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¿Quién es el Virus?

La humanidad da asco, acepto que hemos progresado muy deprisa, pero la misma
evolución nos ha convertido en seres materialistas y ostentosos, encerrados en el precepto
de que vale según lo que tienes y no lo que eres, pues más que riquezas necesitamos amor y
bondad, más que un título necesitamos calidad humana.
En los últimos días nos hemos dado cuenta que lo verdaderamente importante es el
amor, el trabajo en equipo, porque a fin de cuentas, de que sirve tener la mejor ropa, el
mejor automóvil si no puedes salir de tu casa, tal vez es una lección del planeta tierra, pues
su cuidado siempre ha estado en nuestras manos y lo único que hemos hecho durante toda
la vida es destruirlo, parece que esa fuera nuestra misión, acabar lentamente con él y sus
especies, hoy estamos aterrorizados por un nuevo coronavirus que ha acabado con la vida
de más de 11.000 personas alrededor de todo el mundo, una emergencia sanitaria que hizo
que gran parte de los países entrara en cuarentena, pues lo que para nosotros es una
amenaza, para el planeta tierra es un respiro, el aire se purificó, el agua de Venecia (Italia)
se ve cristalina, las calles están más que limpias, entre otras, ahora pregunto ¿Quién es el
verdadero virus? En fin, es normal que tengamos miedo, pues para vivir estamos, el
problema es que no sabemos bajo que costo lo estamos haciendo, pues en múltiples
ocasiones vemos que quienes más tienen se aprovechan de los más vulnerables, pasando
por encima de estos sin importar las consecuencias, un claro ejemplo es el de empresas las
cuales siguen desechando sus residuos tóxicos en los ríos, afectando a miles de especies y
cientos de comunidades que quizás vivan de la pesca, parece que no entendieran que solo el
2% del agua es apta para el consumo humano.
En Colombia, vemos que las empresas contribuyen negativamente en el medio
ambiente, por ejemplo: Emisión de gases, desechos tóxicos al agua, chimeneas, etcétera. Y
nos da a entender como la ambición de las empresas perjudica a las demás personas, solo
por el hecho de ellos vivir un poco mejor y obtener más utilidades, tal es el caso de lo
sucedido en Colombia entre el 16 de Diciembre de 2019 y el 24 de Febrero de 2020, donde
han desaparecido más de 18.000 hectáreas de bosques y ha dejado cientos de animales
muertos, además de los que debieron huir por el impacto de las llamas que causaron
importantes afectaciones a los ecosistemas, pero que según el director de Gestión del riesgo
de uno de los municipios afectados (Cereté) ya están controladas en su totalidad (Aicardi,
2020).
Según Aicardi, el incendio fue provocado por personas que se dedican a cazar iguanas
de forma ilegal, cuyos huevos son comercializados en semana santa, ellos generan las
quemas porque el humo hace salir a las especies de sus hábitats, esto es un claro ejemplo de
lo perdidos que estamos de la realidad, dónde le damos más importancia al ser humano
sobre la vida silvestre, sin entender que somos nosotros los encargados de cuidarlos.
Pero, ¿Solo se ven afectados los animales? En absoluto, pues ni siquiera entre humanos nos
respetamos, ejemplo, lo que se vivió en Mayo del 2018, en Ituango, donde muchas familias
se vieron afectadas por la represa conocida como Hidroituango, personas que vivian de la
pesca se vieron en la obligación de abandonar sus casas para llevar un plato de comida a
sus hogares y que durante una emergencia dejó a miles de personas en albergues y a más de
27.000 niños sin clases y ni que decir de todos los líderes sociales que fueron asesinados
por enfrentar dicho proyecto, de los más conocidos está el caso de Hugo Albeiro Geroge
Perez y Luis Alberto Torres Montoya, quienes protestaban cada vez que podían, por los
derechos que “se estaban vulnerando”. Denunciaban que se había afectado su actividad de
barequeo y la pesca como forma de sustento, que se atentó contra el bosque seco tropical
que está rumbo a la desaparición en Colombia, que la fauna fue desplazada, que decenas de
habitantes fueron despojados de sus territorios sin tener una “compensación justa” y que
debido al proyecto habían tenido impactos en su salud.
Como se mencionó anteriormente estas situaciones hacen que los campesinos, en este
caso, emigren a la ciudad en busca de un trabajo y que por necesidad, aceptan cualquier
empleo, que tal vez no es pagado acorde con lo que soy capaz de hacer, pero si hacemos un
análisis más profundo vemos como todo se conecta, ya que cuando estas personas se
desplazan a estos lugares en busca de una ocupación van a dar a empresas que necesitan de
mucha mano de obra, con el fin de producir cada vez más y que las personas consuman
determinados productos, según la labor, además nuestro país aún tiene un atraso
tecnológico de por lo menos 20 años, la automatización aún es muy poca, por lo que se
necesita mucha mano de obra, es por eso, que lastimosamente resultamos trabajando en
algo que no nos gusta ni estudiamos para ser eso.
Es triste ver también como los gobiernos en lugar de ser un apoyo para las comunidades
más vulnerables, resulta ser tal vez una amenaza, porque aprueban proyectos sin importar
quienes se vean afectados y, claro, lo hacen con el fin de lucrarse también, es por eso, que
vamos a parar es en más pobreza, menos educación, con más gente resignada a su trabajo,
más consumismo, más contaminación. Solo porque unas personas quieren vivir mejor que
otras, pero, ¿A esto es lo que le llamamos razón? Pues no entienden que de la manera que
están actuando también se están acabando así mismos, es como el cigarrillo y la bala, una
velocidad diferente pero el final es el mismo, si no empezamos desde ahora este será el
panorama que tendremos en un futuro, pienso que cuando se refieren a nosotros como
animales, cosa que lo somos, pero quiero decir es cuando nos tratan de “animales no
pensantes”, es decir, perro, mono, gato, etcétera, es un elogio ya que somos la única especie
que aniquila y extingue solo por beneficio propio y lo hace en su único hogar, repito, ¿Eso
es la razón? No, pues no creemos inteligentes solo por el hecho de buscar agua en otro
planeta sin ni siquiera saber cuidar la nuestra, porque creamos armas que destruyen
comunidades completas que lo único que hacen es generar más odio, por experimentar con
animales y una cantidad de explicaciones que a la final no definen a un ser humano
Parece ser que no hace falta un virus para acabar con la humanidad, pues lo estamos
haciendo entre nosotros mismos.
Les comparto lo siguiente:
Artículo 12 de la constitución política de 1991: “Nadie podrá ser sometido a pena cruel
trato inhumano o desaparición forzada”
Traducción indígena: Pedazo diez dos: “Nadie podrá llevar por encima de su corazón a
nadie, ni hacerle mal en su persona, aunque piense y diga diferente”
Y como decía Jaime Garzón, con este artículo traducido por los indígenas, que nos
aprendamos salvamos este país o por lo menos nuestros hijos van a tener un país
mínimamente más agradable.

Elaboró,
Juan José García Sánchez

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