Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Comentario Sobre Apocalipsis 19
Comentario Sobre Apocalipsis 19
Aleluya (19:1)
Artwork by Duncan Long
(Ap. 19:1) Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía:
¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; {2} porque sus
juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la
tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella. {3}
Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. {4} Y los
veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios,
que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! {5} Y salió del trono una voz
que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como
grandes. {6} Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y
como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios
Todopoderoso reina! {7} Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado
las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. {8} Y a ella se la ha concedido que se
vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los
santos.
La prostituta ha sido destruida y, en contraste con el lamento de los de la tierra, los del
cielo se regocijan. En respuesta a la exhortación en 18:20, los santos en el cielo se
regocijan porque:
1. Dios ha juzgado a la prostituta que corrompió a la tierra y ha vengado en ella la
sangre de los santos (v. 2)
2. Dios Todopoderoso reina y han llegados las bodas del Cordero (v. 7)
En contraste a la prostituta, se presenta a la esposa.
v. 1 - Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya!
Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro - En contraste con la
lamentación del mundo sobre la destrucción de Babilonia, tenemos ahora el regocijo
sobre su destrucción por los que están en el cielo. Esta explosión de alabanza es en
respuesta a la invitación para que los santos, apóstoles y profetas en el cielo se regocijen
porque Dios ha juzgado la gran ciudad por la forma en que los trató (18:20). Hay una
descripción de su destrucción, dada por el ángel, y luego viene esta explosión de
alabanza que continúa hasta el v. 7 mientras todo el cielo se une en una gloriosa
cacofonía de alabanza. En Jer. 51:48 hay gozo en el cielo y en la tierra sobre la
destrucción de la ciudad real de Babilonia. La gran multitud que se muestra acá están en
el cielo y son probablemente mártires (ver el próximo versículo). Podría ser el mismo
grupo que en v. 6, que está formado por todos los santos. Una gran multitud que nadie
podía contar parada frente al trono y frente al Cordero se ve también en 7:9. Ellos también
atribuyen salvación a Dios y al Cordero (7:10). Este es el único lugar en el Nuevo
Testamento donde aparece Aleluya (Alabado sea el Señor, ver v. 3, 4, 6). Es una
expresión popular en los Salmos. (Note: los usos de "Alabado sea el Señor" en los
Salmos).
v. 2 - porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que
ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la
mano de ella - Sus juicios de la gran prostituta son bastante justos porque ella corrompió
al mundo y derramó la sangre de los siervos de Dios. Dios ha contestado el clamor de los
1
mártires a Dios en 6:10 para que vengue su sangre (cf. Dt. 32:43, 2 Reyes 9:7, Sal.
79:10). La mujer fue encontrada ebria con la sangre de los santos (17:6).
v. 3 - {3} Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos -
Ella comparte el mismo destino que los que adoran a la bestia (14:11), el diablo, la bestia
y el falso profeta (20:10). El humo del tormento sube por los siglos de los siglos. Ella
encuentra el mismo destino que las dos ciudades de Sodoma y Gomorra (Gn. 19:28) y
Edom.(Is. 34:10).
v. 4 - Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y
adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! - Los
veinticuatro ancianos, como representantes de la iglesia, dicen "Amén" (así sea). En 7:11-
12 los ancianos y los cuatro seres vivientes también se postraron en adoración. Esta es la
última vez que oímos a los seres vivientes y a los ancianos.
v. 5 - Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los
que le teméis, así pequeños como grandes. {6} Y oí como la voz de una gran multitud,
como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía:
¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina - Hay un sonido glorioso
cuando la gran multitud de todo el pueblo de Dios se une en alabanza, gritando (note que
no están cantando), "¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!" Juan
describe su sonido como el estruendo de muchas aguas y como grandes truenos, porque
la cantidad es tan grande. En cap. 4 encontramos a Dios reinando sobre el universo pero
para los santos en la tierra parece como si los poderes políticos están gobernando en
realidad. Pero ahora Dios ha demostrado su reino destruyendo a la gran prostituta. La
destrucción de la bestia, del falso profeta y del dragón ocurren más adelante.
