dieciséis C. Gaina y col.

/ Tectonofísica xxx (2013) xxx - xxx

Tabla 3
La geometría de la placa africana en las líneas seleccionadas. RI TOT-longitud total de la cresta, FZ TOT-total de fracturas y fallas de transformación, TR TOT-longitud total de zanjas, PBTOT-total Longitud de los límites de la placa.

Edad (Ma) RI TOT (km) FZ TOT (km) TR TOT (km) PB TOT Área oceánica Edad media Vel medio (cm Media vel ±
(km) (km 2) (Ma) / año) 1σ

00 22,322 (48%) 19,127 (41%) 5117 (11%) 46,566 44,865,798 72,1

11 23,098 (53%) 15.057 (34,5%) 5500 (12,5%) 43,655 42,440,661 67,27 1,5 0,3
50 16.729 (41,3%) 16,284 (40.2%) 7500 (18,5%) 40,513 35,198,749 61,42 1,2 0.1
68 15,674 (41%) 16,029 (42%) 6500 (17%) 38,203 25.608.553 48,68 4.4 0.8
90 14,420 (42%) 14.054 (40,5%) 6000 (17,5%) 34,474 20,509,182 54,6 3.1 0.5 0.5

130 4131 (15%) 11,200 (40%) 12,500 (45%) 27,831 19,328,471 56,8 3.1 1.3
140 7049 (37,7%) 6674 (36,3%) 5000 (26%) 18,723 18,362,285 49,8 1.7 0,67
170 9.528.510 43,6 2.2 2.2 0,72

Además de las ocurrencias del volcanismo masivo probablemente asociado con la actividad de
la columna, los eventos volcánicos a menor escala también pueden haber estado relacionados con
cambios en el movimiento absoluto de la placa. Por ejemplo, en el canal de Benue ( Fig. 3 ) región
situada en África occidental, la edad y la orientación de los diques regionales apuntan a tres períodos
de actividades magmáticas: (1) Jurásico tardío a Albio (147) - 106 Ma); (2) Cenomanian a Santonian
(97 - 81 Ma) y (3) tardío de Maastrichtiense a Eoceno (68 - 49 Ma) ( Maluski et al., 1995 ) La actividad
volcánica se ha relacionado con varias etapas de la apertura del Atlántico Sur ( Maluski et al., 1995 ),
pero observamos aquí que los intervalos de rotación CCW de la placa africana en relación con el
manto también coinciden con los estallidos magnéticos en el canal de Benue. A 130 Ma, todos los
modelos de referencia globales muestran una rotación en sentido antihorario (CCW) como en
movimiento absoluto, que en el GMHR h El marco de referencia de 2012 tiene un poste situado en la
región de Benue Trough. La misma rotación CCW o SW - Se observa movimiento NE para el tiempo
cretáceo medio-tardío (90 Ma), pero con un polo de rotación NW (HYB2008) o SW (GMHR h 2012) de
Benue Trough, y también para el Cretácico Tardío (68 Ma) para ciertos marcos de referencia
(FHRF1993 y HYB2010), pero cambia a un WSW más - ENE en SFRF2010 y GMHR h 2012.
Sugerimos que las tensiones litosféricas provocadas por los cambios en el movimiento absoluto de la
placa también podrían haber contribuido al debilitamiento de la corteza en el continente
centroafricano, al menos en el momento en que la Grieta del África Central comenzó a desarrollarse
en el Cretácico, como lo demuestra el emplazamiento del dique. .
4.3. La placa africana paleo-estrés - un ejemplo de plato - interacción del manto en el Maastrichtiense
límites activos de la placa. Además, la disponibilidad de nuevos datos y estudios sobre paleo-estrés
en el suroeste de África para ese intervalo de tiempo ( Viola et al., 2012 ) se puede utilizar para poner
a tierra los resultados del modelo de paleo-estrés presentado aquí.
4.3.1. Simpli fi Modelo de la litosfera africana a 68 Ma
Siguiendo Steinberger y col. (2001) , construimos un simple
modelo de la litosfera de placa africana a 68 Ma para evaluar un patrón de estrés. El modelo de
litosfera isostáticamente equilibrado está sujeto a tres mecanismos principales: (1) variaciones
laterales de la energía potencial gravitacional (GPE) dentro de la placa (debido a variaciones de la
estructura de densidad litosférica) y a lo largo de los límites (empuje de cresta debido al aumento de
astenosfera caliente) , (2) arrastre basal del manto convectivo, y (3) tirón de la litosfera oceánica
subductora de Tethys.
Este modelo de litosfera simple incluye una corteza de densidad uniforme y una litosfera de
manto descrita por un modelo de enfriamiento de medio espacio. Nuestra nueva red de paleoage
oceánico ( Fig. 7 ) se ha convertido por lo tanto en un simpli fi ed cuadrícula paleobathymetric utilizando
el Parsons y Sclater (1977) relación de subsidencia térmica dependiente de la edad y suponiendo
que la corteza oceánica tenga 7 km de espesor. En nuestro modelo simple, los continentes tienen un
espesor uniforme de 37 km (isostáticamente equilibrado para tener una topografía uniforme de 300
maboves sobre el nivel del mar para el área continental) y la litosfera del manto continental se
considera equivalente a una litosfera oceánica de 100 Ma de edad. Por lo tanto, a pesar de que el
GPE es uniforme dentro de la parte continental de la placa, las variaciones de GPE en todo el
continente - El límite del océano y dentro de la parte oceánica causa una distribución no trivial de
tensiones dentro de toda la placa.

