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En cualquier etapa educativa, pero más aún en las primeras edades, el proceso de

enseñanza-aprendizaje de la geometría, debería comenzar por la manipulación, la

exploración, la propia experiencia, para, de forma progresiva y mediante acciones cada vez

más autónomas, poder llegar a integrar conocimientos realmente significativos en los niños.

Con esto quiero decir, que la manera más válida de que un niño aprenda significativamente

es a través de la experiencia, de la propia vivencia de aquello que pretendemos que

aprendan. De acuerdo con Meque Edo, es mucho más adecuado “comenzar la aproximación

a la geometría con un tratamiento intuitivo y exploratorio del espacio y de los objetos que

nos rodean” (Edo, M. (1999), p.54)

El aprendizaje de las formas geométricas es el primer paso que se debe tener en cuenta para

el estudio de la geometría y del razonamiento espacial, y este se da en los primeros años de

escolaridad (prescolar) cuando los niños están cursando la educación infantil. Los niños que

adquieran estos conocimientos de manera temprana probablemente aprenderán de manera

más fácil en el futuro, por tener una base de aprendizaje geométrico. Para que los docentes

puedan enseñar a los niños las formas geométricas podemos seguir algunas estrategias y

actividades que nos ayudaran en el proceso de enseñanza aprendizaje.

– En primer lugar, enseñaremos modelos de las formas geométricas más básicas (círculo,

cuadrado y triángulo) de manera progresiva. Estos modelos pueden ser en forma de fotos,

piezas de madera o plástico de diversos tamaños.

– Propongamos a los niños juegos con esas piezas para que se familiaricen con sus formas.

Que construyan “inventos” utilizando sólo las formas que les digamos. De esa manera

también estaremos potenciando su creatividad.


– Hablemos sobre las formas que tienen cada una. Cuántos lados tienen, que objetos tienen

la misma forma, etc.

– Vivenciemos las formas: trazándolas con los dedos al aire, pintando “caminos” en el

suelo con ellas y que ellos lo recorran, “dibujando” las formas en las espaldas de los

compañeros utilizando nuestros dedos mágicos.

– Hagamos una tormenta de ideas sobre objetos que conozcan con las formas geométricas

que estemos trabajando.

– Leámosles un cuento de formas después de revisar las formas tridimensionales y

bidimensionales. Mientras lea el libro, trace el círculo con el dedo y señale las líneas en el

triángulo.

–  Jugamos a los exploradores. Buscamos nuestros tesoros por la clase. Los tesoros

consistirán en objetos con las formas geométricas que estemos trabajando. Para dar ejemplo

podemos señalar los círculos, más los cuadrados y los triángulos que se encuentran en el

aula. Anime a los niños a hacer lo mismo y comience a redactar una lista de sus hallazgos.

Cuando los niños hayan terminado de explorar, discuta las listas o revise los objetos entre

todos. Podemos así trabajar además la lectoescritura.

Esta es una pequeña muestra de las actividades que podemos llevar a cabo en el aula para

enseñar a nuestros alumnos de manera lúdica, amena y, sobre todo, satisfactoria, las formas

geométricas y, de esta manera, introducirlos en el mundo de la geometría.


Bibliografía

Alba Romero Salvador (2014) Universidad de Almería

http://repositorio.ual.es/bitstream/handle/10835/3610/1412_Trabajo

https://actividadesinfantil.com/archives/9169

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