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LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LA EMPRESA: IMPACTO SOCIAL,

COMPORTAMIENTO EMPRESARIAL E INFORMACIÓN P ŬBLICA.

Juan Luis Castromán Diz; Nélida Porto Serantes


Universidad de Santiago de Compostela

RESUMEN:

Dado que las organizaciones empresariales interactŭan con el medio cambiante en que desenvuelven sus operaciones, es responsabilidad de su admi-
rŭstración dotar a la empresa de una capacidad de adaptación suficiente, lo que supone orientarla hacia la gestión de la diversidad y el cambio. En el
presente trabajo hemos seleccionado algunas áreas de la interacción empresa—entorno que han venido ofreciendo cada vez mayores exigencias y re-
querimientos y que pueden englobarse en lo que se ha venido denominando "Responsabilidad social de la empresa". Hemos detallado algunos de
sus principales frentes, los distintos comportamientos que las empresas pueden presentar y, finalmente, describimos la situación en que se encuentra
la medición de la responsabilidad social de la empresa y la difusión de la información que a ella se refiere, a través de diversos estados contables. En
este sentido, se analizan distintas posibilidades informativas, obligatorias y voluntarias, y previsibles desarrollos.

EL IMPACTO SOCIAL DE LA EMPRESA

La empresa, como sistema abierto, interact ŭa con el medio en que desenvuelve sus operaciones, lo que implica:
1. Que la empresa es afectada por su entomo, tanto directamente como por los esfuerzos que realiza para lograr una mejor adaptación a él, y
2. Que las empresas influyen en su entomo (algunas de dichas influencias se manifiestan esquemáticamente en la Figura 1), pues las deci-
siones empresariales afectan al medio y, particularmente, a los distintos grupos de interés que con ellas se relacionan. Tal influencia so-
bre el medio es beneficiosa en muchas ocasiones, pero también puede ser nociva.

FIGURA 1: ALG1JNOS 1MPACTOS DE LA EMPRESA EN SU ENTORNO

Desechos

Ciudadanos y
Organizaciones j
Mercado
de bienes
Lei
servicio Desechos

Impacto Impacto en
Visual Amenazns el ecosistema
a la seguridad

Fuente: adaptado de Dominguez Machuca y otros (1995).

Cannon (1994. pp. 9 y ss.) afirma que fue la revolución industrial la que centró la atención sobre la responsabilidad empresarial, dado el poder
que tenían los nuevos procesos industriales para reestructurar las relaciones del antiguo régimen. La revolución industrial introdujo -y sigue introdu-
ciendo- cambios fundamentales en las relaciones entre individuos y grupos de la sociedad. La riqueza de los propietarios y la magnitud de sus em-
presas levantaron sospechas respecto de su poder, sus motivaciones y sus métodos, e incluso llevaron a cuestionar los valores que configuraban su
conducta y la ética con que operaban.
Al mismo tiempo, a medida que crecía el impacto de la industrialización sobre el ambiente natural o modificado, se convidió en nuevo motivo
de preocupación y debate. Las condiciones en tomo a las fábricas y en las ciudades despertaron la ira en muchos y una honda preocupación en otros.
Ya en la década de los sesenta. el activismo [social] explotó en cuatro frentes: la protección ambiental. la defensa nacional. el asocia.cionismo de
consumidores para su autoprotección y los derechos civiles (Rachman y otros, 1991, p.88), desencadenando muchos carnbios provocados por la
presión de grupos de ciudadanos (movinŭentos ecologistas, organizaciones de consumidores, sindicatos. etc.), exigidos por los desarrollos legislati-
vos o incluso instituidos voluntaliamente por las empresas socialmente responsables. Desde entonces y hasta nuestros días, el entomo social se ha
revelado cada vez más exigente en cuanto a la asignación de responsabilidades sociales a las empresas que supongan un efecto benéfico sobre el
medio, más vigilante de su cumplimiento y más intolerante con las repercusiones nocivas que en ocasiones provienen de la actividad empresarial.
Y es que, como hemos dicho, la empresa ejerce influencias positivas y las negativas hacia su entomo. Tanto las unas como las otras son sus-
ceptibles de desglose. Así, en cuanto a las primeras, es posible distinguir dos tipos de responsabilidades sociales que han de afrontar las organizacio-
nes económicas y que resumen la influencia positiva que esta ejerce sobre su entomo social (Figura 2):

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FIGURA 2: LA PROYECCIÓN DE LA EMRRESA EN LA SOCIEDAD

.,..../XXXXXXX...11OOUMMUM%%%%\\\•.n
,,,

Bien
rx
Com ŭn Aportes
Estímulos
para la
a la G.T.1
o Supervivencia
Creación t'S
de Responsabilidades CCI
Empresas Desarrollo
Internas
cti
Generar
y distribuir Desarrollo y Generar
distribuir
Productos de las de Valor o.
Personas
Ŭfiles Añadido iJ

