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TALLER DE BIOMECANICA

RUBEN DARIO BOLIVAR NIEVA


CARLOS ALBERTO CABEZAS
OMAR VIVAS

ESPACIO ACADEMICO: BIOMECANICA

INSTITUCION UNIVERSITARIA CESMAG


FACULTAD DE EDUCACIÒN
PROGRAMA DE LICENCIATURA EN EDUCACIÒN FISICA
SAN JUAN DE PASTO
2014
INTRODUCCIÒN

El presente trabajo se realizó con el fin de adquirir conocimientos básicos sobre lo


concerniente con la rodilla y sus funcionamientos con relación en el ejercicio o
deporte. A subes, profundizar con respecto a sus composiciones internas ya que
es una de las partes fundamentales para el desarrollo de diferentes actividades
cotidianas por otra parte, compartir conceptos que sean tenidos en cuenta por
parte de los compañeros,
1. HUESOS QUE CONFORMAN LA RODILLA:

LA RÓTULA:Hueso corto, se ubica en la cara anterior de la rodilla y está


articulado en su cara posterior con la tróclea del fémur (art. Femoro rotuliana o
femoropatelar). Funciona como una polea móvil y permite la flexión y la extensión
de la rodilla.

LA TIBIA: Hueso largo; en la posición anatómica es el hueso mas interno de la


pierna. Soporta la mayor cantidad del peso, tiene articulaciones con el peroné pero
son inmóviles. Por arriba, los platillos tibiales articulan con los cóndilos del fémur,
por debajo, su borde inferior toma contacto con los huesos del pie, formando la
articulación del tobillo (art. Tibio peroneoastragalina). Posee un maléolo interno o
tibial y en su cara anterior se ubica la tuberosidad anterior de la tibia (T.A.T.), lugar
de inserción del tendón rotuliano.

EL PERONÉ: Hueso largo, es el más externo en la posición anatómica. Posee


una cabeza que sirve de inserción muscular. En su extremo inferior posee un
maléolo externo o peronéo, y su borde inferior participa en la articulación del
tobillo.

EL FEMUR: está localizado en el muslo, es el hueso más largo, fuerte y


voluminoso del cuerpo humana. Esta unido por medio de una articulación en su
extremo superior al hueso coxal que conforma la cadera y en su extremo inferior
donde se encuentra la roclea se une con la tibia en la rodilla por medio de la
articulación femorotibial.

2.MUSCULOS QUE INTEERVIENEN EN LA ARTICULACION

Músculo Grácil (Recto interno):

Origen: Rama inferior del pubis


Inserción: Parte medial de la cara interna de la tibia
Movimientos: Aductor del muslo, flexor de la rodilla

Músculo Sartorio:

Origen: Espina ilíaca antero superior


Inserción: En la parte interna de la cara interna de la tibia
Movimientos: En la cadera: flexor, rotador externo, abductor
| en la rodilla: flexor, rotador interno

Músculos Cuádriceps femorales

Origen: Tiene cuatro vastos o porciones: crural : cara


anterior del fémur | Vasto interno: Línea áspera | Vasto
externo: Trocánter mayor y línea áspera | Recto femoral: espina ilíaca
antero inferior (EIAI),

Inserción: Base de la rótula y en la tuberosidad de la tibia


Movimientos: Extensor de la rodilla | flexión de la cadera (solo el recto
femoral)

Músculo Bíceps femoral:

Origen: Tuberosidad isquiática (porción larga) y línea


áspera (porción corta)
Inserción: Cabeza del peroné
Movimientos: Rotador externo y flexor de la rodilla

Músculo Semimembranoso:

Origen: Tuberosidad isquiática


Inserción: Cóndilo medial tibia
Movimientos: Rotador interno, Flexor de la rodilla, extensor de cadera

Músculo Semitendinoso:

Origen: Tuberosidad isquiática


Inserción: Parte medial de la tuberosidad de la tibia
(pata de ganso superficial)
Movimientos: Rotador interno, flexor de la rodilla,
extensor de cadera

2. ACCION Y MOVIMIENTO QUE REALIZA

 FLEXION: se define como la disminución del ángulo que se forma


entre dos segmentos corporales, o movimiento en el que se acerca
un segmento a otro segmento adyacente.
EXTENCION: se define como el incremento del ángulo que se forma
entre dos segmentos corporales o movimientos en el que se aleja un
segmento de otro segmento adyacente

3. RANGOS DEL MOVIMIENTO

Al flexionar la rodilla, se genera una ángulo entre el fémur y la tibia; este ángulo varía
dependiendo de la flexibilidad de las personas. este ángulo va desde 0° cuando la pierna
está totalmente extendida creando una línea recta el fémur con la tibia, hasta 155° cuando
la pierna está totalmente flexionada, tocando el glúteo con el talón. si se fuerza un poco el
cuádriceps, se puede tener una hiperextension de hasta 10° tomando como referencia la
pierna en posición recta en un ángulo de 0°.

