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CONTRA EL OLVIDO:

Museo de la Memoria en El Salvador

Magaly Méndez de Castellón1


Museóloga
mmcastellon@gmail.com
pp. 32 - 51
Recibido: 26-04-2016; aceptado: 5-06-2016
Dossier de Museos, 57-58 2017, ISSN 0374-5546

Resumen

Pensar en la necesidad e idoneidad de un Museo de la Memoria de El Salvador2 y


su creación es posible si se evidencia desde el abordaje museológico, a partir del
rescate de la memoria individual hecha memoria colectiva y la confirmación de
su importancia y actualidad por investigadores, directores de museos y persona-
lidades representativas de la política salvadoreña. Este trabajo parte de la necesi-
dad del conocimiento a fondo de la realidad social del país, del esclarecimiento
de los eventos claves del conflicto civil armado que lo afectó y del abordaje de lo
acaecido en los casi 25 años de posguerra. La propuesta considera como factores
relevantes la participación ciudadana, una eficaz exposición, la supervisión de
expertos y la exigencia de un tratamiento profesional, objetivo y responsable del
museo y de sus objetivos, a favor de la reconciliación y la educación.

Palabras clave: Museo, memoria, conflicto, reconciliación, El Salvador, educación.

Abstract

To think about the necessity and suitability of a Museum of Memory in El


Salvador, and its creation is possible from the museological approach, from
the rescue of the individual memory made collective and the confirmation of
its importance and actuality by researchers, museum directors and representa-
tive personalities of Salvadoran politic. This work is based on the need for an
in-depth knowledge of the social reality of the country, clarification of the key
events of the armed civil conflict that affected it, and the approach of what ha-
ppened in the 25 years after the war. The proposal considers as relevant factors
citizen participation, an effective exhibition, the supervision of experts and
the requirement of a professional, objective and responsible treatment of the
museum and its objectives, towards reconciliation and education.

Keywords: Museum, memory, conflict, reconciliation, El Salvador, education.

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Introducción conflicto mismo. Independientemen-


te de los proyectos políticos, el sentido
La guerra civil ha sido el evento que común indica que en una enfermedad
más ha marcado a la sociedad sal- no se deben curar los síntomas, sino
vadoreña contemporánea, no sólo el origen. Estamos convencidos de
por el conflicto en sí, sino por las que el origen está en el registro vivido
consecuencias derivadas, agravadas de cada uno, en la memoria colectiva
por circunstancias de índole econó- de al menos dos generaciones que vi-
mico-social que caracterizan al país. vieron y viven los sucesos que aquí se
Crear un Museo de la Memoria es expresan. Se trata de procesos com-
un reto, sobre todo para El Salvador. plicados y progresivos, pero sin duda
El tema provoca meditar desde qué cognoscibles desde el tratamiento que
punto de la historia presente se debe pueden brindar los museos.
repensar una guerra civil que casi
25 años después de finalizada sigue Se trata de ayudar, desde una propues-
marcando a un país entero sin que ta museológica, a un país a explicar su
éste, al parecer, lo sepa. Son las cosas realidad histórica, para que desde ahí
que consigue el olvido. El pretendi- trazar el tratamiento del mal, cons-
do «perdón y olvido» de los acuer- truir sobre la base de fortalezas y reco-
dos posconflicto terminó siendo una brar la esperanza. La memoria histórica
evasión social institucionalizada. Se se enriquece con los aportes de cada
olvidó que estos conceptos, para no uno, reunidos en la memoria colectiva
ser inocuos, deben tratarse concien- ciudadana, como una suma para hacer
zudamente y alimentarse con la edu- del recuerdo no un referente para la
cación en la tolerancia, el respeto y desesperanza y dolor, sino la catapulta
la solidaridad; en suma, el conjunto del empoderamiento colectivo.
de valores que hacen a los humanos
lo que son y que los acompañan cada La memoria histórica, la cultura
día, desbordando discursos y hacien- y los derechos humanos en el
do vivas enseñanzas ignoradas. abordaje museológico
La posguerra salvadoreña está enmar- La memoria define quienes somos:
cada por una débil economía y rela- «Por eso es tan difícil imaginarnos
ciones sociales expresadas en dramas una vida despojados de recuerdos;
diarios como la migración y la violen- una vida sin sentido del tiempo ni
cia. Irónicamente, esta es la «etapa de del espacio, en la que ni las cosas ni
reconciliación», un período que de los símbolos tengan significado; una
esta manera ya ha durado más que el vida sin recorrido de pasado ni con-

