Está en la página 1de 1

Estaba laborando como conductor temporal en una compañía que produce, vende y distribuye Gases

Industriales y Medicinales, además de otros sistemas y servicios relacionados con éstos productos.
Llevaba dos meses trabajando con muchísima atención y dedicación. Mi esposa y mis dos hijos
estaban felices por que yo tenía un trabajo y la posibilidad de que me vincularan de planta a la
compañía. Hoy me llamaron a la Oficina del Gerente. Acudí con prontitud, pero muy asustado. Uno
siempre piensa lo peor...¡QUE NOTICIA! extraordinaria, me vincularon como Conductor de Planta.
Me sentía radiante de felicidad. Cuando será la tarde para darle la noticia a mi esposa y a mis hijos,
pensé. Cargué la unidad más rápido que de costumbre. Estaba ansioso. No apreté bien las correas y
los cilindros estaban flojos, golpeaban entre sí. ¡que carajos! Voy para donde un cliente que queda
cerca. Apreté el acelerador en la recta, esa vía me la conozco como la palma de mi mano,
estaba cometiendo muchas imprudencias ( muy pegado al vehículo de adelante adelantando sin
necesidad, cambios intempestivos de carril, maniobras bruscas y sin advertir mis intenciones a
los demás Conductores).
Lo último que recuerdo fue que me apresuré a pasar a una señora que conducía con una lentitud
exagerada.
Oí un ruido atronador y sentí un dolor espantoso, los vidrios volaban a mi alrededor, los cilindros
rodaban estrepitosamente por todas partes. Unos de ellos salió como bólido, atravesó la cabina
pasándome por un lado con una fuerza impresionante. No supe donde fuè a parar. Todo mi cuerpo
parecía volteado alrevès.
De repente me desperté, una policía estaba a mi lado, luego ví al médico y al Jefe de Seguridad de la
Compañía, mi cuerpo estaba cubierto de sangre. Lo raro era que no sentía absolutamente nada.
“¡por favor, no me cubran la cara con esa sábana! No puedo estar muerto, tengo sólo 28 años,
una esposa joven, bonita y dos hermosos hijos que son mi adoración!”.
Luego me metieron en una nevera enorme para que mi familia me identificara; cuándo llegaron vi en
sus rostros una desgarradora pena. ¡por favor que alguien me despierte! ¡sáquenme de aquí! No
quiero ver llorar a mis padres, a mi esposa y a mis hijos en esa forma. Mis abuelos están tan afligidos,
que caminan con dificultad. Mis hermanos y mis compañeros de trabajo no creen lo que están viendo
¡que pena! Yo que les decía que era un “PROFESIONAL DEL VOLANTE”. El señor que tanto nos
ha enseñado sobre Seguridad Vial tiene una cara de desconsuelo y de tristeza indescriptibles.
¡por favor no me entierren! ¡Yo no estoy muerto!
Tengo una vida por delante, quiero ver crecer a mis hijos, reír y jugar con ellos.

¡por favor no me metan en ese hueco, le tengo miedo a la oscuridad!

“Si me dan una Segunda Oportunidad ¡ JURO POR DIOS QUE SERÈ EL MAS PRUDENTE DE
LOS CONDUCTORES!”
¡tengo solo 28 años! ¡No más que una segunda Oportunidad!
¡Por favor, Dios mío. Solo otra oportunidad!.....

¿CUÁNTAS SEGUNDAS OPORTUNIDADES LLEVAS?


DIVISIÓN DE CAPACITACION INSTITUTO

También podría gustarte