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Tabla de contenido
ANALISIS DE LA LEY ORGANICA DE MUNICIPALIDADES LEY 27972............................................3
INTRODUCIÒN.........................................................................................................................3
Análisis Exegético.....................................................................................................................3
Análisis dogmático...................................................................................................................5
DEFENSA CIVIL FUNCIONES Y SANCIONES..................................................................................50
Sanciones de defensa civil y reglamento................................................................................50
I. Objetivos:........................................................................................................................50
II. Concepto:.......................................................................................................................50
Funciones del INDECI:.........................................................................................................50
Sanciones de defensa civil y reglamento............................................................................50
CONCLUSIÓN:.........................................................................................................................52
ANALISIS DE LA LEY ORGANICA DE
MUNICIPALIDADES LEY 27972
INTRODUCIÒN
Esta ley 27972 fue promulgada el 26/05/2003 y tubo varias modificatorias hasta la
actualidad. Esta ley establece normas sobre la creación, origen, naturaleza,
autonomía, organización, finalidad, tipos. Competencias, clasificación y régimen
económico de las municipalidades, también sobre la relación entre ellas y con las
demás organizaciones del estado y las privadas, así como sobre los mecanismos de la
participación del ciudadano y los regímenes especiales de las municipalidades
GOBIERNOS LOCALES
Los gobiernos locales son entidades básicas de la organización territorial del Estado y
canales inmediatos de participación vecinal en los asuntos públicos, que
institucionalizan y gestionan con autonomía los intereses propios de las
correspondientes colectividades; siendo elementos esenciales del gobierno local, el
territorio, la población y la organización.
Análisis Exegético
Análisis dogmático
Concepto de Municipio
Los municipios son entes creados por ley, la misma que tienen personería jurídica y
son regulados por el derecho público. En el Perú conforme a la nueva ley orgánica de
municipalidades Ley 27972, el municipio se conceptualiza y redefine como el gobierno
local, señalando puntualmente que son:
"Entidades básicas de la organización territorial del Estado y canales inmediatos de
participación vecinal en los asuntos públicos, que institucionalizan y gestionan con
autonomía los intereses propios de las correspondientes colectividades; siendo
elementos esenciales del gobierno local, el territorio, la población y la organización".
En tal sentido y dando forma a la definición el municipio, es una subdivisión territorial
del Perú, el mismo que ha sido creado por el Estado, con la finalidad de que los
funcionarios y servidores públicos que manejan el aparato estatal, se encuentren más
cerca a la población, brindando los servicios municipales públicos eficientemente,
haciendo que la comunión Estado población, sea más cercana, más personal, con
énfasis primordial en la satisfacción de las necesidades básicas y los requerimientos
que la sociedad prevé, en el espacio geográfico que conforma y/o circunscribe al
municipio.
De igual modo es una forma de organización política del Estado, donde de un lado se
dispersa y subdivide en regiones, las mismas que conformaban los departamentos,
que al dividirse dan origen a las municipalidades provinciales, y esta a su vez a las
municipalidades distritales, pero siempre manteniendo la salvedad de que el estado
peruano tiene un gobierno nacional unitario, siendo un estado único, independiente de
los otros países.
Entiéndase como entidad básica de igual modo al municipio, es el núcleo principal de
la organización del estado, es el inicio y el principio, es la base donde se cimienta la
Administración Pública nacional. Es en consecuencia su delimitación territorial, parte
del territorio Peruano, cuyo ámbito geográfico abarca población, siendo en
consecuencia base geopolítica de la Nación, donde por su naturaleza jurídica se
configuran organización, población, territorio y gobierno local. Tienen
consecuentemente personería jurídica y son promotores del desarrollo local de su
jurisdicción.
Lógicamente al hablar del municipio como parte del Estado, debemos decir que estos
se conducen por personas naturales, las cuales les conocemos como funcionarios y
servidores públicos, estas dos definiciones hacen prever los cargos que en los
estamentos públicos existen, y sobre todo el trabajo que realizan estas personas para
coadyuvar a mejorar los servicios ediles y mejorar de alguna manera la vida social de
la población. En este punto cabe mencionar "como dice Bielsa: la realización o
actuación de los fines del Estado no se concibe sin la actividad intelectual o física de
personas que, en sentido lato, son sus agentes, es decir, funcionarios o empleados
según el carácter jurídico de la actividad que realicen y según la naturaleza de la
relación jurídica que los vincule con el Estado".
"El municipio, como hemos referido, es la institución, surge, como ha dicho Toribio
Alayza Paz Soldán, del consorcio de tres elementos: un conjunto de familias, un
territorio urbano o rural, habitado por ellas y de las necesidades, derechos e intereses
comunes que atender. Presupone un territorio porque el municipio no sólo es una
entidad moral, una persona jurídica o un organismo político sino un grupo de familias
unidas por vínculos naturales, sociales y económicos. Esta, además estimula el
sentimiento político y educa cívicamente al pueblo en sus deberes democráticos.
Todo ello crea entre los habitantes de la ciudad un vínculo especial: la vecindad en la
que los vecinos son los próximos y los prójimos autárquica (Derecho Constitucional
General y del Perú)". "Por otra parte, hablamos del municipio natural al referirnos a la
comunidad domiciliaria independientemente de que posea o no la forma política propia
del régimen local. Y hablamos de municipio político al referirnos a la comunidad
domiciliaria en cuanto institucionaliza políticamente su régimen social".
Elementos Constitutivos del Municipio
Se podría decir que sin estos elementos, no existiría el municipio. En consecuencia, es
de vital importancia, que se conozcan los elementos que conforman el municipio y
definirlos adecuadamente, en tanto son partes constitutivas. Estos elementos
esenciales son: población, territorio, autoridad común, y; organización.
Población
No viene ser más que las personas que habitan en la circunscripción de un Municipio.
Conforme a las ideas doctrinales es la facultad del hombre de accionar o afectar un
lugar para poblarlo, ya sea por fines prácticos o por fines comunes, con el objeto de
convivir en armonía social.
Comprende pues a la población ser la característica fundamental del municipio, ya que
caracteriza por su mayor densidad y por las relaciones de vecindad el eje fundamental
del gobierno local. Es preciso señalar que todo municipio, como todo Estado, cuenta
con una población, sin esta característica fundamental, no podría existir ninguna
delimitación territorial definido como Estado o Municipio. Sin la existencia de lo vecinal,
no se comprende al Municipio, por lo que la población está constituida por un conjunto
de personas heterogéneas: económica y socialmente; pero que los une un mismo
idioma, una misma religión, una misma actividad económica, entre otros aspectos
sociológicos casi homogéneos, pero lógicamente con las salvedades correspondientes
a un país democrático como es el Perú, donde existe diversas libertades, como la de
idioma, de religión, etc.
Para Teresita Rendón Huerta Barrera: "El concepto de población no atiende a factores
cualitativos que marquen diferencias en cuanto a raza, estatura, color, grado de
instrucción, etcétera, sino al aspecto cuantitativo, o sea, el número de individuos que
forman la agrupación comunal, que es quien asume los objetivos sociales, como el de
satisfacer las necesidades comunes, el mantenimiento de la paz y el orden y, en
general, la defensa de los intereses colectivos".
