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Misión Mesiánica Mundial

mmmamshalom@hotmail.com

Miami, FL, USA. Diciembre 23, 2006

Señores
Comité de Traducción Bíblica
SOCIEDAD BIBLICA INTERNACIONAL
P.O. Box 522241
Miami, FL. 33152-2241

Estimados hermanos en Yeshúa (Jesús):

Siempre me ha llamado la atención la garantía que ofrecen las casas editoras de la Biblia
en cuanto a la fidelidad de las traducciones, sean las hebreas o las griegas. Es de
suponerse que las personas que han traducido son expertas en uno o en ambos idiomas,
pero las diferentes versiones que suelen aparecer, de la misma editora, demuestran que
algunos términos no fueron traducidos correctamente y en la siguiente versión que
ofrecen, años después, aportan otra palabra un tanto diferente. Las ‘revisiones’ que han
aportado las casas editoras bíblicas no demuestran la fidelidad garantizada y mucho
menos cara a la inmutabilidad de las Escrituras hebreas o las escritas en griego por esos
judíos mesiánicos a quienes se les debe el llamado Nuevo testamento, desde luego sin
exceptuar a Lucas, el médico gentil.

Es apenas comprensible que las presentes líneas no serán tenidas en cuenta por ustedes
porque afectarían el prestigio de sus traductores, pero les quedará la inquietud a causa de
la presente aportación una vez sopesen los aportes que les resaltaré, porque frente a la
verdad cada quien responderá ante el Altísimo por su obra. Es de esperarse que los
traductores del hebreo busquen excusas con tal de no aceptar que su trabajo no fue fiel
del todo, no obstante lo resaltado, resaltado quedará.

Aun cuando no soy un experto o erudito lingüista en el idioma hebreo, me permitiré


pronunciarme acerca de algunas partes del llamado “Génesis”, asimismo trataré acerca de
una porción pequeña del libro de Daniel, considerando que el libro llamado “Antiguo
testamento” es luengo y me tomaría un tiempo que en el momento no dispongo para
resaltar otros muchos términos hebreos nada coincidentes con las traducciones o
interpretaciones que los eruditos aportan, lo cual sin duda alguna altera o leuda la
información que procede de las Alturas del Altísimo. También opinaré respecto de otros
temas que han sido tergiversados en detrimento del crecimiento espiritual de la crédula
masa cristiana, toda vez que estos no afinan con la verdad revelada.

Es apenas obvio que las traducciones erróneas colaboran para que ciertas doctrinas, no
‘bíblicas’, alimenten equivocadamente a las ovejas del Señor que anhelan ser llevadas a

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toda la verdad (Jn.16.13) por el ‘ruaj ha kodesh’ (‘Viento el sagrado’), mejor conocido
como el Espíritu santo.

Entiendo que el trabajo del traductor nada tiene que ver con la enseñanza en su contexto,
sin embargo cuando interpreta, en vez de limitarse a traducir, coopera en ello.

Veamos por ejemplo Génesis 1:1.

`#r,ah'( ' taewî > ~yImV:ß h' ; taeî ~yhil_ a{ / ar'Bä ' tyviare
ÞareB.
“Barashit bará elohim et hashamaim be et ha aretz”.

tyviare
ÞareB.
Esta voz, BARASHIT, o BERESHIT para los de habla inglesa, según la gramática
hebrea revela en sus primeras TRES letras hebreas (subrayadas) tyv-iiare
ÞareB. una palabra:
BARA que significa crear con lo previamente creado.

Seguidamente, empleando las CUATRO primeras letras (es decir, agregando la siguiente)
obtenemos otra revelación: BE ROSH (ty - viare ÞareB.) que significa “En el
encabezamiento”. Para no complicar el asunto me abstendré de traer a colación el
significado de las siguientes CINCO y hasta SEIS letras.

“En el encabezamiento creó …”

¿Quién y qué creó en ese “encabezamiento” (en algo ya existente)?

~yhihil_ a{
Esta voz, ELoHIM, también según la gramática hebrea, revela en sus primeras TRES
letras hebreas (subrayadas) ~y hil_ a{ una palabra: ELoaH y significaría DIOS. La
encontramos, por ejemplo, en Deuteronomio 6:

`dx'a( , hw"hï y> WnyhehelÞ a{ / hw"hï y> laer_ f' y. I [m;vÞ .


“Escucha Israel, Yehováh nuestro DIOS (ELoH einu) Yehováh UNO”.

`^d<)aom-. lk'b.W ^ßvp. n. -: lk'bW. ^ïbb. l' -. lk'B. ^yh,l_ {a/ hw"hå y> taeÞ T'bê h. a; w'ä >
Resalto: Vuestro DIOS. ^yh,l
_ a{ /
Esta voz, ELoH (h,l _ a{ ) a la luz meramente gramatical, no expuesta a la ortodoxia
religiosa judía, es el singular de ELOHIM. Si el vocablo en singular nos significa DIOS,
entonces en plural nos dice DIOSES. En plural la encontramos revelándonos la
existencia de los ELOHIM (Dioses) que conforman la ‘asamblea del Altísimo’ (Sal 82.1):

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`jPov) y. I ~yhilä a{ / br,qB<ß . lae-_ td;[B] ; bC'nî I ~yhiªla{ /
“ELOHIM (los Dioses, como unidad) están de pie en la asamblea del Altísimo y el
Altísimo cerca de los DIOSES juzga”.

Ustedes traducen: “Dios está en la reunión de los dioses; En medio de los dioses juzga.”

En plural asimismo encontramos la existencia de los ELOHIM AJERIM o los ‘dioses


diferentes’. Los traductores suelen traducir ‘dioses ajenos’. ¿Ajenos a qué? Los eruditos
lingüistas en hebreo como traductores deberían ser fieles a lo revelado y no interpretar.
La revelación habla de la existencia de DIOSES DIFERENTES.

Por su parte, el misionero Pablo ratificó la existencia de esos ‘dioses diferentes’: “Pues
aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay
muchos dioses y muchos señores)” (1Co. 8.5).

Al respecto, el mismo Dios dice en Salmos 82.6:

`~k,L( K. u !Ayæl[. , ynEbß .W ~T,_a; ~yhilä a{ / yTir>ma; 'â-ynIa]


“Yo dije ELOHIM (dioses) sois e hijos del Altísimo todos ustedes”.

ELOHIM, por tanto, es DIFERENTE de los otros ELOHIM o viceversa, esos otros
ELOHIM, de los que habla el contexto hebreo, son DIFERENTES de ELOHIM.

Génesis 1:1 nos revela que ELOHIM ‘CREO’ (BARA) a (tae)) los (llamados) ‘cielos’ y
a (taeîw)> (la llamada) ‘La Tierra’.

Una fiel traducción permitiría conocer esa revelación que nos resalta que se trata
enfáticamente de ESOS (los cielos) y de ESA (la Tierra) que un día han de “pasar” o
dejarán de ser.

“Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán
deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir…” (Isa. 51.6).

“Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá
memoria, ni más vendrá al pensamiento.” Isa.65.17

(…) y de lo primero (refiriéndose precisamente a ESOS los cielos y a ESA la Tierra


del Gen. 1:1) “no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento”, “porque como los
cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice
Yehóvah, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre.” (Isa. 66.22.)

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“Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde
pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.” (Mt. 5.18). NOTA: En hebreo no
existe la JOTA ni la TILDE.

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” (Mt. 24.35);

“Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con
grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que
en ella hay serán quemadas.” (2P. 3.10)

“Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los
cuales mora la justicia.” (2P. 3.13)

“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra
pasaron, (Gen.1:1) y el mar ya no existía más.” (Apo. 21.1) .

Génesis 1:2.

Los eruditos interpretan: “Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban
sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”.

Los expertos no meditan que si la Tierra estaba desordenada no podía estar VACIA,
porque donde hay VACIO no hay orden ni desorden, puesto que nada hay.

Esas ‘tinieblas’ no cubrían la totalidad del planeta, solo esa ‘faz’ de ese ‘abismo’. Por su
parte, “el Espíritu de Dios se movía sobre la faz” de esas aguas. La Tierra no estaba
‘vacía’, tenía esas ‘aguas’.

En hebreo leemos:

. ~yhilê a{ / x;Wråw> ~Ah+t. ynEPå -. l[; %v,xwoß > Whboêw" ‘Whto’ ht'yî h> ' #r,a'ªhw' >
`~yIMh") ; ynEPï -. l[; tp,xr,Þ ;m
“Y la tierra llegó a estar en CAOS y en SOLEDAD (Whbowê " ‘Whto)’) )y oscuridad había
sobre la cara del abismo y viento de ELOHIM revoloteaba sobre la cara de las aguas”.

Génesis 1:4:

Los expertos interpretan: “Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las
tinieblas.”

En hebreo podemos leer:

`%v,xho) ; !ybeWî rAaàh' !yBeî ~yhilê a{ / lDebä Y. w: : bAj+-yKi rAaàh-' ta, ~yhi²la{ / ar.Ywô: :

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“Y vio ELOHIM esa la luz que (era) buena
y diferenció ELOHIM entre la luz y entre la oscuridad”

La palabra hebrea no procede de “lehafrid” (separar), sino de ‘lehabdil’ que significa


‘diferenciar’. Para el caso dice VEYEBDIL (lDeb
ä Y. w: :), que significa DIFERENCIO.
ELOHIM vio que ESA “la luz” era buena, por esa circunstancia DIFERENCIO ‘entre’
esa “la luz” y ‘entre’ la oscuridad que “había sobre la cara del abismo”. ¿Qué sentido
tiene que Dios haya separado lo que en si mismo ya tiene carácter de separado? Elohim
DIFERENCIO ‘entre’ ambas cosas. No separó lo que en si mismo ya estaba separado.

Génesis. 1: 6.

La traducción dice: “Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe
las aguas de las aguas”.

Han interpretado “expansión” (RV1909; RV60); otras veces ‘bóveda” (RV1989) e


incluso ‘firmamento’ (RV95). ¿Cuál es la verdadera traducción?

No encaja ese término acerca de qué tipo de expansión existió o existe ‘EN MEDIO’ de
esas aguas que luego actuó como ente ‘separador’ en medio de las aguas de las aguas.
¿Qué tipo de expansión hubo? O en su defecto, ¿qué tipo de bóveda existió o existe ‘EN
MEDIO’ de esas aguas que ‘separó’ las aguas de las aguas”, o qué tipo de firmamento
existió o existe ‘EN MEDIO’ de esas aguas que ‘separó’ las aguas de las aguas?

En hebreo está revelado:

`~yIml") ' ~yIm:ß !yBeî lyDIbê .m; yhiyä wI ~yIMh"+ ; %AtåB. [;yqIrß ' yhiyî > ~yhilê a{ / rm,aYOæw:
“Y dijo ELOHIM haya RAKIYA en medio (de) las aguas
y haya diferenciación entre aguas de las aguas”

El vocablo difícil de traducir ha sido RAKIYA. ¿Cuál es entonces la traducción


fidedigna para el término hebreo RAKIYA? La orden de ELOHIM, que existiera esa
‘entidad’ en medio de esas aguas, era para que existiera una diferenciación entre aguas
de las otras aguas.

Genesis 1:7:

La traducción dice: “E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de
la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así.”

Según la clásica interpretación, Dios hizo esa expansión, o esa bóveda o ese
‘firmamento’. Con base en esa traducción ya existía otra expansión porque, según la
traducción, ya existían “aguas que estaban debajo de la expansión”, asimismo ya existían
“aguas que estaban sobre la expansión”. Dios, según la interpretación, con esa expansión

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o esa bóveda o ese ‘firmamento’, que hizo “separó” esas “aguas que (ya) estaban
debajo de la expansión, o de esa bóveda o de ese ‘firmamento, “de las aguas que (ya)
estaban sobre la expansión, o bóveda o ‘firmamento’”

En hebreo dice:

~yIMh;ê ; !ybeWä [;yqirê l' ' tx;T;ämi rv,a] ‘~yIM;’h; !yBeÛ lDeªbY. w: : è[y; qirh' -' ta, é~yhila{ / f[;Y:wå :
`!kE-) yhiyw> :) [;yqIr+ l' ' l[;äme rv<aß ]
“E hizo ELOHIM esa la RAKIYA
y diferenció entre las aguas tal cual (estaban) debajo de la rakiyá
y entre las aguas tal cual (estaban) sobre la rakiyá
y fue así”.

Genesis 1:8:

Los expertos han interpretado: “Y llamó Dios a la expansión (o a la bóveda o al


firmamento’, según la versión) ‘Cielos’. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.”

¿Qué tipo de expansión o que bóveda o cuál firmamento pudo haber en medio de esas
aguas que las hayan separado?

¿Cómo puede ser viable que ELOHIM haya llamado a esa expansión o a esa bóveda o a
ese firmamento “cielos”, si al ‘principio’ (Gen.1:1) ya había creado esos cielos a los
cuales señaló? ¿Se tratará de otros ‘cielos’ diferentes de los señalados en Génesis 1:1?

Si el término no es expansión, ¿cómo entonces puede existir una bóveda en medio de


unas aguas? ¿Cómo puede una bóveda “separar” unas aguas de otras aguas? Pero si el
término no es expansión ni tampoco bóveda, sino firmamento, ¿cómo entonces puede
existir todo un infinito “firmamento” en medio de unas aguas? ¿Cómo puede un
inconmensurable “firmamento” supuestamente “separar” unas aguas de otras aguas?