v. 7 - Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del
Cordero, y su esposa se ha preparado - Las bodas del Cordero son aludidas en la última
cena (Mt. 26:26-29). Cuando comemos su pan y tomamos su copa proclamamos la
muerte del Señor hasta que lo tomemos nuevo en el reino del Padre (1 Cor. 11:23-26). Le
dan gloria a Dios y la Nueva Jerusalén baja del cielo. Fue idea de Dios, quien llevó a cabo
el plan de salvación según su voluntad mediante el Cordero y el Espíritu. La idea de la
esposa y el esposo es aludido en Is. 62:5. En Mt. 9:15 Jesús se llama a sí mismo el
esposo. Es usada en la parábola de las diez vírgenes en Mt. 25:1 y Juan el Bautista se
refiere a sí mismo como el amigo del esposo (Jn. 3:29), la esposa son sus discípulos.
Cuando Jesús venga de nuevo será para recoger a su esposa para que estén con él para
siempre (1 Tes. 4:16-17). Las bodas del Cordero están en contraste a la destrucción de la
prostituta donde la voz del esposo y la esposa nunca se oirá en ella más (18:23). La
esposa, es decir la iglesia, se ha preparado para la boda, para la cena de las bodas del
Cordero (ver 19:9). La esposa fue descrita anteriormente en 14:4-5 como vírgenes puras y
sin mancha (ver también Ef. 5:25-26). La esposa es descrita más adelante en 21:2 y 21:9
ff.
Hendriksen comenta las costumbres matrimoniales de los hebreos. "Primero viene el
desposorio. Esto se considera más vinculante que nuestro 'compromiso'. Los términos del
matrimonio son aceptados en presencia de testigos, y se pronuncia la bendición de Dios
sobre la unión. Desde ese día, el novio y la novia son legalmente esposo y esposa (2 Cor.
11:2). Sigue después un intervalo entre el desposorio y la fiesta de casamiento. Durante
este intervalo el novio paga la dote al padre de la novia, si no ha sido hecho todavía (Gn.
2
34:12). A veces la dote es de la forma de un servicio prestado (Gn. 29:20). Luego viene la
procesión al final del intervalo. La novia se prepara y se adorna. El novio, vestido con sus
mejores ropas y acompañado por sus amigos, que cantan y llevan antorchas, se dirige a
la casa de su prometida. Él recibe a la novia y la lleva, con la procesión que vuelve, a su
propio hogar o al hogar de sus padres (Mt. 9:15, cf. Mt. 25:1 ff.). Cuando el novio tenía
que venir de lejos, la fiesta a veces se hacía en la casa de la novia. Finalmente, está la
fiesta de casamiento que incluye la cena de la boda. Las fiestas normales duran siete o
más días."
La novia es la iglesia y Cristo, el novio. La iglesia está desposada con Cristo y Cristo ha
pagado la dote para ella con Su propia sangre. El intervalo de separación es la
dispensación actual durante la cual la novia se prepara. Al final de la dispensación el
Novio, acompañado por Sus ángeles, viene para recibir a Su novia y comienza la fiesta de
casamiento. No dura unas pocas semanas sino por toda la eternidad. En Cristo, la novia
fue escogida desde la eternidad. A lo largo de la dispensación del Antiguo Testamento el
casamiento fue anunciado. Cuando Cristo asumió nuestra carne y sangre, el desposorio
tuvo lugar. El precio, la dote, fue pagado en el Calvario y ahora, después de un intervalo,
el Novio vuelve y comienza la cena de las bodas del Cordero (resumido de Hendriksen).
v. 8 - Y a ella se la ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente;
porque el lino fino es las acciones justas de los santos - "sentencia de justificación" sería
una traducción más correcta que "acciones justas" (Is. 61:10). Está también más en línea
con otras referencias en 3:4 (Sardis - vestiduras blancas), 3:18 (Laodicea - te aconsejo
que compres vestiduras blancas para vestirte), 6:11 (se les dieron vestiduras blancas), 7:9
(una gran multitud... vestidos de ropas blancas), 7:14 (estos... han lavado sus ropas, y las
han emblanquecido en la sangre del Cordero). "Se le ha concedido", o le fue dado,
significa que no es su propia justicia; viene del Señor.