Continuidad de la
Empresa

1. En primer lugar, las derivadas de la propia actividad de la empresa, en cuanto aporta m ŭ ltiples elementos de los que conforman el "bien co-
mŭn" de la sociedad, entendido como el conjunto de circunstancias que permiten el pleno desarrollo de las personas. Son las denominadas
responsabilidades internas que toda empresa tiene que abordar. Gallo (1985, pp.82 y ss.), junto a la propia continuidad de la organizacióni,
destaca las siguientes:
A.Descubrir, generar y distribuir productos v servicios ŭtiles, esto es, poner a disposición de la sociedad los productos objeto de su activi-
dad. Esta responsabilidad está directamente relacionada con el encaje de la empresa en un sistema económico y su contribución a las fun-
ciones que éste debe cumplir.
B. El desarrollo de las personas, las empresas en tanto en cuanto son instituciones humanas, atienden esta responsabilidad cuando crean y
mantienen puestos de trabajo, ponen al alcance de las personas los medios para que mantengan y pongan al día su formación profesional2
y, en definitiva, en cuanto diseñan los puestos y los sistemas de control de forma que satisfagan las necesidades de los trabajadores 3 para
que Ileguen a tener un oficio cada vez más acorde con sus capacidades y preferencias, más propio de un ser inteligente y más ŭtil para to-
dos.
C. Generar v distribuir valor ariadido. La empresa crea riqueza (valor añadido) cuando alcanza una diferencia positiva entre los ingresos que
consigue de terceros por la venta y cobro de sus productos y los pagos que realiza a terceros por la adquisición de m ŭltiples materiales y
servicios que requiere para llevar a cabo su actividad. La responsabilidad social de la distribución del valor añadido que la empresa efectŭa
entre trabajadores (salarios y demás cargas sociales), Administración P ŭblica (impuestos), accionistas (rentas del capital, esto es reservas y
dividendos), fondo de amortizaciones (para cubrir el desgaste físico y tecnológico de los activos empleados), etc., se refiere tanto a la pro-
pia generación del valor añadido, como al e,quilibrio que debe existir entre el valor añadido generado y el distribuido y a la equidad que de-
be regir su distribución. Cuando la empresa no mantiene este equilibrio, reparte un valor que no genera, en perjuicio de alg ŭn grupo4.
2. En segundo lugar, las denominadas responsabilidades externas que la empresa ha de asumir. Por una parte, tiene que cumplir las leyes y
demás normas que ordenan la convivencia 5 y por otra, la empresa opera en una red de instituciones superiores e intermedias cuyo fin es el
bien com ŭn (Administración Pŭblica, Universidades, Empresas, Asociaciones, Sindicatos, entre otros), por lo que tiene la responsabilidad
subsidiaria de acudir en colaboración a la resolución de determinadas erosiones al bien com ŭn6.
En cuanto a las influencias negativas, se producen cuando la actividad de la empresa, lejos de ser inocua, provoca efectos nocivos en su
entorno, es decir, es causa de la erosión del bien comŭn en vez de protección del mismo. Tales influencias pueden ser clasificadas en los tres grupos
siguientes (Figura 3):

La continuidad de la empresa es también una responsabilidad social, por cuanto su desaparición ocasiona pérdidas a la sociedad, entre otros factores, cabe señalar:
pérdida de empleos, disminución de las posibilidades de desarrollo de los individuos, pérdida parcial de inversiones, menor valor añadido, disminución de la oferta de
productos.
Puesto que el mero continuismo en productos, procesos y estructuras no garantiza la supervivencia de la empresa, el cumplimiento de esta responsabilidad obliga a sus
administradores a procurar la capacidad de adaptación necesaria, la capacidad de evolución para adaptarse a los cambios económicos, tecnológicos, socioculturales y
políticos.
Esto nos lleva a resaltar lo que se denomina formación permanente, que puede ser Ilevado a cabo por las propias empresas, o por centros de enseñanza. Se puede ver
fomentada por iniciativas pŭblicas de financiación. como por ejemplo el plan FORCEM.
▪Entendiendo aquí las necesidades en sentido amplio, por ejemplo abarcando la conocida jerarquía que propuso Maslow: Primarias o de supervivencia (comer, dormir,
beber, etc.), de Seguridad (protección, higiene, etc.), Sociales (afecto, pertenencia a grupos...), de Estima y consideración (sentirse ŭtil y respetado), y de Autorrealización
(realizar un trabajo que a uno le gusta).
°Por ejemplo, sirviendo productos a los clientes cuya calidad no es acorde con los precios, exigiendo de los trabajadores rendimientos y horarios desproporcionados, no
pagando las cargas sociales y fiscales y estableciendo con ello competencia desleal.
▪Entre muchas otras, la afiliación a la seguridad social de los trabajadores, retención e ingreso en el Tesoro P ŭblico del IRPF. indemnizaciones por extinción de contrato
laboral (en sus distintas modalidades), declaración y liquidación de impuestos, fonnular, auditar (si procese) y depositar en el Registro Mercantil (en su caso) las Cuen-
tas Anuales, cumplimiento de las normas de seguridad e higiene, de las normas relativas al producto: empaquetado, etiquetaje, publicidad, composición, entre otras.
También se encuentran en este caso las responsabilidades pactadas en convenio colectivo (póliza de seguro para accidentes de trabajo, planes de pensiones, y demás).
Las erosiones son de muy diversa índole, entre ellos se encuentran la carencia de puestos de trabajo, falta de medios para la formación, problemas relaciortados con la
salud, desmotivación de los jubilados, soledad de los ancianos, degradación ecológica del medioambiente, o las dificultades de adaptación de los minusválidos. Ante ellas,
la empresa actŭa con medidas tales como: complementos de pensiones, seguro médico al personal jubilado, diseños de puestos adaptados a diversas minusvalías, accio-
nes de reciclaje y recuperación de residuos.
Realmente, en este punto se constata una cierta controversia que se plasma en la coexistencia, junto al enfoque basado en la subsidiariedad que estamos describiendo, de
otros dos enfoques alterrtativos:
• Un enfoque totalitario que sugiere que los individuos no están tan capacitados como el Estado para elegir y alcanzar su propio bien particular y para definir y
promover el bien de otras personas, y
Un enfoque individualista que expresa que la competencia para definir las responsabilidades sociales externas de la empresa corresponde a las personas que
ostentan el poder en la organización.