El Territorio
Sin territorio no puede existir o no puede haber físicamente el municipio. Es por ello
que existe absoluta coincidencia, entre todas las definiciones, en considerar al
Municipio como entidad territorial. Ese territorio se caracteriza habitualmente por su
escaso tamaño, ámbito territorial reducido, aunque no deba esto tomarse en términos
absolutos, pues la creciente urbanización del mundo contemporáneo está produciendo
conglomerados humanos que hace sólo un siglo hubieran sido considerados
monstruosos, a tal punto que ya no son cientos o miles los que ocupan un municipio,
sino más bien millones de personas, ocupando superficies cada vez más extendidas.
En el Perú existen municipios que por su naturaleza territorial se les denomina
metropolitanos, teniendo como ejemplo al municipio que lo constituye la ciudad de
Lima, con más de siete millones de habitantes. Mientras que otros municipios
denominados provinciales o distritales, tienen en su territorio algunos cientos a miles
de habitantes, siendo considerados pequeños o medianos municipios conforme al
nivel territorial que ocupan en el Perú.
Pero doctrinariamente se ha escrito mucho respecto a la definición del territorio
municipal, por tal motivo consideramos al territorio municipal como el ámbito espacial
de vigencia del orden jurídico específico y de asentamiento de la población municipal.
En consecuencia al igual que el del estado debe ser propio y exclusivo, el territorio del
municipio, no puede compartir su dominio con otro u otros municipios, pero eso no
restringe el hecho de que forma parte del territorio estatal, por ser el municipio la base
de la división territorial del estado; sin territorio propio, un grupo humano podrá
constituir un pueblo, una sociedad, una empresa o club, mas no un municipio o un
estado.
Autoridad Común
Es importante señalar que "el municipio debe además contar con una autoridad común
a todos sus habitantes, cuyo fin sea la satisfacción de las necesidades de la población
que puedan ser satisfechas, por sus propios medios, sin necesitar la ayuda de otros
organismos estatales". La autoridad común en el tema de los municipios en el Perú
esta personificado en el Alcalde, quien es el que maneja las riendas de su comunidad,
acompañado de un conjunto de personas que se les denominan Regidores, cuyas
funciones están la de fiscalizar, controlar, constatar, verificar, denunciar entre otros
aspectos, la labor del Alcalde.
La autoridad común
para el municipio deberá estar investida del poder municipal, que no es otra cosa que
la potestad jurídica que tiene el Alcalde de poder gobernar y poder ejecutar las
ordenes necesarias para poner en marcha y realizar las obras propuestas en su plan
de gobierno municipal.
"Para Raúl Ferrero Rebagliati el poder es inherente a la naturaleza humana y el
Estado, es un primer aspecto, es institucionalización del poder. El Poder es la energía
organizadora de la vida social.
Hauriou citado por Raúl Ferrero lo define como "una energía de la voluntad" que
asume el gobierno, gracias a su superioridad, para asegurar el orden y crear el
derecho. Ello significa que la aptitud y el gusto del poder son cualidades naturales del
espíritu, al menos para ciertas personas dotadas de ascendiente (Teoría del Estado,
Raúl Ferrero Rebagliati).
Organización
Se constituye el municipio a través de una organización establecida por ley, en ese
sentido esta organización denominada municipio, lo conforman el alcalde, los
regidores, los funcionarios públicos y los servidores públicos municipales.
La organización municipal, está concebida como aquella que flanquea la
administración moderna. En tal sentido es "la función de la organización el hecho de
que la teoría moderna conciba que la organización es algo más que una estructura
formal, no reduce necesariamente la importancia de esta estructura. Por ejemplo, la
estructura aún sirve para dividir y agrupar estas actividades en puestos que se van a
convertir en obligaciones, responsabilidades y autoridad de las personas que ocupen
cada puesto. Además, la responsabilidad y autoridad específicas serán afectadas por
el tipo de estructura en la cual se hayan organizado los puestos y por las ubicaciones y
relaciones de tales puestos en la estructura".
La organización municipal va de la mano de la creación de funciones, puestos,
responsabilidades, entre otros aspectos de la administración, en tanto toda persona
que trabaja para el municipio deberá tener claro cuál es su puesto, que funciones
deberá cumplir, bajo quién estará supervisado, que tiempo y horario deberá
permanecer en su centro de trabajo, es decir tener claro todas estas premisas
mencionadas. El problema radica muchas veces en que no existen reglamentos
internos en muchos municipios, que permitan prever cuales son las funciones de cada
servidor y/o funcionario dentro de cada estamento municipal, esto debido a la
inestabilidad laboral imperante, en tanto que cada cuatro años se eligen nuevas
autoridades ediles, muchos de estos cambian al personal en los municipios.
Lógicamente que hay personas que ya han sido nombradas para algunos puestos de
trabajo, pero no es así para la totalidad de los trabajadores municipales. A tal punto
que los servidores y los funcionarios municipales, pueden ser elegidos por concurso
público o por confianza, dependiendo de las necesidades propias del municipio, y de
los requerimientos laborales de las autoridades ediles electas.
Análisis Exegético
Este artículo aborda el tema de la autonomía de los Gobiernos Locales, en cuanto al
contenido del mismo en sede municipal. En la Convenció Nacional Municipalista,
realizada en México D.F. en 1990, se resaltó el papel que juega la autonomía
municipal, en los siguientes términos: “para que el Municipio sea el verdadero órgano
de poder popular y el cimiento en que descanse el orden político fundado en el
consenso del pueblo, es preciso que sea realmente autónomo y democrática. Si la
comunidad de los ciudadanos que se integran en el municipio no es libre, ni puede
autogobernarse, no solo no habrá democracia a nivel local, tampoco será posible a
nivel nacional”.
En términos generales, la autonomía política consiste en la capacidad de dictar
normas de carácter obligatorio en los asuntos de su competencia dentro de su
jurisdicción, y en la capacidad de obligar al cumplimiento de sus normas, sancionar a
quienes la incumplen o, en su caso, denunciar a quienes se resisten a obedecerlas. La
autonomía económica, consiste en la capacidad de decidir sobre sus presupuestos y
los destinos de los gastos y las inversiones, dentro del ordenamiento jurídico y, bajo la
nueva óptica local, con la participación activa de la sociedad civil. La autonomía
administrativa, es la capacidad de organizarse de la manera que más convenga a sus
planes de desarrollo local; en consecuencia, ninguna autoridad o entidad del Estado
(nacional o regional) puede intervenir en la organización que decida darse una
determinada municipalidad.
Por tanto la autonomía es parte consustancial al órgano municipal; y su consagración
a nivel normativo, tanto como el respeto de los otros órganos del Estado en los
hechos, es un elemento calificador de un verdadero Estado democrático y
descentralizado.
