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En resumen, el riesgo socioeconómico se puede concretar en a) desplazamiento

de pequeños productores de las mejores tierras y procesos de concentración de


tierras; b) cambios en la disponibilidad y precios de los insumos agropecuarios; c)
pérdidas de empleo por la alta mecanización de los cultivos energéticos y e) el
aumento general del precio del resto de productos alimentarios.

Efectos en los precios de los alimentos


El costo de las importaciones de alimentos es una consideraciÛn importante para
los paÌses en desarrollo importadores netos de alimentos69. Si la expansiÛn del
mercado mundial de biocombustibles provoca un aumento de los precios de los
productos b·sicos, ello puede afectar a la capacidad de esos paÌses para comprar
los alimentos que necesitan. Los principales productos alimentarios que se
importan son los cereales, en particular arroz, trigo, maÌz y mijo. De esos
productos, sÛlo el maÌz y el trigo se utilizan actualmente para la producciÛn en
gran escala de biocombustibles, en este caso de etanol. Sin embargo, si el
mercado de biocombustibles adquieriera una cierta pujanza podrÌan destinarse a
la producciÛn de materias primas para biocombustibles tierras dedicadas
actualmente a otros cultivos.
Es sin duda posible un aumento del precio de las materias primas utilizadas para
la producciÛn de biocombustibles. No obstante, a m·s largo plazo los efectos
positivos que sobre los ingresos tendrÌan los cultivos energÈticos y el aumento de
los precios de los alimentos, que se encuentran actualmente a niveles
artificialmente bajos, podrÌan contrarrestar los efectos negativos a corto plazo para
los consumidores pobres de los paÌses en desarrollo.

Usos de la tierra
Los biocombustibles pueden producirse a partir de plantas no comestibles, como
la jatropha, que crece en tierras marginales, degradadas e incluso desÈrticas no
aptas para la producciÛn de alimentos o forraje. En el futuro es probable que
pueda transformarse en energÌa toda la biomasa de la planta, y no sÛlo una
pequeÒa parte, como hasta ahora. Los residuos ricos en celulosa de la
producciÛn agrÌcola, como la paja, se utilizar·n en medida creciente como materia
prima. Adem·s, una vez extraÌdo de la planta su contenido energÈtico, los residuos
pueden utilizarse para diversas aplicaciones, por ejemplo como fertilizantes
org·nicos, contribuyendo asÌ a mejorar los rendimientos de la agricultura. Por otra
parte, la producciÛn agrÌcola puede atender simult·neamente a las necesidades
alimentarias y energÈticas. En el caso de la caÒa de az˙car, por ejemplo, se
extrae ante todo el az˙car para el consumo humano. La melaza se utiliza para
producir biocombustibles, y los residuos (bagazo) se queman para producir
electricidad. La biotecnologÌa moderna puede aumentar los rendimientos de los
cultivos y modificar las caracterÌsticas de las plantas para facilitar su
transformaciÛn en combustibles. Todos esos adelantos indican que el problema
de la competencia entre cultivos alimentarios y cultivos energÈticos quiz·s sea
menos grave de lo que parece en la actualidad.
La modificaciÛn genÈtica de los cultivos energÈticos -con el fin de incrementar el
rendimiento y desarrollar caracterÌsticas deseables- puede suscitar temores
relacionados con supuestos peligros para la vida y la salud de las plantas, para la
conservaciÛn de la diversidad biolÛgica y para el medio ambiente en general. Las
reticencias de la poblaciÛn frente a los cultivos modificados genÈticamente,
cualquiera que sea el uso al que se destinen, es un problema que ha de tenerse
en cuenta. Antes de
iniciar la producciÛn en gran escala de esos cultivos, conviene evaluar con
cuidado los aspectos relacionados con el medio ambiente, con la sostenibilidad y
con la percepciÛn p˙blica.

Incrementos en los precios de los alimentos


El elemento más controversial de las discusiones sobre las políticas de promoción
de los biocombustibles es que estos han generado grandes incrementos en los
precios de los alimentos. Donald Mitchell (2008) hizo una caracterización completa
de estos incrementos y de todas sus causas desde el 2005 al 200811 y encuentra
que los incrementos en el precio del petróleo y de fertilizantes contribuyeron con
un aumento de 15% en los precios de alimentos básicos comercializados
internacionalmente. La depreciación del dólar es responsable por un 20%
adicional y las sequías y malas cosechas por unos puntos porcentuales más. El
principal factor detrás de este fenómeno es el aumento de producción de
biocombustibles a partir de granos en Estados Unidos y semillas oleaginosas en
Europa, responsable por un incremento de más del 60% en el precio. Por su parte
Searchinger (2009) también encuentra que la producción de biocombustibles en
Europa y en los EEUU ha contribuido de manera significativa a los incrementos en
los precios de la comida. Se espera que en 2013 los precios de los alimentos
vuelvan a aumentar de manera significativa por la escasez de tierra que la
producción de biocombustibles genera en conjunto con la especulación en los
mercados de futuros (Lagi, M.; Yavni Bar - Yam; K.Z. Bertrand; Yaneer Bar-Yam;,
2011)
Sin embargo, es importante señalar que la producción brasilera de etanol a partir
de caña de azúcar no ha contribuido de manera notable al incremento en los
precios de alimentos básicos globales debido a que el aumento en la producción
de caña ha impulsado, aún con los incrementos en la producción de etanol, la
producción de azúcar de 17,1 millones de toneladas métricas en equivalente de
azúcar crudo (tmvc) en el 2000 a 32,1 tmvc en el 2007, casi el doble.
Adicionalmente, es importante tener en cuenta que los precios de los alimentos se
ven influenciados por la especulación en los transables de commodities

son la Ley 693 de 2001 y la Ley 939 de 2004.L

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