Uno de los objetivos de nuestro estudio de la placa africana era cuantificar cómo la evolución de
esta placa (por acreción y subducción de la corteza oceánica e interacción con el manto subyacente)
afectó su interior continental a través del tiempo. La ruptura a gran escala dentro del continente
africano produjo límites de placas difusas desde el Triásico hasta el Jurásico Temprano (el sistema
Karoo), en el Cretácico Medio y Tardío y (Grietas del África Central y las Grietas del África Oriental
más antiguas), y desde el Oligoceno hasta nuestros días ( Sistema de la Grieta de África Oriental, ver
también Sección 2 ) No se registraron movimientos tectónicos importantes entre los principales
bloques africanos en el Campanian -
Maastrichtian, un intervalo relativamente tranquilo que siguió al evento compresivo generalizado
registrado en la época de Santonian, especialmente en el norte de África ( Guiraud y Bosworth, 1997 )
Sin embargo, los cambios en el régimen de estrés en ese momento se han documentado en el
interior africano en áreas situadas lejos de los límites activos de la placa ( Bosworth et al., 1999; Viola
et al., 2012 )
Hemos elegido un segmento de tiempo en el Campanian - Intervalo de tiempo de Maastrichtiense
(a 68 Ma que está cerca del identi fi ed anomalía magnética marina C31ny) para modelar el régimen
de estrés de la placa africana como un estudio de caso que emplea el nuevo modelo relativo y
absoluto de placa africana y su geometría en el momento en que 1) no había límites internos de
placa activos, 2) la topografía de el África continental era relativamente fl como precede a la llegada
del penacho de Afar alrededor de 30 Ma ( Burke y Gunnell, 2008 ), y 3) se registró un cambio en el
régimen de estrés en regiones situadas a grandes distancias de
La resistencia basal del manto convectivo se derivó de la velocidad de convección fi campo a
100 km de profundidad reconstruido de nuevo a 68 Ma ( Fig. 9 ) utilizando la técnica descrita en Steinberger
y Calderwood (2006) . La subducción se modeló estableciendo una condición de límite de velocidad
hacia afuera a lo largo del límite norte y noreste de nuestro modelo de placa (todos los demás
segmentos del dominio del modelo están anclados).
Este modelo signi fi difiere mucho de un modelo utilizado en el análisis moderno de tensiones.
Además de los tres mecanismos mencionados anteriormente, las tensiones litosféricas dependen en
gran medida de las variaciones topográficas, las heterogeneidades de la corteza, las variaciones de
la densidad del manto subcrustal y las variaciones reológicas de la litosfera (p. Ej. Bird et al., 2006;
Gaina et al., 2010b; Stamps et al., 2010 ) Mientras que esos parámetros pueden estimarse para la
placa africana actual con cierto nivel de fi Por lo tanto, la reconstrucción de estas variables para el
tiempo geológico es más difícil. fi culto. Un modelo complejo que analiza la placa africana en la
actualidad cuyo resultado puede reproducir el 60% de las orientaciones de estrés observadas en la
actualidad y el 80% de los regímenes de estrés observados fue brie fl y presentado por
Gaina y col. (2010a) . Algunas de las limitaciones actuales y la optimización de parámetros se
utilizarán para mejorar el modelo de paleoestrés presentado en este estudio. Este enfoque no puede
garantizar que los resultados pronosticados coincidan con el patrón de paleo-estrés observado, pero
da la fi dence que el tipo correcto de mecanismos (y parámetros asociados) fueron tomados en cuenta
en el modelado.