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ciencia de futuro» (Rojas, 2011, pp. 19 trictamente individual, ni memoria


y 29). Llenar de recuerdos el espacio exclusivamente colectiva. Cuando se
y el tiempo depende de los aconteci- produce «una bocanada de memo-
mientos y las experiencias obtenidas ria», ésta implica el deseo del sujeto,
de los mismos, que forman en la men- pero sólo puede expandirse en «el te-
te espacios de vida difíciles de borrar. jido de las imágenes y del lenguaje»
propuesto por el grupo. «La semilla
Sin embargo, la memoria no es una de la rememoración» de la que habla
autopista de recuerdos que vienen y Halbwachs necesita un terreno colec-
van a su antojo o una bodega donde tivo para germinar (Candau, 2002, p.
se apilan sin control. Con frecuen- 66). Halbwachs continúa: «La memo-
cia «recuperar recuerdos» requiere ria histórica, en un registro sistemáti-
de la participación de agentes exter- co de historias personales y colectivas
nos. «Los seres humanos llegamos [a que podría permitir reconstruir el
la vida] con la facultad de guardar en pasado y posibilitar el futuro».
nuestra mente las cosas que conside-
ramos importantes y acordarnos de ¿Cómo entrar a ese mundo en donde
ellas en el momento oportuno. Esa no sólo el pensamiento y la recorda-
asombrosa capacidad natural, que lla- ción son importantes sino, además,
mamos memoria, es un pilar básico los sentimientos, las emociones y
para construir nuestra historia, de- la espiritualidad? En El Salvador, la
finir quiénes somos y para mantener guerra civil iniciada hace casi cuatro
el sentido de continuidad» (Rojas, décadas fue uno de los eventos histó-
2011, pp. 19 y 29). La memoria indivi- ricos más significativos del país y de
dual tampoco se encuentra completa- su historia. Lamentablemente, duran-
mente cerrada y aislada. Al respecto, te años, la memoria histórica local ha
Halbwachs (2002, p. 6) señala: «Un estado silenciada por pensamientos
hombre para evocar su pasado tiene adversos a la recordación. Este fenó-
necesidad de apelar a los recuerdos de meno no es extraño, pues como indica
otros, se pone en relación con puntos Pérez (2010, p. 15), las sociedades con
de referencia que existen fuera de él y frecuencia consideran «que no se de-
que son fijados por la sociedad. Aún bería trasladar ese problema a otras
más, el funcionamiento de la memo- generaciones», y cuando lo hacen, lo
ria individual no es posible sin los ins- «legan» desde visiones parcializadas
trumentos que son las palabras y las y «contaminadas» ideológicamente,
ideas, que el individuo no ha inventa- censurando las partes de la memoria
do, y que son tomadas de su medio». que les son adversas. Pérez ejemplifi-
De hecho, no existen ni memoria es- ca el caso de la guerra civil española,

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en que «las familias de las víctimas del ron reubicados legal e ilegalmente
bando franquista recibían medallas al dentro y fuera del país, fueron solo
sufrimiento por la patria, pensiones algunas de las consecuencias más dra-
vitalicias, becas, homenajes y los res- máticas. Esa parte que no se quiere
tos de los suyos», mientras «las del recordar es lo que Colmeiro (2005,
bando republicano no pudieron reco- p. 153), para el caso, llama «crisis de
ger sus cuerpos, llevarles unas flores, memoria» ¿Cómo hablar de memoria
poner su nombre en una lápida o si- ante este dilema? Afortunadamente,
quiera recordarles en voz alta. El te- en el proceso asociativo que constitu-
rror que impuso el régimen silenció, ye la memoria y del que se ha hablado
la memoria...» (Pérez, 2010, p. 18). al principio, actúan tres factores: la si-
militud, el contraste y la continuidad.
La memoria histórica «rellena hue- En palabras de Skinner (1981, p. 58):
cos» (Colmeiro, 2005, p. 8) de dolor, «el conocimiento psicológico debería
de olvido, de frustración, de impoten- ser capaz no sólo de explicar el com-
cia, de recuperación, de esperanza, de portamiento humano, sino también
una nueva alternativa para reparar eso de predecirlo».
que no se puede devolver por ningún
motivo o circunstancias, la vida y la Predecir acontecimientos tan dolo-
esperanza interna de reconciliación rosos sólo es posible con el concierto
entre víctimas, victimarios o de la vida de la misma sociedad. La memoria
misma, si no queremos citar a un ban- histórica puede ayudar a liberar de
do o a otro. Pérez agrega: «Quizá esa esa percepción del dolor humano y
memoria recuperada sirva para tener lograr una comprensión más exacta
la historia completa. Un retrato más del origen de esas violencias (Gal-
justo y honesto del pasado trágico más tung, 2003, pp. 6 -24).
reciente» (Peréz, 2010, p. 22).
En la actualidad y desde una pers-
Lamentablemente, cuando se trata de pectiva científica, la importancia de
callar la tragedia, no importa que el la memoria en la recreación de los
silencio tenga un carácter ideológico. conflictos ha sido estudiada por el
En El Salvador, el miedo y el temor a psicoanalista indio Sudhir Kakar en
ser perseguido por pertenecer a uno torno al concepto «memoria cultu-
u otro bando obligó a una memoria ral». Para Kakar, instrumentalistas y
en silencio. La voz se enmudeció ante primordialistas reflejan precisamente
miles de muertos. «75,000 fallecidos» distintas posiciones políticas e ideo-
(CICR, 2011), miles de desaparecidos, lógicas que se ajustan a los distintos
miles de refugiados y niños que fue- momentos históricos según las nece-