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FIGURA 3: INFLUENCIAS PERJUDICIALES EN EL ENTORNO.

2. AMENAZAS A CONSUMIDORES Y USUARIQS:


IMPACTO EN EL MEDIO
1. PERSONAL DE LA EMPRESA:
AMI3IENTEI
SEGURIDAD: - Productos adulterados
- Productos defectuosos - Ruidos
- Accidentes
- Productos y servicios inseguros - Emisiones
- Enfermedades profesionales
- Productos caducados - Vibraciones
- Actividades peligrosas,
insalubres o nocivas. - Etiquetaje y envasado erróneo - Verlidos
- Radiaciones
- Exposición a agentes nocivos
- Extracciones o excavaciones
- Movimientos de tierras
- Captaciones del agua
DISCRIMINACIÓN:
Accidentes
- Fugas tóxicas
- Sexo
- Contaminación,
- Raza
del aire
- Religión
del agua
- Minusvalias de la tierra
- Edad
- Nacionalidad
ef
il>

Influencias perjudiciales en el personal de la empresa. Nos referimos tanto a las amenazas a la seguridad y a la salud de las personas, como
a la discriminación social de que a veces son objeto en razón del sexo, raza, religión, minusvalías, edad, nacionalidad, etc. Aunque "los directo-
res de corporaciones reconocen que deben implantar medidas de higiene y seguridad en ellas, si desean prosperar en una sociedad sana"
(Cannon, 1994, p.219), en ocasiones surgen problemas como las enferrnedades profesionales, los accidentes laborales, productos insanos o in-
seguros, accidentes nucleares, fugas tóxicas, entre otras, por otra parte, no es de desdeñar el impacto que producen las nuevas tecnologías, por
ejemplo:
3. La reconversión, e incluso desaparición, de muchos tipos de trabajos.
4. El impacto del teletrabajo, que puede cambiar el estilo de vida de las personas que lo practican.
2. Amenazas a consumidores y usuarios. Se recogen aquí prácticas tales como:
• la venta de productos adulterados o con defectos inicialmente inapreciables,
• el suministro de productos y servicios inseguros y/o tóxicos,
• la venta de productos caducados,
• el etiquetaje y envasado erróneo (que genera equívocos en su interpretación, con o sin dolo),
• las mermas en el peso, en la calidad, etc. del bien ofrecido.
• Incumplimiento de las garantías ofrecidas, o de los servicios posventa.
• Negativa a permitir la devolución del producto en situaciones en que resulta pertinente.
• Publicidad que induce expectativas falsas, o que señala como exclusivas del bien características genéricas de los distintos productos
sustituti vos.
Ŭltimamente se han incorporado nuevos métodos de fraude como, por ejemplo, los relacionados con el "telemercadeo", con los
"sorteos telefónicos", y en general todas aquellas situaciones que son ofre,cidos premios y regalos inexistentes o muy inferiores a lo esperado.
También, en el contexto del comercio electrónico, se advierten numerosas ventajas a los consumidores, pero junto a ellas surgen nuevas ame-
naz_as entre las que la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 19/1/99 cita: la protección de los niños frente a contenidos inadecuados,
la seguridad de los sistemas de pago, la indefinición del régimen jurídico aplicable a las transacciones que los consumidores efect ŭen en el nue-
vo entomo, la atribución de responsabilidades, la intimidad y la protección de los datos personales, la carencia de acceso a unos sistemas efica-
ces de recurso y resolución de litigios, entre otros.7.
3. Deterioro ecológico: contaminación (aire, agua, tierra), consumo de recursos no renovables (carbón, petróleo y minerales en general), so-
bre—explotación de los renovables (pesquera. forestal...), amenazas a la biodiversidad de la flora y la fauna, etc., todo lo cual hace temer el de-
terioro acelerado de los sistemas básicos de sostén de la especie humana en el espacio finito del planeta Tierra.

EL IMPACTO EN EL MEDIO AMBIENTE.

Nos centramos en el tercer bloque de influencias, en el que se ha venido observando una creciente sensibilización por la ecología; la Tabla I
refleja dicha situacióng.

TABLA I: Los EUROPEOS Y EL MEDIO AMBIENTE (DATOS EN %).