Cite este artículo como: Gaina, C., et al., The African Plate: A history of oceanic acusttion and subduction from the Jurassic, Tectonophysics (2013), http://dx.doi.org/10.1016/j.tecto.2013.05.037
 C. Gaina y col. / Tectonofísica xxx (2013) xxx - xxx
Fig.9. Velocidades del manto fl ahora a 100 km de profundidad para la placa africana a 68 Ma (modelo de
B. Steinberger usando Steinberger y Calderwood's (2006) técnica). Estas velocidades se utilizan para calcular el
arrastre basal en el modelado paleoestrés para el tiempo de Maastrichtiense (ver Sección 4 )
4.3.2. Técnica de modelado: el enfoque ProShell
Los cálculos se realizaron utilizando el paquete numérico interno ProShell. El análisis de
tensiones dentro de una placa tan grande requiere tener en cuenta la no litosfera fl atención y la
interacción potencial entre la deformación en el plano y la flexión. ProShell está diseñado para
analizar tensiones y deformaciones en la litosfera que puede describirse como un caparazón delgado
de forma arbitraria y trata un caparazón como un conjunto de
fi elementos finitos donde cada elemento se considera como un fl en placa (deformable al corte) con
especi fi c orientación en el espacio ( Kwon y Bang, 2000 ) La orientación diferente de los elementos
individuales puede causar la transformación de la flexión en un elemento en deformación en el plano
del elemento vecino. Por lo tanto, el elemento shell representa el equilibrio de ambos, momentos
(flexión) y fuerza en el plano. El cálculo de las tensiones en la placa litosférica sigue la curvatura
global de la Tierra y la curvatura local asociada con grandes perturbaciones de topografía /
batimetría. El enfoque numérico también se optimizó utilizando las técnicas descritas en Dabrowski y
col. (2008) .
Para una estructura dada de la corteza continental y oceánica, este programa calcula la posición
isostática de la litosfera y calcula la energía potencial gravitacional (GPE). La tracción en la base de
la litosfera se modela utilizando el enfoque de Ellis y col. (1995) . Las variaciones de densidad máxima
dentro del manto litosférico (96 kg / m 3) la corrección térmica de la litosfera del manto debido a
variaciones en el grosor de la corteza (9 ° C / km) y parámetros de intensidad del arrastre basal,
como la viscosidad de la astenosfera (2 × 10 21 Pa · s) fueron tomados de nuestro moderno estudio de
análisis de estrés ( Gaina et al., 2010b ) que se probó contra los patrones observados de estrés
litosférico ( Bird et al., 2006; Bosworth et al., 2008; Delvaux y Barth, 2010; Heidbach et al., 2008 )
4.3.3. Resultados de modelado
Para entender el en fl Debido a que cada mecanismo contribuye al estrés paleo-africano, los
aplicamos individualmente y analizamos los patrones de estrés resultantes. Los cálculos se
realizaron de forma regular. fi rejilla de elementos finitos de aproximadamente 450 × 500 elementos
lineales, lo que da como resultado un sistema de aproximadamente 1 millón de grados de libertad.
En primer lugar, analizamos las tensiones resultantes de las variaciones laterales de GPE. El
supuesto de bajas variaciones topográficas a 68 Ma para
Cite este artículo como: Gaina, C., et al., The African Plate: A history of oceanic acusttion and subduction from the Jurassic, Tectonophysics (2013), http://dx.doi.org/10.1016/j.tecto.2013.05.037
17
África continental impide el análisis de las variaciones intracontinentales de GPE y, por lo tanto, este
conjunto de cálculos presenta el fl uence de empuje desde las crestas oceánicas medias solamente ( Fig.
10 ) El mapa del régimen de estrés muestra que todo el continente africano está en un régimen de
compresión debido a las fuerzas de empuje de la cresta circundante.
InModel 2 ( Fig. 10 ) simulamos el en fl uence de manto fl arrastre ahora agregando un término de
tracción basal. Siguiendo Ellis y col. (1995) Suponemos que la litosfera se ve afectada por la tracción
de tipo Quette fl Ay. Esta fl El flujo está controlado por la diferencia entre la litosfera y las velocidades
del manto de convección (calculada a 100 km de profundidad utilizando el enfoque de Steinberger y
Calderwood, 2006 ) y por la viscosidad de la astenosfera (tomada como ~ 2 × 10 21 Pa · s). El efecto
de este mecanismo parece ser un cambio severo en la orientación de la mayoría de los esfuerzos de
compresión en las partes norte y sureste del continente africano y la creación de un régimen de