3
la Gran Cena de Dios. La dicha de la cena de la boda del Cordero debería ser contrastada
con la Gran Cena de Dios (v. 17).
v. 10 - Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy
consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios;
porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía - Juan cae postrado para adorar
al ángel, cuando el ángel dice, en el versículo anterior, "Estas son palabras verdaderas de
Dios", y después de haber visto la gran multitud de los santos en el cielo junto con las
huestes celestiales gritando su alabanza a Dios. Hay lugares en el Antiguo Testamento
donde los hombres rinden homenaje a los ángeles, pero en Col. 2:18 el pasaje
desaprueba la adoración de los ángeles. A Juan se le dice enfáticamente que adore a
Dios; el ángel es un siervo de Dios también. Juan trata de adorar al ángel de nuevo en
22:8 y de nuevo se le dice que adore a Dios. Un poco antes el ángel le dijo a Juan, "Estas
son palabras verdaderas" Juan cae a los pies del ángel cuando escuchó y vio todas estas
cosas. La visión que había estado viendo era de la Nueva Jerusalén y el río de la vida. La
razón en ambos casos para adorar al ángel que le había estado mostrando estas cosas
es primeramente la grandeza de sus visiones, pero en segundo lugar su verdad. Si sus
visiones fueran solamente grandiosas, no habría intentado adorar al ángel, pero es su
verdad que lo sobrecoge de tal forma que adoró al ángel por habérselas mostrado a él. El
ángel es un consiervo con Juan y sus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Es
decir el testimonio de Jesús dado por Su vida, enseñanza, muerte y resurrección. Este
pasaje enfatiza que sólo Dios debe ser adorado, que es parte del mensaje de este libro
(cf. 14:7, 9). La lección es enseñada en forma doble. Si sólo Dios debe ser adorado, el
mensaje a los oidores de Juan es que si los ángeles no deben ser adorados entonces
ciertamente el hombre no debe ser adorado, lo cual es uno de los principales pecados de
los Emperadores Romanos y contra lo que Dios los está advirtiendo.
El testimonio de Jesús se menciona tres veces antes en el libro. En 1:2 la visión que Juan
vio es la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo (la revelación fue dada por Dios y
testificada por Cristo, Mounce). En 1:1 el libro es la revelación (quitar el velo) de
Jesucristo que Dios le dio. En 1:9 Juan estaba en la isla de Patmos por la palabra de Dios
y el testimonio de Jesús. En 12:17, el dragón "se fue a hacer guerra contra el resto de la
descendencia de [la mujer], los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el
testimonio de Jesucristo". En los últimos dos casos y el versículo corriente, el testimonio
de Jesús se refiere del testimonio de Jesús acerca de Él mismo más que nuestro
testimonio acerca de Él. Su testimonio está resumido por 1 Tim. 2:5-6, "hay un solo Dios,
y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo
en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo".
Entonces, después de reprender Juan el ángel dice, "Adora a Dios; porque el testimonio
de Jesús es el espíritu de la profecía". Hughes nota que la conjunción "porque" conecta lo
que se ha dicho recién con la declaración anterior. La profecía aquí es la declaración del
mensaje confiado por Dios a Su siervo. Es una función del siervo, como el ángel ha dicho
recién. El ministerio del siervo es testificar de Jesús y no de él mismo, así que adorar al
ángel no encaja con el ministerio de la profecía. El ministerio de los profetas del Antiguo
Testamento también testifica de Jesús, como Él les dijo a Sus discípulos, camino a
Emaús (Lc. 24:25-27, ver también Jn. 5:39). Nota: los ángeles adoran al Cordero en 5:11.
Jack Deere comenta "la profecía tiene el propósito de testificar de lo sobrecogedor de la
4
persona de Jesús, no del ministerio profético. Los profetas más grandes quieren que la
gente contemple la gloria de Jesús. Les importa poco cómo se los ve. Juan el Bautista era
uno de los más grandes profetas, porque el decía, y lo sentía, "Es necesario que él
crezca, pero que yo mengüe" (Jn. 3:30). A la gente que siente como Juan el Bautista se le
puede confiar grandes revelaciones."
9
10