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EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD COMO

CONSECUENCIA DE LA EXIGENCIA
DE LA SOCIEDAD PATRIARCAL
Dayana Aranda.

C
otidianamente podemos observar cómo se ha
romantizado el hecho de que una mujer tenga varias
actividades a su cargo, y cuando digo que está
romantizado es porque podemos escuchar comentarios como: “Las
mujeres pueden hacer dos cosas a la vez”, “Las mujeres tienen
mayor organización”, y sí, durante años esos eran los papeles que
las mujeres debíamos representar, porque si no era así, éramos
malas madres, malas hijas, malas mujeres, pero no tiene que ver
con nuestra capacidad, tiene que ver con el orden patriarcal.

Actualmente la situación ha sido “justificada” de otra manera,


diciendo que la mujer tiene la capacidad de estudiar, trabajar y
ayudar en los labores de la casa, servir a sus hermanos y a veces
hasta a los abuelos, y esto no como una iniciativa, si no fundada
desde el principio de obligación disfrazada de “tú puedes eres
joven” “Eres mujer, demuestra que puedes”, “¿No querían
igualdad?”

Entonces vemos a las mujeres actualmente teniendo trabajo


reenumerado en el ámbito público (oficinas, negocios propios,

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comercios, etc.) y también en ámbitos “Privados” donde su
esfuerzo no es reenumerado, es decir en la casa. En este momento
se le exige a la mujer que desenvuelva un papel en casa como si no
trabajara y en la oficina como si no tuviera hijos…

Ahora, si escribiéramos cada una de las exigencias que se le hace a


la mujer en el 2020, entenderíamos el por qué las mujeres de la
“Posmodernidad”, viven estresadas y con niveles altos de ansiedad,
acostumbradas a tener en su sistema la sustancia “Cortisol” todo el
tiempo.

¿A qué nos referimos con “Ansiedad”?, una palabra muy común


que la escuchamos todo el tiempo, y es usada con mucha
frecuencia y suele confundirse con “Estrés”.

A continuación hablaremos de la definición de cada una y sus


diferencias.

La Ansiedad

La ansiedad es una respuesta de anticipación involuntaria del


organismo frente a estímulos que pueden ser externos o internos,
tales como pensamientos, ideas, imágenes, etc., que son percibidos
por el individuo como amenazante y/o peligroso, y se acompaña
de un sentimiento desagradable o de síntomas somáticos
de tensión. Es una señal de alerta que advierte sobre un peligro
inminente y permite a la persona que adopte las medidas
necesarias para enfrentarse a una amenaza. 1

1Guía de Práctica Clínica para el Manejo de Pacientes con Trastornos de Ansiedad en Atención Primaria Plan Nacional
para el SNS del MSC. Unidad de Evaluación de Tecnologías Sanitarias. Agencia Laín Entralgo. Comunidad de Madrid;
2008.

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Estrés

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al fenómeno del


estrés como las reacciones fisiológicas que en su conjunto preparan
al organismo para la acción (OMS, 1994). Considerado desde este
punto de vista, el estrés sería una alarma, un estímulo que conduce
a la acción, una respuesta necesaria para la supervivencia,
respuesta que puede ser coherente con las demandas del entorno,
o bien, insuficientes o exageradas.

Cuando esta respuesta natural se da en exceso se produce una


sobrecarga de tensión que repercute en el organismo humano y
provoca la aparición de enfermedades y anomalías patológicas que
impiden el normal desarrollo y funcionamiento del cuerpo humano.

Como podemos observar, ambas definiciones nos hablan de un


sistema de alarma que el cuerpo activa cuando se siente
amenazado.

Para comprender la relación entre la exigencia social, el estrés y


ansiedad, tenemos que tomar en consideración que el estado de
equilibrio de una mujer y cualquier ser humanx se encuentra,
cuando logra una homeostasis, es decir, estar en equilibrio con la
mente, el cuerpo y el entorno. Si alguno de estos “elementos” se
viera afectado estaríamos hablando de una “amenaza”, misma que
se necesita para activar la ansiedad o el estrés, según las
definiciones antes mencionadas.

Ejemplos en contexto:

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Si hablan mal de tu cuerpo y constantemente se le exige que debe
cumplir un “estándar de belleza”, entonces estaremos hablando de
una perturbación emocional, producida por un concepto erróneo
de nosotras mismas, sustentado por comentarios y opiniones
donde nos dicen “que no somos suficientemente atractivas”,
pudiéramos incluso hablar de la pérdida del autoestima y este
ejemplo lo podemos observar todo el tiempo en comentarios
machistas comúnmente normalizados.

“Eres muy alta”, “eres muy chaparra”, “vistes muy tapada…


mocha” “vistes muy descubierta.. puta”

Aquí pudiéramos hablar de que se ha perdido la homeostasis,


porque nos encontramos emocionalmente insatisfechas. Lo que se
traduce en que nos sentimos amenazadas y tendremos conductas
de autoexigencia, por esta razón vamos a presenciar estrés o
ansiedad, ya que empezamos a tener problemas psicológicos.

Otro ejemplo de cómo las exigencias hacen que perdamos


homeostasis es cuando somos comparadas con otras mujeres, y no.
no es culpa de la otra mujer, es culpa del que nos funda la idea de
la comparación.

“Mira esta modelo es muy guapa… a ti te sobran kilos (o te faltan)”.

Cuando perdemos el sentido de la identidad, podemos caer en


prácticas autodestructivas, por ejemplo: Vomitar, dejar de comer,
operarnos, comer demasiado, hacer rutinas de ejercicio
inalcanzables, etc. Una vez más podemos observar la ansiedad y el
estrés.