La expansión o la bóveda o el firmamento, fueron llamados ‘cielos’. ¿Unos ‘cielos’ en


medio de unas aguas? ¿Unos cielos “separando” unas aguas? ¿Cómo puede haber aguas
sobre o por debajo de ese ‘firmamento’ o de esa bóveda o de esa expansión, dejando a esa
expansión, o a esa bóveda o a ese firmamento en medio de esas aguas, estilo
hamburguesa?

En unos años, ¿qué otro término emplearán los traductores de esos días cuando editen
otra y nueva ‘revisión’?

En hebreo está escrito:

`ynIv) e ~Ayð rq,b-oß yhiyw> :) br,[-,î yhiyw> :) ~yImv"+ ' [;yqIrß l' '( ~yhi²la{ / ar'qó Y. Iw:

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“Y llamó ELOHIM a la RAKIYA shamaim (interpretado como CIELOS)
y fue tarde y fue mañana YOM segundo”.

Génesis 1: 14:

Han interpretado: “Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión (o en la bóveda o en


ese firmamento) de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las
estaciones, para días y años”.

Génesis 1:4, según las interpretaciones, dice que Dios con esa luz que era buena separó
la luz de las tinieblas, y en Gen. 1:5, dice la interpretación, que Dios llamó a esa luz ‘día’,
y a las tinieblas llamó ‘noche’. Luego entonces, ¿qué sentido tiene que ahora haya
lumbreras “para separar el día de la noche”, si ya la luz del día Uno lo había hecho?

Génesis 1: 14, En hebreo dice:

hl'yL> h"+ ; !ybeWä ~AYàh; !yBeî lyDIb§ h. l; . ~yImV;ê h' [;yqIårB> i ‘troaom. yhiyÛ > ~yhiªla{ / rm,aYOæw:
`~ynIv) w' > ~ymiyÞ l" W. ~ydI[ê A] målW. ‘ttoalo . WyÝhw' >;
“Y dijo ELOHIM haya lumbreras en la rakiyá de los cielos para diferenciar entre el día
y entre la noche y hubo (lumbreras troaom) para señales y para los tiempos*, y para los
días y los años.”

*Moadim: fechas, festividades, aniversarios y tiempos.

Si llamó ELOHIM a la RAKIYA “shamaim” y este último vocablo ha sido traducido


como CIELOS, ¿cómo acoplar esta revelación que resalta la orden de ELOHIM: “haya
lumbreras en la rakiyá de los shamaim”? En otras palabras, esas ‘lumbreras’ han de
estar en los cielos de los cielos.

Como aclaración al margen: la voz shamaim (traducida como ‘cielos’) está conformada
por dos vocablos: shama y maim. El primero, Shama, se traduce como ‘allá’ y el
segundo, maim, como ‘aguas.’ En otras palabras, a la rakiyá la llamó ELOHIM: “allá-
aguas”.

Génesis 2:3:

Han interpretado RVA 60/95/: “Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en
él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.”

Por su parte, RVA 1909 tradujo: “Y bendijo Dios al día séptimo, y santificólo, porque en
él reposó de toda su obra que había Dios criado y hecho.”

LBA tradujo: “Y bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la
obra que Él había creado y hecho.”

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Otra versión, la de Ediciones Paulinas traduce: "Dios dio por terminada su obra el
séptimo día y en este día cesó de toda obra que había hecho. Dios bendijo este día y lo
santificó porque en él había cesado de toda obra de su actividad creadora".

La versión "Biblioteca de Autores Cristianos" (BAC) dice: "Y rematada en el día sexto
toda la obra que había hecho, descansó Dios el séptimo día de cuanto hiciera: y bendijo
al séptimo día y lo santificó porque en él descansó Dios de cuanto había creado y
hecho".

Esa versión dice que Dios "remató" en ese día, el sexto, toda esa obra que había "creado
y hecho". Las otras versiones coinciden respecto de que Dios terminó su obra el séptimo
día pero esta versión dice que fue el día sexto.

Otra versión, la "Living Bibles International" traduce: "Al séptimo día, después de
terminar la obra en que estaba ocupado, Dios cesó en su tarea. Y bendijo el séptimo día y
lo instituyó como día santo, porque era el día en que había terminado su obra de
creación".

En hebreo dice:

ATêka. l;m-. lK'mi ‘tb;v' AbÜ yKiä At+ao vDeqÞ y; w> : y[iyê biVh. ; ~Ayæ-ta, ‘~yhila{ / %r,by'Û w> :
`tAf)[l] ; ~yhilÞ a{ / ar'Bî -' rv,a]
“Y bendijo ELOHIM ese día el séptimo y lo santificó
porque en él reposó de toda su obra
tal como la creó* ELOHIM para hacer.”

*o “tal cual creó’.

Si nos atenemos a esa interpretación, que Dios ese día “lo santificó, porque en él reposó
de toda la obra que había hecho en la creación”, entonces ratifican los traductores de esa
versión que Dios no creó en esos siete días lo que comúnmente se enseña, es decir, la
creación de los cielos, de la tierra y del hombre, sino que hizo una obra en lo ya creado,
la creación. Pero la revelación enseña que ELOHIM bendijo y santificó ese día “porque
en él reposó de toda su obra tal como la creó ELOHIM para hacer” … Es decir, “para”
a continuación “hacer” …algo más.

Genesis 2:4:

Han interpretado: “Éstos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron
creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos”.

Según esa interpretación, se habla de los supuestos orígenes de los cielos y luego de la
tierra cuando fueron creados. ¿Realmente se hace referencia allí de los orígenes de los
cielos y de la tierra? Por otra parte, ¿cuándo fueron creados los cielos y la tierra, según la
interpretación? “El día que Jehová Dios hizo (primero) la tierra y (luego) los cielos”.

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Aquí los interpretes hablan de que Dios hizo primero la tierra y luego los cielos. Génesis
1:1 dice que primero fueron los cielos y luego la tierra. ¿Se le está traduciendo la verdad
a la humanidad?

En hebreo dice:

tAf±[] ~Ay©B. ~a'r_ B> h") Bi . #r,ah'Þ w' > ~yIm:±Vh' ; tAdôlA. t hL,aeä
`~yImv") 'w >#r,a,î ~yhilÞ a{ / hw"hï y>
“Esas son las generaciones de los cielos y de la tierra en su creación
el día que hizo Yehováh ELOHIM tierra y cielos”

La revelación no confunde, confunde la interpretación considerada en buena tinta como


una fiel traducción. La revelación es clara y habla de TOLDOT (tAdôlA. t). Es decir, de
las GENERACIONES que existen en los cielos y en la tierra en su creación inicial, ese
YOM (intervalo de tiempo indeterminado) llamado ‘día’, cuando Yehováh--ELOHIM
hizo (primero) tierra y (luego) cielos. NOTA: los artículos la tierra y los cielos no
aparecen en la revelación.

Génesis 2:10:

Los expertos traducen: “Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía
en cuatro brazos.” ¿Se ajustará a la verdad esa traducción?

