El arbitraje es un mecanismo alternativo de solución de controversias de
carácter heterocompositivo (es decir, las partes en litigio no solucionan el conflicto, sino que lo hace un tercero de manera definitiva) y alterno al fuero judicial, al que las partes pueden recurrir.
El arbitraje es un procedimiento por el cual se somete una controversia,
por acuerdo de las partes, a un árbitro o a un tribunal de varios árbitros que dicta una decisión sobre la controversia que es obligatoria para las partes. Al escoger el arbitraje, las partes optan por un procedimiento privado de solución de controversias en lugar de acudir ante los tribunales.
2. ¿Para qué sirve?
El arbitraje ofrece una alternativa a la vía judicial que los justiciables
pueden encontrar más expedita. Y si enfocamos el tema desde el punto de vista de la administración de justicia, la principal ventaja del arbitraje radica en ofrecer una alternativa para descongestionar la carga de tareas que pesa sobre los tribunales de justicia.
Las ventajas más significativas de la institución arbitral pueden
sintetizarse en: el antiformalismo y rapidez en la adopción de decisiones, la confidencialidad, la especialización de los árbitros, y la razonabilidad e incluso gratuidad de los costos.
3. ¿Cuál es su ley? La ley que regula el arbitraje es:
Decreto Legislativo N° 1071 que ha entrado en vigencia el 1° de
setiembre de 2008, y que tiene como base la ley modelo de UNCITRAL.