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La Reforma Universitaria

José Carlos Mariátegui


(Perú, 1928)

E l movimiento estudiantil que se inició


con la lucha de los estudiantes de Cór-
doba por la reforma de la universidad, señala
tudiantes de toda la América Latina, aunque
movidos a la lucha
por protestas peculiares de su propia vida,
el nacimiento de una nueva generación lati- parecen hablar el mismo lenguaje.
noamericana. La inteligente compilación de De igual modo, este movimiento se presen-
documentos de la Reforma Universitaria en ta íntimamente conectado con la la recia ma-
la América Latina realizada por Gabriel del rejada post-bélica. Las esperanzas mesiánicas,
Mazo, cumpliendo un encargo del Centro de los sentimientos revolucionarios, las pasiones
estudiantes de Medicina de Buenos Aires, místicas propias de la posguerra, repercutían
ofrece una serie de testimonios fehacientes particularmente en la juventud universitaria
de la unidad espiritual de este movimiento. El de Latinoamérica. El concepto difuso y urgen-
proceso de la agitación universitaria en la Ar- te de que el mundo entraba e un ciclo nuevo,
gentina, el Uruguay, Chile, Perú, etc. Acusa el despertaba en los jóvenes la ambición de cum-
mismo origen y el mismo impulso. La chispa plir una función heroica y de realizar una obra
de la agitación es casi siempre un incidente histórica. Y, como es natural, en la constata-
secundario; pero por la fuerza que la propaga ción de todos los vicios y fallas del régimen
y la dirige viene de ese estado de ánimo, de económico social vigente y el anhelo de reno-
esa corriente de ideas que se designa –no sin vación, encontraban poderosos estímulos. La
riesgo de equívoco– con el nombre de “nuevo crisis mundial invitaba a los pueblos latinoa-
espíritu”. Por esto, el anhelo de la Reforma se mericanos, con insólito apremio, a revisar y
presenta, con idénticos caracteres, en todas resolver sus problemas de organización y cre-
las universidades latinoamericanas. Los es- cimiento. Lógicamente, la nueva generación
sentía estos problemas con una intensidad y Únicamente a través de la colaboración
un apasionamiento que las anteriores genera- cada día más estrecha con los sindicatos obre-
ciones no habían conocido. Y mientras la acti- ros, de la experiencia del combate contra las
tud de las generaciones, como correspondía al fuerzas conservadoras y de la crítica concreta
ritmote su época, había sido evolucionista –a de los intereses y principios en que se apoya
veces con un evolucionismo completamente el orden establecido, podían alcanzar las van-
pasivo– la actitud de la nueva generación era guardias universitarias una definida orienta-
espontáneamente revolucionaria. ción ideológica.
La ideología del movimiento estudiantil Este es el concepto de los más autorizados
careció, al principio, de homogeneidad y au- portavoces de la nueva generación estudiantil,
tonomía. Acusaba demasiado la influencia de al juzgar los orígenes y las consecuencias de la
la corriente wilsoniana. Las ilusiones demo- lucha por la Reforma. Todos convienen en que
liberales y pacifistas que la predicación de este movimiento, que apenas ha formulado su
Wilson puso en boga en 1918-1919 circulaban programa, dista mucho de proponerse objetivos
entre la juventud latinoamericana como bue- exclusivamente universitarios y en que, por su
na moneda revolucionaria. Este fenómeno estrecha y creciente relación con el avance de
