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Una máquina de desinfección que emite luz UV puede producir una longitud de onda
germicida, que hace que los virus y bacterias que están expuestos a dicha radiación sean
incapaces de reproducirse e infectar. Gracias a esta cualidad, este sistema hace posible
desinfectar un área en cuestión de minutos.
Aunque la luz ultravioleta logra penetrar los microorganismos sin realizar cambios en el
ambiente o las superficies que esta luz toca.
Cabe resaltar, que el tiempo de reacción entre la radiación UV y las bacterias es muy
corto, de modo que la eliminación de estos organismos es casi inmediata. De hecho, este
factor también facilita la desinfección del agua a nivel físico y químico.
Gracias a que la luz puede llegar a cualquier espacio físico, la radiación germicida puede
garantizar la completa eliminación de virus como el Civid-19 en un lugar.
Con las telas, no está claro cuánto tiempo pueden durar los virus. Pero, en general,
tienden a durar menos tiempo en comparación con las superficies duras como el acero
inoxidable, según la Clínica Mayo. También depende de qué material está hecho el tejido.
Esto es importante porque las personas entramos en contacto con la tela durante todo el
día. Desde la ropa que usamos y la toalla con la que nos secamos después de la ducha,
hasta las sábanas en las que dormimos. Como precaución adicional, algunos expertos
recomiendan cambiarse a ropa limpia cuando llegamos a casa si hemos estado en
contacto con grandes grupos de personas en el trabajo durante todo el día.
• Agrobacterium tumefaciens
• Adenovirus Tipo III
• Aspergillus Amstelodamy
• Aspergillus flavus
• Aspergillus glaucus
• Aspergillus niger
• Bacillus Anthracis
• Bacillus Anthracis (esporas)
• Bacillus Megatherium SP
• Bacillus Megatherium SP (esporas)
• Bacillus Paratyphosus
• Bacillus subtilis
• Bacillus subtilis (esporas)
• Bacteriófago
• Campylobacter jejuni
• Chiorella vulgaris (Algas)
• Cianobacteria sp.
• Clostridium botulinum
• Clostridium tetani
• Corynebacterium diphtheriae
• Coxsackie
• Cryptosporidium parvum
• Dysentery bacilli
• E. hystolitica
• Eberthella typhosa
• Echovirus I (Picornaviridae)
• Echovirus II (Picornaviridae)
• Enterococcus faecalis
• Escherichia Coli (E. Coli)
• Giardia lamblia
• Huevos de nematodo (helmintos)
• Influenza (orthomyxovaridae)
• Legionella bozemanii
• Legionella dumofii
• Legionella gormanii
• Legionella longbeachae
• Legionella micdadei
• Legionella pneumophila
• Leptospira canicola
• Leptospira interrogans
• Listeria monocytogenes
• Micrococcus candidus
• Micrococcus sphaeroides
• Mosaico del tabaco (TMV)
• Mucor Mucedo
• Mucor Recemosus (A y B)
• Mycobacterium tuberculosis
• Neisseria – moraxella catarrhalis
• Oospora lactis
• Paramecium sp.
• Penicillium chrysogenum
• Penicillium digitatum
• Penicillium expansum
• Penicillium roqueforti
• Phytomonas tumefaciens
• Poliovirus (picornaviridae)
• Proteus vulgaris
• Pseudomonas aeruginosa
• Pseudomonas fluorescens
• Rhizopus nigricans
• Rhodospirillum rubrum
• Rotavirus (Reoviridae)
• Saccharomyces cerevisiae
• Saccharomyces ellipsoideus
• Saccharomyces sp.
• Salmonella enteritidis
• Salmonella paratyphi
• Salmonella Species
• Salmonella typhi
• Salmonella typhimurium
• Sarcina lutea
• Serratia marcescens
• Shigella dysenteriae
• Shigella flexneri
• Shigella paradysenteriae
• Shigella sonnei
• Spirillum rubrum
• Staphylococcus albus
• Staphylococcus aureus
• Staphylococcus epidermidis
• Streptococcus haemolyticus
• Streptococcus lactis
• Streptococcus pyrogenes
• Streptococcus salivarius
• Streptococcus viridans
• Trichosporon
• Variola Virus (Poxviridae)
• Vibrio cholerae
• Vibrio comma
• Virus de la Hepatitis A (VHA)
• Virus de la Hepatitis B (VHB)
• Yersinia Enterocolitica
Parte Técnica
La luz ultravioleta es la porción del espectro electromagnético que se encuentra entre los
rayos X y la luz visible. Se han definido cuatro regiones del espectro UV- vacío UV entre
100 y 200nm, UVC entre 200 y 280nm, UVB entre 280 y 315nm, y UVA entre 315 y 400nm
(Meulemans, 1986). La aplicación práctica de la desinfección UV se basa en la capacidad
germicida de UVC y UVB.