En hebreo dice:

`~yvia( r' h['Bî r' a> l; . hy"hß w' > drePê y' I ‘~V'miW !G"h+ -; ta, tAqßvh. l; . !d,[eême aceyä O ‘rh'nw" >
“Y río salía para regar ese jardín y de allí se dividió y hubo para cuatro cabezas”

Ellos interpretan que ese ‘rió’ se ‘repartió’ (volverse a partir) pero en hebreo dice “ifrad’
(dividirse) con un resultado: que algo hubo de ese ‘rió’ con destino a esas “cuatro
CABEZAS”, ¡no dice brazos!

En hebreo “Tzroá” es brazo y cabeza es ‘rosh’.

Plural de ‘rosh’ es ‘roshim’, precisamente lo que está depositado en la última palabra del
aparte de esa revelación: “~yvia
( r'"“.
Génesis 2:22:

“Y de la costilla que Yehóvah Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al
hombre”. De la clásica interpretación se ha postulado en todos los idiomas que la mujer
salió de la costilla de Adam, pero en hebreo dice:.

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`~d'a( h' -'( la, h'ab,Þ yi w> : hV'_ali . ~d'aÞ h' -'( !mi xq:lï -' rv,a] [l'²Che -; ta,( ~yhiló a{ / hw"“hy> û!b,YwI :
“Y construyó Yehováh-ELOHIM esa la costilla tal como la tomó del hombre*
para la varona y la trajo** (a la varona) al hombre”

La revelación habla de que Yehováh-ELOHIM ‘construyó’ esa costilla tal como la sacó
‘desde el ser interior del hombre’ para (destinación a) la mujer (hV'_al
i ) y a ella (junto
con la costilla) la condujo a donde estaba el hombre.

* la tomó del hombre ~d'aÞ h' -'( !mi de procedencia, ‘desde el ser interior del hombre’
** y la trajo h'ab,Þ yi w> de llevar

Génesis 2:25

En hebreo dice que por causa de que Adam tomó conciencia de lo anterior, por ello dijo
entonces: “Esto (no dice ‘esta’) es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta
será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre
y a su madre, y se juntará a su mujer, y serán una sola carne.” La interpretación aporta:
“Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.”

En hebreo dice:

`Wvv'B( to y. I al{wß > AT=v.awi > ~d'aÞ h' '( ~yMiWê r[] ‘~h,ynEv. WyÝhY. wI) :
“Y estaban ambos astutos el hombre y su varona y no se avergonzaban”

La voz plural hebrea ~yMiWê r[]e (ARUMIM) no ha sido cotejada por los traductores con el
singular ~Wrê[' (ARUM), misma voz que aparece en el versículo siguiente, Génesis 3:1,
cuando aporta que la ‘serpiente era astuta’ (~Wrê[' hy"hå ' ‘vx'Nh" w; >).
Astuto(a): s( ingular ~Wrê[. ARUM. Génesis 3:1,
Astutos(as) plural: ~yMiWê r[]
r[ ARUMIM. Génesis 2:25

Desnudo(a) singular ~irÞ uy[ ( EIROM.


Desnudos. Plural: ~MirÞ yu [ EIROMAM.
Génesis 3:7

Este aparte si hace referencia a que “ambos supieron que estaban desnudos”: “shneijem
yadú ki eiromam” (~Mir Þ yu [e( yKiî W[êd>YEåw: ~h,yê nEv.:).
Sin embargo, la traducción aporta que a raíz de que “la mujer vio que el árbol era bueno
para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría”;
y de que “tomó de su fruto, y comió” y porque “dio también a su marido, el cual comió

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así como ella, entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban
desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales”, sin embargo en
hebreo dice:

~MirÞ yu [e( yKiî W[êd>YwEå : ~h,yê nEv. ynEyå [e hn"xq. ;’PT' wi :


`trog) xO ] ‘~h,lÞ ' Wfï[]Yw: : hn"ëate . hle[ä ] ‘WrP.t.YwI :) ~he_
“Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y supieron que estaban desnudos;
entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron cinturones.”

Se hicieron “Jagurót” que significa CINTURONES, (trog) x


O ),) ¡no delantales!
Génesis 4:1:

Dice la interpretación:

“Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad
de Jehová he adquirido varón.”

En hebreo dice:

`hw"h) y>-ta, vyaiÞ ytiynIqï ' rm,aTow§ : !yIq-;ê ta, dl,Tweä : ‘rh;T;’w: AT=va. i hW"xå -; ta, [d;yÞ " ~d'êah' w'ä >
“Y el hombre supo* de Eva su varona y concibió
y parió a Caín y dijo compré** varón a Yehováh”

“Y el hombre supo* ([d;Þy" s( aber de enterarse, utilizada por ejemplo en Dan. 9.25; Jer.
6.27; Sal. 139.1) de Eva su varona y concibió y parió a Caín y dijo compré** varón a
Yehováh”’

**Kaniti, ytiynIq
ï , del verbo ‘liknót’, comprar. Por ejemplo, Yeshúa (Jesús) nos compró,
no nos adquirió.

El libro de Daniel

En cuanto al libro de Daniel. (Dn. 9. 24. RV.95).

Según la popular traducción el varón ‘Guever El’ (‘Valiente del Altísimo’, mejor
conocido como Gabriel) le habría revelado a Daniel:

“Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para
terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la
justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos” (Dn. 9.
24. RV.95).

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Con base en esa traducción se han tejido enseñanzas obviamente difíciles de acoplar a los
hechos. Analicemos a continuación la fuente hebrea que traemos a colación como base de
esta obra, y observemos que contrasta con esa traducción en una sola palabra clave que
ha motivado tantas especulaciones.

Escrito está en la fuente que aceptamos como ‘original’:

¿~Toxl. W; À [v;P,øh; aLe’kl; . ^v,ªdq> ' ry[i-ä l[;w ^åM.[;-l[;( %T:xï n. < ~y[iøbv. i ~y[i’bvu '
‘~Toxl. w; > ~ymil_ [' o) qd,c,ä aybihÞ l' W. !wO[ë ' rPEkå l; W. ‘ÎtaJ'xÐ; ¿tAaJ'xÀ; Î~tehÛ l' .WÐ >
`~yvid( q' ") vd,qOï x;voßml. wi > aybinê w" > !Azæx'
“Shabyim (conjuraciones) shibyim (setenta) nejtaj (descenderán) al amjá (sobre tu
pueblo) be-al-ir (y sobre tu ciudad) kadosheja (santa) lekalá (para encarcelar) jefeshá (la
rebelion) uljatem (sellar) hataat (los pecados) ulcafer (y expiar) aon (trasgresión) ulhabia
(y traer) tzedek (justicia) olamim (eterna) belejatom (y sellar) hazon (la visión) benabia
(y profecía) belimosheaj (y para ungir) kodesh (santo) kadashim (santos)”. Traducción
literal del hebreo.