Como lo ha sostenido el Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el Exp. Nº
007-2001-AA/TC, mediante la autonomía municipal se garantiza a los gobiernos
locales “desenvolverse con plena libertad en los aspectos administrativos, económicos
y políticos (entre ellos, los legislativos). Es decir, se garantiza que los gobiernos
locales, en los asuntos que constitucionalmente les atañen, puedan desarrollar las
potestades necesarias para garantizar su autogobierno. Sin embargo, autonomía no
debe confundirse con autarquía, pues desde el mismo momento en que aquella le
viene atribuida por el ordenamiento jurídico, su desarrollo debe realizarse con respecto
a ese ordenamiento jurídico. “No supone autarquía funcional al extremo de que, de
alguna de sus competencias pueda desprenderse desvinculación parcial o total del
sistema político o de propio orden jurídico en el que se encuentre inmerso cada
gobierno municipal.
Análisis dogmático
Autonomía Municipal
Esta autonomía municipal siempre estará en función a los recursos municipales, en tal
sentido debemos señalar que "el tópico de los recursos municipales es de mayor
importancia. Para que la autoridad local, que se califica de autónoma, con
competencias reconocidas y funciones a cumplir, pueda efectivamente ejercer su
gobierno y administración, es menester prever para ella y dotarla de recursos
suficientes. En sentido amplio, los recursos constituyen medios adecuados para
atender la organización y gestión a desarrollar. Pueden ser de índole natural, cultural,
material, tecnológico, humano y financiero"
ARTÍCULO III.-
ORIGEN
Análisis exegético
No hay uniformidad entre los autores con respecto a la época de nacimiento de la
institución municipal. Salvador Antonio Leal Osorio sitúa su aparición en el Antiguo
Egipto, expresando que igual proceso tuvo lugar en Grecia y Roma. Munro y Carmona
Romay2 sostienen que ello ocurrió con la creación de los demos en Atenas, por obra
de Clístenes. Estos autores consideran a la polis griega como Estado-ciudad, mientras
que los demos eran los municipios.
Posada, Bielsa y la mayoría de los autores en pensamiento que compartimos opinan
que se originó en el momento de la expansión de Roma. Recordemos que Roma, tras
ser una ciudad, se amplió a los pueblos del Lacio, luego a toda Italia, después dominó
a Grecia, España y las Galias y más tarde a todo el mundo conocido.
Con las ciudades conquistadas Roma tenía dos tipos de relaciones: la sumisión
(deditii) o la alianza (socii). De un lado estaban los súbditos, deditii, que habiendo
pronunciado la fórmula de deditio, entregaron al pueblo romano ‘‘sus personas, sus
murallas, sus tierras, sus aguas, sus casas, sus templos, sus dioses”, siendo
gobernados arbitrariamente por un ‘‘praefectus” enviado desde Roma, y de otro lado
estaban los aliados, ‘‘foederati o socii ”, que conservaban su régimen municipal, sus
instituciones, pero que en virtud de la fórmula “ majestatem populi romani comiter
conservato ”, recibían ciertas órdenes de Roma, pagaban impuestos y sus
magistrados debían rendir cuentas al gobernador de la provincia.
Cuando se produjo esta segunda clase de relaciones surgió el municipio, por cuanto
aquí se configura el rasgo fundamental del gobierno local inserto en una unidad
política superior. Antes nos hallábamos frente a ciudades-Estados, como lo sostienen
la mayoría de los autores de ciencia política y de derecho municipal.
Las cargas económicas de Roma a que las ciudades debían contribuir se llamaban
“munera”, y de ahí derivó el nombre de munícipes a los habitantes de esas ciudades y
de “municipio” a ellas.
Tal vez la primera ocasión que se aplicó este sistema fue en el año 181 a. C. a los
tusculanos.
Pero Roma otorgaba distinto tratamiento a las ciudades y reconocía diversos derechos
a sus habitantes. En tal sentido, Fustel de Coulanges distingue: a) los aliados, que
tenían un gobierno y leyes propias y ningún lazo de derecho con los ciudadanos
romanos; b) las colonias, que gozaban del derecho civil de los romanos, sin participar
de los derechos políticos; c) las ciudades de derecho itálico, es decir, las que por favor
de Roma habían obtenido el derecho de propiedad íntegro sobre sus tierras, como si
estas tierras hubiesen estado en Roma, y d) las ciudades de derecho latino, cuyos
habitantes, según el uso antaño establecido en el Lacio, podrían convertirse en
ciudadanos romanos, tras haber ejercido una magistratura municipal.
Los estudiosos establecen que sólo existen 02 corrientes o modelos teóricos que
sustentan el origen del municipio, estos son: El modelo clásico aristotélico y el modelo
contractualista o iusnaturalista.
"El modelo clásico parte de una concepción histórico sociológica del estado, cuyo
origen se ubica en la polis o ciudad, a partir de la cual en una suerte de evolución
natural se va pasando por diferentes etapas de las más primitivas a las más
evolucionadas hasta llegar a la sociedad más perfecta que es el estado. La familia es
presentada como la primera forma de sociedad natural, como la célula básica del
estado, y los individuos aparecen desde el origen integrados en sociedad a través de
lazos orgánicos. Esta concepción plantea como fundamento del poder político el
derecho natural. El estado sería la desembocadura natural y en consecuencia
necesaria de la asociación de familias, aldeas y ciudades. De manera que el principio
de legitimación de la sociedad política es el estado de necesidad o la misma
naturaleza social del hombre".
"El modelo iusnaturalista cuyo primer exponente es Hobbes en el siglo XVII intenta
romper con el modelo clásico vigente durante toda la edad media, dando lugar a una
nueva teoría del estado en la que se inscriben diferentes pensadores de las más
variadas ideologías. Así Hobbes inicia la reformulación de dicho modelo desde una
perspectiva netamente conservadora, posteriormente Locke lo retoma representando a
uno de los principales exponentes del liberalismo político y más tarde Rousseau desde
una óptica que algunos autores denominan democrática o revolucionaria.
Análisis dogmático
Hay que notar al mismo tiempo que otros órganos especializados como el Ministerio
Público n la Defensoría del Pueblo podrán tener órganos de desconcentración y
eventualmente de descentralización para algunas funciones. También podrán
coordinar con otros niveles de gobierno como el regional y local para cumplir mejor sus
funciones.
Tampoco hay que olvidar que son dos cosas distintas el Estado y el gobierno central
concreto que ejerce el poder. También son Estado los gobiernos regionales y locales
Por consiguiente no se puede identificar el poder o el Estada con el Gobierno del
Congreso el Presidente de la República y el Poder Judicial más los otros órganos con
funciones específicas ya existan.
Consideramos que sería oportuno hacer una modificación constitucional para aclarar
todos estos niveles en el tema del gobierno del Estado.
ARTÍCULO IV.-
FINALIDAD
Análisis Exegético
Esta norma define el carácter representativo de los gobiernos locales, porque si bien
emanan de la voluntad popular, no es el pueblo quien ejerce directamente el poder
sino por delegación a través de las autoridades elegidas. Este articulo tiene una
relación similar al artículo 3º de la derogada Ley de Municipalidades, con la supresión
del último párrafo de este artículo que señalaba que las Municipalidades “No pueden
ejercer las funciones de orden político que la Constitución y las leyes reservan para
otros órganos del Estado, ni asumir representación distinta de la que le corresponde a
la administración de las actividades locales”; lo que marcaba una línea divisoria con el
actuar de prefectos, subprefectos y otras autoridades políticas.