4. LESIONES Y ALTERACIONES DE LA RODILLA

La articulación de la rodilla se compone de hueso, cartílago, ligamentos y líquidos.


Los músculos y los tendones ayudan a que la rodilla se mueva en su articulación.
Cuando alguna de estas estructuras se lastima o se enferma, surgen los
problemas con la rodilla. Los problemas con la rodilla pueden provocar dolor y
dificultades para caminar.

La artritis es la enfermedad más común que afecta los huesos de las rodillas. El
cartílago de la rodilla se desgasta gradualmente y provoca dolor e inflamación. Las
lesiones en los ligamentos y tendones también causan problemas con la rodilla.
Una lesión común se produce en el ligamento cruzado anterior (LCA). Estas
lesiones frecuentemente suelen ocurrir por un movimiento de torsión repentino.
Las lesiones del LCA y otras son lesiones deportivas comunes.

LESIONES DE LOS LIGAMENTOS


Dos ligamentos de la rodilla que se lesionan con frecuencia son el ligamento
anterior cruzado (LAC) y el ligamento posterior cruzado (LPC). Una lesión en esos
ligamentos a veces se puede llamar esguince. Por lo general, el LAC se estira o
desgarra (o ambas) al hacer un movimiento rotativo brusco. Los impactos directos,
tales como los accidentes de auto o los tacleos en fútbol americano, son la causa
más común de lesiones del LPC.

Los ligamentos colaterales (mediano y lateral) con frecuencia sufren lesiones


causadas por un golpe al costado exterior de la rodilla. Esto puede causar que el
ligamento se estire y desgarre. Estos golpes con frecuencia ocurren al practicar
deportes tales como fútbol americano o hockey.

Las lesiones de los ligamentos se tratan con:

Bolsa de hielo, inmediatamente después de la lesión, para reducir la hinchazón


Ejercicios para fortalecer los músculos
Férulas
Cirugía (en casos de lesiones más graves).
Lesiones y trastornos de los tendones

Los tres tipos principales de lesiones y trastornos de los tendones son:

 Tendonitis y ruptura de los tendones


 Enfermedad de Osgood-Schlatter
 Síndrome de la cintilla iliotibial también conocido como el “síndrome del
limpiaparabrisas”.
Las lesiones de los tendones figuran desde la tendonitis (inflamación de un
tendón) hasta la ruptura (desgarre) de un tendón. El desgarre de un tendón ocurre
mayormente por:

El uso excesivo de un tendón (en particular en ciertos deportes). El tendón se


estira como un pedazo de goma desgastado y se inflama.
Tratar de impedir una caída. Si los músculos del muslo se contraen, el tendón
pudiera desgarrarse. Esto es más probable en personas mayores con tendones
débiles.
Un tipo de tendonitis de la rodilla es la tendonitis rotuliana (rodilla del saltador). En
los deportes que requieren saltar, tales como el baloncesto, el tendón puede
inflamarse o desgarrarse.

La tensión en la placa de crecimiento de la parte superior de la espinilla causa la


enfermedad de Osgood-Schlatter. Esta enfermedad causa hinchazón en la rodilla
y la parte superior de la espinilla y ocurre si se desprende el tendón y arranca un
pedazo de hueso. Las personas jóvenes que corren y saltan al practicar deportes
pueden sufrir este tipo de lesión.
El síndrome de la cintilla iliotibial ocurre cuando el tendón roza el hueso exterior de
la rodilla, causando hinchazón. Esto sucede si la rodilla se usa en exceso por
mucho tiempo. Ocurre a veces durante el entrenamiento deportivo.

SINTOMAS Y SIGNOS DE ALARMA DE LESION DE LA RODILLA

1. Dolor: continúo o que aparece después de realizar alguna actividad física.

2. Inflamación: aumento de tamaño de la rodilla con sensación de pesadez que


limita la movilidad completa. Puede ser intermitente, desaparecer con el reposo y
reaparece al realizar actividad física. Es un signo de sufrimiento de la articulación
y debe consultarse en forma temprana al médico.

3. Falseo: es una sensación de que los huesos se desencajaran; generalmente


indican una lesión ligamentosa.

La rodilla está diseñada para movimientos de flexión y extensión y no para


movimientos rotacionales bruscos. Estos movimientos sin coordinación producen
atrapamiento de los meniscos y del cartílago dentro de los extremos óseos
deteriorándolos.