Los rayos UV constituyen la franja del espectro electromagnético situada entre los 100 y
400 nm.
Entre los rayos x y la luz visible. La escala expandida de la radiación UV se distribuye así:
Si bien el sol es una fuente de luz ultravioleta, la absorción de la radiación de onda corta
por parte de la capa de ozono de la tierra impide que cantidades significativas de UVB y
UVC (NASA, 1972) alcancen la superficie de la tierra.
Las radiaciones que atraviesan la atmósfera terrestre y alcanzan la superficie son las
comprendidas entre los 280 nm y las próximas al infrarrojo, el resto son absorbidas por la
capa atmosférica de ozono.
Por ello, las aplicaciones prácticas de desinfección UV dependen de fuentes artificiales de
UV. Las fuentes de UV más comunes son lámparas de arco de mercurio de baja y mediana
presión que están disponibles comercialmente.
Una lámpara típica de arco de mercurio (figura 2) consiste de un tubo de sílice vítrea o
cuarzo, ambos transmisores de UV, herméticamente cerrado y con electrodos a ambos
extremos (Phillips, 1983). El tubo se llena con una pequeña cantidad de mercurio y un gas
inerte, usualmente argón. Los electrodos están compuestos usualmente de tungsteno con
una mezcla de metales de tierra alcalinos para facilitar la formación del arco dentro de la
lámpara. Se logra una descarga de gas mediante la aplicación de un voltaje elevado a
través de los electrodos. La lámpara emite luz UV cuando el vapor de mercurio, excitado
por la descarga, retorna a un nivel menor de energía. El argón presente ayuda a arrancar
la lámpara, extender la vida del electrodo, y reducir las pérdidas térmicas, pero no
contribuye en sí a la emisión de luz UV por parte de la lámpara.
N = Noe –k I Tc
Donde No es la concentración inicial de microbios previa a la aplicación de UV, N es el
número de microbios remanente después de la exposición a la luz UV, I es la intensidad
UV por unidad de superficie (μW/cm2), Tc es el tiempo de exposición (seg), y k es la
constante cinética de inactivación.
El poder desinfectante de una lámpara UV, viene dado por el producto entre la intensidad
o cantidad de energía por unidad de superficie y el tiempo de exposición o de contacto del
agua.
Este producto, la dosis, se puede expresar en microwatios segundo por centímetro
cuadrado (μWs/cm2).
CD = I × Tc
Dosis
La dosis germicida es el producto de la intensidad superficial aplicada por el tiempo de
contacto:
D = I × TC
13.8 W 106 μW
Io=
π x 0.75∈x 36∈¿ ¿
x 1W
x¿¿¿
Por lo tanto, en este caso la intensidad superficial en el punto más alejado de la aplicación
de rayos UV será de 2522 μW/cm2.
Muchos estudios han demostrado que la dosis germicida necesaria para inactivar los
microorganismos presentes en los efluentes secundarios es de 16.000 μW-s/cm 2. De
modo que, para el caso presentado, el tiempo de contacto necesario será:
Hay que aplicar factores de corrección o seguridad. Por ejemplo, la longitud efectiva de
arco es algo menor que la longitud de la lámpara. Así, el tiempo de contacto teórico se
suele multiplicar por un factor de seguridad de 2.
También es recomendable instalar sensores de intensidad que hagan saltar una alarma si
la intensidad superficial cae por debajo de un determinado valor (por ejemplo: 10.000 μW
s/cm2).
Estos sensores pueden emplear fibra óptica.
En la práctica la dosis UV se determina experimentalmente (bioensayos: rayos colimados
y/o reactor piloto) o mediante un modelo matemático (método PSS informatizado por la
EPA – UVDIS 3.1). La ventaja del programa informático consiste en su sencillez, pero se
critica que no tiene en cuenta las zonas oscuras ni la eficacia de la mezcla. Es normal
apreciar diferencias del 50 % entre la dosis UV calculada y la de bioensayos para un mismo
equipo, siendo los valores calculados siempre superiores a los de bioensayo.
Requerimientos de dosis UV
No se ha llegado a un acuerdo acerca de la dosis UV mínima requerida para la reducción
de patógenos. Hay muchas consideraciones a lugar cuando se escoge la dosis UV
suficiente para desinfectar un suministro de agua potable a un nivel aceptable. Los
factores a considerar incluyen la calidad de la fuente y el nivel de contaminación
microbiana, el impacto sobre la contaminación microbiana de los procesos de tratamiento
localizados antes de la unidad de desinfección UV, la información epidemiológica
correlacionando poblaciones microbianas con la ocurrencia de enfermedades, y el riesgo
considerado aceptable para proteger al público de enfermedades relacionadas con el
agua.
