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NOMBRE: Thamara Poma Vargas

CÓDIGO: 2020066846
CICLO: I-B

PANDEMIAS SUSCITADAS EN EL ÚLTIMO SIGLO

Las pandemias más fatales del último siglo las veremos a continuación con un
breve resumen de su origen síntomas frecuentes países afectados medidas adoptadas
y finalmente las vacunas que logro curar la enfermedad.

1. La gripe española 1918 a 19191

La Gripe Española mató entre 1918 y 1920 a más de 40 millones de personas


en todo el mundo. Se desconoce la cifra exacta de la pandemia que es considerada la
más devastadora de la historia. Un siglo después aún no se sabe cuál fue el origen de
esta epidemia que no entendía de fronteras ni de clases sociales.

Aunque algunos investigadores afirman que empezó en Francia en 1916 o en


China en 1917, muchos estudios sitúan los primeros casos en la base militar de Fort
Riley (EE.UU.) el 4 de marzo de 1918.

Tras registrarse los primeros casos en Europa la gripe pasó a España. Un país
neutral en la I Guerra Mundial que no censuró la publicación de los informes sobre la
enfermedad y sus consecuencias a diferencia de los otros países centrados en el
conflicto bélico.

Ser el único país que se hizo eco del problema provocó que la epidemia se
conociese como la Gripe Española. Y a pesar de no ser el epicentro, España fue uno
de los más afectados con 8 millones de personas infectadas y 300.000 personas
fallecidas.

La censura y la falta de recursos evitaron investigar el foco letal del virus. Ahora
sabemos que fue causado por un brote de influenza virus A, del subtipo H1N1. A
diferencia de otros virus que afectan básicamente a niños y ancianos, muchas de sus
víctimas fueron jóvenes y adultos saludables entre 20 y 40 años, una franja de edad
que probablemente no estuvo expuesta al virus durante su niñez y no contaba con
inmunidad natural.

1
Las pandemias y epidemias que aterrorizaron a la humanidad en los últimos 100 años (12-03-2020).
Visible en Radio Perfil. Recuperado en: < https://www.perfil.com/noticias/salud/las-pandemias-y-
epidemias-que-aterrorizaron-a-la-humanidad-en-los-ultimos-100-anos.phtml>[Consulta: 12 de mayo del
2020]

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Fiebre elevada, dolor de oídos, cansancio corporal, diarreas y vómitos


ocasionales eran los síntomas propios de esta enfermedad. La mayoría de las
personas que fallecieron durante la pandemia sucumbieron a una neumonía
bacteriana secundaria, ya que no había antibióticos disponibles.

Sin embargo, un grupo murió rápidamente después de la aparición de los


primeros síntomas, a menudo con hemorragia pulmonar aguda masiva o con edema
pulmonar, y con frecuencia en menos de cinco días.

En los cientos de autopsias realizadas en el año 1918 los hallazgos patológicos


primarios se limitaban al árbol respiratorio por lo que los resultados se centraban en la
insuficiencia respiratoria, sin evidenciar la circulación de un virus.

Al no haber protocolos sanitarios que seguir los pacientes se agolpaban en


espacios reducidos y sin ventilación y los cuerpos en las morgues y los cementerios.
Por aquel entonces se haría popular la máscara de tela y gasa con las que la
población se sentía más tranquila, aunque fueran del todo inútiles

En su búsqueda, Oxford y Gill rastrearon los orígenes de la gripe española


como surgió en 1915 y 1916 en el Distrito Administrativo de Etaples en el norte de
Francia. En ese momento, hasta 30.000 soldados eran ingresados cada año en los
hospitales del ejército británico en Francia e Inglaterra, con los síntomas típicos de la
influenza. A principios de 1917, sin embargo, un grupo médico en Etaples trató a
cientos de pacientes infectados con lo que describieron como una "enfermedad
inusual*.

Contrario a lo que sucedió con la gripe española, el virus de la pandemia de


1957 fue identificado rápidamente gracias a los avances médicos. Además, se
desarrolló una vacuna, aunque de distribución limitada.