4. Bloqueo: es una sensación súbita de freno del movimiento, impidiendo la flexión


y la extensión.

EJERCICIOS PARA LA RODILLA

Los siguientes son ejercicios para realizar en casa mínimo tres veces por semana.
Se debe tener en cuenta la utilización de ropa cómoda, respirar normalmente y
adoptar posturas adecuadas.

Montar en bicicleta entre 15 y 20 minutos. Tenga en cuenta que el sillín se


encuentre alto (a nivel de su cadera cuando se encuentre de pie al lado de la
bicicleta).

Siéntese con la pierna extendida. Apoyar la espalda preferiblemente en la pared.

Colocar una toalla pequeña enrollada debajo de la rodilla. Apriete los músculos del
cuadriceps (en la parte delantera de la pierna), tratando de empujar la rodilla hacia
abajo, aplanando la toalla enrollada. → Sostenga durante 10 segundos y realice
30 repeticiones.

Acuéstese de espaldas con la rodilla no involucrada doblada según se muestra.


Levante la pierna involucrada: estirada al nivel del muslo de la pierna doblada. →
Regrese a la posición original y realice 3 series de 10 repeticiones.
Siéntese en una silla o sobre una superficie firme con una toalla enrollada o una
almohada entre las rodillas. Apriete la almohada, sostenga 10 segundos y realice
30 repeticiones.

Acuéstese de espaldas, apriete los glúteos y sostenga durante 10 segundos.


Realice 30 repeticiones.

Acuéstese de espaldas, una toalla enlazada alrededor del pie con la rodilla
derecha, según se muestra. Suavemente eleve la pierna. Sostenga durante 20
segundos y repita 4 veces. Este ejercicio también lo debe realizar llevando la
pierna hacia afuera y hacia adentro cruzando la línea media del cuerpo.

De pie, apoyado en una silla, trate de llevar el talón a los glúteos, dirigiendo el
muslo hacia atrás. Sostenga durante 20 segundos y repita 4 veces.

Las lesiones de rodilla son las lesiones más frecuentes en todos los deportistas.
En el 10 % de los casos necesitan tratamiento quirúrgico. Las populares rodilleras
no han demostrado su utilidad en la prevención de las lesiones de los ligamentos
de la rodilla.

2. Tipos

Las lesiones de rodilla más frecuentes en los deportistas son:

Lesiones de meniscos.
Esguince del ligamento lateral interno (LLI).
Lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA).
Luxación de la rótula.

3. Diagnóstico

El mejor momento para valorar la rodilla es inmediatamente después de la lesión.


Antes de transcurrida una hora desde la lesión, puede existir ya un espasmo
muscular protector. Al cabo de 24 horas puede incluso existir un grado tal de
derrame que impida una exploración satisfactoria.

Al valorar las lesiones de la rodilla hay que comparar el lado afectado con el sano.
Si existe un derrame, será necesario realizar radiografías para descartar fracturas.

El médico ha de valorar, además, el estado neurovascular de la pierna y del pie.

LESIONES MENISCALES

Las lesiones de los meniscos ocurren a causa de un mecanismo de torsión o


rotación de la rodilla asociada a flexión intensa e hiperextensión.
Los síntomas consisten en dolor, derrames recurrentes y chasquidos, asociados a
una limitación de la movilidad. A veces los colgajos meniscales quedan atrapados
en la cavidad articular, con lo que la rodilla queda bloqueada o "clavada".

Si estando la rodilla flexionada a unos 90 grados aparece dolor en la rodilla


cuando se realiza una rotación externa del pie, ello es signo de lesión del menisco
interno (prueba de McMurray).

Tratamiento. Tras una lesión de menisco, el deportista debe seguir la regla de toda
lesión deportiva: reposo, hielo, compresión y elevación. Es conveniente usar
muletas para evitar una sobrecarga de peso al andar mientras no hayan remitido
el dolor y la hinchazón. En la mayoría de los casos el paciente debe ser derivado
al traumatólogo para la reparación de la lesión meniscal mediante artroscopia
(tubo de fibra óptica insertado en la rodilla bajo anestesia local o regional).

El seguimiento debe planificarse de modo que permita iniciar un programa de


rehabilitación y que el paciente pueda reanudar pronto (semanas) la actividad
deportiva.

LESIONES DEL LIGAMENTO LATERAL INTERNO DE LA RODILLA

El ligamento lateral interno (LLI) es el que proporciona estabilidad a la región


interna de la rodilla y suele lesionarse cuando a ésta se le aplica una tensión
excesiva en valgo (“torcedura hacia fuera”).