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sidades que se den. Memoria cultural una manera concentrada, significados


es «la base imaginativa de un cierto compartidos por un grupo de perso-
sentido de la identidad cultural», y es nas que los dan por asumidos». Estos
también la “historia de un grupo libe- pueden ser textos, tales como perga-
rada de sus raíces en el tiempo”. (Bo- minos sagrados, crónicas históricas,
rreguero, S.F, p. 8). La cultura se vive poesía lírica o épica. También pueden
en comunidad, pero también cada uno ser monumentos, tales como edificios
es un universo cultural. Por tal moti- o estatuas, abundantes en signos ma-
vo, todos tienen una historia que con- teriales, señales, símbolos y alegorías
tar. Historias de vida, pensamientos o igual que depósitos de experiencia,
rumores, contribuyen a la reconstruc- erigidos a manera de recordatorios.
ción de hechos. Esto es, en definitiva, Más aún, la memoria cultural está in-
con lo que cuentan los pueblos para corporada a las prácticas repetidas y
dar forma a su identidad, amarrar su repetibles regularmente, tales como
historia y no perder los acontecimien- fiestas, ceremonias y ritos. Finalmen-
tos que muchas veces solo pueden salir te, la memoria cultural, al igual que la
en la memoria con solo la oportunidad memoria individual, está asociada a
de contarlos. Como dice Pérez, «la los lugares. Lugares donde ha ocurri-
cultura comprende modelos, valores, do algún suceso significativo y único
símbolos, conocimientos e ideas, y en o lugares donde un suceso significati-
general, es creación humana sujeta a vo se repite regularmente. El ejemplo
un proceso de transformación dialéc- más simple son las peregrinaciones.
tica, y por otro lado, la memoria está
compuesta por significados comparti- Todo lo anterior demuestra la vigen-
dos por un grupo de personas, enton- cia de la memoria y su apreciable valor
ces la memoria cultural se convierte en para la cultura y la identidad. Pero más
un proceso mediante el cual un grupo que eso, de ahí deriva que el sintag-
social determinado construye, conser- ma «memoria colectiva» no se refiera
va y trasmite las representaciones acer- tanto a la capacidad de las sociedades
ca del pasado mediante un proceso de para recordar como a la importancia
selección» (Pérez, 2010). que éstas y sus construcciones menta-
les comunes poseen para la configura-
Ni el futuro se puede construir so- ción de la memoria individual. Se trata
bre el olvido, ni la memoria se acopia de un proceso recurrente pero en evo-
con recuerdos aislados. Según Agnes lución: memoria individual-memoria
Heller, (2003, p. 5): «…La memoria colectiva-memoria individual, posible
cultural está conformada por objeti- a través del conocimiento de lo que
vaciones que proveen significados de Mendoza (2005, p. 5) llama «los mar-

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cos sociales de la memoria», en los que concertar de una manera única la


para lidiar con el tiempo (las fechas) demostración de sucesos que con pa-
y el espacio (los lugares) se requiere (y labras son muy difíciles de explicar
se validan) artefactos e instrumentos y afrontar. Por esta razón, los mu-
tales como: museos, archivos, galerías seos son de suma importancia como
y bibliotecas, «creados y organizados vehículo para ayudar a diferentes
con la intención de almacenar y co- generaciones a conocer los hechos
municar el presente y el pasado de una históricos que se han guardado en
cultura a futuras sociedades» la memoria y que necesitan concen-
(Mendoza, 2005, p. 6). trarse, ordenarse y materializarse en
un lugar donde se puedan exponer,
La memoria es importante para la donde vivencias, hechos, testimonios
cultura, pues opera a través de los y todos los registros posibles del re-
acontecimientos históricos, mejoran- cuerdo tengan un rostro. La cultura
do los procesos y documentando la como fenómeno de identidad, por su
existencia de hechos que han pasado parte, alimenta a esta, con la ayuda
a una generación y se trasladan a otra, del individuo, sus relatos y vivencias
justamente a través de la memoria: del pasado, confiriéndole un corpus
«La operación de configuración y con cualidades y defectos, pero que
representación del pasado que rea- se proyecta al futuro y lo hace con la
liza la generación de los hijos de las expectativa de ser mejor, más fuerte,
víctimas» (Johansson, 2005, p. 253) satisfecho y seguro de sí.
explica cómo en otra generación tam-
bién esta circunstancia puede (y acaso Muchas civilizaciones, religiones y
debe, puesto que prepara a las nuevas gobiernos han usado y usan la cul-
generaciones para enfrentar los even- tura para hacer sus memoriales de
tos con que ya lidiaron las generacio- conmemoración, muchos pueblos y
nes anteriores) ser considerada para naciones han hecho de la memoria
exponer hechos de un pasado no di- su referente de proyección presente
rectamente vinculados a ellos pero sí y futura. Así, para El Salvador, tener
para contar las experiencias de sus nú- un espacio para la recordación puede
cleos familiares, padres, tíos, abuelos traer muchos beneficios, entre ellos
y otras personas cercanas a la persona. forzar lazos de identidad. La busca-
da salvadoreñidad sigue tan esquiva
Si bien, el individuo posee su propia precisamente porque se busca afuera.
recordación, y los colectivos hacen Y si un pueblo no conforma cultural-
más fuerte la memoria, es la cul- mente su memoria, difícilmente po-
tura la que ayuda a los dos a poder seerá una identidad. Aquí no cabe el