La presente norma circunscribe el campo de acción de las Municipalidades las que se
encargan de: a) representar al vecindario, b) promover la adecuada prestación de
servicios públicos locales, c) promover el desarrollo integral, sostenible y armónico de
su circunscripción.
La primera finalidad es una expresión de la democracia representativa: lo gobernantes
actúan ejerciendo representación del pueblo que los ha elegido. Como señala
Bernales “Los gobernantes ejercen el poder sometidos a las limitaciones y
responsabilidades que la Constitución y las leyes establece. Esto conforma el Estado
de Derecho, en la medida que el poder no se ejerce al arbitrio del gobernante. Así fue
que durante largo tiempo, y la tentación anda siempre rondando a los gobernantes y
autoridades que no tienen vocación democrática ni solidez en su ética política”.
Análisis dogmático
El fin del municipio es el “bien común’’ de la sociedad local. El concepto del “bien
común” como fin del Estado sirve para caracterizar el fin del municipio. La diferencia
entre ambos está en el ámbito social en que actúa la institución municipal, ceñida a lo
local, y esto define el fin del municipio como el “bien común” de la “sociedad local”.
El concepto del fin del municipio, o sea, del bien común de la sociedad local, es
permanente, pero del mismo modo que en el orden estatal, “el contenido concreto de
él, o sea, el conjunto de condiciones para la existencia y bienestar de la comunidad y
para el bien de cada uno de sus miembros, está determinado circunstancialmente por
razones políticas, históricas y económicas de prudente meditación en el obrar práctico
de los conductores de la comunidad política”.
El jurista español Antonio Bellver Cano, en su obra Teoría del municipio, partiendo de
la armonía entre los fines y las relaciones del municipio, efectuó la siguiente
clasificación de los fines: 1a. categoría: Fines conservatorios, referidos a su propia
existencia, continuidad y conservación como organización. 2a. categoría: Fines
referentes a las personas: a) de seguridad, y b) de comodidad. En la primera clase se
halla todo lo relativo a la policía urbana y rural, y en la segunda se condensa casi toda
la gestión de gobierno municipal en cuanto a obras y servicios públicos. 3a. categoría:
Fines respecto de los bienes y trabajo. Ayuda de los preceptos generales de las leyes.
Se trata de otra porción de fines especiales vinculados a la construcción y
conservación de caminos vecinales
y al trabajo agrícola. También incluye la municipalización de servicios. 4a. categoría:
Fines en cuanto al territorio, que comprenden su conservación, distribución y
delimitación, así como la agregación y segregación de fracciones del territorio
municipal. 5a. categoría: Fines con respecto al Estado y sus divisiones administrativas,
referidos a sus relaciones y delegaciones, que son indeterminables a priori , y que se
vinculan con la ciencia de la administración del Estado. 6a. categoría: Fines con
respecto a la región, que completan los fines ad extra comenzados en la categoría
anterior y mediante los cuales se vincula con municipios que también integran la
región, para el desarrollo de la economía, arte y empresas comunes.
Este artículo, siguiendo las nuevas tendencias en materia económica, política y social
que enfatizan que las municipalidades deben asumir la responsabilidad del desarrollo
de sus jurisdicciones, encarga como primera responsabilidad de las municipalidades
promover el desarrollo y la economía local y prestar los servicios públicos de su
responsabilidad, "en armonía con las políticas y planes nacionales y regionales de
desarrollo".
La lucha sostenida y extensiva contra la pobreza debe encontrar en la movilización
organizada de las municipalidades y de la sociedad civil local un soporte significativo
que con toda seguridad permitirá aplicar e incluso optimizar los escasos recursos con
que cuenta el Estado peruano, desterrando y superando así las experiencias negativas
de las estructuras burocráticas centrales que fueron utilizadas, también, para
manipular políticamente a los sectores pobres de la sociedad.
El desarrollo económico local debe ser entendido como un proceso permanente que
requiere el diseño de estrategias adecuadas que permitan la implementación de
acciones, programas y proyectos en materia de derechos sociales y económicos; es
decir: educación, salud, programas de atención a la pobreza, infraestructura, servicios
básicos, etc. Advertimos, sin embargo, aunque para algunos resulte obvio, que el I
desarrollo local será posible en la medida en que efectivamente se descentralice lo
que ahora está centralizado, y que se lleve a cabo efectivamente la reforma integral
del Estado en su conjunto, así como la respectiva descentralización fiscal que, como
se sabe, no es la aprobada por este Gobierno mediante el Decreto Legislativo N° 955
de febrero de 2004.
El desarrollo local supone, además, que la municipalidad se involucre en las tareas de
aliento y promoción de las actividades económicas. En nuestro país, las
municipalidades rurales ya tienen abiertas las puertas para impulsar las actividades
productivas del sector primario y para desarrollar toda clase de proyectos de apoyo
tecnológico, de información y de comercialización. Si bien los recursos de las
municipalidades rurales siguen siendo débiles, sus posibilidades de impulsar la
producción y emprender nuevos proyectos que generen empleo en sus territorios son
óptimas e infinitas.
En cuanto a los servicios públicos locales diremos que estos son amplios y responden
a las permanentes necesidades de los vecinos; por consiguiente, están sujetos a
regulación en protección del interés general y local. De acuerdo con el artículo 58 de la
Constitución, el Estado debe orientar el desarrollo del país, actuando principalmente
-dice el texto acotado- en las áreas de promoción del empleo, salud, educación,
seguridad, servicios públicos e infraestructura. En este caso, en virtud de la
descentralización, las municipalidades resultan titulares encargadas de prestar y
brindar los servicios locales esenciales a sus respectivas poblaciones.
Ya en el artículo 51 del Decreto Legislativo N° 051 del año 1981 se comprendía entre
los servicios municipales esenciales los de saneamiento del medio ambiente, agua
potable, alcantarillado, limpieza, alumbrado público, posta sanitaria, mercados de
abastos, registros civiles, promoción cultural, etc. Los mismos que podían prestarse en
cualquiera de las siguientes modalidades: administración directa; concesión; contrato y
empresas municipales.
Esta norma debe ser concordada con los artículos 43º y 189º de la Constitución
Política de Estado. El artículo bajo análisis precisa lo siguiente:
Análisis dogmático
La descentralización
Cesar Landa piensa que en la Constitución peruana por una serie de indicios
correctamente seleccionados en nuestro criterio hay predominancia de un espíritu
desconcentrador antes que descentralizador. La Constitución de 1993 en materia de
descentralización expresa una vocación centralista de la gestión pública lo cual se
evidencia en la normatividad constitucional incompleta para as municipalidades y
restrictiva para las regiones Por ello el nuevo texto constitucional apunta más a una
desconcentración antes que a una descentralización del poder político y económico
centralizado en Lima y concentrado en pequeños y tradicionales grupos de poder
político y económico.
