Está en la página 1de 5

CIMARRONAJE PALENQUES Y NEGROS ESCLAVOS EN LA SOCIEDAD

COLONIAL DE LA NUEVA GRANADA DEL SIGLO XVIII

Diego Mora. Luis Fernando Alvarez.


Universidad La Gran Colombia.

En la sociedad Neogranadina del siglo XVIII se vieron distintas problemáticas en las que el
papel del negro esclavo cobro una significativa importancia. Desde el siglo XVI cuando
llegaron los esclavos traídos desde África para los trabajos que los indígenas no pudieran
soportar el negro tuvo un rol significativo en la parte social, cultural, política, pero sobre todo
económica donde fueron ellos los encargados de hacer la extracción minera, las labores
agrícolas hasta ya pasar a ser la mano derecha de sus amos en algunas haciendas y poder
llegar a ser criadores de sus propios hijos.

El objetivo principal de este balance es el poner en contraste las diferentes miradas acerca del
periodo colonial del siglo XVIII en la nueva granada, donde vemos desde distintas corrientes
de pensamiento y maneras de ver la historia, la posición del negro esclavo, el cimarronaje y
los palenques que se formaron durante esta época

Desde la corona de Castilla hasta su desembarco en América la vida del negro fue mísera,
dura e inhumana. Eran tratados como simples mercancías y forzados a hacer las labores más
difíciles de trabajo, labores en las que los indígenas murieron o por orden de la Reina Isabel I
prefirieron usar negros en vez de indios. En este contexto, (Navarrete 2001) afirma que: "El
negro esclavo era una mercancía que podía ser utilizada en cualquier actividad económica,
por tanto, no se le brindaba la posibilidad de "aportar" se le obligaba a trabajar (de no hacerlo
el cepo y los azotes eran el mejor medio de persuasión) o "contribuir" al enriquecimiento de
su dueño". En este sentido consideramos que el negro era tratado como un objeto sin alma
que contribuyó al desarrollo económico colonial, porque prácticamente se le forzaba a hacer
estas actividades y no tenía la protección de la legislación colonial como si la tenía el
indígena. Se les agrupó y se les prohibió comerciar con estos. La deshumanización era
totalmente evidente.

Bajo esta difícil situación para el negro esclavo no tenía ninguna esperanza que pasar el resto
de su vida trabajando para sus amos y esperar llegar a tener una muerte digna, pues “Las
plantaciones esclavistas reproducen los rasgos de un campo de concentración y despojaron a
los hombres de su dignidad”.(Stanley Elkin como se citó en colmenares, 1979) Con el paso
del tiempo la población indígena iba disminuyendo en ciertos territorios de la geografía
colombiana haciendo una fuerte presencia de los mismos negros en partes como Nariño,
Cauca, Cartagena y el Darién. Crecía una fuerte zozobra entre los amos porque había mucha
más población negra que blanca en estas partes de Colombia y esta razón estaba meramente
infundada puesto que los negros no querían una insurrección (o al menos gran parte de ellos
no la querían), ellos lo único que buscaban era vivir en libertad para poder ejercer su
cotidianidad y vivir tranquilos para poder ejercer sus relaciones de pareja.
En ese sentido podemos observar un protagonismo de la población negra en el diario vivir de
la sociedad neogranadina, como su creciente participación económica, que lo hacía un actor
fundamental en los proceso de extracción, plantación y servicios generales, al servicio de los
amos; por consiguiente se puede evidenciar una dependencia directa e indirecta de los amos y
una creciente independencia de los esclavos, por ello se puede establecer que, “Ya no se
trataría de averiguar, o de inquietarse siquiera, por la adaptabilidad del africano sino más
bien comenzar a preguntarse si América es capaz de asimilar y conservar los valores creados
por el elemento africano” (Colmenares 1979).

Es a partir de esta insatisfacción que se potencializa el fenómeno del cimarronaje, negros


esclavos que se rebelaron contra sus amos luchando por su libertad así fuera temporal, no
buscaban un cambio en el sistema colonial, solo buscaban un lugar para poder realizar todas
estas labores a las cuales estaban acostumbrados y poder tener relaciones de pareja como lo
expresa (Mc Farlane 1991) “La resistencia a la esclavitud de la gente africana y de sus
descendientes fue constante durante todo el periodo colonial. Formas pasivas, como el
desgano en el trabajo, la destrucción de los instrumentos de labor y la desobediencia
colectiva, fueron algunas de sus expresiones. A éstas se sumaron otras, activas, como la
rebelión y el enfrentamiento. Todas las formas de resistencia contra la esclavitud y la
discriminación se denominan cimarronaje”.