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temor a la vergüenza. Los humanos, jugar en perpetuar la memoria y


como las sociedades, son el resulta- contribuir al "nunca más". Se trata
do de procesos tan positivos como de transmitir a través de la memoria
adversos. Sin prejuicios de ningún una ética de la atención, una actitud,
tipo, el pueblo que mejor afronta el unos medios para que las jóvenes ge-
futuro es el pueblo más consciente neraciones sean más atentas que sus
de sus cualidades y defectos. Los sen- mayores. La educación en derechos
timientos que mueven, las gestas que humanos se convierte en un vigilante
inspiran, los valores que construyen, en el recuerdo para el "nunca más", su
llámense héroes, mártires, o simples rol vigilante no es ni de control, ni de
familiares y amigos; o arte, religión y censura, sino de acogida, de hacer del
filosofía (que Heller llama «portado- aprendizaje de la memoria histórica,
res de la memoria»), constituyen la un acto de apertura hacia los otros
amalgama que mueve a seguir. en sus penas y sufrimientos» (Ma-
gendzo, 2006, p. 31).
Debe ser así porque el modelo a se-
guir es la humanidad y no los valores En 1985, en el séptimo congreso de
que le son adversos. Por eso es que en la ONU sobre la reparación del cri-
el aprendizaje de la memoria pesan men, se adoptó la declaración sobre
mucho los derechos humanos. Son los principios fundamentales de jus-
de particular importancia en las úl- ticia para las víctimas de delitos y del
timas décadas, porque están ligados abuso de poder. Desde entonces, las
a la recordación de la ciudadanía, el Naciones Unidas lideran un proceso
abordaje social y la evolución que de precisión jurídica y conceptual
tienen estos en el desarrollo de to- del derecho a la reparación, que pue-
das las esferas de la humanidad. La da servir a los Estados para aportar
estimulación de la conciencia social un marco general de políticas de me-
no puede dejar de lado la participa- moria o reparación (Peréz, 2010, p.
ción de los derechos humanos, pero 14). Pérez sostiene que «han sido los
sobre todo la transmisión del pasado Estados, a través de sus autoridades
es uno de los puntos vitales para re- administrativas y judiciales, quienes,
forzar la defensa de los derechos hu- en la mayoría de los casos, han ter-
manos para las nuevas generaciones. minado asumiendo la tutela de los
procesos para reparar a víctimas y
Por eso es que la labor de exponer la castigar a los verdugos». Las señales
memoria no es tan solo la difusión, de reivindicación de las familias víc-
sino también la educación. «La edu- timas del conflicto armado en El Sal-
cación tiene un rol importante que vador vinieron de diversas acciones

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derivadas de la firma de los Acuer- dar las garantías para que la verdad
dos de Paz de Chapultepec, México, se conozca y se pueda construir con
en 1992, pero poco a poco se fueron base en la verdad.
diluyendo y solo en la actualidad han
revivido más por causa de accidentes Aunque hay muchas opiniones y quejas
políticos o jurídicos que de acciones adversas y, efectivamente, queda mu-
consensuadas socialmente. cho por hacer, vale observar el aborda-
je del tema de derechos humanos en el
Estos temas jamás serán fáciles de caso español. Oficialmente, «… es uno
abordar, sobre todo por los gobier- de los Estados que están siendo contro-
nos, pero es un compromiso que las lados en este sentido. La cuestión de la
naciones tienen que adoptar para el memoria histórica se ha integrado ya
sano desarrollo de su sociedad, pues de manera clara en el conjunto de te-
en efecto, «el impacto del pasado se mas en torno a los cuales se articula el
mantiene latente en las secuelas per- diálogo en materia de derechos huma-
sonales y colectivas de las violaciones nos que Naciones Unidas mantienen
de los derechos humanos. Cuando la con España...» (Escudero, 2013, p. 19).
verdad se cuela, derribando las barre-
ras que ocultaban la tragedia y el cri- Iniciativas así no existen en el caso
men, ese pasado se actualiza de modos salvadoreño, caracterizado por déca-
insospechados. Los recuerdos afloran, das en silencio, excepto por algunas
las memorias se reavivan y surgen tes- iniciativas, publicaciones de libros
timonios y reflexiones ligadas a coyun- con historias de vida, estudios insti-
turas específicas» (Lirak, 2005, p. 11). tucionales, la resolución de casos de
ciudadanos salvadoreños condenados
El derecho a la verdad es uno de los por orden internacional por la muer-
temas principales que la memoria te de personas, entre otros. Procesos
histórica y los derechos humanos que en el afán de reconocer el daño
han tenido que abordar de manera causado a miles de muertos de la gue-
directa. Los colectivos de personas, rra civil se están concretando, aunque
como el individuo mismo, tienen muchos ya los consideren tardíos. Las
derecho a la recordación, a una re- Naciones Unidas, como otros organis-
cordación en donde puedan ser ex- mos, incluyendo al propio Gobierno
puestos los testimonios con libertad salvadoreño, han retomado el tema,
de saber lo que pasó en un momento pero con muy poca fortuna.
determinado. La memoria aflora, el
miedo la detiene, los derechos hu- El acta constitutiva de la UNESCO
manos y los gobiernos tienen que redactada en 1945, a pocos días de