Para que exista descentralización tiene que ocurrir cuando menos lo siguiente:
Establecerse gobiernos regionales y locales con autonomía de decisión en las
competencias que les asignen la Constitución y las normas legislativas diversas Esto
quiere decir que esas competencias serán de ellos y no del gobierno central o los
órganos que dé el dependan aunque hayan sido desconcentrados Por ejemplo se
descentraliza la educación si las municipalidades asumen todo lo relativo a la
conducción de los planes de estudio los colegios los profesores los alumnos etc. de su
circunscripción Si en cambio las decisiones sobre estos asuntos pasan del Ministerio
de Educación a una Dirección provincial de educación que depende en última
instancia del Ministerio no habrá habido descentralización sino sólo desconcentración.
El gobierno central quedar frente a los gobiernos regionales y lo cales como un ente
de regulación de los aspectos comunes o unitarios del ejercicio del poder y se
producirá una relación dialéctica
permanente entre los planos central nacional regional y local no ausente de conflictos
Para ello precisamente sirve la previsión hecha en el inciso 3 del artículo 202 de la
Constitución corresponde al Tribunal Constitucional Conocer los conflictos de
competencia o de atribuciones asignadas par la Constitución conforme a ley.
En el ámbito de la aprobación de normas generales deber de establecerse los ámbitos
de competencia de las legislaturas regionales como de los Concejos Municipales y la
diferenciación con las funciones que ejerza el Congreso para que este no interfiera en
el poder de aquellas de manera contraria al Derecho.
En el ámbito de la ejecución de políticas deber de discriminarse lo que corresponde
hacer al gobierno Central fundamentalmente al Poder Ejecutivo de lo que corresponde
al ejecutivo de las regiones y a los alcaldes tanto provinciales como distritales esto
último sí ha sido desarrollado a lo largo del tiempo en las leyes de municipalidades
sobre todo en lo referido a las competencias de los municipios provinciales y de los
distritales que están dentro de ellos.
En el ámbito de la administración de Justicia es preciso concordar la estructura
territorial de los distritos judiciales con la de la organización política del territorio y dar a
las Cortes Superiores una calidad de última instancia mucho más intensa que la que
han gozado hasta ahora La Corte Suprema no debe resolver casos jurisprudenciales
sino excepcionalmente y sólo cuando le sea importante sentar precedentes
vinculatorios respecto a determinado tema, esto descentralizaría efectivamente la
administración de justicia en el Perú.
Muchos de los órganos constitucionales con funciones especiales como el Ministerio
Publico o la Defensoría del Pueblo tendrán que actuar también bajo formas
descentralizadas si es que el Poder Judicial lo hace tal como propusimos antes y para
la descentralización es también fundamental que el Presupuesto General de la
Republica refleje los cambios de poder con mayores asignaciones a los gobiernos
regionales y locales obvia mente acorta de reducir los recursos del gobierno central
para garantizar que ese nuevo poder transferido tenga recursos con que hacer las
obras que se proponga.
Desde el punto de vista del derecho constitucional las acciones que proceden referidas
al artículo V de la LOM son las siguientes: la acción de amparo procede cuando se
afecta la forma de organización establecida mediante el proceso de descentralización
consignada en el artículo 188° de la Constitución Política, así también en afectación al
195° referido a la afectación de los planes de desarrollo local en pro de un desarrollo
sostenible del país enmarcado dentro del capítulo XIV de la referido a la
descentralización, procede también procede el proceso competencial en razón de los
conflictos que se susciten entre las facultades y competencias asignadas a los
gobiernos municipales con los gobiernos regionales, el poder ejecutivo o entre sí, en
atención a lo establecido mediante el proceso de descentralización.
ARTÍCULO VI.-
Análisis Exegético
Análisis dogmático
Este artículo, siguiendo las nuevas tendencias en materia económica, política y social
que enfatizan que las municipalidades deben asumir la responsabilidad del desarrollo
de sus jurisdicciones, encarga como primera responsabilidad de las municipalidades
promover el desarrollo y la economía local y prestar los servicios públicos de su
responsabilidad, "en armonía con las políticas y planes nacionales y regionales de
desarrollo".
La lucha sostenida y extensiva contra la pobreza debe encontrar en la movilización
organizada de las municipalidades y de la sociedad civil local un soporte significativo
que con toda seguridad permitirá aplicar e incluso optimizar los escasos recursos con
que cuenta el Estado peruano, desterrando y superando así las experiencias negativas
de las estructuras burocráticas centrales que fueron utilizadas, también, para
manipular políticamente a los sectores pobres de la sociedad.
El desarrollo económico local debe ser entendido como un proceso permanente que
requiere el diseño de estrategias adecuadas que permitan la implementación de
acciones, programas y proyectos en materia de derechos sociales y económicos; es
decir: educación, salud, programas de atención a la pobreza, infraestructura, servicios
básicos, etc. Advertimos, sin embargo, aunque para algunos resulte obvio, que el I
desarrollo local será posible en la medida en que efectivamente se descentralice lo
que ahora está centralizado, y que se lleve a cabo efectivamente la reforma integral
del Estado en su conjunto, así como la respectiva descentralización fiscal que, como
se sabe, no es la aprobada por este Gobierno mediante el Decreto Legislativo N° 955
de febrero de 2004.
ARTÍCULO VII.-
RELACIONES ENTRE LOS GOBIERNOS NACIONAL, REGIONAL Y LOCAL
Análisis Exegético
En lo económico
Estas interrelaciones entre municipio y región son importantes y profundas por las
siguientes razones: a) la actividad económica se asienta espacialmente, lo que dio
origen a la teoría económica espacial, cuyo precursor fue August Losch; b) en las
regiones hay islas económicas, los polos que normalmente son las ciudades, o sea,
las infraestructuras sociológicas de los municipios; c) por la importancia de las
funciones económicas de las ciudades, y d) porque el proceso de urbanización es una
de las variables fundamentales de la estructura regional.
Intentaremos explicar estas razones recurriendo a prestigiosos especialistas. Con
respecto al inciso a, Jacques Boudeville así precisa la noción de espacio en relación a
la economía: ‘‘los procesos de circulación y cambio de ninguna manera son
independientes del espacio geográfico.
Estos mismos procesos contribuyen, por otra parte, a dar forma al espacio, suscitando
las inversiones fundamentales, las redes de transporte, las aglomeraciones urbanas y
las especializaciones. El espacio geográfico constituye una de las dimensiones de un
espacio más complejo: el espacio económico”.
En relación al inciso b, correspondió a François Perroux introducir en la ciencia
económica el concepto de ‘‘polo de crecimiento”. Dijo el profesor francés en 1965:
En un polo industrial complejo que está geográficamente aglomerado y en un periodo
de crecimiento se pueden notar los efectos de una intensificación de las actividades
económicas, debido a la proximidad y a los contactos humanos. De la aglomeración
industrial urbana derivan consumidores cuyos patrones de consumo están
diversificados y son progresivos comparados con los de los ambientes rurales
agrícolas. Las necesidades colectivas (vivienda, transporte, servicios públicos) surgen
en cadena. A los beneficios que dejan los negocios se añaden los ingresos de
locación. En el curso de la producción aparecen diversos tipos de productores, tales
como empresarios y trabajadores calificados; se forman marcos industriales; se
influyen entre sí; crean sus tradiciones individuales y eventualmente participan en un
espíritu colectivo.