Esto impidió que la pandemia tuviera proporciones similares a la de 1918, trató


de una pandemia de gripe aviar que se originó inicialmente en China, producto de la
mutación de un virus común en patos silvestres que se cruzó con una cepa que afecta
a los humanos.

Unos dos millones de personas murieron, la mayoría de ellas en Asia. El virus


fue identificado en China en febrero

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2. La gripe en Hong Kong2

La última pandemia global de gripe se produjo de 1968 a 1969. Se trató de la


llamada Gripe de Hong Kong, que dejó un millón de muertos.

El virus que causó este brote fue identificado en Hong Kong a inicios de 1968 y,
en pocos meses, se expandió por varios otros países.

Sin embargo, la cepa que originó este brote era similar a la de la gripe asiática.
Esto, unido a los avances médicos, explican una menor tasa de muerte.

Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud y otros organismos


internacionales pusieron en marcha planes de contingencia.

Además, se desarrolló una vacuna, y para esta época ya existían una serie de
antibióticos y tratamientos médicos que ayudaron a combatir infecciones secundarias
derivadas de la enfermedad.

3. La gripe porcina3

Brote de gripe porcina, 1976. Un soldado de una base militar de Nueva Jersey
murió de lo que más tarde sería identificado como gripe porcina.

El caso provocó pánico en Estados Unidos, ya que la cepa que causó la muerte
de David Lewis y la hospitalización de cuatro de sus compañeros era similar al virus
letal que provocó la gripe española de principios de siglo.

Pruebas médicas realizadas posteriormente arrojaron que 500 soldados de esa


base habían sido infectados por la enfermedad.

El virus nunca se expandió más allá de los confines de esa base militar, pero
paradójicamente cientos o quizás miles de personas que fueron vacunadas para evitar
la enfermedad desarrollaron complicaciones secundarias graves.
Gripe aviar, 1997: El primer caso de gripe aviar, causado por el virus letal
conocido como H5N1, fue identificado en Hong Kong en 1997, llegando a afectar a 18
personas, seis de las cuales murieron.

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Gripe aviar, 2003: Brotes de la enfermedad, principalmente en Asia, pero


también en Europa, surgieron nuevamente en 2003, provocando alertas y copando los
titulares de los medios en todo el mundo.

Más de 400 personas el problema, el hecho de que se trate de una variante


nunca vista del virus H1N1, ha puesto al mundo nuevamente en alerta han sido
infectadas de gripe aviar desde 2003 hasta la fecha, de las cuales 257 han muerto.

Hasta el momento, los infectados han sido personas en contacto con aves o
cerdos. Sin embargo, tras el surgimiento de esta cepa letal, los expertos han advertido
de los riesgos de una pandemia global de gripe.

Destacan que este virus, además de que causa daños severos en humanos,
muestra señales claras de que puede mutar y transmitirse entre humanos.
Gripe porcina, 2009: Este nuevo brote de gripe en México y otros países no es
causado por la letal cepa H5N1.

4. SARS4

El virus del SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) emerge a fines de


2002 en el sur de China después de haber sido transmitido del murciélago, su
"reservorio natural", al hombre por la civeta de las palmeras enmascarada, un
mamífero salvaje que se vende en los mercados del sur de China para su carne. Ese
"coronavirus" (virus en forma de corona) es terriblemente contagioso, y provoca
neumonías agudas a veces mortales. A partir de la primavera de 2003, provocó una
verdadera psicosis en Asia, principalmente en China, Hong Kong y Singapur. La
epidemia dejó 774 muertos de un total de 8.096 personas afectadas en una treintena
de países. China y Hong Kong concentraron el 80% de las víctimas. Balance: 774
muertos.

5. COVID-195

Los coronavirus son una familia de virus que se descubrió en la década de los 60


pero cuyo origen es todavía desconocido. Sus diferentes tipos provocan distintas
enfermedades, desde un resfriado hasta un síndrome respiratorio grave (una forma grave
de neumonía).

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Gran parte de los coronavirus no son peligrosos y se pueden tratar de forma eficaz.