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finalizada la Segunda Guerra Mun- democracia; educación a la que se po-


dial, declaraba la necesidad «del ideal dría contribuir en un futuro próximo.
democrático de dignidad, igualdad y
respeto de la persona humana, y por El rescate de la memoria histórica
la voluntad de sustituirlo, explotan- salvadoreña a través de un museo
do la ignorancia y el prejuicio, con el
dogma de la desigualdad de las razas Rescatar la memoria histórica a
y de los hombres» (Mayor, 1998, p. 8). través de la educación es algo más
Esto lleva a pensar que cualquier gue- complicado que el recurso mnemo-
rra, en cualquier lugar, con el pueblo técnico de asignar una imagen a un
o nación que sea, es llevada a cabo por concepto. Rescatar la memoria co-
la desigualdad. Los derechos humanos lectiva puede conseguirse a través
servirían entonces para eso, para velar de diversas instancias didácticas.
por las igualdades de todos, adaptar Una de ellas es el museo, una rica
los conflictos a cada época, apoyar, propuesta para alcanzar una mirada
ayudar y trabajar basadas las distin- integral y de provecho de los con-
tas acciones en la razón humana. Los tenidos de testimonios materiales e
cambios en el mundo siempre estarán inmateriales que forman una heren-
presentes, pero el desafío es mantener cia cultural. El museo, es además un
la igualdad, el derecho y el respeto a medio para lograr una difusión más
cada ser humano. amplia de temas como el rescate a la
memoria y es un buen generador de
Es importante inculcar en cada una educación permanente, así como el
de las nuevas generaciones el pensa- recurso más alcanzable en el que las
miento de transformar siempre todos diferentes instituciones pueden avo-
los actos que hacemos de forma igua- carse para concretar estos fines.
litaria, enseñar y rescatar el derecho
que todos tenemos a la libertad, a ser La importancia de los museos en el
respetados y a vivir en paz. Transfor- tema de la memoria histórica es cada
mar un pensamiento joven es un fu- vez mayor y ha cobrado gran difusión
turo seguro para una nación, es sim- a nivel mundial. Organismos como la
plemente cuestión de voluntad para Organización de las Naciones Uni-
hacer cambios sustanciales y perma- das para la Educación, la Ciencia y
nentes en una nación. Los pueblos no la Cultura  (UNESCO) o el Consejo
pueden hacer solos el trabajo, necesi- Internacional de Museos (Interna-
tan de sus gobiernos para poder de- tional Council of Museums, ICOM)
sarrollar nuevas prácticas e impulsar hacen esfuerzos importantes para
una adecuada educación basada en la apoyar a los países y, sobre todo, a la

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cultura de los pueblos al instaurar los que adquiere, conserva, estudia, expo-
espacios de convivencia común que ne y transmite el patrimonio material
son los museos, para hacer vivir una e inmaterial de la humanidad y de su
memoria que no debe de morir. Ade- medio ambiente con fines educativos y
más del interés surgido en las últimas deleite» (ICOM, 2012).
décadas por centros documentales
(archivos, bibliotecas, entre otros), el Si se desconoce de un acontecimien-
concepto de museos ha evolucionado to, ¿qué podemos decir a nuestros hi-
de una política museística centrada jos o a las nuevas generaciones sobre
en el objeto, a una política centrada sucesos que dañan un tejido social y
en el público (Pastor, 1992). cuyas consecuencias son devastado-
ras y difícilmente resarcibles? Men-
Tal como explica Maceira (2012, p. 14), doza (2005, pp. 9-11) afirma: «Cuan-
crear museos para un fin específico do se olvida el pasado el único futuro
no es fácil, sobre todo si se trata de que queda es el olvido, y el olvido es
museos donde su objetivo es social. la única muerte que mata de verdad».
En ellos, la identidad prevalece ante Todos los pueblos involucrados en
todo, la memoria es el ingredien- conflictos tienen la necesidad de rei-
te principal y sus participantes son vindicar los trágicos acontecimien-
colectivos de personas con historias tos experimentados en sus países
inéditas que ganan batallas mentales, para no esconder más los hechos que
originando espacios en donde la re- lesionaron su humanidad y que no
cordación es el único medio de sanar pueden ser explicados más que desde
heridas profundas de vida que una un punto de vista didáctico y educa-
guerra ha provocado en ellas. Lograr tivo. Parafraseando a Vargas Llosa,
una conexión con la vida, la muerte, se trata de que «las personas seamos
la recordación, generando un espacio cada vez más capaces de diferenciar
vivo donde renazca la nostalgia de lo bueno de lo malo y lo tolerable de
quienes ya no están y los eventos que lo intolerable» (Maceira, 2012, p. 10).
lo suscitaron, es el desafío de un Mu-
seo de la Memoria. Los museos de la memoria han co-
brado relevancia en las últimas déca-
En la actualidad, no se puede dudar das debido a la conciencia que se ha
del valor patrimonial, educativo y co- ido adquiriendo sobre las víctimas
municativo de los museos: «El Museo de los conflictos y las consecuencias
es una institución permanente, sin fi- sociales derivadas. El museo ha sido
nes de lucro, al servicio de la sociedad una alternativa para exponer de ma-
y de su desarrollo, abierto al público nera amplia y directa lo que todos los