“Setenta conjuraciones descenderán sobre tu pueblo y sobre tu ciudad santa para


encarcelar la rebelión y sellar los pecados y expiar la transgresión y traer justicia
eterna y sellar la visión y la profecía y para ungir al santo de los santos”.

La fuente del error radica en que las dos primeras palabras son iguales en su básica
construcción gramatical visible: ~y[iøbv
. i ~y[i’bvu .' Está escrito –aparentemente- dos veces
y de seguido la misma palabra, ambas escritas con las letras ‘shin’, ‘bet’, ‘ayín’, ‘yud’ y
finalmente la ‘mem-zofít’. A simple vista dice ‘setenta’ dos veces consecutivas y ante una
simple traducción diría: “setenta setenta descenderán sobre tu pueblo y sobre tu ciudad
santa para (…)”, o en su defecto, si se acepta la palabra ‘semanas’ diríase ‘semanas
semanas descenderán sobre tu pueblo y sobre tu ciudad santa para (…)”.

Los primeros traductores se encontraron con este interesante escollo e inexplicablemente


se inclinaron hacia la palabra ‘semanas’ para reemplazar una de las dos palabras (iguales
en su básica construcción gramatical), cuando esa palabra elegida, ‘semanas’, en arameo
y en hebreo se dice ‘shavuót’ y en singular ‘shavúa’, es decir, que en si mismo esa voz es
ajena a los dos vocablos que motivan la aclaración presente.

Al tenor del idioma hebreo, ni ‘shavúa’ (semana) ni ‘shavuót’ (semanas) en su


construcción se parecen a la palabra ‘setenta’ (‘shibyim’), como tampoco a la otra
palabra, ‘shabyím’, pésimamente traducida como ‘semanas’. Oportuno aclarar también
que la palabra ‘shavúa’ (semana) aparece una sola vez, cuando de esta el varón Gabriel
profetiza a Daniel: “Por una semana él confirmará un pacto con muchos, y en la mitad de
la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Sobre alas de abominaciones vendrá el
desolador, hasta que el aniquilamiento que está decidido venga sobre el desolador." (Dn.
9.27-Hebreo). Esta ‘semana’ ha sido deplorablemente interpretada como una ‘heptada’

12
(‘semana de siete años’).

Los traductores primarios, sin duda alguna desconocieron la correcta traducción de una
de las dos palabras, porque su completa forma de escribirla y su exacta pronunciación no
se conocían antes del siglo XII, pero desde entonces están a la vista en las Sagradas
Escrituras hebreas, gracias al arduo trabajo de los ‘nakdaním’, que hicieron visibles las
vocales de todas las palabras hebreas de las Sagradas escrituras.

En el siglo XII un grupo de judíos ultra conservadores de las leyes mosaicas,


eminentemente tradicionalistas, llamados en hebreo los masoretas, de la raíz ‘mazoret’
(tradición), citados como los ‘nakdaním’ o los ‘puntuadores’ por su comprometida, difícil
y oportuna tarea gramatical, se dedicaron a hacer visibles las vocales fonéticas del idioma
hebreo mediante puntos y rayas que ubicaron debajo, en medio o arriba de las letras
consonantes, que suelen ser las únicas visibles, y lo hicieron con el único propósito de
evitar que las generaciones israelitas venideras alteraran, por desconocimiento, la
pronunciación y el estricto significado de las palabras arameas y hebreas usadas en esos
textos, y por ende malinterpretaran las Sagradas Escrituras. A esos ‘punteadores’ se les
debe, entonces, la actual lectura y el significado preciso de cada palabra hebrea. Por ese
excelente, invaluable e incuestionable trabajo, desde entonces es viable leer, pronunciar,
escribir y entender cada palabra aramea o hebrea depositada en las Sagradas Escrituras,
las cuales aportan datos del mundo antiguo y de la nación israelita, y no son excepción
estas dos palabras, tema puntual de la presente obra.

Es de insistir, por su importancia y punto de referencia neurálgico del presente tratado,


que estas dos palabras <~y[iøbv . i ~y[i’bvu >' son iguales en su elemental escritura
consonántica, pero con sus vocales visibles, mediante los puntos, sus significados y
fonéticas resultan extremadamente diferentes. Por sus vocales, ahora visibles, las
podemos leer sin complicaciones: “shabyim” (~y[i’bv u )' la primera y “shibyím” (~y[iøbv. )
la segunda. La primera es aramea y la segunda es hebrea. En ese orden, la palabra
“shabyim”, siendo aramea significa ‘conjuraciones’ (¡jamás ‘semanas’!). La segunda es
hebrea y significa ‘setenta’. En esa perspectiva es obvio que la fuente hebrea no aporta
ningún dato acerca de esas supuestas ‘setenta semanas’, que en hebreo se dice ‘shavuot
shibyím’.

Definitivamente, en la fuente está escrito ‘shabyim shibyim’, “setenta conjuraciones”, y


cara a esa equivocada traducción, “setenta semanas”, nace el error de la clásica y
arraigada enseñanza que forma parte de la ‘doctrina cristiana’, asignatura que ha logrado
incluso contaminar a un sector del llamado movimiento ‘judío mesiánico’, sustentado
este en las versiones bíblicas y en una tradición doctrinal que en la fuente hebrea. Con
base en esa traducción, ‘setenta semanas’, se han suscitado diversas interpretaciones que
erróneamente anidan en el cristianismo y en el llamado mesianismo. Todas las
conclusiones sustentadas en ese hecho están conduciendo al simple estudiante bíblico, al
historiador o al docto creyente, no conocedor de los idiomas arameo y hebreo, a dogmas
ajenos a las revelaciones que el varón Gabriel aportó al profeta Daniel.

Es evidente que como resultado de esa traducción se han sobreedificado interesantes

13
especulaciones y como tales alejadas ‘años luz’ de la realidad. Por ejemplo, por causa de
la traducción ‘setenta semanas’, en vez de ‘setenta conjuraciones’, es que se habla de
‘heptada’ o ‘semana’ de siete años. Lamentablemente, se asevera, siempre con base en
esa traducción, que Daniel dividió ese supuesto período en tres fases: la primera con 7
semanas para un total de 49 años; que la segunda fase es de 62 semanas, o sea 434 años;
y la última fase es la ‘semana’ de 7 años. Así se han escrito libros que hablan de los
supuestos siete años que ha de durar el nuevo orden mundial establecido por el ‘hijo de
perdición’.

A decir verdad, no existen pruebas que respalden que Daniel haya hecho estas tres
divisiones ni nada parecido. Por el contrario, las evidencias históricas cumplidas hasta los
días presentes ciertamente dejan sin piso esa traducción, precisamente por no estar
ajustada a la fuente. El cumplimiento de las profecías, que forman parte de la historia, no
se compadecen de los multi-esfuerzos de quienes tratan, a como de lugar, de acomodar
esas advertencias anunciadas con ciertas fechas o tiempos acontecidos o por acontecer.
Es de esperar, entonces, que todos los eruditos bíblicos, sustentados en las versiones que
padecen de esa inexacta traducción, concluyan que la supuesta ‘semana setenta’ está
conformada por esos siete años, en los cuales se espera el desenvolvimiento de los
acontecimientos finales, desestimando a la vez la información que aporta referencias en
‘tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo’, desde luego en el enmarco de lo revelado a
Daniel (Dn. 12. 7, 11-12).