A estos efectos de la intensificación se suman los efectos de las disparidades
interregionales. El polo industrial complejo, geográficamente aglomerado, modifica no
sólo su ambiente geográfico inmediato, sino que si es suficientemente poderoso
modifica toda la estructura de la economía del país en el cual actúa.
Esta teoría fue posteriormente desarrollada por otros autores, entre los cuales
destacamos a John Friedmann, quien señaló el rol de los polos en la planificación y
desarrollo y les reconoció estas funciones: 1) integración de la economía en el
territorio nacional; 2) incorporación efectiva de los recursos regionales no controlados
a la economía nacional; 3) retardación de la velocidad de crecimiento de las regiones
claves existentes excesivamente grandes; 4) mejoramiento de los niveles de vida de
las áreas subdesarrolladas, y 5) estimulación del desarrollo rural.
El inciso c se fundamenta en la concepción de la ciudad como agente económico.
Sistematizando el pensamiento de diversos autores sobre las características
esenciales de la ciudad bajo este punto de vista, Pierre Henri Derycke señala las
siguientes:
1) La ciudad es en primer lugar un bloque de factores productivos. Se trata de la
concepción tradicional de la ciudad, mercado de servicios productivos y reserva de
mano de obra cualificada, que permite la división del trabajo y la diversificación de las
actividades.
2) Después, la ciudad es una fuente de exteriorizaciones. O sea, la ciudad como
generadora de efectos favorables por la yuxtaposición en un punto del espacio de
numerosas unidades de producción y de consumo.
Aunque también en forma simultánea, la ciudad ejerce efectos externos desfavorables
o negativos, llamados deseconomías externas: el gigantismo de las ciudades, la
congestión urbana, origina graves problemas de comunicaciones y perjuicios y costes
sociales de todo tipo (ruidos, poluciones atmosféricas, fatiga nerviosa y tensión
psíquica en aumento).
Jean Rémy hace un análisis detallado de estas economías de aglomeración, a partir
del doble punto de vista del productor y del consumidor: En beneficio de la empresa
productora, la ciudad realiza economías de tipo material (reuniendo todos los equipos
de infraestructura necesarios para los transportes y aprovisionamiento de agua,
electricidad, energía y favoreciendo la división del trabajo) y economías de tipo
inmaterial (difundiendo la información, la innovación y la investigación a los costes
menores).
En beneficio del consumidor final, la ciudad diversifica el ofrecimiento de bienes y la
elección de servicios. Pone a disposición del ciudadano, bienes y servicios colectivos
indivisibles, susceptibles de suponer para cada uno, un suplemento de educación y de
ocio, y de favorecer la promoción intelectual, cultural y social de todos.
La ciudad es un centro de formación y de redistribución del valor. Es un lugar de
percepción, de imposición y de transferencia de los flujos de rentas, creados por las
actividades que allí se desarrollan.
La primera se refiere a la filosofía del valor; la riqueza así creada, ¿es un valor de uso
o es un valor de intercambio? Según Henri Lefebvre, la ciudad y la realidad urbana,
exponentes del valor de uso, resultan deterioradas cuando se subordinan al valor de
cambio y a la masificación de mercancías, producida por la industrialización». La
segunda cuestión concierne a la naturaleza y a la extensión de la función urbana
redistribuidora; la ciudad ¿es un simple intermediario en la formación del valor o un
agente final, con el mismo título que esas otras entidades colectivas que son la
empresa o el Estado? Los problemas que plantean estas cuestiones invitan a
interrogarse profundamente sobre la ciudad, en tanto que agente económico.
Análisis dogmático
Esta norma guarda concordancia con el Artículo V, y creemos que bien pudo ser
regulado en un solo articulado, ya que sus disposiciones se refieren a la organización
administrativa del Estado en general y no específicamente de los gobiernos locales.
Se señala que: a) El gobierno en sus diferentes niveles, se ejerce dentro de su
jurisdicción evitando la duplicidad de funciones, b) la preminencia del interés público
en los actos de gobierno nacional, regional y local, y c) que las relaciones entre los
niveles de gobierno deben ser de cooperación y coordinación, sobre la base del
principio de subsidiariedad.
Pese a la regulación normativa, se presentaran en los hechos, sobre todo dentro de un
proceso de descentralización en marcha, que es por esencia de carácter político,
conflicto entre los diferentes niveles de gobierno; problemas que deberán ser resueltos
dentro de lo normado por el artículo 200° inc. 3 de la Constitución del Estado, señala
que corresponde al Tribunal Constitucional: (…) 3 conocer los conflictos de
competencia o de atribuciones asignadas por la Constitución conforme a ley” y el
artículo 127° de la LOM, que prescribe: “Los conflictos de competencia que surjan
entre las municipalidades, sean distritales o provinciales, y entre ellas y los gobiernos
regionales o con organismos del gobierno nacional con rango constitucional, son
resueltos por el Tribunal Constitucional de acuerdo a su ley orgánica. Los conflictos no
comprendidos en el primer párrafo son resueltos en la vía judicial”
ARTÍCULO VIII.-
APLICACIÓN DE LEYES GENERALES Y POLITICAS Y PLANES NACIONALES
Los gobiernos locales están sujetos a las leyes y disposiciones que, de manera
general y de conformidad con la Constitución Política del Perú, regulan las actividades
y funcionamiento del
Sector Público; así como a las normas técnicas referidas a los servicios y bienes
públicos, y a los sistemas administrativos del Estado que por su naturaleza son de
observancia y cumplimiento obligatorio.
Las competencias y funciones específicas municipales se cumplen en armonía con las
políticas y planes nacionales, regionales y locales de desarrollo.
Análisis Exegético
Los gobiernos locales se encuentran dentro de la esfera del principio de legalidad, por
lo que están sujetos en su actuar a la observancia de una ley previa, escrita y cierta,
condición sin la cual no pueden realizar sus actos de gestión, asimismo enmarcado en
el ámbito constitucional establecido por la Constitución Política del Perú de 1993; en
ese orden se rigen por la Ley Orgánica de Municipalidades, la Ley General del
Presupuesto Público, Ley del Procedimiento Administrativo General, Ley de Bases de
la Carrera Administrativa y Remuneraciones del Sector Publico, Ley de Contrataciones
del Estado, los instrumentos de gestión, etc.
Las municipalidades son también el Estado como gobiernos locales elegidos por el
voto popular y por consiguiente representantes de su municipio para efectos vecinales
Es obvio que dentro del Estado tendrán que existir coordinaciones entre los diversos
niveles central regional y municipales provincial y distrital Muchos servicios y
actividades que el Gobierno Central desea realizar entre la población requieren de la
colaboración de las municipalidades porque de otra manera sería imposible que las
autoridades nacionales llegaran a todos los rincones del país a menos que
establecieran frondosas burocracias que por lo demás serían cada vez más
ineficientes en razón directa a su tamaño y dispersión. Hay muchos programas de
atención a la población particularmente en lo que se refiere a salud y alimentación en
los que el Gobierno Central se apoya en los municipios Es algo que debe
racionalizarse y profundizarse por la gran cobertura organizativa que tienen los
municipios territorialmente hablando y porque están bastante cerca de la población en
realidad más cerca mientras menos población existe en un municipio determinado.