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involucrados han querido decir por con las realidades de un país». Para
muchos años de silencio. Los ciuda- el ex responsable de la guerrillera
danos de cada país son los primeros Radio Venceremos, los museos de la
beneficiados en la creación de los mu- memoria «son rincones de la memo-
seos y en la difusión que adquieren a ria, son repositorios de las memorias,
nivel internacional. Es el legado que de las identidades, de los sueños, de
un pueblo da al mundo para cono- los imaginarios de las comunidades».
cer una historia jamás contada y que
no se puede repetir. Un museo cuyo Igualmente, reconocido es el valor de
tema sea la memoria, la recordación los museos en su labor educativa. Para
de un hecho y su uso, conlleva el in- el doctor Heriberto Erquicia, enton-
volucramiento de los diferentes seg- ces director del Museo Nacional de
mentos de la sociedad, estableciendo Antropología Dr. David J. Guzmán
con ellos acciones, planes y progra- (24 de abril de 2015), un Museo de la
mas identificados como claves. Por Memoria es «un lugar pedagógico, es
ello es también una responsabilidad un museo donde convergen las di-
de los gobiernos y los involucrados ferentes miradas, diferentes aristas,
en las políticas del Estado. Diferen- [y se hacen] diferentes lecturas de la
tes actores de la sociedad salvadore- realidad salvadoreña». Agrega que
ña confirman esta circunstancia.3 «no podemos hacer un Museo de la
Memoria de la realidad de uno o dos
Para el Sr. Roberto Galicia, direc- individuos sino de un colectivo, es
tor del Museo de Arte de El Salva- importante escucharlos a todo, un
dor (MARTE) (24 de abril de 2015) y Museo de la Memoria debería ser
uno de los mayores exponentes de la aquél que nos recuerde los hechos
plástica en El Salvador, «un país sin trascendentales de la historia de El
museos no es país. Siempre he dicho Salvador, lo positivo, lo negativo; lo
que un país sin museos es como una bueno y lo malo, para mostrar lo que
casa sin espejos, que sin ellos los que somos». Para el también arqueólogo
la habitan no pueden verse refleja- y docente universitario, «Hoy en día
dos». En otro sentido, según palabras el tema de la memoria es importantí-
del Sr. Carlos Henríquez Consalvi, simo, mostrar la memoria reciente es
director del Museo de la Palabra y importante para que estos eventos no
la Imagen (27 de mayo de 2015), los nos vuelvan a pasar».
museos «son espacios indispensables
e imprescindibles para comprender- En opinión de Francisco Flores, ex
nos y seguir, espacios de reencuentro presidente de la República por el par-
con las personas y de reencuentro tido Alianza Republicana Nacionalis-

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ta (ARENA) (12 de mayo de 2015): «un lo para un contexto de la memoria


Museo de la Memoria es un espacio histórica, y en la medida en la que se
donde podemos tomar conciencia de incida, la sociedad podría estar me-
nuestras raíces y los cauces que tomó jor preparada».
nuestra historia para depositarnos en
este momento de nuestra realidad». Para dar vida a un Museo de la Me-
moria parecen claves algunos refe-
Pero, ¿se está preparado para tener rentes indispensables. Según Roberto
un Museo de la Memoria en El Salva- Galicia (24 de abril de 2015), «A los
dor? Para Wilfredo Zepeda, director salvadoreños lo que nos hace falta es:
del canal de televisión GENTEVÉ y uno, conocernos a nosotros mismos;
secretario adjunto de la Secretaría dos: entender que a pesar de la estre-
de Arte y Cultura del izquierdis- chez de nuestro territorio, en nuestro
ta Frente Farabundo Martí para la país existe una gran diversidad, y que
Liberación (FMLN) (8 de mayo de tenemos más allá de la importancia
2015), «No es que se esté preparado que deberían tener las frontera polí-
por sí mismo, hay que preparar las ticas, hay una frontera cultural, hay
condiciones [para el museo] porque que entender que somos distintos en
la memoria actualmente es un es- nuestro hablar, costumbres, comida,
pacio de disputa política y cultural vestimenta, nuestra manera de pen-
y por lo tanto la memoria que pre- sar y ahí es donde nos debemos dete-
valece es históricamente la de las ner para ver por donde seguir».
clases dominantes. Eso ha llevado a
que en la interpretación de los pro- En opinión de Heriberto Erquicia
cesos históricos y en la valorización (24 de abril de 2015), «es importante
que se hace de estos procesos, perso- abordar estos museos no sólo como
najes, eventos y la significación que la memoria de la guerra como tal,
se hace de esos sucesos se haga [de- hay otras memorias que también son
terminada] interpretación histórica, importantes, las memorias colectivas,
valorización y significación. En ese de una población, de una localidad,
sentido, trabajar por la memoria sig- de cómo se ven unos a los otros. Hay
nifica trabajar por la revalorización, miles de memorias que se pueden
la resignificación de las cosas, [traba- abordar y [se puede] hacer mucho con
jar por] la memoria como espacio de ello». Para Carlos Henríquez Consal-
disputa, [pues tampoco] está exenta vi (27 de mayo de 2015), los factores
de las contradicciones de clases ni las que ayudarían a la concreción de un
correlaciones de poder». Para Zepe- proyecto de museo de memoria son
da: «A El Salvador hay que preparar- «escuchar a las comunidades, escu-