se explica perfectamente. También en Euro- las clases trabajadoras y con el abatimiento de
pa, no sólo las izquierdas burguesas sino las viejos principios económicos, no puede ser en-
viejas izquierdas reformistas aceptaron como tendido sino como uno de los aspectos de una
nuevas las ideas demo-liberales elocuente y profunda renovación latinoamericana. Así Pal-
apostólicamente remozadas por el presidente cos, aceptando íntegramente las últimas conse-
norteamericano. cuencias de la lucha empeñada, sostiene que
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mientras subsista el actual régimen social, la Re- Desde sus puntos de vista filosóficos, Ripa
forma no podrá tocar las raíces recónditas del Alberdi se inclinaba a considerar esta afirma-
problema educacional”. “Habrá llenado su objeto ción como una victoria del idealismo novecen-
–agrega– si depura a las universidades de los malos tista sobre el positivismo del siglo XIX.
profesores, que toman el cargo como un empleo; si
permite –como sucede en otros países– que tengan El renacimiento del espíritu argentino –decía– se
acceso al profesorado todos los capaces de serlo, opera por virtud de las jóvenes generaciones, que
sin excluirlos por sus convicciones sociales, políti- al cruzar por los campos de la filosofía contem-
cas y filosóficas; si neutraliza en parte, por lo me- poránea han sentido aletear en su frente el ala
nos, el chauvinismo y fomenta en los educandos el de la libertad”. Más por el propio Ripa Alberdi se
hábito de las investigaciones y el sentimiento de la daba cuenta de que el objeto de la reforma era
propia responsabilidad. En el mejor de los casos, la capacitar a la Universidad para el cumplimiento
Reforma rectamente entendida y aplicada, puede de “esa función social que es la razón misma de
contribuir a evitar que la Universidad sea, como es su existencia.
en rigor en todos los países, como lo fue en la mis-
ma Rusia –país donde se daba, sin embargo, como
Julio V. González, que ha reunido en dos volú-
en ninguna otra parte, una intelectualidad avanza-
da que en la hora de la acción saboteó escandalosa-
menes sus escritos de la campaña universita-
mente a la revolución– una Bastilla de la reacción, ria, arriba a conclusiones más precisas.
esforzándose por ganar las alturas del siglo.
La Reforma Universitaria –escribe– acusa el
No coinciden rigurosamente, –y esto es lógi- aparecer de una nueva generación que llega
co– las diversas interpretaciones del significa- desvinculada de la anterior, que trae sensibi-
do del movimiento. Pero, con excepción de las lidad distinta e ideales propios y una misión
que proceden del sector reaccionario, interesa- diversa por cumplir. No es aquella un hecho
do en limitar los alcances de la reforma, locali- simple o aislado si los hay; está vinculada en
zándola en la Universidad y la enseñanza, toda razón de la causa a efecto con los últimos
las que se inspiran sinceramente en sus verda- acontecimientos de que fuera teatro nuestro
deros ideales, la definen como la afirmación país, como consecuencia de los producidos
del “espíritu nuevo”, entendido como espíritu en el mundo. Significaría incurrir en una apre-
revolucionario. ciación errónea hasta lo absurdo, considerar
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a la Reforma Universitaria como un problema tes contemporáneas del pensamiento universal