De hecho, la mayoría de las personas contraen en algún momento de su vida un
coronavirus, generalmente durante su infancia. Aunque son más frecuentes en otoño o
invierno, se pueden adquirir en cualquier época del año.

El coronavirus debe su nombre al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a


una corona o un halo. Se trata de un tipo de virus presente sobre todo en los animales, pero
también en los humanos.

En los últimos años se han descrito tres brotes epidémicos importantes causados
por nuevos coronavirus:

Covid-19/ SARS-CoV-2: A finales de diciembre de 2019 se notificaron los primeros


casos de un nuevo coronavirus en la ciudad de Wuhan (China). Desde entonces el aumento
de nuevos infectados por el virus SARS-CoV-2 (inicialmente llamado 2019nCoV), que
provoca la enfermedad denominada Covid-19, ha sido continuo y su transmisión de persona
a persona se ha acelerado. Los casos declarados ya superan con creces a los de la
epidemia de SARS de 2002-2003. Su tasa de letalidad es más baja, pero se están
produciendo muchos más fallecimientos (rebasan los 100.000, según las cifras oficiales)
porque las personas infectadas ya se cuentan por millones en todo el mundo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado la situación de pandemia.


Hay personas infectadas en la mayoría de los países y los profesionales sanitarios insisten
en la necesidad de seguir las medidas preventivas y evitar la alarma social.

En España y otros países se ha decretado el estado de alarma y las autoridades


consideran crucial respetar la obligación de permanecer en casa para contener la
transmisión.

SARS-CoV: El síndrome respiratorio agudo y grave (SARS, también conocido como


SRAS y SRAG) se inició en noviembre de 2002 en China, afectó a más de 8.000 personas
en 37 países y provocó más de 700 muertes. La mortalidad del SRAS-Cov se ha cifrado en
el 10% aproximadamente.

MERS-CoV: El coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio


(MERS) fue detectado por primera vez en 2012 en Arabia Saudita. Se han notificado hasta
octubre de 2019 más de 2.400 casos de infección en distintos países, con más de 800
muertes. La letalidad es, por tanto, del 35%.

A) Causas

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Hasta ahora, los coronavirus se transmitían de forma limitada entre humanos. Se


desconoce el origen de estos virus, pero se sabe que ciertos animales, como los
murciélagos, actúan como reservorios.

Como en otros virus que causan neumonía, cuando se transmiten en humanos, el


contagio se produce generalmente por vía respiratoria, a través de las gotitas
respiratorias que las personas producen cuando tosen, estornudan o al hablar.

Todo parece indicar que  nuevo coronavirus, causante de la Covid-19, también


conocido como coronavirus de Wuhan, tiene una procedencia animal. De hecho, los
primeros casos se han relacionado con un mercado de animales vivos de la ciudad de
Wuhan, en China.

En cuanto al MERS, es probable que los camellos sean un importante


reservorio para este tipo de coronavirus y una fuente animal de infección en los seres
humanos, como especificaba la Organización Mundial de la Salud en su nota descriptiva
sobre la enfermedad. Sin embargo, se desconoce la función específica de los camellos en
la transmisión del virus y también la ruta o rutas exactas de transmisión.

En origen, el coronavirus MERS-CoV es un virus zoonótico que se transmite de


animales a personas. Según se desprende del análisis de varios de sus genomas, se cree
que el virus se originó en murciélagos y se transmitió a los camellos en algún momento de
un pasado lejano.

Se cree que el coronavirus del SARS tuvo su origen en los murciélagos, saltando
posteriormente a alguna otra especie de pequeño mamífero, como la civeta, y por último a
los humanos.

B) Síntomas

En general, los síntomas principales de las infecciones por coronavirus pueden ser


los siguientes. Dependerá del tipo de coronavirus y de la gravedad de la infección:

 Tos.
 
 Dolor de garganta.
 
 Fiebre.
 
 Dificultad para respirar (disnea).
 

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 Dolor de cabeza.
 
 Pérdida del sentido del olfato y del gusto.
 
 Manifestaciones en la piel como sabañones en manos y pies (sobre todo en niños y
adolescentes) urticaria con y sin picor o eritema multiforme.
 