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Diferencias entre estrés y ansiedad

Los síntomas de la ansiedad se presentan como una respuesta


lógica a alguna situación cotidiana, son leves, de corta duración y
desaparecen cuando la situación se normaliza.
Podemos reconocer síntomas que se manifiestan como:
• Manos o pies fríos (personas sin ansiedad suelen tener manos
calientes)
• Manos húmedas
• Temblor de manos
• Dolor de cabeza
• Constante fatiga
• Problemas estomacales
• Problemas de sueño
• Sudores
• Temblor de voz
• Despersonalización

Estrés
En el momento estresante el cuerpo adopta un estado de defensa,
es decir, se prepara para reaccionar, luchar, huir, etc. y reclama
todas sus fuerzas para enfrentarse con la fuerza necesaria a la
circunstancia.
En una situación de emergencia que provoca estrés, se
desencadena e incrementa
• la presión arterial
• el metabolismo celular en todo el cuerpo
• las concentraciones sanguíneas de glucosa
• la glucólisis muscular

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• la fuerza muscular
• la actividad mental
• la capacidad de concentración y atención
• la coagulación de la sangre
• el riego sanguíneo muscular
• y desciende el riego en órganos que no requieren actividad
rápida.

Es decir, toda la energía del organismo se prepara para una


reacción física intensa y cuando termina este mal momento, el
cuerpo está obligado en adaptarse y pone en marcha una serie de
mecanismos para recuperar su equilibrio; entonces la reacción
fisiológica del estrés, poco a poco, desaparece.

¿Que podemos hacer nosotras como herramienta


feminista de lucha contra la ansiedad y el estrés?

Primeramente no compararnos, con nadie.


Esta premisa es difícil, muy difícil, más cuando vivimos inmersas en
el capitalismo y en la sociedad de consumo. Este consumo no es
solo material, también es un consumo de cuerpos. Recuerda que
uno de los objetivos del capitalismo es convertirte en un objeto,
poner a toda la sociedad en falta (nos hace sentir que algo
necesitamos, nunca estamos satisfechos, un celular, ropa nueva,
una persona nueva, etc), y exigir a lxs demás que nada les falte,
porque si no su valor es menor. Cuestionemos eso, cuestionemos
qué tanto un objeto o un valor agregado nos va a hacer felices y/o

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vamos a ser felices. ¿Y por qué?, ¿Quién me hace esas exigencias y
por qué?

Reconocer nuestros logros.


Pocas veces nuestros triunfos los vemos como un logro, muchas
veces lo vemos como una obligación, nuestra autoexigencia es
mucha, recuerda todo el esfuerzo que hiciste para lograr eso que
ahora demeritas. Alejarse de personas que te exigen algo que tu
no deseas o que tu no eres y te hacen sentir mal contigo misma,
es el acto de amor propio más importante que puedes
demostrarte a ti misma.

No te olvides de ti.

¿Te vistes para ti?, ¿Te gusta cómo te sientes?

Muchas veces vestimos para alguien más, o lo que está de moda,


aunque nos sintamos incómodas. Cuando te vistas y te arregles,
pregúntate si lo haces para ti.

La primer y única persona con la que tienes que quedar bien, es


contigo.

Para finalizar anexare una técnica de relajación que podrá ayudar a


disminuir niveles de ansiedad y estrés, que en lo personal me gusta
mucho.

Consume alimentos bajos en cortisol


El cortisol es una hormona que nos produce estrés, por ello es mejor olvidarla de
tu dieta, o al menos disminuirla.

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RELAJACIÓN PROGRESIVA DE JACOBSON

¿Qué es?

La Relajación progresiva es un método de carácter fisiológico, está


orientado hacia el reposo, siendo especialmente útil en los
trastornos en los que es necesario un reposo muscular intenso. El
entrenamiento en relajación progresiva favorece una relajación
profunda sin apenas esfuerzo, permitiendo establecer un control
voluntario de la tensión distensión que llega más allá del logro de la
relajación en un momento dado.

Instrucciones
Lo primero que haremos es encontrar una posición cómoda,
quítate los zapatos y cuida también de que la ropa no te oprima.
Extiende los brazos sobre las rodillas e inicia esta sencilla secuencia
de relajación.

Manos. Cierre tus manos fuertemente hasta sentir la tensión.


Mantén esta posición durante 10 segundos, y poco a poco, ve
liberando cada uno de los dedos sintiendo la relajación.

Hombros. Es muy sencillo, lo que haremos en este caso es encoger


los hombros suavemente hacia arriba, hacia las orejas. Siente la
tensión por unos momentos, mantén esa posición durante 5
segundos y después libera y siente el descanso… Repite 5 veces.

Cuello. Llevaremos el mentón hacia el pecho en aproximadamente


5 segundos, repítelo 3 veces, después relájate.

Boca. Ahora, abriremos la boca y extenderemos la lengua hacia


afuera tanto como nos sea posible durante 10 segundos. Después,

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relaja. Ahora, en lugar de sacar la lengua la llevaremos contra
nuestro paladar, siente la tensión y relaja.

Respiración. Continuamos nuestro ejercicio de relajación con un


sencillo ejercicio de respiración: coge aire durante 5 segundos,
retenlo durante 6 segundos y exhala durante 7 segundos. Muy fácil.

Espalda. Con los hombros apoyados contra el respaldo de la silla,


inclinamos un poco el cuerpo hacia adelante de manera que la
espalda quede arqueada; mantenemos esa posición 10 segundos y
después, nos relajamos.

Pies. Terminamos nuestra secuencia centrando la atención en los


pies. Estira los dedos como si intentaras ponerte de puntillas. Nota
la tensión durante 10 segundos para después, soltar y percibir la
relajación. 2

2 https://lamenteesmaravillosa.com/relajacion-muscular-progresiva-de-jacobson/

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