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A veces lo incierto puede llevarnos por caminos oscuros, el confinamiento acompañado de muchas otras situaciones y
realidades que desconocemos puede detonar el terror y la paranoia por medio de algo tan simple como una gota de
saliva. La respuesta jamás será el miedo, sin embargo, ¿cuántas personas tendrán la posibilidad de hacer un alto y
encarar al temor antes de cometer una tontería?
En la madrugada sentí la garganta cerrada, trataba de pasar saliva y no ocurría, no podía deglutir.
Comencé a intentarlo con la desesperación de alguien que sabe que así de fácil se puede ir al carajo la vida.
Una gota de saliva y nada, tal vez media gota, no pasa, no pasa...
Llegó entonces el miedo, sola en mi cama, tres y media de la mañana, ahí sin poder decirle a nadie, con esa aparente
verdad contundente que te aplasta y no te deja respirar - échale un síntoma más, ándale, por qué no, si ya te va a llevar
la chingada...
Me observé desde fuera, no me pregunten cómo lo hice, no lo sé, vi a una niña-mujer aterrada sabiendo todo lo que
debe hacer para apoyar a los suyos que de repente se siente rebasada por abusos y chingadera y media, así que decidí
dormir.
Cada quien tiene una cantidad de cartuchos de vida dados para venir a quemarlos, en sus manos está la decisión de
generar incendios memorables o fuegos artificiales. Si la maldad y porquería de cierta gente o del mundo no ha podido
matarme, no ha de ser un virus MADE IN CHINA el que me acabe.
Y pues bueno, me dormí llorando. Convertida en un manojo de miedos de infancia que nunca se habrían planteado la
imposibilidad de respirar, el dejar de ver a los que uno ama y peor aún el no poder abrazar, ni decir adiós en una última
despedida.
Desperté y seguía viva - sigo viva - ser consciente te da otra perspectiva, una oportunidad cada día de hacer las cosas de
mejor manera. Luego viene el desencanto, la gente mala, la gente amarga también sigue ahí, contra "eso" no hay nada.
Entonces comprendes al virus y entiendes también que hay quienes no han entendido nada.
Esos no están en tus manos. Lo único que tienes es el día de hoy y esa gente solo existe si tú les das el poder de la
existencia bajo tu mirada, ante ellos la ceguera selectiva y a seguir viviendo, hasta el último aliento...