El meollo del asunto está en la palabra ‘shabyim’ (pésimamente traducida como


‘semanas’) que por su significado arameo, ‘conjuraciones’, implica la acción de reunirse
secretamente para aliarse, mediante compromiso tácito o explícito, con el fin de llevarse a
cabo un cometido, también con carácter secreto. Con base en esta definición, y a la luz de
la revelación del mensajero Gabriel, podemos saber que por motivos explícitos,
dramáticos y urgentes, en unos tiempos anteriores e indeterminados y en algún lugar
específico se realizó una urgente reunión secreta y por lo tanto especial, con el propósito
de evaluarse una situación y concretarse una solución, también especial, de la cual
emanaron setenta determinaciones.

Según esta revelación, en alguna parte allá arriba, se llevó a cabo esa reunión de la cual
resultaron esas ‘setenta conjuraciones’ (‘shabyim shibyim’), con sus correspondientes
acuerdos, que terminaron siendo setenta determinaciones inalterables e irrevocables, que
debían llevarse a cabo en dos lugares específicos, con el fin de lograr un objetivo
definido, definitivo e irreversible, consistente en desarrollar esos siete objetivos capitales:
primero, ´encarcelar´ una ´rebelión´ en particular; segundo, sellar las transgresiones
causadas por esa desobediencia; tercero, purgar ese quebrantamiento para, en su lugar,
cuarta fase, traer la justicia eterna, y –quinto- de esa manera rubricar esa maravillosa
visión prometida a la humanidad con sus correspondientes advertencias (sexta fase), para
solamente así dignificar ´al santo de los santos´ (séptima y última fase).

Daniel a propósito escribió su libro en arameo y en hebreo. Los aportes arameos hacen
referencia a los gentiles (naciones no israelitas), y las porciones hebreas a los israelitas.
De esa manera podemos comprender que aquello que no es ‘santo’, a criterio de Daniel,

14
está escrito en arameo y de esa manera el profeta no ‘contaminó’ la revelación depositada
en hebreo, porque la acción de ‘conjurar’ no pertenece al seno de la santidad, por ello
Daniel la escribió en arameo, idioma de los ‘goyím’ (naciones no israelitas). Las
informaciones que el varón Gabriel reveló a Daniel están enmarcadas en esas setenta
conjuraciones o determinaciones que descenderán sobre ese pueblo y sobre esa ciudad,
santa para Dios.

La fuente hebrea deposita que el varón Gabriel le reveló a Daniel que setenta
conjuraciones, determinadas en un lugar específico allá arriba, descenderían sobre su
pueblo y sobre su ciudad santa. Entendemos entonces que esas setenta conjuraciones o
determinaciones han de ‘descender’ sobre esos dos lugares en particular. Ambos lugares
son el eje de todas las profecías bíblicas.

El nombre del Altísimo.

Por otra parte, sorprenden los argumentos esgrimidos para sustentar el borrón, por demás
olímpico, de manos del hombre del nombre del Altísimo. Muy a pesar de que el Altísimo
jamás ordenó omitir la pronunciación de su nombre, sin embargo en pleno Siglo XXI
algunos gentiles “en Cristo” se dieron a la tarea de ser cómplices de los motivos que
tuvieron los levitas sacerdotes cuando por causa de su actos corruptos decidieron omitir
ese nombre y a cambio usar el vocablo “Adonai”, yn"dao , que significa “Mi Señor” o “Ha
shem’, que significa “Su nombre”..

Estos líderes del templo temieron ser castigados al tenor de la advertencia “No tomarás el
nombre de Yehóvah tu Dios en vano; porque no dará por inocente Yehóvah al que
tomare su nombre en vano.” (Ex. 20.7)

Si nos atenemos a lo escrito, a lo revelado por el Altísimo, más no a lo improvisado,


manipulado, inventado o tergiversado por el hombre natural o llámese carnal, aun cuando
se considere espiritual, recibimos la revelación que dice:

yhelî a{ / ~h,lê ' yTirä >m;aw' > èlaerf' y. I ynEBå -. la, éab' ykinä aO ' hNE“hi ~yhiªla{ h/ -'( la,
la hv,ømo rm,aYO“w:
AmêV-. hm;yli-ä Wrm.aw'( > ~k,y_ lea] ynIxl:å v' . ~k,yÞ teAba]
`~h,l( ae ] rm:ßao hm'î
“Dijo Moisés a LOS ELOHIM: (~yhiªla { h/ -'( la) He aquí yo voy a los hijos de Israel, y
les dije: el Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me dijeren: ¿Cuál
es su nombre?, ¿qué les diré?

: hy<h+ a. ,( rv<aå ] hy<hß a. ,( hv,êm-o la, ‘~yhila{ / rm,aYOwÝ :


`~k,y( lea] ynIxl:ï v' . hy<hß a. ,( laerê f' y. I ynEbå l. i ‘rm;ato hKoÜ rm,aYO©w
Y dijo ELOHIM a Moisés: SERE COMO SERE. (hy<h
+ a. ,( rv<åa] hy<hß a. )

15
Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: SERE (hy<h
ß a. ) me envió a vosotros.
La clásica traducción “YO SOY” es incorrecta y no afina con la advertencia que el
Altísimo le envió a la nación israelita: “SERE”.

Sin embargo les reveló su nombre e incluso su significado:

érm;ato-hKo) hv,ªm-o la, ~yhiøla{ / dA[’ ûrm,aYOw:


yhelî a{ wE qx'²cy. I yhelî a{ / ~h'ørb' a. ; yhe’la{ / ~k,ªytebao ] yhelä a{ / hw"ùhy> èlaerf' y. I ynEBå -. la,
`rDo* rdolð . yrIkß z. I hz<wï > ~l'[ê lo . ymiVä -. hz< ~k,y_ lea] ynIxl:å v' . bqO[ß y] :
“Además dijo ELOHIM a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Yehováh, el Dios de
vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a
vosotros. Éste es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos.
(Ex. 3.14-15)

“Éste es
mi nombre
para siempre;
con él
se me recordará
siglos.”
por todos los siglos ”
Este es un mandato del Altísimo, mandato a perpetuidad: “para siempre”; mandato
opuesto a la eliminación de su nombre, para reemplazarlo por ‘Señor’ o por ‘Ha shem’.

“Adonai” significa “MI Señor” si se refiere al Altísimo y ‘Adoní” si se dirige como “Mi
Señor” a cualquier otro ‘Señor’, incluso a Yeshua. Señor’ se dice “Adón”.

