderna del argumento cosmológico de la existencia de Dios
a partir de la conclusión del silogismo inicial, que a su vez añade una premisa y
una conclusión adicionales basadas en el análisis ontológico de las propiedades
de la causalidad:

1. El universo tiene una causa.


2. Si el universo tiene una causa, entonces existe un Creador personal del
universo sin causa; que sin él, el universo es sin comienzo; inmutable;
inmaterial; atemporal; no-espacial y enormemente poderoso.

Por lo tanto:
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3. Existe un Creador personal del universo sin causa; que sin él, el universo


es sin comienzo; inmutable; inmaterial; atemporal; no-espacial y
enormemente poderoso

Habiendo determinado el hecho de un Dios soberano, eterno, infinito, inmaterial,


no-espacial y enormemente poderoso, entonces podemos decir que la creación
es producto de un razonamiento lógico, pragmático y enfocado en las leyes
naturales.

Posiciones teleológico sobre los días de la creación.

Ahora será sencillo poder analizar las posiciones respecto a los días de la
creación en un sentido práctico y poco descabellado de la creación, sin poner en
tela de juicio la credibilidad de los hechos y la narración excéntrica respecto al
tiempo de la creación.

Para defender la postura de la creación en 6 días debemos tener en cuenta las


razones suficientes para creer que haya ocurrido de la manera que se expone en
el génesis, ahora bien si decimos que Dios no creo el cosmos y la tierra en 6 días
entonces variaríamos en determinar la existencia de Dios y poner en tela de juicio
su deidad y atributos, inmutable; inmaterial; atemporal; no-espacial y
enormemente poderoso; si partimos de la premisa que Dio es poderoso y
trasciende en la eternidad para crear el mundo que conocemos de la nada,
entonces es poderoso para poder crear el mundo en 6 días, tal como lo establece
en las fuentes primarias sumerias, yawistas y hebreas.

De otra parte para muchos estudiosos ha saltado a luz la interrogante ¿Está


Génesis 1 estructurado de modo que haya una categoría general y luego con lo
que la llene, que sería un tipo de poema hebreo de ideas paralelas? En este caso,
el día uno (luz) se relacionaría con el día cuatro (sol, luna y estrellas), mientras
que el día dos (mar y cielo) se relacionaría con el día cinco (pájaros y criaturas
marinas) y el día tres (tierra y vegetación) con el día seis (animales y humanidad).
¿Esto indica que es un tipo de poema o canción de creación?
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Gordon J. Wenham señala en su libro La palabra Bíblica Comentada vol. 1;


Génesis 1: 1–2: 3, se distingue de las narraciones que siguen en estilo y contenido
y lo convierte en una obertura para todo el trabajo de epopeya compuesta. Las
historias de creación extrabíblica del antiguo Cercano Oriente suelen ser poéticas,
pero Gen 1 no es la poesía hebrea típica. De hecho, algunos escritores que
intentan subrayar que Gen 1 es pura teología sacerdotal insisten en que no es
poesía en absoluto. No hay "elemento himnico en el lenguaje" von Rad, El libro del
Génesis. Por otro lado, Gen 1 tampoco es la prosa hebrea normal; Su sintaxis es
claramente diferente de la prosa narrativa. Cassuto 1:11 (1961), Loretz (1975) y
Kselman (1978) han señalado la bicola o tricola poética en Gen 1, mientras
admiten que la mayor parte del material es prosa. Sin embargo, es posible que
estos fragmentos poéticos vuelvan a una forma anterior del relato de la creación,
como Cassuto observa, "es más simple suponer la importancia especial del tema
llevado a una exaltación del estilo que se acerca al nivel de la poesía".

Gen 1 es único en el Antiguo Testamento. Invita a la comparación con los salmos


que alaban la obra de Dios en la creación salmos 8, 136, 148 o con pasajes en
Prov. 8: 22–31 o Job 38 que reflexionan sobre el misterio de la creatividad de
Dios. De hecho, es un gran himno, que expone majestuosamente la omnipotencia
del creador, pero supera estos otros pasajes en el alcance y la amplitud de la
visión. En el sentido de que es prosa elevada, no pura poesía, parece poco
probable que se usara como una canción de alabanza como lo fueron los salmos.
Más bien, en su forma actual, es una cuidadosa composición literaria
que presenta las narraciones siguientes que lo compondrán mas adelante.

Conclusión.

Eruditos como McBride y Waltke también consideran Génesis 1: 1-2: 3 como un


prólogo y el prólogo de apertura de Génesis ha sido comparado
con el prólogo de apertura de Juan por varios eruditos. Posteriormente, está
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bastante claro que este escrito tenía la intención de actuar como un prólogo u
obertura del libro de Génesis.

Génesis 1: 1 es casi, pero no un poema o himno. Como tal, se eleva al nivel


elevado o en prosa alta y actúa como un prólogo del libro de Génesis. También
invita repetidamente a la comparación polémica con otros mitos de la creación en
Mesopotamia.

“¿Cuánta historia hay detrás de la historia del Génesis? Porque la acción de la


historia primitiva no se representa como si tuviera lugar en el plano de la historia
humana ordinaria y tiene tantas afinidades con la mitología antigua, es muy
exagerado hablar de sus narrativas como históricas en absoluto”. Jon D.
Levenson, Genesis: Introduction and Annotations.

Bibliografía:

 Levenson, Jon D. Genesis: Introduction and Annotations, eds. The Jewish


study Bible. Oxford University, Adele; Brettler, Marc Zvi,. Berlin, 2004
 Gerhard Von Rad, El Libro del Genesis, 2° Edición, Editores Sígueme,
Salamanca, 1982.
 Cassuto, Umberto, La hipótesis documental y la composición del
Pentateuco: ocho conferencias de U. Cassuto. Traducido del hebreo por
Israel Abrahams. Jerusalén: Shalem Press, Jerusalén, 2006.
 Cassuto, Umberto, Un comentario sobre el libro de Génesis. De Adán a
Noé Traducido del hebreo por Israel Abrahams. Volumen 1 de 2 volúmenes
Jerusalén: Magnes Press, Universidad Hebrea, 1961-1964.

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