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char lo que las comunidades quieren (8 de mayo de 2015), dice «el tejido
¿cómo? y ¿de qué forma? quieren con- social es el que da la estructura de
tar su historia». Wilfredo Zepeda (8 clases, por eso hay que estudiar las
de mayo de 2015), por su parte pro- diferencias de clases, algo que mu-
pone una metodología simple: «pri- chas veces es obviado... Las perspec-
meramente la voluntad es uno de los tivas de las correlaciones de poder
factores principales (hacerlo) es decir, no pueden ser obviadas en el análisis
dedicar energía, pasión, ganas de ha- del tejido social. Cómo integrarlas es
cerlo; segundo, conjuntar voluntades, otro tema». Para Galicia, definitiva-
no es un asunto de una persona, sino mente, la contribución de los museos
de colectivos de organizaciones, de de la memoria se mide con la posi-
asociaciones o de instituciones del es- bilidad de transmitir a la población
tado; tercero, aprovisionar recursos: «un mensaje claro, directo y tranqui-
un museo es un proyecto que tiene lo de qué es lo que somos, de dónde
muchas connotaciones de tamaño, venimos, cuáles son las perspectivas
depende de cómo se conciba porque que tenemos para el futuro y enfren-
hay múltiples experiencias de museos tar los diferentes momentos por lo
(desde el más chiquito hasta el más que hemos pasado con la suficiente
grande), que representan diferentes amplitud, porque lo que va a preva-
tipos de recursos, pero cada uno va lecer es la forma en que lo aborda-
vinculado al ámbito territorial o so- remos, en el museo (Museo de Arte)
cial al que está dirigida la iniciativa». se ha tocado el tema del Sumpul
El también exguerrillero afirma: «El (una legendaria masacre de la era del
Salvador tiene tantísimo que aportar conflicto), pero además, el tema de
en este tema a nivel internacional y en las maras, la familia desintegración
ese sentido tiene la potencialidad de y todo esto tiene más vigencia que
ser un referente internacional». Para muchos escritos, y a muchos no les
el expresidente Flores (12 de mayo de agrada, otros dicen que los temas son
2015): «El Salvador necesita un espa- abordados muy sutilmente, pero ahí
cio que le permita digerir este even- está, esa es la opinión de la gente».
to singularmente traumático como
lo fue la guerra que se libró por trece Para Gloria Salguero Gross (6 de
años sobre nuestro suelo. Muchos de mayo de 2015), ex presidenta de la
los graves problemas nacionales se de- Asamblea Legislativa de El Salvador,
ben a la escasa o parcial asimilación el Museo de la Memoria «debería es-
que nuestra conciencia nacional ha tar a cargo del Estado»; para Galicia
hecho sobre este doloroso evento». (24 de abril de 2015 ), «el gran com-
Siguiendo con su respuesta, Zepeda promiso en la formación de nuevas

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audiencias, se puede lograr mucho Museo de la Memoria buscará con-


con el Ministerio de Educación, esto tribuir a la salvaguarda del patrimo-
ayudaría a captar públicos idóneos nio natural, cultural y científico del
que deben conocer esta historia». país, a través de la investigación y el
Y continúa: «yo no veo estas insti- análisis, apoyándose en la adquisi-
tuciones a cargo del Estado, contar ción de testimonios materiales e in-
con muchos o pocos recursos aniqui- materiales de los individuos y de su
la las instituciones, porque la gente medio ambiente. Deberá educar en
se acostumbra, es un reto, veo esto valores fundamentados en la paz y la
más como una acción conjunta en- justicia, así como en el conjunto de
tre la sociedad civil y algunas insti- conocimientos que inciten a una ac-
tuciones, porque está en la toma de ción social positiva. Adicionalmen-
decisiones y en la implementación te, el museo debería procurar, desde
de esa toma de decisiones». En 2015, su aporte, fortalecer y dar forma a
el expresidente Flores señalaba: «La la identidad nacional, haciendo de
violencia ha superado las capacida- los hallazgos individuales referentes
des de las autoridades para detener- colectivos, redescubriendo algunos
la. Hoy en día mueren más personas aspectos de la cultura nacional y re-
por la violencia en un día, que las formulando otros, guardados en el
que morían por los combates duran- imaginario colectivo. De esta mane-
te la guerra. La polarización entre las ra, el museo no sólo podrá contribuir
fuerzas políticas es profunda y muy al rescate de la cultura nacional, sino
destructiva. Se percibe en la ciuda- también a construir nuevos referen-
danía mucho rencor, dolor y deseos tes de la misma.
de venganza. Por estas razones creo
que es urgente crear espacios de re- Conclusiones
conciliación en el país».
La memoria trabaja con recuerdos
¿Un Museo de la Memoria concretos de los individuos, pero
en El Salvador? al hacerlo con un colectivo o grupo
de personas, la reconstrucción de
El Museo de la Memoria de El Salvador hechos e historias se hace más com-
deberá ser un medio para rescatar, pleta y enriquecedora. En opinión
preservar y difundir los recuerdos de de la autora, hay suficientes razones
quienes vivieron el conflicto armado para pensar que esa reconstrucción
y sus consecuencias, fomentando una colectiva también puede tornarse
reflexión que incida positivamente sanadora y que, sin duda, un Mu-
en la sociedad. Por su carácter de seo de la Memoria sería una enorme