Según la ley orgánica de municipalidades determinados servicios serán prestados al
vecindario bajo responsabilidad de la municipalidad Ella podrá darlos directamente
hacer concesión de ellos o encargarlos de cualquier otra manera legítima a terceros.
Al propio tiempo el Concejo Municipal podrá establecer las normas reglamentarias que
considere necesarias para que sean observadas tanto por quienes prestan los
servicios como por los usuarios de los mismos.
Finalmente, la Constitución autoriza a administrar dichos servicios lo que supondrá
ejecutarlas tareas o supervisar a quienes hayan recibido el encargo. Esta tarea correrá
a cargo de la administración municipal y será responsabilidad directa del Alcalde
respectivo.
En los servicios que las leyes encomienden a las municipalidades ninguna otra
autoridad del Estado podrá intervenir sin incurrir en usurpación de funciones.
Análisis dogmático
Mediante este artículo se establece el marco jurídico de las Municipalidades, por tanto
están sujetas a las siguientes normas: a) A las leyes y disposiciones que, de manera
general y de conformidad con la Constitución Política del Perú, regulan las actividades
y funcionamiento del Sector Publico, b) A las normas técnicas referidas a los servicios
y bienes públicos, y c) A los sistemas administrativos del Estado que por su naturaleza
son de observancia y cumplimiento obligatorio.
En la administración pública encontramos los siguientes sistemas: planificación,
presupuesto, contabilidad, racionalización, abastecimientos, capacitación, personal,
estadística e información.
Análisis desde las ramas del derecho
Ya hemos señalado que para nosotros, el desorden y los errores de la reforma
constitucional de marzo de 2002, entre otros, se evidencia en la debilidad y descuidos
en el articulado referido a las competencias. Este artículo 195 en más de cinco incisos
se refiere, en realidad, a determinadas atribuciones y no a competencias locales. Así,
se infiere de la lectura de los incisos 1, 2, 3, 9 y 10 referidos a la organización interna,
el presupuesto, la administración de bienes y rentas, la presentación de iniciativas
legislativas y el ejercicio de otras atribuciones no son competencias sino simplemente
atribuciones locales.
Como se sabe, la competencia asigna y habilita en determinadas materias a las
administraciones públicas o gobiernos, mientras que las atribuciones son solamente
instrumentos que entrega la ley para que se cumplan y desarrollen las competencias.
Al respecto, sostenemos que en orden de primacía o importancia primero están las
funciones, luego las competencias y finalmente las atribuciones, y que las funciones
de todo Poder Público son solamente, de acuerdo con la doctrina del Derecho Público
o Administrativo, cuatro: la legislativa o normativa, la jurisdiccional, la fiscalizadora y la
administrativa.
Las competencias reconocidas a favor de las municipalidades por esta norma
constitucional son únicamente las señaladas en los incisos 4, 5, 6, 7 Y 8; es decir, en
materia tributaria, servicios públicos locales, planificación y acondicionamiento
territorial, inversiones y proyectos de infraestructura local; y finalmente, las
competencias concurrentes mencionadas en el inc. 8: educación, salud, vivienda,
saneamiento, medio ambiente, transporte colectivo, circulación y tránsito, turismo,
conservación de monumentos, cultura y deporte.
Desde el punto de vista del derecho constitucional las acciones que proceden referidas
al artículo VIII de la LOM son las siguientes: la acción de amparo al actuar en sentido
contrario a lo estipulado en la Constitución Política en caso de organizar, reglamentar
y administrar los servicios públicos locales de su responsabilidad y en contravención a
las normas técnicas referidas a los mismos, y en general cualquier actuación contraria
al ordenamiento jurídico, al cumplimiento de sus competencias y funciones específicas
en armonía con las políticas y planes nacionales y regionales de desarrollo, en
concordancia con el artículo 195° de la Constitución Política. También procede la
acción de cumplimiento en caso alguna autoridad se muestre renuente a dar
cumplimiento a alguna norma a la cual se encuentra sujeta en razón de su cargo
dentro de la municipalidad.
Desde el punto de vista del derecho civil las acciones que proceden referidas al
artículo VIII de la LOM son las siguientes: corresponde la acción por responsabilidad
civil contractual en caso se incumpla con la normativa administrativa que regula su
actuar funcional y ocasione un perjuicio patrimonial al Estado; en esa misma línea
corresponde la acción de prescripción referida a cualquier acto sobre el cual haya
recaído el periodo que extinga el derecho de acción por incumplimiento de las leyes y
disposiciones.
Desde el punto de vista del derecho laboral las acciones que proceden referidas al
artículo VIII de la LOM son las siguientes: la instauración del proceso administrativo
sancionador por incumplimiento funcional de las obligaciones y deberes establecidos
en la normativa específica y los instrumentos de gestión de los gobiernos locales la
que deriva en una infracción leve, grave y/o muy grave, acción para el reconocimiento
de derechos laborales tales como las vacaciones anuales, las bonificaciones y los
descuentos para los sistemas de pensiones y de salud, entre otros; así también
procede la denuncia administrativa por inobservancia de las normas referidas a los
servicios públicos.
ARTÍCULO IX.-
PLANEACIÓN LOCAL
Análisis exegético
El proceso de planificación
Planeamiento urbano
1) Toda vez que los municipios son entidades de derecho natural, eficientes (o
capaces) para resolver sus problemas, en virtud del conocimiento profundo y directo
de los mismos, deberá ser de su competencia la elaboración del planeamiento urbano
y la realización del correspondiente ordenamiento urbanístico, dentro de sus áreas
administrativas.
Planificación económica
Análisis dogmático
Alcanzar el desarrollo económico local, al que nos hemos referido antes como
competencia principal de la actuación municipal moderna, conlleva la obligación de
planificar dicho desarrollo con una participación activa de la población involucrada,
tanto individual como colectivamente (empresas, organizaciones, sociales, iglesia,
otros niveles de gobierno, etc.).
La planificación o planeación local, puede ser entendida desde tres puntos de vista:
forma, sustantivo y operacional; dentro del enfoque desarrollado por Carlos Matus, y
resumida por Francisco Echegaray, en los siguientes términos: “Formalmente,
planificar significa sistematizar procesos para calcular, prever y decidir acciones que
nos lleven a objetivos concretos con menores sacrificios sociales y con eficacia
económica, estableciendo métodos para la selección de estos objetivos.
Sustantivamente, es dominar los acontecimientos que ocurrirán a pesar de nuestra
voluntad. Un gobierno que planifica se propone alcanzar una situación elegida y un
gobierno que no planifica ha renunciado a la libertad de elegir su destino.
Operacionalmente, es actuar en el día a día, habiendo calculado y sopesado las
consecuencias de las acciones.