estrés extensional en el noreste de África.
Los dos modelos anteriores usaban condiciones límite antideslizantes para las velocidades. El
Modelo 3, en contraste, establece velocidades límite externas dirigidas en la parte media del límite
del dominio norte. Eso simula el arrastre de la losa, asociado con la subducción de la antigua litosfera
oceánica de Tethys ( Fig. 10 ) Aplicamos un simpli fi ed condición de límite cinemático y varían la
magnitud de la velocidad de subducción de baja (velocidad de 1 - 3 cm / año, modelo 3a) valores de
tomoderate (4 - 7 cm / año, modelo 3b). Esas variaciones, sin embargo, no producen signi fi No se
pueden cambiar los patrones de estrés ( Fig. 10 ), que ilustra la robustez del modelo para evaluar las
incertidumbres de subducción. Agregar este mecanismo no conduce a grandes cambios en el estrés fi orientación
de campo, pero signi fi altera los regímenes de estrés del norte de África ( Fig. 10 ) El régimen
extensional parece afectar a todo el NE de África y su parte en alta mar, y está bordeado por
regiones de deslizamiento.
Nuestra fi Los resultados de primer orden corresponden relativamente bien a los regímenes de
estrés paleo inferidos de los estudios geológicos. Se recopiló un conjunto de datos reciente de
indicadores de paleostress que incluye planos de fallas estriadas medidas en el SW de África
(Namaqualand) y se modeló en tensores de paleoestrés que sugieren un régimen de compresión en
el Maastrichtiano ( Viola et al., 2012 ) Este tiempo está limitado por los marcadores de fecha situados
cerca de las direcciones de fallas medidas y coincide con nuestros resultados. En el norte y noreste
de África, después del evento compresivo de Santonian / Senonian, NW - La ruptura de SE se reinició
en partes del norte de África - Margen árabe en el Campanian temprano y continuó hasta el
Maastrichtiano tardío ( Guiraud y Bosworth, 1997 ) NW grande - SE cuencas de grietas de tendencia ( Fig.
3 c) fueron rejuvenecidos durante el Senon tardío - Los tiempos del paleoceno y la actividad
magmática ocurrieron a lo largo del E - W tendencia enjambre de fallas nubias del sur de Egipto - norte
de Sudán Wilson y Guiraud, 1992 ) El régimen de paleo-estrés predicho por nuestro modelo es
consistente con estas evidencias geológicas que sugirieron un régimen extensional / de
deslizamiento en el NE y N de la placa africana. En otras partes se presentará un mayor modelado
del paleo-estrés de la placa africana para los marcos de tiempo geológicos relevantes (Medvedev et
al., En preparación).
5. Resumen y conclusiones
En esta contribución, presentamos un estudio sistemático de los límites de la placa africana
desde la apertura de las cuencas oceánicas circundantes, a partir de 195 Ma en el Atlántico central,
que ayuda a una mayor comprensión de la geodinámica de la placa africana. La acumulación y
subducción de la corteza oceánica alrededor del continente africano se describe a la luz de los datos
geofísicos y geológicos disponibles y los modelos publicados.
La geometría y la ubicación de la placa africana en el tiempo y el espacio se analizan durante
varios períodos de tiempo que corresponden a episodios de deformación intracontinental. La
evolución de los límites de las placas y la litosfera. - Las conexiones del manto reveladas por el
movimiento absoluto de la placa africana se discuten en el intento de explorar una correlación entre
estas y otras regiones. fi tensiones de campo que pueden tener en fl ueced el interior continental
africano.
 C. Gaina y col. / Tectonofísica xxx (2013) xxx - xxx

una falla normal, SS es deslizamiento y TF es el régimen de fallas de empuje. 18 años

central) y (3a, b) base, arrastre basal y subducción a lo largo de los bordes norte y noreste utilizando una velocidad de subducción de 7 cm / año y 2 cm / año (dos paneles inferiores). Los regímenes se calcularon utilizando técnicas de Delvaux y col. (1997) ; NF es

Fig.10. Resultados del modelado paleoestrés: orientación del esfuerzo de compresión horizontal máximo (paneles izquierdos) y régimen de estrés (paneles derechos) para tres modelos, (1) modelo base (panel superior), (2) modelo de arrastre basal y basal (panel

Cite este artículo como: Gaina, C., et al., The African Plate: A history of oceanic acusttion and subduction from the Jurassic, Tectonophysics (2013), http://dx.doi.org/10.1016/j.tecto.2013.05.037