 Escalofríos y malestar general.
 
 Obstrucción nasal, secreción y goteo.

En espectro clínico de este tipo de infecciones varía desde la ausencia de síntomas


hasta síntomas respiratorios leves o agudos. Esta tipología suele cursar con tos, fiebre y
dificultades respiratorias. Es frecuente que haya neumonía y, en el caso del MERS, también
se pueden registrar síntomas gastrointestinales, en especial, diarrea.

Tal y como ocurre con el virus de la gripe, los síntomas más graves (y la mayor
mortalidad) se registra tanto en personas mayores como en aquellos individuos con
inmunodepresión o con enfermedades crónicas como diabetes, algunos tipos de cáncer o
enfermedad pulmonar crónica. En los casos más graves pueden ocasionar insuficiencia
respiratoria.

En la pandemia de Covid-19 se ha constatado que en torno al 80% de las personas


infectadas presentan síntomas leves.

C) Prevención

Hasta la fecha no se dispone de vacuna para combatir las infecciones por


coronavirus. Por eso, conocer cómo se transmiten es fundamental para establecer medidas
de prevención. Los coronavirus son virus de transmisión aérea. Se transmiten por vía
respiratoria a través de las gotas que producen los portadores cuando tosen, estornudan o
hablan.

Estas secreciones contienen partículas virales que pueden alcanzar a personas


cercanas o depositarse en objetos y superficies próximas. Si alguien toca estas
superficies y a continuación se lleva las manos a sus propios ojos, nariz o boca, el patógeno
encuentra una vía para entrar en el organismo.

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Se ha constatado que el coronavirus más reciente, el SARS-CoV-2,


puede sobrevivir en diversas superficies durante varias horas (cobre, cartón) e incluso
algunos días (plástico, acero inoxidable). No obstante, hay que tener en cuenta que la
cantidad de virus viable desciende con el tiempo y que no siempre está presente en esas
superficies en una cantidad suficiente para provocar infección.

Mantener una higiene básica es la forma más eficaz de evitar contraer este virus en
los lugares en los que existe un mayor riesgo de transmisión, fundamentalmente las zonas
en las que se han registrado casos. Es conveniente lavarse las manos con
frecuencia y evitar el contacto con personas ya infectadas, protegiendo especialmente ojos,
nariz y boca. A las personas infectadas (o que crean que pueden estarlo) se les aconseja el
uso de mascarillas y usar pañuelos para cubrirse la nariz y la boca cuando se tose o se
estornuda.

Las personas infectadas por el virus que causa el Covid-19 deben guardar
cuarentena desde el diagnóstico de la enfermedad hasta 15 días después de ser dadas de
alta. Así lo aconseja la OMS porque se ha observado que, aunque ya estén recuperadas,
pueden seguir transmitiendo la infección.

Además, se ha observado que los infectados asintomáticos, o bien aquellos que


todavía no han desarrollado síntomas, pueden transmitir el virus.

Las recomendaciones sobre el uso de mascarillas han ido cambiando desde que se


inició la pandemia de Covid-19 a finales de 2020. En un principio se aconsejaban solo a
quienes están infectados, pero cada vez son más los organismos internacionales que
abogan por un empleo generalizado entre la población, tanto sana como infectada por el
SARS-CoV-2.

En España, el Ministerio de Sanidad ha advertido de que un uso inadecuado de


mascarillas puede contribuir al desabastecimiento en aquellas situaciones para las que
están más indicadas. Aunque se han empezado a repartir mascarillas en lugares públicos,
las autoridades sanitarias han anunciado que su uso solo será obligatorio cuando estén
disponibles para todo el mundo.

Las medidas preventivas deben seguirlas especialmente aquellas personas que


padezcan diabetes, insuficiencia renal, neumopatía crónica o inmunodepresión, ya que
tienen más riesgo de padecer enfermedad grave en caso de infección por coronavirus. 