de aulas y, aun así, radicar toda su importan- desde la época de Alberdi, en la que empieza a
cia en los efectos que pudiera surtir exclusi- desarrollarse nuestra industria embrionaria. Pero
vamente en los círculos de cultura. Error se- entonces la clase media universitaria se mantenía
tranquila con sus títulos de privilegio. Desgra-
mejante llevaría sin remedio a una solución
ciadamente para ella, esta holgura disminuye a
del problema que no consultaría la realidad
medida que crece la gran industria, se acelera la
en que él está planteado. Digámoslo clara- diferenciación de las clases y sobreviene la pro-
mente entonces: la Reforma Universitaria es letarización de los intelectuales. Los maestros,
parte de una cuestión que el desarrollo mate- los periodistas y empleados de comercio se or-
rial y moral de nuestra sociedad ha impuesto ganizan gremialmente. Los estudiantes no podían
a raíz de la crisis producida por la guerra. escapar al movimiento general.

González señala enseguida la guerra europea, Mariano Hurtado de Mendoza coincide con las
la Revolución rusa y el advenimiento del radi- observaciones de Lanuza.
calismo al poder como los factores decisivos
de la Reforma en la Argentina. La Reforma Universitaria –escribe– es antes que
José Luis Lanuza indica otro factor: la evo- nada y por sobre todo, un fenómeno social que
lución de la clase media. La mayoría de los es- resulta de otro más general y extenso, producido
tudiantes pertenecen a esta clase en todas sus a consecuencia del grado de desarrollo econó-
gradaciones. Y bien. Una de las consecuencias mico de nuestra sociedad. Fuera entonces error
sociales y económicas de la guerra es la prole- estudiarla únicamente bajo la faz universitaria,
tarización de la clase media. Lanuza sostiene la como problema de renovación del gobierno de la
Universidad o bajo la faz pedagógica, como ensa-
siguientes tesis:
yo de aplicación de nuevos métodos de investiga-
un movimiento colectivo estudiantil de tan vasta ción en la adquisición de la cultura. Incluiríamos
proyecciones sociales como la Reforma Universi- también en error si la consideráramos como el
taria no hubiera podido estallar antes de la gue- resultado exclusivo de de una corriente de ideas
rra europea. Se sentía la necesidad de renovar los nuevas provocadas por la gran guerra y por la
métodos de estudio y se ponía de manifiesto el revolución rusa, o “como la obra de una nueva
atraso de la Universidad respecto a las corrien- generación que aparece y llega desvinculada de
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la anterior, que trae sensibilidad distinta e ideales grupos de estudiosos de economía y sociología
propios y una misión diversa por cumplir”. que han puesto sus conocimientos al servicio
del proletariado, dotando a éste, en algunos
Y, precisando su concepto, agrega más adelante: países, de una dirección intelectual de que an-
tes había generalmente carecido. Finalmente,
La Reforma Universitaria no es más que una con- los propagandistas y fautores más entusiastas
secuencia del fenómeno general de proletariza- de la unidad política de la Reforma Universi-
ción de la clase media que forzosamente ocurre
taria que conservan aquí su vinculación conti-
cuando una sociedad capitalista llega a determi-
nental, otro de los signos de la realidad de la
nadas condiciones de su desarrollo económico.
Significa esto que en nuestra sociedad se está “nueva generación”.
produciendo el fenómeno de proletarización de Cuando se confronta este fenómeno con el
la clase media y que la Universidad, poblada en de las universidades de la China y del Japón, se
su casi totalidad por ésta, ha sido la primera en comprueba su rigurosa justificación histórica.
sufrir sus efectos, porque era el tipo ideal de ins- En el Japón, la Universidad ha sido la primera
titución capitalista. cátedra de socialismo. En la China, por razones
obvias, ha tenido una función todavía más acti-
Es, en todo caso, un hecho uniformemente ob- va en la formación de una conciencia nacional.
servado la formación, al calor de la Reforma, Los estudiantes chinos componen la vanguar-
de núcleos de estudiantes que, en estrecha so- dia del movimiento nacionalista revoluciona-
lidaridad con el proletariado, se han entregado rio que, dando a la inmensa nación asiática una
a la difusión de avanzadas ideas sociales y al nueva alma y una nueva organización, le asigna
estudio de las teorías marxistas. El surgimien- una influencia considerable en los destinos del
to de las universidades populares, concebidas mundo. En este punto se muestran concordes
con un criterio bien diverso del que inspiraba todos los observadores occidentales de reco-
en otros tiempos tímidos tanteos de extensión nocida autoridad intelectual.
universitaria, se ha efectuado en toda la Amé- Pero no me propongo aquí, el estudio de to-
rica Latina en visible concomitancia con el das las consecuencias y relaciones de la Refor-
movimiento esudiantil. De la Universidad han ma Universitaria con los grandes problemas de
salido, en todos los países latinoamericanos, la evolución política de la América Latina. Cons-
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tatada la solidaridad del movimiento histórico Universidad sobre bases de independencia, de