"MUCHAS PERSONAS SE PREOCUPAN POR EL PROBLEMA DE LA PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE Y DE I 1


LUCHA CONTRA LA CONTAMINACIÓN. EN SU OPLNIÓN, i,ES ÉSTE ' 1986 1988 1992
UN PROBLENIA URGENTE E INMEDIATO? 72 ---1 85

PRINCIPALMENTE UN PROBLEMA PARA EL FUTURO? 22 20 I I

No ES REALMENTE UN PROBLEMA?
No SABEJ ,80 CONTESTA

Tomado de C.C.E. (1992. p. 6)

La citada Resolución, advierte de la necesidad de enfrentar las amenazas. con medidas destinados a instaurar un nivel de protección equivalente al que rige en las
transacciones tradicionales de los consumidores. aplicando a los nuevos productos y servicios que ofrece la sociedad de la información los principios vigentes en materia
de politica de los consumidores.
Algunas empresas, conocedoras de la importancia cada vez mayor que otorga el consumidor final a la preservación de la naturaleza, utilizan en las campaños publicita-
rias de los productos fabricados en sus instalaciones. el aspecto ecológico de su sistema productivo, para así conseguir aumentar su cuota de mercado. Lamentablemente.
en ocasiones el objetivo realmente perseguido es el aumento de los beneficios. a través de la aplicación ŭnicamente de aquellas medidas "nuŭ populistas" y no de todas
aquellas que están a su alcance.

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Así, en lo que concieme a la industria, en los ŭltimos años se acepta mayoritariamente la urgencia de impulsar y aplicar una nueva cultura
basada en el concepto de "producción sostenible", derivado del concepto más general de "desarrollo sostenible" definido en 1987 por la Comisión
Mundial para el Desarrollo y el Medio Ambiente de las Naciones Unidas (World Conunision on Environment and Development [WCED]), en los
siguientes términos "El desarrollo es sostenible si satisface las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para
satisfacer sus propias necesidades"
Este planteamiento supone para la empresa incorporar otros factores además de la productividad, la calidad y el rendimiento económico,
forzándola a incluir la protección medioambiental en la planificación de los procesos de fabricación de los productos, a impulsar líneas de investiga-
ción y desarrollo tendentes a procurar procesos productivos basados en la gestión racional de los recursos, en la economía de la energía y en la
reducción de los residuos, esto es, a la b ŭsqueda de una tecnología cada vez más limpia que combata la contaminación en el origen 9; sin embargo,
sólo se resuelve en parte la agresión al medio, puesto que el producto en sí mismo constituye una fuente apreciable de cargas ambientales a lo largo
de toda su vida' 9. En este sentido, se ha propuesto contemplar la relación entre el producto y el medio, a lo largo de lo que denominamos "ciclo total
del producto", constituido por seis fases (Alting, 1992, p. 51):
5. desarrollo del diseño,
6. selección de materiales,
7. fabricación,
8. distribución,
9. uso, y
10. reunión como residuo al final de su vida ŭtil.
Sólo considerando los impactos ambientales en cada fase, y su reducción, es posible optimizar el impacto tota1 12 , en este sentido, la Figura
4, muestra el "ciclo total del producto".

FIGURA 4: EL "CICLO TOTAL DEL PRODUCTO“

• Energía
Energía y PROCESO 41 1 á
M ateriales M ateria es

Residuos
Productos

Reunión de
Productos Residuos
usados y
retirados

Vertedero Reciclado

Fuente: Calvo Gómez (1998, p.52)

RESPONSABILIDAD SOCIAL Y COMPORTAMIENTO EMPRESARIAL

Para limitar la posibilidad de perjuicio al medio, se desarrollan leyes, que obligan a la empresa a respetar el entorno ", a ampliar los requisitos
14 15 16
de seguridad , a no ejercer ningŭn tipo de discriminación y a no defraudar las expectativas de sus clientes .
Por su parte, los consumidores, desde el activismo de los años 60, han desarrollado una gran sensibilidad frente a estos temas, la cual se mani-
fiesta de tres maneras:

Aun reconociendo que casi nunca existen tecnologías nuevas que desde el inicio de su explotación no tengan cargas ambientales en mayor o menor proporción, se
pretende la aplicación de un análisis sistemático de los efectos contaminantes propios de cada tecnología que contribuya, a lo largo del tiempo, al mejoramiento de los
procesos y a la generación mínimcz de residuos. Así, en tanto no se disponga de una tecnología limpia, deberán utilizarse los medios más pezfeccionados y eficaces de
reducción de la contaminación al final del proceso e intensijicar el reciclado de los residuos o su destrucción.
10 Sirva de ejemplo la actividad de muchas empresas que dedican sus esfuerzos a la denominada "ecoindustria", un sector en expansión, que abarca no sólo las depura-
doras, incineradoras, plantas de tratamiento, plantas de reciclaje, y demás empresas dedicadas a la producción y suministro de bienes y servicios para el control o
eliminación de la contaminación, sino incluso las que introducen procesos o productos que no resulten nocivos para el medio ambiente, desarrollando nuevas tecnologías
menos contaminantes y menos consumidoras de energía para la agricultura y para la industria en general
11 En la bibliografía (incipiente), así como en el art. 2.4 de la Decisión 2179/98/CE, que a él se refiere, se emplea la expresión "ciclo de vida del producto", pero a
nosotros nos parece desafortunada, porque induce a su confusión con el conocido concepto, traído de la biología, que relaciona el tiempo con los ingresos por ventas de
los productos. Así, proponemos nominarlo "ciclo total del producto", expresión que cortsideramos más precisa, de la evolución de los constituyentes ji -sicos del producto.
El ciclo de vida se refiere al producto genérico, en tanto que el ciclo total se concreta en un producto especifico y refleja la evolución en el tiempo de sus constituyentes
fisicos; además este segundo concepto es más amplio por cuanto trasciende más allá de lo que es la vida ŭtil del producto hasta alcanzar la utilización posterior que de
sus componentes se haga.
12 El análisis del ciclo total es aplicable tanto cuando se desarrolla el producto por primera como cuando es objeto de alg ŭn cambio. Incluso cabe aplicar esta óptica
para analizar con detalle y por separado cualquiera de las fctses enunciodot de un producto existente de forma que se puedan arbitrar soluciones encaminados a reducir
el impacto concreto de dicha fase.
13 En nuestro ordenamiento, la Ley Orgánica 10/1995, del Código Penal, regula el "delito ecológico" en su Título XVI que se consagra a la ordenación del territorio y la
protección del patrimonio histórico y del medio ambiente. Dentro del mencionado Título, el Capítulo 111 se destina a regular los delitos contra los recursos naturales y el
medio ambiente. En otros países también se incluyen aspectos semejantes en sus normativas, pudiendo verse al respecto a Schubert (1994).
Por ejemplo, en relación con la seguridad del personal de la empresa, ha sido promulgada la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales.
is Este ŭltimo a aspecto es recogido por la Constitución española y desarrollado posteriormente por las distintas leyes laborales.
En relación con la protección a los consumidores, adetruís del Código Civil y en el Código Penal, existen distintas disposiciones que regulan la publicidad, el etiquetaje,
la calidad, etc., reconociendo el derecho de éstos a la seguridad (no a productos inseguros, insanos o simplemente ineficaces), a estar informados (no a la publicidad
engañosa y el etiquetaje confuso), a escoger y a ser escuchados.

