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Concepto de Inteligencia
Concepto de Inteligencia
NEUROPSICOLOGICA
De esta forma se dio inicio a uno de los mayores logros de la psicología contemporánea y
que mayor relevancia ha tenido no solo en el ámbito educativo, donde originalmente se
desarrollo, sino que también, desde una perspectiva mas amplia, su uso se ha extendido al
ámbito laboral, como un indicador de las capacidades de los aspirantes a un trabajo y al
ámbito clínico, donde su medición permite tener un criterio definitorio (bien sea por
inclusión o exclusión) de algunos trastornos que aparecen en la IV versión del Manual
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (APA, 1994)2.
Todo esto sumado a la extensa investigación que se ha desarrollado sobre el tema ( en una
revisión hecha por el autor en la base de datos de Medline aparecieron 25.573 entradas de
artículos relacionados con el tema de la inteligencia) harían pensar en un constructo bien
fundamentado y estructurado. Sin embargo, desde la perspectiva neuropsicológica el
concepto de inteligencia presenta algunas dificultades que deberían tenerse en cuenta a la
hora de tomar alguna decisión con base en el C.I. de pacientes, alumnos o candidatos para
un empleo.
1
Ardila, A. A Neuropsychological approach to intelligence. Neuropsychol Rev 1999 Sep;9(3):117-36
2
American Psychiatric Association. (1994). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (4ª.
Ed.) Washington, DC EE.UU.: Autor.
En primer lugar, a diferencia de otros constructos como la memoria, la atención o mas
recientemente la función ejecutiva, la inteligencia no parece tener un correlato
neuroanatómico que la soporte. Si bien es cierto que daños generalizados de las estructuras
cerebrales, producen modificaciones en los resultados de las pruebas de inteligencia, no se
encuentran correlatos entre sistemas específicos que permitan el funcionamiento de la
inteligencia. De igual forma existen daños neurológicos que no afectan el desempeño en las
pruebas de inteligencia (como es el caso del denominado síndrome prefrontal) o que
incluso, como lo señalan Geschwind y Galaburda, (1985, citado por SierraFitzgerard y
QuevedoCaicedo, 2001)3 se observan casos excepcionales en los cuales las capacidades
intelectuales tienden a mejorar, luego de una lesión cerebral.
Wechsler, autor de varias de las pruebas de inteligencia más populares hoy día, define la
inteligencia como “el agregado o la capacidad global del individuo para actuar hacia la
consecución de un propósito, pensar racionalmente e interactuar efectivamente con su
ambiente”. En esta definición Wechsler evita asumir alguna posición con respecto a si el
constructo de inteligencia está constituido por un solo factor o por distintos factores que
interactúan entre si; aspecto que se constituye en uno de los elementos medulares sobre el
cual aún hoy día existe poco consenso.
Ante esta situación Cronback (1957, citado por Mayer, 1995) plantea la existencia de al
menos dos enfoques en relación con la inteligencia: el psicométrico y el experimental. El
primero se interesa mas por las diferencias individuales de rendimiento entre las personas,
sin mucho interés por las estructuras y procesos cognitivos internos subyacentes. El
enfoque experimental se interesa, en cambio, por estos procesos básicos de la cognición y
el aprendizaje.
3
SierraFitzgerald O. Y QuevedoCaicedo J. (2001)La teoría de las inteligencias múltiples: contexto
neurocognitivo adecuado para la hipótesis neuropsicológica sobre los factores y mecanismos de
la superioridad REV NEUROL 2001; 33 (11): 1060-1064
4
Mayer, R. (1995) Pensamiento, Resolución de problemas y cognición Ed. Paidos Buenos Aires Argentina
5
Bitterman, M. E. (1975) La Evolución de la Inteligencia. Selecciones de Scientific American pp 215-23 Ed
H Blume Ediciones: Madrid España.
2
En tercer lugar, habría que decir que la mayoría de las pruebas de amplio uso para
determinar el C.I. de una persona, incluyen dentro de sus definiciones aspectos como la
capacidad de alcanzar un determinado resultado, o la posibilidad de planear. Sin embargo,
en el desarrollo de las baterías para su medición, no se incluyen subpruebas que midan
estos aspectos. En otras palabras consideran la función ejecutiva como un aspecto esencial
de la inteligencia, pero no desarrollan instrumentos para medirla (Ardila, 1999).
Esto llevó al planteamiento de Anojin (1935, citado por Luria, 1983)6 quien distinguió dos
usos distintos del término función: el primero alude a la actividad que desarrolla un órgano
o tejido (ejemplo de esta definición es la función de secretar insulina, actividad que se
desarrolla en las células beta de los islotes de Langerhans). El segundo uso hace referencia
a una actividad compleja del organismo, encaminada a la realización de cualquier tarea
fisiológica o psicológica. En este sentido se distingue la función de locomoción o la función
respiratoria las cuales son realizadas gracias a una amplia variedad de procedimientos,
todos orientados por la tarea que debe enfrentar el organismo.
De esta forma surge el término de sistema funcional, el cual, en palabras de Luria (1983)
“...está encaminado a la realización de una tarea biológica conocida y determinada que se
abastece de un conjunto de actos mutuamente relacionados que, en resumidas cuentas,
conducen a la consecución del efecto biológico correspondiente. El rasgo distintivo del
sistema funcional consiste en que éste, por regla general, se apoya en una constelación
dinámica y compleja de eslabones que están situados a diferentes niveles del sistema
nervioso, y que dichos eslabones, en función de la realización de la tarea concreta, pueden
cambiarse, al tiempo que la propia tarea permanece invariable.” (pp. 50). Así pues, el
6
Luria, A. R. (1983) Las Funciones Psíquicas Superiores y su Organización Cerebral.Vol 1 Ed.
Fontanella Barcelona: España
3
sistema funcional resulta ser un conjunto de áreas cerebrales que interactúan entre sí para
poder producir de ese modo una conducta determinada (Manga, D y Ramo, F 2001). 7
Visto así, el concepto de inteligencia estaría constituido por la habilidad del individuo
para integrar distintos sistemas funcionales en su intento para hacer frente a las
exigencias del medio externo e interno.
7 Manga, D y Ramos F. (2001) Evaluación de los síndromes neuropsicológicos infantiles REV NEUROL
2001; 32: 664-75
8
Taborda, A. Díaz, H.D. (2002) Estudio Transcultural del Test K-abc Iber Psicología (2002) 7 1.1.
[www.fs-morente.filos.ucm.es/publicaciones/Iberpsicologia/Taborda]