La dosis UV puede determinarse con un aparato de rayo colimado usado como patrón en
un laboratorio o con una unidad piloto de desinfección instalada “in situ”. En un estudio
de rayo colimado, una placa de petri conteniendo una muestra de agua es irradiada de
manera controlada usando una fuente UV de intensidad conocida.
Se puede establecer relaciones de respuesta a la dosis UV mediante la variación del
tiempo de exposición con el aparato de rayo colimado o mediante la variación del caudal a
través de la unidad piloto de desinfección. La curva de respuesta a la dosis UV dará
información acerca de la sensibilidad de los microbios al UV y del impacto de microbios
asociados a sólidos en suspensión sobre la desinfección. Idealmente, la curva de respuesta
a la dosis UV se debe obtener para la muestra de agua de peor calidad: niveles altos de
sólidos en suspensión o turbidez, conteos elevados de microbios (0), y niveles altos de
compuestos absorbentes de UV (solubles y en suspensión). Una curva de respuesta UV
puede servir no sólo para identificar la dosis UV para alcanzar un nivel de desinfección
sino también para identificar si el pretratamiento del agua puede conducir a una solución
de desinfección más económica.
Las Administraciones establecen diferentes requisitos de dosis. El Departamento de Salud,
Educación y Bienestar de los Estados Unidos (DHEW por sus siglas en inglés) propuso en
1966 como guía de desinfección UV en barcos una dosis UV de 16 mW-s/cm2 en todos los
puntos dentro de la cámara de reacción. Se recomendó también pretratamiento del agua
para cumplir con los estándares de agua potable con énfasis en la remoción de turbidez y
color.
La Oficina Nacional de Sanidad de los EE.UU. define dos estándares (norma ANSI/NSF 55-
1991) para sistemas UV. El primer estándar define una unidad de desinfección UV de Clase
A, diseñada para desinfectar virus y bacteria a niveles seguros. Las unidades de Clase A
deben proveer una dosis de
38 mW-s/cm2. El segundo estándar define una unidad UV de Clase B diseñada para
desinfección suplementaria de agua tratada y desinfectada (punto de consumo). Las
unidades de Clase B deben proveer una dosis de 16 mW-s/cm2. La NSF estableció que una
dosis de 16 mWs/cm2 produciría una reducción superior a 2 U-log de bacterias
heterotrofas no formadoras de esporas y una dosis de 38 mWs/cm2 proveería 4 U-log de
remoción de virus.
Similar a la guía del DHEW, el estándar NSF 55 no está indicado para aguas residuales.
Además, si se va a tratar aguas superficiales, se debe usar un prefiltro para reducción de
quistes.
La Norma de Tratamiento de Aguas Superficiales de la US-EPA (Agencia de Protección
Ambiental de los EE. UU.) requiere una dosis de 21 a 36 mWs/cm2 para proveer una
reducción de 2 a 3 U-log del virus de hepatitis A, respectivamente. Este requisito de dosis
incluye un factor de seguridad de 3.
La AWWA (Asociación Americana de Plantas de Agua Potable) recomienda una dosis de 40
mWs/cm2 para sistemas municipales pequeños.
En Europa, países como Noruega, Austria y Francia señalan dosis de 16, 30 y 25
mW·s/cm2, respectivamente.
Tipos de lámparas
Baja presión
Muchos de los sistemas de desinfección UV están basados en el empleo de lámparas
ultravioleta de baja presión – baja intensidad (BP-BI).
Estas lámparas tienen un diseño lineal y delgado, variando en longitud desde 35 a 163 cm
y en diámetro desde 1.2 a 1.9 cm. Operan de forma óptima a una temperatura de pared
de lámpara de 40 ºC y con un arco eléctrico de 0.3 W/cm. Bajo estas condiciones, la
presión interna de la lámpara es apenas de 7 × 10 -3 torr. Puede esperarse que una lámpara
de baja presión de 147 cm de longitud produzca 26.7 vatios de luz UV a 254 nm, si se
conecta a una fuente de energía de 75 vatios.
Cerca del 88 % del rendimiento de la lámpara se produce a 253.7 nm (Fig. siguiente)
haciendo de ella un arma muy eficiente para la desinfección. Aunque las lámparas de baja
intensidad producen pequeñas emisiones a longitudes de onda entre 185 y 365 nm, se
puede conseguir que la envoltura de la lámpara evite la emisión de la onda de 185 nm,
debido a que produce ozono.
Aplicaciones de desinfección UV