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11. Requiriendo la intermediación de distintas agencias de atención al consurnidor o acudiendo a los tribunales en demanda de responsabilidad,
cuando: el producto o servicio no tiene la calidad esperada o pactada, ocasiona daños al usuario o consumidor, a terceras personas, a sus
bienes, al medio ambiente...
12. Penalizando con una "mala imagen" a las empresas incumplidoras o irresponsables (mediante la acción de: asociaciones de defensa del con-
sumidor, medios de comunicación, grupos ecologistas, entre otros).
13. Orientando sus compras hacia los productos y servicios de empresas más responsables.
Estas tres vías se relacionan con la existencia de distintos tipos de responsabilidad. De hecho, dado que la responsabilidad social de las
empresas se sustenta en las decisiones de los recursos humanos que la componen (fundamentalmente en las de sus administradores), Williamson
(1988, pp. 54-55) distingue en ella tres niveles:
1. Responsabilidad legal impuesta por la legislación 17. Se puede subdividir en civil, administrativa y penal.
2. Responsabilidad ética impuesta por la profesión a sus miembros (deontología profesional), o por la empresa a su personal (cultura corporati-
va), dado que las responsabilidades legales pueden no ser suficientes Usamos aquí un aspecto restringido de la ética; en un sentido general, la
ética es la ciencia normativa de la actividad humana en orden del bien; implica reglas que valen por si mismas, deberes propiamente dichos,
obligacioncs absolutas o categóricas, sin pretender, sin embargo, que estas obligaciones sean elementos esenciales de la moralidad (Naghi,
1988, p.434).
3. Responsabilidad moral impuesta por los propios individuos a sí mismos, entendiendo por moral el conjunto de reglas o principios que dirigen
el comportamientb de una persona o colectividad y que son propuestas por una determinada doctrina o propias de una época o cultura.
Si en el primer nivel los decisores pueden basarse en la aplicación de la ley, y en el segundo en los principios generalmente admitidos,
promulgados o no por las asociaciones profesionales y por las propias empresas, en el tercero imperan los valores individuales.
En todos ellos, el problema consiste en deterrninar que es «lo correcto» en cada dilema que se presenta al decisor. Caben dos situaciones:
1. Que exista una regla inequívoca en la que sustentarse (sea con base legal, religiosa, corporativa...). En este caso cabe el enfoque filosófico
basado en los principios de la justicia, que consagran:
14. Igualdad ante la ley
15. Las normas deben aplicarse consistentemente
16. La gente que haga daño a otros debe ser considerada culpable y deudora de una indemnización.
17. Una decisión justa es objetiva, imparcial y razonable, a la luz de las reglas que se aplican a la situación.
2. Que la situación desafTe las distinciones nítidas entre «lo bueno» y «lo malo», en este caso existen dos enfoques filosóficos ŭtiles para encarar la
decisión (Rachman y otros, 1991, p.88 y 89):
• El utilitarismo: la decisión correcta es aquella que produce los mayores beneficios para el mayor n ŭmero de personas.
• Los derechos individuales: creer en los derechos de otros implica protegerlos, por lo que se rechaza cualquier decisión que los viole. Por
tanto, aunque se esté guiado por el deseo de lograr los mayores beneficios para el mayor n ŭmero de personas, se rechazará cualquier alter-
nativa que viole los derechos de cualquier persona, aunque fuera de una sola.
Carrol (1987, pp.9-11), distingue tres tipos de administración empresarial seg ŭn como se tengan en cuenta los distintos niveles de respon-
sabilidad (Tabla 2).