Desde el siglo XVI, la palabra cimarrón sirvió para nombrar todo aquello que era silvestre o
salvaje. También se empleó para designar a los esclavizados que huían al monte. [La palabra
inglesa maroon, como la francesa marrón , proviene de la española cimarrón. Tal como se usó
en el Nuevo Mundo, cimarrón se refirió originalmente al ganado doméstico que se había
escapado a las montañas en La Española (actual República Dominicana) y poco después
también a los esclavos indios que habían escapado de los españoles. Al finalizar la década de
1530 ya se había empezado a aludir principalmente a los fugitivos afroamericanos.

La fuga era el primer paso, luego venía el enfrentamiento para tratar de preservar lo que
habían construido durante su breve libertad. La historia del cimarronaje es la historia de
rebeliones audaces y continuas, orientadas por el ansia de libertad. Los cautivos africanos que
no se resignaron a su suerte huyeron a los montes tupidos o arcabucos, atraídos por la ilusión
de una libertad permanente. Cualquiera que fuera el motivo y la forma escogida, la fuga
siempre expresaba la resistencia hacia la esclavitud. Esto hizo que de todos los delitos
cometidos por la población esclavizada, el más serio y el que con mayor rigor castigaba el
imperio español fuera el “vicio” del cimarrón.

Para el tema particular del cimarronaje se le unen una gran cantidad de textos,
cronológicamente bien determinados que invitan a la visualización de los diferentes
fenómenos a causa del inconformismo provocado por los manejos estatales del periodo
colonial claro ejemplo: miedo, rumor y rebelión: la conspiración esclava de 1693 en
Cartagena, escrito por Sandra sánchez, en el cual toma como elemento fundamental
evidenciar la lucha esclava cimentada en el 1600 con la conformación del primer palenque
encabezado por el mítico Bioho, que conllevó al enfrentamiento contra el régimen, en este
recuento superficial se logra determinar el impacto social que lleva el este acto de
cimarronaje para el desenvolvimiento del argumento central del planteamiento de Sandra
Sánchez la conspiración esclava en 1693 y tal cual lo expresó (Salmoral, como se citó en
Navarrete 2001) “Las arremetidas de Domingo Biohó y los cimarrones que lo seguían
estremecieron la cotidianidad de Cartagena, Tolú, Mompox y Tenerife, con sus asaltos y
robos a las estancias, hatos y cementeras“. La huida continua de estos personajes representa
el rostro de una sociedad colonial fuertemente jerarquizada y medieval, con aspectos
intrínsecamente doctrineros, que no representaban una evolución significativa y que por el
contrario agotan el recurso de la fuerza y el autoritarismo.

El espacio de reunión y concentración de estas masas “fugitivas”, fue el espacio denominado


palenques lugares que se fortificaron para protegerse del yugo colonial español y vivir una
efímera libertad. Estos lugares formados por empalizadas creados para poder ejercer su
cotidianidad prohibida, aquella que les había sido negada durante este sistema colonial cruel
y despiadado, un sistema que les forzó a creer en dioses que no eran los suyos y que les
sometió la voluntad a costa de un beneficio económico. “Era una organización de negros
esclavos cimarrones o fugitivos, formada generalmente en regiones apartadas de los centro
poblados en fortificaciones hechas con gruesos palos de madera” según Colmenares(1965).
En el palenque se dedicaron a la caza y a la pesca, las mujeres cocinaban, rezaban en las
mañanas y en las noches y también dormían en parejas. El palenque era una fortaleza se
debían pasar varios ríos, aguas profundas y un bosque espeso donde los cimarrones estaban
viviendo un sueño, un sueño que no podían vivir bajo el sistema colonial, pero que no era
muy distinto a lo que venían haciendo en su cotidianidad, solo que no tenían dueños ni
señores, no tenían un yugo que los sometiera, Por un momento se sintieron libres de verdad.

Los miembros del palenque de negros elegían a sus autoridades y su gobierno de igual
manera que lo hacían los blancos. Los esclavos el primero de enero hacían asamblea y
votaciones a las que llamaban Cabildo. Nombraban virrey, gobernador y teniente. Se
entregaban bastones de palo como símbolo de solemnidad al ser nombrados. Esto obviamente
no gustó al orden real ya que lo consideraban una burla. Con respecto a esto Mc Farlane
expresa lo siguiente como lo expresó en (Navarrete 2001) “Las ideas de Mc Farlane dan
entender su proximidad con la teoría de la criollización cuando habla de la organización
política y social de los cimarrones en los palenques en el siglo XVIII y dice que crearon un
sistema político informal y autónomo a imitación del gobierno hispánico". Es muy curioso
ver cómo crearon un mini sistema político, social en la montaña, realmente esto era utópico,
un pueblo, una organización gubernamental dentro de paisajes agrestes y salvajes, pero que
en medio de todo eso era lo que buscaba el negro una efímera libertad para poder expresar
sus sentimientos y poder llevar una vida “normal” que le fue negada.

