Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Tema I. Apuntes Historia de La Iglesia Antigua PDF
Tema I. Apuntes Historia de La Iglesia Antigua PDF
1
El problema del monofisismo no murió con el concilio de
Calcedonia. Los patriarcados de Alejandría y Antioquía sufrieron por
la presencia de varios sectores contrarios al concilio, y a la posterior
“unión” del 519. Los emperadores Justino y Justiniano, mediante la
represión, quisieron resolver el problema, pero tampoco lo lograron.
Todo ello condujo a los monofisitas organizarse y a desarrollar unas
verdaderas iglesias monofisitas, aunque siempre con diversos
matices. Severo de Antioquía, por ejemplo, defendía un
monofisismo moderado: physis, hypostasis y prosopon serían
sinónimos, distintos de la única naturaleza de Dios Uno y Trino;
divinidad y humanidad no se anularían con la unión; el Hijo habría
sufrido en la carne, pero rechazaba la fórmula “dos naturalezas”,
porque destruiría la unidad de Cristo y de su acción. Por su parte,
en Egipto se discutía sobre la medida en la cual el cuerpo humano
de Cristo se deba considerar incapaz de sufrir; Julián de
Halicarnaso afirmaba que el cuerpo de Cristo era incorruptible
(aftartodocetismo), contrario a Severo, quien decía que antes de la
resurrección Cristo tenía un cuerpo corruptible. Finalmente, estas
iglesias monofisitas se fueron haciendo autocéfalas, autónomas, de
carácter nacional (armenios, jacobita-siriacos, egipcios (iglesia
copta), abisinios). Los fieles a Calcedonia en estas naciones, de
lengua griega, fueron llamados melquitas (“imperiales”).
3
Hacia el año 470, en Antioquía, en el Trisagio se incorporó la
fórmula del crucifijo, es decir, el Santo Dios, Santo Fuerte, Santo
inmortal que sufrió por nosotros (teopasquismo); el emperador
Anastasio introdujo el teopasquismo en Constantinopla, con lo que
vuelve la sombra monofisita. El monje Juan Majencio matizó
diciendo que uno de la Trinidad ha sufrido en la carne,
ubicándose así entre el monofisismo y Calcedonia, una especie de
monofisismo moderado cuya pretensión era la de mediar entre los
extremos. El papa Juan II acogió la fórmula teopasquita, antes
rechazada por el papa Hormisdas. También Justiano la aceptó. El
concilio II de Constantinopla del 553 lo aceptó como doctrina de fe,
pero los monofisitas no.