Los desgarros del LLI se suelen asociar a una lesión del menisco interno.

Diagnóstico. Inmediatamente después de la lesión, el deportista suele ser aún


capaz de andar un poco apoyando la pierna afectada. Normalmente, en el
momento de la lesión siente dolor en la zona interna de la rodilla, y después,
cuando intenta caminar, nota como si la rodilla se "tambalease". El deportista con
un desgarro completo del LLI puede referir paradójicamente muy poco dolor al
realizar las maniobras, pero al mismo tiempo el médico observa una importante
hiperlaxitud en ausencia de un diagnóstico definible. La tumefacción o el derrame
articular suelen aparecer al cabo de varias horas de la lesión.

Tratamiento. Un esguince de primer grado se trata con reposo, hielo, compresión y


elevación. Esta lesión suele solucionarse del todo en 5-10 días, tras los cuales el
médico puede permitirle reanudar la actividad deportiva. El tratamiento de los
esguinces más graves debe realizarlo el traumatólogo.
LESIONES DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR DE LA RODILLA

La lesión del ligamento cruzado anterior (LCA) es la patología ligamentosa más


frecuente y grave de la rodilla. Esta lesión suele ocurrir después de un
traumatismo directo; otras veces tiene lugar a consecuencia de una fuerza
torsional asociada a una lesión por desaceleración. Las lesiones se observan
cuando un deportista cambia de dirección al correr y experimenta un "bloqueo"
brusco de la rodilla.

Diagnóstico. Con frecuencia el deportista nota un chasquido al lesionarse, cae al


suelo notando un dolor intenso y es incapaz de seguir la competición. En un 60-70
% de los deportistas aparece un derrame hemático (de sangre) antes de 24 horas.
Para valorar una lesión del LCA pueden utilizarse varias maniobras, la más común
de las cuales es la prueba del cajón anterior: se realiza con la rodilla flexionada a
30 grados. El explorador se arrodilla junto a la parte externa de la pierna afectada,
con una mano estabiliza el muslo y, con la otra, realiza una tracción suave, pero
firme, sobre la región proximal de la tibia. Si la tibia se desplaza hacia adelante,
existe desgarro del LCA.

Tratamiento. El tratamiento inicial de los desgarros del LCA consiste en reposo,


hielo, compresión y elevación, junto con inmovilización estricta o uso de muletas.
La rehabilitación exige el inicio precoz de ejercicios de contracción del cuádriceps
para prevenir la atrofia y favorecer el reforzamiento muscular. En algunos
deportistas son útiles las rodilleras articuladas o de protección. El deportista debe
dirigirse de inmediato al traumatólogo, sobre todo si se observan signos
radiológicos de fractura o si existe laxitud articular, por si es precisa una
artroscopia. A veces la rehabilitación de una rodilla inestable por lesión del LCA
puede llevar meses.

LUXACIÓN DE LA RÓTULA

La luxación rotuliana ocurre a consecuencia de un traumatismo en la rodilla o


cuando un deportista cambia de dirección y luego hace fuerza en la pierna. Es
más frecuente en los adolescentes.

Tratamiento. Si no existen signos de fractura, puede intentarse reducir la luxación


mediante la extensión de la rodilla. A veces resulta útil dar masajes en los
músculos de la pantorrilla y pedir al deportista que se relaje, con lo cual la rótula
debe reducirse en unos minutos. Si el explorador encuentra dificultades en la
realización de la maniobra, quizás existe una fractura o un fragmento de cartílago
desplazado, en cuyo caso hay que colocar una férula y derivar al paciente a un
servicio de urgencias para llevar a cabo una exploración radiológica y la reducción.
El tratamiento posterior a la reducción consiste en reposo, hielo, compresión y
elevación, junto con el uso de muletas si el paciente no puede caminar. La pierna
debe estar elevada mientras persista el edema y se iniciarán de inmediato
ejercicios de reforzamiento del cuádriceps para prevenir la atrofia
BIBLIOGRAFÍA

DR. ADOLFO DE LOS RIOS GIRALDO.

CLINICA DE LA RODILLA LTDA

http://www.urosario.edu.co/urosario_files/4f/4f59d9d9-1c91-4115-9206-
7b2b96342c14.pdf

http://www.edvillajunco.es/doc/7_extremidad_inferior.pdf

http://www.paidotribo.com/pdfs/1085/1085.0.pdf

FUCCI Sergio, BENIGNI Mario. BIOMECÁNICA DEL APARATO LOCOMOTOR


APLICADA AL ACONDICIONAMIENTO MUSCULAR. EDITORIAL DOIMA. 1990.

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