(Mc Farlane 1991) en esta cita “"La información acerca de estos palenques es muy escasa,
pero está claro el hecho de que para finales del siglo XVII había varias comunidades
cimarrones bien establecidas en las tierras alejadas de las vecinas provincias de Cartagena y
Santa Marta. Estas comunidades, de base agrícola, estaban organizadas en asentamientos
estables bajo un liderazgo político y militar bien definido y, algunas veces, estaban ordenadas
de acuerdo con orígenes tribales o étnicos africanos“. Estos espacios eran los espacios para el
libre desarrollo de la personalidad y expresión religiosa que era un curioso sincretismo entre
la religión católica y las tradiciones ancestrales africanas donde tomaron un Jesucristo de
metal, una estampa de nuestra señora de Guadalupe, una estampa de Nuestra Señora de Belén
y un cuadro de Santa Bárbara, todo esto cuando se les interrogó acerca de porque hurtaron
estos bienes argumentaron de que estos objetos los motivaban, les daba una sensación de
confianza y seguridad para la protección en el cumplimiento de su misión. Es bien interesante
ver como la aculturación se da tan grande en los esclavos manteniendo sus creencias
ancestrales pero combinándolos con las enseñanzas católicas de sus amos.

Los cabildos fueron centros de evocación y afirmación de valores, imágenes, música,


culinaria y expresiones lingüísticas o gestuales de tradición africana. Por esta razón se
consideran refugios de africanía, es decir, espacios donde la gente del África podía evocar las
memorias, sentimientos, aromas, formas estéticas, texturas, colores y armonías de su tierra
natal. Con el paso del tiempo, y gracias a su creatividad, enriquecieron sus legados con
tradiciones europeas e indígenas, al tiempo que muchas de sus prácticas se arraigaron en las
sociedades de los peninsulares y nativos americanos. No sólo los cabildos fueron espacios de
resistencia al cautiverio en la Nueva Granada. Los palenques también lo fueron.

Ahora si miramos la base económica de la sociedad colonial del siglo XVII esta “reposaba
sobre seis actividades: Minería, Agricultura, Ganadería, Artesanía, Comercio y Trabajo
Doméstico. ahora bien, de estas, las de mayor importancia por su volumen y representación
en la riqueza estaban basadas en el trabajo de la población esclava”( Jaramillo, 1965, P. 14),
donde evidenciamos con claridad el rol protagónico de un social en particular.

la distribución de la mano de obra esclava por el territorio de la nueva granada tuvo una
estratégica repartición teniendo en cuenta los procesos de extracción, pues en las provincias
de Popayán y Antioquia los esclavos constituían el 20 % de la población y eran usados en la
minería como en la agricultura. En las zonas mineras especializadas, los esclavos
conformaban una proporción aún más alta de la población local, un ejemplo de esto es el
chocó donde constituían el 39 % de la población en Isquiande, en Tumaco el 63 % y en el
raposo un notable 70%. En estas regiones selváticas en mayor medida esclavistas surgió el
deseo de resistencia y sus anhelos de libertad fueron fuertes para que posteriormente se diera
el cimarronaje y los palenques.
Es importante establecer que estos procesos de agricultura o plantación un poco tecnificada y
en masa, tienen una repercusión sumamente importante, pues uno de los referentes de la
economía colonial como lo es colmenares establece: “el sistema esclavista de plantación no
solamente era racional y rentable sino que hasta que podía competir ventajosamente con el
sistema industrializado del norte de los estados unidos", (colmenares 1979). Dato sumamente
importante que reconoce la magnitud y la incidencia de la mano de obra esclava.

Es por ello que las continuas fugas fueron las que empezaron a desequilibrar las “sólidas”
estructuras económicas coloniales, pues los grupos de fugitivos apalancados representaban
una pérdida económica para los amos de igual forma los esclavizados tenían un precio y, al
fugarse era mano de obra que no se podria reparar con facilidad.
Además de aislarse en las montañas, volvían con el objetivo de interceptar más negros
inconformes donde constante obstaculizan el tránsito de mercancías, asaltaban y asesinaban a
los viajeros que se dirigían o partían de las ciudades, y ejercían una gran influencia sobre
aquellos que aún permanecían en cautiverio. Por otra parte, los cimarrones que vivían en
Cartagena y sus alrededores eran vistos como posibles aliados de los piratas ingleses y
franceses que deseaban saquear el puerto.
En este orden de ideas y desde un punto de vista marxista, el capital humano y el uso legítimo
de la fuerza, son la base de la construcción económica, que a lo largo de la historia se concibe
en las diferentes culturas del mundo y que aplica de manera coherente para este periodo de
tiempo y conjunto de actores. .

BIBLIOGRAFÍA

Colmenares, Germán (1979). Historia Económica y Social de Colombia II

Jaramillo Uribe, Jaime (1965). Esclavos y Señores de la Sociedad Colombiana del Siglo
XVIII

Mc Farlane, Anthony (1991). Esclavos y Palenques en Colombia en el Siglo XVIII

Navarrete, María Cristina (2001) Cimarrones y palenques en las provincias al norte del
Nuevo Reino de Granada siglo XVII

También podría gustarte