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Combustión de oxicombustible: en este se utiliza oxígeno casi puro para la combustión del
combustible, luego se elimina el CO 2 de los gases generados, formado principalmente por el vapor
de agua y el CO2.
Aunque dichas tecnologías son bastante prometedoras dado que, teniendo en cuenta que con una
eficiencia del 50%, una planta de energía emitirá hasta un 40% menos CO 2 de que la planta con
una eficiencia térmica del 30%. La adición de CCS reducirá aún más las emisiones de CO2 en más
del 85% en comparación con la planta de referencia, sin CCS como se observa en la Figura 1. Sin
embargo, para lograr esta reducción, la unidad de captura de CO2 consumirá hasta el 30% de la
energía producida por la planta, lo que significa que se debe quemar más combustible para
generar la misma cantidad de energía que la planta sin CCS.
Por otro lado, la captura de CO 2 provocaría mayor penalización de eficiencia, por ejemplo, en el
caso de los sistemas de postcombustión de absorción/desorción a base de amina, se necesitaría
extraer grandes cantidades de vapor a baja presión de la turbina y esto causará una alta
penalización de energía, reduciendo la producción de electricidad de una planta de energía en
aproximadamente 20-30%.
La pérdida de eficiencia debida a la captura de CO2 para las plantas de IGCC se estima en el rango
de 5-11% usando el proceso Selexol, 4% usando adsorción por cambio de presión, 7-10% usando el
bucle de calcio (la integración de la planta con un novedoso sistema de separación de aire basado
en membranas y el acoplamiento con el bucle de calcio para la captura de CO2 puede conducir a
una pérdida de eficiencia de solo 2.4% puntos, y menos del 3% de puntos si se aplica un proceso
de combustión en bucle químico a base de hierro.
Para las centrales eléctricas de PC y NGCC con combustión de oxígeno, la pérdida de eficiencia es
de casi el 10%. El consumo de energía para la producción de oxígeno mediante la separación de
aire criogénico representa aproximadamente el 50% de la reducción de la eficiencia total. Para
reducir la producción de oxígeno asociada a la penalización energética, se deben usar tecnologías
de separación de aire más eficientes (por ejemplo, a base de membrana o sólido).
Finalmente, dado que estas tecnologías ya han sido probadas en plantas piloto, se plantean
proyectos que permitan su demostración a mayor escala, como también el desarrollo de nuevas
tecnologías que permitan reducir la penalización de energía, el requerimiento de calor para la
generación de solventes y los costos de dióxido de carbono. A su vez también Los desafíos y
problemas técnicos y operativos, la infraestructura y las regulaciones actuales asociadas con el
transporte de CO2 son tema de investigación para dichos proyectos mediante la evaluación de
infraestructuras existentes en cuanto a posibles fallas, consecuencias y peligros para las tuberías
de la próxima generación, como nuevas ubicaciones y la reutilización de ya existentes.
CONCLUSION
Si bien las tecnologías de captura de CO 2 a simple vista parecen bastante prometedoras en temas
ambientales, no lo son en cuanto a generación energética ya que la aplicación de estas incurre en
reducciones tanto de la eficiencia como en la producción de electricidad, lo que se traduce en
aumentos en el costo de esta, que al mismo tiempo provocaría una alta penalización de energía.
De modo que antes de poder llevar a cabo a mayor escala dichas tecnologías es importante
balancear dichas desventajas con el fin de garantizar resultados favorables en ambas partes.