general de estos pueblos, tratemos de examinar participación de los estudiantes en su gobierno
y definir sus rasgos propios y específicos. y de nuevos métodos de trabajo.
¿Cuáles son las proposiciones o postulados
fundamentales de la Reforma? Qué al lado de la cátedra –dice ese programa–
El congreso Internacional de Estudiantes de funcione el seminario, se abran cursos especia-
les, se creen revistas. Que al lado del maestro
México de 1921 propugnó: 1º la participación de
titular haya profesores agregados y que la carrera
los estudiantes en el gobierno de las universida- del magisterio exista sobre bases que aseguren su
des; 2º la implantación de la docencia libre y la porvenir y den acceso a cuantos sean dignos de
asistencia libre. Los estudiantes de Chile decla- tener una silla en la Universidad.
raron su adhesión a los siguientes principios: 1º
autonomía de la Universidad, entendida como Los estudiantes de vanguardia de la univer-
institución de los alumnos, profesores y diplo- sidad de Lima, leales a los principios procla-
mados; 2º reforma del sistema docente, median- mados en 1919 y 1923, sostuvieron en 1926 las
te el establecimiento de la docencia libre de los siguientes plataformas: defensa de la autono-
alumnos a las cátedras, de suerte que en caso mía de las universidades; renovación de los
de enseñar dos maestros una misma materia la métodos pedagógicos; voto de honor de los
preferencia del alumnado consagre libremente estudiantes en la provisión de cátedras; incor-
la excelencia de la mejor; 3º revisión de los mé- poración a la universidad de de los valores ex-
todos y del contenido de los estudios; y 4º ex- tra-universitarios, socialización de la cultura;
tensión universitaria, actuada como medio de la universidades populares, etc. Los principios
vinculación efectiva de la universidad con la vida sostenidos por los estudiantes argentinos son
social. –los estudiantes de Cuba concretaron en probablemente más conocidos, por sus exten-
1923 sus reivindicaciones en esta fórmula: a) sa influencia en el movimiento estudiantil de
una verdadera democracia universitaria; b) una América desde su primera enunciación en la
verdadera renovación pedagógica y científica; universidad de Córdoba. Prácticamente, ade-
c) una verdadera popularización de la enseñan- más, son a grandes rasgos los mismos que pro-
za. Los estudiantes de Colombia reclamaron, claman los estudiantes de las demás universi-
en su programa de 1924, la organización de la dades latinoamericanas.
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Resulta de esta rápida revisión que como Era este un destino al cual no podían escapar
postulados cardinales de la Reforma Univer- ni aun bajo la influencia episódica de alguna
sitaria pueden considerarse: primero, la inter- personalidad de excepción.
vención de los alumnos en el gobierno de las El objeto de las universidades parecía ser,
universidades y segundo, el funcionamiento principalmente, el de proveer de doctores o
de cátedras libres, al lado de las oficiales, con rábulas a la clase dominante. El incipiente
idénticos derechos, a cargo de enseñantes de desarrollo, el mísero radio de la instrucción
acreditada capacidad en la materia. pública, cerraban los grados superiores de la
El sentido y el origen de de estas dos reivin- enseñanza a las clase pobres. (La misma en-
dicaciones nos ayudan a esclarecer la justifica- señanza elemental no llegaba, –como no llega
ción de la Reforma. ahora– sino a una parte del pueblo). Las uni-
versidades, acaparadas intelectual y material-
mente por una casta generalmente desprovis-
Política y enseñanza universitaria ta de impulso creador, no podían aspirar si-
en la América Latina quiera a una función más alta de formación y
selección de capacidades. Su burocratización
El régimen económico y político determinado las conducía, de un modo fatal, al empobreci-
por el predominio de los aristócratas colo- miento espiritual y científico.
niales, –que en algunos países hispanoameri- Este no era un fenómeno exclusivo ni pecu-
canos subsiste todavía aunque en irreparable liar del Perú. Entre nosotros se ha prolongado
y progresiva disolución–. Ha colocado por más por supervivencia obstinada de una gran
mucho tiempo las universidades de la Améri- estructura económica semi-feudal. Pero, aun
ca Latina bajo la tutela de estas oligarquías y en los países que más prontamente se han in-
su clientela. Convertida la enseñanza univer- dustrializados, como la República Argentina,
sitaria en un privilegio del dinero, sino de la a la universidad es adonde arriba más tarde
casta o por lo menos de una categoría social esa corriente de progreso y transformación.
absolutamente ligada a los intereses de uno y El doctor Florentino V. Sanguinetti resume así
otro, las universidades han tenido una tenden- la historia de la Universidad de Buenos Aires
cia inevitable a la burocratización académica. antes de la reforma:
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Durante al primera parte de la vida argentina, El movimiento de la Reforma tenía lógicamente