TABLA 2: TIPOS DE COMPORTAMIENTO EMPRESARIAL

COMPORTAMIENTO INMORAL AMORAL MORAL


RENTABILIDAD
RENTABILIDAD
PREOCUPACION BÁSICA PARA LA GESTION. RENTABILIDAD LEGALIDAD
LEGALIDAD
RESPONSABILIDAD

Fuente: Díez y Redondo, 1996, p.124

Las características de cada tipo de comportamiento, son las que, a continuación, se mencionan:
1. Administración Inmoral:
• Énfasis, a toda costa, en el beneficio y el éxito.
• Las leyes son un obstáculo a superar en la b ŭsqueda de rentabilidad. Se buscan los "flecos" legales, se toman "atajos" (sobomos, presio-
nes, etc.)
• No sólo se carece de principios éticos sino que se está en contra de la conducta ética (se considera un impedimento para el éxito).
• El criterio básico para decidir una acción o conducta es "si dará beneficios".
2. Administración Amoral:
• Bŭsqueda del éxito y la rentabilidad dentro de las reglas del mercado y las normas legales.
• El criterio básico para decidir una acción o conducta es si, respetando estrictamente la letra de la ley, dará beneficios.
• Presenta dos variantes:
Una supone la ignorancia intencional de la ética, al considerar que no es cuestión empresarial.
La otra, aunque no la ignora intencionalmente, tampoco la considera una variable relevante, al pensar que las acciones empresariales
no tienen efectos secundarios sobre la sociedad y sus miembros.
3. Administración Moral:
• Busca el éxito pero pretende conseguirlo dentro de los preceptos de conducta aceptados por la sociedad.
• Persigue objetivos que incluyen beneficios, compromisos legales y éticos.
• Sigue las leyes no sólo en su letra sino también en su espíritu, considerándolas un rnínimo a cumplir de estándares éticos, superando las
exigencias impuestas y actuando en campos sociales aun cuando no obligue la ley.
A este respecto, "son cada vez más numerosos los dirigentes empresariales que reconocen como inseparables una posición moral segura,
el respeto a los negocios de los demás, el éxito de los negocios y el prestigio de la empresa" (Cannon, 1994, p.330).

La ley implica una codificación de normas para las relaciones en el seno de una sociedad Se formula mediante reglas formales y generales, aplicando sanciones
negativas a su incumplimiento y, por tanto, es un arma esencial de la ética. Sin enzbargo, ley y ética no son sinánimas. Existen normas que no sólo no son morales, sino
que, en ocasiones, pueden ser inmorales, por lo que el mero conformismo con lo reglado dista de ser considerado como ético. De hecho, al progresar la sociedad, sus
aspiraciones éticas van requiriendo la incorporación de nuevas leyes al ordenamiento o la adaptación de las existentes (Díez y Redortdo, 1996, p.133).

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LA INFORMACION SOBRE EL IMPACTO SOCIAL DE LAS EMPRESAS.