Mediante este artículo se establece los mecanismos y los principios que rigen el
proceso de planeación local, señalándose que: a) La planeación local es integral,
permanente y participativa, articulando a las municipalidades con sus vecinos. Esta
disposición tiene que concordarse con los artículos de la LOM que regulan el
presupuesto participativo y los Consejos de Coordinación, b) El objetivo de la
planeación local es establecer las políticas públicas a nivel local, c) Debe tenerse en
cuenta las competencias y funciones exclusivas y compartidas establecidas para las
municipalidades provinciales y distritales, conforme al artículo 73º de a LOM, y d) Los
principios que rigen la planeación local son: inclusión, eficiencia, eficacia, equidad,
imparcialidad, neutralidad, subsidiariedad, consistencia en las políticas nacionales,
especialización de las funciones, competitividad e integración.
Aunque, sin duda, existen cuestiones inéditas, el contenido del Título VIII de la actual
Ley edilicia todavía se enmarca dentro de las pautas anteriores, en términos gruesos.
La auténtica ruptura con la anterior tradición municipal participativa recién la
encontramos en el Título VII de la Ley, relativo a los Planes de Desarrollo Municipal
Concertados y los Órganos de Coordinación. Sin embargo, la cuestión estaría
incompleta y no se entendería cabalmente, si se omitiera la problemática novedosa del
presupuesto participativo, que aparece en el artículo 53 de la Ley
Orgánica, dentro el Título IV correspondiente al Régimen Económico Municipal.
Se recoge así la auspicio s a experiencia de gestión municipal realizada en la ciudad
brasileña de Porto Alegre, en el año de 1989, donde se puso en marcha originales
mecanismos institucionales para garantizar la participación de los vecinos en la
elaboración y ejecución del presupuesto edilicio, interviniendo, por lo tanto, en la
distribución de los recursos y en el señalamiento de las prioridades de inversión.
Este proceso, conocido como "presupuesto participativo", se convirtió –según autores
especializados como Sousa Santos1322 en "la clave del éxito de la administración
municipal" de Porto Alegre. Pero no solamente ello. Se lo concibe, también, como la
"mediación institucional para la reinvención de la teoría de la democracia" y "principio
de organización de una administración municipal democrática y redistributiva".
Posteriormente, esta práctica fue exportada a otras ciudades del país vecino, con
rutilante éxito, convirtiéndose en un verdadero modelo que ha transcendido sus
propias fronteras.
El mencionado artículo 53 de la actual Ley Orgánica de Municipalidades asume
plenamente estos conceptos y establece, de forma meridiana, que: "El presupuesto
participativo forma parte del sistema de planificación". Es decir, el reconocimiento de
que el presupuesto está íntimamente vinculado con esa gran herramienta para la
gestión edilicia: el plan de desarrollo municipal concertado. Eso explica la
denominación del Título VII de la Ley.
Por otro lado, el mismo artículo precisa la naturaleza del presupuesto participativo,
relacionándolo con la participación vecinal; la misma que deberá ser regulada, en la
forma como lo establece el artículo 197 de la Constitución reformada.
Justamente, esta normación especializada aparece consignada en el aludido Título
VII, pero, igualmente, en la Ley N° 28056, Ley Marco del Presupuesto Participativo, y
su Reglamento, aprobado por Decreto Supremo N° 171-2003-EF, conformando un
sugestivo cuerpo jurídico sobre la materia.
De acuerdo a esta legislación, esta participación de los vecinos en los procesos de
formulación del Plan Concertado y el Presupuesto Participativo municipales se
canalizan a través dos órganos inéditos: el Consejo de Coordinación Local Provincial y
el Consejo de Coordinación Local Distrital, diseñados siguiendo la pauta de los
Consejos de Coordinación Regional (artículo 191 de la Constitución reformada y la Ley
N° 27902 que modifica la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales).
En efecto, el artículo 97 de la Ley Municipal ratifica la naturaleza coordinadora de
estas instancias, más no gubernativa. Ello se verifica cuando se dispone que tanto el
Plan como el Presupuesto Participativo son aprobados por los respectivos concejos
municipales, el legislativo local. Por lo tanto, estos órganos coordinadores son
mecanismos de información, debate, consulta y propuesta. Ilustran a los órganos de
gobierno, mas no los sustituyen.
Según el artículo 98 de la Ley Orgánica de Municipalidades, el Consejo de
Coordinación Local Provincial es presidido por el alcalde e integrado por los regidores
de la provincia, más los alcaldes distritales de la jurisdicción.
Asimismo, lo integran los representantes de las organizaciones de la sociedad civil de
la localidad, en una proporción equivalente al 40% de las autoridades municipales
participantes. Son elegidas democráticamente, por un periodo de dos años, entre los
delegados debidamente acreditados de las organizaciones de nivel provincial e
inscritas en el registro que para dichos efectos abrirá la Municipalidad. Se reúne
ordinariamente dos veces al año y extraordinariamente, cuando lo convoque el alcalde
provincial. En las reuniones ordinarias se deberá integrar los planes distritales y
coordinar, concertar y proponer el Plan de Desarrollo Concertado y el Presupuesto
Participativo de la provincia (artículo 99). Con el objeto de que no haya duda, el
artículo 100 declara que este Consejo "no ejerce funciones ni actos de gobierno".
Finalmente, el funcionamiento de este órgano se regulará por ordenanza municipal,
aprobada por el Concejo Povincial a propuesta de la instancia de coordinación
(artículo 101).
Desde el punto de vista del derecho constitucional las acciones que proceden referidas
al artículo IX de la LOM son las siguientes: la acción de amparo que procede por
infracción al artículo 197° de la Constitución que establece que Las municipalidades
promueven, apoyan y reglamentan la participación vecinal en el desarrollo local, así
también por infracción del artículo 199° de la Constitución que refiere aspectos de
formulación de sus presupuestos con la participación de la población y rinden cuenta
de su ejecución, anualmente, bajo responsabilidad, conforme a ley, en esa línea por
afectación del derecho de petición contenido en el artículo 37° inc. 3 del CPC como
medio de participación vecinal y de sus organizaciones vecinales; en atención a lo
referido a la transparencia cabe la interposición de una acción de habeas data.
ARTÍCULO X.-
PROMOCIÓN DEL DESARROLLO INTEGRAL
II. Concepto:
Defensa Civil Es el conjunto de medidas permanentes destinadas a prevenir, reducir,
atender y reparar los daños a personas y bienes, que pudieran causar o causen
desastres o calamidades. El Estado mediante el Sistema Nacional de Defensa Civil
(SINADECI), promueve y garantiza la Defensa Civil, siendo el Instituto Nacional de
Defensa Civil (INDECI) su órgano central. ✓ Sistema Nacional de Defensa Civil –
SINADECI Es el conjunto interrelacionado de organismos del Sector Público y No
Público, normas, recursos y doctrina, orientados a la protección de la población,
mediante medidas de prevención prestando ayuda oportuna y adecuada hasta
alcanzar las condiciones básicas de rehabilitación que permitan el desarrollo continuo
de las actividades afectadas. Actúa en concordancia con la Política y Planes de la
Defensa Nacional. El Sistema Nacional de Defensa Civil (SINADECI) es parte
integrante de la Defensa Nacional. Tiene por finalidad proteger a la población,
previniendo daños, proporcionando ayuda oportuna y adecuada, y asegurando su
rehabilitación en caso de desastre o calamidad de toda índole, cualquiera que sea su
origen (Art. 1º D.L. 19338).