D) Tipos

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En los coronavirus humanos, la gravedad puede variar sustancialmente entre un tipo


y otro:

- Coronavirus del resfriado

Esta variante de coronavirus corresponde a los tipos 229E y OC43, que provocan
los síntomas comunes de un resfriado, aunque en los casos más graves también pueden
ocasionar una neumonía en personas de edad avanzada o en neonatos.

- Síndrome respiratorio agudo severo (SARS)

Es una forma grave de neumonía. Provoca dificultad respiratoria y fiebre superior a


los 38 grados. El brote de 2002 se extendió por todo el mundo, aunque su frecuencia
siempre ha sido mayor en el este asiático.

- Síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV)

Causa graves problemas respiratorios, además de fiebre, tos y dificultad para


respirar, aunque en un primer momento puede ser asintomático. En los casos más graves
también se produce expectoración de sangre, diarrea y vómitos. Tuvo su primer brote en el
año 2012 y desde entonces se han reportado muchos casos en Oriente Medio, aunque
también ha llegado a Europa y Estados Unidos.

Para determinar la presencia de infección por coronavirus los médicos puede


tomar una muestra de nariz y garganta (nasofaríngea) o de sangre. Existen distintos tipos
de test de diagnóstico de coronavirus.

En casos de sospecha de coronavirus se suele realizar una tomografía de


tórax para determinar los síntomas de neumonía, así como otros análisis de coagulación de
sangre, un análisis bioquímico y un conteo sanguíneo. También se realizan pruebas de
anticuerpos.

Asimismo, con el fin de contener la transmisión, se efectúa una evaluación a


aquellas personas que presentan los síntomas y que puedan ser proclives a contraer el
virus.

El control de la temperatura (con cámaras térmicas y termómetros digitales) de las


personas que llegan a un aeropuerto procedentes de zonas afectadas ha sido una de las
medidas que se han puesto en marcha para detectar posibles casos del Covid-19, tal y
como se hizo con los brotes anteriores. También se realizan cuestionarios a los viajeros; en

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caso de sospecha, se les somete a evaluación y, en su caso, se les traslada a centros


sanitarios.

No existe una vacuna contra el coronavirus humano que causa resfriado, pero los
casos más leves pueden superarse siguiendo los mismos pasos que un catarro común.
Esto no requiere intervención médica y simplemente con lavarse las manos de forma
frecuente, guardar reposo y beber líquidos de forma abundante los síntomas
desaparecerán a los pocos días. También se pueden tomar analgésicos como ibuprofeno o
paracetamol para aliviar dolores de garganta o fiebre.

En casos de coronavirus SRAS, MERS CoV y Covid-19, suele ser conveniente


el ingreso hospitalario en los casos graves.  En los casos que los médicos lo consideran
necesario, se administran antivirales, dosis altas de esteroides para reducir la inflamación
pulmonar y un soporte respiratorio con oxígeno o respiración asistida; en ocasiones puede
precisar antibióticos, pero solo en caso de que existan infecciones bacterianas
sobrevenidas, es decir, sobreinfección.

La supervivencia del paciente dependerá del tipo de coronavirus contraído:

 Los coronavirus de resfriado tienen tasas muy altas de recuperación y


prácticamente todos los afectados consiguen vencer al virus a los pocos días.
 
 Los coronavirus del SARS también se superan en la mayoría de los casos, aunque
entre el nueve y el 12 por ciento de los casos ocasionan la muerte del paciente.
Tienen más expectativa de vida los pacientes jóvenes, pues suelen presentar unos
síntomas más leves.
 
 La tasa de supervivencia del MERS es menos elevada, alcanzando alrededor de un
36 por ciento en mortalidad, según especifica la Organización Mundial de la Salud.
 
 Aún es pronto para determinar la tasa de letalidad del virus Covid-19, pero parece
inferior a la de los anteriores. No obstante, dado que transmisión del virus está
siendo muy superior a la de las anteriores epidemias, el número de fallecimientos
también es mucho más elevado. La edad avanzada y las patologías
crónicas (hipertensión, enfermedad coronaria, enfermedades respiratorias, cáncer,
diabetes) son los principales factores de riesgo asociados a una mayor gravedad y
letalidad de la infección por el SARS-CoV-2.

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