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En el comienzo de su viaje espacial siempre se interesó por acuario.

Nació en febrero, es por eso


que termino allí. Su viaje fue de relativa calma, aprovecho el tiempo y leyó cartas de navegación
espacial. Si bien es cierto que no sabía nada sobre el sistema planetario tampoco sabía qué hacía,
o que le esperaba, siempre fue un sin rumbo, siempre un renegado. El viaje se tornó turbio y por
momentos frio, al sentirse sacudido y perturbado después de una semana de lluvia de asteroides
llego a su destino. Trappist 1G decía la computadora, el sistema artificial de oxigeno le permitió
acoplarse, pero le fue mucho más fácil el aterrizaje, el sistema gravitacional era muy parecido al
terrestre, sus pupilas se expandían, no podía creer lo que veían sus ojos, campos rocosos con un
cuerpo acuífero color verde se sentó por un momento y disfruto la vista, se sentía muy pequeño
no podía creer lo que estaba viviendo. Aunque el ambiente era frio vio la estrella fulgurar a lo
lejos, cuando de repente un sonido lo dejo más que helado, y de repente del agua emerge un
sonido similar al de un gato, y así lo era, un gato emergía y se acercaba, pelaje café y ojos verdes,
más verdes como el agua de la que salió, y se acercaba, y se acercaba y cuando se disponía a tocar
de repente brinco como si fuera el rebote de una bala, y arrastro con él un montón de rocas,
destrozó la superficie y quedo anodado con la presencia de este extraño felino. Nuestro
protagonista sabía que la existencia de nuestro pequeño amigo era corta, así que miro y
contemplo los otros cuerpos planetarios, acaricio a nuestro amigo, se pensó a sí mismo, a lo que
hacía, a lo que vivió y a lo que pensaba llegar a ser, al fin y al cabo, siempre se pensó como un ser
olvidado en este vasto universo.

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