Éste es mi nombre para siempre:

hw"ùhy>
(…) con él se me recordará por todos los siglos.

Claramente, y gracias a los ‘nakdaním’ podemos leer correctamente la pronunciación del


nombre del Altísimo:

16
-Primera letra consonántica, la YUD, seguidamente tenemos la vocal resaltada debajo de
esa letra, la vocal E. Se lee: YE (Gramática elemental hebrea).

h
-A continuación tenemos la HEI ( ) acompañada por la letra consonántica VAV ( ). w
Encima de esta letra, la VAV, leemos la vocal fonética un tanto ahogada O, y debajo de
esta las rayitas horizontal encima de la vertical que dejan leer la vocal A. Por ultimo la
h
letra HEI ( ). Se pronuncia: YEHOVAH.
La pronunciación Yahveh es incorrecta como lo constatan los nombres compuestos
derivados del nombre del Altísimo:

Algunos ejemplos:
Jeremías, en hebreo “Yeremiahu” (Why"ßmr
. y> )I .
Ezequiel, en hebreo “Yejesquiel” (laqe’zx
> y, )> ).
Jonathan, en hebreo “Yonathan”
Jesús, (Salvación), en hebreo “Yeshua”.

La contracción YAH procede de YEHOVAH, indica lo que revela la perspectiva griega:


que el Altísimo es el “principio y fin”, “el Alfa y la Omega’, la primera y última letra
del alfabeto griego (Apo. 1:8; 11; 21:6; 22:13).

Es inconcebible que a pesar de ser un mandato del propio DIOS, el de dar a conocer su
nombre a perpetuidad, existan personas que aprovechándose de su posición
¡olímpicamente lo borren! y otros acepten su omisión y además la estimulen
argumentando, entre otras cosas, que actúan “bajo lo probado”, es decir, sustentados en la
bendición que el Señor Yeshúa les ha concedido.

Es un hecho que existen organizaciones y congregaciones que se precian de cristianas


aun cuando predican errores en cuanto a las revelaciones del Altísimo, y sus fieles son
numerosos. Asimismo gozan de resultados que demostrarían que en todo actúan bien.
Una Iglesia o una organización cristiana numerosa e incluso próspera no es garantía de
tener sana doctrina al 100% ni que sus líderes o sus fieles hagan la voluntad de Dios.

El Altísimo, ¿acaso se tomó en balde las vidas de tantas personas, años y vivencias
mediante las cuales resaltó su nombre de guerra (Ex. 15.3), además de que ordenó
tácitamente darlo a conocer y recordarlo a perpetuidad, para que tiempo después los
corruptos levitas hayan determinado omitir su nombre y en esa perspectiva y a puertas del
retorno de Yeshúa (Jesús) otros hayan decidido ser cómplices de aquellos sacerdotes
borrando y reemplazando ese nombre por un apelativo, dejando de lado el mandamiento
del Altísimo, respecto de pronunciar su nombre a perpetuidad?

El Altísimo, desde el Génesis 2:1 dio a conocer su nombre y con este su responsabilidad
para con la humanidad cara a la existencia de las generaciones existentes en los cielos y

17
en la tierra y a la problemática del hombre a partir de la rebelión de Satanás. Un
significado muy importante tiene ese mandato, mandamiento que procede del mismo
Creador. El ordena que se conozca que El y que nadie más es el hacedor de todo.

¿Qué dios se le apareció a Abram diciéndole “A tu descendencia daré esta tierra”? ¿A


qué dios le edificó Abram ese altar en ese lugar? ¿A “Adonai”? ¿Eso dice la Escritura,
que no puede ser quebrantada?

Abram “se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el, y plantó su tienda, teniendo a
Bet-el al occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar”. ¿A qué dios se lo edificó? ¿Qué
nombre invocó el patriarca: “Adonai”, o quizás “Señor”? (Gen. 12.7-8).

Abraham plantó un árbol de tamarisco en Beersheva, e invocó allí un nombre en


particular, ¿sería “Adonai” (“MI Señor”) o quizás “Adón” (“Señor”) o probablemente
“Ha shem.”? (Gen. 21.33)

Yitzaac también edificó un altar a quien se le apareció (Gen. 26.25). ¿A quién invocó este
varón?

Si el nombre de nuestro Dios no es importante y nos limitamos a decirle “Adonai” (‘Mi


Señor’), o quizás “El Señor” (‘Ha Adón’) o probablemente “Ha shem”, ¿por qué no
borrar los demás nombres de todos los que están escritos en las Sagradas Escrituras y nos
limitamos a decirles “mis señores” o “mis señoras”?

“Y a la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea


anunciado en toda la tierra.” (Ex. 9.16).

¿Cuál nombre debe ser anunciado en toda la tierra: “Adonai” o quizás “Señor” o
probablemente “Ha shem”? Las voces “Adonai”, o “Señor”, o “Ha shem”, ¿son un
nombre?

Es un hecho que el nombre del Altísimo fue pronunciado por la nación israelita por
muchos años. Por esa circunstancia los masoretas ‘nakdaním’ pudieron hacer visibles las
vocales a manera de puntitos y rayitas. Lentamente, con la suma de los años, la nación
israelita vino de más a menos por desobediencia. Una de sus desobediencias fue el omitir
la pronunciación del nombre del Altísimo. Por su parte, la nación judía vino de más a
menos por la misma razón. La nación israelita omitió pronunciar ese nombre y darlo a
conocer a las naciones. Vino de más a menos por alterar, eso se llama ‘adulterar’, las
ordenes del Altísimo, una de estas pronunciar el nombre de su Dios, y darlo a conocer a
las naciones. No nos extrañemos que Iglesias hoy prósperas, paulatina o repentinamente
pierdan su bendición por esa desobediencia, la de omitir ese sagrado nombre,
precisamente en estos años próximos al retorno del Hijo del Hombre. Por algo el Señor
Jesús advierte que no todo el que diga “Adón”, “Adón”, entrará en el reino de los cielos.

Los creyentes en Yeshúa (Jesús) de espíritu ‘mesiánico’, por decir judaizado o inclinados
al judaísmo, también le siguen el juego a la tradición judía ortodoxa cuando desobedecen

18
al Altísimo al llamarlo “Adonai” (‘Mi Señor’) o “Ha shem.” (‘Su nombre’). Estos se
sujetan primero al hombre con sus tradiciones religiosas y de esa forma desobedecen al
Creador.

Alguien dijo: “Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te


alabaré.” (He. 2.9). ¿Quién lo dijo y a cuál nombre se referirá? Esa persona, ¿qué
nombre pronunciará a sus hermanos?

“Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por dignos de todo
honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina.” (1Ti. 6.1)

“Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti
mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.” (Ro. 9.17)

“He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los
diste, y han guardado tu palabra. “ (Jn. 17.6)

“Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a
los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.
Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre;” (Jn. 17. 11-12)

“Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido


que tú me enviaste. Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para
que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.” (Jn. 17.25-26)

Tanta reticencia de los cristianos evangélicos a no dejarse judaizar y solos se esclavizan


al judaísmo cuando utilizan el apelativo “Adonai”, empleado por el judaísmo para
referirse al Dios de Abraham, de Yitzaac y Jacob. Irónico, ¿verdad?

“Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo
glorificaré otra vez.” (Jn. 12. 26)

Yeshúa (Jesús) recibió del Padre el título de “Señor”, mientras que Adam recibió la
responsabilidad del “señorío”: “señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y
en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” (Gen. 1:28). Esta misma opción le
dio el Altísimo a Caín (Gen. 4.7), pero el título de “Señor” solo le corresponde al Padre y
al Hijo (Sal. 110.1; Mt.12.8). Pero, para el Padre solamente es “Señor” su hijo.

Conforme a la verdad y no según doctrinas paganas que emulan el trinitarismo, “para


nosotros, sin embargo,
sólo hay un Dios, el Padre,
del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él;

y un Señor, Jesucristo,
por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.”

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“<Aleluya.> Alabad,
siervos de Yehováh,

Alabad
el nombre de Yehováh.

Sea el nombre de Yehováh


bendito
desde ahora y para siempre.

Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone,

Sea alabado
el nombre de Yehováh.”
(Sal. 113)

No es un mandato del Altísimo que su nombre sea omitido y mucho menos que se le
reemplace por “Señor’.

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace
la voluntad de mi Padre que está en los cielos.”

¿Quiénes clamarán así ese día? “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu
nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?”

Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” (Mt.
7:21)

Esa advertencia resalta que quienes así le clamen angustiados al verse excluidos del
arrebatamiento serán ‘cristianos’ y además líderes. ¿Será que ante tamaña respuesta:
“Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”, esos líderes alcanzarán la
salvación, esa misma salvación que a muchos garantizaron y a otros vendieron, sin tener
en cuanta la advertencia magna del Maestro: “Mas el que persevere hasta el fin, éste
será salvo.” (Mt.24.13)? ¿Y qué del que no persevere hasta el fin?

Muchos, en los cielos y en la tierra se llaman “señores” (1Co.8.5). Por esa razón el
apóstol Pablo aclaró que para los israelitas mesiánicos “sólo hay un Señor, Jesucristo,
por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.”

Aun cuando el misionero Pablo ordenó que los discípulos de Yeshua nos “edificáramos
sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo
Jesucristo mismo” (Ef. 2.20), muchos creyentes no suelen atender lo que este ‘apóstol’ le

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recalcó a los de Corinto “que no hay más que un Dios.” (1Co. 8.4), y a los de Efeso que
existe “un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y
por todos, y en todos.” (Ef. 4.1-6)

Yeshúa mismo orando a su Padre aclaró que quien quiera conocer la vida eterna tendrá
que bajarse de la doctrina trinitaria: “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el
único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (Jn. 17.3)

“ …. único Dios verdadero …”, ¡el Padre!

Quien agregue enseñanzas paganas respecto de la existencia de otro(s) ‘dios’(es)


enmarcados en una supuesta Trinidad, tendrá que tener en cuenta que no son
“verdaderos”. El único Dios verdadero es el Padre. Eso aclara la Palabra de Dios. Eso
aclara también el Hijo de Dios. Eso lo entendieron los israelitas y los judíos, sobre todo
aquellos que se sujetaron a ‘El Mesías’. El término UNICO es claro en si mismo. .

Muchos que llaman “Señor” a Yeshúa (Jesús) dicen reconocerlo como tal, porque creen
en él, pero no le creen. Si le creyeran atenderían su revelación, nada trinitaria por cierto:
“Yo y el Padre uno somos.” (Jn. 10.30).

Solamente DOS, no TRES personas, conforman esa unidad básica. Eso enseña Yeshúa
(Jesús), no el suscrito. El suscrito obedece la enseñanza y la sigue…porque el suscrito se
debe a la verdad y no a las doctrinas manipuladas por los hombres que considerándose
cristianos se sujetan a los postulados emanados del seno del romanismo religioso y de lo
que el protestantismo heredó del catolicismo.

Esa misma convicción y posición, la de Yeshúa (Jesús), la acatan también quienes en


obediencia a la luz o al ‘logos’ del Altísimo residen en “todo lo creado que está en el
cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos
hay”. Ellos, oyó decir Yochanan (Juan), reconocen SOLAMENTE “al que está sentado
en el trono, y al Cordero” y SOLAMENTE a ellos dos le dan “la alabanza, la honra, la
gloria y el poder, por los siglos de los siglos.” (Apo. 5.13)

“Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas
naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia
del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran
voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al
Cordero.” (Apo. 7. 9-10)

También los arrebatados, la “Iglesia” obediente y fiel a las doctrinas verdaderamente


sanas o santas clamarán ese día cuando estén delante del trono y en la presencia del
Cordero que “la salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al
Cordero.”. Es decir, ellos serán conscientes que solamente a DOS personas se les debe la
salvación.

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No es este un postulado del suscrito abajo firmante, sustentándose en la enseñanza del
apóstol Juan. Lo aportado por este enviado de Yeshúa (Jesús) es una vivencia personal de
ese amado seguidor de Señor, experimentada esta allá ‘arriba’ y transmitida a los
seguidores de Ha Mashiaj (El Ungido), si se prefiere, El Cristo.

“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que
deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,
que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas
las cosas que ha visto.

Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las
cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.” (Apo.1.1-3)

Estando en la primera fila del escenario mundial, en cuanto a los acontecimientos que
vienen en el orden de las profecías que han de acontecer en los ‘últimos días’, porque sin
duda estamos en esos días advertidos, es un deber, para quienes tengan la unción, o se
hayan decidido por su cuenta ser maestros en los asuntos de ‘arriba’, orientar a los fieles
a la verdad, si es que el Espíritu santo les ha guiado a toda verdad (Jn. 16.13).

Las Sagradas Escrituras, precisamente por ser sagradas deben ser traducidas fielmente,
aun cuando en ocasiones el traductor no comprenda lo que traduce al encontrarse
palabras que a su juicio no coinciden. El traductor que se limite a traducir. Así de
sencillo.

En ese orden que el misionero, en griego ‘apóstol’, levante congregaciones, que el


profeta se dedique a exhortar, no a lamber ni a inventar, y que el maestro enseñe apoyado
de fieles traducciones, todo conforme a como Dios lo organizó en la congregación de su
Hijo (1Co.12.28). Solo así Yeshúa (Jesús) constituirá “a unos, apóstoles; a otros,
profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros” (Ef. 4.11).

Repitiendo la frase de cajón: “Jesús viene pronto”, más pronto de lo que todos creemos,
me despido respetuosamente.

Con sentimientos de alta consideración, su servidor,

Félix Guttmann

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