Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Calle en Roman, Rumania.
Para establecer la anchura de las aceras y de la calzada, los tratados de urbanismo manejan
el concepto de «franja elemental», la cual se define como «la anchura mínima unitaria
indispensable para el desplazamiento, sin dificultades, de una fila uniforme de usuarios que se
mueven en el mismo sentido».2
La mayor parte de los tratados de urbanismo, normas y ordenanzas de movilidad establecen
la anchura de una franja elemental tipo para peatones en 0,75 m. Se llega a
esta medida considerando una persona adulta genérica, hombre o mujer caminando
normalmente por un lugar llano, pudiendo llevar una bolsa o un paquete. Tomando como base
la anchura estricta de un hombre adulto que es de 55 cm, se le suman
unos márgenes adicionales de 10 cm en cada lado, a fin de permitir una cierta libertad de
movimientos sin los cuales la movilidad sería muy precaria. 3
Para establecer la anchura de la acera deben tenerse en cuenta las personas con movilidad
reducida: como la gente mayor, los que van en silla de ruedas, los que empujan cochecitos
infantiles, tanto los sencillos como los coches de gemelos, los niños que van de la mano de los
adultos o los adultos obligados a moverse con muletas, o simplemente los que llevan
una maleta o el carro de la compra, etcétera. Es por ello que los códigos y ordenanzas de
movilidad establecen la franja elemental mínima en 0,90 m que sirven de base para la
definición de la anchura de los pasillos de las viviendas o residencias así como
las rampas útiles para salvar pequeños desniveles, etc.
Esta dimensión de 0,9 m se basa en las necesidades propias de las personas con movilidad
reducida, cuyo paradigma puede ser una persona que se desplaza autónomamente en
una silla de ruedas autopropulsada manualmente, cuya anchura estricta es la propia de la
silla, 65 cm, a la que se suman dos márgenes adicionales de 12,5 cm, sin los cuales la
autopropulsión con los brazos sería inviable. Las restantes situaciones de movilidad reducida,
salvo raras excepciones, tienen requerimientos de anchura inferiores a los 90 cm (65 + 2 x
12,5 = 90 cm)3
Es obvio que esta anchura de 90 cm no puede aceptarse como anchura mínima de la acera
ya que ésta (la acera) no es una franja elemental donde los usuarios se mueven en el mismo
sentido, puesto que se mueven en ambos y han de poder cruzarse con comodidad o, como
mínimo, sin que uno de ellos tenga que bajar a la calzada para dejar paso al otro. Es por ello
que, en general, se adopta la dimensión de 1,50 m como anchura mínima de la acera. Dicha
anchura se obtiene sumando a la anchura estricta de la silla de ruedas (65 cm), la anchura de
perfil de un hombre adulto, (35 - 40 cm) y dos márgenes en los bordes de 15 cm más uno en
medio de 20 cm (65 + 40 + (2 x 15) + 20 = 150 cm). Esta anchura permite también el cruce de
dos personas en silla de ruedas.
Estos criterios elementales, consignados en las normas, ordenanzas y códigos de movilidad,
son ignorados frecuentemente en nuestras ciudades por las propias autoridades que deben
velar su cumplimiento. La fascinación por la movilidad basada en el uso de
los automóviles particulares, propia del urbanismo de siglo XX, constituye
la ideología dominante mientras que la alternativa de un urbanismo sostenible solo se abre
paso con mucha dificultad. El «urbanismo del automóvil» ha convertido las calles estrechas de
los barrios históricos en aparcamientos y ha dificultado en extremo la movilidad peatonal, es
decir los desplazamientos andando hacia el trabajo, la escuela u otras ocupaciones o
simplemente el paseo lúdico de las familias y los amigos, que constituye la actividad
cultural por excelencia de la ciudad.
Puede parecer excesiva la atención que se presta a la sección tipo de la calle formada por
aceras y calzada, pero la sección de una calle exclusiva para peatones, con pavimento a nivel,
normalmente de mejor calidad que el pavimento de las aceras, es recibida por
los vecinos como una auténtica bendición del cielo en las ciudades congestionadas. El
Ayuntamiento que administra y gestiona estas calles no ha de hacer compatibles los vehículos
con los peatones, excepto en determinados horarios. Y quien diseña estas calles peatonales
puede entregarse con mayor libertad a las consideraciones puramente estéticas de la calle y
su entorno.
La calzada[editar]
La franja elemental para vehículos automóviles ha de tener en cuenta no sólo la anchura o
gálibo, mayor para los camiones y autobuses que para los turismos, sino también la longitud y
el radio de giro del vehículo, el cual, combinado con las anteriores dimensiones exige un
margen adicional en las curvas que puede ser cuantificado según la siguiente tabla válida para
turismos (dimensiones en metros):
1,5 0,6
Sobre ancho 1,34 1,10 0,85 0,50
5 0
Asimismo, en las calles con aparcamiento a lo largo de la calzada, es preciso considerar los
espacios o márgenes que requieren las maniobras de entrada salida.
Las exigencias propias de los vehículos pesados, con sus franjas elementales
sobredimensionadas, cuyos cambios de dirección, con giro muy cerrado, plantean
requerimientos adicionales inviables, junto a la consideración de las molestias que generan,
propicia que en la mayoría de ciudades se impongan las vías urbanas especializadas en este
tipo de tráfico y se establezcan vías con calzada exclusiva para tráfico ligero: motocicletas,
automóviles de turismo y vehículos de transporte ligeros (furgonetas, microbuses, etc), para
los cuales se adopta una franja elemental en función de sus dimensiones y capacidad de
maniobra. Los tratados de urbanismo así como las normas de carreteras, movilidad etc.,
permiten establecer la siguiente tabla indicativa de las dimensiones significativas de las franjas
elementales para vehículos automóviles, en el supuesto de circulación por una vía urbana o
interurbana sensiblemente recta, es decir, o con curvas de radio adecuado que no impliquen
anchos adicionales:
Ancho del Márgenes Franja
Supuesto
vehículo adicionales elemental
La urbanización de Europa[editar]
(Las bastides, la revolución gótica, el comercio)