Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Clase Escrita N 3 PDF
Clase Escrita N 3 PDF
Clase Escrita N° 3
Unidad 3
Intervenciones psicosociales
en contextos críticos:
construcción del dispositivo de
intervención
Curso virtual
ABORDAJE EN SITUACIONES DE
DESASTRES, CATÁSTROFES E INCIDENTES
CRÍTICOS
CLASE 3
DE LA RESILIENCIA A LA CAPACIDAD VINCULAR:
UN SEMBLANTE DE NUESTRO MODELO DE COMPRENSION QUE
DESCONGELE LOS DISPOSITVOS
Parte 2
Sobre el dispositivo para una crisis y los dispositivos “congelados” 2
2Lo que sigue se basa en la introducción del libro “Dispositivos Congelados”, bibliografía del presente
curso.
Nosotros tendemos a pensar –erróneamente- que la psicología se dedica a la
patología de lo mental y todo lo que queda por fuera de la enfermedad mental, queda
por fuera también del quehacer del psicólogo. Esta tendencia tiene que ver con la
historia de la formación de grado en nuestro país. Representa un problema muy
grande, muy delicado, la desmemoria profesional de este asunto. Es lo que algunos
autores han llamado autorestricción (entre otros, Saforcada, 1999; Morales Calatayud,
2009; Rattagan, 2005), es decir que el mismo psicólogo abandona un campo
profesional posible por razones teóricas, ideológicas o práxicas. Ese abandono
contribuye en gran medida a que otras disciplinas ocupen ese lugar. Cuando decimos
salud mental pública, desde el punto de vista de la Psicología Política, nos queremos
referir a la necesidad de pensar lo público de la salud mental como un componente de
la Salud en general. Y a la Salud como bien que el Estado debe garantizar, es decir,
como un Derecho Humano.
Siempre les hago otra pregunta a nuestros estudiantes: De las materias que
han visto en la carrera, ¿cuántas se dedican a la enfermedad y cuántas a la salud?
¿Qué relación habría? La tendencia a la enfermedad es del 90%. Hay un punto acá
que es fino, pues una cosa es hablar de lo Normal, y otra es cómo generar salud. Es
decir, las materias o asignaturas que se dedican a la enfermedad lo que plantean es
cómo tratar la enfermedad, cómo producir rehabilitación o cómo evitarla, a lo sumo.
Ahora, aquellas que hablan de lo normal no necesariamente hablan de cómo producir
salud. Es decir, por ahí tienen la perspectiva de no restringirse al sujeto enfermo, pero
quizás no tienen la posibilidad de intervenir para potenciar lo saludable de un grupo
humano cualquiera.
Hace unos años el entonces Ministro de Salud de nuestro país dijo que
sobraban psicólogos en nuestro país. El planteo del Ministro hacía alusión a que
estaba repleto de psicólogos trabajando en Hospitales y Salas. En realidad, eso era
así sólo en las grandes ciudades. En Capital Federal había a inicios del tercer milenio
más de 2500 psicólogos trabajando; el problema es qué hacen esos psicólogos. Pero
más allá de eso digo, tomando en cuenta que hablaba de una realidad local, la de la
Capital del país, y en segundo lugar tomando en cuenta que se refería a un modelo de
praxis, en un lugar especifico, tomando en cuenta esto, nos debe llamar a la reflexión
pensar qué quiere decir un Ministro de Salud Nacional cuando dice que sobran
psicólogos. Esa pregunta es política. Porque no se está refiriendo a lo técnico, ni a lo
epidemiológico. Se refiere al plano ideológico. Si voy a tener 2500 profesionales
esperando que la gente se enferme, para que luego demande sus intervenciones, pero
además entonces a eso le agrego que deben acudir con demanda y bajo su propia
motivación personal de necesidad de atención, y entonces se las recibe en los centros
de salud y se las incorpora a los dispositivos (si sabe demandar como el dispositivo lo
requiere), entonces, se ha dado un marco político donde la accesibilidad ha sido
extralimitada y la posibilidad de promover comportamientos saludables, eliminada del
campo de prácticas posibles. Entonces, puede que sobraran psicólogos en Capital
Federal para atender los llamados “enfermos mentales”, pero son más que
insuficientes los que se dedican a la promoción de la salud colectiva.
Es decir, hay todo un bagaje conceptual incluido ahí y que tiene una directa
incidencia en el ejercicio de las profesiones, independientemente de la carga
ideológica que tiene y del grado de incorporación de los profesionales respecto a esto.
En este sentido, si 2500 psicólogos “se esconden” detrás de las instituciones a las que
pertenecen, probablemente ganen legitimidad en el terreno de las prácticas cotidianas
comunitarias otras disciplinas, con técnicos dispuestos a atender esas necesidades
vueltas derechos. Probablemente también surja gente que se pregunte para qué
estamos los psicólogos en un país que procure dar cumplimiento a sus mandatos
constitucionales.
b) el de la pertenencia.
La Salud es un bien público a ser garantizado por el Estado y es, como tal,
indelegable en tanto problema colectivo, y en tanto profesionales de la psicología.
Podremos debatir y polemizar sobre el modo en que sea mejor y más eficientemente
atendido, pero no será opción (ni legal, ni moral, ni ética), su simple rechazo. Esto
excede el caso por caso, por supuesto. Varios de nuestros hospitales públicos de
nuestro país rotulan las puertas de sus servicios -en este caso de Salud Mental- con
carteles que indican aquello que no atenderán: “no se atienden adicciones”; “no se
atienden psicóticos”; “no se atienden trastornos alimentarios”; en fin, no se atiende
aquello o lo otro. En todos esos carteles está implícita la idea de una cierta
selectividad que se arroga el equipo. Es éste un síntoma institucional y vincular, que
nos habla de muchas cuestiones. Queremos señalar una, para nosotros fundamental:
su implicancia psicopolítica.
Bibliografía Obligatoria:
Clase 3: DE LA RESILIENCIA A LA CAPACIDAD VINCULAR
Di Nella, Yago (2012): “Inclusión Mental: políticas públicas con enfoque de derechos”.
Buenos Aires. Koyatún Editorial. Cap. 2. : Modelos de externación: del alta médica a
la Inclusión Social.
PIFATACS (2009): “Desarrollo Humano en Comunidades Vulnerables: el método de
Clínica de la Vulnerabilidad Psicosocial”. Programa de Investigación, Formación y
Asistencia Técnica en Alternativas al Control Social (PIFATACS; Director: Juan Carlos
Domínguez Lostaló). Buenos Aires. Koyatún Editorial. Pag. 59 a 75.
De consulta