La enfermedad de Huntington es una enfermedad hereditaria que
ocasiona el desgaste (degeneración) progresivo de las neuronas del cerebro. La enfermedad de Huntington tiene un amplio impacto en las capacidades funcionales de una persona y, generalmente, ocasiona trastornos del movimiento, pensamiento (cognitivos) y psiquiátricos.
La mayoría de las personas que padecen la enfermedad de
Huntington presentan signos y síntomas a los 30 o 40 años. No obstante, la enfermedad puede aparecer antes o más adelante en la vida.
Cuando la enfermedad se presenta antes de los 20 años, se la
denomina «enfermedad de Huntington juvenil». El comienzo más temprano suele provocar un grupo de síntomas algo distintos y una progresión más rápida de la enfermedad.
Existen medicamentos para ayudar a controlar los síntomas de la
enfermedad de Huntington. No obstante, los tratamientos no pueden prevenir el deterioro físico, mental y conductual asociado a la enfermedad.
Síntomas
La enfermedad de Huntington a menudo ocasiona trastornos motrices,
cognitivos y psiquiátricos con un amplio espectro de signos y síntomas. Los síntomas que se presentan al principio varían mucho en las personas afectadas. Durante el curso de la enfermedad, algunos trastornos parecen más dominantes o parecen tener un efecto mayor en la capacidad funcional.
Trastornos del movimiento
Algunos de los trastornos motrices relacionados con la enfermedad de Huntington comprenden movimientos involuntarios y deterioro en los movimientos voluntarios, como por ejemplo:
Movimientos espasmódicos o de contorsión involuntarios (corea)
Problemas musculares, como rigidez o contracturas musculares (distonía) Movimientos oculares lentos o anormales Marcha, postura y equilibrio afectados Dificultad en la producción física del habla o para tragar El deterioro en los movimientos voluntarios, a diferencia de los movimientos involuntarios, puede tener un mayor impacto en la capacidad de la persona para trabajar, realizar actividades cotidianas, comunicarse y ser independiente.
Trastornos cognitivos
Algunos de los signos del deterioro cognitivo generalmente asociados
a la enfermedad de Huntington son:
Dificultad para organizarse, establecer prioridades o enfocarse
en tareas Falta de flexibilidad o tendencia a quedarse sumido en un pensamiento, conducta o acción (perseveración) Falta de control de los impulsos, que puede tener como consecuencia arrebatos, actuar sin pensar y promiscuidad sexual Falta de conciencia sobre las conductas y habilidades propias Lentitud para procesar pensamientos o «encontrar» palabras Dificultad para aprender información nueva Trastornos psiquiátricos El trastorno psiquiátrico más frecuente asociado a la enfermedad de Huntington es la depresión. Esta no es solo una reacción al recibir el diagnóstico de enfermedad de Huntington. Por el contrario, la depresión parece ocurrir debido a lesiones en el cerebro y posteriores cambios en el funcionamiento cerebral. Algunos de los signos y síntomas son:
Sensación de irritabilidad, tristeza o apatía
Retraimiento social Insomnio Fatiga y pérdida de energía Ideas frecuentes sobre la muerte, el morir o el suicidio Otros trastornos psiquiátricos frecuentes son:
Trastorno obsesivo compulsivo, una enfermedad
caracterizada por pensamientos recurrentes e invasivos, y conductas repetitivas Manía, que puede ocasionar estado de ánimo elevado, hiperactividad, conductas impulsivas y autoestima excesiva Trastorno bipolar, una afección que se caracteriza por episodios alternos de depresión y manía Además de los síntomas mencionados anteriormente, el adelgazamiento es frecuente en las personas que padecen la enfermedad de Huntington, especialmente, a medida que la enfermedad avanza.
Síntomas de la enfermedad de Huntington juvenil
El comienzo y la progresión de la enfermedad de Huntington en
personas jóvenes pueden variar levemente en comparación con los adultos. Algunos de los problemas que, generalmente, se observan en la etapa temprana del curso de la enfermedad son: Cambios en el comportamiento
Pérdida de habilidades físicas o académicas previamente
aprendidas Disminución rápida y significativa del desempeño escolar general Problemas de conducta Cambios físicos
Músculos contraídos y rígidos que afectan la marcha
(especialmente, en niños pequeños) Cambios en las habilidades motoras finas, que pueden observarse en habilidades como la escritura a mano Temblores o movimientos involuntarios leves Convulsiones Cuándo consultar al médico
Consulta con el médico si observas cambios en tus movimientos,
estado emocional o capacidad mental. Los signos y síntomas de la enfermedad de Huntington pueden deberse a varias enfermedades diferentes. Por lo tanto, es importante obtener un diagnóstico completo y rápido.
Causas
La enfermedad de Huntington se produce a causa de un defecto
hereditario en un solo gen. La enfermedad de Huntington es un trastorno autosómico dominante, lo que significa que una persona necesita solo una copia del gen defectuoso para padecer el trastorno.
A excepción de los cromosomas sexuales, una persona hereda dos
copias de cada gen, una copia de cada padre. Si uno de los padres tiene un gen defectuoso, puede transmitir la copia defectuosa del gen o la copia sana. Por ello, cada hijo tiene un 50 por ciento de posibilidades de heredar el gen que provoca el trastorno genético. Complicaciones
Luego del inicio de la enfermedad de Huntington, las capacidades
funcionales de una persona empeoran gradualmente con el tiempo. La tasa de avance y la duración de la enfermedad varían. El tiempo desde la aparición de la enfermedad hasta la muerte por lo general es de 10 a 30 años. La enfermedad de Huntington juvenil suele provocar la muerte dentro de los 10 años a partir de la aparición de los síntomas.
La depresión clínica relacionada con la enfermedad de Huntington
puede incrementar el riesgo de suicidio. Algunas investigaciones sugieren que el mayor riesgo de suicidio se da antes de que se realice el diagnóstico y en las etapas intermedias de la enfermedad, cuando la persona comienza a perder independencia.
A la larga, una persona que padece la enfermedad de Huntington
requerirá ayuda con todas las actividades de la vida diaria y atención. En las etapas finales de la enfermedad, la persona quedará postrada en una cama y no podrá hablar. Sin embargo, por lo general, podrá comprender el idioma y reconocerá a los amigos y familiares.
Las causas de muerte frecuentes comprenden las siguientes:
Neumonía u otras infecciones
Lesiones relacionadas con caídas Complicaciones relacionadas con la imposibilidad de tragar Prevención
A las personas que tienen antecedentes familiares conocidos de la
enfermedad de Huntington les preocupa saber si les transmitirán el gen de Huntington a sus hijos. Estas personas pueden considerar análisis genéticos y opciones de planificación familiar. Si un padre que está en riesgo considera realizarse análisis genéticos, puede ser útil programar una consulta con un asesor en genética. Un asesor en genética hablará sobre los posibles riesgos de un resultado positivo del análisis, lo que indicaría que el padre padecerá la enfermedad. Además, las parejas deberán tomar decisiones adicionales con respecto a si tendrán hijos o si tendrán en cuenta otras alternativas, como análisis prenatales para detectar el gen o fecundación in vitro con espermatozoides u óvulos de donantes.
Otra opción para las parejas es la fecundación in vitro y el diagnóstico
genético preimplantacional. En este proceso, se extraen los óvulos de los ovarios y se fecundan con los espermatozoides del padre en un laboratorio. Se analizan los embriones para detectar la existencia del gen de Huntington, y se implantan en el útero de la madre solo los que hayan dado negativo en el análisis del gen de Huntington.