Aunque se constata una demanda informativa sobre el impacto social de las empresas cada vez mayor, la difusión de dicha información es de
carácter fundamentalmente voluntario, si bien puede ser requerida en diversas circunstancias (por ejemplo para beneficiarse de subvenciones, para
acceder a determinados créditos, para contratar seguros de responsabilidad civil, etc.), además de la obligación que imponen los Principios de Conta-
18
bilidad generalmente aceptados , de infonnar sobre las posibles repercusiones de los actos de la empresa en cada una de las áreas de influencia
negativa mencionadas, mediante la contabilización de las pérdidas, ciertas o contingentes, que puedan derivarse de ellos a través del Balance, la
Cuenta de Resultados, y la Memoria19.
Además, para evitar la tendencia de las empresas a comunicar ŭnicamente aquella información que les interesa por razones de prestigio e
"imagen social", ocultando la que pueda señalar aspectos negativos, se ha venido asistiendo a una cierta tendencia a la regulación.
En el caso particular del área medioambiental, son cada vez más los organismos nacionales y supranacionales, tales como la OCDE, la ONU o
la UE, que emiten normativa sobre medioambiente20, al considerar que los elementos naturales son un bien comŭn a toda la humanidad, y, por lo
tanto, la sociedad en su conjunto tiene derecho a reclamar información respecto de las actividades económicas con impacto medioambientaI 21 , e
incluso a penalizar aquellas actividades altamente degradantes22.
A su vez, el Libro Blanco de la Gestión Medioambiental en la Industria Española, elaborado en 1998 para la Fundación Entomo, Empresa y
Medio Ambiente por Inima y Coopers & Lybrand, da cuenta (p. 159), afirma la importancia de la información p ŭblica del comportarniento medio-
ambiental de las empresa:
• Tal importancia ha sido reconocida en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo (Río de Janeiro, 1992) y por
el Quinto Programa Comunitario en materia de medio ambient?;
• Que "la Agenda 21 recomienda que las empresas y la industria en general deben realizar informes anuales acerca de sus datos medioambienta-
les así como del empleo de la energía y de los recursos naturales", y
• Que "en el caso de que los centros quieran implantar y certificar un sistema de gestión medioambiental seg ŭn Reglamento EMAS24, deben
poner a disposición del p ŭblico la inforrnación necesaria para la comprensión de las repercusiones de las actividades de la empresa sobre el
medio ambiente, así como mantener un diálogo abierto con la opinión p ŭblica".
Volviendo a la información sobre el impacto social en general, todos los agentes interesados en la actividad empresarial demandan este tipo de
información; no debemos pensar ŭnicamente en el accionista o la Administración P ŭblica como los ŭnicos receptores de ella, sino que interesa a una
amplia gama de usuarios (trabajadores, clientes, proveedores, inversores, acreedores en general, etc.). Sin embargo, la medición de la responsabilidad
social de la empresa, choca con la inexistencia de información detallada con respecto a las actividades sociales de las empresas, así como con una
cierta carencia de instrumentos válidos y metodologías estándar para medirla, al centrarse en temas muy ligados a los sistemas de valores existentes y
que inciden en el campo de lo cualitativo. En este sentido se ha propuesto el desarrollo del denominado "Balance Social" que de momento no pre-
senta una estructura fonnal com ŭnmente aceptada que permita establecer un paralelismo con el balance económico y que facilite la comparación
entre las diversas empresas; es todavía un instrumento en fase experimental, a pesar de que su implantación lleva intentándose desde hace más de
veinte años. Para comprobarlo basta ver dos trabajos del profesor Ortigueira de los años 1977 y 1979, sobre todo el segundo, que es un exhaustivo
estudio en el que se citan numerosos ejemplos de balances sociales formulados en diversos países.
En cualquier caso, las experiencias realizadas sobre el Balance Social, a ŭn siendo limitadas, afectan a un n ŭ mero creciente de empresas en
prácticamente todos los países desarrollados de occidente, en consonancia con la conciencia creciente por parte de las empresas de la importancia,
necesidad y utilidad de evaluar su responsabilidad social.
Aunque actualmente "la mayoría de los autores entienden el balance social como aquella iniciativa empresarial que busca definir, y a la vez
evaluar, las áreas de actividad respecto de las cuales la empresa es responsable socialmente ante determinados agentes sociales a delimitar, el término
de Balance Social posee la suficiente ambig ŭedad como para permitir arropar un amplio y variado conjunto de enfoques, y modelos diversos" (Ari-
zkuren, 1997, pp.4 y 5).
Las altemativas utilizadas para resolver el problema de la elaboración del balance social han sido muy diversas, cada una con sus ventajas e
inconvenientes, y, por tanto, son también muy variadas las tipologías que se pueden establecer para clasificarlos. Seg ŭn el método utilizado para
expresar las relaciones sociales analizadas, podemos distinguir los Balances Sociales basados en métodos cualitativos de aquellos otros basados en
métodos cuantitativos. Además, los balances sociales basados en métodos cuantitativos a su vez contemplan balances elaborados mediante indicado-
res sociales y balances basados en métodos contables 25. Veamos una descripción somera de cada tipo (ibidem, pp.7-8):
• Balances Sociales Cualitativos. Consisten, principalmente, en la presentación de una serie de documentos redactados en forma de memoria,
con inclusión de gráficos, cuadros y n ŭmeros, constituyendo, por su sencillez, el primer punto de arranque para decidir el campo de responsa-
bilidad social de la empresa. Su principal ventaja estriba en permitir gran flexibilidad para tratar y presentar los datos cualitativos, pudiendo

18 Que persiguen como fin ŭltimo que las Estados Financieros que la Contabilidad permite elaborar, ofrezcan la imagen fiel de los resultados y de la situación financiera y
patrimonial de la empresa.
j9 Por ejemplo, seg ŭn AECA (1996, pp.40 y ss.), el impacto medioambiental puede ser recogido en el Balance (los bienes, derechos y obligaciones relacionados con la
protección del medioambiente) y en la Cuenta de Resultados (los gastos del ejercicio, incluyendo las dotaciones a la provisión para riesgos, y los ingresos derivados de la
gestión medioambiental), adenzás de las oportunas explicaciones que se recojan en la Memoria.
• A este respecto, el V Programa de Acción Medioambiental de la Unión Europea (revisado en 1998), fite titulado "Hacia un desarrollo sostenible". Este programa
promulgó la introducción de la variable ambiental en todas las políticas sectoriales, así como la tendencia hacia un desarrollo sostenible, que, seg ŭn el Informe Brundtlan
(1987) "no es un estado de equilibrio, sino más bien un proceso de transformación en el que la explotación de los recursos naturales, la elección de las inversiones y la
orientación del desarrollo técnico, así como el cambio institucional, se determinan en función de las necesidades tanto actuales como futuras". Se trata de asegurar la
supervivencia del sistema económico a largo plazo evitando que éste se vea comprometida por el crecimiento a corto plazo, en este contexto, conviene tener presente que
muchos de esos avances fueron logrados a costa de un daño, en ciertos casos irreparable, en el medio ambiente.
• En este sentido, el informe Trueblood (AICPA, 1973) ya recoge la necesidad de "infortnar sobre aquellas actividades de la empresa que afectan a la sociedad, que
pueden ser descritas o medidas y que serían importantes en virtud del papel que la empresa juega en su entorno social".
• Una lista de los riesgos relacionados con el comportamiento medioambiental, para las compañías puede verse en AECA (1996, p. 89).
23 Dicho programa establece que debe facilitarse el juicio de los particulares sobre la actuación de las empresas mediante la posibilidad de acceso a inventarios de
emisiones, vertidos, residuos, etc.
• Reglamento CEE n° 1836/93 por el que se permite que las empresas del sector industrial se adhieran con carácter voluntario a un sistema comunitario de gestión y
auditoría medioambientales, con el que se pretende promover la mejora continua del comportamiento medioambiental de la empresa, para avanzar adquiriendo compro-
misos cada vez más exigentes.
• La protección del medio ambiente supone la demanda por los distintos usuarios de indicadores que permitan a los agentes socioeconómicos evaluar las actividades
relacionadas con el mismo. Aunque resulta muy difícil medir el impacto medioambiental de los procesos o materiales utilizados por las organizaciones y establecer el
coste asociado al mismo, A.E.C.A. (1996) ha elaborado una propuesta de documento dedicado a sensibilizar a los directivos empresariales sobre la importancia de la
gestión medioambiental y a ofrecer pautas metodológicas y de cuantificación de la misma, así como la de los distintos informes medioambientales tales como el informe
para la evaluación de altentativas medioambientales, el cuadro presupuestario medioambiental, las partidas medioambientales del Balance y de la cuenta de perdidas y
ganancias, los indicadores monetarios y no monetarios medioambientales, entre otros. Algunos trabajos que analizan la relación entre la contabilidad y el medio ambiente
son los elaborados por Porto (1998), Larrinaga (1997), Elorriaga (1995), Carmona (1995), Robleda y Robles (1994), Baides y Nevado (1994), Fernández (1992 y 1995) y
Giner (1992), entre otros.