movió modestas iniciativas de cultura y formó que atacar, ante todo, esta estratificación con-
núcleos urbanos que dieron a la montonera el servadora de las Universidades. La provisión
pensamiento de la unidad política y del orden arbitraria de las cátedras, el mantenimiento de
institucional. Su provisión científica era muy
profesores ineptos, la exclusión de la enseñanza
escasa, pero bastaba para las necesidades del
medio y para imponer las conquistas lentas de
de los intelectuales independientes y renova-
y sordas del genio civil. Afirmada más tarde dores, se presentaban claramente como simple
nuestra organización nacional, la Universidad consecuencia de la doctrina oligárquica. Estos
aristocrática y conservadora, creó un nuevo vicios no podían ser combatidos sino por medio
tipo social: el doctor. Los doctores constitu- de la intervención de los estudiantes del gobier-
yeron el patriciado de la segunda república, no de las universidades y el establecimiento de
substituyendo poco a poco a las charreteras y las cátedras y la asistencia libres. Destinados a
a los caciques rurales, en el manejo de los ne- asegurar la eliminación de los malos profesores
gocios, pero salían de las aulas sin la jerarquía
a través de una concurrencia leal con hombres
intelectual necesarias para actuar con criterio
más aptos para ejercer su magisterio.
orgánico en la enseñanza o para dirigir el des-
pertar improvisado de las riquezas que rendían Toda la historia de la Reforma registrar inva-
la pampas y el trópico. A lo largo de los últimos riablemente estas dos reacciones de las oligar-
cincuenta años, nuestra nobleza agropecuaria quías conservadoras: primera, su solidaridad
fue desplazada, primero, del campo económico recalcitrante con los profesores incompeten-
por la competencia progresista del inmigrante, tes, tachados por los alumnos, cuando ha ha-
técnicamente más capaz, y luego del campo bido de por medio un interés familiar oligárqui-
político por el advenimiento de los partidos de co; y segunda, su resistencia, no menos tenaz,
clase media. Necesitando entonces escenario a la incorporación de la docencia de valores no
para mantener su influencia, se apoderó de la
universitarios o simplemente independientes.
Universidad que fue pronto un órgano de casta,
cuyos directores vitalicios turnaban los cargos
Las dos reivindicaciones sustantivas de la Re-
de mayor relieve y cuyos docentes, reclutados forma resultan así inconfundiblemente dialéc-
por leva hereditaria, impusieron una verdadera ticas, pues no arrancan de puras concepciones
servidumbre educacional de huella estrecha y doctrinales, sino de las reales y concretas ense-
sin filtraciones renovadoras. ñanzas de la acción estudiantil.
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Las mayorías docentes adoptaron una ac- Pero no es posible la realización de los idea-
titud de rígida e impermeable intransigencia les de la Reforma sin la recta y leal aceptación
contra los grandes principios de la Reforma de los dos principios aquí esclarecidos. El voto
Universitaria, el primero de los cuales había de los alumnos –aunque no esté destinado a ser-
quedado proclamado teóricamente desde el vir de contralor moral de la política de los pro-
Congreso Estudiantil de Montevideo, y así fesores– es el único impulso de vida, el solo ele-
en la Argentina como en el Perú, lograron mento de progreso de la Universidad, en la que
el reconocimiento oficial debido a favora- de otra suerte prevalecerían sin remedio fuerzas
bles circunstancias políticas, cambiadas las de estancamiento y regresión. Sin esta premisa,
cuales se inició por parte de los elementos el segundo postulado de la Reforma –las cáte-
conservadores de la docencia un movimien- dras libres–no puede absolutamente cumplirse.
to de reacción que en el Perú ha anulado ya Mas aun, la “leva hereditaria”, de que nos habla
prácticamente casi todos los triunfos de la con tan evidente exactitud el doctor Sanguinet-
Reforma, mientras en la Argentina encuentra ti, torna a ser el sistema de reclutamiento de
la oposición vigilante del alumnado, según lo nuevos catedráticos. Y el mismo progreso cien-
muestra la reciente agitación contra una ten- tífico pierde su principal estímulo, ya que nada
tativa reaccionaria en la Facultad de Medici- empobrece tanto el nivel de la enseñanza y de la
na de Buenos Aires. ciencia como la burocratización oligárquica.

N. de E.: Extraído del libro editado por FUBA La Reforma Universitaria 1918-1958 (Buenos Aires, 1959).

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