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contribución en tal sentido. de eventos sociales, económicos y cul-


turales que han hecho de ésta una so-
La situación de olvido o de despreo- ciedad particular, con la tercera parte
cupación por la memoria histórica de su población viviendo en el extran-
nacional no es un fenómeno exclu- jero y «al menos 276 salvadoreños de-
sivo de El Salvador. Colmeiro (2005) ciden emprender diariamente la ‘ruta
refiere que en España, en relación al del migrante’ que los lleve a encontrar
período de guerra, posguerra, transi- mejores derroteros en Estados Uni-
ción y postransición, se dice «raro es dos» (La Página, 2014).
el día que no se encuentre artículo o
noticias [de periódico] que afirme, ce- Estas realidades son superiores a las
lebre, lamente o critique la memoria discrepancias. Pero no es suficien-
colectiva o su ausencia». Reconstruir te superar las trabas que impone la
los hechos de un período olvidado no ideología; es necesario transformar
es sencillo. Pero es más difícil vencer la necesidad del recuerdo en un in-
las razones de ese pretendido olvido, terés estatal y privado y su concre-
que aún sobreviven en muchos. Sin ción en la financiación del mismo.
embargo, ese afán es solo otro reflejo Un museo como el propuesto en
de que la negación, el abandono y el esta investigación puede mostrar dos
pretendido olvido requieren hoy más realidades: una, oculta por décadas;
que nunca de una memoria reconci- y otra, derivada de la anterior y que
liada. El museo tiene un reto enorme sigue afectando a cada habitante del
al procurar hacer de la reconciliación país. Esta misión permitirá, sin duda,
una realidad expresada en sus mensa- a las viejas, pero sobre todo a las nue-
jes, conjuntando puntos de vista an- vas generaciones, saber, conocer, in-
tagónicos, hechos puestos al desnudo terpretar y estudiar sobre el pasado
por una comisión internacional (la reciente y explicar su presente. Esto
Comisión de la Verdad) y guardados valida al MUMES (Museo de la Me-
en cada archivo personal con la cus- moria de El Salvador) como un for-
todia de las emociones, venciendo los midable educador y constructor de
agravios y reproches. identidad, puesto que ésta se cons-
truye con la conciencia de los hechos
Las respuestas a preguntas vedadas vividos por un colectivo y alrededor
desde hace 25 años no terminan, la- de los cuales se crea un vínculo de
mentablemente, ahí. Las tres décadas participación y pertenencia.
posteriores a la guerra civil salvadore- La investigación que sustenta este
ña, que marcó profunda y cruelmente artículo es un proyecto que necesita
a su población, derivaron en una serie acabarse. La meta de su concreción

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presenta una serie de retos que van vo diverso. La vocación pública del
desde la radicación física del MU- museo será comprometerse especial-
MES hasta su financiación, pero su mente con la mejora constante de la
clave es la diligencia con que se orien- experiencia cultural y educativa de
te y la voluntad de participación de los distintos tipos de visitantes, tanto
los actores. Acabar y concretar sus presenciales como virtuales.
planes museológico y museográfico,
como herramientas de ejecución, Centroamérica ha sido una región
debe ser su punto de partida. En esta con una historia muy parecida a la
parte será clave contar con una am- salvadoreña. Museos como el que se
plia participación de profesionales plantea son un proyecto que debe
procedentes de diferentes ámbitos, ser ejemplificador para esta región,
pero siempre bajo la dirección y coor- en la que tampoco existe una ini-
dinación del equipo del museo, junto ciativa igual. Esto también confiere
con las administraciones implicadas, al proyecto una particular vigencia
responsables últimas de los objetivos internacional, puesto que El Salva-
y decisiones adoptadas. dor sigue siendo un referente histó-
rico mundial en la solución de los
Recabar, resguardar y mostrar son conflictos armados de una era con-
desafíos que deberán afrontarse, vulsa y en la consolidación de los
además de buenas voluntades, con la Acuerdos de Paz.
ayuda de especialistas, historiadores,
escritores y personal administrati-

Notas
1 MÉNDEZ de C. Georgina Magaly. Maestra en Educación y Museos, patri-
monio, identidad y mediación cultural. Miembro del Comité Internacio-
nal para Museos y Colecciones de Arte Moderno (CIMAM).

2 Tesis final de maestría: Museo de la Memoria de El Salvador.

3 Se trata de la tesis de maestría llevada a cabo por la autora, presentada


en la Universidad de Murcia. TFM: Museo de la Memoria de El Salva-
dor (MUMES). Máster en Educación y Museos, patrimonio, identidad
y mediación cultural.

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