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variar de acuerdo con las necesidades de cada momento. Como inconvenientes, además de ser excesivamente narrativos, presentan su ausencia
de sistematización que puede permitir el detallar ŭnicamente los aspectos sociales positivos, convirtiéndose en meros instrumentos de relacio-
nes pŭblicas.
Balances Sociales Cuantitativos basados en Indicadores Sociales. Constituyen un primer intento de cuantificar de manera objetiva las
relaciones sociales de la empresa, mediante el empleo de bloques de "indicadores sociales", entendiendo por tales aquellos instrumentos de
medición de la Responsabilidad Social de la empresa que penniten establecer comparaciones temporales entre los objetivos a alcanzar por una
o más empresas y los niveles realmente obtenidos 26 . Así, en el caso particular del medioambiente, AECA (1996, pp.79 y ss.) propone la elabo-
ración de "cuadros de indicadores medioambientales • , creados a partir de indicadores monetarios y no monetarios (por ejemplo, consumo de
agua, consumo de energía, ruido, etc.), y su comparación con los valores de años anteriores (evolución), los valores legales" (distancia a la
norma), los "mejores del sector", la "media del sector", etc.
• Balances Sociales Cuantitativos basados en Métodos Contables. Suponen la adopción de modelos contables que midan los aspectos sociales
de la empresa. Descansan fundamentalmente en la valoración, en términos monetarios, de los desembolsos realizados por la empresa a los di-
versos Agentes Sociales n . Como ventaja que aportan podemos citar el que suponen un cambio de perspectiva, ya que al utilizar una valoración
en términos monetarios, parecen garantizar una cierta objetividad en la interpretación de los datos, y el seguimiento de su evolución a lo largo
del tiempo. Como inconvenientes resaltan que sólo reflejan información parcial, ya que ŭnicamente recogen los datos ya contabilizados y valo-
rados en unidades monetarias, y que, aunque permiten comparar y seguir la evolución, no informan del porqué de las diferencias.
La sociedad de la información, en la que, para bien o para mal, se hallan inmersas nuestras empresas, les exige, cada vez más, trasparencia y
rigor informativo. Más allá de la conveniencia a corto plazo, está en juego la propia capacidad de supervivencia a largo plazo. El convencimiento de
la necesidad de un comportamiento éticamente irreprochable, las estrategias de respeto a la sociedad en todos los frentes en que la influencia de la
empresa puede ser nociva y la correcta información sobre la actuación de la empresa, son la mejor garantía de éxito y prestigio empresarial, de desa-
rrollo sostenible y de una sociedad mejor para las generaciones actuales y futuras.

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Arizkuren, enumera como tipologías habituales las siguientes:


• La que distingue entre indicadores "objetivos o cuantitativos" (miden datos fisicos concretos, observables y medibles por terceros), e indicadores "subjetivos o
cualitativos" (miden la descripción de los sentimientos y percepciones que los individuos de los distintos colectivos sociales tienen sobre los ctspectos a analizar).
• La que diferencia entre inclicadores "generales" (aquéllos que invariablemente participan en el proceso de gestión de la empresa en su totalidad) e indicadores
"especificos" (los que tienen efectos sobre algunos estratos dentro de la empresa).
2713os son los principales métodos propuestos: La Contabilidad de Excedentes y el Balance Socioeconómico. El primero supone emplear como complemento de la cuenta
de Pérdidas y Ganancias y del Balance, una cuenta del Valor Aizadido, que incluye aspectos sociales a los datos facilitados por la contabilidad financiera, forrnalizando
un sistenta relativamente cerrctdo que busca hacer explícitos los desembolsos realizados por la empresa a los diversos Agentes Sociales. El segwtdo es "el modelo basado
en niétodos contables nzás ambicioso de valoración de los aspectos sociales de la empresa, ya que pretende formalizar unas cuentas que escogen conjuntarnente las
relariones económicas y sociales de la empresa, configurando cuentas de explotación, de resultados y balances socioecorzámicos, con la pretensión de poder llegar a
determinar cluil es el beneficio social neto de la empresa"(Arizkuren, 1997 p.8).

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